Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
“Talvez possa contar com a ajuda de vocês - Ignacio e todos os que compareceram nesta
conversação e/ou se interessam pelo assunto - (se puderem) num estudo que estou fazendo,
preparatório ao Fluzz. Essa poderá ser uma continuidade (derivante) dos momentos que
compartilhamos aqui.
Trata-se do seguinte. Um dos hipertemas do Fluzz é: "Quando fluzz soprar, prá que
religião, prá que igreja?" Isso é tratado no capítulo Não-Igrejas: formas pós-religiosas de
espiritualidade, livres das ordenações das burocracias sacerdotais vendedoras de ilusões.
A dimensão mística (ou espiritual) faz parte de qualquer cultura que se possa chamar
propriamente de humana. Como bem define Maturana, "a experiência mística - repito: a
experiência na qual uma pessoa vive a si mesma como componente integral de um domínio
mais amplo de relações de existência... depende da rede de conversações em que ela está
imersa, e na qual vive a pessoa que tem essa experiência".
Não há, portanto, problema com a espiritualidade. O problema é com a religião. Não
precisamos para nada de uma pós-espiritualidade e sim de novas formas (pós-religiosas)
de espiritualidade.
Bem, tenho caminhado por aí (em uma das faces de minha abordagem, pois que também
cultivo outras, ligadas ao confronto entre as vertentes mítico-sacerdotais e utópico-
proféticas). O que acham vocês (os que podem, é claro, estar interessados nessa
conversa)?”
Para mi este es un asunto no sólo de gran interés sino que diría vital en mi propia historia.
Así que acepto encantado la invitación a dar vueltas juntos Don Augusto. Y por mi parte lo
haré hablando, por un lado, desde mi comprensión explicativa y por otro, desde mi
experiencia como un cultor de la experiencia mística (o espiritual). Ambas hoy no se
contradicen, pero no siempre fue así, y de este recorrido saque grandes aprendizajes.
Entonces, me interesa como científico y me interesa como persona. Pienso que además este
tópico de conversa permite, tanto cuanto los anteriores, llegar a reflexionar sobre los
sentires y los sistemas dinámicos cerrados, que aún quedaron pendientes, por lo que servirá
para explicitar tales cuestiones. Y ciertamente seguiremos hablando de redes humanas al
hablar de espiritualidad y religión.
Bien, empezaré diciendo que la abstracción que hizo el Doc. Maturana en su libro “Amor y
Juego” de lo que constituye la experiencia mística, la he podido constatar en muy diversos
ámbitos, históricos y presentes.
Pues bien, esto es algo que todos sabemos aunque no siempre se lo considere así, y
ciertamente lo han sabido los más refinados caminantes de los senderos espirituales que no
cayeron en la tentación de la religiosidad (apropiación de la verdad). La explicación que yo
propongo es la siguiente; la manera que históricamente encontraron los místicos de las
grandes religiones, exceptuadas ciertas formas del budismo, es tomar como punto de
partida la creencia en Dios, pero no sólo entendida como fuente de todo, sino como aquello
innombrable que de echo está EN todo, de manera tal que su modo de liberarse de la cultura
patriarcal-matriarcal para alcanzar la experiencia ancestral de unidad era viviendo a Dios en
cada objeto y sujeto, es decir en toda experiencia. Pero esto sin enfatizar la verdad de su
existencia sino la permanente constatabilidad de su presencia. Además entendida como
presencia siempre amorosa, no se trata del aspecto castigador y temible de Dios. Entonces,
un observador lo que distingue, más allá de los sentires íntimos y las creencias de los
místicos, es una dinámica conductual en la que lo que se conserva es la aceptación de la
legitimidad de toda experiencia. Todo es Dios. Se vive en la unidad que trae a la mano la
aceptación de toda experiencia, y esto sin que ello signifique renunciar a actuar en el
mundo patriarcal-matriarcal objetando la permanente conformidad ante lo no ético. Por
ejemplo cuando en el relato bíblico Jesús desata su enojo contra los puestos de los
mercaderes en el templo. Y esto es posible por que el amar, no es bondad, no es
santurronería, es dejar aparecer. Y uno ves que uno se conduce desde ahí, en la aceptación
que permite ver, puede rechazar algunas dimensiones de aquello que considera indeseable
pero sin negarlo, sin restarle legitimidad existencial. Ciertamente habitando una geocultura
como la nuestra esto a resultado muy difícil y hay muchos ejemplos de quienes cayeron en
la tentación de la apropiación de la verdad de esta manera.
Bien, quisiera mostrar algunas “evidencias” de esto que digo a través de ciertos poemas
escritos por místicos que intentan evocar el habitar propio de los caminos espirituales.
Aquí queda claro como un Sufi tan desapegado como Al-Arabi no pone el foco en la
apropiación de la verdad sino en el amar. Que lejos estamos de ese ecumenismo católico
que se dice abierto a todas las religiones pero donde “la nuestra es la verdadera”. Quiero
enfatizar que la conexión clave aquí es: Amar = Aceptación y Dios = Todo. Con lo cual no
digo que ese sea el único camino de realizar y conservar la unidad psíquica-cósmica a que
invita y que desencadena habitar a través de la experiencia espiritual, hay vías plenamente
laicas de hacerlo, como ya mostraré.
Una vez más, el amar al centro. La palabra secta desentona un poco aquí pero
probablemente puede tener que ver con la traducción, hay que atender más viven a la matriz
relacional en que se usa la expresión. ¿Cuál es el sendero de los amantes? Esta es la antigua
metáfora de Dios y el alma como dos amantes que viven al calor del más ardiente amor.
Cuando Rumi habla de “religión y fe propias” esta al borde de la herejía en términos de la
doxa islamita, y se refiere, en mi opinión, a esta simple dinámica de habitar en el amar. Tal
como Jesús que habría puesto el amor por encima de todas las leyes, algo profundamente
contracultural y subversivo.
Kabir aquí se refiere al paraíso perdido y por recuperar, y lo hace enfatizando que es fácil, y
que tiene que ver con uno mismo, con el propio modo de habitar. Al igual que como invita
a ver la Biología-Cultural, el amar es fácil, no es extracotidiano, está a la base de nuestra
convivencia social, pero han sido justamente, en buena medida al menos, las religiones
quienes lo entronizaron como un valor supremo de difícil acceso, como algo especial.
Maturana y Dávila en uno de sus últimos ensayos correlacionan la experiencia de habitar
sin esfuerzo con habitar en el paraíso, y el infierno surgiría de habitar en el esfuerzo.
Entre los místicos católicos citaré aquí a Fransico de Asis, cuando dice: “Pido poco y de ese
poco, poco” ¿A que nos invita con ello? ¿Y que nos revela su decir? Nos invita a un vivir
centrado en el contentamiento interior. Y nos revela que el habitaba en el paraíso del no-
esfuerzo, habitando como ya dije, en la conservación del amar el vivir al aceptar la
legitimidad de toda experiencia que vivía.
Otras palabras reveladoras de todo lo dicho son las atribuidas a Lao Tze, del taoismo.
“El verdadero Nguillatun –al igual que para los antiguos toquis (jefes) de mi raza- es el de
vigilarse a sí mismo, trepelaimidzuam, cada minuto del día y cada día del año. Para estar en
comunión con Dios hay que vigilarse, hay que tener la mente atenta, este es, creo yo, el
único sacrificio válido. Por eso es que incluso me opongo al sacrificio de animales en los
Nguillatunes”
Ceferina Huaiquifil
Este bello fragmento que nos abre hacia el corazón más intimo, aún secreto, de la
espiritualidad Mapuche, nos revela la conciencia que tiene Doña Ceferina de las
dificultades que entraña querer conservar la experiencia espiritual de unidad y pertenencia
habitando una geocultura como la nuestra, de ahí que considere que lo central es
“vigilarse”, aunque si no nos gusta el sesgo patriarcal de la palabra vigilar, bien podríamos
hablar de orientarse a conservar la comunión con Dios. Vigilarse, por supuesto, presupone
ver, ella invita a ser visionarios en la experiencia de amor a y con lo divino, divinidad que
para los mapuche está en todo, muy especialmente en la naturaleza que los rodea y que
llaman Ñuque Mapu = Madre Tierra.
Para no extenderme mas, por hoy, quisiera considerar también la experiencia cotidiana
occidental a que han invitado muchas personas que sin necesariamente ser místicos,
cultivan laicamente la experiencia espiritual, asunto que trataré más extensamente en
posteriores posteos en este forum.
“La vida no es algo a lo que hoy se pueda dar una respuesta. Deberíamos disfrutar el
proceso de esperar, el proceso de empezar a ser uno mismo. No hay nada más maravilloso
que plantar semillas de flores y no saber qué clase de flores van a brotar”
Milton H. Erickson