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La leyenda del charro negro.

En Jalisco o Tlaxcala se escucha mucho sobre el charro negro. Un ser


fantasmal que anda por las calles para cobrar las deudas que las personas
tienen con el diablo. La historia habla de un ser fantasmal que lleva ese
nombre por la vestimenta que porta. Según testimonios, suele aparecer vestido
con un elegante traje de charro color negro, montado en un caballo negro
bastante singular, pues sus ojos parecen dos bolas de fuego. Se dice que este
personaje es como el tesorero del diablo, ya que se aparece a personas que
tienen deudas pendientes con él. Por lo general lo hace solo si éstas personas
están caminando a solas por la noche. Detrás del charro negro hay una
historia, se dice que este ser fue un hombre de carne y hueso que provenía de
una familia humilde. El charro era un hombre ambicioso, le gustaba darse sus
lujos y vestir bien, sin embargo sus padres no podían cumplir sus caprichos
porque no tenían la economía suficiente para hacerlo. Eso no era impedimento
para que el Charro luciera como quisiera, ya que a veces dejaba de comer
para ahorrarse unos pesos y comprarse alguna vestimenta que el quería. El se
encontraba cansado de su pobreza, ya que por más que trabajara, nunca
lograba tener suficiente dinero. Al tiempo, sus padres fallecieron y quedó solo,
su situación empeoró, por eso, tomó una decisión que cambiaría su vida. El
charro invocó al diablo para pedirle riqueza, y este le dijo que le concedería su
deseo pero a cambio debía darle su alma. El hombre aceptó sin pensarlo dos
veces, ya que era sumamente orgulloso y valiente. Con el paso del tiempo,
comenzó a cansarse de sus riquezas, ya que no le aportaba nada a su vida un
mundo de dinero, bebidas, y apuestas. Eso hizo que llevará una vida alocada
pero sola. El charro se había olvidado de la deuda, pero un día el diablo se le
apareció para recordársela. El se asustó mucho y decidió esconderse. El
miedo era tanto que en un arranque agarró su caballo, una bolsa con algunas
monedas de oro, y escapó durante la noche para que nadie lo viera. Dicen que
el diablo se dio cuenta se le apareció para decirle que iba a esperar a que el
muriera para cobrar su deuda, pero en vista de que el quería escapar, se lo
llevaría en ese momento. Luego de esas palabras los brazos del hombre
comenzaron a secarse y la carne desapareció, quedando únicamente el charro
encima de sus huesos blancos y, claro, su caballo lo acompañaría en su
castigo. Desde entonces, el charro negro sufre tormentos en el infierno, y solo
puede salir de allí para cobrar las deudas que las personas tienen con el
diablo. Guardando siempre la esperanza de que alguien sea tan ambicioso
como el, para que tome su lugar y pueda finalmente descansar en paz junto a
su caballo.

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