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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

-USAC-

ESCUELA DE CIENCIAS PSICOLOGICAS

FORMACIÓN INICIAL DOCENTE EN EDUCACIÓN FÍSICA

KINESIOLOGIA

INESIOLOGIA ARTICULAR

LIC. MAURICIO POP

ESTUDIANTE: GENRY GEOVANY MUCÚ CHOC

FECHA: 04/05/2023
Tabla de contenidos

Introducción .................................................................................................... 3
Objetivos ......................................................................................................... 4
Huesos ............................................................................................................ 5
Articulaciones ................................................................................................ 10
Flexibilidad articula ....................................................................................... 14
Estiramiento musculo tendinoso ................................................................... 16
Conclusión .................................................................................................... 19
Recomendaciones .......................................................................................... 20
Introducción
Las articulaciones sinoviales son conexiones entre componentes
esqueléticos en las que los elementos implicados se encuentran separados
por una estrecha cavidad articular. Además de incluir una cavidad articular,
estas articulaciones tienen varios rasgos característicos.

En primer lugar, una capa de cartílago, habitualmente cartílago hialino, cubre las
superficies articulares de los elementos esqueléticos. En otras palabras, las
superficies óseas no contactan normalmente entre sí de forma directa.

La finalidad del estiramiento es dar elasticidad al sistema músculo-tendinoso.


Cuando la movilidad está limitada, se dificulta el desarrollo de la fuerza, de la
coordinación, así como de la velocidad y resistencia, existiendo además mayor
riesgo de lesión.

La consecuencia de un trabajo muscular, además de la fatiga, es el acortamiento.


Esto significa que el músculo pierde su longitud normal y la capacidad de
elonganción, como lo hace una goma. Por eso, es aconsejable estirar, seamos o no
deportistas, hagamos o no una sesión de ejercicio, puesto que nuestros músculos
trabajan todo el día, independientemente de la actividad que hagamos.
Objetivos

• Saber cómo se clasifican

• Conocer su estructura y de que se caracterizan los huesos

• Conocer a cerca de las articulaciones y en que nos ayudan

• Conocer la función que cumplen los huesos dentro de nuestro cuerpo


Kinesiología articular

Huesos
Los huesos son órganos rígidos que forman el endoesqueleto de muchos animales,
como los seres humanos. Poseen varias funciones: forman una estructura sólida
para el sostenimiento del cuerpo, protegen órganos muy sensibles como el cerebro,
hacen posible el movimiento al servir como lugar de inserción a los músculos y
producen las células que forman parte de la sangre (hematopoyesis).
El conjunto organizado de las piezas óseas (huesos) forma el esqueleto o sistema
esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y de conjunto en relación
con las piezas próximas a las que está articulada.
En el hueso existen diferentes variedades de tejido. El principal es el tejido óseo,
un tipo especializado de tejido conectivo firme, duro y resistente que está
compuesto por células (osteocitos) y componentes extracelulares calcificados que
le proporciona gran dureza. Los huesos poseen una cubierta superficial de tejido
conectivo fibroso llamado periostio y presentan superficies articulares que están
revestidas por tejido cartilaginoso. En el interior de los huesos se encuentra la
médula ósea, formada por tejidos blandos que incluyen el tejido hematopoyético
que produce las células de la sangre y tejido adiposo (grasa). Cuenta además con
vasos sanguíneos y nervios que irrigan e inervan su estructura.
El hueso es un órgano vivo que contiene células y vasos sanguíneos que le aportan
oxígeno y nutrientes. Se encuentra en constante proceso de remodelación, aumenta
de tamaño tanto en longitud como en grosor durante la infancia y la adolescencia,
y es capaz de autoregenerarse después de sufrir una fractura, proceso que se
conoce como consolidación ósea. Responde a la acción de diferentes hormonas
circulantes, como la calcitonina, la parathormona y la hormona del crecimiento.
La presencia de cristales de fosfato cálcico en la matriz extracelular y su disposición
espacial otorgan al tejido óseo unas propiedades físicas especiales de dureza,
resistencia, ligereza y cierta flexibilidad que lo hacen idóneo para cumplir su
función estructural como sostén. Sin embargo el hueso no es la sustancia de mayor
dureza del organismo pues es superada por el esmalte dental.
La idea de considerar al hueso como una estructura mineral inerte es errónea y
está condicionada por el hecho de que después de la muerte la matriz intercelular
mineralizada perdura, conservándose durante largo tiempo. Sin embargo estos
restos óseos no son verdaderos huesos aunque conserven la forma, pues han
perdido los vasos sanguíneos, los nervios, la médula ósea, todas las células vivas y
carecen de capacidad de crecimiento y regeneración.
Estructura
Los huesos que forman el esqueleto constan de varias partes:

• Diáfisis. Se llama diáfisis a la porción central o cuerpo de los huesos


largos.
• Epífisis. Se llama epífisis a cada uno de los extremos de los huesos
largos.
• Metáfisis. Se llama metáfisis a una zona intermedia de los huesos
largos que está situada entre la zona central (diáfisis) y los extremos (epífisis).
• Cartílago articular. Es una estructura formada por tejido
cartilaginoso que se interpone entre los extremos de dos huesos adyacentes,
permitiendo el deslizamiento de las superficies en contacto gracias a que
presenta un coeficiente de fricción muy bajo. No tiene vasos sanguíneos y se
nutre a través de las moléculas del líquido sinovial que penetran en su
superficie. Está formado por células especializadas llamadas condrocitos y una
matriz extracelular compuesta por fibras de colágeno tipo II.
• Periostio. Membrana de tejido conectivo fibrosa y resistente que cubre
los huesos por su superficie externa.
• Cavidad medular. Es un espacio sin tejido óseo ubicado en la zona
central de la diáfisis de los huesos largos. La cavidad medular esta rellena por
médula ósea amarilla, tejido formado por células adiposas que almacenan
importantes cantidades de triglicéridos que suponen una reserva energética.
No debe confundirse la médula ósea amarilla con la médula ósea roja, también
presente en los huesos, que tiene la función de producir las células sanguíneas.
• Endostio. Membrana delgada del tejido conjuntivo que tapiza la
superficie interior de la cavidad medular de los huesos largos.
• Arteria nutricia. El hueso necesita sangre que le aporte a sus células
oxígeno y nutrientes. Por ello cada hueso esta irrigado por una arteria nutricia
que penetra en su estructura a través de un pequeño orificio llamado agujero
nutricio, una vez en el interior se divide en ramas progresivamente más
pequeñas que se distribuyen por todas las áreas del hueso.
Tejido oseo
El tejido óseo es el componente principal del hueso, está formado por células y
sustancia extracelular, también llamada matriz ósea. Las células representan
únicamente el 2 % del tejido, mientras que la matriz extracelular es el 98 %.

• Células: Las células pueden ser de varios tipos: células


osteoprogenitoras (células madre), osteocitos, osteoblastos y osteoclastos.
• Matriz extracelular: Está formada en un 70 % por sustancia
inorgánica rica en calcio y fósforo (hidroxiapatita) y en un 30 % por materia
orgánica, principalmente fibras de colágeno. Los cristales de hidroxiapatita se
disponen alrededor de las fibras de colágeno formando un armazón con
excepcionales propiedades mecánicas que le da al hueso su gran resistencia.
Células
Células óseas
En el tejido óseo maduro y en desarrollo, se pueden diferenciar cuatro tipos de
células: osteoprogenitoras, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. Los tres
primeros son estadios funcionales de un único tipo celular.

• Células osteoprogenitoras u osteógenas. Son células madre derivadas


del tejido mesenquimal, se dividen activamente y dan origen a los osteoblastos.
• Osteoblastos. Son células formadoras de matriz ósea. Son células
muy voluminosas que se localizan en la superficie ósea, contienen fosfatasa
alcalina y producen colágeno de tipo I.
• Osteocitos. Representan más del 90 % de las células del tejido óseo.
Proceden de los osteoblastos y su función principal es mantener y renovar la
matriz ósea. Son residentes fijos del hueso y su vida media es de alrededor de
25 años.
• Osteoclastos. Tienen como función la resorción ósea. Se localizan en
el endostio, donde liberan enzimas lisosómicas y ácido que actúan sobre la
matriz ósea digiriéndola.
Funciones
Los huesos poseen varias funciones, entre ellas mecánicas, metabólicas y de
síntesis de las células sanguíneas.
Funciones mecánicas

• Protección: Los huesos forman diversas cavidades que protegen a los


órganos vitales de posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo o calota
protege al cerebro de traumatismos que pueden dañarlo, y la caja torácica
(costillas y el esternón), protege los pulmones y el corazón.
• Sostén: Los huesos forman una estructura rígida, que se encarga del
sostén de los órganos y tejidos blandos.
• Movimiento: Los músculos para generar los movimientos voluntarios
se unen mediante los tendones a la superficie de los huesos.
• Transducción de sonido: Los huesos son importantes en el aspecto
mecánico de la audición en la que interviene la cadena de huesecillos situada
en el oído medio formada por el martillo, el yunque y el estribo.
Hematopoyesis

Hematopoyesis: La médula ósea roja, que se encuentra en el tejido


esponjoso de los huesos largos encargada de la formación de las células
sanguíneas.
Funciones metabólicas

• Almacenamiento de minerales: Los huesos actúan como centros de


almacenamiento de las reservas minerales más importantes del cuerpo, sobre
todo de calcio y fósforo, acumulando el 99 % de calcio del organismo.
Dependiendo de las necesidades, pueden liberar minerales a la circulación
sanguínea para distribuirlos a otros órganos que los necesitan para diversas
funciones.
• Almacenamiento de grasa: La médula ósea amarilla actúa como
reservorio de ácidos grasos, importantes para la homeostasis energética.
• Función endocrina: Los osteocitos y osteoblastos secretan varias
sustancias implicadas en diferentes funciones metabólicas, por lo que
actualmente se considera al hueso como un órgano con función endocrina.
Entre ellas el factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF-23), que actúa sobre
los riñones para reducir la reabsorción de fosfato y la osteocalcina que aumenta
la secreción de insulina por el páncreas, disminuye el nivel de glucosa
plasmática y aumenta la sensibilidad a la insulina.
Función de los huesos
En el periodo embrionario no existen huesos, las estructuras equivalentes están
formadas por un molde de tejido mesenquimal o por cartílago hialino. A medida
que se produce el crecimiento, tiene lugar de forma progresiva el proceso de
osteogénesis (formación de hueso) y osificación.
Este se inicia en los puntos de osificación que son en realidad cúmulos de células
formadoras de hueso u osteoblastos.
Existen dos tipos de osificación:

• Osificación intramembranosa (alostasis o directa). La osificación tiene


lugar a partir de un molde mesenquimatoso que se transforma en hueso. Es
típica de los huesos planos que constituyen el cráneo.
• Osificación endocondral (autostosis o indirecta). El molde
mesenquimatoso se transforma en primer lugar en tejido cartilaginoso y
posteriormente a través de puntos de osificación en tejido óseo maduro. Es
típica de los huesos largos como los que forman las extremidades. Se forma un
punto de osificación en la diáfisis que avanza en dirección a las epífisis,
posteriormente aparecen centros secundarios en las epífisis. Mientras persiste
el periodo de crecimiento en longitud de los huesos, existe una estructura
denominada cartílago de crecimiento que se sitúa entre las epífisis y la diáfisis
de los huesos largos. Cuando los huesos alcanzan su longitud máxima este
cartílago desaparece.
Remodelación osea
El hueso es un tejido dinámico que se encuentra en un proceso continuo de
renovación. Se ha calculado que en un año se reemplaza alrededor del 5 % del
hueso cortical y un 20 % del trabecular, por lo que esqueleto se renueva totalmente
cada 10 años por término medio. La renovación del hueso es necesaria entre otros
motivos para la reparación del daño tisular.15
El proceso se inicia por la actividad de los osteoclastos que destruyen el hueso en
pequeñas áreas localizadas, a continuación los osteoblastos lo reparan creando
nueva matriz intercelular y facilitando la mineralización. El balance entre la
reabsorción y la formación óseas es un proceso complejo que está determinado en
parte genéticamente y en el que influyen factores nutricionales y hormonales. El
remodelado óseo tiene lugar durante toda la vida de un individuo, pero solo es
positivo hasta los 30 años en la especie humana, edad en la que se alcanza el
máximo de masa ósea, la cual se mantiene bastante estable hasta los 50, momento
en que empieza a disminuir, lo que condiciona mayor tendencia a las fracturas.
Clasificación
Huesos largos
Los huesos largos presentan una forma cilíndrica, donde predomina la longitud
sobre el ancho y grosor. Se dividen en tres porciones: un cuerpo (diáfisis) y dos
extremos (epífisis), generalmente se encuentran en los miembros locomotores.
Ejemplos: húmero, fémur, etc.
Huesos cortos
Los huesos cortos presentan una forma cuboide, no predomina ninguna de sus
dimensiones, su función es de amortiguamiento. Ejemplos: huesos del carpo y
tarso. Estas tienen aproximadamente la misma longitud que ancho. Los huesos
cortos se ubican en las articulaciones de la muñeca y el tobillo y proporcionan
estabilidad y permiten algunos movimientos.
Huesos planos
Su principal característica es que son más anchos y largos que gruesos, su función
es la de proteger tejidos blandos e inserción de grandes masas musculares.
Ejemplos: escápula u omóplato, huesos del cráneo y coxal.

Huesos irregulares
No presentan forma o división predominante para su agrupación, son impares y se
localizan en la línea media, sus funciones son variables aunque la de mayor
importancia es la protección del sistema nervioso central. Ejemplo: vértebras.
Huesos sesamoideos
Son pequeñas estructuras de tejido óseo con forma más o menos ovaladas y
número inconstante que se localizan en las proximidades de los tendones. Su
función es la de disminuir la fricción y alteran la dirección en que se realiza la
tracción muscular. Los más importantes se localizan junto a la articulación
metatarsofalángica del primer dedo del pie. La rótula, aunque se estudia de forma
independiente, está considerada un hueso sesamoideo de gran tamaño. Pueden
sufrir fracturas y presentar procesos inflamatorios que se conocen como
sesamoiditis.

Articulaciones

Qué son las articulaciones

Los puntos donde dos elementos esqueléticos contactan se denominan


articulaciones. Las dos categorías generales de articulaciones son:

1. Aquellas en las que los elementos esqueléticos quedan separados por


una cavidad (articulaciones sinoviales).
2. Aquellas en las que no hay cavidad y los componentes se mantienen
unidos por tejido conjuntivo (articulaciones sólidas).

Los vasos sanguíneos que irrigan una articulación y los nervios que inervan los
músculos que actúan sobre la articulación suelen aportar ramas articulares a esa
articulación.
Articulaciones sinoviales
Las articulaciones sinoviales son conexiones entre componentes
esqueléticos en las que los elementos implicados se encuentran separados
por una estrecha cavidad articular. Además de incluir una cavidad articular,
estas articulaciones tienen varios rasgos característicos.
En primer lugar, una capa de cartílago, habitualmente cartílago hialino, cubre las
superficies articulares de los elementos esqueléticos. En otras palabras, las
superficies óseas no contactan normalmente entre sí de forma directa.

Como consecuencia, cuando se ven estas articulaciones en radiografías normales,


un amplio intervalo parece separar los huesos adyacentes, porque el cartílago que
cubre las superficies articulares es más transparente a los rayos X que el hueso.

Una segunda característica de las articulaciones sinoviales es la presencia de una


cápsula articular consistente en una membrana sinovial interna y una
membrana fibrosa externa:

• La membrana sinovial se fija a los márgenes de las superficies


articulares en la interfase entre el cartílago y el hueso, y envuelve la cavidad
articular. La membrana sinovial está altamente vascularizada y produce
líquido sinovial, que se acumula en la cavidad articular y proporciona
lubricación a las superficies articulares. También aparecen sacos cerrados
de membrana sinovial fuera de las articulaciones, donde forman bolsas
sinoviales o vainas tendinosas. Las bolsas se interponen a menudo entre
estructurahttps://tienda.elsevier.es/gray-anatomia-para-estudiantes-
9788490228425.html#panel1s como tendones y hueso, tendones y
articulaciones, o piel y hueso, y reducen la fricción de una estructura al
moverse sobre otra. Las vainas tendinosas rodean los tendones y también
disminuyen la fricción.
• La membrana fibrosa está formada por tejido conjuntivo denso y
rodea y estabiliza la articulación. Partes de la membrana fibrosa pueden
verse engrosadas para formar ligamentos, que estabilizan aún más la
articulación. Los ligamentos externos a la cápsula suelen aportar un
refuerzo adicional.
Imagen: A. Características principales de una articulación sinovial. B. Estructuras
asociadas a las articulaciones sinoviales.

Otro rasgo común, pero no universal, de las articulaciones sinoviales es la


presencia de estructuras adicionales dentro del área englobada por la cápsula o
membrana sinovial, tales como discos articulares (habitualmente compuestos de
fibrocartílago), almohadillas grasas y tendones. Los discos articulares absorben
las fuerzas de compresión, ajustan los cambios en el contorno de las
superficies articulares durante los movimientos y aumentan el rango de
movimientos que se pueden producir en las articulaciones. Las almohadillas
grasas suelen encontrarse entre la membrana sinovial y la cápsula y entran y salen
de estas zonas a medida que el contorno articular cambia durante el movimiento.
Las áreas redundantes de membrana sinovial y de membrana fi brosa permiten
mayor movilidad en las articulaciones.

Tipos específicos de articulaciones sinoviales

• Articulaciones planas, que permiten movimientos de deslizamiento


cuando un hueso se desplaza sobre la superfi cie de otro (p. ej., en la
articulación acromioclavicular).
• Articulaciones en bisagra, que permiten el desplazamiento en torno
a un eje transversal a la articulación; regulan movimientos de fl exión y
extensión (p. ej., de la articulación del codo [humerocubital])
• Articulaciones en pivote, que permiten el movimiento en torno a un
eje que atraviesa en sentido longitudinal la diáfisis del hueso; regula la
rotación (p. ej., en la articulación atlantoaxial).
• Articulaciones bicondíleas, que permiten principalmente el
movimiento en torno a un eje, con rotación limitada en torno a un segundo
eje; formadas por dos cóndilos convexos que se articulan con superfi cies
cóncavas o planas (p. ej., en la rodilla).
• Articulaciones condíleas (elipsoides), que permiten el movimiento en
torno a dos ejes que se hallan en ángulo recto uno respecto del otro; regulan
movimientos de fl exión, extensión, abducción y circunducción (p. ej., en la
articulación de la muñeca).
• Articulaciones en silla de montar, que permiten el movimiento en
torno a dos ejes que se hallan en ángulo recto uno respecto del otro; las
superficies articulares tienen forma de silla de montar; regulan movimientos
de flexión, extensión, abducción, aducción y circunducción (p. ej., en la
articulación carpometacarpiana del pulgar).
• Articulaciones esféricas (glenoideas), que permiten el movimiento en
torno a múltiples ejes; regulan movimientos de flexión, extensión,
abducción, aducción, circunducción y rotación (p. ej., en la articulación de
la cadera).

Articulaciones sólidas

Las articulaciones sólidas son conexiones entre elementos esqueléticos en


las que las superficies adyacentes están unidas entre sí, ya sea por tejido
conjuntivo fibroso o por cartílago, habitualmente fibrocartílago. Los
movimientos en estas articulaciones son más restringidos que en las
articulaciones sinoviales.

Las articulaciones fibrosas incluyen suturas, gonfosis y sindesmosis:

• Las suturas se ven únicamente en el cráneo, donde los huesos


adyacentes están unidos por una fi na capa de tejido conjuntivo denominado
ligamento sutural.
• Las gonfosis sólo se sitúan entre los dientes y el hueso adyacente;
en estas articulaciones, fi bras cortas de tejido colágeno en el ligamento
periodontal discurren entre la raíz dentaria y la cavidad ósea.
• Las sindesmosis son articulaciones en las que dos huesos
adyacentes están unidos por un ligamento, por ejemplo, el ligamento
amarillo, que conecta las láminas vertebrales adyacentes, o por una
membrana interósea, la cual une, por ejemplo, el radio y el cúbito en el
antebrazo.

Las articulaciones cartilaginosas incluyen las sincondrosis y las sínfisis:

• Las sincondrosis aparecen donde dos centros de osificación de un


hueso en desarrollo permanecen separados por una capa de cartílago, por
ejemplo, el cartílago de crecimiento entre la epífisis y la diáfisis de los huesos
largos en crecimiento, estas articulaciones permiten el crecimiento óseo y
eventualmente se osifi can por completo.
• Las sínfisis surgen donde dos huesos separados se interconectan
por cartílago, la mayoría de estos tipos de articulaciones aparecen en la línea
media e incluyen la sínfi sis del pubis entre los dos huesos coxales y los
discos intervertebrales entre las vértebras adyacentes.

Las articulaciones sólidas son conexiones entre elementos esqueléticos en


las que las superficies adyacentes están unidas entre sí, ya sea por tejido
conjuntivo fibroso o por cartílago, habitualmente fibrocartílago. Los
movimientos en estas articulaciones son más restringidos que en las
articulaciones sinoviales.

Las articulaciones fibrosas incluyen suturas, gonfosis y sindesmosis:


• Las suturas se ven únicamente en el cráneo, donde los huesos
adyacentes están unidos por una fi na capa de tejido conjuntivo denominado
ligamento sutural.
• Las gonfosis sólo se sitúan entre los dientes y el hueso adyacente;
en estas articulaciones, fi bras cortas de tejido colágeno en el ligamento
periodontal discurren entre la raíz dentaria y la cavidad ósea.
• Las sindesmosis son articulaciones en las que dos huesos
adyacentes están unidos por un ligamento, por ejemplo, el ligamento
amarillo, que conecta las láminas vertebrales adyacentes, o por una
membrana interósea, la cual une, por ejemplo, el radio y el cúbito en el
antebrazo.

Las articulaciones cartilaginosas incluyen las sincondrosis y las sínfisis:

• Las sincondrosis aparecen donde dos centros de osificación de un


hueso en desarrollo permanecen separados por una capa de cartílago, por
ejemplo, el cartílago de crecimiento entre la epífisis y la diáfisis de los huesos
largos en crecimiento, estas articulaciones permiten el crecimiento óseo y
eventualmente se osifi can por completo.
• Las sínfisis surgen donde dos huesos separados se interconectan
por cartílago, la mayoría de estos tipos de articulaciones aparecen en la línea
media e incluyen la sínfi sis del pubis entre los dos huesos coxales y los
discos intervertebrales entre las vértebras adyacentes.

Las articulaciones sólidas son conexiones entre elementos esqueléticos en


las que las superficies adyacentes están unidas entre sí, ya sea por tejido
conjuntivo fibroso o por cartílago, habitualmente fibrocartílago. Los
movimientos en estas articulaciones son más restringidos que en las
articulaciones sinoviales.

Las articulaciones fibrosas incluyen suturas, gonfosis y sindesmosis:

• Las suturas se ven únicamente en el cráneo, donde los huesos


adyacentes están unidos por una fi na capa de tejido conjuntivo denominado
ligamento sutural.
• Las gonfosis sólo se sitúan entre los dientes y el hueso adyacente;
en estas articulaciones, fi bras cortas de tejido colágeno en el ligamento
periodontal discurren entre la raíz dentaria y la cavidad ósea.
• Las sindesmosis son articulaciones en las que dos huesos
adyacentes están unidos por un ligamento, por ejemplo, el ligamento
amarillo, que conecta las láminas vertebrales adyacentes, o por una
membrana interósea, la cual une, por ejemplo, el radio y el cúbito en el
antebrazo.

Las articulaciones cartilaginosas incluyen las sincondrosis y las sínfisis:

• Las sincondrosis aparecen donde dos centros de osificación de un


hueso en desarrollo permanecen separados por una capa de cartílago, por
ejemplo, el cartílago de crecimiento entre la epífisis y la diáfisis de los huesos
largos en crecimiento, estas articulaciones permiten el crecimiento óseo y
eventualmente se osifi can por completo.
• Las sínfisis surgen donde dos huesos separados se interconectan
por cartílago, la mayoría de estos tipos de articulaciones aparecen en la línea
media e incluyen la sínfi sis del pubis entre los dos huesos coxales y los
discos intervertebrales entre las vértebras adyacentes.

Flexibilidad articular
Entendemos por flexibilidad la capacidad que tienen las articulaciones para
realizar movimientos con la mayor amplitud posible. Hemos de tener en cuenta que
la flexibilidad no genera movimiento, sino que lo posibilita.

La amplitud estructural puede verse alterada o limitada por diversos factores: por
factores internos, como la elasticidad muscular, la estructura ósea, el tipo de
articulación o la masa muscular, y por factores externos como el sexo, la edad, el
sedentarismo o incluso la hora del día.

Existen dos componentes de la flexibilidad estática y la flexibilidad dinámica.

Las capacidades físicas, a nivel general, evolucionan positivamente hasta una


determinada edad. Sin embargo, la flexibilidad, por el contrario, involuciona de
manera rápida desde muy temprana edad.

Toda persona activa tiene por objeto el desarrollo de la flexibilidad, aunque sea, en
cierta medida, para el óptimo desarrollo de la actividad física. Pero, no sólo es
necesario el trabajo de la flexibilidad en las personas que quieran rendir
físicamente, sino que se hace necesario, también, en cualquier persona que quiera
conservar su integridad física a largo plazo.

Debido a la involución que sufre esta capacidad, el paso del tiempo influye de
manera negativa en ella. Hasta los 10 años nuestro nivel de flexibilidad es bastante
alto. Desde aquí y hasta la pubertad, el desarrollo muscular y óseo limita su
evolución. A partir de los 20 años de edad, aproximadamente, esta capacidad se
verá mermada en un 75% de su totalidad, si no ha sido trabajada, y a partir de los
30 años de edad, su pérdida se ve incrementada por otros factores como son la
paulatina deshidratación de los tejidos conjuntivos y el gradual aumento de la
grasa corporal.

Al igual que el trabajo paulatino de esta capacidad va a contribuir a un óptimo


desarrollo de nuestra condición física, llevado al extremo puede cursar con
importantes inconvenientes para nuestra salud, ya que estaremos favoreciendo la
aparición de deformaciones óseas, así como la tendencia a sufrir luxaciones y
esguinces.

Para el trabajo de la flexibilidad, se recomienda realizar ejercicios genéricos para


pasar posteriormente a los específicos de la actividad física. Hemos de recordar
aquí que la ejecución de un estiramiento apropiado tiene muchos beneficios en el
aumento de la flexibilidad, mejora el desempeño de la tarea y disminuye de
cualidades motoras.

Debemos recordar que la flexibilidad trabajada de manera correcta disminuye


considerablemente el riesgo de lesiones, aumenta la amplitudes de recorrido
articular, alivia los dolores musculares y el estrés diario. Además, actúa de forma
óptima sobre el trabajo de la velocidad y de la fuerza, nos ayuda a recuperar más
rápido tras el esfuerzo, promueve la relajación y equilibra el tono muscular de las
distintas zonas del cuerpo para evitar desequilibrios físicos, como los causantes de
la escoliosis, la lordosis, los dolores cervicales, etc.

Factores que condicionan la flexibilidad.

La flexibilidad está influenciada por dos tipos de factores, los anatómicos o


intrínsecos y los externos. Factores intrínsecos. Son los factores que afectan a la
flexibilidad:

• El tipo de articulación: cada tipo (de bisagra, pivotantes, esféricas) tiene una
resistencia interna diferente y específica, y varía enormemente de una articulación
a otra.

• La estructura ósea: los topes óseos de los distintos huesos que forman parte
de una articulación limitan de forma notable el movimiento de la misma.

• La elasticidad de tejido muscular: la resistencia a la elongación del tejido


conectivo de los músculos que forman parte de una articulación influye
directamente en la flexibilidad de la misma. Por otra parte, si el músculo está
fatigado o el tejido muscular tiene cicatrices de una lesión anterior su elasticidad
disminuye.

• La elasticidad de los ligamentos y tendones: no estiran mucho porque tienen


un tejido poco elástico y, en consecuencia, restringen la flexibilidad de una
articulación.

• La masa muscular: si un músculo está muy desarrollado puede interferir


con la capacidad de una articulación para lograr la máxima amplitud de
movimiento (por ejemplo, un bíceps femoral demasiado grande puede limitar la
capacidad de doblar las rodillas por completo).

• El tejido graso: un exceso de tejido graso puede ser un factor limitante para
la amplitud de algunos movimientos.

• La capacidad de relajación y contracción del músculo: permite al músculo


alcanzar su máximo rango de movimiento.

• La temperatura de la articulación: la temperatura interior de la articulación


y de sus estructuras asociadas también influye en su flexibilidad.
Factores extrínsecos.

Entre los factores externos limitantes de la flexibilidad se encuentra:


• Herencia: hay una determinación hereditaria importante sobre el grado de
flexibilidad que un sujeto tiene. Daniel, Maycol, Santiago y Naybet – 6º C

• Sexo: es un factor que condiciona el grado de flexibilidad, las mujeres son,


generalmente, más flexibles que los hombres.

• Edad: la flexibilidad tiene una evolución natural decreciente, durante la


infancia un niño puede ser muy flexible, pero esa capacidad disminuye de forma
progresiva hasta la vejez.

• Sedentarismo: la falta de actividad física de forma habitual, ya sea por


costumbre o por motivos laborales, resta movilidad a las articulaciones.

• La hora del día: la mayoría de los individuos son más flexibles por la tarde
que por la mañana. La flexibilidad es menor a primera hora de la mañana y al
anochecer.

• La temperatura ambiental: una temperatura cálida facilita la amplitud de


movimientos, pues el calor permite que las reacciones químicas que se producen a
nivel muscular se realicen con mayor celeridad.

• La hidratación: algunos autores sugieren que beber bastante agua


contribuye a incrementar la flexibilidad del cuerpo.

Estiramiento musculo tendinoso


Los estiramientos son técnicas basadas en el incremento de la movilidad por medio
de la elongación de los músculos acortados y de los tejidos conectivos adyacentes
(tendones).

Hay que matizar que los estiramientos no sirven para compensar desequilibrios
o
“acortamientos” musculares. Sin embargo, para conseguir ese objetivo, en
fisioterapia podemos trabajar la fuerza muscular agonista - antagonista y diseñar
programas de fortalecimiento muscular en los rangos máximos de movimiento
articular para corregir los déficits de manera eficaz y significativa. Se trataría de
realizar programas de fortalecimiento progresivo de grupo muscular agonista para
incrementar la movilidad articular mediante el estiramiento del grupo muscular
antagonista.

¿Cuál es el objetivo del estiramiento?

La finalidad del estiramiento es dar elasticidad al sistema músculo-tendinoso.


Cuando la movilidad está limitada, se dificulta el desarrollo de la fuerza, de la
coordinación, así como de la velocidad y resistencia, existiendo además mayor
riesgo de lesión.

La consecuencia de un trabajo muscular, además de la fatiga, es el acortamiento.


Esto significa que el músculo pierde su longitud normal y la capacidad de
elonganción, como lo hace una goma. Por eso, es aconsejable estirar, seamos o no
deportistas, hagamos o no una sesión de ejercicio, puesto que nuestros músculos
trabajan todo el día, independientemente de la actividad que hagamos.

Cuando acumulamos un trabajo muscular sobre otro sin estirar, con el tiempo,
el músculo irá perdiendo su capacidad de elongación, esto trae como
consecuencia que sea menos saludable y menos funcional.

¿Por qué se acorta un músculo?

Causas:

• El tipo de trabajo muscular que se haga, su intensidad y frecuencia.


• Las lesiones y/o traumas que haya sufrido nuestro cuerpo, por muy
leves y antiguas que sean.
• Malas posturas mantenidas en el tiempo, sentado frente al ordenador,
por ejemplo.
• La edad también influye, ya que con el paso del tiempo nuestros
tejidos estarán menos hidratados y menos flexibles. A consecuencia del
envejecimiento normal. La falta de estiramiento.

En definitiva, la tendencia de nuestros músculos es a acortarse, algunos grupos


musculares más que otros, con el paso de las horas del día y en función de nuestras
actividades.

¿Cuáles son las consecuencias de tener músculos acortados?

• Disminuye la irrigación sanguínea del propio músculo, y sin sangre


no hay buena nutrición de nuestras fibras. En consecuencia, no será un
tejido de calidad, su estructura no está bien nutrida. Esto lo hace propenso
a sufrir lesiones.
• Disminuye la capacidad y el rango de movimiento de nuestras
articulaciones, haciendo que cada vez nuestros gestos sean más limitados.
Perdemos la capacidad de movernos con libertad, sin limitaciones, y sin
tanto gasto de energía.
• Ejerce un fuerte efecto de compresión sobre nuestras articulaciones,
tanto de la columna, como de brazos y piernas, favoreciendo la aparición de
patología como la artrosis, hernias discales, roturas de menisco, algunas
muy comunes.
• El músculo, poco a poco se va convirtiendo en una estructura rígida,
deshidratada, tensa, que no es capaz de estirarse o moldearse, cuando un
movimiento lo exige, con lo cual puede sufrir fácilmente una rotura o
distensión. Imagina estirar una goma nueva, y estirar una goma que ha
estado al sol por mucho tiempo, es fácil pensar que la segunda se romperá
al estirarla, y es porque ha perdido su capacidad elástica como material.
• Un músculo acortado es y será un músculo débil. La flexibilidad
ayuda a ganar o tener mayor fuerza muscular y mayor recorrido articular.
Mientras más flexible sea un músculo, mayor capacidad tendrá de generar
una contracción fuerte y eficiente.
• Un músculo acortado puede comprometer la dinámica normal de un
nervio, y un nervio carente de movilidad puede generar tensión y
acortamiento muscular, convirtiéndose en un círculo vicioso.

Ahora que conoces los factores que hacen que los músculos sean menos flexibles,
y que también conoces las consecuencias que eso puede acarrear a tu cuerpo, te
invitamos a reflexionar sobre la importancia de los estiramientos, los beneficios y
bondades de los mismos.

Nosotros mismos podemos asesorarte para ponerlos en práctica, iniciando con


estiramientos suaves y sencillos. Si te sientes bien y necesitas ir a más, puedes
progresar a otros un poco más complejos o hacia disciplinas como el yoga o el
stretching global activo.

Recomendamos a nuestros pacientes, deportistas, activos o sedentarios, realizar


estiramientos a diario o, al menos incluirlos dentro de sus actividades de la
semana, ya que estos, sumados al ejercicio, favorecerán la salud e integridad de
tus músculos, articulaciones y nervios, disminuyendo el riesgo de lesión y/o dolor.

Flexibilidad es libertad, libertad es movimiento, y movimiento es vida.


Conclusión
El balance entre la reabsorción y la formación óseas es un proceso complejo que
está determinado en parte genéticamente y en el que influyen factores nutricionales
y hormonales. El remodelado óseo tiene lugar durante toda la vida de un individuo,
pero solo es positivo hasta los 30 años en la especie humana, edad en la que se
alcanza el máximo de masa ósea, la cual se mantiene bastante estable hasta los
50, momento en que empieza a disminuir, lo que condiciona mayor tendencia a las
fracturas.
Toda persona activa tiene por objeto el desarrollo de la flexibilidad, aunque sea, en
cierta medida, para el óptimo desarrollo de la actividad física. Pero, no sólo es
necesario el trabajo de la flexibilidad en las personas que quieran rendir
físicamente, sino que se hace necesario, también, en cualquier persona que quiera
conservar su integridad física a largo plazo.

Debido a la involución que sufre esta capacidad, el paso del tiempo influye de
manera negativa en ella. Hasta los 10 años nuestro nivel de flexibilidad es bastante
alto. Desde aquí y hasta la pubertad, el desarrollo muscular y óseo limita su
evolución. A partir de los 20 años de edad, aproximadamente, esta capacidad se
verá mermada en un 75% de su totalidad, si no ha sido trabajada, y a partir de los
30 años de edad, su pérdida se ve incrementada por otros factores como son la
paulatina deshidratación de los tejidos conjuntivos y el gradual aumento de la
grasa corporal.
Recomendaciones
• Tener hábitos saludables ya que eso ayuda a mantener los huesos
sanos

• Si no comemos bien y no hacemos suficiente ejercicio del tipo

adecuado, los huesos pueden debilitarse e incluso romperse

• Fortalecer la musculatura

• Evitar el sobre peso

• Moverse de manera regular

• Vigilar la higiene postural

• Hacer entrenamientos específicos de flexibilidad y movilidad

• Reforzar la dieta con un aporte adicional

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