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COMISSÃO CIENTÍFICA
ALBERTO DE SÁ E MELLO
Palavras de Abertura ....................................................................................... 11
ARTIGOS ...................................................................................................... 15
VIRGÍLIO MACHADO
Administração Pública Electrónica e Directiva dos Serviços:
Aplicação ao Sector do Turismo ....................................................................... 139
ANTÓNIO AMADO
Discorrendo sobre as terceira e quarta alterações ao Código do Trabalho.
A Lei 23/2012, de 25 de Junho. A Lei 47/2012, de 29 de Agosto ...................... 255
*
Director da JURISMAT.
Docência e Investigação num Projecto Universitário
ANA LUÍSA BALMORI & RUI MANUEL LOUREIRO *
Seis meses passados, e dando continuidade ao projecto, aqui está o segundo número
da JURISMAT, que, para além de valiosas colaborações de membros do corpo
docente do ISMAT, conta agora com duas novidades. Por um lado, a JURISMAT
*
ALB: Directora do Curso de Licenciatura em Direito, ISMAT.
RML: Director do ISMAT.
14 ANA LUÍSA BALMORI & R UI MANUEL LOUREIRO
passa a dispor a partir deste número de uma Comissão Científica, composta por um
alargado grupo de prestigiados especialistas, oriundos de universidade portuguesas e
espanholas, públicas e privadas. Competirá a esta Comissão Científica, que generosa
e entusiasticamente aceitou o desafio da JURISMAT, zelar pelo rigor, pela actuali-
dade, pela qualidade das colaborações publicadas. É essencial, no actual mundo das
publicações académicas, assegurar uma constante avaliação de pares. Por outro lado,
e igualmente já a partir deste número, a JURISMAT recebe colaborações de espe-
cialistas oriundos de outras instituições de ensino e de investigação. Concretizam-se
assim dois dos principais desideratos da JURISMAT: assegurar um sistema de peer
review e abrir as suas páginas a colaborações exteriores ao próprio ISMAT.
Más allá de la beneficencia propia del Estado, liberal o conservador, del Siglo XIX –
beneficencia episódica, esporádica y próxima a la caridad para con los menesterosos
–, nuestra Constitución consagra – gracias a Dios y a los votos de los ciudadanos –
un Estado Social de Derecho, al que se aparejan, en mayor o menor medida, múlti-
ples prestaciones sociales, que tienen lugar en los siguientes frentes cuando menos:
educación (artículo 27); protección de la familia, de los hijos y de las madres (artí-
culo 39); formación profesional (artículo 40); seguridad social (artículo 41); salud
(artículo 43); cultura (artículo 44); vivienda (artículo 47); discapacidades (artículo
48); pensiones, en fin, y atenciones a la tercera edad (artículo 50 de la Constitución
Cuando – ello sabido – la crisis económica campa por sus respetos, no hay más
remedio – a lo que parece – que reducir prestaciones como las sanitarias, respecto de
determinados colectivos, de extranjeros y de españoles también, cual se reducen las
becas para la realización de estudios, incrementándose los requisitos exigidos para
su concesión.
Decir, al respecto y ello sabido, que, en el diario La Región de Orense del 6 de agos-
to de 2011, se daba noticia de un estudio de la Universidad de Santiago, de confor-
midad con el cual el 80% de los gallegos entre 18 y 29 años son económicamente
dependientes, residiendo, el 65% de los mismos, con sus padres, alimentantes de los
primeros, más allá de la patria potestad, extinguida, ya, por la mayoría de edad de
sus hijos.
Decir también que, en el diario 20 minutos de Madrid, del día 1 de junio de 2012, se
señala que, el 43,8 de las personas mayores de 65 años habitantes en la Comunidad
dicha – unas 400.000 –, participan, de un modo u otro, en el sustento de sus descen-
CRISIS ECONÓMICA Y SOLIDARIDAD FAMILIAR 19
dientes y familiares más cercanos, azotados por el paro. La crisis – puede leerse en el
Diario referido – ha convertido a uno de los grupos sociales más vulnerables – la
tercera edad – en piedra angular de muchos hogares. Los ancianos de la región han
dejado de ser destinatarios de ayuda, para convertirse en prestadores de la misma. Si,
en 2010, el 12,5% de los mayores de 65 años reconocía recibir ayuda económica de
sus hijos – que les compraban comida o les pagaban algún recibo –, en 2012, solo el
7,5% de ellos afirma seguir recibiendo este tipo de ayudas.
Alimentos entre parientes, pues y como puede verse, con el acento curiosamente
puesto en los ascendientes como alimentantes.
Como es obvio y ha quedado dicho, una persona debe atender a sus necesidades con
sus propios medios; con las remuneraciones obtenidas de su trabajo o actividad pro-
fesional, empresarial o comercial, que ha de reanudar, en el caso de que la hubiese
dejado, inscribiéndose en las listas del paro cuando fuese necesario; con las rentas
procedentes de sus propios bienes; con la realización del valor de los mismos, en fin
y en su caso, para obtener numerario suficiente para atender a sus necesidades.
Con vistas a necesidades futuras, los seguros de vida y los fondos de pensiones se
manifiestan como medidas aconsejables, pudiendo recurrirse también a créditos
garantizados con hipoteca inversa o a la constitución de una renta vitalicia o a la
celebración de un contrato de alimentos.
A la renta vitalicia se refiere el artículo 1802 del Código civil, del siguiente tenor:
“El contrato aleatorio de renta vitalicia obliga al deudor a pagar una pensión o rédito
anual durante la vida de una o más personas determinadas, por un capital en bienes
muebles o inmuebles cuyo dominio se transfiere desde luego con la carga de la pen-
sión”.
tipo – cuidado, compañía y cariño incluso – a una persona durante su vida, a cambio
de la transmisión de un capital en cualquier clase de bienes y derechos”.
Los padres, respecto de los hijos sometidos a su patria potestad, tienen, de confor-
midad con lo dispuesto en el artículo 154.2º del Código civil, el deber de velar por
ellos, tenerlos en su compañia, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación
integral. Incluso en el caso de que no ostenten la patria potestad dicha, el padre y la
madre, en virtud de lo establecido en el artículo 110 del Código dicho, están obliga-
dos a velar por sus hijos menores y a prestarles alimentos, siendo de destacar, en
todo caso, la singularidad y mayor vigor de los alimentos dichos, respecto de los
debidos por los ascendientes, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 142 y
siguientes del Código civil, alimentos que jugarían, tan solo, respecto de los hijos
mayores de edad o emancipados. De conformidad con lo dispuesto en la Sentencia
del Tribunal Supremo de 24 de octubre de 2008 (Auger), la obligación de dar sus-
tento a los hijos menores es un deber incardinado en la patria potestad que subsiste
de manera incondicional, en vía de principio, aun el caso de que el hijo tenga sus
necesidades cubiertas con sus propios medios.
Los tutores, respecto de los pupilos sometidos a su tutela, tienen obligaciones simila-
res a las que acabo de referir, señaladas en el artículo 269 del Código, que, en lo que
interesa, dice que el tutor está obligado a velar por el tutelado y, en particular, a
procurarle alimentos, educación y formación integral. Algo del género sucede en los
supuestos de ausencia (artículo 184 del Código) y acogimiento familiar (artículo
173 del dicho cuerpo legal).
así: “El concursado persona natural que se encuentre en estado de necesidad tendrá
derecho a percibir alimentos durante la tramitación del concurso, con cargo a la
masa activa, siempre que, en ella, existan bienes bastantes para atender sus necesi-
dades, las de su cónyuge… y descendientes bajo su potestad”. Los alimentos dichos
son curiosos, en la medida en que proceden, a la postre, del propio patrimonio del
alimentista y en la medida en que el Juez, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo antes citado, puede modificar la cuantía y la periodicidad de los mismos.
En otro orden de cosas, conviene recordar que, cualquier persona, puede verse bene-
ficiada por atribuciones patrimoniales, resultantes de una herencia o legado a su
favor, existiendo legados destinados, específicamente, a atender necesidades ali-
menticias del legatario, cuales los de educación y alimentos, contemplados en el
artículo 789 del Código civil, o el de pensión periódica, regulado en el 880 de dicho
cuerpo legal.
Estos dos últimos derechos tienen, por cierto, una vocación alimenticia innegable,
cual resulta del propio tenor literal del artículo 524 del Código civil, que dice así:
“El uso da derecho a percibir, de los frutos de la cosa ajena, los que basten a las
necesidades del usuario y de su familia, aunque ésta aumente. La habitación da, a
quien tiene ese derecho, la facultad de ocupar, en una casa ajena, las piezas necesa-
rias para sí y para las personas de su familia”.
Constante matrimonio, los cónyuges tienen, entre sí, los deberes de ayuda y socorro
mútuo, contemplados en los artículos 67 y 68 del Código civil, deberes que engloban
los de alimentos, ampliamente entendidos. Decir, a mayor abundamiento, que, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 1318.I del Código, los bienes de los
cónyuges están sujetos al levantamiento de las cargas del matrimonio, cualquiera
que sea el régimen económico por el que se rija éste, estableciendo, el artículo 1362,
una serie de gastos a cargo de la sociedad de gananciales, gastos entre los que se
encuentran el sostenimiento de la familia y la alimentación y educación de los hijos.
El 1408, por su parte y en sede de liquidación de la sociedad dicha, establece ali-
mentos a favor de los cónyuges, del cónyuge supérstite o de los hijos, con cargo a la
masa común. El 1438, en fin y en el marco del régimen de separación de bienes,
22 CARLOS ROGEL VIDE
establece, también, que los cónyuges contribuirán al sostenimiento de las cargas del
matrimonio.
En supuestos de crisis matrimoniales, el artículo 102 del Código civil y sus concor-
dantes, establecen medidas provisionalísimas y provisionales, que deben adoptarse
desde que, uno de los cónyuges, se proponga presentar una demanda de nulidad,
separación o divorcio, o haya sido admitida a trámite la demanda en cuestión, medi-
das entre las que se cuentan las relativas a las atenciones y cuidados de los hijos
comunes y las que tienen que ver con la contribución a las cargas del matrimonio en
las circunstancias dichas.
Distintas de los alimentos, posibles, entre conyuges separados, son las compensacio-
nes por desequilibrio económico que pudieran corresponder a uno de ellos, en
determinadas circunstancias, previstas en el artículo 97 y siguientes, compensaciones
que pueden darse aun cuando los beneficiarios de las mismas no estén en una situa-
ción de necesidad propiamente dicha, pudiendo ser, a mayor abundamiento, tempo-
rales.
Al margen de las liberalidades dichas, cabe, también, que una persona se vea enri-
quecida por donaciones, en dinero o en especies, hechas por otras personas, físicas o
jurídicas (piénsese en organizaciones no gubernamentales, como Caritas), que redu-
cen o neutralizan la necesidad de alimentos de aquella, ya sean, tales donaciones,
simples, condicionales, modales, remuneratorias o, incluso, onerosas, en la medida
en que superen el valor asignado o asignable a la contraprestación.
La obligación legal de alimentos entre parientes viene regulada en los artículos 142 a
153 del Código civil, que integran el Título VI del Libro Primero del mismo, Título
titulado – valga la redundancia, obligada – “De los alimentos entre parientes”, preci-
samente.
A pesar de ello, es necesario hacer las siguientes matizaciones: los cónyuges – que
pueden ser alimentantes y alimentistas, llegado el caso – no son parientes entre sí; no
todos los parientes están obligados a prestar alimentos o pueden solicitarlos; el tér-
mino alimentos se utiliza, aquí, en sentido muy amplio, tan amplio que, como ya
apuntaba Alonso Martínez, sería mejor hablar de “asistencia” que de “alimentos” tan
solo.
En efecto y dentro de los alimentos a que se refieren los artículos 142 y siguientes
del Código, se comprenden los siguientes ingredientes:
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- Sustento, que tanto quiere decir como bebida y comida e, incluso, gastos de trans-
porte, bolsillo y esparcimiento.
- Habitación, comprendidos los gastos de luz, teléfono, gas y agua, amen de los
gastos de comunidad y fiscales, en determinados casos.
- Vestido, encuadrándose aquí, además de las ropas comunes, los uniformes, las
ropas de deporte e, incluso, los trajes de primera comunión y boda.
- Asistencia médica, inclusos los gastos farmacéuticos.
- Educación e instrucción, comprendidos los libros de texto y las clases de idiomas.
- Gastos de embarazo y parto, en su caso. Sabidas los deberes existentes entre cón-
yuges, constante matrimonio, parece que se está haciendo referencia, aquí, a los
gastos generados por la gestación y alumbramiento de una mujer que tuvo una rela-
ción esporádica, aislada incluso, con quien la dejó en estado, que ha de asumir los
gastos dichos, porque benefician al hijo que va a nacer, propiciando su alumbra-
miento y el inicio de una relación paterno-filial que siempre obligará al padre res-
pecto de su hijo.
De conformidad con el artículo 146 del Código civil, la cuantía de los alimentos será
proporcionada al caudal o medios de quien los da y a las necesidades de quien los
recibe. El caudal del alimentante, en opinión de la doctrina mas autorizada – Del-
gado, Real – comprende las rentas, tanto de capital como de trabajo, el propio capital
e, incluso, la posibilidad de trabajar misma. El alimentante, llegado el caso, debe
sacrificar parte de su capital o tomar, incluso, dinero a préstamo, si no puede atender
al alimentista de otro modo.
Distintos de los alimentos referidos y más escuálidos que éstos, de menor entidad y
consistencia, son los auxilios necesarios para la vida, que se deben los hermanos
entre sí, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 143.II del Código civil,
cuando uno de ellos los necesite por cualquier causa que no le sea imputable, auxi-
lios que se extenderán, en su caso, a los precisos para la educación del alimentista.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 143 del Código civil y cual es sabido,
están obligados a darse alimentos , en toda la extensión del término, los cónyuges,
los ascendientes y los descendientes, debiéndose, los hermanos, auxilios necesarios
para la vida, tan solo.
En puridad, los cónyuges, que no son parientes entre sí, pueden deberse alimentos
propiamente dichos tan solo cuando, habiéndose separado sin pactarlos, por no ser
preciso, uno de ellos los necesitara posteriormente. Los restantes alimentos posibles
entre los mismos derivan de los derechos y deberes inherentes al matrimonio como
institución. Incluso en caso de necesidad, acreditada, de uno de los cónyuges, si el
otro, potencial alimentante, tuviese hijos sometidos a su patria potestad, habría de
atender primero a estos que al cónyuge necesitado, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 145 “in fine” del Código civil.
Cuando sean dos o más los obligados a prestar alimentos, la reclamación, de con-
formidad con el artículo 144 del Código civil, se hará por el orden siguiente: 1º. Al
cónyuge. 2º. A los descendientes de grado más próximo. 3º. A los ascendientes de
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grado más próximo. 4º. A los hermanos. 5º. A los medio hermanos – uterinos o con-
sanguíneos que sean –.
Al margen de ello, decir que, quizás, valdría la pena reconsiderar el orden, tajante,
del artículo 144, pues podría desencadenar el gravamen excesivo de un familiar que,
aun pudiendo prestar los alimentos solicitados, se vería muy limitado, por ello, en
sus posibilidades económicas, a pesar de la existencia de otros que, aun ocupando un
lugar inferior en el orden dicho, dispusieran de más medios.
En todo caso y como dice, expresamente, el artículo 237-6.2 del Libro Segundo del
Código civil de Cataluña, “Si, los recursos y posibilidades de las personas primera-
mente obligadas, no resultan suficientes para la prestación de alimentos, en la medi-
da en que corresponda y en la propia reclamación, pueden solicitarse alimentos a las
personas obligadas en grado posterior”.
Cuando recayese sobre dos o más personas del mismo grado -padres, abuelos, hijos,
hermanos- la obligación de dar alimentos, de conformidad con lo dispuesto en el
145.I del Código civil, se repartirá, entre ellas, el pago de la pensión, en cantidad
proporcional a su caudal respectivo. En el caso de varios alimentantes, la obligación
de prestar alimentos, pues, no es solidaria, sino mancomunada. Con todo y como
bien dice el artículo 237-7.2 del Libro Segundo del Código civil de Cataluña, si la
obligación de alimentos se extinguiera o se redujera, respecto de una de las personas
obligadas, la obligación de las restantes habría de incrementarse proporcionalmente.
Si existen, en fin, dos o más personas que reclaman alimentos a una sola, obligada a
prestarlos, y ésta no dispone de medios suficientes para atenderlas a todas, debe
seguirse el orden de preferencia establecido en el artículo 144 del Código civil, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 145.II del mismo, solución rígida que
comparte, con todo, el artículo 237-8 del Libro Segundo del Código civil de Cata-
luña.
Ninguno de los Códigos dichos resuelve el problema que surge cuando, siendo uno
solo el alimentante y varios los alimentistas del mismo grado, el primero carece de
medios suficientes para satisfacer alimentos íntegros a todos. A decir, plausible, de
Alicia Real, lo más equitativo, en tal caso, sería entender que los medios de que
dispone el alimentante han de repartirse entre todos los alimentistas, en proporción a
las necesidades de cada uno. Más vale, en efecto, auxiliar a todos, aun parcialmente,
que desasistir a varios para prestar alimentos íntegros a uno solo.
CRISIS ECONÓMICA Y SOLIDARIDAD FAMILIAR 27
La elección del alimentante no será posible, con todo y de conformidad con el propio
artículo 149, cuando contradiga la situación de convivencia determinada para el
alimentista por las normas aplicables o por resolución judicial – piénsese, pongo por
caso, en alimentos debidos por abuelos paternos a los nietos que viven con la madre
de éstos –. También podrá ser rechazada cuando concurra justa causa – sevicias,
conductas reprochables o malos tratos por parte del alimentante – o perjudique el
interés del alimentista menor de edad -separación de los hermanos, avanzada edad de
los alimentantes –.
En todos los casos dichos, los alimentos han de prestarse pagando la pensión que se
fije, salvo, claro está, que el alimentante – en disposición de prestar alimentos en su
casa – no esté en disposición de pagar la pensión dicha, en cuyo caso, creo, habrá
que ponderar la situación, pues, peor que estar en malas compañías o con quien no
tiene encomendada la custodia, es estar en situación de desamparo; en tales casos,
pues y si el alimentista quiere sobrevivir, tendrá que soportar las incomodidades
derivadas de la convivencia con el alimentante – que también tendrá que soportarlo a
él, por cierto –, porque más cornadas da el hambre. Otra cosa es que, por vía de
mediación o terciando la autoridad judicial, pueda organizarse la vida en conviven-
cia, de forma razonable para alimentante y alimentista.
Cuando los alimentos se satisfacen pagando una pensión, es posible y hasta aconse-
jable proceder, periódicamente, a la actualización de la misma, pues, para satisfacer
las mismas necesidades, se requiere, con el transcurso del tiempo, una cantidad
mayor de dinero.
Cabe, por otra parte, que los medios del alimentante o las necesidades del alimentista
cambien, cabiendo, también, que crezcan las necesidades del alimentante o de las
personas que estén a su cargo, hipotéticos nuevos alimentistas comprendidos.
La obligación, establecida para los alimentantes en los artículos 142 y siguientes del
Código civil, viene impuesta por la Ley, redunda en beneficio de quienes reciben
alimentos y disminuye el patrimonio de quien los presta.
Podría esperarse, ello sabido, que los alimentos dichos tuviesen un tratamiento fiscal
favorable, en la legislación relativa al impuesto de las personas físicas, que compen-
sare, de algún modo, el sacrificio realizado por los alimentantes, quienes, en muchas
ocasiones, cumplen con su deber espontáneamente, sin necesidad de ser requeridos
judicialmente para ello.
Sin embargo y curiosamente, para mi, la legislación dicha, amen de ignorar, en oca-
siones, lo que los alimentos sean, desconoce o menosprecia el cumplimiento de tal
obligación, no aparejando consecuencias favorables al cumplimiento dicho, y tal
sucede desde la mismísima Ley 44/1978, de 8 de septiembre, del IRPF. Con la ayu-
da de Concepción Pérez de Ayala -La unidad familiar en el impuesto sobre la renta,
Tecnos, Madrid, 1986-, cabe señalar lo siguiente:
que no sean entre cónyuges, confundiendo, así, liberalidades de uso con obligación
legal de alimentos.
Con todo, la situación empeora desde 1985, al suprimirse, por Ley de 27 de diciem-
bre de ese año – de reforma parcial del IRPF –, la deducción por gastos excepciona-
les no suntuarios.
Sabido lo anterior, en alguna ocasión, pensé que, siendo mejor tratados los alimen-
tantes constreñidos a hacerlo por decisión judicial, podría alcanzarse tal condición
allanándose a la demanda de alimentos planteada, de común acuerdo, con el alimen-
tista, forzando, así, un auto que pusiera fin, anticipadamente, al proceso, auto que,
aun no siendo sentencia, es decisión judicial, sin duda.
No estoy, hoy, tan seguro de que el asunto funcione, sobre todo teniendo en cuenta
que, los alimentos prestados a los hijos, están francamente desfavorecidos fiscal-
mente, quizás para prevenir pensamientos inconvenientes como el mio, que ahí que-
da, con todo.
Los creyentes, a mayor abundamiento, están obligados por las normas morales que
los vinculan en el fuero interno, normas que propician la limosna y la caridad con los
demás, cual veremos, brevemente, a continuación.
Un elenco, éste, coincidente, como puede verse, con las principales obligaciones
alimenticias legales.
Si los creyentes fuesen caritativos y llevasen a cabo las obras dichas, los efectos de
la crisis económica podrían paliarse con creces, si no fuera porque, siendo coheren-
tes los creyentes con sus creencias, la crisis económica – fruto, a la postre, de la
especulación y de la ambición – no hubiese existido nunca.
Las Sucesiones Internacionales y su Régimen Jurídico
PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI *
Introducción
La regulación jurídica de las sucesiones mortis causa es muy diferente de país a país.
Esta diferencia de regulación se aprecia tanto en el plano del Derecho sustantivo,
como en el plano del Derecho internacional privado. En el plano del Derecho
material, las diferencias están ancladas en razones sociales, económicas y culturales
de profunda raigambre.1 Por ello, las sucesiones internacionales son una de las
cuestiones más arduas del Derecho internacional privado. Así lo subraya J.
CARRASCOSA,2 quien nos recuerda que en la regulación de las sucesiones
confluyen elementos del Derecho de la persona y de la familia y del Derecho de los
bienes, con toda su carga ideológica que suscita y explica la vigencia de modelos no
sólo diferentes sino inconciliables. De ahí que las sucesiones sean el espigón desde
el que observar la marea de las cuestiones clásicas del conflicto de leyes:
calificación, reenvío, orden público internacional, fraude de Ley internacional,
remisión a sistemas plurilegislativos ad extra y ad intra, prueba del Derecho
extranjero, conflicto internacional transitorio, adaptación, cuestión previa, etc.
Todas y cada una de las soluciones que se adoptan en este Reglamento suscitan
numerosas cuestiones dignan de reflexión. De entre ellas, hemos elegido analizar los
problemas que plantea la determinación de la ley aplicable y de la competencia
1
Vid. DE WAAL, M. J.: Comparative Succession Law, en .REIMANN, M. / ZIMMERMANN.
R.: The Oxford Handbook of Comparative Law, Oxford, 2008, pp. 1071 y ss.; “The Social and
Economic Foundations of the Law of Succession”, StellenboschL. Rev. 8 (1997), pp. 162 y ss.
Cfr. REID, K. G. C / DE WAAL, M. J. / ZIMMERMANN, R. (editores): Exploring the Law of
Succession: Studies National, Historical and Comparative, Edimburgo, 2007; ANDERSON,
M. / ARROYO I AMAYUELAS, E. (editoras): The Law of Succession: Testamentary Freedom
– European Perspectives, Groningen, 2011.
2
Vid. J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Derecho internacional privado sucesorio español, en J.
CARRASCOSA GONZÁLEZ / J.J. MARTÍNEZ NAVARRO: Prontuario de derecho suceso-
rio internacional, Granada 2012, pp. 2 y ss.
3
Cfr. BONOMI, A.: Successions internationales: conflits de lois et de juridictions, R des C, 350
(2010), pp. 71-418.
4
Vid. DÖRNER, H. / LAGARDE, P. (coords.), Étude de Droit comparé sur les règles de con-
flits de juridictions et de conflits de lois relatives aux testaments et successions dans les États
membres de l’Union Européenne (Rapport final: synthèse et conclusions), Deutsches Notarins-
titut, Würzburg, 2002; FRANTZEN, T., “Europäisches internationales Erbrecht”, en: MAN-
SEL, H.P. et al. (eds.), Festschrift für Erik Jayme, T. 1, Munich, 2004, pp. 187-196.
5
Por todos, vid. IGLESIAS BUHIGUES, J.L., “Desarrollo del Espacio Europeo de Justicia:
hacia el nuevo Derecho Internacional Privado de sucesiones en la UE”, Cursos de Derecho
Internacional y Relaciones Internacionales de Vitoria-Gastéiz, 2008, pp. 337-364.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 35
judicial para resolver las cuestiones sucesorias. En este trabajo nos vamos a ocupar
de analizar en paralelo la vigente regulación en España y en Portugal y los cambios
que introduce el Reglamento. Cambios sustanciales que, especialmente en el ámbito
de la determinación aplicable, son ya elementos esenciales a la hora de planificar la
sucesión. En efecto, el juego de la disposiciones transitorias conlleva la inaplicación
en España del art. 9.8 CC, y en Portugal de los artículos 62º a 65º del CC.
1. Antecedentes
6
Plan de acción del Consejo y de la Comisión, de 3 de diciembre de 1998, sobre la mejor mane-
ra de aplicar las disposiciones del Tratado de Amsterdam relativas a la creación de un espacio
de libertad, seguridad y justicia, DOCE C 19 de 23.1.1999.
7
Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, de 10 de mayo de 2005,
Programa de La Haya: Diez prioridades para los próximos cinco años. Una asociación para la
renovación europea en el ámbito de la libertad, la seguridad y la justicia, COM (2005) 184
final, DOCE C 236 de 24.9.2005.
8
http://www.successions.org. Cfr. Le Droit des successions en Europe (actes du Colloque de
Lausanne du 21 février 2003), Zurich, 2003; LAGARDE, P., “Vers un Règlement communau-
taire du Droit international privé des régimes matrimoniaux et des successions”, en Pacis Artes
(Libro Homenaje al Profesor Julio D. González Campos), vol. II, Madrid, 2005, pp. 1686-
1708.
9
COM (2005) 65, http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l16017.htm. Vid. BENDITO CAÑIZA-
RES, M.T.“Quelques réflexions à propos du Livre vert sur les successions et testaments et ses
réponses”, L’Observateur de Bruxelles, nº 67 (enero 2007), pp. 23-25; BORRÁS, A., “La
expansión comunitaria: penetración en el ámbito del Derecho de familia y de sucesiones”, en:
ÁLVAREZ GONZÁLEZ, S., (ed.), Estudios de Derecho de Familia y de Sucesiones (Dimen-
siones interna e internacional), Santiago de Compostela, 2009, pp. 65-90; FONT SEGURA,
A., “Valoración de las respuestas al Libro verde sobre sucesiones y testamentos relativas a la
competencia judicial”, en R. VIÑAS y G. GARRIGA (cords.), Perspectivas del Derecho suce-
sorio en Europa, Barcelona, 2009, pp. 59-81. HARRIS, J., “ The Proposed EU Regulation on
Succession and Wills, Trust Law International 2008, pp. 181-235; MIQUEL SALA, R. “El
libro verde sobre sucesiones y testamentos: primeros pasos hacia el Reglamento de ‘Bruselas
IV’”, AEDIP, vol. 7 (2007), pp. 695-718; DE LAMBERTYE-AUTRAND, M.C. “Quel Droit
européen en Droit patrimonial de la famille?: Le livre vert sur les successions et les testa-
36 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
ments”, Informations Sociales, no 129 (enero de 2006), pp. 84-90; LEHMANN, D., Die Reform
des internationalen Erb- und Erbprozessrechts im Rahmen der geplanten Brüssel-IV Verord-
nung, Heidelberg, 2006, “Internationale Reaktionen auf das Grünbuch zum Erb- und Testa-
mentsrecht”, IPRax, 2006, pp. 204-206 y “Stellungnahme zum Grünbuch der Kommission der
Europäischen Gemeinschaften zum Erb- und Testamentsrecht”, ZErb, 2005, pp. 320-327.
STUMPF,C., “EG-Rechtssetzungskompetenzen im Erbrecht”, EuR, 2007, pp. 291-316 y,
“Europäisierung des Erbrechts: Das Grünbuch zum Erb- und Testamentsrecht”, EuZW, 2006,
pp. 587-592; TERNER, P., “ Perspectives of a European Law of Succession”, Maastricht Jour-
nal of European and Comparative Law 14 (2007) pp. 147-178; VOLTZ, M., “Internationales
Erbrecht in der EU – Perspektiven einer Harmonisierung. Symposium des Deutschen Notarins-
tituts in Brüssel”, IPRax, 2005, pp. 64-66
10
http://ec.europa.eu/justice/news/consulting_public/successions/news_contributions_successions
_en. htm. Seguidamente, 1 de marzo de 2006, la Comisión el constituyó un grupo de expertos
denominado «PRM III/IV», DO C 51 de 1.3.2006, p. 3, que se reunió en siete ocasiones entre
2006 y 2008 y la Comisión organizó una reunión de expertos nacionales el 30 de junio de 2008.
11
Resolución de 16.11.2006, P6_TA(2006)0496.
12
Dictamen de 26.10.2005, DOCE C 28 de 3.2.2006, p. 1.
13
COM(2009) 154 final – 2009/0157 (COD) http://eur-lex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?
Uri =COM:2009:0154:FIN:ES:PDF#page=2. Cfr. Resolución de la Comisión Mixta para la
Unión Europea, de 9 de diciembre de 2009, sobre el cumplimiento del princípio de subsidiarie-
dad por la Propuesta de Reglamento sobre la jurisdicción, legislación aplicable y reconoci-
miento de decisiones y medidas administrativas en materia de sucesiones y donaciones, BOCG,
Congreso, Serie A, 22.12.2009, núm. 242.Inter allia, vid. BALDUS, C., “¿Hacia un nuevo
derecho sucesorio europeo?”, Anales de la Academia Matritense del Notariado, nº 49 (2009),
pp. 419-438; CALÒ, E., “El proyecto de Reglamento de la Unión Europea sobre la ley aplica-
ble a las sucesiones: lo que no se ha dicho. Reflexiones desde el derecho italiano”, InDret
3/2010, Julio 2010; BUSCHBAUM, M. / KOHLER, M., “Vereinheitlichung der Erbkollisions-
rechts in Europa: Eine kritische Würdigung des Kommissionsvorschlags zur Erbrechtsverord-
nung. Erster Teil”, GPR, 2010, núm. 3, pp. 106-113; DÖRNER, H. “Der Entwurf einer europ-
äischen Verordnung zum Internationalen Erb- und Erbverfahrensrecht – Überblick und
ausgewählte Probleme”, ZEV,2010, pp. 221-228; M FUGARDO ESTIVILL, J.M. En torno a la
Propuesta de Reglamento Sobre Sucesiones y el Certificado Sucesorio Europeo, Barcelona,
2010; DUTTA, A. “Succession and Wills in the Conflict of Laws on the Eve of Europeanisa-
tion”, RabelsZ 73 (2009) 547–606; GUZMÁN, M. ,“Sobre el futuro de las sucesiones interna-
cionales en la Unión Europea”, El Notario del Siglo XXI, mayo-junio 2010, pp. 187-189;
HARRIS, J. ,“The proposed EU Regulation on Successions and Wills: Prospects and Chal-
lenges", TLI, 2008, pp. 181-235; HAUSMANN, R., “Community Instrument on International
Successions and Wills”, en: BARUFFI, M. C. / CAFARI PANICO, R., Le nuove competenze
comunitarie.Obbligazioni alimentari e successioni, Verona, 2009, pp. 149-169; JAYME, E.
,“Der Verordnungsvorschlag für ein Europäisches Erbkollisionsrecht (2009) auf dem Prüfstand
– Tagung in Wien” IPRax 3/2011 (Mai 2011), pp-312; KNOT, “Europees internationaal
erfrecht op komst: het voorstel voor een Europese Erfrechtverordening nader belicht”, NILR,
2010, nº 1, pp. 3-13; MARINO,S., “La proposta di regolamento sulla cooperazione giudiziaria
in materia di successioni”, Rivista di Diritto Internazionale, 2010, nº 1, pp. 463-470; Max
Planck Institute For Comparative And International Private Law, Comments on the European
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 37
2. Ámbito de aplicación
El Reglamento tendrá una vacatio legis de 36 meses desde su entrada en vigor, a los
veinte días de su publicación en el DOUE. En su art. 83.1 se establece que será
aplicable a la sucesión de las personas que fallezcan a partir del 17 de agosto de
2015.15 No obstante, como veremos más adelante, se establecen reglas transitorias
especiales para las disposiciones sucesorias en aras a asegurar su validez material y
formal, adelantando la aplicación de las normas relativas a la ley aplicable al
momento en que se hiciera la disposición. Es decir, a partir de la entrada en vigor del
Reglamento a los veinte días de su publicación, el 16 de agosto de 2012.
La base jurídica del Reglamento 650/2012 es el art. 81.2 TFUE 16 y ha sido tramitado
de conformidad con el procedimiento legislativo ordinario. De su complejidad rinde
cuenta su extensión, el Reglamento consta de ochenta y cuatro artículos
estructurados en siete Capítulos.
Commission’s Proposal for a Regulation of the European Parliament and of the Council on ju-
risdiction, applicable law, recognition and enforcement of decisions and authentic instruments
in matters of succession and the creation of a European Certificate of Succession (marzo de
2010), http://www.mpipriv.de/; NOURISSAT, C., “Le futur droit des successions internation-
ales de l’Union européenne”, Defrénois, núm. 4, 2010, pp. 394-418, REVILLARD, M., “Pre-
mier commentaire de la proposition de règlement communautaire”, Défrenois, 2010, núm. 2,
pp. 176-188; WAGNER, R., “Der Kommissionsvorschlag vom 14. 10. 2009 zum
internationalen Erbrecht: Stand und Perspektiven des Gesetzgebungsverfahrens”, DNotZ, 2010,
nº 7, pp. 506-519.
14
DOCE C 115, de 4.5.2010.
15
En el art. 84 se determina que el Reglamento será aplicable a partir del 17 de agosto de 2015,
excepto por lo que respecta a los artículos 77 y 78, que serán aplicables a partir del 16 de enero
de 2014, y a los artículos 79, 80 y 81, que serán aplicables a partir del 5 de julio de 2012.
16
Vid.; AGUILAR GRIEDER, H., “La cooperación judicial internacional en materia civil en el
Tratado de Lisboa”, CDT, 2010, pp. 308-338, http://kusan.uc3m.es/CIAN/index.php/
CDT/issue/view/239, WAGNER, R, “Die politischen Leitlinien zur justiziellen Zusammenar-
beit in Zivilsachen im Stockholmer Programm”, IPRax, 2010, pp. 97-100.
38 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
La exclusión del art.1.3.d) implica que la liquidación del régimen económico matri-
monial quedará sometida a su ley rectora. Sin embargo, los derechos hereditarios
del cónyuge viudo estarán incluidos en la ley sucesoria, aunque dicha la ley vincule
los mismos al régimen matrimonial. No así las denominadas mortis causa capiones
que estarán sujetas a la ley que rige los efectos del matrimonio.
Sin poder detenernos en esta cuestión, sólo constatamos que el juego conjunto de las
exclusiones previstas en el artículo 1.3.g) y h) y en el artículo 1.3. f) consagran lo
que en la doctrina se conoce como la doble vía: a las sucesiones de mayor importan-
cia se aplica el Derecho mercantil, a las modestas el Derecho civil17. Dicho sea sin
dejar de compartir las exclusiones señaladas que, no obstante, a la vista de lo dis-
puesto en el artículo 23. j), que incluye en el ámbito de la lex sucessionis la obliga-
ción de reintegrar o computar donaciones o liberalidades, producirán no pocos liti-
gios.
17
E. CALÒ, “El proyecto de Reglamento de la Unión Europea sobre la ley aplicable a las suce-
siones: lo que no se ha dicho. Reflexiones desde el derecho italiano”, InDret 3/2010, Julio
2010.
40 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
18
BALDUS, C. / KUNZ, L., “Das Europäische Testamentsregister Sachstand und ausgewählte
Fragen”, en: JUD, B. / RECHBERGER, W. H. / REICHELT, G. (eds.), Kollisionsrecht in der
Europäischen Union Kollisionsrecht, cit., pp. 165-179.
19
En el Considerando 27 expresamente se afirma: Las normas del presente Reglamento están
concebidas para garantizar que la autoridad que sustancie la sucesión aplique, en la mayoría
de los casos, su propio Derecho. Por consiguiente, el presente Reglamento establece una serie
de mecanismos que se utilizarían cuando el causante haya elegido para regir su sucesión la ley
de un Estado miembro del que era nacional.
42 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
Nada se establece respecto de los problemas que surgirán en los casos, muy fre-
cuentes, en que para solventar una cuestión sucesoria haya que resolver una cuestión
previa o incidental. Por ejemplo, la validez y existencia de una adopción. Ante la
falta de una Parte General del Derecho internacional privado de la UE y de una solu-
ción expresa para estos casos entendemos, como acertadamente se señala por el
MPI,20 que la cuestión previa debe quedar sometida a conexión autónoma y regida
por la ley que así resulte designada. Tesis que consideramos preferible, pese a que se
opone a la seguida por el Parlamento Europeo, cuya Resolución de 16 de noviembre
de 2006, en su recomendación 6ª propuso que el futuro Reglamento sometiera la
disciplina de la cuestión preliminar a la de la ley designada por la norma de conflicto
de la ley aplicable a la sucesión aunque limitada al procedimiento en que se discute
la cuestión preliminar.
20
MPI, Comments on the European Commission’s Proposal ..., cit., parágrafo 8
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 43
porque seguirá aplicándose a las sucesiones de las personas que fallezcan hasta el 17
de agosto de 2015, sin perjuicio de que la validez de la elección de la ley sucesoria
realizada con anterioridad quedará sometida a las normas del Reglamento. Y sobre
todo, conserva interés porque resultará plenamente aplicable a las sucesiones
interregionales, dada la inaplicación del Reglamento a los conflictos de leyes
internos, al menos mientras el legislador español no decida que así sea; lo que
consideramos conveniente y recomendable.
El art. 9.8 del Código Civil determina la Ley reguladora de las sucesiones por causa
de muerte. El precepto contiene tres soluciones diferentes. En primer lugar establece
una regla general aplicable a cualquier tipo de sucesión, testada, pactada o intestada,
comprensiva del conjunto de los elementos: “La sucesión por causa de muerte se
regirá por la ley nacional del causante en el momento de su fallecimiento
cualesquiera que sean la naturaleza de los bienes y el país donde se encuentren”.
Esta regla general se completa con una previsión especial para un supuesto muy
concreto, cambio de ley nacional entre la disposición mortis causae y la apertura de
la sucesión, previsión ordenada a garantizar la validez de las disposiciones y su
ajuste a las previsiones sobre legitimas de la ley personal del causante en el
momento del fallecimiento: “Sin embargo, las disposiciones hechas en testamento y
los pactos sucesorios ordenados conforme a la ley nacional del testador o del
disponente en el momento de su otorgamiento conservarán su validez, aunque sea
otra la ley que rija la sucesión, si bien las legítimas se ajustarán, en su caso, a esta
última”. Y finalmente se delimita el alcance de la regla general precisando que “Los
derechos que por ministerio de la ley se atribuyan al cónyuge supérstite se regirán
por la misma ley que regule los efectos del matrimonio, a salvo siempre las
legítimas de los descendientes”.21 Estas dos reglas especiales tienen en común la
finalidad de proteger los derechos de los legitimarios.
21
En el Derecho interregional aragonés la adaptación entre estas dos leyes aplicables a la
disolución del régimen económico matrimonial y la sucesión del cónyuge viudo se soluciona
ajustando el contenido material de los Derechos en presencia ex art. 16.2 CC., apartados
primero y tercero, en relación con los derechos de viudedad previstos en la Compilación del
Derecho civil de Aragón. Según el art. 16.2, apartado primero del Cc.“El derecho de viudedad
regulado en la Compilación aragonesa corresponde a los cónyuges sometidos al régimen
económico matrimonial de dicha Compilación, aunque después cambie su vecindad civil, con
exclusión en este caso de la legítima que establezca la ley sucesoria”. Y el apartado tercero del
art. 16.2 Cc. dispone que “El usufructo viudal corresponde también al cónyuge supérstite
cuando el premuerto tuviese vecindad civil aragonesa en el momento de su muerte”.
44 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
En los casos de Derecho interregional, cubiertos también por el art. 9.8 CC, la
nacionalidad del causante será reemplazada por la vecindad civil del causante.22 Las
normas dictadas por las Comunidades Autónomas con Derecho civil propio que
reiteran lo establecido por estas normas de conflicto contenidas en el Código civil
son válidas, aunque ociosas.23
El art. 9.8 CC emplea la conexión nacionalidad del causante, si bien para evitar el
conflicto móvil fija dicha circunstancia en el tiempo. Así habrá que estar a la
nacionalidad del causante en el momento de su fallecimiento. No obstante, la
practicabilidad de la conexión presenta no pocos problemas y es muy frecuente que
los tribunales españoles deban concretar la nacionalidad del causante en supuestos
muy complejos.24
La Ley aplicable a la sucesión, en los términos que dispone el artículo 9.8 del
Código Civil, conduce rígidamente a la aplicación de la ley nacional, cuya férula
puede ser mitigada con una comprensión funcional del reenvío. En cuanto al juego
del reenvío de primer grado ex art. 12.2 CC, dada la diversidad de los sistemas
conflictuales en materia sucesoria, hemos de recordar, como señalan CALVO y
CARRASCOSA, que para aplicar el Derecho extranjero es preciso constatar que no
hay ninguna norma de conflicto extranjera que reenvíe al Derecho español. En otras
palabras: la parte interesada en la aplicación de normas materiales extranjeras,
deberá probar que las normas de conflicto extranjeras no provocan un reenvío en
favor del Derecho material español (art. 12.2 CC).25
22
STS 14 septiembre 2009.
23
STC 6 mayo 1993, núm.156/1993. Cfr. art. 188 de la Ley gallega 2/2006 de 14 junio, de Dere-
cho Civil de Galicia, que indica que los gallegos pueden otorgar testamento mancomunado
incluso fuera de Galicia; el art. 417 de la Compilación de Derecho Foral de Aragón, 2011, esta-
blece: “1. Los aragoneses, sean o no cónyuges o parientes, pueden testar de mancomún, aun
fuera de Aragón. | 2. Si uno de los dos testadores es aragonés y el otro no lo tiene prohibido
por su ley personal, pueden testar mancomunadamente, incluso fuera de Aragón”. Un supuesto
muy particular es el de la Ley 200 de la Ley 1/1973, de 1 de marzo, Compilación de Derecho
Civil Foral de Navarra, que indica que “Los navarros pueden otorgar testamento de hermandad
tanto en Navarra como fuera de ella, así en España como en el extranjero”. Esta disposición
no es, en ningún caso, inconstitucional, pues se contiene en una Ley estatal. Sin embargo, coli-
siona con los arts. 11 y. 733 CC, debiendo prevalecer sobre estos por su carácter de ley espe-
cial. En general, vid. E. ZABALO ESCUDERO: “Legislación autonómica sobre las parejas de
hecho y los conflictos de leyes internos”, en Estudio comparado de la regulación autonómica
de las parejas de hecho: soluciones armonizadoras. Consejo General del Poder Judicial,
Manuales de Formación continuada, 28, 2004. Madrid, 2005, pp. 46-80
24
Vid. i.a., STS 10 julio 2009, STS 19 julio 1989, SAP Alicante 5 octubre 2010, SJPI Calatayud
23 diciembre 1985, SAT Zaragoza 10 abril 1987, SJPI núm. 1 Pamplona 16 julio 1986.
25
Tesis formulada en Francia en la sent. Cour Cass. de 20 de junio de 2006, Wildenstein.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 45
La Ley que rige la sucesión ex art. 9.8 CC presenta un ámbito material muy extenso.
La intención del legislador es que la lex successionis resuelva la mayor parte de las
cuestiones jurídicas que se plantean en los supuestos internacionales. Con ello se
cumple un designio de seguridad jurídica y de prevención de conflictos los
particulares. La lex successionis regula las siguientes estas cuestiones:
Bienes y relaciones jurídicas transmisibles por sucesión mortis causa.
Causas y momento temporal de apertura de la sucesión, incluidas las conse-
cuencias de la conmoriencia.
Incapacidades relativas o prohibiciones de suceder en determinados supues-
tos.
Determinación de los sujetos que pueden recibir por sucesión mortis causa.
Incapacidades absolutas y causas de desheredación y de indignidad.
Régimen de las legítimas.
Delación de la herencia.
Aceptación de la herencia.
Herencia yacente.
Renuncia de la herencia.
Comunidad de bienes anterior a la partición.
Aspectos centrales de la partición hereditaria.
Adquisición de la propiedad de los bienes de la herencia.
Administración de la herencia.
Aunque son cuestiones relacionadas con la sucesión mortis causa, ciertos aspectos
jurídicos están excluidos del ámbito de la lex successionis y se rigen por su propia
Ley reguladora. Se trata de los siguientes aspectos:
Capacidad para heredar, aceptar o repudiar la herencia y para pedir y practi-
car la partición.
Forma jurídica del acto unilateral de aceptación de la herencia.
Forma jurídica de la partición.
Partición judicial.
Contratos sobre partición de herencia.
Registro de bienes hereditarios.
Derechos sucesorios del cónyuge viudo.
26
Vid. STS 15 noviembre 1996, STS 21 mayo 1999, STS 23 septiembre 2002.
46 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
Ventajas parasucesorias.
Según el artículo 62 del Código Civil portugués, las sucesiones por muerte son
reguladas por la ley personal del autor de la sucesión en el momento de su
fallecimiento, cabiéndole también definir los poderes del administrador de la
herencia o del ejecutor testamentario. Esta conexión con la ley personal se refiere
apenas a su ley personal en el momento de su fallecimiento, evitado también el
referido conflicto móvil. Además, como regla general y para el derecho internacional
privado portugués, se considera como siendo la ley personal de un individuo la ley
27
STS 8 octubre 2010
28
Decreto Legislativo 1/2011, de 22 de marzo, del Gobierno de Aragón por el que se aprueba,
con el título de Código del Derecho Foral de Aragón, el Texto refundido de las Leyes civiles
aragonesas. BOA nº 63 de 29 de marzo de 2011.
29
Ley 1/1999 de 24 de febrero.
48 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
de su nacionalidad (número 1 del artículo 31 de Código Civil). Caso tenga más que
una nacionalidad, la ley de la nacionalidad dispone en su artículo 27, para el caso en
que el conflicto positivo se plantee entre dos o mas nacionalidades siendo una de
ellas la portuguesa, será esta última la que se considere. Para situaciones en que
ninguna de las nacionalidades sea la portuguesa dispone el artículo 28 de la misma
ley que será considerada apenas la ley del Estado en que el plurinacional tenga su
residencia habitual, y en su falta, la del Estado con el que él mantenga una conexión
mas estrecha.
En cuanto al reenvio, la ley portuguesa tiene una regla de tipo general, prevista en el
artículo 16º del CC, que contempla la remisión material para un L2, salvo
disposición en contrario. Esta última frase significa que la regla del artículo 16º solo
será de aplicar caso no estén reunidos los requisitos para la aplicación de los
artículos 17º, o del 18º del CC, los cuales no son cumulativos.
El artículo 17º dispone para situaciones en las que el derecho internacional privado
de la ley para la cual la norma de conflictos portuguesa ha hecho su remisión (L2),
reenvia para el derecho de un tercer Estado Ln, y este se considere directa o
indirectamente competente. Se trata pues de situaciones en las que el reenvio
operado por L2 es hecho, no para el derecho portugués, pero para un el derecho de
un tercer Estado, Ln.
El artículo 18º dispone para situaciones en las que, el derecho internacional privado
de la ley para la cual la norma de conflictos portuguesa ha hecho su remisión (L2),
reenvia directa o indirectamente para el derecho material portugués (L1).
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 49
Pese a que los dos requisitos30 del nº 1, del artículo 17º, estén cumplidos, la
aplicación del artículo 17 podrá estar puesta en causa para los casos en el que L2
sea la ley personal del de cuius y este haya tenido su última residencia habitual en
Portugal o en un país cuyas normas de conflicto consideren como competente el
derecho interno (material) del Estado de su nacionalidad. Sin embargo, en
situaciones de sucesiones mortis causae, si la ley nacional indicada por la norma de
conflictos devolver para la lex rei sitae, y además esta se considere competente, será
esta ley la que se aplica.
Ó, en alternativa,
SEGUNDO: caso se trate de una situación del artículo 18, será necesario en primer
lugar, constatar si la norma de conflicto extranjera para la que ha remetido la norma
de conflicto portuguesa, reenvia para el derecho material portugués (directa o
indirectamente), situación prevista en el nº 1 del artículo 18º de CC portugués, y en
este caso habrá también que verificar si se trata de una situación prevista en el nº 2
del mismo artículo, aplicándose, en principio, a la sucesión, el derecho material
portugués de sucesiones.31
Caso no estén reunidas las condiciones no del artículo 17º, ni del 18º será de aplicar
el artículo 16, es decir, vamos a aplicar el derecho material de L2.
Según se establece en el art. 20, las normas de conflicto del Reglamento se aplican
con carácter universal, aun cuando la ley designada sea la de un tercer Estado,
30
Es decir, que el derecho internacional privado de L2 reenvie para una otra legislación (Ln), y
que esta otra (Ln) se considere competente.
31
A. Ferrer Correia, Lições de Direito Internacional Privado I, Coimbra, Almedina, 2000, pp.
287 ss.
50 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
32
Considerandos 23, 24 y 25.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 51
Siendo así, para el caso de una sucesión testada o pactada convendría dejar constan-
cia tanto de los elementos fácticos como de las expresiones de voluntad que permi-
tan integrar la adecuada fijación de la residencia habitual. E incluso, dejar constancia
de la expresa voluntad de que la sucesión se rija por la ley de su residencia habitual.
Como señala CALVO VIDAL, en los supuestos de sucesión intestada, a la luz de la
naturaleza no contenciosa de la intervención notarial en la declaración de herederos
abintestato, una de las cuestiones de mayor interés, una vez vigente el nuevo Regla-
mento, pasará a ser la determinación de la residencia habitual del causante. Así las
cosas, dada su trascendencia en todo el devenir del procedimiento sucesorio, par-
tiendo de la propia competencia notarial para participar en el mismo y concluyendo
en el señalamiento de quienes resulten ser los llamados a la herencia, como punto de
partida resultará aconsejable asegurar que no se suscite duda alguna acerca de la
residencia habitual del causante. A tal fin, entre las diligencias a practicar por el
notario sobre tal circunstancia serán de gran utilidad las declaraciones no sólo de
testigos, sino también de quienes puedan ser los llamados a la sucesión.
52 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
Las consecuencias de una y otra posibilidad serán diversas. En el primer caso, dado
el carácter esencialmente revocable del testamento, será posible la modificación y la
revocación de la designación de la ley de la sucesión. Tratándose de un pacto suce-
sorio, en función de cómo éste se configure, es posible que la elección de la ley
sucesoria devenga definitiva.
La validez material del acto por el que se haya hecho la elección de la ley se regirá
por la ley elegida. Cualquier modificación o revocación de la elección de la ley
deberá cumplir los requisitos formales aplicables a la modificación o la revocación
de las disposiciones mortis causa (art. 22, 2.3 y 4).33
33
Vid. FONTANELLAS I MORELL, J. M., «La forma de la designación de ley en la propuesta
de Reglamento europeo en materia de sucesiones», REDI, 2011-2, pp. 123-144.
54 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
3.3. El reenvío
La regulación del reenvío no puede ser más compleja ni oscura. En primer lugar, se
deduce de la literalidad del art. 34. 1 que la remisión hecha por las normas de con-
flicto del Reglamento si se verifica al Derecho de un Estado miembro es una remi-
sión material. En segundo lugar, en consecuencia, el reenvío sólo opera cuando la
Ley aplicable resulte ser de un tercer Estado. En este caso se admite el reenvío de
retorno a la europea, es decir se aplicarán las normas de conflicto del Derecho inter-
nacional privado de ese tercer Estado que designen como lex sucessionis la ley de
34
http://register.consilium.europa.eu/pdf/en/11/st18/st18475-ad01.en11.pdf
35
En la Propuesta de la Comisión se establecía en el art. 26 que: Cuando el presente Reglamento
establezca la aplicación de la ley de un Estado, se entenderá por tal las normas jurídicas
vigentes en ese Estado con exclusión de las normas de Derecho internacional privado. La en-
mienda 75 establecía: Cuando el presente Reglamento establezca la aplicación de la ley de un
Estado, se entenderá por tal las normas jurídicas vigentes en ese Estado con exclusión de las
normas de Derecho internacional privado, sin contar aquellas normas jurídicas del Derecho
internacional privado que remitan en su totalidad o en parte al Derecho de un Estado miem-
bro. No se acompaña de justificación
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 55
un Estado miembro, sea éste el del foro -reenvío de primer grado en el sentido tradi-
cional- o el de otro Estado miembro, en este caso sería un reenvío de segundo grado
no devolutivo, pues se aplicarían las normas materiales del Estado miembro desig-
nado. Cuanto a este reenvío de retorno a la europea, se admite también el reenvío de
segundo grado no devolutivo a la Ley de un tercer Estado, siempre que ésta se con-
sidere competente.36
36
Artículo 34. Reenvío
1. La aplicación de la ley de un tercer Estado designada por el presente Reglamento se enten-
derá como la aplicación de las normas jurídicas vigentes en ese Estado, incluidas sus dispos i-
ciones de Derecho internacional privado en la medida en que dichas disposiciones prevean un
reenvío a:
a) la ley de un Estado miembro, o
b) la ley de otro tercer Estado que aplicaría su propia ley.
2. En ningún caso se aplicará el reenvío respecto de las leyes a que se refieren los artículos 21,
apartado 2, 22, 27, 28, letra b), y 30.
56 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
Quedarán sometidas a la lex sucessionis la capacidad para suceder y las causas espe-
cíficas de incapacidad para disponer o recibir, previsión que modula la exclusión del
artículo 1.3.b) y que resulta justificada desde cualquier punto de vista. En estrecha
relación con ello, la lex sucessionis regirá la desheredación y la indignidad para
suceder. Con ello tenemos que la lex sucessionis se aplica a las principales cuestio-
nes jurídicas que plantea la identificación de los llamados a la herencia: quiénes, en
qué orden, con qué extensión, bajo qué obligaciones impuestas por el difunto, etc.
37
Vid. MPI, Comments on the European Commission’s Proposal cit., parágrafo 169
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 57
Son relevantes dos órdenes de capacidades: la capacidad para ser llamado y la capa-
cidad para adquirir o suceder. La primera presenta dos vertientes, una subsumida en
la ley sucesoria que afecta a las prohibiciones legales y el momento de apreciación
de la capacidad, en cuanto ligadas al fenómeno hereditario, y la otra comprende las
llamadas incapacidades relativas, realmente prohibiciones legales a suceder a deter-
minadas personas (por ejemplo al notario autorizante del testamento). Los llama-
mientos condicionales, a favor de nondum concepti o de nascituri plantean proble-
mas de coordinación de la ley sucesoria con la ley personal del sucesor o incluso de
situación de los bienes.
38
Vid. RODRÍGUEZ BENOT, A., “La administración de la herencia en las sucesiones interna-
cionales: especial referencia al Derecho comunitario europeo”, Academia Sevillana del Nota-
riado, Tomo 19, 2009, pp. 253-304 y “La acreditación de la cualidad de administrador de una
herencia internacional: el certificado europeo de heredero”, en: VIÑAS, R. / GARRIGA, G.
(coords.), Perspectivas del Derecho sucesorio en Europa, cit., pp. 175-217; MARIOTTINI, C.,
“The internal and external dimensions in the harmonization of european conflict rules on the
administration of estates”, en: MALATESTA, A. / BARIATTI, S. / POCAR, F. (eds.), The
External Dimension of EC Private International Law in Family and Succession Matters, cit.,
pp. 375-383.
58 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
Como hemos visto anteriormente, la validez y los efectos de las liberalidades quedan
fuera del ámbito de aplicación del Reglamento y son regulados por el Reglamento
(CE) 593/2008 del Parlamento Europeo y el Consejo, de 17 de junio de 2008, sobre
la ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I). Lo mismo sucede ocurre
con otros derechos y bienes creados o transmitidos por otros medios distintos de la
sucesión y con las denominadas ventajas parasucesorias (art. 1.3.f). No obstante, la
lex sucessionis determinará si una liberalidad, o cualquier otro acto inter vivo, que
tenga por efecto la adquisición inmediata de un derecho real o de un crédito, debe
estar sujeta a una obligación de imputación, reducción o toma en consideración en el
cálculo de las partes de la herencia según la ley sucesoria. Así resulta de lo dispuesto
en el artículo 23.2.j).
La lex sucessionis concurrirá con la lex rei sitae, frente a la que cederá, para regular
los regímenes sucesorios particulares respecto de determinados inmuebles, empresas
u otras categorías especiales de bienes debido a su destino económico, familiar o
social cuando, según dicha ley, este régimen fuera aplicable con independencia de la
ley que rige la sucesión (art. 30). Pese a la dicción del precepto, el problema que se
plantea no es de naturaleza estrictamente sucesoria. A nuestro juicio, esta disposi-
ción aborda de manera incompleta, la cuestión de las normas rigurosamente impera-
tivas o leyes de policía, que merecerían un tratamiento inspirado en la solución del
artículo 9 del Reglamento 593/2008. Por otra parte, conduce a un fraccionamiento de
la sucesión en un supuesto legal demasiado inconcreto, que únicamente nos parece
admisible en el ámbito de las leyes de policía, reguladas por lo demás con una pers-
pectiva de conjunto. Esta excepción a la ley sucesoria debe ser interpretada restricti-
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 59
La lex sucessionis concurrirá con la lex rei sitae para regular la sucesión vacante, ex
art. 33. La solución que se formula aspira a prever un resultado coherente, respe-
tando en todo momento el Derecho material de los Estados miembros. Respeto que
se logra reconociendo el derecho de un Estado miembro o de una entidad designada
por la ley de dicho Estado miembro a apropiarse de la parte del caudal relicto que se
encuentre situada en su territorio. La solución propuesta, directamente inspirada en
la Convención de La Haya sobre la ley aplicable a las sucesiones, únicamente
resuelve el problema de la sucesión vacante cuando la lex rei sitae prevé el derecho
de apropiación por parte del Estado donde se encuentren los bienes. Una solución
más correcta podría ser la de someter toda la sucesión a la lex rei sitae.
39
Cfr. Considerando 54.
60 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
40
Vid. Considerandos 48, 49 y 50.
41
El Considerado (19) de la Propuesta se limitaba a señalar que: La validez en cuanto a la forma
de las disposiciones por causa de muerte no se regula en el Reglamento. Para los Estados
miembros que lo hayan ratificado, se rige en su ámbito de aplicación por las disposiciones del
Convenio de La Haya, de 5 de octubre de 1961, sobre los conflictos de leyes en materia de
forma de las disposiciones testamentarias. Sorprendía tan escueta justificación máxime si tene-
mos en cuenta que la cuestión fue expresamente sometida a consulta y recibió merecida y razo-
nada respuesta por la mayor parte de las instituciones.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 61
fondo o a la forma no siempre resulta fácil;42 por ello, para impedir que se sacrifi-
case el esfuerzo armonizador que lleva acabo el Reglamento, ante la critica unánime
de tal carencia de regulación, finalmente se recoge en el art. 27 una norma de con-
flicto, inspirada en el Convenio de la Haya sobre los conflictos de leyes en materia
de formas testamentarias de 5 de Octubre de 1961, que consagra una solución uni-
forme inspirada en el favor validitatem, aplicable a las disposiciones mortis causa
realizadas por escrito.
Se consideran cuestiones de forma las disposiciones jurídicas que limiten las formas
admitidas de disposiciones mortis causa por razón de edad, nacionalidad o cuales-
quiera otras condiciones personales del testador o de alguna de las personas cuya
sucesión sea objeto de un pacto sucesorio. También se consideran cuestiones de
forma la cualificación exigida a los testigos requeridos para la validez de las dispo-
siciones mortis causa.
Una disposición mortis causa realizada por escrito será válida si se admite como tal
por cualquiera de las siguientes leyes:
42
Vid. R. ZIMMERMANN: Testamentsformen: »Willkür« oder Ausdruck einer Rechtskultur?,
RabelsZ, 76 (2012), pp. 471-508.
62 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
La reserva del orden público, recogida en el artículo 33 del Reglamento con una
fórmula inspirada directamente en el artículo 18 de la Convención de La Haya sobre
la ley aplicable a las sucesiones, merece algunas consideraciones. En primer lugar la
regulación del orden público en el Reglamento se ajusta a la regulación establecida
en otros instrumentos europeos, por ejemplo, art. 21 del Reglamento Roma I y art.
26 del Reglamento Roma II. De esta forma, se contribuye a la construcción de una
Parte general del Derecho internacional privado de la UE. En segundo lugar, nos
parece que los principios de orden público internacional que justifiquen la evicción
de la ley extranjera, no son ni deben ser únicamente los del foro. Como se despende
del Considerando 58 habrá que atender también a los Derechos fundamentales de la
Unión Europea.43
43
En circunstancias excepcionales, los tribunales y otras autoridades competentes que sustancien
sucesiones en los Estados miembros deben, por consideraciones de interés público, tener la
posibilidad de descartar determinadas disposiciones de la ley extranjera cuando, en un caso
concreto, la aplicación de esas disposiciones sea manifiestamente incompatible con el orden
público del Estado miembro de que se trate. Sin embargo, los tribunales u otras autoridades
competentes no deben poder aplicar la excepción de orden público para descartar la ley de
otro Estado ni negarse a reconocer o, en su caso, aceptar, o ejecutar una resolución dictada,
un documento público o una transacción judicial de otro Estado miembro, cuando obrar así
sea contrario a la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en particular a
su artículo 21, que prohíbe cualquier forma de discriminación.
44
Vid. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Prontuario cit., pp. 2 y ss.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 63
Una vez acreditado que los tribunales españoles poseen competencia judicial
internacional en un caso sucesorio, la precisión del tribunal español territorialmente
competente se lleva a cabo con arreglo al art. 52.4 LEC, precepto que utiliza como
foros de competencia territorial el último domicilio del finado en España, o en su
defecto, el lugar donde estuviere la mayor parte de sus bienes, a elección del
demandante.47
45
SAP Madrid 23 junio 2010.
46
STS de 25 de junio de 2008.
47
SAP Valencia 14 octubre 2008.
64 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
El art. 65-A dispone sobre los casos de competencia exclusiva de los tribunales
portugueses.
Una vez determinado que los tribunales portugueses poseen competencia judicial
internacional en un caso sucesorio, la precisión del tribunal portugués
territorialmente competente se lleva a cabo con arreglo al art. 77 del CPC, precepto
que hace una distinción entre las situaciones en que la apertura de la sucesión tuvo
lugar en territorio portugués (nº 1), y para los casos en que tuvo lugar en territorio
extranjero (nº 2).
En las actas de notoriedad de declaración de herederos a las que se refiere el art. 979
LEC 1881, esto es, cuando los herederos son hijos, descendientes, padres o
ascendientes del causante o el cónyuge viudo, el Notario competente está
determinado por el art. 209 bis Reglamento Notarial. En su virtud, es competente
para autorizar el acta de declaración de herederos cualquiera de los Notarios que sea
competente para actuar en la población donde el causante hubiera tenido su último
domicilio en España. Si el causante nunca tuvo domicilio en España, será
competente el Notario correspondiente al lugar de su fallecimiento. Si el causante
hubiere fallecido fuera de España, será competente el Notario que corresponde al
lugar donde estuviere parte considerable de los bienes.49.
48
Vid. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Prontuario cit., p. 8.
49
SAP A Coruña 22 septiembre 2010. Vid. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Prontuario cit., p. 8.
Vid. Resolución de la DGRN de 18 de enero de 2005; CALVO VIDAL, I. A.: «Acta de noto-
riedad de declaración de herederos abintestato de un causante extranjero. Comentario sobre la
Resolución de la DGRN de 18 de enero de 2005». En Revista Española de Derecho Interna-
cional, vol. LVII-2005, núm. 2, julio-diciembre. Madrid, págs. 1.028-1.033.
66 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
No obstante se recoge un principio de unidad entre forum y ius por el que se permite
el juego de la sumisión expresa para los supuestos en que se verifiquen dos condi-
ciones. En primer lugar que el causante tuviese una nacionalidad distinta a la del
Estado de residencia y en segundo, que el causante hubiese elegido como aplicable a
la sucesión la ley de su nacionalidad o de su residencia siempre que ésta elección
recaiga en la Ley de un Estado miembro. En estos casos, las partes en el litigio suce-
sorio o los interesados en un acto de jurisdicción voluntaria podrán acordar que un
50
Vid. Considerando 20.
51
Vid. ALVAREZ TORNÉ, M., Criterios de determinación de la competencia internacional
ensupuestos de sucesiones en el ámbito de la UE, http://miami.uni-muens-
ter.de/servlets/DerivateServlet/Deri vate-5848/diss_alvarez_torne.pdf; GAUDEMET-TALLON
H., “Les règles de compétence dans la proposition de règlement communautaire sur les succes-
sions”, en: KHAIRALLAH, G. / REVILLARD, M., Perspectives du droit des successions eu-
ropéennes et internationales: Étude de la Proposition de Règlement du 14 octobre 2009 , París,
2010, pp.121-134; FORNER DELAYGUA, J. “Consideraciones acerca de la regulación de la
competencia internacional de autoridades en un futuro Reglamento comunitario de Derecho In-
ternacional Privado relativo a las sucesiones por causa de muerte”, en R. VIÑAS y G.
GARRIGA (cords.), Perspectivas del Derecho sucesorio en Europa, Barcelona, 2009, pp. 83-
109.
LAS SUCESIONES INTERNACIONALES Y SU RÉGIMEN JURÍDICO 67
El acuerdo relativo a la elección del foro constará por escrito, con expresión de su
fecha, y será firmado por las partes interesadas. Se considerará hecha por escrito
toda comunicación efectuada por medios electrónicos que proporcione un registro
duradero del acuerdo (art. 5.2).
Como foro subsidiario, el art. 10 regula la competencia de los tribunales del Estado
miembro en el que se encuentren los bienes de la herencia. El forum rei sitae se
reconoce con alcance general o con alcance limitado. Tendrá alcance general, fun-
dando la competencia judicial de los Tribunales del Estado miembro donde radiquen
52
Vid. STJUE de 1 de marzo de 2005, C-281/02, Owusu.
68 PILAR BLANCO-MORALES LIMONES & ANA LUÍSA BALMORI
los bienes para pronunciarse sobre el conjunto de la sucesión siempre que el cau-
sante poseyera la nacionalidad de dicho Estado miembro en el momento del falleci-
miento, o, en su defecto, el causante hubiera tenido previamente su residencia habi-
tual en dicho Estado miembro, siempre y cuando, en el momento en que se someta el
asunto al tribunal, no haya transcurrido un plazo de más de cinco años desde el cam-
bio de dicha residencia habitual.
La virtualidad del forum rei sitae se desempeña también en una regla de competen-
cia negativa fundada en un principio de buena administración de justicia que tiene
por objetivo evitar resoluciones claudicante por la que, a instancia de una de las
partes, cuando la herencia del causante comprenda bienes situados en un tercer Esta-
do, el tribunal que sustancie la sucesión podrá no pronunciarse sobre uno o más de
dichos bienes, en caso de que quepa esperar que su resolución respecto de los mis-
mos no vaya a ser reconocida ni, en su caso, declarada ejecutiva en ese Estado. Sin
perjuicio del derecho de las partes a limitar el alcance de los procedimientos en vir-
tud de la ley del Estado miembro del tribunal que conozca del asunto (art. 12).
1. Introdução
Este trabalho é constituído por uma primeira parte em que se abordam as razões que
justificam a necessidade de adoção de um regime internacional da concorrência e se
apresenta uma panorâmica das duas instituições mais adequadas para contribuir para
o surgimento do referido regime através de um sistema de cooperação que constitui
uma via crucial.
A análise destes fatores faz-nos concluir que estão reunidos a maior parte dos pres-
supostos necessários para a elaboração de um código multilateral vinculativo de
direito da concorrência internacional a médio prazo.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 73
A vaga de fusões que ocorreu nos anos 90 fez relevar todos os problemas associados
à fragmentação dos direitos da concorrência nacionais e convenceu as entidades
relacionadas com a concorrência dos países mais desenvolvidos da necessidade de
uma cooperação reforçada assim como de uma convergência mais consistente do
direito substantivo e adjetivo relativamente ao controlo das fusões de empresas.
Em alguns casos, os países que cooperavam em matérias relativas a concorrência
negociaram acordos bilaterais de cooperação.
1
Apresenta casos práticos relativamente a esta temática, MARTIN D. TAYLOR, International
Competition Law: a New Dimension for the WTO?, Cambridge, Cambridge University Press,
2006, pp. 56-59.
74 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Existem não obstante limitações, lacunas e criticas aos acordos bilaterais de coope-
ração.
Com efeito uma das lacunas dos acordos bilaterais de cooperação relaciona-se com a
exclusão de cláusulas sobre troca de informação confidencial. As autoridades da
concorrência não estão autorizadas a partilhar informações confidenciais relativa-
mente a atividades comerciais. A ausência de possibilidade da parte das autoridades
em trocar informação confidencial pode afetar os interesses das empresas investiga-
das por se poder tornar inviável um inquérito rigoroso. 4
O rápido desenvolvimento das fusões globais suscita novos desafios aos responsá-
veis pela política da concorrência e à doutrina que se consciencializam que proble-
mas concorrenciais globais impõem soluções globais por parte do direito da concor-
rência.
2
Cfr. OECD, Recommendation of the Council for Cooperation between Member Countries in
Areas of Potencial Conflict between Competition and Trade Policie, 1986. A Recomendação de
1986 reviu versões anteriores emitidas em 5 de outubro de 1967 e 25 de setembro de 1979.
3
Cfr. OECD, Revised Recommendation of the Council Concerning Cooperation between mem-
ber Countries on Anti-Competitive Practices Affecting International Trade, 1995.
4
Cfr. para mais desenvolvimentos sobre as consequências negativas da ausência de partilha de
informações confidenciais por parte das autoridades da concorrência, MAHER M. DABBAH,
International and Comparative Competition Law, Cambridge, Cambridge University Press,
2010, pp. 517-520.
5
Cumpre sublinhar que os mecanismos de cooperação são diversos, vide, relativamente aos
cartéis, OECD, Global Fórum on Competition, Inproving International Co-Operation in Cartel
Investigations, Background Note, 2012, pp. 3-40. No que se refere às fusões em que se salienta
a perda de soberania e do controlo sobre o mercado interno, vide ARIEL EZRACHI, Merger
Control and Cross Border Transactions: A Pragmatic View on Cooperation, Convergence and
What’s Between, The University of Oxford, Centre for Competition Law and Police, Working
Paper (L) 05, 2005.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 75
6
Cfr. SIMON EVENETT / MARGARET C. LEVENSTEIN / VALERIE Y. SUSLOW, Inter-
national Cartel Enforcement: Lessons from the 1990s, The World Economy, 24 (9), 2001,
pp. 1221-1245, HARRY FIRST, The Vitamins Case: Cartel Prosecutions and the Coming
of International Competition Law, Antitrust Law Journal, 68 (3), 2001, pp. 711-734, JOHN M.
CONNOR, Global Antitrust Prosecutions of Modern International Cartels, Journal of Indus-
try, Competition, and Trade, 4 3. 2004, pp. 239-267.
7
Cfr. relativamente ao desenvolvimento das fusões internacionais FREDERIC L. PRYOR,
Dimensions of the Worldwide Merger Boom. Journal of Economic Issues, 35 (4), 2001 pp.
825-840.
8
Cfr. FRANKLIM FISHER M. / L. RUBINFELD, U.S. v. Microsoft: An EconomicAnalysis, The
Antitrust Bulletin, 46 (1), 2001, pp. 1-69, RICHARD GILBERT / MICHAEL KATZ, An
Economist’s Guide to U.S. v. Microsoft. The Journal of Economic Perspectives, 15 (2), 2001,
pp. 25-44, WARREN GRIMES, The Microsoft Litigation and Federalism in U.S. Antitrust En-
forcement: Implications for International Competition Law, in JOSEF DREXEL (Coord.),
The Future of Transnational Antitrust: From Comparative to Common Competition Law,
2003, Berne, Staempfli & Kluwer, pp. 237-258, MIGUEL MOURA E SILVA, O Abuso de
Posição Dominante na Nova Economia, Coimbra, Almedina, 2009, pp. 469 a 547.
9
Cfr. relativamente ao caso GE/Honeywell, GOTZ DRAUZ, Unbundling G E /Honeywell: The
Assessment of Conglomerate Mergers under EC Competition Law, in BARRY E. HAWK,
(Coord.), Annual Proceedings of the Fordham Corporate Law Institute, Conference on In-
ternational Antitrust Law & Policy, Nova Iorque, Juris, 2002, pp. 183-201, WILLIAM J.
76 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
KOLASKY, Conglomerate Mergers and Range Effects: It’s a Long Way from Chicago to
Brussels, George Mason Law Review, 10 (3), 2002, pp. 533-550, ROBERT J. REYNOLDS /
JANUSZ A. ORDOVER, Archimedean Leveraging and the GE/Honeywell Transaction. Anti-
trust Law Journal, 70 (1), 2002, pp. 171-198, e DAVID J. GERBER, The European Commis-
sion’s GE/Honeywell Decision: US responses and their implications, Journal of Competition
Law (Zeitschrift für Wettbewerbsrecht), 1 (1), 2003, pp. 87-95. Cfr. no que concerne ao caso
Boeing & MDD, ELEANOR M. FOX, Antitrust Regulation Across National Borders: The
United States of Boeing versus the European Union of Airbus, The Brookings Review, 16 (1),
1998, pp. 30-32, e DANIEL J. GIFFORD / THOMAS SULLIVAN, Can International Anti-
trust be Saved for the Post-Boeing-Merger World?, The Antitrust Bulletin, 45 (1), 2000, pp.
55-118.
10
Cfr. ELEANOR M. FOX, Antitrust and Regulatory Federalism: Races Up, Down, and Side-
ways, New York University Law Review, 75 (6), 2000 pp. 1781-1807, OLIVER
BUDZINSKI, Institutional Aspects of Complex International Competition Policy Arrange-
ments, in CLEMENS ESSER & MICHAEL H. STIERLE (Coord.), Current Issues in Com-
petition Theory and Policy, Berlim, VWF, 2000, pp. 109-132, ANDRE T. GUZMAN, The
Case for International Antitrust, in RICHARD A. EPSTEIN / M. MICHAEL GREVE
(Coord.), Competition Laws in Conflict: Antitrust Jurisdiction in the Global Economy,
Washington, D.C., The AEI Press, 2004, pp. 99-125.
11
Cfr. ELEANOR M. FOX. Antitrust and Regulatory Federalism: Races Up, Down, and Side-
ways, New York University Law Review, 75 (6), 2000, pp. 1781-1807, ELEANOR M. FOX,
Can We Solve the Antitrust Problems by Extraterritoriality and Cooperation? Sufficiency
and Legitimacy, The Antitrust Bulletin, 48 (2), 2003, pp. 355-376, FREDERIC JENNY,
Competition Law and Policy: Global Governance Issues, World Competition, 26 (4), 2003,
pp. 609-624, FREDERIC JENNY, International Cooperation on Competition: Myth, Reality
and Perspective, The Antitrust Bulletin, 48 (4), 2003, pp. 973-1003.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 77
Efeitos negativos podem ser suscitados pela não aplicação das leis. Para dar apenas
um exemplo, o nível limitado da atual implementação das proibições contra os car-
téis internacionais na maior parte das jurisdições deve-se à ausência de um processo
de dissuasão eficaz generalizado. Ultimamente, a descoberta e perseguição dos car-
téis internacionais tem aumentado em paralelo com o número e a significância inter-
nacional das jurisdições que perfilham legislações que proíbem práticas restritivas da
concorrência.12
Para além destas externalidades, abundam outros problemas criados pela internacio-
nalização. Esses problemas incluem duplicação de implementação de recursos por
jurisdições afetadas pela mesma medida restritiva da concorrência, elevados custos
regulatórios suportados pelas empresas reguladas e dificuldades relacionadas com a
informação acumulada quando a prática restritiva ocorre em qualquer outra parte.
Estes problemas criam aquilo que Gerber designa por paradoxo: 13 as mesmas forças
da globalização que fazem aumentar a necessidade de leis que proíbam as práticas
restritivas igualmente restringem o seu desenvolvimento e destroem sua eficácia.
Estes aspetos da internacionalização das regras da concorrência repercutem-se na
forma de desenvolvimento e execução dos mecanismos legais para resolver efetiva-
mente questões de concorrência com uma dimensão transnacional. Estes mecanis-
mos inserem-se em três categorias principais: implementação unilateral com alcance
extraterritorial, acordos bilaterais ou multilaterais baseados amplamente nos princí-
pios da cortesia e uma cooperação internacional mais ampla (regras da concorrência
internacionais). Esta última inclui uma ampla gama de soluções, partindo da harmo-
nização voluntária e acordos baseados em soft law, a um acordo multilateral vincu-
lativo aplicado por uma autoridade global. A emergência de uma nova realidade
impõe uma abordagem alternativa. A análise de uma solução nova originou uma
abundante abordagem teórica.14
12
MICHAL S. GAL, New Perspectives on International Antitrust, American Journal On Interna-
tional Law, April, 2012, p. 403.
13
J. DAVID GERBER, Global Competition, Law, Markets and Globalization, Oxford, Oxford
University Press 2010, p. 95.
14
Cfr. CHRIS NOONAN, The Emerging Principles of International Competition Law, Interna-
tional Economic Series, 2008, OLIVER BUDZINSKY, The Governance of Competition,
Competence Allocation in International Competition Policy, Cheltenham UK & Nort
Hampton, Ma, USA, Eduard Elgar Pub., 2008, D. DANIEL SOKOL, Monopolists Without
Borders: The Institutional Challenge of International Antitrust in a Global Gilded Age, Re-
78 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
search Paper nr.1034, Law School, University of Wisconsin, 2007, ELEONOR M. FOX, In-
ternational Antitrust and the Doha Dome, Virginia Journal International Law, 2003, 911,
MICHAEL A. UTTON International Competition Policy, Maintaining Open Markets in the
Global Economy, Cheltenham, UK & North Hampton, Ma, USA, Edward Elgar, 2006,
CLIFFORD JONES / MITSUO MATSUSHITA, Competition Policy in the Global Trading
System, Cheltenham, UK & North Hampton, Ma, USA, Edward Elgar, 2002, WOLFGANG
KERKER, An International Multi-level System of Competition Laws: Federalism in Antitrust,
in JOSEF DREXL (org.), The Future of Transnational Antitrust-From Comparative to
Commom Competition Law, Berna/Haia/Londres/Boston, Kluwer Law International, 2003,
FIJENTSCHIFIHER IKENENTSCHER / U. UMMENGA (orgs.), Draft International Anti-
trust Code, Baden-Baden, Nomos, 1995, F. M. SCHERER, Competition Policies for an Inte-
grated World, Washington, The Brookings Institution, 1994.
15
Para uma análise dos esforços para inserir o direito da concorrência no seio da OMC e as
matérias com ela relacionadas vide KEVIN C. KENNEDY, Competition Law and the World
Trade Organization: The Limits of Multilateralism, Londres, Sweet & Maxwell, 2001,
MARTYN TAYLOR, International Competition Law: A New Dimension for the WTO, Cam-
bridge, Cambridge University Press, 2006, PHILIP MARSDEN, A Competition Policy for the
WTO, Londres, Cameron May, 2003.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 79
16
As reações das jurisdições relativamente à internacionalização da concorrência diferiam ampla-
mente. Os Estados Unidos manifestavam um forte ceticismo relativamente a esta iniciativa a
nível mundial com receio que os objetivos protecionistas sobretudo dos países em desenvolvi-
mento não fossem devidamente escrutinados, que os princípios adotados por consenso fossem
reduzidos ao menor denominador comum, que os diferendos fossem resolvidos por burocratas
desprovidos do conhecimento da realidade e de que as agências perdessem as suas prerrogati-
vas de atuação. Cfr. JOEL I. KEIN, Anticipating the Millennium: International Antitrust En-
forcement at the End of the Twentieth Century, in International Antitrust Law & Policy, Ford-
ham Corporate Law Institute, 1998. A firme oposição dos Estados Unidos à existência de um
direito internacional da concorrência é analisada por GEOFFREY A. MANNE / SETH
WEINBERGER, International Signals: The Political Dimension of International Competition
Law Harmonization, August 10, 2009. Disponível em SSRN: http://ssrn.com/abstract=
1448223, acesso em 2 de julho de 2012. Para uma perspetiva das abordagens alternativas quer
dos Estados Unidos quer da União Europeia vide SPENCER WEBER WALLER National
Laws and International Markets: Strategies of Cooperation and Harmonization in the Enfo r-
cement of Competition Law, Cardozo Law Review, Vol. 18, N. 3, 1996, pp. 1111-1128.
17
Cfr. MITSUO MATSUSHITA / THOMAS J. SCHOENBAUM / PETROS C. MAVROIDIS,
The World Trade Organisation: Law, Practice and Policy, Nova Iorque, Oxford University
Press, 2006, pp. 9-14.
18
Cfr. Para uma análise mais pormenorizada, JOSEF DREXL, International Competition Policy
after Cancun, Placing a Singapore Issue on the WTO Agenda, World Competition, 2004, 27 (3)
pp. 419-457.
80 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
A OMC beneficia de uma ampla base constituída por 154 participantes represen-
tando membros de Estados desenvolvidos e em desenvolvimento. Este suporte cons-
tituído pelos seus membros daria a qualquer acordo sobre direito da concorrência no
âmbito da OMC uma inquestionável legitimidade: o acordo seria o resultado das
negociações encetadas entre todos estes membros e só seria alcançado uma vez
assegurado o consenso entre os países. Para além da vantagem da ampla base de
apoio , a OMC opera de uma forma que é considerada como proporcionando uma
importante flexibilidade aos países que pretendem cumprir as suas obrigações. A
adoção dessas obrigações podem ser efetuadas pelos países desenvolvidos imedia-
tamente para serem seguidos pelos países em desenvolvimento posteriormente. Esta
situação poderia ser de um significado crucial relativamente ao acordo do direito da
concorrência no contexto da OMC, ao facilitar a aproximação gradual dos países na
execução das suas obrigações de acordo com um enquadramento temporal ajustado
ás suas circunstancias e necessidades internas. Uma terceira vantagem relaciona-se
com o mecanismo de resolução de diferendos da OMC, através deste mecanismo, a
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 81
OMC tem sido capaz de demonstrar uma grande credibilidade para resolver as dis-
putas entre os países de uma forma extremamente eficiente.
19
Neste último caso, os Estados Unidos recorreu à OMC contra as regras de longa distância
internacional do México argumentando que eram incompatíveis com o Documento de Referen-
cia sobre Telecomunicações.
20
Esta adequabilidade surge consolidada quando se considera a atitude positiva de órgãos inter-
nacionais importantes especialmente o Banco Mundial, a CNUCD e a RIC relativamente à
OMC face ao seu envolvimento na área do direito da concorrência e o apoio muito sólido que
essas instituições oferecem à OMC neste envolvimento. Cfr. MAHER M. DABBAH, Interna-
tional and Comparative Competition Law, p. 553.
21
Uma análise minuciosa da génese, evolução, funções e resultados alcançados pela Rede
Internacional da Concorrência encontra-se em ELEANOR M. FOX, Linked-In: Antitrust and
the Virtues of a Virtual Network, New York University School of Law, Law & Economics, Re-
search Paper Series, Working Paper n. 09-27-2009, e HUGH M. HOLMMAN / WILLIAM E.
KOVACIK, The International Competition Network: its Past, Current, and Future Role, 2011,
disponível em httt/ssrn.com/abtract=1967705 (acesso em 2 de julho de 2012). Uma síntese
rigorosa dos progressos alcançados pela RIC é apresentada por MARIA COPPOLA, One net-
work's effect: The rise and future of the ICN, Concurrences, n.º 3, 2011, pp. 221-229.
82 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Já mais de dois terços das agências membros e até governos alteraram a sua legisla-
ção e políticas em concordância com as recomendações da ICN, particularmente as
relacionadas com as notificações das fusões e processos de investigação.
22
As Práticas Recomendadas foram elaboradas pelo Subgrupo da RIC sobre Notificações de
Fusões e Procedimentos. Muitos dos membros principais do grupo, incluindo a Alemanha, Itá-
lia, Coreia e Espanha, tinham no momento em que as Práticas foram formuladas, leis ou proce-
dimentos que não estavam em conformidade com as mesmas.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 83
A julgar pelas suas próprias aspirações e em contraste com um amplo leque de críti-
cos, a RIC tem obtido um enorme sucesso. A RIC evidencia estabilidade e solidez.
Tem liderança. Constitui o único elemento de conexão das pessoas a nível mundial
que estão relacionados com uma tarefa comum.
É indubitável que o trabalho destas instituições tem um valor extremo e assim conti-
nua a ser ao prosseguirem a ideia da internacionalização do direito da concorrência.
Não obstante, é óbvio que é necessário no presente expandir a sua agenda, capacida-
des institucionais e os mecanismos dessas organizações, se o processo de internacio-
nalização deve receber o adequado tratamento e consideração que merece. Um
caminho crucial para que esta situação possa ocorrer é através da institucionalização
de uma maior cooperação entre as diferentes organizações e apoio recíproco das
instituições.
23
Cfr. ELEONOR M. FOX, Linked-In: Antitrust and the Virtues of a Virtual Network, p. 166.
84 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Cada organização beneficia de forcas e qualidade que são únicas e que não são par-
tilhadas pela outra organização. Essas forças garantirão à organização em causa
maior impacto na área do direito da concorrência quando optar por um envolvimento
de coordenação.25
24
Por exemplo a CNUCD tem trabal hado em íntima colaboração com a OCDE e RIC e em
menor extensão como a OMC, a seguir à Cimeira de Doha de 2001 e existem perspetivas de um
maior envolvimento da OMC na área da concorrência.
25
Cfr. no sentido de a coexistência da OMC e da RIC suscitar a questão de se tal concorrência de
meios é benéfica, MARIANA BODE / OLIVER BUZINSKY, Competing ways towards inter-
national antitrust: the WTO versus the ICN, Marburger volkswitschaftliche Beitrage, no. 03-
2005. Os autores consideram que a concorrência não deve ser considerada benéfica por razões
de eficiência de recursos. p. 24.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 85
alinhem com o outro nos meios para o aperfeiçoar. A análise da convergência sugere
que esta estratégia pode produzir alguns benefícios mas não pode de forma adequada
resolver muitas das questões essenciais do direito da concorrência nos mercados
globais. Os acordos não vinculativos que permitem alcançar algum nível de coorde-
nação e harmonização da implementação das leis da concorrência através de meca-
nismos voluntários são as principais ferramentas contra as práticas restritivas utiliza-
das atualmente.26 Esses esforços centram-se normalmente na criação de orientações
e melhores práticas para criar um sistema de implementação unilateral. São reconhe-
cidos os benefícios desta convergência: eles reduzem os problemas de contradição
de soluções, cria maior confiança entre as autoridades da concorrência e a natureza
pragmática e involuntária dos acordos não vinculativos aumenta o estímulo para a
participação.27
Contudo estes esforços internacionais não têm gerado o sucesso pretendido na reso-
lução de muitos problemas suscitados por práticas restritivas da concorrência porque
as suas soluções são baseadas em soluções unilaterais ou estão sedimentadas em
interelações bilaterais flexíveis limitadas.
A análise crítica dos argumentos a favor da convergência num futuro próximo leva a
concluir que os mesmos não são convincentes. Não existem fatos que sedimentem a
esperança de que uma discussão racional originará um elevado grau de convergên-
cia, ou que a socialização entre os decisores não se limitará a uma mera identificação
de situações similares, ou que a persuasão eliminará as divergências.
26
Uma abordagem da génese, evolução, vantagens e lacunas destes acordos pode encontrar-se
em LARRY FULLERTON / CAMELIA C. MAZARD, International Antitrust Co-op-
eration Agreements, World Competition, no. 24, 2001, pp. 405-423, BRUNO
ZANETTIN, Cooperation Between Antitrust Agencies at the International Level, Ox-
ford, Hart Publishing, 2000, FREDERIC JENNY, International Cooperation on Com-
petition: Myth, Reality and Perspective, The Antitrust Bulletin, 48, 2003, pp. 973-1003.
27
Cfr. MAHER M. DABBAH, International and Comparative Competition Law, pp. 517-522.
28
DAVID J. GERBER, Global Competition: Law, Markets, and Globalization, Nova Iorque,
Oxford University Press, 2010, pp. 282-292.
86 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
29
DAVID J. GERBER, Global Competition, Law, Markets and Globalization, p. 10.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 87
Esta estratégia vai para além do regime jurisdicional e cria obrigações para os Esta-
dos no sentido de combater a conduta anticoncorrencial nos mercados globais. Ela
responde às pressões e incentivos da globalização através da entrada num novo terri-
tório.
30
DAVID J. GERBER, ibidem, pp. 275-281.
31
DAVID J. GERBER, ibidem, pp. 304-315.
88 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
O que é necessário é um novo projeto transnacional. Duas abordagens têm sido ana-
lisadas: convergência voluntária e coordenação através de acordo. A segunda via não
provou ainda ser implementável. Atualmente, a focalização incide na convergência
voluntária que é mais ativamente prosseguida pela RIC e sua abordagem das "Boas
Práticas". A convergência assume que o unilateralismo continuará a constituir o
enquadramento básico.
Para ultrapassar alguns dos obstáculos, Gerber propõe uma abordagem flexível,
sensível às diversidades existentes entre os regimes da concorrência que designa por
"caminho do compromisso".33
A maior parte dos Estados e analistas estão de acordo que o direito da concorrência
tem valor para obviar a adoção de condutas que reduzem os benefícios da concor-
rência nos mercados globais. Um segundo elemento reside no reconhecimento de
que há diferenças significativas nas perspetivas acerca dos conteúdos e funções do
direito da concorrência e que os esforços que requerem uma mudança rápida e radi-
cal não terão muito provavelmente sucesso. A preocupação com a necessidade de
mudanças muito rápidas pode explicar muitos dos insucessos dos Estados em gerar
consenso relativamente à adoção de um regime da concorrência global no passado.
O terceiro pressuposto traduz-se na verificação de que nestas circunstâncias, o ali-
nhamento de interesses necessário para assegurar um direito da concorrência global
efetivo só pode ser desenvolvido com o tempo.35
Com estes dados Gerber delineia uma estratégia em que os Estados comprometem-se
a percorrer um caminho partilhado, isto é, em conjunto, constituído por objetivos a
32
DAVID J. GERBER, ibidem, pp. 283-291.
33
DAVID J. GERBER, ibidem, p. 304.
34
DAVID J. GERBER, ibidem, p. 10.
35
DAVID J. GERBER, ibidem, p. 304.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 89
36
DAVID J. GERBER, ibidem, pp. 306-307.
37
DAVID J. GERBER, ibidem, pp. 304-310.
38
DAVID J. GERBER, ibidem, p. 310.
90 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Considera -se ainda que um início sólido rumo a um sistema transnacional seria dado
pelos Estados Unidos e pela União Europeia em tentarem acordar por tratado ou por
uma série de tratados um direito da concorrência comum, começando talvez por
matérias que geram maior consenso como a legislação sobre os carteis.
Enquanto há 60 anos atrás a maior parte das jurisdições não era baseada – ou era
apenas parcialmente baseada – em economias de mercado, a situação atual apre-
senta-se qualitativamente diversa. A queda do Comunismo na Europa Oriental e
adoção de uma economia mais orientada para o mercado por parte da China, em
simultâneo com a crença diminuída relativamente à possibilidade de os governos
controlarem eficientemente os parâmetros das atividades negociais, mudou drasti-
camente os instrumentos reguladores utilizados pela maioria das jurisdições. A con-
corrência tornou-se um instrumento regulatório fundamental para muitas jurisdições.
Esta mudança aumenta o potencial para a adoção de uma solução global na medida
em que mais negociadores adotam um enquadramento ideológico similar. Mas sus-
cita igualmente alguns obstáculos. Diferentes perspetivas das economias de mercado
originam diferenças de importância do sistema da concorrência e outros instrumen-
tos regulatórios (vg. compare-se o modelo de mercado socialista da China com o
capitalismo do Estados Unidos). Outra situação adversa resulta da existência de
39
Cfr. DIANE P. WOOD, Cooperation and Convergence in International Antitrust: Why the
Light Is Still Yellow, in RICHARD A. EPSTEIN / MICHAEL S. GREEVE (coord.), Competi-
tion Laws in Conflict: Antitrust Jurisdiction in the Global Economy, Jackson, TE, AEI Press,
2004, pp. 177-188.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 91
As questões de distribuição mesmo quando não tenham grande relevo a nível nacio-
nal adquirem um cariz de muito maior importância a nível inter jurisdicional.41
Por um lado, a experiência obtida com a implementação das leis da concorrência cria
uma base para uma compreensão comum dos seus benefícios e limitações. Por outro
lado, limitações de escolha pública podem surgir quando os reguladores nacionais
são chamados a renunciar a alguns dos seus poderes de forma a poder ser aplicado
um verdadeiro regime de concorrência a nível internacional, como uma autoridade
internacional anti cartel.43
40
Cfr.ELEANOR M. FOX, Competition, Development and Regional Integration: In Search of a
Competition Law Fit for Developing Countries, New York University School of Law, Law &
Economic Research Paper Series 11-04, 2011, pp. 1-21, disponível em SSRN:
http://ssrn.com/abstract=1761619 (acesso em 4 de julho de 2012), in JOSEF DREXL / MOR
BAKHOUN / ELEANOR M. FOX / MICHAL S. GAL / DAVID J. BERGER (Coord.), Com-
petition Policy and Regional Integration in Developing Countries, Cheltenham, UK & North
Hampton, Ma, USA, Edward Elgar, 2012.
41
Cfr. MICHAL S. GAL, Restrictive Agreements and Unilateral Restraints, in JOSEF DREXL /
LAURENCE IDOT / JOEL MONÉGER (coord.), Economic Theory and Competition Law,
Cheltenham, UK & North Hampton, Ma, USA, Edward Elgar, 2009, p. 247.
42
Cfr. BRENDON SWEENEY, International Competition Law and Policy: A Work In Progress,
Melbourne Journal, International Law, 58, 2009, pp. 3-4.
43
Cfr. MICHAL. GAL, New Perspectives on International Antitrust, American Journal of Inter-
national Law, vol. 106, no. 2, April 2011, p. 405.
92 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Mas o que é mais relevante, as diferenças entre as leis da concorrência pode gerar
obstáculos a um regime internacional de direito da concorrência
Com efeito, uma análise profunda permite salientar as diferenças assim como as
similitudes entre as culturas de concorrência.
Um terceiro fator central nesta análise é constituído pelo aumento dos níveis do
comércio e da interconexão dos mercados. Suscita-se a questão de saber como este
fator afeta a motivação dos países para alcançar soluções globais. É óbvio que esta
situação amplia o âmbito dos casos com efeitos extraterritoriais e, consequente-
mente, regra geral origina uma maior tendência para alcançar uma solução global.
Também como foi sublinhado supra, a recetividade dos países à adoção de uma
solução global é potenciada pelo elevado número de jurisdições que adotaram regi-
mes de concorrência o que aumenta as externalidades impostas a uma jurisdição pela
implementação das regras da concorrência noutro país.45
44
DAVID J. GERBER Global Competition: Laws, Markets and Globalization, pp. 269-272.
45
Cfr. MICHAL S. GAL, New Perspetives on International Antitrust, p. 405.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 93
Em conformidade com esta constatação, alguns países encetaram a via das soluções
bilaterais embora os acordos sejam frequentemente bastaste restritivos relativamente
à extensão da cooperação que originam. A maior parte dos acordos incluem cláusu-
las de notificação e troca de informação e princípios de cortesia positiva que reque-
rem que as jurisdições apliquem as suas leis de uma forma não discriminatória quan-
do tal for requerido pela outra parte. Embora os benefícios potenciais de tais acordos
sejam reconhecidos (v.g os acordos não colidem com a soberania dos países, tem
potencialidades para reduzir os conflitos entre os países e limitam os problemas
suscitados pela partilha de informação), não viabilizam ferramentas para resolver a
maior parte dos desafios suscitados pelas práticas anticoncorrenciais, como a colisão
de soluções adotadas pelas autoridades da concorrência, e duplicação de implemen-
tação de medidas. Esta preocupação surge por que o modelo em que estes acordos se
baseiam são de aplicação unilateral: cada jurisdição continua a aplicar a sua própria
lei no seu território.
Uma solução alternativa que pode influenciar a motivação para adotar uma solução
global são os acordos regionais de direito da concorrência que são baseados numa
implementação conjunta das referidas regras.47
46
No Relatório da OCDE de 2012 a temática da troca de informação confidencial é abordada
como um dos desafios a uma cooperação eficaz nas investigações relativamente aos cartéis.
Não só as leis nacionais não permitem a partilha de informação confidencial como a maioria
dos instrumentos e acordos celebrados entre as autoridades nacionais adotam a mesma posição.
OECD Global Forum On Competition, Improving International Cooperation In Cartel Investi-
gations, 2012 págs 30-32.
47
Cfr. MICHAL S. GAL, Regional Competition Law Agreements: An Important Step for Anti-
trust Enforcement, 60 University Toronto Law Journal, 2010, pp. 239, 258-261.
94 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
Conclusão
O rápido desenvolvimento das fusões globais suscitou novos desafios aos responsá-
veis pela política da concorrência e à doutrina que se consciencializam que proble-
mas concorrenciais globais impõem soluções globais por parte do direito da concor-
rência.
O número de fusões com efeitos transfronteiras aumentou durante a última vaga nos
últimos anos da década de noventa e desde então a percentagem de fusões interna-
cionais em relação ao total das fusões tem-se mantido elevada. Adicionalmente,
empresas com posições dominantes nos mercados mundiais foram acusadas de abu-
sar do seu poder de mercado. O caso da Microsoft representa um processo exemplar.
Não obstante as ações anti concorrenciais terem uma dimensão global as políticas da
concorrência permanecem numa focalização nacional. A ausência de qualquer espé-
48
Uma interessante e rigorosa análise destes acordos é efetuada por MAHER DABBAH, Interna-
tional and Comparative Competition Law, capitulo 7.
49
Cfr. Regional Competition Law Agreements: An Important Step for Antitrust Enforcement.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 95
Para além destas externalidades, abundam outros problemas criados pela internacio-
nalização. Esses problemas incluem a duplicação de implementação de recursos por
jurisdições afetadas pela mesma medida restritiva da concorrência, elevados custos
regulatórios suportados pelas empresas reguladas, e dificuldades relacionadas com a
informação acumulada quando a prática restritiva ocorre em qualquer outra parte.
Estes aspetos da internacionalização das regras da concorrência produzem efeitos
sobre a forma de desenvolvimento e execução dos mecanismos legais para resolver
efetivamente questões de concorrência com uma dimensão transnacional.
Após a análise das atividades da OMC e da RIC concluímos que o trabalho destas
instituições tem um valor extremo e assim continua a ser ao prosseguirem a ideia da
internacionalização do direito da concorrência. Não obstante, é óbvio que é necessá-
rio no presente expandir a agenda dessas organizações, as capacidades institucionais
e os mecanismos para que o processo de internacionalização seja eficaz. Um cami-
nho crucial para que esta situação possa ocorrer é através da institucionalização de
96 MARIA DE FÁTIMA CABRITA MENDES
uma maior cooperação entre as diferentes organizações e apoio recíproco das insti-
tuições.
Sugere-se que o início da harmonização se efetue por grupos regionais como acon-
tece já com a União Europeia. Posteriormente a tarefa estaria simplificada porque se
trataria de harmonizar o direito de um pequeno número de regiões.
Considera-se ainda que um início sólido rumo a um sistema transnacional seria dado
pelos Estados Unidos e pela União Europeia em tentarem acordar por tratado ou por
uma série de tratados um direito da concorrência comum, começando por matérias
que geram maior consenso como a legislação sobre cartéis.
Um terceiro elemento central nesta análise é constituído pelo aumento dos níveis do
comércio e da interconexão dos mercados. Esta situação amplia o âmbito dos casos
com efeitos extraterritoriais e, consequentemente, regra geral origina uma maior
tendência para alcançar uma solução global.
PERSPETIVAS DO D IREITO INTERNACIONAL DA CONCORRÊNCIA 97
Sumário: 1. Arthur Montenegro; 2. José Gabriel Pinto Coelho; 3. Luís Pinto Coelho;
4. Paulo Merêa; 5. Pedro Soares Martínez.
1. Arthur Montenegro
3. Homem de perfil «fino e elegante, ainda novo, barba à Guise, de sêda, e uma
cabeça de marfim com uma penugem doirada nas fontes e na nuca» (Teixeira de
Pascoaes), espírito culto, superiormente educado, orador de mérito, Arthur Monte-
negro adere ao Partido Progressista e resolve passar a Lisboa, onde a breve trecho se
embrenha na vida social e política da côrte. É então que o seu virtuosismo se distrai
para as altas situações do Estado: o Parlamento, a que pertence em diversas legisla-
turas entre 1892 e 1910; o Governo, onde chega a tomar conta da pasta da Justiça em
três gabinetes. No Parlamento profere discursos acerca da instrução pública, da ques-
tão ultramarina, da reforma da Justiça, da liberdade de imprensa, do orçamento do
Estado, do empréstimo contraído por D. Miguel. No Governo, onde dispõe da
«especial simpatia e protecção do chefe progressista José Luciano de Castro», inte-
gra os elencos ministeriais dos conselheiros Wenceslau de Lima, Veiga Beirão e do
próprio José Luciano. Afirma-se ainda como mestre de Direito do infante – e futuro
rei – D. Manuel II.
José Gabriel Pinto Coelho nasceu em Lisboa a 18 de Março de 1886 no seio de uma
família de velhas tradições políticas e jurídicas. Filho de Domingos Pinto Coelho,
advogado de renome, membro da direcção do Partido Legitimista, senador, bastoná-
102 GONÇALO SAMPAIO E MELLO
rio da Ordem dos Advogados, era neto de Carlos Zeferino Pinto Coelho, grande
figura do século XIX como militante católico e monárquico – que Rafael Bordalo
Pinheiro imortalizou no Álbum das Glórias –, antigo deputado, desembargador da
Relação de Lisboa e chefe político do Partido Legitimista. Remonta a 1902 a sua
matrícula na Faculdade de Direito de Coimbra, onde foi colega de Luiz da Cunha
Gonçalves, Lobo d’Ávila Lima, Fernando Emygdio da Silva e António de Abran-
ches Ferrão, todos eles futuros doutores em Direito. Diplomado com a classificação
de “Muito Bom, 18 valores”, submeteu-se em 1909 a provas de Doutoramento, ten-
do redigido para o efeito um elenco de Theses ex Universo Jure e elaborado uma
dissertação intitulada Das clausulas accessorias dos Negocios Juridicos, que a breve
trecho redundou clássica. No ano seguinte concorreu a uma vaga de Lente substituto
da Faculdade, após o que ascendeu à categoria de Lente catedrático (decreto de 5 de
Março de 1910) na companhia de Lobo d’Ávila Lima. Contava 23 anos de idade.
2. Uma vez provido Lente de capelo, começou José Gabriel Pinto Coelho a minis-
trar a disciplina de “Sociologia Geral e Philosophia do Direito”, que foi o último
professor a reger antes da respectiva extinção, levada a efeito pela Reforma de 1911,
e da qual deixou lições compiladas por alunos. Transitou depois para diversas outras
matérias, a exemplo de Direito Civil (Obrigações, Reais, Família, Sucessões), Legis-
lação Civil Comparada, Pratica Extra-Judicial. Uma houve, todavia, que desde logo
intelectualmente o seduziu e no âmbito da qual veio a revelar-se «especialista con-
sumado». Tratou-se da cadeira de Direito Comercial, em que se fixou, publicou
vasta literatura e adquiriu renome. Comercialista era já, com efeito, quando em 1919
decidiu requerer a sua transferência para a Faculdade de Direito de Lisboa. Nascido
na capital, aqui casado com senhora de família aristocrática (neta dos Condes-Mar-
queses da Ribeira Grande), aqui residentes os seus pais e outros parentes de sangue,
natural era que Pinto Coelho, após um início de carreira brilhante, quisesse reverter
às suas raízes, trocando as margens do Mondego pelas do Tejo.
4. Professor exigente, disciplinado e disciplinador, «jurista cem por cento, dos que
professam fiat justitia, pereat mundus» (Marcello Caetano), homem no qual con-
fluíam «a correcção, a verdade, a dignidade, o carácter» (Soares Martínez), José
Gabriel Pinto Coelho foi nomeado Director da Faculdade de Direito de Lisboa em
1936. Ascendeu depois a Vice-Reitor (1937-46) e a Reitor da Universidade de Lis-
boa (1946-56), perfazendo um mandato de quase duas décadas. Fora do domí-
nio universitário presidiu à direcção nacional da Liga Católica, colaborou nas
“Semanas Sociais Portuguesas” e foi procurador à Câmara Corporativa, organismo
de que chegou a ser eleito Vice-Presidente (na vaga de Manuel Rodrigues Júnior) e
Presidente (na vaga de Domingos Fezas Vital) e ao serviço do qual discutiu e relatou
numerosos pareceres em matéria jurídica, económica e social. Distinguido com a
Grã-Cruz da Ordem da Instrução Pública, faleceu em Lisboa, dobrados os 90 anos de
idade, em 28 de Abril de 1978. Jaz sepultado no cemitério dos Prazeres.
2. Aluno distinto desde a primeira hora, Luís Pinto Coelho foi «sebenteiro» dos
lentes Carneiro Pacheco e Barbosa de Magalhães, versou no 5.º ano o tema Do con-
curso de pessoas no Crime Culposo e, uma vez alcançada a Licenciatura, partiu para
Roma a fim de aperfeiçoar os seus conhecimentos no domínio do direito privado. Ali
conviveu com Francesco Carnelutti, cuja obra Metodologia del Diritto depois verteu
para a língua portuguesa e publicou duas Rassegna di Legislazione Portoghese no
«Istituto di Studi Legislativi». De regresso a Portugal, submeteu-se a Doutoramento
em Ciências Histórico-Jurídicas apresentando para o efeito a tese intitulada Da
Compropriedade no Direito Português (1939), após o que ascendeu a Professor
Extraordinário (1943) e a Professor Catedrático (1944) mediante concurso de provas
públicas. Remonta a este mesmo ano a tradução a que meteu ombros de um outro
jurista italiano, Guido Gonella, cuja obra Bases de uma Ordem Internacional a
Livraria Sá da Costa daria à estampa com prefácio do Cardeal Cerejeira.
104 GONÇALO SAMPAIO E MELLO
4. Paulo Merêa
2. Uma vez obtida a carta de curso, Paulo Merêa submete-se a provas para docente
da Faculdade elaborando para o efeito a tese Evolução dos Regimes Matrimoniais,
que publica. Assistente em Março de 1914, ascende em Setembro do mesmo ano à
categoria de Professor Extraordinário (mediante proposta de Marnoco e Souza), em
Fevereiro de 1915 à categoria de Professor Ordinário – vulgo Catedrático – e em
Fevereiro de 1918 à categoria de doutor do Grupo de “História do Direito e Legisla-
ção Civil Comparada” (mediante proposta de José Alberto dos Reis). Fica então
titular da disciplina de História do Direito Português, que irá fazer ascender a um
nível científico-pedagógico nunca antes atingido entre nós nem superado em outras
latitudes. Possuindo «genial intuição, espírito artístico e poderoso talento constru-
tivo, servidos por uma força literária espontaneamente sugestiva» (Almeida Costa),
Paulo Merêa dominava o Direito, a Filosofia Política, a História, a Literatura, a Filo-
logia, a Paleografia, a Diplomática, conhecia sete línguas vivas e mortas – espanhol,
francês, inglês, italiano, alemão, latim, árabe –, e era escritor infatigável, autor de
uma bibliografia que irá reunir mais de trezentos títulos. Entre 1920 e 1924, a convi-
te de António de Vasconcellos, ministra aulas na Faculdade de Letras de Coimbra,
onde inspira discípulos como Paulo Quintela, Sílvio Lima, Costa Pimpão, Paiva
Boléo, Torquato de Sousa Soares, Manuel Lopes de Almeida, Vitorino Nemésio. Em
1924 surge eleito sócio da Academia das Ciências de Lisboa mediante parecer rela-
tado pelo Visconde de Carnaxide. Em 1937 está entre os membros fundadores da
Academia Portuguesa da História, sendo-lhe cometida a tarefa de orientar a publica-
ção da colectânea Documentos Medievais Portugueses. Notável é de igual modo o
papel que assume na revisão estilística e gramatical do projecto do novo Código
Civil, a que mete ombros a instâncias do Ministério da Justiça. E porque para além
de bibliógrafo é também bibliólogo e bibliófilo, contam-se por dezenas as resenhas
que teceu à obra de investigadores estrangeiros. Carl Schmitt, Leo Strauss, Edoardo
Volterra, Marc Bloch, Sánchez-Albornoz, Giulio Vismara, Émile Lousse, Juan
Beneyto, Álvaro d’Ors, Piero Rasi, García-Gallo, incluem-se neste rol.
3. À data em que se traçam estas linhas pertence Pedro Soares Martínez às seguintes
instituições e desempenha, ou já desempenhou, os seguintes cargos e dignidades:
Professor Catedrático jubilado da Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa;
Professor Ordinário jubilado da Faculdade de Direito da Universidade Católica Por-
tuguesa; Sócio efectivo da Academia das Ciências de Lisboa (onde sucedeu a José
108 GONÇALO SAMPAIO E MELLO
PÁTRIA
Pátria é, pois, o sol que deu o ser
Drama, poema, tempo e o espaço
Das gerações que passam, forte laço
E as verdades que estamos a viver.
Pátria é sepultura, é sofrer
De quem marca coa vida um novo passo.
Ao povo, uma Pátria é, num traço simples,
Independência até morrer!
Do trabalho o berço, paz, tormento.
Pátria é a vida, orgulho, a aliança
Da alegria, do amor, do sentimento.
Pátria: é tradição, passado e herança!
O som da bala é: Pátria do momento!
Pátria é do futuro a esperança!
Pátria... é do futuro a esperança!
O primeiro objectivo do Estado (art. 6.º a)) não pode assim deixar de ser defender
e garantir a soberania do País. E é muito importante e superiormente subtil que a
Constituição não identifique o País com o Estado, e a este subordine, expressa-
mente e com muita clareza, à Constituição e às lei (art. 2.º, 2), insistindo mesmo
que
Com a incapacidade agelástica2 dos Akaki Akakiévitch, de Gogol 3 (que, por uma
lei de bronze, povoam todas as burocracias), é muito importante que um Estado
nascente se não autocompraza no estatalismo e explicitamente subordine a cria-
tura ao criador, ao sol da Pátria, que dá o ser e não se confunde com o Estado, e
muito menos com as suas vicissitudes.
O art. 13.º regista as línguas oficiais, o 14.º considera os símbolos nacionais (ban-
deira, emblema e hino) e o 15.º descreve a bandeira. A polémica sobre o hino
daria pano para mangas no plano semiótico-ideológico. Significativamente a
1
Este ensaio tem como base, reelaborando-o, o texto de uma palestra, por ocasião da
comemoração do X aniversário da Constituição da República Democrática de Timor Leste,
feita por vídeo-conferência, em 8 de Maio de 2012. Nela participaram outros catedráticos de
Direito Constitucional de Universidades públicas portuguesas.
2
Cf. RORTY, Richard – Contingence, Irony, Solidarity, Cambridge Universtity Press, 1989.
3
GOGOL, Nicolai – O Capote, 1843.
PRINCÍPIOS FUNDAMENTAIS DA CONSTITUIÇÃO DE TIMOR LESTE 111
Não deixa de ser interessante que houve mudança de significado explícito das
cores na bandeira. Voltaremos certamente um dia ao problema, que parece novo.
Tempo e espaço são tratados nos limites da Constituição de forma quase habitual,
embora ciosa do que é timorense e numa perspectiva moderna, descentralizada.
O espaço é com efeito desde logo motivo da demarcação territorial (no art. 4, 1),
sem esquecer o enclave de Oe-cussi Ambeno e os ilhéus de Ataúro e Jaco. Reme-
te-se para lei a determinação da extensão e do limite das águas territoriais, assim
como da zona económica exclusiva e dos direitos do Estado timorense na zona
contígua e na plataforma continental (art. 4, 2). Mais habitual é a declaração do
n.º 3 de não alienação do território, ou parte dele, salvo rectificação de fronteiras.
4
BLOCH, Ernst — Das Prinzip Hoffnung, Frankfurt, Suhrkamp, 1959, trad. cast. de Felipe
Gonzales Vicen, El Principio esperanza, Madrid, Aguilar, 1979, III vols., trad. fr. de Fran-
çoise Wuilmart, Le Principe espérance, Paris Gallimard, 1976, reimp. 1991.
112 PAULO FERREIRA DA CUNHA
O tempo vê-se em vários momentos, mas não é nos prazos que mais se revela,
antes no tempo que liga as pessoas, e que é o motivo do verso seguinte:
Tal como o sol, o símbolo da estrela está pelo mundo fora. A de cinco pontas,
como a timorense, é frequentemente representação do microcosmos humano
(como um estilizado cânone das proporções de Leonardo (o chamado “homem
vitruviano”), ou o Modulor de Le Corbusier. Ter-se ainda que simbolicamente o
Homem na bandeira é importante. E remete para um princípio ou megaprincípio
jurídico, infelizmente um pouco erodido pelo abuso e mau uso, até na jurispru-
dência, mas que continua na sua pureza a ser uma estrela guia: a dignidade da
pessoa humana,7 a qual, conjuntamente com a vontade popular, é base da Repú-
blica Democrática de Timor Leste (art. 1.º, 1).
5
HESSEN, Johannes — Filosofia dos Valores, tradução portuguesa de Luís Cabral de Mon-
cada, nova ed., Coimbra, Almedina, 2001.
6
Cf. o nosso Anti-Leviathã – Direito, Política e Sagrado, Porto Alegre, Sergio Fabris Editor,
2005, máx. p. 180 ss.
7
Cf., v.g., o nosso Direito Constitucional Geral, Lisboa, Quid Juris, 2006, pp. 247 ss. et
passim.
PRINCÍPIOS FUNDAMENTAIS DA CONSTITUIÇÃO DE TIMOR LESTE 113
Ao contrário das constituições que festivamente inauguram uma nova era e até
esquecem os deveres, na febre de dar direitos esquecidos, Xanana Gusmão lem-
bra que os passos do sofrimento marcam as conquistas que a Pátria vai alcan-
çando. Não podemos deixar de citar Agostinho da Silva, profeta da lusofonia, que
advertiria para a reversibilidade das conquistas, e o sofrimento que se lhe segui-
ria:
8
SILVA, Agostinho da Silva (oralmente) apud DACOSTA, Fernando — Nascido no Estado
Novo. Narrativa, Lisboa, Editorial Notícias, 2001, pp. 318-319.
114 PAULO FERREIRA DA CUNHA
mais essenciais não escapou nem ao poeta-político, nem aos constituintes, que
ainda no Preâmbulo se preocupam com a formação cívica do Povo:
Estes três versos retratam uma Pátria mais quotidiana, feita do claroscuro da vida,
com paz e tormento, em que se recorta o trabalho, sem o qual não há riqueza.
Sabiamente o poeta não dá o salto seguinte, e não diz que o trabalho seja fonte de
toda a riqueza, como fazia o Programa de Gotha, motivo para a brilhante crítica
de Marx, logo a abrir o seu clássico texto. A Pátria é, pois, berço do trabalho, e
presume-se o resto. Não podemos deixar de lembrar a Constituição italiana, que
começa logo o seu artigo 1.º: “L'Italia è una Repubblica democratica, fondata sul
lavoro.”. Na Constituição timorense o trabalho é honrado e defendido no art. 50.º,
com contornos que voltam a ser atuais, na crise presente.9 Há uns tempos pode-
riam ser coisas consabidas, hoje é preciso que se digam e se apliquem:
9
Cf., por todos, o recente livro de FERREIRA, António Casimiro – Sociedade da
Austeridade e Direito de Trabalho de Exceção, Porto, Vida Económica, 2012.
PRINCÍPIOS FUNDAMENTAIS DA CONSTITUIÇÃO DE TIMOR LESTE 115
Passado, presente e futuro, pois, unidos: tradição, herança; presente que sempre
se pode simbolizar metaforicamente no som da bala, que é o ruído das coisas
contingentes e agónicas, e o futuro que é sempre esperança também. Quer o futu-
ro passado, quer o futuro a vir. E há a dimensão eutópia e utopista do futuro sem-
pre a vir – como o Preâmbulo concluindo diz:
10
Cf. o nosso livro Pensar o Estado, Lisboa, Quid Juris, 2009, p. 93 ss., et passim.
116 PAULO FERREIRA DA CUNHA
Parece haver uma ambiguidade poética no final do poema, já que a Pátria será, no
futuro, e por isso se tem esperança nela. Mas, na verdade, as pátrias futuras só são
as que já são presente e passado. Aqui há certamente uma criadora ambiguidade
entre Pátria nação e Pátria Estado. Havia Pátria nação, com esperança na Pátria
Estado.
Mas tem sentido que o poeta repita, com ligeira alteração, que Pátria é do futuro a
esperança. Porque, num primeiro momento, a Pátria Estado é esperança para um
futuro, e agora, neste momento que agora se vive, a Pátria timorense continua a
ser a esperança para o futuro, e o futuro da esperança, no Estado independente de
Timor Leste.
A Nulidade do Acto Administrativo
LUIZ CABRAL DE MONCADA *
I Introdução
A análise não deve perder de vista o contexto histórico em que a teoria das invalida-
des apareceu no direito administrativo. Como disciplina jurídica o direito adminis-
trativo é relativamente recente se comparado com outras e daí que tenha importado a
dogmática que se desenvolveu noutros ramos do direito, desde logo no direito pri-
vado. Mas esta importação não se fez sem custos e assimetrias. Com efeito, o direito
administrativo é todo ele marcado pela presença do interesse público definido pelo
legislador e arvorado a uma posição superior ao interesse privado pois que beneficia
da autoridade que lhe confere a palavra da lei. A lei é o critério da conduta adminis-
trativa e as invalidades do direito administrativo decorrem da desconformidade da
conduta administrativa com a lei rectius, com o amplo «bloco» da legalidade que a
vincula e apenas secundariamente da desconformidade com os pressupostos que
devem orientar a formação e expressão da vontade constitutiva das relações jurídicas
administrativas. A teoria das invalidades originária do direito privado foi pensada
para relações marcadas pela igualdade entre as partes intervenientes no negócio
jurídico e valorizando a formação e a expressão da vontade e não se transpõe sem
dificuldades para relações desiguais marcadas pela autoridade legítima da Adminis-
tração da lei decorrente e vocacionadas para a intervenção unilateral, autoritária e
até, por vezes, executória, na esfera privada e para a conformação do todo social e
económico. O telos das invalidades não é o mesmo num ramo do direito votado à
protecção da vontade das partes intervenientes numa relação jurídica tendencial-
mente igualitária e num ramo do direito marcado pela predominância do interesse
público legal na relação jurídica e marcado pela desigualdade.
Por outro lado, no contexto actual de um direito administrativo dirigido para a con-
formação económica e social, dominado pela figura da prestação, gerado descentra-
lizadamente, cada vez menos unilateral e cada vez mais igualitário, plural e partici-
pado, as figuras da invalidade que eram coevas do seu nascimento servem com difi-
culdade nas condições actuais. A rigidez do regime jurídico das invalidades admi-
nistrativas adaptava-se bem a uma conjuntura em que a Administração actuava
pouco mas quando o fazia era pela via unilateral e executória, maxime policial, e de
modo agressivo da esfera jurídica do particular súbdito, com consequências gravosas
do ponto de vista dos direitos e interesses dos cidadãos. Ora, hoje a Administração
entra em relações muito mais complexas com os particulares a tender para uma cada
vez mais nítida paridade a pedir adequada tutela e de que resultam até efeitos atendí-
veis exteriores aos que afectam as entidades directamente intervenientes. O regime
jurídico das invalidades deve ser assim construído de modo diversificado e os res-
pectivos efeitos devem ser equacionados numa perspectiva abrangente que se não
fica pela simples consideração da relação entre as entidades directamente visadas.
Por outro lado, a nulidade deve ser avaliada em função do tipo legal de acto admi-
nistrativo que se considere. O regime respectivo não pode ser o mesmo para um acto
lesivo dos direitos do cidadão ou para um acto vantajoso, para um acto meramente
certificativo ou para um parecer, para um acto preparatório ou integrativo da eficácia
ou para uma decisão final. Do mesmo modo, os elementos do acto não relevam
todos da mesma maneira nos vários tipos legais de actos. Nuns relavam mais os
vícios relacionados com os sujeitos, noutros com a forma e com o procedimento,
noutros ainda com o conteúdo ou com o fim legal do acto.
1
Nas palavras de Marcello Caetano, Manual de Direito Administrativo, I, 10ª ed., Coimbra,
1984, p. 512, a nulidade é equiparada nos seus efeitos à inexistência jurídica do acto (it. nos-
so), muito embora o A. distinga nas páginas anteriores entre a inexistência e a nulidade num
plano abstracto. No mesmo sentido, Marcelo Rebelo de Sousa, O Regime do Acto administrati-
vo, Revista de Direito e Justiça, VI, 1992, p. 44.
120 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Claro está que na avaliação do regime da nulidade não se pode cortar com o passado.
Este é determinante na nossa pré-compreeensão das coisas e, portanto, critério da
verdade hermenêutica. Deve partir-se da teoria clássica das invalidades do acto jurí-
dico mas adaptando-a às necessidades actuais do direito administrativo. O contrário
seria insistir na incoerência dos regimes jurídicos perante as necessidades da prática
e dos interesses em jogo, tudo em nome de um geometrismo indesejável porque
cego. Não se deve nestas matérias ceder à «jurisprudência dos conceitos» com a
consequência dela própria que é o famigerado «método da inversão» que consiste
em deduzir as soluções para a realidade apenas de noções abstractas tudo fazendo
para nestas a encaixar, como se a diversidade do «mundo da vida» se arrimasse
apenas à legalidade abstracta do entendimento.
II A figura da nulidade
Tal regime jurídico há-de ser justificado pela especial gravidade da invalidade que a
desencadeou, seja ela substancial seja formal.
A primeira nota é, portanto, esta; a nulidade resulta de uma especial gravidade dos
vícios do acto praticado, a tal ponto que a ordem jurídica não pode tolerar que lhe
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 121
2. Claro está que as situações de gravidade especial do vício que inquina o acto são,
por definição, relativamente escassas, pelo que a nulidade não pode ser a regra. Mais
vulgar é forçosamente a anulabilidade do acto. Mas a nulidade também não tem que
ser a excepção.
2
Vai neste sentido o Acórdão do STA de 17/2/2004, proc. 1572/02.
122 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Agora não foi necessariamente a natureza particularmente grave do vício do acto que
determinou a qualificação legal. Mas também nada impede que o tenha sido. A von-
tade do legislador é soberana. Só se exige, pelo que ao legislador nacional toca, que
a indicação legislativa seja expressa, o que retira liberdade interpretativa ao juiz, à
Administração e ao particular.
3
Assim José Carlos Vieira de Andrade, A Nulidade Administrativa, essa desconhecida, Estudos
em Homenagem ao Prof. Doutor Diogo Freitas do Amaral, Coimbra, 2010, p. 766.
4
É o caso dos actos administrativos de fomento económico, desde logo os subsídios, que contra-
riem as normas europeias da concorrência.
5
Sobre o tema, Pedro Gonçalves e Fernanda Paula de Oliveira, A Nulidade dos Actos Adminis-
trativos de Gestão Urbanística, CEDOUA, Ano II, 1. 99, p. 33 e ss.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 123
logo, uma adaptação às circunstâncias que o citério da nulidade «por natureza» nem
sempre facilitaria.
Assim se compreende, p. ex., que o vício do desvio de poder quando lhe presidem
interesses meramente privados em vez de interesses públicos diferentes daqueles que
o legislador teve em vista ao atribuir o poder discricionário, poderia e deveria ser
fulminado com a nulidade em vez de com a simples anulabilidade.6 O mesmo se
diga de uma pena disciplinar aplicada sem audiência prévia do arguido, coisa que
continua a acontecer. Queremos confiar em que muitos tribunais não terão dúvidas
em declarar a nulidade do acto de aplicação da pena mas, à cautela, seria bom que a
lei a consagrasse expressamente.
A questão agrava-se se a nulidade não está sempre, como entre nós, taxativamente
fixada na lei. Sendo assim, há que separar a inexistência da nulidade com base em
critérios materiais. Se a nulidade fosse sempre a consequência de uma decisão legis-
lativa avulsa tudo seria mais fácil de resolver mas como não é coloca-se com perti-
nência o problema daquela distinção.
Assim sendo, poderíamos supor que a inexistência ficaria reservada para as patolo-
gias mais graves e a nulidade para as menos graves. Mas esta tese não colhe. A figu-
ra da inexistência não compreende sequer uma aparência de acto administrativo, tão
evidente é a patologia de que padece. O acto pressupõe uma determinada estrutura
delimitada por certas invariáveis que são precisamente os seus referidos elementos
essenciais, como ficou escrito. Ora, na inexistência nem sequer deparamos com a
estrutura do acto administrativo de tal modo que não é possível identificar uma deci-
são administrativa porque não estão presentes os elementos indispensáveis relativa-
mente aos sujeitos, ao objecto, ao conteúdo, ao fim, à forma escrita e às for-
malidades a observar. Não estão presentes aqueles elementos invariáveis, próprios
da estrutura do acto administrativo e que identificam os requisitos da pertença
(membership) à ordem jurídica, necessários para que o acto integre um comando
enunciador de uma regra de dever-ser, para empregar linguagem hartiana, de natu-
reza substancial, organizatória e teleológica.7
6
Sobre o tema J. C. Vieira de Andrade, ob. cit., nota 28, referindo doutrina nacional conforme.
7
Sobre o tema, Pedro Moniz Lopes, Princípio da Boa-Fé e Decisão Administrativa, Coimbra,
2011, p. 145.
124 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Claro está que como o CPA não nos fornece um conceito preciso de inexistência
nada impede que a jurisprudência vá consolidando o que por tal se deva entender.8
Pelo contrário, na nulidade esses elementos estruturais estão presentes pelo que
existe um acto administrativo apesar de tudo identificável como tal mas apresen-
tando-se eivado de anomalia tamanha que se justifica um regime particularmente
gravoso para a invalidade que lhe cabe. A estrutura é a do acto administrativo embo-
ra lhe faltem um ou mais elementos essenciais ou fira de tal modo a ordem jurídica
que esta exige uma sanção especialmente pesada. Estamos perante qualquer coisa
com estrutura de acto administrativo muito embora eivado de anomalias imperdoá-
veis e facilmente detectáveis.
Mas o problema não acaba aqui. Pelo contrário, começa. É que o regime tradicional
da nulidade é de tal modo radical que pouco ou nada fica para a inexistência. De
maneira que das duas uma; ou se logra um regime da nulidade do acto mais mode-
rado que a permita distinguir da inexistência ou se atribuem em geral à nulidade os
efeitos próprios da inexistência.
8
Cfr. as sentenças referidas por Mário Aroso de Almeida e Carlos Alberto Fernandes Cadilha,
Comentário ao Código de Processo nos Tribunais Administrativos, 2ª ed. revista, Coimbra,
2007, p. 294 e 295.
9
Assim, Mário Esteves de Oliveira, Pedro Costa Gonçalves e J. Pacheco de Amorim, Cód igo do
Procedimento Administrativo, 2ª ed., actualizada, revista e aumentada, Coimbra, 1997, p. 638.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 125
2. Esta última solução não satisfaz hoje. Necessitamos de uma figura de invalidade
com o regime próprio da nulidade do acto mas que permita ao mesmo tempo nuan-
ces assim abrindo a porta à consideração de determinados valores jurídicos funda-
mentais que a inexistência não permitiria considerar.
Note-se que a nulidade não fica assim numa posição intermédia entre a inexistência
e a anulabilidade. Não. A nulidade é a mais grave patologia do acto administrativo e
se o regime respectivo se aproxima do da inexistência é por mera conveniência gra-
ciosa ou contenciosa que isso acontece ou seja, porque sendo a nulidade o vício mais
grave do acto administrativo, tem de se lhe aplicar um regime tão pesado que se
aproxima do regime do não acto, precisamente por ser inconveniente outro menos
grave.
126 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Por nós preferimos a última solução que é, aliás, a do CPA, como se viu.
IV O critério da nulidade
O critério legal necessita de ser interpretado em termos hábeis. Dentro dos elementos
essenciais do acto, cuja falta importa nulidade, temos de incluir considerações mate-
riais sob pena de o critério em causa ser incompleto. É que há actos cuja subsistência
na ordem jurídica é de tal modo insuportável de uma perspectiva substancial que a
nulidade surge como a invalidade adequada. É o caso dos actos administrativos que
ferem o conteúdo essencial de um direito fundamental, como se conhecem vários.
O critério da nulidade não é, portanto, uniforme e não pode olhar apenas para dentro
do acto administrativo apreciado nas suas componentes estruturais. Deve olhar-se
para fora e apreciar o acto administrativo no contexto das decisões e dos compromis-
sos axiais da ordem jurídica no seu todo. É a esta luz que devem ser considerados os
referidos elementos essenciais do acto cuja falta gera nulidade.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 127
Urge, portanto, interpretar a fórmula legal da nulidade do acto medida pela falta dos
referidos elementos nela incluindo considerandos materiais, sob pena de incomple-
tude. A alínea d) do nº 2 do art. 133º do CPA ao considerar nulos os actos que ofen-
dam o conteúdo essencial de um direito fundamental acolhe este entendimento.
Ao mesmo tempo, a noção de elementos essenciais do acto cuja falta gera nulidade
deve ser vista numa perspectiva ampla tendo como pano de fundo a ordem jurídica
no seu todo, como ficou escrito. A violação dos preceitos axiais da ordem jurídica
gera sempre nulidade do acto por lhe faltar um elemento essencial daquela reportado
ao respectivo conteúdo pois que o acto pode ser completamente correcto à face da lei
e, no entanto, violar preceitos constitucionais relativos à efectividade dos direitos,
liberdades e garantias, p. ex., o que reclama a nulidade.10
Tudo isto requer uma previsão legal do regime da nulidade que, não facilitando no
essencial, deixe as mãos livres ao juiz e à Administração para uma ponderação no
caso concreto das valores e interesses a respeitar de acordo com soluções material-
mente adequadas.
10
Só se o preceito constitucional violado fosse directamente aplicável é que o acto administrativo
teria na norma constitucional o seu conteúdo predeterminado, o que não é corrente.
11
Em sentido próximo, Mário Aroso de Almeida, Teoria Geral do Direito Administrativo: temas
nucleares, Coimbra, 2012, p. 196, aderindo a uma tese substantiva alicerçada na essencialidade
(it. no original) do desvalor do acto nulo.
128 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Passamos agora para o plano do direito positivo. Estará ele à altura do que dele se
espera?
De acordo com o nº 1 do art. 134º do CPA, o acto nulo não produz quaisquer efeitos.
Esta asserção quer dizer que do acto nulo não resultam efeitos e que, consequente-
mente, ele não vincula ninguém, Administração e particulares, mesmo antes de ter
sido declarado como tal pelo tribunal ou pela Administração. Daí também se infere
que o acto nulo não é revogável porque não haveria efeitos a revogar.
Mas, claro está que na prática as coisas não se passam assim. Voltaremos ao assunto.
Mas não há a mesma certeza pelo que toca aos actos que ofendam o conteúdo essen-
cial de um direito fundamental previstos na alínea d) do mesmo artigo e a que acres-
centaríamos a nulidade do acto que ofenda o mesmo conteúdo de um direito resul-
tante do direito europeu. Muito pelo contrário. No exemplo dado, entendemos que
um acto disciplinar praticado sem essa formalidade essencial que é a audiência pré-
via é pura e simplesmente nulo por violação de um direito fundamental com chan-
cela constitucional mas nada nos espante que haja quem assim não entende. Seja
como for, nada dispensa um cuidado trabalho jurisprudencial de densificação do que
seja o conteúdo essencial de um direito fundamental e que a qui não pode ser sequer
encetado. Mas persiste a incerteza referida no número anterior.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 129
É o caso dos actos administrativos que violentem normas europeias e dos actos
administrativos inconstitucionais.
Pelo que toca aos primeiros, a desconformidade do acto administrativo com o direito
europeu não produz necessariamente a nulidade do acto apenas gerando a obrigação
de a Administração e o juiz nacionais o desaplicarem com consequências muito mais
suaves e que não passam obviamente pela remoção dos respectivos efeitos.12
Pelo que aos segundos toca, a inconstitucionalidade do acto é uma forma agravada
de invalidade que deve qualificar-se como nulidade e o respectivo conhecimento
caberá ao Tribunal Constitucional se o acto tiver forma normativa e aos tribunais
administrativos nos outros casos desde que possa conceber-se uma violação directa
do texto constitucional pelo acto em causa o que ocorrerá se a norma constitucional
reunir as condições para poder ser fonte directa de actos administrativos. 13
Dizer que os actos nulos não produzem efeitos 14 é um corolário da noção de nuli-
dade mas, como pura abstracção que é, não atende às realidades, como já se tinha
dito. Ora, o bom-senso aconselha-nos a olhar para as realidades mesmo que isso
12
Sobre o tema, Miguel Prata Roque, Direito Processual Administrativo Europeu, Coimbra, 2011,
p. 483 e ss.
13
Sobre o tema, Dinamene de Freitas, O Acto Administrativo Inconstitucional, Delimitação do
Conceito e Subsídio para um Contencioso Constitucional dos Actos Administrativos, Coimbra,
2010, p. 207 e ss.
14
Efeitos putativos lhes chamam Mário Esteves de Oliveira e outros, ob. cit., p. 654.
130 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Perante isto de nada vale dizer que os efeitos do acto nulo não são jurídicos mas
meramente materiais, assim permitindo salvar a pureza da construção dogmática da
nulidade não lhe imputando efeitos jurídicos. Só que, mais uma vez, continuamos no
plano puramente abstracto da metafísica. É que do ponto de vista do particular lesa-
do a situação é rigorosamente idêntica; sejam os efeitos do acto jurídicos ou não eles
lá estão. Suponhamos que o membro de uma corporação profissional foi expulso ou
suspenso do exercício da sua actividade na sequência de uma decisão disciplinar
tomada sem audiência prévia. Poderá o lesado continuar a sua actividade profissio-
nal como se nada fosse? Se entendermos que o acto é nulo, não há dúvida que sim.
No entanto, os actos administrativos beneficiam de uma presunção de legalidade que
o lesado terá de contrariar pelo que continuam a produzir efeitos jurídicos até que
seja declarada a respectiva nulidade pelo tribunal ou pela Administração. No mesmo
sentido vai a incerteza quanto à consequência do vício de que padece o acto. Será o
acto nulo ou apenas anulável? Desta situação de incerteza beneficia também a
Administração o que vai a favor da produtividade dos efeitos do acto. Certamente
que ninguém pretenderá que o membro de uma corporação profissional expulso ou
suspenso sem audiência prévia não tem nada a recear porque o acto é nulo. E, no
entanto, os clientes já debandaram, o seu prestígio ficou afectado e deixou de poder
pagar o telemóvel. Ficam muito caras as abstracções.
Note-se ainda que o simples facto de o membro da corporação afectado por um acto
nulo poder pedir uma indemnização à Administração com fundamento em responsa-
bilidade civil por facto ilícito já evidencia à saciedade que daquele resultaram efeitos
que urge reparar.
No entanto, é facilmente compreensível que esta lógica nem sempre vinga se dermos
atenção à realidade. Situações há em que se justifica que a nulidade apenas possa ser
invocada dentro de certo prazo, em vista dos efeitos jurídicos que o decurso do tem-
po consolidou na esfera dos cidadãos por ele afectados. A tutela da confiança dos
mesmos interessados na estabilidade de uma situação constitutiva de direitos ou que
lhes seja favorável é um valor a ter em conta na limitação do tempo dentro do qual a
nulidade pode ser invocada pelos detentores de interesses opostos ou pelo Ministério
Público.
7. A nulidade pode ser declarada por qualquer tribunal ou oficiosamente pela Admi-
nistração. É este o regime geral justificável pela gravidade do vício em causa. É
indispensável que o leque das entidades competentes para declarar a nulidade seja
assim o mais alargado possível. O legislador não pode deixar de o consagrar como
regime geral.
Mas, mais uma vez, a ponderação das realidades pode aconselhar moderação.
Seriam assim justificáveis situações em que a nulidade só pudesse ser declarada
pelos tribunais e, dentro deles, apenas pelos administrativos.
15
O nº 4 do art. 69º do Decreto-Lei nº 555/99, de 16/12 que aprova o Regime Jurídico da Urbani-
zação e da Edificação (RJUE), várias vezes alterado, prevê um prazo de 10 anos, sob pena de
caducidade, para que a Administração possa declarar oficiosamente a nulidade de actos urba-
nísticos e para que o MP possa instaurar a correspondente acção judicial.
16
Nestes temos, J. C. Vieira de Andrade, ob. cit., p. 783 em nota. O Autor acrescenta ainda (nota
53) um caso em que a declaração da nulidade de um acto administrativo pela Administração
não é possível por resultar da aplicação ao caso de uma lei inconstitucional, tendo em vista a
132 LUIZ CABRAL DE MONCADA
dade não é evidente como sucede quando o acto afecta o conteúdo essencial de um
direito subjectivo. Justifica-se nestes casos uma reserva de jurisdição.
Noutros casos a Administração apenas poderia desaplicar o acto nulo sem o poder
declarar como tal, ficando a declaração respectiva reservada ao tribunal.
9. Os actos nulos não podem ser convertidos noutros. Esta regra geral justifica-se
pelas mesmas razões do regime genérico das nulidades. Esta é um vício tão grave
que não seria curial admitir que do acto por ele afectado pudesse ficar algo de apro-
veitável.
Mas a protecção do interesse público e dos particulares pode pedir uma solução mais
moderada.
A possibilidade de converter um acto nulo noutro poderia ser utilizada para dar abri-
go a interesses e valores dignos de consideração. Só no caso concreto seria possível
ajuizar. Mas a hipótese não deveria ser afastada pelo que nada há contra a sua previ-
são legal.
10. A aceitação de um regime da nulidade moderado não pode ser feita sem benefí-
cio de inventário. O mesmo é dizer que deve ser o legislador a identificar, pelo
menos em geral, as situações em que tal é possível. O elenco destas situações em que
a ponderação dos interesses relevantes, designadamente a tutela da confiança e a
boa-fé dos particulares, a primeira mais objectiva do que a segunda, justifica atenua-
ções do regime geral da nulidade deve ficar para normas especiais, de natureza
obviamente legislativa, derrogatórias do regime geral. Mas nada impede que o legis-
lador confie aos tribunais a concretização daquele regime moderado da nulidade.
1. Perante um acto nulo em que posição ficam os particulares por ele afectados? Já
se sabe que não se pode evitar cinicamente a questão com o argumento meramente
formal de que do acto nulo não resultam efeitos e que, portanto, o particular não tem
nada a temer.
17
Neste sentido Mário Esteves de Oliveira e outros, ob. cit., p. 652.
134 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Que pode então fazer? Certamente que pode lançar mão dos meios graciosos pedin-
do a revogação do acto com fundamento em nulidade e dos meios contenciosos
pedindo a declaração da respectiva nulidade. Mas e até lá?
1. Que do acto nulo resultam efeitos e jurídicos, não apenas de facto, reconhecem-
no, bem vistas as coisas, várias normas procedimentais e processuais dispersas pelo
CPA e pelo Código de Processo nos Tribunais Administrativos (CPTA).
18
Sobre o tema, J.J. Gomes Canotillho e Vital Moreira, Constituição da República Portuguesa
anotada, artigos 1 a 107, I, 4ª ed. revista, Coimbra, 2007, p. 421 para quem quando a resistência
for activa está sujeita ao princípio da proporcionalidade. No mesmo sentido, Jorge Miranda e
Rui Medeiros, Constituição da República Portuguesa anotada, I, Coimbra, 2005, p. 208. Maria
da Assunção Esteves, a Constitucionalização do Direito de Resistência, Lisboa, 1989, p. 236 e
ss, aponta muito bem que este direito se exerce quer contra actos executórios quer contra actos
de execução e que a sua consagração constitucional expressa desvaloriza o dogma do privilégio
da execução prévia da Administração.
19
Mário Esteves de Oliveira e outros, ibidem, p. 655, dizem-nos a propósito (it nosso) que a
consideração dos efeitos em causa demonstra-nos quão falaciosa é, do ponto de vista jurídico-
prático, a ideia de que o acto nulo não produz efeitos.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 135
A redacção não é feliz. A referência aos efeitos de facto visa «tapar o sol com a
peneira» ou seja, evitar a constatação dos efeitos jurídicos do acto nulo transmu-
tando-os em efeitos de facto de modo a resguardar a pureza de uma construção abs-
tracta, já denunciada. Mais grave é a admissibilidade apenas dos efeitos decorrentes
do decurso do tempo afastando outros não relacionados com ele. Não se compreende
por que razão é que apenas esse facto natural que é o decurso do tempo justifica a
manutenção dos efeitos do acto nulo até porque a lei ao remeter para os referidos
princípios gerais de direito a fim de manter os mesmos efeitos convoca muitas
outras considerações, desde logo as ligadas à boa-fé do beneficiários do acto nulo, à
tutela da sua confiança, ao não locupletamento à custa alheia e até ao próprio inte-
resse público.20
O reconhecimento expresso dos efeitos do acto nulo resulta também do CPA a pro-
pósito do regime geral da nulidade dos actos consequentes ao acto anulado.
A norma vale para os actos consequentes ao acto anulado pelo tribunal ou revogado
com fundamento na sua anulabilidade. E se a norma assim dispõe é porque afinal
dos actos nulos sempre resultavam bons efeitos para os particulares.
2. O relevo dos efeitos do acto nulo resulta também do CPTA ao admitir, ao menos
de modo implícito, a suspensão da eficácia do acto nulo.
Ao pedir a título cautelar a suspensão dos efeitos do acto o particular pode alegar
que ele é nulo assim corporizando o fumus boni juris cuja prova lhe cabe e o tribunal
não deve recusar a apreciação do pedido com base no facto de do acto nulo não
resultarem efeitos que se possam suspender.21
A prova dos efeitos do acto nulo resulta ainda da possibilidade de o lesado interpor
um pedido de indemnização em acção administrativa comum com fundamento nos
danos decorrentes de acto nulo.
O dano pode resultar dos efeitos produzidos pelo acto nulo e o tribunal não deve
afastar a indemnização com o fundamento nos termos do qual do acto nulo não
20
Como muito bem indicam Mário Esteves de Oliveira e outros, ibidem.
21
Como notam Mário Aroso de Almeida e Carlos Alberto Fernandes Cadilha, Comentário, cit., p.
660, o provimento do pedido cautelar não pode ter por base apenas a nulidade e a consequente
ausência de efeitos do acto administrativo. O CPTA exige um complexo juízo judicial que não
pode ser afastado apenas com aquele fundamento.
136 LUIZ CABRAL DE MONCADA
resultam efeitos e, portanto, danos. A prova respectiva cabe ao lesado autor na acção
e o tribunal deve aceitá-la se convincente.
No mesmo sentido vai a norma do nº 3 do art. 173º do CPTA que veio introduzir
uma regra processual que serve de complemento em sede de execução de sentença
de anulação de actos administrativos à referida norma da alínea i) do nº 2 do art.
133º do CPA. Lá se diz que os beneficiários de actos consequentes ao acto anulado
que, recorde-se, são nulos, praticados há mais de um ano e que desconheciam sem
culpa a precariedade da sua situação têm direito a ser indemnizados pelos danos
que sofram em consequência da anulação.
E mais se diz no referido nº 3 do art. 173º que a situação dos referidos beneficiários
não pode ser posta em causa se os danos forem de difícil ou impossível reparação e
for manifesta a desproporção existente entre o seu interesses na manutenção da
situação e o interesse na execução da sentença anulatória.22 Neste caso o princípio
da proporcionalidade exige que os interessados possam conservar a respectiva situa-
22
Salvo se o contra-interessado no acto consequente é também o contra-interessado no acto
anulado ou revogado, como indicam Mário Esteves de Oliveira e outros, Código, cit., p. 651.
A NULIDADE DO ACTO ADMINISTRATIVO 137
ção jurídica favorável,23 apesar da nulidade, o que dá origem a uma situação de cau-
sa legítima de inexecução daquela sentença anulatória por impossibilidade jurídica
de satisfação da pretensão do interessado na execução da mesma sentença. E tudo
isto em nome de quê? Dos efeitos favoráveis do acto nulo.
2. A «aproximação» entre os dois regimes não significa que os vícios do acto gera-
dores da nulidade sejam, a final, menos graves ou menos evidentes do que se pen-
sava e se assemelhem aos que geram apenas anulabilidade do acto. Não é isso que se
verifica. Os vícios geradores da nulidade são obviamente mais graves do que os
outros apenas sucedendo que os efeitos da nulidade do acto são branqueados em
atenção a outros valores com protecção constitucional e legal, como se viu. Não é,
em rigor, a nulidade que se aproxima da anulabilidade mas sim o relevo de determi-
nados valores que exige uma ponderação do regime da nulidade do acto administra-
tivo. A referida «aproximação» não é das figuras dogmáticas da nulidade e da anula-
bilidade mas apenas a dos respectivos regimes jurídicos.
IX Conclusões
23
Assim nos Acórdãos do STA, 1ª Secção, de 17/1/1993 e de 22/2/1994. De acordo com o pri-
meiro, a nulidade dos actos consequentes apenas deve compreender o acto que seja estritamente
necessário atingir para reconstruir a situação hipotética, devendo os restantes actos manter-se.
138 LUIZ CABRAL DE MONCADA
Nada impede que a lei apresente um conceito geral de nulidade «por natureza»,
como sucede entre nós, mas sem que isso prejudique a possibilidade de o legislador
imputar a nulidade a situações que considere adequadas à medida da evolução das
conjunturas e dos interesses públicos. A maleabilidade do legislador é indispensável.
I. Introdução. Os conceitos.
Estado, como também das empresas e dos cidadãos em geral e tendo em vista objec-
tivos de melhoria numa condição administrativa, social ou económica, pelo que
também se podem considerar como instrumentos de Poder.
Importa, pois, padronizar que variáveis jurídicas poderão ser utilizadas para constru-
ção do aludido sistema de governação. No quadro da Directiva apontamos como
fundamental a variável da transferibilidade.
A exclusividade expressa valor, qual seja, a garantia da sua não interferência por
terceiros, que acções de terceiros não poderão perturbar o uso e o valor do direito,
sem compensação adequada. Apresenta-se como uma técnica de adjudicação vincu-
ADMINISTRAÇÃO PÚBLICA ELECTRÓNICA E DIRECTIVA DOS SERVIÇOS 143
O capítulo II da Directiva (artºs 5º a 8º) merece nossa especial atenção. Sob o título
“Simplificação Administrativa”, nele se contém algumas disposições fundamentais
para a comprovação da nossa pergunta de investigação, em concreto, se o Direito
tem uma ordem inteligível com a Administração Pública Electrónica, aprofundando
mais, de acordo com as considerações introdutórias, se nesta é detectável um equilí-
brio entre variáveis jurídicas opostas, ambas conduzidas por princípios de eficiência.
Estas obrigações devem ser prestadas de forma clara e inequívoca aos prestadores de
serviços e seus destinatários, com facilidade à distância e por via electrónica e ainda
devem ser actualizadas (art.º 7º nº 3). O reforço da componente electrónica é enfati-
zado no art.º 8º nº 1, ao se prever que todos os procedimentos e formalidades relati-
vos ao acesso a uma actividade de serviços e ao seu exercício possam ser facilmente
efectuados à distância e por via electrónica, dela se excluindo apenas a inspecção das
instalações onde o serviço é fornecido, o exame físico das capacidades do prestador
dos serviços e do pessoal responsável ou dos equipamentos utilizados (art.º 8º nº 2).
Todavia, não foi essa a opção do legislador comunitário. O art.º 6º nº 1 prevê expres-
samente, na senda do Considerando 48 da Directiva, que cada prestador de serviços
deve ter um interlocutor único (balcões únicos), através do qual possa cumprir todos
os procedimentos e formalidades por cada Estado-membro relativas a:
Algumas notas finais, em sede de análise da Directiva e que são importantes para as
considerações do próximo subcapítulo são as seguintes:
dade que a fiscalização ex-post por via electrónica sai reforçada, com obrigações de
informação por parte dos prestadores de serviços, de pagamento de taxas e de meca-
nismos de alerta, controlo e supervisão das informações prestadas pelas autoridades
competentes. Veremos se o legislador nacional, na aplicação ao sector do Turismo,
cumpriu este sistema de governação projectado pela Directiva.
Assim, por exemplo, nas agências de viagens, o art.º 64º -A do regime jurídico das
agências de viagens e turismo, introduzido pelo D.L. 263/2007,de 20 de Julho, já
previa que as comunicações e requerimentos entre prestador de serviços e autoridade
administrativa se processassem por via informática.
Ainda o D.L. 39/2008, de 7 de Março, que aprovou o actual regime jurídico dos
empreendimentos turísticos, no seu preâmbulo, previu desde logo o cumprimento
das medidas do programa de simplificação administrativa (Simplex 2007),com agili-
zação dos procedimentos de licenciamento dos empreendimentos turísticos e que a
tramitação dos mesmos fosse feita através de sistema informático (art.º 74º nº 1 do
D.L. 39/2008).
Mais. Já desde o D.L. 191/2009,de 17 de Agosto, que aprovou o regime jurídico das
políticas públicas no Turismo se previa no artigo 15.º que a informação ao turista
evoluísse para o funcionamento em rede através da criação de uma rede nacional de
informação turística, que garantisse a qualidade e um nível homogéneo da informa-
150 VIRGÍLIO MACHADO
O referido D.L. 191/2009 ainda previa no art.º 16º nº 4 que caberia à autoridade
turística nacional a criação, o desenvolvimento e a manutenção de um registo nacio-
nal de turismo que centralize e disponibilize toda a informação relativa aos
empreendimentos e empresas do turismo em operação no País.
Dir-se-ia que estariam criadas todas as condições para que o Turismo de Portugal,
I.P. funcionasse como balcão único electrónico para autorização de acesso e controlo
electrónico dos serviços no Turismo em conformidade com as obrigações jurídicas
de resultado previstas nos artºs 6º e 7º da Directiva e em articulação informática com
o Portal de Empresa previsto no D.L. 92/2010 (art.º 6º nº 2).
Como nota prévia, dir-se-á que existe um atraso considerável do Estado Português
na implementação da Directiva. Esta, no seu art.º 44º, previa que as disposições
legislativas, regulamentares e administrativas deviam ser transpostas pelos Estados
até 28 de Dezembro de 2009. O D.L. 92/2010 data de Julho de 2010 e a sua imple-
mentação operacional, através do “Balcão do Empreendedor” foi adiada por mais
um ano pelo D.L. 141/2012, de 11 de Julho e até 1 de Abril de 2013.
Este atraso provoca, à partida, um risco relevante para o sector do Turismo. Na ver-
dade, a regulação das suas diversas actividades (ex: agências de viagens, empreen-
dimentos turísticos, animação turística), à medida que é realizada no tempo, fruto da
necessária actualização à evolução das condições sociais e económicas, pode não
seguir a preocupação uniformizadora de resultado prevista pela Directiva em sede de
Administração Pública Electrónica.
Sendo decorridos quase 6 anos desde a publicação da Directiva, poderia existir risco
de falha sistémica e incumprimento do seu modelo de governação pela legislação
sectorial nacional em particular, no sector do Turismo que apresenta regulação de
diversos serviços. Podemos, efectivamente, afirmar, que tal risco se concretizou.
Este serviço registral assume a natureza meramente informativa como simples publi-
cação ex-post de factos ou direitos; concluindo-se pela sua não inserção no âmbito
de um procedimento administrativo prévio de acesso ou exercício de actividade da
prestação de serviços, pelo que não corresponde ao âmbito dos objectivos previstos
pela Directiva.
mentos com título de abertura válido onde constam o nome, classificação, capacida-
de e localização do empreendimento, identificação da entidade exploradora e perío-
dos de funcionamento (art.º 40º nº 1).
Sobre a qualificação deste Registo como balcão único electrónico dos serviços con-
forme previsto na Directiva, remetemos para as considerações negativas, atrás
expendidas, sobre a sua regulamentação constante da já referida Portaria 1083/2010.
Acresce, à semelhança dessa Portaria, que o art.º 40º nº 2 do D.L. 39/2008 contem-
pla a obrigação das entidades exploradoras de comunicarem ao Turismo de Portugal,
I.P. quaisquer factos que constituam alteração dos elementos constantes do Registo
no prazo de 10 dias sobre a sua verificação (ex: desclassificação do empreendimen-
to, caducidade de autorização de utilização),contudo, sem tutela sancionatória espe-
cífica, pois o art.º 67º nº 1 do mesmo diploma não prevê qualquer contra-ordenação
para a violação dessa obrigação.
Ainda que à data de aprovação do actual regime jurídico dos empreendimentos turís-
ticos, o Estado não estava obrigado ao cumprimento da Directiva, verifica-se um
afastamento do modelo de governação nela previsto e que impõe que o Estado exija
ao prestador de serviços que informe qualquer alteração da sua situação em termos
de acesso ou exercício de actividade por via do balcão único electrónico (art.º 11º nº
3 alínea b) da Directiva).
Conclui-se que o actual regime jurídico dos empreendimentos turísticos não cumpre
as exigências do balcão único electrónico e do seu modelo de governação contidas
na Directiva, pelo que se sugere a sua rápida revisão ou alteração, bem como da
Portaria 1083/2010,que a regulamenta, em especial, do regime do RNET e do Regis-
to Nacional do Turismo, que o inclui.
Pela inscrição no registo, são devidas taxas (art.º 16º nº 1 e nº 2), podendo o registo
ser oficiosamente cancelado por despacho do presidente do Turismo de Portugal,
I.P., sempre que, designadamente, deixe de se verificar requisitos legais para a sua
admissão (art.º 18º nº 2 alínea a). Qualquer facto que suscite alteração dos elementos
constantes do Registo deve ser comunicado ao Turismo de Portugal, I.P. no prazo de
30 dias após a respectiva ocorrência (art.º 10º nº 1).
No RNAVT publicitar -se- á (a letra da lei é esta mesmo- art.º 9º) todas e quaisquer
situações de irregularidade verificadas no exercício da actividade das agências de
viagens e turismo, tais como, insolvência, cessação da actividade por um período
superior a 90 dias sem justificação atendível, incumprimento de obrigações de pres-
tação de garantias (artºs 31º e 35º) e ainda verificação de irregularidades graves na
gestão da empresa ou incumprimento grave perante fornecedores ou consumidores,
de modo a por em risco os interesses destes ou as condições normais do funciona-
mento do mercado.
Assim, o art.º 11º nº 3 alínea b) da Directiva que prevê que o Estado-Membro exija
ao prestador de serviços que comunique, através do balcão único electrónico, qual-
quer alteração da sua situação de autorização para o exercício da actividade, encon-
tra-se por cumprir.
Verifica-se, assim, uma tendência do legislador turístico nacional para a não consa-
gração de variáveis de eficiência jurídica que reforcem direitos ou deveres de assis-
tência, monitorização, acompanhamento, controlo, informação de actualização de
factos ou qualidades, pelo que saem enfraquecidas estruturas que assegurem alguma
durabilidade, perenidade, normalização aos processos e actividades de uma “Admi-
nistração Pública Electrónica”.
E esta conclusão sai reforçada do “insólito” art.º 9º do D.L 61/2011 que prometemos
atrás analisar e com que concluímos a análise do sistema jurídico nacional. Este
normativo manda “publicitar” (entenda-se, dar a conhecer, transmitir para o domínio
do conhecimento público) factos e qualidades sujeitas a conceitos indeterminados,
tais como, “justificação atendível”; “irregularidades graves”; “condições normais do
funcionamento do mercado” ou “por em risco” (vejam-se as alíneas b) e e) do art.º
9º).
158 VIRGÍLIO MACHADO
Por exemplo, o “por em risco” (art.º 9º alínea e) significa algo com que nos devemos
preocupar, no plano preventivo e suspensivo, com necessária medida cautelar que
vise evitar ou agravar um prejuízo. A sua configuração no plano registral significa
que o Estado, através do Turismo de Portugal, I.P. e pela via electrónica do RNAVT,
pode intervir oficiosamente para defender preventivamente o mercado e os consumi-
dores perante actos graves de gestão de agências de viagens e turismo.
IV. Conclusões.
Tal regime também se afasta-se dos objectivos da Directiva no seu art.º 7º nº 2, que
obriga os Estados a assegurar a prestação de informações estáveis e normalizadas
(ex: circulares), sob a forma como os requisitos de acesso e exercício da actividade
devem ser interpretados, através dos balcões únicos electrónicos, aos prestadores de
serviços e consumidores. Pergunta-se como pode ser interpretada com estabilidade e
segurança jurídicas, através de circulares, uma “irregularidade grave” ou uma gestão
“que ponha em risco” os interesses dos consumidores ou as “condições normais” de
funcionamento do mercado.
Bibliografia:
Introdução
O ponto de partida deste trabalho consiste nas relações entre a atividade da polícia e
o Código do Procedimento Administrativo, procurando saber se aquela atividade se
encontra subordinada às regras procedimentais contidas no Código do Procedimento
Administrativo, excluindo obviamente do âmbito deste estudo a atividade de polícia
criminal desenvolvida pelos órgãos e autoridades de polícia criminal.1
* Docente, ISMAT.
1
A que se referem as alíneas c) e d) do artigo 1.º do Código de Processo Penal e que pautam a
sua atuação pelas regras contidas neste diploma.
162 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Esta questão é suscitada pela própria regra relativa ao âmbito do Código do Proce-
dimento Administrativo onde se afirma a sua aplicabilidade a toda a “…atividade
administrativa de gestão pública…”. Esta regra é de tal modo abrangente que legí-
tima a nossa interrogação inicial quanto à aplicabilidade do Código do Procedimento
administrativo à atividade de polícia.
2
O Governo é o órgão de condução da política geral do país e o órgão superior da administração
pública nos termos do artigo 182.º da Constituição da República.
3
Diogo Freitas do AMARAL, Curso de Direito Administrativo, Volume II, 2.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2011, pág. 23.
4
Idem, op. cit. pág. 24.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 163
Nem sempre assim foi, no século XVIII a polícia abrangia “… toda a ação do Prín-
cipe dirigida a promover o bem-estar e a comodidade dos vassalos…”, surgindo o
regime de polícia como “…um processo governativo eminentemente discricionário,
subtraído à lei e regido pelas vicissitudes e circunstâncias do bem comum e da segu-
rança pública…”.8
Esta situação altera-se com o advento do Estado de Direito que impôs como princí-
pio a obediência e a sujeição à lei para todas as atividades desenvolvidas pelos pode-
res públicos, designadamente a atividade de polícia.
5
Jorge MIRANDA, Teoria do Estado e da Constituição, Coimbra Editora, Coimbra, 2002, pág.
346 e segs.
6
Diogo Freitas do AMARAL, Curso de Direito Administrativo, I volume, 3.ª Edição, Almedina,
Coimbra, 2006, págs. 36 e 37.
7
Marcello CAETANO, Princípios Fundamentais do Direito Administrativo, Editora Forense,
Rio de Janeiro, 1977, pág. 41
8
Marcello CAETANO, Manual de Direito Administrativo, Tomo II, 9.ª Edição, Livraria Alme-
dina, Coimbra, 1980, págs. 1145 e 1147.
164 HENRIQUE D IAS DA SILVA
No início dos anos setenta Marcello Caetano definia polícia “Como o modo de atuar
da autoridade administrativa que consiste em intervir no exercício das atividades
individuais suscetiveis de fazer perigar interesses gerais, tendo por objeto evitar que
se produzam, ampliem ou generalizem os danos sociais que as leis procuram preve-
nir”.9
9
Idem, pág. 1150
10
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume I, 4.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, págs. 144 e 145.
11
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume I, 4.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, págs. 34 e 38.
12
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume II, 4.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, pág. 1229.
13
Filipa Urbano GALVÃO, Manuel Fontaine CAMPOS e Catarina Santos BOTELHO, Introdu-
ção ao Direito Público, Edições Almedina, Coimbra, 2012, pág. 88.
14
João CAUPERS, Introdução ao Direito Administrativo, 8.ª Edição, Âncora Editora, Lisboa,
2005, pág. 39.
15
As forças de segurança onde incluí a polícia de segurança são referidas pela Constituição nou-
tras normas designadamente: na alínea i) do artigo 163.º relativo ao acompanhamento pela
Assembleia da República de contingente de forças de segurança no estrangeiro; na alínea u) do
artigo 164.º relativo à reserva absoluta de competência legislativa da Assembleia da República
relativamente ao regime das forças de segurança; o n.º 3 do artigo 227.º relativo à manutenção
da tranquilidade pública e à proteção das comunidades locais pelas polícias municipais; o artigo
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 165
Em síntese, podemos concluir que esta classificação da polícia como serviço princi-
pal e operacional incluído num ministério de “soberania” espelha a importância que
a polícia ocupa no nosso ordenamento jurídico.
Sérvulo Correia define polícia em sentido funcional como “... a atividade da Admi-
nistração Pública que consiste na emissão de regulamentos e na prática de atos
administrativos e materiais que controlam condutas perigosas dos particulares com o
fim de evitar que estas venham ou continuem a lesar bens sociais cuja defesa pre-
ventiva através de atos de autoridade seja consentida pela ordem jurídica”.25
Esta atividade tem como sujeitos ativos órgãos ou agentes da Administração Públi-
ca28 e por sujeitos passivos destinatários particulares que podem ser indiferente-
mente pessoas singulares ou coletivas.
23
Aprovada pelo Decreto-Lei n.º 203/2006, de 27 de Outubro.
24
Esta última criada no âmbito do Ministério da Administração Interna pelo Decreto-Lei n.º
121/2009, de 21 de Maio.
25
Sérvulo CORREIA, Polícia, in: “Dicionário Jurídico da Administração Pública”, Volume VI,
Lisboa, 1994, pág. 394, 2.ª coluna;
26
Pedro LOMBA, Sobre a Teoria das Medidas de Polícia Administrativa, in: “Estudos de Direito
de Polícia”, I Volume, AAVV, Associação Académica da Faculdade de Direito de Lisboa, Lis-
boa, 2003, págs. 193 e 194.
27
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume I, 4.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, pág. 55.
28
Sobre o sentido orgânico ou institucional da polícia veja-se Manuel Monteiro Guedes
VALENTE, Teoria Geral do Direito Policial, 3.ª Edição, Edições Almedina, Coimbra, 2012,
págs. 61 a 65 e CASTRO, Catarina Sarmento, A questão das Polícias Municipais, Coimbra
Editora, Coimbra, 2003, págs. 32 a 35.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 167
Contudo, este último entendimento parece ser limitativo ou ficar aquém da realidade
pois uma pessoa coletiva pública pode ser destinatário de um ato de polícia, tal suce-
derá, por exemplo, se um órgão ou agente de uma autarquia for alvo de uma medida
de polícia.29
E, por último, como terceiro aspeto, temos a neutralização dos perigos para a socie-
dade, o que abrange não apenas as ações policiais preventivas, mas também as ações
destinadas a evitar a continuação e o alastramento de perigos concretos.32
29
Note-se que o Código do Procedimento Administrativo enferma do mesmo problema, conside-
rando que os sujeitos da relação procedimental são por um lado, os órgãos da Administração
Pública e, por outro lado, os particulares interessados (Cfr. os artigos 13.º e 52.º do Código do
Procedimento Administrativo), ora, nada impede que um órgão da Administração seja sujeito a
uma atividade administrativa de polícia.
30
Diogo Freitas do AMARAL, O Poder de Execução Coerciva das Decisões Administrativas,
Almedina, Coimbra, 2011, pág. 394.
31
Marcello CAETANO, Princípios Fundamentais do Direito Administrativo, Editora Forense,
Rio de Janeiro, 1977, pág. 340.
32
Sérvulo CORREIA, Polícia, in: Dicionário Jurídico da Administração Pública, Volume VI,
Lisboa, 1994, pág. 403, 1.ª coluna;
168 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Atualmente e quanto ao primeiro ponto atrás referido… temos uma tendência para
considerar bens suscetíveis de proteção especial todos aqueles que o ordenamento
jurídico proteja e que possam ser afetados por condutas perigosas dos particulares.
33
Idem, págs. 403 e 404.
34
António Francisco de SOUSA, “Direito Administrativo”, Prefácio, Lisboa, 2009, pág. 408.
35
Vitalino CANAS, A Atividade de polícia e a atividade policial como atividades limitadoras de
comportamentos e de posições jurídicas subjetivas, in: “Estudos em Homenagem ao Professor
Doutor Sérvulo Correia”, Volume II, Coimbra Editora, 2010, pág. 1253.
36
Idem, op. e loc. cit.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 169
Neste domínio das restrições aos direitos fundamentais, liberdades e garantias impe-
ra o princípio da reserva de lei, pelo que as restrições aos direitos fundamentais
“…só podem ser efetuadas por lei, por lei parlamentar ou decreto-lei devidamente
autorizado” como se determina na alínea b) do n.º 1 do artigo 165.º da Constitui-
ção.38 Aliás, este princípio aplica-se também às “medidas de polícia” que, nos ter-
mos do n.º 2 do artigo 272.º da Lei Fundamental, são as previstas na lei.39
37
Idem, op. cit. pág. 1271.
38
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição da República Portuguesa Anotada, Tomo I,
2.ª Edição, Coimbra Editora, pág. 356, nota VII ao artigo 18.º da autoria de Jorge Miranda e de
Jorge Pereira da Silva.
39
Idem, pág. 357, nota XXXI ao artigo 272.º.
40
Idem, pág. 358 e 359, nota XXXII ao artigo 272.º.
41
Idem, pág. 360 e 361, nota XXXIII ao artigo 272.º.
42
Idem, op. e loc. cit.
170 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Sendo neste domínio das restrições aos direitos, liberdade e garantias, em virtude da
reserva total de lei, vedado o recurso a conceitos indeterminados, ou pelo menos,
necessária uma particular contenção no seu uso43 o que será precisamente o caso das
medidas de polícia.
Este princípio é tão importante que Jorge Miranda, citando Michel Villey, ensina
que “Direito é proporção”.46
A atuação policial tem como objetivo garantir os direitos do cidadão. Numa análise
recente considera-se que à polícia cabe não apenas a defesa da comunidade, numa
fundamentação objetivista da sua atividade, como também uma atividade de prote-
ção do individuo numa fundamentação subjetivista que por um lado assenta, e por
outro tem como consequência a existência de um direito fundamental do cidadão à
proteção da polícia.47
43
Idem, op. e loc. cit.
44
João CAUPERS, Introdução ao Direito Administrativo, 8.ª Edição, Editora Âncora, Lisboa,
2005, págs. 82 e 83. Este princípio constitucional foi concretizado no n.º 2 do artigo 5.º do
Código do Procedimento Administrativo, sendo também designado pela doutrina como princí-
pio da intervenção mínima ou princípio da proibição de excesso, cfr. António Francisco de
SOUSA, Código do Procedimento Administrativo Anotado e Comentado, 2.ª Edição, Quid
Juris, Lisboa, 2010, pág. 46, nota 13 ao artigo 5.º e J.J. Gomes CANOTILHO, e Vital
MOREIRA, Constituição da República Portuguesa Anotada, Volume I, 4.ª Edição, Coimbra
Editora, 2007, pág. 392, nota XII ao artigo 18.º.
45
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume II, 4.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2011, págs.792 e 797
46
Jorge MIRANDA, Manual de Direito Constitucional-Direitos Fundamentais, Tomo IV, 5.ª
edição, Coimbra Editora, 2012, pág. 312
47
Jorge Silva SAMPAIO, O dever de proteção policial de direitos, liberdades e garantias,
Coimbra Editora – Grupo Wolters Kluwer, Coimbra, 2012, págs. 179 e 180.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 171
Deste modo, a doutrina considera que existe atualmente um verdadeiro direito indi-
vidual à proteção da polícia, com a natureza de direito fundamental, privilegiando
uma conceção de polícia que zela não apenas pela manutenção da ordem pública,
mas também pelos direitos dos cidadãos.48
Este direito dos cidadãos a uma atuação da polícia configura-se como um direito
subjetivo público à atuação policial ou, noutra terminologia, um direito fundamental
à intervenção policial. Trata-se, neste caso, não de um direito fundamental que obri-
ga o Estado a uma abstenção, mas de um direito fundamental que impõe ao Estado
uma atuação positiva.
Tal direito fundamental à intervenção policial é judicializavel, ou seja pode ser invo-
cado em Tribunal pelo menos no que respeita à sua identificação e existência, embo-
ra não quanto ao modo como a Administração, neste caso a polícia, efetivam esse
direito. Por conseguinte, a abstenção da polícia nos casos em que se impunha para
assegurar um direito do cidadão constituí a violação de um direito fundamental.49
Neste sentido considera-se possível que o cidadão, titular deste direito fundamental à
proteção policial, possa, utilizando a ação de condenação da administração à prática
do ato legalmente devido prevista no n.º 4 do artigo 268.º da nossa Lei Fundamental
e nos artigos 66.º e seguintes do Código de Processo nos Tribunais Administrativos,
pedir a condenação do órgão de polícia à proteção policial devida.
O titular do direito fundamental à proteção policial tem direito a requerer uma inti-
mação para proteção de direitos, liberdades e garantias. Esta garantia contenciosa de
carácter urgente existe em cumprimento da norma constante do n.º 5 do artigo 20.º
da Constituição da República e encontra-se regulada nos artigos 109.º e seguintes do
Código de Processo nos Tribunais Administrativos. A intimação do Tribunal pode
impor à Administração a adoção de uma conduta positiva – a intervenção policial –
que se “…revele indispensável para assegurar o exercício, em tempo útil, de um
direito de liberdade, por não ser possível ou suficiente, nas circunstâncias do caso, o
decretamento provisório de uma providência cautelar”.50
48
Idem, op. cit. pág. 180.
49
Idem, op. cit. págs. 196 e 197.
50
Idem, op. cit. pág. 211.
51
A responsabilidade das entidades públicas encontra-se prevista no artigo 21.º da Constituição
da República tendo o Regime da Responsabilidade Civil Extracontratual do Estado e demais
Entidades Públicas foi aprovado pela Lei n.º 67/2007, de 31 de Dezembro, posteriormente alte-
rado pela Lei n.º 31/2008, de 17 de Julho
172 HENRIQUE D IAS DA SILVA
52
Jorge Silva SAMPAIO, op. cit. pág. 212.
53
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição da República Portuguesa Anotada, Tomo I,
2.ª Edição, Coimbra Editora, op. e loc. cit. pág. 373, nota XLII ao artigo 18.º
54
Jorge Bacelar de GOUVEIA, op. e loc. cit. pág. 842.
55
Jorge MIRANDA, op. e loc. cit. págs. 374 e 375, nota XLII ao artigo 18.º refere ainda que este
subprincípio da necessidade se pode aferir no plano “material” atendendo à importância da
posição dos direitos afetados, “espacial” que respeita ao âmbito territorial de aplicação da
medida, “temporal” pois a medida pode ser temporária ou de duração indefinida, “pessoal” pre-
ferindo-se as decisões que afetem um grupo de destinatários reduzido.
56
Jorge Bacelar de GOUVEIA, op. e loc. cit. pág. 842
57
Jorge MIRANDA, op. e loc. cit. págs. 376 e segs, notas XLIV e XLV ao artigo 18.º
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 173
Para Freitas do Amaral atos administrativos gerais “…são aqueles que se aplicam
de imediato a um grupo inorgânico de cidadãos, todos bem determinados, ou deter-
mináveis no local”, e dá-nos o seguinte exemplo: “…juntam-se vinte pessoas a ver
uma determinada montra, numa rua da Baixa de Lisboa. Vem um agente da polícia e
diz ‘todos têm de dispersar!’. Trata-se de uma ordem policial dada a vinte pessoas,
mas sabe-se perfeitamente a quem se aplica”.60
58
António Francisco de SOUSA, “Direito Administrativo”, Prefácio, Lisboa, 2009, pág. 442, no
referido texto doutrinal referem-se as declarações juridicamente relevantes todavia pensamos
que este ilustre professor se referia às “declarações juridicamente irrelevantes”.
59
António Francisco de SOUSA, “Direito Administrativo”, Prefácio, Lisboa, 2009, pág. 521 e
522.
60
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 258.
61
Idem, págs. 31 e 32.
174 HENRIQUE D IAS DA SILVA
62
Idem, pág. 32
63
João RAPOSO, Breves Considerações Acerca do Regime Jurídico das Ordens Policiais, in:
Em Homenagem ao Professor Doutor Diogo Freitas do Amaral, Edições Almedina, Coimbra,
2010, págs. 1210 e 1220.
64
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 659.
65
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, I volume, 3.ª Edição, Almedi-
na, Coimbra, 2006, pág. 797.
66
Idem, pág. 240, onde se consideram o Comandante Geral da Guarda Nacional Republicana e os
diretores da Polícia Judiciária, da Polícia de Segurança Pública, do Serviço de Estrangeiros e
Fronteiras como órgãos do Estado.
67
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 662.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 175
Este era, aliás, o entendimento de Marcelo Caetano que dizia existirem, atos de polí-
cia, sem carácter de ato jurídico e que, por conseguinte não podiam ser considerados
atos administrativos, designando aqueles por operações de polícia, constituídas pelas
intervenções dos agentes policiais exigidas pelas circunstâncias do momento.68
68
Marcello CAETANO, Princípios Fundamentais do Direito Administrativo, Editora Forense,
Rio de Janeiro, 1977, pág. 355.
69
Há também quem refira a existência de ordens de polícia de que seriam exemplos no âmbito do
direito de manifestação, da ordem de alteração do trajeto, da ordem de distanciamento relat i-
vamente a certas instalações, todas previstas no Decreto-Lei n.º 406/74, de 29 de Agosto, ver
João RAPOSO, O Regime Jurídico das Medidas de Polícia, in: “Estudos em Homenagem ao
Professor Doutor Marcello Caetano no Centenário do seu Nascimento”, Volume I, Edição da
Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa – Coimbra Editora, Lisboa, 2006, pág. 701.
70
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 664 e 665.
176 HENRIQUE D IAS DA SILVA
As medidas de polícia “…só podem ser objeto de coação direta sobre os indiví-
duos obrigados nos casos expressamente previstos na lei, e sempre com obser-
vância dos direitos fundamentais consagrados na Constituição e do respeito
devido à pessoa humana”, como se encontra previsto no n.º 3 do artigo 153.º do
Código do Procedimento Administrativo;
Por último, as medidas de polícia devem respeitar as normas técnicas e as regras
de prudência comum, como decorre, designadamente, do n.º 1 do artigo 9.º do
Regime Jurídico da Responsabilidade Civil Extracontratual do Estado e das
demais Entidades Públicas, aprovado pela Lei 67/2007, de 31 de Dezembro.71
Para Gomes Canotilho, estes atos de polícia estão submetidos ao princípio da tipici-
dade legal o que implica que estes atos de polícia tenham fundamento necessário na
lei, que sejam medidas ou procedimentos individualizados e com conteúdo suficien-
temente definido na lei.73
Assim, a ação “discricionária” da polícia estaria contida por dois limites, o da pró-
pria competência da polícia, que tem poderes (e o dever) para garantir os direitos dos
cidadãos e o da subordinação da sua atuação àqueles princípios da proporcionali-
dade, da necessidade, da adequação, e da proibição de excesso.
71
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 664 e 665.
72
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 667.
73
J.J. Gomes CANOTILHO e Vital MOREIRA, Constituição da República Portuguesa Anotada,
Volume II, 4.ª Edição, Coimbra Editora, Coimbra, 2010, pág. 860, nota VI ao artigo 272.º.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 177
De notar, que os meios coercivos a utilizar pela polícia são apenas os previstos na
lei, não tendo a polícia a possibilidade de utilizar quaisquer outros.77
74
António Francisco de Sousa, Código do Procedimento Administrativo – Anotado e Comentado,
2.ª Edição, Quid Juris, pág. 81, nota 7 ao artigo 10.º
75
João RAPOSO, Autoridade e discricionariedade: a conciliação impossível? in: Estudos Jurídi-
cos e Económicos em Homenagem ao Prof. Doutor António de Sousa Franco, Volume II,
Coimbra Editora, 2006, págs. 410 e 411.
76
Vitalino CANAS, A Atividade de Polícia e a Proibição de Excesso: As Forças e Serviços de
Segurança em Particular, in: Estudos de Direito e Segurança, Coordenadores Jorge Bacelar
Gouveia e Rui Pereira, Edições Almedina, Coimbra, 2007, págs. 445 e segs.
77
Miguel Nogueira de BRITO, Direito de Polícia, in: Tratado de Direito Administrativo Especial,
Volume I, Edições Almedina, Coimbra, 2009, pág. 270. Este é o texto doutrinal mais importan-
te publicado até ao presente sobre a matéria do Direito de Polícia.
178 HENRIQUE D IAS DA SILVA
cidadão, lhe atribuísse competência para prosseguir essa finalidade, pautado a sua
atuação pelo referido princípio da proporcionalidade.
A doutrina procede ainda à distinção entre forças e serviços de segurança com base
em razões formais e nos princípios da territorialidade, da reserva de lei e da unidade
de organização.
Neste sentido são forças de segurança as polícias que têm competência para todo o
território nacional como sucede com a Guarda Nacional Republicana e a Polícia de
Segurança Pública, característica que não é partilhada pela Polícia Marítima, consi-
derada como “polícia administrativa especial para a orla marítima”.81
Contudo, este critério não é suficiente, como nos diz Guedes Valente, pois a Autori-
dade de Segurança Alimentar e Económica que é um serviço com poderes de polícia,
tem competência para todo o território nacional, mas não é uma força de segurança.
Há que somar a este um critério de natureza formal que é a própria classificação
legal na respetiva lei orgânica.82
78
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição Portuguesa Anotada, Coimbra Editora,
Coimbra, 2007, pág. 651, nota II ao artigo 272.º.
79
A Lei 53/2008, de 29 de Agosto, considera que exercem funções de segurança a Guarda Nacio-
nal Republicana; a Polícia de Segurança Pública; a Polícia Judiciária; o Serviço de Estrangeiros
e Fronteiras; o Serviço de Informações de Segurança; os órgãos da Autoridade Marítima
Nacional e os órgãos do Sistema da Autoridade Aeronáutica.
80
Diogo Freitas do AMARAL, Curso de Direito Administrativo, II volume, 2.ª Edição, Almedi-
na, Coimbra, 2011, pág. 668.
81
Pedro José Lopes CLEMENTE, A Polícia em Portugal, INA-Instituto Nacional de Administra-
ção, Oeiras, 2006, pág. 49.
82
Manuel Monteiro Guedes VALENTE, “Teoria Geral do Direito Policial”, 3.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, pág. 51.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 179
A Constituição no seu artigo 272.º sob a epígrafe “Polícia” estabelece no seu n.º 2
que “As medidas de Polícia são as previstas na lei, não devendo ser utilizadas para
além do estritamente necessário”.
83
Marcello CAETANO, Manual de Direito Administrativo, Tomo II, 9.ª Edição, Livraria Alme-
dina, Coimbra, 1980, pág. 1169.
180 HENRIQUE D IAS DA SILVA
84
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição da República Portuguesa Anotada, Tomo I,
2.ª Edição, Coimbra Editora, pág. 946, nota VIII ao artigo 45.º da autoria de Jorge Miranda.
85
J.J. Gomes CANOTILHO e Vital MOREIRA, “Constituição da República Anotada”, Volume I,
4.ª Edição, Coimbra Editora, Coimbra, 2007, pág. 858, nota I ao artigo 45.º.
86
A regulação deste direito de manifestação é anterior à entrada em vigor da Constituição como
se deduz pela identificação do diploma que foi publicado para dar cumprimento ao Programa
do Movimento das Forças Armadas, B, n.º 5, alínea b).
87
Sérvulo CORREIA, O Direito de Manifestação – Âmbito de Proteção e Restrições, Edições
Almedina, Coimbra, 2006, pág. 66. Em sentido contrário, perfilhando o entendimento de que a
lei portuguesa não regula expressamente a intervenção policial no âmbito de manifestações,
veja-se António Francisco de SOUSA, Direito de Reunião e de Manifestação, Editora Quid
Juris, Lisboa, 2009, pág.161 e, do mesmo autor, Para uma Lei de Atuação Policial em Portu-
gal, in: “Estudos em Homenagem ao Professor Doutor Germano Marques da Silva”, Livraria
Almedina, Coimbra, 2004, pág. 59.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 181
Vejamos agora as leis relativas à organização das polícias com interesse para esta
matéria das medidas de polícia.
Todavia, este diploma tem importância ao distinguir, nos seus artigos 10.º e 11.º,
“autoridades de polícia” de autoridades de “polícia criminal”, separação que nos
permite diferenciar a polícia administrativa da polícia criminal.
Porém, nos seus artigos 11.º a 13.º a Lei Orgânica desta força de segurança distingue
as “autoridades de Polícia” das “autoridades de polícia criminal” e das “autoridades
de polícia tributária”, o que nos permite concluir que ao lado da atividade de polícia
existe uma atividade de polícia especial que pode designadamente assumir a vertente
de polícia criminal ou de polícia tributária.
88
João RAPOSO, O Regime Jurídico das Medidas de Polícia, in: “Estudos em Homenagem ao
Professor Doutor Marcello Caetano no Centenário do seu Nascimento”, Volume I, Edição da
Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa – Coimbra Editora, Lisboa, 2006, pág. 697.
89
O facto de esta polícia ser constituída por militares não retira “… o carácter civil à missão que
desempenha …” Marcello CAETANO, Manual de Direito Administrativo, Tomo II, 9.ª Edição,
Livraria Almedina, Coimbra, 1980, pág. 1159.
182 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Ora, a identificação é uma medida de polícia91 que pode ser determinada por qual-
quer órgão de polícia, não se compreende por isso a sua inclusão numa disposição
relativa a autoridades de polícia criminal.
90
Importa também ter em consideração a Polícia Judiciária Militar, cuja lei orgânica foi aprovada
pelo Decreto-Lei n.º 200/2001, de 13 de Julho, que nos termos do artigo 1.º deste diploma é
“…um corpo superior de polícia criminal…”.
91
A identificação pode ser uma simples medida de polícia, submetida ao regime das operações
materiais coativas no âmbito da atividade administrativa. O parecer do Conselho Consultivo da
Procuradoria Geral da República, DR, II Série de 11-01-2008, concluiu: “1. A Lei n.º 5/95, de
21 de Fevereiro, foi tacitamente revogada pelo artigo 250.º do Código de Processo Penal, na
redação da Lei n.º 59/98, de 25 de Agosto; 2. A identificação por órgãos de polícia criminal -
de qualquer pessoa encontrada em lugar público, aberto ao público ou sujeito a vigilância poli-
cial, sobre quem recaiam fundadas suspeitas da prática de crimes, da pendência de processo de
extradição ou de expulsão, de que tenha penetrado ou permaneça irregularmente no território
nacional ou de haver contra si mandado de detenção - e, bem assim, a possibilidade de condu-
ção e permanência do identificando em posto policial obedecem ao disposto no artigo 250.º do
Código de Processo Penal; 3. A obrigação de identificação perante autoridade competente é
uma medida de polícia e a sua aplicação está subordinada aos pressupostos e limites que condi-
cionam a atividade de polícia, com relevo para o princípio da proibição do excesso; 4. Em con-
formidade com este princípio, a permanência de suspeito em posto policial para efeito de iden-
tificação deve, nos termos da lei (artigo 250.º, n.º 6, do Código de Processo Penal), restringir-se
ao «tempo estritamente indispensável à identificação, em caso algum superior a seis horas”. Ou
uma medida de polícia criminal se se tratar daquela que se encontra prevista no artigo 250.º do
Código de Processo Penal.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 183
nos termos do artigo 25º dos Estatutos deste instituto que foram aprovados pelo
Decreto-Lei n.º 133/98, de 15 de Maio (alterado pelo Decreto-Lei n.º 145/2002, de
21 de Maio e pelo Decreto-Lei n.º 250/2003, de 11 de Outubro). A referida reforma
confere ao pessoal deste instituto que desempenha funções de investigação o poder
de identificar.
Esta Lei n.º 19/2004 optou por se referir a “funções de polícia” em vez de proceder à
indicação dos órgãos ou autoridades de polícia.
92
Catarina Sarmento e CASTRO, “A questão das Polícias Municipais”, Coimbra Editora, Coim-
bra, 2003, pág. 405.
93
Publicado na II.ª Série do Diário da República, de 12 de Agosto de 2008.
184 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Por último, temos o Corpo da Guarda Prisional, qualificado como força de segu-
rança pela lei no artigo 16.º da Lei Orgânica da Direção-Geral dos Serviços Prisio-
nais contida no Decreto-Lei n.º 125/2007, de 27 de Abril.95
Este corpo especial da Administração Pública tem uma “missão policial especí-
fica…” que o coloca no âmbito da polícia, assim pela missão que tem o Corpo da
Guarda Prisional estamos perante uma polícia em sentido orgânico, pelos atos e atos
operativos que pratica é uma polícia em sentido material.96
Também noutros diplomas que não estes relativos às forças e serviços de segurança
podemos encontrar medidas de polícia.
Em primeiro lugar temos a Lei n.º 8/97, de 12 de Abril, que criminaliza condutas
suscetiveis de criar perigo para a integridade física decorrentes do uso e porte de
armas e substâncias ou engenhos explosivos ou pirotécnicos no âmbito de realiza-
ções cívicas, políticas, religiosas, artísticas, culturais ou desportivas, e que no seu
artigo 5.º prevê a realização de revistas e buscas de segurança nos estabelecimentos
de ensino.
94
Manuel Monteiro Guedes VALENTE, “Teoria Geral do Direito Policial”, 3.ª Edição, Edições
Almedina, Coimbra, 2012, págs. 293 e seguintes.
95
Foi seguramente por esquecimento que o legislador não incluiu o Corpo da Guarda Prisional
entre as forças e serviços que exercem funções de segurança interna, Manuel Monteiro Guedes
VALENTE, Natureza Jurídica do Corpo da Guarda Prisional, EDIUAL, Lisboa, 2008, pág.
180. Sobre esta problemática da qualificação das forças e serviços de segurança veja-se Vitali-
no CANAS, A Atividade de polícia e a atividade policial como atividades limitadoras de com-
portamentos e de posições jurídicas subjetivas, in: “Estudos em Homenagem ao Professor Dou-
tor Sérvulo Correia”, Volume II, Coimbra Editora, 2010, págs, 1272 e segs.
96
Idem, págs. 59 a 62
97
Curiosamente este diploma prevê que esses “atos de polícia” sejam realizados pelos chamados
assistentes de recintos desportivos que são vigilantes de segurança privada especializados.
Temos, por conseguinte, a atividade de polícia a ser realizada por privados.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 185
Por fim, o próprio Código de Processo Penal, na alínea b) do n.º 1 do artigo 251.º,
contem uma medida de segurança policial99 que é a revista de pessoas que tenham de
participar ou pretendam assistir a qualquer ato processual.
Estes guardas dos recursos florestais são contratados por entidades privadas gestoras
ou concessionárias de zonas de caça ou de pesca, exercendo funções em matéria de
fiscalização ou de policiamento.
98
Também por vigilantes de empresas de segurança privada, sendo a situação idêntica à referida
na nota anterior. O Despacho Conjunto dos Ministros da Administração Interna e das Obras
Públicas, Transportes e Habitação, publicado na II Série do Diário da República de 22 de maio
de 2004, no seu ponto 3 autoriza a ANA – Aeroportos de Portugal SA a subcontratar empresas
privadas para a operação dos sistemas de verificação da totalidade da bagagem de porão, dos
passageiros e respetiva bagagem de mão.
99
João RAPOSO, O Regime Jurídico das Medidas de Polícia, in: “Estudos em Homenagem ao
Professor Doutor Marcello Caetano no Centenário do seu Nascimento”, Volume I, Edição da
Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa – Coimbra Editora, Lisboa, 2006; pág. 699
atribuí a autoria desta qualificação a Paulo Manuel Pereira LUCAS, As medidas de polícia e a
atuação da polícia de segurança pública – Contributos para uma revisão do quadro normati-
vo, Lisboa, 2005, inédito, pág. 32.
100
Não confundir com o Corpo Nacional da Guarda Florestal que integrava a Direção-geral de
Florestas nos termos do artigo 3.º do Decreto-Regulamentar n.º 11/97, de 30 de Abril. Segundo
o artigo 30.º deste diploma competia ao Corpo Nacional da Guarda Florestal a execução das
ações de fiscalização nos domínios florestal, cinegético, aquícola nas águas interiores e de
outros recursos silvestres. Este Corpo Nacional da Guarda Florestal foi extinto pelo Decreto-
Lei n.º 22/2006, de 2 de Fevereiro, tendo sido o seu pessoal integrado no Serviço de Proteção
da Natureza e Ambiente (CEPNA) da Guarda Nacional Republicana.
186 HENRIQUE D IAS DA SILVA
À semelhança do que sucede com outros que exercem funções policiais os guardas
de recursos florestais são “ajuramentados”101 nos termos previstos no artigo 9.º
daquele Decreto-Lei n.º 9/2009.102
Por último, e num registo completamente diferente temos a situação dos “Guardas
Noturnos”, atividade profissional sujeito a licenciamento da competência da Câma-
ra Municipal nos termos dos artigos 4.º e seguintes do Decreto-Lei n.º 310/2002, de
18 de Dezembro, que regula o regime jurídico do licenciamento e fiscalização pelas
câmaras municipais de atividades diversas anteriormente cometidas aos governos
civis republicado pelo Decreto-Lei n.º 204/2012, de 28 de Agosto.
Também no caso dos guardas noturnos o nosso legislador evitou a utilização dos
vocábulos “vigilância” e “ronda”, expressões que seriam adequadas para descrever
as funções dos guardas noturnos, mas que revelariam o caráter policial das suas
funções, atendendo designadamente à sua missão que consiste em contribuir para a
segurança no período noturno.
Assim, na descrição dos deveres dos guardas noturnos contida no artigo 8.º do refe-
rido Decreto-Lei n.º º 310/2002, de 18 de Dezembro, a palavra segurança é apenas
utilizada na alínea c) onde se refere que o guarda noturno deve “Prestar o auxílio que
lhe for solicitado pelas forças e serviços de segurança e proteção civil”.
101
Por exemplo, os militares da Guarda Nacional Republicana prestam “juramento de fidelidade”
nos termos do artigo 4.º do Estatuto dos Militares da Guarda Nacional Republicana, aprovado
pelo Decreto-Lei n.º 297/2009, de 14 de Outubro.
102
Com a “transferência” das competências dos governadores civis operada pelo Decreto-Lei n.º
114/2011, de 30 de Novembro, o artigo 9.º daquele pelo Decreto-Lei n.º 297/2009, de 14 de
Outubro, esta norma foi alterada no sentido de o juramento passar a ser prestado perante a
Autoridade Florestal Nacional criada pelo Decreto-Lei n.º 159/2008, de 8 de Agosto.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 187
Neste contexto, é comum afirmar-se que estes profissionais são auxiliares das forças
e serviços de segurança aprofundando a qualificação da função destes profissionais,
a jurisprudência chega mesmo a aludir à natureza “parapolicial” desta atividade de
guarda noturno.103
Todavia, não encontramos na lei aplicável aos guardas noturnos a referência a qual-
quer ato de polícia.
Em primeiro lugar deve referir-se que apenas a Lei de Segurança Interna indica as
medidas de polícia e as medidas especiais de polícia, abstendo-se as várias leis orgâ-
nicas das forças e serviços de segurança de o fazer, limitando-se a mencionar as
medidas de polícia “…legalmente previstas…”.
Por conseguinte, podemos dizer que as autoridades de polícia podem ter a seguinte
classificação: autoridades de polícia geral104 e autoridades de polícia especial, e den-
tro destas, autoridades de polícia criminal e autoridades de polícia aduaneira, o que
pode ser representado no seguinte quadro sinóptico.
Por último, e no que respeita às medidas de polícia, não encontramos nas leis orgâ-
nicas das forças e serviços de segurança, bem como de outros serviços que exercem
funções de polícia, com algumas exceções supra referidas, a caracterização de outras
medidas de polícia ou medidas especiais de polícia diferentes das que estão contem-
pladas na lei de segurança interna.
103
É esta a expressão utilizada no Acórdão do Tribunal Constitucional n.º 25/2011 (Processo n.º
120/10), de 12 de Janeiro, publicado na IIª Série do Diário da República de 23 de Fevereiro de
2011, pág. 9401, 2.ª coluna.
104
Veja-se, utilizando outra sistematização Manuel Monteiro Guedes VALENTE, “Teoria Geral
do Direito Policial”, 3.ª Edição, Edições Almedina, Coimbra, 2012, págs. 66 e seguintes.
188 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Tal limitação não é compatível com a função assinalada pela Constituição à polícia
de garantir a segurança interna.
Após esta breve incursão no regime jurídico das medidas de polícia e nas medidas de
polícia, que integram – como dissemos – as operações materiais administrativas,
vejamos agora o regime procedimental a que se encontram sujeitas estas operações.
Ou, a situação em que um agente da Polícia de Segurança Pública, numa via pública,
impede um automobilista de imobilizar o seu veículo automóvel num local em que é
proibido parar.
105
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, pág. 667.
106
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, idem.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 189
Esta posição não recolhe a unanimidade da doutrina, havendo quem considere que
estes atos de coação direta, sem precedência de ato administrativo, são de admitir
apenas em caso de estado de necessidade.107
Estas medidas e restantes operações materiais não estão sujeitas – atendendo à natu-
reza das mesmas – a qualquer atividade procedimental.
Posição que se adota sem esquecer os que afirmam o princípio da previedade do ato
administrativo ou da precedência do ato administrativo exequendo.112 De acordo
com este princípio os atos de execução só são válidos se existir um ato exequendo,
107
Marcelo Rebelo de SOUSA e André Salgado de MATOS, “Direito Administrativo Geral”,
Tomo III, Dom Quixote, Lisboa, 2007, págs. 382 e 383.
108
, Luís Cabral de MONCADA, “A Relação Jurídica Administrativa”, Coimbra Editora, Coimbra,
2009, págs. 406 e segs.
109
Ob. cit. pág. 397.
110
Ob. cit. pág. 406.
111
J.J. Gomes CANOTILHO e Vital MOREIRA, Constituição da República Portuguesa Anotada,
Volume II, 4.ª Edição, Coimbra Editora, Coimbra, 2006; nota IX ao artigo 272.º.
112
Mário Esteves de OLIVEIRA, Pedro Costa GONÇALVES e J. Pacheco de AMORIM, Código
do Procedimento Administrativo Comentado, 2.ª Edição, Livraria Almedina, Coimbra, 1997,
pág. 721, nota III ao artigo 151.º.
190 HENRIQUE D IAS DA SILVA
ou seja, o ato administrativo tem na execução coativa a função que o título executivo
tem na ação executiva, nulla executio sine titulo.113
Para estes autores, o princípio da previedade é tido como “…como base de legitima-
ção dos atos e operações de execução” e como princípio fundamental que admite as
exceções do estado de necessidade.114
113
António Francisco de SOUSA, Direito Administrativo, Editora Prefácio, Lisboa, 2009, págs.
780 e 781.
114
António Francisco de SOUSA, Código do Procedimento Administrativo – Anotado e Comenta-
do, 2.ª Edição, Quid Juris, Lisboa, 2010, pág. 495, nota 8 ao artigo 151.º.
115
António Francisco de SOUSA, Para uma Polícia do Século XX, in: Estudos em Comemoração
dos cinco anos da Faculdade de Direito da Universidade do Porto, Coimbra Editora, 2001, pág.
363 e 364.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 191
Como se disse, não nos parece possível enquadrar esta matéria da atividade de polí-
cia no estado de necessidade previsto no n.º 2 do artigo 3.º do Código do Procedi-
mento Administrativo, atenta a excecionalidade e os demais requisitos deste instituto
jurídico. Ou seja, a atividade de polícia não tem na generalidade dos casos nem a
urgência, nem a excecionalidade exigidas pelo estado de necessidade. Pelo que, não
é viável, em todos estes casos, socorrer-nos do estado de necessidade por evidente
falta dos pressupostos de que depende a aplicação deste instituto jurídico.
Em suma, não seria curial abrigar a referida atividade de polícia neste instituto jurí-
dico do estado de necessidade.
Tudo isto, sem prejuízo de uma mais pormenorizada regulação pela lei, quer da
atividade, quer das medidas de polícia, bem como do regime jurídico do uso de
116
Pedro MACHETE, A Polícia na Constituição da República Portuguesa, in: “Homenagem da
Faculdade de Direito de Lisboa ao Professor Doutor Inocêncio Galvão Telles”, Volume I, Edi-
ções Almedina, Coimbra, 2007, pág. 1115.
192 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Serviços de Apoio
Serviços de Controlo
Serviços Principais
Serviços de Prestação Individual
Públicos118
Operacionais Serviços de Polícia
Serviços Técnicos
Auxiliares
Regulamentos
Atos Administrativos
Actividade da
Administração Contratos Administrativos
Pode Consistir
em
119 Pressupõem uma Ato Administrativo
Operações Materiais da Prévio que Concretizam
Administração ou Atos
Materiais da Administração Materizalizam Imediatamente uma
Norma Legislativa ou Regulamentar
117
João RAPOSO, Autoridade e discricionariedade: a conciliação impossível?, in: Estudos Jurídi-
cos e Económicos em Homenagem ao Prof. Doutor António de Sousa Franco, Volume II,
Coimbra Editora, 2006 e António Francisco de SOUSA, Para uma Lei de Atuação Policial em
Portugal, in: “Estudos em Homenagem ao Professor Doutor Germano Marques da Silva”,
Livraria Almedina, Coimbra, 2004.
118
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, págs. 797 e 798.
119
Tal decorre da doutrina expendida no “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição,
Almedina, Coimbra, 2011.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 193
Judiciária
Polícia de segurança
Geral
Polícia de sotumes
Polícia sanitaria
120
Polícia Polícia económica
Administrativa
Polícia dos transportes
Especial
Polícia de viação
Polícia do trabalho
Polícia marítima
120
Marcello CAETANO, Manual de Direito Administrativo, Tomo II, 9.ª Edição, Livraria Alme-
dina, Coimbra, 1980, págs. 1154 e 1155.
121
Sérvulo CORREIA, Polícia, in: Dicionário Jurídico da Administração Pública, Volume VI,
Lisboa, 1994, pág. 395, 1.ª coluna.
194 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Polícia Criminal
122
Miguel Nogueira de BRITO, Direito de Polícia, in: “Tratado de Direito Administrativo Espe-
cial”, Coordenadores Paulo OTERO e Pedro GONÇALVES, Volume I, Edições Almedina,
Coimbra, 2009, pág. 287.
123
Sobre a qualificação deste corpo como Força de Segurança veja-se Manuel Monteiro Guedes
VALENTE, Natureza Jurídica do Corpo da Guarda Prisional, EDIUAL, Lisboa, 2008, pág.65
e segs.
124
Conforme se prevê no artigo 16.º da Lei Orgânica dos Serviços Prisionais, contida no Decreto-
Lei n.º 125/2007, de 27 de Abril.
O CÓDIGO DE PROCEDIMENTO ADMINISTRATIVO 195
Quadro VIII
125
Diogo Freitas do AMARAL, “Curso de Direito Administrativo”, II volume, 2.ª Edição, Alme-
dina, Coimbra, 2011, págs. 667 e 668.
126
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição Portuguesa Anotada, Coimbra Editora,
Coimbra, 2007, págs. 656 e 657, notas 4 e 8 ao artigo 272.
127
Sérvulo CORREIA, Polícia, in: Dicionário Jurídico da Administração Pública, Volume VI,
Lisboa, 1994, pág. 406.
196 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Bibliografia:
Jorge Bacelar de GOUVEIA, Manual de Direito Constitucional, Volume II, 4.ª Edi-
ção, Edições Almedina, Coimbra, 2012;
Pedro LOMBA, Sobre a Teoria das Medidas de Polícia Administrativa, in: “Estudos
de Direito de Polícia”, I Volume, AAVV, Associação Académica da Faculdade
de Direito de Lisboa, Lisboa, 2003;
Pedro MACHETE, A Polícia na Constituição da República Portuguesa, in: “Home-
nagem da Faculdade de Direito de Lisboa ao Professor Doutor Inocêncio Gal-
vão Telles”, Volume I, Edições Almedina, Coimbra, 2007;
Jorge MIRANDA, Teoria do Estado e da Constituição, Coimbra Editora, Coimbra,
2002;
Jorge MIRANDA, Manual de Direito Constitucional – Direitos Fundamentais,
Tomo IV, 5.ª Edição, Coimbra Editora. 2012.
Jorge MIRANDA e Rui MEDEIROS, Constituição Portuguesa Anotada, Coimbra
Editora, Coimbra, 2007;
Mário Esteves de OLIVEIRA, Pedro Costa GONÇALVES e J. Pacheco de
AMORIM, Código do Procedimento Administrativo Comentado, 2.ª Edição,
Livraria Almedina, Coimbra, 1997;
João RAPOSO, O Regime Jurídico das Medidas de Polícia, in: “Estudos em Home-
nagem ao Professor Doutor Marcello Caetano no Centenário do seu Nasci-
mento”, Volume I, Edição da Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa
– Coimbra Editora, Lisboa, 2006;
João RAPOSO, Autoridade e discricionariedade: a conciliação impossível? in:
Estudos Jurídicos e Económicos em Homenagem ao Prof. Doutor António de
Sousa Franco, Volume II, Coimbra Editora, 2006;
João RAPOSO, Breves Considerações Acerca do Regime Jurídico das Ordens Poli-
ciais, in: Em Homenagem ao Professor Doutor Diogo Freitas do Amaral, Edi-
ções Almedina, Coimbra, 2010;
Jorge Silva SAMPAIO, O Dever de Protecção Policial de Direitos, Liberdades e
Garantias, Coimbra Editora – Grupo Wolters Kluwer, Coimbra, 2012;
António Francisco de SOUSA, Para uma Polícia do Século XX, in: Estudos em
Comemoração dos cinco anos da Faculdade de Direito da Universidade do Por-
to, Coimbra Editora, 2001;
António Francisco de SOUSA, Direito de Reunião e de Manifestação, Editora Quid
Juris, Lisboa, 2009;
António Francisco de SOUSA, Direito Administrativo, Editora Prefácio, Lisboa,
2009;
António Francisco de SOUSA, Código do Procedimento Administrativo – Anotado e
Comentado, 2.ª Edição, Quid Juris, Lisboa, 2010;
António Francisco de SOUSA, Para uma Lei de Atuação Policial em Portugal, in:
“Estudos em Homenagem ao Professor Doutor Germano Marques da Silva”,
Livraria Almedina, Coimbra, 2004;
Marcelo Rebelo de SOUSA e André Salgado de MATOS, Direito Administrativo
Geral, Tomo III, Dom Quixote, Lisboa, 2007;
198 HENRIQUE D IAS DA SILVA
Introdução
Pretende-se com este trabalho, não um estudo exaustivo, mas caracterizar em traços
gerais o mercado de habitação em Portugal, bem como a evolução que o mesmo tem
sofrido no passado recente, resultado de decisões políticas e sua consequente tradu-
* Docente, ISMAT; ex-Diretor de Risco de Crédito do Barclays Bank plc - Sucursal em Portugal;
Solicitador.
1
Resolução do Conselho de Ministros nº 20/2011, de 17 de Março, publicada no Diário da Repú-
blica, 1.ª série – N.º 58 – 23 de Março de 2011. Posteriormente veio a ser publicada a Lei
31/2012 de 14 de Agosto que entrou em vigor a 12 de Novembro de 2012 e que procede à revi-
são do regime jurídico do arrendamento urbano.
200 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
Há quem afirme existirem duas formas de destruir uma cidade, a primeira por via de
bombardeamento, a segunda por via do congelamento das rendas.
Basta passearmo-nos pelas zonas históricas daquelas duas magníficas cidades para,
em ambas, nos ser dado constatar o grau de abandono e de degradação a que chega-
ram, e cujos esforços de recuperação por parte dos municípios não conseguem fazer
reduzir a frequência com que notícias de derrocadas de prédios e de famílias desalo-
jadas são disputadas pelas diferentes estações televisivas para os “diretos” de aber-
tura dos noticiários.
2
Entretanto alterado pela Lei 30/2012 de 14 de agosto.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 201
3
Jorge Henrique da Cruz Pinto Furtado, pag. 231, Manual de Arrendamento Urbano, Volume I,
4ª Edição, 2007, Edições Almedina SA.
4 O que, tendo em linha de conta as taxas de inflação anuais à época (ver quadro III), facilmente
se depreende a rapidez e a dimensão da degradação do valor das rendas de casa.
202 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
que seria uma renda normal de mercado, apenas medidas muito tímidas foram ado-
tadas no que se refere à sua atualização. Neste contexto, como referem os seus auto-
res na nota prévia, “a Lei nº31/2012, de 14 de agosto (...) introduz profundas e signi-
ficativas alterações aos vários diplomas que, em conjunto, constituem o Regime
Jurídico do Arrendamento Urbano (...)”.5
Considerando ser seu propósito a atualização das rendas mais antigas, mas prevendo
a própria lei, nos seus artigos nºs 37º e 38º, no caso de arrendatários com mais de 65
anos de idade - porventura a maioria do segmento das rendas mais baixas - de forma
cega e independentemente do rendimento auferido por estes, que esse mesmo
aumento seria processado de forma faseada ao longo de 10 anos e que a nova renda
não poderia nunca exceder o valor correspondente a 4% do valor patrimonial atuali-
zado, e isto apenas se o estado da habitação fosse classificado de bom ou de exce-
lente, poderemos concluir, pese embora a bondade da iniciativa, da timidez da solu-
ção apresentada.
Um breve exemplo de um caso concreto é disso uma prova. Aplicando a nova legis-
lação aprovada e seguindo todos os preceitos legais, que levaram o processo a arras-
tar-se por cerca de um ano, uma renda de €60,00 referente a um apartamento do tipo
T2, localizado na cidade da Amadora, foi possível ser atualizada para um novo valor
de €260,00 que, sendo sem dúvida em termos percentuais muito significativo, não
deixa de continuar a ser uma renda desfasada da realidade ditada pelo mercado.
Sucedeu que, pelo facto de a inquilina ter mais de 65 anos de idade, a referida renda
viria a ser paulatinamente atualizada, grosso modo ao ritmo de €20,00 por ano, ape-
nas vindo a atingir o seu novo valor ao fim de um período de 10 anos.
Claramente, como vem sucedendo desde há décadas, o Estado, uma vez mais, e
novamente à custa do património dos senhorios mantém um subsídio direto às famí-
lias com rendas mais antigas. Referimo-nos ao regime de salvaguarda para agrega-
dos familiares de baixos rendimentos, estatuído pelo art.35º da Lei 6/2006 de 27 de
fevereiro, já com as alterações introduzidas pela Lei 31/2012 de 14 de agosto, que
mantém o conceito de baixos rendimentos para os agregados familiares, cujo RABC
5
Manteigas Martins, Carla Santos Freire, Carlos Nabais, José M. Raimundo, Novo Regime do
Arrendamento Urbano Anotado e Comentado, Vida Económica, 2012.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 203
6
O sítio https://www.portaldahabitacao.pt/pt/portal/legislacao/rmna.html informava, em consulta
efetuada a 29 de Dezembro de 2012 que em 2011, cinco RMNA correspondiam à quantia de
€33.950,00.
7
A Lei 31/2012, de 14 de agosto, veio introduzir alterações significativas aos Códigos Civil e do
Processo Civil sobre esta matéria. Como referem os autores na obra referida na anotação 5,
pag.123, “O nº 3 deste artigo (1083º CC) contém uma situação objetiva de incumprimento gra-
ve por parte do inquilino e que justifica a resolução do contrato de arrendamento, consistente na
mora quanto ao pagamento da renda por um prazo superior a dois meses, prazo que anterior-
mente à alteração introduzida pela Lei nº 31/2012, de 14 de agosto, era de três meses.” Realçam
também os autores, entre outras, duas medidas introduzidas no Código Civil cujo objetivo será,
sem dúvida, agilizar o processo de resolução do contrato de arrendamento: “A redação introdu-
zida pelo nº 4 (art.1083º CC) cria um novo fundamento de resolução do contrato de arrenda-
mento e que consiste em o arrendatário se constituir em mora superior a 8 dias, no pagamento
da renda, por mais de quatro vezes seguidas ou interpoladas (ou seja, pelo menos 5 vezes)
durante 12 meses.” Na mesma obra (pag.124) referem-se os autores ao encurtamento de um
outro prazo importante ao sublinharem que “A alteração constante do nº 3 (art.1084º CC) reduz
de três meses para um mês o prazo de que o inquilino, a quem foi resolvido o contrato por mora
no pagamento da renda, dispõe para poder considerar sem efeito a resolução, através do paga-
mento das rendas em mora acrescidas de 50%.” De referir ainda o anúncio pelo governo, da
previsão da criação do denominado BNA (Balcão Nacional de Arrendamento) dentro do mes-
mo objetivo de agilização do processo de despejo de inquilinos incumpridores e da desjudiciali-
zação deste procedimento que ficará a cargo de agentes de execução e de notários.
204 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
Com este tipo de políticas se vem fomentando e mantendo a existência de uma ver-
dadeira “economia subterrânea” no mercado de arrendamento, onde se por um lado,
muitos senhorios deixam de declarar este tipo de rendimentos e de pagar os respeti-
vos impostos, por outro, ficam os inquilinos impossibilitados da dedução à coleta,
em sede de IRS, até ao respetivo limite, o valor das rendas pagas.9
Ainda no que se refere aos valores das rendas, vejamos a título ilustrativo o quadro
que abaixo se reproduz, segundo o qual nos é dado constatar a distorção existente no
mercado de arrendamento. Com efeito, ao adicionarmos, primeiro os dois escalões
de rendas mais baixas e seguidamente fazendo o mesmo exercício para os quatro
escalões menores, concluímos que, de acordo com o censo de 2001, cerca de 25%
das rendas existentes se situava abaixo dos €25 mensais e cerca de 50% abaixo dos
€60 mensais.
8
Sobre este tema, de referir as intenções já demonstradas pelo anterior executivo (do 1º Ministro
José Sócrates) em resolução do Conselho de Ministros já citada, segundo a qual se previa, por
parte do senhorio, o recurso a procedimento mais célere com vista ao despejo e restituição do
imóvel, em caso de não pagamento de rendas, o qual ficaria, contudo, reservado apenas a
senhorios que tivessem, quando da celebração de contratos de arrendamento, observado e cum-
prido, todos os preceitos legais nomeadamente o registo do contrato nos serviços de finanças.
De referir ainda na mesma resolução, a previsão de algumas medidas de carácter fiscal, nomea-
damente a fixação de uma taxa autónoma em sede de IRS para os rendimentos prediais seme-
lhante à taxa que em sede do mesmo imposto é aplicada em regra, às aplicações financeiras, o
que poderia também, por via do efeito fiscal, vir a incentivar o investimento no mercado do
arrendamento, para além de outras especialmente destinadas a incentivar a reabilitação urbana,
processo este, que como sabemos, reveste carácter urgente em zonas históricas das principais
cidades, podendo também ele contribuir para contrariar a desertificação que nas referidas zonas
é tantas vezes referida pelas autoridades locais.
9
O art. 85º do CIRS, na alínea a) do nº 1, prevê com referência aos rendimentos auferidos em
2012, a dedução à coleta até ao limite de €591,00 do valor das rendas pagas para habitação
permanente do sujeito passivo.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 205
10
Inês Quental e Melo, (2009), pag.3, O Mercado de Arrendamento - Principais Oportunidades e
Fragilidades face ao Mercado de Habitação Própria – Dissertação para obtenção do Grau de
Mestre em Engenharia do Território pelo IST, Outubro 2009, acedido a 20 de Dezembro de
2010 em: https://dspace.ist.utl.pt/bitstream/2295/578160/1/dissertacao.pdf.
206 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
4000000
3500000
Alojamentos
3000000 familiares clássicos
2500000 Total
2000000
1500000 Alojamentos
1000000 familiares clássicos
500000 Ocupantes
proprietários
0
1960 1970 1981 1991 2001
Apesar de ter sido no ano de 1999 que se atingiu o pico do número de prédios urba-
nos vendidos (vide Quadro IV) e desde aí termos vindo a assistir a uma curva des-
cendente deste tipo de transações (em 2008 venderam-se sensivelmente menos
100.000 prédios urbanos que em 1999), podemos constatar que de acordo com o
censo realizado em 2001 (vide Quadro II), o desequilíbrio atingia já a enorme des-
proporção de quase 2,7 Milhões de proprietários para menos de 0,9 Milhões de
inquilinos enquanto quatro décadas antes, em 1960, esta proporção era de pouco
menos de 1 Milhão de proprietários para quase 1,6 Milhões de inquilinos, e certa-
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 207
Mas, como veremos no ponto seguinte, para além dos motivos explanados, outros
porém vieram influenciar a decisão pela opção de aquisição de habitação própria em
detrimento do arrendamento.
2.1 Influência dos níveis de inflação e de taxas de juro na opção pela aquisição
de habitação própria
O fenómeno referido tem, como é por demais conhecido, implicações diretas quer na
evolução positiva do valor de um imóvel adquirido em períodos de grande inflação,
quer na evolução negativa do valor real do dinheiro que permaneça nos bancos em
aplicações financeiras nesses mesmos períodos, pelo que, como tentaremos expor
mais à frente, em ambas as situações, de inflação baixa ou elevada, poderá haver
razões lógicas conducentes à opção pela aquisição em detrimento do arrendamento.
11
Os dados decorrentes dos resultados obtidos pelos Censos 2011, ainda não estavam disponíveis
à data em que este artigo foi escrito.
208 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
35
30
25
20
15 Taxa de inflação
10
5
0
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
-5
A opção pela aquisição de habitação nesta época, se por um lado implicava a con-
tratação de empréstimos bancários a taxas de juro elevadíssimas e consequentemente
a prestações também elas de elevado valor, tinha por outro lado a grande vantagem
de permitir aos agregados familiares conseguir em poucos anos, uma redução signi-
ficativa do peso das despesas com a habitação no respetivo rendimento.
Com efeito, os incrementos salariais anuais nominais concedidos nos referidos anos,
tal como a taxa de inflação, ascendiam a valores da ordem dos 20% a 25%, o mesmo
é dizer, que num período relativamente curto, sobretudo na primeira metade da
década de oitenta, em alguns casos, os salários mais do que duplicavam em valor
nominal.
A opção pela aquisição de habitação própria era assim uma forma segura de garantir
um investimento num bem durável cujo valor real tendia a manter-se ou mesmo a
valorizar-se em contraposição com a manutenção de poupanças em dinheiro, cujo
valor real rapidamente se degradava. Numa primeira fase, o valor da prestação a
pagar pelo financiamento contraído poderia, em alguns casos, pelas elevadíssimas
taxas de juro praticadas, absorver 50% ou mais do orçamento de alguns agregados
familiares, mas, em face das elevadas taxas de inflação e das correspondentes atuali-
zações salariais, mantendo-se fixo o valor nominal inicial do capital mutuado, a
proporção da prestação pelo pagamento dos empréstimos no total do orçamento
familiar (a denominada taxa de esforço) rapidamente perdia peso, enquanto por
outro lado, simultaneamente, o valor real do imóvel adquirido se ia mantendo ou
mesmo incrementando.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 209
No entanto, se pela conjugação destes dois fatores, se afigurava a opção pela aquisi-
ção de habitação como a mais interessante, do ponto de vista financeiro, em épocas
de inflação elevada, não deveremos deixar de referir que o valor do encargo mensal
com a prestação dos empréstimos contraídos restringia significativamente o número
de agregados familiares com a capacidade necessária para o efeito.
Aos motivos acima expostos, acresce outro não menos importante que também con-
tribui para a evolução do preço dos imóveis. Se em época de taxas de inflação eleva-
das e consequentemente de altas taxas de juro, os promotores imobiliários teriam
uma menor margem de manobra, pois caso elevassem demasiado os preços de ven-
da, reduziriam o número de potenciais clientes pela relativamente reduzida capa-
cidade de endividamento, já o efeito nos preços do mercado imobiliário provocado
pela significativa redução das taxas de juro que, sobretudo a partir da segunda meta-
de da década de noventa, se veio a verificar, acabou por ser, diríamos, perverso,
como poderemos constatar no Quadro IV abaixo.
300 000
250 000
200 000
Número de prédios
150 000 urbanos vendidos
100 000 Valor médio dos
50 000 prédios (Euros)
Mas podemos concluir igualmente que foi precisamente a partir desse momento, que
a grande pressão por parte da procura resultante da maior capacidade de endivida-
mento das famílias, decorrente das baixas taxas de juro, que o preço médio dos pré-
dios urbanos vendidos em Portugal (linha a verde) mais cresceu, tendo evoluído, em
termos médios nacionais, de pouco mais de €50,000 em 1998, para mais de
€100,000 em 2004, vindo a atingir um valor superior a €125,000 em 2008.
Pese embora a lei de mercado e a relação entre a oferta e a procura que não deverá
ser menosprezada, em nossa opinião o período de baixas taxas de juro acompanhado
por uma maior agressividade da generalidade dos bancos na oferta de crédito à habi-
tação com redução das suas margens de lucro, e a influência destes fatores no valor
médio das prestações pelos empréstimos hipotecários para aquisição de habitação
própria, vieram permitir que os promotores imobiliários, tomando em conta estes
dados, passassem a definir o nível de preços de venda das habitações em função da
capacidade de endividamento das famílias, isto é, do valor até ao qual as famílias
poderiam suportar a prestação do empréstimo bancário.
Como já acima referido (vide Quadro IV), o número máximo de prédios vendido
num só ano em Portugal, foi atingido em 1999 tendo a partir daí vindo a decair sem-
pre até aos dias de hoje, no entanto, apesar do cada vez menor número de prédios
vendido anualmente, o volume global do crédito concedido para habitação, como
poderemos observar no Quadro V abaixo, manteve-se sempre em linha ascendente
até 2007, passando de um pouco mais de 15,6 Mil Milhões de Euros em 1999 para
vir a atingir o total de mais de 22,6 Mil Milhões de Euros em 2007.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 211
25 000 000
20 000 000
15 000 000
5 000 000
0
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
Fonte: Anuário Estatístico de Portugal 2009, INE, Edição 2010.
E desta feita, não pela existência de taxas de juro elevadas, dado que, apesar de a
Euribor a 6 meses, principal indexante utilizado no crédito à habitação, ter atingido
um máximo de 4,727% em 2008, este mesmo indexante voltou a cair até ao seu
valor mais baixo de sempre, para próximo de 1%, tanto em 2009 como em 2010
(vide Quadro VI).
2 Série1
0
1999 2000200120022003 2004200520062007 200820092010
Os motivos terão sido diversos, por um lado o aumento do nível de risco de crédito
associado às operações de financiamento hipotecário e, por outro, pela dificuldade
por parte das instituições de crédito em obterem financiamento, elas próprias, para a
sua atividade.
Face a uma situação de crise que começou por ser financeira, com origem precisa-
mente no mercado de crédito à habitação nos EUA, mas que rapidamente se trans-
formou em crise económica e em crise social, os bancos, se por um lado passaram a
ter mais dificuldade em se financiarem, logo em disporem dos recursos necessários
para poderem financiar os seus clientes, por outro, em face da crise económica e da
maior probabilidade de os seus clientes poderem vir a encontrar-se em situação de
desemprego pela instabilidade económica que originou uma verdadeira crise social,
rapidamente se adaptaram a uma nova realidade apertando os critérios de análise de
risco “fechando a torneira do crédito” tanto a promotores imobiliários como a clien-
tes particulares potenciais compradores de habitação própria.
MERCADO IMOBILIÁRIO EM PORTUGAL 213
Esta nova postura por parte dos bancos veio não só restringir o acesso ao crédito mas
simultaneamente torná-lo mais caro, não pelas taxas de juro mas pelos “spreads”12
praticados, provocando numa primeira fase uma quebra acentuada da procura no
mercado de aquisição de habitação e, subsequentemente, de forma progressiva, um
acréscimo da procura no mercado de arrendamento.
E mais à frente referia a mesma notícia que (...) o mercado de arrendamento tem
vindo a crescer, sobretudo por se constituir como uma resposta a uma necessidade
de rentabilizar um ativo que se tinha em mente vender”, (...) pelo que (...) o aumento
da oferta no mercado imobiliário teve como consequência a redução das rendas de
habitação.
Deparamo-nos então com uma nova realidade onde diversos fatores e os diversos
agentes económicos, condicionados pela conjuntura que teve origem numa crise
financeira mundial, se conjugam para que o mercado de arrendamento volte a ser,
para quem procura habitação, a sua primeira opção, e, para os promotores imobiliá-
rios, uma verdadeira solução de recurso, com vista à rentabilização dos seus ativos.
12
Termo anglo-saxónico muito utilizado no jargão bancário, que significa, grosso modo, a mar-
gem de lucro que o banco financiador adiciona à taxa de juro nominal à qual, o próprio banco
se poderá financiar no mercado monetário interbancário. De entre outras variáveis, o risco de
crédito associado à operação de financiamento tem ele próprio influência significativa no
“spread” a praticar pelo banco.
214 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
Por outro lado, os promotores imobiliários, para fazerem face aos compromissos
assumidos e tendo absoluta necessidade de rentabilizar os seus activos, em alterna-
tiva à venda, optam, cada vez mais, pela colocação dos seus imóveis no mercado de
arrendamento, fenómeno este que tem vindo, também ele, a contribuir progressiva-
mente para um aumento da oferta de casas para arrendar o que virá a contribuir para
balancear o mercado.
Pela exposição acima, poderíamos ser levados a concluir que esta nova tendência no
mercado da habitação existe apenas porque o mercado a impõe àqueles que procu-
ram uma habitação para viver. Mas será assim?
Provavelmente, um número significativo das famílias que neste momento optam por
arrendar, em alternativa a adquirir, ainda não terão esta perceção.
Face aos elevados custos iniciais com despesas de processo e de avaliação junto dos
bancos, imposto municipal de transacções e imposto do selo aplicáveis, escritura e
registos, a aquisição apenas é vantajosa quando possa ser encarada como um inves-
timento de longo prazo que permita diluir todos estes encargos ao longo dos anos da
sua duração.
Sucede que a realidade do mercado nos tem ditado novas regras, nos tem levado a
reequacionar os dogmas por que temos pautado o nosso raciocínio no que à habita-
ção diz respeito, e como tal, todas essas questões deverão ser questionadas. Conside-
rando a incerteza ditada pela conjuntura que atravessamos, cada vez será maior a
necessidade de estarmos mentalmente disponíveis e fisicamente preparados para a
mobilidade num mercado de emprego geograficamente disperso. Contudo, tal apenas
será possível para aqueles que não se tenham “amarrado” à âncora de uma casa pró-
pria, de um empréstimo e de uma hipoteca.
Resta aguardar que o legislador, através de normas mais adequadas à realidade deste
importante setor da economia, reúna as condições e a vontade política necessárias
que permitam contribuir também para a sua dinamização.13
Conclusão
Na realidade, o Estado, por via destas medidas, vem ao longo das últimas décadas
atribuindo à generalidade das famílias portuguesas titulares de contratos de arrenda-
mento do denominado tipo “vinculístico” 14, sem distinção do respectivo nível de
rendimentos, e à custa do património dos respectivos senhorios, um verdadeiro sub-
sídio de renda que resulta da conjugação de dois fenómenos, por um lado a imposi-
ção da renovação automática dos referidos contratos de arrendamento, independen-
temente do prazo convencionado pelas partes15 e, por outro, pelo já mencionado
congelamento das rendas, este último, que, em virtude de períodos alargados de
elevadas taxas de inflação ocorridos no passado, veio originar um acelerado pro-
cesso de desfasamento progressivo entre o valor normal de mercado para uma renda
de um determinado imóvel, e o valor efetivamente pago pelo arrendatário, do que
veio a resultar a incapacidade financeira por parte dos respectivos proprietários para
a manutenção dos imóveis, o que teve como consequência direta a visível atual
degradação a que chegou o parque habitacional nas zonas históricas das principais
cidades.
13
Foi entretanto publicada a Lei 31/2012 de 14 de Agosto que vem rever o Regime Jurídico do
Arrendamento Urbano já referida em anotações anteriores.
14
Jorge Henrique da Cruz Pinto Furtado, pag.184, Manual de Arrendamento Urbano, Volume I,
4ª Edição, 2007, Edições Almedina SA.
15
A Lei 31/2012 de 14 de Agosto vem introduzir alterações significativas a este nível, prevendo-
se um período de transição (ou de salvaguarda para os inquilinos) pelo prazo de 5 anos, após o
que os contratos do chamado tipo vinculístico poderão transitar para o NRAU (Novo Regime
do Arrendamento Urbano).
216 FRANCISCO MOREIRA BRAGA
Aguardamos agora, com expectativa, o efeito que se irá fazer sentir doravante, com
as significativas alterações ao Regime Jurídico do Arrendamento Urbano introduzi-
das com a publicação da Lei 31/2012 de 14 de Agosto e legislação complementar,
nomeadamente com o anunciado BNA (Balcão Nacional de Arrendamento).
Justiça e Comunicação Social
Entre a tensão e a tentação recíprocas
ANA PAULA PINTO LOURENÇO *
I.1. Introdução
* Docente universitária; Advogada. O presente texto não segue o Acordo Ortográfico d e 1990.
ap.pintolourenco@gmail.com
218 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
1
Por vezes sob a capa paternalista de protecção da opinião pública, como na Constituição de
1933 em que, após afirmar no n.º 4.º do art. 8.º “a liberdade de expressão do pensamento sob
qualquer forma” como um direito e garantia individual dos cidadãos, vem, afinal, no § 2.º , ao
comprimir esta liberdade a determinar que “Leis especiais regularão o exercício da liberdade de
expressão do pensamento, de ensino, de reunião e de associação, devendo, quanto à primeira,
impedir preventiva ou repressivamente a perversão da opinião pública na sua função de força
social e salvaguardar a integridade moral dos cidadãos [...]”.
2
Num clima de “obsessão da vitrificação da realidade” caracterizadora da “sociedade da obses-
são da transparência”, na expressão feliz de COSTA, José Francisco de Faria, Direito Penal da
Comunicação, alguns escritos, Coimbra Editora, Coimbra, 1998, p. 95.
3
COSTA, Artur Rodrigues, “Segredo de Justiça e Comunicação Social”, Revista do Ministério
Público, ano 17, n.º 68, 1996, pp. 49-74.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 219
indesejável e acrítica expansão da esfera pública,4 para espaços que deviam manter-
se alheios dos olhares indiscretos do público: a privacidade e, nalguns casos, mesmo
a intimidade. Ora, apenas numa “comunidade ideal de comunicação” de “perfeição
moral”, poderia transcender-se “a materialidade da comunicação humana e finita”.5
Num contexto comunicacional com as contingências próprias da natureza humana,
nem informação, nem transparência podem assumir-se como realidades absolutas e
sem limites porquanto, ao contrário do que possa idealizar-se, uma sociedade onde
possa saber-se tudo não é uma sociedade democrática mas totalitária.6
Uma das áreas que tem vindo a suscitar um interesse crescente por parte do público é
a da actividade dos tribunais e, mais particularmente, o Direito Penal, talvez porque,
como afirma Luhmann, exista uma apetência da opinião pública pela apresentação
de conflitos, isto é, pelos assuntos em que seja possível identificar quem ocupa a
4
Hannah ARENDT, a propósito da absorção da esfera privada pela expansão da esfera pública
refere que “desde o advento da sociedade, desde a admissão das actividades caseiras e da eco-
nomia doméstica na esfera pública, a nova esfera tem-se caracterizado, principalmente, por uma
irresistível tendência para crescer, para devorar as esferas mais antigas do político e do privado,
bem como a esfera da intimidade”. A Condição Humana, Relógio d’Água, Lisboa, 2001, p. 60.
5
O conceito, bem como as definições, são de Wellmer, apud FERRY, Jean -Marc, Filosofia da
Comunicação, Fenda, Lisboa, 2001, p. 3.
6
Do mesmo modo, PEREIRA, José Pacheco, Liberdade de Informação – Segredo de Justiça,
Colóquio Parlamentar – Assembleia da República, Lisboa, 1992, p. 48, e MINC, Alain, Em
nome da Lei, Editorial Inquérito, Mem Martins, 2000, p. 144 ss. Valerá a pena, a este propósito,
recordar o Big Brother de Orwell.
220 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
posição «a favor» e «contra». Por essa razão, tem sido esta uma das áreas mais ape-
tecíveis pelos meios de comunicação social, embora esta não seja uma relação isenta
de perigos.
7
Deveres profissionais e deontológicos estabelecidos no ponto 1. do Código Deontológico e art.
14.º do Estatuto dos Jornalistas.
8
MINC, Alain, Em Nome da Lei, p. 164.
9
BETTIOL, Giuseppe, Instituições de Processo Penal, Coimbra Editora, Coimbra, 1974, p. 193.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 221
Por outro lado, os meios de comunicação propiciam aos poderes, através das notí-
cias, o contacto com a reacção às suas políticas. Como bem nota Innerarity, “os
meios de comunicação não nos informam sobre o que acontece, mas sim sobre o que
outros consideram ter o valor de acontecimento. Não observam acontecimentos,
observam observações» [...]. A construção da realidade pelos meios de comunicação
poupa aos políticos o contacto com a realidade. Em vez de observar o mundo, os
políticos observam como são observados pelos meios de comunicação”.11
O cuidado na escolha e modo de transmissão das notícias fica vincado pela circuns-
tância de a linguagem hiperbolizada da realidade criminal poder contribuir para o
aumento da sensação de insegurança – mesmo quando o aumento de publicidade
possa não corresponder a um aumento real de criminalidade, porque a realidade
passa a ser a aparência noticiada - forçando a agenda política, se não no combate ao
10
LUHMAN, Niklas, A Improbabilidade da Comunicação, 3.ª edição, Vega, Lda, Lisboa, 2000,
p. 69 e ss.
11
INNERARITY, Daniel, O Novo Espaço Público, Teorema, Lisboa, 2011.
222 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
crime, pelo menos nas promessas de combate ao crime, mantendo o tema na ribalta
das discussões.12
Na senda do que se vem defendendo, pode afirmar-se que uma comunicação livre e
responsável constitui um elemento fundamental para o desenvolvimento pessoal e
interpessoal mas, igualmente, que tal apenas será possível quando seja possível
legitimar democraticamente a sua actuação, repudiando a censura, mas impondo
modos de a responsabilizar.
12
No mesmo sentido, FUENTES OSORIO, Juan L., Los Medios de Comunicación y el Derecho
Penal, Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología, REPC 07-16 (2005), p. 16:3,
http://criminet.ugr.es/recpc/, e FERNANDES, José Manuel, Liberdade e Informação, Fundação
Francisco Manuel dos Santos, Lisboa, 2011, e GERSÃO, Eliana, Comunicação Social e Repre-
sentações do Crime, Cadernos do Centro de Estudos Judiciários, n.º 20, 2002, p. VIII.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 223
Os media não são, no entanto, meros arautos dos factos; através de investigação
autónoma trazem a lume factos que não chegariam ao conhecimento público ou dos
tribunais e, pela sua presença e perseverança, evitam que determinados casos caiam
no esquecimento, servindo de voz colectiva, assumindo-se como verdadeiro poder e
constituindo um precioso instrumento na relação entre o judiciário e a comunidade e
no escrutínio da actividade judiciária.
13
GIDDENS, Anthony, Modernidade e Identidade Pessoal, Celta, Oeiras, 1997, pp. 21 e 22. Este
autor alerta, no entanto, para o perigo de esta intromissão poder conduzir a que a realidade
pareça ter menos existência concreta que a sua representação nos meios de comunicação.
14
Doravante, sempre identificada pela sigla CRP.
15
Esta importância é realçada por Anthony GIDDENS ao referir a construção, pelos meios de
comunicação, de audiências directas permitindo o acesso do indivíduo a cenários com os quais
poderá nunca contactar directamente, embora alerte para o perigo de esta intromissão ocasionar
que a realidade pareça ter menos existência concreta que a sua representação nos meios de
comunicação. Modernidade e Identidade Pessoal, pp. 76 e 24, respectivamente.
224 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
A relação entre a justiça e a comunicação social não tem sido fácil, o que se deve
em grande parte às específicas características e finalidades de cada um destes meios.
Entre a linguagem hermética utilizada no foro e o contraponto de uma linguagem
mais acessível empregue pelos meios de comunicação, a população tenderá a sentir-
se mais próxima desta segunda, porque mais compreensível.
16
GERSÃO, Eliana, nas conclusões do estudo elaborado pelo Centro de Estudos Judiciários
publicado sob o nome de Comunicação Social e Representações do Crime. Não obstante, a
autora entende que do estudo não se concluiu que os cidadãos, mesmo os de formação cultural
mais débil possam ser considerados “meros receptores passivos das mensagens da comunicação
social”, p. VII.
17
MONTE, Mário Ferreira, “O segredo de Justiça na Revisão do Código de Processo Penal:
Principais Repercussões na Comunicação Social”, Scientia Jurídica, n.º 280/282, Julho -
Dezembro de 1999, pp. 417-426.
18
GARAPON, Antoine, Bem Julgar, Ensaio sobre o Ritual Judiciário, Instituto Piaget, Lisboa,
1999, p. 278.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 225
A notícia caracteriza-se por uma volatilidade que a sentença não pode aceitar.
Ciente de que na sua decisão estão envolvidos os bens mais preciosos do cidadão, a
justiça não pode prescindir do exercício do contraditório, de modo a aproximar-se
da verdade material. Em contraponto, aos media satisfaz a verdade formal, podendo
sustentar a notícia meros ruídos, conversas relatadas por interpostas pessoas, boatos
bem veiculados por fontes cuja idoneidade não se encontra muitas vezes assegurada
e cujos interesses nem sempre são muito claros. A possibilidade de o jornalista estar
a ser utilizado por fontes interessadas na manipulação da notícia constitui, de resto,
a única situação em que o Código Deontológico admite a revelação de fontes que
tenham solicitado o anonimato [ponto 6].
21
MARCOS, Maria Lucília, Sujeito e Comunicação, Perspectiva Tensional da Alteridade, Cam-
po das Letras, Porto, 2001, p. 22.
22
A imprensa a que se refere o preceito constitucional, como se extrai da leitura integral do pre-
ceito, é um conceito amplo de imprensa, nele se incluindo a imprensa escrita, a rádio e a televi-
são. Pelo contrário, a Lei da Imprensa [Lei n.º 2/99, de 13 de Janeiro] adopta o sentido restrito,
referindo-se exclusivamente à imprensa escrita, sendo o regime da rádio e da televisão estabe-
lecidos, respectivamente, na Lei da Rádio [Lei 54/2010, de 24 de Dezembro] e na Lei da Tele-
visão [Lei n.º 8/2011, de 11 de Abril].
23
Lei da Televisão [art. 26.º, n.º1], Lei da Rádio [art. 29.º, n.º1]
24
Art. 38.º da CRP e art. 2.º da Lei da Imprensa.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 227
25
ORTEGA GUTIERREZ, David, Derecho a la Información Versus Derecho al Honor, Centro
de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 1999. Para uma perspectiva comparada, ver
pp. 23 a 45 para países europeus e pp. 149 a 162 para países da América Latina.
26
Para aprofundamento desta temática e da sua relação com o direito à honra, veja-se ORTEGA
GUTIERREZ, David, Derecho a la Informacion Versus al Honor; COSTA, José Francisco de
Faria, Direito Penal da Comunicação; SOUSA, Nuno e, Liberdade de imprensa, Almedina,
Coimbra, 1984; SARAZA JIMENA, Rafael, Libertad de Expression e Informacion Frente al
Honor, Intimidad y Propria Imagen, Aranzadi, Pamplona, 1995; e, sobretudo, ANDRADE,
Manuel da Costa, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, Coimbra Editora, Coim-
bra, 1996. Sobre os limites dos direitos fundamentais, em geral, ANDRADE, Carlos Vieira de,
Os Direitos Fundamentais na Constituição de 1976, Almedina, Coimbra, 2012; CANOTILHO,
Gomes, Direito Constitucional e Teoria da Constituição, Almedina, Coimbra, 2013, e
MIRANDA, Jorge, Manual de Direito Constitucional, vol. IV, Coimbra Editora, Coimbra,
2012.
228 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Para que possa cumprir a sua função social e informar de um modo objectivo e rigo-
roso, a lei consagra o direito de acesso às fontes. Este direito compreende, quer o
direito de acesso a locais públicos (entrada e permanência nos tribunais e a assistên-
cia à prática de actos processuais), quer o direito de acesso a documentos (documen-
tos administrativos, nos termos da Lei de Acesso aos Documentos Administrativos29
e acesso aos autos judiciais, nos termos dos artigos 86.º a 89.º do Código de Proces-
so Penal30 e que passarão a desenvolver-se).
O acesso às fontes na tripla vertente de acesso aos locais, assistência aos actos pro-
cessuais e de acesso aos autos encontra eco na lei processual, relacionando-se com
um dos princípios enformadores do processo, o princípio da publicidade. Este
27
Art. 3.º da Lei da Imprensa.
28
A decisão do TEDH mais paradigmática a este propósito é a que, em 1978, opôs o jornal Sun-
day Times ao Reino Unido, no caso que ficou conhecido como o caso da Talidomida.
http://www.iidh.ed.cr/comunidades/libertadexpresion/docs/le_europeo/tedhsundaytimes2.htm
29
Lei n.º 46/2007, de 24 de Agosto (Lei de Acesso aos Documentos da Administração).
30
O presente trabalho cingir-se-á ao modo de acesso dos media a processos penais e às reservas
legais e deontológicas que com ele se relacionem. Não carecerá, por isso, de recorrer à Lei de
Acesso aos Documentos da Administração, porquanto este mesmo diploma determina [art. 6.º,
n.º2] a sujeição da matéria a segredo de justiça a legislação própria. Esta legislação é o Código
de Processo Penal. No entanto, é de todo o interesse o prescrito nos art. 1.º e art. 16.º do mesmo
diploma, que regula o acesso aos documentos administrativos independentemente da invocação
de qualquer motivo, e a possibilidade de reutilização dos documentos cuja autorização de aces-
so e reutilização tenha sido prestada, para fins diferentes do fim de serviço público para o qual
foram produzidos, o que pode constituir um precioso auxiliar da investigação jornalística.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 229
31
ESTEVES, Maria Assunção, “A Jurisprudência do Tribunal Constitucional Relativa ao Segredo
de Justiça”, O Processo Penal em Revisão, UAL, Lisboa, 1998, p. 123; SANTOS, Simas e
LEAL-HENRIQUES, Código de Processo Penal anotado, tomo I, Rei dos Livros, Lisboa,
1999, p. 452.
32
Art. 10.º da DUDH, PIDCP [art. 14.º], CEDH [art. 6.º].
33
Por todos, ver ARMENTA DEU, Teresa, Principio Acusatorio: Realidad y Utilización (lo que
es e lo que no), Separata da Revista de Derecho Procesal, n.º 2, Madrid, 1996.
230 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
regras do segredo [n.º 3 e 4 do art. 86.º e art. 89.º]. De todos estes, apenas o direito
de assistência e de acesso aos autos releva em sede de acesso às fontes e servirão, no
fundo, como direitos instrumentais face ao direito de narração ou de crónica.
34
Mais do que a imparcialidade das suas decisões, conforme Parecer da Procuradoria-Geral da
República n.º 121/80. A este propósito e para desenvolvimento ver, ainda, DIAS, Figueiredo,
Direito Processual Penal, Coimbra Editora, Coimbra, 2004, SILVA, Germano Marques da,
Curso de Processo Penal III, Verbo, Lisboa, 2000. Agostinho EIRAS acrescenta a necessidade
de repor a igualdade de forças como um quarto fundamento. Segundo este autor, o arguido “ao
praticar o crime, fê-lo de modo calculado, sub-repticiamente, colocando-se em situação de van-
tagem. Para repor a igualdade das forças em oposição, numa primeira fase, o Estado (tal como
o fez o arguido) actuará sob sigilo” este não é, no entanto, argumento que se mantenha válido
após a revisão de 2007, que aboliu a obrigatoriedade do segredo no inquérito, Segredo de Justi-
ça e Controlo de Dados Pessoais Informatizados, Coimbra Editora, Coimbra, 1992, p. 25.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 231
Um dos pontos cruciais que determinam a tensão entre meios de comunicação social
e meio judiciário reside precisamente na circunstância de a função desempenhada
pelos meios de comunicação social exigir o acesso a fontes de informação35 e de
esse acesso lhes poder ser negado, quer quando o inquérito se encontre em segredo
de justiça, quer fora dessa fase, para preservação de outros direitos e, nalguns casos,
se encontrar condicionado.36 Diana Andringa, reputada jornalista, a propósito da
incompreensão mútua entre justiça e meios de comunicação social no que respeita
aos segredos afirmou, na sua intervenção no Seminário Justiça e Comunicação
Social que decorreu em 1999, que “nós, jornalistas, achamos normalmente que, se o
segredo de justiça existe, é, como todos os segredos, para que o violemos. Os magis-
trados têm, naturalmente, opinião contrária”.37
35
Sobre a delimitação normativo-material do conceito de fonte de informação, CANOTILHO,
Gomes, Constituição da República Portuguesa Anotada, anotação ao art. 38.º, p. 23.
36
Nos termos do Código de Processo Penal e do Estatuto dos Jornalistas [art. 8.º, n.º 3]; Jorge
Miranda identifica o segredo de justiça como dever incindível da liberdade de informação, pre-
fácio do livro Direito da Comunicação Social II, de Brito CORREIA, Almedina, Coimbra,
2000, p. 11.
37
In Actas do Seminário Justiça e Comunicação Social, Ministério da Justiça, Lisboa, 1999.
38
Sempre que se omita a fonte, as normas referidas a propósito da publicidade, segredo, suas
implicações e reservas, respeitam aos artigos 86.º a 90.º do Código de Processo Penal.
39
Art. 38.º, n.º2 da CRP; art. 6.º, alínea b) do Estatuto dos Jornalistas; art. 22.º da Lei da Impren-
sa.
232 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
A proibição de acesso pode ser imposta ope legis ou ope judicis [art. 87.º].
Desde logo, na fase de inquérito, pode ser determinado o segredo de justiça pelo
Ministério Público, com a validação do juiz de instrução criminal, quando aquele
entenda que da publicidade possa advir prejuízo para a investigação. Do mesmo
modo, pode ser imposto o segredo por determinação judicial, a requerimento do
arguido, do assistente ou do ofendido, com fundamento no prejuízo para os seus
direitos.
40
Rec (2003)13, do Conselho da Europa, que recomenda que a identidade das testemunhas não
seja divulgada senão com o seu consentimento, ou quando o testemunho tenha sido prestado em
público, excepto quando coloque em risco a sua segurança, casos em que nunca deve ser tor -
nada pública. Quando assim for, a testemunha pode ser submetida ao programa de protecção
(Lei n.º 93/99, de 14 de Julho, alterada pelas Leis n.º 29/2008, de 4 de Julho e n.º 42/2010, de 3
de Setembro, regulada pelo Decreto-Lei n.º 190/2003, de 3 de Setembro).
41
Rec (85)11, do Conselho da Europa, recomenda a protecção das vítimas contra a publicidade
que possa afectar a sua privacidade ou dignidade.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 233
A lei processual penal estabelece regras de conduta dos sujeitos e participantes pro-
cessuais [art. 325.º e 326.º]. Do mesmo modo, determina os deveres de conduta das
pessoas que assistam à audiência [art. 324.º]: “devem comportar-se de modo a não
prejudicar a ordem e a regularidade dos trabalhos, a independência de critério e a
liberdade de acção dos participantes processuais e a respeitar a dignidade do lugar”,
cabendo-lhes, em especial, nomeadamente, acatar as determinações quanto à disci-
plina, manter-se em silêncio, escusando-se de manifestar sentimentos ou opiniões a
propósito do decurso da audiência.
[art.324.º]. Fora dos casos de graves situações locais idóneas a perturbar o desen-
volvimento do processo e que possam conduzir à deslocação do tribunal para outra
comarca [art. 37.º CPP], um dos modos de o tribunal poder dirimir a perturbação
processual que possa advir, é o de restringir ou excluir o público, mandando evacuar
a sala de audiências.
O Estatuto dos Jornalistas consagra o direito de acesso aos locais abertos ao público
e de neles permanecer desde que para fins de cobertura informativa [art.s 9.º e 10º],
sem outras limitações além das decorrentes da lei, bem como o direito de, em condi-
ções de igualdade, aceder aos locais que não sendo acessíveis ao público sejam aber-
tos à comunicação social. Nos princípios 12 e 13 da Rec (2003)13, Relativa à Infor-
mação Prestada pela Comunicação Social sobre os Processos Criminais,42 o Comité
de Ministros do Conselho da Europa, recomenda que os jornalistas sejam admitidos
nas audiências públicas, sem discriminação nem necessidade de prévia acreditação,
não devendo ser excluída a sua presença senão nos casos em que os demais cidadãos
o sejam. Complementarmente, recomenda que, excepto quando seja impraticável, os
Estados providenciem na sala de julgamentos número suficiente de lugares reserva-
dos aos jornalistas, sem que tal conduza à exclusão do público por falta de lugares.
42
Disponível em https://wcd.coe.int/ViewDoc.jsp?id=51365.
43
Restringindo a lei a assistência e divulgação de actos, há que definir o que entende essa mesma
lei por acto processual. O conceito de acto processual adoptado pelo Código de Processo Penal
é um conceito lato, como se depreende do art. 85.º, considerando-se, como tal, não apenas os
dirigidos ou presididos por autoridades judiciárias, como os dirigidos ou presididos pelas auto-
ridades de polícia criminal ou por funcionários da justiça. Quanto às diversas classificações dos
actos processuais, por todos, SILVA, Germano Marques da, Curso de Processo Penal II, Ver-
bo, Lisboa, 2011, p.14, e FERREIRA, Manuel Cavaleiro de, Curso de Processo Penal I, Danú-
bio, Lisboa, 1981, pp. 24 e seguintes.
44
Excepto no caso de pessoas que, pelo seu comportamento, devam ser afastadas da sala.
45
Art. 87.º, n.º4 e 321.º, nº2 do CPP.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 235
bilitar a tomada de notas para uma publicação futura - mas impedi-los de narrar os
actos até determinado momento?
Sobre esta situação foi a Alta Autoridade para a Comunicação Social (AACS) 48
chamada a pronunciar-se, a propósito de um caso concreto49. No dia 10 de Janeiro
de 2002 decorria, no Tribunal Criminal de Lisboa, determinada audiência de julga-
46
Sentença do TEDH 26 Abril 1979 – caso Sunday Times (preferred position da liberdade de
expressão e de informação) e Acórdão TC Espanha de 1-6-82 a propósito do caso Diário 16;
COSTA, Artur Rodrigues da, “Publicidade do Julgamento Penal e Direito de Comunicar”,
Revista do Ministério Público, ano 15º, Janeiro-Março 1994, p. 58.
47
Solução interessante foi a encontrada no caso do julgamento do caso Casa Pia, em que o Tribu-
nal autorizou a presença de jornalistas acreditados, forçando a concertação entre os próprios
órgãos de comunicação social, e de um determinado número de populares, por ordem de priori-
dade na chegada ao tribunal. Num momento ulterior, no entanto, foi impedido o acesso ao
público, incluindo jornalistas, para protecção das vítimas dos abusos sexuais, menores, sendo
lido, no fim de cada sessão, um comunicado que se manteria arquivado no processo, para con-
sulta. Foi, igualmente, atribuída uma sala aos jornalistas.
48
Designação da entidade que antecedeu a ERC, Entidade Reguladora para a Comunicação.
49
Deliberação da AACS aprovada em reunião plenária de 16 de Janeiro de 2002, relativa a queixa
apresentada por 50 jornalistas contra decisão de juíza do Tribunal Criminal de Lisboa de reali-
zar audiência de julgamento à porta fechada, deliberação disponível em www.aacs.pt
/bd/Deliberacoes/20020116a.htm.
236 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Para que tal seja possível e se necessário, acrescenta, deve ser reservado, “nas salas
de audiência, um número de lugares suficiente” para o efeito, sob pena de se violar
o direito dos cidadãos a serem informados com rigor, posto o que deliberou mani-
festar a sua discordância pela desproporcionalidade entre os valores que pretendeu
acautelar a decisão da Meritíssima Juíza e os direitos violados pela mesma decisão.
Na mesma deliberação, instou os juízes do Tribunal Criminal e o Ministério da
Justiça a providenciarem as condições logísticas necessárias para que os jornalistas
possam exercer o seu direito de informar.
De notar que as condutas dolosas de quem atente contra o direito de entrada ou per-
manência dos jornalistas em locais públicos, para fins de cobertura jornalística, cons-
titui crime punido com pena de prisão, ou de multa, nos termos do art. 19.º do Esta-
tuto dos Jornalistas. E que o Código Deontológico impõe, aos jornalistas, a denúncia
de quaisquer tentativas de condicionar a liberdade de informação.
O direito de assistência aos actos não confere aos jornalistas a possibilidade de utili-
zar todo e qualquer meio para a sua documentação. Não significa, desde logo, que
possam livremente captar som ou imagem.
50
Identificada, supra.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 237
A legislação portuguesa mostra-se, neste aspecto, mais restritiva que a Rec (2003)13
– que no seu art. 14.º apenas estabelece como pressuposto para a gravação que a lei
ou as autoridades judiciais o autorizem, ressalvando que a autorização não deverá ser
concedida quando represente um sério risco de indevida pressão sobre as vítimas,
testemunhas, sujeitos processuais, júri ou juízes – condicionando a possibilidade de
captação de som ou imagem ao concurso de autorização prestada pela entidade que
presidir ao acto e da não oposição da pessoa a que respeitem as gravações [art. 88.º,
n.º2, alínea b)].
O último requisito, a não oposição da pessoa visada, aditado pela revisão efectuada
pela Lei 59/98, veio fazer prevalecer os interesses individuais – direito à imagem e
direito à palavra - não apenas do arguido mas de qualquer interveniente processual
sobre o direito de informação, o qual se poderá alcançar por outros meios que não
51
DIAS, Jorge de Figueiredo, Direito Processual Penal, p. 156.
238 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Mas não são apenas interesses individuais que estão em causa, uma vez que a ver-
dade material depende em boa medida do modo sereno como decorra a audiência. A
presença dos meios de comunicação na sala, com câmaras, microfones, luzes e fla-
shes, pode condicionar de maneira irreversível os depoimentos dos vários interve-
nientes que poderão sentir-se pouco à-vontade para falar sobre os factos sabendo que
estão a ser gravados ou filmados.52
A lei não identifica quem sejam essas “certas pessoas” a quem pode dar-se conheci-
mento do conteúdo de actos mas, atendendo à finalidade, poderão perspectivar-se
52
Também Teresa Beleza se pronunciou neste sentido aquando dos trabalhos de revisão com o
Código de Processo Penal de 1998. A propósito dos inconvenientes da presença dos meios de
comunicação, CHIAVARRIO, Mario, “O Impacto das Novas Tecnologias: os Direitos do Indi-
víduo e o Interesse Social no Processo Penal”, Revista Portuguesa de Ciência Criminal, ano 7,
n.º 3, 1997.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 239
Não sendo declarado o segredo de justiça, quem queira consultar os autos, obter
cópia, extracto ou certidão do mesmo ou de parte dele, pode fazê-lo, contanto que o
requeira, alegue e prove a existência de interesse legítimo53 nessa consulta (conceito
que a lei não define, cabendo à jurisprudência a sua determinação no caso concreto),
e seja para tal autorizado pela autoridade judiciária competente. Desta norma se
extrai a regra de que o processo não passa a ser livremente acessível pelo público
quando findo o segredo, ficando a publicidade condicionada à autorização da com-
petente entidade judiciária. É a qualidade do interesse que importa, e não a qualidade
do sujeito requerente, pelo que esta regra se aplica a todos, podendo o jornalista
alegar, como interesse legítimo, a necessidade de acesso para cumprir os deveres
profissionais e os direito à informação da comunidade.
Da conjugação do art. 90.º, n.º 2, com o art. 88.º, n.º 2, alínea a), in fine, resulta que
autorização de consulta e autorização de revelação do acto são distintas e indepen-
dentes, pelo que os meios de comunicação social incorrerão num crime de desobe-
diência [art. 88.º, n.º2, a) CPP e art. 348.º do CP] se procederem à reprodução de
peças processuais ou de documentos incorporados no processo até à sentença de
primeira instância. A não ser que para tal tenham sido autorizados pela autoridade
judiciária competente.
53
Acórdão da Relação de Lisboa de 6 de Março de 2001, CJ, tomo II, p. 125.
240 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Uma vez que o que se encontra sujeito a segredo de justiça são os actos processuais,
e não os factos, os jornalistas não estão impedidos de empreender uma investigação
autónoma, paralela, que poderá desenvolver-se com menor constrangimento e maior
participação e abertura por parte dos inquiridos, o que pode representar uma vanta-
gem para a investigação jornalística, ou uma desvantagem, uma vez que a pressão do
tempo poderá fazer aceitar relatos que, embora possam ter sido testemunhados,
sejam relatados numa lógica de construção pouco, ou nada, compatível com a fac-
tualidade.
54
Parecer n.º 23/94 de 26-02-95, da PGR, apud SANTOS, Simas e LEAL-HENRIQUES, Código
de Processo Penal Anotado, tomo I, p. 453.
55
Isso mesmo concluiu o Provedor de Justiça na Recomendação n.º 43/A/00 relativa ao processo
R-1291/99 (A5). Tendo os jornalistas solicitado informações à Directoria Geral da Polícia Jud i-
ciária, veio esta a confirmar a identidade de um dos arguidos do processo, acrescentando que
tinha sido remetido o processo ao Ministério Público com proposta de acusação. O Provedor de
Justiça entendeu que esta informação, nos moldes precisos em que foi facultada, viola o art.
86.º, n.º 8, alínea b), que proíbe a divulgação de ocorrência de teor de acto que se encontre em
segredo de justiça e remeteu para a leitura do Parecer n.º 121/80, no qual se refere que a presta-
ção de esclarecimentos não deve, em caso algum, permitir a identificação das pessoas envolvi-
das no processo.
56
Art. 68.º e ss do CPP.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 241
Os jornalistas não eram ofendidos nos processos em causa, mas tal não consubstan-
cia qualquer ilegalidade, porquanto a lei processual permite que qualquer cidadão
requeira ao juiz a sua constituição como assistente nos casos estabelecidos no art.
68.º, n.º 1, alínea e), por se tratar de violação a interesses supra-individuais e de
interesse público. A questão está em que a assunção dessa qualidade permitiu um
acesso privilegiado ao processo, uma vez que as regras de acesso aos autos são mais
flexíveis quando aos sujeitos processuais, do que relativamente a terceiros.
O Código Deontológico [ponto 4] determina que o jornalista utilize meios leais para
obtenção de informação, imagens ou documentos e [ponto 10] impõe que o jornalista
recuse funções, tarefas ou benefícios susceptíveis de comprometer o seu estatuto de
independência e a sua integridade profissional. Parece, in casu, e atentas aquelas
normas, que o estatuto de assistente não será compatível com a função de jornalista,
atendendo ao acesso privilegiado que os sujeitos processuais têm, face a que o não
seja.
57
Por assumir uma posição de sujeito processual, a lei sanciona a inactividade no momento de
determinar o valor das custas judiciais a pagar, que poderão ser determinadas, a final, entre 1 e
10 UC [art. 519.º do CPP e 8.º do Regulamento das Custas Judiciais].
242 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
acesso às fontes entre jornalistas e, por outro, porque afecta o estatuto de indepen-
dência do jornalista, argumentos que se perfilham.
Ao nível da cobertura jornalística pelos media não pode deixar de referir-se a inter-
venção de auto-regulação, nomeadamente a declaração de Princípios e Acordo de
Órgãos de Comunicação Social, assinada em 23 de Novembro de 2003 por alguns
órgãos de comunicação social sob a iniciativa da extinta Alta Autoridade para a
Comunicação Social58 na qual os signatários expõem os princípios a que pretendem
submeter-se neste contexto, manifestando o seu entendimento de que deve ser-lhes
facultado acesso às informações possíveis por parte das autoridades judiciais e dos
serviços policiais, devendo ter-se em linha de conta as diferenças de cada órgão de
comunicação social, mas “com a indispensabilidade de uma ralação objectivamente
não selectiva e não discriminatória”.
A assistência aos autos, a consulta e a obtenção de cópias por parte dos jornalistas
tem um fito: servir de base às peças noticiosas que venham a ser elaboradas, para
transmissão dos factos ao público, através da narração ou crónica. Uma vez que a
actividade dos meios de comunicação social potencia a divulgação e, por isso,
58
Declaração assinada pela Capital, Correio da Manhã, Diário de Coimbra, Expresso, Jornal de
Notícias, NTV, O Independente, O Primeiro de Janeiro, Público, Rádio Comercial, Rádio
Renascença, RDP, RTP, Semanário, SIC, SIC Notícias, Tal & Qual, TSF, TVI, 24 Horas e
Visão e parece ter tido resultados positivos, na opinião da AACS, assumida por Comunicado de
14 de Janeiro de 2004. http://www.erc.pt/documentos/legislacaosite/DeclaracaodePrincipiose
AcordodeOCSrelativosacoberturadeProcessosJudiciaispelosmedia.pdf
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 243
amplia a possibilidade de lesão de outros valores que mereçam tutela, o CPP reser-
vou, quanto à matéria, um artigo específico [o art. 88º].
Nos termos deste artigo, é permitida a narração circunstanciada do teor de actos que
não se encontrem em segredo de justiça - isto é, o direito de relatar ao público, por
meio da imprensa, os factos do quotidiano, seja qual for a forma que adopte, palavra,
fotografia ou ilustração - , mas não a reprodução de peças processuais ou documen-
tos incorporados em processo, até à sentença de 1.ª instância, salvo quando obtidos
mediante certidão autorizada [art. 88.º, n.º2, alínea a)]. Exceptua-se, no entanto, a
narração destes actos até à decisão de publicidade da audiência quando o juiz, ofi-
ciosamente ou a requerimento, tiver proibido essa narração com fundamento de que
a publicidade possa causar grave dano à dignidade das pessoas, à moral pública ou
ao normal decurso do acto [art. 88.º, n.º3 e 87.º, n.º2].
O direito de crónica ou narração implica que o conhecimento possa ser levado para
além do núcleo constituído pelas pessoas presentes no acto, pelo que se encontra
condicionado, desde logo, à possibilidade de ao acto assistir qualquer pessoa. Por
outro lado, mesmo que o processo não se encontre em segredo de justiça, não podem
ser acedidos, nem divulgados, os elementos relativos à reserva da vida privada que
59
Sobre o direito de crónica afirma Nuno e Sousa, que “o direito de crónica liga -se especialmente
com a actividade jornalística: direito de relatar ao público, por meio da imprensa, os factos do
quotidiano (escrita, fotografias, desenhos). O direito positivo pode limitar o direito de crónica
em várias direcções: verdade, reputação, segredo, bons costumes. O principal limite lógico é a
verdade» e deixa um importante alerta para o tema em apreço: “convém sempre distinguir a
narração da interpretação dos factos”, A liberdade de Imprensa, p. 260.
244 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
não constituam meios de prova [art.86.º, n.º 3], os quais devem ser devolvidos ou
destruídos.
A doutrina alemã desenvolveu uma teoria, entretanto aceite por outros foros incluin-
do o português, que permite distinguir, na vida de cada um, três esferas a convocar
diferentes graus de protecção. A esfera da intimidade, constituindo uma área impe-
netrável e de limites absolutos que nem os interesses superiores da comunidade
permitem ultrapassar, sendo inadmissível a exceptio veritatis como justificadora do
facto; a esfera da vida privada, de protecção mais relativa, permitindo-se a divulga-
ção em casos restritos mas em que “a devassa só será admissível na medida da rele-
vância ou significatividade sistémico-social do evento e na medida estritamente
necessária para a actualizar”;60 a esfera social, dos comportamentos praticados em
público, devendo ter-se em consideração a possibilidade de ocorrência de factos
privados em público, 61 isto é, não podendo considerar-se que em público não exista
reserva da vida privada.
60
ANDRADE, Manuel da Costa, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, p. 97.
61
PINTO, Paulo Mota, “Direito à Reserva da Intimidade Sobre a Vida Privada”, Boletim da
Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra, Vol. 69, 1993, p. 532.
62
Por essa razão lhes chama Paulo Dá MESQUITA “direitos/deveres de opacidade”, “O Segredo
do Inquérito Penal – uma leitura jurídico-constitucional”, Direito e Justiça, vol. XVI, Tomo 2,
2000, p. 49.
63
CANOTILHO, Gomes, e MOREIRA, Vital, Constituição da República Portuguesa Anotada,
Coimbra Editora, Coimbra, 2007, anotação ao art. 26.º, p. 181. Para um aprofundamento do
conteúdo do direito de reserva sobre a intimidade da vida privada, PINTO, Paulo Mota,
“Direito à Reserva da Intimidade Sobre a Vida Privada”, pp. 524 ss, COSTA JR., Paulo, O
direito de estar só - tutela penal da intimidade, Revista dos Tribunais, São Paulo, 2007, e
RIGAUX, François, “L’élaboration d’un “right of privacy” par la jurisprudence américaine”,
Révue Internationale de Droit Comparé, vol. 32, n.º 4, 1980, pp. 701-730.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 245
Questão que pode colocar-se é a de saber qual o valor que deve prevalecer, em
determinadas circunstâncias, em que à publicidade exigida pelos meios de comuni-
cação e pelo público, enquanto meio de efectivar o direito de informação e a transpa-
rência processual, os sujeitos processuais contraponham a necessidade de defesa dos
respectivos direitos individuais à honra e ao bom nome, a implicar a não divulgação
de elementos, ou factos. Apenas perante o caso concreto poderá determinar-se qual
dos dois deve prevalecer, depois de proceder a um juízo de ponderação dos interes-
ses em conflito, tentando delimitar o interesse sem considerar as questões subjecti-
vas e atendendo às circunstâncias sociais do caso concreto.64 Deve considerar-se
definitivamente ultrapassado o entendimento segundo o qual a liberdade de imprensa
deveria recuar sempre que se verificasse a colisão com outro direito, “por mais
insignificante que ele fosse”.65 Este entendimento foi paradigmático na Alemanha
até 1958, data em que viria a alterar-se por via do pronunciamento do Tribunal
Constitucional Federal no Lüth-Urteil, que veio a influenciar o direito dos estados de
legislação próxima da alemã, como o português. Costa Andrade identifica, como
linhas-mestras desta jurisprudência que entretanto se cristalizou, o princípio do efei-
to-recíproco, pelo qual a relação entre a liberdade de imprensa e os valores con-
flituantes não será uma relação estática, com predeterminação de fronteiras fixas
entre si, e o princípio do efeito-de-irradiação dos princípios constitucionais que ilu-
minam as normas de direito penal ordinário que estabeleçam limites à liberdade de
imprensa.66
Mantém-se, assim, actual o que afirmava Figueiredo Dias, nos idos de 1988,67 quan-
do, já então, defendia que “quanto à face do princípio da publicidade que se relacio-
64
ESCUDERO MORATALLA, José Francisc, e FRÍGOLA VALLINA, Joaquín, Honor, Secreto
Profesional y Clausulas de Conciencia en los Medios de Comunicación. Límites y Aspectos
Jurídicos Civiles y Penales, Ediciones Revista General de Derecho, Valencia, 1998, p. 199,
p.37.
65
Herzog, citado por ANDRADE, Manuel da Costa, Liberdade de Imprensa e inviolabilidade
pessoal, p. 46.
66
ANDRADE, Manuel da Costa, como na nota anterior, p. 47.
67
Direito Processual Penal, p. 155.
246 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
na com os meios de comunicação social, [...] o critério estará em dar a maior latitude
possível aos órgãos de informação, mas com um limite inultrapassável,68 o de que
daí não advenha sensível perigo para a consistência e eficácia do direito de defesa do
arguido ou da pretensão punitiva do Estado”.
68
Itálico do autor.
69
RODRIGUES, José Narciso da Cunha, “Da Mediatização da Justiça”, Boletim da Ordem dos
Advogados, IV Congresso, p.15.
70
Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, p. 55.
71
Expressões, ainda, de Costa Andrade, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, p. 370
e 371.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 247
Um dos interesses que pode estar em causa com a divulgação dos actos processuais é
a presunção de inocência, questionando-se se este princípio tem validade meramente
intraprocessual72 ou se, por outro lado, vigora com um sentido mais abrangente, a
nível da condição e tratamento do arguido em sociedade.73
A par dos autores que entendem a validade exclusiva deste princípio no seio do
processo,74 entendem outros75 que o princípio se repercute na realidade externa ao
processo porque, embora a segregação social ou reprovação moral possam ter lugar
independentemente da consideração do princípio, este é encarado, “antes do mais,
como um direito constitucional a ser tratado fora do processo ”como se fosse ino-
cente”.76
Parece ser este último o entendimento plasmado no Estatuto dos Jornalistas [art.
14.º, n.º 2, alínea c)], ao impor-lhes que se “abstenham de formular acusações sem
provas e respeitar a presunção de inocência”, sentido que é enfatizado pelo Código
Deontológico dos jornalistas [Ponto 7], ao referir que “o jornalista deve salvaguar-
dar a presunção de inocência dos arguidos até à sentença transitar em julgado”. Esta
mesma repercussão externa enfatiza Garapon ao referir que «é um dado adquirido
que qualquer indivíduo acusado injustamente tem tendência para se comportar de
modo diferente: encobre certos elementos de facto que teme poderem vir a virar-se
contra si, chega até a mentir visto que “nunca se sabe...”, e, no final, conforma-se
com a acusação. Em inglês chama-se a isto as afirmações de realização pessoal
(self-fulfilling prophecies).77 Mas, se assim é, se a opinião pública condiciona e
pressiona o comportamento das pessoas acusadas, então “olhá-las como se fossem
72
MESQUITA, Paulo Dá, “O Segredo do Inquérito”, p. 67, para quem a presunção da inocência
se relaciona, sobretudo, com a tramitação processual.
73
Sobre o tema, ver ainda DIAS, Figueiredo, “Os princípios estruturantes do processo e a revisão
de 1998 do Código de Processo Penal”, Revista Portuguesa de Ciência Criminal, Ano 8. n.º 2,
Abril-Junho 1998, pp. 199-213, e BOLINA, Helena Magalhães, “Razão de ser, significado e
consequências do Princípio da presunção de inocência (art. 32.º, n.º 2, da CRP)”, Boletim da
Faculdade de Direito da Universidade de Coimbra, Vol. 70, Coimbra, 1994, pp. 433-461.
74
MESQUITA, Paulo Dá, “O Segredo do Inquérito”, p. 67; CUNHA, Damião, “A participação
dos particulares no exercício da acção penal”, Revista Portuguesa de Ciência Criminal, Ano 8,
n.º 4, 1998, p. 617.
75
MOURA, José Souto de, “A Questão da Presunção de Inocência do Arguido”, Revista do
Ministério Público, Ano 11.º, n.º 42, p. 41 , JARDIM, Vera, Justiça e Comunicação Social,
Ministério da Justiça, Lisboa, 1999, p. 12.
76
MOURA, Souto de, como na nota anterior, p. 47.
77
GARAPON, Antoine, Bem julgar, p. 278; ANDRADE, Manuel da Costa e DIAS, Jorge Figuei-
redo chamam-lhe “profecia-que-a-si-mesma-se-cumpre”, que tem na base o Teorema de Tho-
mas “if men define situation as real, they are real in their consequences”, teoria que se relaciona
com a do labeling approach segundo a qual, no dizer de Becker citado pelos referidos autores,
“tratar uma pessoa como se ela não fosse, afinal, mais do que um delinquente, tem o efeito de
uma profecia-que-a-si-mesma-se-cumpre”, Criminologia – O Homem Delinquente e a Socie-
dade Criminógena, Coimbra Editora, Coimbra, 2013, pp. 346 e 351, respectivamente.
248 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
78
Idem, ibidem.
79
Por juízos paralelos entenda-se “o conjunto de informações aparecidas ao longo de um período
de tempo nos meios de comunicação sobre o assunto sub judice (...) através das quais se efec-
tua, pelos ditos meios, uma valoração sobre a regularidade legal e ética do comportamento de
pessoas implicadas nos factos submetidos à dita valoração. Tal valoração converte-se, perante a
opinião pública, numa espécie de processo (juízo paralelo) no qual os diversos meios de comu-
nicação exercem o papel de fiscal e a de advogado defensor, assim como, muito frequente-
mente, de juiz”, ignorando a “possibilidade do processo vir a concluir-se com a afirmação de
que o acusado é inocente e, nessa situação, qualquer afirmação precipitada sobre a sua culpabi-
lidade representaria uma grave lesão dos seus interesses”; HASSEMER, Fundamentos del
Derecho Penal, apud BOLINA, Helena, “Razão de ser, significado e consequências do princí-
pio de presunção de inocência”, p. 436.
80
“A Reforma do Processo Penal: O Que Ficou por Rever?”, in O Processo Penal em Revisão –
comunicações, Universidade Autónoma de Lisboa, 1998, pp. 195 e ss.
81
ESTEVES, Assunção, “A Jurisprudência do Tribunal Constitucional relativa ao segredo de
Justiça”, in O Processo Penal em Revisão – comunicações, p. 131; no mesmo sentido de que o
conhecimento precoce pode constituir um perigo para a confiança na justiça, SILVA, Germano
Marques da, Curso de Processo Penal I, Verbo, Lisboa, 2010, p. 81; MINC, Alain, Em Nome
da Lei, p. 17.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 249
Tendo a pena finalidades de prevenção geral, o conhecimento de que foi feita justiça
mostra-se fundamental para a reposição da validade da norma e apaziguamento das
tensões sociais criadas com a prática do crime. No entanto, pretendendo-se, de igual
modo, cumprir finalidades de prevenção especial de ressocialização, factor não des-
piciendo que deve ser tomado em consideração é a circunstância de a divulgação
poder dificultar a reintegração do agente na sociedade, pela estigmatização a que
pode conduzir. Existiria, assim, uma espécie de direito ao anonimato ser conside-
rado. A prevenção geral não ficará, a maior parte das vezes, prejudicada, com a não
identificação do agente.
82
ANDRADE, Manuel da Costa, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, pp. 370 e
371.
83
ANDRADE, Manuel da Costa, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, p. 316.
84
COSTA, José Francisco de Faria, Comentário Conimbricense ao Código Penal, vol. I, Coimbra
Editora, Coimbra, 1999, p. 617.
85
Foi a ponderação de interesses envolvidos, o que parece ter sido considerado pelo tribunal ao
não condenar o jornal Sol no caso das escutas que envolveram o primeiro-ministro José Sócra-
tes.
250 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Uma proibição absoluta, insusceptível de ser afastada por decisão judicial, é a que se
encontra plasmada no art.88º, n.º 2, alínea c), impedindo a publicação, quer directa,
quer indirectamente e por qualquer meio – o que inclui imagem, texto, som – da
identidade de vítimas de crimes de tráfico de pessoas, contra a liberdade e autode-
terminação sexual,87 a honra ou a reserva da vida privada , excepto quando a vítima
consentir expressamente, ou o crime for praticado através dos meios de comunicação
social [art. 88.º, n.º 2, alínea c)]. Caso em que se entende não fazer muito sentido
ocultar o que está na possibilidade de conhecimento de todos.
Conclusão
86
Cfr. ESTEVES, Assunção, “A Jurisprudência do Tribunal Constitucional”, p.130, ANDRADE,
Maneul da Costa, Liberdade de Imprensa e Inviolabilidade Pessoal, p. 46.
87
Em Inglaterra, em virtude de algumas decisões recentes do Crown Prosecution Service em não
perseguir criminalmente algumas celebridades sobre os quais recaíam denúncias de terem prati-
cado crimes sexuais, suspeitas que vieram a manifestar-se infundadas, relançou-se a polémica
em torno da necessidade de uma lei sobre a privacidade em Inglaterra e a possibilidade da proi-
bição de identificar publicamente os suspeitos. A razão é a suposição de que tal divulgação
possa obstar ao fair trial, à igualdade de armas e à presunção de inocência, passando a protec-
ção da privacidade e da identidade a respeitar, não apenas à vítima mas igualmente aos preten-
sos agressores – www.timesonline.uk.
JUSTIÇA E COMUNICAÇÃO SOCIAL 251
Bibliografia
88
A este propósito veja-se a Declaração de Princípios e Acordo de órgãos de comunicação Social
relativo à Cobertura de Processos Judiciais, referidos supra.
252 ANA PAULA PINTO LOURENÇO
Não sendo aqui o momento oportuno para nos pronunciarmos sobre tais iniciáticas
alterações, uma vez que já o fizemos em sede própria e no momento ideal, surgem
agora em ordem sequencial, as terceira e quarta “ reformas”, se assim lhe quisermos
chamar, sobre matérias pertinentes, controversas e que no nosso entender, poderão
ainda vir a dar que falar, seja pela inovação unilateral não consentida, seja pela
inconstitucionalidade que das mesmas possa ressaltar na sua prática laboral, e, sobre
isso, sim, cabe tecer algumas considerações abrindo o livro das “dúvidas” aos alunos
de Direito e de Solicitadoria do ISMAT.
Nesse sentido, iremos discorrer um pouco sobre o que de novo surgiu em termos
legislativos, em matéria laboral, matéria essa de extrema importância para toda a
economia nacional, pois por ela passa a possibilidade de defesa do simples trabalha-
Como em todas as alterações legislativas que surgem ciclicamente, esta Lei foi pen-
sada e elaborada visando, entenda-se, no pensamento legislativo, a retoma do cres-
cimento económico e a criação sustentada de emprego. Neste sentido, e tal como foi
referido na exposição de motivos da respetiva Proposta de Lei, e que por motivos
óbvios nos escusamos de transcrever, as medidas consagradas envolvem importantes
aspetos da legislação laboral, designadamente em matéria de:
Atentemos:
Tal como referido inicialmente, esta redução faz parte das alterações que só se veri-
ficarão verdadeiramente a partir de 1 de Janeiro de 2013.
258 ANTÓNIO AMADO
Vejamos, reduzir quatro feriados que, hipoteticamente até poderiam vir a ser coinci-
dentes com dias “não úteis”, poderá não fazer sentido, se a génese que suportou tal
decisão se cingiu apenas a um potencial e hipotético aumento de produtividade labo-
ral, e consequentemente um aumento do PIB nacional, o que, salvo melhor opinião,
e tal como já referimos, poderá ser questionável. Aliás, os feriados supra menciona-
dos sempre tiveram uma outra função nacional, nomeadamente a de incrementar o
comércio e movimentar a moeda, dada a possibilidade para alguns trabalhadores
poderem descansar uns dias seguidos sem grande prejuízo do tempo de férias normal
anual.
b) No que ao regime jurídico das férias diz respeito, podemos destacar quatro aspec-
tos essenciais que a seguir se transcrevem e para os quais se chama a especial aten-
ção, pois, salvo melhor opinião, poderão estar aqui em causa violações de natureza
legal, pelo carácter unilateral que revestem algumas delas, senão vejamos:
Até agora, os trabalhadores tinham direito a 22 dias garantidos de férias mas, con-
soante a assiduidade, esse período podia chegar a 25 dias. O corte aplica-se a partir
de 2013 porque as férias dizem respeito ao trabalho prestado no ano anterior. Esta
redução será imperativa nos casos em que as majorações foram acordadas após
Dezembro de 2003, tendo em conta que foi nessa altura que a regra dos três dias
extra foi criada. Neste sentido, o diploma prevê que as majorações ao período de
férias estabelecidas em contratos de trabalho ou em contratação colectiva já depois
de 1 de Dezembro de 2003 sejam reduzidas em montante equivalente até três dias.
Não questionando a relevância e a oportunidade de tal alteração, permitimo-nos
colocar-vos apenas uma questão: será esta alteração o presságio de uma contínua
aplicação ao privado, da máxima já explanada na administração publica de “não há
direitos adquiridos”?
Não terá tal medida um efeito imediato de quebra de assiduidade do trabalhador, por
não obter proveito ou compensação nenhuma em função da sua assiduidade?
DISCORRENDO SOBRE AS TERCEIRA E QUARTA ALTERAÇÕES AO CÓDIGO DO TRABALHO 259
Atente-se que esta alteração produz efeitos a partir do dia 1 de Janeiro de 2013,
devendo o empregador informar, até ao dia 15 de Dezembro de 2012, os trabalhado-
res abrangidos sobre o encerramento a efectuar no ano de 2013.
iii) Mais, para efeitos de contabilização dos dias de férias, sempre que os dias
de descanso do trabalhador coincidam com dias úteis, são considerados como dias de
férias, em substituição daqueles, os sábados e os domingos que não sejam feriados.
Não criticando, permitimo-nos questionar o porquê desta alteração. Será para tentar
minimizar os danos colaterais das alterações anteriores? Ou será mesmo algo ques-
tionável a nível constitucional?
iv) Por fim, não menos importante nesta área, mas mais complexo na sua
aplicabilidade, dada a natureza dos Instrumentos de Regulamentação colectiva de
trabalho com que vão mexer, surge a alteração legislativa que refere que as majora-
ções ao período anual de férias estabelecidas nos instrumentos de regulamentação
colectiva de trabalho ou contratos de trabalho posteriores a 1 de Dezembro de 2003
são reduzidas, automática e imperativamente, em montante equivalente até três dias.
Desde logo, para o mais inculto leitor, a primeira pergunta que se coloca é a de saber
até que ponto pode a lei eliminar o que o trabalhador já tem acordado há muito, por
meio de outras leis que lhe permitiram celebrar esses regulamentos.
Sabemos não se tratar de um problema de hierarquia de leis. Mas, mais uma vez, a
retoma do crescimento económico e a criação sustentada de emprego não pode servir
para justificar todo o tipo de alterações legislativas que vêem coarctar direitos dos
trabalhadores, quando as suas expectativas já são tão poucas no mercado de trabalho
existente.
260 ANTÓNIO AMADO
Verdade seja dita, tal alteração afigurasse-nos justificada pelo decurso das alterações
anteriormente mencionadas, pois surge como forma de prevenção ao absentismo
provocado pelo “hábito” inegável do trabalhador português em querer aliar o útil ao
agradável, ao tentar transformar uma situação de “ponte”, tornando-a num período
mínimo de “férias” não contabilizadas no período legal de férias a que tem direito.
d) Por fim, e no que respeita à organização do tempo de trabalho, a Lei n.º 23/2012
introduz o banco de horas individual e o banco de horas grupal, sendo que sobre os
mesmos iremos agora discorrer um pouco no sentido de aferir como funcionam,
quais as novas obrigações e direitos que dos mesmos advêm.
iii) O período em que deve ter lugar a redução do tempo de trabalho para
compensar trabalho prestado em acréscimo, bem como a antecedência com que
qualquer uma das partes deve informar a outra da utilização dessa redução.
O que o diploma também não diz é a forma de publicitar tal proposta do emprega-
dor, pois da forma utilizada pelo mesmo, dependerá o timing para o trabalhador se
poder opor ou não à mesma.
- Quanto ao banco de horas grupal, o artigo 208.º-B do CT vem permitir que este
regime seja instituído à generalidade dos trabalhadores de uma equipa ou secção, por
simples decisão do empregador, desde que:
Não obstante as prerrogativas dadas aos trabalhadores para a instituição deste banco
de horas grupal, não podemos deixar de chamar a atenção novamente para o facto de
este banco grupal poder vir a ser instituído por simples decisão do empregador e
simples proposta por ele elaborada. Vários sãos os princípios de direito fundamen-
tais que nos assaltam o pensamento quando nos questionamos nestes termos e os
configuramos como estando a ser violados, mas…
262 ANTÓNIO AMADO
Até ao presente momento, os bancos de horas só podiam ser definidos por contrata-
ção colectiva, embora com limites mais largos, sendo que agora este regime poderá
ser estendido. No caso dos bancos de horas individuais, o regime poderá abranger os
trabalhadores de uma equipa, secção ou unidade económica se 75% dos seus traba-
lhadores aceitarem.
Nas empresas que não são obrigadas a encerrar nos feriados, quem prestar trabalho
normal nesse dia passa a receber um acréscimo de 50% ou a usufruir de descanso
compensatório igual a metade das horas trabalhadas. E, atenção, todas estas mudan-
ças são imperativas.
Se essas cláusulas não forem entretanto alteradas, ao fim de dois anos o corte para
metade aplica-se aos montantes aí previstos. Mas, note-se, essa redução não pode
originar valores inferiores aos previstos no Código do Trabalho.
264 ANTÓNIO AMADO
De acordo com a nova redação do artigo 366.º do Código do Trabalho (CT), é redu-
zido o montante das compensações devidas por cessação do contrato de trabalho, as
quais passam a corresponder a 20 dias de retribuição base e diuturnidades por cada
ano completo de antiguidade, de acordo com as regras de determinação seguintes:
É-nos dito também que “para salvaguardar as expectativas dos trabalhadores” relati-
vamente ao período decorrido até 31 de Outubro de 2012, o artigo 6.º da Lei n.º
23/2012 define que a compensação devida em caso de cessação de contrato cele-
brado antes de 1 de Novembro de 2011: em relação ao período de duração do con-
trato até 31 de Outubro de 2012, corresponderá a um mês de retribuição base e diu-
turnidades por cada ano completo de antiguidade, tal como previsto no artigo 366.º
do CT anterior à Lei n.º 23/2012; em relação ao período de duração do contrato
depois desta data, o montante da compensação já corresponderá ao previsto na nova
redação do artigo 366.º; sendo que, o montante total da compensação calculada não
poderá ser inferior a 3 meses de retribuição base e diuturnidades.
DISCORRENDO SOBRE AS TERCEIRA E QUARTA ALTERAÇÕES AO CÓDIGO DO TRABALHO 265
Por sua vez, o limite máximo da compensação não ultrapassará 12 vezes a retribui-
ção base mensal e diuturnidades do trabalhador ou 240 vezes a RMMG ou, ainda, o
valor calculado até 31 de Outubro de 2012 de acordo com o critério previsto no
antigo artigo 366º do CT, se este for igual ou superior.
Mas será mesmo assim? Será mesmo para salvaguardar as expectativas do trabalha-
dor?
Então o facto de uma pessoa ter dedicado 30 anos da sua vida a uma empresa deixa
de ser um factor na decisão de dispensa do mesmo? Poderá o legislador decidir tudo
em prol da retoma do crescimento e económico e criação sustentada de emprego? Ou
será apenas o alicerce para possibilitar a dispensa imediata a trabalhadores inadapta-
dos e com os quais não justifica gastar fundos em formação?
266 ANTÓNIO AMADO
Assim, aparentemente, somos levados a concluir que a lei veio tornar mais permis-
sivo o despedimento sem qualquer necessidade de justificação por parte da entidade
patronal, senão o alegar a extinção do posto de trabalho
A partir de agora, mesmo que não haja modificações no posto, o despedimento pode
avançar desde que se verifique "mudança substancial" da prestação do trabalhador e
esta se preveja definitiva. E aqui voltam a ser considerados os mesmos conceitos de
quebra de produtividade, avarias ou riscos para a segurança e saúde. A empresa tem,
neste caso, de informar o trabalhador da apreciação da actividade antes prestada,
demonstrando que houve alterações significativas. E, depois, tem de dar "ordens e
instruções" ao funcionário sobre a execução das tarefas, para o tentar corrigir.
Não esquecer no entanto, que a lei protege os trabalhadores com capacidade de tra-
balho reduzida, deficiência ou doença crónica das situações de inadaptação. Os tra-
balhadores que nos três meses anteriores tenham sido transferidos para o posto no
qual se verifica a inadaptação, só têm direito a voltar ao posto anterior se este não
estiver ocupado definitivamente.
Por outro lado, e ao nível da contratação colectiva, admite-se que nas empresas com
pelo menos 150 trabalhadores as associações sindicais possam conferir às estruturas
de representação coletiva dos trabalhadores os poderes para a celebração de conven-
ções coletivas.
Ou seja, quando estejam em causa empresas com, pelo menos, 150 funcionários, as
associações sindicais terão a possibilidade de delegar poder de negociação nas estru-
turas que representam os trabalhadores na empresa (como comissões de traba-
lhadores).Até agora, esta possibilidade só estava aberta no caso de empresas de
maior dimensão, com mais de 500 trabalhadores.
268 ANTÓNIO AMADO
Assim,
Ou seja, o montante a que o trabalhador teria direito nesse dia é o que ficará garan-
tido no dia em que for despedido, mesmo que isso aconteça anos mais tarde. O
mesmo acontece a quem tiver direito a uma compensação superior a 116.400 euros.
Já quem trabalha há menos tempo na mesma empresa, verá as duas parcelas do cál-
culo acumularem até atingirem o montante de 12 retribuições base. As novas regras
são imperativas sobre contratos de trabalho e IRCT já celebrados que prevejam valo-
res mais altos. As alterações prejudicam duplamente contratos a prazo anteriores a
Novembro de 2011 (os outros já estão ao abrigo das novas regras) porque a forma de
calcular o salário que serve de base à compensação também muda.
A Lei 47/2012
A Lei n.º 47/2012, de 29 de agosto, que entrou em vigor no passado dia 3 de Setem-
bro, procede à quarta alteração ao Código do Trabalho, aprovado pela Lei n.º
7/2009, de 12 de Fevereiro, alterada pelas Leis 105/2009, de 14 de Setembro,
53/2011, de 14 de Outubro, e 23/2012, de 25 de Junho, e pretende adequá-lo à Lei
n.º 85/2009, de 27 de Agosto, que estabelece o regime da escolaridade obrigatória
para as crianças e jovens que se encontram em idade escolar e consagra a univer-
salidade da educação pré-escolar para as crianças a partir dos 5 anos de idade,
vindo agora definir as condições em que se admite acumular algum tipo de trabalho
com os estudos bem como as sanções aplicar caso a lei seja desrespeitada
Na verdade, esta alteração legislativa tem como principal objectivo adaptar o regime
da contratação de menores ao disposto na Lei n.° 85/2009, de 27 de Agosto, que ao
regular o regime da escolaridade obrigatória para as crianças e jovens em idade
escolar prevê que "a escolaridade obrigatória cessa com a obtenção do diploma de
curso conferente de nível secundário da educação ou independentemente da obten-
ção do diploma de qualquer ciclo ou nível de ensino, no momento do ano escolar em
que o aluno perfaça 18 anos".
Neste sentido e tendo em conta o acima exposto, determina o n.º 1 do artigo 2º deste
diploma que são consideradas em idade escolar as crianças e jovens com idades
compreendidas entre os 6 e os 18 anos.
DISCORRENDO SOBRE AS TERCEIRA E QUARTA ALTERAÇÕES AO CÓDIGO DO TRABALHO 271
Por sua vez, o n.º 4 do mesmo artigo determina que a escolaridade obrigatória cessa:
a) Com a obtenção do diploma de curso conferente de nível secundário da educação
ou;
b) Independentemente da obtenção do diploma de qualquer ciclo ou nível de ensino,
no momento do ano escolar em que o aluno perfaça 18 anos.
É neste âmbito que são alterados o artigo 3.º da Lei n.º 7/2009, de 12 de Fevereiro e
os artigos 68.º, 69.º, 70.º e 82.º do Código do Trabalho (por sua vez aprovados pela
Lei n.º 7/2009, de 12 de Fevereiro), tendo sido aditada à respectiva redacção, como
excepção à proibição da contratação de menores, a situação de estar matriculado e a
frequentar efectivamente o ensino secundário, já que até aqui essa excepção assen-
tava apenas na conclusão da escolaridade obrigatória. Ou seja, a possibilidade de
contratação de menor fica mais facilitada.
- Por outro lado, o diploma contempla que a prestação de actividade de forma autó-
noma, por menor com idade inferior a dezasseis anos, só poderá ser efectuada se o
mesmo tiver concluído a escolaridade obrigatória ou se estiver matriculado e a fre-
quentar o nível secundário de educação e se se tratar de trabalhos leves, sendo este
ultimo requisito cumulativo com um dos anteriores;
- O contrato de trabalho, celebrado por menor que não tenha completado 16 anos de
idade, não tenha concluído a escolaridade obrigatória ou não esteja matriculado e a
frequentar o nível secundário de educação só é válido mediante autorização escrita
dos seus representantes legais;
nível secundário de educação é válido, excepto se houver oposição escrita dos seus
representantes legais;
Por exemplo, e sem querer discorrer sobre a totalidade do regime jurídico laboral
dos menores, estes beneficiam legalmente, de entre outros direitos, de dispensa rela-
tivamente à prestação de trabalho sob o regime de adaptabilidade, banco de horas ou
DISCORRENDO SOBRE AS TERCEIRA E QUARTA ALTERAÇÕES AO CÓDIGO DO TRABALHO 273
horário concentrado sempre que tais regimes, de acordo com exames médicos reali-
zados previamente, sejam prejudiciais à respectiva saúde ou segurança no trabalho.
No entanto, e por forma a concluir este pequeno artigo permitam que vos deixe com
o pensamento, em baixo transcrito, uma vez que face às continuas alterações legisla-
tivas que se vão vislumbrando no panorama jurídico português, temos receio que o
“mais legislativo” possa vir a tornar-se no “ menos legislativo”, no que à protecção
dos menores diz respeito: “ O combate à utilização indevida de trabalho menor é
crucial por forma a evitar o abandono escolar, especialmente em tempos de crise.”
Não condenamos as contínuas alterações, apenas nos questionamos se as mesmas
não virão a tornar-se maléficas para os visados por abrirem demasiadas excepções à
excepção da menoridade.
Bibliografia
Obs:
V. Declaração de retificação n.º 38/2012, de 2012-07-23
[DR I série Nº.121/XII/1 2012.06.25]
2012-07-23 | Retificação à lei (Publicação DR)
[DR I série Nº.141/XII/1 2012.07.23, Declaração de retificação n.º 38/2012]
Ética, Deontologia e Fair Play no Desporto
CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL *
Pierre Reverdy
Introdução
* Docente do ISMAT.
1
Constituição da Republica Portuguesa, anotada, Jorge Miranda, Tomo I, Coimbra Editora,
Coimbra, 2005, pág. 149
2
Por mera cautela balizamos o início deste domínio nos finais do sec. XIX, princípios do sec.
XX, com a criação das primeiras associações desportivas. Curiosamente não podiamos deixar
de aqui citar o Decreto 1.728 de 5 de Janeiro de 1925, o qual embora não se debruce directa-
mente sobre o exercício da prática desportiva, realça a sua importância.
276 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
Abraçar o tema da ética, deontologia e Fair Play, implica afastar todos os receios
iniciais que a temática suscita, porque sabemos, que se trata de uma matéria dema-
siado aliciante, actual, e transversal na nossa cultura.
Nesta esteira, observando as actividades que se realizaram no ano de 2012, que foi
desportivamente muito rico, e sem olvidar outras, frisemos as mais mediáticas, o
“Euro 2012”, ao que se seguiu o expoente máximo de realização de provas desporti-
vas os “Jogos Olímpicos”,3 para além de todas as outras provas de várias modalida-
des, que todos nós, de modo directo, ou indirecto, acabámos por nelas participar,
pelo que, impunha-se uma reflexão sobre a ética desportiva .
Neste domínio não nos esqueçamos também, da necessária credibilização dos clubes
e agentes desportivos, que nem sempre estão em consonância com a “ verdade des-
portiva” (“Honni soy qui mal y pense”), e a dignidade exigida, quer seja esta digni-
dade aferida pela conduta dos atletas, ou dos agentes que os promovem. E é tal a sua
violação, que hoje, é unanimemente aceite a necessidade de se regulamentar na
imposição de princípios éticos, e deontológicos de índole generalista, mas também
obrigatória e logicamente adaptadas a cada modalidade.
A ideia geral, desta necessidade de impor condutas levou a que a maioria dos gover-
nos, de todas as organizações internacionais e nacionais, e de todas as federações
criassem as condições necessárias para a estipulação de normas que abarcassem
condutas éticas, às quais, imprimiu-se a oficialidade necessária para que sejam res-
peitadas.
3
Os primeiros Jogos Olímpicos que se realizaram foram no ano 2500 AC na cidade de Olímpia,
na Grécia. Pensa-se que na sua origem, está a forma de agradecimento e louvor a Zeus, e para
os efeitos realizavam-se festas de cariz religioso e simultaneamente desportivo, de quatro em
quatro anos. A título de mera curiosidade, citemos, que estes jogos assumiam tanta importância
tal, que se os povos estivessem em guerra, paravam para nas Olimpíadas poderem participar.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 277
Embora hoje em dia já existam Códigos Internacionais sobre a ética desportiva, não
se pode falar facilmente numa codificação desportiva, ou mesmo num projecto uni-
forme de direito desportivo. A matéria em si mesma, levar-nos-ia a profundas refle-
xões, o que não é objectivamente, a intenção deste artigo, mas sim centrar a atenção
na análise de três conceitos, que entendo serem cada um deles objecto de uma certa
independência finalística, logo induzindo um resultado próprio, logicamente de
características singulares, e das práticas mais comuns anti-desportistas, o doping e
finalizando uma brevíssima referencia à corrupção.
Impõe-se assim, começar pelo sentido da expressão “ ética”, da qual retiramos logo a
sua finalidade, ou seja, a materialização por parte do Homem de conduta moral dig-
nificante, a qual enraíza-se nos costumes e na moral.
4
Carta Olímpica – Comité Olímpico de Potugal, art. 2º, Janeiro de 2000.
5
“A ética foi, e continua a ser a marca distititiva que sobressai na competição desportiva... é a
expressão prática de um comportamento pautado por regras de conduta morais e ordeiras”, Ana
Celeste Carvalho, O Desporto e o Direito – prevenir, disciplinar e punir, ed. Livros Horizonte,
Lisboa, 2001, pág. 15.
6
“De facto, é no Oriente sumério, egipcio e hebraico que o pensamento ocidental encontra a sua
raiz daquilo que o irá encaminhar para uma autêntica sabedoria... a reflexão ética começa a
formar-se no ambito dos Sec. V e VI a.C com o aparecimento da Filosofia”, Luís Araújo, Ética
– uma introdução, ed. I.N.C.M., Lisboa, 2005, pág. 54.
278 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
do critério ideal do Bem. Nesta perspectiva, entendia que o Bem, seria tão amplo,
como absolutamente vazio e formal, não dizendo nada acerca do conteúdo moral de
cada situação, sendo portanto inútil para diferenciar um acto corajoso, de um covar-
de.7 Se nos debruçarmos um pouco sobre a filosofia Aristotélica, talvez vejamos
melhor aquilo que efectivamente se pretende, ao atribuirmos à ética desportiva um
espaço diferenciado. Quero com isto dizer, que a ética não se reconduz a uma ideia,
de só se incutir a verdade, mas acima de tudo, acentuar os valores morais, os quais
terão necessariamente um sentido lato e abrangente, e não um monismo valorativo.
A ética desportiva, tem de assentar a tónica nos valores humanos básicos de qual-
quer vivência em sociedade, ou seja, na valoração da educação, e na valoração de
princípios.8
7
Aristóteles foi o primeiro filósofo a distinguir a ética da política, centrada a primeira na acção
voluntária e moral do indivíduo enquanto tal, e a segunda, nas vinculações deste com a comu-
nidade. Dotado de lógos, "palavra", isto é, de comunicação, o homem é um animal político,
inclinado a fazer parte de uma pólis, a "cidade" enquanto sociedade política. A cidade precede
assim a família, e até o indivíduo, porque responde a um impulso natural. Dos círculos em que
o homem se move, a família, a tribo, a pólis, só esta última constitui uma sociedade perfeita.
Daí serem políticas, de certo modo, todas as relações humanas. A pólis é o fim (talos) e a causa
final da associação humana. Uma forma especial de amizade, a concórdia, constitui seu ali-
cerce. Ética a Nicômaco Aristóteles Tradução: Pietro Nassetti
8
“... mas o ser humano é, como escreveu Aristóteles, um animal politico, por natureza a ética
não está separada da politica”, Luís Araújo, Ética – uma introdução, ob. cit., pag. 57.
9
Contemporaneamente sabe-se que é uma das teorias normativas, isto é, as escolhas são moral-
mente necessárias, proibidas ou permitidas. Foi Bentham, em 1834, que utilizou a expressão
para referir-se ao ramo da ética cujo objecto de estudo são os fundamentos do dever e das nor-
mas morais. De salientar ainda a deontologia Kantiana, que se fundamenta em dois conceitos
que lhe dão sustentação: a razão prática e a liberdade. Ainda na análise kantiana refira-se que a
perfeição moral só podia ser atingida por uma vontade livre. A deontologia também se refere ao
conjunto de princípios e regras de conduta – os deveres – inerentes a uma determinada profis-
são. Assim, em cada actividade profissional há uma deontologia própria que regula o seu exer-
cício, normalmente sob a denominação de Código de Ética.
10
O primeiro Código de Deontologia foi elaborado nos Estados Unidos da América na área
médica, pelo filósofo e médico Tomas Percival, em 1803, que publicou o Código de Ética
Médica. Ainda neste domínio, a título de mera curiosidade, cite-se que o Código de Hamurabi,
em 1780 a.C. já apresentava normas de conduta médica, e o mais conhecido o juramento de
Hipócrates. De referir, ainda o Juramento de Asaf, no sec. VII, que revela influências hipocráti-
cas nas suas orientações sobre a não administração de venenos ou abortivos na realização de
cirurgias, o não cometimento de adultério e o sigilo profissional.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 279
No tocante à actividade desportiva, a qual assenta nos dias de hoje numa preocupa-
ção excessiva (diria, quase que única) no conceito de vitórias, esquecendo-se os seus
agentes, e a própria sociedade, que à vitória também pode estar associada a vergonha
e desonra, sem olvidar as perdas, designadamente de ordem individual, social, e até
patrimonial. É um dado adquirido que a ética, “consiste portanto, no conjunto de
valores morais existentes, e que condena todas as práticas anti-desportivas”.11 Neste
sentido e por isso, defendemos que a ética está intimamente ligada ao conceito mais
simples do ser humano, ou seja, à verdade como pilar do comportamento e formação
humana, e sob pena de nos repetirmos, a deontologia indicia o dever de cumpri-
mento de regras de conduta social, as quais não se esgotam nas normas impostas.
11
Ana Celeste Carvalho, O Desporto e o Direito, ob. cit., pág. 18.
280 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
AS INTENÇÕES DO CÓDIGO
4. O Código está essencialmente centrado no fair play nas crianças e
nos adolescentes, que serão os praticantes e vedetas do desporto de
amanhã. No entanto, o Código dirige-se às instituições e aos adultos
que têm uma influência directa ou indirecta sobre o envolvimento e a
participação dos jovens no desporto.
5. O Código engloba a noção do direito das crianças e dos adoles-
centes de praticar um desporto e dele tirar satisfação, e a noção da
responsabilidade das instituições e dos adultos como promotores do
fair play e garantes do respeito destes direitos.
Permitam-me realçar desde já, uma certa timidez na sua feitura, pela utilização da
expressão “... declaração de intenção ...”, embora a terminologia da sua qualificação
jurídica seja a de “Código”. Foi assim conforme nele é referido, intenção muito
profícua dos governos em criar um código, e daí talvez surgisse a possibilidade de se
proceder à introdução rigorosa de princípios vinculadores de critérios formais. Isto é,
a declaração de intenções certamente poderia integrar qualquer estudo preliminar
com o mesmo nome, quero dizer «Declaração de intenções», mas um código, certa-
mente que terá de ir mais longe.
Diz o Código
Pretende-se com o Fair Play desportivo, mais do que respeitar regras, abarcar o saber
estar, o saber individual (mesmo em desportos colectivos), alimentar-se a interacção
social, preconizar-se acima de tudo um modo de estar.
Mas será, que sem uma política educacional forte, enraizada em valores referenciais
podemos impor políticas de desporto? Tenho dúvidas.
A ética desportiva, de modo algum poderá ser imposta a uma sociedade, ou desvin-
cular-se da ética da própria sociedade. Não afasto, pelo contrário alimento a ideia de
que por via de comportamentos éticos desportivos, devem os seus agentes incutir a
jovens e crianças, e mesmo a adultos valores educacionais.
Torna-se assim necessário, fazer crescer os nossos atletas com condutas de saber
estar, de saber viver, de saber respeitar, para depois de as interiorizar, sabe-las cum-
prir. Isto é, numa provocação intelectual, diríamos que, numa primeira fase estare-
mos perante regras éticas, na segunda teremos regras deontológicas, e por fim atingi-
remos o Fair Play.
realização dos mesmos com segurança”; o Dec. Lei 248-B/ 2008 de 31 de Dezem-
bro, que veio regulamentar a Lei de Bases da Actividade Física e do Desporto, e pela
Lei 5/2007, de 16 de Janeiro, que “ veio estabelecer um conjunto de orientações às
federações desportivas, as quais apontam para a necessidade de se proceder a uma
extensa reforma relativamente à organização e funcionamento destas organizações,
assente em novos princípios e valores, reflectindo acrescidas exigências éticas, para
que aquelas possam responder, com eficácia, aos novos desafios com que estão con-
frontadas”; e a Lei 19/2008 de 21 de Abril que aprova medidas de combate à corrup-
ção.
Ou seja, o desporto deve ser desenvolvido sob os princípios da ética, sob os princí-
pios da igualdade de todos os participantes, mas acima de tudo sob o espírito da
Verdade, sob pena de se descredibilizar.
No n.º 2 deste mesmo artigo, encontramos o dever que o Estado tem no sentido de
prevenir, e punir práticas que violem qualquer manifestação anti desportiva, desig-
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 283
Claro que o desenvolvimento da prática desportiva tem duas vertentes, uma que deve
ser incutida aos atletas do ponto de vista educacional e de sociedade, não nos esque-
çamos de que existe, até em cada modalidade, um multiculturalismo por parte dos
seus agentes, e a outra no tocante ao seu cumprimento de regras técnicas na quali-
dade de praticantes de cada modalidade. Isto é, os atletas só têm uma finalidade
ganhar, qualquer desporto é acima de tudo competição, e assim sendo, compete ao
atleta apresentar-se com uma disciplina mental rigorosa, para que possa ser um cum-
pridor do normativismo técnico a que está obrigado.
Abrindo um breve parêntesis, esta última matéria, leva-nos a uma questão técnica
complicada, que é a fronteira, em caso de infracção ou conflito de questões estrita-
mente desportivas. É conhecida a denominação jurídica de “Justiça desportiva”, a
qual é muitas vezes difícil e indefinida, isto é, em contraposição com matérias de
natureza técnica.12 Vejamos, a Lei 5/2007 no art. 18 º refere expressamente que:
12
Durante mais de três décadas a jurisprudência dos tribunais comunitários e a prática decisória
da Comissão Europeia convergiram na conclusão de que o direito comunitário só se aplica ao
desporto na medida em que este constitua uma actividade económica. Consequente e correlati-
vamente, foi-se solidificando a premissa de que as “regras puramente desportivas”, destituídas
de carácter económico, ficam fora do escrutínio do direito comunitário. O referido percurso de
três décadas não foi, todavia, isento de um problema que ameaçou eternizar-se: a definição
daquilo que se deve entender por “regra puramente desportiva”. Na verdade, este conceito foi
sucessivamente densificado de múltiplas formas, não necessariamente coincidentes, no seio e
entre diversos “actores comunitários”. A Comissão Europeia começou por definir regra “pura-
mente desportiva” como a regra “limitada ao estritamente necessário para atingir o objectivo de
assegurar a incerteza dos resultados” (Van Miert, 1997, citado em Alexandre Mestre, “Meca-
Medina: O fim de um problema e o início de outro”, Revista da Associação Portuguesa de
Direito Desportivo, Crónica n.º 10, 2007). Depois, definiu-a como aquela “questão não econó-
mica, conexa com a natureza específica do desporto” (caso Mouscron, 1998). Por seu turno, o
Tribunal de Primeira Instância das Comunidades Europeias (TPI), no famoso caso Meca-
Medina, entendeu que as “regras puramente desportivas” são aquelas “inerentes à organização e
ao bom desenrolar da competição desportiva e, enquanto tais, são alheias à actividade econó-
mica” (Meca-Medina, 2004). No mesmo aresto, o TPI avançou igualmente que estas regras
“por natureza escapam ao direito comunitário”, porque “não prosseguem qualquer objecto eco-
nómico”, antes um objecto “intimamente ligado ao desporto. – Alexandre Mestre, “Meca-
Medina”, ob. cit.
284 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
13
Toda a legislação desportiva, e de todas as modalidades encontra-se no site do Instituto Portu-
guês do Desporto e da Juventude IPDJ I.P. que é no nosso país a entidade que visa a execução
da política para as áreas do desporto e da juventude, em estreita colaboração com todos os entes
públicos e privados, designadamente com organismos desportivos, associações juvenis, estu-
dantis e autarquias locais. Tem como função principal a promoção e formação do desporto e da
juventude.
14
“A maioria das sanções disciplinares desportivas nascem desde logo no terreno de jogo, sendo a
maior parte delas (grossa fatia a dos “cartões” / admoestações...) isentas de qualquer contesta-
ção imediata possível, começando porém a produzir também os seus efeitos no momento ime-
diato em que se verifica”. Rui Alexandre Silva, “Da infracção disciplinar à sanção disciplinar
na regulamentação desportiva”, in O Desporto e o Direito, ob. cit., pág. 61.
15
Ac. do STA de 24-09-21010, Recurso Jurisdicional do Cons. Jurisdicional da Federação Portu-
guesa de Golfe, proc. n.º 0295/10.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 285
Ainda nesta matéria, o Regime Disciplinar das Federações Desportivas Lei 112/99
de 3 de Agosto, dispõe no artigo 1:
16
Durante a realização do Euro 2012, o Comité de Controlo e Disciplina julgará o processo
disciplinar instaurado à federação croata, por comportamentos racistas dos seus adeptos durante
o encontro com a Itália A filiada croata é acusada de “conduta imprópria” dos seus adeptos,
incluindo “símbolos e cânticos racistas”.
Da Federação Portuguesa de Rugby: 2.3 Ser honesto em todas as situações, nomeadamente nas
relações com todos os intervenientes da Academia do CAR, assim como com eventuais equipas
adversárias. // 2.4 Ser sempre solidário. // 2.5 Ter confiança e atitude positiva. // 2.10 Ter sem-
pre Fair Play, cumprindo as leis de jogo, aceitando as decisões do árbitro, respeitando-o assim
como o adversário. // 2.11 Ser responsável fora de campo, comportando-se como um despor-
tista, nomeadamente em relação ao consumo de álcool ou outra substâncias, ao tabaco e às
horas de sono. // 2.12 Manter hábitos de vida saudáveis e ter comportamento ético e desportista
que sejam exemplo da sua condição de cidadão/desportista e da modalidade.
17
Código de Conduta: 2.3. Ser honesto em todas as situações, nomeadamente nas relações com
todos os intervenientes da Academia do CAR, assim como com eventuais equipas adversárias.
// 2.4 Ser sempre solidário. // 2.5 Ter confiança e atitude positiva. // 2.10 Ter sempre Fair Play,
cumprindo as leis de jogo, aceitando as decisões do árbitro, respeitando-o assim como o adver-
sário. // 2.11 Ser responsável fora de campo, comportando-se como um desportista, nomeada-
mente em relação ao consumo de álcool ou outra substâncias, ao tabaco e às horas de sono. //
2.12 Manter hábitos de vida saudáveis e ter comportamento ético e desportista que sejam
exemplo da sua condição de cidadão/desportista e da modalidade.
18
PARA O BEM-ESTAR DO CAVALO: A Federação Equestre Internacional (FEI) exige que as
Federações Nacionais e todos os envolvidos no desporto equestre internacional sigam este
Código de Conduta e considerem que o bem-estar do cavalo deve ser prioritário em todas as
situações e estar acima de qualquer influência competitiva ou comercial. // 1. Em todas as eta-
286 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
Mas, tal como refere o Comité Internacional para o Fair Play “o espírito desportivo
não é uma noção que diz apenas respeito ao desporto, mas o próprio princípio de
toda a coexistência e de toda a cooperação entre os Homens. Todo o Homem deve-
ria ter a possibilidade de fazer desporto no quadro do espírito desportivo”.
Como nos diz Olímpio Bento “ Fundamentais no terreno da ética são também a
generosidade, a paciência e a interminável esperança que nos impulsiona em todos
os recomeços. De resto já Pierre de Coubertin nos aconselhava a ter paciência e
esperança, porque os dias da história são longos.
O ensaio de uma reflexão sobre a ética, deontologia e Fair Play desportivos, certa-
mente ficaria incompleta, ou mesmo esvaziada de conteúdo se não nos debruçásse-
mos um pouco sobre algumas práticas, que infelizmente traduzem comportamentos
anti-desportivos, designadamente, um dos mais mediáticos – o doping.26
A) Doping27
25
Jorge Olimpio Bento, “Do homo sportivus: entre a utopia e a preocupação”, in Povos e Cultu-
ras, ed. Centro de Estudos dos Povos e Culturas de Expressão Portuguesa – Universidade Cató-
lica, n.º 9, 2004, pág. 37.
26
O doping, é objecto de regulamentação internacional e nacional, não só no âmbito governamen-
tal, mas todas as federeções têm normas juridicas próprias sobre a matéria.
27
“Sem se encontrar ligada directamente ao desporto, a palavra doping surge pela primeira vez
em 1889 no dicionário inglés como prática de dar aos cavalos ópio ou outras drogas. É a partir
de 1933, que a palavra é aceite a nível internacional, ainda que, sempre considerada em termos
gerais anti-desportivos”, Sérgio Nuno Castanheira, O fenómeno do doping no desporto – O
atleta responsável e o irresponsavel, ed. Almedina, Coimbra, 2011, pág. 17.
288 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
Saliento uma questão que certamente nos tem de deixar uma profunda reflexão a
qual transcrevo: “... Há uma questão central a partir da qual se organiza todo o pen-
samento desportivo – Qual o lugar do corpo, nos dias de hoje?”.30
O primeiro registo de um atleta que ingeriu químicos para aumentar a sua capaci-
dade física reporta a 1904 Thomas Hicks. Este atleta ganhou a maratona, e para o
efeito recorreu a grandes doses de conhaque e estricnina, para conseguir aguentar o
desgaste físico que a maratona exige.31 Sabemos no entanto, que a sua pratica
remonta aos primórdios dos Jogos Olímpicos gregos, no ano 750 a. C., que na altura
procedia-se à ingestão de carne e sangue para os atletas aumentarem a sua resistência
física. A título de curiosidade, a sua dosagem e qualidade variava consoante a moda-
lidade que praticavam, por exemplo, os saltadores comiam carne de cabra, os lança-
dores comiam carne de touro, e os lutadores carne de porco. Assim como, na Roma
antiga os atletas romanos tomavam drogas de efeito purificante, e os próprios cava-
los nas corridas ingeriam na ração o hidromel para aumentar a sua resistência.32
28
São designadamente: os estimulantes; narcóticos; canabinóides; agentes anabolizantes; hormo-
nas peptídicas; beta-2 agonistas; diuréticos e outros agentes mascarantes; glucocorticosteróides;
dopagem sanguínea; manipulação farmacológica, química e física; álcool; beta-bloqueantes.
29
Sidónio Serpa, Dopagem e Psicologia, ed. Bertrand, Centro de Estudos e Formação Desportivo,
Lisboa, 2002, págs. 11 a 17.
30
Paulo Cunha e Silva, “O corpo, laboratório da performance desportiva”, in Em Defesa do Des-
porto – mutações e valores em conflito, ed. Almedina, 2009, pág. 358-390.
31
Depois disso parece que por volta de 1936 os atletas da Alemanha Nazi já usavam os primeiros
esteróides à base de testosterona, e em 1954,houve alguns rumores que durante o campeonato
do Mundo de levantamento de pesos os desportistas soviéticos também se socorreram de tes-
tosterona.
32
António S. Ramos Gordillo, Dopage y Deporte, Antecedentes y Evolución, Universidad de las
Palmas de Gran Canaria, Las Palmas, 2000, págs. 22 a 25
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 289
na América latina o uso das folhas de Coca, cujo efeito, para além de ser muito esti-
mulante, diminui o cansaço físico.
33
Sumariamente trata-se da preparação laboratorial de células humanas que permitem reacções
endógenas que ajudam a uma melhor performance física. Ou seja, a formação de uma substân-
cia dopante do próprio corpo. Como essa produção é fisiológica, não exigindo a ingestão ou
injecção de substâncias proibidas, o doping genético é invisível e indetectável, e há quem o
entenda como ainda mais eficaz.
34
Nos Jogos Olímpicos, desde que há registo de controle tem-se verificado um aumento do nume-
ro de atletas com resultados de análises positivos, ex: J.O. Atlanta (1996) 2; J.O. Sydney (2000)
10; J.O. Atenas (2004) 25; J.O. Pequim (2008) 21.
35
Lance Armstrong é muito admirado em todo o mundo, pelo facto de ter conseguido conquistar
por sete vezes consecutivas o Tour de France, após ter-se recuperado de uma doença do foro
oncológico, além da sua luta pelo apoio às vítimas da doença.
36
O primeiro controlo de doping foi realizado em 1968, na primeira volta a Portugal em bicicleta.
290 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
doping de que foi alvo. Não alheio às críticas que se lhe teceram na altura, as suas
quedas durante as provas, invulgarmente excessivas, geraram sempre as conclusões
obvias das suas análises, ou seja, das cinco vezes que foi decretado vencedor da
Volta à Portugal (entre 1969 e 1973) em duas foi anulado o título de vencedor pelo
resultado positivo de doping.
Antes de mais, sublinhe-se que a luta antidopagem, para além de defender o “espírito
desportivo”, pela verdade do desporto, e pela igualdade entre todos os participantes,
atende-se também a um valor jurídico que não pode ser esquecido, o da saúde dos
atletas.
37
Aprovou a Lei Antidopagem no desporto, adoptando para a ordem juridica interna as regras
estabelecidas no Código Mundial Antidopagem, publicada no Diário da Républica, I Série, n.º
166 (e que veio revogar a Lei 27/2009 de 19 de Junho). Veja-se a nossa nota n. 39, sobre a evo-
lução legislativa no nosso país nesta matéria.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 291
c) Os modelos práticas, e soluções para as várias áreas do doping elencam uma serie
de recomendações, e pareceres da WADA – Agencia Mundial Anti-Dopagem, no
sentido de recomendar a todos os governos que harmonizem as legislações, e proce-
dam a políticas uniformes e legislação.39
38
Porque o hipismo é o único desporto com animais citamos a título de exemplo o preconizado
pela sua federação internacional a este respeito “Doping and the inappropriate use of normal
medications present a serious threat to the integrity and reputation of our sport, because they
give athletes an unfair advantage and threaten the welfare of horses. Therefore, it is the respon-
sibility of the entire equine community: athletes, veterinarians, grooms, managers, coaches,
owners, officials, and our National Federations to join together to help combat doping and the
inappropriate use of medications through better education and increased vigilance. // Equestrian
sport is a unique case of a sport that involves animal and human athletes working together as a
team. The FEI’s Clean Sport Campaign is a coordinated effort at many levels to provide all our
stakeholders with the information and tools necessary to address the issue of doping and inap-
propriate medication usage head on. We hope the campaign will also serve as a call to action to
all to reaffirm their commitment to fair play and horse welfare. The concept of Clean Sport is
about much more than a new list of prohibited substances and a new rulebook. It’s also about
better judgment, professionalization of the officials that regulate our sport and consistency of
decisions.”
39
“São consideradas como violações das normas antidopagem: 2.1 A presença de uma Substância
Proibida, dos seus Metabolitos ou Marcadores, numa amostra recolhida a partir de um prati-
cante desportivo. 2.1.1 É um dever pessoal de cada praticante desportivo assegurar que não
introduz no seu organismo nenhuma Substância Proibida. Os praticantes desportivos são res-
ponsáveis por qualquer Substância Proibida, ou os seus Metabolitos ou Marcadores que sejam
encontrados nas suas Amostras orgânicas. Deste modo, não é necessário fazer prova da inten-
ção, culpa, negligência ou do Uso consciente por parte do Praticante desportivo de forma a
determinar a existência de uma violação das normas antidopagem nos termos do Artigo 2.1.
[Comentário: Para efeito das infracções às normas antidopagem que envolvam a presença de
uma Substância Proibida (ou dos seus Metabolitos ou Marcadores), o Código adopta a regra
da responsabilidade objectiva consagrada no CAMO e na grande maioria dos regulamentos
292 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
O nosso sistema, como já adiantamos estabeleceu estes princípios pelo regime jurí-
dico da luta contra a dopagem pela alteração legislativa a Lei 38/2012 de 28 de
Agosto.40 A presente Lei divide-se em seis Títulos: I – Disposições gerais, II – Auto-
ridade Antidopagem; III – Controle da dopagem; IV – Protecção de dados; V –
Regime sancionatório; VI – Disposições finais.
Desde logo, constituem deveres do praticante “... assegurar que não introduz ou é
introduzido no seu organismo qualquer substância proibida, ou que não existe recur-
so a qualquer método proibido”, conforme se estatui no art. 5º , o que nos leva a
uma outra consideração mais profunda, sobre o consentimento ou não do atleta.
Se é facilmente aceite que qualquer praticante desportivo, mesmo sendo menor pos-
sa ser responsabilizado no caso de lhe ser detectada na análise de doping pela qual-
quer substancia proibida, certo é, que inúmeras vezes, o atleta ou desconhece o que
lhe está a ser administrado, ou sabendo, vê-se numa posição que não tem alter-
nativa.41 Ou seja, preconizamos no nosso ordenamento a regra da AMA, de respon-
sabilizar o atleta mesmo por condutas de terceiros.
Sem ser objecto deste trabalho, não deixamos de aqui expressamente referenciar,
apenas para eventual, e futura reflexão o disposto no artigo 149.º do Código Penal
“Consentimento” 1 - Para efeito de consentimento a integridade física considera-se
livremente disponível. 2 - Para decidir se a ofensa ao corpo ou à saúde contraria os
bons costumes tomam-se em conta, nomeadamente, os motivos e os fins do agente
ou do ofendido, bem como os meios empregados e a amplitude previsível da ofensa.
Cada praticante deve assim assegurar-se que não introduz, ou lhe é introduzido qual-
quer substância proibida, mas também, a responsabilidade pode ser afastada nos
casos de a substancia proibida, ou os seu marcadores ou metabolitos não excederem
os limites quantitativos estabelecidos.43
De acordo com o art. 12º e ss. da Lei 38/2012 de 28 de Agosto as federações des-
portivas são obrigadas a adoptar nos seus regulamentos o controle de dopagem, o
qual deve especificar as regras e orientações estabelecidas na presente lei, e da
ADoP,44 bem como a definição dos métodos a aplicar aos seus atletas, e sanções
disciplinares.
42
Ora há um caso muito célebre e curioso nesta matéria, obviamente que nos referimos ao caso
Nuno Assis, cuja sentença do Tribunal Arbitral do Desporto (TAD), puniu Nuno Assis por
doping, aplicando-lhe uma pena de suspensão de um ano, contra a decisão do Conselho de Jus-
tiça da Federação Portuguesa de Futebol em 2006. A F.P.F. entendia que se teria de provar que
o (então) arguido teria ingerido voluntariamente a substância. Ainda sobre este processo a
salientar o Parecer da Procuradoria Geral da Republica de 2006.
43
Cfr. o preconizado nos artigos 5º e 6º n. 3 do diploma . De referir que a lista de susbtancias
proibidas nos humanos, é revista anualmente, e publicada no Diário da República. A última
Portaria que foi publicada n.º 1325/ 2010 de 30 de Dezembro, consta do D.R. 1ª Série, n.º 232 –
aprova a lista de susbtancias e métodos proibidos no âmbito do Código Mundial Anti-Dopa-
gem, para 2011.
44
A AdoP – Autoridade Antidopagem em Portugal – é uma organização nacional, com funções
de controle, de elaboração e aplicação do Programa Nacional Antidopagem, emitir pareceres,
estudar e propor medidas, emitir recomendações, etc., vg art.º 16, 17 e 18 º da Lei.
294 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
O regime sancionatório estabelecido na lei pode ainda ser considerado ilícito crimi-
nal, ilícito de mera ordenação social, disciplinar, conforme já foi referido. Em qual-
quer caso, o atleta que por motivos de saúde ingerir qualquer tipo de medicação
terapêutica terá de previamente informar, e obter uma autorização, para ser, no caso
de controle, justificável a presença que elementos químicos, dopantes ou não.
45
As presunções naturais são aquelas que reultam da experiência, como refere Rui Rangel, “trata-
se de um juízo de probabilidade em relação ao facto presumido”, O Ónus da Prova no Processo
Civil, Almedina, Coimbra, 2010, pág. 246.
46
“A culpa é hoje como um juízo que assenta no nexo existente entre o facto e a vontade do
autor”, Antunes Varela, Das Obrigaçoes em Geral, Vol. I, ed. Coimbra, Coimbra, 2000, pág.
566.
47
“Não deixa de ser verdade que por qualquer razão o praticante não conseguir criar no espirito
do julgador essa dúvida insanável, ele será punido disciplinarmente sem se ter feito prova abso-
luta da sua culpa... No que ao regime disciplinar do doping diz respeito, todos os interesses em
jogo são dignos de salvaguarda, e não há dúvidas de que a consagração de uma presunção pode
levar a determinadas injustiças, nomeadadamente nos casos em que um praticante desportivo
inocente não consegue provar, by a balance of probability, a ausência de culpa”, Sérgio Nuno
Castanheira, O fenómeno do doping no desporto, ob. cit., págs. 257 e 260.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 295
Como ultima referência nesta temática, todos sabemos que o doping embora seja
uma das grandes preocupações do poder politico, das organizações internacionais,
etc., e por mais célere que seja a tentativa de se criarem procedimentos de combate,
certo é que infelizmente não se consegue acompanhar a forma, a utilização das subs-
tancias e/ou métodos usados.
B) Corrupção
48
Art. 44 e ss .
49
De acordo com os artigos 49º e ss. A instauração dos processos de contra-ordenação compete
também à AdoP, bem como as coimas. Das suas decisões caberá recurso para o Tribunal Arbi-
tral do Desporto. O processamento e a sua aplicação susbidiáriamente regem-se pelo DL
433/82 de 27 de Outubro, alterado pela Lei 109/2001 de 24 de Dezembro.
296 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
Nos dias de hoje, sabemos que não está divorciado da realidade desportiva, o fenó-
meno da corrupção, sobretudo na alta competição, e desporto profissional.
Foi um tribunal constituído para tentar colmatar uma lacuna que se sentia no âmbito
desportivo, e tem uma jurisdição ampla a todos os desportos. Constituído em 1984,
dele fazem parte actualmente oitenta e sete países, e a sua sede é em Nova Iorque
(E.U.A.), com uma delegação em Sidney.
50
Revogou o Decreto-Lei n.º 390/91, de 10 de Outubro, com excepção do art. 5, que foi poste-
riormente revogado pela Lei n.º 27/2009, de 19 de Junho.
ÉTICA, DEONTOLOGIA E FAIR PLAY NO DESPORTO 297
51
Relembramos aqui o célebre caso de Carlos Queiroz imposto pela Autoridade Antidopagem de
Portugal, por “alegada” perturbação de uma acção de controlo de doping durante o estágio de
preparação para o Mundial 2010 da selecção portuguesa de futebol. Em causa esteve a pena de
seis meses de suspensão que lhe foi aplicada pela ADoP. Pelo seleccionador foi solicitado ao
TAS a suspensão desta decisão, cujos efeitos imediatos o impediam de exercer. O TAS deu
procedência aos argumentos de Carlos Queiroz no seu primeiro recurso, suspendendo os efeitos
da punição da ADoP.
52
Competirá ao Tribunal Arbitral do Desporto conhecer os litígios emergentes dos actos e omis-
sões das federações desportivas com utilidade pública desportiva, das ligas profissionais, de
outras entidades desportivas, bem como os casos de justiça desportiva laboral, por exemplo,
averiguar se um despedimento foi efectuado de forma lícita ou ilícita... Será um mecanismo de
arbitragem voluntária para os demais conflitos, designadamente conflitos de direito privado,
por exemplo, questões conexas com direitos de imagem, patrocínio desportivo, direitos de
transmissões televisivas.
298 CRISTINA ALVES BRAAMCAMP SOBRAL
Conclusão