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EL REVISIONISMO MARXISTA Y LOS DESAF{OS DE LA HISTORIOGRAFIA. HERNAN RAMIREZ NECOCHEA Y SU INTERPRETACION DE LA GUERRA CIVIL CHILENA DE 1891” Alejandro San Francisco* INTRODUCCION Durante el 2007 han sido publicados, después de muchos afios, varios de los trabajos de Hernan Ramirez Necochea, uno de los historiadores mas impor- tantes e influyentes del siglo Xx chileno. En dos tomos vefan nuevamente la luz trabajos sobre el movimiento obrero, la Independencia nacional, los militares y la politica, la formacién del Partido Comunista y, ciertamente, la guerra civil de 1891, 0 “Balmaceda y la contrarrevoluci6n de 1891” como le denominaba el historiador, en uno de sus libros que ejercieron mayor impacto en su momento y una considerable difusién a través del tiempo!. La guerra civil de 1891 ha sido trabajada por los historiadores a través de los mas diversos angulos, desde los lejanos dias que observaron el estallido del conflicto hasta hoy. Podria llegarse a pensar, con buenos antecedentes sin duda, que todo -o practicamente todo- esta dicho sobre aquella guerra, en relaci6n a sus causas, su desarrollo y a sus principales consecuencias. Dos textos hist6ricos recientes ponen en entredicho esta afirmacién, uno de ellos sobre las practicas politicas en tiempos de Balmaceda y el otro una his- toria general de Chile. Una de las afirmaciones mas sugerentes contenidas en la Historia del siglo xx chileno senala lo siguiente: “el 91 sigue siendo un enigma historiografico todavia por dilucidar. No siempre, historicamente hablando, se sabe a ciencia cierta. Aunque en este caso se ha recabado informacién en abundancia, atin no logramos una visién de conjunto. Estamos ante un debate inconcluso, en lo medular, abierto”®. El] otro texto al que nos referimos es el excelente trabajo de Rafael Sagredo Vapor al Norte, tren al Sur, en cuya presen- tacidn el Premio Nacional de Historia Sergio Villalobos reflexion: “El gobierno de José Manuel Balmaceda y su tragico desenlace, cuenta con una historiografia nutrida que practicamente ha agotado la vision politica del fendémeno. Se ha profundizado en el conflicto del Presidente con el Congreso, * Alejandro San Francisco es Profesor en el Instituto de Historia y en la Facultad de Derecho de la Universidad Gatélica de Chile y Editor de Bicentenario. Revista de Historia de Chile y América. La presente investigacin forma parte del proyecto Fondecyt 1060600, “La guerra civil de 1891 y el proceso de reconciliacién politica en Chile”, aprobado para el periodo 2006-2008. El autor agradece a Jorge Olguin y a Nathalia van Hutten, ayudantes en el desarrollo de este trabajo. "Ver Herman Ramirez Necochea, Obras escogidas, 2 vohimenes (Santiago, LOM, 2007). 2 Ver Sofia Correa, Consuelo Figueroa, Alfredo Jocelyn-Holt, Claudio Rolle y Manuel Vicufa, Historia del siglo XX chileno (Santiago, Editorial Sudamericana, 2001), pag. 20. POM Wo 62 |S y 4usutlo Soop Wo MAPOCHO, la personalidad del mandatario, el aspecto constitucional, la lucha militar y una politica supuestamente nacionalista y populista impulsada desde La Moneda. Sin embargo, siempre quedan otros aspectos que abordar y es lo que hace Rafael Sagredo desde un angulo insospechado: el desempenio del Presidente, sus amigos y agentes, para crear una amplia base de apoyo en el cuerpo nacional”. Por otra parte, en una ocasi6n sefalamos que el tema de la guerra civil y la figura de José Manuel Balmaceda todavia conservan plena actualidad y vigencia historiografica. Por lo mismo, es posible abordar esa crisis desde perspectivas originales, que complementen o contradigan visiones tradicionales, como han comenzado a mostrar investigaciones recientes*. Los dos textos mencionados anteriormente fueron publicados el aio 2001 y dan cuenta de las posibilidades de la historia como disciplina de investigaci6n e interpretaci6n sobre el hombre y, para el caso concreto de la guerra civil de 1891, permite dejar abiertas las ventanas hacia nuevas aproximaciones al problema. Exactamente cincuenta afios antes otro historiador, Hernan Ramirez Necochea, publicaba su libro La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econémicos, un texto simbolo del revisionismo historiografico de mediados del siglo Xx. Dicha obra, a juicio de Guillermo Felit Cruz, autor del Prélogo, “abre a la contemplacién de las causas que originaron la contienda de 1891 nuevos puntos de vista, y coloca sobre la discusién una materia que directamente nunca habia sido tomada en cuenta”. Desde finales de la guerra civil hasta mediados del siglo XX la tendencia predominante en la historiografia destacaba exclusivamente los factores poli- ticos y constitucionales sobre la génesis del conflicto, especialmente en lo que dice relacién con el enfrentamiento entre el parlamentarismo promovido por el Congreso Nacional y el presidencialismo por el cual abogaba Balmaceda®. Quiza ahf radique uno de los aspectos mas notables y dignos de consideracién en relaci6n al trabajo de Ramirez Necochea: su capacidad para mirar mas alla, la “rebeldia” intelectual que lo invita a pensar distinto, a cuestionarse las expli- caciones repetidas hasta el cansancio, a plantearse nuevas interrogantes, que lo llevan a releer las mismas fuentes 0 a consultar otras diferentes para aproxi- Rafael Sagredo, Vapor al Norte, tren al Sux. El viaje presidencial como practica politica en Chile. Siglo XIX (Santiago, DIBAM, 2001), Presentacién, pag. 15. # Alejandro San Francisco, “Historiografia y nuevas perspectivas de estudio sobre la guerra civil chilena de 1891", Bicentenario, Revista de Historia de Chile y América, Vol. 5, N° 1 (2006), pags. 85-125, 5 Herndn Ramirez Necochea, La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econdmicos (Santiago, Editora Austral, 1952), Prélogo de Guillermo Felidi Cruz, pag. 4. © En esta linea historiografica ver Julio Baiiados Espinosa, Balmaceda, su gobierno y la revolucién de 1891 (Paris, Garnier Hermanos, 1894), 2 tomos; Joaquin Rodriguez Bravo, Balmaceda y el conflicto entre el Congreso y el Ejecutivo (Santiago, Imprenta Gutenberg, 1921 Imprenta Cervantes, 1925), 2 tomos; José Miguel Yrarrazaval, Fl Presidente Balmaceda (Santiago, Editorial Nascimento, 1940), 2 tomos; Francisco Antonio Encina, Historia de Chile (Santiago, Editorial Nascimento, 1940-1952), ‘Tomos XIX y XX. Nuestra evaluaci6n de esta visi6n en Alejandro San Francisco, “Historiografia y nuevas perspectivas”, pags. 89-100. 240 HUMANIDADES marse al problema hist6rico que lo convoca, en este caso la guerra civil chilena de 1891. Ramirez fue capaz de ver -en el mayor conflicto politico que habia experimentado el Chile republicano hasta la fecha— “un debate inconcluso”, consciente de que “siempre quedan otros aspectos por abordar”. He ahi uno de los méritos de Ramirez Necochea. En el presente articulo analizaremos esa vision de la guerra civil de 1891, que el mismo autor complements en los afios finales de la década de 1950 con otra obra: Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891, en lo esencial basada en el trabajo previo sobre la guerra civil, pero al que logré incorporar nuevas preguntas, fuentes, afios de investigacin y resultados intelectuales?. Nuestro trabajo es una invitaci6n a la relectura de esta obra, con los matices que entrega el tiempo y las nuevas investigaciones sobre el viejo problema de la ruptura politica y las luchas intestinas en Chile. Y, por supuesto, es una invitacién a volver ala guerra civil de 1891 como problema todavia abierto para los estudiosos que busquen la comprensi6n del pasado chileno. Nuestra aproximacién, junto con valorar el trabajo de Ramirez, cree necesario mirarlo criticamente, matizando sus conclusiones y mostrando sus limitaciones. En este sentido, estimamos necesario mirar los libros de Ramirez Necochea sobre Balmaceda y la guerra civil teniendo en mente dos asuntos importantes. Por una parte, resulta esencial considerar estos dos textos dentro del conjunto de la obra de Ramirez Necochea, suficientemente amplia, pero entrelazada y con continuas relaciones. Por otro lado, es imperioso entender los libros del autor de Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891 intentando com- prender también el conjunto de la crisis politica chilena a fines del gobierno de Balmaceda y, por tanto, ampliando el anilisis hacia t6picos omitidos o dejados de lado por el investigador. 1, HERNAN RAMIREZ NECOCHEA, HISTORIADOR Hernan Ramirez Necochea nacié en Santiago de Chile en 1917 y murié en 1979 en Francia, mientras vivia en el exilio8. Su labor historiografica fue vasta e importante, y en numerosos ambitos con- tribuy6 a derribar mitos -o al menos a cuestionarlos-, mientras exponfa puntos de vista personales, alternativos, sobre diversos aspectos del Chile republicano. Asi, publicé libros sobre la independencia y la guerra civil de 1891 mirados a la luz de sus antecedentes econdmicos; el movimiento popular y obrero en Chile 7 Ver Hernan Ramirez Necochea, Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891 (Santiago, Editorial Universitaria, 1958). La explicacién sobre las novedades y continuidades de esta obra en relacién ala de 1951 en el Prefacio, pags. 11-12. 5 Una revista chilena en el exilio rindi un homenaje especial al historiador con ocasién de su muerte, en el que se incluye el texto “El profesor Hernan Ramirez”, de Luis Bocaz, y “Homenajes: Iglesia de Saint-Merri, Universidad de Paris vitt-Vincennes y Santiago, Chile”, Araucaria de Chile, N°9 (Madrid, 1980), pags. 5-7 y 8-16. Ver también Manuel Loyola, “Prefacio”, en Hernan Ramirez Necochea, Seis articulos de prensa (Santiago, Ariadna Ediciones, 2005), pags. 7-17 241 MAPOCHO (muchas veces omitidos por un cierto elitismo de la historiografia nacional); las relaciones entre las grandes potencias, tales como Inglaterra y los Estados Unidos, con paises como Chile y los demas de América Latina; la influencia de las Fuerzas Armadas en relacion a la politica de su pafs; la historia del Partido Comunista de Chile, entre muchos otros. Varios de sus trabajos fueron tradu- cidos al ruso, biilgaro, italiano e inglés®. 1. Quizé la década més prolifica en términos de libros publicados por Ramirez Necochea sea la de 1950, donde vieron la luz cinco de sus trabajos principales. Sin embargo, mas que el problema cronolégico, resulta conveniente organizar su obra desde el punto de vista tematico, donde se pueden distinguir al menos cuatro grandes tendencias de interés cientifico. 2. La primera se concentra en las grandes rupturas institucionales de Chile, pero bajo un prisma distinto al meramente politico, a través de una mirada mas amplia de caracter econémico y social. En esta Ifnea estan sus dos trabajos sobre la guerra civil de 1891 y también aquél sobre la independencia nacional!”. 3. En segundo término estan los trabajos de Ramirez Necochea sobre el imperialismo, destacando sus clasicos Historia del Imperialismo en Chile (1960) y Estados Unidos y América Latina (1965)!1. En la misma linea podrfamos incluir su estudio sobre la Guerra que Chile sostuvo contra la Confederacién Perti-Boliviana, a partir de documentos diplomaticos britanicos!?. 4. En tercer lugar, se encuentran los estudios de historia social y popular en Chile, entre los que debemos considerar los trabajos sobre el movimiento obrero en el pats y sobre el Partido Comunista de Chile!®, 5. Por ultimo, Ramirez Necochea desarrollé temas miscelaneos, en parte relacionados con algunos de los anteriores y en parte de otro tipo: estudios sobre las Fuerzas Armadas y la politica en Chile (tema que se encontraba trabajando al sorprenderlo la muerte en 1979); la figura historica de Pablo Neruda; lo que él denominaba “el fascismo” en Chile; reflexiones sobre la Universidad y su misién en tiempos de reformal4, 8 Luis Bocaz, “El profesor Hernan Ramirez”, pags. 6-7. 10 Ver Hernan Ramirez Necochea, La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econémicos y Balmaceda 4 la contrarrevolucién de 1891; ademas de Antecedentes econémicos de la Independencia de Chile (Santiago, Editorial Universitaria, 1959) 1 Ver Hernan Ramirez Necochea, Historia del Imperialismo en Chile (Santiago, Editorial Austral, 1960) y Estados Unidos y América Latina (Santiago, Editorial Austral, 1965). '2 Hernan Ramirez Necochea, “El gobierno britanico y la guerra contra la Confederacién Perti-Boliviana”, Revista Chilena de Historia y Geografia, N° 129 (1961), pags. 122-139 ' Ver Hernan Ramirez Necochea, Historia del Movimiento Obrero en Chile (Santiago, Editorial Austral, 1956) y Origenes y Formacién del Partido Comunista de Chile (Santiago, Editorial Austral, 1961). M4 Ver Hernan Ramirez Necochea, Las Fuerzas Armadas y la politica en Chile (México, Casa de Chile en México, 1984); “El Fascismo en la evoluci6n politica en Chile”, Araucaria de Chile, N’ 1 242 HUMANIDADES En el conjunto de la obra de Hernan Ramirez Necochea se perciben ciertas caracteristicas importantes que cruzan los diversos trabajos del autor. En primer lugar, él desarrollé un gran trabajo documental, usando fuentes primarias nacio- nales ¢ internacionales, ademas de una abundante bibliografia secundaria que complementa, sirve de apoyo, es criticada, y entrega datos titiles al investigador. En segundo término, Ramirez desarrollé un s6lido trabajo internacional: rea- liz6 estudios en Estados Unidos y Checoslovaquia, investigaciones personales en Inglaterra, Espajia, la Unién Soviética y Francia, prioritariamente a través de las visitas a archivos de interés histérico, como aquellos que concentran los documentos diplomaticos referidos a Chile (especialmente llamativo y decisivo para el autor fue el trabajo en el Archivo del Foreign Office, en Kew, Londres, que contribuyé a la definicion de algunas de sus ideas historiograficas funda- mentales). Una tercera idea, que se encuentra presente en muchos integrantes de su generacién, se refiere al hecho de que Ramirez fue un intelectual com- prometido politicamente, con ideologia e incluso con una reconocida militancia en el Partido Comunista de Chile, el cual integré por mas de cuatro décadas. Su partidismo se nota también en su trabajo historiogrdfico —con sus limita- ciones, por cierto-, tanto en la seleccién de los temas, la matriz de andlisis y la bibliografia (que incluye en numerosos trabajos obras claves de Marx, ¢ incluso de Lenin)! Una cuarta caracterfstica de Ramirez Necochea merece una nota aparte: su reconocida capacidad para volver sobre un mismo tema antes trabajado, pero con una consecuencia interesante al lograr una mejoria en los resultados, una profundizaci6n en los problemas, al asumir la critica como algo valioso a con- siderar, con la posibilidad de ampliar los puntos de vista originales a través del trabajo de fuentes y nuevas perspectivas. Dos ejemplos interesantes reafirman lo anterior: sus investigaciones sobre la guerra civil de 1891 y sus trabajos sobre el Partido Comunista de Chile. En el primer caso —que revisaremos con mas atencién- el historiador fue capaz de sumar nuevas fuentes a su investigacion; acudi6 a archivos en Inglaterra y Espafia en el tiempo que medié entre la publicacién de ambos textos, lo que le sirvid para ampliar los puntos de vista. Como resultado, convirtié un estudio sobre los antecedentes econémicos de la guerra civil de 1891 en una investigacin ampliada y en una interpretacién global sobre el principal conflicto politico del siglo XIX chileno. En cuanto al partido politico de Ramfrez Necochea, la investigacién publicada en Chile en 1961 es un estudio que también fue repensado hacia la segunda publicacion en (Madrid, 1978); “Notas sobre la Historia en Canto General”, Cuadernos de la Fundaciin Pablo Neruda, Afio x1, N° 41 (Santiago de Chile, 2000; original escrito en Parfs, 1977); El Partido Comunista y la Universidad (Santiago, Editorial de la Revista Aurora, 1964). 15 Esta faceta en Ivan Ljubetic, “Hernan Ramirez Necochea”, Centro de Estudios Luis Emilio Recabarren, en http://www.memoriapopular.cl/noticia.php?id=10828-sec=0&subsec=O&area=agenc ia, y “Hernan Ramirez Necochea, Historiador comunista”, £1 Siglo, 24 de octubre de 1997, pag. 17. Ver también Luis Alberto Mansilla, “Hernan Ramirez Necochea”, en Fortin Mapocho, miércoles 1° de noviembre de 1989, pag. 9. 243 MAPOCHO la Uni6n Soviética en 1984, también con un cambio o complement en el titulo, que se denominé en este caso Origen y Formacién del Partido Comunista de Chile: ensayo de historia politica y social. La idea, segiin el autor, era m ral comunismo criollo desde una perspectiva mas amplia, de insercién e influencia social, que permitiera una aproximacion a la historia de Chile en la primera mitad del siglo Xx y no s6lo un anilisis interno de un partido politico!®. Por ultimo, Hernan Ramirez Necochea representé el tipo de historiador inconformista, que no se resignaba a las explicaciones tradicionales sobre los distintos temas que le tocé abordar, sino que se planteé nuevas interrogantes y, por tanto, pudo aventurar también nuevas respuestas. Precisamente por mirar desde angulos distintos, Ramfrez pudo encontrar una forma alternativa de ver la independencia, la guerra civil de 1891, las relaciones de Chile con las grandes potencias mundiales y la participacién de los sectores populares en la sociedad politica. Una de esas visiones revisionistas —quiz4 la ms destacada, novedosa y popular de todas- se refiere a la reinterpretacion de Ramirez Necochea sobre la guerra civil de 1891, expresada primero en La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econémicos y mas tarde en Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891. En ellos expresa los antecedentes econémicos y las relaciones politicas involucradas en la gran crisis, la relevancia del salitre en la economia y la politica chilena, las limitaciones que él observaba en la historiografia “tradicional” sobre el conflicto, la importancia decisiva de los grandes actores internacionales y el aporte de nuevos elementos de juicio para apreciar la génesis de la guerra civil. 2. EL PROBLEMA DE LA GUERRA CIVIL DE 1891 ¥ EL ATAQUE A LA HISTORIOGRAFIA TRADICIONAL, En el Prefacio a su obra La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econémicos, Ramirez expresa que durante afios habia estado investigando el tema, como lo prueban, por lo demas, su tesis de grado en la Universidad de Chile y su articulo “La acci6n del imperialismo en la Guerra Civil de 1891”, publicado en 1947!7. Su postura estaba guiada por tres grandes ideas. En primer lugar, el convencimiento que en el conflicto de 1891 no sdlo hubo intereses politicos en juego, sino también y muy especialmente un violento choque de intereses econémico-sociales contrapuestos. En segundo término, la importancia que tuvo para el desarrollo de Chile el imperialismo capitalista internacional, desarrollado en el siglo XIX con un caracter transformador. En tercer lugar, el autor queria 16 Ver Hernan Ramfrez Necochea, Origen y formacién del Partido Comunista de Chile: ensayo de historia politica y social de Chile (Mosca, Ed. Progreso, 1984). Se trata de una publicacién péstuma, como se puede apreciar. 17 Ver Hernan Ramirez Necochea, Politica econémica de Balmaceda. Memoria de Prueba para optar al grado de Licenciado en Filosofia con menci6n en Historia. Inédita (Santiago, 1989), y “La accién del imperialismo en la Guerra Civil de 1891”, Revista Clio, N° 19-20 (Santiago, Centro de Estudiantes de Historia y Geografia, Universidad de Chile, 1947), pags. 46-60. 244 HUMANIDADES destacar en su debida medida los factores econémicos y sociales sobre las demas manifestaciones de la vida colectiva!®. Con esta postura, Ramirez se oponfa a la interpretaci6n tradicional de la guerra civil de 1891, que se habfa centrado segtin hemos mencionado, funda- mentalmente en los aspectos politicos y constitucionales. De esta manera, el autor de La Guerra Civil de 1891. Antecedentes Econémicos, también lograba ampliar las bases para los andllisis historiogréficos, inaugurando una de las grandes corrientes de interpretaci6n sobre el conflicto chileno de fines del siglo x1x!9. Hernan Ramirez Necochea no fue el primer historiador en presentar esta vision de la guerra civil de manera sistematica y con difusi6n. Pocos aiios antes un extranjero, Osgood Hardy, habia publicado en inglés su “British Nitrates and the Balmaceda Revolution”, enfatizando la misma interpretaci6n, que el chileno pudo conocer en la traduccién que publicé la Revista Chilena de Historia Geografia en 1949°°. Por otra parte, algunas de las fuentes balmacedistas post- guerra civil de 1891 también enfatizan el asunto del salitre y de la corrupcién que se habria producido en la politica chilena, asf como una de las causas de la resoluci6n armada del conflicto entre los poderes del Estado. Asi se puede apreciar, por ejemplo, en los trabajos de los ex ministros Bafiados y Valdés Carrera, el ex Intendente Joaquin Villarino y el hermano del ex Presidente, Rafael Balmaceda, todos ellos consultados por Ramirez Necochea, segtin se aprecia en la bibliografia de su obra. Otras fuentes internacionales también daban cuenta del mismo asunto salitre-guerra civil: entre ellos son particular- mente interesantes los informes diplomaticos del embajador britanico en Chile, John Gordon Kennedy, y el libro del periodista Maurice Harvey, del Times de Londres?!, Sin embargo, Ramirez fue quien trabajé el tema desde la nueva perspectiva econémica con una mayor consistencia y antecedentes, y también logré generar una importante discusién intelectual y difusién de su postura. De esta manera, se convirtié de inmediato en un nuevo referente historiografico y hasta la fecha '8 Hernan Ramirez N., La Guerra Civil de 1891, pags. V-V1. '9 para la historiografia de la guerra civil de 1891 consideramos fundamentales los siguientes trabajos: Harold Blakemore, “The Chilean Revolution of 1891 and Its Historiography”, Hispanic American Historical Review, volume XLV, number 2 (August 1965), pags. 393-421; Marcos Garcia de la Huerta, Chile 1891: La gran crisis y su historiografia, los lugares comunes de nuestra conciencia histérica (Santiago, Publicaciones del Centro de Estudios Humanisticos de la Universidad de Chile, 1981); Alejandro San Francisco, “Historiografia y nuevas perspectivas”, 2° Ver Osgood Hardy, “British Nitrate and the Balmaceda Revolution”, Pacific Historical Review, Vol. xvil, Number 4 (November 1948), traducido como “Los intereses salitreros y la Revolucién de 1891”, Revista Chilena de Historia y Geografia, N° 113 (enero-junio 1949). El texto en espafiol aparece citado en Hernan Ramirez Necochea, Balmaceda, pag. 240, 21 Bl texto de Maurice Harvey, Dark days in Chile (London, 1892), ha sido publicado también en castellano como Dias ascuros en Chile (Santiago, Edit. Francisco de Aguirre, 1974) y publicado de nuevo en inglés con su titulo original Dark days in Chile, An account of the Revolution in Chile (Philadelphia, Institute for the Study of Human Issues, 1979). Este tiltimo tiene también una finalidad politica, con prélogo de Frank N. Manitzas, quien intenta unir los procesos de 1891 y de 1973 y la figura de Balmaceda con la del Presidente Salvador Allende. 245 lectura obligada para aproximarse a la guerra civil de 1891, se compartan o nos distanciemos de sus conclusiones. A su vez, logré comenzar a “equilibrar” los puntos de vista, largamente favorables a las interpretaciones politicas de la revo- lucién de 1891 y también del conjunto de la historia de Chile en el siglo XIX. En el libro de 1952, Ramirez concluy6 lo siguiente: “a la luz de todos los antecedentes expuestos... la guerra civil de 1891 no puede ser considerada como un conflicto provocado por situaciones de orden puramente politico... Si se hiciera un examen completo tanto de la orien- tacién como de las realizaciones de la politica econémica chilena posterior a 1891, se tendrfa la evidencia de que ella era, en verdad, diametralmente opuesta a la del Presidente Balmaceda. Estos hechos comprueban desde otro angulo -concluye el texto-, la tesis que sostiene este libro: la guerra civil de 1891 fue nada mas que el producto de la reaccién provocada por la politica econémica llevada a la practica por el Estado chileno durante la administracién del Presidente José Manuel Balmaceda””’, Por Gltimo, creemos necesario destacar otro aspecto del texto La Guerra Civil de 1891. En el Prefacio, Ramirez anuncia otra idea interesante, que busca limitar los alcances o descalificar el concepto de “revolucién” aplicado tradicionalmente al conflicto de fines del siglo XIX chileno, Asif lo sefiala el autor: “una revolucién implica cambios radicales en todos los aspectos de la vida de un Estado; significa vigorosa ruptura con todo lo tradicional en cuanto ello es estancamiento hist6rico y reaccién; significa - en lo positivo — construccién de un nuevo orden econdmico, social, politico y cultural. Conforme a este criterio, podemos afirmar que el aio 1891 no se produjo en Chile una re- voluci6n, sino una guerra civil, es decir, un conflicto agudo entre elementos sociales con intereses contrapuestos que decidieron su hegemonta sobre el gobierno mediante el empleo de las armas. Tampoco fueron revolucionarios los promotores del conflicto”?9. Con esta afirmaci6n, el historiador reduce las posibilidades de accién revo- lucionaria y restringe el concepto, como si s6lo hubiera un tipo de revolucién. Probablemente sea mas conveniente distinguir distintos tipos de revoluciones y de acuerdo a esa definici6n ver si cabe entre ellas la guerra civil chilena de 1891. En los hechos de 1891 los actores hablaron especificamente de “revolu- cién”, asignandole un caracter peyorativo 0 valioso, segtin sea caso. Las fuentes son claras en este sentido, El propio Balmaceda en su Téstamento Politico refiere dicha revolucién en varias ocasiones: “todos los actos de la revolucién, aunque hayan tenido el éxito de las armas y constituido un gobierno de hecho, no han sido arreglados a la Constitucién y a las leyes”, “porque impera ahora, con mas 22 Ver Hernan Ramirez N., La Guerra Civil de 1892, pags. 217-220. 25 Ver Hernan Ramirez N., La Guerra Civil de 1891, Prefacio, pags. VI-Vu. 246 HUMANIDADES fuerza que antes, el régimen arbitrario de la revoluci6n”, “los jueces que separé de sus puestos por revolucionarios”, “las horas peligrosas de la revolucion”24. El historiador y ex Ministro del gobierno Julio Bafiades eligi6 el mismo concepto “revoluci6n” para referirse al tiltimo aio de la administracién Balmaceda®>. Asi también lo refirieron algunos detractores del gobierno, como Rafael Egafia y observadores internacionales, como el britanico Kennedy?®, Es evidente que el concepto revolucién se usa en todos estos casos como sindnimo de levanta- miento armado, rebelin contra la autoridad, ausencia de medios republicanos de solucién de conflictos (en cierto sentido es una visi6n legalista), Y cualquier anilisis que se haga debe respetar, necesariamente, la yoz de los actores con- temporaneos de la guerra civil2”, En parte por eso, la obra que concluyé la investigacién de Ramirez Necochea volverd a ocupar el concepto, pero en una formula diferente. A fines de los afios 50 afirmarfa que Balmaceda fue el gestor de una revolucién, de un cambio mayor en el ejercicio del gobierno: como consecuencia, quienes se opusieron a él sdlo serfan un grupo de contrarrevolucionarios defendiendo sus propios Intereses 3. HACIA LA OBRA CUMBRE: BALMACEDA Y LA CONTRARREVOLUCION DE 1891?8 En 1958, seis afios después de su primera publicacién, Hernan Ramirez dio a luz su Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891. E autor argumentaba sobre la necesidad de la nueva obra, considerando las criticas recibidas y comentarios que permitian mejorarla, pero también nuevas consideraciones historiogréfi- cas. En ese tiempo habia podido “revisar integramente el Archivo del Foreign Office relativo a Chile”, en Londres, ademas de los periédicos londinenses The Economist y The South American Journal. Fruto de esas investigaciones, destaca el °4 José Manuel Balmaceda, ‘Testament Politico. 29 Julio Bahados E., Balmaceda, su gobierno y la Revolucién de 1891. °6 Rafael Egana, Historia de la Dictadura y de la Revolucién de 1891 (Santiago, Imprenta del Mercurio, 1892); Mr: John G. Kennedy, “Chilean Revolution, constitutional questions connected with”, 24 de septiembre de 1892, en FO. 16/280, Confidencial. °7 Con todo, ¢s evidente que la guerra civil de 1891 no fue una “gran revolucién”, es decir, que integrara una genuina participacion de masas, la lucha de ideologias o visiones rivales y una seria batalla por el poder politico, Tampoco se traté de una “revolucién social”, que rehiciera el orden social -no slo un cambio de autoridades politicas~ como una de sus consecuencias fundamenta- les. Usamos fundamentalmente los conceptos de Alan Knight, Revolucién, democracia y populismo en América Latina (Santiago, Centro de Estudios Bicentenario, 2005), pags. 55-193. °8 En esos afos Ramirez también pudo conocer el trabajo del historiador inglés Harold Blakemore, The Chilean revolution of 1891, Thesis presented for the degree of Doctor of Philosophy in the University of London (University College, 1955), Inédita. Segiin Sergio Villalobos el chileno no habria reconocido suficientemente la ayuda prestada por su colega britdnico; sin embargo, sabemos que en otras ocasiones Blakemore se refiere elogiosamente a Ramirez, a pesar de las diferencias intelectuales que los separaban. Sergio Villalobos, “Harold Blakemore”, El Mercurio, 10 de marzo de 1991, pag. Ag. 247 MAPOCHO, autor, “fue el hallazgo de valiosos materiales hasta ahora no utilizados por los historiadores nacionales”. El libro se organizé en tres partes, cada una con sus respectivos capitulos. La Primera Parte, “Algunos antecedentes”, trata sobre tres temas fundamentales: la Incorporacién del salitre a la economia chilena; El imperialismo inglés en Chile y John Thomas North, y El salitre y la politica chilena (1886-1891). La Segunda Parte, “Politica econémica de Balmaceda”, se organiza también en tres capitulos: Balmaceda y sus concepciones; Accién econémica del gobierno de Balmaceda, y Finalidades de la politica econémica de Balmaceda. La Tercera Parte, en tanto, denominada “Revolucién y reaccién”, tiene cuatro secciones: Concepto tradicional sobre los antecedentes de la guerra civil; Otros elementos de juicio para apreciar la génesis de la guerra civil; Naturaleza de la guerra civil de 1891; Implicancias internacionales de la guerra civil de 1891. Una primera consideracién central -cambio notable respecto de la publicaci6n de 1951- expresada por el mismo Ramirez en su Prefacio, establece que este nueyo trabajo no aborda sélo aspectos econdmicos de la guerra civil: “mas que eso, lo que se ha pretendido es presentar un cuadro integral de ese conflicto, sealando -con la mayor objetividad y rigor cientifico posibles- los factores que concurrieron a provocarlo y la significacién que él posee en el desarrollo hist6rico de nuestro pais”?9, Sin embargo, hay una clara continuidad entre ambos trabajos, considerando como factores fundamentales para la detonacién del conflicto los aspectos eco- n6micos relacionados con el nitrato, la influencia del salitre inglés en la politica chilena y la nueva concepci6n econémica y de gobierno llevada adelante por el Presidente Balmaceda. Una breve descripcién de Balmaceda y la contrarrevolucién de 1891 nos lleva a plantear la obra de Ramirez Necochea de la siguiente manera. Como fruto del triunfo de Chile en la Guerra del Pacifico se incorporaron al pais grandes riquezas provenientes del salitre, cuya propiedad qued6 mayoritariamente en manos de empresarios ingleses, destacando entre ellos el “Rey del Salitre”, John Thomas North, “empresario capitalista y agente del imperialismo inglés en Chile” (pag. 41). Este logré crear un verdadero feudo extranjero, personal y monopilico (en el Ferrocarril de Tarapaca, por ejemplo). Esto mismo provocé un enfrentamiento entre dos tendencias “absolutamente irreductibles: el afan expansionista del imperialismo, y una expresién del temprano sentimiento antiimperialista” (pag. 60). A todo lo anterior se sumé6 un hecho novedoso y de la mayor importancia: la creciente influencia del salitre inglés en la politica chilena entre 1886 y 1891. Dos manifestaciones de esta relacién esptirea fueron el fondo de soborno esta- blecido por las compaiifas extranjeras, ademas de la existencia de numerosos politicos chilenos que actuaban también como abogados y agentes de los em- presarios ingleses: Julio Zegers, Enrique Mac Iver, Eulogio Altamirano, Carlos 29 Hernan Ramirez N., Balmaceda y la contrarrevolucion de 1891, pag. 12. 248 HUMANIDADES Walker M., Adolfo Guerrero, Marcial Martinez, Domingo Toro H., todos los cuales devinieron con el tiempo en enemigos irreconciliables del gobierno. ¢Por qué? Porque el Presidente Balmaceda, a juicio de Ramirez, comprendia bien la importancia del salitre y busc6 rectificar la realidad existente en el norte chile- no, dominado por el imperialismo inglés. De esta manera, el fisco adquirié la propiedad de decenas de oficinas; el gobierno pidié un completo informe sobre el estado de la industria del salitre; incluso el Presidente manifesté en marzo de 1889 su interés de “nacionalizar la industria”, para romper el monopolio ejercido por los extranjeros. La reacci6n a la politica gubernamental no se hizo esperar: algunos lideres comerciales briténicos creyeron advertir un mensaje claro, “Chile para los chilenos”, en las palabras del Presidente. La prensa na- cional comenzaba a percibir lo mismo, produciéndose el natural alineamiento de posiciones en favor o en contra de Balmaceda. El problema central del Presidente habria sido el haber reaccionado “contra el postulado esencial que negaba la participacion del Estado en el desarrollo de la vida econémica nacional y sostuvo, en cambio, que el Estado podria y debia concurrir directa 0 indirectamente- en todo lo concerniente a los diversos procesos de la economia del pais” (pag. 110); “fue un portavoz del capitalismo industrial naciente” (pag. 113). Estas ideas se reflejaron en el ejercicio efectivo del gobierno, prioritariamente a través de un vasto programa de obras ptiblicas sin precedentes en la historia de Chile republicano, liderado por Balmaceda y que generé una oposicién creciente, en especial contra el estado providente y el presidente benefactor. Dicho plan de obras ptiblicas incluyé ferrocarriles y caminos, obras de higiene y salud, escuelas, habilitacién de puertos, nuevos edificios para las reparticiones ptiblicas, el mejoramiento de algunas ciudades. Ademis el gobernante habria desarrollado una politica financiera, de hacienda publica, una politica agraria, industrial y minera, junto a una vigorosa labor educacional. En el ambito administrativo, Balmaceda promovi6 reformas en la administracién publica, en la planificacion y en la descentralizacin del pais. ‘Todo lo anterior no era fruto del azar, sino que respondia a ciertos objetivos fundamentales previstos por el Presidente Balmaceda. Entre las finalidades principales destacan las siguientes: conquista de la independencia chilena en relacién al imperialismo inglés (“el gobierno de Balmaceda tuvo una actitud manifiestamente hostil, con lo que se daba expresi6n a un arraigado y genuino espiritu nacionalista”, pag. 161); la consolidacién de la posicion alcanzada por Chile en el concierto de las naciones sudamericanas (fruto de los resultados en la Guerra del Pacifico), manifestado en fuertes inversiones tanto en el Ejército como en la Marina. La tercera y tiltima parte del libro busca contradecir el concepto tradicio- nal sobre los antecedentes de la guerra civil de 1891, planteando una postura alternativa, de caracter econémico. Ramirez Necochea reconoce que hubo un antagonismo creciente entre el Presidente de la Repiiblica y el Congreso Nacional, que desembocé en una sangrienta guerra civil. Sin embargo, le parece que la explicaci6n politica es insuficiente: ella sostenfa la vigencia de una candidatura 249 MAPOCHO, presidencial prohijada en La Moneda a la cual habfa que combatir en beneficio de la libertad electoral y el gobierno parlamentario. Balmaceda rechaz6 esta tiltima premisa, defendiendo “la tesis del gobierno presidencial, nego al Parlamento el derecho a imponerle secretarios de Estado y sostuvo que él no abdicaria sus atri- buciones ante ningtin poder” (pag. 177). La interpretacién politico-constitucional “soslaya cuidadosamente toda referencia a los asuntos de orden econ6mico y a las implicaciones que ellos tuvieron, y apenas se insintian algunas de indole social” (pag. 178). Entre los elementos adicionales de juicio, Ramirez destaca la actuaci6n politica de Balmaceda, especialmente su tesis de independencia de poderes, su apertura a una reforma constitucional que eliminara los conflictos entre los poderes del Estado. A ello se afiade la oposicién a la politica econémica de Balmaceda, presente en los lideres de los diferentes partidos y facciones que lo combatieron: el montt-varismo (con Edwards como figura fundamental); el Partido Conservador (representante de la clase terrateniente y el clero); grupos dentro del Partido Liberal (presentes en la politica y en diversas actividades del pais); el Partido Radical (con arribistas y oportunistas politicos, cuyo olvido de los intereses del pueblo le llevé a una escisién que permitié la formacion del Partido Democratico en 1887). Todos ellos entrelazados por la relacién entre los capitalistas extranjeros y destacados politicos chilenos. La oposicién poli- tica, la incapacidad de llegar a un acuerdo perdurable entre el Ejecutivo y el Legislativo y la creciente violencia, Ilevaron a la soluci6n indeseada, conocida por todos: “no qued6 otra salida que la contienda armada” (pag. 187). De esta manera actuaron contra Balmaceda los siguientes elementos: las familias de los grandes terratenientes, los banqueros, los grandes empresarios comerciales y los mineros del Norte Grande, nacionales y extranjeros. Entre estos tltimos los ingleses fueron los mas notables, pues contribuyeron con sus recursos y personas a promover la guerra civil y sustentar a la oposicin Por el contrario, Balmaceda se unié a otros grupos de la sociedad, tales como la emergente burguesfa industrial, una también incipiente clase media (formada por quienes obtenjan “sus medios de vida de la venta de su trabajo intelectual”, pag. 204), ademas del proletariado. Este tiltimo estuvo expresado a través del Partido Democratico parcialmente, pero sobre todo representado por los miles de obreros que se beneficiaron de las obras piiblicas, los trabajos abundantes y bien pagados, las nuevas posibilidades laborales y de mejoramiento de la vida®®. Por esto, concluye Ramirez, “la base de sustentacién de Balmaceda era bastante s6lida. Ademas del apoyo activo que le brindaban la burguesfa industrial y la clase media, conté con la adhesion -pasiva- de la clase obrera” (pag. 210). De todo lo anterior se desprenden un par de conclusiones importantes. En primer lugar, sostiene el autor, Chile no estuvo frente a una revolucién 30 Ramirez Necochea afirma que “al estallar la guerra civil, los trabajadores carecieron de suficiente claridad y no estaban convenientemente organizador para decidir qué partido debian tomar, A pesar de las simpatias por Balmaceda, permanecieron en general indiferentes frente al conflicto”, pag. 209. 250 HUMANIDADES encabezada por la oposicién en 1891, sino por el contrario, fue el gobierno el que encabez6 un cambio sustancial en esos aiios: “si se reflexiona con cierto detenimiento sobre el significado profundo de lo que acontecié en Chile a partir de la Guerra del Pacifico, y sobre todo entre 1886 y 1890, es posible llegar ala conclusién de que durante ese perfodo se promovieron cambios que constitu- yen -en su conjunto~ una audaz tentativa revolucionaria” (pag. 213). De esta manera, Ramirez afirma lo siguiente: “se estaba produciendo una efectiva revolucién: la totalidad de la estructura nacional se conmovia ante el impacto de un pujante movimiento renova- dor, que aceleraba vigorosamente su evolucién. Se buscaba el avance hacia formas mas democraticas de convivencia; se procuraba el establecimiento y desarrollo del capitalismo industrial; se pretendia reducir y anular la influencia del imperialismo. En sintesis, Chile entraba por el camino de la revolucién democratico-burguesa” (pag. 216). Asi consideradas las cosas, la guerra civil de 1891 buscé, precisamente, im- pedir dicha revoluci6n, por la incompatibilidad de intereses econ6mico-sociales entre la oposicién y las reformas promovidas desde el gobierno. Por lo tanto, en Concén y Placilla lo que triunfo no fue la “revolucién”, sino que ella fue de- rrotada. “La victoria correspondié a las fuerzas reaccionarias que, recurriendo a la violencia, recuperaron el control absoluto del Estado” (pag. 216). Como consecuencia, las fuerzas triunfadoras restauraron el viejo orden: disminuyeron los fondos destinados a obras ptiblicas; cambié radicalmente la politica salitrera respecto a la administraci6n Balmaceda, ahora en beneficio de las compaiifas extranjeras; se abandon6 la idea de crear un Banco del Estado. El conjunto de medidas de la postguerra civil contribuyé a desprestigiar el nuevo régimen, incluso entre sus promotores “en cambio, la figura de Balmaceda comenz6 a adquirir en el alma popular y en el espiritu de vastas capas de la poblaci6n, los contornos de un héroe que fue capaz de llegar hasta el sacrificio de su vida en defensa de los intereses de la Naci6n y del pueblo” (pag. 219). Comenzaba el mito del “Presidente-martir”, a partir de la admiracién de su persona y de su obra en el gobierno. 4. NOTAS SOBRE LA HISTORIOGRAFIA MARXISTA CHILENA SOBRE LA GUERRA CIVIL DE 1891 Hernan Ramirez Necochea no ha sido el tinico historiador marxista que ha investigado en relaci6n a la guerra civil de 1891. Por el contrario, él se inscribe dentro de los lamados “marxistas clasicos” que cultivaron la historia en el perfodo que precedié al 11 de septiembre de 1973°", Entre ellos deben agregarse autores 5! Luis Moulian E., “Marx y la historiografia chilena”, Encuentro xr, Afto 3, N° 8 (Invierno de 1997). Este grupo tenia ciertas caracteristicas fundamentales: a) Fueron los primeros que intentaron hacer una “ciencia de izquierda” en Chile; b) utilizaron militantemente el marxismo clasico de Marx, Lenin, Trotsky, lo que se reflejé en sus escritos; ¢) rompieron la tradicién histo- 251 MAPOCHO, como Julio César Jobet, Marcelo Segall y Luis Vitale, los cuales escribieron y reflexionaron sobre la gran crisis de fines del siglo XIX. Como parece obvio, una primera contribucion se refiere a los condiciona- mientos econémicos de la historia, asi como también la idea de lucha de clases, formulas que son aplicables para distintos procesos y épocas de la historia de Chile. Esa es la forma de aproximaci6n de los historiadores marxistas a la guerra civil de 1891. Uno de los aspectos interesantes y recurrentes es la sobre- valoracién de la figura de José Manuel Balmaceda, én lo que se aprecia una indudable coherencia con la construcci6n de la imagen histérica del “Presidente- martir”, que se refleja, por ejemplo, en la poesia de autores comunistas y en los comentarios de politicos de izquierda. Asi se aprecia en dos grandes figuras del socialismo chileno en el siglo xx, como fueron el poeta Pablo Neruda y el ex Presidente Salvador Allende. El primero dijo en sus Memorias que la historia de Chile habfa tenido “muchos presidentes chicos y solo dos presidentes grandes: Balmaceda y Allende”. Este tiltimo, en tanto, cometié suicidio como Balmaceda (teniéndolo en mente, sin duda), tras la intervenci6n militar que lo derrocé en 1973°9, En medio de los ataques a La Moneda, de a la Galeria de los Presidentes de Chile, Allende habria dicho a tres de sus guardias personales: “{Destruyan a todos esos viejos de mierda! Sélo se salvan Balmaceda y Aguirre Cerda. iS6lo ellos!”*4. En el plano historiografico, los estudiosos de esta misma linea representan una continuidad de la obra de Ramirez Necochea, aunque no exista necesaria- mente uniformidad en sus posiciones. Julio César Jobet también fue uno de estos historiadores marxistas, aunque militante del Partido Socialista de Chile y no del Partido Comunista como Ramirez. Jobet trabaja el tema en un libro muy revisionista e interesante, el Ensayo critico del desarrollo econémico-social de Chile, ademas de un articulo pu- blicado en el extranjero aos mas tarde, “El Nacionalismo Creador de José Manuel Balmaceda”*?. El historiador reconoce su interpretacién marxista de la historia en su Ensayo critico, donde expresa siguiendo a Marx que “la base riografica erudito-conservadora; d) Temporalmente, precedieron la aparicién de los cientistas sociales llamados “neomarxistas”. La explicacién en Gabriel Salazar, La historia desde abajo y desde dentro (Santiago, Facultad de Artes, Universidad de Chile, 2003), pag. 61 32 Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Memorias (Barcelona, Seix Barral, 1974), pag. 474. El poeta comunista también dedicé paginas elogiosas a Balmaceda en su “Balmaceda de Chile”, poema publicado en el Canto General. Neruda también asume la interpretacin marxista de la guerra civil de 1891 y la explicacién econémica: “Balmaceda fue llevado al suicidio por resistirse a entregar la riqueza salitrera a las compafifas extranjeras”, como complementa en sus Memorias. El tema ha sido parcialmente trabajado por Rafael Sagredo, Vapor al Norte, tren al Sur, pags. 439-455, En Patricia Verdugo, Interferencia secreta. 11 de septiembre de 1973 (Santiago, Edit. Sudamericana, 1998), pags. 119-113. 35 Ver Julio César Jobet, Ensayo critica del desarrollo econémico-social de Chile (Santiago, Editorial Universitaria, 1955), y “El Nacionalismo Creador de José Manuel Balmaceda”, Combate N° 23 (San José, Costa Rica, julio y agosto 1962), pags. 57-67. 252 HUMANIDADES del desarrollo de la sociedad humana reside en la economia”, “y el motor de la Historia es la lucha de clases sociales, segtin el sitio que ocupan en la produc- cin econémica”6, En lo esencial sigue la misma linea de Ramirez Necochea: “El 19 de septiembre de 1891, se suicidé el Presidente de la Reptiblica de Chile (legalmente dejé de serlo el dfa antes), don José Manuel de Balmaceda Fernandez, derrotado por la insurreccién de las clases poseedoras y conservadoras apoyadas por el imperia- lismo inglés”, por cuanto el salitre, personificado en el magnate inglés North, era “el villano que acttia en el fondo de todo el proceso chileno de aquella época”, porque “el salitre es la clave de la revuelta®”. En tanto, la figura del Presidente caido es idealizada sin ahorrar elogios, junto a la admiracion por la exactitud y profecias contenidas en su Testamento Politico y por la batalla postuma que gané cuando afios ms tarde se impusieron finalmente sus ideas, al restablecerse el sistema presidencial en Chile (tema que, sin duda, representa un reconocimiento al menos parcial de la naturaleza constitucional del conflicto). Si bien por mucho tiempo la figura de Balmaceda fue incomprendida, deformada por sus enemigos, “el pueblo, despierto de su pasividad, los intelectuales, los maestros, en una palabra, las fuerzas creadoras del pais, lo reivindicaron colocando su nombre glorioso, su figura romantica, en el sitio mas alto y venerado de su afecto y de su admiraci6n™®. Incluso en el ensayo historiografico que inaugura su texto, Jobet no escatimara elogios respecto del ex gobernante, a quien se refiere como el “gran Presidente Balmaceda”*®. Todo eso en oposicién al parlamentarismo corrupto que prevalecié después de 1891, fruto de la accion de la oligarquia chilena, los banqueros y latifundistas, apoyados por el capital britanico. Mas importancia adquiere lo anterior, si consideramos que Jobet estima que en el mundo existen “pocas clases dominantes mas egofstas, tartufas y crueles que la oligarquia chilena”*°, una de cuyas expresiones mas extremas fue el dominio absoluto del gobierno entre 1891 y 1924, cuando ejercié el poder econémico y politico. Otro importante historiador de esta tendencia es Luis Vitale, en su trabajo de varios voliimenes titulado Interpretacién marxista de la historia de Chile. En ella el historiador hace expresa profesi6n de fe en el materialismo hist6rico, aplicado especificamente al caso chileno*2. Si bien tiene aspectos comunes con Ramirez Necochea, Vitale considera que el titulo del libro de Ramirez “induce a error y confusién porque presupone que el gobierno de Balmaceda hizo una revoluci6n. A nuestro juicio, durante la administracién de Balmaceda no hubo 86 Julio César Jobet, Ensayo critico, pag. 17. *7 Julio César Jobet, “El Nacionalismo Creador de José Manuel Balmaceda”, pags. 57, 62 y 65. Igual idea en Ensayo critico, pags. 84-92 y 103-113. 38 Julio Gésar Jobet, “El Nacionalismo Creador de José Manuel Balmaceda”, pag. 67. 89 Julio César Jobet, Ensayo critico, pag. 27. 40 Julio César Jobet, Ensayo critico, pag. 20. 41 Julio César Jobet, Ensayo critico, pags. 28-29; 114-174. 42 Luis Vitale, Interpretacién marxista de la historia de Chile (Santiago, LOM, 1993 [1972, Primera edicién}), Tomo 1v, pags, 249-290. 253

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