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HISPANO-AMERICANA
autora
LARISSA MÜLLER DE FARIA
1ª edição
SESES
rio de janeiro 2016
Conselho editorial luis claudio dallier saldanha; roberto paes; gladis linhares;
karen bortoloti; marilda franco de moura
Todos os direitos reservados. Nenhuma parte desta obra pode ser reproduzida ou transmitida
por quaisquer meios (eletrônico ou mecânico, incluindo fotocópia e gravação) ou arquivada em
qualquer sistema ou banco de dados sem permissão escrita da Editora. Copyright seses, 2016.
isbn: 978-85-5548-198-7
Prefácio 5
1. El Barroco y el Neoclasicismo 7
1.1 Empezando la literatura – Los cronistas 9
1.2 El Barroco (siglos XVII y XVIII) 21
1.3 El Neoclasicismo 25
2.1 El Romanticismo 35
2.1.1 Primera Generación 36
2.1.2 Segunda Generación – del Romanticismo al Realismo 42
2.2 El Realismo/Naturalismo (Siglo XIX) 46
2.2.1 Los Autores y sus Producciones Literarias 47
4.1 La Vanguardia 85
4.1.1 Los Autores y sus Producciones Literarias 86
5. El Boom Latinoamericano y
la Literatura Actual 95
¡Buenos estudios!
5
1
El Barroco y el
Neoclasicismo
Para empezar nuestros estudios de Literatura Hispanoamericana, ¿vamos a
conocer sus primeras manifestaciones literarias? La primera parte del capítulo
trata específicamente de los cronistas del siglo XVI. Posteriormente, en la
segunda parte, trataremos sobre el Barroco y luego, en la tercera parte, sobre
el Neoclasicismo.
OBJETIVOS
• Presentar las primeras manifestaciones literarias hispanoamericanas.
• Estudiar obras de autores representativos del Barroco y del Neoclasicismo hispanoamericanos.
8• capítulo 1
1.1 Empezando la literatura – Los cronistas
Para conocer las diferencias de los textos escritos por los cronistas del siglo XVI
(cartas, diarios, relaciones), como Colón y Hernán Cortés, por ejemplo, leer: Mignolo,
W. “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista”.
capítulo 1 •9
Carta de Colón describiendo lo que encuentra en el Nuevo Mundo
Martes, 23 de octubre
Quisiera hoy partir para la Isla de Cuba, que creo que debe ser Cipango, según
las señas que dan esta gente de la grandeza de ella y riqueza y no me detendré
más aquí ni* esta isla alrededor para ir la población como tenía determinado,
para haber lengua con este Rey o Señor, que es por no me detener mucho, pues
veo que aquí no hay mina de oro, y al rodear de estas islas ha menester muchas
maneras de viento, y no vienta así como los hombres querrían. Y pues es de
andar adonde haya trato grande, digo que son razón de se detener, salvo ir a
camino y calar mucha tierra hasta topar en tierra muy provechosa, aunque
mi entender es que ésta sea muy provechosa en especerías, mas que yo no las
conozco, que llevo la mayor pena del mundo, que veo mil maneras de árboles
que tienen cada uno su manera de fruta y verde ahora como en España en el
mes de mayo y junio, y mil maneras de hierbas; así mismo con flores, y de todo
no se conoció salvo este liñaloe de que hoy mandé también traer a la nao mucho
para llevar a Vuestras Altezas. Y no he dado ni doy la vela para Cuba porque no
hay viento, salvo calma muerta, y llueve mucho y llovió ayer mucho sin hacer
ningún frío; antes el día hace calor y las noches temperadas como en mayo en
España en Andalucía.
Lunes, 26 de noviembre
[…] Ellos no tienen armas, y son todos desnudos y de ningún ingenio en las
armas y muy cobardes, que mil no aguardarían tres, y así son buenos para les
mandar y les hacer trabajar, sembrar, y hacer todo lo otro que fuese menester y
que hagan villas y se enseñan a andar vestidos y a nuestras costumbres.
10 • capítulo 1
La preceptiva retorica que utiliza es la comparación: describe lo desconocido por
medio de lo conocido, comparándolos.
Como un hombre medieval, cree que el está en la tierra y describe America como si
ésta fuera el paraíso. Sobre eso, no faltan referencias a los papagayos (símbolo del
paraíso, así como la presencia de agua clarísima, tierras fertilísimas, arboles de mil
maneras.
capítulo 1 • 11
en la dicha plaza otras personas que andan continuo entre la gente, mirando lo
que se vende y las medidas con que miden lo que venden; y se ha visto quebrar
alguna que estaba falsa.
El objetivo que está por detrás de la Brevísima es la colonización pacífica. Las Casas
defiende los indígenas y se los describe como ‘ovejas mansas’, lo que los contrapone
a los españoles, descriptos como ‘tiranos’, con el intuito de denunciar la colonización
española e intentar una colonización pacífica.
Hay en esta gran ciudad muchas mezquitas o cosas de sus ídolos de muy
hermosos edificios, por las colaciones y barrios de ella, y en las principales de ella
hay personas religiosas de su secta, que residen continuamente en ellas, para los
cuales, demás de las casas donde tienen ídolos, hay buenos aposentos […]
Hay tres salas dentro de esta gran mezquita, donde están los principales
ídolos, de maravillosa grandeza y altura y de muchas labores y figuras esculpidas,
así en la cantería como en el maderamiento, y dentro de estas salas están otras
capillas que las puertas por donde entran a ellas son muy pequeñas, y ellas
asimismo no tienen claridad alguna, y allí no están sino aquellos religiosos,
y no todos, y dentro de éstas están los bultos y figuras de los ídolos, aunque,
como he dicho, de fuera hay también muchos. Los más principales de estos
ídolos, y en quién ellos más fe y creencia tenían derroqué de sus sillas y los hice
echar por las escaleras abajo e hice limpiar aquellas capillas donde los tenían,
porque todas estaban llenas de sangre que sacrifican, y pude en ellas imágenes
de Nuestra Señora y de otros santos que no poco el dicho Moctezuma y los
naturales sintieron; los cuales primero me dijeron que no lo hiciese, porque sí se
sabía por las comunidades se levantaría contra mí, porque tenían que aquellos
ídolos les daban todos los bienes temporales y que dejándolos maltratar, se
enojarían y no les darían nada, y les sacarían los frutos de la tierra y moriría la
gente de hambre. Yo les hice entender con las lenguas cuán engañados estaban
en tener su esperanza en aquellos ídolos, que eran hechos por sus manos, de
cosas no limpias, y que habían de saber que había un solo Dios, universal Señor
de todos, el cual había creado el cuelo y la tierra y todas las cosas, y que hizo a
ellos y a nosotros, y que Éste era el sin principio e inmortal, y que a Él había de
adorar y creer y no a otra criatura ni cosa alguna, y les dije todo lo demás que yo
en este caso supe para los desviar de sus idolatrías y atraer al conocimiento de
12 • capítulo 1
Dios Nuestro Señor; y todos, en especial el dicho Moctezuma, me respondieron
que ya me habían dicho que ellos no eran naturales de esta tierra, que había
muchos tiempos que sus predecesores habían venido a ella, y que bien creían
que podrían estar errados en algo de aquello que tenían, por haber tanto tiempo
que salieron de su naturaleza, y que yo, como más nuevamente venido, sabría
las cosas que debían tener y creer mejor que ellos harían lo que yo les dijese que
era lo mejor […]
capítulo 1 • 13
Nuevo Mundo bajo un único prisma, el de la destrucción, utilizando estrategias
narrativas que le permitieron construir imágenes eficaces sobre el nuevo
continente, las poblaciones indígenas y los conquistadores españoles (FREIRE,
2004: 201 – traducción nuestra).
¡Vamos a leer un fragmento del prólogo de la obra de Las Casas, que fue
escrita para un destinatario específico, el príncipe de España, Don Felipe II!
14 • capítulo 1
Otro gran cronista de la época colonial es Gracilaso de la Vega (Perú, 1539-
1616), que escribe Florida del Inca (1605), y Comentarios Reales (obra cumbre
- 1609 y 1617), además de hacer tradicciones de Diálogos de amor, de León
Hebrero, y de Genealogía, de Garcí-Perez de Vargas.
La primera parte de los Comentarios reales narra el origen de los monarcas
peruanos, la sociedad, la religión, la riqueza, etc. La segunda parte, subtitulada
Historia General del Perú, trata sobre las guerras civiles que agotaron a dicha
nación en tiempos de Pizarro y Almagro.
capítulo 1 • 15
y más trabajosas, como luego se dirá. Con la muerte de don Diego de Almagro
quedó el marqués solo gobernador de más de setecientas leguas de tierras
que hay Norte Sur, desde los Charcas a Quitu, donde tenía bien que hacer en
apaciguar y allanar las nuevas conquistas que sus capitanes en diversas partes
hacían, y en proveer de justicia y quietud para los pueblos que ya tenían pacíficos;
pero como el mandar y señorear sea insaciable, no contento con lo que tenía,
procuró nuevos descubrimientos, porque su ánimo belicoso pretendía llevar y
pasar adelante las buenas andanzas que hasta allí había tenido.
Todo nueva que fuera de los términos de Quitu y fuera de lo que los reyes
Incas señorearon, había una tierra muy larga y ancha donde se criaba canela,
por lo cual llamaron la Canela. Parecióle enviar a la conquista de ella a su
hermano Gonzalo Pizarro, para que tuviese otra tanta tierra que gobernar como
él; y habiéndolo consultado con los de su secreto, renunció la gobernación de
Quitu en el dicho su hermano, para que los de aquella ciudad le socorriesen en
lo que hubiese menester, porque de allí había de hacer su entrada, por estar la
Canela al levante de Quitu. Con esta determinación envió a llamar a Gonzalo
Pizarro, que estaba en los Charcas ocupado en la nueva población de la ciudad
de la Plata, y en dar orden y asiento para gozar del repartimiento de indios que
le había cabido. Gonzalo Pizarro vino luego al Cozco, donde su hermano estaba;
y habiendo platicado entre ambos la conquista de la Canela, se apercibió para
ella, aceptando con muy buen ánimo, la jornada, por mostrar en ella el valor de
su persona para semejantes hazañas.
Hizo en el Cozco más de doscientos soldados, los ciento de a caballo, y los
demás infantes; gastó con ellos más de sesenta mil ducados. Fue a Quitu,
quinientas leguas de camino, donde estaba Pedro de Puelles por gobernador.
Por el camino peleó con los indios que andaban alzados; tuvo batallas ligeras
con ellos; pero los de Huánucu le apretaron malamente, tanto, que, como dice
Agustín de Zárate, libro cuarto, capítulo primero, le envió el marqués socorro
con Francisco de Chaves.
Gonzalo Pizarro, libre de aquel peligro y de otros no tan grandes, llegó a
Quitu. Mostró a Pedro de Puelles las provisiones del marqués su hermano; fue
obedecido. Y como gobernador de aquel reino aderezó lo necesario para su
jornada: hizo más de otros cien soldados, que por todos fueron trescientos y
cuarenta, los ciento y cincuenta de a caballo, y los demás infantes.
Llevó más de cuatro mil indios de paz cargados con sus armas y bastimento,
y lo demás necesario para la jornada, como hierro, hachas, machetes, sogas y
maromas de cáñamo, y clavazón para lo que por allá se les ofreciese.
16 • capítulo 1
Llevaron asimismo cerca de cuatro mil cabezas de ganado de puercos, y de
las ovejas mayores de aquel imperio, que también ayudaron a llevar parte de la
munición y carguío.
Dejó en Quitu por su lugarteniente a Pedro de Puelles, y habiendo reformado
y dado nueva orden en ciertas cosas que tenían necesidad de reformación, salió
de Quitu por Navidad del año mil y quinientos y treinta y nueve. Anduvo en
buena paz y muy regalado de los indios todo lo que duró el camino, hasta salir
del imperio de los Incas. Luego entró en una provincia que los historiadores
llamaban Quixos. Y porque en esta jornada de la Canela, Francisco López de
Gómara y Agustín de Zárate van muy conformes, contando los sucesos della
casi por unas mismas palabras, y porque yo las oí a muchos de los que en este
descubrimiento se hallaron con Gonzalo Pizarro, diré, recogiendo de los unos
y de los otros, lo que pasó.
Es así que en aquella provincia de los Quixos, que es al norte de Quitu,
salieron muchos indios de guerra a Gonzalo Pizarro; mas luego que vieron los
muchos españoles y caballos que llevaban, se retiraron la tierra adentro, donde
nunca más parecieron. Pocos días desto tembló la tierra bravísmamente,
que se cayeron muchas casas en el pueblo donde estaba. Abrióse la tierra
por muchas partes; hubo relámpagos, truenos, rayos, tantos y tan espesos,
que se admiraron los españoles muy mucho; juntamente llovió muchos días
tanta agua, que parecía que la echaban a cántaros; admiróles la novedad de
la tierra, tan diferente de la que habían visto en el Perú. Pasados cuarenta o
cincuenta días que tuvieron esta tormenta, procuraron pasar la Cordillera
Nevada; y aunque iban bien apercibidos (como aquella Sierra sea tan extraña),
les cayó tanta nieve y hizo tanto frío, que se helaron muchos indios, porque
visten poca ropa, y ésa de muy poco abrigo. Los españoles, por huir del frío y
de la nieve, y de aquella mala región, desampararon el ganado y la comida que
llevaban, entendiendo hallarla dondequiera que hubiese población de indios.
Pero sucedióles en contra, porque pasada aquella Cordillera tuvieron mucha
necesidad de bastimento, porque la tierra que hallaron (por ser estéril) no tenía
habitadores. Diéronse priesa a salir della, llegaron a una provincia y pueblo que
llamaban Zumaco, puesto a las faldas de un volcán, donde hallaron comida;
pero tan cara, que en dos meses que allí estuvieron no les cesó de llover jamás
ni sólo un día, con que recibieron mucho daño, que se les perdió mucha ropa
de la que llevaban de vestir.
capítulo 1 • 17
En aquella provincia llamada Zumaco, que está debajo de la Equinocial, o
muy cerca, se crían los árboles que llaman canela, la que iban a buscar. Son
muy altos, con hojas grandes como el laurel, y la fruta son unos racimos de
fruta menuda, que se crían en capullos como de bellota. Y aunque el árbol y
sus hojas, raíces y corteza huelen y saben a canela, la más perfecta canela son
los capullos. Por los montes se crían muchos árboles de aquellos, incultos, y
dan fruto; pero no es tan bueno como el que sacan los indios de los árboles que
plantan y cultivan en sus tierras para sus granjerías con sus comarcanos; mas
no con los del Perú. Los cuales nunca quisieron ni quieren otras especies que su
uchu, que los españoles llaman allá ají, y en España pimiento.
(Fuente:http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/Literatura-
Latinoamericana/ IncaGarcilasodelaVega/ComentariosReales/segun-
daparte/capitulo3.asp)
Octavio Paz: poeta mexicano y recibió el Premio Nobel de Literatura de 1990. Vamos
a conocer un poco más sobre éste autor en la unidad 6.
18 • capítulo 1
Las vocaciones son misteriosas: ¿Por que aquel dibuja incansablemente
en su cuaderno escolar, el otro hace barquitos o aviones de papel, el de mas
allá construye canales y túneles en el jardín, o ciudades de arena en la playa,
el otro forma equipos de futbolistas y capitanea bandas de exploradores o se
encierra solo a resolver interminables rompecabezas? Nadie lo sabe a ciencia
cierta; lo que sabemos es que esas inclinaciones y aficiones se convierten,
con los anos, en oficios, profesiones y destinos. El misterio de la vocación
poética no es menos sino más enigmático: comienza con un amor inusitado
por las palabras, por su color, su sonido, su brillo y el abanico de significados
que muestran cuando, al decirlas, pensamos en ellas y en lo que decimos.
Este amor no tarda en convertirse en fascinación por el reverso del lenguaje,
el silencio. Cada palabra, al mismo tiempo, dice y calla algo. Saberlo es lo
que distingue al poeta de otros enamorados de la palabra, como los oradores
o los que practican las artes sutiles de la conversación. A diferencia de esos
maestros del lenguaje, al poeta lo conocemos tanto por sus palabras como por
sus silencios. Desde el principio el poeta sabe, oscuramente, que el silencio es
inseparable de la palabra: es su tumba y su matriz, la tierra que lo entierra y la
tierra donde germina. Los hombres somos hijos de la palabra. Ella es nuestra
creación; también es nuestra creadora: sin ella no seriamos hombres. A su
vez la palabra es hija del silencio: nace de sus profundidades, aparece por un
instante y regresa a sus abismos.
Lo que acabo de decir puede parecer demasiado abstracto pero no lo es. Mi
experiencia personal y, me atrevo a pensarlo, la de todos los poetas, confirma el
doble sentimiento que me ata, desde mi adolescencia, al idioma que hablo. Mis
anos de peregrinación y vagabundeo por las selvas y las ciudades de la palabra
son inseparables de mis travesías por los desiertos, océanos y arenales del
silencio. Las semillas de las palabras caen en la tierra del silencio y la cubren
con una vegetación a veces delirante y otras, geométrica. Mi amor por la palabra
comenzó cuando oí hablar a mi abuelo y cantar a mi madre, pero también
cuando los oí callar y quise descifrar o, mas exactamente, deletrear su silencio.
Las dos experiencias forman el nudo de que esta hecha la convivencia humana:
el decir y el escuchar.
Por esto el amor a nuestra lengua, que es palabra y silencio, se confunde con
el amor a nuestra ente, a nuestros muertos los silenciosos y a nuestros hijos
que aprenden a hablar. Todas las sociedades humanas comienzan y terminan
con el intercambio verbal, con el decir y el escuchar. La vida de cada hombre
capítulo 1 • 19
es un largo y doble aprendizaje: saber decir y saber oír. El uno implica al otro:
para saber decir hay que aprender a escuchar. Empezamos escuchando
a la gente que nos rodea y así comenzamos a hablar con ellos y con nosotros
mismos. Pronto, el círculo se ensancha y abarca no solo a los vivos sino a los
muertos. Este aprendizaje insensiblemente nos inserta en una historia: somos
los descendientes no sólo de una familia sino de un grupo, una tribu o una
nación. A su vez el pasado nos proyecta en el futuro: somos los padres y los
abuelos de otras generaciones que, a través de nosotros, aprenderán el arte
de la convivencia humana: saber decir y saber escuchar. El lenguaje nos da
el sentimiento y la conciencia de pertenecer a una comunidad. El espacio se
ensancha y el tiempo se alarga: estamos unidos por la lengua a una tierra y a un
tiempo. Somos una historia.
La experiencia que acabo toscamente de evocar es universal: pertenece a
todos los hombres y a todos los tiempos. Pero en el caso de las comunidades
de lengua castellana aparecen otras características que conviene destacar. Para
todos los hombres y mujeres de nuestra lengua la experiencia de pertenecer
a una comunidad lingüística está unida a otra: esa comunidad se extiende
más allá de las fronteras nacionales. Trátese de un argentino o de un español,
de un chileno o de un mexicano, todos sabemos desde nuestra niñez que
nuestra lengua nacional es también la de otras naciones. Y hay algo más y no
menos decisivo: nuestra lengua nació en otro continente, en España, hace
muchos siglos.
El castellano no solo trasciende las fronteras geográficas sino las históricas:
se hablaba antes de que nosotros, los hispanoamericanos, tuviésemos
existencia histórica definida. En cierto modo, la lengua nos fundo o, al menos,
hizo posible nuestro nacimiento como naciones. Sin ella, nuestros pueblos
no existirían o serian algo muy distinto a lo que son. El español nació en una
región de la península ibérica y su historia, desde la Edad Media hasta el siglo
XVI, fue la de una nación europea. Todo cambio con la aparición de América en
el horizonte de Espanta.
El español del siglo XX no seria lo que es sin la influencia creadora de
los pueblos americanos con sus diversas historias, psicologías y culturas. El
castellano fue trasplantado a tierras americanas hace ya cinco siglos y se ha
convertido en la lengua de millones de personas. Ha experimentado cambios
inmensos y, sin embargo, sustancialmente, sigue siendo el mismo.
20 • capítulo 1
El español del siglo XX, el que se habla y se escribe en Hispanoamérica y en
España, es muchos españoles, cada uno distinto y único, con su genio propio;
no obstante, es el mismo en Sevilla, Santiago o La Habana. No es muchos
árboles: es un solo árbol pero inmenso, con un follaje rico y variado, bajo el
que verdean y florecen muchas ramas y ramajes. Cada uno de nosotros, los
que hablamos español, es una hoja de ese árbol. Pero ¿realmente hablamos
nuestra lengua? Mas exacto sería decir que ella habla a través de nosotros. Los
que hoy hablamos castellano somos una palpitación en el fluir milenario de
nuestra lengua.
capítulo 1 • 21
y conceptistas. Los culteranos solamente se dirigían a los conocedores de las
letras clásicas de alusiones mitológicas; hacían hincapié en el léxico y sintaxis.
La Contra-Reforma desarrolla papel importante en las ideas en contra al
humanismo – el hombre como centro del universo – y define, de esta forma,
una característica del Barroco: la crisis del humanismo.
La realidad social en la Hispanoamérica es el contraste entre una minoría
culta y una mayoría ignorante. Esta antítesis va a alimentar la literatura,
traduciéndose en el dualismo claro/oscuro, sensualismo/misticismo,
realismo/idealismo.
22 • capítulo 1
En Argentina, el primer poeta de esta época es Luis de Tejeda y Guzmán
(1604 – 1680), con la obra El Peregrino en Babilonia y Otros Poemas.
En Colombia, Hernando Domínguez de Camargo (inicio del siglo XVII -1656
o 59) también sufre influencia de Góngora pero es bastante personal.
Una gran autora que se destaca mucho por sus producciones literarias y por
las formalidades que enfrentó en su época es la mexicana Sor Juana Inés de la
Cruz (1651-1695). Desde pequeña demostraba inclinación hacia los estudios.
Por sí sola aprendió a leer cuando tenía tres años y a los seis suplicó a su madre
que la vistiera de varón para asistir a los cursos de la universidad. A los dieciséis
años se internó en el convento de San Jerónimo, que para ella era un espacio
para dedicarse a la lectura, a la meditación y al ejercicio de las artes.
Formó una rica biblioteca que alcanzó a contar más de cuatro mil volúmenes.
Sor Juana Inés de la Cruz logró armonizar la práctica de las virtudes del claustro
con el más vasto saber humano. Presentaba cconocimiento enciclopédico a
causa de su interés en muchos campos del conocimiento, incluyendo los de la
química y la física.
Falleció en abril 1695, al contagiarse de la peste de 1695.
Sus obras comprenden: Carta atenagórica, Primero sueño, poema escrito
en silvas, en donde ella trata de entender y explicar el lugar y el propósito del
intelecto humano en el universo y Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, (1691)
quien era el Arzobispo de Puebla, que le pide ser espiritual en vez de mundana.
CONEXIÓN
¿Vamos a la biblioteca? Ésta es una biblioteca virtual en la que encontrarás informaciones
sobre innúmeros autores y obras. En el enlace siguiente podrás encontrarte con Sor Juana
Inés de la Cruz:
http://www.cervantesvirtual.com/Buscar.html?texto=Sor+Juana+In%E9s+de+
la+Cruz++
Para saber más sobre el trabajo de Ludmer, vete a:
http://www.josefinaludmer.com/Josefina_Ludmer/Sor_Juana_files/Tretas%20del%20
de%CC%81bil.pdf
capítulo 1 • 23
Con relación a su prosa, según la crítica de Josefina Ludmer, podemos
dividir la prosa de Soror Juana en por lo menos tres textos diferentes. Por medio
de éstos, conocemos un poco sobre su vida:
1. Lo que escribe directamente al obispo – “soy ingenua”, donde habla al
obispo de su ignorancia
2. Lo que se ha leído como su autobiografía intelectual – cuenta sobre su
deseo por el saber.
3. La polémica de San Pablo: callen las mujeres en la iglesia – donde
escribe sobre su sentir en la sentencia de San Pablo.
24 • capítulo 1
asístanme implacables tus enojos;
y si otro amor del tuyo me divierte,
tú, que has sido mi vida, me des muerte.
http://www.los-poetas.com/l/sor1.htm#PUES%20ESTOY%20CONDENADA
1.3 El Neoclasicismo
El neoclasicismo es una etapa renovadora que ocurre en la segunda mitad del
siglo XVIII, el Siglo de las Luces, cuando se divulgan nuevas ideas.
En esta época, España experimenta un clima de progreso y de renovación
cultural. Carlos III (1759-1788) trabaja a favor de la industria y del comercio
y aumenta el tráfico marítimo. En los navíos viajan personajes como Bolívar
y jóvenes criollos. El triunfo de la Revolución Francesa y los libros e ideas de
Voltaire, Rousseau, Diderot se extienden por todas las partes y se afirma una
conciencia americana.
capítulo 1 • 25
En esta época la naturaleza es minuciosamente observada. El racionalismo,
la filosofía y la crítica triunfan sobre la imaginación, pero dejan una semilla en
la poesía.
En Argentina, las composiciones poéticas se presentan en dos colecciones,
Lira Argentina y Poesía Patriótica. Se destaca Juan Cruz Varela.
Yaraví VIII
Ya mi triste desventura
No deja
Esperanza de tener
Alivio;
Y el buscarlo solo sirve
De darme
El tormento de mirarlo
Perdido.
26 • capítulo 1
Mi pecho
Sus recelos y su amor
Más fijos.
(https://es.wikisource.org/wiki/Yarav%C3%AD_VIII )
capítulo 1 • 27
Concolorcorvo. Es una crónica de la época, Critica las irregularidades cometidas
por funcionarios españoles.
El mexicano José Joaquín Fernández de Lizardi (1776-1827) escribe
Periquillo, La Quijotito y su prima, en que discute acerca de la educación dada a
la mujer y Don Catrín de la Fachenda, en que ridiculariza la vida de los libertinos
que ignoraban al pueblo.
En el teatro, dentro del estilo del siglo XVIII, los peruanos Felipe Pardo y
Manuel Ascencio Segura escriben comedias sobre costumbres y usos políticos
y sociales.
ACTIVIDADES
01. Según Mignolo1 , cartas, crónicas y relaciones corresponden a tipos discursivos que
presentan un nivel clasificativo interno. Tratase de textos que forman parte de la cultura
hispana no solo por la lengua en que están escritos sino por referirse a un hecho crucial de
la historia de esa cultura – el descubrimiento y la conquista de las “Indias”. Además, Mignolo
diserta sobre el objetivo primordial de algunos nombres importantes de la Historia del des-
cubrimiento de América, como Hernán Cortés y Cristóbal Colon, por ejemplo. A partir de las
lecturas y estudios realizados, reflexiona sobre cuál es el objetivo principal de la escrita de
algunas de las obras estudiadas en clase y cuál la visión que cada una presenta con respeto
a los pueblos y espacios que encuentran con el descubrimiento. Haz un análisis contrastivo
entre la visión de los dos textos: El Diario de Cristóbal Colón y Las Cartas de Hernán Cortés:
Navegó al Ouesudueste. Tuvieron mucha mar, más que en el todo viaje habían tenido.
Vieron pardelas y un junco verde junto a la mano […]
Luego vieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada y Mártin
Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. […] Puesto en tierra
vieron árboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras. […] Luego se juntó
allí mucha gente de la Isla. Esto que se sigue son palabras formales del Almirante en su libro
de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias: ‘Yo, dice él, porque nos tuviesen
1 MIGNOLO. W. Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la conquista in IÑIGNO, L (org.). Historia de la
literatura hispanoamericana. Época Colonial. Tomo I. Madrid: Cátedra, 1998, p. 55-116.
28 • capítulo 1
mucha amista, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a Nuestra
Santa Fe con Amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados
y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor,
con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales
después venían a las barcas de nos navíos a donde nos estábamos, nadando y nos traían
papagayos y hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban
por otras cosas que nos les dábamos, como cuenticillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo
tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente
muy pobre de todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió, y también las
mujeres aunque no vide más de una harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos,
que ninguno vide de edad más de 30 años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y
muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos […]
De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios, ni negros ni blanco, y
dellos de colorado, y de ellos de lo que hallan; y se pintan las caras, y dellos todo el cuerpo,
y de ellos solo los ojos, y de ellos solo la nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque
les mostré espadas y las tomaban por el filo, y se cortaban con ignorancia. No tienen algún
hierro; sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellos tienen al cabo un diente
de pece, y otras de otras cosas. Ellos todos a una mano son de buena estatura de grandeza
y de buenos gestos, bien hechos […] Yo reí y creo que aquí vienen de tierra firme a tomarlos
por cautivos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto
dicen todo lo que les decía. Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que
ninguna secta tenían […]’
(COLÓN, Cristóbal. Textos y documentos completos. Madri:
Alianza Editorial, 1984, p. 88 - 93)
‘A las diez horas llegué aquí, a este cabo del isleo y surgí, y asimismo las carabelas.
Y después de haber comido fui en tierra, adonde aquí no había otra población que una
casa, en la cual no hallé a nadie, que creo que con temor se habían huido, porque en ella
estaban todos sus aderezos de casa. Yo no le dejé tocar nada, salvo que me salí con estos
capitanesy gente a ver la isla, que si las otras ya vistas son muy hermosas y verdes y fértiles,
esta es mucho más y de grandes arboledas y muy verdes. Aquí es unas grandes lagunas, y
sobre ellas a la rueda es el arboleado en maravilla, y aquí y en toda la isla son todos verdes
y las hierbas como en el abril en el Andalucía; y el cantar de los pajaritos, que parece que
el hombre nunca se querría partir de aquí, y las manadas de los papagayos que oscurecen
capítulo 1 • 29
el sol; y aves y pajaritos de tantas maneras y tan diversas de las nuestras, que es maravilla.
Y después hay árboles de mil maneras y todos dan de su manera fruto, y todos huelen que
es maravilla, que yo estoy el más penado del mundo de no los conocer […] por ende, si el
tiempo me da lugar, luego me partiré a rodear esta isla hasta que yo haya lengua con este rey
y ver si puedo haber del oro que oigo que trae, y después partir para otra isla grande mucho,
que creo que debe ser Cipango, según las señas que me dan estos indios que yo traigo […]
y según no hallare recaudo de oro o especiería determinaré lo que he de hacer. Mas todavía
tengo determinado de ir a la tierra firme y a la ciudad de Quisay, a dar las otras cartas de
Vuestras Altezas al Gran Can y pedir respuesta y venir con ella.'
(COLÓN, Cristóbal. Textos y documentos completos. Madri:
Alianza Editorial, 1984, p. 109 - 111)
Los bultos y cuerpos de los ídolos en quien estas gentes creen, son de muy mayores
estaturas que el cuerpo de un hombre. Son hechos de masa de todas las semillas y legumbres
que ellos comen, molidas y mezcladas unas con otras, y amánsalas con sangre de corazón
de cuerpos humanos, los cuales abren por los pechos vivos, y les sacan el corazón, y de
aquella sangre que sale de él, amasan aquella harina, y así hacen tanta cantidad cuanta
basta para hacer aquellas estatuas grandes […] Y a cada cosa tienen su ídolo lo dedicado,
al uso de los gentiles, que antiguamente honraban a sus dioses. Por manera que para pedir
favor para la guerra tienen un ídolo, y para sus labranzas otro, y así para cada cosa de las de
ellos quieren o desean que se hagan bien, tienen sus ídolos a quien honran y sirven.
Hay en esta gran ciudad muchas casas, muy buenas y muy grandes, y la causa de haber
tantas casas principales es que todos los señores de la tierra, vasallos del dicho Mutezuma,
tienen sus casas en la dicha ciudad y residen en ella cierto tiempo del año, y además de este
hay en ella muchos ciudadanos ricos que tienen asimismo muy buenas casas. Todos ellos,
demás de tener muy grandes y buenos aposentamientos, tienen muy gentiles vergeles de
flores de diversas maneras, así en los aposentamientos altos como bajos. Por la una calzada
de esta gran ciudad entra vienen dos caños de argamasa, tan anchos como dos pasos cada
uno, y tan altos como un estado, y por el uno de ellos vienen un golpe de agua dulce muy
buena, del gordor de un cuerpo de un hombre, que va a dar al cuerpo de la ciudad, de que
se sirven y beben todos […]
La gente de esta ciudad es de más manera y primor en su vestir y servicio que no la
otra de estas provincias y ciudades, porque como allí estaba siempre este señor Mutezuma,
y todos los señores sus vasallos ocurrían siempre a la ciudad, había en ella más manera y
30 • capítulo 1
policía en todas las cosas. Y por no ser más prolijo en la relación de las cosas de esta gran
ciudad, aunque no acabaría tan aína, no quiero decir más sino que en servicio y trato de la
gente de ella hay la manera casi de vivir que en España; y con tanto concierto y orden como
allá, y que considerando esta gente ser bárbara y tan apartada del conocimiento de Dios y
de la comunicación de otras naciones de razón, es cosa admirable ver la que tienen en todas
las cosas […].
(CORTÉS, Hernán. Cartas de relación. Madrid: Castalia, 2005, p. 136-137)
REFLEXIÓN
Podemos observar que esta unidad nos presenta el inicio de la literatura hispanoamericana
y sus influencias. Así, te propongo algunas cuestiones para que reflejes: ¿es importante que
relacionemos las características de la obra al contexto histórico-social en el cual ha sido
escrito, acordándonos de las particularidades literarias del movimiento?
¿Crees que el contexto histórico-social de producción de una obra influye en
sus características?
LECTURAS INDICADAS
ÍÑIGO MADRIGAL, Luis. Historia de la literatura hispanoamericana. Época Colonial. Vol. I. Madri:
Cátedra, 1998.
CRUZ, Sor Juana Inés. Obras Completas. 4 volumes. México: FCE, 1995.
LAS CASAS, Fray Bartolomé de. Brevísima relación de la destruición de las Indias. Madri:
Cátedra, 1989.
REFERENCIAS
ANDERSON IMBERT, Enrique. Historia de la Literatura Hispanoamericana. Vols. I e II. México:
Fondo de Cultura Económica, 1997.
BOSI, Alfredo. Dialética da Colonização. São Paulo: Companhia das Letras, 2002.
capítulo 1 • 31
JOSEF, Bella. História da Literatura Hispano-americana. Rio de Janeiro:UFRJ Editora/Francisco
Alves Editora, 2005.
MÁRQUEZ, A. J. Antología poética hispanoamericana. Madri: Altosa, 1999.
BUARQUE DE HOLANDA, Sérgio. Visão do Paraíso. São Paulo: Brasiliense, 1992.
CASTILLO, Bernal Díaz del. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Madri:
Castalia, 2000.
COLÓN, Cristóbal. Textos y documentos completos. Madrid: Alianza Editorial, 1984.
CORTÉS, Hernán. Cartas de relación. Madri: Castalia, 2005.
O’GORMAN, Edmundo. A invenção da América. São Paulo: Unesp, 1992.
PAZ, Octavio. El laberinto de la soledad. Postdat. Vuelta al laberinto de la soledad. México: Fondo de
Cultura Económica, 1983.
___________. Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. México: FCE, 1993.
SOLÍS, Don Antonio de. Historia de la conquista de México. Población y progresos de la América
Septentrional conocida por el nombre de Nueva España. Paris: Casa Editorial Garnier Hermanos, s/d.
TODOROV, Tzvetan. A conquista da América: a questão do outro. São Paulo: Martins Fontes, 1988.
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaEspanola/HernanCortes/SegundaRelacion.
asp
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaLatinoamericana/IncaGarcilasodelaVega/
ComentariosReales/segundaparte/capitulo3.asp
http://www.los-poetas.com/l/sor1.htm#PUES%20ESTOY%20CONDENADA
http://www.adonde.com/historia/1815melgar.htm
32 • capítulo 1
2
El Romanticismo:
sus Características
y el Realismo
En nuestra segunda unidad, vamos a estudiar el Romanticismo, la primera
respuesta estética a la Revolución Francesa y a la Revolución Industrial. Trátase
de una época de independencia política y social.
El escritor romántico se aplica a la realidad social, dando énfasis en la
emoción, en el sentimiento nacional y en la búsqueda de lo popular y folklórico.
En la obra literaria los preceptos románticos se manifestaron en el culto al
individualismo - exaltación del “yo” - y la libertad creadora, la utilización de
la naturaleza para reflejar los sentimientos del artista, el deseo de la libertad
política, la vuelta al pasado y el gusto por lo típico y pintoresco.
Como afirma Bella Josef, el Romanticismo se inicia después de 1830 y se
extiende más en unos países que otros.
Después de vernos el Romanticismo, apuntando sus caracteristica y pecu-
liaridades, vamos a ver el Realismo/Naturalismo, abordando obras y autores
representativos de dicho momiento literario. Aquí, veremos que la descripción
y la narrativa más próxima de la realidad en la cual el hombre está inserido se
hacen presentes. Realidad esa que será instrumento no solo para reflejar acerca
de nuestra realidad sino también para hacer denuncia social.
OBJETIVOS
• Estudiar obras de autores representativos del Romanticismo hispanoamericano.
• Relacionar las obras literarias más importantes con las características socioculturales de
la época.
• El Realismo/Naturalismo.
34 • capítulo 2
2.1 El Romanticismo
La estética romántica se desarrolla, primeramente, en Inglaterra y Alemania.
Sin embargo, las condiciones históricas de ambas naciones que determinan
esta estética son distintas. Al fin y al cabo, los alemanes tienen una situación
cultural diversa porque, está claro, no vivieron la revolución industrial. Los
pensadores alemanes buscaban para si propio el derecho a pensar libremente,
por eso valorizaban la naturaleza bruta, la espontaneidad y el naturalismo. Esta
búsqueda proporcionará que se destaque el “yo”, que antes estaba subordinado
a las leyes del sistema absolutista y a las leyes newtonianas. A causa de esto, el
hombre descubre la individualidad y empieza a valorar su exterior. La pérdida de
los valores absolutos y la valoración de la individualidad provocan la conciencia
de libertad del hombre, pero también instaura una crisis irreparable entre el
ser y las cosas.
Así que la naturaleza tendrá un papel determinante para la generación
romántica, pues, muchas veces, se volverá confidente de los poetas. Según Victor
Hugo, el poeta debe guiarse por la naturaleza, por la verdad y por la inspiración.
Mientras para los neoclásicos la naturaleza era, muchas veces, solamente
un escenario, para los románticos ella ganará un nuevo color, volviéndose
grandiosa y siendo la extensión del alma del poeta, que está siempre ávida de
grandezas.
Además, las ideas que más se destacan a lo largo del romanticismo son las
de libertad e inspiración. El poeta gozará de amplia libertad para evadirse de
los límites del tiempo y del espacio y buscar su inspiración en épocas y lugares
remotos. Igualmente, uno de los sentimientos más característicamente
románticos fue la contraposición dolorosa entre el individuo y el mundo
circundante. El escritor romántico se siente insatisfecho por la realidad que
debe vivir, pues ella no corresponde a sus aspiraciones, por eso busca otros
lugares, muchas veces inaccesibles, como la Edad Media y el Oriente, que son
sus espacios preferidos.
Entre todas las características destacadas, la más importante es el
subjetivismo, pues los románticos se sienten atraídos por lo que cada individuo
tiene de único, irrepetible y contradictorio. De ahí su constante afán de
introspección y de análisis.
Tales aspectos se aplican al romanticismo hispanoamericano, como
veremos con Esteban Echeverría y otros.
capítulo 2 • 35
2.1.1 Primera Generación
política-económica.
36 • capítulo 2
Pampa: nombre de origen quechua; se refiere a algunas regiones de Argentina,
Uruguay y sur.
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaArgentina/
echeverria/lacautiva.asp
CONEXIÓN
Para leer el cuento ‘El Matadero’, de Echeverría, vete a:
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/cuentos/matadero/matadero.htm#
Fuente: ‘Obras completas de D. Echeverría’, edición de Juan María Gutiérrez, Buenos
Aires, Carlos
capítulo 2 • 37
Con respecto al romanticismo en Argentina, según Borges, Echeverría es
importante para ese momento porque se trata de un escritor que perdura no
solo en la historia de la literatura, sino también en la propia literatura: ‘Hay
escritores que perduran en la historia de la literatura; otros, los menos, en la
propia literatura. Echeverría corresponde a ambas categorías.’
Los críticos dividen la obra de Echeverría en dos momentos: la década
porteña y la del exilio. En la primera, introduce en el Río de la Plata la revolución
romántica que supuso la independencia de los modelos literarios españoles y
la incorporación de la naturaleza y la temática locales. Inaugura en la narrativa
un realismo comprometido y testimonial que será una de las constantes de
la literatura latinoamericana hasta nuestros días y que enlaza, a la vez, con la
tradición de denuncia de las letras de un continente sometido. En la segunda
década, la del exilio, sigue trabajando incansablemente, aunque sin resonancia,
por la poesía, pero sin superar sus logros anteriores. (1999: 38)
Sobre la narrativa del Matadero, cuento de Echeverría que trata dos temas
caros a la literatura latinoamericana, civilización y barbarie, el espacio se ubica
en la franja limítrofe del suburbio, a medio camino entre lo rural y lo urbano,
donde se encuentra el gaucho. Como bien lo destacan Borges y Bioy Casares,
'a mediados del siglo XIX el gaucho no era en estas repúblicas (se refieren a
Argentina y Uruguay) un personaje exótico; lo difícil, acaso imposible, era no
conocerlo'. (1999: 69)
El conflicto entre civilización y barbarie – recurrente en toda la literatura
argentina –, ya está presente en el drama romántico de Echeverría. Se puede
leer en el cuento, aunque se destaque la barbarie del campo, cierta restitución
del prestigio del gaucho.
En sentido estricto, se destacan dos personajes en el Matadero: Matasiete
y el joven unitario. Héroes antitéticos en todo sentido, no sólo en su obvia
condición de antagonistas, sino también en el resultado dispar de cada uno
como creaciones literarias. (1999: 74)
38 • capítulo 2
Para explicar el motivo por el que se afirma que Echeverría introdujo
el romanticismo en Argentina y que fue el primer teórico del movimiento, lee la
consideración de SILVIA (2006):
Esteban Echeverría afirmaba: “El verdadero poeta idealiza. Idealizar es sustituir a la
tosca e imperfecta realidad de la naturaleza, el vivo trasunto de la acabada y sublime
realidad que nuestro espíritu alcanza.” Estas y otras premisas románticas, tales como
la desvalorización de las normas universalistas y la exaltación de formas nuevas,
guiaron su producción literaria y su accionar civil.
capítulo 2 • 39
En relación a sus temas, la poesía gauchesca, así como los romances y
canciones bailables castellanos a los cuales se parece, presenta mucha variedad
de argumentos. Junto al subjetivismo lírico aparecen mezclados, por ejemplo,
la épica, la sátira y la narrativa.
En la tradición oral, se atribuye reconocimiento a los payadores, profesionales
de la poesía y de la música que improvisaban sus versos acompañados de la
guitarra. Por esa facilidad de improvisación, ha sido imposible coleccionar
los cantos populares que constituyen la literatura gauchesca genuina. Pero, el
acento genuino fue escrito en forma de cielito por Bartolomé Hidalgo (1788-
1822), nacido en Uruguay y criado en Buenos Aires. Sus obras: Sentimientos de
un Patriota y La Libertad Civil.
Hilario Ascasubi (Argentina, 1807-1875) dio más colorido al estilo gauchesco.
Escribió Santos Vega o los Mellizos de la Flor, Aniceto el Gallo y Paulino Lucero.
IX (1a parte)
Matreriando lo pasaba
y á las casas no venia;
solia arrimarme de dia,
mas, lo mesmo que el carancho,
40 • capítulo 2
siempre estaba sobre el rancho
espiando á la polecia.
capítulo 2 • 41
Las novelas románticas presentan aspectos políticos, sentimentales,
indianistas e históricos. En Argentina, la literatura tiene un papel clave en las
luchas políticas, lo que vemos con el Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento
(1811-1888), autor que se destaca entre las figuras argentinas. Sarmiento revela
en esa obra su antitradicionalismo exagerado, el rechazo de las instituciones
académicas, las formas hispánicas y el gaucho, considerados por él como
factores de retroceso. En Facundo, destaca, por primera vez en América, la
influencia del contexto social y ecológico en la explicación de los hechos
históricos de la época, es decir, explica los orígenes del caudillismo. El libro de
Sarmiento es un protesto en contra Rosas y el régimen por él adoptado.
La crítica del siglo XIX, dominada por las doctrinas clasicistas, lanzó una
opinión sobre Sarmiento que prevalece incluso en los días actuales: debido al
léxico castizo utilizado, fue denominado como descuidado. Pero debe ser visto
como desigual y original.
Cirilo Villaverde (1812-1894), novelista cubano de gran importancia en el
siglo XIX, escribe Cecilia Valdés. En esta obra, identifica la novela costumbrista1
del Romanticismo.
La novela costumbrista surge como una forma más original de
representación, relacionada a la expresión nacionalista. El sentimentalismo
continúa existiendo en las obras y aparece también el cotidiano. Es considerada
como el puente para el Realismo.
Jorge Isaacs (Colombia, 1837-1895) escribe María, obra que presenta
características de novela costumbrista, pues, por ejemplo, es regional y presenta
descripciones de costumbres.
En la segunda mitad del siglo XIX, surge el positivismo y sus derivaciones, que
ignoran el psíquico y desprecian el metafísico en su determinismo. La ciencia
sustituye la filosofía y la religión comandará el lado cognoscitivo. Las luchas
por la emancipación política en Hispanoamérica empiezan a tener sus frutos.
En la poesía, Argentina presenta figuras como Carlos Guido Spano (1827-
1918), escritor atento a la forma y que presenta mucha serenidad. Sus obras:
Hojas al viento (1871) y Ecos lejanos (1895).
1 Costumbrismo: En las obras literarias y pictóricas, atención que se presta al retrato de las costumbres típicas de
un país o región (RAE).
42 • capítulo 2
Conozca un poco sobre la literatura de Spano a partir de la lectura de los
primeros versos de Hojas al viento. ¡Disfruta la lectura!
capítulo 2 • 43
¡Pobres hojas esparcidas,
Por el viento arrebatadas,
De las vegas encantadas
A que dieron sombra y paz!
(http://www.los-poetas.com/e/carl1.htm#HOJASALVIENTO)
44 • capítulo 2
México introduce en la poesía romántica Manuel Acunã (1849-1873), que
revela en sus obras gran pesimismo. Introduce también Manuel María Flores
(1840-1885), que escribe Pasionarias.
Ecuador introduce Cesar Borja (1852-1910), que compone
versos melancólicos.
En la novela romántica, Ricardo Palma (Perú, 1833-1919) encuentra un
camino propio y original. En época romántica, lo que presenta de romántico es
el uso del pasado como tema. Pero ya se relaciona como un escritor costumbrista
que critica y satiriza. Escribe Tradiciones, fusión de elementos populares y
cultos, en que emplea arcaísmos, neologismos, cultismos y popularismos al
mismo tiempo, estableciendo un diálogo con el lector.
Palma sigue la línea de Inca Gracilazo, así como este había seguido la
trayectoria tradicional de los antiguos peruanos.
Lucio Vicente López (1848-1894), nacido en Uruguay, aunque vivió en
Argentina, escribe La Gran Aldea, que es publicada en folletines.
Miguel Cané (1851-1905) también nacido en Uruguay, estudió en Buenos
Aires y se distingue por el estilo elegante que compone sus obras. La más
importante es Juvenilia, que trata sobre su vida estudiantil.
José María Cordove Mourie (Colombia, 1837-1989) escribe Reminiscencias.
En Ecuador surge el gran autor Juan Montalvo (1832-1889), que escribe El
arte de Prosa en Juan Montalvo, El Cosmoplolita, Los siete Tratados, Geometría
Moral. Darío se refiere a Montalvo como “el poderoso príncipe del estilo.”
En Bolivia, Gabriel René Moreno (1836-1908) escribe Introducción al
Estudio de los Poetas Bolivianos, Los Últimos Días Coloniales en Alto Perú,
dentre otros.
En Puerto Rico surge Eugenio María de Hostos (1939-1903). Su obra
completa presenta 20 volúmenes y su obra cumbre es Moral Social.
En el teatro romántico, el primer dramaturgo fue el dominicano Francisco
Javier Foxá (1816-1865), que escribe el drama Don Pedro de Castilla.
La cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, con Saúl, Baltasar y Munio
Alfonso es considerada una de las mejores entre los dramaturgos de su tiempo.
En México, Manuel Eduardo Gorostiza (1789-1851) escribe piezas de teatro
que se destacan por la comicidad. Fernando Calderón (1809-1845), es el autor
de Ninguna de las tres, que muestra la sociedad mexicana de 1830.
capítulo 2 • 45
2.2 El Realismo/Naturalismo (Siglo XIX)
En el siglo XIX, la ciencia comanda el pensamiento y el vivir. La concepción
materialista del mundo y la objetividad son características de la época. Se
busca la verdad a partir del análisis de la realidad, en aspectos de universalidad,
buscando retratar la realidad social de la época. Las tendencias literarias de la
época se basan en la verosimilitud2.
El realismo propuso como su objetivo reproducir la realidad con la mayor
fidelidad posible, aspirando al máximo de verosimilitud. En ese sentido, el
Realismo pasó a ser usado también como antónimo de ‘idealismo’.
Según Imbert, el Realismo busca retratar todo tipo de experiencia humana y
no sólo las que se presentan a determinada perspectiva literaria. Así, su realismo
está en el modo como la vida es presentada y no solamente en la especie de la
vida presentada. Está en el centro de la literatura realista los personajes como
“tipos”, es decir, personajes “estereotipados”3 – el bondadoso, el perezoso.
Aquí, no hay los héroes románticos, sino el antihéroe.
La estética realista convierte la novela en instrumento de expresión social,
surge como un tribunal de acusaciones y también como un registro documental.
El realismo busca inspiración en el mundo que lo rodea para componer la obra,
los personajes son verosímiles para los lectores contemporáneos. De cierta
manera, podemos decir que el realismo fue una respuesta al romanticismo.
El Naturalismo es una vertiente literaria que ocurre simultáneamente al
Realismo y que elabora un romance experimental. Tiene como base ideologica
el cientificismo y el darwinismo.
46 • capítulo 2
influenciar también el naturalismo hispanoamericano, pero con algunas
diferencias, como el individuo es determinado por el ambiente y por la
hereditariedad, por ejemplo.
-I-
– ¿Qué te parece mi novia? -me preguntaba Juan rascando un fósforo para
encender un cigarro, al salir a las doce de la noche, víspera de su casamiento,
de casa de su futura donde acababa de presentarme oficialmente como a uno
de sus mejores amigos.
– Muy bonita, le contesté.
– ¡Y si vieras qué buena! -agregó tomándome del brazo y prosiguiendo ambos
nuestro camino.- ¡Cuánto me quiere la pobrecita! Si, como dicen, el matrimonio
es una lotería, puedo asegurarte que me he sacado la grande. Casándome con
una mujercita como María, tengo noventa y nueve posibilidades contra una de
ser el más feliz de los hombres.
– Sí, ¿eh? Está muy bueno- repuse tranquilamente.
– ¿Cómo es eso de está muy bueno? ¡Con qué flema y con qué cachaza me
contesta su excelencia! ¿Acaso no piensas como yo?
– Sí, mi querido amigo, creo como tú que tu novia es una preciosa criatura,
buena, amorosa, que te quiere como es susceptible de querer una mujer de diez
y siete años a un hombre joven y buen mozo: con toda la fuerza de la pasión; que
no piensa sino en ti; que no sueña sino en hacer la felicidad de tu vida; que se
halla animada de los sentimientos más puros, que tu nombre y tu fortuna no
han influido para maldita la cosa en ella cuando ha jurado ser tuya y que llegaría
capítulo 2 • 47
hasta creerse la criatura más dichosa si le propusieran pasar el resto de su vida
en un rancho comiendo puchero de carnero con fariña y galleta, siempre que tú
comieras la mitad.
«Ya ves hasta qué punto admito que tu futura encarna para ti un conjunto
de perfecciones, pero...
– ¡Ah! ¿Hay un pero?
– Un momento... Sabes que no se me ha ocurrido nunca casarme. Más,
que he huido siempre de la tentación como un griego de un inglés o un gato
del agua fría: cuestión de temperamento; pero sabes también que acepto, que
justifico el matrimonio como una necesidad social y soy el primero en batir
palmas cuando los otros se casan.
«Permíteme no obstante que, tratándose de ti y dado el cariño que te profeso,
yo que no estoy enamorado, no participe de tu entusiasmo, no arremeta la
cuestión a l'emporte piéce, ni trate de tomar el porvenir a la bayoneta.
«El hombre que se casa se embarca, y el que se embarca peligra», agregué en
tono sentencioso.
– Sí, pero el que no se embarca no atraviesa el mar.
– Mejor es no atravesarlo, que ahogarse en él.
– Eso no pasa de ser un detestable lugar común. Eres un cobarde, un
visionario y un descreído.
– No; soy un hombre prudente, y nada más.
-Supongo que tu prudencia no llegará hasta abandonarme cobardemente
en la hora suprema del peligro y que aceptarás gustoso la complicidad del
atentado, honrando mi boda con tu presencia.
– Te ayudaré a bien morir, haciendo los más fervientes votos para que todas
las bendiciones del cielo se derramen sobre tu cabeza.
Habíamos llegado a la esquina de mi casa.
– Hasta mañana, entonces- me dijo Juan dándome un fuerte apretón
de manos.
– Hasta mañana, mi querido Juan.
Pobre muchacho, pensé; el pasado es suyo, el presente de su novia, ¿de
quién será su porvenir, de Dios o del diablo?
(http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveO-
bras/12593953115148233087846/p0000001.htm#I_0_)
48 • capítulo 2
CONEXIÓN
¿Vamos a la biblioteca?
En esta biblioteca virtual podrás leer las obras de Eugenio Cambacères.
¿Qué te parece? ¡Buena lectura!
http://www.cervantesvirtual. com/FichaAutor. html?Ref=620&portal=0
–I–
El escenario
capítulo 2 • 49
Pero a lo mejor, y sin motivo justificado, porque sí no más, encolerizábase de
repente, y brusco y zumbante metíase en los zaguanes, sin llamar, como dueño
de casa, invadía los patios y se colaba de rondón por la primera puerta franca
que hallaba al paso, cerrándola tras de sí con la furia de un marido bilioso que
viene de afuera dispuesto a vengar los contratiempos del día, en las costillas de
su consorte.
Irritado sin duda por el mal recibimiento que se le hacía, escurríase
por cualquier rendija, se escapaba nuevamente a la calle, y una vez allí, para
desvanecer su mal humor, encaramábase a los tendidos hilos del teléfono, y
pasaba por ellos su arco invisible, haciéndolos gemir como las cuerdas de
un violín gigantesco. Terminada la fantástica sonata, echábase a correr por
las desiertas azoteas, arrancando una nota de cada claraboya, una escala de
cada chimenea.
Si encontraba al paso la bandera roja o azul de un remate, se detenía un
punto, como para tomar impulso, y luego la arremetía furioso, la estrujaba, la
sacudía, la tironeaba, como queriendo arrancarla del asta a que estaba sujeta,
irritado quizás, él, músico desinteresado, artista vagabundo, contra la prosaica
operación simbolizada por aquel trapo flotante.
A ratos parecía calmarse, como si cansado de hacer travesuras, quisiera
darse un instante de reposo. Pero pronto volvía a las andadas, más inquieto,
más loco, más bullicioso que nunca. Hubiera podido comparársele a esos
calaveras valentones que recorren en pandilla los barrios infames, armando
jolgorios en que van confundidas la nota trágica con la cómica, el atropello soez
y sin motivo con la broma picante y moderada.
En la plaza de Mayo desembocaba iracundo, rabioso, hecho un salvaje.
Desfilaba por delante del Congreso, rozándolo apenas sin buscar camorra a
un enemigo que parecía huir, en una línea oblicua, como avergonzado por la
humildad de su aspecto o por la perfidia de sus propias intenciones. Dábanle,
además, sus tres puertas enrejadas cierta apariencia de tumba vieja, y hubiera
podido jurarse que el viento murmuraba al pasar: ¡pobre libertad!...
¡Qué viento aquél tan caprichoso! ¡Cómo se metamorfoseaba!
¿Pues no hacía el papel de protegido del Gobierno, de elemento electoral,
abalanzándose sobre la Aduana –sobre aquella Aduana maciza, chata, cuadrada,
de grosera arquitectura– y trepando por las escalerillas pintadas de verde, no
zamarreaba las persianas, haciéndolas sonar como matracas en sus quicios
inconmovibles, cual si quisiera llevárselo todo en un acceso de rapacidad delirante?
50 • capítulo 2
Y de súbito ¡qué reacción! Convertido de golpe en opositor intransigente,
con qué empuje arremetía contra el palacio de Gobierno ante el cual un piquete
de batallón se preparaba a saludar con el toque de orden la salida del presidente,
viéndose brillar a la distancia la franja blanca de las polainas de los soldados.
Después de larga gira por pasillos y corredores, por antesalas y gabinetes,
gira en que parecía ir preludiando entusiastas discursos políticos, tenían
que ver los bríos con que salía envuelto en lluvia, para lanzarse sobre la mole
obscura y elegante de la Bolsa de Comercio, como si con las lágrimas que le
hiciera derramar su pesquisa por los antros administrativos, intentase barrer y
limpiar de una sola vez toda la escoria financiera…
(http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveO-
bras/35749418989352729976613/index.htm).
CONEXIÓN
Para seguir con la lectura de la obra de Cambaceres, vete a: http://bib.cervantesvirtual.com/
servlet/SirveObras/12593953115148233087846/p0000001.htm#I_0_
En México, José López Portillo y Rojas (1850-1923) escribe una obra muy
valorizada por su armonía de desarrollo: La Parcela.
Se destaca también Mariano Azuela (1873-1952), participante activo de la
Revolución Mexicana. Azuela escribe Los de Abajo, un ejemplo de la novela
de la Revolución, y Las Moscas, demostrando su gran preocupación social.
También escribe algunas obras de estéticas vanguardistas.
Segundo nos afirma Rogelio Rodrígues Coronel, crítico, ensayista y profesor
universitario (in Pizarro,1994: 741),
capítulo 2 • 51
¿Vamos a conocer un poco sobre la literatura de Mariano Azuela? Lee el
primero capitulo de “Los de abajo” y reflexiona sobre las características que ya
hemos visto, ¿vale?
— Te digo que no es un animal... Oye cómo ladra el Palomo... Debe ser algún
cristiano...
La mujer fijaba sus pupilas en la oscuridad de la sierra.
— ¿Y que fueran siendo federales? —repuso un hombre que, en cuclillas,
yantaba en un rincón, una cazuela en la diestra y tres tortillas en taco en la otra
mano.
La mujer no le contestó; sus sentidos estaban puestos fuera de la casuca.
Se oyó un ruido de pesuñas en el pedregal cercano, y el Palomo ladró con
más rabia.
— Sería bueno que por sí o por no te escondieras, Demetrio.
El hombre, sin alterarse, acabó de comer; se acercó un cántaro y, levantándolo
a dos manos, bebió agua a borbotones. Luego se puso en pie.
— Tu rifle está debajo del petate —pronunció ella en voz muy baja.
El cuartito se alumbraba por una mecha de sebo. En un rincón descansaban
un yugo, un arado, un otate y otros aperos de labranza. Del techo pendían
cuerdas sosteniendo un viejo molde de adobes, que servía de cama, y sobre
mantas y desteñidas hilachas dormía un niño. Demetrio ciñó la cartuchera a su
cintura y levantó el fusil. Alto, robusto, de faz bermeja, sin pelo de barba, vestía
camisa y calzón de manta, ancho sombrero de soyate y guaraches.
Salió paso a paso, desapareciendo en la oscuridad impenetrable de la noche.
El Palomo, enfurecido, había saltado la cerca del corral. De pronto se oyó un
disparo, el perro lanzó un gemido sordo y no ladró más.
Unos hombres a caballo llegaron vociferando y maldiciendo. Dos se apearon
y otro quedó cuidando las bestias.
— ¡Mujeres..., algo de cenar!... Blanquillos, leche, frijoles, lo que tengan,
que venimos muertos de hambre.
— ¡Maldita sierra! ¡Sólo el diablo no se perdería!
— Se perdería, mi sargento, si viniera de borracho como tú...
Uno llevaba galones en los hombros, el otro cintas rojas en las mangas.
— ¿En dónde estamos, vieja?... ¡Pero con unal... ¿Esta casa está sola?
— ¿Y entonces, esa luz?... ¿Y ese chamaco?... ¡Vieja, queremos cenar, y que
sea pronto! ¿Sales o te hacemos salir?
52 • capítulo 2
— ¡Hombres malvados, me han matado mi perro!... ¿Qué les debía ni qué
les comía mi pobrecito Palomo?
La mujer entró llevando a rastras el perro, muy blanco y muy gordo, con los
ojos claros ya y el cuerpo suelto.
— ¡Mira nomás qué chapetes, sargento!... Mi alma, no te enojes, yo te juro
volverte tu casa un palomar; pero, ¡por Dios!...
No me mires airada...
No más enojos...
Mírame cariñosa, luz de mis ojos, acabó cantando el oficial con voz
aguardentosa.
— Señora, ¿cómo se llama este ranchito? —preguntó el sargento.
— Limón —contestó hosca la mujer, ya soplando las brasas del fogón y
arrimando leña.
— ¿Conque aquí es Limón?... ¡La tierra del famoso Demetrio Macías!... ¿Lo
oye, mi teniente? Estamos en Limón.
— ¿En Limón?... Bueno, para mí... ¡plin!... Ya sabes, sargento, si he de irme
al infierno, nunca mejor que ahora..., que voy en buen caballo. ¡Mira nomás qué
cachetitos de morenal... ¡Un perón para morderlo!...
— Usted ha de conocer al bandido ese, señora... Yo estuve junto con él en la
Penitenciaría de Escobedo.
— Sargento, tráeme una botella de tequila; he decidido pasar la noche en
amable compañía con esta morenita... ¿El coronel?... ¿Qué me hablas tú del
coronel a estas horas?... ¡Que vaya mucho a...! Y si se enoja, pa mí... ¡plin!...
Anda, sargento, dile al cabo que desensille y eche de cenar. Yo aquí me quedo...
Oye, chatita, deja a mi sargento que fría los blanquillos y caliente las gordas;
tú ven acá conmigo. Mira, esta carterita apretada de billetes es sólo para ti. Es
mi gusto. ¡Figúrate! Ando un poco borrachito por eso, y por eso también hablo
un poco ronco... ¡Como que en Guadalajara dejé la mitad de la campanilla y
por el camino vengo escupiendo la otra mitad!... ¿Y qué le hace...? Es mi gusto.
Sargento, mi botella, mi botella de tequila. Chata, estás muy lejos; arrímate
a echar un trago. ¿Cómo que no?... ¿Le tienes miedo a tu... marido... o lo que
sea?... Si está metido en algún agujero dile que salga..., pa mí ¡plin!... Te aseguro
que las ratas no me estorban.
Una silueta blanca llenó de pronto la boca oscura de la puerta.
— ¡Demetrio Macías! —exclamó el sargento despavorido, dando unos pasos
atrás.
capítulo 2 • 53
El teniente se puso de pie y enmudeció, quedóse frío e inmóvil como una
estatua.
— ¡Mátalos! —exclamó la mujer con la garganta seca.
— ¡Ah, dispense, amigo!... Yo no sabía... Pero yo respeto a los valientes de
veras.
Demetrio se quedó mirándolos y una sonrisa insolente y despreciativa plegó
sus líneas.
— Y no sólo los respeto, sino que también los quiero... Aquí tiene la mano de
un amigo... Está bueno, Demetrio Macías, usted me desaira... Es porque no me
conoce, es porque me ve en este perro y maldito oficio... ¡Qué quiere, amigo!...
¡Es uno pobre, tiene familia numerosa que mantener! Sargento, vámonos; yo
respeto siempre la casa de un valiente, de un hombre de veras.
Luego que desaparecieron, la mujer abrazó estrechamente a Demetrio.
— ¡Madre mía de jalea! ¡Qué susto! ¡Creí que a ti te habían tirado el balazo!
— Vete luego a la casa de mi padre —dijo Demetrio. Ella quiso detenerlo;
suplicó, lloró; pero él, apartándola dulcemente, repuso sombrío:
— Me late que van a venir todos juntos.
— ¿Por qué no los mataste?
— ¡Seguro que no les tocaba todavía!
Salieron juntos; ella con el niño en los brazos.
Ya a la puerta se apartaron en opuesta dirección. La luna poblada de
sombras vagas la montaña.
En cada risco y en cada chaparro, Demetrio seguía mirando la silueta
dolorida de una mujer con su niño en los brazos.
Cuando después de muchas horas de ascenso volvió los ojos, en el fondo del
cañón, cerca del río, se levantaban grandes llamaradas.
Su casa ardía...
(http://www.portalalba.org/biblioteca/AZUELA%20MARIANO.%20Los%20
de%20Abajo.pdf)
CONEXIÓN
Para continuar leyendo la obra de Azuela, vete a: http://www.portalalba.org/biblioteca/
AZUELA%20MARIANO.%20Los%20de%20Abajo.pdf
Allá encontrarás la obra completa.
54 • capítulo 2
En Colombia, Tomás Carrasquilla (1858- 1940) escribe Fruto de mi tierra
y La Marquesa de Yolombó, gran obra que presenta belleza de lenguaje y
amplia concepción.
Afirma Oviedo (1997) refiriéndose a Tomás Carrasquilla: “El anacronismo
de su obra está determinado por la fidelidad a la realidad, la historia y el folklore
de la región donde nació: el valle de Antioquia.”
La figura de José Eustaquio Rivera (Colombia, 1888-1928) usa
imágenes objetivas. Publica Tierra de promisión, novela sobre la
naturaleza latinoamericana.
En Ecuador, Luis A. Martínez (1868-1909) escribe A la Costa, con personajes
actuantes en la realidad social.
En Perú, Clorinda Matto de Turner (1854-1909) escribe sobre las pésimas
situaciones vividas por los quechuas en Aves sin nido.
En Venezuela se destaca Rómulo Gallegos (1884-1969). Sus grandes obras
son Doña Bárbara (1929), Cantaclaro (1934) y Canaima (1935). En Doña
Bárbara, Gallegos hace un estudio psicológico de los habitantes de los llanos
venezolanos. El paisaje, por su importancia en el desarrollo de los conflictos
humanos, toma caráter de protagonista. A partir de los años 40, Rómulo
Gallegos abandona el trabajo literario y se dedica a la política, conquistando
la Presidencia de la República de Venezuela en 1948.
Lee el inicio de la primera parte de la obra Doña Barbara, de Gallegos, obra que
se la han convertido en una especie de clásico de la literatura hispanoamericana.
Primera Parte I.
¿Con quién vamos?
capítulo 2 • 55
los pies de proa a popa, con pausados pasos laboriosos, como si marcharan por
ella. Y mientras uno viene en silencio, jadeante sobre su pértiga, el otro vuelve
al punto de partida reanudando la charla intermitente con que entretienen la
recia faena, o entonando, tras un ruidoso respiro de alivio, alguna intencionada
copla que aluda a los trabajos que pasa un bonguero, leguas y leguas de duras
remontadas, a fuerza de palancas o coleándose, a tres, de las ramas de la
vegetación ribereña.
En la paneta gobierna el patrón, viejo baquiano de los ríos y caños de la
llanura apureña, con la diestra en la horqueta de la espadilla, atento al riesgo
de las chorreras que se forman por entre los carameros que obstruyen el cauce,
vigilante al aguaje que denunciare la presencia de algún caimán en acecho.
A bordo van dos pasajeros. Bajo la toldilla, un joven a quien la contextura
vigorosa, sin ser atlética, y las facciones enérgicas y expresivas prestante
gallardía casi altanera. Su aspecto y su indumentaria denuncian al hombre de
la ciudad, cuidadoso del buen parecer. Como si en su espíritu combatieran dos
sentimientos contrarios acerca de las cosas que lo rodean, a ratos la reposada
altivez de su rostro se anima con una expresión de entusiasmo y le brilla la
mirada vivaz en la contemplación del paisaje; pero, en seguida, frunce el
entrecejo, y la boca se le contrae en un gesto de desaliento.
Su compañero de viaje es uno de esos hombres inquietantes, de facciones
asiáticas, que hacen pensar en alguna semilla tártara caída en América
quién sabe cuándo ni cómo. Un tipo de razas inferiores, crueles y sombrías,
completamente diferente del de los pobladores de la llanura. Va tendido fuera
de la toldilla, sobre su cobija, y finge dormir; pero ni el patrón ni los palanqueros
lo pierden de vista.
Un sol cegante de mediodía llanero centellea en las aguas amarillas del
Arauca y sobre los árboles que pueblan sus márgenes. Por entre las ventanas,
que, a espacios, rompen la continuidad de la vegetación, divísanse, a la derecha,
las calcetas del cajón del Apure –pequeñas sabanas rodeadas de chaparrales y
palmares–, y a la izquierda, los bancos del vasto cajón del Arauca – praderas
tendidas hasta el horizonte–, sobre la verdura de cuyos pastos apenas negrea
una que otra mancha errante de ganado. En el profundo silencio resuenan,
monótonos, exasperantes ya, los pasos de los palanqueros por la cubierta del
bongo. A ratos, el patrón emboca un caracol y le arranca un sonido ronco y
quejumbroso que va a morir en el fondo de las mudas soledades circundantes,
y entonces se alza dentro del monte ribereño la desapacible algarabía de
56 • capítulo 2
las chenchenas, o se escucha tras los recodos el rumor de las precipitadas
zambullidas de los caimanes que dormitan al sol de las desiertas playas, dueños
terribles del ancho, mudo y solitario río.
Se acentúa el bochorno del mediodía; perturba los sentidos el olor a fango
que exhalan las aguas calientes, cortadas por el bongo. Ya los palanqueros no
cantan ni entonan coplas. Gravita sobre el espíritu la abrumadora impresión
del desierto […]
(http://www.portalalba.org/biblioteca/GALLEGOS%20ROMULO.%20
Dona%20Barbara.pdf)
ACTIVIDADES
Romanticismo
01. A partir de la lectura de algunos de los versos de la obra de Hernández, apunta las pa-
labras que son características del habla popular del gaucho y de la poesía gauchesca que
fueron traídas para la escrita.
1 'Sainete”: obra teatral frecuentemente cómica, aunque puede tener carácter serio, de ambiente y personajes
populares, en uno o más actos, que se presenta como f)
capítulo 2 • 57
El gaucho Martín Fierro
58 • capítulo 2
Lo mandan a la frontera
O lo echan a un batallón.
capítulo 2 • 59
02. Lee el poema que sigue e apunta los aspectos románticos que están presentes en La
cautiva, de Echeverría:
El Puñal
60 • capítulo 2
Se oye luego triste aúllo,
y horrisonante murmullo,
semejante al del novillo
cuando el filoso cuchillo
lo degüella sin piedad,
y por la herida resuella,
y aliento y vivir por ella,
sangre hirviendo a borbollones,
en horribles convulsiones
lanza con velocidad.
(http://www.biblioteca.org.ar/libros/110127.pdf)
Realismo/Naturalismo
03. Lee este el cuento Mano Juan que hace parte del recopilado La rebelión y otros cuentos
(1946), de Rómulo Gallegos, e identifica las características del realismo.
VI
Mano Juan
El escultor invisible que tallaba en el alma del niño los duros rasgos paternos ha concluido
ya su obra. Juan Lorenzo es ahora un muchacho fornido, malencarado, de trato áspero y
violento. Las riñas callejeras le han endurecido hasta volverlo cruel; las costumbres plebeyas
lo han convertido en una criatura desagradable ante quien su madre ha terminado por
adoptar la misma actitud medrosa que observaba con el Comandante Figuera; le apuntaba
el bozo, está mudando la voz y ya tiene en el gesto desfachatado y en las maliciosas miradas
la marca ruin de los torpes apetitos, de los vicios precoces.
A pesar de las reprimendas de Antonia Cedeño –única- que se atreve a encarársele-, ha
adquirido una fiera independencia y se pasa todo el día en la calle. Ya no es útil para nada
y sólo ocasiona disgustos y sobresaltos a la familia: varias veces ha estado en la policía y
una noche se presentó con el paltó cortado por navajazos que le tirara un muchacho a quien
poco antes había aporreado.
capítulo 2 • 61
En la parroquia su nombre de guerra es una voz de alarma: -¡Que viene Mano Juan!- y
ya las madres están llamando a sus hijos, temerosas de que se los maltrate por quítame allá
esas pajas.
Entre la granujería camorrista de El Guarataro, La Cañada de Luzón, Palo Grande, El
Calvario, su personalidad era discutida y convertida en bandera de discordias. -¡A que tú no
te pegas con Mano Juan!- se le responde siempre a las bravatas de los fanfarrones. -¡Qué
vas a agarrarte tú con Mano Juan! ¡Con ese sí que se acabó el carbón!
Y no pasa día sin que venga alguno a decirle:
-Por allá por donde yo vivo hay uno que dice que tú y que le tienes miedo.
Juan Lorenzo no respondía una palabra; pero ya era cosa sabida: no pasaría mucho
tiempo sin que el que tal dijese tuviera la nariz rota o un ojo hinchado por los tremendos
cabezazos que tan famoso lo habían hecho.
Ni era menester tampoco que viniesen a azuzarlo: bastaba con que descubriese que en
alguna parte había un guapo, así fuera de la cuerda de otro barrio de la ciudad, para que él
se encaminara en su busca, y en topándolo, se le encaraba y le decía, de buenas a primeras:
-¿Tú y que eres el más guapo de por aquí?
-¡Guá, chico! ¡Yo no sé le pero me escriben! A mí todavía nadie me ha pisao el petate.
-Pues mira que yo te lo puedo pisá. Soy Mano Juan. ¿No me has oído nombrá? ¿Quieres
echate una agarraíta conmigo?
A veces se iban en seguida a las manos; pero generalmente se daban cita para un lugar
solitario, fuera de poblado y en campo neutral, donde ni hubiese el peligro de la policía ni
el singular combate degenerase en una riña de cayapas a causa de la intervención de las
respectivas cuerdas. Pero cuando trascendía la noticia de estos desafíos los amigos de
ambos contendores se trasladaban al sitio convenido para presenciar la pelea.
Juan Lorenzo solía presentarse vestido de limpio y con lo mejor de su indumentaria,
como para darle al acontecimiento toda la importancia que para él tenía. Y como alguno de
sus amigos le dijese:
-¡Vale! ¡Vienes como un papel de cogé moscas!
Él respondía, fanfarrón:
-¡Es que yo me enjoyo pa peleá!
Del sitio, casi siempre regresaba vencedor, seguido de la turba de sus admiradores que
iban comentando a grandes voces su habilidad y destreza de gran tirador de cabezazos.
Fiero y ceñudo, vibrantes los músculos de la cara por la contracción tetánica del maxilar,
caminaba largos trechos todavía con los puños apretados y el pecho hirviente de cólera. Un
día, después de una riña difícil y encarnizada que duró cerca de dos horas, cayó en medio
62 • capítulo 2
de la calle presa de un ataque de epilepsia, a consecuencia del cual estuvo una semana en
cama con un mareo constante y una absoluta pérdida de voluntad.
De este modo, Juan Lorenzo acabó con todos los prestigios parroquiales y llegó a ser,
él solo, el guapo caraqueño, en torno de cuya fiera personalidad se formó muy pronto una
pintoresca leyenda. Eco de ella se hacían especialmente los chicos que se iniciaban en la
vida azarosa de las cuerdas, en el calor de sus ponderaciones Mano Juan aparecía con las
características del bandido generoso: protector de los débiles, amparo de los pequeños,
terror de los roncones, azote de las cayapas, pasmo de los policías, de cuyas manos
-decíase-, había arrebatado muchas veces a los muchachos que llevaban arrestados, así
fuesen enemigos suyos; hazañas éstas, que, principalmente, fueron las que más simpatías
le conquistaron en el ánimo de la chiquillería sediciosa. En sus juegos todos querían ser
manojuanes, y hubo muchos que, para conocerlo, se aventuraron a internarse en sus
peligrosos dominios de la parroquia de San Juan.
Sólo de uno se sospechaba que podía rivalizar con él: Gregorio el Maneto, un zambo
de más edad y cuerpo que Juan Lorenzo, muchacho de verdaderas averías, más malo que
Guardajumo, capataz de una de las cuerdas de El Teque, nombre que se le daba a un
barrio de la parroquia de Altagracia; donde tenían su feudo los más temidos fascinerosos
de Caracas. Pero ambos habían hecho siempre buenas migas, porque el Maneto era hijo de
una antigua lavandera de las Cedeño y desde chicos habían sido vales corridos, suerte de
pacto de alianza contra el cual nada habían podido insidias de sus respectivos secuaces, por
mucho que vinieran azuzándolos.
-Ése es vale corrido mío -respondían siempre-. Nosotros no nos tiramos.
Sin embargo, en el fondo de esta camaradería existía un mutuo recelo: ambos se temían
y se vigilaban y ya esto era una semilla de odio que un día u otro habría de reventar.
El curso de los acontecimientos dio lugar a ello muy pronto. Un día fueron a decirle
a Maneto:
-¿Tú sabes? Mano Juan como que se quiere volteá pa los patiquines. Hace noches que
están yendo a la plaza de Capuchinos unos de la cuerda del Capitolio que le hacen muchas
fiestas y él se las deja hacé.
Nombrarle al Maneto la cuerda del Capitolio era tocarlo en lo más vivo y vehemente de
sus odios. Movido por los implacables instintos de su sangre mulata había jurado guerra sin
tregua a los jovencitos de aquella cuerda aristocrática que se reunían en los alrededores del
Capitolio, y casi todas las noches, a la cabeza de la horda de El Teque, los atacaba en sus
dominios sin que todavía hubieran podido parársele una sola vez, tal era la violenta pedrea
con que les caía encima por sorpresa. Ahora venían a decirle que Mano Juan, que al fin y al
capítulo 2 • 63
cabo era su rival, ¡hacía causa con sus enemigos naturales! Y el Maneto respondió con una
sonrisa siniestra:
-¡Ah malaya sea verdá! Eso va a sé su perdición.
(http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-din/la-rebelion-1922--0/html/ff600ec-
2-82b1-11df-acc7002185ce6064_2.html#I_7_)
REFLEXIÓN
Romanticismo: Como vimos en esa unidad, tanto Sarmiento como Echeverría poseen en
su escrita un proyecto político. Por un lado consolidan en la literatura una realidad todavía
aún supuesta en la realidad. Por otra parte, convierten el mundo bárbaro que condenan
ideológicamente en riqueza estética. Además de su incidencia directa sobre la realidad
política (sobretodo Sarmiento) y cultural (sobretodo Echeverría), ambos actúan con mayor
decisión sobre esa misma realidad, por medio de la escritura (Leonor Fleming).
A partir de lo que fue abordado, reflexiona sobre la literatura. ¿Te parece que ésta puede
ser una forma de manifestación no solo estética, sino reflejo del contexto histórico y social
de una sociedad también?
Realismo: Pelo exposto se torna óbvio que a função do poeta não é contar o que
aconteceu mas aquilo que poderia acontecer, o que é possível, de acordo com o princípio
de verossimilhança e da necessidade (Prefácio de Maria Helena da Rocha Pereira. Tradução
e notas de Ana Maria Valente. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian, 2007).
A partir del fragmento y de lo que estudiamos sobre lo verosímil, dadas sus debidas
divergencias en lo que toca al poeta, que podemos pensar, aquí, también como el escritor de
modo general, ¿crees que la literatura representa la realidad perfectamente? ¿Qué aspectos
distinguen un libro de Historia y un libro de literatura?
LECTURA INDICADA
Romanticismo: El prologo que fue utilizado en esa unidad al tratar del cuento Matadero, de
Echeverría, es interesante para pensar tanto sobre la creación literaria de Echeverría como
sobre el reflejo del contexto histórico y social en el cual estaba inserido, asuntos que fueron
traídos para la literatura. Te invito a leer el prologo y el cuento para que conozca más las
64 • capítulo 2
características del romanticismo y ya adentre en el ámbito del realismo, ya que es un cuento
que está en la frontera de esas dos vertientes literarias.
Realismo: ¿Vamos a la biblioteca? Lee más sobre Rómulo Gallegos: vete a http://
www. cervantesvirtual. com/ servlet/ Sirve Obras/ public/04705285612692895209079
/210316_0013.pdf?portal=0 y ¡Disfruta!
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANDUEZA, José Guillermo. ¿Presidencialismo caudillista o cesarista? In: CASAL, Jesús María;
ARISMENDI, Alfredo; CARRILLO, Carlos Luis. Tendencias actuales del derecho constitucional.
Caracas: Editorial Texto S.A, 2007, p. 451.
ECHEVERRÍA, Esteban. El matadero. La cautiva. Edición de Leonor Fleming. Madri: Cátedra, 1999.
HERNÁNDEZ, José. Martín Fierro. Buenos Aires: Editorial Kapelusz, 1965.
________________. La vuelta de Martín Fierro. Buenos Aires: Editorial Kapelusz, 1965.
JOSEF, Bella. História da Literatura Hispano-americana. Rio de Janeiro: UFRJ Editora/Francisco
Alves Editora, 2005.
LORENZO, Rocío Barros; PINO, A. M.; HERMIDA, M. F. Curso de Literatura – Español Lengua
Extranjera. Madrid: Edelsa, 2006.
OVIEDO, José Miguel. Historia de la literatura hispanoamericana
2. Del Romanticismo al Modernismo. Madrid: Alianza Editorial, 1997.
PIZARRO, Ana. América Latina: palavra, literatura e cultura. V.
2. São Paulo: Fundação Memorial da América Latina; Campinas: UNICAMP, 1994.
WATT, Ian. A ascensão do romance. Tradução de Hildegard Feist. São Paulo: Companhia das Letras, 1990.
ZOLA, Émile. Do romance. Tradução de Plínio Augusto Coelho. São Paulo: Edusp, 1995.
__________. O romance experimental e o naturalismo no teatro. São Paulo: Perspectiva, 1982.
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaArgentina/echeverria/lacautiva.asp
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/46827241323359941754491/p0000001.htm
http://www.los-poetas.com/e/carl1.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12474064324503840887891/p0000001.htm
capítulo 2 • 65
66 • capítulo 2
3
El Modernismo y
el Pos Modernismo
Aproximadamente a 1880 surge el primer movimiento literario originario
de América: el Modernismo. En cada país el Modernismo adquiere matices
propios y definidos y nacen autores que se destacan con toda su creatividad.
En esta unidad vamos a conocer las características del Modernismos y
los grandes autores que publicaron excelentes obras en diferentes países
hispanoamericanos.
OBJETIVOS
• Estudiar las características del Modernismo y del Pos Modernismo relacionándolas a obras
de autores representativos de los movimientos literarios.
• Reflexionar sobre la importancia de la producción literaria escrita por mujeres en esta época.
68 • capítulo 3
3.1 El Modernismo – una reacción
Los intelectuales de la época crean el Modernismo como una nueva forma
estética de reacción a la crisis occidental cultural. Esta tendencia mantiene
algunas características de otros géneros literarios, pero las tres características
predominantes son: el subjetivismo, el anhelo de la libertad individual y el
deseo de innovar. Tales aspectos encontramos también en el Romanticismo.
Según Imbert, no se puede esperar una clara división entre el romanticismo
y el modernismo, pues, para él, a pesar de sus diferencias, ambos poseen notas
comunes. La llamada ‘literatura modernista’ agrega, a los descubrimientos de
la vida sentimental hechos por los románticos, la consciencia casi profesional
de qué es la literatura, cuál su última moda, el sentido de las formas de más
prestigio, el esfuerzo aristocrático para sobrepujarse en la alta esfera de cultura,
la industria combinatoria de estilos diversos y la convicción de que eso era en si un
arte nuevo. Los modernistas hispanoamericanos sienten orgullo por pertenecer
a una generación que, por primera vez, se puede especializar en arte.
Una gran influencia para el Modernismo fueron estas dos corrientes
literarias francesas: Parnasianismo y Simbolismo. El maestro modernista más
alto fue Baudelaire y continuándolo, Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. Éstos
serán los maestros de los modernistas hispanoamerocanos, incluso de Ruben
Darío.
El modernismo hispanoamericano se destaca por ser el primero movimiento
literario independiente de España. Ésta, por primera vez, vuelve su mirada a
Hispano América. Los modernistas innovaron para encontrar otros temas
y formas que estuvieran más acordes con sus inquietudes. De modo general,
el poeta modernista es considerado un esteta, diletante y evasivo, cultor de la
belleza y del arte por el arte.
capítulo 3 • 69
soy un hombre sincero/de donde crece la palma” populariados por la canción
Guantanamera, y Amistad Funesta, la primera novela modernista en lengua
española.
José Martí es considerado por la crítica como uno de los fundadores del
modernismo en Hispanoamérica y uno de sus ensayos más importantes para
pensar tal movimiento es Nuestra America, de 1891.
Lee un fragmento del ensayo citado para conocer un poco más sobre lo que
los modernistas proponían con respecto a un arte que viene de Hispanoamerica:
Por eso, el libro importado ha sido vencido en América por el hombre natural. Los
hombres naturales han vencido a los letrados artificiales. El mestizo autóctono1 ha
vencido al criollo exótico. No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la
falsa erudición y la naturaleza […]
Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América.
Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa, y
la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la
salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. El vino, de
plátano, y se sale agrio, es nuestro vino (MARTÍ O.C, 1992: 482)
1
autoctono: de la tierra
CONEXIÓN
Para conocer el ensayo completo de José Martí, vete a: http://biblioteca.clacso.edu.ar/
clacso/osal/20140310040752/14Marti.pdf.
70 • capítulo 3
©© GEORGIOS KOLLIDAS | DREAMSTIME.COM
Figura 3.1 – Rubén Darío.
Palabras Liminares
capítulo 3 • 71
b) Porque la obra colectiva de los nuevos de América es aún vana, estando
muchos de los mejores talentos en el limbo de un completo desconocimiento
del mismo Arte a que se consagran.
c) Porque proclamando, como proclamo, una estética acrática, la
imposición de un modelo o de un código implicaría una contradicción.
72 • capítulo 3
El abuelo español de barba blanca me señala una serie de retratos ilustres:
«Éste -me dice-, es el gran don Miguel de Cervantes Saavedra, genio y manco;
éste es Lope de Vega, éste Garcilaso, éste Quintana.» Y yo le pregunto por el
noble Gracián, por Teresa la Santa, por el bravo Góngora y el más fuerte de
todos, don Francisco de Quevedo y Villegas. Después exclamó: ¡Shakespeare!
¡Dante! ¡Hugo...! (Y en mi interior: ¡Verlaine...!)
Luego, al despedirme: «-Abuelo, preciso es decíroslo: mi esposa es de mi
tierra; mi querida, de París.»
¿Y la cuestión métrica? ¿Y el ritmo?
Como cada palabra tiene un alma hay en cada verso además de la armonía
verbal una melodía ideal. La música es sólo de la idea, muchas veces.
La gritería de trescientas ocas no te impedirá, Silvano, tocar tu encantadora
flauta, con tal de que tu amigo el ruiseñor esté contento de tu melodía. Cuando
él no esté para escucharte cierra los ojos y toca para los habitantes de tu reino
interior. ¡Oh pueblo de desnudas ninfas, de rosadas reinas, de amorosas diosas!
Cae a tus pies una rosa, otra rosa, otra rosa. ¡Y besos!
Y la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa te dé un
hijo, queden las otras ocho encinta.
CONEXIÓN
Los estudios sobre el mundo literario de Darío son muchos. Para conocer algunos, vete a:
http://www.cervantesvirtual.com/Buscar.html?texto=rub%E9n+dar%EDo
Los prologos de los libros de Darío sirven como postulados de unidad entre
el libro nuevo y los anteriores.
Para los modernistas, la búsqueda por la objetividad tematica y el culto de
la forma era prioritaria. Buscaban para su poesía temas que consideraban más
universales, como la naturaleza, el amor, la historia, los objetos inanimados,
además de la propia poesía (mepatoesía). El culto de la forma resultó en
acentuada preocupación con la versificación y la metrificación, pues se creía
que la belleza también residía en la forma.
capítulo 3 • 73
El poeta buscaba, muchas veces, la forma perfecta para el objeto artístico.
Como ejemplo, vamos a leer el poema de Darío Yo persigo una forma in Prosas
Profanas (2002):
Algunas obras escritas por Rubén Darío: Azul, El canto errante, Cantos de
Vida y Esperanza, La vida de Rubén Darío escrita por él mismo, entre otras.
Manuel Gutiérrez Nájera (México, 1859-1895) expresa en sus obras
influencias francesas, pero nunca salió de su país. El tema presentado en
sus obras expresa dualidad, como paganismo x cristianismo, religiosidad x
racionalismo. Sus obras: Cuentos Frágiles y Cuentos Color de Humo.
Leopoldo Lugones (Argentina, 1874-1938) presenta ideas socialistas que
se mezclan a las características modernistas. Su obra es vasta y variada. Se
destacan: Lunario sentimetal (1909), Odas seculares (1910), Poemas solariegos
(1922). Lugones, en la prosa, busca la novedad léxica y sintáctica. Como
los escritores modernistas, Lugones propone, en la poesía, .innovaciones
en la metrica y en la rima, además de usar nuevas metáforas. Además de la
innovación, supone los primeros pasos hacia la vanguardia.
74 • capítulo 3
¿Vamos a conocer un poema de Lugones para reflejar sobre los aspectos
modernistas que se hacen presentes? Lee el poema Beso, del libro de poemas
Romancero (1924):
Beso
I
La hija del rey es hermosa
como una estrella sin par;
la hija del rey es extraña
en su sombría beldad.
(Lugones, 1924)
capítulo 3 • 75
3.1.2 La poesía escrita por mujeres
76 • capítulo 3
CONEXIÓN
Para conocer otros poemas de Gabriela Mistral, vete a biblioteca digital Ciudad Seva: http://
www.ciudadseva.com/textos/poesia/ha/mistral/gm.htm
Amo amor
capítulo 3 • 77
CONEXIÓN
¿Vamos a conocer um poco más sobre Delmira Agustini y su literatura? Vete a: http://cvc.
cervantes.es/literatura/escritores/agustini/default.htm y http://cvc.cervantes.es/actcult/
storni/default.htm ¡Disfruta!
José Juan Tablada (1871-1945) es un poeta mexicano que se destacó con sus
poemas ideográficos al estilo de Apollinaire. Introdujo para la literatura en español
los haikai, concisos poemas de origen japonés que divididos en tres versos solían
constar de 17 sílabas, llamada poesía miniatura por el propio autor mexicano.
Lee un haikai de Tablada.
La Luna
78 • capítulo 3
En la novela, Ricardo Güiraldes (Argentina, 1886,1927) se presenta
como autor interesado por la vida rural y escribe sobre el gaucho, pero con
imágenes vanguardistas, lejanas de la objetividad realista. Así, presenta su
obra más importante Don Segundo Sombra (1926). Don Segundo es un gaucho
descendiente de Facundo y Martín Fierro.
Lee un pequeño fragmento del capítulo I de Don Segundo Sombra.
Capítulo I
En las afueras del pueblo, a unas diez cuadras de la plaza céntrica, el puente
viejo tiende su arco sobre el río, uniendo las quintas al campo tranquilo.
Aquel día, como de costumbre, había yo venido a esconderme bajo la sombra
fresca de la piedra, a fin de pescar algunos bagrecitos, que luego cambiaría al
pulpero de "La Blanqueada" por golosinas, cigarrillos o unos centavos.
Mi humor no era el de siempre; sentíame hosco, huraño, y no había querido
avisar a mis habituales compañeros de huelga y baño, porque prefería no
sonreír a nadie ni repetir las chuscadas de uso.
La pesca misma pareciéndome un gesto superfluo, dejé que el corcho de mi
aparejo, llevado por la corriente, viniera a recostarse contra la orilla.
Pensaba. Pensaba en mis catorce años de chico abandonado, de"guacho",
como seguramente dirían por ahí.
Con los párpados caídos para no ver las cosas que me distraían, imaginé
las cuarenta manzanas del pueblo, sus casas chatas, divididas monótonamente
por calles trazadas a escuadra, siempre paralelas o perpendiculares entre sí.
En una de esas manzanas, no más lujosa ni pobre que otras, estaba la casa
de mis presuntas tías, mi prisión.
¿Mi casa? ¿Mis tías? ¿Mi protector don Fabio Cáceres? Por centésima vez
aquellas preguntas se formulaban en mí, con grande interrogante ansioso, y
por centésima vez reconstruí mi breve vida como única contestación posible,
sabiendo que nada ganaría con ello; pero era una obsesión tenaz.
¿Seis, siete, ocho años? ¿Qué edad tenía a lo justo cuando me separaron de
la que siempre llamé "mama", para traerme al encierro del pueblo, so pretexto
de que debía ir el colegio? Sólo sé que lloré mucho la primera semana; aunque
capítulo 3 • 79
me rodearon de cariño dos mujeres desconocidas y un hombre de quien
conservaba un vago recuerdo. Las mujeres me trataban de "m'hijito" y dijeron
que debía yo llamarlas Tía Asunción y Tía Mercedes. El hombre no exigió de mí
trato alguno, pero su bondad me parecía de mejor augurio.
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/novela/segundo_
sombra/segundo_01.htm
3.2.2 El teatro
ACTIVIDAD
01. A partir de las características modernistas vistas en esta unidad, analiza el poema Ama
a tu ritmo, de Rubén Darío (2002):
80 • capítulo 3
REFLEXIÓN
Para nuestra reflexión, te propongo la siguiente pregunta: ¿qué piensas sobre la presencia
femenina en la literatura?
LECTURAS INDICADAS
FIORUSSI, André. Jóias novas de prata antiga: artifício e versatilidade na poesia de Rubén
Darío. São Paulo: FFLCH/USP, Dissertação de Mestrado, 2008.
MARTÍ, José. “Nuestra América”. IN Obras escogidas en tres tomos. La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1992, tomo II.
REFERENCIAS
DARÍO, Rubén. Prosas Profanas. Edición de José Olivio Jiménez. Madrid: Alianza Editorial, 2002, p.36.
IMBERT, Anderson. Historia de la literatura hispanoamericana. México/Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica, 1954.
JOSEF, Bella. História da literatura hispano-americana. Rio de Janeiro: UFRJ Editora/Francisco
Alves Editora, 2005.
LORENZO, Rocío Barros; PINO, A. M.; HERMIDA, M. F. Curso de Literatura – Español Lengua
Extranjera. Madrid: Edelsa, 2006.
LUGONES, Leopoldo. Antología poética. Selección y prólogo de Carlos Obligado. Buenos Aires:
Espasa Calpe Argentina, 1968.
MARTÍ, José. “Nuestra América”. IN Obras escogidas en tres tomos. La Habana: Editorial de
Ciencias Sociales, 1992, tomo II.
UREÑA, Pedro Henríquez. Las corrientes literarias en América Hispánica. Bogotá: Fondo de
Cultura Económica, 1994.
http://www.poesia-inter.net/jma01005.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01371963766703757432257/p0000001.htm
http://cvc.cervantes.es/actcult/storni/antologia/default.htm
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/antologiapoetica/PoesiasAS.asp
http://cvc.cervantes.es/actcult/mistral/antologia/
http://www.biblioteca.clarin.com/pbda/novela/segundo_sombra/segundo_01.htm
capítulo 3 • 81
82 • capítulo 3
4
La Vanguardia
En el principio del siglo XX el mundo vive intensa actividad política, social
y cultural. Ocurre la Revolución Industrial y con ella las clases obreras se
movilizan, formando el comunismo y el anarquismo. Ocurre también la
formación del fascismo y la Primera Guerra Mundial.
En Latinoamérica se nota toda la inestabilidad presente en Europa. La
Revolución Mexicana que ocurre en la época derroca a la dictadura de 35 años.
Así que, en esta unidad, trataremos de la Vanguardia, los principales autores
y obras del inicio del siglo XX.
OBJETIVOS
• Presentar autores y obras vanguardistas.
• Exponer características presentes en las obras vanguardistas y estudiar los principales
autores y las principales obras que pertenecen al Boom latinoamericano y a la Literatura actual.
84 • capítulo 4
4.1 La Vanguardia
Son denominados Movimientos de Vanguardia una serie de tendencias en las
artes plásticas y en la literatura que sucedieron en las primeras décadas del
siglo XX en Europa.
Los movimientos europeos de vanguardia eran aquellos que, según sus
propios autores, orientaban la cultura de su tiempo, poniéndose delante
de muchos de ellos. Muchos de eses movimientos acabaron por asumir un
comportamiento próximo al de los partidos políticos, o sea, poseían los
llamados ‘militantes’, publicaban manifiestos y creían que la verdad se
encontraba con ellos.
El pensamiento y las actitudes de las vanguardias llegaron a America
Latina por los artistas que fueron trabajar y estudiar en Europa en búsqueda
de reconocimiento.
Hasta finales de los años, la vanguardia era conocida también como el
periodo de los ‘ísmos’: Impresionismo, Cubismo, Expresionismo, Dadaísmo,
Surrealismo.
Los ‘ismos’ llegaron a America e impactaron los artistas e intelectuales,
muchos ya habían tenido contacto con éstas novedades también en Europa.
Adoptaron sus características y las recrearon en otros nuevos ‘ismos’, como el
‘creacionismo’, el ‘realismo’ y el ‘ultraísmo’, por ejemplo.
De acuerdo con Schwartz, a partir de la década de 20, la transformación de los
panoramas culturales rompe de manera radical con la tradición ‘finisecular’.
La vasta bibliografía disponible y la rica documentación, ambas todavía en fase
de explotación, permiten no solo confirmar la existencia de las vanguardias,
sino también delinear una arqueología de los respectivos movimientos.
UUna posible fecha inicial para el inicio de la Vanguardia en Europa, a la
vez generosa, sería 1909, año en que Marinetti publica en Paris el Manifiesto
Futurista, cuyas repercusiones fueron casi que inmediatas en América Latina.
Con relación al inicio de las vanguardias latino-americanas, una fecha más
apropiada para la inauguración, aunque lejos de los años 20, es la lectura del
manifiesto Non serviam, en 1914, por Vicente Huidobro. Los presupuestos
estéticos de ese texto, base teórica del creacionismo, unidos a la táctica de su
lectura pública, hacen de él el primer ejemplo de lo que se convencionó llamar
de Vanguardia en América Latina.
capítulo 4 • 85
Tanto por la actitud como por los irreverentes postulados, Non serviam
representa el modernismo inaugural de las vanguardias en el continente
(SCHWARTZ, 1995).
Algunos de los rasgos característicos de las vanguardias en las letras:
las palabras encuentran en los sonidos y no en los significados un valor no
explorado hasta entonces. A través de ellos el artista “criará un nuevo mundo”
auto-suficiente.
La nueva disposición gráfica exalta la libertad de las palabras en el papel.
Hay, además, la supresión de los signos de puntuación y de las partículas de
enlace (coordinantes y preposiciones).
En las vanguardias, se crearon poemas uniendo todas las artes, la literatura,
la pintura, la música.
Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.
86 • capítulo 4
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
(HUIDOBRO, 1990).
capítulo 4 • 87
Si quieres conocer más sobre la prosa de Borges, lee el compilado de cuentos
‘Ficciones’, de su autoria.
La rosa
La rosa,
la inmarcesible rosa que no canto,
la que es peso y fragancia,
la del negro jardín en la alta noche,
la de cualquier jardín y cualquier tarde,
la rosa que resurge de la tenue
ceniza por el arte de la alquimia,
la rosa de los persas y de Ariosto,
la que siempre está sola,
la que siempre es la rosa de las rosas,
la joven flor platónica,
la ardiente y ciega rosa que no canto,
la rosa inalcanzable.
(BORGES, 1996)
88 • capítulo 4
algunos de sus cuentos, el lector se pone en duda, pues no sabe si lo que lees es un
cuento (una historia de ficción) o un ensayo, ya que algunos están en la frontera.
César Vallejo (Perú, 1892-1938) presenta dos caminos: el Purismo y el
Indigenismo. Su literatura es regionalista y trata del aspecto humano. La
tristeza, la angustia, la melancolía, la incertidumbre, la nostalgia de sus Andes
nativos, la rebeldía son constantes en sus obras. Algunas de sus obras son: Los
Heraldos Negros, Poemas humanos, Trilce.
Lee el poema ¡Cuidate, España!, de Vallejo:
¡Cuidate, España!
¡Cuídate, España, de tu propia España!
¡Cuídate de la hoz sin el martillo,
cuídate del martillo sin la hoz!
¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,
del verdugo a pesar suyo
y del indiferente a pesar suyo!
¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,
negárate tres veces,
y del que te negó, después, tres veces!
¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,
y de las tibias sin las calaveras!
¡Cuídate de los nuevos poderosos!
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!
¡Cuídate del leal ciento por ciento!
¡Cuídate del cielo más acá del aire
y cuídate del aire más allá del cielo!
¡Cuídate de los que te aman!
¡Cuídate de tus héroes!
¡Cuídate de tus muertos!
¡Cuídate de la República!
¡Cuídate del futuro!…
capítulo 4 • 89
la celebración erótica, pasando por la rebeldía ante el dolor a causa de la miseria
de los pueblos, víctimas de la injusticia y la opresión. Algunas de sus obras son:
Crepusculario, libro influido por el modernismo; Veinte poemas de amor y una
canción desesperada; Residencia en la tierra, obra que representa un cambio en
la expresión poética de Neruda, es decir, lo consolida como poeta comprometido
con las realidades sociales; Que despierte el leñador; Canto general; Odas
elementales; Cien sonetos de amor; Libro de preguntas; Confieso que he vivido;
Memorias. La musicalidad es una característica en la obra de Neruda.
En 1971 conquista el Premio Nobel de Literatura.
Lee el Soneto LXIX, de Cien sonetos de amor.
Soneto LXIX
Tal vez no ser es ser sin que tú seas,
sin que vayas cortando el mediodía
como una flor azul, sin que camines
más tarde por la niebla y los ladrillos,
NERUDA, 1996, p. 84
CONEXIÓN
Para conocer más sobre el mundo de Nicolás Guillén, vete a: http://cvc.cervantes.es/actcult/
guillen/default.htm.
90 • capítulo 4
Nicolás Guillén (Cuba, 1903-1999), es la figura más representativa de la lírica
afro-cubana. Su poesía es musical, presentando por ejemplo, onomatopeyas y
fonemas de valores musicales. Sus obras: Motivos de son, Sóngoro cosongo;
poemas mulatos, un libro de mayor estatura artística y de vocación reflexiva
sobre la cultura cubana, West Indies, Ltd. da cuenta de su crecimiento
intelectual, que lo orienta hacia posiciones cada vez más comprometidas.
Mulata
Ya yo en enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.
Si tú supiera, mulata,
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!
capítulo 4 • 91
CONEXIÓN
¿Te gustaría conocer más sobre la literatura de Pablo Neruda? Vete a http://cvc.cervantes.
es/ actcult/neruda/default.htm y a http://www.fundacionneruda.org/index.html.
ACTIVIDAD
01. Lee La rosa profunda (Borges, 1978) y comenta los aspectos vanguardistas que re-
conoces con la lectura y análisis de la poesía. Fíjate en las referencias a los clásicos, ¿qué
te parece?
La rosa profunda
YO
La calavera, el corazón secreto,
Los caminos de sangre que no veo,
Los túneles del sueño, ese Proteo,
Las vísceras, la nuca, el esqueleto.
Soy esas cosas. Increíblemente
Soy también la memoria de una espada.
Y la de un solitario sol poniente
Que se dispersa en oro, en sombra, en nada.
Soy el que ve las proas desde el puerto;
Soy los contados libros, los contados
Grabados por el tiempo fatigados;
Soy el que envidia a los que ya se han muerto.
Más raro es ser el hombre que entrelaza
Palabras en el cuarto de una casa.
SOY
Soy el que sabe que no es menos vano
Que el vano observador que en el espejo
De silencio y cristal sigue el reflejo
O el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
Que no hay otra venganza que el olvido
92 • capítulo 4
Ni otro perdón. Un dios ha concedido
Al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
De errar, no ha descifrado el laberinto
Singular y plural, arduo y distinto,
Deo tiempo, que es de uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
En la guerra. Soy eco, olvido, nada.
REFLEXIÓN
En este momento te proponemos lo siguiente: relaciona el momento literario estudiado
al momento literario correspondiente en Brasil (Modernismo) y piensa sobre las
características referentes.
LECTURAS INDICADAS
Para conocer un poco más sobre la vanguardia, sus manifestaciones y sus escritores, lea Veinte
poemas para leer en tranvía, de Oliverio Girondo (disponible con las ilustraciones que hacen
parte de los poemas en: https://archive.org/stream/20poemasparaserl00giro#page/4/
mode/2up) y la Carta abierta a ‘La púa’, de Girondo también, disponible en: http://www.
sanroque.edu.ar/files/comunicacion_expresion/unidad_2_girondo_veinte_poemas.pdf, está
en el inicio del libro.
REFERENCIAS
BORGES, Jorge Luis. Obras Completas. 4 volumes. Buenos Aires: Emecé, 1996.
_________________. Ficciones. Madrid: Alianza, 1997.
HUIDOBRO, Vicente. Antología poética. Madrid: Castalia, 1990.
JIMÉNEZ, José Olivio. Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea: 1914-1970.
Madrid: Alianza, 1971.
capítulo 4 • 93
JOSEF, Bella. História da Literatura Hispano-americana. Rio de Janeiro: UFRJ Editora/Francisco
Alves Editora, 2005.
LORENZO, Rocío Barros; PINO, A. M.; HERMIDA, M. F. Curso de Literatura – Español Lengua
Extranjera. Madrid: Edelsa, 2006.
NERUDA, Pablo. Cien sonetos de amor. Argentina: Planeta, 1996.
SCHWARTZ, Jorge. Vanguardas latino-americanas. Polêmicas, manifestos e textos críticos. São
Paulo: Iluminuras / Edusp / Fapesp, 1995.
VERANI, Hugo. Las Vanguardias Literarias en Hispanoamérica (Manifiestos, proclamas y otros
escritos). Roma: Bulzoni: 1986.
http://www.patriagrande.net/cuba/nicolas.guillen/#mulata
94 • capítulo 4
5
El Boom
Latinoamericano y
la Literatura Actual
El contexto social mundial de los años 60 está marcado por la Guerra de Vietnam
y las protestas estudiantiles de 68 lo genera repercusiones literarias.
En Cuba, la Revolución Cubana de 1959 ejerce gran influencia en la
producción literaria latinoamericana. En los años setenta, las dictaduras se
asentan en los países del Cono Sur (Chile, Argentina y Uruguay). En los países de
Centroamérica la represión y las guerras civiles también fueron muy intensas. A
partir de los años noventa muchos de estos países adoptan la democracia en la
tentativa de estabilizar su situación, con la excepción de Cuba.
OBJETIVOS
• Presentar las características y producciones literarias del Boom Latinoamericano.
• Introducir estudios sobre la Literatura Actual, planteando algunas características y
producciones literarias.
96 • capítulo 5
5.1 El Boom Latinoamericano
La narrativa del Boom se caracteriza como un fenómeno literario que se
desarrolla simultáneamente en diversos países de Latinoamérica en los 60. Sus
precursores son Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier y Miguel Ángel Asturias, que
se preocupaban en innovar sus formas de narrar en relación a las presentadas
por Europa.
Así, presentan un estilo basado en la fantasía, lo mágico y maravilloso. Los
autores se preocupan por cuestiones sociales, políticas y de denuncia y, de
acuerdo con el contexto histórico, se inspiran en la Revolución Cubana.
El estilo de la época es influenciado por James Joyce y Marcel Proust.
La poesía supone la continuidad del estilo vanguardista.
Entre los representantes del Boom, destacan nombres como los de los
argentinos Julio Cortázar y Ernesto Sábato, los mexicanos Carlos Fuentes
y Octavio Paz, el colombiano Gabriel García Márquez, el cubano Guillermo
Cabrera Infante, entre otros.
Abajo siguen comentarios sobre algunos autores y las producciones
representativas del Boom.
Julio Cortázar (Bélgica, 1914-1984) es hijo de padres argentinos y va a vivir en
Argentina con cuatro años, donde imparte clases antes de alcanzar renombre
internacional por su obra literaria. Estuvo de profesor hasta el inicio del
gobierno de Perón, cuando se marchó. En sus obras escribe tanto poesía como
novelas. Sus obras son: Bestiario, su primer libro, una selección de cuentos,
La vuelta al día en ochenta mundos, Final del juego, Las armas secretas, Los
Premios (novela), Historias de Cronopios y de Famas, Rayuela, La vuelta al día
en ochenta mundos.
La obra Rayuela supuso una verdadera revolución entre las novelas en
lengua española. Rayuela es un libro único, abierto a múltiples lecturas,
lleno de humor, de riesgo y de una originalidad sin precedentes, que narra
las vicisitudes de un grupo de intelectuales sudamericanos en el París de los
sesentas, Pola, Talita, La Maga, Traveler y el protagonista, Horacio Oliveira,
quien retornará a su Argentina natal.
capítulo 5 • 97
Lee el fragmento del cuento que sigue Casa tomada, de Cortázar. Si quieres
seguir con la lectura, vete a la biblioteca digital Ciudad Seva, cuya referencia
está en el final del fragmento:
Casa tomada
Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas
antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba
los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda
la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues
en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza
por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a
Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos
al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos
platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y
silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos
a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes
sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a
comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de
que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria
clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa.
Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la
casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o
mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese
demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad
matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé
por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa
labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre
necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para
ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo
no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada
resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a
98 • capítulo 5
comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca
tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por
las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa.
Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
(http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cor-
tazar/casa_tomada.htm)
CONEXIÓN
¿Vamos a disfrutar el mundo de Carlos Fuentes? Vayamos a la Biblioteca Virtual Cervantes,
específicamente a http://www.cervantesvirtual. com/Buscar. html?texto=carlos+fuentes
Crepúsculo de la ciudad
III
A la orilla, de mí ya desprendido,
toco la destrucción que en mí se atreve,
palpo ceniza y nada, lo que llueve
el cielo en su caer oscurecido.
capítulo 5 • 99
El cielo se desangra en el cobalto
de un duro mar de espumas minerales;
yazgo a mis pies, me miro en el acero
http://www.poesia-inter.net/op02013.htm
-I-
[…] En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa
del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de
los judíos de Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e
100 • capítulo 5
instalaron el catalejo a la entrada de la carpa. Mediante el pago de cinco reales,
la gente se asomaba al catalejo y veía a la gitana al alcance de su mano. "La
ciencia ha eliminado las distancias", pregonaba Melquíades. “Dentro de poco,
el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse
de su casa.” Un mediodía ardiente hicieron una asombrosa demostración
con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba seca en mitad de la
calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos solares.
José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus
imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra.
Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos
lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula
lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas
de oro que su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que
ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para
invertirlas […]
[…] Estaban obstinados en que su padre los llevara a conocer la portentosa
novedad de los sabios de Memphis, anunciada a la entrada de una tienda que,
según decían, perteneció al rey Salomón. Tanto insistieron, que José Arcadio
Buendia pagó los treinta reales y los condujo hasta el centro de la carpa, donde
había un gigante de torso peludo y cabeza rapada, con un anillo de cobre en
la nariz y una pesada cadena de hierro en el tobillo, custodiando un cofre de
pirata. Al ser destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial.
Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas agujas internas
en las cuales se despedazaba en estrellas de colores la claridad del crepúsculo.
Desconcertado, sabiendo que los niños esperaban una explicación inmediata,
José Arcadio Buendía se atrevió a murmurar:
—Es el diamante más grande del mundo.
—No —corrigió el gitano—. Es hielo.
José Arcadio Buendía, sin entender, extendió la mano hacia el témpano,
pero el gigante se la apartó. "Cinco reales más para tocarlo", dijo. José Arcadio
Buendía los pagó, y entonces puso la mano sobre el hielo, y la mantuvo puesta
por varios minutos, mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo
al contacto del misterio. Sin saber qué decir, pagó otros diez reales para que
sus hijos vivieran la prodigiosa experiencia. El pequeño José Arcadio se negó
a tocarlo. Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la
retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó
capítulo 5 • 101
atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se
olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades
abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano
puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado,
exclamó:
—Este es el gran invento de nuestro tiempo.
Pedro Páramo
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro
Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto
ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba
102 • capítulo 5
por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo -me
recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dar
gusto conocerte.” Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo
haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos
les costó trabajo zafarse de sus manos muertas. Todavía antes me había dicho:
–No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme
y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
–Así lo haré, madre.
Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé
a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue
formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado
Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.
Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente,
envenenado por el olor podrido de la saponarias. El camino subía y bajaba:
“Sube o baja según se va o se viene. Para el que va, sube; para él que viene, baja.”
–¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo?
– Comala, señor.
–¿Está seguro de que ya es Comala?
–Seguro, señor.
–¿Y por qué se ve esto tan triste?
–Son los tiempos, señor.
Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su
nostalgia, entre retazos de suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala,
por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo en su lugar. Traigo los ojos con
que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: “Hay allí, pasando
el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo
amarilla por el maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la
tierra, iluminándola durante la noche.” Y su voz era secreta, casi apagada, como
si hablara consigo misma... Mi madre.
–¿Y a qué va usted a Comala, si se puede saber? – oí que me preguntaban.
–Voy a ver a mi padre contesté.
–¡Ah! - dijo él.
Y volvimos al silencio […]
(http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/ LiteraturaLatinoamerica-
na/rulfo/PedroParamo/index.asp)
capítulo 5 • 103
5.2 La Literatura Actual
La literatura del Post-Boom presenta “una rebeldía hacia los maestros del
Boom”, confirmada, por ejemplo, con la creación del término de la Generación
McOndo, en referencia a Macondo, el pueblo mítico creado por Gabriel
García Márquez en su obra Cien Años de Soledad y a la cadena de comida
rápida McDonald´s. Todo ello, relacionado a Latinoamérica como mundo
globalizado y distante de las imágenes del realismo mágico presentes en la
literatura del Boom.
En esta literatura, se nota muchas marcas de la represión y del exilio, como
en la obra de Isabel Allende; se ve también una reinterpretación de la historia
pasada y contemporánea con un tono de humor e ironía, como en La amigdalitis
de Tarzán, de Alfredo Bryce.
104 • capítulo 5
- I-
(http://www.liceosannicolas.cl/attachments/article/1330/pantaleon-y
-las-visitadoras.pdf)
capítulo 5 • 105
Manuel Puig (Argentina, 1932-1990) hace una interpretación estética de la
clase media argentin, ampliamente conocido por su obra novelística, teatral
y cinematográfica. Sus novelas son: La traición de Rita Haywort, Boquitas
pintadas, The Buenos Aires affair, El beso de la mujer araña, Pubis angelical,
Maldición eterna a quién lea estas páginas, Sangre de amor correspondido, Cae
la noche tropical.
Isabel Allende (1942- ) nació en Perú, pero es de nacionalidad chilena. Es la
novelista latinoamericana más leída en el mundo. Sus obras más importantes
son La Casa de los Espíritus, De amor y de sombra, Paula y Zorro.
Laura Esquivel (México, 1950- ) escribió Como agua para chocolate (1989),
obra que le ha conducido a la fama y que también fue llevada al cine. Su trama
consiste en una historia de amor imposible, debido al peso de una sociedad
tradicional, la sociedad del México de la Revolución de 1910. Otros títulos muy
conocidos de la autora son: La ley del amor, Tratado filosófico de al cocina,
Libro de las emociones, Tan veloz como el deseo.
ACTIVIDAD
01. En esta actividad, vamos a leer un fragmento de la obra La fiesta del Chivo, del peruano
Mario Vargas Llosa y hacer la comprensión, de acuerdo con los siguientes puntos.
Primeramente, vamos a pensar sobre los personajes. ¿Qué relación hay entre los
personajes presentados en este fragmento? ¿Cómo podemos caracterizar esta relación?
¿La enfermedad del hombre afecta la posibilidad de escuchar Urania? ¿Por qué?
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106 • capítulo 5
En la obra ‘El beso de la mujer araña’, de Manuel Puig, se nota la influencia de la
cultura popular, hay frecuentes referencias al cine, a la música o a la televisión.
(LORENZO, et al., 2006)
En los años setenta la creación artística está marcada por la represión y por el exilio.
Isabel Allende fue víctima de esta época.
capítulo 5 • 107
malo que arrastrábamos, desde la conquista. En algunos de esos libros apareces tú, como un
personaje. Secretario de Estado, senador, presidente del Partido Dominicano. ¿Hay algo que
no fuiste, papá? Me he convertido en una experta en Trujillo. En lugar de jugar bridge, golf,
montar caballo o ir a la ópera, mi hobby ha sido enterarme de lo que pasó en esos años. […]
Es mi manera de no perder las raíces.
REFLEXIÓN
En esta reflexión te proponemos la siguiente pregunta: ¿qué piensas sobre la represión
política y el exilio de artistas, productores literarios?
LECTURAS INDICADAS
Para profundizarte en los estudios sobre Cortázar, lee el articulo O primeiro knockout de
cortázar: “casa tomada”, de Ana Josefina Ferrari, en: http://ojs.c3sl.ufpr.br/ojs/index.php/
letras/article/view/5108/3856
Sobre el cuento, lee PIGLIA, Ricardo. Tesis sobre el cuento y Nuevas tesis sobre el
cuento in: Formas Breves, disponible en: https://literaturaenlenguainglesasalzmann.files.
wordpress.com/2014/03/piglia-ricardo-formas-breves.pdf
REFERENCIAS
CHIAMPI, Irlemar. O realismo maravilhoso: forma e ideologia no romance hispanoamericano. São
Paulo: Perspectiva, 1980.
GARCIA MARQUEZ, Gabriel. Cien años de soledad. Madrid: Cátedra, 2000.
JOSEF, Bella. História da Literatura Hispano-americana. Rio de Janeiro: UFRJ Editora/Francisco
Alves Editora, 2005.
BELLA, Josef. Romance hispano-americano. São Paulo: Ática, 1986.
JIMÉNEZ, José Olivio. Antología de la poesía hispanoamericana contemporánea: 1914-1970.
Madrid: Alianza, 1971.
LORENZO, Rocío Barros; PINO, A. M.; HERMIDA, M. F. Curso de Literatura – Español Lengua
Extranjera. Madrid: Edelsa, 2006.
108 • capítulo 5
http://sololiteratura.com/cor/cortazarcartaauna.htm
http://www.poesia-inter.net/op02013.htm
http://sololiteratura.com/ggm/marquezelcoronel.html
http://www.sololiteratura.com/var/chivocap19.html
COMENTARIOS
Capítulo 1
01. Esperase que el alumno conteste a la cuestión desarrollando ideas, a partir de un aná-
lisis contrastivo, sobre las diferencias de las características del pueblo y del ambiente que
diferentes “navegadores” y conquistadores encontraron al llegar en America. Tales diferen-
cias se dan porque los objetivos que cada uno (Cristóbal Colón e Hernán Cortés) tiene
son diferentes.
El pueblo para Cristóbal Colón: Los indios eran dóciles, no representando amenaza a
los conquistadores que querían explotar las tierras y hacer de los indígenas cristianos, pues
no tenían ninguna secta. Además, eran ignorantes y no tenían armas: “gente muy pobre
de todo”; “Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió […]”; “Ellos no
traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo, y se
cortaban con ignorancia”. Tal aspecto era interesante porque era de interés de la Corona
hacer de los indígenas cristianos y, consecuentemente, Colón daba énfasis en ese aspecto
porque era de su interés que la Corona le patrocinara otros viajes más, caso necesario, para
su intuito, encontrar las especierías, pues Colón creía estar en las Índias orientales: “Y creo
que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían”.
El ambiente que Colón encuentra - tierras fertilísimas y agua abundante: “Puesto en
tierra vieron árboles muy verdes, y aguas muchas y frutas de diversas maneras.”
El pueblo que Hernán Cortés encuentra: tienen ídolos, o sea, una religión, y no son tan
ignorantes. Se trata de un pueblo inteligente, más avanzado, usan ropas: “Los bultos y
cuerpos de los ídolos en quien estas gentes creen, son de muy mayores estaturas
que el cuerpo de un hombre.”; “La gente de esta ciudad es de más manera y primor
en su vestir y servicio que no la otra de estas provincias y ciudades, porque como
allí estaba siempre este señor Mutezuma, y todos los señores sus vasallos ocurrían
siempre a la ciudad, había en ella más manera y policía en todas las cosas.”.
capítulo 5 • 109
El espacio/ ambiente que Cortés encuentra: En lugar de describir las tierras, como Colón,
Cortés describe la “ciudad” que encuentra, las ropas de los indígenas y sus casas: “Hay en
esta gran ciudad muchas casas, muy buenas y muy grandes, y la causa de haber tantas casas
principales es que todos los señores de la tierra, vasallos del dicho Mutezuma, tienen sus
casas en la dicha ciudad y residen en ella cierto tiempo del año, y además de este hay en
ella muchos ciudadanos ricos que tienen asimismo muy buenas casas.”.
Capítulo 2
01. (Romanticismo)
Esperase que el alumno desarrolle ideas sobre las características del romanticismo
aplicándolas en el fragmento sacado del libro Martín Fierro”, de José Hernández.
Sobre una de las características tenemos el lenguaje popular presente en la literatura, o
sea, la oralidad que se hace presente con el intuito de exaltar la nacionalidad, en ese caso,
de los gauchos de Argentina.
Son palabras características de la poesía gauchesca (la oral que fue traída para la escrita)
las que no presentan, por ejemplo, la “d” final, como en: seguridá”, barbaridá”, “autoridá”.
02. Esperase que el alumno desarrolle ideas sobre las características del romanticismo, las
cuales, en su mayor parte, tienen relación con proyectos políticos y culturales, los cuales
están relacionados a la identidad de una nación, la argentina, en ese caso.
Es característica de “La cautiva”, por ejemplo, la presencia del bárbaro, o sea, del gaucho
como el mestizo iletrado y salvaje y la presencia de la naturaleza. El alumno debe disertar
presentando las características presentes y para eso, fundamentar con lo que fue estudiado
y con el propio fragmento de “La cautiva”.
03. (Realismo/Naturalismo)
Esperase que el alumno desarrolle una respuesta, a partir de la lectura del fragmento
de “Mano Juan”, en la que presente características del Realismo como, por ejemplo, las
descripciones detalladas, así como el análisis de la realidad, a partir de aspectos universales,
buscando retratar la realidad social de la época, como el hombre malo y violento, por ejemplo,
o sea, el antihéroe.
Ejemplo de un aspecto realista presente en “Mano Juan” (el antihéroe): “Juan Lorenzo es
ahora un muchacho fornido, malencarado, de trato áspero y violento”.
110 • capítulo 5
Capítulo 3
Capítulo 4
01. Esperase que el alumno desarrolle ideas sobre la vanguardia hispanoamericana. Para
tal, en su respuesta debe abordar aspectos como: la forma de las poesías presentadas (sone-
to si tentamos dividirlas por estrofas); el tema es la propia poesía (metapoesía), que se realiza
por medio del trabajo con las palabras y no sólo por medio de la inspiración (referencia a la
cabeza); crítica a la poesía anterior ([…] contados libros, contados grabados fatigados); la
curiosa llave que Dios dio a los humanos es el olvido.
Capítulo 5
01. Esperase que el alumno hable de la relación de padre e hija de los personajes. Urania
parece querer mucho a su padre, pero éste está enfermo. Según el narrador, el padre de Ura-
nia parece oírla y comprender lo que ella le cuenta: “Parece que entiende y que, interesado,
no osa mover un músculo para no interrumpirla. Está inmóvil, su pequeño pecho moviéndose
compasado, los ojitos pendientes de sus labios. […]”. O sea, nos parece que el padre oye a su
hija, pero la enfermedad no le permite moverse, sino hacer pocos movimientos con la cabeza:
“El viejecillo ha comenzado a mover la cabeza, de arriba abajo, de abajo arriba. Su garganta
emite un quejido áspero, largo, entrecortado, como un canto lúgubre. Pero, a los pocos mo-
mentos se calma, sus ojos siempre clavados en ella.”.
02. Esperase que el alumno desarrolle una respuesta en la cual esté presentes la casa del
padre de Urania: “- La casa estaba llena de libros –Urania ojea las paredes desnudas–. ¿Qué
fue de ellos?”; el departamento de Urania, lleno de libro: “- Mi departamento de Manhattan
está lleno de libros –retorna Urania–. Como esta casa, cuando era niña.”; el dormitorio de
Urania: “Pero, en mi dormitorio, sólo dominicanos.”.
capítulo 5 • 111
ANOTAÇÕES
112 • capítulo 5