Você está na página 1de 7

1-Comentario de texto:

El fragmento que vamos a comentar pertenece al capítulo noveno del libro


VI de la Física de Aristóteles. En este capítulo Aristóteles nos habla del
movimiento circular como movimiento primero. Para ello hace una
recopilación sobre cómo los filósofos anteriores han tratado el problema de
determinar el primer movimiento y es dentro de este contexto donde nos
aparece este fragmento. Aristóteles habla aquí de las teorías que sobre
este tema tienen los atomistas. El texto presenta rasgos característicos del
estilo del Estagirita, con frases que comienzan con tiempos verbales en
tercera persona del plural como, afirman, dicen, ninguno de ellos piensan;
haciendo así alusiones imprecisas y referencias a personajes omitidos. Este
recurso es típico en Aristóteles, y le permite un distanciamiento de las
opiniones ajenas. De este modo, puede hacer uso de ellas de una manera
desmarcada. Sabemos también que Aristóteles adecua su propia
terminología a las doctrinas de los pensadores anteriores, intentando así
acoplar dichas doctrinas con sus propias teorías. En este texto nos
encontramos con la expresión movimiento local, un término que sería
aristotélico, ya que no parece que los atomistas utilizaran este concepto.

El fragmento viene precedido por un comentario acerca del pensamiento


de Anaxágoras y de Empédocles sobre sus respectivas opiniones con
relación al tema del primer movimiento. La teoría atomista sobre esta
cuestión es lo que se nos presenta en el texto seleccionado. Del mismo modo
que la mayoría de los filósofos presocráticos buscan una n´, un principio
o en otros casos, una relación de fuerzas que explique el origen de las
causas de lo que hay en la naturaleza, los atomistas afirman que son los
átomos y el vacío los que constituyen las causas de las naturalezas
materiales. Según la teoría atomista los átomos y el vacío han existido
siempre y dado que estos son los que producen el movimiento, aseguran que
también éste ha existido siempre. Pero los atomistas no entran a establecer
cuál es el porqué de la causa primera del movimiento. Los atomistas creen
que el movimiento es eterno y que siempre ha existido. Para ellos este
movimiento que producen los átomos está determinado, pues dicen que todo
acontece según razón y necesidad.

En el texto se nos dice que “todo movimiento se cumple en el vacío” ; como


ya hemos dicho antes los atomistas afirman que todo está formado por
átomos y vacío. Recogiendo la tradición parmenídea hablan de los átomos
como el ser, y del vacío como el no ser. Los átomos son partículas
indivisibles que forman todas las cosas materiales, donde no hay átomos

1
dicen que está el vacío. Es así como explican que toda la realidad está
formada por los átomos y el vacío. El vacío vendría a ser un espacio no
ocupado donde los átomos se mueven, y puesto que todo está formado por
átomos, y los átomos se mueven en el vacío, todo movimiento que se
produzca, se producirá en el vacío. Por otro lado la referencia al movimiento
local como ya hemos advertido antes, parece una expresión de terminología
aristotélica y la distinción de movimientos que supondría aceptar esta
matización, no parece estar muy clara en la concepción atomista.

Se nos habla después de movimientos, que se producen en la naturaleza


como “crecer, disminuirse y alterarse”, y se afirma que estos fenómenos
están producidos por “la agregación o disgregación de los cuerpos
invisibles”. Los “cuerpos invisibles” a los que aquí se refiere, son los átomos.
Invisibles porque nuestra percepción no alcanza a conocerlos y por tanto su
conocimiento se alcanza por medio de la razón, del mismo modo que las ideas
platónicas, pues estos son tan inteligibles como aquellas. La disgregación y la
agregación que aquí se nombra, se producen dado que los átomos, en su
continuo movimiento llegan a chocar unos con otros. De modo que al tener
cada uno por su propia naturaleza, distintos tipos de formas, en ocasiones
se quedan enganchados, se acoplan y cuando esto sucede con muchos de
ellos, decimos que crean un cuerpo o hacen crecer a otro. Sería algo así
como una especie de puzzle cuyas piezas, que serían los átomos, van
chocando hasta que algunas acaban encajando de forma aleatoria. En el caso
contrario, si una fuerza exterior y superior choca con un cuerpo ya
formado, logra dispersar los átomos y desuniéndolos, se obtiene un cuerpo
nuevo o uno alterado.

Podemos decir que este fragmento encierra una síntesis de lo que es la


teoría atomista sobre la formación, la composición de los cuerpos y el
movimiento que estos realizan.

2-Compara el status y la fundamentación de la matemática que sostienen


Platón y Aristóteles.

La comparación sobre cómo comprenden o cómo utilizan Platón y


Aristóteles las matemáticas, puede resultar un tanto compleja debido a que
sus opiniones respecto a esta ciencia están enmarcadas en contextos
doctrinales distintos. No obstante vamos a tratar de explicar en primer

2
lugar estos puntos de vista diferentes para poder entender mejor la
comparación que vamos a exponer.

Platón sitúa las matemáticas dentro de un programa de aprendizaje y de


educación propedeútico. Es una ciencia necesaria, que todo filósofo debe
conocer para completar el camino hacia el conocimiento. Platón coloca las
matemáticas un paso por detrás de la dialéctica, que lleva al filósofo a
conocer las formas y las ideas en sí. En cambio el trato que Aristóteles hace
de las matemáticas es, digámoslo así, analítico. Es decir, Aristóteles se
dedica únicamente a tratar de explicar en que consiste la ciencia
matemática, sobre que trabaja y cuales son sus usos. Y lo hace como
trataría cualquier otra ciencia o disciplina, como con la física, por ejemplo.
Por tanto el análisis que hace de ella no tiene ninguna intención especial, ni
está enmarcada dentro de un proyecto concreto, como sí lo hace su
maestro.

Las concepciones que con respecto a las matemáticas tienen Platón y


Aristóteles son diferentes, pero sí encierran algunas similitudes que vamos
a tratar de exponer. Estas similitudes no deben extrañarnos, a pesar de que
tradicionalmente, siempre se ha tenido a estos dos filósofos como
portadores de doctrinas casi antagónicas. No debemos olvidar que se trata
de maestro y discípulo y que por tanto es normal que compartan algunos
rasgos comunes.

El objeto de las matemáticas según nos dice Aristóteles, son realidades


que no existen en las cosas sensibles, pero que al mismo tiempo no pueden
existir separadas del mundo material. Nos dice que esta ciencia trata como
separadas realidades que no lo son, una ciencia que es de lo inmóvil y de lo
no separado de la realidad. La matemática trabaja sobre conceptos
producidos a partir de lo sensible y que por tanto dependientes de las cosas
materiales. Es una ciencia que de algún modo no podemos clasificar como
exclusivamente dentro del ámbito de lo sensible, pero del mismo modo,
tampoco únicamente dentro de lo que llamamos intelectible. Es por esto por
lo que determinar con precisión su naturaleza resulta difícil. Esta idea, que
puede resultar un tanto confusa, nos hace pensar en como Platón presenta
las matemáticas en el capítulo VI de la República, cuando nos habla del símil
de la línea. Las matemáticas platónicas son el paso último que el filósofo
tiene que dar para llegar a la contemplación de las ideas. El dialéctico, el
filósofo que ha llegado a esta contemplación de las formas en sí, ya no
participa de un conocimiento sensible. Las matemáticas situadas como ya
dijimos antes, en un escalón inferior a la dialéctica, participan todavía del

3
conocimiento de lo sensible. Según Platón las ideas matemáticas, que
podíamos comparar con aquello de lo inmóvil de lo que nos habla Aristóteles,
no se dan en el mundo sensible(el círculo perfecto, el cuadrado de lados
iguales, etc.), pero estas ideas, estos principios matemáticos, se alcanzan a
partir del trabajo con las cosas de este mundo y por lo tanto su
conocimiento trata sobre lo sensible. Para Platón, las matemáticas son algo
intermedio entre el mundo sensible y el mundo inmaterial de las ideas.
Podríamos decir que hay en las matemáticas, tal y como la conciben ambos
filósofos, un lazo que las une a lo sensible pero que, al mismo tiempo, ayudan
al pensamiento a separarse de lo material.

En este sentido es en el que podríamos hablar de abstracción. Aristóteles


concibe las matemáticas, los entes matemáticos como seres que existen por
abstracción. Utiliza el término abstracción utilizando el sentido más literal
de la palabra en griego, s, que significa resta. Este término es el
que el Estagirita utiliza para explicar como la matemática sólo tiene en
cuenta algunos de los aspectos de la realidad y se fija en características
muy determinadas de los objetos sobre los que trabaja. De este modo, las
matemáticas prescinden de cualidades sensibles que percibimos de forma
casi simultánea, el olor, el color, si el objeto es suave o rugoso, blando o
duro, etc. Las cualidades en las que se fija son otras que requieren además
del uso de la mente, el volumen, la longitud, el peso, la anchura... Para Platón
esta abstracción, que ensalza el ejercicio de la mente y del intelecto, acerca
a aquel que conoce las matemáticas, a las ideas, que podríamos considerar
como abstracciones puras, y posiciona a esta ciencia como la segunda
doctrina más importante para llegar al conocimiento de las formas en sí, en
ese camino educativo que plantea en la República. Si bien el concepto de
abstracción no es el mismo en ambos filósofos, sí tienen en común la idea de
que este “ejercicio” de la mente, potencia el intelecto pero a la vez está
ligado a lo sensible.

Podemos concluir diciendo que si bien es cierto que las opiniones y el


trato que lo dos filósofos dan a las matemáticas no tienen una clara
similitud, hemos de admitir también, que existen algunos rasgos importantes
que sí comparten y que acercan un poco estas dos visiones que, en principio,
tenemos por muy distintas.

4
3-Pregunta sobre el clásico: La forma, situación y estado de la Tierra en el
tratado del cielo de Aristóteles.

La posición y situación de la Tierra y también su forma la encontramos


explicada en el capítulo catorce del libro II de El tratado del cielo. En el
capítulo anterior Aristóteles ha ido recogiendo las distintas teorías de los
antiguos filósofos con relación a esta cuestión, señalando principalmente el
testimonio de los pitagóricos. Recoge también otras opiniones como la de
Tales o la de Anaxímenes, para luego refutarlas.

Respecto a la situación de la Tierra, Aristóteles la sitúa en el centro del


universo. Aristóteles piensa que la Tierra tiende a situarse en el centro del
universo porque es un cuerpo pesado se desplaza en línea recta buscando el
centro. Para hacer esta afirmación Aristóteles se basa en que, en el caso de
que la Tierra no estuviera en el centro, tendería a posicionarse allí, dado que
ese es su lugar natural. Aristóteles piensa que todos los cuerpos del
universo tienden a su centro, y así mismo la Tierra, ya que de no ser así y la
Tierra oscilara en otras direcciones, su movimiento sería antinatural. Por
tanto el lugar de la Tierra es el centro del universo. Esta posición de la
Tierra hace que su centro coincida con el del universo. Debido a que la
Tierra está situada en el centro y teniendo en cuenta que cualquier otro
tipo de movimiento de distanciamiento respecto a este, sería antinatural,
Aristóteles afirma que la Tierra permanece inmóvil. Por tanto su estado es
de permanencia inmóvil, esta argumento es reforzada por el hecho de que
los astros se levantan y esconden siempre por los mismos lugares de la
Tierra.

Respecto a su figura Aristóteles nos dice que esta es esférica. Y esto es


así porque no puede ser de otro modo, dado que los cuerpos que hay en la
Tierra tienden de forma natural hacia su centro. Así los cuerpos más
pesados comprimen a los menores en dirección al centro, y cumpliéndose
esto en todos los cuerpos desde los extremos hasta el centro, el cuerpo que
se forma, es decir la Tierra, resulta similar por todas partes, teniendo
necesariamente una forma esférica, pues los extremos estarán todos a la
misma distancia del centro.

Distingue Aristóteles entre materia y forma a la hora de concebir un


objeto. Materia es la potencia de la cosa, la capacidad de realizarse, la
forma es la esencia de la cosa, aquello que hace a la cosa ser lo que es uy
aquello que es común en varios hombres, es por tanto al mismo tiempo

5
universal y sujeto. Esto sucede al identificar forma con entidad o esencia.
La forma no se da sin la materia y la materia no existe más que en una
forma. Esto hace que querer reconocer ese universal que es la forma sólo se
pueda hacer en compañía de la materia lo cual es reconocerlo en un
particular, y sólo en un particular. La esencia se sitúa en el particular en
tanto que se identifica con la forma y dado que ésta sólo puede darse en un
particular, esto es en un compuesto de materia y forma. Materia y forma
son dos conceptos que distinguimos en un particular y que sólo se dan
conjuntamente en él. Por tanto se distingue en un solo objeto dos conceptos
que lo forman, dos conceptos que sólo se pueden reconocer en un caso
particular en una experiencia dada y por tanto la distinción al ser conceptual
no puede nunca identificarse plenamente con el hecho o la cosa. La
diferencia con Platón es que este sitúa esa esencia de cada cosa en una
dimensión diferente a la de la experiencia, en ese mundo ideal de las ideas y
las formas paradigmáticas y llama a esto realidad y a la experiencia copia.
Aristóteles sólo reconoce aquellos conceptos de forma y materia en el
particular pero en tanto que son conceptos tienen que ser situados,
pensados fuera de la experiencia. Por tanto ambos autores se sirven de
conceptos, de distinciones creadas a partir de la razón para explicar la
realidad si bien el método es diferente el fin es el mismo. El problema es
siempre la adecuación del pensamiento con la realidad. En tanto que
separamos, distinguimos en los objetos diversas características estamos
analizando desde nuestra razón y por tanto siempre habrá una para
inadecuación con respecto a la realidad. “ Llamo forma a la esencia de cada
cosa esto es a su identidad primera”. La forma no se genera pero si el
compuesto de materia y forma ya que toda generación tiene materia y si la
forma no se da en una materia en un compuesto de ambos, no se conoce. Se
genera la esfera de bronce pero no la esfera ni el bronce”.

Para tratar de definir mejor lo que son materia y forma Aristóteles habla
de la generación, de esta manera trata de situar estos dos conceptos. Toda
generación es un movimiento, un paso de unas formas una materia a otra.
Para ello la materia y la forma deben ser preexistentes. Las cosas se
generan a partir de la privación de materia, por tanto la materia ha de
preexistir. Pues el sustratato es de una materia con una detrminada forma a
otra materia con una nueva forma. Una generación es un cambio de la forma
de la materia. La forma es la configuración de lo sensible. El origen de la
producción esta en la forma si la producción es por arte la forma está en el
alma del agente productor, si es por naturaleza en la forma física. A la
primera se la llama pensamiento, la otra es producción natural.

6
La crítica a las ideas paltóniocas tiene su origen en la distinción
terminológica, idea para platón eidos para aristóteles. El segundo no acepta
que la idea este seoarada de la materia, la forma es inerente a la cosa. Si la
esencia de caballo es una distinción de caballo tendrá que haber una esencia
de la esencia. Si la idea no es lo mismo que la cosa, lo bueno en sí no sería
bueno, sería otra cosa. Si la idea está separada del ser no se conocerá y por
tanto no existirá. Si son formas separadas no tendrán cpomo la forma en la
generación, causalidad

Você também pode gostar