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RESUMEN DEL TEMA 4: FUENTES DE LUZ. EMISIÓN LÁSER.

Radiación emitida por partículas cargadas aceleradas.

Los campos eléctrico y magnético correspondientes a la radiación emitida por un


dipolo eléctrico oscilante situado en el origen y orientado en la dirección Z, en
condiciones de campo lejando (r>>) son:

𝑘 2 𝑝0
𝐸⃗𝑅 = − 𝑠𝑒𝑛𝜃 𝑒 𝑖(𝑘𝑟−𝜔𝑡) 𝑢
⃗𝜗
4𝜋𝜖0 𝑟

𝜇0 𝑘𝜔𝑝0
⃗𝑅 =−
𝐵 𝑠𝑒𝑛𝜃 𝑒 𝑖(𝑘𝑟−𝜔𝑡) 𝑢
⃗𝜑
4𝜋𝑟
Ambos tienen una dependencia con la distancia como 1/r, y con el ángulo
formado con el eje Z como sen.

El promedio del vector de Poynting correspondiente a estos campos, relacionado


con su producto vectorial, es el siguiente:

𝜇0 𝜔4 |𝑝0 |2
〈𝑆〉 = 2 2
𝑠𝑒𝑛2 𝜃 𝑢
⃗𝑟
32𝜋 𝑟 𝑐
El vector de Poynting muestra que:

- Existe un flujo de energía en la dirección radial.


- La intensidad decae como 1/r2.
- La radiación emitida es máxima en el plano perpendicular a la dirección en la
que está oscilando el dipolo (eje Z).
- La radiación emitida es cero en la dirección del dipolo (eje Z).

De manera análoga, si tenemos una única partícula con carga q realizando un


movimiento armónico oscilatorio en el eje z´ y con una aceleración a = -ω2 z´, se puede
demostrar que el vector de Poynting correspondiente a la radiación que emite es:

𝑞 2 [𝑎]2
𝑆= 𝑠𝑒𝑛2 𝜃 𝑢
⃗𝑟
16𝜋 2 𝜖0 𝑐 3 𝑟 2

En esta expresión, [a] corresponde al valor de la aceleración evaluada en el


tiempo retardado (t - r/c), es decir, en el instante en que se generó la radiación.

La expresión muestra que toda partícula cargada acelerada emitirá radiación.

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Radiación térmica: el cuerpo negro.

Un material que se encuentre en equilibrio a una temperatura T va a generar


movimientos oscilatorios de las nubes electrónicas de los átomos que lo componen que
darán lugar a la emisión de radiación electromagnética. El análisis de las características
de esta radiación de origen térmico se puede abordar a partir del estudio de la radiación
emitida por un cuerpo negro.

Un cuerpo negro es un objeto que absorbe toda la luz que le llega.


Experimentalmente puede conseguirse con una cavidad pintada de negro interiormente
y con un pequeño orificio. La radiación que escape de esa apertura es la radiación del
cuerpo negro y estará relacionada con la densidad total de energía de la radiación
presente dentro de la cavidad, u:

𝑢 = ∫ 𝑢𝜈 𝑑𝜈
0

siendo uν la densidad espectral de energía por intervalo de frecuencia.

Si se integra la radiación total emitida por el orificio se obtiene que la intensidad


total emitida será:
𝑢𝑐
𝐼=
4
siendo la intensidad espectral por intervalo de frecuencia:
𝑢𝜈 𝑐
𝐼𝜈 =
4
Puede demostrarse que el número total de modos de radiación estacionarios por
unidad de volumen y por intervalo de frecuencia en el interior de una cavidad de forma
arbitraria es:

8𝜋 2
𝑔𝜈 = 𝜈
𝑐3
Si se aplica el principio de equipartición de la energía, que indica que cada grado
de libertad de un sistema tiene asociada una energía kT (siendo k la constante de
Boltzmann), se obtiene que la intensidad radiada por un cuerpo negro sería:

2𝜋𝜈 2 𝑘𝑇
𝐼𝜈 =
𝑐2
Esta expresión, conocida como ecuación de Rayleigh-Jeans, es correcta para
valores de frecuencia bajos, pero predice un incremento de intensidad radiada con la
frecuencia que es completamente contrario a la evidencia experimental. Esta
contradicción, conocida como “catástrofe ultravioleta”, fue resuelta por Planck,

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asumiendo que la energía asociada a cada modo en la cavidad estaba cuantizada y era
un múltiplo entero de una cantidad mínima, hν, denominada fotón, donde h es la
constante de Planck. Asumiendo estas hipótesis, se obtiene la expresión para la
intensidad irradiada por un cuerpo negro, conocida como ecuación de Planck, que está
en perfecto acuerdo con las observaciones experimentales:

2𝜋ℎ𝜈 3 1
𝐼𝜈 = 2 ℎ𝜈
𝑐 𝑒 ⁄𝑘𝑇 − 1
Esta expresión ya predice que la intensidad emitida tiene un máximo y se hace
despreciable para valores de frecuencia elevados. Se trata de un espectro continuo y el
valor de la frecuencia que corresponde al máximo de intensidad emitida es:

2,82 𝑘𝑇
𝜈𝑚á𝑥 =

fórmula conocida como la ley de Wien. Esta ley muestra que al incrementarse la
temperatura los cuerpos radian a frecuencias cada vez mayores. Para valores de T del
orden de RT, la emisión está centrada en el IR. A medida que incrementamos la T de los
objetos varios cientos de grados, comienzan a emitir una pequeña fracción en el visible.
El sol tiene un máximo de emisión en el visible que corresponde a una T de su superficie
de alrededor de 6000 K.

Por último, integrando la expresión de Planck para todas las frecuencias se


obtiene la ley de Stefan_Boltzmann:

𝐼 = 𝜎𝑇 4

siendo σ = 5,67 x 10-8 w/m2K4.

Emisión y absorción atómica y molecular.

Desde el punto de vista de la mecánica cuántica, las transiciones electrónicas


entre los niveles de energía discretos de los átomos dan lugar a espectros de emisión de
radiación electromagnética característicos de cada átomo. Si un átomo tiene un electrón
en un estado excitado, puede relajarse a su estado fundamental emitiendo un fotón de
energía IE2 – E1I. De modo complementario, la absorción de fotones estará condicionada
por las energías de los estados electrónicos involucrados en el proceso. De este modo,
los espectros de emisión y absorción están determinados por la estructura electrónica
de los materiales y resultan de mucha utilidad para estudiarla experimentalmente.

Las moléculas, además de los niveles energéticos asociados a los estados


electrónicos, también tienen niveles relacionados con los estados de vibración y
rotación de los átomos que las componen. Las energías típicas de los estados

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electrónicos están en el eV (lo que corresponde a radiación en el visible / UV, aunque
pueden subir a los keV, para niveles electrónicos profundos, en la zona del espectro de
RX). Por su parte, los estados moleculares vibracionales tienen energías en el entorno
de 10-1 eV (en el IR cercano) y los estados moleculares rotacionales se caracterizan por
energías en el rango de 10-2 eV (IR lejano y microondas).

El fenómeno según el cual un sistema excitado se relaja emitiendo luz recibe el


nombre de luminiscencia. Según cuál sea el mecanismo utilizado para generar el estado
excitado, se pueden distinguir distintos tipos de luminiscencia: fotoluminiscencia
(fluorescencia/fosforescencia), quimio/bioluminiscencia, electroluminiscencia,
radioluminiscencia, termoluminiscencia…

Coherencia longitudinal. Coherencia temporal.

Hasta ahora se ha estado trabajando con ondas planas monocromáticas. Al hacer


esto se ha asumido que la emisión de luz es producida de forma continua, es decir, el
oscilador que genera la onda vibra de forma continua en el tiempo sin parar. Esta es una
situación irreal. Las fuentes de luz suelen emitir de forma coherente durante un tiempo
limitado. Los osciladores que producen las ondas electromagnéticas (por ejemplo,
dipolos atómicos o transiciones electrónicas) tienen un tiempo de vida que suele estar
determinado por el entorno (choques entre moléculas, o procesos de amortiguamiento)
o por el propio proceso de desexcitación electrónica que produce la emisión de
radiación (tiempo de relajación). Nuestra percepción es que la luz se emite de forma
continua, pero, en realidad, la fuente emite y re-emite luz cada cierto tiempo. En cada
re-emisión, la fase inicial es aleatoria (emisión espontanea) de manera que esa re-
emisión no tiene una relación de fase determinada con las emisiones anteriores, es
decir, las re-emisiones son incoherentes con las emisiones previas. El efecto que este
fenómeno produce en las interferencias se puede estimar utilizando un modelo sencillo
que simule la emisión real de una fuente de luz:

Este modelo consiste en suponer que las emisiones de la fuente son


monocromáticas, de frecuencia , pero se producen durante un tiempo característico
, denominado tiempo de coherencia, al cabo del cual se produce la emisión de otro
tren de ondas de igual frecuencia y duración, pero fase diferente, sin relación con la
anterior:

   

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La longitud de coherencia, lc, corresponde a la longitud del pulso en el que no hay cambio
de fase aleatorio es:

𝑙 𝑐 = 𝑐 ∙ 𝜏𝑜

Dado que una onda monocromática plana es solución de la ecuación de ondas,


cualquier suma arbitraria de ondas planas es también solución de esta ecuación. Una
suma de ondas planas no es más que una suma de Fourier. Esto quiere decir que el pulso
de onda de duración finita  puede expresarse como suma de ondas monocromáticas
planas. Los coeficientes para cada onda plana se determinan haciendo la transformada
Fourier de la onda f(t):
𝜏𝑜 𝜏𝑜
𝑒 −𝑖𝜔𝑜 𝑡 𝑠𝑖 − ≤𝑡≤
𝑓(𝑡) = { 2 2
0 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑠𝑜𝑠

𝜏𝑜 /2
1 2 sin[(𝜛 − 𝜛𝑜 )𝜏𝑜 /2]
𝑔(𝜛) = ∫ 𝑒 𝑖(𝜛−𝜛𝑜 )𝑡 𝑑𝑡 = √
√2𝜋 −𝜏𝑜 /2 𝜋 𝜛 − 𝜛𝑜

La transformada g() es máxima cuando  =  y decae rápidamente a medida


que la frecuencia  se aleja de . Como es una función sinusoidal los primeros ceros
estarán relacionados con la anchura de la función espectral g(). Estos ceros son:

2
 = 0 
0

Es decir, el pulso de ondas es en realidad una suma de muchas ondas


monocromáticas (tren de ondas) cuyas frecuencias van desde − hasta +.
En otras palabras, afirmar que el pulso no tiene duración ilimitada equivale a decir que
la fuente no es estrictamente monocromática, de modo que se genera una indefinición
o incertidumbre,  , en la frecuencia asociada al pulso de onda cuyo valor es 1/0 .
Además, como  / =, podemos escribir que lc = De esta manera queda
relacionada la longitud de coherencia con la incertidumbre en la longitud de onda (o en
la frecuencia) del pulso de onda, es decir, con la anchura espectral de la fuente.

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Láser.

La palabra LASER proviene del acrónimo inglés “Light Amplification by Stimulated


Emission of Radiation”. Las fuentes de radiación láser se caracterizan por una emisión
de un grado de coherencia longitudinal muy elevado (con longitudes de coherencia que
pueden ser del orden de los 102-103 km, muy superiores a los mm habituales de las
fuentes ordinarias), altamente monocromática, colimada, polarizada y que puede llegar
a ser muy intensa.

El láser es un sistema oscilador óptico compuesto por tres elementos:

- Medio amplificador con inversión de población.


- Fuente externa de energía (bombeo).
- Cavidad óptica resonante.

Una condición necesaria para conseguir la amplificación óptica que se requiere


para obtener la emisión láser es la existencia de inversión de población. Para discutir
este concepto supongamos que un átomo tiene una serie de niveles discretos E1, E2, E3…,
siendo N1, N2, N3… los átomos por unidad de volumen existentes en cada nivel. En
equilibrio térmico se cumplirá la distribución en energía de Boltzmann:
−𝐸2
𝑁2 𝑒 ⁄𝑘𝑇
=
𝑁1 𝑒 −𝐸1⁄𝑘𝑇

Por tanto, en condiciones de equilibrio, si E2 > E1  N2 < N1.

Si llamamos A21 a la probabilidad de que se produzca espontáneamente una


transición de E2 → E1 por unidad de tiempo con la emisión de un fotón, el número de
fotones espontáneos emitidos por segundo será N2 A21.

Además de este mecanismo espontáneo de emisión, en presencia de radiación


de frecuencia ν = IE2 – E1I/h, existe un mecanismo adicional de emisión de radiación
conocido como emisión estimulada, cuya probabilidad por unidad de tiempo viene dada
por el coeficiente B21. El número de transiciones estimuladas que emitirán un fotón será
proporcional a este coeficiente, al número de átomos en el estado excitado y a la
densidad de fotones de frecuencia ν: N2 B21 uν.

Por su parte, la probabilidad de que tenga lugar una transición en el sentido


opuesto, E1 → E2 mediante la absorción de un fotón por unidad de tiempo viene dada
por el coeficiente B12 y el número total de procesos de absorción por unidad de tiempo
será: N1 B12 uν.

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En equilibrio, la tasa de transiciones E2 → E1 debe ser igual a la tasa de
transiciones E1 → E2, por lo que:

𝑁2 𝐴21 + 𝑁2 𝐵21 𝑢𝜈 = 𝑁1 𝐵12 𝑢𝜈

Por tanto:

𝑁2 𝐴21
𝑢𝜈 =
𝑁1 𝐵12 − 𝑁2 𝐵21

𝐴21 1
𝑢𝜈 =
𝐵21 (𝐵12 ) 𝑒 ℎ𝜈⁄𝑘𝑇 − 1
𝐵21

Para que esta expresión coincida con la de Planck correspondiente al cuerpo


negro debe cumplirse que:

𝐵12 = 𝐵21

𝐴21 8𝜋ℎ𝜈 3
=
𝐵21 𝑐2

A los coeficientes A21, B12 y B21 se les denomina coeficientes de Einstein.

En las fuentes ópticas térmicas habituales los procesos de radiación espontánea,


que generan emisiones de fase aleatoria incoherentes, dominan ampliamente frente a
la radiación estimulada. Sin embargo, en los láseres se puede conseguir que los procesos
de emisión estimulada sean dominantes.

Supongamos que tenemos un medio por el que atraviesa radiación. Como se


acaba de ver, el número de emisiones estimuladas por segundo será proporcional a N2
B21 uν, mientras que el número de absorciones por segundo será N1 B12 uν. Dado que B12
= B21, para que los procesos de emisión estimulada > procesos de absorción debe
cumplirse que N2 > N1. Esta condición, contraria a la distribución normal de población
atómica en una distribución en equilibrio térmico, es lo que se conoce como inversión
de población, es decir, que haya más átomos en el estado excitado que en el relajado.
Si se cumple esta condición, habrá más emisión estimulada que absorción y la radiación
será amplificada, produciéndose un incremento de intensidad. Además, los fotones
emitidos mediante el proceso estimulado son copias idénticas de los fotones presentes
en el medio, debido a que las nubes electrónicas replican al fotón que estimula la
radiación, por lo que tienen la misma energía, fase, dirección y polarización que los
fotones del medio.

Puede demostrarse que la variación de la intensidad de la luz que atraviesa el


medio en función de la distancia x sigue la expresión:

𝐼𝜈 = 𝐼0𝜈 𝑒 𝛼𝜈 𝑥

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siendo la ganancia máxima:

ℎ𝜈
𝛼𝑚á𝑥 = (𝑁 − 𝑁1 )𝐵12
𝑐Δ𝜈 2
La ganancia de intensidad a medida que el haz avance por el medio se conseguirá
si α > 0, lo que implica que se dé la inversión de población, N 2 > N1, ya mencionada. En
caso contrario, dominará la absorción y no se producirá la amplificación de intensidad.

Con el fin de estabilizar esta inversión de población contraria al equilibrio térmico


debe recurrirse a una fuente externa de energía, conocida como bombeo, que puede
ser de varios tipos:

1) Bombeo óptico, excitación por fotones, como en el caso del láser de estado
sólido de rubí.
2) Bombeo electrónico, como los láseres de gas con plasma, como en el caso del
láser de Ar, o los basados en semiconductores y uniones p-n.
3) Bombeo por colisiones atómicas, como las formadas por mezclas de dos tipos de
gas, como el láser de He-Ne.
4) Bombeo por reacciones químicas que dan lugar a productos excitados.

Finalmente, el tercer componente necesario para la obtención de emisión láser


es una cavidad óptica resonante. Básicamente, consiste en dos espejos paralelos
enfrentados en el medio de los cuales se sitúa el material amplificador óptico con
inversión de población. Dependiendo de las dimensiones de la cavidad resonante, se
pueden estabilizar modos longitudinales estacionarios de radiación cuya frecuencia
debe cumplir la condición:
𝑐
𝜈=𝑚
2𝑛𝐿
donde m es un número entero, n el índice de refracción del medio y L la dimensión de
la cavidad, es decir, la separación entre los espejos. Si el primero de ellos tiene una
reflectancia R = 1 y el segundo tiene un valor de R<1, por este último espejo podrá salir
una parte de la radiación amplificada en el interior de la cavidad. Esta fracción de
radiación que escapa de la cavidad por el espejo con R<1 es la que corresponde a la
emisión láser del dispositivo, tal y como se observa en el esquema de la figura 1.

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Figura 1. Esquema de la cavidad óptica en la que se genera la emisión láser.

Las características de la emisión láser son tan especiales que el número de


aplicaciones de los dispositivos láser es enorme: corte, soldadura y tratamientos
térmicos en procesos industriales, medicina, almacenamiento óptico de información
(CD, DVD, Bluray), holografía, comunicaciones y fibras ópticas, sensores ópticos,
interferometría (incluyendo la detección de ondas gravitacionales), preparación de
láminas delgadas, sistemas de litografía óptica, pinzas ópticas, trampas de átomos,
sistemas de fusión nuclear, estudios dinámicos en escalas de femtosegundos…

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