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A la espera de una Luz

29 cuentos preparándonos para la Navidad


@Copyright - Todos os direitos reservados ao CEBUDV Núcleo Luz Abençoada (CNPJ 11.622.079/0001-09)
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Incisos XXVII e XXVIII do artigo 5º da Constituição Federal e artigos 184 e 185 do Código Penal Brasileiro.

1ª Edição - Edição independente

Revisão: Fabíola Pozza Korndorfer, Patricia Silveira Correia e Taiane Santi Martins.
Ilustrações: Fabíola Pozza Korndorfer, Inês M. O. Pozza, Sara Brandão e Taís Melgaço Lemos
Capa: Carolina Mantegazza (ilustração), Fabíola Pozza Korndorfer (projeto) e Maria Williane (execução)
Projeto Gráfico: Christian Fuentes, Fabíola Pozza Korndorfer, Karin Romano e Luci Rossa.
Tradução Espanhol: Patrick Medina
Tradução Inglês: José Eduardo Trajano Faria
Colaboração: Adriane Fabiani de Almeida, Frederico Korndorfer Neto, Leonardo Davi Pereira Machado e Yan Galvão Oberlaender de Almeida

Referência ABNT 6023:

KORNDORFER, Fabíola Pozza. À espera de uma Luz: 29 histórias preparando para o natal. Florianópolis (SC): Fabíola Pozza Korndorfer,
2022.

Dados Internacionais de Catalogação na Publicação (CIP)


Bibliotecária Juliana Farias Motta CRB7/5880

K846e Korndorfer, Fabíola Pozza

À espera de uma Luz: 29 histórias preparando para o natal / Fabíola Pozza Korndorfer, Luciana Machado Silveira, Marli Em-
merick Ferreira; Ilustração Sara Brandão. –- 1.ed. –- Florianópolis (SC): Fabíola Pozza Korndorfer, 2022.z z

100 p. ; 20x20cm

ISBN: 978-65-5899-418-3

Outros ilustradores :
Inês Maria Ocker Pozza, Taís Melgaço Lemos

1. Literatura infanto juvenil cristã. 2. Educação cristã de crianças.


I. Silveira, Luciana.II. Ferreira, Marli Emmerick.III. Título: À Espera
de uma Luz: 29 histórias preparando para o natal

CDD 808.899282

Índice para catálogo sistemático:

Literatura infanto juvenil cristã


Educação cristã de crianças www.despertareventos.com.br
Prefacio
Buenas enseñanzas, virtudes y lecciones de vida. Elementos de la naturaleza,
desafíos, sentimientos positivos y búsquedas de superación son parte de esta obra tan
esperada. El objetivo es acercar a nuestros hijos al verdadero significado de la Navidad
desde la época que la precede, preparándonos para este tiempo tan especial que puede
contribuir enormemente al desarrollo de valores y principios que impregnan nuestra
sociedad, a través de los sencillos ejemplos mencionados en las historias.
La naturaleza está presente en todas las narraciones, mostrando que cada ele-
mento tiene una fuerza y un propósito en este vasto Universo, incluyendo nuestra pro-
Reconocimiento
pia vida. Las historias han sido cuidadosamente escritas para que nuestros hijos puedan,
a través del arte de escribir, imaginar, pensar, descubrir, insertarse en el contexto de la Agradecemos a todos los que nos inspiraron para que
época y vivir, desde el corazón, ese momento que marcó a la humanidad. ¡El nacimien- estas historias nacieron del corazón, en especial a nuestros
to de Jesús se destaca en el tiempo e incluso después de siglos, todavía está muy vivo! niños y nuestras familias, quienes son el alimento y la espe-
Llevar este registro a nuestros niños y familiares seguramente calentará los hogares y los ranza para que algún día tengamos un mundo mejor, con
corazones. más Paz, más Luz y más Amor.
Expresar este sueño, en forma de cartas, no fue tarea fácil. Tres amigas, madres,
que creen en el poder de los cuentos y que tuvieron el bien de merecer experimentarlo
con sus hijos, dedicaron su tiempo a escribir historias que puedan sumar y contribuir al Fabíola, Luciana y Marli
crecimiento y desarrollo, tanto de padres como de hijos, a través del encanto y lo lúdico
relatado en las pequeñas narraciones. Las historias tienen como tema principal el tiem-
po antes del nacimiento de Jesús: ¡a la espera de una Luz!
Por ello, nuestro más sincero deseo es que estas historias puedan llegar al cora-
zón de cada familia, de cada niño, alimentando el sentimiento de amor y esperanza que
impregna esta época tan hermosa que es la Navidad.

Fabíola Pozza Korndorfer


La dulce llegada de la Navidad,
para el mundo cristiano, está marcada por
luces, símbolos de Paz, Belleza y Armonía,
y nos recuerda el calor familiar, el brillo en
los ojos de los niños, la alegría de celebrar,
agradecer y alabar al Niño Galante.
Muchas familias de nuestra her-
mandad se preparan espontáneamente

La alegría de los hombres para el período previo a la Navidad cele-


brando lo que se llama Adviento, que sig-
nifica la llegada. Reunir a la familia por
unos minutos, día tras día, para escuchar
una hermosa historia que habla de Jesús,
un gesto que prepara el espíritu para la lle-
gada del Gran Día.
Otra buena iniciativa de los volun-
tarios de OE en nuestros Centros, que son,
en definitiva, semillas de religiosidad plan-
tadas en el corazón y la memoria de nues-
tros niños.
Bienvenidos a este libro, una obra
sencilla y dedicada, que reúne buenas his-
torias para inspirarnos y conectarnos con
el Amor Divino y la Presencia Divina.

Almir Nahas
Responsable OE

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Imagem: Sara Brandão
Índice
A la espera de una luz.......................12 En la cueva del lobo........................53
La gracia del pozo..............................14 Elba la ovejita..................................55
La anunciación.................................17 Las luciérnagas................................59
Bendecida lluvia...............................20 Las abejas y miel pura....................62
Una fuerte conexión con el agua......23 Un burrito único..............................64
El camino a Belén.............................26 El joven............................................67
Regalo de Dios.................................28 El encuentro de la familia ...............71
El pequeño manzano......................31 La Hilandera...................................73
La palmera datilera sagrada...........33 El comerciante de Belén.................76
El árbol sin hojas..............................36 La dulce melodía..............................80
La bondad de María........................39 La niña que coleccionaba piedras....84
El movimiento de los árboles..........41 La gran estrella................................86
Romero dorado...............................44 La charla de los pájaritos.............89
El dulce perfume..............................47 La visita de los Reyes Magos...........92
La mariposa y el amor perfecto........50
“El soplo del Creador
Con el brillo de las estrellas
Todo es creado.
Piedritas rodando,
conchitas surgen,
Y la tierra se convirtió en una morada”

Fabíola Pozza Korndorfer

Imagem: Taís Melgaço Lemos


10 Imagem:Taís Melgaço Lemos
A la espera de una Luz
cualquier hora y en cualquier momen- Que sea Tu instrumento, Tu voz y que
to si me necesitan? hable palabras que toquen el corazón.

— Ah... Necesito encontrar una Que sus ojos sean tan brillantes
Cuando la Tierra era todavía una traen energía de todos los elementos. manera para que sepan que YO no es- como las estrellas que brillan en el cie-
niña, había muchas cosas por hacer Los animales sirven a los hombres toy tan lejos aquí arriba. lo y que todos sientan Tu presencia. Y
y construir por parte de los hombres. y ayudan con el trabajo. Los pájaros Dios Padre, al oír ese buen consejo, re-
Dios Padre ya había dedicado mucho cantan para que todos se despierten y — Pero ¿Cómo puedo hacer eso, unió a los ángeles del cielo y dijo:
tiempo a crear y nombrar todas las los niños se deleiten. Y las mariposas si muchos no me ven, no me sienten y
cosas, toda la naturaleza en perfecta despiertan sonrisas allá donde van... otros están por olvidarme? — Escuchen todos. Nacerá uno
armonía, todo fue obra Suya, quien que hablará por mí y plantará la se-
pensó en cada detalle, por pequeño Pero todavía faltaba algo, pensó Dios Padre ya caminaba de nube milla del bien. Difunde la noticia a
que fuera. Un día, miro desde el cielo, Dios Padre. en nube, hasta que en el cielo brilló la los cuatro rincones, pues es tiempo de
encima de su nube favorita, que más primera estrella. Y como luciérnagas preparación. Mi hijo nacerá con una
parecía un sillón con plumas blancas y — ¿Será que todos saben que yo iluminando la noche, una luz sopló en noble misión, trayendo más amor y
se puso pensativo. creé todo esto para mis hijos de la Tie- su oído. unión al mundo.
rra? ¿Será que sienten mi amor cuan-
— ¡Es todo tan bonito! Las flores do recogen una fruta madura? ¿Notan — “¡Oh Señor!” Hazle nacer y
perfuman y dan color a cada pedacito mi presencia cuando miran el sol, la vivir entre los hombres El que Te re-
presentará! Que esté tan cerca de las Luciana Machado Silveira
de ahí abajo. Las piedras, los cristales luna y las estrellas? ¿Recordarán mis
y las conchas son fuertes, mágicas y hijos que pueden hablar conmigo a personas y que sea como uno de ellos.

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La gracia del pozo
En aquella época, en la pequeña amor y alegría.
ciudad de Nazaré, no había tantos gri-
fos en las casas como los que conocemos Un día, la dulce madre María ca-
hoy. Era muy común la presencia de po- minó hasta el pozo, puso en el suelo la
zos cerca de las casas para que pudieran gran vasija de barro, se apoyó en el alero
suplir las necesidades de las familias, las
y no encontró nada. El pozo que había
plantaciones y los rebaños. abastecido a las familias durante años
se había secado. María volvió a mirar el
Cerca de la casa de María y José ha- gran reservorio admirada y pensó:
bía un pozo del que María salía a dia-
rio a sacar agua. Caminaba feliz con su — Señor, ¿qué hacer ahora? ¿Cómo
vasija de barro; traía agua para ella y mantendremos vivos nuestros cultivos y
las familias más cercanas a su casa. Ha- ganado? Nuestra fuente de agua pura y
cía esto porque tenía un corazón puro y cristalina se secó...
bondadoso.
María volvió a casa cabizbaja, con
Repetía este camino durante días su vasija de barro vacía, y fue al encuen-
y días, y las familias que recibían el tro de las familias a las que les llevaba
agua se asombraban de la bondad de agua. Al llegar allí, encontró a Raquel,
María de hacer esto diariamente, con a quien le dijo:

14 Imagem: Sara Brandão


— Querida Raquel, hoy no pude Aparece el ángel Gabriel, quien le
encontrar agua en el pozo. La niña, dice a María:
asombrada, trató de consolar a María,
dándole un cálido abrazo. María vol- — ¡Ave María llena eres de gracia!
vió a casa y la poca agua que sobró del
día anterior, la repartió entre ella, José
y los animales.
María, al oír la voz del ángel, sien-
te alegría y consuelo en su corazón. El
La anunciación
lugar se vuelve tan iluminado como el
— Querido José, esta agua que te- ángel que estaba frente a ella. María
nemos será poca, pero suficiente para mira hacia el pozo y en ese momen-
saciar nuestra sed y la de los pequeños to ve brotar de allí el agua más pura y
animales. cristalina.
Era un hermoso día de primavera, Allá en el Cielo, junto con Padre
Al día siguiente, María vuelve al — ¡Vaya! ¡Señor! Cuánta gracia re- los pájaros cantaban y las flores per- Dios, el Ángel Gabriel recibe la impor-
pozo con la esperanza de volver a en- cibo de Ti. Y por ello estoy agradecida. fumaban por todas partes. Los árboles tante misión de anunciar a María que
contrar agua, pero la encuentra vacía producían dulces frutos y la naturale- ella será la madre del Niño Dios. Dios
de nuevo. Permanece sentada en el María pudo entonces traer agua za estaba en plena armonía. María, la Padre, al darse cuenta de que el mo-
alero hasta el anochecer, elevando su para ella y para todas las familias a dulce María, estaba en su casa cuidan- mento era el adecuado, le dice al ángel
pensamiento al Señor, clamando por las que llevaba agua diariamente, con do de todo con mucho cariño, mien- Gabriel:
el agua que brotaba de aquel pozo y alegría en su corazón. Y desde enton- tras sus padres, Joaquim y Ana, se ocu-
abastecía a las familias de la región. ces, el pozo nunca se secó y comenzó paban de sus quehaceres en el templo — Querido Gabriel, la venida del
a abastecer, además de todas las fami- del Señor. Mesías está profetizada desde hace
He aquí, una luz dorada apare- lias, a todos los viajeros que pasaban. mucho tiempo. Aquí llega el momen-
ce del cielo, llamando la atención de María, una mujer joven de cora- to. Os pido que vayáis a la ciudad de
María. zón puro y gran amor por Dios, fue Nazaret, busquéis una casa rodeada de
Fabíola Pozza Korndorfer
escogida para una noble misión, y su flores y anunciéis a la joven María que
mejor regalo estaba por llegar. ha sido elegida para ser la madre de

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Jesús. Hágase Su voluntad, Señor - dijo María se sorprendió al ver tal cla-
el ángel Gabriel. ridad. En ese momento escucha la voz
del ángel: - Querida María, soy el ángel
Llegado el momento, el ángel pre- Gabriel y he venido a anunciarte que
paró sus hermosas alas doradas y desde has sido elegida para ser la Madre del
el Cielo, junto con Padre Dios, se lanzó Niño Jesús.
en picado hacia la tierra, en busca de
la joven María. Mientras se acercaba a María, aun frente a un ángel y com-
Nazaret, con los ojos bien abiertos, co- prendiendo la grandeza de la misión
menzó a buscar la sencilla casa rodeada de la cual había sido elegida, se asustó
de flores. Miró para acá, miró para allá un poco, pero en ese mismo momento,
y había muchas casitas con hermosos su corazón se llenó de amor y alegría,
jardines. Decidió volar un poco más aceptando su misión con fe. Miró su jar-
bajo para ver si podía ver más fácilmen- dín florido y dio gracias al Señor. En ese
te. En ese momento sintió un perfume momento, como en un abrir y cerrar
único, un perfume dulce, de flores muy de ojos, el ángel Gabriel desapareció y
fragantes. Miró hacia abajo y allí vio María quedó sola admirando sus her-
una casa sencilla con un hermoso jar- mosos rosales. Como un regalo de Dios,
dín de rosas blancas. En ese momento sus rosales comenzaron a dar rosas aún
estuvo seguro de que María estaba allí. más fragantes. Y todos los que visitaron
su casa recibieron una hermosa rosa
Se acercó a la casa y vio a una mu- blanca, como gesto de agradecimiento
jer joven que se ocupaba de sus tareas. y reconocimiento por la noble misión
Como un chasquido de dedos, entró a recibida.
la casa iluminando todo el ambiente,
como si fuera un brillante rayo de sol. Fabíola Pozza Korndorfer

Imagem: Sara Brandão


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La ciudad de Nazaret, rodeada de sus altas
Bendecida lluvia montañas, acogió a la joven María y a su esposo
José como su hogar. En este pequeño pueblo se cul-
tivaban las delicias de la tierra, con muchos árboles
frutales que producían dulces y suculentos frutos, y
jardines con fragantes flores, que recibían abejas y
mariposas de los más variados colores. Ese año, a
diferencia de todos los demás, todo el pueblo estaba
pasando por un momento difícil debido a una se-
quía. Todos los árboles que producían fruta ya no
podían producir, y los jardines ya no eran coloridos
y fragantes como de costumbre. Estaba todo muy
seco y sin vida. Todos en el pueblo sintieron ese cli-
ma seco. Un día, María observando los huertos y
jardines le dijo a José:

— Ah, querido José, mira cómo va nuestra


huerta... ¡No veo ni un solo fruto! ¿Cómo nos vamos
a alimentar?

José miró por la ventana y se quedó en silencio.


María luego continuó la reflexión:

— Mira nuestro jardín... Hace tiempo que no


lo veo sin rosas... Ah, mi buen José, ¿qué podemos
hacer?

Imagem: Sara Brandão


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José sigue en silencio y después de resulta extraño y continúa su cami-
Una fuerte conexión
con el agua
unos minutos, le responde a María: no. En los pasos siguientes, siente otra
— Mi dulce María, llegará nues- gota, otra y más... Mira al cielo y ve
tro tiempo de cosecha. Tengamos fe y caer gotas plateadas. Era la bendecida
confianza en el Señor. lluvia que habían estado esperando.
María abre sus brazos para dar gracias
Llega la noche y María se queda al Señor y recibir del cielo el agua tan
dormida. Mientras duerme, con el co- esperada que nutrirá la tierra, hará
razón lleno de amor, piensa en su jar- que los árboles den fruto y que los jar-
dín florido y en su huerta llena de fru- dines florezcan. Llovió todo el día y, de
tos. Al despertar, corre hacia la huerta milagro, al caer la tarde cuando dejó
esperando un milagro, pero ve su jar- de llover y volvió a salir el sol, María
dín aún sin flores y su huerta aún sin miró por la ventana y vio su hermo-
frutos. Por un minuto, está en silencio so huerto lleno de dulces y suculentas
y eleva su pensamiento al Señor: frutas, y sus rosales llenos de fragantes
rosas blancas. Levantó los ojos para
— ¡Querido Padre Dios, ha pa- dar gracias al Señor nuevamente y en
sado mucho tiempo desde que llovió! ese momento apareció un hermoso ar-
Nuestras plantas necesitan agua... coíris entre las montañas del pueblo.
María estaba segura de la presencia
Bajó los ojos como en un gesto de del Señor.
reverencia y caminó lentamente por el
jardín. Después de unos pocos pasos, Fabíola Pozza Korndorfer
siente una gota de agua en su cara. Le

22 Imagem: Sara Brandão


Se sabe hasta el día de hoy que conexión con Él. Era una mujer de Aquel angelito que desde hacía Dicho esto, el ángel bondadoso
cuando Padre Dios riega su jardín en el buen corazón y fe. días observaba el movimiento de aque- desapareció y Ana vio un poco más
cielo, ¡llueve aquí en la tierra! Habían llas personas en busca de agua le pidió adelante un árbol de durazno, don-
pasado algunos días desde que Dios no — Madre, háblale a Dios, por fa- permiso al Padre Dios para ayudar de de antes no había nada. Ella fue allí y
vio la necesidad de regar sus plantas, vor, y pídele que mande agua a nuestra alguna manera a esas personas. tomó una rama y también recogió una
pues como todo el encanto que im- gente. Toda la naturaleza sufre por la fruta madura que ese árbol amable-
pregnaba a su alrededor, todo estaba falta de agua y en unos pocos días via- Entonces, de repente, mientras mente le ofreció. Llegó a casa, prepa-
frondoso y verde. Sin embargo, un an- jaré con José y eso me preocupa, pidió Ana meditaba en silencio, apareció ró la vara, la bendijo y al día siguiente
gelito que era muy observador caminó María. frente a ella, como un viento que llega- se la llevó a María indicándole cómo
entre las nubes y notó a las personas en ba lentamente y solo sentimos, pero no usarla.
la tierra: algo las estaba inquietando. Ana realmente tenía una conexión vemos, ese ángel bondadoso.
muy fuerte con Dios. Tenía el don de Así, a María y José les resultó fácil
En ese momento, María esperaba descubrir y hacer brotar manantiales — Aquí estoy, Ana. Escuché tu encontrar agua durante su viaje a Be-
el nacimiento de su hijo Jesús y una de aguas puras y cristalinas, y sentía en llamada. Ahora escucha atentamente. lén y, en cuanto ese ángel bueno llegó
gran sequía se apoderó de la ciudad. sí misma que había sido agraciada por María no debe temer, porque ella tie- al cielo, aprovechó para regar todo el
Las plantaciones sentían la falta de llu- Padre Dios, por este don que había re- ne la guarnición de Padre Dios. Ahora jardín de Padre Dios, pues se alegraba
via y el pozo fue reduciendo su volu- cibido de Él. tú, Ana, busca una rama de durazno, de haber ayudado a la amable pareja.
men de agua. hazle una vara y dáselo a María para Cada ciudad recibió y agradeció esa
De camino a su casa, Ana con que lleve en el viaje. Encontrará las agua bendecida, y hasta el día de hoy
María fue donde su madre, Ana, y grandes pensamientos pedía en sus aguas subterráneas donde quiera que se conoce el método rústico de descu-
le habló. María siempre vio a su ma- oraciones que lloviera, porque aquella esté y brotarán a la superficie como brir el agua con una vara de durazno.
dre orando, hablando con Dios en sus tierra estaba muy sedienta. ojos de agua.
pensamientos y oraciones, sabía de su Marli Emmerick Ferreira

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El camino a belén María caminó observando todo a
su alrededor. El camino fue largo, pero
aún ocupaba sus pensamientos. Ella
había sido elegida para ser la madre
estaba en buena compañía. Su queri- del Niño Jesús y la sublime misión de
do José y su amado burro fueron fieles amor ya crecía en su corazón.
compañeros, lo que facilitó el viaje.
María no se dio cuenta de que José
Los ojos de María admiraron el se había detenido. Estaba tan absorta
paisaje de frondosos árboles, flores de en sus pensamientos que pasó frente
colores y piedras de las más diversas a José, quien suavemente la tomó del
formas. Nada escapó de su mirada. brazo y le dijo:

Las rocas eran muchas y la tierra — ¡Mira, María, qué interesante


seca pedía a gritos un poco de agua. esa piedra!
La dulce María no se quejaba de nada,
la burra soñaba con un hermoso pasto, María miró la piedra que había lla-
pero aun así se mantuvo firme en su mado la atención de José y la observó
propósito: acompañar a María y ayu- por unos momentos. Una luz se cernió
darla en la travesía. sobre ella. Los rayos del sol descendie-
ron hacia ella formando un hermoso
José, con paso firme, se concentró diseño que María apenas podía creer.
en encontrar el camino correcto que
los llevará a Belén y se adelantó un La luz que brilló sobre la piedra
poco más, indicando el mejor camino formó el diseño de una gran estrella
para que pasara María. brillante que parecía querer guiar a la
pareja, diciendo que ese era el camino
La dulce Madre de Jesús no pen- correcto a seguir.
só en quejarse. Aún cansada del largo
viaje, tenía algo especial que la alimen- Luciana Machado Silveira
taba, pues la visita del ángel Gabriel

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Imagem: Sara Brandão 27
Regalo de dios José y María siguieron rumbo a
Belén. Él, preocupado por el camino
que parecía no tener fin, pensó en Ma-
zos, pero María, la joven María, era
lo suficientemente fuerte y eso lo sor-
prendió. Pensó en Dios y tuvo el sen-
ría. Si no era fácil para él, que era un timiento de gratitud. Estaban sanos y
hombre fuerte y acostumbrado a ca- con salud, se tenían el uno al otro, y
minar, ¿cómo podía serlo para ella? eso era suficiente.

Miró a su esposa con admiración. Su amor y reconocimiento eran


María lo acompañó, con el semblante tan grandes que pensó en darle un re-
sereno, llevando a Jesús en su vientre, galo a María, agradarle, demostrando
lo que le dio fuerza y determinación. más allá de las palabras, lo que sentía
en su corazón. Pero allí, entre rocas y
Caminaron por caminos roco- cantos rodados, tan lejos de todo, ¿qué
sos, con subidas y bajadas, cruzan- podía regalarle a María?
do cerros y ríos, durante días y días.
Después de un largo viaje, José sintió Al pensar en ello, un rayo de sol bri-
ganas de llevar a su esposa en los bra- lló en el suelo, entre las rocas de aquel
árido lugar, sobresalía una piedra. José
se agachó y con gran sorpresa recogió
un hermoso cristal que brillaba en los
más variados colores al tocarlo los ra-
yos del sol.

Era Padre Dios enviando un regalo


para que José pudiera dar a su dulce
compañera.

Luciana Machado Silveira

Imagem: Sara Brandão 29


“Y luego surgieron
Provisto de hojas y flores,
Raíces y ramas.
Entre nosotros se plantaron
Y dieron fruto” El pequeño
Marli Emmerick Ferreira manzano

30 Imagem: Sara Brandão


En la huerta de María y José, en De las flores nacieron pequeños
Nazaret, crecía un pequeño manzano, frutos, que empezaron a crecer y, ante
raquítico, muy pequeño, que producía el asombro de María y José, ya no
todos los años manzanas pequeñas, eran tan pequeños y duros como hacía
duras y amargas. Nadie quería comér- años. Después de unos días, se presen-
selos, ni siquiera el burro. Pero cuan- taron con hermosas manzanas dulces
do el ángel fue a casa de María para y muy rojas.
anunciar que ella sería la Madre del
Hijo de Dios, se fijó en aquel manzano Cuando llegó el tiempo de la co-
diminuto, diferente a los demás man- secha, María recogió las manzanas en
zanos, y le susurró: una canasta y le dijo a José:

— Prepárate, manzano, porque tu


tiempo de dar frutos duros y amargos
ha terminado. En Nochebuena nacerá
— Guardémoslos para cuando
nazca nuestro bebé. La palmera
un Niño Divino, y tú también serás un
árbol bendecido por Dios.
Cuando tenían que viajar a Belén,
preparaban una canasta grande para
llevar las manzanas y las comían solo
daltilera sagrada
Pasaron los días, y durante la pri- cuando tenían mucha hambre.
mavera, María y José, mirando el ar-
bolito torcido, se asombraron de lo A partir de ese día, el pequeño Las palmeras datileras son palme-
que vieron. Aquel arbolito pasaba las manzano y todos los demás que cre- ras muy antiguas y han sido conside-
semanas estirando sus ramas con ho- cieron de él comenzaron a producir radas sagradas durante miles de años
jas verdes, floreciendo hermosamente, dulces manzanas rojas en honor al na- en las regiones donde se cultivan. Su
pudiendo recibir la visita de mariposas cimiento del Niño Dios. fruto, el dátil, es muy interesante, pues
y abejas, con sus flores que perfuma- una persona que se alimenta de él pue-
ban todo el jardín. Fabíola Pozza Korndorfer de caminar durante días bajo el fuerte
sol del desierto. No, entonces las pal-
meras datileras tardan muchos años en
dar frutos.
32 Imagem: Sara Brandão
La región donde vivían José y Ma- — Querida María, tenemos poca — ¡Querida Maria! La comida que que tardaría muchos años en dar fruto,
ría era una región donde muchas pal- agua. La sed es mucha y necesitamos tenemos no será suficiente para alimen- tenía sus ramas llenas de dulces dátiles.
meras datileras componían el paisaje hidratarnos. tarnos. Con tantos frutos, las ramas se dobla-
árido, por muchos y muchos kilóme- ban, casi tocando el suelo.
tros más allá del pequeño pueblo. En José tomó el odre y compartió la María entonces, en un simple ges-
un bello día, cuando la joven pareja ya poca agua que tenía con María y el to, se levantó y dio unos pasos hacia las María, con voz sorprendida, le dijo
se dirigía a Belén, caminando durante burro. Siguieron caminando un rato y otras palmeras que estaban allí. a José:
varios días, ya habían pasado por un bajo el fuerte sol del desierto decidie-
camino de piedra, por subidas sinuo- ron descansar bajo la sombra de una Mientras caminaba, elevó su pensa- — ¡Mira, querido José! Dios envió
sas, por tramos llenos de raíces, siem- joven palmera. Su sombra fue sufi- miento a Padre Dios y le preguntó: estos dulces frutos para nutrirnos y esta
pre acompañados de su burro, que a ciente para cobijar a la joven pareja y agua pura para saciar nuestra sed. Esta
veces cargaba a la joven María sobre a su mascota. Estaban a la sombra por — ¡Querido Padre Dios! Necesi- joven palmera produjo estos hermosos
su espalda sudorosa. María, con su in- algunas horas cuando María le dijo a tamos algo para alimentarnos y agua dátiles para que pudiéramos continuar
menso corazón y teniendo compasión José: para saciar nuestra sed. El camino a nuestro viaje.
de su amado burro, también caminó Belén aún es largo. Tenemos unos días
para darle un descanso al fiel animal. — ¡Mi buen José! Pronto oscurece- por delante. Felices con los dones de Dios, se
rá. Estamos bajos de agua y no hemos durmieron en ese lugar. Al día siguiente,
Con el intenso calor que hacía en comido desde la mañana. Nos está Cerró los ojos por unos instantes con el odre ya lleno de agua clara, llena-
la región, rayos de sol brillaban en el dando hambre. y reanudó su camino hacia José. Unos ron sus canastas con los dátiles dulces y
pelaje del animal. José, sediento, se dio minutos después, sintió gotas de lluvia se pusieron en camino hacia Belén.
cuenta de que su odre estaba casi vacío Joseph abrió la canasta de comesti- que caían del cielo y, cuando levantó
y le dijo a María: bles y había poco para los tres. la vista, se sorprendió de lo que nunca Fabíola Pozza Korndorfer
hubiera imaginado. La joven palmera,

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El arbol sin hojas
Cuando Dios Padre creó los ár- nes para tener hojas verdes, flores fra-
boles, les dio raíces fuertes para que gantes ni frutos dulces. Pasaba todo el
se mantuvieran firmes en la tierra, año con sus ramas secas. Miraba a sus
ramas que estaban cubiertas de hojas hermanos, árboles frondosos, floridos,
muy verdes, que pudieran recibir flo- cargados de frutos, y eso lo entristecía.
res fragantes y sostener frutos delicio- Pero se mantuvo firme, con sus ramas,
sos. Cada uno había sido creado para aunque sin hojas, con vida y con la es-
satisfacer alguna necesidad aquí en la peranza de algún día tener al menos
tierra: o para dar amplias sombras y una hoja verde. José y María, en su
suavizar el calor aquí; o para perfu- largo camino a Belén, a veces tenían
mar el ambiente y llevar su perfume a que detenerse para descansar cuando
través de los vientos o para alimentar llegaba la noche o incluso durante el
a los seres que habitaban aquí y nece- día cuando el sol calentaba demasia-
sitaban sus nutrientes. do. Ese día la temperatura ni siquiera
era tan alta, pero ya habían caminado
Todos los árboles que crecían a lo mucho cuando María le dijo a José:
largo del camino que conducía a Be-
lén eran así, excepto uno. Había un — Mi buen Joseph, necesito parar
árbol diferente a sus hermanos. Él, a y descansar un poco. Mis pies no pue-
pesar de ser alto, tener fuertes raíces den más.
y largas ramas, no tenía las condicio-

36 Imagem: Sara Brandão


José miró a su alrededor, pero no
vio mucha sombra para que descan-
saran. Delante, vieron un solo árbol
y vigor. Y como por arte de magia sus
ramas empezaron a sacar pequeños
capullos, las hojas fueron apareciendo
La bondad de Maria
alto, pero con ramas secas. y en unos instantes sus ramas se llena-
ron de hojas verdes y brillantes, dando
— Querida María, no tenemos sombra a todo su alrededor. Quedaba un último trozo de pan y María, siempre cuidadora, pensó
sombra alrededor. Tenemos ese árbol un pequeño higo. María, desenvolvió y en José.
en el frente para instalarnos. Haré una — ¡Mira, José! ¡Fuimos bendeci- partió en dos el pan que ella misma ha-
pequeña sombra usando mi capa y mi dos con una hermosa sombra! Bendito bía hecho. Luego, para preparar otro Ella, quedándose con el trozo más
bastón. Espero que esto te consuele. sea este árbol que nos está brindando delicioso pan, mezcló la harina con el pequeño, lo volvió a compartir, dán-
este tiempo de descanso, - dijo María. agua, la condimentó con un poco de doselo a su fiel burro, acariciando su
Se acercaron al árbol, María se sal y algunas hierbas aromáticas que cabeza, lo que lo hizo sentir todo feliz
sentó junto al tronco y se apoyó en Y desde entonces este árbol no ha cultivaba en su jardín. Con sus deli- por el trato que había recibido.
una de sus raíces. Al sentir el toque perdido sus hojas, ni siquiera en tiem- cadas y hábiles manos, amasó, amasó,
en su raíz, el árbol se asustó un poco, pos de invierno más fríos. ¡Un árbol hasta convertir esos ingredientes en un La dulce madre de Jesús, alimentó
ya que nadie se le acercaba, pues no bendecido! alimento sagrado. El viaje sería largo y al Divino Niño con ese alimento y con
tenía nada que ofrecer. En ese mismo necesitaban estar preparados. todo su amor. Incluso escuchando a
instante, sintió que sus savias circula- Fabíola Pozza Korndorfer veces, el vientre retumbando, nada se
ban de otra manera, con gran energía María, con paso firme, tocó el quejó. Elevó su pensamiento al Padre
hombro de su compañero y le ofreció Dios y le agradeció por todas las ben-
la pieza más grande, que fue recibida diciones recibidas. Él, que seguía todo
con una sonrisa. desde arriba, estaba seguro de haber

38 39
Imagem: Sara Brandão
El movimiento de los árboles
elegido a la madre adecuada para ese al borde del camino. Ese paisaje se
hijo de la luz. modificó para satisfacer las necesida-
des de esa pareja, que aun con la vida
Al ver la enorme bondad de aque- modesta que llevaban, eran agraciados Los árboles tienen una forma muy estar bellos, floridos o fructíferos. Toda
lla madre en compartir la poca co- y amparados por el Padre. peculiar de comunicarse. Se comunican la naturaleza está en ánimo para pre-
mida que les quedaba, y así también a través de las raíces que los rodean. pararse para el evento más especial de
allanarles el camino, Padre Dios pidió Tenían en su camino una noble todos los tiempos.
que uno de sus ángeles, responsable de misión: traer al mundo al Niño Jesús, En un pueblo camino a Belén, un
los árboles frutales, tocará con su dedo fuente del más puro amor y armonía, grupo de árboles se comunicaban en- Luego, más y más, los árboles co-
de oro todas las plantas del camino de que hoy conocemos como la “Sagrada tre sí. menzaron a prepararse. Ellos se ayu-
José y María, y hacerlos cargar de los Familia”. daban unos a los otros. Sus raíces bus-
frutos más variados y suculentos que se — ¿Oíste lo que susurró el viento caban agua bajo tierra y la compartían
podían imaginar. Luciana Machado Silveira
esta mañana? entre sí. Las hojas secas fueron arras-
tradas por el viento de modo que solo
Y, como por arte de magia, un her- — Sí, dijo Carvalho. El sopló que quedaron las más verdes y frondosas.
moso color apareció en esa vegetación había un gran movimiento en marcha. Las flores ganaron un color especial, y
Esto se debe a que un ser de luz está las mariposas que se posaron allí, tra-
por nacer aquí en la tierra. jeron un poco de su color!

Otro árbol, un olivo, meciendo su En poco tiempo los árboles estaban


dosel florido se manifestó. maravillosamente hermosos y estaban
emergiendo los primeros frutos. Había
— Sí, y también dijo que debemos dátiles, higos, granadas, aceitunas y

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uvas. Al cabo de unos días, los niños Mientras tanto, José fue a ponerle — Ven a mi casa, está cerca. Mis
jugaban entre los árboles frutales, tre- agua y pasto al burro, y poco después, padres te darán cobijo y podrás pasar
paban por sus ramas y ya disfrutaban él también vino a sentarse a descansar la noche con nosotros. - Dijo el niño
de unos frutos que iban madurando. junto a María. Los niños recogieron alegremente.
De pronto, entre risas y juegos, los ni- fruta y se la llevaron a la pareja.
ños vieron a lo lejos a una pareja que José aceptó y, junto con María,
se acercaba. La joven estaba montada Había un intenso movimiento en- siguió al niño a casa. Fueron muy
en un burro y estaba embarazada. tre los árboles. María miró hacia arri- bien recibidos y pasaron allí la noche.
ba y vio las ramas como si se inclinara María guardó todo en su corazón.
Los niños dejaron de jugar y vie- con reverencia Esa noche los árboles sacudieron sus
ron llegar a la pareja. Las copas de los ramas, inclinándose ante el ser divi-
árboles se balanceaban con el viento — ¡Qué hermosos árboles! excla- no que estaba por nacer. El viento se
que soplaba a través de ellas. Sí, eran mó María. Que bonitos son y se des- calmó y el cielo se llenó de estrellas.
María, José y el burrito que se acerca- tacan por sus flores y frutos. ¡Bendito Y desde entonces, cuando se acerca la
ban. seas por ofrecernos tanto fruto! Navidad, mantenemos la tradición de
adornar los árboles con bolas y ador-
Los niños rodearon a la pareja y Sin embargo, el sol comenzó a nos de colores, como hacían aquellos
comenzaron a hacer preguntas. María abrirse camino hacia las montañas. sabios árboles en la época en que Jesús
sonrió. Se sentó en medio de los niños Llegaba la noche y los niños se retira- vino al mundo.
y charló alegremente con ellos. Dijo su ban. Sin embargo, uno de los niños in-
nombre y el de José, dijo que estaba es- vitó a María y José a ir a su casa. Marli Emmerick Ferreira
perando un bebé y les dijo que venían
de Nazaret y que iban a Belén.

42 Imagem: Sara Brandão


Romero dorado La joven María era muy aficionada al cuidado de las plan-
tas y, además de sembrar y cosechar, también conocía algunas
propiedades que las plantas traían consigo. Muchos de ellas
medicinales, que se podían utilizar en la vida cotidiana, ya
que tenían efectos muy curativos. Todos los que vivieron con
María se beneficiaron de su conocimiento y habilidad.

Un día, María salió caminando por un campo lleno de


flores verdes. Con su ojo atento y conocedor de las plantas,
siempre buscaba alguna que aún no tenía en su jardín, porque
si la encontraba, seguramente se acercaría a la planta.

Durante la caminata, una planta de romero dorado que


crecía cerca llamó su atención. A María le gustaba mucho el
romero, ya que es una planta que da mucha alegría. Notó que
las hojas se habían marchitado y los tallos estaban doblados
por falta de agua. Así que la joven, más que rápido, caminó
hasta una casa cercana y pidió una vasija con agua para regar
la planta.

María volvió y regó abundantemente el romero, el cual,


al cabo de un rato, estiró sus ramas y levantó sus hojas, crean-
do nueva vida. Mientras María observaba la pequeña planta,
cantaba:

Imagem:Sara Brandão
45
“Romero, romero de oro que nació en el campo sin ser sembrado.
Fue mi amor que me dijo que la flor del campo es el romero.”

Después de sentirse bien cuidado, con la tierra húmeda y fresca, el romero


El dulce perfume
exclamó:

“Oh, María, eres la Madre Divina, predestinada desde que yo era pe-
queño. Bendito el fruto que está en tu vientre, serás amada por los siglos El pueblito de Belén, de donde Mientras José descansaba un rato
de los siglos.” José y María partieron hace unos días, para proceder, María, con los ojos ce-
ya no estaba a la vista. El cielo, en to- rrados, meditaba. Estaba agradecida
¡María sonrió, bendijo al pequeño romero y pidió permiso para llevar algunas nos rojos, anunciaba que era hora de por la salud, por tenerse unos a otros y
de sus ramas a casa, ya que había aprendido desde pequeña que su té vigoriza y que se fuera el sol. Lentamente, el sol por llevar en su vientre al niño divino.
da alegría! se despidió de ese día y, entre las mon-
tañas, desapareció. Todavía había algo de luz durante el
día, lo que permitió caminar una hora
Marli Emmerick Ferreira
María estaba encantada con cada más antes de buscar refugio para pasar
atardecer. Lo admiraba como si fue- la noche. Por mucho que María no se
ra siempre la primera vez. Entre las quejara, José, al conocerla tan bien, se
muchas cualidades que poseía, estaba dio cuenta del esfuerzo que ella hacía
agradecida. Tenía un sentimiento de para acompañarlo. Era una mujer fuer-
profunda gratitud por la vida y por te, pero le pesaba un poco la barriga en
todo lo que recibía. La naturaleza era ese momento de la gestación.
algo que ella reconocía como divino, la
fuente de Dios. Y, a esta hora del día, a Mientras caminaban, Joseph siem-
María le gustaba detenerse a contem- pre estaba pensando en qué hacer
plar y dar gracias. para calmar el esfuerzo de María. Pasó
junto a un lecho de fragantes flores y

46 47
una delicada flor lila llamó su aten- las arrugó y comenzó a masajear sus
ción. Miró a su alrededor y vio esas pies.
pequeñas flores por todas partes: ¡eran
lavanda! El dulce y delicado aroma de El dulce aroma flotaba en el aire.
la lavanda tiene el poder de calmar y
vigorizar. — ¡Oh, mi buen José! ¡Qué ma-
ravilloso aroma! ¡Me siento tan bien
— Querida María”, dijo José. - cuidada por ti! Mis pies te lo agrade-
Esto es suficiente por hoy. Detengámo- cen – dijo María con dulzura. Recibió “Ovejitas saltando
nos aquí, porque ya hemos caminado este gesto de amor con cariño y grati- Abejitas zumbando
bastante. tud. Me siento refrescada. Benditas las
plantas que tienen tantos beneficios, en En los verdes pastos floridos
Y, en un gesto de cariño, le pidió especial esta, la lavanda, que además Sirviendo
a María que se sentara debajo de un de ser tan fragante, trae calma, aporta Equilibrando
árbol y le quitó las sandalias para que bienestar y tranquilidad.
se sintiera más cómoda. Arrancó unas Alegrando la tierra
cuantas hojas de la delicada lavanda, Luciana Machado Silveira
Dando vida a este suelo”

Fabíola Pozza Korndorfer

Imagem: Fabíola Pozza Korndorfer 49


La mariposa y quiero saber si notaste algo diferente –
dijo el amor-perfecto.
sa a José. María se tocó levemente el
vientre, como diciendo:

el amor perfecto La mariposa, en ese momento,


recordó que, al volar cerca de un lu-
— ¡Siente hijo mío, este es el per-
fume del amor!
gar donde había un establo, vio a dos
personas que tenían un brillo especial.
Eran un hombre y una mujer joven
Un día, en las afueras de Belén, bajo hasta posarse sobre los pétalos de que esperaban un bebé. Marli Emmerick Ferreira
hubo una gran conmoción. Mucha aquella hermosa flor.
gente vino de varios lugares para ha- — ¡Si yo vi! - Dijo la mariposa. -
cer el censo, a instancias del empera- — ¿Cómo te llamas, florcita? ¡Dos personas que realmente tenían
dor romano en ese momento. un brillo diferente!
— Mi nombre es amor-perfecto,
Ajena a todo el tumulto, una her- dijo la flor. Quiero decirte algo muy El amor-perfecto estaba radiante.
mosa mariposa volaba suavemente especial y también hacerte una pre- — ¡Son ellos! Por favor, querida
por el cielo azul cuando, de repente, gunta. mariposa, lleva mi perfume a esa jo-
escuchó una llamada, muy suave, que ven, aterriza sobre su vientre y hazla
venía de muy lejos. — ¡Tú puedes hacerlo, querida sonreír.
flor!
— ¡Oye, mariposilla, ven aquí, por La mariposa tomó vuelo frente a
favor! — Un pajarito me dijo que está esa luz dorada que se hacía presente
por nacer un ser, aquí en la ciudad, en el paisaje sencillo. No cabía duda,
La mariposa miró hacia abajo y que traerá consigo el verdadero signifi- ¡eran ellos! La mariposa se acercó a
vio que la llamada provenía de una cado del amor perfecto. María, se posó suavemente sobre su
pequeña flor de hermosos colores que vientre y dejó exhalar el perfume del
estaba en un pequeño macizo de flo- — Y ella agregó: como tú vuelas amor-perfecto. María sonrió, olió ese
res de una casa. La mariposa voló más alto y ves muchas más cosas que yo, dulce perfume y le mostró la maripo-

50 Imagem: Sara Brandão


En la cueva
del lobo
José y María se dirigían a Belén. En
el camino comenzó una lluvia ligera y
un viento helado soplaba con insistencia.
José vio que María tenía frío y que la llu-
via había comenzado a mojar su ropa.

Un poco más adelante divisaron un


abrigo rocoso, una especie de cueva, y
decidieron refugiarse allí para esperar a
que pasara la lluvia.

Entraron a la cueva y de repente es-


cucharon un sonido extraño, que parecía
un gruñido. Asustada, María se detuvo
mientras José iba a echar un vistazo. Más
abajo encontró, en un nido de paja, tres
cachorros de lobo.

Imagem:Sara Brandão 53
Joseph estaba aprensivo porque la
madre loba podía volver en cualquier
al Niño Jesús moverse en su vientre. Elba la ovejita
momento. Regresó a la entrada de la El lobo dio unos pasos más dentro
cueva para advertir a María, ya que de la cueva y encontró a María, José y
necesitaban salir de allí de inmediato. el burro sentados. Miró a los tres por
Durante mucho tiempo se habló lentarlo de alguna manera, pensó. En
En ese momento, se escuchó un aullido un largo tiempo, luego caminó lenta-
de la llegada de un Gran Hombre, que ese momento, el joven pastor tuvo una
de lobo. José y María estaban un poco mente hacia sus cachorros, acostándo-
nacería en forma de niño y traería paz idea y exclamó en voz alta:
asustados. ¡Se acercaba la mamá loba! se junto a ellos.
y amor a su corazón. Y esta noticia
también circuló en el pequeño pueblo — ¡Voy a empezar a juntar esta
José tranquilizó a María y les pidió Afuera, la lluvia y el viento habían
de Caleb, un joven pastor que pasto- lana blanquita para calentar al bebé
a ambos que permanecieran sentados pasado y el sol brillaba de nuevo. Ma-
reaba su pequeño rebaño con mucho que está por nacer!
y en silencio, más alejados de los ca- ría, José y su burrito fiel salieron cui-
amor y dedicación.
chorros. El burro, que lo acompañaba dadosamente de la cueva para con-
Miró a su pequeño rebaño y de-
en el viaje, se acomodó tranquilamen- tinuar su viaje y buscar otro lugar, o
Cada hermosa ovejita tenía su lu- cidió que por la mañana cortaría sus
te junto a María y José. alguna posada, donde pudieran estar
gar especial, y cada día Caleb dedicó ovejitas, cuya lana era blanca como la
más cómodos y seguros para pasar la
su tiempo a cuidarlas, llevándoles agua nieve.
Los cachorros escucharon el aulli- noche. María, al salir, aún miró hacia
y alimentos frescos.
do de su madre y comenzaron a ma- atrás y vio que, dentro de la cueva, la
Al día siguiente, como de costum-
nifestarse. Entonces, en ese momento, loba dormía plácidamente mientras
Diariamente, cuando el sol estaba bre, Caleb reunió a su rebaño, trajo
el lobo llegó a la entrada de la cueva sus lobitos se acurrucaban muy cerca
alto, el buen pastor y sus ovejas se acos- agua y alimentos frescos, contó sus
y olfateó el aire. Dejó escapar un gru- de ella. María, en silencio, agradeció
taban para descansar bajo la sombra ovejas una por una y se dio cuenta de
ñido, porque sintió, mientras olfatea- una vez más.
de los árboles frondosos. En este día que faltaba una.
ba, la presencia de personas cercanas
en particular, Caleb había estado pen-
a ella. María levantó los ojos al cielo y
Marli Emmerick Ferreira sando en las noticias del Santo Niño — Pero, ¿dónde está Elba, la ove-
en silencio dijo una oración, sintiendo
y cómo sería cuando naciera. Segura- jita gruñona? - Exclamó sorprendido.
mente, siendo invierno, habría que ca- Buscó para un lado, para el otro, de-

54
trás del cobertizo, debajo de los tron- blanca no hacía más que crecer. ¡Qué Caleb saltó y miró hacia atrás. Se in-
cos de los árboles y nada... alegría! clinó un poco más y vio a Elba, escondi-
da detrás del gran comedero.
Estaba preocupado, porque valo- Cuando solo quedaban dos, Caleb
raba a cada una de ellas, sin importar se detuvo y dijo al rebaño que estaba — ¡Oh, estuviste allí todo el tiempo!
cuánto trabajo pudieran dar. allí: ¡Ven, querida Elba, ven! ¡Únetenos! Tu
lana blanca hará feliz al Niño Dios. ¡Y
Reunió a todas las demás en el — Que alegría poder aportar con Elba se regocijó!
mismo lugar para poder comenzar la esta lana calentita para cuando naz-
esquila. Todas las ovejitas estaban sal- ca el Niño Dios. Estará muy caliente. Y así, todas las ovejas participaron
tando alegres, porque su cálida lana Cada una de ustedes será parte de esta de esta hermosa historia de amor, guar-
calentaría al niño bendito de Dios. hermosa historia. Y por este acto de dando su lana para calentar al niño Dios.
Pero Caleb aún extrañaba a Elba. bondad de cada una de entregar su Unos días después, en una noche muy
lana, proporcionaré todas las noches, oscura, el joven pastor vio brillar en el
Elba, escondida detrás de un gran aquí en el granero, un fuego cálido du- cielo una gran estrella y comprendió que
comedero, estaba espiando todo el rante todo el invierno. algo muy especial estaba pasando.
tiempo y observando todo lo que su-
cedía. Vio que todos estaban muy fe- Al escuchar esto desde lejos, Elba, Fabíola Pozza Korndorfer
lices, pero ella todavía no sentía tanta que se escondía, pensó para sí misma:
felicidad. Solo pensaba que sin lana
haría mucho frío durante el invierno. — ¡Vaya! Yo también quiero ser
¿Cómo sería? parte de esta historia y donar algo de
lana al Niño Dios; con el fuego encen-
Cada ovejita que se esquilaba, te- dido todos los días, no tendré frío. Y
nía un momento de alegría. Caleb se dejó escapar un leve balido:
quedó mirando el montículo de lana
blanca. Eran una, dos, tres, cuatro, — ¡¡¡Meeeee ́!!! ¡¡¡Meeeee ́!!!
cinco ovejitas... Y el montón de lana

56 Imagem: Sara Brandão


Las luciernagas

Estaba muy cerca de aquella noche que sería la más


especial de todas las noches. El establo estaba impecable-
mente limpio. Podías ver tu propio reflejo, tan brillante era
el suelo. No había una pajita fuera de lugar.

¡Esta vez, se puede decir que no quedó ni una pulga


para contar la historia! El ángel Gabriel se encargó de que
el establo estuviera perfecto para recibir al Niño Jesús. El si-
lencio y la sencillez era lo que anhelaba. Caminó alrededor
del pesebre para asegurarse de que José y María se sintieran
seguros y cómodos, y que ese sería el lugar donde el niño
vendría al mundo, su primer hogar.

Pero, ¿cómo sabrían María y José que tendrían que bus-


car ese establo? ¿Alguien les habría advertido? ¿Más allá de
la dirección? ¿Y por qué el ángel Gabriel tendría un establo?
Si esta noche santa fuera la más esperada de todos los tiem-
pos, ¿no sería un castillo, un palacio, algo más noble para
que todos entendieran el significado de tanta grandeza?

Imagem: Sara Brandão 59


Dios Padre ya lo había planeado — Mi corazón dice que quieren
todo. Si su hijo viniera a representarlo, acompañarnos, mostrarnos el camino,
ser su voz, traer su palabra, hablar del respondió María.
amor y del perdón, tendría que llegar
al corazón de todos los hombres y mu- José, confiando en la intuición de
jeres. Tendría que hablar el lenguaje María, siguió aquella luz que emanaba
de los hombres, desde los más humil- de las luciérnagas y que los condujo al
des hasta los más cultos, y tenía que establo.
ser sencillo, para que todos pudieran
entenderlo. Ya todo estaba escrito en El ángel Gabriel, que había vigila-
las estrellas, como si fuera un hermoso do todo y los había acompañado des-
bordado dorado visto en el cielo. En de que salieron de Nazaret, susurró al
cuanto cayó la noche y brillaron las oído de María:
estrellas, un montón de luciérnagas
empezaron a revolotear alrededor de — María, estas luces, además de
los tres viajeros: María, José y el burro. guiarte, son para acostumbrar tus ojos,
María encantada, habló a José: porque el Divino niño que llevas en tu
seno es la luz más pura e intensa que
— José, mis ojos no habían visto jamás haya brillado sobre la tierra.
tantas luces brillando al mismo tiem- Las luciérnagas, bondadosas, vinieron
po. ¡Mira esas luciérnagas! a prepararlos para recibir a este niño,
que también brillará en el corazón de
— Siento que quieren llamar nues- toda la humanidad.
tra atención, avisarnos algo. ¿Será una
señal? preguntó José a la dulce María.
Luciana Machado Silveira

60 61
Las abejas y - Preparemos un regalo especial,
continuó. Prepararemos la miel más es-
mino recorrido... Entre una palabra y
otra, entre un gesto y otro, José mira

miel pura pecial que jamás hayamos hecho, para


alimentar a la joven pareja y para lle-
var al niño que está por nacer. ¡Necesi-
hacia arriba y ve la colmena que estaba
ahí chorreando miel y le dice a María:

tamos unir nuestras fuerzas y trabajar — Querida María, ¡mira esta col-
entre jardines y palmeras datileras, duro! mena que gotea miel! Podemos reser-
escuchó una conversación entre el var algunos para el resto del camino.
amor-perfecto y la mariposa. Escuchó En un abrir y cerrar de ojos las abe-
que la joven María se dirigía a Belén jas comenzaron a organizarse. Algunas — Sí, José, vamos a tomar la miel
y que pronto nacería el Divino Niño. empezaron a volar entre las flores de las sobrante para que otras personas tam-
Regresó rápidamente a la colmena y le palmeras datileras. Otros buscaban el bién puedan beneficiarse, dijo María.
¡Vaya! La dulce miel... Alimen- contó la noticia a la Madre Reina. La néctar de las flores silvestres al costado
to tan puro y tan fino, producido por reina estaba muy contenta con la noti- del camino. Otros besaron las flores de José tomó una vasija y la llenó de
nuestras queridas abejas que incansa- cia y decidió reunir a todas las abejas amor-perfecto. miel. En ese momento, el zumbido de
blemente trabajan día y noche, entre para compartir la buena noticia. las abejas se intensificó; todos volaron
un zumbido y otro, haciendo este ali- — Zum, zum, zum... Las abejitas felices alrededor de la colmena, satisfe-
mento tan duradero, capaz de durar — Queridas abejas, ¡hoy recibí batían sus alas rápidamente. chos de dar lo más preciado que pro-
años y años. En una región cercana a una noticia muy especial! La joven dujeron para esta pareja tan especial y
Belén, una hermosa palmera datilera María lleva en su vientre un niño di- Y en la colmena, el trabajo no para- para el bebé que nacería.
albergaba una colmena, formada por vino, que traerá amor y paz al mundo. ba. La producción de miel continuó sin
muchas abejitas y su reina madre. Era María y José van en camino a Belén, y descanso. Fueron días y días así. Día y
una colmena que siempre producía dentro de unos días pasarán por aquí, noche, noche y día. Las abejitas traba- Fabíola Pozza Korndorfer
mucha miel para alimentar a la gente dijo la reina. jando para producir la miel más pura.
que vivía allí, y todas las abejas traba-
jaban juntas y muy duro. ¡Todas las abejas batieron apresu- He aquí, un buen día, la joven pa-
radamente sus alas en señal de alegría reja se sienta a la sombra de la palmera
Un día, una abejita que hacía su y el zumbido fue general! datilera para descansar del largo ca-
trabajo en busca de néctar, volando

Imagem: Inês Pozza 63


Un burrito único

El sol estaba alto marcando el me- prácticamente un miembro más de la


diodía y, como siempre, José, María y el familia.
burrito eligieron la sombra de un árbol
para alimentarse y descansar después Ese animal tenía una mirada tierna,
de una larga caminata. sus largas orejas le permitían oír bien. Y
sí, ¡él era un buen oyente!. María le ha-
Quedaba muy poco para llegar a su blaba, le daba palmaditas en la cabeza
destino, una ciudad donde necesitaban y siempre se dirigía a él con mucho ca-
presentarse. Después de algunas leguas riño. Realmente no era un burro cual-
de viaje, ya no era tan común ver gente quiera. Parecía que todo lo que necesi-
en aquella inhóspita región y la convi- taba hacer era hablar y, a veces, María
vencia en aquellos días hacía del burrito tenía la impresión de que realmente

64 Imagem: Sara Brandão


El joven
quería decir algo. — ¿Qué sucedió? preguntó José,
tratando de entender lo que había pa- En las afueras de Belén, en milia de Jacob, un niño de fe
Mientras el burrito disfrutaba del sado. medio del paisaje desértico y y muchas habilidades, a quien
heno fresco que rodeaba aquel frondo- montañoso, las familias busca- le gustaba plantar y tocar su
so árbol, María recogía flores silvestres — ¡Mi buen José, este valiente bu- ban alojamiento en casas sen- armónica. Sin embargo, Jacob
que destacaban en medio del paisaje. rrito me salvó la vida! Siempre supe que cillas, y muchas de ellas lucha- no pudo desarrollar completa-
Manzanillas, dientes de león, lavanda, este burrito era especial. No sabe hablar ban por ganarse la vida y criar mente sus habilidades, ya que
ramas verdes y frondosas formaban como nosotros, aunque parece tener a sus hijos. necesitaba ayudar a su padre
parte de su ramo. Con el pensamiento muchas cosas que decirnos, pero lo que en la casa. Salía temprano to-
de las hermosas flores que estaba reco- hoy hizo por mí este animal valiente En una de estas casitas, al dos los días a vender los pa-
giendo, no se dio cuenta de un pequeño vale más que muchas palabras. Me hizo costado del camino, vivía la fa- quetes de higos en la ciudad.
animal que la puso en peligro. El burri- sentir importante para él, así como él
to, siempre atento, notó la presencia del es importante para mí. He oído decir
venenoso animal y, con gran valentía, que “solo se ve bien con el corazón” y
saltó frente a María, evitando que le pa- ahora me doy cuenta de que también
sara algo malo. El acto de valentía del se puede hablar y escuchar con el cora-
burrito hizo que el peligroso animal hu- zón, porque el amor se puede expresar
yera más que rápido por el pasto. José, de muchas maneras. - dijo María dul-
que descansaba a la sombra del árbol, cemente.
despertó ante el movimiento de María
y corrió a su encuentro. La encontró
abrazando a su burrito
Luciana Machado Silveira

66 Imagem: Sara Brandão


Junto a los higos, siempre llevaba en el arrodilla junto a él: José abrió la cesta de cosas, sacó — Son mi familia, señor. Yo ayu-
bolsillo su armónica que, en sus ratos unas manzanas, unos dátiles, un poco do a mi padre con la venta, respondió
libres, tocaba maravillosamente. Al fi- — ¡Buenas tardes, mi joven! ¿Por de miel y lo compartió con el niño, Jacob.
nal del día regresaba a casa, a menudo qué lloras? quien sonrió ampliamente, secándose
con todos los paquetes de higos que las lágrimas de la cara. — Bueno, me los quedaré todos, y
había llevado consigo, ya que las ven- — Hace días que no tengo suer- de ahora en adelante, voy a querer por
tas no habían sido buenas. En los días te vendiendo higos. Han pasado días — Veo que te gusta la música, le lo menos diez paquetes al día para po-
de suerte, regresaba con una moneda desde que recibí una sola moneda para dijo José al niño. ner en mi tienda de comestibles.
que felizmente le entregaba a su padre. ayudar a mantener a mi familia, res-
Y así, día tras día, Jacob vivía con su pondió el joven con la cabeza baja. Mi — Sí, mi buen hombre. A cambio, le dio a Jacob una bolsa
familia. nombre es Jacob y vivo en este pueblo de monedas.
cercano, agregó. Y comenzó a tocar una hermosa
Durante su travesía a Belén, José, melodía para José y María, quienes Jacob no podía creer lo que estaba
María y el burro pasaron por este pe- — Dios, lo siento, dijo María, quedaron muy contentos con el gesto. pasando. ¡Hasta ese momento, nunca
queño pueblo y a lo lejos vieron a un quien rápidamente se inclinó hacia el había logrado vender más de dos pa-
niño sentado al costado del camino. niño, dándole una palmadita en su re- A los pocos minutos de aquel en- quetes por día! Sonrió ampliamente
gazo. No estés así de triste. Estoy se- cuentro, pasó un comerciante de la a María y agradeció enormemente
— Joseph, mira allá arriba, un chi- guro que Dios proveerá muchas cosas ciudad, vio las bolsas con los hermosos al comerciante. Estaba seguro de que
co al borde del camino. Vamos para buenas para ti y tu familia, porque veo higos y preguntó: había ocurrido algún tipo de milagro
allá. — dijo María. que tienes fe y un buen corazón. Tam- después de conocer a esa noble pareja.
poco tenemos mucho, pero lo poco — ¿Para quién son estos higos? ¡He
Caminaron unos metros más y que tenemos lo queremos compartir estado buscando higos jugosos para mi
se acercaron al niño, que lloraba, ro- contigo. oficio durante mucho tiempo! Fabíola Pozza Korndorfer
deado de paquetes de higos. María se

68 69
El encuentro
de la’ familia
En aquel tiempo, en Nazaret, era mantel bordado con un hermoso ja-
noviembre, y no faltaba mucho para rrón de flores aromáticas.
La luz brilló el nacimiento del Niño Jesús. María le
Y a través de una estrella pidió a José que fuera a la casa de sus En ese momento, reunir a la fami-
padres, Joaquín y Ana, así como de su lia en la mesa era sagrado. Tenía un
se vio un camino prima Isabel y su esposo Zacarías, y los significado mayor que solo alimentar;
Nació en ese momento invitara a reunirse, un domingo, en su era un momento especial para vivir y
el amor más puro casa. aprender unos de otros.
Nació “Niño Dios” En el día acordado llegaron Joa- Después de intercambiar saludos,
quín y Ana y poco después su prima Ana fue a ayudar a María a poner la
Luciana Machado Silveira
y Zacarías. Isabel llevaba en brazos al mesa. Se sirvieron panes, preparados
pequeño Juan, que en ese momento como en los viejos tiempos, con len-
tenía apenas unos meses, y también tejas y garbanzos, que además de ser
unas bonitas golosinas para María y su muy nutritivos, esparcían un delicioso
bebé. aroma por la humilde casa; además
de pan, leche de cabra, queso, miel,
Cuando llegaron, María ya había almendras e higos componían la rica
colocado sobre la mesa un hermoso mesa.

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Todos comieron y charlaron ale-
gremente. En un momento, Juan, que
estaba en el regazo de su madre, co-
No era la primera vez que Juan
tenía ese comportamiento cuando se
acercaba a María. En otra ocasión,
La hilandera
menzó a balbucear algunos sonidos y cuando aún estaba en el vientre de su
estiró los brazos hacia María. Pronto madre, se movió intensamente cuando
se dieron cuenta de que él quería ir a Isabel se acercó a su prima.
su regazo y Isabel rápidamente colocó
al niño en sus brazos. El niño comenzó No hubo dudas. Juan saludó al José, María y el burrito iban cami- se en el establo con las ovejas. Acabo
a sonreír mientras tocaba suavemente Niño Jesús que venía en camino. no a Belén, caminando durante días, de encender un fuego muy cálido para
con sus pequeñas manos el vientre de todo el día, en un clima frío de invier- que pases la noche.
la joven embarazada. no. A la noche, cuando estaban cerca
de un pequeño pueblo, vieron una pe- José y María entraron a la sencilla
Marli Emmerick Ferreira queña casa donde brillaba una peque- casa y vieron a Berta, que con mucho
ña luz. cariño preparaba la sopa.

Se acercaron a la casita, llamaron — ¡Mmm! ¡Qué olor tan delicioso!


a la puerta y les abrió un joven pastor. - dijo María

— ¡Buenas noches! - Dijo José con — Sí, son hierbas que cultivo en
voz cansada de tanto caminar. Quere- mi jardín, exclamó Berta. Debes estar
mos saber si tienes un lugar en tu gra- cansada de caminar tanto. Siéntate en
nero para que podamos descansar por ese sillón mientras termino la sopa.
la noche.
María se sentó en el sillón tapizado
— Entre, mi buen señor, ha llegado con cojines, e inmediatamente frente
a tiempo, es la hora de la cena. Berta, a ella, sobre la mesa, vio un hermoso
mi esposa, nos hizo una sopa caliente manto de lana.
para comer. Tu burrito podrá quedar-

Imagem: Sara Brandão 73


— ¡Qué hermoso manto! - dijo — Le daré este manto a la dulce
María admirada. María. Luego haré otro para el Santo
Niño por nacer - murmuró Berta para
— Ah, mi marido Caleb esquilaba sí misma.
nuestras ovejas y me pidió que le hicie-
ra este manto de lana blanca para un Berta tejía, tejía, tejía y con cada
niño muy especial que está por nacer. puntada sentía más alegría.
Cuando levantó la vista, notó que Ma-
ría también estaba embarazada. Ah, Al día siguiente, al partir, el buen
mi buena señora, veo que tienes un José y la joven María les dieron las
bebé en el vientre. gracias por su hospitalidad y dieron
gracias por los alimentos que habían
María sonrió.... recibido. Berta extendió los brazos y le
ofreció a María el sencillo regalo:
Berta observó a María durante lar-
gos minutos. Su serenidad era tal que — Que este cálido manto, hecho
la casa se llenaba de paz. de la lana más pura, abrigue este niño
pequeño que está por nacer.
Los cuatro comieron la sopa ca-
liente que, además de alimentarlos, María, feliz por el amable gesto,
también los calentaba. Cuando todos bendijo a la joven pareja que fue agra-
se fueron a dormir, Berta tomó la man- ciada con la presencia del Señor en su
tita en sus hábiles manos y con un sen- hogar.
timiento de amor decidió terminarla
para María como regalo, tan pronto
como se fueran a la mañana siguiente. Fabíola Pozza Korndorfer

74 Imagem:Taís Melgaço Lemos


El comerciante Había un comerciante en Belén
que era próspero y generoso. Su nom-
Miriam continuó contando su sue-
ño en el cual le preguntaba al ángel:
de Belén bre era Abner y tenía dos hijas: una de
ocho y otra de diez. La menor se lla-
maba Miriam y la mayor Berenice. De
— Pero, ¿cómo sabré quiénes son?
Muchas personas pasan diariamen-
vez en cuando las niñas estaban en la te por el frente de la tienda y muchas
tienda ayudando a su padre. también piden agua.

Un día, Miriam le contó a su padre Y el ángel habló:


que anoche tuvo un sueño muy extra-
ño. En el sueño, se le apareció un ángel — ¡Lo sabrás! Primero por nom-
y le habló, diciendo: bre: se llaman María y José. Una se-
gunda señal es que tú, y solo tú, verás
— Miriam, en los próximos días una luminosidad a su alrededor.
verás llegar una familia a Belén. Se
trata de una joven embarazada con su Miriam terminó de contarle su
marido y un burrito. ¡Presta atención! sueño a su padre, quien dijo:
Pasarán por delante de la tienda de tu
padre y pedirán un poco de agua. El — ¡Hija, qué sueño tan extraño!
bebé que espera esta señora es un ser Pero si eso realmente sucede, no du-
divino que nacerá en Belén, y necesita- daré en ofrecer un manto como re-
rá un manto abrigado para protegerse galo, complementándolo con algunos
del frío. Dile a tu padre que tome tu atuendos o ropas más. Tal vez sea una
mejor túnica y se la dé a esta familia. señal divina que vino a través de ti. Va-
Tu padre será grandemente bendecido mos a esperar.
si lo haces.

Imagem: Sara Brandão 77


Pasaron dos días y al tercer día, nas que el ángel anunció! Están frente y algo de ropa, diciendo: Una vez más, María se encontró
después del sueño de Miriam, ella esta- a la tienda y piden agua. - dijo Miriam con que el Ángel de Dios que estaba
ba en la puerta de la tienda cuando, de emocionada. — Señora, acepte este regalo que cuidando de todos los preparativos
repente, vio una luz diferente a lo lejos. deseo ofrecerte, de corazón, porque mi para la llegada de su bebé.
Observó y cuando estaban más cerca El comerciante salió del interior hija ha soñado con este momento. De-
vio a una señora embarazada monta- de la tienda y habló amablemente con seo que sea útil y reconfortante para María, alegre y llena de gratitud,
da en un burro, mientras el hombre María y José. Preguntó sus nombres y este bebé que va nacer y que ha sido aceptó el regalo sabiendo que sería
que la acompañaba iba a su lado. Mi- descubrió que eran los mismos nom- proclamado como un Ser Divino. muy útil para su Sagrado Niño. Ben-
riam quedó encantada con la Luz que bres en el sueño de Miriam. No hubo dijo a aquella familia y, después de
vio alrededor de esas dos personas. dudas. Eran las personas anunciadas María miró sorprendida y dijo: haber descansado, siguieron su cami-
en el sueño de Miriam. no en busca de alguna posada donde
Se acercaron y, al llegar al frente — Señor, ¿Quién anunció cosas pudieran hospedarse. Abner y sus hijas
de la tienda, le hablaron a la niña pi- Entonces Abner fue a buscar agua tan hermosas? sintieron gran paz y gozo en sus cora-
diéndole un poco de agua. y los invitó a sentarse un rato a descan- zones.
sar. También les trajo algo de fruta. — ¡Era un ángel que le habló a mi
Miriam, eufórica de alegría, corrió hija en un sueño, señora! Y yo si lo creo. Marli Emmerick Ferreira
dentro de la tienda y llamó a su padre. Antes de irse, el mercader le ofre-
— ¡Padre, son ellos, son las perso- ció a María una de sus mejores túnicas

78 79
La dulce melodía Ya muy cerca de Belén, José, Ma-
ría y el burrito fiel caminaron y logra-
ron ver a lo lejos las luces de la ciudad.

— Mira, Mary, estamos cerca de


Belén. Ahora queda poco. – dijo José
emocionado

— ¡Sí, mí querido José! No es mu-


cho, pero necesitamos descansar para
que mañana, tan pronto como ama-
nezca, tengamos aún más fuerza para
seguir nuestro camino. — dijo María
con su dulce y melodiosa voz.

Sí, María tenía una voz suave, casi


melodiosa. Y para muchos sonaba
como música para los oídos.

José, siguiendo el pedido de Ma-


ría, buscó un lugar para pasar la no-
che. Se instalaron en un potrero, en-
tre unos arbustos que los protegían
del viento. María y José miraron ha-
cia arriba, en medio del silencio de la
noche, contemplando las estrellas y

Imagem: Sara Brandão 81


dando gracias por todo lo que estaban me hace tan bien... ¡Es tan profunda fresco. María y José comieron algunos Vamos a Belén, pero todavía no sabemos
viviendo. que mi corazón se siente aún más feliz! dátiles y manzanas, y comenzaron a or- cuál de los dos caminos debemos tomar.
ganizar las cosas para seguir adelante.
— ¡Oh, mi buen José! ¡Qué alegría Y no pasó mucho tiempo, María se Mientras se preparaban, la dulce me- — ¡Vaya! No se preocupen. Será
siento en mi corazón al poder llevar en durmió en los brazos de José. lodía que habían escuchado la noche una alegría para mí poder guiarlos hasta
mi vientre a este Divino Niño que trae- anterior volvió a sonar a lo lejos. Pero a allá.
rá más amor y comprensión al mundo! Con los primeros rayos del sol, José medida que pasaba el tiempo, la melodía
y María se despertaron y dieron gracias se hizo más fuerte como si realmente es- María y José abrieron una amplia
José, al recibir a María en sus bra- por el nuevo día. taba cada vez más cerca. sonrisa y así siguieron juntos al son de la
zos, sonrió. Cuando estaban casi dor- dulce flauta del jovencito todo el camino.
midos, escucharon un sonido muy Ahora, con más claridad, pudieron Cuando María y José se dieron cuen-
agradable a lo lejos. Una canción tan observar la región en la que se encon- ta, se les acercó un joven que tocaba una
melodiosa como la voz de María. Una traban y el camino que debían seguir. dulce melodía en su flauta.
Fabíola Pozza Korndorfer
grabadora que emitía notas que llega- Se dieron cuenta de que había dos ca-
ban al corazón. minos, lo que los hizo reflexionar, ya — ¡Buen día! ¿A dónde vas? pregun-
que tendrían que tomar una decisión. tó el chico.
— ¿Estás escuchando José? pregun-
tó María. Esta canción en la distancia, El burrito consiguió agua y heno — ¡Buenos días, mi querido joven!

82 83
La niña que
coleccionaba piedras
Toda la naturaleza se preparaba tada, exclamó: guardaba en su bolsa de víveres, pues un bebé recién nacido en un pesebre
para la venida de Jesús, incluidas las ya conocía las historias de su pueblo. con sus padres a su lado. El chico era
piedras. Había una energía diferente — ¡Dios mío, las profecías se están pura luz. Los tres se arrodillaron.
en todas partes. Y en el corazón de la cumpliendo! Mi pueblo ha esperado Unos días después, en una agrada-
tierra no fue diferente. Las piedras se mucho tiempo la venida del Mesías. ble noche, aquel joven pastor conducía Entonces la niña sacó las piedritas
convirtieron en cristales, piedras pre- su rebaño cuando, de repente, el cie- de la bolsa y las decoró alrededor del
ciosas brotaron en diferentes lugares La niña ya conocía las historias de lo se iluminó con una luz nunca antes pesebre donde estaba el niño. Las pie-
y quien observaba podía descubrir tal su pueblo. Dijeron que en ese lugar na- vista y una gran estrella apareció en el dritas brillaban con la luz de las estre-
maravilla. cería el que sería el Salvador. Una de cielo. El pastor corrió a su casa y avisó llas. Y solo aquellos que tenían un co-
las historias decía que cuando se acer- a su hermana y a su madre. razón puro podían ver que había algo
Una niña, que vivía en esa región caba el nacimiento del Niño Dios, mu- diferente, divino. Esa cueva parecía
rocosa, amaba las piedras y se dedica- chas piedras aparecían transformadas La niña y su madre se levantaron más un palacio de tanto esplendor, y el
ba a coleccionar todo tipo y tamaño. en cristales. Quien los encontrara reci- de inmediato. La joven tomó la bolsita mensaje que se escuchó con el corazón
Cuando las encontraba, las llevaba al biría una señal el día de su nacimiento. de piedras preciosas y se las llevó con- fue de paz y amor.
jardín de su casa y pasaba horas ju- sigo. Los tres partieron siguiendo la es-
gando. Un día, mientras buscaba gui- — ¡Hija, fuiste una de las elegidas trella y caminaron hasta el lugar don-
jarros, comenzó a encontrar algunas para recibir la señal! de irradiaban hermosos rayos de luz. Marli Emmerick Ferreira
muy preciosas. Eran hermosas, colori- Asombrados, entraron y vieron a
das y muy brillantes. La niña, encan- La madre de la niña también tuvo
tada, llenó una bolsa de piedritas y se otro hijo, un joven que pastoreaba las
las llevó a su madre para que las viera. ovejas, quien también encontró unas
Cuando llegó a casa, su madre, encan- piedras preciosas, y encantado, las

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La gran estrella Esa estrella había estado brillan-
do durante algún tiempo, pero ahora
parecía que estaba aún más radiante.
Entonces me di cuenta de que la
luz provenía no sólo de esa gran estre-
lla, sino también de ese viejo establo
Desde la ventana de mi dormitorio la que estaba justo debajo de ella. Era
seguí; Podría pasar horas mirándola y como si las luces se encontraran y dis-
me hizo preguntarme muchas cosas, persaran rayos en todas las direcciones.
desde el porqué de repente había apa-
recido así, hasta cómo sería si se acer- ¡No, eso no podía ser normal y no
cara más a la tierra. estaba soñando! Cuanto más fijaba mi
mirada en ese rayo de luz, más quería
¿Por qué tiene un brillo diferente? ir a su encuentro. Ese destello se inten-
¿Cuál es su tamaño? Preguntas siem- sificó por segundos y mi corazón latía
pre presentes en mis pensamientos, más rápido. Necesitaba ir allí para en-
cada vez que me detenía a contemplar- tender lo que estaba pasando. Pensé en
la, y sólo cesaron cuando me encontré preguntarle a mi madre, pero seguro
casi adormeciendo en el alféizar de la que no me dejaría, por la hora. Saltar
ventana. por la ventana tampoco estaría bien,
además de ser demasiado alto. Fue en-
Fue entonces cuando, en una de tonces cuando, por un breve momen-
esas noches, me di cuenta de que algo to, respiré hondo y pensé:
era diferente. Primero noté que estaba
más cerca, luego me pareció aún más — ¡Ay, padre! ¿Qué está pasando?
grande. Estuve pensativo durante al- Toda esta luz... Siento que mi corazón
gún tiempo, sin entender lo que real- quiere estar allí.
mente estaba sucediendo. Era como si
de una hora a otra se hubiera hecho En ese momento, estaba hablando
de día y el sol brillara con todo su es- con Dios tan profundamente que ni
plendor. siquiera escuché el sonido de la puer-

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Imagem: Sara Brandão 87
La charla
ta abriéndose. Mi madre me encontró
con los ojos cerrados, en un momento
de inmensa concentración. Y para que
Fue un momento de gran encanto,
como si el mundo se hubiera detenido
a contemplar ese simple momento: ¡el
de los pájaritos
no me asustara, habló en voz baja: nacimiento de un fruto bendito! Todo
en perfecta armonía: el viento soplaba
— ¡Ven hijo mío, algo muy espe- en forma de notas musicales, las ho-
cial está sucediendo! Esa estrella que jas de los árboles parecían bailar, los
tanto admiras cada noche nos quiere animales saltaban alegres, las flores
revelar algo. exhalaban su perfume más puro y los
pastores presentes reverenciaban ese
Sonreí ampliamente y caminé momento único, pues hasta entonces
apresuradamente con mi madre hacia no habían presenciado nada igual. Era
el establo. Nos sorprendió ver que no la esperanza, la alegría y la bondad
éramos los únicos que habíamos senti- manifestadas en cada gesto y cada mi-
do ese llamado. La luz era tan intensa rada. Y yo estaba allí. En ese momen-
que las personas y los animales tenían to ya no era necesario preguntar, solo
que estar a cierta distancia. Los ánge- sentir. Era el Divino Niño, una Luz
les del cielo presentes cantaron glorias Bendita presente entre nosotros.
para recibir el amor más puro presente
en la tierra, ¡nuestro Niño Jesús!
Luciana Machado Silveira

88 Imagem: Inês Pozza


El día de Navidad, día en que na- habló con gran admiración: sús, está profetizada desde hace mucho Y ese día de Navidad, quien estu-
ció el Niño Jesús, en la madrugada en tiempo. Y también hay tres Reyes Ma- viera atento al movimiento de la natu-
Belén, dos pájaros conversaban, el rui- — ¿Cómo es que el hijo del Crea- gos, que desde lejanos reinos recibirán raleza percibiría una energía de amor
señor y el canario. Uno de ellos le dijo dor nació entre nosotros? ¡Qué supre- la señal. Este signo es la gran estrella nunca antes sentida.
al otro: mo honor! que brilló esta noche como si fuera de
día.
— Algo diferente sucedió esta no- En eso, el canario cantor, que toda- Marli Emmerick Ferreira
che. Estaba durmiendo en mi rama vía estaba pensativo, habló: — ¡Vaya! - Dijo el ruiseñor. - Así
cuando escuché el canto del gallo. Abrí que fue esa luz brillante lo que vi. Era
un ojo y de repente vi un destello tan — Pero, aclara una cosa. ¿Dijiste la Estrella de Belén.
brillante que pensé que ya era de día. - que el mensaje se transmite a todos los
dijo el ruiseñor. seres alados? ¿Y los otros? — Exactamente. - Dijo el bente-
veo. - La Estrella de Belén, que tam-
El canario se quedó pensativo. El benteveo aclaró rápidamente: bién será conocida como Estrella de
Oriente, porque ha ido guiando el ca-
— Bueno, dijo: ¡Sabes que yo tam- — Sí, porque para los animales mino de los Reyes Magos para llegar a
bién vi esa gran luz! ¿qué sería? que andan sobre la tierra, el mensa- Jesús.
Mientras los dos hablaban, llegó el je lo darán las ovejas, con su manse-
futuro y dijo: dumbre. Y para los seres de las aguas — Entonces vamos. - Dijo el cana-
el mensaje lo llevarán los delfines que rio. ¿Qué estamos esperando? Cante-
— ¿Sabes qué? La paloma blan- son seres pacíficos e inteligentes. mos al Hijo de Dios.
ca recibió un mensaje divino que está
siendo compartido con todos los seres — “¿Y los seres humanos?”, pre- Y todas las aves comenzaron a vo-
alados. Ella invita a todos a cantar y guntó el ruiseñor. lar hacia el lugar donde estaba Jesús
alabar al hijo del Creador que nació con su madre María y su padre José.
esta noche pasada. — Como me informó la paloma Fue un gran vuelo de pájaros en el aire.
blanca, entre los seres humanos, la ve-
El ruiseñor, con su dulce melodía, nida del Salvador, que se llamará Je-

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La visita de los reyes magos

Imagem: Sara Brandão


¡El Niño Jesús nació! Toda la Natu- nía el oro más puro, preparó su camello nacido el rey de los judíos. El rey He- — “¡Saludos, Divino Niño! ¡El oro
raleza estaba de fiesta: el gallo cantó, las y partió siguiendo la estrella. rodes, asombrado, dijo que no sabía, más puro te traigo!” dijo el rey Belquior.
flores brotaron y la estrella de Oriente pero ordenó a los reyes que siguieran
brilló en señal de gran alegría por este En otro país lejano, había un rey su búsqueda y, cuando lo encontraran, — ¡Saludos, Niño Dios! ¡Incienso te
momento tan especial. bondadoso llamado Balthazar, que se lo hicieran saber, porque él también traigo!” - dijo el rey Balthazar.
también esperaba una señal de la natu- quería reverenciar al Rey recién nacido.
Allá en el Oriente, en reinos lejanos, raleza. Al percibir el brillo de la Estrella Pero, de hecho, el rey Herodes estaba — “¡Saludos, Rey de los Reyes!
hubo tres Reyes muy especiales. Gente de Oriente, separó una caja con el in- muy preocupado por ese evento, y no ¡Os traigo mirra curativa!” – dijo el rey
sabia y estudiosa que conocía la natura- cienso más puro y fragante, montó en estaba contento con el nacimiento de Gaspar.
leza, estudiaba los astros y las estrellas. su camello y partió siguiendo la estrella. Jesús, ya que se sintió amenazado de
Ya habían oído hablar de un nacimien- perder su trono. Los tres se inclinaron ante el pe-
to por venir: el nacimiento de un gran Además en otras tierras, vivía otro queño niño y le entregaron los regalos
Rey; y estaban esperando una señal, rey llamado Gaspar, quien también vio Así que los tres reyes magos conti- a la Divina Madre, quien les agradeció
acompañando a los astros y las estrellas el intenso resplandor en el cielo. Separó nuaron su camino y fueron guiados al amablemente. Después de un tiempo,
diariamente, para poder comenzar su lo más preciado que tuvo en su reinado: establo donde estaba el Niño Jesús. Al los reyes abandonaron el establo en si-
viaje. un manojo de mirra. Montó en su ca- llegar allí, encontraron la naturaleza lencio.
mello y partió guiado por la Estrella de celebrando: flores fragantes por todas
Cuando brilló la Estrella de Orien- Oriente. Durante muchos días viajaron partes, animales saltando alrededor del Al retirarse, se maravillaron de lo
te, se dieron cuenta de que había un los tres reyes. En un momento, se en- pesebre, pastores ennoblecidos, un buen que habían visto. ¡Este niño que nació
brillo diferente en el cielo y, sin duda, contraron en el desierto y continuaron hombre con su bastón y una madre jo- en un establo es el rey de todos los hom-
confiaron en que esa era la señal que caminando, día y noche, noche y día, ven con un niño en su regazo, vistiendo bres y trae alegría, amor y perdón al
estaban esperando. Cada uno de los re- acompañados por el intenso resplandor un manto tan azul como el cielo. Y so- mundo entero!
yes, aún en sus reinados, escogió lo más de la estrella. ¡Fueron 12 días y 12 no- bre su cabeza una corona de estrellas.
preciado que tenía para llevar como re- ches santas! Alrededor del niño, una luz brilló. Los
galo al Gran Niño Rey; reyes sabían que era el Rey Divino que Fabíola Pozza Korndorfer
Cuando llegaron a la ciudad, le pre- había nacido. Se quitaron las coronas y
Belchior separó una caja que conte- guntaron al rey Herodes dónde había se arrodillaron.

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Biografia Convencidas do poder profundamente formativo da contação de histórias
através de suas experiências com seus filhos, essas amigas reuniram-se num mes-
mo propósito: trazer o encantamento e o belo às crianças através das histórias, au-
xiliando mais pais a vivenciarem um tempo de qualidade, aumentando a conexão
afetiva com seus filhos.

Ilustradoras

Fabíola, farmacêu- Luciana, pedagoga Marli, economista


tica de formação, artesã de formação e atuante de formação, com talen- Sara, professora de educação in- Taís, jovem baiana que enxerga
por vocação e mãe de na área, convive com a to para a escrita, desde fantil, tem uma forte ligação com a arte a arte como instrumento de transfor-
dois meninos. Sempre se magia das histórias no a infância cria poesias e e com as histórias desde pequena. Hoje mação. Atualmente é ilustradora e es-
encantou com as pala- seu dia a dia. Quando histórias e, ao longo do cursa terapia artística, um sonho que tudante do curso de Licenciatura em
vras e seu poder de pre- criança, sonhava em ser tempo, descobriu o quan- vem se realizando. Desenho e Plástica da Universidade Fe-
encher o imaginário de escritora. to elas poderiam trazer deral da Bahia.
seus filhos com histórias benefícios.
que alimentam a alma e
o coração.

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www.despertareventos.com.br

Imagem: Tais Melgaço Lemos 99


Versão em
espanhol e inglês:

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