Você está na página 1de 14

Cinemática de fallas en un medio rocoso fracturado

Las rocas sometidas a un régimen de esfuerzos que excede su resistencia


mecánica tienden a deformarse permanentemente a lo largo de zonas de
deformación más o menos tabulares y con límites, ya sean abruptos o graduales,
reconocibles y cartografiables. Dependiendo de la composición química, el
contenido de agua, la temperatura, y la presión confinante, el mecanismo de
deformación puede ser cristal-plástico, o bien puede ser quebradizo. También se
puede dar el caso de que simultáneamente algunos minerales se deformen
plásticamente, mientras otros se deformen por fractura.
Para documentar el sentido de desplazamiento de bloques rocosos separados por
zonas de cizalla, es necesario contar con herramientas de observación que nos
permitan identificar el sentido de movimiento relativo de los bloques.
Indicadores cinemáticos de fallas
Los indicadores cinemáticos son las evidencias físicas de campo que permiten
conocer la cinemática (movimiento) de una falla. En sí, corresponden a una
serie de evidencias tangibles que suelen aparecer a lo largo de cualquier
superficie donde haya ocurrido algún tipo de desplazamiento tectónico. De hecho,
la aparición de los indicadores cinemáticos es muy independiente del sentido de
movimiento de una falla, además de que pueden aparecer tanto en ambientes
frágiles como en dúctiles. Una de las ventajas más interesantes de su uso en
temas de cartografiado geológico es que pueden encontrarse en casi toda
ubicación geográfica, de forma que sirven como buen soporte para el mapeo
estructural.

En estricto, y tal como dice su nombre, el indicador cinemático permite determinar


el movimiento de una falla. Para entender a cabalidad esto, primero es necesario
conocer cómo es que se genera una falla, para esto se recurrirá al modelo de
ruptura clásico de un macizo rocoso. Aquí es posible ver que una falla no
corresponde a un plano 100% uniforme que corta a una roca, sino que realidad
está compuesta por una serie de fracturas con cinemáticas propias que pueden
llegar a interconectarse dando lugar a la falla en sí.

Modelo de ruptura ideal para


un macizo rocoso a lo largo de
un plano de falla sinestral
según los trabajos de Cloos
(1928) y Riedel (1929).

ESTRIAS
Estrías son líneas finas encima de un plano tectónico donde ha ocurrido un
movimiento o desplazamiento tectónico significativo.
Existen varias formas de detectar una falla tectónica en terreno. Una de los
indicadores más confiables son las estrías, que se forman a causa del movimiento
relativa en las rocas.
Con estrías se reconoce fácilmente una falla.
Son marcas del movimiento encima de un plano de falla. Las estrías sirven como
indicador directo de una falla, además indican dirección del movimiento y sentido
del desplazamiento. Con mucha sensibilidad se puede detectar con el dedo la
dirección del movimiento. La dirección que marca menos resistencia (poquito más
liso) es la dirección del movimiento. Pero cuidado: Solo se detecta la última
dirección del movimiento - no la dirección principal. Además la poca sensibilidad
de los dedos humanos no permite un análisis muy confiable. (Sí se repite el
procedimiento con varias personas no siempre llegan las mismas resultados)
INDICADORES CINEMATICOS DE FALLAS
a) Modelo de riedels:
Observando un poco más de cerca, dichas fracturas, conocidas como del tipo
riedel, tienen relaciones geométricas bien definidas según ángulos oblicuos
respecto a la traza de la falla principal. De este modo, por ejemplo en el modelo de
riedel (Cloos, 1928; Riedel, 1929) se plantea que el sentido del movimiento del
bloque que no alberga a los ángulos oblicuos es el mismo hacia donde estos
ángulos.

Sentido del movimiento (según las flechas en rojo) que está determinado de acuerdo
a la relación geométrica oblicua entre la superficie de falla y el plano de riedel.

Convenientemente, las relaciones geométricas


del modelo de riedel son bastante frecuentes en
afloramientos rocosos de reología frágil. Es más,
las fracturas tipo riedel (representadas por R) se
forman durante la generación y evolución de la
falla. Aparecen de forma “escalonada” o “en-
echelon”, es decir que ocurren de forma repetida
y paralela; así como poseen la misma cinemática
que la falla principal. Entonces, para la correcta
determinación cinemática de una falla es
imprescindible que las relaciones geométricas
entre la falla y los riedels lleguen validarse en
campo para luego verificar su comportamiento
según el modelo de cizalla de Ramsay (1967)

Vista en planta del modelo de cizalla de Ramsay (1967)


en el que se aprecia entre las relaciones geométricas de
los planos de riedel (R) y el fallamiento principal de
cinemática dextral. Nótese que según este mecanismo
de deformación es posible tener diferentes tipos de
movimientos tectónicos para un mismo tiempo, además
que las fracturas tipo riedel y el fallamiento principal
comparten el mismo tipo de cinemática (dextral).
b) foliaciones tectónicas
Por otro lado, se tiene a las foliaciones tectónicas. Las cuales se les pueden
reconocer de manera similar que a las fracturas tipo riedel. Se hace énfasis en la
descripción de foliación “tectónica” para poder diferenciarlas de las que se forman
en procesos volcánicos tal como sucede por ejemplo en la intrusión de domos o
formación de diatremas. La diferencia más resaltante de las foliaciones con
respecto a las fracturas tipo riedel es que las primeras poseen superficies
flexionadas mientras que las segundas son rectas.

Planos de foliaciones tectónicas (señaladas por las flechas en blanco) que


tienen superficies flexionadas y que son oblicuas al plano de movimiento
principal (main slip plane) de cinemática dextral dentro de las rocas de la
Formación Pisco

c) fibras de recristalizacion:
Las fibras de recristalización o conocidas también en inglés como slickenfibers son
fibras de mineral de origen tectónico. El tipo de mineral en estos casos puede ser
de cualquier tipo, aunque los ejemplos más ideales se presentan en calcitas. Un
detalle a tomar en cuenta sobre tales fibras es que aparte de aparecer sobre la
misma falla también ocurren sobre planos de recristalización que son oblicuos a
ella.. Es decir que el movimiento del bloque que no alberga a los ángulos oblicuos
es en sentido contrario respecto a la dirección de inclinación de los ángulos
oblicuos formados entre los planos de recristalización y la falla. En la Cordillera
Occidental del centro del Perú, las calizas de la Formación Jumasha exhiben
excelentes ejemplos de fibras y planos de recristalización tectónica.
Gráfico esquemático de fibras y planos de recristalización. Nótese que la relación geométrica entre el
plano de recristalización y la superficie de la falla también es según un ángulo oblicuo. Aunque a
diferencia de lo que sucede con la determinación cinemática utilizando planos de riedel, en este caso
el sentido del movimiento es en 180º respecto a la dirección de inclinación de los planos de
recristalización.

d) Estructuras S-C (S-C fabrics)


Son zonas de cizalla que pueden desarrollar algún tipo de desplazamiento neto
por lo que a veces es posible observarlas como fallas propiamente dichas. La
zona de cizalla principal donde ocurre el movimiento se le conoce como “C”,
mientras que las estructuras “S” corresponden a las esquistosidades que yacen
dentro y a lo largo de las trazas de C. Es importante recalcar que la relación
geométrica entre C y S suele ser bastante notoria. De modo que no es posible que
su identificación sea confundida con otras relaciones geométricas que puedan
parecer similares tal como es el caso de fracturas tipo riedel y/o foliaciones
respecto a la zona de cizalla principal. Así, la regla establece (Allmendinger, 1987;
McClay, 1987) que la traza de las esquistosidades (S) tiende a ser perpendicular a
la dirección de compresión máxima (sigma 1), siendo esta última oblicua respecto
a C por lo que este tipo de convergencia determina el sentido del movimiento
según sea el caso.

Vista de una estructura S-C, nótese que la compresión principal máxima (sigma 1)
tiende a ser perpendicular a la traza de la esquistosidad (S).
e) Stepovers o Jogs
Son estructuras que se forman a lo largo de zonas de cizalla dextrales o
sinestrales. De forma general, como producto de una compresión o extensión a
una escala más restringida respecto a la escala en la que se produce la
cinemática correspondiente a la zona de cizalla principal. Por ello es que durante
su formación desarrollan formas romboédricas muy definidas que bien pueden
estar abiertas o rellenadas por mineral. Para esta descripción, se hará hincapié en
cómo luce un stepover formado por extensión. Donde en un inicio, dos de los
cuatro lados del romboedro son oblicuos respecto a la zona de cizalla subvertical.
A la vez que son paralelos al sigma 1 por lo que actuaron como fallas normales
que dieron lugar a la apertura de la estructura romboédrica.

Stepover extensional visto en los alrededores


de Balmorhea-Texas. Nótese que la
cinemática extensional se corrobora a partir
del salto y rechazo de la capa delgada que
yace directamente encima de la estructura
romboédrica ubicada en el centro de la
imagen
Stepover extensional cuya zona de
cizalla es subvertical y de inclinación
hacia la derecha. La estructura
romboédrica posee dos bordes que
tienden a ser paralelos al sigma 1
los cuales también coinciden con el
área de apertura del stepover.

Criterios relevantes usados la identificación de indicadores cinemáticos


Asimismo, podemos hacer una breve lista con los criterios más relevantes que se
necesitan tener en mente al momento de realizar la identificación de indicadores
cinemáticos:
1. Suelen aparecer sobre cualquier tipo de falla, independientemente de la
cinemática y la escala de fallamiento. A diferencia de otras discontinuidades como
las diaclasas, la ocurrencia de los indicadores cinemáticos se da bien dentro o
cerca del núcleo de la falla más no en sitios alejados de ella; por supuesto, esto
puede ser variable en función de la complejidad tectónica del sitio que se esté
observando.
2. La escala de observación a la que se les puede apreciar es bastante asequible
cuya identificación y análisis dependerá de la experiencia del observador.
3. Su identificación no debe ser subestimada. Es decir, que en la mayor parte de
ejemplos reales no es posible determinar la cinemática a partir de “escalones”,
“cuñas” ni mucho menos según el criterio de rugosidad-suavidad de la superficie
frontal de la falla (Billings, 1942). Esto es así debido a que la parte frontal de una
falla suele ser más propensa a erosionarse/alterarse lo que genera ambigüedad
en el reconocimiento del sentido de la cinemática. Por lo que para determinar el
tipo de movimiento es más recomendable realizar una vista en perfil de la falla
para lograr observar la relación geométrica entre ésta y el indicador cinemático de
turno.
4. De manera fiable hacen conocer el tipo de cinemática de una falla para un
tiempo de deformación en específico. Por esta razón, es que también permiten
determinar criterios de reactivación tectónica. Sobre todo en superficies donde la
cinemática no sólo puede estar reconocida por el desplazamiento de niveles
estratigráficos/diques o tal como sucede en el uso del criterio de bloques younger-
on-older y viceversa.
5. Los indicadores cinemáticos más comunes son las fracturas tipo riedel y/o las
foliaciones tectónicas. En casos más excepcionales es posible encontrar un
conjunto de riedels asociados a fibras de recristalización o a estructuras S-C. Pero
es muy difícil apreciar todos los indicadores sobre una misma superficie de falla.
6. Son elementos necesarios para la toma de datos microestructurales y por
supuesto, para el análisis poblacional de fallas.

En conclusión, muy aparte de que la identificación de indicadores cinemáticos


pueda parecer una tarea sencilla, es imprescindible tener en cuenta que en la
mayor parte de situaciones reales no se presentarán de forma ideal. Para
contrarrestar esta dificultad es válido recomendar que una buena metodología de
identificación siempre comienza por el conocimiento teórico y luego va sujeta a
 La observación minuciosa de campo
 La toma de rumbos y buzamientos para el establecimiento de las debidas
relaciones geométricas entre fallas (o zonas de cizalla) y los indicadores
cinemáticos.
 La correcta determinación cinemática de cada estructura en particular
 La asociación geométrica-cinemática de la estructura observada con
respecto a otras que afloren cerca de ella. De esta manera, cualquier
mapeo geológico estructural podrá quedar bien establecido
independientemente del área geográfica que se pretenda estudiar.
CRECIMIENTO DE FALLAS
¿Qué causa una falla? Para poder entender las causas de la formación de fallas,
primero es necesario entender los conceptos de Stress y Strain, los que se definen
respectivamente como la fuerza (por unidad de área) ejercida sobre un cuerpo
particular de roca. La unidad básica de estrés es el Pascal (Pa), con 1Pa = 1 N /
m2. Un Pascal es muy pequeño, por lo que a menudo el cuerpo particular de roca.
La unidad básica de estrés es el Pascal (Pa), con 1Pa = 1 N / m2. Un Pascal es
muy pequeño, por lo que a menudo el estrés se mide en megapascales (MPa) o
kilopascales (kPa). A modo de comparación: la presión atmosférica es de
aproximadamente 100 000 Pascal. Mientras tanto el Strain es una medida del
cambio en tamaño y forma (la deformación) que ha sufrido un cuerpo particular de
roca, también expresado como el cambio de longitud e = (l-l0) / L0

A partir de la interacción de éstas fuerzas se crean unos esfuerzos


que pueden ser de tipo compresionales, tensionales o cizallantes.
El Stress tensional es raro dentro de la corteza terrestre, pero hay
muchas otras estructuras extensionales como lo son el Stress o
Presión Litostática y el Stress desviatorio. El Stress Litostático es
la presión que funciona igualmente en todos los lados por el peso
de la roca suprayacente, de una manera similar a la presión
hidrostática o presión de aire, mientras que el Stress desviatorio es
la componente de esfuerzo que no es igual en todas las
direcciones: se empuja o tira en una dirección particular

Todos estos complicados procesos dan origen a la formación de una Falla,


envolviendo todo un desarrollo posterior que crea una zona donde se dan
múltiples microfracturas, las cuales eventualmente se conectan entre sí pero
teniendo en cuenta las diferencias que se dan de acuerdo al tipo de roca que se
encuentra sometido a estos procesos. Es por esto que al analizar las fallas en
rocas no porosas, su origen proviene de pequeñas
fracturas de cizalla en una fase de intenso
microfracturamiento que aprovechan los planos de
debilidad de la roca hasta que ésta alcanza el nivel crítico y
la factura principal se expande hasta comunicarse con
otras microfracturas siguiendo planos favorablemente
orientados que permiten su desarrollo. Esta zona de
microfracturas se le llama Zona de Proceso

En rocas porosas y sedimentos, el proceso de formación de una


falla es algo diferente, los espacios que tienen los poros de los
granos brindan una oportunidad característica para reorganizar su
estructura. Si los granos en una arenisca están débilmente
cementados podría haber rotación y el grano se deformaría por la
fricción durante este deslizamiento, en otros casos los granos
también pueden romperse internamente. Al finalizar la deformación
es probable que se generen unas estructuras en zonas o bandas
estrechas conocidas como bandas de deformación, a éste proceso
lo procede una deformación secuencial en nuevas bandas
adyacentes a la inicial. Esto significa que se va haciendo más fácil
formar nuevas bandas junto a la existente si se mantiene el
cizallamiento de la banda primaria. Todo esto da como resultado
una zona de banda de deformación, y este desarrollo se explica
comúnmente en términos de endurecimiento de la roca por efecto
de ésta misma
El crecimiento de bandas de deformación y/o fracturas ordinarias antes de la
formación de una superficie de deslizamiento en el plano de Falla, tiene ciertas
implicaciones ya que la zona circundante de estas estructuras se convertirá en la
zona de daño, éstas zonas son el resultado de la deformación frágil a lo largo de
dicha zona donde se forman fracturas en varias direcciones en respuesta al
Stress.
 Wing Cracks: Extensión asociada con pequeños desplazamientos.
 Horsetail Splay: Ocurren a lo largo de las fallas más grandes y crean una
serie de fracturas de cizalla secundarias.
 Syntethic Branch Faults: Cuando la deformación en un extremo de la
falla, hace que la cizalladura tome el mismo sentido del movimiento de la
falla.
 Antithetic Branch Faults: Se da cuando la deformación en un extremo de
la falla hace que la cizalladura del sentido opuesto actúe de la misma forma
como la falla principal. Esto genera una rotación del bloque en la zona de
daño.
Estas estructuras de las zonas de daños se pueden desarrollar antes, durante y
después de la formación de la superficie de deslizamiento de la falla.
Si adyacente a la falla se encuentran capas de sedimentos, éstos pueden curvarse
en la dirección de movimiento del bloque opuesto flexionandose en lo que se
denominan Pliegues de Arrastre, provocados por la fricción a lo largo de la falla
plegando la capa opuesta como un bloque que se arrastra a lo largo del otro

Las fracturas o bandas de deformación que se dan en estas zonas de arrastre,


generalmente aumentan en densidad y en la misma dirección de la falla. La
aparición de fracturas mesoscópicas o bandas de deformación indica que estamos
en la zona de daño de la falla, dónde los pliegues de arrastre anteriormente
descritos están bien desarrollados, esta zona tiende a ser más ancha que la zona
de daño, si bien la situación opuesta también se produce. Algunas fallas, en
particular en rocas metamórficas, muestran pliegues de arrastre, ya que al
examinar más detenidamente el proceso, se evidencia que son controlados por
mecanismos de acción deformable en un medio plástico y por tanto son zonas de
cizalla alrededor de las fallas que podrían haberse formado de una variedad de
maneras, generalmente en la zona de transición frágil-plástica
CRECIMIENTO DE FALLA/SISTEMAS ROLLOVER
Los sistemas de Rollover son estructuras comunes de cuencas sedimentarias, en
particular de deltas y márgenes pasivos. Estas estructuras se desarrollan
frecuentemente en rocas incompetentes como la anhidrita, halita y arcillas poco
compactadas.
Las Fallas de crecimiento normales, están asociadas con los sistemas de Rollover,
éstas generalmente reciben el nombre de Fallas Lístricas; estas fallas son
cóncavas hacia la superficie y un poco horizontales a profundidad, presentan una
geometría constante a lo largo del tiempo. Es por esto que las estructuras Rollover
presentan un excelente registro de deformación/sedimentación a lo largo de la
historia.
Los modelos clásicos de fallamiento lístrico generalmente se refieren a un
desplazamiento relativo entre el Footwall (indeformable) y el Hanging Wall, en
algunos aspectos estos modelos podrían aplicarse a las fallas de crecimiento
sintéticas que se sumergen en el sentido del desplazamiento con respecto a la
basal.
El crecimiento de Fallas/Sistemas Rollover, algunas veces resulta de interacciones
complejas entre sedimentos frágiles y dúctiles (sal, arcillas), que implican la
interacción entre deformación y sedimentación

Rollover en el Hanging Wall,


relacionados con la curvatura de
la falla principal. La zona de daño
es inusualmente amplia debido a
las complicaciones que presenta
la curva de la falla. En colores se
representan las bandas de cizalla
sintéticas y antitéticas.
El resultado del crecimiento de falla/Rollover es el mecanismo de inestabilidad el
cual es controlada por el acoplamiento de la capa basal (dúctil) y la fuerza de la
cubierta sedimentaria; este acoplamiento inicial se produce cuando la capa es
gruesa y dúctil o el ángulo de la pendiente basal es bajo.
El desarrollo de un sistema de crecimiento de falla/Rollover durante el
deslizamiento comprende tres etapas (nacimiento, crecimiento y decaimiento), cuya
duración dependerá del aumento progresivo del acoplamiento durante el
deslizamiento. Estas tres etapas caracterizan la vida crítica de un sistema de falla y
en la mayoría de los casos el nacimiento corresponde al desarrollo de un graben
simétrico que más tarde evoluciona de forma asimétrica

 Las zonas de proceso en rocas no porosas trabajan para debilitar la roca


original, incrementando la porosidad y así generando fracturas. En
contraposición las zonas de proceso de bandas de deformación en rocas
porosas trabajan para endurecen la roca original, así decrece la porosidad
por la superficie de deslizamiento. Por ejemplo: en rocas de alta porosidad
(areniscas), el crecimiento de las fallas tienen diferentes formas de fracturar
y hacer falla.
 En rocas no porosas las pequeñas fracturas de cizalla pueden formarse en
rocas de baja porosidad, debido a que hay tres puntos de debilidad que
pueden ser: Interface de capas, diques y/o fallas pre-existentes (Fossen,
2010).
 Los "joint system" son el caso más probable para dar origen a las fallas, ya
que estos tienden hacer estructuras débiles no cohesivas: estas fracturas
(micro-meso), pueden conectarse y crear fallas.
 El crecimiento de las fallas/Rollover, algunas veces resulta de la interacción
entre sedimentos frágiles y dúctiles. Esta interacción favorece al origen de
las fallas normales, llamadas generalmente falla lístrica.

Você também pode gostar