Teniendo en cuenta que el SARS-CoV-2 es una infección viral que ha llegado a
propagarse por el mundo, por lo que se ha podido evidenciar que este genera daños tanto a niveles celulares como a niveles sintomáticos; algunos científicos han llegado a demostrar mediante diferentes investigaciones los principales órganos que han sido mayormente afectados. Principalmente este virus utiliza la enzima convertidora angiotensina 2 (ACE2) como receptor ante la infección del paciente, se ha podido evidenciar esta enzima en las células endoteliales e inflamatorias de algunos tejidos tanto como del corazón, hígado, pulmones, riñones, intestinos y ganglios linfáticos, dependiendo primordialmente de la carga viral, es decir si esta es alta su manifestación será temprana o si es baja la manifestación será tardía. Los tejidos que presentaron un mayor cambio celular son los del corazón y pulmones, ya que contienen mayor cantidad del gen que provoca la fibrosis pulmonar conllevando a una lesión a nivel de los pulmones, durante la enfermedad se puede producir una angiogénesis en dicho órgano, la cual podría llegar a ser estimulada por el proceso de incrementación de trombosis e inflamación vascular con gran afectación al endotelio y sus células. Según el estudio realizado en tres pacientes infectados se demostró la presencia de patologías preexistentes tanto a nivel cardiaco, renal, pulmonar, arterial y también se evidenció un caso de obesidad, por lo que cada uno de los pacientes desencadenó en endotelitis y muerte celular, en relación a la participación viral y a la respuesta inflamatoria del huésped. Otro daño celular indirecto fue encontrado a nivel cerebral en donde el virus obtuvo una infiltración dentro del sistema vascular desencadenando en un adelgazamiento de los vasos sanguíneos, gracias al paso que brindaban las células nerviosas de la mucosa olfativa, cabe recalcar que en el cerebro reside el sistema nervioso central.
Dentro de estos argumentos se pudieron evidenciar los resultados de algunos estudios
que se han enfocado en la explicación del daño celular que ha llegado a producir la COVID-19, encontrando principalmente al pulmón como el órgano más afectado, ya que en él se detectaron células inmunes especificas y severas lesiones.