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RESUMO DA REUNIÃO 8M

As companheiras Babi Nelisa e eu Silvina nos encontramos virtualmente hoje para avaliar a possibilidade
de fazer a proposta de ser parte do movimento 8M. Como imaginamos que nem todas sabemos o que é
8M faremos agora um resumo do que significa e o porque seria bom fazer parte dessa rede.

El primer mandato del patriarcado nos enseña a desconfiar las unas de las otras. Esa hechura

O primeiro mandado do patriarcado nos ensina a desconfiança. Desconfiar as umas das outras. São
micro machismos que as vezes repetimos e que dificultam os encontros e especialmente a luta em
conjunto. Para descontruir essa e outras práticas precisamos uma nova construção, de confiança e
cuidado. Somos mulheres diferentes, de coletivos diferentes ou mulheres que não adhierem a grupos
nem coletivos em Paraty. Mas temos um dado em comum onde nos reconhecemos. Um trajeto de
sofremento e impotencia por estar andando num sistema patriarcal que nos é imposto. Com todo o
que esse sistema significa . Transformar esta realidad é uma tarea política. Não partidária, sim
política. A violencia machista é politica, ela sustenta um sistema de privilegios. Porque negarnos esse
lugar político de luta, porque ceder esse lugar de fala política? Pelo amplo dos movimentos das
mulheres, precisamos criar uma organização que considere a heterogeneidade da luta, e com o máximo
de pluralidade . Não aceitar que este sistema não pode ser modificado e que só devemos nos adaptar.
Esse é outro conceito patriarcal imposto. Precisamos construir com uma inteligencia coletiva que
consiga somar as particularidades de coletivos tão ricos nas suas experiencias e nas suas lutas. E
acolhendo a mulheres que vão se somando pelas necessidades individuales e o entendimento da
necessidade coletiva.

8M aparece como movimentos que organiza a greve do dia 8 de março. A greve evidenciou o lugar das
mulheres no mundo, Mas se transformou numa rede internacional com uma presença muito forte em
America central e america do sul

Surge transformando a dor em potencia. Vivas nos queremos um dos gritos. Isso significa resistir aos
intentos de capturar nossa voz coletiva e tentar construir estrategias para sair desse lugar em que os
"amigos" querem nos manter, Lugar de vítimas. Podemos ser vítimas mas na luta em comum somos
criação, potencia, voluntade de transformação. 8M tenta vincular as mulheres do mundo como
sujeitas políticas em luta. Considerando as diferentes pequenas grandes lutas de todas. Não só
organizar uma greve uma vez no ano e pedir que ninguém ouse entregar uma flor para nós mulheres.
Luta pelas reivindicações de cada uma de nós. Nós negras, nós violentadas, nós indigenas, nós
trabalhadoras exploradas, nós hétero, lesbicas ou o que seja que esolhemos ser. Nós todas A
intenção é a construção de um sociedade mais livre na qual não sejamos empurradas desde a infancia a
aceitar padrões de conduta que nos condenam a ser subalternas e obedientes.

Hoy nos encontramos ante un vértice histórico a escala global, y más aún en América Latina .
Un momento de crisis en el cual se abren trayectorias cada vez más polarizadas. Una, marcada

por la amenaza de la extrema derecha y de las derechas neofascistas, que vienen a

administrar y profundizar el neoliberalismo que muestra su cara más mortífera; una derecha

neofascista que pone por delante una política racial y sexual lesboodiante, transodiante y

misógina, amparada en una lucha del penúltimo contra el último que fortalece el racismo

sembrado desde los primeros tiempos coloniales y del patriarcado. Y ante este vértice, otra

trayectoria posible, marcada por lo que la potencia feminista, plurinacional, transnacional y

antirracista ha podido construir en el seno de nuestros pueblos. Aunque lo hacemos en

condiciones políticas y sociales muy diferentes, nosotres estamos unides en la lucha contra

esta violencia y por nuestra determinación a acabar con ella, actualizando una política para las,

los y les explotades que reconstruya en una nueva clave una lucha conjunta y transversal. La

posibilidad novedosa de construir un programa y una fuerza propias. El descubrimiento de

nuevas herramientas de lucha cargadas de sentido y aprendizajes históricos frutos de

memorias rescatadas de las políticas del olvido.La experiencia que nos ha unido y nos une es

ya una experiencia global: la fuerza desestabilizadora de nuestra movilización contra la

violencia patriarcal ha cruzado todas las fronteras y nos ha unido en una gran marea.

Es en este vértice que nos situamos y nos llamamos a levantar un proceso de movilización que

irrumpa en todos los aspectos de la vida. A rebelarnos desde nuestros cuerpos/territorios frente

al aumento de las violencias que se ejercen sobre ellos

Nos llamamos a derrocar juntxs las múltiples estructuras interrelacionadas que componen el

patriarcado colonial, con la responsabilidad vital de desmontar el racismo, siendo este uno de

los cimientos más importantes del capitalismo moderno, que sigue excluyendo a lxs cuerpxs

racializadxs y lxs migrantxs de cualquier acceso mínimo a la dignificación de nuestras

existencias, incluso después de más de 500 años de iniciada la invasión y explotación a la que

ha sido sometida Abya Yala, así como África y Asia. Las mujeres y cuerpas negras diversas
nacimos en resistencia y nunca hemos sido meras espectadoras de los cambios radicales que

necesitamos para vivir la vida que queremos y esta vez no será la excepción, es necesario

ennegrecer el feminismo, reconocer y visibilizar las negritudes. Colorear el feminismo,

reconocer y visibilizar las existencias otras y las opresiones múltiples que las intersecciones de

los colores provocan: negras – indígenas- mujeres - disidencias, para una reparación histórica

sostenible.

Reconocemos que la violencia patriarcal tiene diferentes formas e intensidad, pero también

reconocemos que nuestra capacidad para desafiarla y rechazarla es tanto mayor cuanto más

global es nuestro levantamiento. Sabemos que las rebeliones de las que somos parte

comprometen las esperanzas de los pueblos del mundo, porque desde el sur volvemos a

demostrar que las revueltas sí existen, sí hacen tambalear las estructuras que nos oprimen, sí

desploman los relatos dominantes y sí abren nuevos relatos, colocan al frente a quienes

siempre han estado atrás situando a las mujeres, a las disidencias y a los pueblos ante la

posibilidad de ser protagonistas de su historia y eso, en un momento de avance de la derecha

de carácter fascista, fundamentalista y racista nos obliga a tomar la primera línea, como lo han

hecho las mujeres kurdas en Rojava.

Hoy más que nunca recuperamos la primera línea, una primera línea que se teje a sí misma

desde la multiplicidad de aspectos que atañen nuestras vidas. El gran movimiento del que formamos
parte tiene diferentes discursos y prácticas diversas y responde a las necesidades

de cada uno de nuestros territorios, pero confiamos en la potencialidad que tiene la

caracterización de una huelga general y global feminista, que se considere como un proceso

colectivo de articulación, de politización, de gran convergencia, de expansión, de intervención

de la normalidad opresora. Una huelga que considera la interrupción de todos los tipos de

trabajos y que va más allá de su sentido “productivo”, para poner el centro en los trabajos que

sostienen la vida. Sabemos que los feminismos hoy se levantan como una alternativa en las

urbes productivas y así también en la ruralidad y sus saberes, y por ende este 8M nos
convocamos en estos diversos espacios.

Nos llamamos a ocupar todos los lugares, sobre todo aquellos que nos han sido históricamente

negados. A tomarlos y transformarlos confluyendo en levantar la posibilidad de una vida que

supere la debacle capitalista y patriarcal a la cual nos quieren mantener sujetas(es). Hemos

levantado un proceso emancipatorio que tiene carácter transfronterizo, del cual este 8M-9M

será un hito de suma importancia. Y sabemos, también, que no será el único: nos seguiremos

tejiendo y convocando para construir la vida que queremos y soñamos vivir.

Nos llamamos a seguir en pie de rebeldía, a continuar y profundizar el estallido de los pueblos

y la lucha feminista y transfeminista.

¡A

impedir retrocessos em direitos e propor avanços na legislação sobre direitos sobre o próprio corpo,
direitos ao aborto legal, seguro e gratuito – pauta histórica do movimento – maternidade, trabalho,
acesso à terra, à equidade de direitos.

Ne

8M, que é composta por vários coletivos, movimentos, partidos, mulheres autônomas. Essa avalanche
de retrocessos que a gente vem passando nos últimos tempos. E eu junto com algumas companheiras
pensamos na questão do território, pensando o corpo que é aEntão, a ideia do 8 de Março é fazer essa
disputa de narrativas e dar voz a essa mulher que luta, que se coloca no front todo dia, principalmente
as mulheres que não têm voz, mas que estão se colocando.

travessado pelo território.

A caracterização interseccional das violências e o enfrentamento às violências racistas, patriarcais,


coloniais e capitalistas são uma linha vermelha entre os distintos feminismos: feminismo das periferias,
transfeminismo, feminismo indígena-comunitário, feminismo negro, feminismo popular e muitos outros.
A historicização das violências explicita feridas e opressões diferentes, e refletiu uma dimensão de classe
que não é possível ocultar. Situar e especificar o que significa a violência em cada uma das existências
diversas é fundamental. Ao mesmo tempo, é necessário compor uma luta comum que não elimine nem
banalize estas diferenças históricas. Este plano comum é tecido a partir do que o coletivo Mujeres
Creando chamou de “alianças insólitas”, capazes de criar composições com o que se tenta manter em
classificações e caixinhas separadas.

Quando os feminismos se fazem fortes, como você diz, colocam no centro do debate os atos de despojo
do neoliberalismo.

Um ponto fundamental é o caráter antineoliberal que os feminismos expressam hoje. Foram eles que
puseram no centro do debate político a questão do extrativismo sobre corpos e territórios: desde o
extrativismo de uma multinacional mineira, que desaloja toda uma comunidade em nome do
desenvolvimento, até o extrativismo financeiro da dívida, que extrai valor da precariedade. Mas também
foram os feminismos que puseram em primeiro plano a questão de o que significam o despojo da
infraestrutura pública e a privatização de serviços sociais. Eles são substituídos com trabalho gratuito ou
hiperbarato de mulheres, lésbicas, trans e travestis nos territórios — seres que o capital quer
transformar em uma espécie de nova classe servil. Foram os feminismos que puseram em questão o que
significa uma educação sexista com mandatos de gênero que preparam a juventude para estágios
baratos nas empresas. Os feminismos articularam a dimensão de ajuste estrutural das economias com a
dimensão de um governo do desejo e da ordem político-sexual que implica ordenar o trabalho e a
inclusão social num esquema heteronormativo. Tudo isso permitiu que, em países como os nossos, se
tirasse do mapa o feminismo liberal, que só propõe igualdade de condições sob o ideal de nos
convertermos em empresárias de nós mesmas.

Estas ações diretas de corpo/território puderam ser vistas com clareza nestes dias, com as assembleias
de mulheres e as dissidências no Chile…

O que ocorre no Chile é impactante. As companheiras da Coordenação Feminista 8M vêm numa


sequência de iniciativas que remonta pelo menos ao maio feminista de 2018, esta reivindicação conjunta
de educação pública e educação não sexista. Vieram em seguida o Encontro das que Lutam e a
massividade do 8 de Março deste ano. Há, no último período, um acúmulo da dinâmica feminista que
tem muito a ver com a pegada da mobilização atual, sobretudo devido ao lugar que tiveram as e os
jovens secundaristas, ao iniciar a desobediência, o pula-catraca, como um gesto de ruptura com a
chantagem moral implícita no endividamento familiar para que se eduquem e sejam exitoses em termos
de competição. O mesmo vinha fazendo os movimentos que denunciavam a dívida por gastos com
saúde. Para resumir, no coração do projeto neoliberal dos Chicago Boys, que é o Chile, implode-se a vida
neoliberal graças ao impulso das gerações mais jovens, junto com uma dinâmica projetada pela greve
plurinacional feminista. Porque o que vemos na greve dos últimos dias, no Chile, são elementos da greve
feminista, que levam em conta a reprodução da vida como um espaço onde hoje o capital acumula o
tempo todo. Como a reprodução da vida já não está garantida por rendimentos (sejam salariais ou de
outro tipo), a dívida converte-se em uma obrigação, é adquirida compulsoriamente. Por isso, parece-me
tão genial este grafite que no Chile alguém escreveu na parede de um banco: “Nos devem uma vida”,
dizem, invertendo a questão de quem deve a quem.

A Bolívia arde, e a cada dia o recrudescimento dos setores que tomaram o poder e dos líderes da
ultradireita está causando mais repressão e mortes.

É um massacre o que vem ocorrendo desde o golpe de Estado — sem dúvida, racista e fundamentalista.
A violência sexual como violência política e a violência da heteronormatividade contra indígenas,
mulheres, lésbicas, travestis e trans são o traço que sobressai na Bolívia, e é comum também ao Brasil,
ao Chile e ao Equador. A pergunta que surge é: como se desarma o fascismo social e como se desarma a
situação de guerra interna que se pretende instalar? Há uma discussão de fundo sobre como o
desenvolvimentismo desencadeia dinâmicas neoextrativistas às quais se resiste há anos. E estas
resistências têm como protagonistas mulheres que disseram claramente: a conquista neoextrativista e
neocolonial dos territórios é contra a reprodução da vida, contra os bens comuns. Não é uma discussão
teórica: é um acúmulo de lutas que, com enorme esforço, risco e perseverança, conseguiu instalar tal
debate. É um ponto muito forte da discussão latino-americana atual, porque os feminismos estão
denunciando o amálgama entre neoliberalismo, extrativismo e colonialidade. Hoje isso está no centro da
guerra social. As lutas feministas puseram em palavras e em práticas uma resistência antineoliberal e
relançaram o conflito político. Por isso, têm um papel fundamental em combater o fascismo, e estão
também no centro do alvo das violências.

(*)

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