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DAGDA: Seu nome significa “Bom Deus” como deus capaz e bom, não no senso de bondade.

Ele é o cavalheiro da compreensão e da fertilidade. Também é conhecido como Eochu Ollanthir


que significa “pai universal”. Sendo Sucellos o seu equivalente Gaulês, possui um bastão que
tem a propriedade de matar com uma ponta e ressuscitar com a outra. Também possui um
caldeirão da abundância da qual ninguém vai embora sem estar saciado e que, igualmente tem
capacidade para ressuscitar os mortos cujos corpos eram submergidos nele. Também é o deus da
concepção intelectual, o deus-druida de ciência perfeita. Outro dos nomes dele é “Ruad
Rofheasach" (onisciente Vermelho) é uma insinuação para o lugar preponderante que ele ocupa
no panteão. Além do bastão e do caldeirão, a harpa é outros de seus símbolos. É uma harpa de
ouro, núcleo de toda a luz; um instrumento que, ao ser ouvido, pode produzir grito, riso jovial ou
sonolência. A harpa vai sozinha até Dagda toda vez que reivindica sua presença, como se fosse
um pássaro, e emite sua música sem que ninguém a toque.
Os casos amorosos desse Deus são muito numerosos porque ele esparramou, inevitavelmente, a
promiscuidade, Boann, sua cunhada, era casada com seu irmão Elcmar. Para poder ficar com ela
Dagda foi capaz de enviar seu irmão para visitar o seu genro Bres e, desfrutar com a mulher. Ele
parou o tempo para o irmão enquanto para ambos os amantes se passam nove meses e cujo fruto
é Oengus, seu filho cujo nome quer dizer “força sem igual”. Surpreendentemente quando o
irmão retorna e encontra o bebê, nada pergunta. Dagda é considerado, entre outras paternidades,
o progenitor do rei Bodb e de Cermat, pai de Mac Cuill, um dos três soberanos que reinaram na
Irlanda. Em uma dessas ocasiões também se aparece como pai de Brigit em sua face tripla: como
senhora da fecundidade, como Senhora do medicamento e o conhecimento, e como o senhora da
lança.
OGMIOS: Ogmios-Ogmé. Cobre seu corpo com uma pele de leão; na mão direita empunha uma
maça e na esquerda um arco, carrega as flechas na parte de trás. Dizem que de sua língua
pendem correntes, e nas orelhas há uma grande quantidade de pessoas encantadas. É o deus da
eloqüência, para alguns estudiosos; um grande orador que levava os humanos ao campo de
batalha e os inflamava para a luta. Era irmão de Dagda e há quem afirma que se assemelha muito
a Hercules. Também é conhecido como senhor da guerra que conduz os combatentes até o
mundo da escuridão. Era patrono dos druidas.

LUG: Conta-se que nada podia suportar o resplendor do rosto desse Deus, uma
característica que o coloca com relação ao sol. O seu nome significa “Luminoso”. É o
senhor das artes, tanto em tempos de paz quanto de guerra, tanto é que sua lança
sempre acertava o alvo. Seu arco era arco-íris e a via láctea era chamada na Irlanda de
“A corrente de Lug” a qual, relacionam alguns estudiosos, com o caminho de
Santiago. Sua presença na Gália, Irlanda e País de Gales é muito vista. Na Irlanda,
Lug está presente em grande parte da mitologia. Conta-se que, uma vez o rei Nuada,
voltando ao trono depois de ter expulsado Bres, e em meio de uma guerra de
represalias entre os Tuatha de Dannan e os Fomore, Lug apareceu sozinho na porta da
frente do castelo de Nuada e o porteiro o perguntou que qualidades prentendia possuir
para ser admitido entre os Deuses. Lug dice, que era “carpinteiro, ferreiro, soldado,
harpista, poeta, bruxo, médico, etc”. O porteiro não o permite passar porque diz que
dentro do castelo, existem deuses com todas essas capacidades, mas Lug diz que
também as tem, portem todas juntas. Então é permitido que ele passe e o rei Nuada o
desafia para uma partida de xadrez que Lug ganha. Nuada o concede então o trono de
forma simbólica e o declara “Samhildanach”, ou seja, “Politécnico” e o deixa ficar,
em pé, ao seu lado. A partir de então Lug se encarrega de fazer os inventários para as
batalhas e organizar os combates. Lug está armado com uma lança e com uma funda.
Com esta última mata o gigante Balor, seu avô materno, arrebentando o seu olho com
uma pedra uma das principias razões pela qual fora chamado de Lug Lam-Fada “ de
mão grande”. Antes de perder sua última batalha, Bres se

una de las principales razones por la que fue llamado Lug Lam-Fada “de larga mano”.
Tras perder su última batalla, Bres se somete a los dioses irlandeses y promete, a
cambio de su vida, prosperidad eterna para Irlanda. En este país se celebra, el 1 de
agosto, “Lugnasad” o asamblea de Lug, que algunos eruditos definen como la boda de
Lug con la Diosa-Madre. Esta fiesta siguió existiendo hasta después de la
cristianización en Irlanda. Finalmente, y respecto al País de Gales, el equivalente es
Lleu Llaw Gyffes “el de la mano viva”. Aparece en el Mabinogion de Math, como el
hijo incestuoso de Gwydion, el Dagda galés, y de Arianrhod (“Rueda de Plata”), su
hermana. Al nacer, Lleu es escondido por su padre y educado en secreto. Una vez ha
crecido, su madre lo maldice más, a pesar de esta maldición que le prohibe, entre otras
cosas, casarse con una mujer nacida de un hombre, se une a Blodeuwedd (“rostro de
flor”), nacida de la magia de Gwydion y del rey Math. La historia no tiene un buen
final pues resulta que Blodeuwedd no le es fiel y toma como amante a Gronw Pebyr
quien, tratando de matar al honrado esposo, le hiere con una lanza. Lleu se salva, sana
y mata a su rival con un golpe de lanza mágica. En lo que respecta a la esposa infiel,
es castigada convirtiéndola en lechuza.

CERNNUNOS: Puede significar “el de la cornamenta” o “el de la cabeza de


ciervo”, de modo general, pues este punto ha sido muy discutido por los estudiosos de
la temática celta. Se cree que es una entidad precelta y se destaca porque el dios
aparece con las piernas cruzadas en “la posición de Buda”. Así aparece en el caldero
de Gudestrup y en los monumentos de Reims y de Saintes, entre otros. Lleva un
torques en el cuello y, en la mano, una manzana o algo parecido a una bolsa. Rodeado
de animales salvajes, se destaca una serpiente,-generalmente con cabeza de cordero-,
en una de sus manos o bien alrededor de su cuello. Hay quien cree que era un dios de
los cazadores mientras otros creen que era el protector de los animales dotados de
cuernos. El ciervo aparece como símbolo de fuerza positiva aunque incluso alguien lo
relacione con el mundo de los muertos. En el medioevo, en algunas historias, el ciervo
vencía al dragón. De modo general se le entiende como rey o dios de los animales, o
bien el dios de la magia de la caza o del renacimiento de la naturaleza. Sin embargo,
los tres conceptos a un tiempo, resultan incompatibles. Respecto a sus
representaciones, para que puedan dar alguna luz sobre su función concreta, se pueden
hacer referencia a tres:

---En Reims: Cernunnos libera de una bolsa un “flujo” que parecen granos o bien
mondas. Un ciervo y un toro se nutren de él y una rata, colocada sobre el gurpo,
parece esperar.

---En París: el pilar de los Nautres de los Parisii lo representa sobre el “dado
Cástor-Pollux-Sertrios. Vemos el busto de Cernunnos, calvo y barbudo, los candiles
ornamentados con dos torques o con pulseras.
--En Gundesturp los eruditos hicieron conjeturas sobre la procedencia del famoso
caldero. En esa pieza Cernunnos reina, sentado con las piernas cruzadas, la cabeza
cubierta por dos inmensos cuernos, sostiene en su mano derecha un torques y en la
izquierda hay una serpiente con la cabeza de Aries. Un ciervo está a su lado y
animales salvajes y peces lo rodean.

Cernunos en el Caldero de Gundestrup.

Nuada: Rey de los Tuatha Dé Danann, tuvo que renunciar a su cargo tras perder
un brazo en una batalla (los gobernantes insulares tenían que ser físicamente
perfectos). Durante el tiempo que estuvo inhabilitado fue reemplazado por otro rey,
Bress (“El hermoso”), pero al parecer y como era mitad fomoriano, lo cierto es que
su reinado no fue bueno para el pueblo a causa de su tacañería y su avaricia. Tras la
derrota de los Formorians por los Tuatha, Bress fue perdonado pero sólo si les
aconsejaba en cuestiones agrícolas, pues eran éstos buenos guerreros y artesanos,
pero del campo apenas sabían nada. Nuadu recuperó el trono después de que Dian-
Cecht le fabricara un nuevo brazo, y a partir de entonces fue conocido por el nombre
de Nuadu Argatlam (Nuadu el del brazo de plata), pero terminó muy desmoralizado
por las continuas batallas con los Formorians y el joven Lugh se hizo cargo del
trono. (*) (Este texto aparece ya en otro apartado, ahora se añade algo más). Nuada
sostiene el alma que simboliza la función guerrera: la espada flamígera, su atributo
canónico, que además sólo utiliza al final de la batalla de Moytirra, sacudido por un
futuro guerrero muy propio de los celtas, después de pasar una apasionada noche con
Bobd, diosa de los combates.

Mananman: El señor Llyr se relaciona con el océano. También se le llamó


Lleadiaïth , o “ el media lengua” quizás por la dificultad de interpretar el lenguaje
del mar y de sus olas. Shakespeare lo convirtió en el rey Lear. La esposa de este
personaje fue Irlanda, quien con el nombre de Iwerydd, tuvo dos hijos: Bran o Bron,
y Mananman o Manawyddan, el hijo del mar o, si se quiere, “el marinero”. Ambos
son, a veces, dioses, y otras sencillos héroes. Mananman era el dios protector de los
comerciantes que cruzaban los mares para establecer rutas comerciales. Era un buen
observador del cielo y la atmósfera y a veces se le consideraba también druida.
Incluso en el Mabinogi de Manawyddad le describen como zapatero. Debido a su
habilidad marinera llegó hasta la Isla de los bienaventurados, de la que fue nombrado
rey. Entre sus posesiones están un caldero de inagotable alimento así como un
importante numero de vacas que dan leche sin parar. En el país de Gales sus rasgos
fueron humanizados y su nombre quedó identificado a la isla de Man, como un
lugar intermedio entre Irlanda y Gran Bretaña. Fue considerado su rey y allí aún se
admira su tumba. Entre algunas de sus representaciones aparece con un casco
flamígero, un escudo invencible y un manto que le hace invisible. Su espada,
igualmente que otros dioses, no falla jamás y su nave, sin remos ni timón, se
desplaza sola hacia sea, apaciguando las tormentas a su paso. Cabe recordar que,
en alguna leyenda, este dios, con el nombre de Barrind “cabeza alta”, será el piloto
misterioso que conduzca al rey Arturo hasta la isla de Avalon. Por un proceso de
cristianización los monjes celtas lo convirtieron en San Barri, patrón de los
pescadores irlandeses.

ESUS, TEUTATÉS Y TARANIS: El nombre de Teutatés podría significar “el


dios de la tribu”. Hay historiadores con lo asimilan al dios Marte o incluso a
Mercurio. Sin embargo, para liar un poco más la madeja, los estudios más recientes
en mitología Teutatés se identifica con el Dagda Eochaid Ollathair “el padre de
todos”; donde ya se une al galo Sucellos y al galo-romano Silvanus.

Taranis, nombre que deriva de la raiz taran, “el trueno”. Es un dios galo. A
veces se le identifica vestido a la usanza romana. Según los historiadores romanos,
y como en el caso de las divinidades femeninas celtas, aquí los tres quedaron en
uno. Essus mereció especial veneración en el norte de Galia. Tarán, el dios del
trueno, el rayo, las tormentas y las lluvias fue asimilado al júpiter romano y
Teutates, el Dios de la tribu, era invocado para que se abandonase la violencia y
protegiese de todo mal. En cuanto a ESSUS,era un dios misterioso e inquietante.
Fue representado empuñando un hacha, bajo las ramas de un árbol, del que pendía
un cuerpo humano, cabeza abajo. Su imagen aparece en el llamado “altar de París”
dedicado a los “nautae”, por lo que se ha sugerido su designación cmo protector de
los navegantes en ríos, pero de forma benéfica. Ha sido asociado con Taranis y con
Teutates formando una tríada peligrosa pues su significado oscilaba, como pasa con
un buen número de dioses celtas, entre dioses del trueno la guerra, como “padres
del pueblo”, por lo tanto era ambivalente; benévolo o cruel. En alguna expresión
latina referida a él puede entenderse que tiene la función de “trocear”. Al parecer,
los dioses que dividen o bien son divididos aseguran fecundidad. Son creadores.
Para los estudiosos el Ussos galo, su nombre, deriva de la expresión bretona
“euzuz”, que significó “estremecer”. Podría tratarse de un dios leñador que exigía
su tributo y los “miembros troceados” pueden entenderse en relación a la leña de
los árboles, pues los celtas entendían a éstos como entidades espirituales, con vida
propia y por tanto talar un árbol era poco menos que sacrificar a un dios o bien a un
ser humano. En cuanto a que esté colgado, puede referirse a que está a medio
camino entre el cielo y la tierra y que su función era relacionar partes que están
separadas. Incluso llegó a relacionársele con el dios nórdico Odín, quien también
estuvo colgado del gran árbol cósmico Ygdrassil, aunque no es lo mismo,
evidentente, ser el que está colgado, a ser quien cuelga a los seres humanos cabeza
abajo y luego los despedaza.

DIANCEHT: Es aquel que está en posesión de secretos curativos, a menos, claro,


que “el enfermo se le haya cortado la cabeza o tenga afectado el cerebro o la
médula espinal”. Cabe recordar, sobre métodos curativos, que por ejemplo la
hechizada Morgana, en Avalón, curaba por medio de artes mágicas toda clase de
heridas, incluso las mortales. La facultad de curar de Dianceht fue heredada por su
hijo Miach. Dianceht poseía conocimiento de un buen número de plantas curativas
y practicaba la medicina natural con algo de magia. A sus conocimientos habría que
añadir algunos ritos sangrientos, aunque no se sabe hasta qué punto, los
historiadores citan este aspecto aquí porque los celtas consideraban, como algunos
otros pueblos, que la cremación o desmembramiento de seres humanos eran un
paso previo a la obtención de la sabiduría sobre los secretos de la vida y la
muerte. BELENUS: Dios solar venerado en Aquilea y sur de las Galias. En
Irlanda se celebra, el primero de mayo, la fiesta solar de Beltaine o “fuegos de Bel”.
Stonehengye, templo solar erigido en época megalítica, es un ejemplo. Sus
constructores no eran indoerupeos y los celtas se limitaron a reconocer la presencia
de un dios solar y hacerle un panteón.

CAMULOS: Fue venerado incluso en Roma. Su significado parece coincidir con el


de “tortuoso”, el que destacaba por arbitrar complicadas estrategias bélicas.

TEUTATES: “Padre de la tribu”, como dios protector del pueblo.

MAPONOS: Deriva de la voz celta “magos o mapos” y quiere decir “hijo”. Es el


dios protector de los jóvenes guerreros. Las referencias a este dios pueden verse en
la saga céltica insular de Kulhwch y Olven, y en los Mabinogion.

DIS PATER: Es el dios de los muertos y “el primero de los antepasados”. Tenia a su
cargo la recepción de las almas y la búsqueda de nuevos cuerpos donde
incorporarlas, una vez fallecidos aquellos cuyas almas buscaban nuevo alojamiento,
y así aseguraba la continuidad de la tribu. A veces trabaja en solitario y en otras
ocasiones le echaban una mano algunas deidades femenina como Herecura,
responsable de la fertilidad del fuego. Actuaba en la Galia romanizada.

DONN: Donn era el dios irlandés de los muertos y los acogía en la isla de Tech
Duinn, al sudoeste de Irlanda. A él, espíritu de lo oscuro, invocaban muchas veces
los druídas en sus rituales mágicos.

BELI: Se le puede identificar con Belo, padre de Danao; con Bel, dios babilónico
de la tierra, y con Belili, diosa sumeria de la luna y del infierno. A Beli se le
concedió el dominio del mar.

GOÏBNIU Y GOVANNON: El fuego, pero más concretamente la forja, fue un


trabajo de dioses. Los celtas consideraban a Goïbniu (en Irlanda), Govannon (en el
país de Gales) el patrón de la herrería y el dominio del metal, por el fuego. En un
momento de su historia los celtas lograron un acero de buena calidad. Goïbniu
viene de la palabra “goban”, forjador. Su facilidad para fabricar con rapidez
espadas y flechas, y como además poseía también “el caldero mágico”, para
resucitar a los muertos en la batalla, los Tuatha Dè Danann un pueblo casi
invencible. Igualmente tenía este dios una buena piara de cerdos inmortales así
como la hidromiel de la Vida Eterna para tener a todos los dioses entretenidos en un
perpetuo festín.

BALOR: Antigua deidad de los fomore; dios de las tinieblas, malo, cruel,
despiadado. Un dios de la muerte que es vencido por su propio nieto, Lug, el
luminoso, protector del pueblo. Es un gigante con un solo ojo, con el párpado
habitualmente caído y que sólo levantaba en la batalla para lanzar su “rayo de la
muerte” con el que mataba a decenas de guerreros. En el País de Gales se le
conocía como Ispaddaden Penkawr y tenía dos ojos pero sus párpados también eran
tan grandes y pesados que sus servidores tenían que mantener sus ojos abiertos
sujetándoselos con enormes orquillas. Hoy en día es la mismísima imagen del ogro.

OG o ANGUS: Como sucede con Mercurio, en el mundo griego, Og era el dios del
amor y de la juventud. Era hijo del dios Dagda. Se decía de él que sus besos se
transformaban en pequeños pájaros cantores que hechizaban el corazón de cuantos
los oían.

ELLAS

La mujer ocupa un lugar de gran importancia en el mundo celta hasta el mundo


de que dioses y héroes reciben, en muchas ocasiones, el nombre materno. Madres,
esposas, hermanas, amigas y amantes, también sabían luchar en la batalla;
entendían de leyes, dirigían hogares, trabajan el campo, se experimentaban en la
lucha; conocían las ciencias de la magia, la poesia y la escritura . Su situación era
de igual a igual, respecto al hombre, en la sociedad celta, una característica que
recuerda mucho a la posición de la mujer en el antiguo Egipto, muy similar al caso
de las mujeres celtas. Se confiaba mucho en sus conocimientos del mundo natural,
con independencia de la indiscutible sabiduría druídica; no tenían tabúes en el
campo de la sexualidad y defendían a sangre y fuego a su pueblo en caso de ser
atacados por algún enemigo. La multiplicidad de diosas que cuenta el mundo celta
demuestra la importancia de la mujer en su sociedad, sin robarle la suya a los
varones. En el caso del origen de los Tuatha Dè Dannae, se les conoce como los
hijos de la diosa Danu. Los hijos de la diosa DANA. En todas las cultura
precélticas indoeuropeas el papel de las diosas-madre fue básico. Las primeras
diosas madre simbolizaron la fuerza de la tierra para cubrir las necesidades de los
seres humanos; concedía fertilidad, acompañaban a los hombres en su soledad, les
sanaban en caso de mala salud.

El Sanas Cormaic irlandés la llama ANA a DANA. En Killarney, Munster, se


elevan dos colinas a las que se les dio el nombre de Da Chích Anann o “los dos
pechos de Ana”, en alusión a su tarea nutricia. La propia Irlanda fue llamada îat
Anann. Eb muchos monumentos megalíticos suelen representarse sus atributos: el
hacha, que representa la autoridad sacrificial; el cayado de pastor, como guía y la
serpiente, como fuerza fecundadora. También hay en sus cercanías animales con
cuernos como ciervos, vacas, toros, bueyes, carneros, al ser tribus que conseguían
buena parte de su alimento con la caza. Los Tuatha recibieron a esta diosa madre
Dana, o Ana, como herencia de otras culturas más antiguas, extendiéndose luego
por todo el mundo celta.

Los celtas conservaron, pese a su arrolladora masculinidad y una organización


básicamente patriarcal, una indiscutible devoción haia Dana, la dama de los
dólmenes, como madre de todos los dioses. Los relatos populares la consideran
como reina de las hadas, de los enanos o korrigans, a cuyo cuidado estaban
confiadas enormes riquezas subterráneas. La consideraban, en resumen, la gran
regidora de un inframundo misterioso y, en ocasiones, hasta mortal. Hay quien dice
que era esa anciana de aspecto terrible, hechicera implacable pero también
bienhechora que no desdeñaba echar una mano a quienes lo necesitaban, si
demostraban que tenían buen corazón. La diosa madre pasó a llamarse, tras la
cristianización, Santa Ana, la madre de la Virgen María, mateniendo su antiguo
prestigio como diosa de la fertilidad, y protectora bajo los auspicios de la luna. Los
gaélicos la bautizaron con los nombres de Brigantia y Gwen.

J. García Font señala en su libro “El legado celta” que en sánscrito Anna
significa alimento y “ann” aliento, respiración, luego Anna significaría alimento
vital. “En el mundo celta el pueblo de Ana, los anaón, son los que han dejado de
respirar; los muertos, la gente del más allá, los que habitan los túmulos. También el
nombre de Rhianonna deriva de un regena-ana-ona, es decir, “una reina de los
anaón”, de modo que curiosamente Ana es Rhianona y ésta se nos muestra como la
dama que protege a los vivientes y tiene en cuenta a los fallecidos”.

MATRONAS

Tanto en Gran Bretaña como en la antigua Germania era muy habitual la


presencia de tres diosas juntas, en una. Se cree que es una costumbre precéltica.
Aparecen representadas con frutos o bien con cuernos de abundancia. A veces la del
medio lleva en sus rodillas un neonato para reforzar su importancia en el culto
doméstico. Algunos de los monumentos a las tres damas están cerca de fuentes
termales, lo que permite relacionar a la triple diosa con la salud. Con el tiempo se
convertirán en hadas y se les llamará mamau o famau. En ocasiones asumieron el
indicativo de diosas de la medicina y de la curación. Hay que recordar en este
campo la famosa tríada irlandesa: ERIU, FLOTA Y BANBHA, o el trío formado
por BODBH, MACHA Y MORRIGANE, diosa única dotada con tres aspectos
diferentes.

Para los celtas el numero tres era especialmente sagrado.

MACHA, LA PELIRROJA: Muestra una condición dominadora y es vestigio de


la época en que imperaba el matriarcado en Irlanda, que desapareció con el paso del
tiempo. Su historia es la que sigue: Tres monarcas había establecido reinar entre si
durante siete años en Irlanda. Uno de ellos, Aed Ryad, murió antes de acabar su
periodo y su mujer, Macha Pelirroja, reclamó el trono de Irlanda. Los soberanos
Cimbaeth y Dithorba se opusieron. Hubo guerra y Macha venció y reinó. Esta diosa
también aparece como Faïthius y representa a la tierra de Irlanda. Concede la
realeza al varón que la desposa. Es la hermosa joven que se transforma en
horrorosa anciana que ofrece su amor al héroe elegido. Si éste la besa y yace con
ella, le ofrece el país. También es vidente y anuncia la desgracias que van a llegar.
Finalmente la tercera de las diosas, en su manifestación humana, es la que provoca
la enfermedad de los ulanos, debido a la carrera que le impone Conchobar de Ulster
y a pesar de que la dama se encuentra embarazada, teniendo que competir en
velocidad con unos caballos. Macha lo hizo para evitar que el rey le cortara la
cabeza a su marido, Crunnchu, quien había afirmado que su mujer, Macha, era la
más rápida del mundo. Esta, a pesar de decirle al rey que se encontraba embarazada
y que sería muy peligroso para ella, no consiguió convencerle y éste, obcecado,
dijo que si no corría, se fuera despidiendo de la costilla. Macha protestó
acaloradamente e incluso se dirigió a la concurrencia para suplicar su ayuda y su
intercesión. Sin embargo los ulates permanecieron callados y no hicieron nada por
lo que Macha los maldijo: “¡Malditos vosotros que no habéis tenido en
consideración mi estado, salvaré la cabeza de mi esposo, pero vosotros sufriréis, de
ahora en adelante, el mal que yo experimentaré. Cada nueve meses tendréis los
dolores del parto!”.

Macha compitió y ganó. En la meta, rendida, da a luz dos gemelos y por eso
aquel lugar es conocido desde entonces como Emain Macha, es decir, “Los
gemelos de Macha”. En el parto dio un grito terrible y cuantos lo oyeron quedaron
hechizado. Luego, durante cinco noches y cuatro días, cada nueve meses,
experimentarían los dolores del alumbramiento. Sólo uno se libro de la maldición:
Cuchulain.

MORRIGANE: Morrigú, en Irlanda, Morrigain, en Galia, se la conoció como


“la gran reina”. No sólo se relaciona con la guerra, sino con quien los que van a
morir en ella de tal forma que se le aparece a los guerreros como una mujer terrible,
de hecho se la asocia con la antigua diosa de la guerra irlandesa Badb. Esa diosa
guerrera adquiere diferentes apariencias: como Nemon, la venenosa, confunde a las
tropas enemigos hasta el punto de luchar entre si; como Macha, es ella misma
quien combate a los hombres y se presenta, cuando anuncia la muerte, en forma de
cuervo y en nombre de Badb. Como Morrigú, otorga una fuerza sobrenatural a los
soldados que protege, como fue el caso de Cuchulán. De igual forma se ha
presentado como reina de los fantasmas y los espectros, y transformada en el hada
Morgana de las leyendas del rey Arturo, se la conoció por su maldad mientras que,
como la Dama del lago, ofrecía su aspecto más bondadoso a quien requería su
ayuda. Morgana aparece como una de las hermanas del rey Arturo, concubina de
Merlín y que se asocia con la típica imagen de la hechicera. Una, en tres: Badb,
Macha y Morrigane. La primera se transformaba el corneja, la segunda provocaba
la embriaguez mágica y periódicamente, una vez al año de los ulates, -quedando al
merced de sus enemigos-, y Morrigane, poseedora de los secretos de la magia
guerrera.

Cabe recordar que, en la fiesta de Samauhin o samain, que tiene lugar el primer
día de noviembre, se producía la “unión” entre el dios Dagda y la diosa Morrigu,
señora de los espectros, quien le dio a su amante las indicaciones necesarias para
derrotar a los fomore. Esta unión, expresa la importante relación que existía entre
sexualidad y fecundidad para los celtas, por ello las celebraciones que tenían lugar
este día eran de un marcado carácter agrícola. Dagda halló a Morrigu cuando esta
se bañaba en el río Unius e hicieron el amor no lejos de las aguas, en un lugar que
aún hoy se conoce como “lecho del amor”.

CERRIDWEN: La diosa del cereal, era protectora de poetas y artesanos. Su culto


garantizaba buenas cosechas. La etimología de su nombre indica su color blanco,
“wen”, y “cerdd”, que en irlandés y galés significa “beneficio”. En Cataluña puede
verse una derivación de su nombre en la “sardana”, su danza típica, así como en la
toponimia del valle de la Cerdaña. Es la diosa de la cebada y también era conocida
como Albina, la protectora de Gran Bretaña. Al ser una diosa antigua, coautora de
la creación, diseñada en los albores de la Edad de Bronce, su huella se encuentra en
diversos pueblos indoeuropeos: por ejemplo fue Danae, diosa de la agricultura de
los aqueos danaenos; Leucipa, la diosa yegua blanca o Io, la fecunda diosa vaca de
los jonios. Para los irlandeses era, ante todo, una diosa de fecundidad y madre de
dioses. También era protectora de poetas y regente de la función intelectual,
además de diosa de algunos oficios como la herrería, la forja y la medicina. Una
vez cristianizada Irlanda, algunos expertos señalan que Cerridwen pasó a
convertirse en Santa Brígida, su patrona, consagrada en la Abadía de Kildare.

ADARTIA: Realmente esta diosa tiene, en conjunto, características parecidas a


Cerridwen, aunque también tiene otras que la distinguen. Artia o Adartia, hay quien
sostiene que su nombre hace referencia a las tierras de cultivo, la piedra y los osos.
Era diosa de las aguas, de la tierra y de estos animales, uniendo en si la potencia del
mundo acuático, la fecundidad del mundo vegetal y la fuerza animal del oso. De
hecho en Suiza se encontró una estatua donde se la representa debajo de un árbol,
frente a un oso y con una copa y frutos en sus manos.

MADB. También conocida como Maeve o Meb. Sobre ella se habla


ampliamente en el capítulo del Ulster, -en los primeros capítulos de esta serie sobre
mitología-, y también se refiere su otra leyenda como la primera de las hadas.

DEVA: Diosa de los ríos celtas, a los que en muchas ocasiones y lugares se le
daba este nombre.

SIRONA: Diosa de las aguas termales que, además, enlaza cielo y tierra.

ÁINE: Hija del dios del mar Manannán. Pese a su origen marino, es una diosa del
cielo que viaja por el espacio.

ARIANRHOD: La dama de la luna, “rueda de plata”. Es hija de Dôn y hermana de


Amaethon y Gwyddyon, con quien mantiene relaciones incestuosas de las que nacen
dos hijos: Dylan Eil Tôn y Lleu Llaw Gyffes. Abandona el primero y no reconoce al
segundo, al que maldice. Pero Gwyddyon consique contrarrestar esta maldición.
Representa a la mujer que rechaza la maternidad. La expresión Kaer Arianrod designa
a la constelación Corona Boreal.

BRIGANTIA o BRIGIT: Era un de las diosas de mayor entidad entre los celtas. Hija
de Dagda y hermana de Angus, su nombre significa “la poderosa” o, como Brigantia,
“la encumbrada”. En la antigua Irlanda era la señora de la poesía, la adivinación y de
la sabiduría. Estaba asociada al sol y al fuego. Su fiesta se celebraba el uno de febrero
que los celtas festejaban Imbolc, el comienzo de la primavera, motivo por el cual
también se la asociaba con la fertilidad tanto de los campos, como de los animales y
los seres humanos. En Escocia, y justo por ser diosa de la fertilidad y una vez llegada
la cristianización, vieron en Santa Brígida, a la comadrona de la Virgen María y por
eso era invocada por las parturientas cuando daban a luz. En el caso de Irlanda
igualmente Brigantia fue sustituida por santa Brígida de Kildare. Curiosamente, en
aquel lugar donde desde tiempo inmemorial los celtas había mantenido un altar con
fuego permanente, fundo la santa un monasterio de religiosa. Se cuenta que a tan
poderosa “isla de mujeres” no podía acercarse ningún varón. Cabe recordar, sin
embargo, que la diosa no siempre estaba de buen humor y, cuando el tema de la
cosecha no iba bien y para calmarla, se solía sacrificar un gallo en donde tres
corrientes de agua se encontraban.

EPONA: Se cree que era una diosa que no sólo protegía a los caballos sino también
a los ejércitos pues un buen número de sus representaciones aparece allá donde hubo
zonas ocupadas por los soldados de caballería, de ahí que se la considere su patrona.
Su fiesta se celebraba el 25 de diciembre. Se la representa sobre un caballo o un asno;
o bien ante varios caballos, o incluso medio tendida, desnuda, sobre un caballo. Porta
un cuerno de abundancia y a veces incluso junto a ella aparece un perro. De igual
modo se la consideraba protectora de quienes van al mas allá por ser ambos animales
relacionados con el reino de los difuntos.

RHIANONA: Es una variante de Epona. Era una divinidad de los cimbrios. Al


contrario que Epona, no era tan benevolente y, aunque conducía a las almas hacia el
más allá, aquellos que accedía a su invitación de subir a su grupa para hacer el
camino, ya nunca más regresaban. En ella aparecen dos aspectos contrarios: por un
lado es la amazona inalcanzable, y por lo tanto nadie la alcanza jamás si intenta ir en
su dirección, por otro resulta que invita al caminante a que monte para llevarlo
consigo. A veces se la representa, además de junto o sobre el caballo, con dos pájaros:
uno provocaba el gozo y, el otro, el olvido. Los expertos creen que se refiere a los
efectos de alguna planta adormidera pues, según se dice de la diosa, hacía adormecer
a los vivos, como si estuviesen muertos, y a los muertos los hacía revivir. También era
una manifestación más de la Diosa Madre.

BELISAMA: La resplandeciente, la que parece una llama. Según los romanos era
la señora del fuego y de sus mágicos influjos. En su honor, como en el caso de Brigit,
se mantenía siempre encendida una llama.

ROSMERTA: La diosa de la abundancia. Es la gran proveedora. Se la suele


representar portando el cuerno de la abundancia y hasta con una bolsa llena de
objetos.

LAS MUJERES DEL SID: Son mensajeras de los dioses. Su sexo es femenino y
pueden transformarse en cisnes. La palabra Sid significa paz y se refiere “al otro
mundo” en diversas formas: en las entrañas de la tierra, en maravillosos palacios de
cristal y luz; en hermosas islas perdidas en mitad del oceanos.., es un reino de
felicidad donde las palabras “mal” o “sufrimiento” no existen. En la tradición gaélica
tienen diferentes nombres: Tir na n-Og “tierra de los jóvenes; Mag Meld “llanura del
placer”; Tir na m-Beo “Tierra de la vida”; Tir Tairngire, “tierra de la felicidad”; Mag
Mor “la gran llanura”; Tir Aill “el otro mundo” o Tir na m-Bân “tierra de las
mujeres”. Todos estos “paraísos” se encontraban realmente en uno que los bretones
sitúan en la Isla de Avalon, o isla de las Manzanas, fruta símbolo del conocimiento y
la sabiduría.

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