Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
1
childhood & philosophy
Editores / Editors
David Knowles Kennedy, Montclair State University, United States
Walter Omar Kohan, Universidade do Estado do Rio de Janeiro [UERJ]
O periódico childhood & philosophy é produto de uma parceria entre o NEFI (Núcleo de Estudos De Filosofias e
Infâncias) vinculado ao Programa de Pós-Graduação em Educação (PROPEd) da Universidade do Estado do Rio
de Janeiro(UERJ) e ao International Council for Philosophical Inquiry with Children (ICPIC). Editado no Brasil desde
sua criação, em 2005, childhood & philosophy publica regularmente três números por ano em formato eletrônico,
sendo impresso pelo menos um deles.
Site: http://www.e-publicacoes.uerj.br/index.php/childhood/index.
Quadrimestral
ISSN: 2525-5061
ISSN online: 1984-5987
1.Educação – Periódicos. 2. Filosofia da Educação – Periódicos. I. NEFI
CDD 370.1
CDU 37.0
childhood & philosophy está atualmente indexada às seguintes base de dados:
latindex, livre, doaj, dialnet, sumários.org; road, educ@ e BnF
2
Sumário
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 5-7 issn 2525-5061
4
doi: 10.12957/childphilo.2016.23526
1 E-mail: groppaq@usp.br
2 E-mail: fajardim@usp.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 5-7 issn 2525-5061 5
dossiê incêndios: infâncias do presente
6 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 5-7 issn 2525-5061
julio groppa aquino; fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 5-7 issn 2525-5061 7
8
doi: 10.12957/childphilo.2016.23336
Resumen
Dos nacimientos, cinco silencios. En la obra Incendios la infancia es la experiencia del ser
marcada por la profunda relación espacial que significa transitar, vivir y habitar un espacio,
aquella experimentada en el “ahogo al nacer cuando falta el aire, precisamente porque se accede
de improviso a él” (SANFRANSKI, 2014, p. 15). A partir de dos figuras de infancia que ofrece
Incendios – el nacimiento y el silencio – el artículo presenta un ejercicio de reflexión sobre lo que
significar construir, recorrer y habitar un mundo marcado por experiencias infantiles. En este
análisis se usa el lente arqueogenealógico propuesto por el filósofo alemán Peter Sloterdijk,
derivado del pensamiento de Heidegger y Foucault, para leer la infancia como la experiencia
primaria del existir, como el espacio de tránsito y habitación en el cual se configura y se
construye lo humano: desde el ingreso al mundo, desde los primeros instantes de su
construcción, en el tránsito entre la esfera primaria de vida – la “clausura madre” – y la esfera
animada y vivida – el “receptáculo”, (SLOTERDIJK, 2014) – ocurre la experiencia infantil y, con
ella, la compleja producción-relación-tránsito entre mundos habitados, aquella que define la
intensidad, la admiración, el desconcierto, la simpatía y la angustia… de vivir.
Abstract
Two births, five silences. In the film Incendies, childhood is represented as the experience of
being marked by the profound and special relationship between traveling and inhabiting a
space that is analogous to the suffocation of the birth experience—as that shortness of breath
that results from suddenly having access to it. From the two figures of childhood that Incendie
explores—birth and silence—this paper explores what it means to construct and inhabit a world
through the archeological lens proposed by the German philosopher Peter Sloterdijk, which
derived in turn from the thought of Heidegger and Foucault. Here, childhood is read as the
primary experience of existence, as a transitional space in which is the human is built and
configured. We enter to the world in transit between the primary sphere of life—the “closing
mother”—and the lively and vivid sphere, identified by Sloterdijk as the "receptacle." The
experience of childhood is, then, a complex process of transition between inhabited worlds,
exemplifying the intensity, sympathy, admiration, bewilderment and anguish of living.
1 E-mail: dlmarind@pedagogica.edu.co
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 9
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
Resumo
Dois nascimentos, cinco silêncios. No trabalho Incêndios a infância é a experiência do ser
marcada pela profunda relação espacial que significa transitar, viver e habitar um espaço,
aquela experimentada no “afogamento ao nascer quando falta o ar, precisamente porque se
acede de improviso a ele” (SANFRANSKI, 2014, p. 15). A partir de duas figuras de infância que
oferece Incêndios – o nascimento e o silêncio – o artigo apresenta um exercício de reflexão sobre
aquilo que significar construir, percorrer e habitar um mundo marcado por experiências
infantis. Nesta análise usa-se a lente arqueológica e genealógica proposta pelo filósofo alemão
Peter Sloterdijk, derivado do pensamento de Heidegger e Foucault, para ler a infância como a
experiência primária do existir, como o espaço de trânsito e habitação no qual se configura e se
constrói o humano: desde o ingresso ao mundo, desde os primeiros instantes de sua construção,
no trânsito entre a esfera primária de vida – a “clausura mãe” – e a esfera animada e vivida – o
“receptáculo”, (SLOTERDIJK, 2014) – ocorre a experiência infantil e, com ela, a complexa
produção-relação-trânsito entre mundos habitados, aquela que define a intensidade, a
admiração, o desconcerto, a simpatia e a angustia… de viver.
10 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
2 En su propuesta filosófica de la coexistencia en el espacio común que teje finos hilos entre la
intimidad y las macroesferas sociales, Peter Sloterdijk define la esfera como “la redondez con
espesor interior, abierta y repartida, que habitan los seres humanos en la medida en que
consiguen convertirse en tales. Como habitar significa siempre ya formar esferas, tanto en lo
pequeño como en lo grande, los seres humanos son los seres que erigen mundos redondos y
cuya mirada se mueve dentro de horizontes. Vivir en esferas significa generar la dimensión que
pueda contener seres humanos. Esferas son creaciones espaciales, sistémico-inmunológicamente
efectivas, para seres estáticos en los que opera el exterior” (2014, p. 37).
3 Es una figura de infancia que remite a la procedencia etimológica de la palabra in-fancia: del
verbo en latín faire, en participio presente fans. Una ampliación del tema en Pagni (2006).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 11
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
12 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 13
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
6En esta idea de apertura al mundo está en juego el concepto de “abierto” entendido como “el
Ser en el mundo”. Para una ampliación deeste concepto vease: Agamben (2007).
14 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 15
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
semióticos que los comunican, los reúnen, los definen y los limitan. La esfera
primaria de la clausura madre ofrece un mundo que obliga la salida hacia otro
mundo exterior y es en el encuentro de ese otro mundo, en el entre-mundos que se
produce con la llegada del nuevo, donde se causan los argumentos para un estar-ahí,
un estar-con-otros, que no siempre es un estar-juntos.
Tal vez sea en la diferencia entre el estar-con-otros y el estar-juntos, que se
juega la diferencia de la experiencia infantil de Nihad de Mayo y de Jeanne y Simon y la
conformación de los mundos adultos de Abu Tarek – torturador – y de los hijos y
hermanos Marwan. Así, parece que
Toda vida pasa en su comienzo por una fase en la que un suave delirio
arregla entre dos el mundo. Éxtasis solícitos entretejen entre sí madres e
hijos en una campana de amor cuyos ecos son y siguen siendo bajo
cualquier circunstancia condiciones de una vida felizmente lograda. Pero
pronto los dos únicos son remitidos a un tercero, un cuarto, un quinto;
con la salida de la vida aislante fuera de la cobertura inicial aparecen los
polos suplementarios y proporciones espaciales mayores que definen el
contorno de las relaciones, preocupaciones, intereses adolescentes y
adultos. En las esferas agrandadas actúan fuerzas que desgarran
interiormente al individuo, en una especie de delirio, en millones.
(SLOTERDIJK, 2014, p. 65)
16 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
la esfera animada y vivida en la cual somos acogidos y acogemos a los otros define la
experiencia primaria de existir: un espacio en el que surge y se actualiza el individuo
y la cultura, el espacio que se produce donde quiera que haya seres humanos juntos.
La experiencia de los primeros años de vida es el drama del tránsito entre la primera
esfera en la que estamos inmersos y las otras posibles esferas que encontramos,
producimos y habitamos con otros. Cómo nos hacemos capaces de mundo fuera del
seno materno es determinado por la manera como habitamos ese seno y, sin
embargo, es en el encuentro y la habitación del mundo creado, en el contacto con
otros mundos que se definen nuestros modos de estar, de vivir.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 17
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
hermana la tragedia que marcó la vida de Nawal y el comienzo de sus vidas como
“una promesa: la ruptura de un sentimiento de rabia”.
Silencio cinco: La falta de palabras que experimenta Nihad Harmanni un hijo –
un niño huérfano que buscó su pasado y que “quería ser un mártir para que su
madre lo viera en los carteles” – Abu Tarek – un joven capturado y formado por los
Cristianos radicales que se convierte en un temible torturador – un padre que
descubre el signo trágico de su procedencia y del mundo construido, cuando es
interpelado por unas cartas que actúan como reveladoras de los fragmentos que
configuran su existencia.
En estas cinco escenas emerge la figura de la infancia-silencio como experiencia
infantil. Ella remite a la comprensión de un estado de no habla, de lo no expresable en
términos discursivos que se asocia a la vida de los primeros años y que reaparece en
diferentes momentos, en los segundos posteriores al instante de una revelación, de un
fatum. Se trata de un gesto que expresa la condición de un pensamiento en elaboración o
interrumpido – un aún no listo, no acabado – que no se puede articular en palabras. Es
una figura que remite a la potencialidad del pensamiento en elaboración y alude tanto a
la experiencia inicial – cuando aún no se ha accedido al lenguaje – como a la experiencia-
acontecimiento – cuando los individuos son compelidos a elaborar y reorganizar su
pensamiento para hacer comprensible y habitable el mundo experimentado.
En su condición de límite del pensamiento y del lenguaje, como lugar de
novedad, de producción y de posibilidad, la figura del silencio remite a la
experiencia singular de una vida interrogada por los espacios habitados y los
fragmentos de la esfera compartidos con otros. Es una experiencia infantil en tanto
ausencia de habla, una experiencia precedida por el develamiento de una tragedia o
por el compromiso de una venganza que obliga al restablecimiento del mundo para
hacerlo expresable a través del lenguaje. La ausencia de palabras y la necesidad de
ellas para apuntalar y hacer habitable la esfera compartida remiten a la condición de
los primeros años. Aquella que inicia antes del nacimiento, en la esfera primaria de
vida, donde se produce un “algo” vinculado a la dimensión somática del cuerpo,
responsable por los afectos y que acompañan al Ser en su exposición, en su contacto
18 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 19
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
20 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
Se trata de una figura infantil marcada por la historia y que produce historia
en una forma no lineal y discontinua al constituirse en los actos particulares que
ocurren a los sujetos también particulares. Así, la complementariedad entre infancia
y lenguaje es con certeza de “casualidad inmanente” – lo que en términos
deleuzianos, corresponde a una causalidad que se actualiza en su efecto –, cada una
de ellas se afecta y modifica en su relación con la otra de forma permanente. 7
Entre los nacimientos y los silencios que nos presenta la película Incendies de
Denis Villeneuve es posible reconocer diversas formas de la experiencia infantil,
diferentes fragmentos y vestigios de esas experiencias que marcan las formas de
habitar el mundo y los mundos que construimos. En ellas los encuentros afectivos y
afectados con esferas más amplias configuran los modos de vida y las formas como
cada uno deviene sujeto de una cultura. El acceso a un lenguaje articulado, la
construcción de un mundo conectado y determinado en su relación con otros, dibuja
7 Así, como los trazos biológicos son patrimonio natural transmitido por el código genético, la
cultura es un patrimonio hereditario transmitido por medios no genéticos, de los cuales, el más
importante es el lenguaje. De hecho, con esa analogía, Agamben señala una diferencia
fundamental entre Naturaleza y cultura, diferencia derivada de los medios de transmisión: el
código genético y el lenguaje. Con todo, justamente tal diferenciación de los medios de
transmisión sirve a ese autor para discutir no la oposición, pero sí la diferencia y
complementariedad entre cultura y Naturaleza. Al proponer al lenguaje como el transmisor
privilegiado de la herencia cultural, emergen preguntas sobre su pertenencia exclusiva a la
esfera cultural, sobre sus fundamentos biológicos y sobre las condiciones y las formas como se
efectúan en el lenguaje las complementaciones y actualizaciones de esas dos esferas
(AGAMBEN, 2004).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 21
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
una infancia que es acto, potencia y acontecimiento.8 Una figura que emerge de
encuentros, generalmente, mediados por prácticas de crianza y educación que son
constantemente revisados y criticados.
Por este camino, “novedad”, “diferencia”, “acontecimiento” y “porvenir”
son trazos comunes a las figuras infantiles que se citan en los análisis propuestos por
las reflexiones filosóficas acerca de la educación. Esos rasgos también son usados,
desarrollados y articulados en las discusiones sobre las prácticas escolares en
diferentes ámbitos y, a partir de ellos, se formulan fuertes críticas a los saberes y a las
instituciones educativas, señalándolas como limitadoras de las posibilidades
infantiles. En este sentido, tal vez dos observaciones finales, derivadas de la
comprensión de las dos figuras infantiles reconocidas en la lectura que se hace de la
obra Incendios en este texto, puedan aportar algunos elementos para repensar esas
críticas:
La primera observación tiene que ver con la figura de la infancia-nacimiento
y el reconocimiento de la experiencia infantil como la experiencia de tránsito entre
dos mundos. No tanto como la llegada de algo nuevo cerrado, sino como la
experiencia de construcción de esa novedad en el encuentro de esferas y la
construcción de lo abierto, de formas de habitar y Ser. La llegada de los nuevos no es
la llegada de algo ya terminado, es la posibilidad de construcción de mundos y de
nuevas relaciones entre esferas dependientes entre sí. Así, parece necesaria una
reflexión sobre el límite y los alcances de las críticas que hacemos a la escuela y las
prácticas educativas:
¿No es la educación, quizás, en primer lugar, el ordenamiento
indispensable de la relación entre las generaciones y, por lo tanto, si de
dominio se quiere hablar, no tanto el dominio de los niños, sino más bien
de la relación entre generaciones [que parece competencia y
responsabilidad de las culturas que los acogen]? (AGAMBEN, 2007, p.
152)
8 Para ampliar, puede revisarse los análisis de Lauret sobre las figuras de infancia en el
pensamiento de Lyotard y las derivaciones posibles para pensar la educación de los niños. En
particular, ese autor revisa la imagen de la infancia como una “deuda paradójica de la cual no es
posible liberarse sino dejándola abierta e imprescindible” (LAURENT, 2008, p. 210). La infancia
será, así, todo aquello que se deja olvidar: “angustia, marcas originarias, ley” (LAURENT, 2008,
p. 210).
22 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 23
“incendios” o de la experiencia primaria de existir
Referencias
AGAMBEN, G. Infancia e historia. Traducción por: Silvio Mattoni. 3. ed. Buenos Aires:
Adriana Hidalgo, 2004.
AGAMBEN, G. Lo abierto. Traducción por: Flavia Costa y Edgardo Castro. 2 ed.
Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007.
ARENDT, H. La crisis en la educación. In: ______. Entre el pasado y el futuro. Ocho
ejercicios sobre la reflexión política. Traducción por: Ana Poljak. 5. Ed. Barcelona:
Península, 1996, p.p. 185-208. Disponible en:
<http://www.inau.gub.uy/biblioteca/Arendt%20crisis%20educacion.pdf>
FREUD, S. El horror al incesto. In: ______. Tótem y tabú. Algunas concordancias en la
vida anímica de los salvajes y de los neuróticos. Obras completas. Tomo XIII. Traducción
por: José L. Etcheverry. Buenos Aires: Amorrortu, 1991[1912-1913]. p. 11-26.
GAGNEBIN, J. M. A criança no liminar do labirinto. In: ______. História e Narração em
Walter Benjamin. São Paulo: Perspectiva, 1997. p. 73-92.
LAURET, Pierre. Uma inquietação a respeito da educação das crianças. Jean-François
Lyotard crítico da doutrina humanista da educação. In: BORBA, Siomara; KOHAN,
Walter (Orgs.). Filosofia, aprendizagem, experiência. Belo Horizonte: Autêntica, 2008. p.
209-222.
LYOTARD, J.F. O pós-moderno explicado às crianças: correspondência, 1982-1985.
Traducción por: Tereza Coelho. Lisboa: Dom Quixote, 1987.
PAGNI, P. Infância. In: CARVALHO, Adalberto Dias de. (Org.). Dicionário de Filosofia
da Educação. Porto: Porto, 2006. p. 212-220.
24 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061
dora lilia marín-díaz
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 9-25 issn 2525-5061 25
26
doi: 10.12957/childphilo.2016.23404
Resumo
O artigo, na interlocução com a literatura, especificamente com a peça Incêndios de Wajdi
Mouawad, (2003), almeja pensar sobre as implicações éticas da noção de origem utilizada nas
Ciências Humanas como causa, fonte, início. A questão que move o artigo considera que, à luz
de Walter Benjamin (1994), a idéia de origem seria uma criação mítica. Mito no sentido da
ausência de análise histórica, do campo conflitivo de forças, do qual emerge esta noção. À luz
da contribuição benjaminiana sobre a invenção da Infância, o artigo utiliza o atrevimento
infantil como enfrentamento às forças míticas da literatura. A infância que, por meio de
experimentações, de modos peculiares de leitura e escuta, põe à prova a obediência e a
reprodução do universo mítico. Ato insurgente que impede à história narrada a conclusividade
e afirma o seu desdobramento em outras tramas possíveis. Insurgência que interrompe a
linearidade do tempo e da história. O artigo é composto por três momentos. No primeiro, são
apresentados os contrastes entre a noção de origem, conforme Benjamin, e aquela comumente
utilizada nas Ciências Humanas, assim como na vida ordinária. Fragmentos de frases da peça
Incêndios são utilizados como experimentação da escrita, no intuito de justapor tempos e
sentidos que escapam à linearidade da história. No segundo, a interlocução da literatura de
Kafka (2012) com a peça de Wajdi Mouawad se faz presente com o objetivo de pensar sobre a
agonística do silêncio e do canto nas personagens de Incêndios. No terceiro momento, é
utilizada a categoria de constelação de Walter Benjamin, para intensificar a aposta ética da obra
de Mouawad.
Abstract
This paper aims to present a reflection on the ethical implications of the notion of origin – a
construct understood in the human sciences in the sense of cause, source, beginning—by way of
a dialogue with Wadji Mouawad’s stage play Scorched. Borrowing from Walter Benjamin’s
thought, the central literary question in the play is to consider origin as a mythical creation.
Benjamin’s contribution to an understanding of childhood helps us to think how infantile
dauntlessness can confront the mythical forces of literature. Benjamin’s is a childhood that
operates through trials and peculiar modes of reading and writing which put obedience and
reproduction as features of a mythical universe to the test. Therefore, a childhood that acts to
prevent the conclusiveness of history and to assert its capacity to unfold along different
trajectories is an insurgency that interrupts time and history’s linearity. In the first section of
this paper, I contrast the notions of origin articulated by Walter Benjamin and by the human
sciences or common sense. I also include some fragments from Mouawad’s play as examples
of a kind of writing that juxtaposes times and meanings which overtake the linearity of history.
In the second part, I put Kafka’s oeuvre together with Scorched in order to reflect on the
1 Email: baptista509@gmail.com
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.abr. 2016, pp. 2745 issn 25255061 27
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
agonism of silence and song--or chant--that traverses the experience of Mouawad’s characters.
Finally, I make use of Walter Benjamin’s notion of “constellation" to highlight the ethical
proposal implicit in Mouawad’s work.
Resumen
El artículo, en interlocución con la literatura, específicamente con la pieza Incendios de Wajdi
Mouawad, (2003), anhela pensar las implicaciones éticas de la noción de origen utilizada en las
Ciencias Humanas como causa, fuente, inicio. La cuestión que impulsa el artículo considera
que, a la luz de Walter Benjamin (1994), la idea de origen sería una creación mítica. Mito en el
sentido de la ausencia de análisis histórica, del campo conflictivo de fuerzas, de lo cual emerge
esta noción. A la luz de la contribución benjaminiana sobre la invención de la Infancia, el
artículo utiliza el atrevimiento infantil como enfrentamiento con las fuerzas míticas de la
literatura. La infancia que, por medio de experimentaciones, de modos peculiares de lectura y
escucha, pone a prueba la obediencia y la reproducción del universo mítico. Acto insurgente
que impide a la historia narrada la conclusividad y afirma su despliegue en otras tramas
posibles. Insurgencia que interrumpe la linealidad del tiempo y de la historia. El artículo se
compone de tres momentos. En el primero, son presentados los contrastes entre la noción de
origen, conforme Benjamin, y aquella comúnmente utilizada en las Ciencias Humanas, así como
en la vida ordinaria. Fragmentos de frases de la pieza Incendios son utilizados como
experimentación de la escritura, con el propósito de yuxtaponer tiempos y sentidos que escapan
a la linealidad de la historia. En el segundo, la interlocución de la literatura de Kafka con la
pieza de Wajdi Mouawad se hace presente con el objetivo de pensar sobre la agonística del
silencio y del canto en las personajes de Incendios. En el tercer momento, se utiliza la categoría
de constelación de Walter Benjamin, para intensificar la apuesta ética de la obra de Mouawad.
28 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
Antes do Incêndio
Era uma vez uma aldeia do Líbano onde uma velha senhora chamada
Nazira aconselhava a neta a partir daquele lugar. A jovem neta apaixonou-se por
Wahab, engravidou e foi banida pela mãe e por todos da aldeia. Chamava-se Nawal
Marwan a jovem que partiu levando consigo a cólera implacável da família. A mãe,
após o parto, entregou a criança a uma mulher chamada Elhame. O filho de Nawal
foi criado em um orfanato ao norte. A velha senhora Nazira rogava à neta para ter
coragem e partir. Dizia que é preciso aprender a escrever, a contar, a falar. A avó
exigia que Nawal pegasse a sua juventude, a sensualidade, o seu cheiro, a felicidade
possível e abandonasse a aldeia. Nos anos setenta o Líbano estava em guerra. O
jovem Wahab partiu para lutar. Norte e sul combatiam violentamente. Casas,
crianças, aldeias, do sul e do norte do Líbano, foram destruídas pela guerra. Antes de
morrer, Nazira pediu à neta que aprendesse a ler e gravasse o seu nome na pedra do
seu túmulo. Depois de alguns anos a jovem retornou e escreveu: “Noûn, Aleph, zaïn,
ué, rra! Nazira. O teu nome ilumina o teu túmulo” (MOUAWAD, 2013, p. 354). Era
nítido o nome da velha senhora cravado na pedra. Após a tarefa, Nawal procurou
desesperadamente pelo filho. Certo dia conheceu Sawda, que a viu escrever o nome
na pedra. Sawda, também jovem, desejava aprender a ler e escrever. Insistentemente
pediu a Nawal que a levasse junto na sua procura pelo filho. Em troca, cantaria
quando a nova amiga estivesse cansada. Confessou que na aldeia nada acontecia.
Apontavam o céu para ela, o vento, mas nada diziam sobre eles. Falou também que o
mundo estava mudo, a vida passava e tudo estava mudo. Almejava aprender a ler
porque, segundo ela, com uma palavra, tudo se ilumina. Nawal e Sawda desejavam
conhecer o mar. As duas partiram juntas para a procura do filho e para lutar. Foram
presas e torturadas. Nawal aprendeu a cantar, e cantava após as torturas. Cantava,
cantava, cantava e mantinha perto de si a presença da amiga. Nunca mais encontrou
Wahab. Aprendeu a cantar com Sawda, morta após explodir uma bomba que matou
o chefe dos milicianos. O filho de Nawal foi criado no orfanato. Adulto, trabalhou na
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 29
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
prisão de Kfar Rayat. Torturava os que combatiam as milícias. Durante dez anos
Nawal cantava na prisão quando era torturada, ou quando ouvia os gritos dos
prisioneiros nas celas. O terror a impelia a cantar. Prometeu à amiga que o canto seria
uma forma de coragem. O menino levado para o orfanato, tirado dos braços de
Nawal, chamava-se Abou Tareck. Certo dia, este homem violentou a mulher que
cantava na cela. Ela engravidou, e seus dois filhos foram entregues a um homem
chamado Fahim, que os colocou em um balde para exterminá-los. Fahim entregou os
gêmeos para outro homem, chamado Malak. Malak, comovido, não realizou a tarefa
e salvou os gêmeos das águas frias do rio. Após longos anos Nawal é libertada e
parte para o ocidente. Os gêmeos lhe são entregues pelo homem que os salvou. A
menina chamava-se Jeanne, o menino Simon. Nawal partirá com os gêmeos para o
ocidente. Próximo da sua morte permaneceu cinco anos em silêncio. Antes de
morrer, deixou um testamento onde detalhava a oferta de objetos para os filhos e
para o tabelião. No testamento, fez uma exigência para os gêmeos: encontrar o pai e o
irmão. Os dois relutaram, mas partiram rumo ao oriente, na incumbência de entregar
as duas cartas, para o irmão e para o pai. Jeanne e Simon, com o auxílio do tabelião
Hermille Lebel, descobrirão o mistério. No deserto a origem será revelada. O pai e o
irmão eram a mesma pessoa. A carta foi entregue.2
Esta história será destruída pelo fogo com crueldade. A sucessão
cronológica dos fatos fenecerá. Cuidado, conspira-se uma perigosa história A
revelação queimará calendários, mapas, quimeras da esperança. Nomes e tempos
ficarão chamuscados. A origem será outra. O era uma vez de uma narração será
enfrentado. Quimeras da desesperança serão também queimadas. Das cinzas algo
restará. Será encontrado no céu, no perigoso infinito onde residem estrelas.
O que pode uma leitura? Qual o poder da escuta de certa concepção de
Infância? O que fazer do mito de uma história que despreza o atrevimento da
infância? Qual atrevimento?
A sensação que precede o vômito, a ausência do bálsamo, o mal-estar
produzido pela inexistência da conclusão feliz são características da literatura de
30 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
Franz Kafka destacadas por Theodor Adorno (1998). Incêndios, peça escrita por Wadji
Mouawad, mantém este desconforto. Segundo Mouawad (2013, p. 321), seria uma
obra sobre origens. A mensagem edificante, a resposta definitiva, inexistem na obra
do autor libanês. Assim como em Kafka (2012) e em Artaud (2006), é uma obra cruel.
Crueldade de certa aposta da arte, da qual o suporte de um mundo reconhecível, da
função das palavras e das imagens como ornamento, é destruído. O cruel desta
aposta pede mais, muito mais, a uma agonia. Agonística incessante, desalojada das
angústias de um mundo interior alheio aos assombros do mundo. Incessante,
segundo Llansol (2011, p. 120), porque atenta aos apelos que criam e desfazem
contornos definitivos de vidas e de verdades: “A verdade não é subjectiva, nem
objectiva, mas o contorno final e acabado da vida de cada um; a resposta dada, com
recta intenção, ao justo apelo. Perguntar ‘ quem sou’ é uma pergunta de escravo;
perguntar ‘ quem me chama’ é uma pergunta de homem livre”. Liberdade perigosa
para modos de existir onde a vida os põem à prova implacavelmente. Apelo que
destroça o conforto do eu, do ser, da morte em vida na afirmação da materialidade
de uma verdade.
A crueldade da arte nesta agonística incessante atenta aos apelos do mundo
da imanência, recusa a virtude de representar mazelas ou belezas do humano, ou da
educação do espírito. Nesta recusa, afirma-se a “ausência de voz para gritar”.
Ausência, segundo Blanchot (2005, p. 51), que “não é apenas uma dificuldade
metafísica, é o arrebatamento de uma dor”. Arrebatamento de um grito do silêncio,
da lacuna, do gaguejar, do ainda não, da falta de ar, da revolta que sufoca a palavra.
O grito sem voz perdura, interrompe, corta, persevera rompendo a continuidade de
uma sentença, de uma provação, do tempo em direção ao porvir. Crueldade que
impede a catarse, rejeita a função dos órgãos do corpo, extirpa da pele, dos dedos, as
impressões digitais. Exige atenção ao tremor do corpo antes do regurgitar. Tremor
criado por nada pessoal, por nada exterior, mas efeito, segundo Blanchot (2010, p.
23), “do abalo daquilo que o conclama fora da vida ordinária. Entregue assim a uma
experiência desmedida, mede-se em relação a ela com espírito firme, difícil e ardente,
mas que na chama ainda busca a luz”. Nos comentários de Blanchot (2010) ao Teatro
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 31
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
32 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
Na verdade do dia a dia, as coisas são porque são, discursos são o que são,
protegidos pela pureza de uma luz que ordenará e punirá o desvio. Iluminação que
conduz, governa almas, mas não queima, ou destrói para abrir caminhos. Pressupõe
que onde pousa manterá intacto o objeto iluminado. Desconhece, ou desdenha a
criação e a destruição da sua força. Luz que protege o corpo para a execução das suas
funções; protege-o para não escapar, para não ser seduzido, reverberado por algo
fora do ordinário. No mundo mítico da natureza, nas diretrizes da razão, no universo
do sagrado, encontramos luzes imaculadas, cuja composição de elementos nos
escapa. Fora do ordinário, mitos correm perigo, o destino é ameaçado. Fulgores do
mundo mítico, brilhos eternos correrão perigo na vida plena de paradoxos. À
semelhança da chama soprada pelo vento, nenhum modo de vida, ou de morte, será
retido em uma única forma. A luz oferecida pelo mito não se apaga. A do fogo sim.
Verdades finitas, compostas por matérias finitas, vulneráveis às forças díspares do
vento, poderão ser apagadas, reacendidas, insufladas pela incansável ação da
história.
Em Incêndios o horror da guerra corre ao lado da violência da origem de
uma trama. Na peça um testamento exige a busca da verdade. Ela será encontrada,
mas arderá, queimará cruelmente. Verdade que nega ao corpo a imunidade, o sair
ileso após o contato com a sua chama. Wadji Mouawad apresenta o fracasso da
procura fadada a ser feliz, ou infeliz. O testamento roga, exige o fato verídico. Uma
agonística se fará entrelaçada à força do mito a dizer onde tudo começa e à crueldade
do encontro com a verdade que o destrói no uso das suas labaredas. Fogo de uma
particular salvação. Trata-se de uma obra que estilhaça o mito do início de tudo, da
fonte, do berço. Enfrenta o destino implacável da maldição de uma culpa sem sujeito.
Incêndios oferece a laica salvação onde nada começa, nem se encerra. Qual?
Na peça de Mouawad, uma mulher declara no seu testamento que seja
enterrada de costas para o céu. No testamento para os filhos gêmeos, Nawal Marwan
ordena: “Enterrem-me toda nua. Enterrem-me sem caixão. Sem hábito, sem mortalha.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 33
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
Sem oração. E de rosto voltado para o chão. Deponham-me no fundo de uma cova.
Testa-de-ponte contra o mundo” (MOUAWAD, 2013, p. 330). Na obra de Kafka
encontra-se a sensação que precede o vômito na falência da esperança, na recusa à
moral redentora. Encontra-se também, segundo ele, a força para exigir mais, muito
mais, de uma agonística quando é bloqueada por excesso de dor: “Nada disso -
atravessando as palavras há restos de luz” (KAFKA, 2012, p. 118). Na peça do autor
libanês estes restos são encontrados. Opõem-se a iluminar caminhos, à errância de
uma alma, ou a uma história atormentada. É a luz do fogo que queima cruelmente na
exigência do escape às amarras do sempre igual, do retorno do mesmo. Os restos de
luz ofertados por Kafka diferenciam-se das epifanias de felicidade, das prováveis
saídas do desespero. São restos de forças que retiram o corpo da paralisia, do torpor,
da inércia da desesperança, e da esperança. Por que os olhos de Nawal Marwan
voltam-se contra o céu? No testamento Narwal pede aos filhos gêmeos, Jeanne e
Simon, a entrega de duas cartas; uma para o pai, outra para o irmão. Os dois não os
conhecem. Terão a missão de descobrir a origem de tudo. Após o cumprimento da
tarefa o rosto de Nawal não terá a testa sobre a terra. O rosto fitará o mundo. O corpo
nu estará frente a frente com as estrelas. Por quê?
A busca da origem seria uma presença marcante em certas modalidades da
arte, assim como nas Ciências Humanas. Provocadas por essa busca, formulam
perguntas prontamente respondidas, como se as verdades procuradas fossem
imunes aos embates nem sempre visíveis das práticas do poder. A indagação
formulada e, logo após, a resposta ofertada sem hesitação dão lugar ao alívio, ao
oxigênio reconfortante. Qual a origem do desejo que faz a carne sentir medo? Como
nasce a inocência? De onde vem a vontade de matar e de amar? O que move o corpo
de uma criança rumo ao ideal de todos? Que predisposições explicariam o ato
violento?
Das origens, a história dos homens segue linear, atenta aos percalços que
possam interromper a continuidade. Porém o oxigênio reconfortante da resposta
poderá ser extirpado por apostas da arte onde o início e o fim serão aniquilados. O
mito da origem lega a continuidade de uma missão, a finalidade da Ideia necessitada
34 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 35
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
de um mundo que subtrai suas forças. A ação da faca a denota como um ente
luminoso, pleno de qualidades, mas frágil. Ente alheio ao campo conflitivo da
invenção humana. A faca a subtrai da história. Impede a recusa enérgica ao mundo
das essências onde o tempo deve seguir continuamente em direção ao futuro. A
ausência da lâmina na garganta lhe daria o ar para ser um artefato, uma incansável
criação onde os deuses faltam.
A invenção burguesa da fragilidade, da inocência infantil, é contraposta pelo
atrevimento formulado por Walter Benjamin5 (1996, p. 215): “O conto de fadas
ensinou, há muitos séculos à humanidade, e continua ensinando hoje às crianças, que
o mais aconselhável é enfrentar as forças do mundo mítico com astúcia e arrogância”.
Enfrentamento próximo da crueldade da arte a estilhaçar a compacidade de uma
história, pondo em risco o destino que a move. O gesto infantil burla o final da
mensagem, nega à narrativa o fim conclusivo. Joga com os personagens, com as
imagens na experimentação do destruir e reconstruir incessantemente. Gesto do
desdobramento de sentidos, da decomposição de tempos e espaços. O era uma vez de
uma história será convocado a surgir de novo, irreconhecível. O fim, a sucessão
cronológica da fábula lida ou ouvida, é atrevidamente interrompido em direção à
mensagem edificante. Atrevimento perturbador da harmonia e da continuidade da
narração. Ato que torna ruína, restos, cacos o que ela ouve, ou lê; destes restos outra
composição será provisoriamente apresentada. Começos e fins do narrado serão
suspensos. A grandeza do mito perderá sua força. Segundo Gagnebin (2015, p. 175),
5 Sobre a presença da infância nas reflexões de Walter Benjamin, Gagnebin (1994, p. 94)
argumenta que as “lembranças que se lhe impuseram quando compreendeu que só podia
realmente escrever sobre sua infância quando tivesse abandonado as encenações projetadas
pelo ‘eu’, para se consagrar às descrições de um teatro cujo desenrolar não controla.
Paradoxalmente, a renúncia à autoridade do autor permite a eclosão de um texto luminoso no
qual ele reaparece como voz narrativa única, surgindo do entrelaçamento da sua história com a
história dos outros”.
36 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
Fogo
6 Denominação utilizada por Silva (2016). O referido autor, na análise do livro Coir de Schérer e
Hocquenghem, aproxima-se das considerações da Benjamin sobre a Infância: “o que torna o
livro de Schérer e Hocquenghem completamente distinto [...] é a afirmação de um inominável
da infância, que assim é pensada em sua diferença inadestrável, inapreensível senão pela
prática de uma sistemática, quer dizer, uma pragmática das paixões, dos afetos, da potência de
agir” (p. 109).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 37
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
Acontece que as sereias têm uma arma ainda mais terrível que o canto –
o seu silêncio. Na verdade nunca aconteceu, mas é perfeitamente
plausível imaginar que alguém se pudesse salvar do seu canto. Do seu
silêncio certamente que não. Nada de terreno pode resistir à sensação de
as ter vencido com as próprias forças, à arrogância que, na sequência
disso, tudo derrubaria. E, de facto, quando Ulisses passou, estas
portentosas cantoras não cantaram. Ou porque pensaram que a este
adversário só se lhe chegava pelo silêncio, ou porque, à vista da
felicidade estampada na cara de Ulisses, que só pensava em cera e
correntes, esqueceram de vez a cantoria.
38 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 39
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
que a cólera da mãe dela é igual à da sua mãe. A mulher que irá silenciar foi expulsa
por todos da vizinhança. Na aldeia quase não chove. Certo dia, a banida de casa
conheceu a mulher que canta e ficaram amigas. Crianças pegam, pegarão fogo
naquele lugar onde ninguém conhece o mar. Na aldeia o tempo se repetia como as
estações do ano. Para recusar é preciso falar, disse a velha senhora. A jovem que irá
silenciar no futuro contou que no lugar onde todos pegam fogo o mundo está mudo.
A que cantava disse à amiga que antes de aprender a ler lhe indicavam o céu, mas
não diziam nada sobre ele. Apontavam para o vento, para o mundo, e tudo
continuava opaco.
Em uma aldeia de qualquer lugar do mundo tempos diversos atravessam
suas fronteiras. A morte não tem poros (FREITAS FILHO, 2006, p.52). A aldeia ainda
está viva. Dentro dos seus limites o nascimento dos filhos da mulher banida dali é
fruto da violação e do horror. São gêmeos, um menino e uma menina. Nasceram e
nascerão na prisão e serão jogados nas águas frias do rio. Na aldeia céu é céu, água é
água, vento é vento e não seriam mais nada do que isso. A mulher que não sabia ler
rogava à amiga, que irá silenciar no futuro, que a terra é ferida por um lobo
vermelho. Os gêmeos foram salvos por um homem. Um menino e uma menina
escaparam das águas frias. Meninos e meninas não escaparão das águas geladas. A
mulher do silêncio aprendeu a cantar, aprendeu com a amiga que olhava o céu, o
vento e não sabia nada sobre eles. Todo o dia canta, cantava e cantará no lugar
repleto de horror e violação. No passado, no presente, no futuro, dizia a avó à neta,
tu és a sensualidade e o seu cheiro, leva-os contigo e separa-te da cólera infinita desta
família como quem se separa do ventre da mãe. Milicianos não conhecem o mar. Os
gêmeos salvos da água gelada foram levados para longe, muito longe do lugar onde
nasceram. As duas mulheres foram presas.
Em uma aldeia de qualquer lugar do mundo tempos diversos atravessam
suas fronteiras. A morte não tem poros (FREITAS FILHO, 2006, p.52). A aldeia ainda
está viva. Nela homens, mulheres, crianças pegarão fogo. O céu, o vento, os pássaros
eram o que eram, são o que são, serão o que são e nada mais, antes dela aprender a
ler e a pensar. A velha senhora, avó da mulher que irá silenciar na terra estrangeira,
40 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
tem seu nome cravado na pedra. A aldeia arde, os gêmeos foram salvos, a mãe
cantou e ficará muda. A milícia desejava degolar as duas mulheres. Na aldeia
refugiados são incendiados. O mundo opaco é ferido por um lobo vermelho. A velha
senhora repediu, repete e repetirá: uma palavra tudo salva. Todos diziam que à
nossa volta não há beleza, só cólera de uma vida dura e agreste. A mulher mãe dos
gêmeos insistia em dizer que agora juntos, é melhor. Os refugiados incendiaram a
casa para vingarem os milicianos que tinham destruído o poço. Os refugiados
queimam a colheita porque os milicianos incendeiam casas. Milicianos incendeiam
ônibus porque refugiados não conhecem o mar. Na aldeia a história prossegue de
cólera em cólera. A avó morrerá e não sumirá. Ali quase não choveu. A velha
senhora diz para a neta que é preciso quebrar o fio da dor em tristeza, da tristeza em
dor, da dor em cólera, da cólera em tristeza. O fio é longo, vai até o começo do
mundo, diz a mulher do nome cravado na pedra. A aldeia ardeu, arde e arderá.
Em uma aldeia de qualquer lugar do mundo tempos diversos atravessam
suas fronteiras. A morte não tem poros (FREITAS FILHO, 2006, p.52). A aldeia ainda
está viva. A mãe dos gêmeos repete, repete, repete: agora juntos, é melhor. Ouviu da
avó: leve a sua sensualidade e o seu cheiro, quebre o fio, abandone este lugar. A
mulher que cantava desejava saber mais do vento, da chuva e do mundo. A mulher
que silencia foi presa e violentada. O homem afirmou que a infância é uma faca
cravada na garganta e não é fácil retirá-la. Milicianos queimam refugiados que
queimam milicianos na aldeia do rochedo das árvores brancas. Para recusar é preciso
falar, falou a velha senhora. Onde as mulheres vivem só existem fios que vão até o
começo do mundo. A velha senhora não se transformou em cinzas. Milicianos
repetem, repetem, repetem e nada acontece. O vento não soprou o nome da avó para
o esquecimento. Ela esteve, está e estará na aldeia e fora dela. Milicianos não cantam
e não silenciam. A mãe dos gêmeos aprendeu a ler e a contar histórias na vida dura
do agreste e fora dele. Aquele lugar arde, ardeu e arderá e quase não há beleza. O
mundo opaco será ferido por um lobo vermelho. Os filhos gêmeos salvos das águas
geladas foram para um lugar distante dos animais e da seca. A velha senhora não
virou cinzas, tem agora um nome como os ventos, os pássaros, e o mundo quando
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 41
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
fala, silencia e pensa. A infância é uma faca cravada na garganta, disse o homem.
Uma palavra e tudo se ilumina, torna-se opaco, queima. Ela levou e levará para fora
de casa o seu cheiro que destrói o fio. Na aldeia o mundo tem um começo e um fim.
Do refugiado à cólera, da cólera à recusa, da recusa ao rio das águas geladas, do rio
das águas geladas ao silêncio, do silêncio à faca na garganta, da faca na garganta à
palavra, da palavra à milícia, da milícia ao canto, do fogo ao lobo vermelho, da pedra
do túmulo ao fogo, do fogo ao canto, do canto à faca, da faca à palavra, da palavra à
dor, da dor às cinzas, das cinzas à recusa, da recusa ao incêndio faziam, fazem, farão
parte do fio da aldeia onde quase não chove. O tempo é como uma galinha a que se
cortou a cabeça que corre para a direita e para a esquerda sem parar, com o seu
pescoço cortado onde o sangue submerge-nos e afoga-nos.
Em qualquer lugar do mundo onde as fronteiras são porosas a infância
desvencilha-se da faca na garganta; o céu é visto repleto de imagens de animais, de
objetos e pessoas, de mares e rios, de pedaços incompletos de dores e alegrias.
Imagens que cintilam como estrelas. Nesta constelação o passado, o presente e o
futuro brilham juntos, mudam de cor e de tamanho. A origem e o fim de qualquer
trama extinguem-se. No infinito do céu o tempo é inquieto como a chama soprada
pelo vento. A faca cravada na garganta da infância é difícil de retirar, disse, diz e dirá
o homem. Sem a faca ela torna-se o atrevimento de uma arte cruel.
Perigos sinalizados pelo intolerável de uma dor insistem em manter a sua
intensidade. Indicam, mostram o céu com seus restos, ruínas, pedaços de narrativas a
espera de composições, ou de constelações. A neta aprendeu a escrever e cravará no
túmulo da velha senhora, A, z, y, r, a, h, z, n, f, RR, b, g, x., m, j. Nome indefinido,
alojado em um corpo sem proprietário, pátria ou lugar definitivo. Nome desenhado
pela chama inquieta de uma certa forma de se fazer história. O fogo destruía
cruelmente a permanência e a clareza do corpo, do nome, do tempo.
Cinzas
Jeanne e Simon receberam uma carta após o cumprimento da missão
delegada pela mãe. Na carta Nawal propõe:
42 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
Das cinzas do passado, dos restos deixados pela combustão, um sopro de ar,
uma lufada de vento, trará novamente o fogo. O atrevimento de certa infância ao
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 43
incêndios da infância. atrevimento de uma arte cruel
Referências
ARTAUD, Antonin. O Teatro e seu Duplo. São Paulo: Martins Fontes, 2006.
ADORNO, Theodor. Anotações sobre Kafka. In: ______. Prismas: crítica cultural e
sociedade. São Paulo: Ática, 1998. p. 239-270.
BARTHES, Roland. O neutro. São Paulo: Martins Fontes, 2003.
BECKETT, Samuel. Proust. São Paulo: Cosac & Naify, 2003.
BENJAMIN, Walter. O Carácter Destrutivo. In: BARRENTO, João (org e trad.). Walter
Benjamin. Imagens do Pensamento. Porto: Assírio & Alvim, 2004. p. 215-217.
________. O narrador. Considerações sobre a obra de Nikolai Leskov. In: Magia e
Técnica, Arte e Política. São Paulo: Brasiliense, 1994. p. 197-221.
________. Origem do drama barroco alemão. São Paulo: Brasiliense, 1984.
BLANCHOT, Maurice. O livro por vir. São Paulo: Martins Fontes, 2005.
BLANCHOT, Maurice. A conversa infinita 3: a ausência de livro, o neutro, o
fragmentário. São Paulo: Escuta 2010.
CASTRO, Claudia. A alquimia da crítica. Benjamin e As afinidades eletivas de Goethe.
Rio de Janeiro: Paz e Terra, 2011.
FREITAS FILHO, Armando. Rol. Poemas. São Paulo: Companhia das Letras, 2016.
GAGNEBIN, Jeanne-Marie. Limiar, aura e rememoração. Ensaios sobre Walter
Benjamin. São Paulo: Ed. 34, 2014.
________. História e narração em W. Benjamin. São Paulo: Perspectiva, 1994.
44 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061
luis antonio baptista
KAFKA, Franz. O silêncio das sereias. In: BARRENTO, João (org e trad.). Franz Kafka.
Parábulas e fragmentos. Porto: Assírio & Alvim, 2012.
LLANSOL, Maria Gabriela. Um Falcão no Punho: Diário I. Belo Horizonte: Autêntica,
2011.
MOUAWAD, Wadji. Incêndios. In: ______. O sangue das promessas: Céus, Florestas,
Litoral e Incêndios. Lisboa: Cotovia, 2013. p. 319-417.
SILVA, Eder Amaral. A cruzada das crianças. Constelações da infância à penumbra.
Tese do Programa de Pós-Graduação em Psicologia Social da UERJ. 2016.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 27-45 issn 2525-5061 45
46
doi: 10.12957/childphilo.2016.23419
Resumo
Incêndios, peça teatral escrita pelo libanês Wadji Mouawad e publicada em francês em 2003,
sugere, a partir da singularidade de uma condição histórico-familiar, uma incursão analítica nas
questões que remetem às relações entre gestualidade, ética, política e infância. A análise elege
dois momentos da obra teatral para conduzir a argumentação: a) os efeitos do gesto de silêncio
da personagem Nawal; b) a conclamação ao gesto de escrita que perpassa as três gerações de
mulheres. O ensaio organiza-se a partir de três planos analíticos. Num primeiro, a partir da
questão do silêncio do gesto, buscamos, na companhia de Giorgio Agamben, explorar as
relações entre politização e estilização da gestualidade. Em seguida, no horizonte do
pensamento de Gilles Deleuze e Félix Guattari, buscamos tomar a dimensão do gesto como
recurso estratégico, da ordem dos signos, na produção de cartografias do viver. Argumentamos
que as urgências cartográficas constituem-se como trabalhos de estilização e politização das
formas de vida, demandando uma articulação entre política da atenção e gestualidade. Num
terceiro movimento, o trabalho busca aproximar a questão da gestualidade numa perspectiva
de aprendizado, apontando os efeitos dessa experiência para tomarmos infância como uma
força pervasiva capaz de ubiquidade num tempo qualquer e em toda parte. A análise conclui
sobre o caráter de impessoalidade do gesto e de sua respectiva potência como assinatura do
mundo.
1E-mail: cintyaribeiro@usp.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 47
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
Resumen
Incendios, obra escrita por el libanés Wadji Mouawad y publicada en francés en 2003, sugiere,
desde la singularidad de una situación familiar histórica, una incursión analítica sobre
cuestiones que se refieren a la relación entre gestualidad, ética, política e infancia. El análisis
elige dos momentos de la obra para argumentar: a) los efectos del gesto de silencio del
personaje Nawal; b) la llamada al gesto de escritura que se ejecuta a través de las tres
generaciones de mujeres. El artículo se organiza a partir de tres ejes de análisis. En un primer
momento, desde la pregunta acerca del silencio del gesto, buscamos, en compañía de Giorgio
Agamben, explorar la relación entre la politización y la estilización de los gestos. A
continuación, en el horizonte del pensamiento de Gilles Deleuze y Félix Guattari, buscamos
tomar el alcance del gesto como un recurso estratégico, en el orden de los signos, en la
producción de cartografías de la vida. Se argumenta que las emergencias cartográficas
constituyen obras de estilización y politización de las formas de vida, lo que requiere un vínculo
entre la política de la atención y la gestualidad. En el tercer movimiento, el análisis trata de
abordar el tema de la gestualidad en una perspectiva de aprendizaje, señalando los efectos de
esta experiencia para tomar a la infancia como una fuerza omnipresente capaz de ubicuidad en
cualquier momento y en todo lugar. El análisis concluye con la impersonalidad del gesto y su
respectivo poder como una firma del mundo.
48 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
Jamais
o gesto do pintor
fica na moldura, ele
sai da moldura e
não começa com ela.
G. Deleuze; F. Guattari (1992, p.242)
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 49
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
50 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 51
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
52 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
conduta] se retiram, o gesto inteiro de sua vida tem a densidade de uma obra” (p.
117).
Gesto e obra se confundem, portanto, como um só trabalho, performativo,
de estilização e politização da vida. Afirmamos, portanto, que habitar esses
movimentos incorpóreos do gesto – “atenção flutuante, visão sem foco, vigilância
esparsa” (GALARD, 1997, p. 101) – exige recusar a loquacidade do mundo e ao
mesmo tempo nele se imiscuir, numa travessia muda.
No esteio dessas discussões, poderíamos inferir duas formulações cruciais à
argumentação desse trabalho: em primeiro lugar, assumimos a ideia de que des-
subjetivar o gesto torna-se, pois, uma ética e uma política; em segundo lugar,
postulamos que, uma vez imantado num campo ético-político, todo gesto sustenta-se
em certa política do silêncio, a qual por sua vez, demanda certa política da atenção.
Conduzindo uma instigante digressão a respeito do gesto, Giorgio
Agamben (2008) nos lança a um território de sutilezas, para explorarmos tal incursão
analítica. Em seu ensaio Notas sobre o gesto, o pensador italiano cunha a seguinte
imagem: “O que caracteriza o gesto é que, nele, não se produz, nem se age, mas se
assume e suporta. Isto é, o gesto abre a esfera do ethos como esfera mais própria do
homem” (AGAMBEN, 2008, p. 13).
Considerando discussões aristotélicas, o autor contemporâneo articula as
singularidades de três gêneros referentes à ação: afirma a distinção entre as
categorias do fazer e do agir, distinguindo, de ambas, a noção de gesto. Enquanto o
fazer estaria endereçado a um fim que lhe é exterior, o agir remeteria à própria ação
em si, constituindo-se, pois, como uma finalidade em si mesma. Ambos se
constituem como meios consagrados a um fim, ainda que voltados a qualidades
distintas. Diferentemente, o gesto seria de outro matiz: nem um fazer, nem um agir –
um suportar, um sustentar, um suster, um assumir.
Em resumo, o fazer seria um meio em vista de um fim; o agir seria um fim
sem meios. O gesto seria a pura exposição de um meio em si mesmo, sem remissão a
um fim – “um meio sem fim”, nos termos de Agamben. Sua evocação é impecável:
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 53
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
54 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 55
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
[O gesto] não tem propriamente nada a dizer, porque aquilo que mostra
é o ser-na-linguagem do homem como pura medialidade. Mas, assim
como o ser-na-linguagem não é algo que possa ser dito em proposições,
o gesto é, na sua essência, sempre gesto de não se entender na
linguagem, é sempre gag no significado próprio do termo, que indica,
antes de tudo, algo que se coloca na boca para impedir a palavra.
(AGAMBEN, 2008, p. 14, grifo do autor)
Ora, se o gesto diz de sua própria ação de dizer, sua condição muda parece
ser essencial à sua potência. É desse abismo que se trata. O mergulho de Jeanne não
responde a um apelo subjetivo da mãe ou de si, ativado por um silêncio factual.
Trata-se de abrir passagem ao mutismo inerente ao gesto mesmo que, afirmado,
coloca em questão absoluta certa geometria do viver.
Se gesto é esse gag da linguagem, esse “algo que se coloca na boca para
impedir a palavra” (AGAMBEN, 2008, p.14), como acima formulado pelo pensador
italiano, tende a acionar outras modulações nos regimes de percepção, situação que
nos permite pensar em outras políticas da atenção – demandas urgentes na
ambiência contemporânea.
Na contramão das velocidades atuais, com suas vertigens, o mutismo faz
dilatar a temporalidade, tornando intensivo o presente, exigindo dos homens outros
silêncios – esses agudos gestos de espera que atuam como outros verbos, uma vez
que aqueles canônicos já não podem mais geometrizar.
Insistimos que não é exatamente a busca da verdade da origem o que move,
por sua vez, esse gesto-Jeanne. Já se sabe de largada sobre a verdade oculta: alhures,
há um pai, há um irmão. Mas há um mutismo essencial que exige outro gesto: a
espera. Mergulhando num tempo sem fim, em absoluta suspensão cronológica,
“Jeanne coloca os fones de ouvido, insere uma nova fita cassete e volta a escutar o
silêncio da mãe dela” (MOUAWAD, 2013, p. 78).
O acontecimento mudo requer a invenção de outra modalidade de atenção,
gesto de resistência, portanto, frente à temporalidade avassaladora das formas
culturais mais imperiosas da atualidade.
Potente, essa linha Nawal-Jeanne resiste à obediência da série silêncio-
decifração e inventa uma gestualidade silêncio-espera. Nesse gesto outro que
atravessa o campo imanente de todas as vidas em afetação é preciso a coragem de
56 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
recusar a geometria, com seus cálculos de linhas e pontos, de tal maneira que se
possa ensaiar uma cartografia de signos.
Há de se converter a atenção numa ética, numa política, de modo a
cartografar a intensidade do tempo dilatado do presente. É nesse sentido que habitar
a temporalidade da espera requer outra política de atenção, outra política de
percepção.
Dispor-se à atenção e à percepção não são ações derivadas de supostas
faculdades inerentes à condição humana. O pesquisador norte-americano Jonathan
Crary (2013), em seu extenso estudo Suspensões da percepção, ancorado no pensamento
de Michel Foucault e Gilles Deleuze, desnaturaliza tais ações, reconstruindo, por
meio de uma genealogia da atenção, os processos históricos que a tornaram centrais
ou não na produção das subjetividades e formas de vida, desde a modernidade até a
contemporaneidade.
Crary (2013, p. 32) aponta o movimento duplo aí presente:
as raízes da palavra atenção ecoam um sentido de “tensão”, de estar
“estirado”, e também de “espera”. Ela sugere a possibilidade de fixação,
de manter-se em estado de fascinação e contemplação por alguma coisa
no qual o sujeito atento está imóvel e ao mesmo tempo desancorado.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 57
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
58 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
Essa disposição à afecção parece ser aquilo que possibilita uma criação
cartográfica da existência, esse gesto não pessoal, que implica a politização e
estilização das vidas. Crer “em qualquer movimento da teia, por minúsculo que
seja”, disponibilizar-se aos seus encontros, materializá-los como afectos – eis o
aprendizado, cujo fim não se encontra para além dali, num resgate ao passado
inconfessável, mas no próprio gesto de nomadizar o tempo, vertendo-o em sua
mesma direção, intensificando-o, pois.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 59
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
60 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
Cunhar o nome na pedra do túmulo – eis o espírito dessa jornada. Para tal
gesto, faz-se necessário ultrapassar o mero saber acerca da origem. Trata-se, na
acepção agambeniana de gesto, de sustentar a historicidade desse saber de modo a
inscrever uma assinatura no mundo.
Quando o presente se afirma como lugar intensivo de signos em seus jogos
de afecções e seus demônios indiscerníveis, rompe-se a temporalidade linear que, ao
sitiar a vida em polos, redunda num esforço pueril de recognição de origens e fins.
Resistindo contra essa vontade sôfrega de esclarecimentos perante o viver, o espírito
nietzschiano em Deleuze relembra: “é a vida que justifica, ela não precisa ser
justificada”.
Essa também poderia ser a epígrafe de Incêndios, uma vez que já não basta o
trabalho de esclarecimento ou de conhecimento de uma verdade, mas a estilística de
um o gesto capaz de sustentar a vida mesma, naquilo que ela forja.
Assim, a insistência de Mouawad (2013, p. 130) no mantra “a infância é uma
faca enfiada no pescoço” é uma marcação rítmica que emula o gesto de Nawal,
incitando-a a corromper uma historicidade crivada por lugares estruturais
previamente demarcados numa sequência temporal.
Num giro ousado, infância e morte emergem num só engendramento e
retornam num tempo circular, violentando assim a ambiência de nosso pensamento
contemporâneo, e por isso mesmo, nos movendo em outra direção, incognoscível,
indiscernível. A verdade da infância, antes signo da origem – considerando a
placidez de um mundo ordenado pela recognição – passa a valer, agora, tão somente,
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 61
uma infância, um silêncio, um aprendizado do gesto
como uma das contingências possíveis, uma verdade qualquer. Eis o desafio desse
deslocamento radical, o qual arranca sua força da afirmação do trágico.
Recusando a oferta fácil de mera revelação de um saber, Nawal é
materialidade do gesto mesmo de uma convocação cartográfica ao viver. Desloca o
problema da verdade da origem para abrir passagem a outro raio de interpelação,
disparado por um chamamento ético-político: como sustentar a vida, no inominável
de sua força manifesta, a despeito de uma genealogia do ódio e seus efeitos?
Ainda que a agonística dos traçados genealógicos não ofereça trégua ao
pensamento ou ao viver, urge forjar uma política outra de atenção capaz de fazer
proliferar uma expansão de signos, em sua planície rizomática. Se “o rizoma é uma
antigenealogia”, como afirmam Deleuze e Guattari (1995, p.32), uma interpelação
cartográfica aciona, aqui, um instrumento de guerra para enfrentar o contínuo
movimento do mundo, com suas temporalidades lineares e suas formas de vida
indolentes.
Nesse sentido, o mantra que insiste nessa injunção entre infância e morte faz
lembrar da permanente dança de circularidade que nos constitui. Tal movimento
liberta a infância de uma localidade estrutural, como marcação de um começo.
Infância torna-se ubiquidade, onipresença, condição que nos possibilita experienciá-
la não mais como um tempo de origem, mas como um tempo qualquer. Movente, a
origem estaria em qualquer tempo, em toda parte. No eterno retorno desse tempo
qualquer, insurreto a quaisquer teleologias, saltam as tais potências demoníacas, em
trabalho de experimentação.
“Ir em direção à infância do mundo” – conclama Deleuze (2016, p.31).
Parece-nos que esse clamor busca acionar a força de um tempo no interior do tempo
que poderia, em sua intensidade, re-presentificar a vida. Arredia a toda
substancialização, infância, essa força pervasiva, ativaria a própria atualização do
presente, abrindo-lhe o espectro de multiplicidades (im)possíveis.
Essa incursão à infância do mundo implica adentrar a indiscernibilidade
desse tempo qualquer, suspender as bússolas dos deuses, contagiar-se pelo furor dos
demônios.
62 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061
cintya regina ribeiro
Referências
AGAMBEN, Giorgio. Notas sobre o gesto. Artefilosofia, Ouro Preto, n. 4, p. 9-14, jan.
2008.
CRARY, Jonathan. Suspensões da percepção: atenção, espetáculo e cultura moderna.
São Paulo: Cosac Naify, 2013.
DELEUZE, Gilles. Crítica e clínica. Rio de Janeiro: Ed. 34, 1997.
________. Diferença e repetição. 2ª. ed. Rio de Janeiro: Graal, 2006.
________. Mesa redonda sobre Proust. In: ______. Dos regímenes de locos: textos y
entrevistas. Valencia: Pre-textos, 2007. p. 51-70.
________. Proust e os signos. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 2010.
________. O abecedário de Gilles Deleuze. Disponível em:
http://stoa.usp.br/prodsubjeduc/files/262/1015/Abecedario+G.+Deleuze.pdf.
Acesso em: 06 jun. 2016.
DELEUZE, Gilles; GUATTARI, Félix. O que é filosofia? Rio de Janeiro: Ed. 34, 1992.
________. Mil platôs: capitalismo e esquizofrenia - volume 1. Rio de Janeiro: Ed. 34,
1995.
GALARD, Jean. A beleza do gesto: uma estética das condutas. São Paulo: EDUSP, 1997.
MOUAWAD, Wajdi. Incêndios. Rio de Janeiro: Cobogó, 2013.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 47-63 issn 2525-5061 63
64
doi: 10.12957/childphilo.2016.23345
Resumo
Considerando Incêndios (MOUAWAD, 2013) como um fazer ficcional no sentido proposto por
Foucault (1994) para o fazer história, o texto tem por objetivo geral investigar como um
conjunto de experiências heterotópicas pode suscitar um conjunto de problematizações acerca
das filiações histórica das infâncias com as verdades. Para tanto, o texto percorre dois
momentos. No primeiro, investiga a problemática questão do nascimento das verdades
(NIETZSCHE, 2001; FOUCAULT, 2006), visando provocar uma interferência nos vínculos com
as verdades, a partir de outras experiências, para se pensar a infância numa dimensão plural,
eivada de e por outras histórias. A seguir, o texto foca no aspecto de uma construção nocional
das infâncias como heterotopias (FOUCAULT, 2009), destacando alguns alcances e algumas
consequências desta abordagem para as experiências das infâncias contemporâneas. Destacam-
se, neste sentido, o direito à infância, a singularidade dos mundos das infâncias e a dimensão
micro revolucionária de cada infância como campos problematizadores na elaboração de um
duplo exercício. De um lado, trata-se de mostrar como a temática da infância se atualiza como
problematização política e, de outro lado, como é urgente a produção de outras políticas para as
infâncias. Ao cabo, o texto propõe nomear de infâncias incendiárias aquelas capazes de se
realizarem com outras verdades e outras histórias, isto é, com suas próprias heterotopias,
fazendo desta questão algo contemporâneo.
Abstract
This paper considers the play Incendies (MOUAWAD, 2013) as a fictional “making" in the sense
proposed by Foucault (1994) of writing history. It aims to investigate how a set of heterotopic
experiences can give rise a corresponding set of problematizations concerning the historical
connections of childhoods with truths. For this purpose, the paper describes two moments. The
first investigates the problematic issue of the birth of truth (NIETZSCHE, 2001; FOUCAULT,
2006), with the aim of awakening some interventions at the truth's bonds by other experiences,
to think childhood in a plural dimension, covered by and other histories. In the second moment,
the paper focuses on the question of a notional construction of childhoods as heterotopias
(FOUCAULT, 2009), highlighting some achievements and some consequences of this approach
for the experiences of the contemporary childhoods. We highlight in this regard the right to
childhood, the singularity of the worlds of childhood, and the micro-revolutionary dimension
of each childhood as a field of problematization, and thereby 1) show how the theme of
childhood is a political one and, 2) recognize the urgent need to produce alternative policies
1 E-mail: afilordi@gmail.com
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 65
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
that address the multiplicity of childhoods. Finally, this paper proposes the term "incendiary”
for those childhoods that live and work with other truths and other histories—that is, with their
own heterotopias.
Resumo
Teniendo en cuenta Incendios (MOUAWAD, 2013) como un hacer ficcional en el sentido
propuesto por Foucault (1994) para hacer historia, el texto tiene el objetivo de investigar cómo
un conjunto de experiencias heterotópicas puede plantear un conjunto de problematizaciones
sobre afiliaciones historicas de la infancia con las verdades. Por lo tanto, el texto pasa por dos
etapas. En la primera, investiga la problemática del nacimiento de la verdad (NIETZSCHE,
2001; FOUCAULT, 2006), con el objetivo de provocar interferencias en los vínculos con las
verdades de otras experiencias, para pensar acerca de la infancia en una dimensión plural, y
plagado de otras historias. En segundo lugar, el texto se centra en el aspecto de una
construcción teórica de la infancia como heterotopía (FOUCAULT, 2009), destacando algunos
logros y algunas consecuencias de este enfoque para las experiencias de las infancias
contemporáneas. Se destacan en este sentido, el derecho a la infancia, la singularidad de los
mundos de la infancia y la dimensión micro revolucionaria de cada infância como campos
problematizadores para se realizar dos ejercicios. Por un lado, se trata de mostrar cómo el tema
de la infancia se actualiza en una dimensión política y, por otro lado, cómo es urgente una
producción de otras políticas para las infancias.. Para terminar, el texto propone llamar
infancias incendiarias a aquellas que se pueden realizar con otras verdades y otras historias, es
decir, con sus propias heterotopias, haciendo de este tema algo contemporáneo.
66 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 67
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
circular da produção ficcional a inquietação acerca do que nos destina a crer como
ordem inevitável suscitada das verdades que intentam amarrar o sentido de nossas
origens, congelando a múltipla possibilidade de nossas experiências numa
representação, aí sim, que não passa de uma ficção de mal gosto.
Para tanto, o texto percorre dois momentos. No primeiro, investiga a
problemática questão do nascimento das verdades (NIETZSCHE, 2001; FOUCAULT,
2006), visando mostrar a derivação possível, a partir da consideração da verdade por
outras experiências, por outro vínculo fundamental com a verdade, para pensarmos
a infância numa dimensão plural, eivada de e por outras histórias. A seguir, o texto
foca no aspecto de uma construção nocional das infâncias como heterotopias
(FOUCAULT, 2009), destacando alguns alcances e algumas consequências desta
abordagem para as experiências das infâncias contemporâneas.
Mas que não haja engano, Nawal, Wahab, Nihad, Abu Tarek, Jeanne, Simon,
Chamseddine, Kfar Rayat, como veremos, não são desculpas para mais um exercício
teórico publicável. São ressonâncias concretas de uma série de histórias: histórias de
homens, de mulheres e de crianças sem aparências, mas cujas verdades, assim como
nossos olhos, não têm fundura. E se, ao cabo de tudo, nada nos comover e nada nos
mobilizar na direção contrária dos gestos reclusos às mesmas verdades, em favor de
um urgente comprometimento com outras infâncias, teremos passado ao largo do
fato de que “o menor gesto tem uma história” (DELIGNY, 2008, p. 11), e de que a
menor fagulha é capaz de fazer os maiores Incêndios.
68 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 69
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
70 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 71
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
72 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
Mas isso tudo não era suficiente. Não dava conta das reviravoltas de uma
história. Há também história na carne viva daquilo que foge à prova da
demonstração científica. A produção de verdade também é rara, como rara é a
história de Nawal, Jeanne, Simon, Abu Tarek; como é rara a história dos homens
infames, como enfatizava Foucault, quer dizer, a de cada um de nós. A raridade está
para a verdade por sabermos ser ela diluída e infiltrada em todo conjunto de
experiência dos indivíduos históricos. Em jogo, encontrar-se-ia uma “rarefação que,
justamente, já não incide sobre o aparecimento, a produção da verdade, e sim sobre
os que são capazes de descobri-la” (FOUCAULT, 2006, p. 316), tal como Jeanne e
Simon foram capazes de fazê-lo. Para tanto, tiveram de confrontar a verdade
parasitada em suas próprias convicções e certezas; tiveram de dissolver a verdade-
conhecimento, aquilo que insistiam em demonstrar por uma lógica de autoengano,
até os fundamentos da origem que não passava de uma certeza equivocada. Por
conseguinte, Jeanne e Simon acabaram fazendo também a genealogia de suas
próprias vidas. Em todo caso, Jeanne e Simon são testemunhas das implicações para
a singularidade de suas experiências quando se trata de
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 73
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
Quem qualifica a verdade? Como e sob que preço? Quem pode descobrir a
verdade? Como e sob que preço? Na passagem da aula de 23 de janeiro de 1974 de O
poder psiquiátrico, em que Foucault (2006) faz o que ele chamou de breve história da
verdade em geral, a insuficiência e os limites das verdades eivadas das práticas
científicas em geral são destacados. Contudo, ocidentais que somos, acabamos por
acreditar apenas no poderio das demonstrações lógico-científicas, capazes de
franquear um nível de constatação em direito universal da verdade coincidente com
a modalidade da prática científica. Era assim que Jeanne, por ser matemática,
buscava provar em suas experiências com a verdade um encadeamento irrefutável
dos fatos. Para ela, a visibilidade da realidade era apenas compatível com o lugar em
que cada um pudesse ser capaz de ocupar em um polígono ao qual pertence.
Foucault insistia no fato de termos de enxergar a insuficiência das provas de
verdades demonstrativas pela força do acontecimento, de tudo aquilo que é capaz de
produzir descontinuidades, de ser disperso, desqualificado e imprevisível. No final, a
verdade toca é a carne de cada um e não vem apenas pelo jogo astuto do
conhecimento lógico-racional. Jeanne dá prova disto: “Hoje, aprendi que é possível
que do ponto de vista que ocupo, eu possa ver também meu pai; aprendi também
que existe um outro membro desse polígono, um outro irmão. O grafo de
visibilidade que sempre tracei está errado. Qual é o meu lugar no polígono?”
(MOUAWAD, 2013, p. 38).
O que Jeanne experimenta é a verdade-raio. Foucault utiliza esta expressão
para fazer a contraposição ao que ele denominou de verdade-céu. A verdade-céu é
da ordem universal, demonstrável, científica, lógica. A verdade-céu açambarca “a
série de verdade descoberta [cientificamente], constante, constituída, demonstrada”
(FOUCAULT, 2006, p. 304). Mas o raio corta, invasivamente, o céu. Apesar de sua
brevidade, ele é potente, capaz de cindir, de traçar rompimentos, e até de incendiar.
Nele, a verdade é sempre um risco e uma ameaça, pois é uma relação de força que se
revela. A verdade-raio diz respeito a uma outra série de experiências na história
ocidental da verdade:
74 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 75
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
76 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
O tempo é o hoje, a experiência está neste agora escapável que agita um processo do
qual ainda não se mede as consequências: a faca que estão enfiando no pescoço de
Wahab, presente contínuo, será a mesma faca para Nawal? Que infância é esta? Para
Wahab, que foge na mesma noite, a infância é derivada de todo processo em curso ao
qual se consagra porque é experiência única, sem comunhão, intransferível, única:
infância acontecimentalizada até a emersão de seus efeitos igualmente singulares,
mas que não sentirá e nem vivenciará como Nawal. Ela, suspensa no intervalo de
uma ação, tão única e sua, na mesma noite, faz do acontecimento em curso a certeza
vindoura. A infância, para Nawal, de repente, não é mais um presente contínuo, mas
um futuro do qual não se escapa: “a infância será uma faca que vou enfiar no meu
pescoço” (MOUAWAD, 2013, p. 46).
Não se trata de interpretar ou de buscar a verdade oculta, exercício
hermenêutico, no sentido da faca no pescoço. A infância definida assim conjuga uma
experiência da qual não podemos fazer parte, nem avaliar, o que demandaria
julgamento, muito menos mencionar que sabemos do que se trata, o velho “eu sei
disso”. Esta experiência única incendeia as regras da própria infância. O nascimento
da infância, sendo assim, deixa de ser uma experiência modelar de captura e de
definição subjetiva atinente ao que deve fazer uma criança ou o que se deve fazer
com uma criança em sua infância.
A esta altura, a verdade-raio é capaz de incendiar as expectativas
consoladoras em torno dos fatos e das mais longínquas idiossincrasias em torno da
infância. A tragédia de Wahab-Nawal-Nahin-Jeanne-Simon, por ora, denota o
nascimento da verdade em torno de várias infâncias e como, de história em história,
devemos perder por completo aquela postura pretensiosa, como bem nos alertara
Deligny (2008), de que conhecemos a Infância, com maiúscula inchada por
emanações de uma sociedade em decomposição.
A história com as suas múltiplas verdades, como vimos, também é uma
entrada e uma saída para outras histórias e outras experiências com as verdades. A
infância deveria ser pensada nesta direção, como experiência arredia aos
qualificadores que a destina aos mesmos padrões de toda ordem, capazes de
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 77
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
78 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 79
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
para si mesmos uma série de novas experiências que somente serão possíveis com o
encontro de suas heterotopias. Ao experimentarem, contudo, tal dimensão, deparam-
se, concomitantemente, com a refundação de suas próprias infâncias.
Em primeiro lugar porque a heterotopia indica distintas denotações de
mundo. A mesma praia pode ser o belo lugar de veraneio, bem como o sepulcro de
Aylan Kurdi, a criança síria de 3 anos encontrada morta na praia de Bodrun, Turquia,
como consequência da tentativa frustrada de sua família de encontrar guarida longe
dos conflitos armados na Síria. É assim que Jeanne e Simon passam a trafegar por um
mundo com “soma monstruosa de dor” (MOUAWAD, 2013, p. 89), antes sem
significado algum para eles. Por isso mesmo, em segundo lugar, a heterotopia pode
ser criada, assim como pode ser desaparecida. A prisão de Nawal, a mãe de Jeanne e
Simon, não existe mais, transformou-se em museu. Embora assim, eles encontram ali,
pelo fio da história, fio que passa a existir por uma verdade-raio, a prisão, o lugar da
tortura, o lugar onde foram gestados. Toda heterotopia, desta forma e em terceiro
lugar, supõe a possibilidade de que vários espaços sejam justapostos, ainda que
sejam incompatíveis. A prisão é lugar de nascimento de Jeanne e Simon; é também
cumplicidade de quem ensina Nawal a cantar para sobrepor-se à toda dor – Nawal,
tornando-se a mulher que canta; a prisão é pacto da promessa e secreta, em outra
modulação espacial, a tortura e o estupro: uma prisão não é apenas uma prisão. Não
é difícil de notar que a relação do tempo com o espaço tem a sua variação conforme a
intensidade do que é vivido e experimentado nos limites do próprio espaço.
Assim, finalmente, a heterotopia está ligada aos cortes singulares do tempo,
à sua heterocronia. Um minuto de dor que suspende Nawal sobre o abismo da
eternidade é um tempo que não passa. A busca pela outra verdade, por parte de
Jeanne e Simon, acaba lançando-os em um tempo que não se ganha, mas que se
escapa a cada segundo de espera, de busca, de expectativa; este tempo salta de
maneira distinta para Jeanne e Simon. Nawal a Simon: “Agora, é preciso reconstituir
a história. A história está em migalhas. Devagarinho. Consolar cada pedaço.
Devagarinho. Curar cada lembrança. Devagarinho. Ninar cada imagem”
(MOUAWAD, 2013, p. 130). Nawal à Jeanne: “Onde começa a história de vocês? No
80 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 81
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
as tragédias muitas vezes cruéis da adultícia. Deligny (2008, p. 242) reforçava a ideia
de que “as crianças não têm uma nítida consciência de seus lugares no mundo”.
Neste caso, não ter lugar no mundo é expressão de libertação dos sentidos impostos
às crianças: qualquer material pode ser um objeto de brinquedo, qualquer lugar pode
ser outro lugar, qualquer pessoa pode ser um afeto de outra ordem. A infância
deveria ser o contra-espaço onde, na bela expressão de Guimarães Rosa (2001, p. 50),
“as satisfações antes da consciência das necessidades” se efetivariam
incessantemente. E, talvez assim, o que menos a infância precisa é de consciência
para se realizar quando brinca, inventa, grita, pula, agita, bagunça, prova o mundo
sem as “facas no pescoço”, isto é, podendo respirar livremente as suas próprias
heterotopias e nelas sagrarem-se apenas infantes.
Por isso mesmo, aqueles que têm consciência de seus lugares no mundo não
devem privar a infância das oportunidades autênticas e genuínas de provarem o
mundo heterotopicamente. O direito político à infância, dito deste modo, é o mesmo
que permitir a infância ser um lugar de experiência das sensibilidades atípicas, do
experimentar o mundo pela contra-espacialidade, de poder romper com as tramas
das verdades que aprisionam as infâncias nos mesmos lugares, ou mais
perversamente, que as destinam a lugares e a experiências que jamais deveriam
existir.
Para tanto, é preciso denunciar, desmantelar e agir contra os jogos das
relações de forças que sonegam o direito às infâncias heterotópicas. Ainda são
milhares de Ítalos mortos pela polícia aos 10 anos de idade;2 milhares de crianças
marchando horas para chegar à escola, e também lutando para se manter no solo em
que a sua tradição os cultivou, mas que os interesses das grandes transnacionais
intentam ignorar;3 são incontáveis as crianças sem infância, intoxicadas no cultivo do
fumo no sul do Brasil;4 são incalculáveis as crianças refugiadas e massacradas;5 são
2http://www1.folha.uol.com.br/cotidiano/2016/06/1778241-sem-lar-crianca-morta-em-
perseguicao-da-policia-ja-dormiu-ate-em-van.shtml
3http://www.lemonde.fr/planete/visuel/2016/05/23/sur-la-cote-sud-africaine-conflit-
sanglant-autour-d-un-projet-de-mine-de-titane_4924734_3244.html
4 http://www.mmcbrasil.com.br/site/node/199
82 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
muitas as infâncias ao sopé das escadarias das muitas Candelárias; e são tantos
Nihads tirados de seus pais, traficados visando as mais distintas finalidades e
explorações6, e o que dizer das Jeannes e dos Simons, filhos da guerra, da violência,
das aniquilações raciais, dos saldos religiosos extremistas?7 Onde há afirmação, é
preciso indagar: “Essa criança não é da tua conta [Não?]. Não é da conta da tua
família, não é da conta da tua mãe, não é da conta da tua vida [Não?]. Essa criança
não existe [Não?]” (MOUAWAD, 2013, p. 43).
Mas em segundo lugar, emerge uma problematização distinta. As diferentes
denotações do mundo da infância não apenas devem ser respeitadas, todavia,
precisam mais ainda serem estimuladas à inventividade e à busca fora da grade das
verdades estabelecidas. A infância que já foi capturada pelas metas de
performatividades e de eficiências, frutos dos anseios inflexionados aos pequenos
pelo mundo dos adultos, deve ser lançado fora, em nome das infâncias heterotópicas.
Trata-se de desfazermos dos significantes da infância e deixá-la “deslizar pelos
caminhos das multiplicidades reais” (GUATTARI, 1984, p. 142). Em outros termos,
há um risco de captura da infância quando a verdade infantil é dada antes do
experimento infantil com a infância, capaz de ser criada por toda criança como o seu
jogo próprio. Representa pensar que os termos das regras a respeito do que é a
infância são constantemente contestados por aqueles que vivem a infância.
Finalmente, se as infâncias são heterotopias, cada infância é uma experiência
micro revolucionária para a nossa relação com os espaços e as ordens de
temporalidades estabelecidas. Falta ao nosso mundo essas infâncias, assim como
faltaria infância em muitas crianças. Por isso mesmo, a singularidade da infância é
um desafio. Mas aqui é preciso entender desafio por outro viés: como aquilo que vai
contra toda fides, ou seja, contra toda fé, contra toda garantia ou aquilo em que se
sido-inadequada-diz-ban/
6 Disponível em: <http://www.humanium.org/fr/focus/exploitation/trafic-enfants/
7Disponível em: <http://www.independent.co.uk/news/uk/home-news/government-
announces-new-laws-to-protect-children-following-investigation-by-the-independent-into-
a7065656.html; http://www.independent.co.uk/news/world/middle-east/isis-in-fallujah-
islamic-state-is-daesh-iraq-forces-close-in-children-drown-a7066551.html
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 83
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
confia, como Fides, que na mitologia romana era a sagração da palavra empenhada.
As infâncias heterotópicas são verdades-raios capazes de produzir um disfidare, um
desfazer, nas vontades de verdades. E não repousaria aí, em toda esta conjuntura, o
gesto distante, mas jamais esquecido, e cada vez tão mais necessário, da busca pelo
nascimento de outras verdades em torno de várias infâncias? E saberemos tirar a faca
plantada no pescoço da infância?
84 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
alexandre filordi de carvalho
Que a gente fica com nossos livros e nosso alfabeto para achar isso “tão”
lindo, achar isso “tão” belo, achar isso “tão” extraordinário e “tão”
interessante! “Lindo. Belo. Interessante. Extraordinário” são escarros no
rosto das vítimas. Palavras! Pra que servem as palavras, me diz, se hoje
não sei o que devo fazer! O que a gente faz? (MOUAWAD, 2013, p. 89)
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061 85
foucault e as infâncias incendiárias: experiências de outras verdades e de outras heterotopias
***
Para a Alice, que ainda na infância
não encontrou o seu pai.
Referências
AGAMBEN, Giorgio. O que é contemporâneo e outros ensaios. Chapecó: Argos, 2009.
DELIGNY, Ferdinand. Oeuvres. Dijon: Pollen, 2008.
FOUCAULT, Michel. Entretien avec Michel Foucault. In. ______. Dits et Écrits IV.
Paris: Gallimard, 1994, p. 41-99.
________. As palavras e as coisas. São Paulo: Martins Fontes, 1999.
________. Os anormais. São Paulo: Martins Fontes, 2001.
________. O poder psiquiátrico. São Paulo: Martins Fontes, 2006.
________. Les corps utopiques, les hétérotopies. Clemancy: Nouvelles Éditions Lignes,
2009.
GUATTARI, Félix. Revolução molecular: pulsações políticas de desejo. São Paulo:
Editora Brasiliense, 1985.
MOUAWAD, Wajdi. Incêndios. Rio de Janeiro: Cobogó, 2013.
NIETZSCHE, Friedrich Wilhelm. Genealogia da moral: uma polêmica. São Paulo:
Companhia das Letras, 2001.
ROSA, João Guimarães. Primeiras histórias. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, 2001.
I
Fundação de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo - FAPESP - Processos: 16/05440-7 e
15/09357-4.
86 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 65-86 issn 2525-5061
doi: 10.12957/childphilo.2016.23352
Resumo
O texto trata do universo crítico da peça Incêndios de Wadji Mouawad. Procura caracterizar as
ações da personagem central, Nawal, como ponto de partida (e de chegada) da narrativa.
Pontua os mecanismos de escrita e memória como disparadores do pensamento e da trama
entre os elementos da peça. Nesse sentido, se atém à compreensão conceitual da noção de
tempo, procurando localizar suas dimensões no drama. Encontra em Sófocles proximidade
filosófica e instrumental com os elementos utilizados na construção das cenas. Por isso,
paraleliza Incêndios com a obra clássica Filoctetes. A partir daí, sinaliza movimentos de criação
das temáticas que se sobressaem e se relacionam nas abordagens dos enredos, apesar da
distância temporal entre ambas. Procura ainda, lançar a temática da crítica social, apresentada
pelo autor, para além do núcleo estético e cenográfico, expandindo essa análise para questões
que envolvem problemas sócio demográficos contemporâneos. Por fim, tematiza a expressão
infâncias do presente relacionando-a a noção de Infância Sem Fim (CORAZZA, 2000),
problematizando o chamado dispositivo de infantilidade. Utiliza a compreensão conceitual de
tal dispositivo para efetuar considerações sobre dois momentos da infância que se apresentam
na peça. No primeiro momento, trata da origem do sentimento da personagem Nawal e, no
segundo momento, trata da expiação desse mesmo sentimento, efetuando, assim, a condição
trágica por excelência.
Abstract
The present paper discusses the critical universe of the theatre play Incêndios, by Wadji
Mouawad, taking the actions of the main character, Nawal, as both the starting point and the
point of arrival of the narrative. It punctuates the writing and memory mechanisms as triggers
for thought and plot among the elements of the play. In this regard, it attains to a conceptual
comprehension of the notion of time, seeking out its dimensions in the course of the drama. It
encounters in Sophocles' Filoctetes a philosophical and instrumental proximity. For this reason,
Incêndios and the classical work are parallel. It also raises critic social themes over and above
the aesthetic and scenographic core, expanding the analysis to questions that involve
contemporaneous socio-demographic problems. Finally, it thematizes notions of childhood
through problematizing the “childishness” trope most clearly displayed in the work Endless
Childhood (CORAZZA, 2000). It uses a conceptual analysis of this device to make
considerations about two moments of childhood that are presented in the play. In a first
moment, it discusses the origins of Nawal’s feelings and, in a second, the atonement of she
performs in resolution of these feelings, in a quintessential evocation of the tragic condition.
1 E-mail: sandracorazza@terra.com.br
2 E-mail: deniznicolay@yahoo.com.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 87
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
Resumen
El texto se refiere al universo crítico de Incendios de Wadji Mouawad. Busca caracterizar las
acciones del personaje central, Nawal, como punto de partida (y de llegada) de la narrativa.
Puntúa los mecanismos de escritura y de memoria como disparadores de pensamiento y
representación gráfica de los elementos de la pieza. En este sentido, se apega a la comprensión
conceptual del concepto de tiempo, tratando de localizar sus dimensiones en el drama.
Encuentra en Sófocles proximidad filosófica e instrumental con los elementos utilizados en la
construcción de las escenas. Por lo tanto, en paralelo con Incendios está la obra clásica Filoctetes.
A partir de ahí, se señala la creación temática de los movimientos que se interponen y se
relacionan en los enfoques de las tramas, a pesar de la distancia temporal entre ellos. Asimismo,
se pretende poner en marcha el tema de la crítica social, presentada por el autor, más allá del
núcleo estético y escenográfico, ampliando este análisis a cuestiones relacionadas con
problemas socio-demográficos contemporáneos. Por último, estudia la expresión “infancias del
presente” relacionándola con la noción de Infancia sin Fin (CORAZZA, 2000), discutiendo el
llamado dispositivo de infantilismo. Se utiliza de la comprensión conceptual de tal dispositivo
para hacer un examen de las consideraciones sobre la infancia que se presentan en la obra. En
un primer momento, se trata del origen del sentimiento del personaje Nawal y en un segundo
momento es la expiación de ese mismo sentimiento, efectuándose así la condición trágica por
excelencia.
88 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
As areias do tempo
A peça Incêndios de Wajdi Mouawad (2013) é extremamente prolífica em
efeitos de sentido, dramas pessoais, jogos de cenas, narrativas cruzadas. Trata-se de
procurar numa terra muito distante, do outro lado do oceano, fragmentos de vida
para recompor o quebra-cabeça da vida presente. Por isso, o tempo se intercala,
entretempo, ele tem um início na peça (a leitura do testamento de Nawal), mas não
tem um fim previsível, mesmo que as personagens executem os passos do referido
testamento e desvendem os segredos de Nawal. Existe um continuum residual
(composto de imagens, detalhes, cidades) que permanece na memória dos
espectadores. A narrativa nunca termina porque está presa no liame vital das
personagens. Tal liame é como se fosse uma teia que se tece e retece à procura da
fibra comum: a grande mãe ou o grande pai. Entretanto, não há uma origem de tudo,
porque ela ultrapassa os tempos e os lugares. O drama pessoal e familiar de Nawal
supera os limites do individual para universalizar-se na arte trágica. Assim como a
trama das antigas tragédias gregas, sobretudo de matriz sofocleana, Wajdi Mouawad
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 89
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
parte dos interstícios da alma humana para fazer rolar as águas de seu ananke3
inevitável. Na maldição dos labdácidas, isto é, da linhagem de Édipo, por exemplo,
as personagens são livres para escolher seu caminho; porém, cada escolha tem uma
consequência e segue um curso incontornável até que o circulo se feche e cumpra
integralmente a fala do oráculo (Édipo Rei, Édipo em Colono) (SÓFOCLES, 2006). Ou
seja, a criação do mundo exterior, da convivência social e das relações, depende de
uma projeção do mundo interior. Essa era a forma que as encenações trágicas, na
Grécia antiga, encontravam para cativar virtudes nos seus expectadores. Entre
amores e ódios, as personagens vagam pelo tablado da cena para encontrarem-se
umas nas outras. É como um exercício de interdependência, no sentido que ninguém
vive só, e que as ações transformadoras dependem do esforço coletivo. Dessa forma,
a peça Incêndios provoca reflexão sobre valores humanitários, do que realmente
importa no cotidiano das pessoas e, acima tudo, provoca o sentido da humanidade
em nós.
Mas a reconstrução do passado, do passado de Nawal, só é possível por
meio da grafia ou da escrita pessoal da personagem. Ou seja, a escrita testamentária é
a escrita final da personagem; no entanto, ela sugere o início da história com a
entrega dos envelopes aos irmãos gêmeos que, com cuidado, tem atitudes
absolutamente diferentes. Por um lado, a filha Jeanne, estudante de matemática, fica
apreensiva e curiosa sobre o conteúdo dos envelopes; por outro, seu irmão, Simon,
boxeador amador, demonstra desinteresse pela escrita de tais envelopes. Mas é a
insistência de Jeanne que levará ambos ao encontro da verdade, silenciada durante
anos na memória de Nawal. Escrita e memória exercem aqui um papel edificante,
pois é quando as vozes se calam na profusão do tempo é que uma palavra, um nome
tem o poder de libertar os signos do passado. Cada linha, cada detalhe de
composição, cada gesto de imagem carrega figurações de realidades, vividas e
experienciadas por quem já abandou o tempo físico. Porém, só se pode reconstruir
uma trajetória individual a partir desses pequenos vestígios. Se Nawal deixa cartas,
3Na mitologia grega, era uma deusa da inevitabilidade, mãe das moiras e personificação do
destino, necessidade inalterável e fato. Disponível em:
https://pt.wikipedia.org/wiki/Ananque. >Acesso em: 20/06/2016.
90 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
uma espécie de mapa e horas e horas de gravações vazias, ela também procede como
uma mente engenhosa. Na matemática, a teoria dos grafos estuda, entre outros
conteúdos, as relações dos objetos em determinado conjunto 4 (não é aleatório que
uma das personagens, Jeanne, se interesse por conjecturas matemáticas como
também, por vezes, se expresse por meio delas), ou seja, existem pontos, arestas,
quadraturas, linhas, todo um jogo matemático a serviço do tempo e das cenas. Em
Incêndios predomina o número quatro, como um quadrado interligado por duas
faces, uma aparente outra oculta, uma dentro, outra fora, uma aberta, outra fechada.
A intensidade e o cruzamento entre as linhas de expressão de cada cena, ou de cada
Incêndio, desconstroem noções fixas de tempo e lugar. E, como a obra é parte de uma
tetralogia maior, tal forma de organização proporciona a ligação necessária com o
palco da encenação, lugar onde a peça encontra sua conexão. Claro, a construção é
fruto da singularidade do autor, mas também de uma personagem que, mesmo
morta, conduz a trama. Nawal é como uma Moira que tece o fio da vida, seguindo os
conselhos da avó Nazira: “Aprende a ler, a escrever, a contar, a falar: aprende a
pensar. Nawal. Aprende” (MOUAWAD, 2013, p. 49). É essa escrita que significa a
possibilidade de recriar passagens esquecidas, alimentando o drama psicológico das
personagens.
Assim, torna-se coerente afirmar que em Incêndios, as infâncias do presente
carregam as marcas de khrónos (mas não partilham dele), enfurecidas pelas mazelas
da linhagem familiar. E, como o velho Titã que devora seus filhos, um por um, logo
após o nascimento, também essa infância da obra, negada no brio da existência, há de
se constituir como força de resistência aos efeitos devastadores do tempo. Por isso, as
infâncias do presente partilham do tempo kairós, o antípoda de cronos. Kairós significa
o instante singular e, portanto, não representa um tempo absoluto, contínuo ou
linear, mas o momento apropriado em que a ação acontece. É de natureza qualitativa
em detrimento ao aspecto quantitativo do velho ceifeiro de cabelos brancos5. Ele não
em 18/06/2016.
5 Disponível em: <https://www.significadosbr.com.br/kairos> Acesso em 19/06/2016.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 91
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
reflete o passado, nem pressente o futuro, mas compõe um momento para toda vida.
Quando Nawal, ‘Incêndios da infância’, recorda o ônibus queimado: “Não existe
mais tempo, Sawda. Não existe mais tempo” (MOUAWAD, 2013, p. 77), ela revive os
horrores da guerra por meio de imagens estarrecedoras, recorda os sons e os apelos
dos refugiados. São mais de cinquenta anos de história que vão e vêm, personagens
(vivos e mortos) que intercalam diálogos, culturas que se entrecruzam, compondo
uma cosmologia cenográfica que, a cada recorte de tempo, instaura um quadro
único. Ora, os antigos gregos acreditavam que kairós podia enfrentar cronos, uma vez
que se apresentava mais jovem e ágil que seu oponente. Considerando que ele é esse
tempo que amplia a percepção do presente, é provável que também tenha
cristalizado fragmentos da guerra na mente da personagem central. Entretanto, ele
não acumula memória, mas partilha da leveza e da rapidez. Com efeito, é Mnemosine
(JULIEN, 2005) que liga o tempo à terra, fonte de perguntas e respostas sobre a
origem de tudo, embora nem toda informação mereça registro. Ela seleciona e aplica
o conhecimento de acordo com a sensibilidade do portador. É por isso que a
personagem (Nawal), na peça, lembra-se de alguns eventos muito específicos, quase
sempre relacionados à dor e ao sofrimento. Em algumas interpretações da mitologia
grega Mnemosine aparece como irmã de cronos e kairós como filho de Zeus. Mas, para
além das linhagens titânicas e olímpicas, importa referir que as infâncias do presente
em Incêndios igualmente partilham essa tríade funcional cronos-Mnemosine-kairós,
exatamente nessa ordem. O tempo, a memória e o instante extraordinário provocam
efeitos de sentido, de compreensão da trama e, por isso, perpassam a lógica dos
espaços vividos, desconstruindo a consciência identitária do ser infantil. Assim, não
há uma infância singular, mas infâncias que se enovelam na miséria humana.
Aliás, a definição de infância da personagem que representa o primeiro
amor de Nawal, Wahab, é curiosa e, ao mesmo tempo, profética: “Nawal, hoje à
noite, a infância é uma faca que estão enfiando no meu pescoço” (MOUWAD, 2013,
p. 45). Curiosa porque é comparada a uma faca, uma forma de assassinato, do pai
que perece para o nascimento do filho. Wahab é forçado a sair de sua terra, do lugar
de sua infância e, provavelmente, não verá seu filho nascer. Profética porque o
92 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 93
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
Jocasta revive Nawal, mas não há Édipo encarnado na peça de Mouawad, tampouco a
verdade é revelada no início como no clássico de Sófocles. Esteticamente as obras se
aproximam, talvez porque sustentem a seguinte máxima do drama trágico: “A arte
do grande poeta consiste em revelar-nos seus pensamentos sem fugir à textura da
obra de arte” (LESKY, 2003, p. 148). Isso significa que Mouawad precisa pensar na
composição do caráter de cada personagem, não apenas pela necessidade de
representação visual da peça, mas porque cada personagem é um encaixe do quebra-
cabeça, como um mosaico turco cujos ladrilhos minúsculos estampam a tonalidade
predominante da obra. As falas das personagens mais velhas transcendem o espaço
comum dos signos vulgares, servem como metáforas do segredo terrível. O
mecanismo trágico se afirma numa dupla causalidade, como se fossem as faces de
uma moeda: a face do destino e a face do homem. Ou seja, por meio desse
mecanismo, sabemos que a trama tem um destino inevitável, estarrecedor;
entretanto, isso não elimina a responsabilidade individual de cada personagem. É
como se essas duas faces coexistissem, emitissem signos, uma à outra, afim de que,
em algum momento, o círculo se quebre. É nesse sentido que aparece a afirmação de
Nawal no desfecho da peça: “As mulheres de nossa família estão todas presas numa
teia de raiva“[...]É preciso quebrar esse fio [...]” (MOUAWAD, 2013, p. 131). O apelo
da personagem é pelo rompimento de uma sina, a sina da dor, pois somente dessa
forma aquela que está morta poderá tornar os vivos melhores. Isso caracteriza o
estilo clássico da peça, a engenhosidade que provoca o sensível. Os pensamentos que
questionam valores e, sobretudo, os princípios que afirmam os pilares da civilização.
Logo, distinguindo razão e desrazão, pequenez e grandeza, afirmação e negação.
Tais considerações transcendem o palco real da encenação. O palco é o
mundo e a narrativa dramática, sua origem em terras distantes, compreende a
passagem da ignorância ao conhecimento. É muito claro o cunho social e
transformador da peça, assim como seu distanciamento do romantismo, do
idealismo ou de qualquer matriz de acepção burguesa. Existe uma concretude
encarnada na representação. Tudo é tão real a julgar pela compreensão do leitor e,
quiçá, do espectador. Theatrum mundi da vida cotidiana, cuja função dos seres
94 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
Filoctetes e Nawal
À primeira vista uma personagem não tem nada a ver com a outra. São
distantes em todos os sentidos. Então, qual a relação possível? Já tratamos de alguns
elementos edipianos em Incêndios (mesmo sem o Édipo revelado). No entanto, a
utilização de um esquema trágico institucional extremamente simples, como o que é
utilizado por Sófocles no Filoctetes (a penúltima das sete tragédias conservadas e
encenada em 409 a.C.) pode nos trazer detalhes comparativos, literários e estruturais
com Incêndios. A lenda é conhecida no universo homérico, porém, menos importante
quando comparada aos grandes heróis da Grécia. O guerreiro Filoctetes, portador do
arco de Hércules, é abandonado na ilha de Lemnos por seus compatriotas, após ser
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 95
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
picado por uma serpente. A ferida nunca cicatriza e por dez anos vive isolado na
ilha. Mas, após inúmeras batalhas, os heróis da Grécia são avisados por um oráculo
que só conseguiram tomar Tróia se contar com a presença de Filoctetes e seu arco.
Odisseu convence o jovem Néoptólemo, filho de Aquiles, a enganar Filoctetes e
trazê-lo novamente ao front de batalha. De pária a herói, eis a breve sina do miserável
personagem. Mas são os elementos utilizados por Sófocles que nos permitem traçar
paralelos com Nawal. Uma ferida que nunca cicatriza, o abandono, o silêncio, o
retorno ao passado como condição de compreensão do presente, a redenção na
imagem do menino. Essas são ações que poderiam ser aplicadas tanto numa tragédia
quanto na outra. Embora Filoctetes não comporte nenhum papel feminino, talvez pelo
respaldo institucional e jurídico da Pólis grega da época, existe um universo sensível
que brota de cada verso. Em Incêndios, ao contrário, a potência afirmativa feminina é
definitiva para a mudança de caráter das personagens. Os irmãos gêmeos, por
exemplo, sofrem uma espécie de mutação durante a peça. Eles vão sendo
melhorados, melhorando-se ao descobrir os segredos de Nawal. No Filoctetes
também, pois o jovem Neoptólemo inicialmente aceita o plano ardiloso de Ulisses
para roubar o arco do herói; no entanto, após conversar com este, o jovem muda
radicalmente seus planos. Outra relação próxima é a interdependência tempo-lugar.
Além do que assinalamos anteriormente, importa saber que o lugar da ação
manifesta a compreensão geográfica da condição social da personagem. O homem é
húmus, é terra, é barro, é argila do continente onde nasceu, por isso é simbólico o
pedido de Nawal durante a leitura do testamento: “Me coloquem no fundo de um
buraco, com a cara contra o mundo” (MOUAWAD, 2013, p. 25). Numa atitude de
humildade e desprezo, a personagem assume o peso da condição humana, afirma a
sua absoluta imperfeição. Ainda nessa linha, estendendo-a para o Filoctetes, cujo
isolamento na ilha de Lemnos provoca-lhe a extração dos mais profundos instintos
de sobrevivência (próximos do mundo animal), há de se aproximar da barbárie de
Incêndios, da selvageria que cruza naturalmente o mundo civilizado. Porém, não são
mundos muito distantes se considerarmos a construção cultural da vida em
sociedade. Um fio tênue separa civilização e barbárie. Assim, a peça mostra que não
96 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
existe tempo definido, nem evolução dos sentimentos, mas uma sequência de erros e
acertos à mercê das forças da natureza. Filoctetes é o eu masculino de Nawal, ainda
que Nawal não seja o eu feminino de Filoctetes, ela se mantém como uma verdadeira
heroína de resistência ao mundo bestializado.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 97
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
para, talvez, a infância contemporânea. Mas porque referimos esse “talvez”? Porque
não há nenhuma clareza absoluta quanto aos movimentos transculturais, de
messianismo religioso, de intolerância entre povos de uma mesma nação, ou seja, do
que realmente irá acontecer daqui há uma ou duas décadas nos campos de
refugiados, por exemplo. Não sabemos se ocorreu uma passagem na história ou se
ela nunca existiu. Tal afirmação é mais coerente e cuidadosa hoje depois da
verificação de vários eventos de natureza econômica ocorridos após os anos noventa.
Falávamos no “fim da história” (FUKUYAMA, 1992) e, por consequência, no fim da
infância (POSTMAN, 1999). A presença do novo milênio que se anunciava trazia
consigo o debate de muitos problemas, sobre a organização da vida e do mundo. É
evidente que as diretrizes pós-modernas em relação aos efeitos culturais são mais
antigas, mas só se vislumbraram com intensidade nos anos setenta, oitenta e noventa.
É nessa linha, também, que operamos com o que denominamos “dispositivo de
infantilidade” na intenção de erigir análise crítica sobre o suposto “fim da infância”.
Daí uma de nossas problemáticas essenciais: “Em outras palavras: existiria uma
ruptura histórica entre a ‘Idade da Infância’, a análise crítica do ‘Fim da Infância’ e os
anseios e práticas culturais em prol de uma ‘Infância Sem Fim’” (CORAZZA, 2000, p.
29)? Com efeito, só sabemos de uma concepção quanto da outra por artifícios do
aparato simbólico da linguagem. São os mecanismos tecnopolíticos de produção de
sentido que operam a tríade poder-saber-verdade. Eles fazem essa tríade funcionar
como uma máquina de atualização e reatualização de dados estatísticos, mormente
apregoadas pelas mídias de comunicação e pelo gerenciamento econômico das
grandes potências. Ora, certamente quem escreve a história e quem manipula o
dispositivo de infantilidade não são os habitantes dos campos de refugiados. A
infância é tão vítima quanto o que se fez dela por meio desse dispositivo. Ela é um
excedente da história e da produção desordenada e, por isso, está à margem do
tempo e das sociedades civilizadas. Ainda é muito atual o apelo do autor do
Desaparecimento da Infância: “Não é concebível que nossa cultura esqueça que precisa
de crianças. Mas está a caminho de esquecer que as crianças precisam de infância”
(POSTMAN, 1999, p. 167). Seu repúdio serve perfeitamente no contexto de Incêndios,
98 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
mais pelo núcleo da crítica social levantada do que pela estética cenográfica.
Portanto, “infâncias do presente” e “Infância Sem Fim” estendem linhas sintomáticas
de proposição e juízo. Não é possível compreender as matérias do presente sem
recuarmos na história e analisarmos os avanços (e retrocessos) do grande capital.
Trata-se de um estudo geopolítico, observando o desenvolvimento dos dispositivos
institucionais de uma nação ou país, aliado de ferramenta crítica genealógica que
avalie as dimensões (e intensidades) do jogo de forças presentes na política e no
controle econômico. Mas, assim como Incêndios já queimou os quadrados das cenas,
um estudo estrutural nessa direção implicaria extrapolar os limites do presente texto
e, por consequência, também queimaria seu fundamento e intenção.
Importa saber que a noção de “dispositivo de infantilidade” é tributária da
esteira foucaultiana. A infância, como as demais composições da subjetividade
contemporânea, foi objeto de estudo e análise do filósofo. Talvez menos a condição
etária da criança, mas, de um modo geral, o sujeito como instância nuclear da
modernidade. Desse modo, associamos o termo dispositivo à infância para tratar dos
modos de subjetivação e produção do ser infantil. Ora, se a compreensão
foucaultiana acerca do termo “dispositivo” parte da análise das sociedades
disciplinares dos séculos XVIII e XIX, sobretudo pela percepção da mutação sofrida
pelo mecanismo conhecido como “Panoptismo”, torna-se coerente aproximar este
termo das praticas culturais de nosso tempo e, sobretudo, das ponderações que
assinalamos na obra História da infância sem fim (CORAZZA, 2000). Ainda sobre tal
mecanismo, é esclarecedora a definição dada por Deleuze (1988, p. 43): “A fórmula
abstrata do Panoptismo não é mais, então, ‘ver sem ser visto’, mas impor uma conduta
qualquer a uma multiplicidade humana qualquer”6. Ou seja, trata-se de elucidar formas
de agenciamento e controle, inseridas no próprio espaço de convivência social, cujo
motor propulsor é uma engrenagem informe, imperceptível, mas que exerce
atividade direta na vida das pessoas. É uma pragmática de governo mais diluída,
mais sensível que os modelos repressores da Idade Média, porém com mais potência
e capilaridade quando se trata da produção discursiva e dos efeitos de sentido. Essa
6 Grifo do autor.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 99
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
100 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
nariz de palhaço nas fraldas da criança. De alguma forma, esse gesto marca o início
dos percalços pelos quais passou a personagem central. A referência ao nariz de
palhaço aparece mais uma vez, ao final, quando Nihad está sendo julgado por seus
crimes, inclusive pela tortura da própria mãe. Ele refere: “Minha dignidade é uma
careta deixada por aquela que me deu a vida. Essa careta nunca me deixou”
(MOUAWAD, 2013, p. 125). Então, ele coloca o nariz e canta uma canção, não da
mulher que canta, mas do seu próprio repertório. Ou seja, parte do enredo se fecha,
simbolicamente, com o nariz de palhaço. Mas como atravessarmos o dispositivo de
infantilidade nessa direção? A partir do que assinalamos no texto, Nihad foi tão
vítima dos mecanismos de produção de subjetividade quanto culpado de seus
crimes. Ele era uma peça da engrenagem da máquina social abstrata, uma espécie de
fantoche guiado por outros interesses. E, se ele tivesse nascido (e criado) fora do
campo social onde viveu e cresceu, qual seria o desfecho da história? É disso que se
trata. Ora, Nihad costumava fotografar suas vítimas como um palhaço cruel da
sociedade do espetáculo, colecionador de imagens vazias. Claro que essa não era a
intenção de Nawal, o nariz deveria significar inocência e alegria; porém, converte-se
em rancor e desprezo. Mesmo assim, há que se admirar o brio da personagem
central, aquela que conta histórias dentro da história.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 101
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
obviamente, não sabem para onde vão. Essa forma de presentificação do tempo é
própria dos efeitos da ação narrativa desenvolvidos pelo autor da peça, porém
partilhada pela personagem que narra o evento. Ou seja, isso faz com que se possa
diminuir a distância entre os elementos do enredo e a sequência dos acontecimentos
que dão continuidade aos atos de fala. Dessa forma, entendemos que o conjunto
trágico evidenciado por Incendios se prende num jogo complexo de sentidos e
representações imagéticas que põem em movimento episódios construídos, acima de
tudo, para o campo do tablado cenográfico. Já na Poética, encontramos a definição de
quatro tipos de tragédias: a complexa, a patética, a de caráter, as de monstros (Cf.
ARISTÓTELES, 2005, p.39). Ora, pela engenhosidade ficcional da peça, pelas idas e
vindas do discurso narrativo, diríamos que a obra de Mouawad se enquadra na
primeira definição aristotélica. Ainda que tal afirmação possa parecer precipitada,
uma vez que a preocupação do velho estagirita está muito mais na distinção entre
tragédia e epopeia e na descrição da linguagem poética do que em classificar a
constituição complexa da tragédia; ainda assim, pela riqueza de elementos nessa
direção (que fazem parte da peça) é justo sinalizarmos tal atributo. Mas as
aproximações param por aí, pois ocorre o risco de transformarmos a estética do
drama cênico numa série normativa de gestos e falas, além de moralizar o discurso
das personagens. Com efeito, quanto menos cristianizarmos a obra, quanto menos
utilizarmos categorias de juízo e redenção, tanto mais será possível decifrar (e
apreciar) as passagens do jogo dramático. Inclusive, o efeito catártico não segue a
regra definida pela Poética, qual seja, a regra de inspirar “pena e temor” no
espectador a fim de que este “opere a catarse própria dessas emoções”
(ARISTÓTELES, 2005, p.24). Claro, não temos como apreciar o sentimento e as
emoções desses espectadores, uma vez que se trata da representação de uma ação
(mimeses), do instante específico em que ela ocorre. Além do mais, o conceito de
catarse não tem uma tradução precisa a partir da Poética. No drama moderno, por
exemplo, tal conceito se aproxima das ideias de ‘purificação’, ‘compensação’, ou seja,
de uma descrição moralizada acerca da tragédia antiga. No entanto, sabemos por
meio do livro VII da Política de Aristóteles (2010) que, ao tratar dos efeitos catárticos
102 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
da música, ele sinaliza para o caráter terapêutico de tal conceito. Identifica este como
uma espécie de ‘descarga de emoções’ capaz de melhorar os sintomas vitais, mas
apenas no momento em que ocorre a ação. Acontece que Nawal foge à regra, já que
está morta na ocasião da leitura das cartas e, portanto, o efeito catártico não se aplica
a presença da personagem. Ela não é melhorada pelo evento. No entanto, na
memória de seus filhos, ela assume atributos (ou caracteres) que vão personificando
uma imagem positiva da mesma. Por meio dessa imagem, o autor se utiliza como
guia da narrativa, sem a qual as personagens não chegariam ao conflito pulsional da
obra. Ou melhor, não chegariam a ‘desvelar a verdade’ que já estava presumida de
antemão, porém foi sendo construída por cada um dos filhos. Em razão disso,
devemos aproximar Incêndios da antiga forma da tragédia grega de interpretar o
evento (ou o acontecimento), chamada por Nietzsche (2006) de ‘Ereignis’. Nesse
ponto, não devemos entrar no mérito da compreensão heidegerriana da expressão,
mas na ênfase destacada pelo filósofo de Sils Maria, já que tal linha de interpretação
(a de Heidegger) foge do contexto de nossa abordagem. É na Introdução à tragédia de
Sófocles (2006) que Nietzsche diferencia a tragédia grega da tragédia moderna,
utilizando esse termo (Ereignis) para referir-se ao instante trágico como uma
experiência direta e imediata do publico presente. Era como se ocorresse uma espécie
de exercício democrático baseado na aceitação dos diferentes (mulheres, escravos...).
Nas suas palavras: “Reunião total do povo, que reencontrava seus representantes no
coro (vox populi) e seu ideal nos heróis, que eram habituados a entender tudo
politicamente como homens políticos por excelência.” (NIETZSCHE, 2006, p.58, §3).
Esse é um momento em que a tragédia grega, no ambiente da polis, não é deturpada
pela atmosfera da corte como será posteriormente com Eurípedes. A mesma sina
ocorre com a tragédia moderna, ela não é mais popular, mas apenas um artifício de
distração das massas. Entendemos aonde Nietzsche quer chegar ao atribuir essa
expressão (Ereignis) ao estado de presença do drama trágico. Significa o
desencadeamento do ‘inédito possível’, cujo desfecho não é preconcebido de
antemão, mas imprevisível e instantâneo. Não é aleatório que o filósofo irá atribuir
importância maior à noção de pâthos que, necessariamente, a concepção aristotélica
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 103
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
104 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 105
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
106 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
Considerações finais
Qualquer estudo que se faça sobre a peça de Wajdi Mouawad, Incêndios,
acarreta a possibilidade de incorrermos no reducionismo de conteúdos e na pobreza
de expressão. Trata-se de uma peça de teatro e é como tal que deve ser analisada, de
modo que tudo que fizemos até aqui mereça a nomenclatura de estudo parcial sobre
a temática social provocada pelo drama trágico da personagem. A riqueza dos
detalhes, o movimento das cenas, a caracterização dos atores, a incorporação das
falas e a habilidade de interpretação estão fora dessa análise. Da mesma forma, não
se deve entender que partimos de uma simples resenha crítica sobre a peça, pois,
deste modo, teríamos que assisti-la várias vezes para contrapor enredos. Tal
procedimento poderia, ainda, criar uma espécie de psicologização do texto escrito. Se
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 107
cenas e tempos de uma infância sem fim: o sentimento trágico em incêndios
assim pareceu ao leitor, não foi essa a intenção. Apenas estendemos linhas possíveis,
sem individualizar a análise. Num universo poético de muitas interpretações, esta é
apenas uma delas.
Referências
108 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061
sandra mara corazza; deniz alcione nicolay
ROMILLY, Jaqueline de. A tragédia grega. Tradução Ivo Martinazzo. Brasília: Editora
Universidade de Brasília, 1998.
SÓFOCLES. Filoctetes. Tradução Trajano Vieira. São Paulo: Ed. 34, 2006.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 87-109 issn 2525-5061 109
110
doi: 10.12957/childphilo.2016.23352
Flávia Schilling1
Universidade de São Paulo, Brasil
Patrícia Helena Ferreira2
Rede Municipal de Educação de São Paulo, Brasil
Resumo
É impossível resistir à tentação de escrever, neste breve artigo, sobre avessos e contrapelos. Pois,
afinal, estamos sob a égide de Incêndios que, ao contrário do que se espera hoje, é uma história
sem final feliz. Sem final, talvez. A contrapelo das figuras contemporâneas de infância, em
Incêndios há a presença das genealogias e suas possibilidades de liberdade, centradas na
memória, na dor, na luta, na resistência. Há, nestas mesmas genealogias, ao mesmo tempo, suas
muitas prisões. Há miragens de liberdade centradas nas figuras femininas que conseguem
olhar, de olhos bem abertos. Há a palavra – difícil e frágil – que se apresenta no cantar. Há
silêncios a serem decifrados (e respeitados) e há, principalmente, a libertação via domínio da
palavra: aprender a ler, aprender a escrever, aprender a contar, aprender a falar, aprender a
pensar. Há, como seu avesso, a impossibilidade de colocar em palavras, a inutilidade de
aprender a contar, aprender a falar, aprender a pensar. Além dos grandes discursos, há uma
proposta de decifrar pequenos gestos, pistas, enigmas. Todavia, inspirando-nos no conceito de
campo de visão e na ideia de visão periférica, como a capacidade do indivíduo enxergar pontos
ao redor de seu campo visual, trabalharemos no artigo o duplo infância-felicidade afetado pelo
discurso do risco e procuraremos focar algumas questões presentes no que chamamos de
enxurrada discursiva acerca do infantil, em especial, o apaziguamento da memória, da dor, da
luta, da resistência e do acontecimento. Para tanto percorremos a discussão sobre a proteção/
cuidados da infância com suas figuras do risco; as figuras das crianças felizes com o
deslocamento contemporâneo da ideia de resistência para o de resiliência, como sendo a
capacidade de enfrentar as adversidades. Assim tentamos captar, na angular formada, a
racionalidade vigente de uma época e ainda perceber que nela, supostamente, não há nada de
inaugural, somente rearranjos e deslocamentos, mas que produzem, efetivamente, efeitos
nos/de sujeitos.
Abstract
In this brief article, it is impossible to resist the temptation to write about duplicities and
opposites. After all, we are discussing Fires, which, contrary to what is currently expected, is a
story without a happy ending. Or even without an ending, maybe. In contrast with the
contemporary figures of childhood, in Fires there is the presence of genealogies and their
possibilities of freedom, centered in memory, pain, struggle and resistance. At the same time,
these genealogies may be prisons of the imagination. There are mirages of freedom centered in
1 E-mail: flaviaischilling@gmail.com
2 E-mail: patihell@yahoo.com.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 111
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
feminine figures that are able to look, with eyes wide open. There is the word – hard and fragile
– that presents itself in singing. There are silences to be deciphered (and respected) and there is,
primarily, freedom through mastering of the word: learning to read, learning to write, learning
to tell, learning to talk, learning to think. There is, as its opposite, the impossibility of putting
into words, the inutility of learning to tell, learning to talk, learning to think. Beyond the big
speeches, there is a proposal for deciphering small gestures, clues and enigmas. However,
gathering inspiration from the concept of field of view and the idea of peripheral vision--
understood as the capacity of an individual to see elements outside the center of gaze—I discuss
in this paper the duplicitous childhood-happiness-as-affected-by-liabilities discourse, and focus
on some questions that arise from what I call a “discursive thunderstorm” concerning
childhood, in particular the appeasement of memory, of pain, of fight, of resistance and of
events. For this purpose, I analyze discussions about protection / child-care and their
calculations based on liability ; the figures of children dealing with the contemporary shift from
the idea of resistance to that of resiliency, as being the capacity to face adversity. I try to capture,
in the meeting-points of these discussions, the current rationality of our epoch, while
recognizing that in fact there is nothing new, only reshufflings and movements that create
effects in individuals.
Resumen
Se nos hace imposible resistir a la tentación de escribir, en este artículo, sobre lo que se coloca al
revés y a contramano. Estamos, al final de cuentas, trabajando con el texto Incendios que, al
contrario de lo que hoy se espera, es una historia sin final feliz. Sin final, tal vez. O con finales y
comienzos distintos. A contramano de las figuras contemporáneas de infancia, en Incendios es
posible encontrar genealogías - sus posibilidades de libertad, centradas en la memoria, en el
dolor, la lucha y la resistencia. Hay, en estas mismas genealogías, al mismo tiempo,
posibilidades de muchas prisiones. Hay espejismos de libertad centrados en figuras femeninas
que consiguen mirar, con ojos bien abiertos. Hay palabra - difícil y frágil - que se presenta al
cantar. Hay silencios a ser descifrados (y respetados) y hay, principalmente, la liberación por el
medio de la palabra: aprender a leer, aprender a escribir, aprender a contar, aprender a hablar,
aprender a pensar. Hay, como su revés, la imposibilidad de colocar en palabras, la inutilidad de
aprender a contar, aprender a hablar, aprender a pensar. Más allá de los grandes discursos, hay
una propuesta de descifrar pequeños gestos, huellas, enigmas. Inspirándonos en el concepto de
campo de visión y en la idea de visión periférica como la capacidad del individuo de ver puntos
alrededor de su campo visual, trabajaremos en este artículo con el par infancia-felicidad
afectado por el discurso del riesgo e intentaremos colocar algunas preguntas del presente en lo
que chamamos de tempestad discursiva sobre lo infantil, en especial a los que tratan de
apaciguar la memoria, el dolor, la lucha, la resistencia: el acontecimiento. Para tanto traeremos
la discusión sobre la protección/cuidados de la infancia con sus figuras del riesgo; las figuras de
los niños felices con el desplazamiento contemporáneo de la idea de resistencia para la de
resiliencia, como la capacidad de enfrentar las adversidades. Así, intentamos capturar, en la
angular formada, la racionalidad de una época e percibir que en ella no hay nada inaugural,
solamente nuevos arreglos y desplazamientos, pero que producen, sin duda, efectos en los/de
sujetos.
112 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 113
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
114 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 115
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
116 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 117
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
Uma vida que é gerada. “Meu ventre está cheio de ti. É uma vertigem, não
é? É magnífico e horrível, não é? É um abismo e é como a liberdade das aves
selvagens, não é?” (MOUAWAD, 2013, p. 41). Vida que traz para os que a
produziram um misto de espanto e soberania, medo e ousadia. A permissão ou a
proibição para sua continuidade não dependem somente dos que a provocaram, mas
de uma complexa teia de relações, interdições, morais e acasos que se constroem a
partir dos encontros. Se tais encontros partem, ao nosso entender, das armadilhas do
existir e da imanência das linhas de força que atuam sobre o vivido, qual vontade de
poder acaba por sucumbi-los de tal forma a esquadrinhá-los, alinhá-los, produzi-los
uniformes?
Entendemos que a figura de infância produzida ao longo dos séculos, em
especial com o advento da Modernidade, se autoperfaz no sentido de alimentar a
ideia de fragilidade e perigo, porvir e controle. É preciso cercá-la para que o informe
tome corpo. É necessário alertá-la dos perigos do existir. Governo da bios.
A estratégia preconizada nas atuais políticas para a primeira infância baseia-
se na noção de risco social, ou seja, o oferecimento de um acompanhamento e
cuidado “antecipados” que poderá eliminar fatores que contribuem para o aumento
da pobreza, da fome e da mortalidade infantil, controlando assim o campo
probabilístico da gestão da população. Tal discurso encontra-se vinculado fortemente
ao equacionamento de uma política econômica autorreguladora, ao fomento
tecnológico neoliberal de governo.
A noção de risco foi operada por diversas ciências, tais como a sociologia, a
psicologia e é força motriz da estatística social, quando relacionada à gestão de
populações, fazendo parte de cálculos de organização e intervenção social.
118 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 119
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
próprio presente, mediante a antecipação do futuro, que passa a reger a relação com
o tempo atual (HILLESHEIM; CRUZ, 2008). Mediante o cálculo das probabilidades e
do controle de todas as variáveis da vida, pode-se prever (e prevenir) o que irá
acontecer. “Nesta perspectiva, o futuro é um tempo projetado no presente”
(HILLESHEIM; CRUZ, 2008, p.197).
Robert Castel (2004) analisa que, paradoxalmente, as sociedades modernas,
as quais são equipadas com um número infindável de bens materiais e de proteções,
são aquelas onde o sentimento de insegurança atravessa todos os estratos sociais,
levando-o a formular a hipótese que a insegurança moderna não se caracterizaria
pela ausência de proteção, mas sim por uma busca frenética e incessante de
segurança, a qual, por sua vez, retroalimentaria o sentimento constante de
insegurança. Estar protegido seria então, estar armazenado. À medida que a
sociedade alcança novas metas no que diz respeito à gestão da segurança, outras
novas metas surgem, dando lugar a novos riscos até então inexistentes. Instaura-se,
pois um constante mal-estar com relação ao porvir:
La imprevisibilidad de la mayor parte de esos “nuevos riesgos”, la
gravedad y el carácter irreversible de sus consecuencias, hacen que la
mejor prevención consista a menudo en antecipar lo peor y en tomar
medidas para evitar que eso advenga, aun cuando sea muy aletorio.
(CASTEL, 2004, p. 78)
120 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
4 Foucault (1997, p.89) descreve sumariamente biopolítica como “a maneira pela qual se tentou,
desde o século XVIII, racionalizar os problemas propostos à prática governamental, pelos
fenômenos próprios a um conjunto de seres vivos constituídos em população: saúde, higiene,
natalidades, raças...”. Esse poder sobre a vida desenvolveu-se em dois polos interligados: o
primeiro polo centrou-se no corpo como máquina, no seu adestramento, na ampliação de suas
aptidões, na extorsão de suas forças e no crescimento de sua utilidade e docilidade – a
disciplina. O outro, centrou-se no corpo-espécie e seus processos biológicos: proliferação,
nascimento, mortalidade – processos feitos por meio de uma série de intervenções e controles
reguladores da população. Trata-se de “um novo corpo: corpo múltiplo, corpo com inúmeras
cabeças, se não infinito pelo menos necessariamente numerável. A biopolítica lida com a
população como problema político, como problema a um só tempo científico e político, como
problema biológico e problema de poder, acho que aparece nesse momento” (FOUCAULT,
2005, p.292-293).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 121
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
122 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 123
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
são, então, recursos para a contenção dos riscos fabricados. Tais dispositivos acabam
por compor o sujeito infantil moral, num agenciamento das suas vontades e
governamento das suas condutas.
A inclusão da população em programas de assistência e educação visa
assegurar as condições básicas de sobrevivência dos indivíduos, ao mesmo tempo,
incluí-las no jogo do mercado “gerenciando e minimizando os riscos que aqueles
cobertos por tais políticas representam para si mesmos, para os outros e para o
Estado” (LOPES, 2011, p. 293). Antecipação, no presente, dos prejuízos futuros
causados pelas populações definidas como potencialmente perigosas. Crianças em
perigo/perigosas: figuras de controle. A narrativa do cuidado transformada agora
pela do risco, institui de forma diferenciada o discurso do controle. Os meandros do
existir devem ser canalizados de forma a produzir cada vez mais caminhos já
desenhados e escrutinados. Felicidade é norma.
Em seu leito de morte Nazira ordena à Nawal que lute contra a miséria a
que seu povo está inserido por meio do que acredita ser o caminho para uma vida
outra: aprender a ler, a escrever, a contar, a pensar. Esse foi o caminho trilhado por
Nawal a partir de então e o nome de sua avó em seu túmulo foi a primeira inscrição
de saída desse mundo cercado pela violência e pela pobreza. Guerrear pela/na
palavra seria a chave para a felicidade.
Hoje, o imperativo para a felicidade não é apenas esse. É fundamental
aprender a expressar-se, a narrar-se e, com certeza, corrigir-se. Uma espécie de
saturação intimizante da vida do infantil posta-se como necessária. Ao adulto caberia
a responsabilidade de cada vez mais conhecê-lo, cercá-lo, protegê-lo até de si mesmo,
de suas possíveis frustrações, tristezas, humores. Nem muito alegre (pode ser
hiperativo), nem muito triste ou quieto (pode ser depressivo). É necessário ainda
conhecer suas preferências, suas opiniões e alegrias, enfim, fazê-lo reinar em sua
124 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
infante soberania. Entendamos, porém, que esse reinado é somente uma ponta de
uma racionalidade vigente, onde todos (nós) somos governados, sem exceção.
Trata-se, entendemos, da celebração de uma política de governo da
subjetividade, a qual engloba os âmbitos público e privado da vida e incorpora as
questões subjetivas às técnicas governamentais, de modo a envolvê-las na relação
que cada indivíduo tem consigo mesmo. As linhas de força que atuam nessa política
colaboram para reforçar a ideia do cidadão “em busca de”, ser que mira à felicidade e
que, para alcançá-la, efetua sobre si operações de administração sobre seu corpo e
sua alma.
A busca da felicidade é apontada, além de um direito a ser perseguido
individualmente, um dever dos governos, felicidade esta definida, por exemplo,
como bem-estar psicológico, satisfação pessoal, saúde, gestão do tempo, padrão de
vida, educação, cultura, governança etc.
O que antes era um direito negativo – os aparelhos de Estado não
deveriam obstar o exercício do direito de cada um perseguir a própria
felicidade –, tornou-se, a partir da implantação do modelo de Estado de
bem-estar social (Welfare State), uma incumbência das políticas
governamentais. Propiciar e chancelar o bem-estar psicológico, a
sensação de satisfação e conforto em relação à própria vida, instituídos
como tarefa da política, não deixa de ser uma das mais atuais estratégias
de subjetivação-dessubjetivação. (CORRÊA, 2009, n. p.)
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 125
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
vida foi alimentada sob uma ideia de felicidade diferenciada das demais até então. Se
nos voltarmos ao século XVIII, encontraremos em Jeremy Bentham, filósofo e jurista
da época, uma noção que nos é cara até hoje. Para o pensador:
a maneira como qualquer pessoa devia buscar a felicidade era um
assunto a ser resolvido pelo indivíduo em questão. Mesmo assim, em
primeiro lugar, alguém tinha de assegurar que essa busca seria possível –
e isso era o trabalho do governo: criar condições que permitissem que
todos nós buscássemos a felicidade da maneira que achássemos melhor.
(SCHOCH, 2011, p. 38)
Para o que seria uma efetiva ação do governo, Jeremy Bentham (1979) criou
o cálculo felicífico, ou a equação da felicidade, a qual pode ser resumida na equação
felicidade é igual a prazer menos dor. Tal acepção denota uma busca racional da
felicidade e uma ação econômica do Estado, no sentido de garantir a liberdade
(salvaguardando a vida e a propriedade) do indivíduo para a sua satisfação pessoal.
A liberdade, nomeada por Bentham como segurança, não garantiria sozinha a
felicidade, pois caberia, em última instância, ao indivíduo o “querer” ser feliz. O
Estado só agiria em casos de (im)probidade, ou seja, quando a busca da felicidade
individual obstruísse a felicidade de outra pessoa, sendo então justificadas ações
coercitivas e proibitivas.
Michel Foucault destaca, em seu texto Omnes et Singulatim: uma crítica da
razão política, que a arte de governar de Estado, a qual floresceu a partir séculos XVI e
XVII, no objetivo de aumentar sua potência, utilizou-se de técnicas de governo
próprias, que apelavam para a sua intervenção. A polícia, uma de tais técnicas,
deveria velar pela preservação da vida. “Em suma, a vida é objeto da polícia: o
indispensável, o útil e o supérfluo. Cabe à polícia permitir aos homens sobreviver,
viver e fazer melhor ainda” (FOUCAULT, 2006, p. 381). Este melhor estaria
relacionado “à maior felicidade de qual ele (o homem) possa gozar dessa vida” (op.
cit.).
Nesse sentido, poderíamos dizer que, atualmente, convivemos com um
“estado de polícia” permanente. Instigados a procurarmos a felicidade em todos os
locais que habitamos, somos relembrados cotidianamente e, até mesmo,
ininterruptamente, acerca do que seria a nossa mais cara missão: construirmos um
mundo feliz (para cada um e para todos), tornando-nos a nossa própria polícia. O
126 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 127
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
128 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 129
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
embate com a origem. Esta, acreditamos, é o fim condutor de uma história em que a
felicidade foi buscada no encontro. “Para além do silêncio. Tem a felicidade de estar
junto. Não há nada mais lindo que estar juntos” (MOUAWAD, 2013, p. 129).
As reiterações argumentativas dos discursos do risco e da felicidade estão
alicerçadas num projeto de manutenção da vida. Fazer viver, cada vez melhor, com
mais condições e por mais tempo, compensar as deficiências e propor práticas mais
(auto)reguladoras.
O discurso do risco é tensionado pelas linhas concorrentes da
vulnerabilidade da infância e da periculosidade que a mesma pode representar. Em
ambas vertentes, o que se propõe é a intervenção precoce na criança e em sua família,
por meio de ações na área da saúde, educação e assistência social. O duplo risco-
segurança torna-se modelo produtivo, o qual promove discursos nos meios de
comunicação de massa, cria políticas de saúde e educação e produz saberes “que
promovem e promovem-se na gerência sobre si e na responsabilidade pessoal e
culpabilização dos indivíduos pelos próprios sucessos e insucessos existenciais”
(CARVALHO, 2007, p.148). A oferta e a disponibilização de informações e
conhecimento sobre os indivíduos alimenta uma pedagogia do autodidatismo (op.
cit.), que conduz os sujeitos à busca de sua autorrealização. A sistemática de
antecipação do futuro prevê o surgimento de eventos indesejáveis, tais como
doenças, comportamentos desviantes e anormais, numa tônica de responsabilização
do indivíduo pelo seu (in)sucesso - a gerência da vida passando pelo próprio
indivíduo.
A busca da felicidade, trabalho a ser perseguido e efetivado por cada um,
como um dos deveres dos estados ocidentais listados desde a carta da independência
norte americana, remalha o discurso do risco e da criança como cidadã. Tudo o que
se projeta, faz-se em nome de uma felicidade, a qual se traveste em bem-estar, saúde,
independência econômica e, principalmente, normalidade. Os índices criados forjam
a participação da sociedade e asseguram o direito à opinião e ao livre arbítrio.
Uma nova relação se estabelece entre o poder e a vida configurando uma
invasão performática de âmbitos os quais achávamos impenetráveis, “os gens, o
corpo, a afetividade, o psiquismo, até a inteligência, a imaginação, a criatividade,
130 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
tudo isso foi violado, invadido, colonizado [...]” (PELBART, 2009, n.p.). Utilizando-se
de mecanismos esparramados, polimorfos e rizomáticos537, o biopoder contemporâneo
age nas formas de sentir, pensar, amar e comportar-se. Intensificar e otimizar a vida,
a partir da cooptação dos desejos e necessidades.
Dir-nos-ia Agamben (2008), que de viventes passamos a sobreviventes, à
vida reduzida ao mínimo biológico. “Estamos todos reduzidos ao sobrevivencialismo
biológico, à mercê da gestão biopolítica, cultuando formas de vida de baixa
intensidade, subestimada à morna hipnose consumista, mesmo quando a anestesia
sensorial é travestida de hiperexcitação” (PELBART, 2009, n.p.). Assim, nos
voluntariamos a bioasceses onde o self almejado, na maioria das vezes, expressa uma
“vontade de uniformidade, de adaptação à norma e de constituição de modos de
existência conformistas e egoístas” (ORTEGA, 2003, p. 63).
A conquista da felicidade, ao lado da liberdade, constitui-se como um
parâmetro para as democracias-mercado. Tal como assevera PELBART (2000), o
consenso democrático transforma o moderno cidadão em homem médio, que pasta
entre serviços e mercadorias ofertadas. Consumir cada vez mais: mercadorias, ideias
sobre o mundo e sobre si mesmo. Esse apelo à busca incessante por uma completude
consubstancia-se numa política que valoriza cada vez mais o autoconhecimento e a
conquista da autonomia do indivíduo, como formas de expressão da cidadania.
Desse modo, as intervenções contínuas das ciências, especialmente a
psicologia e a pedagogia, no sentido de intensificarem as experiências em que o
sujeito é “levado” a encontrar-se consigo mesmo, com o objetivo de conhecer-se e
5 Na biologia, um rizoma é uma estrutura componente em algumas plantas cujos brotos podem
ramificar-se em qualquer ponto e transformar-se em um bulbo ou um tubérculo. Este rizoma
pode funcionar como raiz, talo ou ramo, independente de sua localização na planta. O rizoma
tem a capacidade de conectar um ponto a qualquer outro. Para Deleuze e Guattari (2009), esse
conceito pode ser ampliado filosoficamente indicando que não há um ponto de origem ou
princípio primordial que organiza todo o pensamento. O rizoma é “um sistema a-centrado não
hierárquico e não significante [...] unicamente definido por uma circulação de estados”
(DELEUZE; GUATTARI, 2009, p. 33). Tal conceito, articulado ao de biopoder, confere a este
último uma característica de rede de relações que se espalham pelo corpo-espécie. O biopoder
foi um dos elementos indispensáveis para o desenvolvimento do capitalismo, assegurando a
inserção dos corpos no aparato produtivo e da população nos processos econômicos. (CASTRO,
2009, p. 58).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 131
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
132 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
Referências
BENTHAM, Jeremy; STUART MILL, John. Uma Introdução aos Princípios da Moral e
da Legislação (Coleção Os Pensadores). São Paulo: Abril Cultural, 1979.
BRASIL. Constituição (1988). Constituição da República Federativa do Brasil.
Organização de Alexandre de Moraes. 16. ed. São Paulo: Atlas, 2000 .
BUJES, Maria Isabel Edelweiss. Infância e Risco. Educação & Realidade. Porto Alegre,
v. 35, n. 3, p. 157-174, set./dez. 2011.
CARVALHO, Mónica. Risco, dispositivos de informação e a questão do governo em
sua relação com a saúde nas sociedades contemporâneas. Estudos em Comunicação n.
2, p. 147-170, dez. 2007.
CANDIOTTO, Cesar. Cuidado da vida e dispositivos de segurança: a atualidade da
biopolítica. In: CASTELO BRANCO, Guilherme; VEIGA-NETO, Alfredo. Foucault:
filosofia e política. Belo Horizonte: Autêntica, 2011. p. 81-96.
CASTEL, Robert. La inseguridad social. Qué es estar protegido? Buenos Aires:
Manantial, 2004.
CASTRO, Edgardo. Vocabulário de Foucault: um percurso pelos seus temas, conceitos
e autores. Revisão Técnica Alfredo Veiga-Neto e Walter Omar Kohan. Belo
Horizonte: Autêntica Editora, 2009.
CORRÊA, Murilo Duarte Costa. Máquinas de fazer sorrir: notas sobre uma economia
da felicidade. Disponível em:
<http://murilocorrea.blogspot.com/2009/11/maquinas-de-fazer-sorrir-notas-
sobre_25.html>. Acesso em: 15 dez. 2011.
DELEUZE, Giles; GUATTARI, Félix. Mil Platôs: Capitalismo e Esquizofrenia.
Coordenação da Tradução Ana Lúcia de Oliveira. São Paulo: Editora 34, 2009.
EWALD, François. Insurance and risk. In: BURCHELL, Graham; GORDON, Colin;
MILLER, Peter. The Foucault effect: studies in governmentality. Chicago: The
University of Chicago Press, 1991. p. 281-298.
FERREIRA, Patrícia Helena. Tramas e Grades: inventários sobre a criança na educação
infantil. Tese de Doutoramento, Faculdade de Educação da Universidade de São
Paulo, 2013.
FOUCAULT, Michel. Resumo dos cursos do Collège de France (1970-1982). Tradução
Andréa Daher. Consultoria Roberto Machado. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editores,
1997.
_______. Em defesa da Sociedade. Tradução Maria Ermantina Galvão. São Paulo:
Martins Fontes, 2005.
_______. Omnes et Singulatim: uma crítica da razão política. In: FOUCAULT, M.
Estratégia, Poder-Saber. Ditos & Escritos IV. Tradução Vera Lúcia Avellar Ribeiro;
[organização e seleção de textos Manoel Barros da Motta]. Rio de Janeiro: Forense
Universitária, 2006. p. 355-385.
_______. Nietzsche, a Genealogia e a História. In: FOUCAULT, M. Arqueologia das
ciências e História dos Sistemas de Pensamento: Ditos & Escritos II. 2. ed. Tradução Elisa
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 133
figuras da infância: inscrições, circunscrições e incêndios
134 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061
flávia schilling; patrícia helena ferreira
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 111-135 issn 2525-5061 135
136
doi: 10.12957/childphilo.2016.23520
Abstract
This text is an attempt to offer a reading of Incendies, a 2010 Canadian film written and directed
by Denis Villeneuve, adapted from Wajdi Mouawad's play of the same name in the light of
Lyotard’s notion of infantia. From this perspective, we can make a distinction between
childhood as a temporal human stage, and infantia as an atemporal human condition: infantia
may be described as the difference between what can and can not be said--the unsayable,
something lost that inhabits, imperceptibly, the speakable as its shadow, its reminder, an
unspoken that works as a condition of possibility in order that something meaningful could be
said. As such it is a form of the inhuman, opposed to the other form of the inhuman, called
"development,” “competition," "representative democracy," "the market," "free world," or
simply “capitalism.” Lyotard affirms that the political task of literature and art is to remember
the former inhuman, the one that each human soul carries by the fact of having been born from
a forced need to abandon its condition of indeterminacy. “Political,” for Lyotard, is the
resistance to the inhumanity of the capitalist order by means of remembering the inhuman from
which every order emerges. This is the aesthetic and political strength of Incendies: to present to
us, through its heroine, “the woman who sings,” an appeal to remember the silenced inhuman
from which we come, and which our social life has made us forget.
Resumen
Este texto es un intento de ofrecer una lectura de Incendies, una película canadiense escrita y
dirigida por Denis Villeneuve, adaptada de la obra de Wajdi Mouawad, a la luz de la noción de
infantia de Lyotard. Desde esta perspectiva, hacemos una distinción entre la infancia como
etapa temporal de la vida humana e infantia como una condición humana atemporal: a partir de
Lyotard, describimos infantia como la diferencia entre lo que se puede y no se puede decir - lo
indecible, algo perdido que habita, imperceptiblemente, lo dicho como su sombra, su memoria,
algo tácito que funciona como condición de posibilidad para que algo significativo pueda
decirse. Como tal, es una forma de lo inhumano, opuesto a otra forma de lo inhumano, llamada
"desarrollo", "competencia", "democracia representativa", "mercado", "mundo libre", o
simplemente "capitalismo". Lyotard afirma que la tarea política de la literatura y el arte es
recordar esa primera forma de inhumano, que cada alma humana carga consigo por el hecho de
haber sido obligada a nacer y abandonar su condición de indeterminación. "Política" para
Lyotard, es la resistencia a lo inhumano del orden capitalista por medio de recordar lo
inhumano de la que cada orden emerge. Esta es la fuerza estética y política de Incendios: darnos
1 E-mail: kennedyd9@verizon.net
2 E-mail: wokohan@gmail.com
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 137
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
a conocer, a través de su heroína, "la mujer que canta," un llamado a recordar lo inhumano
silenciado de dónde venimos y que nuestra vida social nos ha hecho olvidar.
Resumo
Este texto é uma tentativa de oferecer uma leitura de Incendies, um filme canadense de 2010
escrito e dirigido por Denis Villeneuve, adaptado a partir da obra de Wajdi Mouawad, à luz da
noção de infantia de J.-F. Lyotard. A partir desta perspectiva, fazemos uma distinção entre a
infância como um etapa temporal da vida humana e a infantia como uma condição humana
atemporal: infantia pode ser descrita como a diferença entre o que pode e o que não pode ser
dito - o indizível, algo perdido que habita, imperceptivelmente, o dizível como sua sombra, o
seu lembrete, algo tácito que funciona como uma condição de possibilidade, a fim de que algo
significativo possa ser dito. Como tal, é uma forma do inumano, oposta a outra forma de o
inumano, chamado de "desenvolvimento", "competição", "democracia representativa",
"mercado", "mundo livre", ou simplesmente "capitalismo". Lyotard afirma que a tarefa política
da literatura e da arte é lembrar aquele outro desumano, o que cada alma humana carrega pelo
fato de ter nascido de uma necessidade, forçada a abandonar sua condição de indeterminação.
"Política", para Lyotard, é a resistência ao inumano da ordem capitalista por meio de lembrar
esse outro inumano a partir do qual toda ordem emerge. Esta é a força estética e política de
Incendies: apresentar a nós, por meio de sua heroína, "a mulher que canta," um apelo para
lembrar o desumano silenciado de onde viemos, e que nossa vida social nos fez esquecer.
138 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
This text has been written with four hands, four eyes, four ears, twenty
fingers and a number of other tools from a double body machine affected by the
mysteries evoked by Incendies, a 2010 Canadian film written and directed by Denis
Villeneuve, adapted from Wajdi Mouawad's play Scorched.
At the very beginning of Incendies we are told, in a letter from a dead
woman to her children “Infancy is a knife stuck in the throat. It can’t be easily
removed," a statement that functions as a question, and further, as a riddle that goads
us through the tragic landscape of the film. Our essay is offered as an attempt to
unfold some of the possible assumptions and inferences that lurk in this statement,
and to trace them through the Cretan Labyrinth of paradoxes, reversals and aporias
of the story. Our guides in this task will be Jean-Francois Lyotard’s notions of infantia
and of what he calls “the inhuman”, which will, we hope, provide a red thread that
will lead us to the monstrous sanctum of the archetypal Minotaur itself and out
again, in the course of one possible reading of the aesthetic and political dimensions
of the film.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 139
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
their father and their brother, the first of whom they had assumed to be dead in a
civil war, and the second of whom they had never seen or heard of until this
moment—in search, in short, of their childhood. Narwal’s premonitory statement
immediately evokes the image of one’s childhood as a wound that is inflicted upon
one’s adulthood--and not just a wound but a wound that will never heal; or, per the
second part of the statement, which will not heal until the instrument that inflicted it
is somehow, and with difficulty—that is, by way of a process of working through
involving some sort of anamnesis--removed. As such, the film challenges us to go a
little further, behind or before the conventional notion of “childhood,” a behind and
before that are neither topical nor chronological but ontological. In other words, our
attempt is to move from childhood to infancy, to the very first movement before any
human being moves, to the very first birth into being before we are born into earth.
In the case of Incendies, the removal of the instrument that inflicted the
wound requires encountering the sublime and numinous terror of our quasi-
mythical origins, and by implication the deep origins of what constitutes each of us—
expressed in Freudian terminology as the Oedipus myth, sexual difference, castration
of the mother, the incest taboo, pregenital sexuality, or in the association of incest
with the gods and the semi-divine, as in ancient practices of royalty, or any other
formula referring to that very first blow before we turned into ourselves.
The throat is the place in the body where human speech originates, and
where the critical difference between infans (not speaking) and adult is most concrete.
But it is also the place where infancy speaks without speaking, or beyond speech, an
affective state that both indwells and exceeds the body. It cannot be captured by
language, for it is before all representation, articulation and delineation, before all
construction, education, and socialization. This “before” is not a “life-stage,” either of
the individual or the species. It cannot be captured or expressed by discursive
language. If infancy is a form of the inhuman, a condition and not a stage of human
life, then the metaphor of infancy as a knife that wounds our throat that cannot be
(“easily”) healed suggests both that there is no (“easy”) human life without the
inhuman, no true life without the primary body and, at the same time, that culture
140 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
and society are, in a way, unsuccessful attempts to abandon and forget infancy. As
Lyotard points it out, “the wound we are talking about ... bleeds incessantly, it
demands, of course, to be treated, but also not to be treated, [but] to be respected...”
(LYOTARD, 1999, p. 52). As we will see, this is the main political dimension of the
film: to remind us that there is no possible human life without bleeding or, in more
conceptual terms, that a human life worth living demands a certain relationship to
infancy, as a form of the inhuman. In this sense, Incendies is a call to live a fully
human life—which requires that we treat infancy with respect.
Following Lyotard further, we may also consider that the Law, which
cannot tolerate and thus proscribes the infant body, the body ruled by the affect of
“immaterial matter,” or the “body of aesthesis,” attempts to heal this wound to the
throat—the original, inchoate center of the human expression of affect. The Law
takes the aesthetic body of infancy—that condition of excess, that “remainder” that
cannot be assimilated by discursive and representational forms of signification”
(LOCKE, 2012)--as criminal flesh that eludes and thwarts Reason. The Law, in its
offense at infantia’s “criminal innocence” in respect to morals, to the code of good and
evil of which it knows nothing, in turn offends the infant body. Like the Harrow in
Kafka’s story “In the Penal Colony,” the Law cuts into the body of aesthesis--pierces
it, writing its proscriptions into its very flesh and blood, in the name of the father, of
subjectivity itself. It drives infantia into a forgetfulness that is always present, and to
which the law owes an unpayable debt. And because infancy is before
representation, in wounding it the Law forgets it, even though the very condition of
its possibility is the “intractable, the body upon which it enacts itself” (LINDSAY,
1992, p. 393).
By virtue of one of the paradoxical twists in Incendie’s narrative, to remove
the knife is to “regain” infantia by acknowledging its origins in the inhuman and the
sublime, in an experience of pain and pleasure that is before good and evil. Thus
Nawal’s twins—who are virtually two forms of, one subjectivity--recover, through
their memorial journey into the inhuman, their childhood in at least two senses. First,
they discover that they were born in the notorious Lebanese prison of Kfar Ryat in a
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 141
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
time of vicious, genocidal civil war, in the fifteenth year of their mother’s
incarceration there in punishment for an assassination of a political figure in the
Christian-Muslim conflict. The twins were conceived as a result of systematic rape by
the infamous torturer “Abou Tarek”, who, unbeknownst to either he or Nawal, was
in fact her grown son Nihad of May, who had been, as the war lord Chamseddine
put it, “swallowed by the war” and ended up serving both sides. Nihad was the
product of her first love with a member of the “other side,” and was torn from her
immediately after birth. In fact her incarceration in Kfar Ryat was the indirect result
of her long and fruitless search for him through the war-torn countryside; while his
monstrous transformation into a killer and a “torture specialist” was indirectly
connected with his search for her With this discovery of their incestuous origins, the
twins laid bare the enigmatic wound of infantia, an abject, unresolved condition that
endures even beyond the apparent resolution of their quest. As Lyotard will make
clear, “there is something that will never be defeated as long as human beings will be
born infans, infants. Infantia is the guaranty that there remains an enigma in us, a not
easily communicable opacity–that something is left that remains, and that we must
bear witness to it.” (LYOTARD; LAROCHELLE, 1992, p. 416).
The story of Nawal’s “scorched” life and the resolution of the puzzle by the
twins also testifies to the enigma of the human condition: that to discover, as adults,
our “true” history reveals our debt to the infans of infantia. Jeanne and Simon
discover that there is no human order, no social life, no regulative state, no law, no
living together in the condition of infantia; but at the same time no aesthetic or
political life without the attempt to testify to it.
The apparently nonsensical, riddle-like commands to the twins that Nawal
dictates to Jean Lebel on her death bed that initiate their search—to find their father
and their brother and deliver two sealed letters to them (actually “him”),—may be
interpreted as one form of that testimony. Just prior to her death, Nawal spots her-
torturer-who-is-also-her beloved-long-lost-son-who, decades later, has emigrated to
Quebec and works as bus cleaner--at a public swimming pool, and recognizes him by
three dots on his left heel tattoed there at his birth. He does not recognize her. She
142 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
collapses, goes silent, and dies shortly afterwards, after dictating to Jean Lebel the
two letters of instruction to the twins. Their last task is to hand the sealed letters to
Nihad of May/Abou Tarek. They intercept him as he enters the lobby of his
apartment building, and hand him the two envelopes, one marked “to the father,”
the other “to the son,” then quickly leave. He opens them. The first, addresses her
implacable torturer, who had tried unsuccessfully to “break” her in prison through
repeated rape. “I recognized you. You didn’t recognize me. It’s magnificent, a
miracle. I am your Number 72 [the number of her cell in Kfar Ryat]. Our children will
deliver this. You won’t recognize them for they are beautiful. But they know who
you are.” Upon reading this, Nihad rushes outside in search of his siblings/children,-
-to kill them as witnesses of his crimes or to embrace them?--but they are gone. The
letter finishes, “Through them, I want to tell you that you are still alive. Soon you’ll
turn silent I know, for all are silent before the truth.” It is signed “Whore 72”. Then
he opens the second letter: “I speak to the son, not to the torturer. Whatever happens,
I will always love you. I promised you that when you were born, my son. I looked
for you all my life. I found you. You couldn’t recognize me. . . . I recognized you, and
I found you beautiful. I wrap you in tenderness, my love. Take solace, for nothing
means more than being together. You were born of love, so your brother and sister
were born of love too. Nothing means more than being together. Nawal Marwan,
Prisoner Number 72.” Later in his office, their task accomplished, Lebel hands the
twins their mother’s last letter to them, which informs them that she has fulfilled her
promise to “break the chain of anger.” “The silence will be broken,” she writes, “a
promise kept.” “My loves, where does your story begin? At your birth? If so, it
begins in horror. At the birth of your father? Then it begins in a great love story. But I
say your story begins with a promise, to break the chains of anger. Thanks to you,
today I have finally kept it. The chain is broken. Finally I can take the time to cradle
you, to gently sing a lullaby to console you. Nothing means more than being
together. I love you. Your Mother, Nawal.” The last shot of the movie shows Nihad
standing silently before his mother’s grave, as if before a closed door. There is no
reconciliation, no possible life together: the debt that the human (adult) owes to the
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 143
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
inhuman of infantia cannot be settled, but only remembered-- but that memory will
forever invoke a condition that prevailed before there were chains to be broken.
Jeanne and Simon recover, through their memorial journey into the
inhuman, into the powers of horror and the abject, infantia in its present absence as
the unboundaried, the unsayable—as a radical ontological condition, an initial
inhuman movement from not being to being, an ungrund. They recognize that they
are, as adults, in debt to this condition. Do they also grasp that the condition of
infans, of “miserable and admirable indetermination,” the aesthetic body, the
spirituality of flesh, is all that stands in resistance to another form of the inhuman?
For this other inhuman—the inhuman of “development” and “complexification,”
childhood is simply a functional waystation on the adult journey towards a post-
human bionic future. But a further clarification of Lyotard’s conceptual vocabulary
will be necessary to bring his ideas into a full encounter with the film.
144 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
any human life as its condition, and cannot be removed in any way. It can be
remembered or forgotten, but a life without infantia would not be a human life. To
understand this distinction problematizes all conventional approaches to the adult-
child relation--most obviously in the case of conventional educational discourse, in
which schooling is implicitly understood as a way to remove or abandon childhood.
In the discourses of “child” and “life-span” “development”, childhood is understood
as a discreet, predictable stage of human life, which in turn is understood as a linear
process of successive, consecutive and constant non-reversible evolutionary
movement. Here, childhood is removed by “growing up,” and the school is the social
institution charged with managing this process of removal in as painless a way as
possible, and in agreement with the aspirations that support school as a given social
and cultural institution. All conventional schools of all times and places share this
project: to make the abandonment or removal of childhood painless, and in doing so,
to create adult subjects who can function to maintain socially dominant values and
aspirations.
Thus, schooling is the cultural road of conversion from childhood to
adulthood through the social dispositifs of discipline and control, applied in order
(albeit ultimately unsuccessfully) to excise infantia, to forget the ontological ungrund
altogether. Functionally speaking, the passage is a transformation of an experience of
time--from aion to chronos; of thinking--from questioning to answering; and of being
in the world--from play to duty. In the film, Jean Lebel the notary—here in the role of
the record-keeper, the master of linearity, the exemplary adult, the servant of chronos
and the Law--suggests twice to the reluctant twin Simon that he “grow up”. Simon
tends to resist, In fact he is already quite “grown up” in his insistence on forgetting,
even shunning the inhuman of infantia by avoiding the truth of his origins. It is only
his “other self” in the person of his twin sister that draws him closer through the
emotional force and the daring tenacity of her search for their father and brother.
Only in abandoning the elision of infantia in adult rationality does he in fact grow up.
And in doing so, he (and she) become, as Nawal pronounces them, “beautiful,” and
unrecognizable to the socially constructed adult, who is captive to that other form of
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 145
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
146 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 147
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
148 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 149
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
in the form of their mother’s letters to him, they have become “adults” by completing
the “record,” now filed and stamped and signed as “truth.” They have excised the
abject by incorporating it. The consumerist society will now accept them again in the
market to continue their inhuman lives. Their childhood has been legitimated by the
Law and redeemed by the administrative order, but they will remain forever in the
shadow of infantia.
On the other hand, the notary, the representative of order, while a
sympathetic, decent and well-educated character, is an example of the excision of the
abject. Jean Lobel heeds the adult taboo, the proscription from allowing the wound of
infantia to surface—of “bleeding”—by creating a two-dimensional world of truth, in
which facts, figures, dates, depositions, signatures, identity cards etc. constitute a
bullet-proof universe of simple fact, a positivist’s dream. Nothing has to make sense
as long as it is recorded—one can have the satisfaction of having excluded insoluble
problems. The triumph of the signifier over the signified. The neglecting of infantia.
In Incendies, the abject is further represented by the pervasive brutalized
horror of a war situation, here modeled on the real event of the Lebanese Civil War,
which lasted for a full 15 years (1975-1990). War is the abject’s monstrous
manifestation in culture, in history, in politics, in religion--a reign of terror in the
name of the fundamental social principle of revenge (GIRARD, 1979), and a sign of
terminal human stupefaction. The warlord Chamsedinne who delivers the final truth
to Simon, like the mother, like the notary, but in a different way than each, has
overcome it by accepting it. He mirrors the notary in his placid dispassion: all that
one can say about the manifestation of the demonic is that it happened. But it is no
accident that the backdrop for this exploration of the inhuman in infantia should bear
its strange fruit amidst the monstrous social atmosphere of genocide, in the complete
devaluation of human life, and the reduction of human persons to signs—in this case
either “Christian” or “Muslim.” We may hypothesize, taking a page from
psychoanalytic notions of repression, projection and splitting, that one of the origins
of war is in fact the very forgetting of the inhuman, of infantia, of that “miserable and
admirable indetermination” that is in fact, as the infant body, wild being, the very
150 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
seat of our shared humanity, a space that will not relinquish the inherent spirituality
and sacred inviolability of flesh. And finally Abu Tarek, the sniper who kills children
from a rooftop, the torturer and rapist, the violator of his own maternal flesh, has
become a monster because he has lost his mother, and with that his infant body. He
has forgotten how to weep, as have his brothers in arms. War is the fantasy of the
armored machine body, hybrid excrescence of that future inhuman invoked by
Lyotard when he speaks of “development.”
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 151
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
time of the Aymara, of a past that is in front of us in the form of what we can see, and
the future is behind us as the unknown (NÚÑEZ, R. E.; SWEETSER, E., 2006).
In subjecting the field of economy to the domination of “development,” the
inhuman also implicitly enters the field of politics. If the first form of inhuman seeks
to impose capital in all its variants as the only triumphant and hegemonic idea, with
the logical consequence that there could be no possible alternatives to the system and
no other idea is feasible beyond capital itself, Lyotard believes that the only possible
authentic politics is in the resistance to this capitalist form of inhumanity in the name
of the memory of that other form of the inhuman, the forgotten one, that of a soul
that constantly remembers its debt to the inhuman from which it was born. In his
words:
What else remains as "politics" except resistance to this inhuman? And
what else is left to resist with, but the debt which each soul has
contracted with the miserable and admirable indeterminacy from which
it was born and does not cease to be born? –which is to say, with the
other inhuman? This debt to childhood is one which we never pay off.
But it is enough not to forget it in order to resist it and perhaps, not to be
unjust. This is the task of writing, thinking, literature, arts, to venture to
bear witness to it. (LYOTARD, 1991, p. 7)
Just don’t forget the debt to infancy, in order not to be unjust, affirms
Lyotard. Resist the inhumanity of the neoliberal order by remembering the
inhumanity from which we are born, as a way of remembering the “inhuman
potential for dérèglement, for undoing the instituted rules of acculturating forces”
(LINDSAY, 1992, p. 391). The “political”—the politics of the inhuman is then the
resistance to the inhumanity of the capitalist order by means of remembering the
inhumanity from which every order emerges. It is a kind of resistance to the
pretention of any order to perpetuate itself, a resistance carried out by remembering
what makes any order possible. Neocapitalist societies do not cease in their
pretentions to impose increasing control throughout the planet and even further. In
order to do so, they seek to silence any thinking or feeling that might question their
universality, normality and naturalness--what, as infantia, might reveal them as
arbitrary, artificial, abnormal; what might interrupt their pretense to inevitability.
“Just don’t forget the debt to childhood so as not to be unfair.” We wonder whether
152 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
david knowles kennedy; walter omar kohan
there is, in this admonition, the articulation of a political dimension that could inform
a possible reading of Incendies? Is the film a testimony to the inhuman of infantia? A
reminder of the aporia of human existence, in its double dimension of the
impossibility of healing the wound of the monstrous childhood and the silenced
infantia? A political resistance to any pretension to the naturalization of human
existence?
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061 153
on knives, infantia, and the inhuman: a lyotardian reading of incendies
according to Mouawad? (GARFÍAS, 2016). Might it, for example, help us conceive of
two kinds of political relationships to bodies--the law (old or new) which wrongs the
body on the one hand, but on the other a form of life that would respect the “time of
the body”? But at the very last, has this essay/assay helped any of its readers not to
forget infantia, as our social contemporary dispositifs in neoliberal societies so
relentlessly encourage us to do? If so, might we not consider this form of resistance
our main political task as writers? We are not sure. In light of the multiple forms that
childhood takes in our time, it might not seem to be enough, but who knows, it
might be a beginning. A reader sensible to childhood and infantia will certainly help
us think about it.
Bibliographical References
GARFIAS, Ericka Montaño. Necesito oscuridad y misterio para mi obra, pues no sé
divertir: Wajdi Mouawad. La Jornada. 19 nov. 2014. Disponível em:
http://www.jornada.unam.mx/2014/11/19/cultura/a06n1cul. Access in June
12th, 2016.
GIRARD, Renee. Violence and the Sacred. Baltimore: Johns Hopkins University
Press, 1979.
LINDSAY, Cecile. Corporality, Ethics, Experimentation. Lyotard in the Eighties.
Philosophy Today, v. 36, n. 4, Winter 1992, p. 389-401.
LOCKE, Kirsten. Lyotard’s Infancy. A Debt that Persists. Postmodern Culture. v. 23, n.
1, Set. 2012. p.
LYOTARD, Jean-François. "Before the Law, After the Law: An Interview with Jean
François Lyotard Conducted by Elisabeth Weber." Qui Parle. v. 11, n. 2, 1999, p. 37-58.
______. Lecturas de infancia. Buenos Aires: EUDEBA, 1997.
______. The Inhuman: Reflections on Time. Trans. Geoffrey Bennington and Rachel
Bowlby. Stanford CA: Stanford University Press, 1991.
LYOTARD, Jean-François; LAROCHELLE, Gilbert. “That which resists after all”.
Philosophy Today. v. 36, n. 4, Winter 1992, p. 402-417.
NÚÑEZ, Rafael E.; SWEETSER, Eve. “With the Future Behind Them: Convergent
Evidence From Aymara Language and Gesture in the Crosslinguistic Comparison of
Spatial Construals of Time”, Cognitive Science. v. 30, 2006, p. 1–49.
154 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 137-154 issn 2525-5061
doi: 10.12957/childphilo.2016.23357
Fabiana A. A. Jardim1
Universidade de São Paulo, Brasil
Resumo
A partir da peça Incêndios, de Wadji Mouawad, dedicamo-nos neste artigo a examinar os
problemas que a transmissão de experiências de violência estatal coloca para as relações entre
governantes e governados, alterando os contornos da cultura política contemporânea. Temos
como pano de fundo as leituras foucaultianas de Édipo-Rei, de Sófocles, na medida em que o
autor procura nela os traços de nosso “inconsciente político” no que se refere às relações entre
poder, verdade e saber. Passamos à análise da peça de Mouawad, que, em nossa leitura, não
apenas dialoga com Sófocles, mas atualiza a encenação dessas relações entre veridicção,
aleturgia e poder, ao deslocar (conforme a experiência história do século XX) o lugar do
testemunho para o reconhecimento que confirma a dimensão propriamente trágica do drama.
Dedicamos atenção, em seguida, a pensar que lugar o testemunho ocupou no interior do
quadro das diferentes respostas que cada estado nacional ofereceu ao problema da violência
empreendida contra parcelas de sua população, conforme a norma jurídica do genocídio ou de
crimes contra a humanidade. A partir da imagem forte oferecida por Mouawad, da infância
como faca cravada no pescoço, encerramos nossas reflexões referindo-nos ao momento atual,
em que se coloca para nós a tarefa de escutar o silêncio e abrir passagem para uma entrada
decidida no agonismo da história – o que altera, sem dúvida, aspectos centrais das relações de
governo nas quais nos movemos.
Among the flames of childhood: past and present memory and the experience of
state violence
Abstract
This paper works from Wadji Mouawad’s play, Scorched, to examine the problems that the
various practices State violence introduce into our political/ cultural scene. I believe that these
problems modify the relations between government and the governed on a deep level. I start by
referencing Michel Foucault’s remarks on Sophocles’ Oedipus the King; he has returned to this
play several times in his writings to outline some traces of our “political unconscious” when it
comes to the relationship between power, truth and knowledge. Mouawad’s play not only
explicitly enters into dialogue with Oedipus, but updates the staging of these relationships
between veridiction, what Foucault refers to as “alethurgy” or “truth-telling,” and power.
Mouawad produces this update by displacing the function of witness to the act of recognition
which, in Scorched, confirms the properly tragic dimension of the drama. We next pay attention
to the position that witnessing, or “testimony” has occupied within the framework of the
rationales that the nation state has offered for its violence against portions of its own
population, with reference to the juridical notion of genocide or crimes against humanity. From
1 E-mail: fajardim@usp.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 155
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
the strong image of childhood as a knife stuck in the throat, offered by Mouawad, we finish our
reflections by referring to the current epoch, in which we are confronted with the task of
listening to the silence of those murdered and oppressed by the state, and of opening a space for
an entrance into the agonism of history; an entrance that undoubtedly modifies central features
on the relationships of government that structure our experience.
Resumen
A partir de la pieza de teatro de Wadji Mouawad, Incendios, dedicamos este artículo a examinar
los problemas que la transmisión de la violencia del estado pone para las relaciones entre
gobernantes y gobernados, cambiando los contornos de la cultura política contemporánea.
Empezamos por las lecturas que Michel Foucault dedicó a Edipo Rey, de Sófocles, en donde
buscó huellas de nuestro "inconsciente político" con respecto a las relaciones entre el poder, la
verdad y el conocimiento. A seguir, pasamos al análisis de Incendios que, pensamos, no sólo
dialoga con Sófocles, sino que actualiza la puesta en escena de estas relaciones entre veridicción,
alethurgia y poder, al desplazar (con referencia a la experiencia de las violencias del siglo XX) el
lugar del testimonio para el reconocimiento que confirma la dimensión propiamente trágica del
drama. Dedicamos atención, entonces, a pensar qué lugar ocupó el testimonio en el marco de
las diferentes respuestas que cada estado nacional ofreció al problema de la violencia dirigida
contra parcelas de su propia población, de acuerdo con la norma legal de genocidio o de
crímenes contra la humanidad. A partir de la fuerte imagen ofrecida por Mouawad – la infancia
como un cuchillo clavado en la garganta – terminamos nuestras reflexiones haciendo referencia
al momento actual, en el que estamos confrontados por la tarea de escuchar el silencio y de
hacer espacio para un decidido ingreso en el agonismo de la historia, lo que cambia, sin duda,
aspectos fundamentales de las relaciones de gobierno en las que hoy nos movemos.
156 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 157
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
1+1
Cartilha da Cura
as mulheres e as crianças
são as primeiras que desistem de afundar
navios.
(Ana Cristina César)
158 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 159
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
160 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
em silêncio, talvez nenhum dos gêmeos tivesse dado o primeiro passo. No entanto, o
testamento é também um pedido póstumo: é preciso encontrar o pai e o irmão para
cumprir uma promessa, para reabrir à mãe o direito à inscrição no mundo, por meio
da escrita de seu nome numa lápide. Cumprir sua promessa, atender a demanda dos
mortos para os vivos (lembrar, compreender, encerrar), passa a ser condição para a
elaboração do luto.
Jeanne parte nessa busca, tendo por companhia o silêncio da mãe nas mais
de quinhentas horas gravadas por seu enfermeiro, Antoine. O imenso volume das
fitas k7 dá a dimensão da duração do silêncio de Nawal, mas também da intensidade
do trabalho envolvido em escutar o que ele diz – “há qualquer coisa no silêncio da
minha mãe que eu quero entender”, diz Jeanne a Simon, já completamente arrancada
ao tempo presente (MOUAWAD, 2013, p.359).
Antes que Jeanne decida mergulhar no passado e nessa procura pelo pai, os
espectadores testemunhamos o amor interrompido de Nawal e Wahab – o peso da
guerra fratricida que atravessa sua história e a injustiça da separação que crava a
infância como faca na garganta; a gravidez de Nawal aos 14 anos; a violência da mãe
ao negar a existência do filho do amor, do ventre crescendo, da criança nascida –
“esse filho não conta”; a violência do filho arrancado aos braços de Nawal e
desaparecido no mundo. A primeira promessa é feita quando Nawal jura dizer ao
filho do amor do pai e de seu amor: “Aconteça o que acontecer, amar-te-ei sempre”
(MOUAWAD, 2013, p. 344-7).
A promessa se dirige ao futuro, mas à diferença do oráculo edipiano, é
impotente para dar sentido à história ou para predizer o reencontro. O trágico, em
Incêndios, não se produz no encaixe perfeito entre a palavra dirigida ao futuro e a
palavra que testemunha o passado; ao contrário: ele se produz no desencontro entre
promessa e ação, nos fatos que impedem sua realização e, nesse impedimento,
confirmam outro destino – o da repetição do ódio e da violência.
Mas se parece que agora sabemos um pouco mais do que Jeanne sobre esse
pai, o filho único nascido desse amor nos deixa dúvidas. É um, não dois. E Wahab
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 161
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
partiu, assim como Nawal, que aos 16 anos faz uma nova promessa, dessa vez a sua
velha avó, Nazira:
Nawal, há coisas que desejamos dizer à hora da morte. Coisas que
gostaríamos de dizer aos que amámos e que nos amaram... dizer-lhes...
para os ajudar uma última vez... Para os armarmos para a felicidade!...
Há um ano um filho saiu do teu ventre e desde então tu caminhas com a
cabeça nas nuvens. Não caias, Nawal, não digas sim. Diz não. Recusa.
[...] Mas para poder recusar, é preciso saber falar. Então, arma-te de
coragem e trabalha bastante!... aprende a ler, aprender a escrever,
aprende a contar, aprende a falar. Aprende. É a única hipótese de não te
pareceres conosco. Promete-mo! (MOUAWAD, 2013, p.348).
162 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
[...] Sawda, depois que me arrancaram o meu filho do ventre, depois dos
meus braços, e em seguida da minha vida, percebi que era preciso
escolher: ou desfiguro o mundo, ou faço tudo para o encontrar. [Fiz] uma
promessa, uma promessa a uma velha mulher, prometi a ler, a escrever,
a falar, para sair da miséria, para sair do ódio. E vou agarrar-me a essa
promessa. Custe o que custar. (MOUAWAD, 2013, p.383).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 163
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
Vale notar que os gêmeos são salvos pela aura de humanidade de que sua
mãe, a mulher que canta, lhes reveste: o canto de resistência, a voz que tenta se
sobrepor ao horror e à violência e que rememora a amizade, preserva os filhos da
morte e faz com que Malak aposte que eles poderão reverter o curso da história,
transformar o choro das crianças assassinadas em outra coisa.
Em um tribunal, agora é Nawal quem ocupa a cena e o lugar do testemunho
(superstes) acusando seu carrasco: “[...] Através de mim, são fantasmas que falam.
Recorde-se” (MOUAWAD, 2013, p.393). Em contraposição à Nawal que se calou, aqui
se trata de enunciar claramente a verdade da tortura e da violação, enunciar o nome
164 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
do torturador: “Abou Tarek. Pronuncio seu nome pela última vez na vida.
Pronuncio-o para que saiba que eu o reconheço” (MOUAWAD, 2013, p.392). E, no
entanto, assim como Édipo, Nawal é incapaz de reconhecê-lo inteiramente e, quando
finalmente o fizer, nesse mesmo espaço ritual de busca da verdade que é o tribunal,
se calará.
Testemunhar aparece ainda, na fala de Nawal, como cumprimento da
promessa feita à Nazira, conforme lê Sarwane no caderno vermelho que recebera de
herança:
Falar-lhe como estou a falar testemunha a promessa que fiz a uma
mulher que um dia me fez compreender a importância de sair da
miséria: “Aprender a ler, a falar, a escrever, a contar, aprende a pensar”.
O meu testemunho é fruto desse esforço. Calar-me a seu respeito seria
ser cúmplice de seus crimes. (MOUAWAD, 2013, p.395).
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 165
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
de outros. Chamseddine, chefe da milícia nos anos 1970, é quem lhe revela a verdade
sobre seu irmão, lançando-o ao silêncio.
Ele não será capaz de recontar a verdade à sua irmã senão por meio da
linguagem matemática, de uma abstração. “Um mais um podem ser um?”, pergunta
Simon. Pergunta estranha, infantil e de resposta evidente. Um e um são dois,
aprende-se cedo. No reino da matemática pura, porém, há conjecturas a serem
provadas, e um mais um podem fazer um após uma série de cálculos. Ela tenta lhe
demonstrar, contando, calculando, multiplicando e dividindo: uma soma
monstruosa, que finalmente lhe permite compreender.
Vemos então Chamseddine contando à Simon como Nihad, seu irmão, se
transformou no carrasco Abou Tarek; como a mãe que procurava o filho e o filho que
procurava a mãe se encontraram na prisão, mas não se reconheceram, como o filho
violou e engravidou a mãe e se tornou pai dos irmãos. “A voz dos séculos passados”
traz Édipo para o presente e o faz lançar luz sobre a contemporaneidade.
É durante o testemunho de Abou Tarek que Nawal descobre a verdade; não
a verdade sobre seu torturador, mas a verdade sobre seu próprio filho. No momento
em que Abou Tarek usa o nariz de palhaço que Wahab lhe presenteara e que ela
escondera entre as fraldas do menino, junto com a promessa de um amor intemporal.
O reconhecimento da verdade, em Incêndios, não cega: cala; não é escuridão, mas
silêncio.
Após a verdade se tornar visível e ter sido enunciada, Jeanne e Simon
entregam as cartas a Abou Tarek: as duas metades reunidas nesse homem que é pai e
irmão. Unidade monstruosa, no entanto. Nawal escreve com raiva ao pai, ao
carrasco. E com imenso amor ao filho, esse filho que é necessário decididamente
reconstruir no trabalho do silêncio: “Dirijo-me ao filho e não ao carrasco./ Sê
paciente./ Para além do silêncio,/ Há a felicidade de estarmos juntos./ Nada é mais
belo do que estarmos juntos./ Pois estas foram as últimas palavras do teu pai”.
(MOUAWAD, 2013, p.414-5).
166 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 167
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
168 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 169
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
2
Logo no início de seu livro autobiográfico, Paisagens da memória, em que
narra e reflete sobre sua experiência como vítima do nazismo, sobrevivente de
Auschwitz, Ruth Klüger nos diz
Também tenho o que contar, quer dizer, tenho histórias a contar caso
alguém pergunte, mas só poucos o fazem. As guerras pertencem aos
homens, e assim também as lembranças de guerra. Ainda mais o
fascismo, mesmo que se tenha sido contra ou a favor: puro assunto para
homens. Além disso: mulheres não têm passado. Ou não têm que ter
algum. É indelicado, quase indecente. (KLÜGER, 2005, p.13).
170 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
tempo, sem jamais se apagar. Sua literatura introduz uma diferença nas narrativas
que procuram oferecer testemunho das catástrofes históricas, não apenas por falar a
partir da perspectiva de alguém que experimentou a guerra, o nazismo e o campo
como criança, mas também por falar à distância da experiência, dialogando assim
com seus efeitos variados e contraditórios. Se a literatura de teor testemunhal se
afirma como dissonante em relação a cânones e a esforços artísticos que se vinculam
de algum modo à ideia de nação, constituindo-se como o esforço de voz de grupos
excluídos ou perseguidos (GINZBURG, 2008), Ruth Klüger nos traz ainda outras
questões, na medida mesmo em que já escreve após extensa bibliografia de descrição
dos campos (isto é, escreve após tal experiência já ter se inscrito, de um modo ou de
outro, no imaginário social) e que procura articular passado e presente, ambos
atravessados por seu lugar de fala como mulher.
Não é nada aleatória a escolha de Mouawad, ao apresentar em Incêndios o
drama da história de uma mulher e, ademais, conferindo imenso valor à teia de
relações femininas3: parece que ele nos quis narrar as versões menos visíveis de uma
sequência de guerras (nesse “oriente médio global” no qual inscreve sua história)
cuja profusão das imagens parece ter solapado nossa sensibilidade.
Daí também a centralidade do som e do silêncio, ao invés da visão.
Selligman-Silva, referindo-se a Benveniste, delineia uma genealogia dos usos da
prática do testemunho. “Desde a Antiguidade”, afirma o autor, “vincula-se a
testemunha e testemunho à visão” (2010, p. 4).
A testemunha, no sentido de “o que vê”, se aproxima tanto dos
paradigmas da historiografia como da cena do tribunal. Neste último
sentido, o termo mantém ecos de sua origem em “terstis”, terceiro,
enquanto instância para decisão em um julgamento entre duas partes.
(SELLIGMAN-SILVA, 2010, p.4).
3 É neste sentido que Incêndios apresenta ressonâncias longínquas com o documentário Repare
bem (Dir.: Maria de Medeiros. 2013, 123min., Brasil/Portugal/Espanha), que nos apresenta a
história e a experiência de três gerações de mulheres cuja vida esteve atravessada pelas
violências de estado.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 171
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
testemunho que estão presentes, por vezes ao mesmo tempo, nessa literatura
produzida a partir da experiência de catástrofes históricas.
O modelo do testemunho como testis é visual e corresponde ao modelo
do saber representacionista do positivismo, com sua concepção
instrumental da linguagem e que crê na possibilidade de se transitar
entre o tempo da cena histórica (ou a “cena do crime”) e o tempo em que
se escreve a história (ou se desenrola o tribunal). [...] Ao voltarmo-nos
para o paradigma do superstes, os valores são outros. Aqui, pressupõe-se
uma incomensurabilidade entre as palavras e esta experiência da morte,
um topos na bibliografia sobre o testemunho no século XX.
(SELLIGMAN-SILVA, 2010, p.5).
Vemos, assim, como a duplicação constante que marca Incêndios (os gêmeos,
as duas balas, o filho que se torna o pai, Nawal enquanto testemunha testis e ao
mesmo tempo superstes, que é assassina e vítima de tortura) consiste em referência à
lei das metades, ao mecanismo do símbolo presente em Édipo, e também que faz
referência a este gênero bem mais recente das obras de teor testemunhal. A
duplicidade importa porque Mouawad parece nos sugerir que não se trata de escolha
entre um e outro, mas de sustentar a necessidade de ter ambos em conta no trabalho
de elaboração do trauma.
Referindo-se especificamente aos dois paradigmas que atravessam o gesto
do testemunho, Selligman-Silva comenta
[...] Ao invés de reduzir o testemunho ao paradigma visual, falocêntrico
e violento (que tende a uma espetacularização da dor), e sem esquecer
testis a favor apenas de superstes, minha proposta é entender o
testemunho na sua complexidade enquanto misto entre visão, oralidade
narrativa e capacidade de julgar: um elemento complementa o outro,
mas eles relacionam-se de modo conflituoso. (SELLIGMAN-SILVA, 2010,
p.5).
É como, portanto, se Édipo-Rei e Incêndios fossem metades estranhas, que não
se ajustam perfeitamente. Entre ambas há pontos de encaixe, mas, sobretudo, lacunas
e descontinuidades. Desde o momento de emergência de práticas rituais de justiça
que progressivamente colocaram o testemunho, a visão, a auto-aleturgia no centro do
dizer-verdadeiro e da manifestação da verdade até o momento em que escreve
Mouawad, acontecimentos importantes cavaram as fundas diferenças entre as duas
peças. A conquista da América, a escravização de populações africanas, a
colonização, as duas grandes guerras e, mais espetacularmente, a bomba atômica e o
genocídio dos judeus na Alemanha nazista, a multiplicação de genocídios entre
172 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 173
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
Sendo Nawal Marwan, a personagem de Incêndios, alguém que vai presa por
um crime político, vale a pena mencionar a análise de Derrida sobre a especificidade
da violência sobre as mulheres militantes, a quem se recusa a identidade política e se
acusa de prostituição – o que as sujeita aos abusos sexuais e ao estupro, violência que
torna mais difícil e doloroso seu testemunho.
Mulheres e crianças são, geralmente, consideradas vítimas inocentes da
guerra, desproporcionalmente mais sujeitas não somente à morte, mas a um conjunto
de violências e catástrofes. Pensemos nos estupros de “purificação étnica” na Bósnia
ou nos raptos de meninas para serem vendidas pelo Boko Haram, na Nigéria.
Pensemos também nas mães e avós de mortos e desaparecidos durante a ditadura
civil-militar na Argentina, ou, ainda, nas mães de meninos e jovens negros das
periferias brasileiras.
O que Jacques Derrida no sugere é que os testemunhos das mulheres fazem
problema para os esforços de uma instituição como as comissões de verdade e
reconciliação, na medida em que seu lugar de testemunho (testis e superstes)
enunciaria uma verdade que confronta a reconciliação, que ameaça reacender os
ódios que animaram a violência. Ao ocupar a cena pública, no tribunal ou na política,
e perfurar a verdade com seu avesso, as mulheres – mais do que outros que
compareçam a esta cena – desnudariam “[...] a linguagem e a lei como constructos
dinâmicos, que carregam a marca de uma passagem constante, necessária e
impossível entre o “real” e o simbólico, entre o “passado” e o “presente””
(SELLIGMAN-SILVA, 2010, p.5).
174 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 175
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
em que quase tudo se esclarece, mas em que a origem dos gêmeos é questionada:
pode ser no horror, pode ser no amor; pode ser na violência, pode ser no encontro.
Ela oscila entre o quase inenarrável e as histórias que se conta aos filhos, para os
adormecer (MOUAWAD, 2013, p.391). Tal indefinição – que não se encerra
simplesmente com a tentativa de resolvê-la em uma promessa – condensa a própria
situação ético-política formulada a partir de Auschwitz. Como aponta novamente
Jeanne Marie Gagnebin:
Como toda linguagem humana repousa sobre essa separação abissal
entre phonè e logos, entre voz e linguagem, assim também toda vida
política em comum, todo bios, repousa sobre o abismo da zoè, dessa vida
nua que nos assemelha aos bichos. O que Auschwitz nos legou também é
a exigência, profundamente nova para o pensamento filosófico e, em
particular, para a ética, de não nos esquecer nem da infância nem da vida
nua: em vez de recalcar essa existência sem fala e sem forma, sem
comunicação e sem sociabilidade, saber acolher essa indigência primeva
que habita nossas construções discursivas, que só podem permanecer
incompletas. (GAGNEBIN, 2008, p.17).
176 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
fabiana a. a. jardim
Referências
ARISTÓTELES. Poética. In: Aristóteles, Horácio, Longino. A poética clássica. São Paulo:
Cultrix/Edusp, 1981, p.19-52.
AZEVEDO, Francisco Ferreira dos Santos. Dicionário analógico da língua portuguesa:
ideias afins/thesaurus. 2. ed. atual. e rev. Rio de Janeiro: Lexikon, 2010.
DERRIDA, Jacques. O perdão, a verdade, a reconciliação: qual gênero? In:
Nascimento, E. (org.). Jacques Derrida: pensar a desconstrução. São Paulo: Estação
Liberdade, 2005, p.45-99.
DIDI-HUBERMAN, Georges. Cascas. Serrote, n.13, São Paulo, 2013, p.99-133.
FOUCAULT, Michel. Aula de 17 de março de 1971. In: ________. Aulas sobre a vontade
de saber. (Curso no Collège de France, 1970-1971). São Paulo: Martins Fontes, 2014a, p.
165-182.
________. O saber de Édipo. In: ________. Aulas sobre a vontade de saber. (Curso no
Collège de France, 1970-1971). São Paulo: Martins Fontes, 2014b, p. 209-238.
________. Do governo dos vivos. (Curso no Collège de France, 1979-1980). São Paulo:
Martins Fontes, 2014c.
________. Obrar mal, decir la verdad: función de la confésion el la justicia. (Curso de
Louvaina, 1981). Buenos Aires : Ediciones Siglo Veintiuno, 2014d.
________. A verdade e as formas jurídicas. Rio de Janeiro: Nau/PUC-RJ, 1996.
GAGNEBIN, Jeanne-Marie. Lembrar escrever esquecer. São Paulo: Editora 34, 2006.
________. Apresentação. In: Agamben, Giorgio. O que resta de Auschwitz? São Paulo:
Boitempo, 2008, p.9-17.
GINZBURG, Jaime. Linguagem e trauma na escrita do testemunho. Conexão Letras,
v.3, n.3, Porto Alegre, 2008, 6p.
KLÜGER, Ruth. Paisagens da memória: autobiografia de uma sobrevivente de
Auschwitz. São Paulo: Editora 34, 2005.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061 177
por entre as chamas da infância: presente, memória e transmissão de experiências de violência
estatal
178 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 155-178 issn 2525-5061
doi: 10.12957/childphilo.2016.23331
Resumo
A partir de uma leitura sumária da obra conhecida como Os jogadores de cartas de Caravaggio,
sugere-se inicialmente uma plataforma analítica acerca dos diferentes regimes de tempo
imanentes à experiência do viver e, mais especificamente, à apreensão narrativa do vivido. Eis o
que estaria em questão também na peça Incêndios de Wajdi Mouawad, de 2003, bem como no
filme correlato de Denis Villeneuve, de 2010, no que se refere ao tour de force operado pelos
filhos da personagem Nawal, os quais herdam a tarefa de recompor a história pessoal de sua
mãe e, por extensão, as suas próprias, fazendo com que passado e presente se digladiem e,
então, se confundam na forja arquivística daquelas vidas. O acento argumentativo aqui
ensejado volta-se não a uma possível reapropriação preservacionista da memória, mas à
descontinuidade artificiosa do arquivo, segundo as acepções a este conferidas por Michel
Foucault e Arlette Farge, abrindo caminho para uma perspectiva da educação como empuxo a
um trânsito aberto e sempre instável com o extraordinário arquivo do mundo e as
temporalidades vertiginosas nele atuantes. Calcado em tal premissa, o texto conclui propondo
uma mirada em direção à infância como potência de reinvenção discursiva que os mais novos
são eventualmente capazes de materializar a partir das pegadas que os mais velhos deixam para
trás.
1 E-mail: groppaq@usp.br
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 179
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
Resumen
A partir de un breve análisis de la obra conocida como Jugadores de Cartas de Caravaggio, se
sugiere inicialmente una plataforma analítica sobre los diferentes regímenes de tiempo
inmanentes a la experiencia del vivir y, más específicamente, a la aprehensión narrativa de lo
vivido. Esto sería lo que estaría en juego también en la obra de teatro Incendios de Wajdi
Mouawad, de 2003, y en la película correspondiente de Denis Villeneuve, de 2010, en cuanto un
tour de force llevado a cabo por los hijos del personaje Nawal, quienes heredan la tarea de
restaurar la historia personal de su madre y, por extensión, las suyas propias, haciendo que
pasado y presente se enfrenten y luego se confundan en la construcción archivística de aquellas
vidas. El acento argumentativo aquí deseado se vuelve no hacia una posible reapropiación
preservacionista de la memoria, sino a la discontinuidad ingeniosa del archivo, según las
acepciones que le confieren Michel Foucault y Arlette Farge, abriendo camino para una
perspectiva de educación como empuje a un tránsito abierto y siempre inestable con el
extraordinario archivo de mundo y las vertiginosas temporalidades que actúan en él. Basado en
esa premisa, el texto concluye proponiendo una mirada hacia la infancia como potencia de
reinvención discursiva que los más jóvenes, eventualmente, son capaces de materializar a partir
de las huellas que los mayores dejan atrás.
180 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 181
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
prendendo-as com as duas mãos. Quer fazer frente ao azar que, no entanto, não o
abandonará. Em vão, ele calcula.
Entre os dois jogadores, ambos em pé, uma pequena mesa suporta a pressão
do cotovelo direito de um, bem como a da mão esquerda dos outros dois. Sobre o
aparato, repousa esquecido outro jogo, preterido, supõe-se, em favor das cartas, estas
mais propícias ao embuste que ali toma lugar.
Frente a frente, os dois oponentes aparentam ser jovens, embora suas
vestimentas os diferenciem, pois pertencem, presumidamente, a classes sociais
distintas. O primeiro ostenta um traje elegante e sóbrio, ao passo que as roupas
coloridas do outro não escondem as mangas mal cosidas. Soma-se um punhal preso
na cintura do último.
Embora o rosto do segundo jogador só possa ser visto lateralmente, sua
expressão atenta aos movimentos do adversário mais lembra a postura de um
caçador, compenetrado no cumprimento de sua missão. Há de ser ágil; não há tempo
a perder. Tal como seu oponente, ele também calcula. Suas contas, contudo, não se
devotam aos caprichos aleatórios do destino, mas às reações em ato de seu
adversário. A presa está fadada a um bote instantâneo.
Um nítido antagonismo é, assim, plantado pelo artista: a languidez do
primeiro jogador em confronto com a sofreguidão do segundo. Dois regimes da
vontade. Na peleja, a vagareza de um choca-se com a presteza do outro. Dois regimes
de tempo, igualmente.
Enquanto o jogador plácido demora-se nas matemáticas do porvir,
imaginando imiscuir-se na ordem das coisas, o outro mantém a mão direita atrás das
costas, ocultando duas cartas-reserva presas a um cinto, uma delas a ponto de
descarte, cuja aparição súbita no jogo tomará de assalto as previsões do adversário,
demonstrando-lhe, afinal, a inocuidade dos intentos deste. O jogador ladino
triunfará, não importa o quê. Mas não o fará sem a ajuda do terceiro personagem,
somos levados a crer.
Situado ao fundo da tela, próximo à parede que delimita o enquadramento
ótico a absorver um segundo foco de luz, o terceiro personagem aparenta ser mais
182 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
velho do que os outros dois. Aparenta também uma condição social semelhante à do
comparsa, de quem talvez pudesse ser o mentor. Barba por fazer, ele é o único dos
três a vestir luvas; a da mão direita está puída ou rasgada nas pontas do dedo médio
e do polegar.
Fora do campo de visão do jogador desavisado, ele sinaliza ao parceiro, com
os dedos indicador e médio em riste, algo que vê. Num primeiro momento, deduz-se
que se trata de uma informação sobre a configuração das cartas nas mãos daquele
que está sendo ludibriado. Mas, se observada atentamente, sua expressão parece
indicar algo de outra ordem.
Em que pese o fato de que não é possível enxergar um de seus olhos,
barrado pela aba do chapéu do primeiro jogador, resta uma visão de conjunto de seu
semblante que sinaliza, em alguma medida, um estado de perplexidade ou, talvez,
de pavor. Sua testa enrugada, o olhar estatelado, a boca curvada, um pronunciado
pasmo. O que ele avista que tanto o alvoroça?
Se fixarmos o foco tanto em sua feição quanto na do segundo jogador, eis
que a atenção deles nem mais parece capturada pelo primeiro jogador, mas por algo
que se anuncia por detrás das costas deste ou para além delas. Algo aí se insinua, se
esgueira, abre passagem, não se pode refrear. Algo impronunciável, talvez.
Eis a ambiência cênica da obra de Michelangelo Merisi da Caravaggio
intitulada I bari, cuja tradução aproximada para o português seria Os batoteiros, e não
Os jogadores de cartas, tal como o quadro é usualmente conhecido. Segundo um
clássico dicionário da língua italiana (ZINGARELI, 1928, p. 123), o verbete baro, no
singular, comporta as seguintes acepções: servo de soldados; fraudador; ladrão do
jogo de cartas; aquele que aufere barroco, ou seja, ganho ilícito.
A obra, datada de 1595 e pertencente à primeira fase (não religiosa) de
Caravaggio, é um óleo sobre tela de 94,2 cm de altura por 130,9 cm de largura.
Encontra-se, desde 1987, nos Estados Unidos, tomando parte do acervo permanente
do Kimbell Art Museum, em Fort Worth, Texas.
O quadro conheceu várias destinações durante os seus mais de quatro
séculos de existência. Primeiramente, foi adquirido pelo Cardeal Francesco Maria
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 183
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
***
184 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 185
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
***
186 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 187
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
188 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 189
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
***
Junto aos pouquíssimos pertences deixados aos filhos, Nawal lega-lhes uma
incumbência insólita: à garota, entregar um envelope a seu pai, presumido morto; ao
rapaz, entregar outro envelope, agora a seu irmão, cuja existência era desconhecida a
ambos até então. Só então os gêmeos receberiam uma carta – aquela a que se refere
Mouawad na entrevista supracitada –, a partir da qual o silêncio anterior seria
rompido e, nos dizeres da personagem já desaparecida, “[...] poderá então ser posta
uma pedra no meu túmulo / E o meu nome gravado na lápide ao sol” ( MOUAWAD,
2013, p. 332). Uma promessa, enfim, se cumpriria, e não pelas mãos de quem a fizera.
190 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 191
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
192 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
***
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 193
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
194 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
Independentemente das tantas ilações que daí podem ser subtraídas, basta
atermo-nos à premissa de que o arquivo consiste em um ponto de vista sobre o
discurso e, ao mesmo tempo, na ocasião de sua reatualização incessante. Espaço em
que vida e morte esgrimam, compondo uma algaravia de vozes que reclamam seu
direito de ir e vir, contra toda forma de contingenciamento narrativo. E já que não
dispõe de um centro irradiador, o arquivo perfaz-se apenas pelas extremidades –
múltiplas, incontáveis, em indefectível profusão. Seu modus operandi é o da flutuação.
Dito de outro modo, trata-se da superfície de lutas discursivas em que se
forjam as composições de sentido que somos eventualmente capazes de operar com
os ecos veridictivos do passado; composições delimitadas, claro está, pelos jogos de
verdade correntes. Por isso, as modulações constantes do arquivo e, por extensão,
sua não sinonímia com a verossimilhança histórica ou a literária, estas sob a
atribuição e a jurisdição de outrem.
Novamente, com Foucault (1987, p. 150-151):
A análise do arquivo comporta, pois, uma região privilegiada: ao mesmo
tempo próxima de nós, mas diferente de nossa atualidade, trata-se da
orla do tempo que cerca nosso presente, que o domina e que o indica em
sua alteridade; é aquilo que, fora de nós, nos delimita.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 195
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
Com efeito, o arquivo não remete meramente aos despojos do tempo e aos
ruídos que deles insistem em emanar, mas ao trato que concedemos a essa matéria
espessa nas fileiras turbulentas do presente. Nem pó, nem sombra; lava, porventura.
Outra marca distintiva da noção de arquivo é oferecida pela historiadora
Arlette Farge (2009, p.11):
O arquivo não se parece nem com os textos, nem com os documentos
impressos, nem com os “relatos”, nem com as correspondências, nem
com os diários, e nem mesmo com as autobiografias. É difícil em sua
materialidade. Porquanto desmesurado, invasivo como as marés de
equinócios, as avalanchas ou as inundações.
196 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
***
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 197
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
Se, por um lado, a iniquidade do mundo parece ser, à primeira vista, o único
legado de fato que os mais velhos deixam para trás, constituindo uma urdidura
imemorial de crueldade e ressentimento, por outro, é essa mesma herança que
possibilita os mais novos não capitular diante do irremediável, obrigando-os a sair
em busca de uma continuidade renovada e, talvez, menos predatória das coisas
vivas. Não há esquiva do presente. É preciso lembrar para esquecer.
Mediante o horizonte de pensamento desencadeado em e por Incêndios,
depreende-se a irrupção de uma infância outra, arredia a qualquer encastelamento
discursivo apriorístico e, de modo inverso, adepta da errância, do desgoverno e, no
limite, do risco (AQUINO, 2012).
De modo frontal a qualquer pleito de tutela operado amiúde pelos cânones
teóricos acerca de um tal sujeito da infância, trata-se de tomar esta como uma espécie
de valência vital do eu da experiência: um modo desassombrado de enfrentamento
do íngreme arquivo do mundo, por meio do exercício de um éthos exploratório
fervilhante, este condicionado pela fricção de regimes de tempo assincrônicos,
embora intrinsecamente conexos.
Isso significa investir a experiência virtual dos mais novos – em termos
análogos àqueles do imperativo testamentário de Nawal – como suporte generativo
de um mundo comum aos homens, doravante nem à frente, nem atrás, mas ao lado
dos vivos, bem como dos mortos. Infância em estado de hibridez arquivística
permanente, portanto, regido pela gramática de um vitalismo inviolável em suas
máximas fragilidade e delicadeza.
Em outros termos, infância não como antecâmara do existir, mas como
prerrogativa ético-política de quem vive, enquanto vive, porque vive. Infância, em
suma, não como lócus originário da experiência humana, mas exatamente como sua
força de variação e, quiçá, de reinvenção.
Infância, assim, como escultura do próprio tempo, nos moldes do ofício da
edição cinematográfica, segundo o qual “juntar, fazer a montagem é algo que
perturba a passagem do tempo, interrompe-a e, simultaneamente, dá-lhe algo de
198 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061
julio groppa aquino
novo. A distorção do tempo pode ser uma maneira de lhe dar expressão rítmica”
(TARKOVSKY, 1998, p. 144).
Um jogo iniciático rudimentar, em vias de algum tensionamento dos modos
de habitar o tempo que rebenta e, então, evapora em nossos órgãos. Tempo que
devasta, mas que também depura, fortalece e, depois, desfaz o que fez.
Sim, o tempo, esse “animal estranho” (MOUAWAD, 2013, p. 390).
Referências
AQUINO, Julio Groppa. Fragmentos de um discurso sobre a infância. Childhood &
Philosophy, Rio de Janeiro, v. 8, n. 15, p. 33-66, jan./jun. 2012.
BESLEY, Tina. Foucault, o falar a verdade e as tecnologias do eu: as práticas
confessionais do eu e das escolas. In: PETERS, Michael A.; ______. (Orgs.) Por que
Foucault? Novas diretrizes para a pesquisa educacional. Porto Alegre: Artmed, 2008.
p. 65-80.
BOURDIEU, Pierre. A ilusão autobiográfica. In: FERREIRA, Marieta M.; AMADO,
Janaína. (Orgs.). Usos & abusos da história oral. Rio de Janeiro: Fundação Getúlio
Vargas, 1996. p.183-191.
BULHÕES-CARVALHO, Ana Maria de. Subjetividades em trânsito: aspectos de
“Incêndios” de Wajdi Mouawad. O Percevejo Online, Rio de Janeiro, v. 6, n. 2, p. 56-65,
jul./dez. 2014.
FARGE, Arlette. O sabor do arquivo. São Paulo: Editora da Universidade de São Paulo,
2009.
FOUCAULT, Michel. A arqueologia do saber. 3.ed. Rio de Janeiro: Forense-
Universitária, 1987.
________. Michel Foucault explica seu último livro. In: ______. Arqueologia das ciências
e história dos sistemas de pensamento. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 2000. p. 145-
152. (Ditos e Escritos II).
________. A verdade e as formas jurídicas. Rio de Janeiro: Nau, 2002.
________. Conversa com Michel Foucault. In: ________. Repensar a política. Rio de
Janeiro: Forense Universitária, 2010. p. 289-347. (Ditos e Escritos VI).
________. O nascimento de um mundo. In: ________. Filosofia, diagnóstico do presente e
verdade. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 2014. p. 51-54. (Ditos e Escritos X).
GARFIAS, Ericka Montaño. Necesito oscuridad y misterio para mi obra, pues no sé
divertir: Wajdi Mouawad. La Jornada. 19 nov. 2014. Disponível em:
http://www.jornada.unam.mx/2014/11/19/cultura/a06n1cul. Acesso em: 01
maio 2016.
MERTEN, Luiz Carlos. Wajdi Mouawad confessa o que lhe desagrada no filme
‘Incêndios’. O Estado de S. Paulo. 02 nov. 2015. Disponível em:
http://cultura.estadao.com.br/noticias/cinema,wajdi-mouawad-confessa-o-que-
lhe-desagrada-no-filme-incendios,10000001008. Acesso em: 01 maio 2016.
MOUAWAD, Wajdi. Incêndios. In: ________. O sangue das promessas: Céus, Florestas,
Litoral e Incêndios. Lisboa: Cotovia, 2013. p. 319-417.
childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061 199
não mais, mas ainda: experiência, arquivo, infância
200 childhood & philosophy, rio de janeiro, v. 12, n. 23, jan.-abr. 2016, pp. 179-200 issn 2525-5061