Você está na página 1de 4

Dispepsia

Se define como la presencia de dolor, molestia, ardor o náuseas en la parte central superior,
es decir, epigastrio, acompañado de vómitos y otros síntomas que se consideren originados
en el tracto gastrointestinal superior. Se clasifica en dispepsia orgánica, funcional y de causa
desconocida. La prevalencia de la dispepsia es del 39% en la mayoría de los países. Se
describe una gran superposición entre dispepsia, síndrome de intestino irritable y reflujo
gastroesofágico. La dispepsia funcional, a su vez, se divide en síndrome de distrés
postprandial y síndrome de dolor epigástrico.

Los factores de riesgo son: sexo femenino, ingesta de AINE’s, situaciones de estrés y
ansiedad.

Para entender mejor la clasificación de dispepsia funcional se describe lo siguiente:

Dispepsia Funcional:
Es aquella que presenta síntomas de más de tres meses de duración, con un inicio de los
síntomas mayor a seis meses, según uno o más de los siguientes criterios: plenitud
postprandial, saciedad precoz, dolor en epigastrio, ardor en epigastrio, sin embargo,
ninguno de estos síntomas tiene correlato en una endoscopía digestiva superior (EDS).
• Sd. de Distrés postprandial: Es aquel paciente que tiene plenitud postprandial. En
éstos, luego de comer se manifiesta el dolor. Dicho dolor debe aparecer, al menos,
varias veces por semana durante tres meses.
• Sd. de Dolor epigástrico: No presenta saciedad, pero sí presenta dolor. Los criterios
son dolor intermitente o localizado, de intensidad moderada-grave. Mínimo una vez
por semana.

No está del todo clara la etiología de la dispepsia funcional, se barajan alteraciones en la
función motora, en la sensibilidad y en la inmunidad. La función motora se encuentra
perturbada porque fracaso en los fenómenos de relajación en el fundus, se presenta
enlentecimiento del vaciado gástrico, defectos en la contracción o hipomotilidad en el
antro. Sobre la sensibilidad, esta se encuentra anormal para el ácido y se presenta una
hipersensibilidad gástrica. Sobre la inmunidad, hay aumento de macrófagos y alteración en
los linfocitos T CD4.

Este tipo de dispepsia, teniendo en cuenta una serie de resultados de EDS, es la más común,
con un 60% de la totalidad de las dispepsias. Por tanto, se desprende que lo más probable
en una EDS es encontrarse con ningún hallazgo. En el porcentaje restante, los principales
hallazgos son: úlcera péptica (15 – 25%), esofagitis por reflujo (5 – 15%) y cáncer esofágico
o gástrico (>2%).

La prevalencia de la dispepsia funcional es, aproximadamente, 11 – 14%. El 50% de las
personas que presentan síntomas de dispepsia no acuden a una consulta médica y optan
por la automedicación. Hasta un 27% de las personas que presentan síntomas
gastrointestinales superiores se automedican con antiácidos y antagonistas de los
receptores H2.



















Dispepsia Orgánica:
Es aquella en la que el paciente refiere dolor epigástrico y también, se encuentra un hallazgo
relevante en la EDS, por ejemplo, un cáncer o reflujo. En otras palabras, existen causas
orgánicas que explican el síntoma o el síndrome de la dispepsia. Las causas más frecuentes
de dispepsia orgánica (está escrito en los hallazgos del EDS) son la úlcera péptica, la
enfermedad de reflujo gastroesofágico, AINE’s, teofilina, digoxina, eritromicina y potasio.
Las causas menos frecuentes son la diabetes, isquemia mesentérica, pancreatitis crónica,
cáncer, cirugías, enfermedades infiltrativas de estómago, enteropatías, cáncer de hígado,
transtornos metabólicos, síndrome de pared intestinal y parasitosis.

Dispepsia de causa desconocida:
Es aquella que no se ha estudiado y, posterior a esto, puede ser clasificada como funcional
u orgánica.

Diagnóstico:
Lo más relevante, en este caso, es la anamnesis e historia familiar, principalmente, poner
especial atención a los antecedentes de cáncer o de reflujo. Se recomienda investigar la
posible transgresión dietética, puesto que puede ayudar a diferenciar una dispepsia
funcional de una orgánica. Lo mismo para la posible ingesta de fármacos. Las características
del dolor adquieren un valor especial, puesto que difieren en la dispepsia funcional y
orgánica, en la primera suele ser un dolor que aparece luego de la ingesta alimentaria,
mientras que en la orgánica, si fuese el caso de un cáncer, el dolor será constante.

Examen físico:
Puede ser normal, sin hallazgos relevantes o bien, puede resultar patológico en casos de
dispepsia orgánica, como las adenopatías presentes en un cáncer gástrico. El paciente suele
referir pirosis retroesternal, regurgitación, reflujo gastroesofágico, epigastralgia
postprandial tardía que cede con alimentos o antiácidos.

Signos y síntomas de alarma:
• Pérdida de peso significativa.
• Vómitos.
• Disfagia.
• Presencia de tumor abdominal.
• Sangrado digestivo.
• Anemia.
• Mayor a 55 años.

La presencia de uno o más de estos signos/síntomas convierten al paciente en candidato
para una EDS.

No supe que título poner aquí
Cuando se emplean aproximaciones no invasivas, el test and treat refiere al diagnóstico y
tratamiento de H. Pylori. Esto es relevante, porque en cualquier dispepsia de causa
desconocida, o no investigada, se debe tratar el microorganismo antes de iniciar el
tratamiento con antagonistas H2 e IBP’s, así como también, se debe tratar antes de realizar
la EDS. El problema radica en que, eventualmente, se puede retrasar el diagnóstico de una
neoplasia y, consiguientemente, un empeoramiento del pronóstico. Por este motivo, la
mayoría de las guías sobre el tema, recomiendan la utilización de los signos y síntomas de
alarma para identificar pacientes candidatos a una EDS precoz. Para cerrar la idea y pasar a
tratamiento, si el paciente fuese mayor de 55 años, se indica una EDS de inmediato, sin
importar el cumplimiento de otros síntomas de alarma, mientras que, si el paciente fuese
menor de 55 años, se le indica tratamiento.

Tratamiento para menores de 55 años sin síntomas de alarma:
• Tratamiento para H. Pylori, test and treat.
• Tratamiento con IBP’s.
• Endoscopia digestiva superior.

Tratamiento para dispepsia funcional, con dolor epigástrico:
• Antisecretores, como IBP’s por cuatro a ocho semanas.

Tratamiento para dispepsia funcional, con distrés postprandial:
• Procinéticos de cuatro a ocho semanas.

En pacientes que no responden a primera línea, se conjugan IBP’s con procinéticos. Si el
paciente no responde a ninguno de éstos, se sugiere elpijamadepalo(nomentira) considerar
el uso de antidepresivos triciclos, por ocho a doce semanas, por su acción sobre la ansiedad,
estrés y la musculatura lisa intestinal.



Para pacientes con H. Pylori positivo se prescribe el tratamiento contra el microorganismo,
que consta de:
• Amoxicilina
• Claritromicina.
• Omeprazol.

Si reaparecen los síntomas después de cuatro a ocho semanas se reinicia la terapia
farmacología y estudiar con EDS.

Você também pode gostar