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-USAC-
KINESIOLOGIA
INESIOLOGIA ARTICULAR
FECHA: 04/05/2023
Tabla de contenidos
Introducción .................................................................................................... 3
Objetivos ......................................................................................................... 4
Huesos ............................................................................................................ 5
Articulaciones ................................................................................................ 10
Flexibilidad articula ....................................................................................... 14
Estiramiento musculo tendinoso ................................................................... 16
Conclusión .................................................................................................... 19
Recomendaciones .......................................................................................... 20
Introducción
Las articulaciones sinoviales son conexiones entre componentes
esqueléticos en las que los elementos implicados se encuentran separados
por una estrecha cavidad articular. Además de incluir una cavidad articular,
estas articulaciones tienen varios rasgos característicos.
En primer lugar, una capa de cartílago, habitualmente cartílago hialino, cubre las
superficies articulares de los elementos esqueléticos. En otras palabras, las
superficies óseas no contactan normalmente entre sí de forma directa.
Huesos
Los huesos son órganos rígidos que forman el endoesqueleto de muchos animales,
como los seres humanos. Poseen varias funciones: forman una estructura sólida
para el sostenimiento del cuerpo, protegen órganos muy sensibles como el cerebro,
hacen posible el movimiento al servir como lugar de inserción a los músculos y
producen las células que forman parte de la sangre (hematopoyesis).
El conjunto organizado de las piezas óseas (huesos) forma el esqueleto o sistema
esquelético. Cada pieza cumple una función en particular y de conjunto en relación
con las piezas próximas a las que está articulada.
En el hueso existen diferentes variedades de tejido. El principal es el tejido óseo,
un tipo especializado de tejido conectivo firme, duro y resistente que está
compuesto por células (osteocitos) y componentes extracelulares calcificados que
le proporciona gran dureza. Los huesos poseen una cubierta superficial de tejido
conectivo fibroso llamado periostio y presentan superficies articulares que están
revestidas por tejido cartilaginoso. En el interior de los huesos se encuentra la
médula ósea, formada por tejidos blandos que incluyen el tejido hematopoyético
que produce las células de la sangre y tejido adiposo (grasa). Cuenta además con
vasos sanguíneos y nervios que irrigan e inervan su estructura.
El hueso es un órgano vivo que contiene células y vasos sanguíneos que le aportan
oxígeno y nutrientes. Se encuentra en constante proceso de remodelación, aumenta
de tamaño tanto en longitud como en grosor durante la infancia y la adolescencia,
y es capaz de autoregenerarse después de sufrir una fractura, proceso que se
conoce como consolidación ósea. Responde a la acción de diferentes hormonas
circulantes, como la calcitonina, la parathormona y la hormona del crecimiento.
La presencia de cristales de fosfato cálcico en la matriz extracelular y su disposición
espacial otorgan al tejido óseo unas propiedades físicas especiales de dureza,
resistencia, ligereza y cierta flexibilidad que lo hacen idóneo para cumplir su
función estructural como sostén. Sin embargo el hueso no es la sustancia de mayor
dureza del organismo pues es superada por el esmalte dental.
La idea de considerar al hueso como una estructura mineral inerte es errónea y
está condicionada por el hecho de que después de la muerte la matriz intercelular
mineralizada perdura, conservándose durante largo tiempo. Sin embargo estos
restos óseos no son verdaderos huesos aunque conserven la forma, pues han
perdido los vasos sanguíneos, los nervios, la médula ósea, todas las células vivas y
carecen de capacidad de crecimiento y regeneración.
Estructura
Los huesos que forman el esqueleto constan de varias partes:
Huesos irregulares
No presentan forma o división predominante para su agrupación, son impares y se
localizan en la línea media, sus funciones son variables aunque la de mayor
importancia es la protección del sistema nervioso central. Ejemplo: vértebras.
Huesos sesamoideos
Son pequeñas estructuras de tejido óseo con forma más o menos ovaladas y
número inconstante que se localizan en las proximidades de los tendones. Su
función es la de disminuir la fricción y alteran la dirección en que se realiza la
tracción muscular. Los más importantes se localizan junto a la articulación
metatarsofalángica del primer dedo del pie. La rótula, aunque se estudia de forma
independiente, está considerada un hueso sesamoideo de gran tamaño. Pueden
sufrir fracturas y presentar procesos inflamatorios que se conocen como
sesamoiditis.
Articulaciones
Los vasos sanguíneos que irrigan una articulación y los nervios que inervan los
músculos que actúan sobre la articulación suelen aportar ramas articulares a esa
articulación.
Articulaciones sinoviales
Las articulaciones sinoviales son conexiones entre componentes
esqueléticos en las que los elementos implicados se encuentran separados
por una estrecha cavidad articular. Además de incluir una cavidad articular,
estas articulaciones tienen varios rasgos característicos.
En primer lugar, una capa de cartílago, habitualmente cartílago hialino, cubre las
superficies articulares de los elementos esqueléticos. En otras palabras, las
superficies óseas no contactan normalmente entre sí de forma directa.
Articulaciones sólidas
Flexibilidad articular
Entendemos por flexibilidad la capacidad que tienen las articulaciones para
realizar movimientos con la mayor amplitud posible. Hemos de tener en cuenta que
la flexibilidad no genera movimiento, sino que lo posibilita.
La amplitud estructural puede verse alterada o limitada por diversos factores: por
factores internos, como la elasticidad muscular, la estructura ósea, el tipo de
articulación o la masa muscular, y por factores externos como el sexo, la edad, el
sedentarismo o incluso la hora del día.
Toda persona activa tiene por objeto el desarrollo de la flexibilidad, aunque sea, en
cierta medida, para el óptimo desarrollo de la actividad física. Pero, no sólo es
necesario el trabajo de la flexibilidad en las personas que quieran rendir
físicamente, sino que se hace necesario, también, en cualquier persona que quiera
conservar su integridad física a largo plazo.
Debido a la involución que sufre esta capacidad, el paso del tiempo influye de
manera negativa en ella. Hasta los 10 años nuestro nivel de flexibilidad es bastante
alto. Desde aquí y hasta la pubertad, el desarrollo muscular y óseo limita su
evolución. A partir de los 20 años de edad, aproximadamente, esta capacidad se
verá mermada en un 75% de su totalidad, si no ha sido trabajada, y a partir de los
30 años de edad, su pérdida se ve incrementada por otros factores como son la
paulatina deshidratación de los tejidos conjuntivos y el gradual aumento de la
grasa corporal.
• El tipo de articulación: cada tipo (de bisagra, pivotantes, esféricas) tiene una
resistencia interna diferente y específica, y varía enormemente de una articulación
a otra.
• La estructura ósea: los topes óseos de los distintos huesos que forman parte
de una articulación limitan de forma notable el movimiento de la misma.
• El tejido graso: un exceso de tejido graso puede ser un factor limitante para
la amplitud de algunos movimientos.
• La hora del día: la mayoría de los individuos son más flexibles por la tarde
que por la mañana. La flexibilidad es menor a primera hora de la mañana y al
anochecer.
Hay que matizar que los estiramientos no sirven para compensar desequilibrios
o
“acortamientos” musculares. Sin embargo, para conseguir ese objetivo, en
fisioterapia podemos trabajar la fuerza muscular agonista - antagonista y diseñar
programas de fortalecimiento muscular en los rangos máximos de movimiento
articular para corregir los déficits de manera eficaz y significativa. Se trataría de
realizar programas de fortalecimiento progresivo de grupo muscular agonista para
incrementar la movilidad articular mediante el estiramiento del grupo muscular
antagonista.
Cuando acumulamos un trabajo muscular sobre otro sin estirar, con el tiempo,
el músculo irá perdiendo su capacidad de elongación, esto trae como
consecuencia que sea menos saludable y menos funcional.
Causas:
Ahora que conoces los factores que hacen que los músculos sean menos flexibles,
y que también conoces las consecuencias que eso puede acarrear a tu cuerpo, te
invitamos a reflexionar sobre la importancia de los estiramientos, los beneficios y
bondades de los mismos.
Debido a la involución que sufre esta capacidad, el paso del tiempo influye de
manera negativa en ella. Hasta los 10 años nuestro nivel de flexibilidad es bastante
alto. Desde aquí y hasta la pubertad, el desarrollo muscular y óseo limita su
evolución. A partir de los 20 años de edad, aproximadamente, esta capacidad se
verá mermada en un 75% de su totalidad, si no ha sido trabajada, y a partir de los
30 años de edad, su pérdida se ve incrementada por otros factores como son la
paulatina deshidratación de los tejidos conjuntivos y el gradual aumento de la
grasa corporal.
Recomendaciones
• Tener hábitos saludables ya que eso ayuda a mantener los huesos
sanos
• Fortalecer la musculatura