Você está na página 1de 43

JOHN FINNIS zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSR

JOHN FINNIS
Nació en Adelaida, Australia, en el afio 1940. Doctor en Derecho por Ia Universidad de
Oxford, actualmente es Fellow de University College y Profesor de DerechozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Filosofía
Jurídica en Ia misma Universidad. Desde 1989 es Fellow de Ia Academia Británica y
Biolchini Family Professor of Law en Ia Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.UU.).

CRISTÓBAL ORREGO S.
Traductor y autor deI estudio preliminar que ayuda a comprender Ia obra.
Doctor en Derecho por Ia Universidad de Navarra. Profesor de Derecho Natural y Filosofia
Política en Ia Universidad de los Andes (Chile).zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL
Y DERECHOS NATURALES
Estudio Preliminar
CRISTÓBAL ORREGO S.

ABELEDO-PERROT
BUENOS AIRES
Esta edición de John Finnis: Ley Natural y Derechos Naturales
es publicada por acuerdo con Oxford University Press
Walton Street, Oxford, OX26DP, England.
A quien se adquirió los derechos de traducción
y publicación para el idioma espafiol por
ABELEDO-PERROT Sociedad Anónima Editora e Impresora
Lavalle 1280 - (CI048AFF) - Buenos Aires - República Argentina
Queda hecho el depósito que marca Ia ley 11.723

I.S.B.N.: 950-20-1292-5 ABREVIATURAS


© John Finnis, J 980
Reprinted with corrections 19&2, 1984,1986,1988,1990,1992zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Adel L. R. Adelaide Law Review.
AmJ. Int. L. American Journal of International Law.
British Library Cataloguing in Publication Data
Finnis, John Mitchell AmJ. Juris. American Journal of Jurisprudence (ex Nat. L. F.).
Naturallaw and natural rights Anal. Posto Aristóteles, Analíticos Posteriores.
(Clarendon law series) Areh. Phil. Dr. Archives de Philosophie du Droit.
I. Law - I. Title Arch.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
R. S. P. Archi v für Rechts- und Sozialphilosophie.
340 K230 74-41092
British Moralists D. D. Raphael (ed.), British Moralists 1650-1800 (Oxford:
ISBN 0- J 9-876110-4
1969).
EI derecho de propiedad de esta obra comprende para su autor Ia facultad de Camb. L. J. Cambridge Law Journal.
disponerzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
de ella, publicaria, traducirla, adaptarIa o autorizar su traducción y reprodu- Comm. William Blackstone, Commentaries on the Laws 01 England
cirla en cualquier forma, total o parcial, por medios electrónicos o mecânicos, inclu- «Oxford: 1765-9) citando Ia 9ª ed., 1783, última revisada por
yendo fotocopia, grabación magnetofónica y cualquier sistema de aImacenamiento de
Blackstone).
información; por consiguiente nadie tiene Ia facultad de ejercitar los derechos precita-
dos sin permiso deI autor y deI editor, por escrito, con referencia a una obra que se Concept of Law H. L. A. Hart, The Concept 01 Law, Ox.ford, 1961.
haya anotado o copiado durante su lectura, ejecución o exposición públicas o priva- De Legibus Francisco Suãrez, SI, De Legibus ac Deo Legislatore (Coim-
das, excepto el uso con fines didácticos de comentarios, críticas o notas, de hasta mil bra: 1612).
palabras de Ia obra ajena, y en todos los casos sólo Ias partes dei texto indispensables
Doetor and Student Christopher St. German, Doctor and Student [1523 (Primer
a ese efecto.
Los infractores serán reprimidos con Ias penas dei artículo 172 y concordantes Diálogo, en latín), 1530 (Segundo Diálogo, en inglés), 1531
deI Código Penal (arts. 2°,9°,10,71,72, ley J 1.723). (Primer Diálogo, en inglésj], ed. Plucknett and Barton (Lon-
don: 1975).
COLECCION
L.E.D. Essays P. M. S. Hacker y Joseph Raz (eds.), Law, Morality and So-
Libras Esenciales de Derecho ciety. Essays in honour of H. L. A. Hart (Oxford: 1977).
traducídos al espafíol Et. Eud. Aristóteles, Ética a Eudemo.
Dírector: Et. Nic. Arist6teles, Ética a Nicómaco.
Carlos AI berto Pazos
Gauthier-Jolif R. A. Gauthiery J. Y. Jolif, L'Ethiqueà Nicomaque (ed, revi-
Traducción de sada, Paris: 1970).
Cristóbal Orrego Sánchez General Theory Hans Kelsen, General Theory of Law and State (Cambridge,
con Ia colaboraci6n de Mass.: 1945; reimpresión, New York: 1961).
Raúl Madrid Ramírez Harv. L. Rev. Harvard Law Review.
/. C. J. Rep. Reports ofthe International Court of Justice.
Se terminó de imprimir el día 2 de agosto de 2000. en ARTES GRÁFICAS CANDIL, in Eth. Tomás de Aquino, In Decem Libros Ethicorum Aristote lis ad
Nicaragua 4462. Buenos Aires, República ArgentinazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Nicomachum Expositio, ed. R. M. Spiazzi (Turín - Roma:
1949).
8zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES

in Pol.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Tomás de Aquino, ln Oeto Libros Politicorum Aristotelis Ex-
positio, ed. R. M. Spiazzi (Turín - Roma: 1951).
in Primam Secundae Gabriel Vázquez, SI, Commentarium ac Disputationum in
Primam Secundae Saneti Thomae ... (1605).
Int. J. Ethics International Journal of Ethics.
L. Q. R. Law Quarterly Review.
Legal System J. Raz, The Concept of a Legal System (Oxford: 1970).
Meta. Aristóteles, M etafisica. ESTUDIO PRELIMINAR
Methodology E. A. Shils YH. A. Finch (eds.), Max Weber on the Methodo-
logy ofthe Social Sciences (Glencoe, Ill.: 1949).
EI gozo de Ia lectura, del saber y deI pensar, viene a menudo de Iamano
Morality of Law Lon L. Fuller, The Morality of Law Ced. revisada, N ew Haven-
de Ia dificultad y dei sufrimiento propios de Ia esforzada persecución de Ia
London: 1969). verdad, tan amada y tan esquiva como todos Ias amores altos. Todo esto,
Nat. L. F. Natural Law Forum (aboraAm .zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
.1. Juris.).
verdad, amor, sufrimiento y gozo, hallará el lector culto, amigo de Iafiloso-
OfLaws Jeremy Bentbam, OfLaws in General CedoH. L. A. Hart, Lon-
fía práctica, en Ia obra de John Finnis que ahora se presenta en lengua cas-
don, 1970). tellana.
OnLaw Max Rheinstein (ed.), Max Weberon Law in Economy and So- Esta introducción procura situar Ley Natural y Derechos Naturales en
ciety (Cambridge, Mass., 1954). el contexto de Ia vida y deI pensamiento de su autor, dando cuenta de sus
Oxford Essays Il A. W. B. Simpson (ed.), Oxford Essays in Jurisprudenee, Se- principaIes antecedentes filosóficos y de sus repercusiones en eI âmbito aca-
cond Series (Oxford: 1971). démico. Además, se exponen aIgunos pormenores relevantes deI trabajo de
Phil. Pub. Aff. Philosophy and Public Affairs. traducción, sin omitir el reconocimiento debido a quienes brindaron su im-
Pol. Aristóteles, Política. pulso y su ayuda durante los anos que duró esta labor arnable, intelectual-
Practical Reason 1. Raz, Practical Reason and Norms (London: 1975).
mente apasionante, aunque oscura.
Proc. Aris. Soe. Proceedings of the Aristotelian Society. J ohn Finnis nació en AdeIaida, Australia, el ano 1940. Después de sus
Provinee John Austin, The Province of Jurisprudence Determined estudios universi tarios en Australia se incorporó a Ia Universidad de Oxford
(1832; ed. H. L. A. Hart, London: 1954). (Inglaterra). Realizó sus estudios de doctorado bajo Ia supervisión de H. L.
Rev. Thom. Revue Thomiste. A. Hart, hasta completar su tesis doctoral titulada The Idea of Judicial Po-
S.T. Tomás de Aquino, Summa Theologiae. citada por Parte (I, 1-
wer (1965). A partir de 1967 fue tutoren derecho en Ia Universidadde Ox-
=
lI, Il-Il, III), cuestión (q. 94) y artículo (a. 2); (a. 2c cuerpo ford -en University College-, su hogar académico desde entonces.
de Ia respuesta, en el a. 2; ad 4 = respuesta a Ia cuarta objeción
Actualmente es Professor ofLaw and Legal Philosophy (desde 1989)
en el artículo relevante). y Fellow de University College. Fue miembro de Ia Cornisión Teológica In-
Theory of Justice John Rawls, A Theory of Justice (Cambridge, Mass.: 1971,
ternacional de Ia Santa Sede desde 1986 hasta 1991, y esFellowde IaBritish.
Oxford: 1972). Academy desde 1989. Además ha ensefiado en la Universidad de California-
U. Pa. L. Rev. University of Pennsylvania Law Review.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Berkeley (1965-66), en Ia Universidad de Adelaida (1971), en Ia Universi-
dad de Malawi (1976-78), enBoston College (1993-94) y en Ia Universidad
de NotreDame, donde es, desde 1995, el primer Biolchini Family Professor
ofLaw.
EI ano 1966, de regreso en Oxford tras su paso como Asociado en De-
recho (Profesor Ayudante) por Ia Universidad de Califomia-Berkeley, John
Finnis recibió el encargo, de parte de H. L. A. Hart -entonces editor de Ia
Clarendon Law Series-«, de escribir un libra titulado Natural Law and Na-
tural Rights. EI título fue elegido por Hart y nunca se discutió. Hastaese mo-
10 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 11

mentozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
The Concept oi Law (1961), del rnismo Hart, era el único libro de teo- cias sociales descriptivas. De manera que Finnis, en este primer capítulo,
ría general deI derecho publicado en esa colección de introducciones gene- lleva a sus consecuencias últimas Ia adopción -por Hart y otros- de una
rales a los diversos campos deI derecho y de Ia cienciajurídica. John Finnis perspectiva hermenéutica en el análisis conceptual del derecho, así como Ia
propus o tener el libro terminado para Ia Navidad de 1970, a 10 que Hart re- recuperación de la distinción entre "casos centraIes" y "casos periféricos"
plicó con un "don't hurry!" ("jno se apresure!"). El libro fue publicado en de un mismo concepto (Ia analogía), también evidente en el trabajo de Hart
1980 y causó un gran impacto en el ámbito académico anglosajón, primero, y en Ia filosofía analítica dellenguaje de esos afies,
y mundial, más tarde. Se ha reimpreso con regularidad desde entonces y ya Finnis no había enseíiado sobre los temas de los Capítulos II aI VII,
se han vendido alrededor de quince mil ejemplares. Además, ha sido tradu- pero sí había escrito sobre los derechos (Capítulo VIII), Ia autoridad (Capí-
cido al italiano y se preparan Ias traducciones a otros idiomas, comenzando tulo IX) y el derecho y el orden jurídico (Capítulo X), y en Berke1ey había
por el polaco. expuesto el pensarniento de Tomás de Aquino sobre Ia obligación (Capítulo
Entre tanto, John Finnis había enseíiado Teoria dei Derecho (Jurispru- XI). Además, corno tutor y profesor de Derecho, John Finnis habíaensefia-
dence) en Oxford entre 1966 y 1975. Puede decirse que, anteszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y durante es- do --en algunos casos también había escrito-- sobre Ia teoría del castigo y
tos anos, Finnis se había formado en Ia tradición de Ia filosofía analítica deI sobre derecho penal, constitucional, administrativo y romano.
derecho, bajo Ia influencia prominente -lejos Ia más importante- de Hart De manera que el primer antecedente del pensarniento de John Finnis
y de Kelsen, pero también de Bentham y de Austin, de Stone y de Hohfeld. se encuentra en Ia filosofía jurídica analítica, e incluso en Ia epistemoIogía
EI estudio de los autores más representativos del positivismo jurídico ana- de Hume y Russell estudiada en su tercer afio como estudiante en Oxford, y
lítico -tomando esta denorninación en sentido amplio-- familiarizó a Fin- en el conocimiento práctico y teórico de Ias instituciones jurídicas y políti-
nis con Ias caricaturas de Ia teoria de} derecho natural corrientemente acep- cas más relevantes en el ámbito deI Common Law. 1 Sólo más tarde vino a
tadas por entonces. Natural Law and Natural Rights fue escrito para Hart y darse cuenta -contra Ia amplia aceptación, en su ambiente académico, de
para su audiencia antes que para ningún otro público. En este contexto se en- Ias imágenes y objeciones contra el derecho natural- de que el iusnatura-
tiende mejor el tipo de argumentos y de problemas que Ia obra aborda, y por lismo c1ásico contenía algo más que oscuridad y superstición.
qué los aborda de manera más o menos polérnica ya desde el Prefacio, que Puede decirse que Ia segunda fuente deI pensarniento de John Finnis
sin más se niega a separar -salvo para fines pedagógicos limitados-Ios está en ese encuentro posterior con Tomás de Aquino, PIatón y Aristóteles,
estudios de Ia moral, el derecho y Ia política. y con Ias orientaciones renovadoras de Ia teología moral católica lideradas
La segunda mitad de 10s anos sesenta había estado muy influi da, en el por Germain Grisez, así como en Ia intervención de Finnis en los debates
ámbito iusfilosófico analítico, por Ia dialéctica entre Hart y los críticos de doctrinaIes que desde los afies sesentaenfrentaron a los católicos seguidores
The Concept of Law (Fuller, Dworkin en sus comienzos, etc.). Hart, que del Magisterio de Ia Iglesia con Ios propugnadores deI disenso teológico. La
quería abrir Ia teoría jurídica hacia Ia sociología y Ia historia, más allá de Ia síntesis de esta aventura intelectual es como sigue.
pureza kelseniana y de los empirismos jurídicos (llamados luego "realismos AI finalizar sus estudios de Derecho en Adelaida -después continua-
jurídicos" americano y escandinavo), estaba de hecho muy interesado en Ias dos en Oxford, centrados en Ia TeoríaJurídica, el Derecho Constitucional y
tesis de Colingwood sobre Ia influencia de Ias ideas del historiador ai apre- Ia Historia=-, John Finnis leyó Ia crítica del empirismo por B. 1. Lonergan 2
ciar los "hechos" históricos, y en Ias observaciones de Weber sobre el carác- y comenzó a alejarse de Ia epistemología, Ia metafísica y Ia ética empiristas,
ter hermenéutico de Ia comprensión sociológica. Esta apertura de Ia teoría aunque no, en un primer momento, de Ia teoría jurídica enraizada en esa tra-
jurídica analíticahacia Ias campos de Ia historia, Ia sociología y Ia ética; esta dición. No obstante su adhesión aI tomismo en general, Finnis haIló que no
captación de Ia influencia de Ia perspectiva práctica en Ia descripción de los eran buenos 10s fundamentos de Ia ética tomista general mente aceptados por
fenómenos sociales, dei derecho entre ellos; este desengano, en definitiva, esos anos. Durante su paso por California, Finnis leyó por primera vez a
respecto de Ia posibilidad de una ciencia jurídica no guiada por vaIoracio-
! nes; todo eso forma el trasfondo dei primer capítulo de Ley Natural y Dere- 1 Este conocimiento jurídico se hace patente en Ley NaturalzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
y Derecnos Naturales, y es-
chos Naturales, un capítulo que muestra Ia necesidad de enfrentar explíci- taba presente ya en algunos escritos de derecho constitucional de alto nivel argumentarivo, como
puede verse en Ias contribuciones de John Finnis ai Annual Surve, 01 Commonweolth Law entre
tamente el estudio de los temas clásicos de Ia ética y 1a política --el estudio
1967 y 1975,
de Ia ley natural- incluso para asegurar Ia objetividad posibIe en Ias cien- 2 Cfr. B. J. F. Lonergan, Insight: A.Study ofHuman Understanding (London: 1957),
12 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 13

Germain Grisez: primero una recensión dellibro de Lonergan; después, el Master de University College y editor de Ia Law Quarterly Review. Good-
libro de Grisez sobre Ia contracepci6n 3 y su importante análisis de la posi- hart le pidió una nota explicativa sobre el documento. Finnis aceptó "con
ción de Tomás de Aquino sobre el carácter inderivable y "evidente" de Ias mucho gusto" -son sus palabras- y escribió defendiendo derechamente Ia
primeros principias de Ia razón práctica. 4 Desdeentonces, Finnis asumió en ley natural sobre esta cuestión, teniendo en mente el público al cual se diri-
sus rasgos fundamentales Ia teoría ética que Grisez desarrol1ó a partir de su gía -en general, opuesto a Ia enseííanza católica. 5 Así comenzó su partici-
interpretación de Tomás de Aquino. En síntesis -puesto que ya vetá el lec- pación en el debate moral entre católicos y en Ia defensa de Ia moral tradi-
tor estas ideas mejor expuestas-, Grisez acepta Ia inderivabilidad deI deber cional, procurando exponer sus argumentos de una manera entendible para
a partir del ser -Ia asíllamada "ley de Hume"-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y sostieneque esa tesis.está personas con presupuestos intelectuales casi enteramente contrarios.
presente en Ia distinción aristotéIica entre razón especulativa y razón prác- En 1970, Finnis expuso el núcleo de su teoría ética -siguiendo, corno
tica y en Ia ensefianza de Tomás de Aquino sobre el carácter fundamental, hemos dicho, Ia línea de Grisez- en "Natural Law and Unnatural Acts", 6
evidente y no derivado, de Ias primeros principios de Ia ley natural. Además, El mismo ano ensefió, en Australia, Ia teoría jurídica de Tomás de Aquino.
Grisez intenta llenar un vacío en Ia teoria ética de Tomás de Aquino, a saber, En 1973 salió en defensa del derecho a Ia vida frente a Ia original argumen-
Ia fundarnentación del tránsito desde 10s primeros principias evidentes --co- tación de Judith Jarvis Thomson. 7 En 1971, Ronald Lawler pidió a Grisez
rrespondientes a Ia captación de Ias bienes humanos básicos=-, todavía y a Finnis que escribieran los capítulos de teología moral de un nuevo cate-
"pre-morales'', a Ias regIas rnorales concretas, que no son evidentes de suyozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
cismo. Finnis escribió Ias borradores de los cuatro capítulos y trabajó con
(v. gr., 10s diez mandamientos), mediante Ia aplicación de modos de razona- Grisez hasta terminarlos. 8
miento práctico denominados por Grisez "modos de responsabilidad". Hacia 1975, Finnis había escrito tres cuartas partes de Natural Law and
En su desarrollo de los modos de responsabilidad-equivalentes, en lí- Natural Rights, en Malawi. Presentó por primera vez parte del escrito en un
neas gruesas, a Ias "exigencias básicas de Ia razonabilidad práctica" que tra- Congreso en Rocca di Papa, cerca de Roma, al que fue invi tado para exponer
ta Finnis en el Capítulo V de su obra-y en sus múltiples aplicaciones a pro- Ia doctrina social católica posterior al Concilio VaticanozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUT
11. 9 Puededecirse
blemas éticos contemporáneos, Grisez -seguido luego por Joseph Boyle, que, por entonces (1974-1975), ya tenía una concepción clara de Ia teolo gía
John Finnis y otros destacados autores del ámbito anglosajón- conduce moral católica y de Ia doctrina social de Ia Iglesia. Ellibro fue completado
una defensa férrea de Ias tesis tradicionales en materias como Ia contracep- entre 1976 y 1978. El ano 1977 Hart recibió el capítulo acerca de Dias, que
ción y Ia ética matrimonial en general, Ia existencia de normas morales ne- le chocó -Hart era agnóstico, incluso ateo- y le hizo pensar, hasta que su-
gativas que no admiten excepción (prohibición de actos intrínsecamente girió que fuese reducido a un apêndice. Finalmente, fue incluido como Ca-
malos), Ia crítica del consecuencialismo o proporcionalismo, etcétera. Ade- pítulo XIII, el único de Ia "tercera parte".
más, Grisez refuta el disenso teológico católico y, aI rnisrno tiempo, renueva Ellibro -largo, detallado y denso- vio Ia luz en 1980, trece anos des-
Ia teología moral católica, especialmente mediante un rescate de Ia filosofía pués de haber sido encargado por Hart. Su operosa redacción se hace visible
tomista de sus deformaciones suarecianas y de otros fallos. Los demás as- por su alto nivel argumentativo -no obstante su carácter de obra introduc-
pectos de este nuevo impulso de Ia teología moral católica serán advertidos toria-, por Ia amplitud de sus referendas al pensamiento ético y jurídico
más adelante, al repasar Ias repercusiones del pensamiento de Finnis des- deI ámbito anglosajón contemporâneo y por sus sólidas raíces en 10 mej orde
pués de 1980.
5 Cfr, John Finnis, "Natural Law in Humanae Vitae", Law Quarteriy Review, vol. 84,
Finnis siguió profundizando en cuestiones teológicas y moraIes, desde
1968, págs. 467-71.
Ia perspectiva del debate intelectual entre católicos, con ocasión de Ia con-
6 Cfr. John Finnis, "Natural Law and Unnatural Acts", HeythropzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW
Journal; vol. 11, 1970,
troversia sobre Ia contracepción. EI día en que fue publicada Ia Encíclica págs.365-387.
Humanae Vitae, de Pablo VI, Finnis coincidió en el comedor con Arthur 7 Cfr. John Finnis, "The rights and wrongs of abortion: a reply to Judith Jarvis Thomson",
Goodhart predecesor de Hart en Ia cátedra de Jurisprudence y por entonces Philosophy and Public Affairs, vol, 2, 1973, págs. 117-45; ahora en Ronald Dworkin (ed .), The
Philosophy of Law (Oxford University Press, Oxford: 1977).
8 Cfr. Ronald Lawler, et al., (eds.), The Teaching oj Christ (Indiana: 1976), Caps. 18-2l.
3 Cfr. uennain Grisez, Contraception and the Natural Law (Mi1waukee: 1964). Sin embargo, Ias editores introdujeron c-rublos en la versión definitiva.
4 Germain Grisez, "The First Principle ofPractical Reason. A Commentary on the Summa 9 Cfr. una visión sintética de esa exposición en John Finnis, "Catholic Social Teaching: Po-
Theologiae 1-2, Question 94, Artic1e 2", Natural Law Forum, vol. 10, 1965, págs. 168-196. pulorum Progressio and After", Church Alert, nº 19, 1978, págs. 2-9.
14 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES
ESTUDIO PRELIMINAR 15

Ia filosofía práctica clásica, especialmente Ia de Platón, Aristóteles y Tomás bre el derecho natural es en muchos aspectos complementaria a Ia teoría ju-
de Aquino. rídica positivista, más que un rival suyo". 10
Natural Law and Natural Rights, J ohn Finnis ha publicado
Después dezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Y en seguida: "El mérito principal, y muy grande, de esta aproxima-
Fundamentais ofEthics; Nuclear Deterrence, Morality and Realism (con ción iusnaturalista, es que muestra Ia necesidad de estudiar el derecho en el
Grisez y Boyle); Moral Absolutes: Tradition, Revision and Truth y Aqui- contexto de otras disciplinas, y favorece Ia percepción de Ia manera en que
nas: Moral, Political and Legal Theory, sin mencionar más de un centenar asunciones no expresadas, el sentido común y los propósitos morales influ-
de artículos especializados. En esta vasta e importante realización posterior, yen en el derecho e integran lajudicación". 11 Naturalmente, Hart no llegó
el autor ha continuado con su defensa de los principios de Ia ley natural y de a recuperar para sí Ia tradición iusnaturalista, que siguió considerando con-
Ia doctrina iusnaturalista clásica sobre el derecho y Ia política, tanto contra fusa. Nosotros sólo queremos destacar que, desde 1980, el iusnaturalismo
Ias impugnaciones por parte del pensamiento agnóstico ilustrado como con- dejó de ser, ante los ojos de los principales teóricos "iuspositivistas" lidera-
tra Ias desviaciones de 10s moralistas y teólogos cristianos -incluso cató- dos por Hart, una posición simplemente irracional y absurda que casi no va-
licos- opuestos al Magisterio de Ia Iglesia católica. De este período poste- lía Ia pena discutir.
rior-son casi dos décadas- cabe destacar Ia amplia repercusión de su obra Pero hay más. John Finnis pasó a ser desde entonces un punto de refe-
en el ámbito iusfilosôficc analítico, surecepción -no exenta de incompren- rencia obligado en 10sestudios de Jurisprudence, y, al igual que a Hart, Kel-
siones y polémicas- en el campo de Ia filosofía y de Ia teología moral ca- sen y otros connotados autores, se le dedica un capítulo o una sección impor-
tólica, y, también, 10scomplementos y rectificaciones del autor. tante en 10s tratados y manua1es de teoría y filosofía jurídicas. 12 Su impacto
Los teóricos analíticos dei derecho -a quienes primariamente se diri - en Ia fiIosofía jurídica analítica y su importancia para el restablecimiento de
gía Natural Law and Natural Rights- se replantearon seriamente Ia inter- Ia tradición iusnaturalista en ese contexto -antes, y aun hoy, tan hostil-e- se
pretación tradicional del iusnaturalísmo. Puede decirse que Ia obra de Finnis refleja en Ias siguientes palabras de Neil MacCormick:
sustituyó el modo de abordar el tema de} derecho natural tal como había que- Algunos libros causan una impresión radical en ellector por Ia au-
dado establecido en Ia influyente defensa del positivismo jurídico por H. L. dacia y Ia novedad de Ias tesis que enuncian; escribir un libro así es un
A. Hart, quien había presentado el iusnaturalismo como algo ridículo, hasta logro raro y difícil. No es más fácil, con todo, ni menos raro, causar una
el punto de que el positivismo jurídico entendido como "separación concep- impresión radical mediante el cuidadoso replanteamiento de una idea
tua}" entre el derecho y Ia moral venía a ser equivalente a Ia distinción clá- antigua, vol viendo a Ia vida temas viejos merced al carácter vívido y vi-
sica entre derecho positivo y derecho natural. El planteamiento hartiano de goroso con que son traducidos a un lenguaje contemporáneo. Ése ha
sido ellogro de Natural Law and Natural Rights (...), un libro que ha
Ia cuestión hacía perder sentido a Ia supuesta oposición iusnaturalismo ver-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
sus iuspositivismo, como se encargaron de mostrar algunos autores analíti- devuelto a Ia vida, para los estudiosos britânicos, Ia teoria clásica, to-
cos después de Hart. En cambio, Finnis volvió a poner sobre Ia mesa cues- mista y aristotélica, de Ia ley natural. Una teoríaque más de una gene-
tiones como Ia inextricable unión de Ias valoraciones -morales, en último raci ón de pensadores ha desdefíado como una falacia anticuada y desa-
término- y Ias descripciones en Ias ciencias sociales; Ia necesidad de expli- creditada, mantenida viva sólo como dogma teológico de una iglesia
car el derecho positivo en el contexto más amplio de Ia razonabilidad prác- autoritaria, fue rescatada de un conjunto completo de malentendidos y
tica y de los bienes humanos básicos fundantes deI orden moral; Ia teoría de de tergiversaciones. AI mismo tiempo, fue exhibidacomo una explica-
Iajusticia, de Ia obligatoriedad del derecho, deI bien común, de Ia autoridad, ción deI derecho por completo desafiante, plenamente capaz de resistir
de los derechos humanos naturales; el problema de Ia ley injusta, conside- Ias teorías que, según se creía, Ia habían refutado y sustituido, tomando
rado a Ia vez desde el punto de vista jurídico, político y moral, sin excluirIo al mismo tiempo en cuenta y aceptando dentro de su propio plantea-
de Ia teoría analítica del derecho, e incluso Ia cuestión de Dios como funda-
10 H. L. A. Hart, Essays in Iurisprudence and Philosophy (Oxford University Press, Ox-
mento último del orden moral.
ford: 1983),pág. 10.
H. L. A. Hart, figura principal en eI âmbito jurídico analítico, conscien-
11 Ibid., pág. 11.
te de que Ia obra de Pinnis hacía imposible continuar discutiendo Ios temas
12 Vid., entre muchos, uno de los textos de Teoría dei Derecho de más prestigio en el mundo
dei derecho natural sobre Ia base de Ias imágeneszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y objeciones tradicionales anglosajón: M. D. A. Freeman, Lloyd's lntroduction to Iurisprudence (6~ed., Sweet and lvíax-
refutadas en el Capítulo lI, afirmó: "La flexible interpretación de Finnis so- well, London: 1994), pãgs. 122-129 Y 163-184.
16 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 17

miento algunas de Ias intuíciones o descubrimientos más importantes Iectuales de Europa y América. El auditorio aI que Ia obra se dirige, 108 tipos
de estas teorías, 13 de argumentos que considera y eIlenguaje que adopta, constituyen el con-
texto que permite comprenderla, y entender también que haya sido incom-
MacCormick no se recata en confesar algo que también a mí me inter-
prendida por aIgunos autores de relieve en el campo de Ia ética tradicional
preta:
tomisra y de Ia teología católica. Esta parte de Ia historia de Ias repercusiones
Pocas veces he leído un trabajo de filosofía con una sensación de ex-
dellibro en eI mundo académico puede presentarse mediante una narración
citación y de descubrimiento más grande que la que experimenté en
concisa de Ias polêmicas más importantes suscitadas a su alrededor -y al-
una primera lectura sin respiro de Ia versión previa a Ia primera edición
rededor de Ia obra de Germain Grisez, su gran inspirador, como Finnis se en-
dezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Natural Law '" Sigue siendo para mí un hito intelectual; uno deesos
carga de dejar siempre en claro.
pocos libros que provocan un cambio permanente en eI propio pensa-
Las principales cuestiones debatidas a propósito de Ia teoría ética y ju-
miento; un cambio en el propio paradigma personal.
rídica defendida enNaturalzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
Law and Natural Rights son: (i) larelación entre
Sobre el impacto dellibro en el mundo de habla inglesa, basta con esto, "ser" y "deber", entre metafísica y ética, entre naturaleza humana y razón
para no hablar de sus muchas reimpresiones, de su uso regular en Ia ensefían- práctica; (ii) el carácter evidente de 10sbienes humanos básicos y de los pri-
za de Ia Teoria del Derecno, de su difusión en el resto del mundo o de Ias de- meros principios de Ia razón práctica, y Ia no jerarquización objetiva entre
cenas de recensiones -más o menos críticas, pero siempre laudatorias- ellos --debida a su inconmensurabilidad=- en 10 que respecta precisamente
publicadas en diversos idiomas. En el mundo de habla espafíola, John Finnis a su bondad intrínseca como valores; (iii) Ia dístinción, dentro del ámbito de
es bien conocido entre 10s estudiosos de Ia filosofía práctica, Ia teología mo- Ia razón práctica, entre el campo "pre-moral" de Ios bienes básicos y el cam-
ral y Ia filosofía del derecho. 14 po "moral" de Ia razonabilidad práctica; (iv) Ia contraposicién entre Ia teoria
Natural Law and Natural Rights ha servido de puente entre una teoría de Grisez, Finnis y Boyle, con su pluralidad de bienes básicos pre-morales
moral de inspiración clásica -aunque renovada- y Ias filosofías jurídicas inconmensurabIes, y Ias teorías morales "deI fin dominante", entre Ias que
y morales contrarias, vigentes hoy en la mayor parte de 10s ambientes inte- se contaría -según algunos autores, v.gr. Grisez, pero no Finnis-> 15, Ia te-
sis aristotélica -aceptada por Tomás de Aquino- de Ia existencia de un
13 Neil MacCormick, "Natural Law and the Separation ofLaw and Morais", en Robert P.
único "fin último" (Ia contemplaciónde Ia verdad y Ia "gloria de Dios''); (v)
George (ed.), Natural Law Theory. Contemporary Essays (Oxford University Press, Oxford:
1992), págs. 105-133, en pág. 105. el modo de comprender Ia relación entre el orden moral y el conocimiento
14 Entre sus libros, s610uno ha sido traducido: John Finnis, Mora lA bso lutes: Tradition, Re-
humano de su fundamento último trascendente (Dios); y (vi) Ia controversia
vision and Truth (Catholic University of America Press, Washington D.C.: 1991), trad. cast, de con el proporcionalismo ético y con los moralistas deI di senso teológico,
Juan José García Norro; Absolutos Morales. Tradición, Revisión y Verdad (Eiunsa, Barcelona: que condiciona en gran medida ellenguaje y los modos de razonamiento dei
1992). Carlos Ignacio Massini ha traducido algunos artículos importantes, como "La fuerza ra-
autor cuando trata sobre Ias fundamentos de Ia moral y Ia teoría de Ia acción.
cional de Ia moral cristiana", Revista de Ia Universidad de Mendoza, nOS.8-9,1980-90, págs. 17-
33; "Aristóteles, santo Tomás y los absolutos morales", Persona y Derecho, vol. 28, 1993, pãgs, Finnis admite Ia llamada "ley de Hume" -muestra, de paso, que no es
9-26; "Derecho natural y razonamiento jurídico", Persona y Derecho, vol. 33, 1995, págs. 9-39, de Hume y que Hume Ia transgredió-, 16 es decir, que no es Iógicamente
y "Derecho natural-derecho positivo. A propósito dei derecho a Ia vida", en C. I. Massini y P. posible deducir el "deber'' a partir del "ser" o pasar de premisas puramente
Serna (eds.), El Derecho a Ia Vida (Eunsa, Pamplona: 1998), págs. 223-243. Véanse, además, sin
fácticas o descriptivas a proposiciones valorativas o prescriptivas. Además,
pretensión de ser exhaustivo, entre Ias publicaciones que más consideran el pensamiento de Fin-
nis, Guido Soaje Ramos, "John Finnis y el derecho natural", Anuario de Filosofia Juridica y So- reconoce Finnis que aIgunos iusnaturalistas -parte de Ia escolástica su-
cial (Argentino), nQ 7,1987, pãgs, 77-101 y, deI mismo autor, sendas recensiones -críticas y de puestamente "tomista", Ias racionalistas y el estoicismo- realmente pre-
alto nível argumentativo- a Natural Law and Natural Rights (en Revista de Filosofta Prâctica tendieron deducir Ia moral de una observación de Ia natura1eza humana y de
Ethos, nOS.10-11,1982-1983, págs. 344-370) ya Fundamentals of Ethics (en Revista de Filoso-
una constatación especulati va de la "congruencia" entre esa naturaleza y Ias
fia Práctica Ethos, nos. 14-15, 1986-1987, págs. 234-255); Ia recensi6n de Carlos José Errázuriz
a Natural Law and Natural Rights (en Revista de Derecho Público, nOS.35-36, 1984, págs. 149-
160); Y los libras de Aurelio Ansaldo, EI Prim.er Principio del Obrar Moral y Ias Normas Mo-
rales Espectficas en el Pensamiento de G. Grisez y J. Finnis (Pontificia Universidad Lateranen- 15 Cfr. Germain Grisez, The Way ofthe Lord Jesus l. Christian Mora/Principies (Francis-
se, Roma: 1990); Joaquín García-Huidobro, Razân Práctica y Derecho Natural (Edeval, can Herald Press, Chicago: 1983), Capo 34, q. A, págs. 807-810. Sobre Finnis, véase más ade-
V ai paraíso: 1993) y Enrique Molina, ÚI Moral entre la Conviccion y Ia Utilidad (Ediciones Eu- lante.
nate, Pamplona: 1996). 16 Cfr. Natural Law and Natural Rights, CapoIl.5, págs. 36-42.
]8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 19

acciones libres. A eso se le llamaba "fundamentar" Ia ética en Ia antropolo- tafísica, e incluso sobre cierta precedencia deI conocimiento práctico en Ia
gía y en Ia metafísica. comprensión "desde adentro" de algunos aspectos de Ia naturaIeza humana,
Finnis, en cambio, sostiene que 10s principales autores iusnaturalistaszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
está en Ia línea de afirmaciones como Ias siguientes: "La razón abstrae su
(v.gr., Platón, Aristóteles y Tomás de Aquino) reconocieron Ia distinción ló- formulación general deI bien de aquellos bienes concretos, particulares, que
gica entre "ser" y "deber" y Ia plasmaron en sus explicaciones sobre Ia di- el hombre encuentra en su acción"; 20 "a Ia luz de Ia dignidad de Ia persona
ferencia entre Ia razón especulativa y Ia razón práctica con sus respectivos humana ... Ia razón descubre el valor moral específico de algunos bienes aIos
puntos de partida evidentes por sí mismos (los primeros principios especu- que Ia persona se siente naturalmente inclinada"; 21 "Ia exigencia moral ori-
lativos y prácticos) . No infringieron, por ende, Ia exigencia lógica de no de- ginaria de amar y respetar a Ia persona como un fin y nunca como un simple
ducirzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
10s preceptos a partir de los hechos de Ia naturaleza humana. EI cono- medio, implica también, intrínsecamente, el respeto de algunos bienes fun-
cimiento práctico es práctico desde sus primeros principios evidentes, no damentales, sin el cual se caería en el relativismo y en el arbítrio"; 22 "las in-
deducidos de un conocimiento especulativo de Ia naturalezahumana. AIgu- c1inaciones naturales tienen una importancia moral sólo cuando se refieren
nos autores tomistas -singularmente Henry Veatch y Ralph McInerny-- 17 a Ia persona humana y a su realización auténtica"; 23 "el origen y el funda-
vieron esta postura como una traición a Ia tradición tomista sobre Ia ley na- mento deI deber de respetar absolutamente Ia vida humana están en Ia dig-
tural, y Ia interpretaron como una completa separación o independencia en- nidad propia de Ia persona y no simplemente en el instinto natural de con-
tre Ia ética -saber práctico-zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Ia antropología y Ia metafísica -saber es- servar Ia propia vida física" 24. En este contexto se sostiene que una
peculati vo-, es decir, como una negación de Ia fundamentación metafísica conducta no es percibida por Ia razón como "natural" y por ende como ra-
y antropológica de Ia ética y una negación de Ia relevancia deI conocimiento zonable y buena, sino que, por el contrario, Ia razón práctica discieme qué
especulativo de Ia naturaleza humana en Ias deliberaciones morales. acciones son conformes con Ia misma razonabilidad práctica, y por ende
Nosotros pensamos -tras considerar Ias réplicas de Finnis y Grisez-18 buenas y "naturales". Porque para el ser humano 10 "natural" en el obrar,
que Natural Law and Natural Rights sólo se ocupa de Ia tesis lógica de Ia in- aunque guarde una relación con todos 10s elementos que conforman la na-
derivabilidad dei deber a partir del ser, teniendo a Ia vista Ias críticas al de- turaleza humana tal como es -incluso con los aspectos físicos y biológi-
recho natural como Ia "ley de Hume" o Ia "falada naturalista" (G. E. Moo- COS-, consiste sobre todo en "obrar conforme a Ia razón". 25
re); pero no niega Ia fundamentación metafísica y antropológica de la ética, En segundo lugar, Finnis sostiene que los primeros principios de Ia ra-
ni Ia relevancia dei conocirniento especulativo en y para el práctico. zón práctica -también el principio primerísimo en que todos los demás se
Finnis afirma clara y sucintamente "que' si Ia naturaleza deI hombre fundan: bonum est faciendum et prosequendum et malum vitandum= -- y 10s
fuese diferente, también 10 serían sus deberes' (O' Connor, Aquinas and Na- correspondientes bienes humanos básicos son evidentes de suyo (per se
tural Law, pág. 18). Las formas básicas del bien captadas por el entendi- nota) y no requieren demostración, aunque sí expe riencia pues no son inna-
miento práctico son 10 que es bueno para Ios seres humanos con Ia naturaleza tos. Los bienes o valores básicos, a fuer de evidentes, son igualmente prima-
que tienen". 19 Sus tesis sobre Ia inderivabilidad de Ia ética a partir de Ia me- rios e inconmensurables entre sí, es decir, ninguno es más básico que 10s
otros y no existe una escala uniforme que permi ta medir los valores básicos
17 Cfr. Henry Veatch, "Natural Law and the 'Is' -'Ought' Question", Catholic Lawyer, n~ en términos de algún bien todavía más básico con el fin de subordinar o sa-
26, 1980-81, págs. 251-265, "Review of Natural Law and Natural Rights", The American Jour-
nal ofJurisprudence, vol. 26, 1981, págs. 247-259, y Ra!ph Mclnerny, "The Principies of Na-
tural Law", The American Journal of Iurisprudence, vol. 25,1980, págs. 1-15. 20 Karol Wojtyla, I Fondamenti dell'Ordine Etico (Edizioni CSEO, Ciudad de! Vatieano:
1980), pág. 111. Énfasis afíadido, Una traducción ligeramente diversa en Karol Wojtyla, Mi Vi-
18 Véase especialmente John Finnis - Gerrnain Grisez "The Basic PrincipIes of Natural
sián dei Hombre (Palabra, Madrid: 1997), pág, 260.
Law: A Rep!y to Ralph Mclnerny", The American Joumal of Jurisprudence, voI. 26, 1981, págs.
21-31; John Finnis, "Natural Law and the 'Is'-'Ought' Question: An Invitation to Professor 21 Juan Pablo Il, Lit. Enc. Veritatis Splendor, 6- VIII-1993, n. 48.
Veatch", Catholic Lawyer, n" 26, 1981, págs. 266-77; Y John Finnis, Fundamentais of Ethics 22 lbidem, Juan Pablo Il, al enumerar algunos de esos bienes fundamentales en cuyo respeto
(Oxford University Press, Oxford: 1983), págs. 14-25. Finnis, lejos de traicionarlo, haescrito re- se concreta el principio de realizar el bien y evitar el mal, se remite a Tomás de Aquino, Summa
cientemente una obra que procura ser una demostración de total lealtad ai pensamiento de Tomás Theologiae, I-lI, q. 94, a. 2. Cfr. Veritatis Splendor, cit., n. 5 I. Vid. también ibid. n. 59.
de Aquino. Cfr. John Finnis, Aquinas: Moral, Political and Legal Theory (Oxford University 23 lbid., n. 50.
Press, Oxford-New York: 1998). 24 lbid.
19 Natural Law and Natural Rights, Capo IIA, pág. 34.
25 Cfr. Natural Law and Natural Rights, Capo II.4, págs. 35-36.
20 LEY NATURAL Y DERECHOSNATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 21

cri ficar unos valores en aras de los mayores. Por eso no es posibleestablecer sóIo Ia armoniza con el carácter "primero" e inderi vado de todos 10s prime-
de valor entre 10s bienes básicos, aunque sí caben je-
una jerarquía objetivazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA ros principios de Ia Iey natural, y Ie niega consecuencias morales en térmi-
rarquizaciones y ordenaciones diversas de 10s bienes básicos según Ia plu- nos de sacrificar unos bienes por otros.
ralidad de formas de realizar en concreto el ideal de Ia vida buena o de Ia ple- De manera que el contexto que permite comprender eI alcance dei pen-
na realización humana (eudaimonía). En torno a esta cuestión, Ia discusión samiento de Finnis sobre este tema es su controversia con los proporciona-
de Ias últimas dos décadas pone en duda tanto Ia evidencia dezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
10s bienes bá- listas. La crítica del proporcionalismo se apoya, entre otros elementos, en
sicos como Ia ausencia de jerarquía entre ellos y su inconmensurabiIidad. que simpIemente no es posibIe Ia medición,jerarquización y cálculo de bie-
Ningún autor c1ásico niega el carácter per se nota de los primeros princípios, nes y males pre-morales, en el sentido preconizado por los defensores del
cuestión sobre Ia cual Finnis ha tenido que debatir con Ias diversas formas proporcionalismo ético. Esto no significa que el agente moral no pueda o no
de no cognitivismo ético (escepticismo, emotivisrno, etc.). En rigor, Ia acep- deba establecer jerarquías entre los bienes a Ia hora de disefiar su plan de
tación de Ia evidencia de 10s valores básicos pre-morales podría ir unida a vida; por el contrario, algunos darán prioridad a Ia investigación de Ia ver-
una negación posterior de Ia posibilidad de arribarracionaImente a conclu- dad, otros a Ia religión o al juego, etcétera. Pero esas jerarquías noresponden
siones propiamente moraIes sobre Ia bondad y malícia de Ias acciones; pero a diferencias entre valores básicos sino a diferentes elecciones de su cornbi-
el escepticismo actualmente en boga, por más contradictorio que sea, se re- nación en una vida humana limitada, elecciones que no implican necesaria-
fiere a todo tipo de conocimiento deI bien humano, sea moral o pre-moral. mente Ia negación directa de uno de esos valores básicos. Además, pueden
Finnis dedica páginas irrefutabIes a mostrar Ia absurdidad deI escepticismo. naturalmente estabIecerse diversos órdenes o jerarquizaciones entre Ios bie-
La inconmensurabilidad entre los bienes básicos y Ia ausencia de jerar- nes humanos -básicos o no-- según diferentes criterios compatibles con Ia
quía entre ellos -en el sentido de igual evidencia y principialidad como va- afirmación de que Ios bienes básicos son igualmente primarios y evidentes
lores básicos- ha sido negada tanto desde el campo tradicional tomista de suyo. Así, por ejemplo, puede decirse que Ia vida es una precondición de
como desde Ia perspectiva utilitarista, proporcionalista o consecuencialista todos 10s demás bienes; que Ia amistad puede ser una razón para entregar Ia
(uso estos términos como sinónimos para Ios fines de este escrito). Desde Ias vida; que los bienes deI espíritu son superiores aios bienes materiales; etcé-
posiciones escolásticas se ha pretendido ver una jerarquía de valor en Ia or- tera. Además, el bien básico de Ia razonabilidad práctica "manda" -{)rdena
denación triple de los preceptos de Ia ley natural, expuesta por Tomás de Ios demás en un pIan de vida concreto- no porque sea más valioso, sino
Aquino; 26 pero no es claro, en este contexto, por dónde ha de comenzar Ia porque uno no puede participar en él en absoluto más que reconociendo su
jerarquización: 1,Iavida es un bien mayor que el conocimiento de Ia verdad carácter directivo respecto de todos Ios otros valores básicos y su realización
o que Ia religión o aI revés? Por el contrario, Ias éticas de corte consecuen- concreta.
cialista afirman Ia conmensurabilidad de los bienes según un patrón unifor- En tercer lugar, Finnis distingue claramente entre el bien y el mal en
me de medida, y su posible jerarquización en una escala única desde el me- sentido "pre-moral" y el bien y el mal en sentido "moral". Esta distinción en
nor aI mayor bien pre-moral, precisamente porque sólo así es posibIe el el campo de Ia razón práctica y, por ende, en Ia ley natural, neva a sostener
cálculo de consecuencias buenas versus consecuencias malas --o de costo que no todos los principios de Ia ley natural son "morales". Los primeros
y beneficio- que está en el centro de Ia racionalidad consecuencialista. principios de Ia "ley natural" -el primero (bonumfaciendum ...) y los co-
Como se ve, difierenmucho Ias razones de unos y de otros -tomistas y con- rrespondientes aIos bienes básicos- no son "morales" sino "pre-morales",
secuencialistas=- para afirmar lajerarquización de los bienes. Mientras los porque apuntan a bienes humanos que son objeto tanto de Ias elecciones
tomistas procuran interpretar 10s textos de su maestro a Ia luz de un orden buenas como de Ias malas. En pocas palabras, Ia existencia de elecciones li-
metafísico entre Ias inclinaciones naturales, 10s consecuencialistas necesi- bres de conductas moralmente malas, pero de todos modos dirigi das por una
tan encontrar un modo de contraponer y medir unos bienes con otros para cierta forma =-disminuida, parcial y desordenada- de racionalidad prácti-
poder sacrificar los bienes menores en aras de los mayores. A mi modo de ca, exigen distinguir entre 10s primeros principios de Ia razón práctica en ge-
ver, el pensamiento de Finnis no se opone a Ia ordenación tomista de los neral y su correcta o razonable aplicación en Ia elección del bien moral. EI
principios de Ia ley natural según el orden de Ias inclinaciones naturales; bien moral es el bien propio de Ia acción libre cuando está conforme con to-
das ks exigencias de la razonabilidad práctica. EI mal moral se 0d en Ia ac-
26 CfI. Tomás de Aquino, Summa Theologiae, I-lI, q. 94, a. 2 c.
ción libre cuando no se ordena según Ias exigencias de Ia razonabilidad
2 2 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 23

práctica, aunque Ia acción mala de todas maneras apunta hacia algún bien cas que sostienen Ia existencia de un único "fin dominante" por encima de
humano (sólo el bien puede ser objeto deI acto de Ia voluntad), básico o in- 10s demás bienes y fines propios del ser humano. La crítica se entiende bien
cluso meramente sensible o infrarracional. 27 Ellenguaje que utiliza Finnis cuando se dirige contra teorías que, como el utilitarismo, reducen los varia-
está conforme con el del proporcionalismo, que se apoya en Ia distinción en- dos bienes (y males) humanos a un único bien (y mal) capaz de medirIos a
tre bienes pre-morales y bienes morales para sostener que Ia acción puede todos, a saber, el placer (y el dolor). A mi modo de ver, Ia crítica de estos au-
ser moralmente buena aunque dane directamente un bien pre-moraI -in- tores contra Ias teorías éticas deI "fin dominante" tiene en cuenta sobre todo
cluso un bien humano "básico"-, siempre que, aI final, el resultado de Ia Ias opiniones que reducen Ia complejidad del bien humano a una sola de sus
acción sea eIzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
mal menor o el bien mayor. No resulta extrafio, entonces, que dimensiones, y especialmente el utilitarismo y otras éticas teleológicas
elIenguaje de Finnis haya provocado algo de perplejidad entre quienes han y Pin-
(proporcionalismo, consecuencialismo). Sin embargo, aunque Grisezzyxwvutsrqponmlkjihg
criticado Ias éticas teleológicas desde posiciones tradicionales. Sin embar- nis rechazan Ia tesis -según Grisez, "aristotélica" y asurnida de modo con-
go, Finnis no niega, sino que afirma, Ia importancia moral de los bienes hu- fuso por Tomás de Aquino- de que existe un único fin natural de Ia vida hu-
manos básicos pre-rnorales (en este sentido, todos los principios primeros mana, consistente en un tipo de actividad distinto de otros y específicamente
de Ia razón práctíca son principios "rnorales"). La razón práctica puede re- humano -i.e., Ia contemplación intelectual-, tanto Grisez como Finnis
conocer Ia bondad o malicia de los actos libres (morales) precisamente por aceptan que el ideal de Ia plenitud humana integral en cierto sentido "puede
referencia a estos bienes básicos que, como fines objetivos que constituyen ser considerado el fin último natural moralmente verdadero de Ias personas,
en su conjunto el bien integral de Ia persona humana, pueden ser queridos tanto en cuanto individuos como en comunidad", 29 Además, aunque algu-
según el recto orden de Ia razón --e.g., entre otras exigencias, sin danar nos escritos de Grisez-Boyle-Finnis -sobre todo los primeros de Grisez- 30
otros bienes básicoszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y promoviendo algunos o todos de alguna manera- y parecen atribuir un errar a Aristóteles y, en alguna medida, a Tomás de
ser así moralmente buenos y causa del bien de Ia persona como persona, Aquino, Finnis, en concreto, no acepta sin más que Ia teoría de Aristóteles
pero que también pueden ser queridos contrariando Ias exigencias de Ia recta sea una teoria moral "del fin dominante", sino que piensa que flota incier-
razón (razonabilidad práctica) -i.e. con daão directo de algún bien bási- tamente entre Ia concepción de un fin último "dominante" y Ia de un fin úl-
co-- y ser así moralmente maIos y causa del mal --de 13 degradación- de timo "incluyente". Tampoco piensa Finnis que Tomás de Aquino simple-
Ia persona en cuanto persona. En definitiva, Finnis hace uso de Ia distinción mente aceptó Ia teoría de Aristóteles sobre el fin último, ni que su teoría del
entre bien moral y bien pre-moral de una manera exactamente inversa a Ia fin último, natural o sobrenatural, sea sencillamente una teoría "del fin do-
deI proporcionalismo ético, y refutándolo mediante eI uso de un len- minante". Por el contrario, Ias dos obras principales de John Finnis (Natural
guaje común. Por cierto, Ia modificación del lenguaje y Ia consiguiente Law and Natural Rights y Aquinas) se limitan a dar una interpretación res-
restricción de 10 que se denomina "bien moral", puede ser tema de deba- trictiva de Ia posición de Tomás de Aquino, según Ia cualla contemplación
te; pero no equivale sin más a negar Ia relevancia deI bien ontológico o de Dios sería una parte -bien que esencial- deI estado de beatitudo a que
pre-moral para determinar Ia bondad moral de los actos humanos -aI con- están llamados los seres humanos, una beatitudo (plenitud humana integral)
trario, desde este punto de vista todos 10s principios prácticos pueden lla- que en su estado perfecto inc1uiría toda Ia complejidad de Ios bienes huma-
marse "morales". 28 nos, desde Ia vida corporal hasta Ia comunidad de amistad con otras perso-
En cuarto lugar, Ia identificación de varios bienes básicos pre-morales, nas, además de Ia amistad con Dios. En este sentido, el fin último deI hombre
con sus correspondientes principios primeros de Ia razón práctica --de suyo es "Ia gloria de Dios", en Ia cual se participa mediante Ia semejanza con
evidentes-,lleva a Grisez y a Finnis a una posición crítica de Ias teorías éti- Dios, semejanza que es Ia plenitud humana integral. "Dios puede serconsi-
derado el fin último de Ias personas y Ias comunidades humanas en Ia me-
dida en que su plenitud [de eIlos] en sus bienes propios es una participación
27 Cfr. Germain Grisez - Joseph Boyle - John Finnis, "Practical PrincipIes, Moral Truth, and
Ultimate Ends", The American Journal of Jurisprudence, vol. 32, 1987, págs. 99-151, en págs.
147-148. Hacia el final de este artículo 10s autores admiten --algo dubitativamente- que puede
haber acciones irracionales no motivadas por algún bien o valor básico, aunque Ia referencia a 29 lbid., pãg. 133.
10s valores básicos sirva, en esos casos, para racionalizar Ia elecci6n moralmente mala. 30 Cfr. Germain Grisez, "Man, Natural End of", en New Catholic Encyclopedia, 1967, vol,
28 Cfr, Germain Grisez - Joseph Boyle - John Finnis, "Practical Princíples, Moral Truth, and 9, págs. 132-138 y Contraception and lhe Natural Law y "The First PrincipIe of Practícal Re-
UItimate Ends", cit., pág. 126. ason. A Commentary on the Summa Theologiae 1-2, Question 94, Artic1e 2", ya citados.
24 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINARzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
25

en su bondad [de ÉI]".zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


31 Además, aunquelos seres humanos no siempre eli- se sigue deI hecho de que 10s primeros principios prácticos son evidentes de
gen acciones ordenadas aI fin últimozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
e., a veces obran inmoralmente=-,
-Í, zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
suyo para todos los seres humanos con uso de razón y Ia experiencia relevan-
es verdad que todos deben elegir acciones unificadas porun solo fin último, te (per se nota omnibus) rnientras que Ia existencia de Dios no es evidente
eI cual, a su vez, no puede ser perseguido sin un compromisoreligioso. 32 En para nosotros, sino demostrable. Sólo que sin Dios Ia normatividad moral no
este sentido, Finnis acepta tanto Ia posibilidad de un fin último natural com- alcanza a ser explicada cabalmente, y, de hecho, si Dios no existiera no ha-
plejo como la existencia --conocida por Ia fe- de un fin último sobrenatu- bría ni orden moral ni realidad ninguna.
ral gratuitamente ofrecido por Dios como don: Ia "íntima comunión en el Por último, Ia obra de Finnis -como Ia de Grisez- ha sido explícita-
gozo divino". 33 La "gloria de Dios" coincide con Ia plenitud integral de Ia mente crítica de Ias "nuevas" éticas teleológicas, el utilitarismo y Ias diver-
persona humana, "porque Ia gloria de Dios es el hombre vivo, y Ia vida dei sas formas de consecuencialismo y de proporcionaIismo ético. Brevemente
hombre es Ia visión de Dios". 34 puede decirse -sin entrar en más distinciones- que estas "éticas teleoló-
En quinto lugar, Finnis reconoce a Dios como "fundamento" deI orden gicas" se caracterizan por negar Ia existencia de reglas morales "absolutas"
moral; pero no porque Ia verdad especulativa acerca de Dios esté en eI ori- -en el sentido de que no adrniten excepciones- y de actos intrinsecamente
gen de 10s prímeros principios prácticos y de 10s preceptos morales, sino maIos (v.gr., mentir o cometer aduIterio), y afirrnan, en cambio, que sólo
porque el sentido ulterior unitario aI que apunta Ia persecución de Ios bienes puede valorarse moralmente el acto después de sopesar, en Ia situación con-
humanos básicos --evidentes de suyo- es, corno hemos dicho, Ia cornu- creta, sus consecuencias buenas y malas =-costos y benefieios- desde el
nión eon Dios como fin último. Así se entiende que Dios --cuya existencia punto de vista pre-moral o físico. Demanera que, fuera de este cálculo de Ias
no es evidente, sino demostrable- sea fundamento ontológico de un orden consecuencias o de Ia proporcionalidad entre efectos buenos y malos, no
moral anterior para nosotros desde el punto de vista epistemológico, es de- cabe evaluar moralmente Ia acción "en abstracto" según su "objeto moral",
cir, conocido antes por Ia razón práctica que capta de manera evidente Ias precisamente porque ese "objeto moral" no puede determinarse con inde-
primeros principios deI orden práctieoincIuso cuando desconoce Ia existen- pendencia de Ias consecuencias de Ia acción. Los consecuencialistas acep-
cia deI fundamento trascendente de ese orden práctico. Finnis, además, sos- tan que el adulterio o Ia mentira son algo moralmente malo "por definición";
tiene que el desconocimiento especulativo de Dios -fundamento último pero, precisamente por eso, sostienen que no podemos califiear de adulterio
del orden moral- no es irreIevante aI conocer Ia Iey moral natural, pues sin o de mentira un tipo de acción descrita abstractamente en términos no vaIo-
esa fundamentación última inmutable, sin el conocimiento de Dios, toda Ia rativos, sino sólo Ias acciones de ese tipo "pre-moral'' o físico (v.gr., tener
estructura de Ias exigencias de Ia razonabilidad práctica se torna de alguna comercio carnal con persona distinta deI cónyuge o afirmar una falsedad)
manera "subjetiva" y "discutible". 35 De manera que Finnis está lejos de que no se justifican en el caso concreto. Si tales acciones se justifican, su se-
sostener que el orden moral existiría "incluso si Dios no existiera". 36 Por el mejanza física no basta para aplicarles Ios nombres con connotaciones mo-
contrario, afirma que puede conocerse --en cuanto a sus principios bási- rales negativas ("adulterio", "mentira"). Ellector encontrará en Ley Natural
cos- sin y antes de conocer Ia existencia de Dios, tesis que evidentemente y Derechos Naturales una crítica seria de Ias éticas "teleológicas" (en este
sentido) y una defensa incondicional de los absolutos morales de Ia ética clá-
31 Germain Grisez - Joseph Boyle - John Finnis, "Practical Principles, Moral Truth, and UI- sica-i. e., de Ia prohibición sin excepciones de actos intrínsecamente malos
timate Ends", cit., pág. 135. por su especie, eon independencia de Ias consecuencias ulteri ores intentadas
32 lbid.,pág. 141. Cfr. tambiénpágs. 131-136y 141-147.
o previstas. 37
33 Ibid., pág. 147.
34S. Ireneo de Lyon,Adversus Haereses, 4, 20, 7.Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 11- 37 Cfr. Natural Lawand Natural Rights, CapoV.6-7, págs. 111-125, y.con muchas amplia-
X-1992, nQ 294, y Yeritatis Splendor, cit., n. 10_ ciones y desarrollos, John Finnis, Moral Absolutes: Tradition, Revisionand Truth (Catholic Uni-
35 Natural Law and Natural Rights, pág. 405 y "Practical PrincipIes, Moral Truth, and UI- versity of America Press, Washington D.C.: 1991), trad. cast. de Juan José García Norro, A bso-
timate Ends", cit., págs. 141-146. lutos Morales. Tradición, Revisián y Verdad (Eiunsa, Barcelona: 19(2). Finnis no admite Ia
36 La hipótesis "etiamsi daremus" (suponer Ia no existencia de Dios) era corri ente entre los c1asificación de Ias éticas en "deontolõgicas" (v.gr., Kant) y "teleolégicas" (v.gr., Bentham),
teólogos anteriores a Hugo Grocio. En Grocio se formula de un modo quizás ambiguo, pero Fin- porque Ia ética clásica es aI mismo tiempo, en cierto sentido, totalmente "deontolõgica" --de-
nis no acepta Ia interpretación tradicional que le achaca haber inaugurado una nueva era, moder- fiende los absolutos mo-ales ínexcepcionables-e- y totalmente "teleológica" -Ios principios y
na y secular, en el pensamiento iusnaturalista. Cfr. Hugo Grocio, De Jure Belli ac Pacis, Prole- regIas deI obrar moral vienen determinados por los bienes o fines humanos básicos y por el ideal
gomena, n. 11, Y Natural Law and Natural Rights, Capo II.6, págs. 43-4 y 54, YCapo XIII. unificante de Ia "realización humana integral" (el fin último del hombre que se identifica eon Ia
2 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 27

Nosotros queremos destacar aquí que este aspecto poIémico de Ia obra de amar ai prójimo como a uno mismo, 42 que puede formularse también
de Finnis no se debe, como los anteriores, a su novedosa presentación de Ia como Ia exigencia de que Ia voluntad apunte siempre, en toda elección, ha-
tradición moral, sino simplemente aI hecho de defenderIa contra quienes se cia Ia "plenitudhumana integral" en uno mismo y en los demás. 43En segun-
han apartado de ella. 38 Este contexto de sostenida poIémica con posiciones do lugar, se identifica el matrimonio como un bien humano básico, no redu-
consecuencialistas -a menudo a propósito de problemas como Ia contra- cible a una combinación de los bienes básicos de Ia arnistad y de Ia vida en
cepción y Ia ética sexual en general, o el recurso a Ia disuasión nuclear en Ias su transmisiõn, 44 En tercer lugar, eI "juego", visto como un bien básico au-
relaciones entre Ias superpotencias- ayuda sobremanera a comprender el tónomo en 1980, se considera ahora, junto con el "trabajo", como uno de los
lenguaje de Finnis y su modo de argumentar. En este mismo contexto habría aspectos de un bien humano más amplio, Ia "excelencia en Ia realización"
que situar aIgunas críticas recientes contra Grisez y Finnis, Ias cuales apélan (excellence in performance). 45 Asimisrno, Ia "experiencia estética" -uno
a una "ética de Ias virtudes", oponiéndola a Ia ética de Ia Iey natural soste- de 10s bienes básicos en Ia lista de Ley Natural y Derechos Naturales- se
nida por Finnis -Ia califican de "rigorista" y "kantiana- 39 precisamente para inc1uye, abora, como una parte dei bien básico que es el conocimiento. En
así fundamentar unas posiciones sustancialmente proporcionalistas en eI ca- cuarto lugar, tras Ia lectura de algunas obras de Karol Wojtyla, especialmen-
rácter "abierto" y "prudencial" de Ias virtudes. 40 Finalmente, dentro de esta te Persona zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Acción, Grisez y Finnis captaron Ia importancia de Ia tesis de
poIémica de largo aliento con el proporcionaIismo, cabe destacar Ia crítica los actos que perduran, y Ia usaron como argumento en favor dellibre albe-
de los absolutos morales por parte de Leo Strauss -veladamente- y de sus dríozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y como elemento en su crítica dei proporcionalismo. 46 En quinto lugar,
discípulos partidarios dei "realismo político duro" que "exigiria" en ciertos ca- Finnis da boy menos importancia a Ia distinción entre justicia conrnutativa
sos ensuciarse Ias manos, por decido así, con actos que por regIa general- y justicia distributiva, sin negarIa. 47 En sexto lugar, el autor ha afiadido algo
no absoluta, según ellos-están prohibidos por Ia Iey natural, como, por ejem- a su postura sobre el grado de "paternalismo" estatal admisible en defensa
pIo, el homicidiozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(i.e., Ia muerte directa e intencional) de personas inocentes de Ia moralidad pública. Ya en 1980 rechazaba Ias formas excesi vas de pa-
en una guerra (incluida Ia "guerra fria"). 41 ternalismo, a Ia par que consideraba justificado el paternalismo estatal por
El capítulo de Ia evolución dei pensamiento de Finnis puede sintetizar- el bien de 10s nifios, Ahora, sin desdecirse, piensa que eI grado de paterna-
se de Ia siguiente manera. EI cambio más importante, desde 1980, ha sido Ia lismo admisible es menor que el que Natural Law and Natural Rights insi-
concepción de un "principio maestro de Ia moral", primero, único y arqui- núa, e introduce en el análisis de esta cuestión, interpretando los textos de
tectónico, ausente en Ia mera yuxtaposición de Ias siete "exigencias de Ia ra- Tomás de Aquino, Ia categoria de "gobierno limitado", Ia tesis de que el po-
zonabilidad práctica" que presenta Ley Natural y Derechos Naturales (Ca- der estatal sólo puede restringir legítimamente Ia libre actuación de los ciu-
pítulo V). Este principio tarnbién es evidente y se identifica con el precepto dadanos cuando 10 exija lajusticia, i.e. el bien de 10s otros ciudadanos, 10
cual parece acercarse mucho al "principio de dano" de J. S. Mill, 48 En sép-
"gloria de Dios" rectamente entendida). Cfr. John Finnis, Fundamentais of Ethics, cit., pág. 84, timo lugar; Finnis ha modificado su opinión sobre Ia pena de muerte. Antes
Y John Finnis - Joseph Boyle - Gennain Grisez, Nuclear Deterrence, Morality and Realism (Cla-
rendon Press, Oxford: 1987), págs. 275-277.
42 Cfr. John Finnis, Aquinas: Moral, Political and Legal Theory, cit., págs. 126·131.
38 La ética tradicional de los "absolutos morales" ----exigencias éticas válidas con inde- 43 Cfr. Germain Grisez- Joseph Boyle - JohnFinnis, "Practical PrincipIes, Moral Truth, and
pendencia de Ias circunstancias de tiempo y lugar- hasido solemnemente reafirmada por el Ma- Ultimate Ends", cit., págs. 121, 127-129; John Finnis- Joseph Boyle - Germain Grisez,Nuclear
gisterio de Ia Iglesia católica. Cfr. Yeritatis Splendor, cit., passim.
Deterrence, Moralityand Realism, cit., págs. 281-284; John Finnis, Fundamentalsojlithics, cit.,
39 Véase, en cambio, Ia crítica de Finnis a Ia ética kantiana, en Finnis, Fundamentais págs. 70, 72,76,120·124, 127, 151-152.
of Ethics, cit., Capo V, págs. 109-135.
44 CfI'. John Finnis, Aquinas: Moral, Political and Legal Theory, cit., págs. 82,97-98, 143
40 Tal es el caso de Jean Porter, The Recovery of Virtue: The Relevance of Aquinas for Y sigs.
Christian Ethics (John Knox Press, Kentucky: 1990). No así, por ejemplo, A. MacIntyre o G. 45 Cfr. John Finnis - Joseph Boyle - Germain Grisez, Nuclear Deterrence, Morality and Re-
Abbà, quienes rescatan Ia noción clásica de Ias virtudes sin negar eI carácter absoluto y objetivo alism, cit., págs. 278-281.
de Ios preceptos morales negativos de Ia Iey moral natural.
46 Cfr. John Finnis, Fundamentais of Ethics, cit., págs. 140 y 153, y Moral Absoliaes: Tra-
41 Cfr. Leo Strauss, Natural Right and History (University of Chicago Press, Chicago: dition, Revision and Truth, cit., págs. 73 y 20-23.
1953), págs. 160-163, cit. por John Finnis, Aquinas: Moral, Polaical andLegal Theory, cit., pág.
47 Cfr. John Finnis, Aquinas: Moral, Political and Legal Theory, cit., págs.2l5-217.
165 y, deI mismo autor, "Is Natural Law Theory Compatible with Limited Government?", en Ro-
bert P. George (ed.), Natural Law, Liberalism, and Morality. Contemporary Essays (Clarendon 48 Cfr. Natural Law andNatural Rights, págs. 220-223 y 22~ 230 en relación con Aquinas:
Press, Oxford: 1996), págs. 1-26, en pág. 3. Moral, Political and Legal Theory, cit., págs. 222 y sigs.
2 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 29

pensaba que imponer Ia pena capital no equivalía a intentar directamente Ia lítica y el derecho. Con base en más de se senta obras de Tomás de Aquino,
muerte deI rco, sino que esa acción tenía un objeto moral distinto --el cas- eon más de tres mil citas del texto latino y cuarenta y cinco páginas de índi-
tigo justo corno retribución debida aI deIincuente- y no constituía una elec- ces, con pertinentes comparaciones con Ias fuentes modernas de Ia filosofía
ción directarnente contraria a Ia vida como bien básico. 49 Ahora Finnis re- práctica y deI pensamiento cristiano -incluido el Magisterio de Ia Iglesia-,
conoce, por el contrario, interpretando a Tomás de Aquino, que el acto de esta obra se convierte en un punto de referencia obligado para el estudio de
aplicar esa pena equivale a elegir directamente Ia muerte deI reo. En conse- Tomás de Aquino y para Ia comprensión de su presentación renovada por
cuencia, Finnis rechaza los argumentos de Tomás de Aquino en favor de Ia John Finnis después de 1980.
pena de muerte --cree que no logran salvar Ia prohibición de "no hacer el Entre Ias demás publicaciones de Finnis cabe destacar sendas introduc-
mal para que venga el bien"- y hace suya Ia opinión de Grisez y Boyle con- ciones aIos volúmenes I y II de Natural Law, 54 una reeopilación de los ar-
traria a Ia pena capital. 50 En octavo lugar, la posición de Finnis acerca deI tículos más relevantes sobre el derecho natural en el ámbito anglosajón de
alcance de Ia razón especulativa en su conocirniento de Dios corno ser per- este siglo.
sonal es quizás demasiado "negativa" enzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Natural Law and Natural Rights Además, los artículos "Revolutions and Continuity of Law", 55 "Rea-
en comparación con sus afirmaciones recientes, más optimistas. 51 son, Authority and Friendship in Law and Morals", 56 "The Restoration of
Por último, Finnis ha explicitado algunos aspectos de su pensamiento, Retribution", 57 "Scepticism, Self-refutation and the Good of Truth", 58
como, por ejemplo, cuando expone una teoría deI contrato que amplía sus "The Basic PrincipIes of Natural Law: a RepIy to Ralph Mclnemy", 59 "Na-
explicaciones sobre Ia obligación derivada de Ia promesa; 52 o cuando --en tural Law and the 'Is' - 'Ought' Question: an Invitation to Professor Veatch", 60
polémica con Smith y Raz-- 53 sostiene que existe una obligación moral pri- "The Authority ofLaw in the Predicament of Contemporary Social Theory", 61
ma facie de obedecer el derecho, o, en fin, cuando afirma que Tomás de "On 'Positivism' and 'Legal Rational Authority''', 62 "Comment" [a Sarto-
Aquino posee Ia noción de "derechos humanos", aunque carezca deI térmi- rius, "On Positi vism and the Foundations of Legal Authority"], 63 "A B il1 of
no, y usa 10s términos "ius" e "iura" en este sentido =-contra Ia tesis de Rights for Britain? The Moral ofContemporary Jurisprudence" (Macca-
Strauss y de Villey. baean Lecture in Jurisprudence), 64 "The Laws of God, the Laws ofMan and
Ellector interesado en profundizar en Ia obra de J ohn Finnis ha de tener Reverence for Human Life", 65 "On the Critica! Legal Studies Move-
en cuenta 10s siguientes títulos. Entre 10s libros, aparte del que ahora presen-
tamos, destacan los ya citados Fundamentals of Ethics; Nuclear De te r-
rence, Morality andRealism (con Joseph Boyle y Germain Grisez); Moral 54 John Finnis (ed.), Natural Law, vols. I Y II (Oxford University Press-Dartmouth Press,
Absolutes: Tradition, Revision and Truth,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Aquinas: Moral, Political and Aldershot: 1991).
Legal Theory. Este último, que inaugura Ia serieFounders ofModem Social 55 EnA. W. B. Simpson(ed.), OxfordEssaysinJurisprudence:Second Series(Oxford Uni-
versity Press, Oxford: 1971), pãgs. 44-76.
and Political Thought de Ia Oxford University Press, es un examen renova-
56 En B. Y. Khanbai - R. S. Katz - R. S. Pineau (eds.), Jowett Papers 1968-1969 (Basil
do de Ia filosofía de Tomás de Aquino sobre Ia vida social, Ia moral, Ia po-
BlackweIl, Oxford: 1970), págs. 101-124.
57 En Analysis, voI. 32, 1972, págs. 131-135.
49 Cfr. John Finnis - Joseph Boyle - Germain Grisez, Nuclear Deterrence, Morality and Re-
58 En P. M. S. Hacker y J. Raz (eds.), Law, Morality and Society. Essays in Honour of H.
alism, cit., pãgs. 317-319; JohnFinnis, Fundamentais of Ethics, cit., pãgs, 127-135,y Moral Ab- L. A. Hart (Oxford University Press, Oxford: 1977), págs. 247-267.
solutes: Tradition, Revision and Tnah, cit., pãg. 56.
59 John Finnis, - Germain Grisez, "The Basic PrincipIes of Natural Law: a Reply to Ralph
so Cfr. John Finnis, Aquinas: Moral, Political and Legal Theory, cit., págs. 279-284 Y 293. McInerny", The Amerícan JournalzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFE
ofJurisprudence, voI. 26, 1981, págs. 21-31.
51 Compárese Natural Law and Natural Rights, Capo XIII, con Aquinas: Moral, Political 60 En Catholic Lawyer, n226, 1982, págs. 266·277.
and Legal Theory, Capo X.
61 En Notre Dame Iournal of Law, Ethics and Public Policy, vol, 1, 1984, págs. 115-137.
52 CompáreseNatural Law and Natural Rights, Capo XI, conAquinas: Moral, Political and
62 En Oxford Journal of Legal Studies, vol. 3, 1985, págs. 74-90.
Legal Theory, pãgs, 196-199.
63 En R. Gavison (ed.), lssues in Contemporary Legal Philosophy. The lnfluence of H. L.
53 Cfr. Natural Law and Natural Rights, Capo XI.4, pãgs. 314-320 Y 345. Finnis discute el
A. Hart (Clarendon Press, Oxford: 1987), págs. 62·75.
tema mucho más a fondo en polémica con Rolf Sartorius en John Finnis, "Cornrnent" [aI artículo
previo de. Rolf Sartorius"On Positivism and the Foundations ofLegal Authority"], er Ruth Ga- 64 En Proceedings ofthe BritishAcademy, vol. 71,1985, págs. 303-331.
vison (ed.), lssues in Contemporary Legal Philosophy. The lnfluence of H. L. A. Hart (Oxford 65 En R. Hittinger (ed.), Linking the Human Life Issues (Regnery Books, Chicago: 1986),
University Press, Oxford-New York: r987), págs. 62-75. pãgs. 59-98.
30 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES ESTUDIO PRELIMINAR 31
ment" ,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
66 "The Act of the Person", 67"Natural Inclinations and Natural Finalmente, entre sus publicaciones desde 1997 tienen especial relevan-
Rights: deriving 'Ought' from 'Is' according to Aquinas", 68"'Every Mari- cia "Commensuration and Public Reason" 82( análisis del sentido genuíno de su
tal Act Ought to Be Open to New Life': Toward a Clearer Understanding" tesis de Ia inconrnensurabiIidad y de su relevancia para el razonarniento prác-
(con Grisez, Boyle y William May), 69"On Reason and Authority in Law's tico), "Public Good: The Specificall y Political Common Good in Aquinas" 83
Empire", 70"Law as Coordination", 71 "Object and Intention in Moral Judg- (sostiene, con un argumento basado en el examen detallado de los textos latinos
ments according to St. Thomas Aquinas", 72 "Intention and Side-effects", 73 -incluidos algunos descubiertos en el siglo XX y no considerados previamen-
"Natural Law and Legal Reasoning", 74"The 'Value of Hurnan Life' and te por 10sacadémicos dedicados aIa filosofía política-, que Tomás de Aquino
"The Right to Death' : Some Reflections on Cruzan and Ronald Dworkin", 75 defiende una opinión "liberal" -aunque diversa de Ia de Rawls o Dworkin-
"Law, Morality and 'Sexual Orientation"', 16"A Philosophical Case against sobre Ia competencia propia deI derecho y deI gobierno estatales), "Public Rea-
Euthanasia", 77"Loi naturelle", 18"The Truth in Legal Positivism", 79"Is son, Abortion, and Cloning" 84 (critica argumentos de John Rawls y Jeffrey
Natural Law Theory Compatible with Limited Gavernment?" 80y "The Et- Reiman para defender Ia legaIización deI aborto corno unaexigenciadelarazón
hics ofWar and Peace in the Catholic Natural Law Tradition". 81 pública, y aplica el mismo análisis aI caso de Ia clonación de seres humanos);
"The Good of Marriage and the Morality of Sexual Relations: Some Philoso-
phical and Historical Observations" 85 (critica la idea de que el "matrimonio"
entre personas del mismo sexo sea posible y deseable); "Euthanasia, Morality
66 EnzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
The American Joumal of Iurisprudence, voI. 30, 1985, págs. 21-42, y en Bell y Ee- and Law"; 86 "Natural Law andtheEthicsofDiscourse"87 (unacríticadelaéti-
kelaar (eds.), Oxford Essays in Jurisprudence: Third Series (Oxford University Press, Oxford: ca discursiva de Habermas a Ia luz de Ia superior teoria metafísica, ética y po-
1987), págs. 145-165. lítica de Platón); "The Fairy Tale' s Moral" 88 (examina Ia teoria declarativa del
67 En AA.VV., Persona, Yeritâ ezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Morale. Atti dei Congreso Iruemazionale di Teologia derecho a Ia luz de una decisión reciente de los Law Lords); "The Priority of
Morale, Roma, 1986 (Città Nuova Editrice, Roma: 1987), págs. 159-175.
Persons" 89 (sostiene que Ia consideración de Ia persona debe volver a tener Ia
68 En Elders y Hedwig (eds.), Lex et Libertas: Freedom and Law according to St. Thomas
Aquinas (Libreria Editrice Vaticana, Cíudad dei Vaticano: 1987), págs. 43-55.
primacía que tenía en Ias conceptualizaciones jurídicas romanas) y "Abortion,
69 En The Tomist, voI. 52, 1988, págs. 365-426, y en Grisez- Boyle- Finnis- May, The Tea- Natural Law, andPublic Reason". 90
ching of Humanae Vitae: A Defense (Ignatius Press, San Francisco: 1988).
~.
Un buen libro pierde mucho en Ia traducción a otro idioma. Por cierto,
70 En Law and Philosophy, vol. 6,1987, pãgs, 357-380. sin Ia traducción, para quienes no comprenden el idioma original, pierde
71 En Ratio Iuris, voI. 2,1989, págs. 97-104. todo. La versión que ahora presentamos se caracteriza, fundamentalmente,
72 En The Tomist, voI. 55,1991, págs. 1-27. por preservar 10s modos de citar usados por el autor, su puntuación -fre-
73 En R. G. Frey y C, W. Morris(eds.),Liabilit)'andResponsibility: Essays in Law and Mo- cuente uso de oraciones complejas, paréntesis, etc.- y su particular estilo
rals (Cambridge University Press, Cambridge: 1991), págs. 32-64. literario -denso, sintético y a veces difícil-, y por adoptar en cada caso Ia
74 En Robert P. George (ed.), Natural Law Theory: Contemporary Essays, (Oxford Univer-
sity Press, Oxford: 1992), págs. 134-157.
75 En Southern Illinois Law Journal, voI. 17, 1993, págs. 559-571. 82 En Ruth Chang (ed.), lncommensurability, Incomparability, and Practical Reason (Har-
76 En Notre Dame Journal of Law, Ethics and Public Policy, vol. 9, 1995, págs. 11-39. vard Uníversity Press, Cambridge, Massachusetts: 1997), págs. 215-233 y 285-289.
77 En John Keown (ed.), Euthanasia: Ethical, Legal and Clinical Perspectives (Cambridge 83 En Robert P. George (ed.), Natural Law and Moral Enquiry (Georgetown University
University Press, Cambridge: 1995), págs. 23-35. Vid. también sus respuestas a Ias críticas de Press, Washington D.e.: 199&), págs. 174-209.
John Harris, en ibid., págs. 46-55 y 62-71. 84 En Valparaiso University Law Review, vol. 32, nQ 3, 1998, págs. 361·382.
78 En Monique Canto-Sperber (ed.), Dictionnaire de Philosophie Morale (Presses Univer- 85 En The American Joumal Df Jurisprudence, vol, 42, 1997, págs. 97-134.
sitaires de France, París: 1996). 86 EnLoyolaofLosAngelesLawReview, vol. 31, 1998, págs.1l23-1l46.
79 En Robert P. George (ed.), The Autonomy ofLaw: Essays on Legal Positivism (Claren- 87 En Ratio lu ris, voI. 12, 1999, págs. 354-373.
don Press, Oxford: 1996), págs. 195-214. 88 EnLaw Quarterly Review, vol. 115 (1999), págs. 170-175.
80 En Robert P. George (ed.), Natural Law, Liberalism, and Morality. Contemporary Es-
89 En Jeremy Horder (ed.), Oxford Essays in Jurisprudence: Fourth Series (Oxford Uni ver-
says (Clarendon Press, Oxford: 1996), págs. 1-2". sity :?'ress, Oxford: 2000), págs. 1-15.
81 En Terry Nardin (ed.), The Ethics ofWarand Peace (Princeton University Press, New 90 En Robert P. George y Christopher Wolfe (eds.), Natural Law and Public Reason (George-
Jersey: 1996), págs, 15-39. town Universíty Press, Washington D.C.: 2000), págs.75-105.
32 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES

opción de traducción que ha parecido más cercana a Ia intención del autor,


especialmente cuando la palabra tenía alguna connotación técnica. Las op-
ciones de traducción, aparte de ser siempre discutibles, han asumido los
riesgos de introducir algunos neologismos cuando también 10 eran Ias pala-
(v.gr., "focal", "performativo", "definicional" y otras);
bras del texto inglészyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
de apartarse de algunas traducciones consolidadas (v.gr., adjudication se
traduce como "judicación"zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y no como "adjudicación"; the Rule of Law como
"el imperio dei derecho" y no como "Estado de Derecho" o "Principio de Le-
PREFACIO
galidad"; y así en otros casos). En ocasiones, se indica entre paréntesis ia pa-
labra original. Así sucede, especialmente, con law (y con legal y otras pala-
bras relacionadas); en general, law se traduce como "Iey" cuando tiene el Elnúcleo de este libro es su segunda parte. En un solo largo movimien-
significado amplio usual en Ia filosofía y teología moral, pero como "dere- to de pensamiento, estos Capítulos (lII a XII) esbozan 10 que Ios clasifica-
cho" cuando tiene el significado más restringido propio de 10sjuristas (es- dores de manuales denominarían una "ética", una "filosofía política" y una
pecialmente en Capítulos 11.2 y X). Por último, Ias palabras técnicas jurídi- "filosofía deI derecho" o "teoría del derecho" (jurisprudence). Podemos
cas, aunque admiten varias otras traducciones, se traducen con el término aceptar Ias denominaciones como un uso académico cómodo, pero no Ia írn-
castellano más cercano en nuestro âmbito jurídico (v.gr., estoppel como Ia plicación de que Ias "disciplinas" así referidas son realmente distintas ypue-
"doctrina de los actos propios"). den cultivarse sin riesgos por separado. Las partes primera y tercera SOt1, en
Esta traducción ha contado con Ia valiosa colaboración, ante todo, del un cierto sentido, acompafíamientos. Cualquier interesado en Ia ley natural
Profesor John Finnis, quien, durante varios días de trabajo, recorrió conmigo simplemente como una ética puede omitir el Capítulo I; quien tenga intere-
todo el manuscrito, clarificando el sentido exacto de 10s pasajes más difí- ses limitados a Ia teoría del derecho puede omitir el Capítulo XIII. Y quienes
cites, dando su aprobación explícita a los criterios de traducción más gene- quieran ver, por adelantado, cómo todo el estudio lleva a una comprensión
rales (v.gr., el ya mencionado sobre Ias palabras law y similares), sugiriéndo- de Ia "ley natural" muy diferente de Ias explicaciones de sus manuales de
me afiadir una nota (Capítulo lI, nota 17b) y, por último, proporcionándome teoria deI derecho y de filosofía pueden ir primero al Capítulo XII, y luego
Ia información necesaria para este estudio preliminar. El Profesor Finnis quizás al Capítulo lI.
me confirmó, además, en el propósito de conservar Ia dificuItad estilística Ellibro no es más que una introducción. Innumerables materias rele-
y Ia densidad deI original. También cooperaron conrnigo, en sendas conversa- vantes son apenas tocadas o pasadas completamente por al to. lnnumerables
ciones, Germain Grisez y Joseph Boyle. Mi colega Raúl Madrid, de Ia Univer- objeciones no reciben más que el homenaje silencioso de un esfuerzo por es-
sidad Católica de Chile, aportó una primera versión de Ios Capítulos III ai VIII, bozar enunciados que se demostrarían defendibles si se emprendiera explí-
facilitando así Ia redacción deI texto definitivo, deI cual me hago enteramente citamente una defensa contra Ias objeciones. No se hace ningún intento por
responsable. Además, en diversas etapas del trabajo ayudaron, con útiles co- proporcionar una exposición ordenada de Ia larga historia deI pensamiento
mentarios y sugerencias, los profesores Joaquín García-Huidobro, Diego Ruf- sobre Ia ley natural y 10s derechos naturales, pues Ia experiencia sugiere que
fet, Pedro Serna, Carlos L Massini, Rodolfo Vigo, Hernán Corral, Gonzalo tales exposiciones más que estimular adormecen el interés por Ia materia. Y
Cordero y José Ignacio Pena, y 10s ayudantes Max Pizarro, Pablo Terrazas, en realidad Ia historia de estas teorías sólo puede ser comprendida adecua-
Diego Matte, María José Muíioz, Patricio Cãrdenas, Juan Ignacio Rosas, damente por quien aprecia 10s problemas intrínsecos deI bien humano y de
Cristóbal Longton y Javier Pinto. A todos ellos, y a Ia Uníversidad de 10s Ia razonabilidad práctica con los que esos teóricos se enfrentaban. Así que
Andes (Chile), que desde el primer momento dio su entusiasta apoyo -tam- mi primera preocupación es proporcionar mi propia respuesta a esos proble-
bién económico-- para sacar adelante este proyecto, vayan nuestros agra- mas, mencionando otras teorías solamente cuando pienso que e1las pueden
decimientos más sinceros, 10s míos, los deI autor y los de 10s lectores dei tanto iluminar Ia teoría presentada en este libro como ser iluminadas por
gran mundo de habla espaüola. eIla. Tengo Ia esperanza de que una nueva presentación y desarrollo de los
principales elementos de Ias teorías de Ia ley natural "cIásicas" o "de co-
Cristóbal Orrego S.
rriente principal", a través de una discusión sobre sus méritos (como dicen
Buenos Aires, 20 de abril de 2000.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
los juristas), será considerada útil por quienes quieren comprender Ia histo-
3 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES PREFACIO 35

ria de Ias ideas tanto como por los in teresados en formar o reformar su propia a V Y los argumentos teoréticos en Ias secciones VI.2 y XIII.2 se basan di-
opinión sobre los méritos. rectamente en mi comprensión de su nueva, vigorosa presentación y solidí-
Todo autor tiene su medio ambiente. Este libro tiene raíces en una tra- simo desarrollo de 10s argumentos clásicos sobre estas cuestiones.
Tengo, por supuesto, muchas otras deudas, especialmente para con Da-
dición moderna que puede denominarse "teoría analítica deI derecho"zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
("analytical jurisprudence"), y roi propio interés en esta tradición precede vid AIston, David Braine, Michael Detrnold, Germain Grisez, H. L. A. Hart,
en el tiempo aI momento en que comencé a sospechar que podría haber algo Neil MacCormick, J. L. Mackie, Carlos Nino y Joseph Raz, quienes desde
más que superstición y oscuridad en Ias teorías de Ia ley natural. AIguien que . sus diversas posiciones ofrecieron comentarios sobre Ia totaIidad de un bo-
comparti era mi teoría de Ia ley natural, pero cuyo centro de interés yde com- rrador o sobre partes importantes.
petencia fuese, digamos, Ia teoría sociológica dei derecho o Ia teoría política Ellibro fue concebido, iniciado y terminado en Ia Uni versidad de Oxford,
o Ia teología moral, habría escrito un libro diferente. cuyo lema podría ponerse al final deIa parte m. Pero eIlibro fue escrito prin-
En 1953 Leo Strauss prologó su estudio de Ia ley natural con Ia adver- cipalmente en África, en el Chancellor College de Ia Universidad de Malawi,
tenda de que "Ia cuestión deI derecbo natural se presenta hoy como un asun- en un ambiente al mismo tiempo agradable y propicio para la contempIación
to de lealtad partidista. Si miramos a nuestro alrededor, vemos dos campos de Ios problemas de Ia justicia, el derecho, Ia autoridad y Ios derechos.
y vigilados. Uno está ocupado por 10s li-
hostiles, fuertemente fortificadoszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Marzo de 1979
berales de diversas clases, el otro por los discípulos católicos y no católicos
de Tomás de Aquino". I Las cosas ban cambiado en los últimos veinticinco
afios, y ya no es necesario considerar el debate así de polarizado. De todas
formas, Ias cuestiones abordadas en este libro van a Ia raíz de todo esfuerzo,
leaItad y compromiso humanos, y aI mismo tiempo cargan con una historia
larga y continua de partidismos feroces. Así que puede ser conveniente pun-
tualizar que en este libro no se afirma ni se defiende nada apelando a Ia au-
toridad de ninguna persona u organismo. Sí me refiero con bastante frecuen-
cia a Tomás de Aquino, porque desde todo punto de vista ocupa un lugar
estratégico único en Ia historia del pensarniento iusnaturaIista. DeI mismo
modo, me refiero ocasionalmente aios pronunciamientos de Ia Iglesia Ca-
tólica Romana sobre Ia ley natural, porque ese organismo es quizás único en
el mundo moderno, en cuanto que afirma ser un intérprete autoritativo de Ia
ley natural. Pero, aunque hay un lugar para apelar a Ia autoridad y mostrarle
deferencia, ese lugar no está en Ia discusión filosófica sobre los méritos de
Ias teorías o sobre Ia respuesta correcta a los problemas prácticos, y por ende
no está en este libro.
Mis argumentos, entonces, se sostienen o caen por su propia razonabi-
lidad o carencia de ella. Pero eso no quiere decir que haya mucho de original
en ellos.
Mis deu das para con Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino y otros au-
tores de Ia tradición "c1ásica", quedan registradas en Ias notas a pie de pági-
na y en Ias notas más desarrolladas que siguen a cada capítulo. Mi deuda
para con Germain Grisez viene reconocida de manera similar, pero deman-
da una mención explícita aquí. La teoria ética propuesta en 10s Capítulos Ill

1 Leo Strauss, Natural Right and History (Chicago: 1953), pág. 7.


PRIMERA PARTE

CAPÍTULOzyxwvutsrqponmlkjihgfe
I
DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN

SUMARIO: LI. La fonnación de los conceptos para una ciencia social descriptiva.- 1.2. Atención
a1fin práctico.- 1.3. Selección del caso central y del significado focal.- 1.4. Selec-
ci6n del punto de vista.- 1.5. La teoría de Ia ley natural.- Notas.

1.1. LA FORMACIÓN DE LOS CONCEPTOS PARA UNA CIENCIA


SOCIAL DESCRIPTIV A

Hay bienes humanos que soIamente pueden ser conseguidos mediante


Ias instituciones de Ia ley humana, y exigencias de razonabilidad práctica
que sólo esas instituciones pueden satisfacer. El fin de este libro es identi-
ficar esos bienes y esas exigencias de razonabilidad práctica, y así mostrar
cómo y bajo qué condiciones tales instituciones se justifican y Ias formas en
que ellas pueden ser (y a menudo son) defectuosas.
A menudo se supone que una valoración del derecho como tipo de ins-
titución social, si acaso ha de intentarse, debe ser precedida por una descrip-
ción y un análisis libres de valoraciones de esa institución tal como existe de
hecho. Pero el desarrollo de Ia moderna teoria deI derecho sugiere, y Ia re-
flexión sobre Ia metodología de cualquier ciencia social confirma, que un
teórico no puede proporcionar un análisis y descripción teorética de Ios he-
chos soei ales a menos que también él participe en la tarea de vaIorar, de
comprender qué es realmente bueno para Ias personas humanas y qué exige
realmente Ia razonabilidad práctica.
Una ciencia social, como Ia teoria sociológica o analítica deI derecho,
busca describir, analizar y explicar algún objeto o rnateria. Este objeto está
constituído por acciones humanas, prácticas, hábitos, disposiciones y por el
discurso humano. Las acciones, prácticas, etc., están ciertamente influidas
por Ias causas "naturales" adecuadamente estudiadas mediante Ios métodos
de Ias ciencias naturaIes, inc1uyendo una parte de Ia psicología. Pero Ias ac-
ciones, prácticas, etc., solamente pueden comprenderse plenamente captan-
3 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y V ALORACIÓN 39

do su fin, es decir, su objetivo, su valor, su reIevancia o importancia, tal "entidades reales" que causan una impresión empírica en Ia mente. Los obi-
como fueron concebidos por quienes reaIizaron esas acciones, participaron ter dieta de Austin sobre Ia metodología sugieren que Ias nociones de man-
en esas prácticas, etc. Y estas concepciones sobre el fin, el valor, Ia reIevan- dato, superior político y hábito de obediencia, eran atractivas para él preci-
ciazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Ia importancia, se reflejarán en el discurso de esas mismas personas, en samente por su simplicidad y precisión. AI parecer él quería que los
Ias distinciones conceptuaIes que ellas hacen u omiten o se niegan a hacer. "términos principales" de su sistema explicativo tuvieran Ia "simplicidad y
Además, estas acciones, prácticas, etc., y por tanto estos conceptos, varían precisión" presentes en eI "método tan exitosamente seguido por los geórne-
mucho de una persona a otra persona, de una sociedad a otra, de un tiempo tras". 2 Por eso no se preocupaba ni por Ia complejidad de algunas de Ias con-
y lugar a otros tiempos y lugares.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
izyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Cómo ha de haber, entonces, una teoria clusiones (e.g. sobre Ia soberanía en Ias federaciones) exigidas por sus pre-
general descriptiva sobre estos pormenores cambiantes? misas definicionales, ni por Ia novedad y artificialidad de otras entre esas
Un teórico desea describir el derecho como, por ejempIo, una institu- conclusiones (e.g. sobre el carácterextrajurídico deI derecho constitucional,
ción social. Pero Ias concepci ones del derecho (y de j us, lex, droit, nomos ,...) o Ia no existencia de derechos legales del soberano). ÉI apreciaba el "corto
que Ias personas han tenido en mente y han usado para determinar su propia número" de sus términos principales; 3 cualquier lector de Austin se da
conducta son bastante diversas. La materia para Ia descripción del teórico no cuenta de que, como consecuencia, pierde relieve o se debilita Ia descripción
viene pulcramente delimitada de otras características de Ia práctica y vida de Ia experiencia jurídica.
social. Además, esta práctica y vida social tiene denominaciones en muchos En Ia "teoria general deI derecho" de Kelsen no encontramos una aten-
idiomas. Los idiomas pueden ser aprendidos por hablantes de otros idiomas, ción crítica al problema metodológico de seleccionar los conceptos para los
pero Ios principios según 10s cuales se adoptan y aplican Ias denominaciones fines de una teoría general descriptiva o libre de vaIoraciones. Mas sí encon-
-i.e. 10s intereses prácticos y Ias interpretaciones sobre sí mismas de Ias tramos una percepción, no evidente en Bentham y Austin, de que el objetivo
personas cuyas conductas y disposiciones van a constituir Ia materia de es- o función es intrínseco a Ia constitución, y por tanto a Ia comprensión des-
tudio del teórico- no son uniformes. i,Puede el teórico, entonces, hacer criptiva, de Ia materiá en estudio. Así Kelsen define el derecho (law) como
algo más que una lista de estas cambiantes concepciones y prácticas y de sus una técnica social específica: "Ia técnica social que consiste en obtener Ia de-
correspondientes denominaciones'? Incluso una lista exige algún principio seada conducta social de los hombres mediante Ia amenaza de una medida
de selección de los objetos que se incluirán en ella. Y Ia teoría del derecho, de coacción que ha de aplicarse en caso de conducta contraria". 4 De aquí de-
como otras ciencias sociales, aspira a ser más que una conjunción de lexico- riva su caracterización de Ia norma jurídica indi viduaI como una norma para
grafía e historia local, o incluso más que una yuxtaposición de todas Ias le- Ia aplicación de una sanción, y de aquí derivan a su vez Ias otras caracterís-
xicografías unidas a todas Ias historias Iocales. ticas de su "nomoestática" y varias características de su "nomodinámica".
L Córno decide el teórico qué ha de considerar como derecho para los fi- l.,Pero cómo propone Kelsenjustificar Ia definición misma? Simplemente
nes de su descripción? Los primeros teóricos analíticos deI derecho no como sigue:
muestran gran conciencia deI problema. Ni Bentham ni Austin dan ninguna l.,Qué puede tener en común el orden social de una tribu de negros
razón o justificación para Ias definiciones de derecho y de teoría del derecho bajo el mando de unjefe despótico -un orden igualmente llamado
que prefieren. Los dos tratan de mostrar cómo 10s datos de Ia experienciaju- "law" (o "ley" o "derecho")- con Ia constitución de Ia República suiza?
rídica pueden ser explicados en términos de esas definiciones. Pero Ias de-
[Interrumpamos para preguntar: i,Quién está imponiendo este nombre,
finiciones están simplemente puestas aI principio y después se dan por sen-
esta denominación? i,Qué voluntad de referirse así aI orden social de Ia tribu
tadas. La noción de Bentharn sobre Ios "elementos reales" de Ias ideas nos
anima a suponer que fue atraído hacia su definición de ley ("una unión de
signos declarativos de una volición concebida o adoptada por el soberano en 2 Austin, Province, pãgs. 77-8.
un estado ..." I) por el hecho de que Ias uniones de signos (y Ias mandatos y 3 Ibid., pág. 78.
prohibiciones de un determinado individuo o conjunto de individuos) son 4 KeIsen, General Theory, pág. 19. Así el derecho es un medio especffico para un fin es-
pecífico: "EI derecho es ... un ordenamiento para Ia promoción de Ia paz" iibid., pág. 21); por
ende, "el derecho es un orden de acuerdo con el cual el uso de Ia fuerza está generalmente pro-
1 Bentham, Of Lo.ws, pág. 1; sobre "elementos reales" y "entidades reales", véase ibid., hibido, pero excepcionalmente está permitido, bajo ciertas circunstancias y para ciertos indivi-
págs, 2-3, 251-2, 278, 294, YA Fragment on Government (1776), Capítulo V, parág. vi, nota I (6). duos, como una sanción" (pág. 22); véase también ibid., págs. 392,399.
4 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y V ALORACIÓN 41

(con un lenguaje que expresa distinciones que aI jefe despótico. y a suszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


súb- ciones sociales que cumplen los diferentes tipos de regIas jurídicas". 6 La
ditos no. les interesa hacer) viene a ser de este modo. decisiva?]. descripción ("cO.nceptO.")del derecho de Hart se construye apelando, una y
Mas hay un elemento. cormin que justifica plenamente esta termino- otra vez, aI fin práctico de los componentes deI concepto. EI derecho ha de
logía ... porque Ia paIabra se refiere a esa técnica social específica que, no describirse en términos de regIas para ia orientación de funcionarios y de
obstante Ias grandes diferencias ... es con todo esencialmente Ia misma ciudadanos por igual, y no.meramente como un conjunto de predicciones de
para todos estos pueblos que tanto' difieren por el tiempo, ellugar y Ia 10. que harán los funcionarios, Un sistema jurídico. es un sistema en el cual
cultura ... unas regIas "secundarias" han aparecido. con el fin de remediar 10s defectos
de un régimen pre-jurídico que contiene solamente "regIas primarias". El
;.,Qué podría ser más simpIe? Uno. toma Ia paIabrazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
"law" (o."ley" o."de-
derecho debe 7 establecer sanciones y un contenido mínimo de reglas prima-
recho"). Ignorando un amplio. rango de significados y referencias ~O.mo
rias con elfin de garantizar Ia supervivencia de Ia sociedad o de sus miem-
en "law of nature" ("ley de Ia naturaleza"), "moral law" ("Iey moral"), "so-
bros y para darles a éstos una razon práctica para Ia conformidad con él.
ciological law" ("Iey sociológica"), "international law" ("derechO. interna-
Raz refina estos elementos mediante una descripción deI derecho que
cional"), "ecclesiasticallaw" ("ley eclesiástica"), "law of grammar" ("regIa
se aleja aún más de caracterizarIo como un monopolio de Ia fuerza pür un
gramatical ")- e ignorando. además formas alternativas de referirse, e.g., aI
"jefe despótico." mediante Ias amenazas de usar Ia fuerza. Para Raz, como
orden social de Ia "tribu de negros", uno determina Ia extensión deI objeto
para Hart, el derecho no. es cualquier conjunto de normas; es un sistema de
significado. pür la paI abra entendida según el uso. lingüístico que uno. ha se-
normas que proporciona un método (i.e. una técnica) para resolver contro-
leccionado previamente (sin dar explicaciones). Después uno busca "un ele-
versias autoritativamente, por medio de normas que a Ia vez (a) proporcionan
mento' cormin". Este único elemento común es el criterio que define Ia "esen-
orientación vinculante para Ias "instituciones primarias" (Ias cuales resuel-
cia" deI derecho (law) y, pür ende, el único aspecto usado. para caracterizar
ven Ias controversias mediante "determinaciones aplicadoras vinculantes")
y para explicar descriptivamente Ia totalidad deI objeto, Tenemos, por tanto',
y (b) también ("exactamente Ias mismas normas") orientan a los individuos
un sülü concepto que puede ser predicado igualmente y en el mismo sentido
cuyo comportamiento es susceptible de ser valorado y juzgado por esas ins-
(i.e. unívocamente) de todo 10. que, según un uso. lingüístico preteorético
tituciones, 8 A causa de esta doble función de sus normas, un sistema jurí-
(que el teórico. permite que determine su uso. teorético), alguien estaba dis-
dico. difiere sustancialmente de cualquier orden social en eI cual una autO.-
puesto a llamar "derecho"zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(law).
ridad pueda adoptar determinaciones sobre diversas materias decidiendo
EI poder explicativo, notablemente mayor, de posteriores análisis des-
cada problema como le parezca mejor, con una ilimitada discrecionalidad. 9
criptivos deI derecho, como. IO.sde H. L. A. Hart y J oseph Raz, ha de atribuir-
Además, el derecho no busca simplemente monopolizar el uso de Ia fuerza
se a su ruptura verdaderamente decisiva cün Ias metodologías algo. ingenuas
y asegurar así Ia paz; de modo característico pretende tener autoridad para
de Bentham, Austin y KeIsen. Este refinamiento deI método tiene tres carac-
regular cualquier tipo. de comportamiento, y para regular todas Ias institu-
terísticas principales, que se estudian en Ias tres secciones siguientes.
ciones normativas a Ias que pertenecen los miembros de la comunidad regi-
da por él; 10 finalmente, contiene normas "cuyo cometido. es conferir fuerza
1.2. ATENCIÓN AL FIN PRÁCTICO vinculante dentro del sistema a normas que no.pertenecen a él", 11 "Al hacer
estas exigencias el derecho tiene Ia pretensión de proporcionar el marco. ge-
La crítica de Hart a Austin y Kelsen mantiene su objeti vo teorético fun-
damentalmente descriptivo: en efecto, Hart objeta que Ia teoría de estos au-
6 lbid., págs. 38,39. Para una breve explicación de estas diversas "funciones sociales",
tores "no. se adecuaba a los hechos" . 5 Pero 10s hechos a 10sque esa teoría no
véase ibid., págs. 27-8.
se adecuaba, según Hart, eran hechos acerca de Ias funciones. Si Kelsen
7 Véase ibid., págs. 189-90, 193, 194-5; también Hart, "Positivism and the Separation of
identifica el derecho como una "técnica social específica", Hart contesta Law and Morais" (1958) 71 Harvard Law Rev. 593, en Dworkin (ed.), The Philosophy of Law
que Ia descripción kelseniana realmente oscurece "el carácter específico. deI (Oxford: 1977), 17 en pág. 35.
derecho como medi o.de control social" porque "deforma Ias diferentes fun- 8 Raz., Practical Reason, págs. 136, 137, 139.

lbid., págs. 138, 141.


10 lbid., pág. 151.
5 Hart, Concept of Law, pág. 78. 1J lbid., pág. 153.
42 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y V ALORACIÓN 43

neral para Ia conducción de todos los aspectos de Ia vida social, y se pone a de sus regIas más importantes, y sobre todo por el hecho de que sus funcio-
sí mismo como el supremo guardián de Ia sociedad". 12 Se concluye, natu- narios están obligados a aplicar Ias reglas que ellos han anunciado previa-
ralmente, que Ias sanciones y su imposición por Ia fuerza, lejos de ser el cri- mente a sus súbditos. Existe, por tanto, un componente esencial de colabo-
terio específico para identificar el derecho como orden social, no son "una ración y reciprocidad en Ia empresa de sujetar Ia conducta humana aI
característica que forme parte de nuestro concepto de derecho". 13 Por ser la gobiemo de normas que, en cuanto distintas de Ias meramente gerenciaIes,
naturaleza humana 10 que es, el recurso a Ias sanciones es universal yel fun- son jurídicas. 17
cionamiento del derecho sin ese recurso, aunque "lógicamente posible", es Todas estas expIicaciones sobre el derecho, incluso esa parte de Ia de
"humanamente imposible". 14 Pero Ias funciones deI derecho relativas a Ia Fuller que acabo de mencionar, pretenden ser descriptivas. Procuran "iden-
coordinación, Ia resoIución de controversias y Ia reparación de danos, re- tificar el derecho sobre Ia base de características no valorativas solamen-
querirían un orden socialzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
plenamente jurídico incluso en "una sociedad de te". 18 Como dice Raz, tales "criterios identificadores no valorativos ... debe-
ángeles" en Ia que no habría lugar para Ias sanciones. 15 rían seleccionar aquellos fenómenos que constituyen un tipo especial de
Raz elabora su explicación deI derecho con plena conciencia (ausente institución social, una institución que se encuentra como un componente
en los teóricos deI derecho precedentes) de que hay científicos sociales que importante de muchos sistemas sociales y que difiere significativamente de
no encuentran utilidad al concepto de derecho o de sistema jurídico para su otras instituciones sociales". 19 Es obvio, por tanto, que Ias diferencias en la
descripción deI orden humano social o incluso político. 16 EI es consciente descripción derivan de diferencias de opinión, entre los teóricos descripti-
de que Ia decisión teorética de reemplazar el concepto de derecho (o de sis- vos, respecto de qué es importante y significativo en el campo de experiencia
tema jurídico) por otros conceptos puede ser atacada (como él desea hacer- y de datos con el que todos ellos por igual están plenamente familiarizados.
10) solamente mostrando que elIos han pasado por alto (i) importantes fun-
ciones (u objetivos y técnicas) deI orden social, y (ii) el modo en que esas
1.3. SELECCIÓN DEL CASO CENTRAL Y DEL SIGNIFICADO FOCAL
funciones pueden estar interrelacionadas en una institución multifacética
digna de ser mantenida como una unidad distinta, o un componente, dei or- La pregunta obvia que plantea Ia línea de argumentación esbozada en
den social. Ia sección precedente es: lDesde qué punto de vista, y en relación con qué
AI subrayar (en su obra reciente) Ia distinción entre el derecho y los sis- intereses, han de ser estimadas Ia importancia y Ia significaciánl Antes de
temas sociales de discrecionalidad absoluta, habida cuenta de que Ias nor- que consideremos esa pregunta, sin embargo, será bueno que identifique-
mas jurídicas para orientar aI ciudadano son también vinculantes para los mos el instrumento filosófico que permite a una descripción cada vez más
tribunales (los "órganos primarios" jurídicos), Raz se aproxima mucho ai diferenciada del derecho ser presentada, no obstante, como una teoria g ene-
análisis de Lon Fuller sobre Ia función social dei derecho. Si Hart había con- ral dei derecho.
servado Ia noción kelseniana de que el derecho es un medi o de controI so- Aristóteles introdujo, estudió y empleó regularmente tal instrumento,
cial, pero rechazando como insuficientemente diferenciada Ia explicación también en su filosofíade los asuntos humanos. Lo denominó identificación
de Kelsen sobre e1método, Fuller rechaza, como categoría general inapro- del significado focal (homonimia pros hen o aph henos). Este instrumento
piada e insuficientemente diferenciada, Ia noción de un "medio de control es o corresponde a un importante componente de un instrumento metodoló-
social". Para Fuller el derecho es ciertamente un orden social en el cual hay gico de Max Weber, explicado sin demasiada claridad, el tipo-ideal. Implica
gobemantes y súbditos, pero ha de distinguirse de cualquier orden social en un abandono consciente deI supuesto en que, como veíamos, KeIsen se ba-
el que 10s gobemantes ejerzan una "dirección gerencial" sobre sus súbditos. saba: que 10s términos descriptivos o explicativos deben ser empIeados por
EI derecho se distingue de tal dirección gerenciaI en parte por Ia generalidad el teórico de tal manera que se extiendan, directamente y en el mismo sen-
tido, a todos 10s estados de cosas que, en el discurso no teorético, podrían ra-
12 lbid., pág. 154.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
zonablemente ser "llamados 'derecho"', no obstante 10 poco desarrollados
13 lbid., pág. 159.
14 Ibid., pág. 158.
15 Ibid., pág. 159. 17 Morality ofLaw, págs. 210, 214, 216; 39-40, 61, 155; 20.
16 Véase su "On the Functions of the Law", en Oxford Essays ll, págs. 278-304, en págs, 18 Raz, Practical Reason, pág. 165.
300-303, donde analiza G. A. Almond - G. B. PowelI, Comparative Politics (Boston: 1966). 19 lbid., pág. 165.
DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN 45
4 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES

sean inmaduros, primitivos, corrompidos, desviados o que de cualquier otra


que esos estados de cosas puedan estar, y no obstante que esos estados de co-
forma sean ejemplos sólo "en un sentido restringido" o bien "en un sentido
sas difícilmente puedan revelar algún interés de sus autoreszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(e.g. 10s "jefes
despóticos") por diferenciar entre derecho y fuerza, derecho y moral, dere- ampliado": véase XII.4, más adelante.
Hay, pues, casos centrales, como sostenía Aristóteles, de amistad, y
cho y costumbre, derecho y política, derecho y discrecionalidad absoluta, o
hay casos más o menos periféricos (amistad profesional, amistad de conve-
derecho y cualquier otra cosa. Esta insistencia en un significado completa-
niencia, amor interesado, relaciones accidentales y de diversión, y así suce-
mente unívoco de Ias términos teóricos, que conduce a buscar un mínimo
sivamente: véase VI.4, más adelante). Hay casos centrales derégimen cons-
común denominador o un máximo factorzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
común o el "único elemento co-
titucional, y hay casos periféricos (como Ia AIemania de Hitler, la Rusia de
mún", fue atacada directamente por Aristóte1es, 20 y es abandonada a sa-
Stalin, o incluso Ia Uganda de Amin). Por una parte, no tiene sentido negar
biendas por Hart y por Raz. Así Hart rechaza Ia tesis de que "Ias diversos ca-
que los casos periféricos son ejemplos (de amistad, constitucionalidad ...).
sos a Ias que se aplica un término general deben poseer Ias mismas
En efecto, arroja luz sobre su estudio pensarlos como versiones adulteradas
características". En cambio, procede asumiendo que "Ia extensión de Ias tér-
de 10s casos centrales, o a veces como modos de aprovecharse de actitudes
minos generales de cualquier disciplina seria nunca carece de su principio o humanas formadas por referencia al caso central. Y, por otra parte, no tiene
fundamento racional".zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
21 Lo que Aristóteles dice en relación con "amigo" sentido limitar Ia propia explicación de los casos centrales a aquellas carac-
["arnistad"], "constitución" ["constitucionalidad"] y "ciudadano" ["ciuda- terísticas que están presentes no solamente en éstos sino también en cada
danía"] 22 está bien dicho por Raz en relación con "sistema jurídico": uno de 10s casos periféricos. Antes bien, Ia explicación descriptiva de Ias ca-
Los rasgos generales que distinguen un sistema como jurídico son sos centrales debería ser tan rica y compleja conceptualmente como fuese
numerosos y cada uno de ellos admite, en principio, diversos grados. requerido para responder todas Ias preguntas pertinentes sobre esos casos
En 10s casos típicos de sistemas jurídicos todos estos rasgos se mani- centrales. Y después Ia explicación de 10s otros casos puede seguir Ia pista
fiestan en un grado muy alto. Pero es posible encontrar sistemas en que de Ias semejanzas y Ias diferencias, de Ias analogías y Ias distinciones, por
todos o algunos estén presentes sólo en menor grado o en que uno o dos ejemplo, de forma, función o contenido, entre ellos y los casos centrales. De
estén totalmente ausentes ... AI enfrentarse con casos marginales es me- este modo uno hace patente el "principio o fundamento racional" en virtud
jor reconocer sus credenciales problemáticas, enumerar sus semejan- deI cual se extiende el término general ("constitución", "amigo", "dere-
zas y desemejanzas respecto de 10s casos típicos, y dejar Ias cosas así. 23 cho" ...) desde 10s casos centrales a aquellos más o menos marginales, desde
En razón de que Ia palabra "típico" puede sugerir que el criterio rele- su significado focal a sus significados secundarias.
vante es Ia frecuencia estadística (ya sea en Ia historia humana o en el pre-
sente), prefiero llamar caso(s) central(es) a Ias estados de cosas a que se re- 1.4. SELECCIÓN DEL PUNTO DE VISTA
fiere un concepto teórico según su significado focal.
l,Mas según qué criterios se ha de considerar focal un significado y se-
Aprovechando Ia sistemática multiplicidad de significados de Ias tér-
cundaria otro, central un estado de cosas y marginal otro? Esta es simple-
minos teóricos que uno usa (sin perder de vista el "principio o fundamento
mente una reformulación de Ia pregunta pendi ente desde 1.2: l,Desde qué
racional" de esta rnultiplicidad de significados), uno puede diferenciar 10
punto de vista, y en relación con qué intereses, han de ser estimadas Ia im-
maduro de 10inmaduro en 10s asuntos humanos, Ia refinado de 10prirniti vo,
portancia y Ia significación?
10 plenamente realizado (the flourishing) de Ia corrompido, el buen ejem-
Hart y Raz afirman claramente que un teórico descriptivo, ai "decidir
plar dei caso desviado, 10 que se dice "con propiedad", "sin restricciones" y
atribuir un rol central" 24 a una o más características particulares en su des-
"hablando de modo absoluto" (simpliciter) de 10 que se dice "en cierto sen-
cripción de un âmbito de 10s asuntos humanos, debe "preocuparse de", 25
tido", "por decirlo así" y "de algún modo" (secundum quid) -pero todo esto
"referirse a" 26 o "reproducir" 27 un determinado punto de vista práctico (o
sin ignorar ni desterrar a otra disciplina los casos de Ia materia en estudio que

20 El. Eud., VII, 2: 1236a 16-30.


24 V éase Raz, Legal System, pág. 201.

21 Concept of Law, págs. 15,210; véase también pág. 234. 25 Ibid., pág. 200, n. 2.

22 . Bt. Nic., VIII, 4: 1157a 30-33; Pol. III, 1: 1275a 33 - 1276b 4. 26 Hart, Concepl ~fLaw, pág. 96.
23 Practical Reason, pág. 150. 27 Ibid., pág. 88.
DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN 47
4 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES

su concepción deI "punto de vista jurídico (legal)" hasta abarcar eI punto de


un conjunto de puntos de vista similares). Por "práctico", aquí como en todo
vista de "un anarquista" que se hace juez "pensando que si Ia mayoría de Ias
este libro, no quiero decir "factible" como opuesto a no factible, ni eficiente
veces sigue el derecho podrá desobedecerIa en Ias pocas pero importantes
como opuesto a ineficiente; quiero decir "con miras a la decisión y a Ia ac-
ocasiones en que obrar así 10 socavará en mayor grado". 32 Mas todo esto es
ción". El pensamiento práctico es pensar acerca de qué (debe uno) hacer. La
precario e insatisfactorio porque implica una negativa a atribuir significa-
razonabilidad práctíca es razonabilidad aI decidir, aI asumir compromisos,
ción a diferencias que consideraria prácticamente significativas cualquier
al elegir y ejecutar proyectos, y, en general, aI actuar. La filosofía práctica
actor en el campo (sea e1 anarquista subversi vo o su contrario, el "ciudadano
es una refIexión disciplinada y crítica sobre Ias bienes que pueden realizarse
ideal observante de Ia ley" 33). Y, dada Ia técnica de anáIisis mediante caso
en Ia acción humana y sobre Ias exigencias de Ia razonabilidad práctica. De .
central y significado focal, que Hart y Raz usan en otras ocasiones con tan
manera que cuando decimos que el teórico descriptivo (cuyos fines no son i provechosa resolución, parece que no hay ninguna buena razón para esta ne-
prácticos) debe proceder, en su indispensabIe selección y formación de con-
gativa a diferenciar entre eI caso central y los casos periféricos deZmismo
ceptos, adoptando un punto de vista práctico, queremos decir que él debe
apreciar Ia importancia o significación de Ias semejanzas y Ias diferencias punto de vista interno o jurídico.
En efecto, no es difícil percibir que el punto de vista deljuez anarquista
dentro de su materia de estudio preguntándose quê sería considerado impor-
de Raz, que disimuladamente escoge con cuidado entre Ias leyes que aplica-
tante o significativo en ese campo por aquellos cuyos intereses, decisiones
rá, con Ia intención de echar abajo e1sistema entero, no es un paradigma ni
y actividades crean o constituyen Ia materia estudiada.
deI punto de vista judicial ni del punto de vista jurídico. Ni el anarquista
Así Hart da prioridad descriptiva y explicativa aIos intereses y valora-
ni sus compafíeros 10 considerarían como tal. l.Por quê, entonces, deberia
ciones (y consiguientemente allenguaje) de Ias personas con un "punto de
hacerlo el teórico descriptivo? De modo similar ocurre conla "actitud irre-
vista interno",zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
viz. aquellos que no "se limitan a registrar y predecir Ia con-
flexiva heredada o tradicional... o el mero deseo de obrar como otros obran"
ducta que se conforma a Ias regIas", o que no prestan atención a Ias regIas
de Hart. Éstas son actitudes que tenderán, hasta cierto punto, a mantener en
"soIamente desde el punto de vista externo, como signos de un posible cas-
tigo", sino que más bien "usan Ias reglas como criterios para valorar su con- Ia existencia un sistema jurídico (como distinto, porejemplo, de un sistema
ductay Ia de Ias demás''. 28Razadopta, en su primeraobra, "el punto de vista de discrecionalidad despótica) si acaso ya existe uno. Pero no harán pasar
del hombre corriente"; 29 pero en su obra más reciente se vuelve hacia "el desde el orden social prejurídico (ia posjurídico!) de costumbres o de dis-
punto de vista jurídico (legal)", que es el punto de vista de Ias personas que crecionalidad a un orden jurídico, porque no participan de Ia preocupación,
"creen en Ia validez de Ias normaszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Ias siguen" (paradigmáticamente, el que eI rnismo Hart reconoce como fuente explicativa deI ordenjurídico, por
punto de vista del juez qua juez). 30 remediar 10s defectos de 10s órdenes sociales prejurídicos. De modo similar,
Evidentemente, esta postura de Hart y de Raz es precaria e insatisfac- el hombre de Hart movido por "cálculos de interés a largo plazo" (se. interés
toria. AI oponerse a Austin y Kelsen han distinguido agudamente el punto propio) mitiga cualquier preocupación que pueda tener por Ia función del
de vista "interno" o "jurídico" respecto deI punto de vista deI hombre que derecho corno respuesta a verdaderos problemas sociaIes; como el juez
simpIemente se somete aI derecho y que 10 hace sóIo porque teme, cuando anarquista de Raz, diluye su lealtad aI derecho y su seguimiento de métodos
teme y en Ia medida en que teme Ias castigos que se seguirán de Ia no sumi- jurídicos de pensamiento con dosis de ese mismo interés propio respecto deI
sión. Pero rehúsan firmemente distinguir más allá. Reconocen que el punto cual e1derecho tiene (según Ia opinión de todos) Ia funciónelemental de su-
de vista "interno" o ''jurídico'', tal como ellos 10 describen, es una amalgama de bordinarIo a Ias necesidades sociales. Todas estas consideraciones y actitu-
puntos de vista muy diferentes. "[L]a lealtad al sistema puede basarse en des, por ende, son casos manifiestamente desviados, diluidos o mitigados
muchas consideraciones diferentes: cálculos de interés a largo plazo; interés del punto de vista práctico que lleva al derecho a ser un tipo de orden social
desinteresado en Ios demás; una actitud irrefIexiva heredada o tradicional; signifi cati varnente diferenciado y 10 mantiene como tal. A decir verdad, son
o el mero deseo de obrar como otros obran." 31 Raz estádispuesto aextender parasitarios de ese punto de vista.

28 lbid., págs. 88 y 95-96; también 86-8, 59-60, 113, 197, 226.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


29 Legal System, pág. 200, n. 2.
32 Practical Reason, pág. 148.
30 Practical Reason, págs. 177, 171.
33 Ibid., pág. 171.
31 Hart, Concept ojLaw, pág. 198; también págs. 111,226.
4 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y V ALORACIÓN 49

De Ia lista de tipos de puntos de vista internos o jurídicos ofrecida por na realización, y conscientes de Ia limitada conmensurabiIidad entre tales
HartzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Raz, nos quedan ahora el "in terés desinteresado en Ias dernás", y Ia aspectos; preocupados por remediar Ias deficiencias y los fracasos, y cons-
opinión de quienes consideran Ias regIas, o al menos Ias reglas de reconoci- cientes de Ias raíces de tales deficiencias en Ias diversos aspectos de ia per-
miento, como "moralmente justificadas". 34 Si se separa Ia preocupación de- sonalidad humana y en Ias condiciones económicas yen otras condiciones
sinteresada por los demás de Ia preocupación moral, como hace Hart, 35 materiales de Ia interacción social. 37 t.Qué razón podría tener el teórico des-
entonces 10 que eso implica es bastante poco claro, y, a falta de una ela- criptivo para rechazar Ias elecciones y discriminaciones conceptuales de es-
rificación, debe considerarse que tiene una relación con el derecho y los tas personas, cuando éI está seleccionando los conceptos con los cuales
intereses jurídicos tan incierta y poco fija como su relación (según esta construirá su descripción del caso central y luego de todos 10s otros casos de
perspectiva) con Ia preocupación moral. derecho en cuanto institución social específica?
La conclusión que hemos de sacar está clara. Si hay un punto de vista El teórico descriptivo no está, por cierto, obligado a adaptar en su teo-
en que Ia obligación jurídica sea tratada, al menos presunti vamente, como ria todos los conceptos que Ias sociedades que éI está estudiando han usado
obligación moral (y por ende como algo de "gran importancia", que ha de en su propia autointerpretación de sus mismas prácticas. Muchos de tales
ser mantenido "contra Ia presión de fuertes pasiones" y "al casto de sacrifi- conceptos delatan escasa sensibilidad hacia ciertos aspectos del bienestar
car considerable interés personal"), 36 un punto de vista en que el estableci- humano; otros delatan Ia influencia de mitos ideológicos, por ejemplo, que
miento y mantención de un orden jurídico, en cuanto distinto de uno discre- "el pueblo" se gobiema "a sí mismo" (cfr. IX.4), o que "Ia revolución" va a
cional o estáticamente consuetudinario, se considera un ideal moral, si no sustituir el gobierno mediante el derecho (rule oJ law) por "Ia administra-
una aprerniante exigencia de justicia, entonces tal punto de vista constituirá ción de Ias cosas". Pero es precisamente un pensamiento práctico discipli-
el caso central del punto de vista jurídico. Porque solamente desde un punto nado e informado (ya sea "teorético", i.e. reflexivo, en su propósito, o más
de vista tal es de primordial importancia que sea puesto en Ia existencia el inmediatamente dirigido a Ia acción) el que puede proporcionar una crítica
derecho en cuanto distinto de otras formas de orden social, y así llegue a ser de estos conceptos, con el fin de superar los obstáculos que ellos ponen en
objeto para Ia descripción del teórico. El término "moral", no obstante, tiene el camino deI pensamiento claro sobre qué se debe hacer. La teoria social
una connotación algo incierta. De modo que es preferible formular nuestra descriptiva no comparte este interés sobre qué se debe hacer. Pero no puede
conclusión en términos de razonabilidad práctica (véase V.1, V.IO, VI.l, prescindir en sus descripciones de los conceptos considerados apropiados
XI. I, XI.4). Si hay un punto de vista en el cuallainstitución deI "imperio del por Ias hombres de razonabilidad práctica para describir para si mismos
derecho"zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(RuZe zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ofLaw) (X.4), y Ia conforrnidad con reglas y principios de aquello que estiman digno de hacer y de lograr, a pesar de todas Ias contin-
derecho según su tenor, son consideradas como exigencias aI menos presun- gencias, incomprensiones y mitos, que se les oponen en su práctica.
ti vas de Ia misma razonabilidad práctica, tal punto de vista es eI punto de vis- Así, mediante una larga marcha a través de Ia metodología operante o
ta que debería ser usado como modelo de referencia por eI teórico aI descri- implícita enla teoría analítica del derecho contemporánea,llegamos a Ia
bir Ias características del orden jurídico. conclusión alcanzada más rápidamente (si bien sobre Ia base de una ciencia
Resta por hacer una diferenciación adicional. Entre quienes, desde un social mucho más amplia) por Max Weber, a saber, que Ias valoraciones del
punto de vista práctico, tratan el derecho como un aspecto de Ia razonabili- teórico mismo son un elemento indispensable y decisivo en la selección o
dad práctica, habrá algunos cuyas opiniones sobre qué exige realmente Ia ra- forrnación de cualesquiera conceptos para su utilización en Ia descripción de
zonabilidad práctica en este ámbito sean, en los casos particulares, más ra- tales aspectos de Ias asuntos humanos como el derecho o el orden jurídico.
zonables que otras. Por tanto, e1 caso central deI mismo punto de vista Porque el teórico no puede identificar el caso central de ese punto de vista
interno es el punto de vista de quienes no soIamente apelan a Ia razonabili-
37 Tras el principio cardinal de Aristóteles sobre el método para el estudio de 10s asuntos hu-
dad práctica sino que también son razonables prácticamente, es decir: con-
manos -viz. que 10sconceptos han de ser seleccionados y empleados principalmente como son
secuentes; atentos a todos Ias aspectos de Ia potencialidad humana y su ple- usados en la práctica por el spoudaios (el hombre maduro dotado de razonabilidad práctica): véa-
se XII.4 más adelante-está el argumento de Platón (Rep. IX: 582a-e) de queel amante de Ia sa-
biduría puede comprender Ias intereses de los hombres dotados de otro carácter, rnientras que no
34 Véase Raz, Practical Reason, págs. 14-7-8.
sucede así a Ia inversa; con otras palabras, los int-reses y Ia comprensión deI hombre maduro y
35 Concept ofLaw, pág. 226. razonable proporcionan una mejor base empírica para Ia explicación reflexiva de Ios asuntos hu-
36 lbid., pág. 169. manos: véase también Rep. III: 408d-40ge.
50 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES
DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN 51
práctico que él usa para identificar el caso central de su materia de estudio, sentido, Ia ci encia social descri ptiva es "libre de vaI oraci ones" . Pero tras ha-
a menos que decida cuáles son realmente Ias exigencias de Ia razonabilidad ber puesto todo e1énfasis debido en Ias diferencias de objetivo y de método
práctica en relación con todo este árnbi to de Ias asuntos e intereses humanos. entre la filosofía práctica y Ia ciencia social descriptiva, los problemas me-
En relación con el derecho, Ias cosas más importantes que el teórico ha de todo lógicos de Ia formación de conceptos, tal como Ia hemos delineado en
conocerzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y describir son Ias cosas que, a juicio del teórico, hacen importante este capítulo, nos fuerzan a reconocer que el punto de equilíbrio reflexi vo en
práctico tener derecho =-las cosas, por tanto, que en
desde un punto de vistazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Ia ciencia social descriptiva es alcanzable sólo por alguien en quien un am-
Ia práctica es importante "atender" al ordenar los asuntos humanos. Y cuan- plio conocimiento de 10s datos y una comprensión penetrante de los puntos
do de hecho (en algunas o aun en muchas sociedades) estas "cosas importan- de vista prácticos y de Ias preocupaciones de otros hombres están unidos a
tes" están ausentes o se ven rebajadas o expIotadas o son de alguna otra for- un juicio correcto sobre todos 10s aspectos de Ia genuína realización humana
ma deficientes, entonces Ias cosas más importantes que el teórico ha de y de Ia auténtica razonabilidad práctica.
describir son esos aspectos de Ia situación que revelan esta ausencia, reba-
jamiento, explotación o deficiencia.
1.5. LA TEORÍA DE LA LEY NATURAL
l,Significa esto que Ia teoría del derecho descriptiva (y Ia ciencia social
como un todo) está sujeta inevitablemente a Ias concepciones y prejuicios Bentham, Austin, Kelsen, Weber, Hart y Raz publicaron, todos e1los,
que cada teórico posee acerca de qué es bueno y prácticamente razonabIe? severos repudios de 10 que entendían que era Ia teoría de Ia ley natural; y Fu-
S í y no. "Sí", en Ia medida en que no cabe eludir Ia exigencia teorética de que ller se desligó cuidadosamente de esa teoria en sus formas clásicas. Pero Ia
debe hacerse un juicio de significación e importancia si Ia teoría ha de ser obra teórica de cada uno de estos escritores estaba controlada por Ia adop-
algo más que un inmenso montón despreciable de hechos heterogéneos des- ción, con fundamentos no explicitados e inadecuadamente justificados, de
critos con una multitud de tenninologías inconmensurables. "No", en Ia me- algún punto de vista práctico como criterio de relevancia y significación
dida en que Ia adquisición disciplinada de un conocimiento correcto sobre para Ia construcción de su análisis descriptivo. Una teoría sólida de laley na-
Ios asuntos humanos -y por ende sobre 10 que otros hombres han conside- tural es aquella que explícitamente, con plena conciencia de Ia situación me-
rado importante prácticamente, y sobre el resultado efectivo de su preocu- todológica recién descrita, emprende una crítica de los puntos de vista.prác-
pación- es una ayuda importante para el teórico reflexivo y crítico en su es- ticos para distinguir 10 no razonabIe prácticamente de 10 razonable
fuerzo por convertir sus propios "prejuicios" prácticos (y los de su cultura) prácticamente, y así diferenciar 10 realmente importante de 10 que noes im- .
en juicios verdaderamente razonables acerca de qué es bueno y práctica- portante o sólo es importante por su oposición a, o por su expIotación no ra-
mente razonable. EI conocimiento descriptivo puede, de este modo, provo- zonabIe de, 10 realmente importante. Una teoría de Ia ley natural pretende
car una modificación de los juicios de importancia y significación con que ser capaz de identificar condiciones y principios de rectitud práctica, de un
el teórico abordó sus datos por primera vez, y puede sugerir una reconcep- orden bueno y correcto entre los hombres y en Ia conducta indi vidual. A me-
tualización. Pero este conocimiento no habrá sido obtenido sin una concep- nos que aIguna pretensión así esté justificada, Ia teoria analítica del derecho
tualización preliminar ni, por tanto, sin un conjunto preliminar de principios en particular y (por 10 menos Ia mayor parte de) todas Ias ciencias sociaIes
de selección y relevancia derivados de aIgún punto de vista práctico. en general no pueden tener criterios críticamente justificados para Ia forma-
Ha y así un ir y venir entre, por una parte, Ias estimaciones sobre eI bien ción de conceptos generales, y deben conteutarse con no ser más que mani-
humano y sus exigencias prácticas y, por otra, Ias descripciones explicativas festaciones de los diversos conceptos propios de determinados pueblos y/o
(empleando todas Ias convenientes técnicas históricas, experimentales y es- de determinados teóricos que se interesan por esos pueblos.
tadísticas para descubrir todas Ias interrelaciones causales relevantes) deI No es necesario emprender Ia tarea de elaborar una teoría de Ia ley na-
contexto humano en que de diversos modos se alcanza o de diversos modos tural princi palmente con el propósito de proporcionar así un marco concep-
se destruye el bienestar humano. Así como no cabe derivar 10s propios jui- tual justificado para Ia ciencia social descriptiva. Puede emprenderse esta
cios básicos sobre los valores humanos y Ias exigencias de razonabilidad tarea, como 10 hace este libro, principalmente para facilitar Ias reflexiones
práctica mediante aIguna inferencia a partir de hechos de Ia situación huma- prácticas de aquellos preocupados por actuar, ya sea como jueces o corno
-ia (como veremos:zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
lIA), tampoco cabe reducir Ia ciencia social descriptiva hombres de estado o CC''110ciudadanos. Pero en cuaIquier caso, Ia empresa
a una apología de Ios propios juicios éticos o políticos, ni a un proyecto para no puede proceder con seguridad sin un conocimiento deI entero espectro de
repartir elogios o anatemas entre 10s actores de Ia escena humana: en este Ias posibilidades y oportunidades, inclinaciones y capacidades, deI ser hu-
52 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN 53

mano, un conocimiento que exige el apoyo de Ia ciencia social descriptiva "atiende ai comportamiento efectivo de 10sórganos primarios, no a 10que elloszyxwvutsrqponmlkjih
deben
y analítica. Hay así una mutua, si bien no del todo simétrica, interdependen- hacer ..." (pág. 198). Pero enzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
Practical Reason él critica a esos teóricos "que concluye-
da entre eI proyecto de describir 10s asuntos humanos por vía teórica y el ron que el derecho está formado por todas Ias pautas que los tribunales efectivamente
proyecto de valorar Ias opciones humanas con vistas, remotamente aI me- aplican. Esto ... confunde los sistemas institucionalizados con los sistemas de discrecio-
nalidad absoluta" (pág. 142). De modo que su nuevo criterio es: un sistema jurídico
nos, a actuar razonablemente y bien. Las valoraciones no se deducen de nin-
contiene "solamente aquellas normas que sus órganos primarias están obligados a obe-
guna manera de Ias descripciones (véase lI.4); pero es poco probab1e que al-
decer" (pág. 142; también pág. 148). Este cambio en el criterio teórico-jurídico (juris-
guien cuyo conocimiento de 10s hechos de Ia situación humana sea muy prudential) de Raz acerca de Ia pertenencia a un sistema jurídico ha de reconducirse a
limitado juzgue bien aI discernir Ias implicaciones práctícas de los valores su cambio desde un interés por reproducir el punto de vista bastante indiferenciado "dei
básicos. DeI mismo modo, Ias descripciones no se deducen de Ias valoracio- hombre corriente" hacia un interés por reproducir eI "punto de vista jurídico (legal)" ,
nes; pero sin Ias valoraciones uno no puede determinar qué descripciones el punto de vista de quien (paradigmáticamente un juez, o un "ciudadano ideal obser-
son realmente iluminadoras y significativas. vante de Ia ley") cree que Ia gente está de alguna manerajustificada para seguir Ias re-
gias dei sistema: págs. 139,143,171.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI

NOTAS
1.3
1.1 Aristóteles acerca dei significadofocal y el anâlisis de casos centrales ... V éaseW. F.
R. Hardie, Aristotle' s Ethical Theory (Oxford: 1968), págs. 59-60, 63-5; Gauthier-L olif, II,
La descripciôn de tas prácticas e instituciones humanas exige Ia identificacián de
1, págs. 45-6; Il, 2, págs. 686 sigs.; cfr. W. W. Fortenbaugh, "Aristotle's Analysis of
su fin ... Véase Max Weber, Theory of Social and Economic Organization, T. Parsons
Friendship: Function and Analogy, Resemblance and Focal Meaning" (1975) 20, Phrone-
(New York - London: 1947), págs. 88-126; On Law, págs. 1-10; Alfred Schütz, "Con-
sis, 51-62; y XII.4, más adelante. EI análisis de Hart, Concept of Law, págs. 15-16,234, no
cept and Theory Formation in the Social Sciences" (1954) 5 J. ofPhilosophy reimpreso distingue con claridad 10 que Aristóteles Ilamó analogía (y Ios medievales llamaron "ana-
en sus Collected Papers, vol. I (ed. M. Natanson, The Hague: 1967),48 en pãgs, 58-9;
logía de proporcionalidad") de 10 que llarnó homonirnia pros hen o significado focal (lla-
Eric Voegelin, The New Science of Politics (Chicago-London: 1952), págs. 27-9. mada por 10smedievales "analogía de atribución o prcporción"), La explicación deHart en
Bentham acerca de Ia definición del derecho ... V éase también Bentham, Collec-
págs. 15-16 parece concentrarseen Ia primera, pero Ia últimaes el instrumento más impor-
. ted Works (1. Bowring, Edinburgh: 1863), vol. IV, pág. 483; y el excursus a XI.8 (no-
tante en Iateoria de los asuntos humanos. Sinembargo, tras advertir esta distinciónencuen-
tas), más adelante. tro adecuado usar el concepto amplio de "analogía" y "analógico'', introducido porlos me-
La técnica de Kelsen para definir ... Véase tarnbién Kelsen, Pure Theory of Law
dievales y más o menos mantenido en el uso filosófico desde entonces. En este sentido
(Berkeley-Los Ángeles: 1967), págs. 30-1.
amplio, un término es analógico cuando su significado cambia sistemáticarnente (i. e. de
acuerdo con algún principio o fundamento racional) cuando uno cambia desde un contexto
1.2 o uso a otro. Sobre Ia búsqueda deI principio o fundamento racional en tales casos, véase
también Hart, "Definition and Theory in Jurísprudence" (1954) 70, L. Q.R., 37 en págs.
La descripción de Ias instituciones sociales, como el derecho, exige ta identifica- 38, 44n., 56-9.
ciôn de sufin o función(es) ... Véase también 1. Raz, "On the functions of the law", en Max Weber sobre Ia construccián de conceptos de tipo-ideal para Ia zyxwvutsrqponmlkjihg
sodologia
Oxford Essays II, págs. 278-304, en 278; Legal System, pág. 145. general.: VéaseMethodology, págs. 89-93. Véase también AlfredSchütz, "Tbe Prob-
Ra; acerca dei criterio de identificaciân dei derecho ... Raz sostiene claramente Iem ofRationality in the Social World", en sus Collected Papers, voI. II (TheHague:
que cualquier teórico que busque describir eI derecho debe decidir entre diferentes con- 1964), 64 en pãgs, 81-8.
ceptos teóricos, y que "Ia formulación explícita de criterios meta-teóricos es una con- Diferenciacián de los ejemplares "maduros" de derecho y sistema jurídico res-
dición para una comparación de teorias racional y razonada": Raz, Legal System, pág. pecto de los "arruinados" ... Austin reconoció que Ia teoría deI derecho deberíaestudiar
146. Para su propia apreciacíón de criterios meta-teóricos es central su decisión de que primariamente Ias sistemas jurídicos "más extensos y más maduros": véase Ptovince,
Ia teoría jurídica debería explicar "el sentido comün y Ia opinión profesional": pág. 201. pág. 367. Véase también Raz, Legal System, pág. 140; Practical Reason, pág.150.
En Legal System, ofrece un "critério de teoría jurídica" tajurisprudential criterion) La frecuencia de Ios acontecimientos o de los casos no es un criterio dedsivo de
(pág. 200): viz. que "un sistema jurídico considerado en un instante determinado con- relevancia o centralidad ... Véase Weber, Methodology en págs. 72-80; Eric Voegelin,
tiene todos, y solamente, los preceptos legales reconocidos por un órgano primaria "The Theory ofLegal Science: a Review" (1942), 4, Louisiana Law Rev., 554 en págs.
aplicador dei derecho, que el sistema establece" (pág. 192). Él subraya que este criterio 558-64.
54 LEY NATURAL Y DERECHOS NATlJRALES DESCRIPCIÓN DEL DERECHO Y VALORACIÓN 55

I.4 distinta aunque relacionada, que determinaria (el cómo no está explicado) cuestiones
tales como "LPueden los principios más fundamentales de Ia constitución ... ser consi-
Pensam ien to práetico, razonabilidad; filosofía, etc. ... Para rni uso de "práctico", derados ellos mismos parte dei derecho?". En cualquiercaso, su debate con positivistas
en este libro, véase Aristóteles, Et. Nic., VI, 2: 1139a 26-31; De Anima m, 9: 432b 27; como Hart y Raz resul ta estéril, porque Dworkin no logra reconocer que el interés teó-
Tomás de Aquino, S.T., 1, q. 79, a. 11; Raz, Practical Reason, págs. 10-13. En Aristó- rico de eIlos no es, como el suyo, identificar unzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPO
"test para el derecho" fundamental para
teles, "práctico'' se distingue de theoretike, traducido por los medievales como specu- identificar (aun en los casos "difíciles" más debatidos) dónde se encuentra realmente el
lativa: véase Aristóteles, loe. cito y Meta. VI, 1: 1025b 19-29. Ni "teorético" ni "espe- deber jurídico (moral y político) de un juez en una comunidad dada en unzyxwvutsrqponmlkjihgfed
tiempo dado.
culativo" son muy aptos para trazar Ias distinciones necesarias en inglés; en este Más bien el interés de ellos está en describir qué es tratado (i.e. aceptado y efectivo)
capítulo se han usado "descriptivo" y "explicaciõn descriptiva" para tal propósito. La como derecho en una comunidad dada en un tiempo dado, y en generar conceptos que
distinción aristotéIicaftomista presenta dificultades intrínsecas, pues Ia filosofíaprác- permitirán que tales descripciones sean claras y explicativas, pero sin Ia intención de
tica está "dirigida a Ia acción" en cierto sentido sólo remotamente, i.e. de una "manera ofrecer soluciones (ya sean "respuestas correctas" o pautas que, si fuesen aplicadas ade-
teorética". A pesar de Ias dificuItades, Ia distinción debería ser conservada; ella testi- cuadamente, darían respuestas correctas) a cuestiones debatidas entre juristas compe-
monia Ia antigua conciencia de Ia distinción básica entre "ser" y "deber" (una distinción tentes. Las "preguntas embarazosas" enumeradas por Dworkin, op. cit., págs. 14, 15,
que por su parte no es dei todo simpIe en sus aplicaciones). 44, no son preguntas que Hart o Raz ofrezcan responder. De modo que Ia de Dworkin
Weberaeerca de Ia necesidadde que el teórico use sus propias vaio raciones para es fundamentalmente (aunque con muchos momentos de descripción iluminadores)
estimar qué es significativo para Ia teoria descriptiva ... V éase, sobre todo, Methodo- una teoría normati va dei derecho, que ofrece orientación aI juez en cuanto a su deber ju-
logy, págs. 58, 76-82, 24; también Julien Freund, The Sociology of Max Weber (Lon- dicial; Ia de eIlos es una teoría descriptiva, ofrecida a los historiadores para que pueda
don: 1968), págs. 51-61. Por supuesto, Weber consideraba estas valoraciones dei teó- escribirse con discernimiento una historia de los sistemas jurídicos. EI hecho de que,
rico como no científicas, i.e. como carentes de Ia dignidad de Ia objetividad: véase 11.3 como he sostenido en este capítulo, el teórico descriptivo necesite el apoyo de una teo-
(notas). De ahí que él no aceptaria que Ia tarea deI teórico, en esta parte de su trabajo, ria general normativa para desarroIlar conceptos suficientemente diferenciados y cri te-
sea decidir cuáles "son realmente" Ias formas básicas del bien humano y Ias exigencias rios razonables de relevancia no elimina los diferentes usos que, de Ia provisión más o
de Ia razonabilidad práctica. Me permito afíadir que al referirme a Ia aseveración de menos común deconceptos teoréticos. harán los teóricos normativos y los teóricos des-
Weber de que Ia valoración es necesaria para toda ciencia social, no estoy suscribiendo criptivos (históricos), respectivamente.
todos Ios aspectos de su argumento en favor de esta aseveración, un argumento que no Equilibrio reflexivo en Ia cieucia social descriptiva ... El teórico que podría al-
está libre de Ia noción neokantiana de que todos los conceptos tienen que ser impuestos canzar este punto sería uno cuyo punto de vista se aproximara sistematicamente aI
por Ia mente humana al flujo de 10s fenômenos, fIujo que no posee unaestructura inte- "punto de vista universal" postulado por B. J. F. Lonergan, Insight: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY
A Study of Human
ligible propia que haya de ser descubierta. Understanding London: 1957), págs. 554-68. Como Lonergan destaca (pág. 566), un
La ciencia social descriptiva no versa sobre lo que se debe hacer ... Así pues han punto de vista así "es universal no por abstracto sino por potencial completitud, Alcan-
de distinguirse claramente el objetivo y los métodos de una teoría deI derecho general, za inclusivídad no despojando los objetos de sus peculiaridades" (cfr. Kelsen, Austin ...)
descriptiva y analítica, como Ia de Hart y Ia de Raz, respecto del objetivo y los métodos "sino visuaIizando aios sujetos" (i.e. a Ias personas) "con sus necesidades".
de una "teoria jurídica" como Ia concibe R. M. Dworkín. Para Dworkin, una función
principal de una "teoría dei derecho" es "proporcionar una base para el deber judicial";
"Ias principias que ella expone deben tratar de justificar Ias regIas establecidas [de una
comunidad dada] identificando Ias tradiciones y 10s intereses políticos o morales que,
en opinión deI jurista al que pertenece Ia teoría, de hecho sostienen Ias regIas": Dwor-
kin, Taking Rights Seriously (London: 1977), pág. 67. (La frase "de hecho" significa
aquí "realmente" [en cuanto estimado normativamente], no "a modo de causa-y-efec-
to"; véase también pág. 51, líneas6, 11). Véasetambién pág. 117; Dworkin, "No Right
Answer?", en Essays en pág. 82. Por supuesto, una teoría tan relativa a Ias prácticas y
a Ias opiniones morales de una comunidad dada no es una teoría general dei tipo que Ias
teorías de Ia ley natural aspiran a ser. Dworkin, con todo, tiene en mente una "teoría ge-
neral deI derecho" que en su "parte normativa" (bastante ambiciosa) expondría, inter
alia, "critérios que Ias jueces deberían usar para decidir los casos difíciles conforme a
derecho", y explicaría "por qué y cuándo los jueces, antes que otros grupos o institucio-
nes, deberían tomar Ias decisiones exigidas por la teoría ..." tTaking Rights Seriously,
págs. vii-viii). Por razones que no son claras, él tiene en mente una "parte conceptual",
IIzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPON
CAPÍTULOzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY

IMÁGENES Y OBJECIONES

SUMARIO: Il.l , La ley natural y Ias teorías de Ia ley natural.- II.2. La moral y Ia vali dez;jurídi-
ca.- 1l.3. La variedad de Ias prácticas y opiniones humanas.- II.4. La inferencia ilí-
cita de los hechos a Ias normas.- 1I.5. Hume y Clarke acerca de "ser" y "deber".-
lI.6. Los predecesores de Clarke.- 11.7. El argumento de Ia "facultad pervertida".-
11.8.La ley natural y Ia existencia y voluntad de Dios.- Notas.

1I.1. LA LEY NATURAL Y LAS TEORÍAS DE LA LEY NATURAL

principias de ia ley natural? El sentido que tiene Ia frase


l.Qué son IoszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
"Iey natural" en este libro puede mostrarse con ias siguientes afirmaciones,
bastanteescuetas, que quizás parecerán vacías o peticiones de principio has-
ta que sean explicitadas en la Segunda Parte. Hay (i) una serie de principios
prácticos básicos que muestran Ias formas básicas de reaIización humana
plena como bienes que se han de perseguir y realizar, y que son usados de
una manera u otra por cualquiera que reflexiona acerca de qué hacer, no im-
porta cuán erróneas sean sus conclusiones; y (ii) una serie de exigencias me-
todoIógicas básicas de Ia razonabiIidad práctica (siendo ésta una de Ias for-
mas básicas de realización humana plena) que distinguen el pensamiento
práctico correcto respecto deI incorrecto, y que, cuando se hacen todas ope-
rativas, proporcionan 10s criterios para distinguir entre actos que son (siem-
pre o en circunstancias particulares) razonables-consideradas-todas-las-co-
sas (y no simpIemente en relación-a-un-objetivo-particular) y actos que son
irrazonabIes-consideradas-todas-las-cosas, i.e. entre modos de obrar que
son moralmente rectos o moralmente desviados -haciendo asíposible for-
mular una serie de pautas morales generales.
Para evitar malentendidos sobre el alcance de nuestra materia de estu-
dio en este libro, debo aíiadir aquí que 10s principios de Ia ley natural, así en-
tendidos, se hacen presentes no soIamente en Ia ética o filosofía moral y en
Ia conducta "individual", sino también en Ia filosofía política y en Ia teoria
del derecho, en Ia acción política, en Ia actividadjudicial, y en Ia vida del
ciudadano, porque esos principios justifican el ejercicio de Ia autoridad en
58 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONESzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSR
59

Ia comunidad. Exigen, también, que esa autoridad sea ejercida, en Ia mayo- genes, ascensos, declinaciones y caídas, resurgimientos y logros, y de res-
ría de 10s casos, de una manera que esté conforme con 10 que se ha denomi- ponsabilidades históricas. Cualquiera que crea que realmente no existen ta-
nado convenientemente el imperio del derechozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(the Rule of Law), y con el les principios pensará que un libro sobre Ia ley natural debe ser un libro so bre
debido respeto por 10s derechos humanos, que encarnan Ias exigencias de Ia meras opiniones, y que el interés principal de esas opiniones reside en sus
justicia, y con el propósito de promover un bien común dei cual ese respeto causas y efectos históricos. Mas cualquiera que piense que hay principios de
por los derechos es un componente. Más concretamente, 10s principios de Ia Iey natural, en el sentido ya esbozado, debería ver Ia importancia de mante-
ley natural explican Ia fuerza obligatoria (en el sentido más pleno de "obli- ner una distinción entre el discurso sobre Ia ley natural y el discurso sobre
gación") de Ias leyes positivas, incluso cuando esas leyes no pueden ser de- una doctrina o unas doctrinas de Ia ley natural. Larnentablemente, a menudo
ducidas de esos princípios. Y Ia atención a los principios, en el contexto de Ia gente no acierta a mantener esta distinción. I
estas explicaciones sobre el derecho y Ia obligación jurídica, justifica con- Éste es un libro sobre Ia ley natural. Desarrolla o expone una teoría de
siderar ciertas leyes positivas como radicalmente defectuosas,precisamen- Ia ley natural, pero no versa sobre esa teoria. Tampoco versa sobre otras teo-
te en cuanto leyes, por su falta de conforrnídad con esos principios. rias. Se refiere a otras teorías sólo para iluminar Ia teoría desarrollada aquí,
Mi intención en este momento, sin embargo, no es adelantar capítulos o para explicar por quê algunas verdades sobre Ia Iey natural han sido igno-
posteriores, sino hacer algunas clarificaciones preliminares. Una primera radas u oscurecidas de diversas maneras y en diversas épocas. Ellibro llO en-
distinción esencial es Ia distinción entre una teoría, doctrina o explicación, tra en discusiones acerca de si Ias doctrinas de Ia ley natural han ejercido una
y Ia materia de esa teoria, doctrina o explicación. Puede haber una historia influencia conservadora o radical en Ia política occidental, o acerca de los
de teorias, doctrinas y explicaciones sobre asuntos que no tienen historia. Y supuestos orígenes psicológicos (infantiles) 2 de tales doctrinas, o acerca de
los principios de Ia ley natural, en el sentido formulado en 10s dos párrafos Ia pretensión de que algunas o todas Ias doctrinas específicas sobre Ialey na-
precedentes, no tienen historia. tural son sostenidas hipócritamente, 3 arrogantemente, 4 o como un disfraz
Puesto que todavía tengo que mostrar que realmente hay algunos prin- o vehículo de expresiones de fe eclesiástica. Porque ninguna de estas discu-
cipios de ley natural, permítaseme exponer Ia cuestión condicionalmente. siones tiene influencia real alguna sobre Ia cuestión de si existe una ley na-
Los principios de este tipo seguirían en pie, como principios, no importa tural y, si existe, cuál es su contenido. Igualmente irrelevante para esa cues-
cuán ampliamente fuesen ignorados, mal aplicados o desafiados en el pen- tión es Ia afirmación de que Ia falta de fe en Ia ley natural produce un amargo
sarniento práctico, y no importa cuán poco fuesen reconocidos por quienes fruto. Nada en este Iibro ha de ser interpretado como si favoreciera o como
teorizan reflexivamente sobre el pensamiento humano. Es decir, "seguirían si negara tales afirmaciones; el libro simplemente prescinde de todos esos
en pie" tal como los principios matemáticos de contabilídad "siguen en pie" asuntos.
aun cuando, como en Ia comunidad bancaria medieval, sean desconocidos
o malinterpretados. De manera que podría haber una historia sobre el grado
11.2. LA MORAL Y LA VALIDEZ JURíDICA
variable en que han sido usados por Ia gente, explícita o implícitamente,
para regular sus actividades personales. Y podría haber una historia sobre el La sección precedente trató Ias teorias sobre Ia Iey natural como teorias
grado variable en que los teóricos reflexivos han aceptado Ias series de prin- sobre los fundamentos racionales deIjuicio moral, y ésta será Ia perspectiva
cipios como válidos o "que siguen en pie". Y podría haber una historia sobre de Ias secciones subsiguientes de este capítulo. Pero en Ia presente sección
Ia popularidad de Ias diversas teorías ofrecidas para explicar el puesto de
esos principios en el entero orden de Ias cosas. Pero sobre Ia ley natural mis-
1 Ejemplos notables de esta ornisión incluyen a A. P. D'Entrêves, Natural Law (London:
ma, hablando estrictamante, no podría haber historia. g. págs. 13, 18, 22, etc.; Julius Stone, Human Law and Human Justice
1951), rev. ed. 1970, e.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
La ley natural no podría surgir, declinar, serrevi vida ni poner en escena (London: 1965), Caps. 2 y 7.
"eternos retornos". No podría atribuirse el mérito de los logros históricos. 2 Véase AlfRoss, On Law and Justice (London: 1958), págs. 258,262-3.

No podría ser tenida como responsable por 10sdesastres deI espíritu humano 3 Véase Wolfgang Friedmann,letter (1953) 31 Canadian Bar Rev. 1074 en 1075.
o por Ias atrocidades de Ia práctica humana. 4 Véase Wolfgang Friedmann, review (1958) 3 Nat. L.F. 208 en 210; también Hans Kel-
sen,Allgemeine Staatslehre (Berlín: 1925), pág. 335, sobre "Ia íngenuidad o arrogancia deI dp.-
Pero hay una historia de Ias opiniones o conjunto de opiniones, teoriaszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
recho natural" (en el pasaje, omitido de Ia tradueci6n inglesa de 1945 (General Theory, cfr. pág,
y doctrinas que afirrnan que hay principiosde ley natural, una historia de orí- 300), sobre el carácter plenamente jurídico dei despotismo).
6 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 61

examino Ia acepción más restringidazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


y propia de los juristas de "Iey natural" La imagen de Ia teoría del derecho natural que acabamos de tratar está
y "doctrina(s) de Ia ley natural". estrechamente relacionada, en Ia mente de Kelsen, con otra imagen, pues
Kelsen dice que es "un punto cardinal de Ia doctrina histórica dei derecho
Aquí tenemos que ocupamos de Ia imagen del derecho naturalzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(natural
law) acogida por juristas como Kelsen, Hart o Raz. Esta imagen debe ser re- natural... por más de dos mil anos" el intentar "fundar el derecho positivo en
producida con sus propias pai abras, puesto que ellos mismos prácticamente una delegación del derecho natural". 7 Hasta aquí vamos bien (aunque Ia for-
no identificaron, ni mucho menos citaron, a algún teórico particular corno muIación no es clásica). Pero KeIsen considerael intento como "lógicamen-
defensor de Ia opinión que ellos describen como Ia opinión de Ia doctrina deI te imposible", basándose en que una delegación de ese tipo implicaría ads-
derecho natural (naturallaw doctrine). Joseph Raz resume conveniente- cribir vaIidez jurídica a normas no por razón de su justicia sino porrazón de
mente y adopta Ia versión kelseniana de esta imagen: su origen en el delegado; y esto, a su vez, irnplicaría, dice él,que el delegado
KeIsen sefíala correctamenteque según Ias teorias deI derecho natu- podría sobrepasar y "reemplazar" eI derecho natural, "en vista del hecho de
ral (naturallaw theories) no ex.iste una noción específica de validezju- que el derecho positivo no está, en principio, sujeto a limitaciones de... su ...
rídica. EI único concepto de validez es eI de Ia vali dez según el derecho validez material". 8 EI non sequitur, me temo, es de Kelsen, y no está en sus
natural (naturallaw), i. e., el de validez moral. Los iusnaturalistas sólo fuentes; el "principio" aI que él apela es unamerapetitio principii. Si se nos
pueden juzgar una ley como moralmente válida, esto es justa, o corno permite traducir Ia parte relevante de, por ejemplo, Ia teoría de Tomás de
moralmente inválida, i.e., incorrecta. No pueden decir de una ley que Aquino a Ia terminología keIseniana (en Ia medida de 10 posible), dice así:
es jurídicamente válida pero moralmente incorrecta. Si es incorrecta e La validez jurídica (en el sentido focal, moral, de "vali dez jurídica") dei de-
injusta, también es inválida en el único sentido de validez que ellos re- recho positivo (positive law) se deriva de su conexión racional con (i.e. de-
conocen.> rivación de) el derecho natural (natural law) , y esta conex.ión existe, nor-
malmente, si y sóIo si (i) el derecho se origina de una forma que es
En sus propios términos, Raz definirá más tarde a los "teóricos dei De-
jurídicamente válida (en eI sentido especialmente restringido, puramente
recho Natural" (Natural Law theorists) como "esos filósofos que conside-
jurídico, de "validez jurídica") y (ii) eI derecho no es materialmente injusto
ran como criterio de aceptabilidad de Ias teorías deI derecho que ellas hagan
ni en su contenido ni en circunstancias relevantes de su establecimiento po-
ver. .. que es una verdad necesaria que toda Iey tiene valor moral". 6
sitivo. 9 EI estudio de Tomás de Aquino sobre estos puntos está poco elabo-
Por mi parte, no conozco a ningún filósofo que se ajuste, o se haya ajus-
rado, en relación con el debate moderno en Ia teoria deI derecho: véase
tado, a tal descripción, o que se vería obligado a tratar de defender ese tipo
XII.4, más adelante. Pero evita Ia autocontradicción y/o vaciedad de que
de propuestas teoréticas o metateoréticas. Las secciones IX.2, X.2,X.5, X.6,
Kelsen 10 acusa. Delegar no es delegar incondicionalmente.
XIA, XII.3 y XIIA, más adelante, están dedicadas a corregir esta imagen.
Teniendo en cuenta 10 anterior, no es sorprendente encontrar a Kelsen
Basta aquí con decir que Ia raíz deI malentendido parece ser Ia incapacidad
propagando otra imagen enganosa, y no infrecuente, de Ia teoría dei derecho
de los críticos modernos para interpretar Ios textos de Ios teóricos dei dere-
natural propia de los juristas:
cho natural en conformidad con Ios principios sobre Ia definición que esos
Los maestros deI derecho natural sostienen, en una versión que ha
teóricos han usado, en general, con plena conciencia y consistentemente. He
permanecido como estereotipo desde los padres de Ia IgIesia hasta
presentado ya un esbozo de esos principios en Ia sección 1.3, bajo Ia voz "ca-
Kant, que el derecho positivo deriva toda su validez dei derecho natu-
sos centrales y significados focales",
ral; que es esencialmente una mera emanación del derecho natural; que

5 Raz, "Kelsen's Theory of the Basic Norm" (1974) 19 Am.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


J. Juris. 94 en pág. 100.
7 General Theory, pág. 412.
6 Practical Reason, pág. 162_Esta formulación corresponde a Ia contradictoriade Ia carac-
terización dei "positivismo jurídico" construida por Hart para delimitar "Ia controversia entre el 8 Ibid., pãgs. 412-13. Véase también pág. 411: "Cualquier intento de establecer una rela-
Derecho Natural y el Positivismo Jurídico": Concept ofLaw, pãg. 181. Véase también Practical ción entre los dos sistemas de normas en términos de órdenes simultáneamente válidos !leva en
Reason, págs. 155, 162; al parecer Raz pretende que todas estas formulaciones son apIicables definitiva a su fusión en términos de subordinación y supraordenación, esto es [non sequitur] aI
igualmente tanto a Ias teorías del derecho natural que usan un modo de enfocar "derivativo" reconocimiento del derecho positivo como derecho natural o dei derecho natural como positi vo".
como a Ias que usan un modo de enrocar "definicional". (Ya que nadie usa el modo de enfocar 9 Véase S_T., I-lI, q. 96, a. 4c; el equivalente tomista dei sentido focal de vaIidezjurídica
"definicional", no hay necesidad de investigar acerca deI valor de Ia supuesta distribución entre kelseniano es Ia noción de que un acto que pretende crear derecho esté infra potestatem commis-
modos de enfocar "definicionales" y "derivativos"). sam. Véase X.7 y XIl.2, más adelante.
62zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES
IMÁGENES Y OBJECIONES 63
Ia producción de Ieyes o Ia toma de decisiones no crea libremente, sim- ti VO, sino que de hecho tiene que prohibir cualquier coacción entre los hom-
plemente reproduce el verdadero derecho que está ya de aIguna manera bres". 14 Ésta, por desgracia, es otra imagen distorsionada; una teoría sólida
en Ia existencia ... 10. deI derecho natural es un intento de expresar reflexivamente Ias exigencias
EI derecho positivo, dice él, es así tratado como una simpIe "copia" deI y los ideales de Ia razonabilidad práctica, no de l idealismo: véase X.I,
derecho natural. Pero todo esto es una caricatura. Podemos referimos de más adelante.
nuevo a Tomás de Aquino -como siempre, no porque haya alguna presun-
ción de que cuaIquier cosa que él afirme sea verdadera, sino simplemente II.3. LA v ARlEDAD DE LAS PRÁCTICAS Y OPINIONES HUMANAS
porque él es incuestionablemente un "teórico deI derecho natural" paradig-
mático y domina el período que va "desde Ios padres de Ia Iglesia hasta H. L. A. Hart ha dicho que "Ia teoría de Ia Iey natural, en todos sus pro-
Kant", aI sintetizar sus antecedentes patrísticos y aItomedievales y al fijar el teicos ropajes, pretende sostener que Ios seres humanos están igualmente
vocabulario y en alguna medida Ia doctrina de Ia escolástica posterior y, por dedicados a y unidos en su concepción de objetivos (Ia búsqueda deI cono-
tanto, del primer pensamiento moderno. Ahora bien, Tomás de Aquino sos- cimiento, Ia justicia hacia los demás hombres) distintos deI de Ia sobrevi-
tiene de hecho que el derecho positivo deriva su validez deI derecho natural; vencia". 15 Por mi parte, no conozco a nadie que haya sostenido esto jamás.

no es una mera emanación o copia deI Lo cierto es que todos 10s teóricos c1ásicos de Ia Iey natural dieron por sen-
pero simultáneamente muestra quezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
derecho natural, y que el legislador goza de toda Ia libertad creativa de un ar- tado, y bastante a menudo afirmaron tajantemente, que los seres humanos no
quitecto: Ia analogía es de Tomás de Aquino. 11 ÉI piensa que eI derecho po- están igualmente dedicados a Ia búsqueda del conocimiento o de Ia justicia,
sitivo es necesario por dos razones, una de Ias cuales es que eI derecho na- y se hallan lejos de estar unidos en su concepción sobre qué constituye un
tural "ya de alguna manera en Ia existencia" no proporciona por sí mismo conocimiento valioso o una exigencia de justicia. Mucho se podría comen-
todas o quizás ni siquiera Ia mayoría de Ias soluciones a los problemas de tar Ia consideración de Leo Strauss según Ia cuaI "el conocimiento de Ia va-
coordinación de Ia vida común. Desde cualquier perspectiva razonable, Ias riedad indefinidamente grande de nociones sobre 10 justo y 10 injusto está
claras elaboraciones de estos puntos por Tomás de Aquino (basadas en una tan lejos de ser incornpatible con Ia idea de 10 justo natural que constituye Ia
pista de Aristóteles) 12 deben ser consideradas como una de Ias partes más condición esencial para el surgimiento de esa idea: darse cuenta de Ia varie-
exitosas de su no siempre exitoso trabajo sobreel derecho natural. Mi propio dad de nociones sobre 10 justo es el incentivo para Ia búsqueda de 10justo na-
estudio de Ias relaciones entre el derecho natural y el contenido deI derecho tural". 16

positivo se encuentra principalmente en Ia sección X.7, más adelante. Tomás de Aquino abordó frecuentemente Ia cuestión del alcance del
Finalmente, podemos observar que Ia otra de Ias dos justificaciones reconocimiento humano de Ia ley natural. 17 Cuando sus anotaciones se con-
para construir un sistema de derecho positivo para complementar Ias exi- sideran todas juntas, puede verse que está trabajando con una categorizaci ón
gencias "naturales" de Ia moral, según Tomás de Aquino (quien da a esta tripartita de 10s principios o preceptos de Ia ley natural. En primer lugar
justificación una importancia quizás excesiva), es Ia necesidad de compul- existen Ios principios más generales (communissima), que son no tanto pre-
sión, de forzar a Ia gente egoísta a actuar razonab lemente. 13 Qué extraiío re- ceptos como, "por decirlo así, 10sfines [o el sentido] de los preceptos"; 17b
sulta, entonces, leer que Kelsen encuentra aún otra "contradicción necesaria ellos expresan Ias formas básicas deI bien humano; por 10 menos en Ia me-
entre el derecho natural y el positivo", esta vez "porque uno de ellos es un 14 General Theory, pág. 411.
orden coactivo, mientras que el otro, idealmente, es no solamente no-coac- 15 Hart, "Positivism and the Separation ofLaw and Morals" (195&),71, Harv. L. Rev., 593,
reimpreso en Dworkin (ed.), Philosophy of Law (Oxford: 1977), 17 en pág. 36.
10 General Theory, pág. 416.
16 Strauss, Natural Right and History (Chicago: 1953), pág. 10. De manera semejante, H.
11 Véase S. T., I-Il, q. 95, a. 2 (q. 91, a. 3 y q. 95, a. 1 deben Ieerse a Ia luz de este artículo Rommen, The Natural Law (St. Louis y London: 1947), pág. 4. Para Ia advertencia de 108 anti-
preciso, y de laq. 99, a. 3 ad 2, q. 99, a. 5e, q. 100, a. Ilc). La analogía se explica más adelante: guos sobre Ia variedad de Ias nociones morales véase AristóteIes, Et. Nic., V, 7: 1134b, 27-35;
X.7. 1,3: I094b, 14-16; Y para Ias apelaciones eseépticas a esta variedad, véase Sextus Empiricus,
12 VéaseEt. Nic., V, 7; 1134b 20-24 (pasaje reproducido en notas aX.7, másadelante); To- Pyrrhonean Hypotyposes, Ill, xxiv, 198-238.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
más de Aquino, in Eth. V, leet. 12, no. 1023; cfr. Aristóteles, Retórica I, 13' 1373b. 17 S.T., I-H, q. 93, a. 2e; q. "4, a. 2e, a.4, a. 5 ad 1, a. 6c; q. 99, a. 2 ad 2; q. 100, a. l c, a. 3c,
13 S. T., I-lI, q. 90, a. 3 ad 2; q. 95, a. lcy ad I ;q. 96, a. 5e; véasetambién Platón, Rep., 51ge; a. 6c, a. 11c.
Aristóteles, Et. Nie., X, 9: I ISOa 22.
17b S.T., I-lI, q. 100, a. Ilc; véase tambiénq. 90, a. 2 ad l.
6 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 65

dida en que se refieren al bien propio de cada uno, son reconocidos por cual- Porque el verdadero problema de Ia moral, y del fin o significado de Ia ex is-
qui era que tiene uso de razón y suficiente experiencia para saber a qué se re- tencia humana, no está en discernir los aspectos básicos del bienestar huma-
fieren, y en este sentido "no pueden, en cuanto principios generaleszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(in uni- no, sino en integrar esos aspectos diversos en los compromisos, proyectos
versali), ser eliminados deI corazón humano". 18 Esto es en Tomás de y acciones inteligentes y razonables que van a componer una li otra de Ias
Aquino 10 más cercano a sostener 10 que Hart sugiere que es el corazón de muchas formas admirabIes de vida humana. Y ciertamente no todos pueden
Ia reflexión sobre Ia ley natural. Equivale nada más que a decir que cualquier captar estas cosas de manera firme y completa, para no hablar de ponerlas
persona mentalmente sana es capaz de ver que Ia vida, el conocimiento, el en práctica. EI hecho de que haya controversia no es un argumento contra
compaíierismo, Ia prole y otros pocos aspectos básicos de Ia existencia hu- una de Ias partesen esa controversia. Una exigencia genuina de Ia razona-
bilidad práctica no es menos parte de Ia ley natural (para usar Ia ex.presión
mana similares a éstos, son, en cuanto tales, buenos,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
i. e. dignos de ser poseí-
dos, dejando aparte todas Ias implicaciones y dilemas particulares, todas Ias c1ásica) sólo porque no sea reconocida universalmente o sea activamente
estimaciones sobre Ia importancia relativa, todas Ias exigencias morales y, discutida.
para decirlo brevemente, todas Ias cuestiones acerca de si acaso y cómo ha Julius Stone distinguió tres "cuestiones decisivas entre iuspositivistas
de dedicarse uno mismo a estos bienes. e iusnaturalistas", y una de elIas era: ": Tienen [Ios iusnaturalistas] derecho
Porque, en segundo lugar, incluso Ias implicaciones mora1es más ele- a pretender que 10 que ellos sostienen como evidente debe ser reconocido
mentales y fácil mente reconocibles de esos primeros principios son suscep- como evidente por todos?" 24 La formulación de Ia cuestión es confusa: Ia
tibles de ser oscurecidas o distorsionadas en personas individuales y, en re- pretensión pertinente sería "que 10 que ellos sostienen que es evidente es [L o
alidad, en culturas enteras, por prejuicio, inadvertencia, convencionalismo, debería ser?] reconocido como verdadero por todos". Porque 10 importante
Ia fuerza deI deseo de determinadas satisfacciones, etc.; 19por ejemplo, mu- sobre una proposición evidente es que Ias personas (con Ia experiencia re-
cha gente (en tiempos de Tomás de Aquino, igual que ahora) piensa que Ia levante, y con comprensión de 10stérminos) asientan a el1a sin necesidad de
moral comprende solamente Ias relaciones interpersonales y que "cada uno un argumento como prueba; nada importa si además Ia reconocen como per-
es libre de hacer 10 que quiera en aquellas materias que le afecten sólo a sí teneciente a Ia categoría filosófica relativamente sofisticada de 10 "eviden-
rnismo", mientras que otros no pueden ver que tienen obligaciones hacia los te". Pero incluso si corregimos Ia formulación de Stone en este sentido, si-
demás. 20 Y, en tercer lugar, hay muchas cuestiones morales que soIamente gue siendo un falso problema, otra imagen imaginaria de Ia teoria de Ia ley
puede responder correctamente quien sea sabiozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y Ias examine atentamente. 21 natural.
De manera que cuando Hart objeta que Ia concepción sobre "el fin hu- Cerca deI mismo inicio de Ia tradición de pensamiento sobre lojusto
mano o el bien para el hombre" que "los exponentes clásicos" de Ia ley na- natural encontramos que AristóteIes afirma muy explícitamente que laética
tural abrigaban era "compleja", "debatible" y "discutible", 2210sexponentes sólo puede ser discutida provechosamente con gente experimentada y ma-
clásicos habrían respondido que en verdad era compleja, debatida y discu- dura, y que Iaedad es una condición necesaria pero no suficiente para Ia ma-
tida, y que ellos habían hecho contribuciones bastante extensas al debate. 23 durez exigida. 25 ÉI no atribuye explícitamente evidencia o indemostrab ili-
dad o estatus axiomático a algunos principios prácticos o éticos, aunque
18 S. r, I-lI, q. 94, a. 6c; también a. 2c; q. 99 a. 2 ad 2; q. 100, aa. 5 ad 1, llc; q. 58, a. Se; trata ciertas cosas como fuera de discusión: por ejemplo, que nadie desearía
q. 77, a. 2c; De Veritate, q. 16, a. 3e. a1canzar Ia "felicidad" a costa de perder su identidad. 26Tomás de Aquino,
19 s.r, I-lI, q. 100, a. 1c (Ia razón natural de eualquiera puede captarinmediatamente que por otra parte, tiene un análisis sobre la evidencia, si traducimos propositio
no se ha de cometer hurto); q. 94, a. 4c, 6c (pero pueblos enteros han dejado de ver Ia injusticia
dei hurto y el bandidaje). per se nota como "proposición evidente". Pero, contra Stone, el análisis de
20 s.t; I-lI, q. 100, a. 5 ad 1; lI-lI, q. 122, a. lc. Tomás de Aquino comienza indicando que mientras algunas proposiciones
21 s.r, I-lI, q. 100, a. lc, a. 3c, a. lIc. son evidentes para "todos", puesto que todos entienden sus términos.otras
22 Conceptofl..aw, pág, 187. proposiciones son evidentes sóIo para "los sabios", puesto que sólo los re-
23 Véase, e.g., Et. Nic., I, 5: 1095b 14- J096a 10; Et. Eud., 1,5: 1215b 15-1216a 10; y S. T,
I-lI, q. 2, aa. 1-6, acerca de Ias pretensiones de que Ias riquezas, eI honor, Ia reputación, eI poder,
24 Stone, Human Law and Human Justice, pág. 212.
el bienestar corporal, y el pIacer, respectivamente, son Ios bienes integrantes de Ia existencia hu-
mana. La existencia de "discusión" y "debate" sobre Ios fines últimos de Ia existencia humana 25 El. Nic., 1,3: l094b 28-a 12; 4: !095a 31-b 13.
es un tema de s.T., I-II, q. 1, a. 7; también I, q. 2, a. 1 ad 1. 26 El. Nic., IX, 4: 1166a 20-23; VIU, 7: 1159a 9-12.
6 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURALzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECI0NES 67

lativamente sabios (o doctos) entienden 10 que significan. 27 ÉI da dos ejem- De manera que simplemente no es verdad que "cualquier forma de teo-
pIos de esta última c1ase de proposiciones evidentes, tomados deI campo de ria de Ia ley natural en moral implica Ia creencia de que Ias proposiciones so-
Ia filosofía especulativa; uno es que "el ser humano es un ser racional", y Ia bre los deberes y obligaciones deI hombre pueden ser inferidas de proposi-
otra es que "un espíritu que no tiene cuerpo no ocupa espacio". Luego pasa ciones sobre su naturaleza". 31 Tampoco es verdad que para Tomás de
a hablar sobre Ios principios pre-rnorales evidentes que más adelante llamazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Aquino "bien y mal son conceptos analizados y fijados en metafísica antes
communissima, sin indicar, desgraciadamente, cuál o cuáles (si acaso hay de ser aplicados en moral". 32 Por el contrario, Tomás de Aquino afirma de
alguno) piensa que son evidentes solamente para los relativamente sabios. Ia manera más clara posi ble que los primeros principios de Ia ley natural, que
Un ejemplo es, quizás, el principio "saber acerca de Dios es un bien", 28pues especifican Ias formas básicas del bien y dei mal y que pueden ser captados
Tomás de Aquino negó que laexistencia de Dios fuese evidente en esta vida, adecuadamente por cualquiera que tenga uso de razón (y no sólo por meta-
incluso para Ios relativamente sabios. 29 físicos), sonper se nota (evidentes) e indemostrables. 33 No son inferidos de
Parece que un buen número de 10s principios de lógica y matemáticas principios especulativos. No son inferidos de hechos. No son inferidos de
usados en Ia ciencia natural y en Ia tecnología, y en Ia ciencia arqueológica proposiciones metafísicas sobre Ia naturaleza humana, o sobre Ia naturaleza
e histórica, son tales que sería absurdo decir que han sido comprobados o del bien y deI mal, o sobre "Ia función de un ser humano", 34ni son inferidos
que necesitan comprobación. Pero 10 que sí es cierto es que Ias ciencias na- de una concepción teleológica de Ia naturaIeza 35 ni de ninguna otra concep-
turales y en general todas Ias disciplinas teoréticas descansan implícitamen- ción de Ia naturaleza. No son inferidos o derivados de nada. Son inderivados
te en principios epistemológicos, o normas de racionalidad teorética, que (aunque no innatos). Los principios sobre 10 que es moralmente correcto o
son indemostrados, indemostrables, pero evidentes de una manera fuerte- incorrecto, asimismo, se derivan de los primeros principios pre-morales de
mente análoga a Ia evidencia atribui da por Tomás de Aquino aIos principios razonabilidad práctica, y no de algunos hechos, sean metafísicos o de otro
básicos de razonabilidad práctica: para una identificación de algunos de es- tipo. AI discemir 10 que es bueno, 10 que ha de ser perseguido (prosequen-zyxwvutsrqpon
tos principias epistemológicos, véase IlIA más adelante; para un uso de uno dum), Ia inteligencia opera de una manera diferente, dando lugar a una lógi-
de ellos, véase XIII.2. ca diferente, de cuando discierne 10 que sucede de hecho (histórica, cientí-
fica o metafísicamente); pero no hay ninguna buena razón para sostener que
II.4. LA INFERENCIA ILÍCITA DE LOS HECHOS A LAS NORMAS estas últimas operaciones de Ia inteligencia son más racionales que Ias pri-
meras.
Otra de Ias tres "cuestiones decisivas" formuladas por Stone era ésta: Naturalmente, Tomás de Aquino estaria de acuerdo con que "si Ia na-
"l,Han mostrado los iusnaturalistas que e1los pueden derivar normas éticas turaleza deI hombre fuese diferente, también 10 serían sus deberes". 36 Las
a partir de hechos?" 30 Y Ia respuesta puede ser brusca: no 10 han hecho, no formas básicas del bien captadas por el entendimiento práctico son 10 que es
necesitan hacerlo, ni los exponentes clásicos de Ia teoría soííaron con inten- bueno para Ios seres humanos con Ia naturaleza que tienen, Tomás de Aqui-
tar aIguna derivación de ese tipo. no piensa que el razonamiento práctico no comienza comprendiendo esta
Esta respuesta provocará sin duda amplia insatisfacción. Porque, si es
correcta, Ia imagen más popular de Ia ley natural ha de ser abandonada. La 31 D. J. O'Connor,Aquinasand NaturalLaw (London: 1967), pág. 68; de modo parecido,
correspondiente y más popular objeción contra todas Ias teorías de Ia ley na- entre otros innumerables, Norberto Bobbio, "Quelques arguments contre le droit naturel"
tural también ha de ser abandonada, y toda Ia cuestión de Ia ley natural ha de (1959),3, Annales de Philosophie Politique 180; Locke e il DirittoNaturale (Turín: 1963), págs.
70-1.
ser pensada de nuevo concienzudamente por muchos.
32 O'Connor,op. cu., pág. 19.
33 Tomás de Aquino, inEth., V, lect. 12, parágrafo 1018; S.T., I-lI, q. 94, a. 2;q. 91, a. 3c;
27 s. r., I-II, q. 94, a. 2c; q. 66, a. 5 ad 4. Obsérvese que, como Aristóteles (Anal. Post., B, q. 58, aa. 4c, 5e.
19), Tomás de Aquino niega enérgicamente que haya ideas irmatas; una mente humana no forma 34 Cfr.las objeciones de Margaret MacDonald, "Natural Rights", en P. Laslett (ed.), Phi-
ni asiente a ninguna proposición, no importa cuán evidente sea, sin un acto de cornprensión de losophy, Politics and Society (Oxford: 1956),35 en pág. 44; Kai Nielsen, "The Myth ofNatural
datos de Ia experiencia: S.r., q. 79, a. 2c; De Veritate, q. 16, a. lc. Law", en S. Hook (ed.), Law and Philosophy (New York: 1964), 122 en pág. 132.
28 S. t.. I-lI, q. 94, a. 2c. 35 Contra Strauss, Natural Right and History, págs. 7-8; y contra Hart, Concept of Law,
29 S.r., 1, q. 2, a.!.
págs. 182·187.
30 Stone, Human Law and Human Jústice, pág. 212. 36 O'Connor, Aquinas and Natural Law, pág. 18.
6 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL YDERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 69

naturaleza como desde fuera, mediante observaciones y juicios psicológi- Y, en tercer lugar, el mismo Tomás de Aquino escribió no sólo sobre
cos, antropológicos o metaffsicos, que definan Ia naturaleza humana, 37 sino ética, sino sobre toda 1ateologia. Se preocupaba de mostrar Ia relación entre
experimentando Ia propia naturaleza, por decirlo así, desde adentro, bajo Ia su ética de Ia ley natural y su teoría general de Ia metafísica y deI orden del
forma de Ias propias inclinaciones. Pero, una vez más, no hay ningún pro- mundo. Deseaba sefialar Ias analogías que atraviesan todo el orden del ser.
cesode inferencia. Uno no juzga que "yo tengo [o todos tienen] una inclina- Así, Ia virtud humana es análoga a Ia "virtud" que puede predícarse de cual-
ción a aprender sobre Ias cosas" y entonces infiere que por ende"el conoci- quier cosa que sea un buen ejemplar de Ias cosas de su naturaleza, que esté
miento es un bien que h a de ser perseguido". Más bien, por un simple acto en buena forma, bene disposita secundum convenientiam suae naturae. 40
de comprensión no inferencial uno capta que el objeto de Ia inclinación que De modo que está bien dispuesto a decir que Ia virtud humana, asimismo,
uno experimenta es un caso de una forma general de bien, para uno mismo está en eonformidad con Ia naturaleza de 10s seres humanos, y que el vicio
(y para otros semejantes a uno). humano es contra naturam. Si nos detuviéramos aquí, el cargo en su contra
Hay objeciones importantes que hacer a Ia teoría de Ia ley natural de pareeería estar probado, o al menos plausible (y ciertos teólogos filósofos
Tomás de Aquino. O'Connor identifica correctamente Ia principal: Tomás posteriores parecerían haber estado justificados pretendiendo ampararse en
de Aquino no logra explicar "exactamente cómo se puede mostrar que Ias él). Pero de hecho Tomás de Aquino tiene buen cuidado de dejar completa-
normas morales específicas que nosotros necesitamos para guiar nuestra mente claro 10 que quiere decir, su orden de prioridades explicativas. EI cri-
conducta están conectadas con principios supuestamente evidentes". 38 terio de conformidad o eontrariedad respecto de Ia natura1eza humana es Ia
Pero Ia objeción de que Ia explicación de Tomás de Aquino sobre Ia Iey razonabilidad.
natural propone una inferencia ilícita de "ser" a "deber" es completamen- Y así todo 10 quees contrario aI ordende Iarazón es contrario a Ia na-
te injustificada. turaleza de 10s seres humanos en cuanto tal; y 10 que es razonable está
~Cómo ha podido negar a ser tan popular esta objeción? Hay unas conforme eon Ia naturaleza humana en cuanto tal. El bien del ser huma-
cuantas razones probables, de Ias cuales puedo mencionar tres. La primera no consiste en estar conforme con la razôn, y el mal humano consiste
es que Ia misma frase "ley natural" puede llevarle a uno a suponer que Ias en estar fuera del orden de ia raronabilidad ... De modo que Ia virtud
normas referidas, en cualquier teoría de Ia ley natural, se basan en juicios so- humana, que hace buena a Ia persona humana y a 3US obras, está con-
bre Ia naturaleza (humana y/o de otro tipo).zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
39 Y Ia segunda razón es que esta forme con Ia naturaleza humana sóZo en cuanto [tantum ... in quantum]
suposición es de hecho sustancialrnente correcta en relación con Ia teoria es- está conforme eon Ia razón; yel vicio es contrario a Ia naturaIeza hu-
toica de Ia ley natural (XIII.l) y, como veremos en seguida, en relación con mana sólo en cuanto es contrario ai orden de Ia razonabilidad. 41
algunas teorias deI Renacimiento, inclui das algunas que pretendían ampa- En otras palabras, para Tomás de Aquino Ia manera de descubrir qué es
rarse en Tomás de Aquino y que han sido influyentes easi hasta el día de hoy moralmente recto (virtud) y desviado (vicio) no es preguntar quê está de
(II.6). aeuerdo con Ia naturaIeza humana, sino qué es razonable. Y esta investiga-
ción nos conducirá, aI final, hasta los primeros principios inderivados de ra-
37 Contra O' Connor, quien dice,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ibid., pág. 15, que "Ia teoria de Ia ley natural... gira en torno zonabilidad práctica, principios que no hacen ninguna referencia a Ia natu-
a Ia idea de que Ia naturaleza humana está constituida por un conjunto peculiar de propicdades ra1eza humana, sino sólo al bien humano. DeI principio ai fin de sus
que pucden ser comprendidas y resumidas en una definición".zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
exposiciones sobre ética, Ias categorías primarias para Tomás de Aquino
38 Ibid., pág. 73. Para mi propio intento de explicar esta, véase el Capo V. son 10 "bueno" y 10 "razonable"; 10 "natural" es, desde el punto de vista de
39 Incurren en esta especie de razonamiento a priori a partir de Ias palabras, sin investigar su ética, un apéndice especulativo afíadido a modo de reflexión metafísica,
sobre su uso por teóricos determinados, aquellos que generalizan el desveIamiento que J. S. Mill
no un instrumento con eI cual moverse hacia o desde 10s prima principia pe r
hace de Ias confusiones de Montesquieu y Cornbe (entre leyes "del ser" y leyes "del deber") hasta
llegar a una condena general de Ias teorías de Ia ley natural: cfr. "Nature", en Mill, Three Essays se nota prácticos.
on Religion (London: 1874). De Ias teorías clásicas, quizás Ia versión estoica está expuesta a Ia
objeción de Mill (cfr. XIII.!); Ia de Platón no 10 está (como seãala el mismo Mill); y Ia versión
aristotélica no 10 está (como debería ser claro por Ia distinciõn aristotélica entre razón teorética 40 S.T. I-lI, q. 71, a. 2c.
y práctica, por Ia nítida diferenciación de Aristóteles entre Ias servidos de "10 necesario" (Meta. 41 Ibid. (énfasi, mío). Para formulaciones similares, véase l-Il, q. 94, a. 3 ad 3; q. 18, a. 5.
V. 5: I 015a 20), y por Ia voluntad de Tomás deAquino de trazar, eu ando es conveniente, una dis- EI mismo orden de prioridades explicativas puede observarse en Ias indicaciones de Platõn acerca de
tinción nítida entre 10 "natural" y 10 "razonable" (e.g. S.T., r-u, q. I, a. ze» obrar conforme a Ia razón y de este modo conforme a Ia naturaleza: Rep. IV, 444d; IX, 585-6.
7 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 71

En atención a que Ia distinción aristotélica de Tomás de Aquino entre por sí misma una orientación que mueva a Ia acción. Aun cuando Ia segunda
razón "especulativa" y razón práctica corresponde tan netamente a Ia distin- interpretación es más plausible en cuanto interpretación, en nada perjudica
ción modernazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(jpero no sólo moderna!) que nosotros indicamos (jgruesa- aceptar Ia primera, pues si no se ha de reconocer a Hume el mérito de anun-
mente!) aI contrastar "hecho" y "norma" o "ser" y "deber", será útil examinar ciar el principio lógico en cuestión, habrá que reconocérseIo a algún otro; y
con mayor profundidad el proceso histórico por el cualla teoría de Ia ley na- 10 importante es que e1 principio es verdadero y significativo. AI análisis de
tural ha llegado a asociarse con un descuido fundamental de esta distinción. Ia sección precedente puedo afíadir aquí simplemente que este principio en
Las dos secciones siguientes están dedicadas a este examen; ellas son, no ni autoriza, de ninguna manera, Ia conclusión de Hume
sí mismo no implicazyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
obstante, nada más que una introducción a una investigación muy necesaria, según Ia cuallas distinciones entre "vicio y virtud" no son "percibidas por
todavía por hacer. Ia razón". 43 Dicho esto, podemos considerar Ia segunda interpretación.
El objetivo de Hume, en Ia sección que concluye con el párrafo sobre
1I.5. HUME Y CLARKE ACERCA DEL "SER" Y EL "DEBER"
el ser-deber, es "considerar si con Ia sola razón es posibledistinguir entreel
bien y eI mal moral, o si deben concurrir algunos otros principios para que
En todos los sistemas de moral con 10s que me he encontrado hasta seamos capaces de hacer esa distinción". 44 Sus argumentos se dirigen ex-
ahora, siempre he reparado en que el autor procede durante algún tiern- presamente contra "aquellos que afirman que Ia virtud no es sino una con-
po según el modo ordinario de razonar, y establece Ia existencia de un formidad con Ia razón; que hay conveniencias y disconveniencias eternas
Dios, o hace observaciones respecto de los asuntos humanos; cuando entre Ias cosas, Ias cuaIes son Ias mismas para todo ser racional que Ias con-
de súbito me sorprendo aI descubrir que, en lugar de Ias usuales cópulas sidera; que Ias medidas inrnutabIes de 10 correcto y 10 incorrecto imponen
es y no es, no haIlo ninguna proposición que no esté
de proposicioneszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA una obligación no sólo a Ias criaturas humanas, sino tarnbién a Ia misma Di-
conectada con un debe o un no debe. Este cambio es imperceptible; vinidad ...". 45
pero es, sin embargo, de gran importancia. Pues como este debe, o no
debe, expresa alguna nueva relación o afirmación, es necesario que sea
observada y explicada; y ai rnismo tiempo que se dé una razón para 10 43 Si no fuese por el hecho de que Hume ofrece como propias cuatro o cinco opiniones in-
que parece completamente inconcebible, cómo esta nueva relación congruentes sobre Ia naturaleza y Ia base de Ias proposiciones morales (véase el cuidadoso aná-
lisis en Jonathan Harrison, Hume's Moral Epistemology (Oxford: 1976), págs. 110-25), yo ten-
puede ser una deducción de otras que son enteramente diferentes de dría que afiadir que el mismo Hume transgrede notoriamente eI principio de que el "deber" 110
e1la... esta pequena atención ... nos dej aría ver que Ia distinción entre el puede derivarse dei "ser". Enla medida en que su opinión "predominante" (Harrison, op, cit.,
vicio y Ia virtud no está fundada simplemente en Ias relaciones entre pág. 124) es que 10s juicios morales son juicios sobre qué características y acciones despiertan
objetos, ni es percibida por Ia razón. 42 . aprobación o desaprobación en los hombres (de modo que, como dice Hume, los sistemas de éti-
ca deberían estar "fundados en hechos y observaciones": An Enquiry concerning lhe Principies
Ha habido muchas interpretaciones de este pasaje, pero 10 seguro será of Morais (1751), seco I (Raphael, BritishzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJI
Moralists. parág, 563), Humeobviamente intenta lo-
grar Ia derivación lógicamente ilegítima. Esto constituye, ciertarnente, dealguna forma una prue-
prestar atención aquí sólo a Ias dos más pIausibIes. La primera y más típica
ba contra Ia primera interpretación dei párrafo sobre el ser-deber de su Treatise, en cuanto inter-
interpretación considera que Hume está anunciando Ia verdad lógica, am- pretación, pues un intérprete no debe postular incongruencias más aliá de 10 necesario. Pero es
pliamente enfatizada desde finales del siglo diecinueve, de que ningún con- más interesanteobservar que muchos epígonos modernos de Hume, que consideran que él ha es-
junto de premisas no-morales (o, de modo más general, no valorativas) pue- tablecido Ia base para una teoría ética sólida ai descubrir el principio "ningún ser a partir de un
deber", caen enla misma incongruenciaquesu maestro: el hech.o de que Ul10 ha optado por, adop-
de implicar una concIusión moral (o valorativa). La segunda interpretación
tado, elegido, o decidido sobre algún principio práctico no es más un fundamento lógico legítimo
sitúa eI pasaje en su contexto histórico y literario, y 10 ve como el remate deI para sostener que <f>debe ser hecho que el hecho (elegido por Hume) de que <l>despierta senti-
ataque de Hume contra 10s racionalistas deI siglo dieciocho (en especial Sa- mientos de aprobación o desaprobación en uno mismo o en Ia gente en general.
mueI Clarke), un ataque cuya pieza central es Ia tesis de que Ia percepción 44 Treatise, 1II, i, I (British Moralists, parág. 488). AI habl ar de "principio" Hume se refiere
racional de Ias cualidades rnorales de Ias acciones no podría proporcionar aquí a Ias factores mentales, como Ia conciencia, el sentido moral, el sentimiento, y otras pasio-
nes: véase British Moralists, parãgs. 489, 490, 505, etc,
45 Ibid., British Moralists, parág, 488. Para referencias adicionales a Ia "natural convenien-
42 David Hurne, A Treat.:e ojHuman. Nature (1740), libro Ill, parte I, sec. I (Raphael, Bri- cia y disconveniencia entre Ias cosas", véanse parágs. 497 y 5M. Sobre Ia importancia para Hume
tisli Moralists, parág. 504: aquí como en Ias demás citas sigo Ia revisión de Ia escritura hecha por dei problema desi puede saberse si Dios está vinculado por ellas, véanse parágs. 500 y 634 (éste
Raphael), es Ia carta de Hume a Francis Hutcheson, dei 16 de marzo de 1740).
72zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NA TURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 73

l,Quiénes son "aquellos que afirman" estas proposiciones? Es posib1e gatorias. Pero antes voy a reproducir uno de Ios ejemplos que CIarke ofrece
indicar aIgunos pasajes enzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
Fifteen Sermons (1726) de Joseph Butler y en A para ilustrar li quê se refiere con una proporción o conveniencia eterna, inal-
Treatise concerning Eternal and Immutable Morality (c. 1685, publicado terable o absoluta de Ias cosas: "...en eJ trato y Ia conversación de Ios hom-
por primera vez en 1731) de Ralph Cudworth. Pero Ia fuente obvia, identi- bres entresí, es innegablemente más conveniente, en absoluto y según Ia na-
ficada como tal dos veces por e1mismo Hume, 46 es A Discourse concerning turaleza de Ia cosa misma, que todos Ios hombres se esfuercen por promo ver
de Unchangeable Obligations of Natural Religion ... (1706, 8!!ed. 1732) de el bienestar y el bien universal de todos, que no que todos Ios hombres estén
Samuel Clarke. El Discourse de Clarke, popular e influyente en su tiempo, continuamente maquinando Ia ruina y destrucción de todos". 49 Clarke con-
es vago, verboso y repetitivo; pero, hacia el final de su vida, CIarkeofreció sidera tales proposiciones como "simples y evidentes", 50y que no necesitan
un resumen: "De este modo he procurado deducir Ias obligaciones origina- ser probadas. Lo que él quiere probar es que Ia "razón eterna de Ias cosas", 51
les de Ia moral a partir de Ia razân eterna y necesaria y de Ias proporciones [i] conocida y expresada en tales proposiciones, [iii] "debe ... indispensable-
de Ias cosas". 47 Más precisamente, podemos decir que Clarke ha ofrecido mente gobernarlas acciones de Ios hombres", i.e. que ella crea (o es) una
probar que obligación, en realidad "Ia obligación más verdadera y formal", "Ia obliga-
[i] Ias mismas diferentes relaciones necesarias yetemas, que guar- ción original entre todas". 52
dan entre sí diferentes cosas; en atención a Ias cuaIes Di] la voluntad de La prueba de Ia obligación que da Clarke, en Ia medida en que puede
Dios siempre y necesariamente se determina a si misma, para elegir ser liberada de sus constantes reafirmaciones de Ia conc!usión que se ha de
obrar solo 10 que es conforme con [Ias regias eternas de] Iajusticia, Ia probar, parece ser ésta: Así corno "sería absurdo y ridículo para un hombre,
equidad, Ia bondad y Ia verdad, para el bienestar de todo el universo; en matemáticas, [i] creer por ignorancia que dos veces dos no es igual a cua-
[iii] deben asimismo determi nar constantemente Ias voluntades de to- tro; o [iii] sostener voluntaria y obstinadamente, contra su propio conoci-
dos 10s seres racionales subordinados, para dirigir todas sus acciones miento claro, que el todo no es igual a todas sus partes", así también es "ab-
según Ias mismas regIas, en orden ai bien público, en sus posiciones surdo y reprochable, [i] confundir negligentemente 10 que es claramente
respectivas. Esto es; [i] estas diferencias eternas y necesarias entre Ias recto con 10 desviado, esto es, entender que Ias proporciones de Ias cosas en
cosas hacen conveniente y raeonable para Ias criaturas actuar así; elIas moral S0n 10 que no son; o [iii] actuar voluntariamente contra Ia equidad y
[iii] causan que obrar así sea su deber, o les imponen una obligación; Ia j usticia conocidas, esto es, querer que Ias cosas sean 10 que no son ni pue-
aun dejando aparte Ia consideración de que estas reg1as sean la volun- den ser". 53 ÉI repite este argumento: Ias regIas de rectitud obligan porque
tad o mandato positivos de Dios ... 48 quienes Ias contravienen "se esfuerzan (en cuanto está de su parte) en hacer
que Ias cosas sean 10 que no son, ni pueden ser", 10 cual es presuntuoso, in-
Mi interés actual está en Ia etapa (iii) de este argumento, Ia prueba de
solente, contrario aI intelecto, a Ia razón y al juicio, un intento de destruir el
que Ias acciones que son convenientes y razonabIes son por eso mismo obli-
orden por el que subsiste el universo, y, sobre todo, tan absurdo como "pre-
tender alterar Ias proporciones ciertas de los números" o llamar oscuridad a
46 Véase Hume,A Letter fromzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
li Gentleman (1745), citada por Raphael en W. B. Todd (ed.), Ia luz. 54
Hume and lhe Enlightenment (Edinburgh-A.ustin: 1974), pág. 27; Y Hume, An Enquiry concer-
Este argumento es un fracaso. Tratar de alterar Ias proporciones de Ias
ning lhe Principles (~f Morals (1751) seco lII, parte ii, parág. 158 n., donde menciona también a
Cudworth, Malebranche, y L 'Esprit des Lois de Montesquieu (el cual apareció, no obstante, acho números, o cerrar 10s ojos a Ia diferencia entre Ia luz y Ia oscuridad, es (cuan-
afies después deI Treatise de Hume). do no lógicamente imposible) algo sin sentido, inútil, carente de ventaja po-
47 Clarke, op. cit., 8~ed., 225, reproducida en Raphael, British Moralists, parág. 251 (e1 én-
fasis es de Clarke); el pasaje fue afíadido después de Ia 5ª ed. (1719). Poco antes (Raphael, parág. 49 /bid. parág. 226. Cfr. Hume, Treatise, Il, iii, 3 (British Moralists, parág. 483): "no es con-
244), hablando del deber de benevolencia universal, Clarke dice: "Ia obligación respecto de este trario a Ia razón preferir la destrucción dei mundo entero aI rasgufío de mi dedo".
gran deber, también puede deducirsede otra manera a partir de Ia naturaleza de! hornbre ..." (én-
50 Clarke,op. cit.; British Moralists, parág. 227.
fasis suyo).
51 Tarnbién lIamada por él "recta razón" y "Ia ley de Ia naturaleza": parág. 246.
48 Ibid. parág, 225 (énfasis de Clarke). Los números entre corchetes, que he insertado aquí
52 lbid., parág. 233.
y en citas posteriores de Clarke, corresponden a Ias primeras tres de Ias siete etapas numeradas
deI subsiguienre argumento de Clarke; Ias etapas cuatro a siete se traslapan entre -í y con Ias Ires 53 Ibid., parág. 232. Sobre mi "50 de números entre corchetes, véase nota 48 precedente.
primeras. Las paIabras entre corchetes están tomadas dei pasaje equi valente en parág. 231; Ias he 54 Ibid. Véase también parág. 230. medo En una referencia posterior a estac1ase de "absur-
insertado aquí para hacer el pasaje más fácil mente comprensible. do", Clarke cita a Cicerón, De Legibus, I, 44: op. cit., 8~ ed., pág. 232.
7 4 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 75

tencial para uno mismo o para otros. Pero actuar contra Ia justicia es frecuen- Los partidari os de Ia segunda interpretación deI párrafo sobre el ser-de-
temente ventajoso para uno mismo y sus amigos.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(Y por esa sola razón, tal ac- ber no tienen tal dificultado En su opinión, Ia preocupación de Hume en el
ción no necesita ser interpretada como un esfuerzo por "haeer que Ias cosas sean párrafo sobre el ser-deberes esencialmente Ia misma queen el pasajerecién
10 que no son, ni pueden ser"). La exigencia de una prueba de Ia ob1igación es citado, donde está claro que Ia brecha que según Hume no puede ser salvada
sentido de actuar de formas que eiertamente
una exigencia de que se muestre elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
no es Ia brecha entre 10 fáctico y 10 nonnativo, sino Ia brecha entre cualquier
aIgunas veces irán contra Ias propios deseos y (por 10 menos algunos de) los verdad (incluso una "verdad normativa'', una proposición verdadera sobre
propios i ntereses. EI argumento de Clarke no logra transitar del ser (en este 10 que es bueno o mala, correeto o incorrecto) y conclusiones sobre 10 que
caso, "es razonable", "es justo", ete.) al deber porque no logra referirse a
ningún deseo o interés del agente que pueda ser satisfecho por obrar recta-
I
debe hacerse que muevan. Esta interpretación dei párrafo sobre el ser-deber
me parece muy plausible; integra ese párrafo con el hilo principal de pensa-
mente. Su argumento sí presta atención (algo esquemátieamente) aIos de-
seos, intereses y bienestar humanos, pero sólo para llegar al juicio de que
I
miento que recorre esa sección deI Treatise conclui da por el mismo párrafo
I

(viz. Ia opinión de que Ia moral mueve a Ia acción, pero Ia razón no 10 hace),


ciertas acciones son convenientes yrazonables. No considera si acaso actuar y explica Ia omnipresente indiferencia de Hume hacia Ia diferencia lógica
conveniente y razonablemente es un aspecto deI bienestar de] agente (o una entre obligación e influencia. (Esta interpretación, naturalmente, no defien-
manera de realizaria) o si de cualquier otra forma es deseable o vale la pena. de a Hume contra el cargo de ignorar esa diferencia; el principio de que el
Ahora, esta objeción contra Clarke no es de Hume, porque trata el pro- deber no puede inferirse deI ser conserva su validez incluso si Hurne no 10
blema de Ia obligación como el problema de encontrar razones justifieado- anunció ni adecuó sus argumentos a 10 que tal principio exige).
ras, i. e. un sentido adecuado, para actuar de determinadas maneras, mientras EI problema que Clarke se planteaba consistía en mostrar que Ias ver-
que Hume no posee ninguna coneepción clara de, ni interés sistemático en dades morales proporcionan una razón (concluyente) para Ia acción. No fue
el concepto de, razones justificadoras. Para él, el problema de Ia obligación capaz de resolver el problema porque ignoraba Ia lógica del razonarniento
parece reducirse al problema de encontrar un motivo que moverá a alguien práctico, en el cualla categoria fundamental es el bien (no necesaria.mente
a actuar de determinadas maneras. De modo que Ia objeción central que él moral) que ha de ser 56 perseguido y realizado. En su lugar se fijó ex.clusi va-
aduce contra el tipo de argumento de Clarke es ésta: mente en Ia lógica del razonamiento especulativo o teorético, en el cual la
U na cosa es conocer la virtud, y otra conformar Ia voluntad a ella. categoría fundamental es "10 que acaece" y el principio fundamental es que
Para probar, por tanto, que Ias medidas de 10 correcto y 10 incorrecto Ias contradicciones están ex.cluidas. Hume via que el problema de CIarke
son leyes eternas, obligatorias para toda mente racional, no es suficien- era real, y que Clarke estaba buscando su solución en una dirección equi vo-
te mostrar Ias relaciones sobre Ias que ellas se fundan: tenemos también cada. EI mismo Hume carecía de una concepción viab1e de Ia razón práctica
que indicar Ia conexión entre Ia relación y Ia voluntad; y tenemos que y de Ias principios prácticos. De manera que no podía ofrecer más qlle unas
probar que esta conexión es tan necesaria que en toda mente bien dis- cuantas respuestas notoriamente incoherentes y enigmáticas al problema,
puesta tiene que encontrarse y ejercer su influencia ... Ahora ... en Ia na- algunas dirigidas a resolverlo, otras a disolverlo, Pero su importancia histó-
turaleza humana ninguna relación puede jamás producir por sí sola al- rica es que el vigor de su ataque puso fin a una línea de argumentación que
guna acción ... [N]osotros no podemos probar a priori que estas porentonces había dominado Ias principales teorías de Ia ley natural durante
relaciones [sobre 10 eorrecto y 10 incorrecto], si realmente existieran y 150 aíios o más.
fuesen percibidas, serían uni versalmente eficaees y obligatorias. 55
Los partidarios de Ia "primera" y más típica interpretación dei párrafo II.6. Los PREDECESORES DE CLARKE
sobre el ser-deber (que se haIla cuatro párrafos después del recién citado)
EI marco conceptual dei confuso y retórico discurso de Clarke ha de
debieran estar desconcertados por esta manifestación de Ia indiferencia de
encontrarse, expresado lacónicamente, en el De Jure Belli ac Pacis (1625)
Hume hacia Ia distinción entre 10 "eficaz" y Ia "obligatorio", entre Ia que
de hecho tiene que mover Ia voluntadzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(i.e. necesariamente 10 hace) y 10
56 Uso laexpresión "ha de ..." ('is to be ... ')como gerundivo, i.e. en eI sentido que tiene cuan-
que "debe" moverIa. do preguntamos "i,Qué ha de hacerse?" ("Quid estfaciendum]"), De modo alie puede entenderse
como equivalente a "debe ...", en un amplio range de significados de "debe": véase 11.6, III. 2.3,
55 Treatise, Hl, i, 1 (British Moralists ; parág. 500) (énfasis de Hume). 5, más adelante.
7 6 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NA TURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 77

de Hugo GrociozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y en Ias fuentes de Grocio, que con seguridad incluían elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
De moral; y que, en consecuencia, tal acto está prohibido o bien prescrito
Legibus (1612) de Suárez y tarnbién el Comentario sobre Tomás de Aquino por el autor de Ia naturaleza, Dios. Los actos respecto de 10s cuales
(1605) de Gabriel Vázquez. Clarke, como todos los hombres cultos de su existe un precepto son en sí mismos debiti o bien illiciti, y así se com-
tiempo, debe de haber conocido bien el incomparablemente influyente tra- prenden como necesariamente prescritos o prohibidos por Dios. 58
tado de Grocio, y posiblernente puede haber conocido bien los pasajes rele-
vantes de Suárez y V ázquez, ya sea de primera mano o a través de sus co- Los traductores de Ia última frase traducen a menudo "debiti' como
mentadores ingleses, como el pensador platónico de Cambridge, Nathaniel "obligatorio". Pero así no se logra preservar Ia delicada ambigüedad del
Culverwel. pensamiento de Grocio y sus fuentes. EI problema que ellos estaban indi-
Se dice comúnmente que Grocio ha inaugurado una nueva era, moder- cando con inquietud mediante Ia hipótesis etiamsi daremus es esencialmen-
na y secular, en Ia reflexión sobre Ia ley natural, por su "etiamsi daremus ...": te el problema tan directamente abordado después por Clarke y, polérnica-
10que hemos estado diciendo tendría algún grado de validez [locum mente, por Hume: concediendo que podemos discernir lo correcto y 10
aliquem] incluso si concediéramos [etiamsi daremus] 10 que no puede incorrecto, 10 debido y 10 indebido, mediante el razonamiento, ~qué hace
concederse sin Ia máxima perversidad, que Dios no existe, o que no se obligatorio elegir 10 correcto y Ia debido y evitar 10 incorrecto y 10 indebi-
ocupa de 105 asuntos de 10s hombres. 57 do? El rnisrno Grocio, naturalmente, no tenía necesidad de dar más explica-
ciones sobre este problema en 10 que, después de todo, era simp1emente Ia
Pero esta interpretación común de Grocio es un simple malentendido. introducción a un libro de derecho. Pero su enfoque alude a Ia respuesta que,
Debe presumirse que Grocio sabía (aunque sólo fuese por haber leído a Suá- a comienzos del siglo diecisiete, había negado a ser corriente entre los teó-
rez) que, para estudiar 10s fundamentos de Ia obligación, Ia hipótesis de Ia no logos filósofos: 10 que es correcto e incorrecto depende de Ia naturaleza de
existencia (o indiferencia) de Dios había sido un lugar común deI debate teo- Ias cosas (y de 10 que es conveniens respecto de tal naturaleza), y no de un
lógico por 10menos desde mediados deI siglo catorce. Y muchísirnos esco- decreto de Dios; pero Ia significación nonnativa o motivante de Ia correc-
lásticos usaron Ia hipótesis exactarnente con el rnismo propósito que Grocio. ción e incorrección moral, especialmente Ia obligatoriedad de Ia norma de
Porque, (.qué había "estado diciendo" Grocio justo antes? En Ia penúltima 10 correcto y 10incorrecto, depende fundamentalmente de que exista un de-
oración precedente había observado: creto que exprese Ia voIuntad de Dios de que 10 correcto sea hecho (obliga-
Puesto que ... el hombre posee ... juicio, que Ie capacita para determi- toriamente) y 10 incorrecto sea evitado (deI mismo modo): como 10expresó
nar quê cosas son convenientes o daíiinas ... y quê puede condueir hacia Grocio, "los actos debidos e indebidos se comprenden consiguientemente
una u otra alternativa: en tales cosas se comprende, dentro de Ias limi- como necesariamente prescritos o prohibidos por Dias", aunque seguirían
taciones dei entendimiento humano, que es conveniente a Ia naturaleza siendo debidos o indebidos, aun si (etiamsi daremus) no existieran tales de-
humana [conveniens humanae naturae] seguir unjuicio bien ordena- cretos divinos.
do ... Todo 10 que claramente repugna a tal juicio se comprende asimis- Las dificultades de Clarke proceden de que, rechazando una parte de
mo como contrario al derecho de Ia naturaleza, esto es, de Ia naturaleza esta doble tesis, admitió Ia otra parte. No sin razón, rechazó lasuposición de
humana [contra jus naturae, humanae scilicet]. que 1a obligación es esencialmente el efecto de un acto de vol untad de un su-
Y el "grado de validez" que Grocio concedería ai derecho de Ia natu- perior. Pero permaneció tan firmemente adherido a Ia tesis de que el razo-
raleza en ausencia del mandato di vino está indicado en el primer Capítulo namiento práctico es cuestión de discernirrelaciones de conveniencia o de
del tratado, con una forrnulación que preserva toda Ia ambigüedad de Ia frase coherencia respecto de Ia naturaleza, que intentó considerar Ia obligación
"algún grado de validez": como una más dentro deI conjunto de Ias relaciones de coherencia.
El derecho de Ia naturalezaes un precepto de Ia recta razón, que in-
dica [indicans] que un acto, según si es conveniente o disconveniente
[ex ejus convenientia aut disconvenientiai respecto de Ia naturaIeza ra- 58 De Jure Belli ac Pacis, I, c. i, seco 10, parágs. 1,2. Grocio, como Clarke, considera Ias
cional, posee en sí mismo una cualidad de torpeza moral o de necesidad "concepciones fundamentales" en el derecho de Ia naturaleza como tan "manifiestas y claras,
casi tan evidentes como esas cosas que percibimos mediante los sentidos externos", que "nadie
puede negarias sin hacerse violencia a sí rnismo"zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
(wid., Proleg omena: en Ia trad, inglesa de Kel-
57 De Jure Belli ac Pacis, Prolegomena, parág. 11 (trad, inglesa de Kelsey, Oxford: 1925.). sey, parág. 39), También usa Ia comparación con 2 x 2 = 4: ibid. i, 10.
78 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 79
La teoria ética adoptada por Vázquez y Suárez fue construida con tér- discurso de Tomás de Aqui no sobre todas estas cuestiones está saturado con
minos extraídos de Ias obras de Arístóteles y, sobre todo, de Tomás de Aqui- Ias nociones interrelacionadas de "fin" y "bien"; los términos "obligación",
no. Pero era radicalmente distinta de Ias teorías éticas realmente sostenidas "superior" e "inferior", apenas si aparecen, y la noción de conformidad con
por Aristóteles y Tomás de Aquino. Vázquez y Suárez sostenían,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
en primer Ia naturaleza está virtualmente ausente. En Suárez y V ázquez los térmi nos
lugar, que, aI discernir el contenido de Ia ley natural, el acto decisivo de Ia "fin" y "bien" han desaparecido casi por completo, reemplazados por "co-
razón consiste en discernir preceptos de Ia forma "<I>es inconveniente res- rrecto" e "incorrecto" y nociones afines.
pecto de Ia natura1eza humana, i. e. racional,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y por tanto posee Ia cualidad de Ellector se preguntará ahora cómo exp1icaba Tomás de Aquino Ia di-
Ia malicia moral" o "<I>conviene a Ia naturaleza humana, i. e. racional, y por ferencia entre Ia reflexión moral y el razonamiento meramente prudencial
tanto posee Ia cualidad de Ia rectitud moral y, si <I> es el único acto posible (en el sentido moderno de "prudencial"), y cómo daba cuenta del sentido
en un contexto dado, Ia cualidad adicional dei débito o necesidad moral". 59 parti cularmente conclu yente dei "deber" moral. La respuesta debe serque Ia
(Podemos denominar esta tesis "racionalista"). Para Tomás de Aquino, en explicación de Tomás de Aquino sobre estos temas es, en el mejor de los ca-
cambio, 10 que es decisivo, aI discemir el contenido de Ia ley natural, es Ia sos, sumamente elíptica, dispersa y difícil de captar, y, en el peor de loscasos,
propia comprensión de Ias formas básicas de bienestar humano (no-moral- gravemente poco desarrollada; y que estas deficiencias ocasionaron Ias res-
aún) como oportunidades o fines deseables y potencialmente realizables y puestas insatisfactorias de quienes profesaban ser sus seguidores en la his-
por ende como que han-de-ser -buscados y realizados en Ia propia acción, ac- toria posterior de Ia teología filosófica. Mas a esto debo afíadir que los ma-
ción hacia Ia cual uno ya está comenzando a dirigirse por este mismo acto teriales para un desarrollo satisfactorio del tipo de postura adoptada por
de comprensión práctica. 60 En segundo lugar, Suárez y (al parecer) Váz- Tomás de Aquino están disponibles, y que el inten to de sacar partido a estos
quez sostenían que Ia obligación es esenciaImente el efecto de un acto de vo- materiales se ve impulsado por el callejón sin salida en que rnanifiestamente
luntad de un superior dirigido a mover Ia voluntad de un inferior: 61 véase se encontraron Ias teorias de Ia ley natural de 10ssiglos dieciséis y diecisiete.
también XI.8, XI.9, más adelante. (Podemos denominar esta tesis "volunta- Los capítulos subsiguientes de este libro contienen tal intento.
rista"). Tomás de Aquino, en cambio, considera Ia obligación como Ia ne- No es el respeto hacia Tomás de Aquino 10 que estimula este intento;
cesidad racional de algunos medios para (o forma de realizar) un fin u ob- después de todo, 10s teólogos jesuítas de Ia Espafia de comienzos deI siglo
jetivozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
(i.e. un bien) de un tipo particular.j De qué tipo? Ante todoú,e. aparte diecisiete no carecían de respeto por Tomás de Aquino, mas se sintieron in-
de formas especiales de obligación) el bien de una forma de vida que, por su telectualmente forzados a oponerse, explícitamente, a ciertas tesis estratégi-
realización plena y razonablemente integrada de Ias formas básicas de bie- cas de su filosofía (véase, e.g., XI.8 más adelante, sobre el imperium). No;
nestar humano, hace de uno un sujeto apto para Ia arnistad deI ser cuya amistad Ia razón para hacer el intento es que una teoria de Ia razonabilidad práctica,
es un bien básico que en su completa realización comprende todos Ios aspec- de Ias formas dei bien humano, y de 10s principios prácticos, como Ia teoría
tos deI bienestar humano, una amistad indispensable para toda persona. 62 EI que Tomás de Aquino esbozó pero dejó insuficientemente elaborada, per-
manece intacta ante Ias objeciones que Hume (y tras él toda Ia corriente de
59 Véase Vázquez, in Primam Secundae, dispo90, Capo 3; dispo 97, Capo 3; Suárez, De Le- Ia ética de Ia Ilustración y post -Ilustración) pudo formular contra Ia tradición
gibus, Libro Il, Capo 7, parágs. 4-7; Capo 5, parágs. 4-5; Capo 6, parág. 17. dei racionalismo complementado por el voluntarismo. Esa tradición se pre-
60 s.T., I-lI, q. 94, a. 2. Tomás de Aquino no rechazaría Ias fórmulas de Vázquez y Suárez, sentaba a sí misma como Ia tradición c1ásica o central de larefIexión sobre
pero les darfa un lugar subordinado y derivado enla metodología de Ia ética.
Ia ley natural, pero en verdad era peculiar deI escoIasticismo tardío. Era
61 Véase Vãzquez, in.Primam Secundae, dispo 49, Capo 3; Suárez, De Legibus, Libro I, Capo
atractiva para 10s no católicos (como Grocio, Culverwel, y CIarke), quienes
5, parágs, 12, 15, 16, 24; Libro Il, Capo 6., parágs, 6-7, 8, 12, 13, 22. Nada es más chocante que
Ia asuncíón incuestionada, casi sin análisis, de esta opinión en medio de Ias exuberantes sutilezas adoptaron sus conceptos principales en buena medida por sus fuertes seme-
de Ia escolástica tardía. Incluso un escritor como Vitoria, a quien se le reconoceel mérito de di- janzas verbales y conceptuaIes con el estoicismo (XIII. I ) tan admirado en 1a
rigir el renacimiento "tomista'' a comienzos del siglo dieciséis, afirma: "me resulta ininteligible cultura europea desde el Renacimiento hasta fines del siglo dieciocho. Las
cómo puede alguien pecar sin estar bajo una obligación, y no veo cômo puede alguien estar obli-
diferencias sustanciales entre Ia teoría de Ia ley natural adoptada por Váz-
gado si no tiene un superior", De eo ad quod tenetur homo cum primum venit ad USUI/! rationis
(1535; Lyons: 1586), parte li, parág. 9; y véanse Ias notas a XI.9, más adelante. quez y Suárez (y por la mayoría de 10s manuales católicos hasta hace poco)
62 VéaseS.T., I-H, q. I. a. 6; q. 4, a. 8c y ad 3; q. 5, a, 7c; q. 90, a. lc: q. 99, aa lc, 2c; lI-lI, y Ia teoria cdoptada por Tomás de Aquino no son menos significativas y am-
q, 44, a. Ic; q. 47, a. 2 ad I.. plias que Ias diferencias mejor conocidas entre la ética aristotélica y Ia estoi-
8 0 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 81

ca. Pero Ia deferencia eclesiástica hacia un Tomás de Aquino mal interpre- to de sus fines naturales. Pero, como premísa general, en cualquier forma 10
xx.
tado oscureció aqueIlas diferencias hasta bien avanzado el siglozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
suficientemente fuerte como para dar lugar a Ias conclusiones morales para
Podemos poner en su debida perspectiva eI ataque de Hume contra Ia cuya defensa se ha utilizado, este argumento es ridículo.
ética de sus predecesores mediante Ias siguientes sucintas observaciones: (i)
Aristóteles y Tomás de Aquino admitirían sin dificultad que elzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
deber no
puede deducirse del ser (haya o no Hume realmente formulado y adherido
n.8. LA LEY NATURAL Y LA EXISTENCIA Y VOLUNTAD DE DIOS
a ese principio). (ii) Los dos estarían de acuerdo con Ia opinión de Hume se- "L as concepciones tradicionales de Ia ley natural dependen completa-
gún Ia cual el discernimiento especulativo de "relaciones eternas", incluso mente, para ser viables, de Ia sol idez de tales pretensiones [como que Ia teo-
de relaciones de "conveniencia respecto de Ia naturaleza humana", deja logía natural es inteligible, por no hablar de que sea verdadera, y que Dios
abierta Ia cuestión de qué motivo tiene uno para regular sus actos según existe]". 64 Es tentador desechar esto como otra quimera más. Tomás de
ellas. (iii) Tomás de Aquino deploraria tanto Ia confusión (i compartida por Aquino, por ejemplo, considera que los primeros principios de Ia Iey natural
Hume y Suárez! 63) de Ia obligación con el impulso o Ia influencia, como el son evidentes, pero que (i) Ia existencia de Dios no es evidente para lamente
hecho de que Hume no vea que Ia razón es un "principio activo" porque uno humana, (ii) un conocimiento de que Ia amistad con Dios es nuestro fin úl-
es motivado en conformidad con su propia comprensiôn de Ia bondad y de- timo no es alcanzable mediante razonamiento "natural", sino sólo por reve-
seabilidad de Ias oportunidades humanas, incluyendo Ia oportunidad de ex- lación, (iii) Ia consecución de ese fin no es posible por medios naturales,
tender Ia inteligencia y Ia razonabilidad a Ias propias elecciones y acciones. sino sólopor Ia graciasobrenatural; y (iv) Ia voluntaddeDios, en lo que con-
(iv) Tomás de Aquino rechazaría Ia asunción de Clarke, Grocio, Suárez y cierne a Ias criaturas (como 10s seres humanos), no puede descubrirse me-
V ázquez, según Ia cual 10s principios primarios y evidentes de ley natural diante razonamiento. Un neo-suareciano supone que el primer principio de
son principios morales (en eI sentido moderno de "moral"), o que elIos son Ia ley natural es "sigue Ia naturaleza" y que este principio posee significa-
inicialmente captados como principias acerca de relaciones evidentes de ción normativa por ser el contenido de un acto de voluntad divina. 65 Pero Ia
conformidad o disconformidad con Ia naturaleza humana. (v) Tomás de teoría neo-suareciana, no importa cuán difundida haya estado en los semi-
Aquino, como Clarke y Hume, rechazaría Ia opinión de que Ia voluntad o el narios católicos hasta los afíos sesenta, no es de ninguna manera Ia parte más
imperativo de un superior explica Ia obligación; como Hume, rechazaría Ia importante de Ias "concepciones tradicionales de Ia ley natural". Y Ia segun-
opinión de Clarke de que Ia obligación es esencialmente cuestión de evitar da parte de este libro ofrece un esquema bastante elaborado de una teoria de
inconsistencias intelectuales; y finalmente rechazaría tanto Ia opinión de Ia ley natural sin necesidad de aludir a Ia cuestión de Ia existencia o de Ia na-
Hume de que es una cuestión de, o está intrínsecamente conectada con, un turaleza o de Ia voluntad de Dios.
sentimiento peculiar, como igualmente Ia reciente opinión neo-humeana de Quizás eso basta para desembarazarse de Ia afirmación que Nielsen
que los enunciados de obligación son simplemente prescripciones que ex- realmente hizo. Pero así como el hecho de que puede darse una buenaexpli-
presan un cierto tipo de compromiso o decisión. cación dei movimiento molecularsin aludir a Ia existencia de un creador in-
creado del completo estado de cosas en que tienen lugar Ias moléculas y Ias
leyes de su movimiento, no implica por sí mismo (i) que no sea necesaria
11.7. EL ARGUMENTO DE LA "FACULTAD PERVERTIDA"
una explicación adicional de ese estado de cosas, o (ii) que no esté disponi-
Un descendiente tardío de Ia concepción de Vázquez y Suárez sobre Ia ble tal explicación adicional, o (iii) que Ia existencia de un creador increado
ley natural, pero susceptible de ser hallado en ella, es el argumento, que co- no sea esa explicación, así el hecho de que Ia ley natural pueda ser cornpren-
bra demasiada importancia entre Ias imágenes modernas de Ia teoría de Ia dida, aceptada, aplicada, y analizada reflexi vamente sin aludir a Ia cuestión
ley natural, según el cual las funciones naturales nunca han de ser frustradas de Ia existencia de Dios, tampoco implica por sí mismo (i) que no sea nece-
o Ias facultades humanas nunca han de ser desviadas ("pervertidas") respec- saria una explicación adicional dei hecho de que existen pautas objetivas so-
bre el bien y el mal y principios de razonabilidad (sobre 10 moralmente co-
6J Suárez, De Legibus, Libro 11,Capo 6, parág. 22: "Ia obligación es un cierto impulso [mo·
tio] moral a Ia acción"; Hume, Treatise, Libra Ill, parte ii, seco5 (British Moralists, parág, 541): 64 Kai Nielsen, "The Myth ofNatural Law", en Hook (ed.), Law and Philosophy, pág. 130.
"Ias promcsas ... crean [un] nuevo motivo U obligación .... un sentido de interés ... cs Ia primera 65 Véase, entre innumerables ejemplos, Romrnen, The Natural Law, págs. 49, 63-4. Sobre
obligación respecto del cumplímiento de Ias promesas". Suárez mismo, véase XI.9, más adelante.
8 2 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 83

rrecto e incorrecto), o (ii) que no esté disponible tal explícación adicional, Iey humana nos permite o nos manda cometerlozyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONM
[se. asesinato, demostrablemente pro-
o (iii) que Ia existencia y naturaleza de Dios no sea esa explicación. Por esta hibido por Ia ley natural], estamos obligados a transgredir esa ley humana ..." (énfasis
razón, y por otras que aparecerán en el curso de nuestro estudio, Ia parte Ill aíiadido), La verdad es que, si bien no son despreciables para Ia comprensión de 10s
Commentaries (véase Finnis, "B lackstone' s Theoretical Intentions" (1967) 12zyxwvutsrqpo
N ato
de este 1ibro procura ofrecer un breve examen de tales cuestiones. En sí mis-
L.F. 163), Ias observaciones de Blackstone en Ia lntroducción a su obra no pueden ser
mas no son cuestiones prácticas, sino teoréticas o metafísicas. Pero su ex-
honradas con el título de "una teoría".
ploración, y Ias respuestas que ella arroje, y Ias preguntas adicionales suge- El "derecho natural" y Ia nociôn de que Ias leyes son meramente declarativas ...
ridas por esas respuestas, todo ello afíade significación aI bien integrante (en La idea errónea de que Ias principales teorías dei derecho naturalzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW
ensefíaban que Ias le-
sí mismo evidente) de Ia razonabiIidad práctica y por ende a Ias principias yes justas promulgadas deben ser meramente declarativas de Ia ley natural (o que no
morales implicados en Ia búsqueda de tal bien.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
pueden ser identificadas como leyes promulgadas sin algún razonamiento moral acerca
de su contenido) ha generado malentendidos muy graves en la historia del derecho y del
pensamiento jurídico occidental (deI inglés no en último término). Morris Arnold,
NOTAS
"Statutes as Judgments: the Natural Law Theory ofParliamentary Activity in Medieval
England" (1977) 126 U. Pa. L. ReI!. 329, identifica y refuta Ia mala historia, pero no Ia
H.I mala teoria dei derecho subyacente.

Historia de tas teorias de Ia ley natural y de su influencia ... Un estudio informa-


tivo (bastante más amplio que su subtítulo) es C. G. Haines, The Revival of Natural 11.3
Law: A Study of the establishment and of the interpretation of limits 071 legislatures
Va riedad y conflicto en Ias opiniones morales ... Weber rehusó correctamente ba-
witn special reference to the development Dfeertain phases of American constitutional
sar su afirmación de que Ia ciencia social es éticamente neutral en Ia tesis de que Ia va-
law (Cambridge, Mass.: 1930).
riedad de Ias valoraciones éticas prueba que son meramente subjetivas: Methodology,
La ley natural no tiene historia ... "Pero, l,qué decir sobre los cambios en Ia natu-
págs. 12, 55. l,Por qué sostiene Weber, entonces, que Ias valores o ideales contrapues-
raleza humana?", "l,Qué decir sobre el hecho de que el hombre es un ser histórico?".
tos poseen todos el mismo rango vistos desde Ia perspectiva de Ia ciencia? Él parece se-
"l,Deriva esta tesis de una teoría de esencias eternas o ahistóricas?" Bien, Ia tesis en el
guir tres líneas de pensamiento. (i) La brecha entre "deber" y "ser" prueba que los jui-
texto se refiere a Ias formas básicas de plena realización humana, y a Ias exigencias bá-
cios de valor son inevitablemente subjetivos. (Esta es un non sequitur: véase IlA). (ii)
sicas de razonabilidad práctica. De modo que si alguien desea plantear que 10 que yo
Se desliza desde decirque Ia ciencia emptrica no puede decidir entre valores a decir que
identifico como formas básicas de plena realización humana, en los Capítulos lII-IV,
tal decisión está completamente más allá de Ia razón y de Ia objetividad, y es un asunto
no habría sido tal para Ios seres humanos de alguna época, o que 10 que yo identifico
de fe, de decisión demoníaca, de radical subjeti vidad. (Pero esta no es más que un des-
como exigencias básicas de razonabilidad práctica, en los Capítulos V-VI, no habría
liz). (iii) Como Sartre después de él, Weber se apoya principalmente en ciertos dilemas
sido aplicable a esos otros seres humanos (debido a alguna diferencia entre Ia condición
éticos, en Ios cuales es imposible, piensa él, mostrar que entre dos ideales o modos de
de ellos y Ia nuestra), le corresponde a él la carga de Ia prueba de mostrarnos esos seres
obrar moralmente motivados contrapuestos uno es superior ai otro: para un análisis de
y esas diferencias. He leído innumerables proclamaciones de Ia historicidad, etc., deI
los ejemplos de Weber, véase Strauss, Natural Right and History, págs. 67-74; para el
hombre, pero ningún intento serio de afrontar este desafío. Las discusiones abstractas
análisis dei principal ejemplo de Sartre, véase VIl.4, más adelante. Pero todos estos di-
sobre Ia mutabilidad o inmutabilidad de Ia naturaleza humana están fuera de lugar: el
lemas proceden de Ia complejidad de Ias consideraciones éticas; ellos no muestran que
argumento de este libro no se apoya, ni aun implícitamente, en el término "naturaleza
todos 10s juicios de valor, ni siquiera todos Ias juicios éticos de valor, sean igualmente
humana".
vacilantes o estén más allá de Ia discriminación racional (y véase IIl.5, más adelante),
Los primeros principios prâcticos "universalmente reconocidos" no sonprinci-
II.2 pios morales ... Una lectura errada de Tomás de Aquino, muy frecuente, impulsada por
Ias principales comentes dei escolasticismo post-renacentista, trata Ias orientaciones
Teoría deZderecho natural y validez.juridica ... Kelsen, Hart y Raz, para confir- de Ia sindéresis (i.e. los primeros principios de Ia razonabilidad práctica: S.T, I, q. 79,
mar su imagen sobre Ia teoría dei derecho natural, podrían sefíalar a Blackstone, I a. 12; I-lI, q. 94, a. 1ad 2) como principios morales ya cristalizados (en Ia forma, e.g.,
Comm. 41: " ...las leyes humanas no poseen ninguna vali dez si soncontrarias aésta [se. de los seis últimos de los Diez Mandamientos). Esta interpretación encuentra ci erto
Ia Iey natural)". Pero Blackstone simplemente no intenta decir 10que ahí dice; en Ia mis- apoyo en Ia terminología de ~asajes ocasionales (e.g. S.T., Il-Il, q. 122, a. lc), Pero deja
mísima página siguiente, dirá: "... no se deberían tolerar leyes humanas que contradi- sin sentido Ia noción de prudentia de Tomás de Aquino, reduciéndola a una mera ha-
jeran a éstas [se. Ia ley de Ia naturaleza y Ia ley de Ia revelación] ... Aún más, si alguna bilidad para juzgar cuándo es aplicable dicha regIa moral cristalizada, operando con
84 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 85

"argumentos" banales dei tipo "el asesinato es incorrecto; esta es un acto de asesinato; Para Tomás de Aquino, Ia existencia de Dios no es evidente ... No obstaate, él
por tanto, este acto es incorrecto y no debe serzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
hecho", La capacidad de producir tales piensa que, puesto que Ia existencia y algo de Ia naturaIeza de Dios puede conocerse por
argumentos no podría merecer jamás Ia preeminente dignidad de estatus que Tomás de demostración y/o por revelación, el principio de que Dios ha de ser amado es un prin-
Aquino asigna azyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
T., Il-Il, q. 47, a. 6 ad 3; I-lI, q. 61, a. 2c; q. 66, a. 3 ad
laprudentia: S.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA cipio básico de Ia ley natural: S.1:, 1-Il, q. 100, aa. 3 ad 1, 4 ad 1; cfr. q. 100, a. 11c; De
3. Sobre todo, esta teoría neo-escolástica no toma eu cuenta Ia repetida ensefianza de Veritate, q. 16, a. 1 ad 9. Cfr. XIII.5, más adelante,
Tomás de Aquino de que los primeros princípios de Ia acción humana son fines (latín:
fines), de manera que un hombre no puede razonar correctamente en Ios asuntos prác-
1I.4
ticos, i. e. no puede tener prudentia, a menos que esté bien dispuesto hacia esos fines úl-
timos: S'I", I-lI, q. 57, a. 4c; q. 58, a. 5c; lI-H, q. 47, a. 6. Stone sobre" Ias tres cuestiones decisivas" ... Estudié una de estas cuestiones en
Tomás de Aquino sobre ia evidencia ... Tomás de Aquino es lamentablernente os- 11.3, más arriba; Ia que faltaba de Ias tres era: "(,Han ex.plicado [los iusnatural istas]
curo sobre Ia cuestión de qué principios prácticos o preceptos son evidentes (ya seaper cómo deja de ser derecho el derecho positivo simplemente en virtud de Ia violación dei
se, quoad omnes, o quoad sapientes) y cuáles son conclusiones deducidas. Éste es un derecho natural?": Human Law and Human Justice, pág. 212. Esto presupone 1,,- ima-
aspecto de su muy importante omisión de estudiar los principios que Ia prudentia usa gen excesivamente simplificada estudiada eu II.2, más arriba.
para transformar los prímeros principios de Ia ley natural (que incluso los más maios de La ley natural, o Ia moral, puede ser comprendida, aceptada y aplicada sin co-
los hombres usan en su razonamiento práctico: S.T., Supp., q. 98, a. I) en principios, nocimientos de metafísica o aruropologia ... Tomás de Aquino,S.T., I-H, q. 58, a. 4c, es
normas yjuicios, verdaderamente morales, Para un esfuerzo por Ilenar este vacío, véase muy claro: nadie puede ser moralmente recto sin (a) una comprensión de 10sprirneros
el Capítulo V, más adelante. principios dei razonamiento práctico y (b) Ia razonabilidad práctica (prudentia), que
"Conocimiento transmisible intersubjetivamente" ... La distinción de Arnold aplica esos principias, razonablemente, aIos compromisos, proyectos y acciones par-
Brecht, Political Theory: the Foundations ofTwentieth Century Political Thought ticulares; pero uno realmente puede ser moralmente recto sin sabiduría especulativa
(Princeton, 1959, paperback ed. 1967), entre (i) conocirniento científico transmisible (i.e. teorética, conocimiento dei "ser"), sin el conocimiento práctico del artesano (arte)
intersubjetivamente, (ii) conocimiento no transmisible pero genuino, y (iii) especula- y sin conocimiento especulativo (scientia). Como decíamos en Ias notas a II.3, Tomás
ción, se apoya fuertemente (como él reconoce, pág. 181) en el neo-positivismo o posi- de Aquino pensaba que laprudentia puede existir sólo eu quien está bien dispuesto
ti vismo lógico, y sufre de Ia deficiencia insanable de no dejar espacio para, e.g., el co- (bene dispositus) respecto de los fines básicos de Ia existencia humana; pero habría re-
nocimiento filosófico incorporado (supuestamente) en Ia distinción misma. En vista de chazado como absurda Ia opinión que le atribuye O' Connor, Aquinas and Natural Law,
Ia vaguedad y delas inconsistencias de su elaborada explicación (págs. 113-116) (a) de pág. 29, según Ia cual "tener 'afectos bien dispuestos' taffectum bene dispositum) [sic]
qué cosa sea intersubjetivamente transmisible, y (b) de los sentidos en que el "Método será una consecuencia de tener una visión correcta de Ia naturaleza dei hombre".
Científico" es "exclusivo", no es realmente sorprendente ver que Brecht presenta (pág. Ley natural y concepciones teleológicas de ia naturaleza ... A mi entender,
573), como un ejemplo de "scientia transmissibilis", el "postulado científico de Ias pro- Strauss, en su exposición dei "derecho natural clásico" (Natural Right and History,
porciones adecuadas" que permite a Ia "ciencia" "seííalar ciertos defectos en Ia argu- Capo 4), no hace ningún intento de justificar su afirmación vaga pero destacada (ibid.,
mentación religiosa tales como una gruesa falta de proporción entre Ias ideas de Ia gran- pág. 7) de que "el derecho natural en su forma cIásica está conectado con una visión te-
deza, sabiduría y poder de Dios, por una parte, y actos triviales, como golpetear sobre leológica dei universo". Hart también destaca mucho esta tesis (Concept of Law, págs.
Ia mesa ..., por otra". Nadie que sostenga que ciertos valores básicos son evidentes, y 182-7), pero de hecho se remite sólo a figuras menores (para Ia historia de Ia teoría de
que hay principios básicos de razonabilidad práctica objetivos, tiene necesidad depreo- Ia ley natural) como Montesquieu y B1ackstone. Es verdad que Ia teoría de Ia ley natural
cuparse por ser excluido de una "ciencia" concebida tan elástica y arbitrariamente. Pero de, digamos, Aristóteles y Tomás de Aquino, va acompaãada de una concepción teleo-
rechazará Ia equiparación excluyente que Brecht hace (no obstante todas sus declara- lógica de Ia naturaleza y, en el caso de Tomás de Aquino, de una teoría sobre Iadivina
ciones en sentido contrario) entre "en conformidad con el método de Ias ciencias natu- providencia y Ia ley eterna. Pero 10que es necesario mostrar es que Ia concepción dei
rales" y "racional" (véase e.g. ibid., pág , 430, citando y comentando a Einstein): tal bien humano adoptada por estos teóricos depende de este marco más amplio. Mucho se
equiparación se refuta a sí misma. (Sobre Ia auto-refutación, véase III.6). Las exigen- podría decir en favor de Ia opinión de que el orden de dependencia era precisamente el
cias y principios básicos de Ia razonabilidad práctica son transmisibles intersubjetiva- opuesto -que Ia concepción teleológica de Ia naturaleza se hizo plausible, concebible
mente; su transmisibilidad puede ser apreciada por cualquiera que atienda seriamente incluso, por analogia con Ia estructura introspectivamente luminosa, evidente, dei bie-
a Ia cuestión (i.e. a Ias formas básicas del bien humano) y que no se deje desviar por Ias nestar humano, dei razonamiento práctico y de Ia acción humana intencionada: léase
objeciones irrelevantes de que no todos están de acuerdo en sus afirmaciones sobre es- Aristóteles, Física, lI, 8, 199a 9-19. No obstante Ia irrelevancia de Ia teleología general
tas materias U otras relacionadas, y de que Ias materias de estudio y 10s procedimientos para mi oropio argumento, dos observaciones adicionales parecen oportunas: (i)La ex-
de otras disciplinas difieren de aqueJlos de Ia razonabilidad práctica. plicación de Hart sobre "Ia visión teleológica de Ia naturaleza' es un poco extravagante
-(.respecto de qué escritor serio ha sido verdad alguna vez que "Ias cuestiones sobre
86 LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 87

si [los eventos]zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
ocurren regularmente y si deben ocurrir o si es bueno que ocurran no Confusiôn, enHume, entre obligaciôn y causas motivantes o compulsivas... Esta con-
[eran] consideradas como cuestiones separadas" (op. cit., pág. 185)? En el pensamiento fusión explica y se prueba por ciertas observaciones dei Treatise que de otro modoresul-
tarían sorprendentes, como: "Ia obligación moral, o e\ sentimiento de 10 correcto y 10inco-
aristotélico "bueno" no es usado jamás engeneral, de este modo, yzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
10 que es bueno para
Ia arafia es reconocido como no bueno para Ia mosca, y ni Ia arafía ni Ia mosca son con- rrecto ..." (British Moralists, parág. 533); "cuando eI descuido o Ia no-realización [de una
cebidas como buenas para el hombre. (ii) La cuestión de Ia teleología no está filosófi- acción] nos desagrada de alguna manera [determinada], decimos que estamos bajo una
camente cerrada, cualquiera sea el caso en Ia metodología de Ias ciencias naturales: véa- obligación de realizarIa. Un cambio de Ia obligación supone un cambio deI sentimiento; y
se, e.g., Peter Geach, The Virtues (Cambridge: 1977), págs. 9-12. una creación de una nueva obligación supone el surgimiento de algún nuevo sentimiento"
Tomás de Aquino acerca de tos primeros principias de Ia ley natural.: Para com- (parág. 537); "Ninguna acción nos puede ser exigida como nuestro deber, a menos que en
prender Ia explicación de Tomás de Aquino, ampliamente incomprendida, es funda- Ia naturaleza humana se halle implantado algún motivo o pasión activante, capaz de produ-
mental O. Grisez, "The First PrincipIe ofPractical Reason: A Commentary on the Sum- cir Ia acción" (parág. 538); "si no hubiese más que un propósito ..., Ias promesas solamente
ma Theologiae, 1-2, Question 94, Article 2" (1965) 1o Nat. L. F., 168-96, reimpreso en decIararían nuestros motivos iniciales, y no crearían ningún nuevo motivo u obligación"
A. Kenny (ed.), Aquinas: A Collection of Critical Essays (London: 1970), págs. 340-82 (parág. 54 I, énfasis aíiadido); "el interés es Ia primera obligación respecto del cumplimien-
(ligeramente abreviado). to de Ias promesas" (parág. 542); "después un sentimiento de Ia moral se une al interés, y
y "norma" ... "Puesto que el término 'hecho' se usa adecuadamente
"Hecho " zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA se convierte en una nueva obligación sobre Ia humanidad" (parág. 543). La interpretación
como sinónimo de 'verdad' incluso en su sentido más genérico, ... podemos hablar de de algunos de estos pasajes se ve complicada por Ia asunción de Hume según Ia cualla ma-
hechos matemáticos y aun de hechos éticos ... ": Wilfried Sellars, Science and Metaphy- teria de Ias apreciaciones morales consiste siempre en moti vos, no en acciones (excepto
sics (London-New York: 1968), pág. I 16. Pero, puesto que aceptamos que hay una dis- en tanto éstas reflejan motivos). Una confusión análoga a Ia de Hume se encuentra en
tinción que se ha de trazar, relevante para lajustificación de Iosjuicios prácticos (inclu- Adam Smith (uno de Ios primeros moralistas humeanos), The Theory ofMoral Senti-
yendo Ios éticos), aquí no necesitamos tratar de refinar los términos con los cuales se ments (1776), I, ii, 4,1; véase T. D. Campbell, en A. S. Skinner y T. B. Wilson (eds.),
traza Ia distinción entre hecho y norma. Essays on Adam Smith (Oxford: 1975), pág. 78.

11.5 1I.6
La brecha entre "ser" y "deber" ... Una historia útil sobre el crecimiento de Ia Clarke y Grocio ... No puede, pienso, establecerse directamente Ia conexión, y no
atención explícita a este punto, y de una concepción relativista de Ia ética que supues- es necesario. Había disponibles para un estudioso inglés en 1704 por 10 menos catorce
tamente implicaría, es Arnold Brecht, Political Theory: the Foundations of Twentietlt ediciones, por 10 menos dos traducciones inglesas, y aI menos cuatro comentarios adi-
Century Political Thought, Capítulo VI. Para investigaciones sobre Ia reIación racional cionales sobre o compendios dei De Jure Belli ac Pacis. Nótese que el autor "moderno"
entre ciertas c1ases de "hechos" y conclusiones acerca de qué es 10 que debe hacerse, más citado por Clarke (y muy frecuente y copiosamente sobre Ia Iey de Ia naturaIeza)
véase Jonathan Harrison, Hume 's Moral Epistemology, págs. 74-82. es Richard Cumberland, De Legibus Naturae (1672), y que Cumberland pane especial
El argumento (los argumentos) de Hume sobre "ser" - "deber" ... La estructura y empeno en decir, en Ia primera página de 5US Prolegomena, que el De Jure Belliac Pa-
105 argumentos de esta sección del Treatise son cuidadosamente desembrollados en D. eis merece el reconocimiento de Ia humanidad, siendo eI primero de su tipo, verdade-
D. Raphael, "Hume 's critique of ethical rationalism" en W. B. Todd (ed.), Hume and ramente digno de su gran autor y de Ia inmortalidad.
the Enlightenment, 14 en págs. 20-9; Harrison, op. cit.; y R. Oavid Broiles, The Moral "Etiamsi daremus ... "... Véase J. St. Leger, The "Etiamsi Daremus" ofHugo
Philosophy of David Hume (The Hague, 2~ ed.: 1969). Grotius (Rome: 1962). Para el debate en el pensamiento clásico, véase Platón, Rep. II:
La segunda interpretaciôtt dei párrafo sobre el "ser" - "deber" de Hume ... es de- 365d-e; Leyes X: 885b; 907b. Para Ias formulaciones escolásticas dei "etiamsi dare-
fendida por Broiles, op. cit., Capítulo 6. mus"; véase, e.g. Oregorio de Rimini, In Librum Secundum Sententiarum (c. 1350; Ve-
Butler y Cudworth acerca de Ia conveniencia y adecuaciôn respecto de Ia natu- nice: 1503), dist. 34, q. 1, a. 2 (citado en laedición ele Perefia deI De Legibusde Suárez,
rolem humana ... Véase Joseph Butler, "Dissertation oftheNatureofVirtue", apéndice voI. II!, Madrid, 1974, pág. 80 n.); Vitoria, op. cit., partezyxwvutsrqponmlkjihgfedcb
II, parág. 9; Suárez, De actibus
na The Analogy ofReligion (1736, 3~ed. 1740), en Raphael, British Moralists, parág. humanis ... (1581; primera publicación parcial por Perefia y Abril, op. cit., pág. 210), q.
432; Fifteen Sermons (I 726, 4~ ed. 1749), en British Moralists, parágs. 374, 377, 384, 9 (op. cit., pág. 21 I); Vázquez, in Primam Secundae,disp. 97,c. 1. Suárez serefiere a
391 (referenda ai "absurdo especulativo"), 395,400,402,404,409 (resumen), 423. Ia primera de Ias citadas, ya algunas otras fuentes escolásticas donde, según dice, se
Para Cudworth, véase A Treatise concerning Eternal and Immutable Morality (c. 1685; plantea Ia hipótesis: De Legibus, Libro II, Capo 6, parág. 3. Para Ias citas de Vázquez y
1~ ed. 1731), Libro I, Capo ii, parágs. 3, 4: Libro IV, Capo vi, parág, 4; en Britisli Mo- Suárez por Culverwel, especialmente acerca ~cl etiamsi daremus, véase su An Elegant
ralists, parágs. 122, 123,124, 135. and Learned Discourse of lhe Light of Nature (( 1652, 4~ ed. 1669], ed. Brown: 1857),
págs. 45, 55,74-7.
8 8 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
LEY NATURAL Y DERECHOS NATURALES IMÁGENES Y OBJECIONES 8 9 zyxwvutsrqponm

La teoría ética de Vázquezy Suârez.: Se dice comúnmente que V ázquez y Suárez están unidos de una forma que contradice Ia separación lógica que nosotros mantene-
difieren entre sí como el racionalismo extremo difiere deI voluntarismo moderado en mos ahoraentre el discurso normativo y eldescriptivo": LIoyd L. Weinreb, "Law as Or-
ética: véase e.g. A.-H. Chroust, "Hugo Grotius and the Scholastic Natural Law Tradi- der" (1978) 91 Harv. L. Rev. 909 en pág. 911; similarmente enganoso es R. M. Unger,
tion" (1943) 17 New Scholasticism 101 enpágs. 114, 117; Rommen, The Natural Law, Law in Modern Society (New York-London: 1976), pág. 79. Para Ia explicación de
págs. 64, 71, 196;zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y el mismo Suárez, De Legibus, Libro II, Capo 5, parágs. 2,5-8. Pero, Aristóteles sobre Ia obligación, véase Et. uu: IX, 8: 1168b 29-30, 1169a 11-22, una ex-
en contra de 10 que afirman Chroust y Rommen, Vázquez rechazó como "vacía" Ia dis- plicación que necesita un suplemento como el que se ofrece más adelante, XIII.5; véase
tinción que ellos le adscriben entre lex praecipens y lex indicans: véase Vázquez, in también XLI.
Primam Secunda e, dispo 97, Capo 1, n!! l. Contra Ia que afirma Chroust, op, cit., pág.
1 14, V ázquez no dice que Ia ley natural es "obligatoria sin ser expresamente mandada".
Su teoría de Ia obligación está poco desarrollada, pero parece ser Ia misma que Ia de
n.7
Suárez: Ia obligación es el efecto deI imperium de un superior. Como Suárez, rechaza El argumento de Ia "facultad pervertida" ... Una cuidadosa exposición y crítica
sin más Ia teoría de Tomás de Aquino sobre el imperium en eI acto humano individual de este argumento, refiriéndose a sus raíces en concepciones suarecianas de Ia ley na-
(véase XI.8, más adelante). Vázquez considera Ia ley como un acto deI intelecto, más tural, es Germain Grisez, Contraception and the Natural Law (Milwaukee: 1964),
que de voluntad; pero quienes se valen de esto para asemejarIo a Tomás de Aquino y págs. 19-31. Grisez muestra que eI argumento estaba hecho a Ia medida para satisfacer
oponerlo a Suárez pasan completamente por alto que para Vázquez el "acto de! intelec- Ia exigencia de una premisa mayor para argumentos contra Ia contracepción y otros vi-
to" relevante no es más que una intimatio a un inferior de Ia voluntad de su superior: cios sexuales; él critica de manera definitiva los argumentos así producidos (y los reern-
Vázquez,op. cit., dispo 150, Capo 3, n!! 19; dispo 49, Capo 2, n? 6 (y éstaes esencialmente plaza). Cabría hacer un estudio histórico más profundo del argumento de Ia facultad
Ia tesis de Suárez, De Legibus, Libro I, Cap.4, parág. 14; Capo 5, parágs. 21-5). Com- pervertida, y un estudio más detaUado de un argumento empleado por Tomás de Aqui-
párese esta con Ia razôn de Tomás de Aquino para decir que Ia ley es un acto dei inte- no contra Ia mentira (S. T, II-lI, q. 110, a. 3c), que puede leerse como si usara el argu-
lecto; esta razón no tiene nada que ver con la voluntad de un superior que necesita ha- mento de Ia facultad pervertida como su premisa general, aunque no es necesario leerlo
cerse conocida, sino solamente con el hecho de que es Ia inteligencia Ia que capta Ias así (y, pienso, no debería leerse así), y que fue (me imagino) históricamente importante
fines, y dispone Ias medios hacia Ios fines, y capta Ia necesidad de esos medi os que se para sugerir el argumento de Ia facultad pervertida a teólogos en un aprieto.
han dispuesto; y ésta es Ia fuente de Ia obligación: S.zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
T., I-lI, q. 90, a. Ic,
Tomás de Aquino acerca de Ia "convenientia" ... Para su uso de este término y sus
afines, en un contexto moral (pero no tanto como para equivaler a Ia convenientia res-
pecto de Ia "naturaleza racional" en cuanto tal, de que hablan Vázquez, Suárez y Gro-
cio), véase especialmente S. T., I·II, q. 18, aa. 2c, 5c y ad 2, 8c y ad 2, 9c, lOc yad 3; q.
10, a. 1c; q. 71, a. 2; q. 94, a. 3 ad 3. A veces se dice que V ázquez dio origen ai uso pos-
terior de Ia noción, pero se encuentra en un manuscrito de Suárez datado en 1592, an-
terior a Ia publicación dei comentario de Vázquez: véase el vol. III de Ia edición de Pe-
rena del De Legibus (op. cit., supra), pág. 220. Para el uso estoico de "convenientia",
véase XIII.l, más adelante.
Influencia estoica en Ia teoría ética post-renacentista ... AI considerar esta in-
fluencia, adviértase que Ias obras morales de Cicerón son Ias más frecuentemente cita-
das entre todas Ias obras citadas con aprobación por Clarke, y que todos Ias textos ci-
ceronianos sobre Ia ley natural están traducidos en el texto de Ias lecciones de Clarke,
así como referidos y reproducidos en sus notas marginales: véase Clarke, op, cit., 8ª ed.,
págs. 213-l7, 221·2. Aunque Clarke, ibid., pág. 210, denuncia 10s "discursos exalta-
dos" de Ias estoicos sobre eJ suicidio, alaba a Cicerón, "ese gran maestro", por su "co-
nocimiento y comprensión del verdadero estado de cosas, y de Ias obligaciones origi-
nales de Ia naturaleza humana .. .": ibid., pág. 209 (British Moralists, parág. 244).
"Ser" y "deber" en Aristâteles y Tomás de Aquino ... De! todo infundada es Ia
idea de que "en sus formulaciones clásicas, Ia ley natural... sostenía ... que entre Ia moral
y el orden natural hay una conexión tal que Ias proposiciones verdaderas sobre Ia moral
se realizan en el curso efectivo de los eventos. Se creía que 10 que debe ser y 10 que es

Você também pode gostar