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¿Cómo se nombra a los ancianos y siervos ministeriales en

cada congregación? (Hch 20:28).


Pablo le encargó a Tito que hiciera “nombramientos de ancianos en ciudad tras
ciudad”. Hoy en día, los superintendentes de circuito siguen este precedente bíblico
cuando nombran ancianos en las congregaciones.

Siguiendo el modelo del siglo primero, el Cuerpo Gobernante ha encargado a los


superintendentes de circuito la seria responsabilidad de nombrar ancianos y siervos
ministeriales.

En “Preguntas de los lectores” de La Atalaya del 15 de noviembre de 2014, se explicó un


cambio en la manera de nombrar a los ancianos y siervos ministeriales. El artículo indicó que el
cuerpo gobernante del siglo primero autorizó a los superintendentes viajantes a hacer esos
nombramientos. Para seguir este modelo, desde el 1 de septiembre de 2014, los
superintendentes de circuito son los que nombran a los ancianos y siervos ministeriales.
Se esfuerzan por conocer a los hermanos que han sido recomendados y, si es posible, por
predicar con ellos. También se fijan en la espiritualidad de su familia (1 Tim. 3:4, 5). El cuerpo
de ancianos y el superintendente de circuito analizan atentamente los requisitos bíblicos para
los siervos ministeriales y para los ancianos (1 Tim. 3:1-10, 12, 13; 1 Ped. 5:1-3).

¿Cómo interviene el espíritu santo?


¿Qué implica la exhortación: “Cuídense ustedes
mismos”?
¿Cómo influye en nuestra manera de ver los
nombramientos el hecho de que Jehová compró la
congregación con la sangre de su propio Hijo?

Explique algunos de los requisitos bíblicos para los


superintendentes (1Ti 3:1-10; Tit 1:5-9).
 El superintendente tiene que ser razonable. Debe ser capaz de colaborar con los demás
ancianos de la congregación. Tiene una opinión realista de sí mismo y no exige demasiado de
otros. Como es una persona razonable, no cree que su opinión siempre sea más acertada que
la de los demás ancianos. Reconoce que le faltan cualidades que otros tienen. Basa sus
conclusiones en la Biblia y trata de imitar el ejemplo de Jesucristo (Filip. 2:2-8).
El anciano no es conflictivo ni violento, sino que respeta a los demás y los considera
superiores. Tampoco es terco: no se obstina en que siempre se hagan las cosas como él
dice. No se enoja con facilidad, sino que es una persona pacífica.
Además de las Escrituras, ¿por qué debemos analizar
información publicada por el esclavo fiel y prudente?
Al examinar el estado civil de un hermano, ¿por qué deben
examinarse también las leyes y costumbres del lugar a la luz
de la Palabra de Dios? (1Ti 3:2, 12).
¿Qué significa ser razonable? ¿Cómo reacciona la persona
razonable a la guía de las Escrituras y de la organización?
(1Ti 3:3 Rbi8, nota).

¿Cómo se prueba la capacidad de los hombres nombrados?


(1Ti 3:10; nota).
Antes de reunirse para recomendar a hermanos como siervos
ministeriales o ancianos, ¿qué deben hacer los ancianos
individualmente? ¿Qué puede ayudarnos a determinar si un
hermano es un hombre espiritual?

Aunque los ancianos deben atenerse a las elevadas normas


de la Biblia, ¿por qué tienen que ser razonables al decidir
quiénes son aptos para ser ancianos o siervos ministeriales?
¿Por qué es sabio que los ancianos prediquen con el
hermano que piensen recomendar y con su familia, lo visiten
en su hogar y hablen con él de sus metas espirituales? (Lu
6:45).
¿Qué situaciones exigen evaluar si un hermano nombrado
sigue cumpliendo los requisitos? ¿Qué otras situaciones
podrían hacer necesaria tal evaluación?
Un miembro de su familia comete un pecado grave. Si la esposa o un hijo (incluido
un hijo adulto que viva en casa) de un hermano comete un pecado grave, el cuerpo de
ancianos deberá determinar si el hermano actuó con negligencia. ¿Fue permisivo?
¿Dio la guía necesaria en previsión de posibles problemas? ¿Celebraba regularmente
la adoración en familia? ¿Le dedicaba a su familia el tiempo y atención necesarios?
Cuando tuvo conocimiento del pecado, ¿lo informó sin demora al cuerpo de ancianos
para que investigaran el caso? ¿Escudó a su familia de la disciplina o intentó manipular
la actuación de los ancianos? ¿Sigue contando con el respeto y la confianza de la
congregación por ser un cabeza de familia ejemplar?

Él o un miembro de su familia emprenden estudios


universitarios. Si un hermano nombrado, su esposa o sus
hijos emprenden estudios universitarios, ¿demuestra el
modo de vivir de él que pone los intereses del Reino en
primer lugar? ¿Enseña a su familia a dar prioridad a los
intereses del Reino? ¿Respeta lo que ha publicado el
esclavo fiel sobre los peligros de la educación superior?
¿Revelan sus palabras y conducta que es una persona
espiritual? ¿Cómo lo ve la congregación?
¿Con qué actitud debe realizarse esta evaluación? (Gál
6:1).
Al prepararse para evaluar si un hermano sigue
cumpliendo los requisitos, los ancianos deben
investigar primero las pautas vigentes aplicables al
caso. No sean dogmáticos en sus opiniones ni tomen
decisiones a la ligera basándose solo en preferencias
personales
¿Cuál es el procedimiento para hacer recomendaciones de
baja?
1. Oren pidiendo la guía de Jehová y asegúrense de que se presenten todos los hechos.
Mantengan un ambiente respetuoso y pacífico que facilite el análisis del asunto.
2. 2) Den al hermano tiempo suficiente para que exprese sus sentimientos y conteste las
preguntas que le hagan. Soliciten su opinión sobre los asuntos por los cuales se está
cuestionando su nombramiento.

3. 3) Pídanle que salga mientras siguen tratando el tema y deciden cuál va a ser su
recomendación.

4. 4) Pídanle que vuelva a entrar. Si han optado por recomendar su baja, díganselo y


explíquenle las razones bíblicas.

5. 5) Denle la oportunidad de decir qué piensa sobre la decisión. Quizás sea necesario
pedirle que vuelva a salir para que sigan deliberando más sobre el asunto antes de tomar
una decisión final.

Por lo general, es mejor que la recomendación de baja de un hermano motivada por su falta de
buen juicio y no como consecuencia de un comité judicial se haga durante la visita del
superintendente de circuito y no entre visitas. Al comienzo de esta, los ancianos le suministrarán
al superintendente cualquier información útil —como, por ejemplo, la conclusión a la que haya
llegado el cuerpo de ancianos— que le permita formarse un cuadro completo de la situación.
(Vean 8:31-33). Posteriormente, en su reunión con los ancianos, el superintendente tratará el
tema de los requisitos bíblicos del hermano. En caso de que el superintendente concuerde con la
recomendación de los ancianos, se le comunicará la baja al hermano. Si este se muestra
conforme, el superintendente elaborará una carta de baja, y el anuncio se hará en la siguiente
reunión de entre semana. (Vean 8:38). Si el hermano no está conforme, se le informará de su
derecho a apelar. (Vean 8:39).

¿Cómo nos beneficiamos todos cuando seguimos


estrictamente las directrices bíblicas sobre nombramientos?
(Sl 133:1).

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