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Bernand, Carmen.
História do Novo Mundo : Da Descoberta à Conquista,
uma Experiência Européia, 1492-1550 / Carmen Bernand e
Serge Gruzinski; tradução de Cristina Murachco. - São Pau-
lo: Editora da Universidade de São Paulo, 1997.
Bibliografia.
ISBN: 85-314-0101-1
92-1982 CDD-980
-Bíreitos-reservados-ft—•
Edusp - Editora da Universidade de São Paulo
Av. Prof. Luciano Gualberto, Travessa J, 374
6° andar - Ed. da Antiga Reitoria - Cidade Universitária
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Parte I
Os MUNDOS ANTICOS
1. Antes da Invasão 21
2.1492 65
3. Sonhos Atlânticos 101
4. A Terra e o Alto-Mar 141
5. O Eco do Novo Mundo 187
6. A Europa Imperial 217
Parte It
O Novo MUNDO
"•irTfâ-Teítardiíntesêfica 271
2. A Conquista do México 313
3. Nascimento da Nova Espanha 355
AS PORTAS DÀ AMÉRICA
OVIEDO
Cuba, 1517. Bernal Díaz dei Castillo estaria pensando nas proezas de
Amadis, olhando para o mar? Nas promessas de expedições longínquas em
terras ricas? Ou em Medina dei Campo, a cidade onde nasceu? O cheiro
suave das estiráceas havia-se dissolvido. O sol do meio-dia consumira os
"vapores da terra" dos fogos acesos pelos indígenas para abrandar o fres-
cor dá noite. O silêncio era quebrado apenas pelos grunhidos de u m por-
co que fuçava o campo de um indígena esgotado que mal tinha forças para
espantar o animal. Na baía, alguns postes demolidos apontavam por cima
das ondas, únicos vestígios das criações de peixes que outrora os naturais
m a n t i n h a m . Cortejos de flamingos rosas, "iguais a rebanhos de carneiros
coloridos de ocre vermelho", passavam nas águas salgadas. Indiferente à
mancha de sangue que avançava sobre o mar, Bernal Díaz dei Castillo não
esquecera sua primeira experiência, a expedição que ele conduzira três
'ãnõ"s a n t e s ' n o l i t ò r à l d ó Pãnãm'á7õ pesadelo da Castela de Ouro, os ho-
m e n s atolando nos pântanos com gases envenenados. Os guerreiros ves-
tidos de seda que tinham agonizado de languidez ou que m o r r e r a m de
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1. LÍIS Casas (1986), t. II, p. 511: "Es cosa de ver cuando se comienzan a colorar, que como siempre están
500 y 1000 juntas no parecen sino greyes de ovejas senalndas o almagradas; comunmente no andan
volanclo como Ias grullas, sino que siempre o casi siempre están en Ia mar, todas Ias zancas o piernas
metidas en ei agua salada, los pies en el suelo, que no les Ilegue a la pluma el agua"; H. Colón (1984),
p. 168; Avalle-Arce (1990), pp. 133-135, 38; Saenz de Santa Mana (1984), p. 128.
2. Las Casas (1967), t. I, p. 15: "mantlo la dcscubría el Almirante y la conlemplaba, decia delia maravillfts".
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3. Um povo como os guanches ou os negros da Cuiné, Chaunu (1969a), pp. 211, n. 1, 213,121, 190.
4, Chaunú (1969a), pp. 2'24-229.
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10. Oviedo (1547), fól. Lr 1 : "Era el exercício principal de los Índios desta ysla [...] mercadear y trocar unas
cosas por otras, no con la nstucia de nuestros mercaderes, pidiendo por lo que vale un real mucho
mas, ni haziendo juramentos para que los simples los crean; sino muy al revés de todo esto y desati-
nadamente porque por maraviila miravan en que valiesse tanto lo que les davan como lo que ello»
bolvían en precio o trueco; sino teniendo contentamiento de la cosa por su passatiempo, davan lo
que valia ciento por lo que no valia diez ni aun cinco", XLVv* "porque capas no Ias trayan ni tampoco
tenían Ias cabezas ni Ias tienen como otras gentes, sinon de tan rezios y gruesos cascos quel princi-
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pai aviso que los christianos tienen quando con eflos pelean, es no darles cuchilladas en la cabeza
porque se rompen Ias espadas. Yassí como tienen el casco grueso, assí tienen el entendimiento bes-
tial y mal inclinado como adelante se dirá de sus ritos y cerimonias y costumbres...", XXVv2 (m cante);
H. Colán (1984), p. 94: "les parecia que por ser nuestras eran dignas de rochp aprecio por teper.como
cosa cierta que los nuestros fuesen gente bajada dei eielo y por ello anhelabàn que les qiiedasé alguna
cosa suya como recuerdo"; p. 211: "[el hambre] fue tan grande que muchos [csjmnolcs], como caribes,
querían comerse los Índios que llevaban; y otros, por ahorrar lo poco que les quedaba, eran de pare-
cer que se les tirase al mar"; De Rebus- Cislis (1971), p. 323; Cabeza de Vaca (1977)., p. 77.
11. H. Colón (1984), pp.165-166, lSü, 203, 167: "llegó a los navios un índio muyjoven diciendó que se
queria ir a Castilla, Detrás d e £1 vinieron muchos parientes suyos y otras personas en sus canoas,
rogSndole con grandes instnnclns que se volviese a la isla; pero no pudieron apartalo d e su propósi-
to, Antes bien, para no ver Ias lágrimas y loi gemidos de sus hermanai. se puso en parte donde nadie
pudiera verlo. Maravillado el Almirante de la constancin de este indio, mandá se le tratam muy bien''.
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13. Oviedo (1547), fól. XXVIr"; Chaunu (1969b), p. 129; Pagden (1982), pp. 30-31.
14. H. Coión (1984), p. 176; "Mataron ocho lobos marinos que dormían en la arena y cogieron también
muchas palomas y otras aves; pofque no estando habitada aqueila isleta, ni los animales acostumbrados
a ver hombres, se dejaban matar a paios".
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[...] perto das construções de Isabela, numa rua, apareceram duas fileiras de
pessoas, como dois coros de homens que pareciam ser todos nobres e cortesãos, bem
vestidos, com a espada do ladó e cobertos com capas de viagem como aquelas que
eram usadas, naquela época, na Espanha; surpreso, aquele ou aqueles para os quais
' essa visão aparecia perguntaram-se de que forma aquelas pessoas tão novas e tão bem
vestidas tinham desembarcado lá sem que ninguém, na ilha, nada soubesse; saudaram-
nos perguntando-lhes quando tinham chegado e de onde vinham; os viajantes respon-
deram em silêncio levando a mão até o chapéu para responder à saudação e tiraram,
junto com ele, a cabeça do corpo; ficavam sem cabeça e desapareciam"1.
19. Oviedo (1547), fól. XVlIIr5; Las Casas (1986), t. 1, pp. 377-378: "por aquellos edifícios de la Isabela
en una calle aparecieron dos rengleras a manera de dos coros de hombres que parecían todos como
gente noble y dei palacio, bien vestidos, cenidas sus espadas y rebozados con tocas de camino de las
. que entonces en Espana se usaban; y estando admirados aquel o aquellos a quien esta visión parecia,
cómo habían veniclo allí a aportar gente tan nueva y ataviada sin haberse sabido en esta isla dellos
nada, saludándoles y preguntándoles cuándo y de d â n d e venían, respondieron callando, solamente
echando mano a los sombreros para los resaludar, quitaronjuntamente con los sombreros las caberas
„de sus cuerpos, quedando descabezados y desaparecieron; de Ia cual visión quedaron los que Io vieron
cuasi muertos y por muchos dias penados y asombrados".
20. H. Colón (1984), pp. 260-261: "Mirad los hijos dei Almirante d e los mosquitos, de aquél q u e ha
descubierto tierras de vanidad y engano para sepulcro y miséria de los hidalgos castellanosl [...] Tanto
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era sLI descaro que si el rey Católico salía, lo rodeaban todos y los cogían en médio, gritando: jPaga,
Pagai»
21. Oviedo (1547), fól. XXIIIv11: "como pudo bivir o escapar hombre de todos ellos mudándose a tierras
tan apartadas d e sus pátrias y dexando todos los regalos de los manjares con q u e se criaron y
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OCEANO ATLÂNTICO
desterrándose de los deudos y amigos y faltando las medicinas.,.1 Chaunu (1969a), pp. 190,-201-213;
La Torre Villar (1974), p. 51. O caso das filhas Suárez, vindas de uma família que aparentemente não
teve sucesso em sua instalação em Granada, é conhecido graças a López de Gomara (1542), fól. IIIr";
Schâfer (1935), p. 23.
286 HurÓlilA DO NOVÜ MUNDO .
25. Lockhart e Schivartz (1983), pp. 65-67; Chaunu (1969a), pp. 213-214; Oviedo (1547), fôl. XXr", XVII r":
"por Ia mayor parte en los hombres que exercitan el arte de la mar, ay mucha falta en sus personas y
entendimiento para las cosas de la tierra porque, demás de ser por la mayor parte gente baxa y mal
doçtrinada, son çobdiciosos e inclinados a otrosviçios assi como gula.y.luxuria y rapina y mal sufridos",.
iiL, fól. XXIII r a , XIXv": "en estas tierras nuevas donde por conservar la companía de los poços se ha
d e disimular muchas veces las cosas que en otras partes seria delicto no castigarse", itl., fól. XXr°; Gerbi
(1978), p. 390; Las Casas (1986), T. II, p. 546.
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26. Chaunu (1969a), p. 229; H. Colón (1984), p. 178: em 1494, Colombo foi tomado pela modorra, l a cual
d e golpe le privó de la vista, de los otros sentidos y de la memória".
27. Chaunu (1969a), p. 224; Las Casas (1967), t. I, pp. 93, 38; Oviedo (1547), fól. XXv1, XLVIIr": "sé que
ya algunos christianos Io usavan, en especial los que estavan tocados dei mal de las bubas porque dizen
los tales que en aquel tiempo que están así transportados no sienten los dolores de su enfermedad
[...] Al presente muchos d e los negros de los que estan en esta ciudad y en la ysla toda han tomado
la misma costumbre y crian en las haziendas y eredamientos de sus amos esta yerva", iiL, fói. XUXva.
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28. Las Casas (1967), t. 1, pp. 93, 94; Oviedo (1547), fól. XXIr», XVHIr": "Aquellos primeros espanoles que
por acá vinieron quando tornavan a Espaiia, algunos de los que venían en esta demanda dei oro, si
allá bolvían era con la misma color dei, pero .no con aquel lustre, sino hechoj aznmboai o de.color
de açafran o tericia y tan enfermos que luego desde a poco que allá tornavan se morían". Poderia
também ser uma forma de hepatite endêmica, Jacques Ruffié e Jean-Charles Sournia, Lis Êjiidimies dam
1'hisloirt di Vhmmt, Paris, Flammarion, 1984, pp. 179-180.
290 HlsrÓMA DO NOVO MUNDO
29. Oviedo (1547), fóls. CLXVIr", CLXIIIr"-v", CLXXVIr", CLXXVMIv11. Remetemos o leitor ao |ivroj/tórao
los Infortúnios j Naufragios de Casos A caecidos en las Mares de las índias e Yslas y Tierra Firme dei Mar Oceano•
que contém, como indica seu titulo, o detalhe dessas catástrofes (fól. CLXIlIr" e ss.).
30. Cabeza de Vaca (1977), pp. 55-56, 86.
AS PORTAS DA AblÊRICA 291
Encalhados ao largo de Cuba, nas ilhas dos Escorpiões, que são tam-
bém chamadas de ilhas das Sepulturas, uns náufragos j á estavam esperan-
do pela m o r t e q u a n d o Santa Ana apareceu para um deles - u m a menina
de onze anos - para contar em qual das ilhotas eles poderiam estancar sua
sede. Então, seu chefe, o licenciado Zuazo, organizou u m a procissão com
seus companheiros de infortúnio. Devorados pelo sol, os homens traçaram
com seus pés nas areias ardentes u m a cruz imensa que dividia de ponta a
ponta sua ilhota desolada, como se fosse um pão com o qual fariam qua-
tro partes iguais. Na intersecção da cruz, a um côvado da superfície, os
náufragos encontraram enfim a água doce qxie salvou suas vidas. Mas an-
tes que eles se lançassem sobre a água, o licenciado ofertou gotas do líqui-
do milagroso ao Cristo em ação de graças e, depois, distribuiu-as a todos
os seus companheiros de infortúnio "como u m a comunhão".
• O u t r o milagre da prece, ainda nas ilhas dos Escorpiões:
Aconteceu que uma pessoa estava recitando uma longa prece que continha o
Gloria in excslsis Deo. Naquele momento [.:.], apareceram cinco grandes focas que
estavam nadando na água perto daquele que rezava. Manifestavam-se alegremente
como se brincassem umas com as outras e viravam seu ventre acima das águas. Pou-
co tempo depois, todos os cinco subiram para a praia e instalaram-se em torno da-
quele que rezava ajoelhado; duas focas colocaram-se de um lado, duas do outro e uma
a sua frente. Adormeceram e os náufragos conseguiram matar uma. Contando com
aquela, o número das focas que mataram e que muitos comeram naquela ilha foi, ao
todo, de trezentos e sessenta e três.
31. Oviedo (1547), fól. CLXXrVv", CLXXVIIIv0: "Ovo una persona que rezava una oración prolixa en la qual
entrava Gloria in excelsis Deo. V en aquel passo estando a par dei agua aparecieron cinco lobos my
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grandes nadando en el agua cerca dei que orava y mostrando con alegria como que retoçavan unos
-eon-otros-^oh-mn-laHmnTgarrricmn^ sánerõn "tó"dos"cinco"en tièrra y
pusieronse alrededor dei que estava en la oración hincado de rodillas; y los dos se pusieron a un lado
y los otros dos al otro y el uno delante dei y començaron a dormir y ovo lugar para matar el uno dellos
y con aquel fueron los lobos que mataron de que muchos comieron en aquella isla trezientos y se-
tenta y tres entre chicos y grandes"; id., fól. XVÍIIr"; Oviedo (1984), p. 261; "quantos et quáles se han
quedado acá de asiento, perdidos o muertos [...] ahogados en los rríos et muchos a manos de estas
gentes salvajes, sin sepoltura sagrada la mayor parte y también algunos en papos de cocatrizes e otros
en las unas de los tigres e infinitos de hambres".
32. Sobre o conceito de exlranamiento de la tierra, ver o cap. 4.
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33. H. Colón (1984), p. 162; Las Casas (1986), t. II, p. 513; t. I, p. 231; Oviedo (1547), fóls. CLXXIXv'
XCmr" (as observações sobre o modo de contágio): "Está averiguado que este mal es contagioso y que
se pega de muchas maneras: assi en usar el sano de las ropas dei que está enfermo de aquesta passión
como en el comer y bever en ,u compaíía o en los platos y taças con que el doliente come o beve, Y
mucho mas de dormir en una cama y participar de sü alienfo f sudòí Ymuchos más nviendo excesso
carnal con alguna muger enferma deste mal, o la muger sana con ei hombre que estuvise tocado de
tal sospecha", fói. XLIXr".
34. Aí., fól. XXVIII; Las Casas (1986), t. III, pp. 191-192.
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35. H. Colón (1984), p, 82: "humlli loco seu a parentibui pauperrimus ortus".
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....ca de-um lucro rápido: "Elespreferem seu interesse imediato", e isso tam-
bém é a América 30 .
A Igreja consegue colocar alguma ordem entre os mais favorecidos,
aqueles que receberam índios em concessão, ou seja, em encomienda ou re-
partimiento, para explorar sua força de trabalho. As instruções entregues
ao governador Ovando estipulavam que os casamentos mistos encorajavam
a cristianização; em 1514, u m a parte dos espanhóis casou-se, e até, o que
é mais espantoso, um h o m e m em cada três tomou uma mulher indígena.
É p o r q u e havia "uma g r a n d e escassez de mulheres de Castela". Mas as
jovens antilhesas não agradam a todos os europeus. Como revela Oviedo,
que provavelmente partilha dessa aversão: "Havia muito mais homens que
não se casariam com elas por nada no m u n d o por causa de sua incapaci-
dade e de sua feiúra". O que não exclui os contatos furtivos ou as ligações
fora do casamento amplamente toleradas, embora fossem sempre perigo-
sas, pois a sífilis, ou seja, Deus, castiga os espanhóis incontinentes.
A chegada, naquelas índias, de um contingente de européias jovens
e solteiras vai ser, por muito tempo, um acontecimento marcado e apre-
ciado p o r h o m e n s "carentes" que enchem as ilhas. Aquelas que acompa-
n h a m a vice-rainha Maria de Toledo, esposa de Diego Colombo, ou pelo
m e n o s as mais sedutoras, vêm caçar mineiros ricos que as salvarão da
miséria ibérica. O casamento com u m a indígena - ou com maior freqüên-
cia, a ligação - acrescenta a essas sociedades moventes e incertas de seu
f u t u r o o elemento p e r t u r b a d o r que o mestiço encarna. Podemos imagi-
nar sem dificuldades, à margem dessas uniões cristãs, miríades de casais
mistos mais ou menos efêmeros, filhos brutalmente abandonados ou sim-
plesmente entregues a sua própria sorte. Em 1498, a coroa autoriza os
espanhóis que estão voltando para a península a trazer suas companhei-
ras como escravas, estipulando que os filhos desses casais seriam decla-
rados livres. Legítimos ou não, os pequenos mestiços traduzem em seu
corpo o encontro de dois mundos; eles repercutem e amplificam o de-
senraizamento dos dois lados, com tanto mais intensidade quanto o gru-
po dos invasores é um m u n d o masculino feito de um bando de adultos,
sem m u l h e r e sem filhos, que não está n e m u m pouco p r e p a r a d o para
assumir sua prole insular 37 .
36. Las Casas (1986), t. II, p. 530; DeRclms Ceslis (1971), p. 317; López de Gomara (1552), fól. Ilv"; Sauer
(1984), pp. 298, 233, 301.
37. Lockhart e Schwartz (1983), pp. 68-70; Garrido Aranda (1980), p. 208; Sauer (1984), p. 300; Oviedo
(1547), fól. XXXVv°; "aunque aigunos christianos se casavan con Índias, avia otros muchos mas que
por ninguna cosa las tomaran en matrimonio por la incapacidad y fealdad dellas", fól, XXXVv"; Las
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Casai (1967), t. II, p. 93: "es cosa muy averiguada que todos los esparioles incontinentes que en esta
isla no tuvieron la virtud de la castidad, fueron contaminadas dellas, y de ciento no se escapaba quizá
uno si no era cuando la otra parte nunca las habia tenido"; H. Colón (1984), p. 249.
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Quanto àqueles que também sonham mas que não receberam nada,
n e m u m só índio, e que os censos ignoram, esses fervem do desejo de
a c o m p a n h a r o capitão que vai garantir-lhes, em outro lugar, o que His-
paniola não lhes dá. Bandos de espanhóis insatisfeitos, mal recompensa-
dos ou deixados ao léu, estão prontos para partir em direção às ilhas
misteriosas em busca da fortuna e da glória. Vai ser com esse impulso que
Ponce de León e Vásquez de Ayllón descobrem a Flórida (1513) e as Ca-
rolinas, que Gil González de Ávila desembarca na América Central (1526)
e Juán de Ampués na Venezuela (1528). Nesse momento, a história bifur-
ca-se, e é preciso, para não interromper o relato, passar temporariamente
p o r cima do litoral do Panamá e da América do Sul para seguir o itine-
rário que leva Cortês da Hispaniola para Cuba e de Cuba para as gran-
des terras do Poente 3 0 .
38. Sauer (1984), p. 234; Lockhart e Otte (1976), pp. 17-27; Cortês (1986), p. XLVII; Cervantes de Snlazar
(1985), p. 100: "estando en Azúa sirviendo el oficio de escribano, adurmiéndose una tarde sofiá que
subitamente, desnudo de la antigua pobreza, se via cubrir de ricos panos y servir de muchas gentes
extranas, llamândole con títulos de grande honra y alabanza; y fue asl que grandes senorei destas
índias y los demás moradores dellas le tuvieron en tan gran veneraciôn que le llamaban teuU, que
quiere decir 'dios y hijo dei sol y gran senor', dándole desta manera otros títulos muy honrosos; y
aunque 61 como sábio y buen cristiano sabia que a los suenos no se había de dar crédito, todavia se
alegro porque el sueno había sido conforme a sus pensamientos...". Sobre a formação de Cortês e
seu universo mental, Elliott (1989), pp. 2741.
39. Sauer (1984), p. 299.
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42. Sobre estes contratos de exploração que são as capitulações, ver o cap. 5 da Parte II e Diego Fernández
(1987); Oviedo (1547), fól. XXXIVv*.
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45. Siiuer (1984), pp. 325, 284; Díaz dei Castillo (1968), 1.1, pp. 55,57, 92; Las Casas (1986), t. II, p. 512;
López de Gomara (1552), fól. IHr".
46. Díaz dei Castillo (1968), t. I, p. 347.
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HISTÓRIA DO NOVO MUNDO
47. De Rtbm Geslis (1971), p. 324; López de Gomara (1552), fól. Itv=; Las Casas (1986). t. II, p. 530: "Tuvo
Cortês un hijo o hija, no sé si en su mujer y suplico a Diego Velázquez que tuviese por bien de se io
sacar de la pila en el baptismo y ser su compadre"; kl, p. 528; López de Gomara (1552), fól. IIIv".
48. Dt Rebus Cislis (1971), p. 338.
49. Saenz de Santa Maria (1984), p. 48.
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HISTÓRIA DO NOVO MUNDO
50. Díaz dei Castillo (1968), t. I, p. 9; Saenz de Santa Maria (1984), p. 49.
51. Díaz dei Castillo (1968), t. I, pp. 43, 42: "siempre fui adelante y no me quedé rezagado en los muchos
vicios que había en la isla de Cuba, según más claro verán en esta relación". O padre Las Casas, dedi-
cado de corpo e alma aos índios, enfrentou o pragmatismo do conquistador "esclarecido": o primei-
ro condenava a destruição das índias, enquanto o segundo, Oviedo, o administrador, contentava-se
em denunciar as falhas.
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5 2 . H . Colón (1984), p. 267: "tenta por cierto que cada dia habían de descubrirse cosa» de gran riqueza
[...] No debe dejarse de continuario, porque, a decir la verdad, si no a una hora, se hallará en otra
alguna cosa importante"; itl, p. 275: "ias mujeres se tapaban la cara y ei cuerpo como hemos dicho
que hacen las moras en Granada", iil., p. 286; Sauer (1984), p. 324; Pedro Mártir (1964), t. I, p. 397.
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HISTÓRIA DO NOVO MUNDO
53. Díaz de! Castillo (1968), t. 1, pp. 47, 44; "Probanza...", em Garcia Icazbalceta (1971), p. 414.
54. Pedro Mártir (1964), t. I, p. 398; Sauer (1984), p. 101.
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56. li., pp. 60,65,67: "[ilecían] que adelante, hacia donde se p o n e el sol, hay mucho [oro]: 1 decían: Colúa,
Colúa y México, México y nosotros no sabíamos qué cosa era Colúa ni aun México".
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57. Id., pp. 71, 76-77: "como yo sembré unas pcpitas de naranja junta a otra casa d e ídolos y fue de esta
manera: que como había muchos mosquitos en aquel rio, fuímonos diez soldados a dormir en una casa
alta cie ídolos, y junto a aquella casa las sembré, que había traído de Cuba, porque era fama que venía-
mos a poblar, y nacieron muy bien porque los papas de aquellos ídolos las beneficiaban y regaban y Iim-
piaban desde que vieron eran plantas diferentes de las suyas; de allí se hicieron naranjos de toda aquella
província. Bien sé que dirán no hacen al propósito de mi relación estos cuentos viejos y dejarlos he".
A CONQUISTA DO MÉXICO
BERNAL D T A DEL C A S T I L L O