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En este tema se va a ver que además de las restricciones dimensionales que impone el
proyectista para la fabricación
ación de la pieza, existirán otras restricciones de tipo geométrico, y es
que en
n la realidad no hay que olvidar que resulta imposible obtener una forma geométrica perfecta
en fabricación. Por ejemplo, a la hora de fresar un plano (planear) en la fresadora, la más leve
desviación de la vertical del cabezal o las vibraciones, van a general un defecto de forma y
superficial, que van hacer que esta superficie mecanizada no coincida con la superficie plana
teórica deseada.
Si se corta la superficie de una pieza por un plano perpendicular a ella, se obtiene una curva
llamada perfil. Si la superficie fuera ideal, ese perfil sería una recta (en el caso de una superficie
plana) o un arco (en el caso de una superficie esférica o cilíndrica). Sin embargo, en una pieza
real ese perfil presenta dos tipos de irregularidades, que se suelen presentar de forma simultánea:
el tacto que tiene la pieza. Un mal acabado se correspondería con una superficie áspera.
b) Superficie de apoyo. Son superficies que mantienen un contacto estático, y por tanto sin
rozamiento dinámico, con otras, por lo que no necesitarán un acabado demasiado fino.
c) Superficie libre. Se refiere a aquellas superficies que no van a presentar contacto alguno
con otras, por lo que podremos especificar un acabado basto, siempre que éste sea regular. En
este caso priman generalmente condicionantes estéticos a los meramente funcionales.
Una superficie perfecta es una abstracción matemática, ya que cualquier superficie real por
perfecta que parezca, presentará irregularidades que se originan durante el proceso de
fabricación.
Las normas de rugosidad con las que se trabaja habitualmente son la DIN 4762, DIN 4768, DIN
4771, DIN 4775. El alcance de la rugosidad de superficies se encuentra en la norma DIN 4766-1.
La equivalencia en la norma nacional es:
Longitud básica (l ó L). Longitud de la línea de referencia utilizada para separar las
irregularidades que forman la rugosidad superficial. Esta longitud básica está normalizada, y
puede tener los siguientes valores.
Longitud de evaluación, (ln o Lm). Longitud utilizada para determinar los valores de los
parámetros de rugosidad superficial. Puede comprender una o más longitudes básicas.
Línea media de los mínimos cuadrados. Línea de referencia cuya forma es la del perfil
geométrico. Divide el perfil de modo que, en el interior de la longitud básica, la suma de los
cuadrados de las desviaciones a partir de esta línea es mínima.
Línea media aritmética (o línea central). Línea de referencia con la forma del perfil
geométrico, paralela a la dirección general del perfil en el interior de la longitud básica.
Divide el perfil de modo que la suma de áreas comprendidas entre ella y el perfil es igual en
la parte superior e inferior.
Cresta local del perfil. Es la parte del perfil comprendida entre dos mínimos adyacentes del
perfil.
Valle local del perfil. Parte del perfil comprendida entre dos máximos adyacentes del perfil.
Cresta del perfil. Parte del perfil dirigida hacia el exterior del cuerpo uniendo dos
intersecciones consecutivas del perfil con la línea media.
• Valle del perfil. Parte del perfil dirigida hacia el interior del cuerpo uniendo dos
intersecciones consecutivas del perfil con la línea media.
• Altura de una cresta del perfil, yp. Distancia entre la línea media y el punto más alto de
una cresta.
• Profundidad de un valle del perfil, yy. Distancia entre la línea media y el punto más bajo
de un valle
• Altura máxima de una cresta, Rp : Distancia del punto más alto del perfil a la línea media,
dentro de l (longitud básica).
• Profundidad máxima de un valle, Rm : Distancia del punto más bajo del perfil a la línea
media, dentro de l (longitud básica).
• Altura máxima del perfil, Ry : Máxima distancia entre la cresta más alta (Rp) y el valle más
bajo (Rm).
La rugosidad de la superficie se define como el promedio de las desviaciones que existe entre
el perfil teórico que deberíamos tener, y el perfil real, en un tramo de longitud básica (l ó L)..
El valor que se emplea de acuerdo a las normas UNE para definir la rugosidad de una
superficie es la rugosidad promedio o rugosidad media (Ra).
En Estados Unidos se emplea el promedio según la raíz media cuadrática (RMS), para definir
la rugosidad de una superficie.
Los valores RMS de la rugosidad de la superficie casi siempre serán mayores que la media
aritmética, debido a que las desviaciones grandes pesan más en los cálculos del valor RMS.
En algún caso también hablaremos de la desviación máxima entre pico y valle, o Profundidad
Máxima de Rugosidad (Rt, Ry o Rmax), siendo esta la distancia entre la cresta más elevada y el
valle más profundo, medida en una longitud básica.
La norma ISO 1302: 2002 considera que los valores fundamentales a la hora de indicar la
rugosidad o acabado superficial de una pieza mecánica son:
Al medir la rugosidad lo que se está midiendo es la altura de las crestas y los valles, que no es
más que la desviación longitudinal en dirección de las alturas con respecto a un perfil teórico. Por
este motivo, la rugosidad tiene una relación directa con las tolerancias dimensionales y, por
tanto, también con ajustes. Cuando veamos el apartado de las tolerancias dimensionales,
vamos a ver cómo debe existir una relación entre la calidad dimensional y la calidad superficial.
La Norma ISO 1302, ha ido evolucionando con los años, variando la forma de indicar la
rugosidad, y los parámetros empleados.
La Norma ISO 1302, dependiendo del valor medio de la rugosidad (Ra), clasificó los acabados
superficiales en doce categorías, que ibán del N1 al N12. Estas N son las llamadas clases o
grados de rugosidad, que tenían como fin evitar el error de interpretación del valor numérico. Era
posible indicar la rugosidad con el valor numérico (p.ej. 1,6 µm), o con la clase o grado de
rugosidad correspondiente (p.ej. N7 para un valor de rugosidad media de 1,6 µm).
Con el tiempo, las distintas ediciones de la norma han ido modificando la forma de indicar la
rugosidad requerida para una superficie. Actualmente la Norma se rige por las indicaciones de su
cuarta edición (2001). Se puede ver la evolución en el siguiente gráfico.
En la siguiente tabla se asocia estas clases o grados de rugosidad con alguno de los usos de
las superficies con dichos acabados superficiales
En la siguiente tabla podemos apreciar la relación directa las operaciones de fabricación y los
acabados superficiales obtenidos en cada una de ellas. En la tabla de operaciones, el acabado
superficial viene expresado con su valor numérico, siendo necesario asociar este valor a cada
clase o grado de rugosidad.
La forma más habitual de visualizar el símbolo del acabado superficial es el que se puede
apreciar en el gráfico inferior.
Si añadimos a estos trazos un círculo, estaremos indicando que la superficie que tenemos ha
sido obtenida mediante laminación, fundido, estampado, forjado, corte..
El símbolo deberá figurar una sola vez para una superficie dada, indicándose sobre la vista en
la cual dicha superficie aparece representada de perfil; a su vez, se evitará colocar signos
superficiales sobre superficies ocultas.
Las inscripciones relativas a la clase de rugosidad exigida, deben orientarse en forma tal que
puedan ser leídas, al igual que la acotación, desde la base o desde la derecha del dibujo. Con la
Norma ISO 1032:2002, se recurre a las líneas de referencia para mantener esta orientación.
En caso de falta de espacio, el símbolo puede colocarse sobre una línea de prolongación de la
superficie, sobre una línea a auxiliar de cota, o unirse a la superficie por una línea de referencia
terminada en flecha.
Si sobre todas las superficies de la pieza se exige un mismo acabado superficial, para evitar
repetir el mismo símbolo, se situará este en las proximidades del cuadro de rotulación o una
esquina de la zona de dibujo.
Cuando además de acabado general, existe alguna otra superficie con un acabado distinto, se
indica entre parentesis este acabado, o simplemente el símbolo básico.
Para evitar repetir varias veces una especificación compleja, puede hacerse una indicación
simplificada, que vendrá detallada en las proximidades del cuadro de rotulación.
Cuando sea necesario definir el estado de la superficie, tanto antes como después del último
mecanizado, tratamiento o recubrimiento, se hará mediante la indicación de la figura de la
derecha.
La indicación de acabado superficial puede indicarse sobre la tolerancia geométrica que hace
referencia al elemento geométrico a indicar.
En casos extremos se puede indicar el acabado superficial sobre la línea de cota que indica las
dimensiones del elemento al que nos referimos.
Recordar que con la antigua norma DIN140, se empleaba una simbología diferente. En la tabla
inferior figura la equivalencia con las clases de rugosidad.
Los rugosímetros pueden ser electromecánicos, transductores con palpador mecánico donde
la desviación de la superficie del perfil teórico se obtiene en base a la variación en el nivel de una
tensión inducida (palpadores inductivos), o a la descarga en un condensador (palpador
capacitativo).
La mayoría de rugosímetros
modernos tienen una unidad de
filtrado eléctrico. La señal eléctrica
procedente del palpador puede
pasar a un filtro para eliminar las
ondulaciones, esto es, disminuir la
amplitud de sus componentes a
partir de una longitud de onda λ,
(longitud de onda de corte).
4. BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA
Dibujo industrial. Manual de apoyo y docencia. Universidad de las Palmas de Gran Canaria.
ISBN:84-7806-295-5