Você está na página 1de 10

1

TEMA B03.
EL SEXENIO REVOLUCIONARIO (1868-1876).
ECONOMÍAY SOCIEDAD EN EL SIGLO XIX

INTRODUCCIÓN: LA GLORIOSA REVOLUCIÓN (1868)............................................................................1


I. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)......................................1
1. GOBIERNO PROVISIONAL (1868) Y CORTES CONSTITUYENTES (1869)..........................................2
2. LOS PROBLEMAS SOCIALES Y POLÍTICOS DEL NUEVO RÉGIMEN..................................................3
3. EL REINADO DE AMADEO DE SABOYA (ene.1871 – feb.1873)............................................................3
4. LA PRIMERA REPÚBLICA (feb.1873 – dic.1874)....................................................................................4
II. LA ECONOMÍA ESPAÑOLA EN EL S. XIX: AGRICULTURA, INDUSTRIA Y TRANSPORTES
EN EL XIX........................................................................................................................................ 5
5. LOS CAMBIOS AGRARIOS..................................................................................................................... 5
6. INDUSTRIA E INDUSTRIALIZACIÓN...................................................................................................... 6
7. TRANSPORTES Y COMUNICACIONES................................................................................................. 6
III. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL S. XIX: DEL ESTAMENTALISMO A LA SOCIEDAD DE
CLASES.......................................................................................................................................... 7
8. DEL ESTAMENTALISMO A LA SOCIEDAD DE CLASES.......................................................................7
8.1. LAS ÉLITES Y LAS CLASES MEDIAS.............................................................................................. 7
8.2. LOS TRABAJADORES DEL CAMPO................................................................................................ 8
8.2. LOS TRABAJADORES DE LA CIUDAD............................................................................................ 8
9. LA APARICIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA...................................................................8
10. LOS PRIMEROS INTENTOS DE SOCIALIZAR EL SABER Y LA CULTURA........................................9

I. EVOLUCIÓN POLÍTICA DEL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874)

INTRODUCCIÓN: LA GLORIOSA REVOLUCIÓN (1868)


El último período del reinado de Isabel II estuvo caracterizado por el desarrollo y consolidación de
una estructura oligárquica, el impacto de la crisis de 1866 y la represión de los gobiernos moderados contra
la oposición a partir de las protestas progresistas y demócratas. Estos hechos favorecieron la paulatina
unión de sectores unionistas, demócratas y progresistas, concretada en el Pacto de Ostende, acuerdo
entre todas los opositores con el fin de derribar la monarquía de Isabel II.
La culminación de este movimiento fue la Gloriosa Revolución (septiembre de 1868), iniciada en
Cádiz con un pronunciamiento militar dirigido por los generales Prim y Serrano, líderes de los progresistas
y los unionistas, respectivamente. A ellos se unió el almirante Topete al mando de la Armada. El manifiesto
titulado España con honra proponía un gobierno provisional y el sufragio universal, criticando a la reina y a
los Borbones en general. La sublevación se expandió, produciéndose tres hechos para entender su triunfo:
 el gran apoyo popular, liderado por los demócratas, que organizaron Juntas Revolucionarias.
 La Batalla de Alcolea, donde Serrano derrota a las tropas leales a la reina.
 La entrada de los sublevados en Madrid y la huida de la reina a Francia.
2

La Gloriosa Revolución iniciará un período conocido como Sexenio Democrático, un corto periodo
con gran cantidad de experiencias políticas en la búsqueda de una alternativa democrática. A la Revolución
de 1868 le sucede la formación de un Gobierno Provisional, la Regencia de Serrano, la Monarquía
democrática de Amadeo I de Saboya (1871-1873) y, finalmente, la I República.
Este período está considerado como la última etapa de la revolución liberal en España, cuyo fracaso
impuso, de nuevo, la solución monárquica que condujo a la Restauración de los Borbones.

1. GOBIERNO PROVISIONAL (1868) Y CORTES CONSTITUYENTES (1869)

Tras el triunfo de la insurrección y la huida de la reina se formó un Gobierno provisional (sept.


1868) que debía promover la elección de Cortes Constituyentes. Estuvo presidido por Serrano y compuesto
por progresistas (Prim, Sagasta, Figuerola, Ruiz Zorrilla) y unionistas (Topete). Se excluyó a los
demócratas, quienes, a través de las Juntas revolucionarias reclamaban la implantación de derechos
democráticos (sufragio general masculino, libertad de imprenta, de culto y de asociación) y la supresión de
los consumos y las quintas1.
La situación de doble poder se resolvió cuando el gobierno suprimió las Juntas a cambio de cumplir
la mayor parte del programa demócrata (a excepción de las quintas). Esto provocó la escisión de los
demócratas en dos facciones: cimbrios, dispuestos a cooperar con cualquier gobierno siempre que
respetara la democracia (Nicolás Mª Rivero, Cristino Martos y Manuel Becerra) y republicanos, que
consideran que para garantizar la existencia de una democracia popular era indispensable implantar una
República Federal2 (Pi y Margall, Figueras).
El gobierno convocó elecciones a Cortes Constituyentes (ene 1869), primeras mediante sufragio
general directo masculino. La composición fue variada:
 Carlistas. Eran la extrema derecha de la Asamblea. Antidemócratas, pero aceptaron el juego
parlamentario de forma temporal. Buen resultado electoral en País Vasco y Navarra. Reavivaron la
lucha armada (Tercera Guerra Carlista, 1872-1876).
 Moderados. Apoyaban el regreso de los Borbones en la figura del hijo de Isabel II (Alfonso), pasando a
denominarse alfonsinos, y la restauración de la constitución de 1845. El devenir del sexenio les
favoreció. A partir de 1873 estuvieron liderados por Antonio Cánovas del Castillo.
 Gubernamentales. Unionistas, progresistas y demócratas cimbrios. Eran el centro político. Defendían
una monarquía parlamentaria y democrática, basada en la soberanía nacional y en un gobierno elegido
por las Cortes y responsable ante ellas. Se disgregaron tras aprobar la constitución de 1869.
 Partido Republicano Federal. Era la izquierda, segundo grupo en número de diputados. Además del
cambio de régimen, recogía la supresión de las quintas y la abolición de la esclavitud en las colonias,
así como una legislación que protegiera a los trabajadores. Sus apoyos eran las clases medias urbanas
y el proletariado. Su propuesta federal les daba apoyos en Aragón, Cataluña, Valencia y Andalucía.
Tenía una facción (intransigentes) que abogaban por la insurrección armada y la construcción del
federalismo desde abajo (mediante pactos libres entre poderes locales de municipios o juntas)

El 6 de junio de 1869 se promulga una nueva Constitución, la más liberal hasta el momento:
 Soberanía nacional a la que debe someterse el régimen monárquico.
 Amplia declaración de derechos individuales, naturales e inalienables: reunión y
asociación, inviolabilidad de domicilio y correspondencia, prensa,…
 Poder legislativo: Cortes bicamerales (Congreso y Senado), Poder ejecutivo: el rey, aunque
en realidad lo ejercía el Gobierno. Poder judicial: tribunales de justicia, a los que se incorporó
el jurado, tribunal no profesional que democratizaba en parte el poder judicial.

1
Consumos: impuestos indirectos sobre el consumo. Quintas: servicio militar obligatorio, del que podían librarse los que abonaran una
cantidad de dinero o pagaran un sustituto, lo que las hacía muy impopulares.
2
Estructura política descentralizada constituida por diferentes estados o entes territoriales con autonomía legislativa. Comparten política exterior
y defensa, y tienen vínculos en los aspectos económicos y fiscales.
3

 Sistema parlamentario: representantes a Cortes elegidos por sufragio general masculino. Los
Diputados elegidos directamente por los ciudadanos; los senadores por sufragio indirecto, a
través de compromisarios o representantes.
Tras su aprobación, y hasta que se encontrara un monarca, el general Serrano fue nombrado
regente, con el general Prim como jefe de Gobierno.

2. LOS PROBLEMAS SOCIALES Y POLÍTICOS DEL NUEVO RÉGIMEN

El nuevo régimen tuvo que afrontar una serie de problemas desde el triunfo de la Gloriosa,
problemas que perduraron a lo largo de todo el sexenio, destacando:
1. Las insurrecciones republicanas, que, en la búsqueda de cambios estructurales profundos,
reparto de tierras y justicia social, aglutinaron al incipiente movimiento obrero y a los
intransigentes del Partido Republicano Federal. El resultado fue el estallido de sublevaciones
entre 1868 y 1869, principalmente en Andalucía, Valencia y Cataluña.
2. Las insurrecciones populares: motines de subsistencia, motines contra las quintas, huelgas
industriales organizadas, primeros pasos del movimiento obrero (desarrollo de la A.I.T.)
3. Los problemas de la Hacienda. El problema de la deuda pública no se solucionó porque no se
afrontó ninguna reforma fiscal. Sí se dieron algunos pasos importantes en economía,
impulsadas por Laureano Figuerola:
a. Promulgó la Ley de Minas (1868), que suponía la desamortización del subsuelo,
consistente en la venta de minas, que eran monopolio de la Corona, a empresas
privadas (generalmente extranjeras) para que las explotasen. Con estas ventas se
obtendrían recursos para reducir el déficit presupuestario del Estado
b. Estableció la peseta como única moneda nacional (1868) en aras de la creación de un
mercado interior unificado;
c. Rebajó los aranceles aduaneros (1869) aplicando los principios del liberalismo
económico frente al proteccionismo.
4. La guerra de Cuba (1868-1878), iniciada con la sublevación de la minoría independentista de la
isla, liderada por el hacendado Carlos Manuel de Céspedes, cuyo origen estuvo en Yara3 (en el
este de la isla) en octubre de 1868.. El conflicto se limitó al este de Cuba, instaurándose la
guerra de guerrillas contra el ejército peninsular, que perdió en la guerra 130.000 soldados. El
fin de la guerra se produjo con la Paz de El Zanjón (1878). Durante el conflicto, los hacendados
fieles a España, contrarios a medidas del gobierno democrático como la abolición de la
esclavitud, conspiraron y financiaron a los alfonsinos en aras de la Restauración borbónica.
5. La búsqueda de un rey. Se pensó en distintos candidatos, pero primó el deseo de apartar a la
casa de Borbón, siendo el candidato elegido, gracias a las presiones de Prim a su favor,
Amadeo, de la casa de Saboya, hijo de Víctor Manuel I, rey de la recién unificada Italia. Cuando
desembarca en España (30-XII-1870) su principal valedor, Prim, acababa de ser asesinado.

3. EL REINADO DE AMADEO DE SABOYA (ene.1871 – feb.1873)

La desaparición de Prim provoca que el rey quede aislado políticamente ante la realidad de un país
en el que confluyen viejos y nuevos problemas. Amadeo I tuvo que enfrentarse, por tanto a:
 El rechazo de republicanos y de las élites monárquicas conservadoras, carlistas y
alfonsinos. Estos últimos van ganando adeptos en este período debido al temor a la revolución

3
Es por ello que a esta insurrección se la conoce como Grito de Yara.
4

social, la oposición de los hacendados españoles a medidas como la abolición de la esclavitud y


la postura de la Iglesia, contraria a la libertad de culto y a la separación entre Iglesia y Estado.
 La III Guerra Carlista (1872-1876). Tras el derrocamiento de Isabel II en 1868, se revitalizó
militarmente el carlismo, iniciándose un nuevo conflicto en Cataluña, País Vasco y Navarra 4.
 La paulatina división de las fuerzas gubernamentales que lideraron la Gloriosa y la
inestabilidad de los gobiernos (Serrano, Ruiz Zorrilla, Malcampo,…). Durante su reinado se
llegaron a convocar tres elecciones generales. Cada gobierno obtenía la confianza del rey
procedía a disolver las Cortes y convocar elecciones, que ganaban, sobre todo debido a la
manipulación del voto y el fraude en las áreas rurales.
 La división de los progresistas en dos partidos:
o P. Constitucionalista, liderado por Práxedes Mateo Sagasta, próximo a los unionistas
o P. Radical, liderado por Manuel Ruiz Zorrilla, próximo a los demócratas.
 La conflictividad social, temida por las élites, y mucho más tras la implantación de la A.I.T.
Falto de respaldo político y ante la posibilidad de un golpe de Estado del Ejército, enfrentado al
gobierno de Ruiz Zorrilla, Amadeo I decide abdicar en febrero de 1873. Entonces los radicales de Ruiz
Zorrilla y los republicanos pactan como solución de urgencia la implantación de la República, que será
proclamada por la reunión de las cámaras legislativas el 11 de febrero de 1873 con 258 votos a favor.

4. LA PRIMERA REPÚBLICA (feb.1873 – dic.1874)

La I República fue un régimen débil y con pocos apoyos, procedente de un pacto político coyuntural,
no de unas elecciones o una revolución. Tuvo que hacer frente a problemas heredados de la etapa anterior
(III Guerra Carlista, Guerra de Cuba), la oposición de los conservadores y la Iglesia, y, por último, la
insurrección cantonal. En un contexto de inestabilidad, se sucedieron 4 presidentes:
 Estanislao Figueras (desde el 11-II-1873). Durante su presidencia se mantiene vigente la
Constitución de 1869. Se rompe con los radicales (estos incluso intentan dos golpes de
estado). Se convocan elecciones (60% abstención). Vencen los republicanos con 90% votos.
 Francisco Pi y Margall (desde el 11-VI-1873). Se inicia proceso de elaboración de una nueva
constitución, plasmada en el proyecto constitucional (1873)5. Se proclama la República
Federal, que pronto se ve desbordada por la izquierda. Los intransigentes impulsaron un
movimiento federalista espontáneo que pretendía establecer de manera inmediata y directa la
estructura federal del Estado, combinada con algunas medidas de carácter social. El
movimiento se denominó cantonalismo6. El gobierno se negó a una represión violenta.
 Nicolás Salmerón (18-VII al 7-IX-1873), presidencia conocida como República radical-
unionista. Se produce la represión del cantonalismo a manos de los generales Martínez
Campos y Pavía, a la vez que se consolida el Partido Alfonsino encabezado por Cánovas.
 Emilio Castelar (7-IX-1873 al 2-I-1874). Gobernó de forma autoritaria, estableciendo una
República centralista, con fuerte tendencia autocrática, cuyos objetivos fundamentales pasan
por solucionar la conflictividad interior y exterior.
Castelar había disuelto las cortes, pero los propios republicanos le obligaron a reabrirlas y le
forzaron a dimitir. En esa sesión, el 3 de enero de 1874, se produjo el golpe de Estado del general Manuel
Pavía, que irrumpe en el Congreso con las tropas. Las cámaras son disueltas y Serrano asume la
presidencia de forma interina (ene-dic 1874) para iniciar de forma pacífica el regreso de los Borbones.

4
Fracasan en el intento de ocupar Bilbao y también se produjeron expediciones al interior de la Península (saqueo de Cuenca, 1874). Sin
embargo, la derecha monárquica, tras la experiencia de la I República, se aglutinó en torno a la restauración en los descendientes de Isabel II.
5
República Federal, soberanía popular, separación Iglesia-Estado sin subvenciones a ningún culto religioso; Cortes: Senado como cámara de
representación territorial de los 17 estados federados, incluidos Cuba y Puerto Rico; el Jefe del Estado era el presidente de la República.
Legislación social y de protección de los obreros: prohibición del trabajo a menores de 16 años, jurados mixtos de patronos y obreros para
dirimir conflictos laborales, reducción de jornada laboral a 9 horas.
6
Se formaron cantones (municipios autónomos) en Levante, Murcia y Andalucía, que iniciaron una sublevación reivindicando mayor
autonomía. Estaba dirigida por una clase media radicalizada con la participación de trabajadores urbanos Destacaron el cantón de Málaga
(hasta sept.1873) y el de Cartagena (hasta ene.1874)
5

Sin embargo, en diciembre de 1874 se produce otro golpe de Estado, protagonizado por Martínez
Campos, que acelera la proclamación de Alfonso XII como rey de España, iniciándose oficialmente el
período de la Restauración.
6

II. LA ECONOMÍA ESPAÑOLA EN EL S. XIX: AGRICULTURA,


INDUSTRIA Y TRANSPORTES EN EL XIX

Los avances que se habían generado en el siglo XVIII se vieron interrumpidos o incluso hubo
involución debido a tres hechos: a) la guerra de independencia (1808-1814), b) la independencia de los
territorios americanos (especialmente en la década de 1820) y c) la guerra carlista (1833-1840).
A lo largo del siglo XIX España se va incorporando al contexto europeo de la Revolución industrial,
en la transformación económica hacia un capitalismo industrial. Sin embargo, el ritmo de incorporación de
España, al calor de los acontecimientos políticos, será lento, siendo una economía de segunda fila con
escasa competitividad en el mercado exterior, propiciada por unas estructuras económicas
anquilosadas en el pasado, poco productivas y en lenta transformación y evolución. Por ello, algunos
autores han hablado de fracaso de la revolución industrial en España; otros hablan de retraso.
Sin embargo durante el siglo XIX, aunque la economía no creció como en otros países sí se hizo
una legislación que acabó con los principales obstáculos para el desarrollo.

5. LOS CAMBIOS AGRARIOS


Para poder contribuir a la industrialización era imprescindible la transformación de la actividad
agraria a través de dos elementos: la reforma del régimen de propiedad de la tierra y la introducción de
innovaciones técnicas, de cultivo y de gestión.
El objetivo final era consolidar un sistema de propiedad privada plena, a través de la labor
desamortizadora que, en realidad, fue una mera trasferencia de propiedad desde la Iglesia o los Municipios
al Estado Liberal y de ahí a las elites económicas, como un flujo de recursos, que sirvió además para
sustentar el nuevo entramado político. No creó ninguna clase media en el ámbito rural y tuvo efectos
devastadores para campesinos pobres y trabajadores agrícolas.
Durante este período se produjeron varias medidas reformistas, destacando las siguientes:
 Procesos desamortizadores: en 1798: desamortización parcial de bienes de la Iglesia, que pasan a
ser propiedad del estado (hospitales, hospicios, etc., esto es, la beneficencia); en 1820 se incorporan
al Estado los bienes de las Compañías religiosas suprimidas; en 1836 se lleva a cabo la
Desamortización de los bienes del clero regular (Mendizábal) y en 1837 la Desamortización de los
bienes del clero secular (Mendizábal). Por último, en 1855 se produce la Desamortización General de
los Bienes de Manos Muertas (Madoz).
 Abolición de los señoríos. Durante las Cortes de Cádiz y el Trienio Liberal se legisló para abolirlos,
pero no se hará definitivamente hasta 1837.
 Desvinculación de mayorazgos. También en distintos momentos: en 1808 se disuelven los vínculos
excesivamente grandes y los demasiado pequeños; en 1830 se suprimen todos los vínculos y se
declaran libres todas las tierras; y en 1841 se produce la desvinculación total de los mayorazgos
A la altura de 1855 el 100% de las tierras pasan a manos particulares. Sin embargo, el crecimiento
agrario fue limitado, y estuvo sustentado en:
 el aumento de roturaciones (roturación de los montes);
 la sustitución de antiguos cultivos por el olivar y la vid, provocando cambios en el paisaje agrario.
 El retroceso de la ganadería trashumante, debido a supresión de la mesta y la disminución de
pastos, introduciendo los piensos como alimento.
 La especialización regional: maíz y patata en el norte; viñedo y cultivos arbustivos y arbóreos en
costa mediterránea (cuyos cultivos se exportan: aceite, vino y cítricos) y cereal en el resto.
La agricultura fue incapaz de ser motor del cambio industrial, y creó una gran masa de campesinos,
cuyos niveles de renta estarán en el origen de la conflictividad social rural en el siglo XIX. Además, el
desarrollo del ferrocarril y el transporte marítimo transoceánico provocó la introducción de productos
extranjeros más competitivos.
7

6. INDUSTRIA E INDUSTRIALIZACIÓN
Entre el fracaso o el atraso respecto de otros países europeos, la Industrialización en el XIX se
asentará sobre los frágiles cimientos de la insuficiencia técnica, el escaso excedente, la baja
productividad y la localización geográfica.
En la Guía del Ministerio de la Gobernación para 1836 se describen las “fábricas existentes en todas
las provincias”, revelando el predominio de viejas fórmulas de producción de autoabastecimiento a escala
local o cuando más provincial (jabón, tejidos, sombreros, mantas, aguardiente); en Madrid y Barcelona se
añadieron artículos de lujo (cronómetros, botones, alfombras, anteojos,…). Solo tienen un mercado más
amplio (nacional o internacional) los tejidos de seda de Requena, Málaga y Valencia, las ferrerías de
Vizcaya, las navajas y cuchillos de Albacete y, sobre todo, las textiles de Tarragona y Barcelona.
El desarrollo industrial a partir del triunfo político del liberalismo se centrará en estos sectores:
1. Minería. Por un decreto de 1825, las minas pertenecían a la corona, eran explotadas sin recurrir a
medios mecánicos, y ofrecían recursos prácticamente vírgenes, dada la limitación de la demanda.
Se concentraban en el mercurio (Almadén) y cobre (Río Tinto); el carbón mineral estaba aún en
fase preliminar. La Ley de minas (1868) facilitó la llegada de capital extranjero. La exportación de
minerales (sobre todo hierro) suponía 1/3 de total. Parte del beneficio se reinvirtió en España (ej:
puerto de Bilbao) y en torno a las minas se desarrollaron otras industrias y redes de ferrocarril (ej:
Puertollano, Ciudad Real). Otros enclaves se desarrollaron pero quedaron poco a poco aislados
(Río Tinto, Huelva). El carbón de Asturias y León, debido a los costes de su extracción y a su
dificultad de transporte y comercio, no pudo competir con el procedente de Inglaterra. Por ello, fue
de autoconsumo, localizándose en Asturias, en un primer momento, buena parte de la siderúrgica.
2. Industria siderúrgica. Se distingue entre fundiciones y fábricas de hierro y acero: con la excepción
del hierro, sólo tuvo la función de transformación del mineral en metal para su exportación. Se
desarrollaron tres focos: Málaga, Asturias y Vizcaya. En los años 80 se produce el salto cualitativo
de la siderurgia vasca gracias a la exportación de hierro a Gran Bretaña y la importación de carbón
inglés (se crean las empresas Altos Hornos, La Vizcaya….).
3. Industria textil. Cataluña será la región que actúe como punta de lanza de la industrialización
española, cambiando el artesanado industrial para asentarse en la introducción de la máquina de
vapor (Bonaplata; en 1835 había 27.000 husos en funcionamiento en la región), en la organización
de la fábrica y en la presencia de una burguesía industrial.
4. Otras industrias. Eran las verdaderamente representativas del siglo XIX en España, y se
bastaban para la escasa demanda de los nacientes núcleos urbanos: agroalimentaria (harinera,
conservera y vitivinícola), química (colorantes para tejidos, explosivos), de fabricación de
maquinaria y de fabricación de transportes (astilleros).

7. TRANSPORTES Y COMUNICACIONES
En el siglo XVIII se iniciaron proyectos para mejorar las comunicaciones interiores (Canal de
Castilla, inicio de la red radial de carreteras) pero no se vio un resultado evidente hasta mediados del XIX
debido a varios factores: la orografía, los conflictos bélicos, las extensas zonas despobladas, los ineficientes
sistemas de transporte (diligencias) y la inexistencia de vías fluviales internas (ríos navegables, canales).
El hito principal que desarrolla el transporte será la introducción del ferrocarril. La creación de una
red ferroviaria fue impulsada en 18447, aunque en unos primeros momentos el ministro de Gobernación
podía autorizar con una simple orden la construcción de líneas, siendo las compañías que solicitaban una u
otra línea, dibujasen la red. Esto hizo que, en un principio hubiera enormes deficiencias (construcción
tardía, precipitada, poco planificada y muy dependiente del capital francés). La Ley General de
Ferrocarriles de 1855 estableció una línea divisoria en la evolución del sistema ferroviario. En 1866, al
terminar la época de las grandes construcciones, España contaba con 5.000 kms. de explotación y estaban
concedidos 2.000 más, repartidas en cinco redes: Norte, Este, Mediterráneo, Sur y Portugal.
Los cambios políticos retrasaron el desarrollo de las obras hasta la Restauración: en 1877 se definió
un trazado de la red ferroviaria que no dejara fuera ninguna capital de provincia por una decisión política.

7
En 1842 se concede a José Mª Roca la construcción de un carril de hierro de 28 kms entre Barcelona y Mataró
8

III. LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL S. XIX: DEL


ESTAMENTALISMO A LA SOCIEDAD DE CLASES

8. DEL ESTAMENTALISMO A LA SOCIEDAD DE CLASES

El triunfo de la ideología liberal en España produce una transformación, aunque muy lenta, de la
sociedad estamental del Antiguo Régimen hacia una sociedad de clases basada en la igualdad jurídica, que
convierte la riqueza económica en la categoría fundamental de la definición social. Las transformaciones
políticas y las reformas económicas del XIX se resumían en:
 Un pacto entre los terratenientes y la burguesía para la mutua defensa de sus propiedades ,
renunciando aquellos a unos derechos incobrables, que supieron transformar en títulos de
propiedad burguesa de la tierra. Tras las Desamortizaciones la mayor parte de las tierras fueron
a parar a manos de la burguesía y los terratenientes (que pactaron el reparto); se fomentó la
inversión en tierras en vez de en industria e infraestructuras.
 La situación de los campesinos no mejoró, provocando fuertes conflictos sociales.
 La Iglesia contó con una partida de culto y clero dentro de los presupuestos generales.
 Los Ayuntamientos tras la Desamortización de Madoz, perdieron tierras, que el Estado tuvo que
volver a comprar con los planes hidráulicos de 1902, ya que las malvendieron.

Así se operó un tránsito pacífico y pactado de la sociedad estamental al orden burgués. La


instauración de una monarquía parlamentaria con sufragio censitario fue la fórmula adecuada para
defender los intereses de la nueva propiedad: los terratenientes burgueses, los comerciantes, los
industriales y los rentistas.
Este tránsito, además, se enmarca en una evolución demográfica de la población española
basada en cuatro elementos:
a) Un crecimiento lento (11 millones de habitantes en 1800 a 18 en 1900), muy por debajo del
crecimiento de otros países europeos.
b) La pervivencia de un modelo demográfico antiguo (alta tasa de natalidad y de mortalidad, esta
en torno al 29 por 1000).
c) Los movimientos migratorios a ultramar, que crece a partir del último tercio del siglo XIX, siendo
muy elevados en los primeros años del XX.
d) La migración del campo a la ciudad, motivada por las dificultades de la vida rural. Este
crecimiento urbano, aunque muy leve, propició que muchas ciudades derribasen sus murallas e
iniciaran una ampliación para acomodar a los inmigrantes. La ampliación del centro histórico se
denominó ensanche, a veces planificado de forma ortogonal (plan de Ildefonso Cerdá en
Barcelona y de Carlos Mª de Castro en Madrid; Valencia, Bilbao), a veces más espontáneo.

8.1. LAS ÉLITES Y LAS CLASES MEDIAS


Los sistemas del liberalismo moderado encontraron su base en la confluencia de las elites
económicas y políticas procedentes del Antiguo Régimen y de un conjunto de burguesías procedentes del
mundo comercial, financiero e industrial. Este “acuerdo” hizo de la movilidad social y del “mito del ascenso
social” una realidad muy limitada en la España del siglo XIX.
 Alta Nobleza. Se adaptó a la nueva situación y conservó una gran influencia (ejército, Justicia,
política local y provincial), pactando con la burguesía, a veces con matrimonios concertados.
 Alta burguesía. La industrialización favoreció la aparición de una nueva burguesía de negocios o
élite del dinero (banqueros, grandes comerciantes e industriales, propietarios de tierras rústicas y
de inmuebles urbanos, dueños de títulos de deuda pública y especuladores en bolsa). A ellos se
unieron los profesionales más prestigiosos y los altos cargos del Estado y del Ejército. Habitaban
en las grandes ciudades de provincia y, los más ricos, en Madrid.
9

 Burguesía regional y local, más modesta, vinculada a actividades industriales y comerciales


locales y provinciales
 Clases medias acomodadas: propietarios de negocios, tierras, casas y rentas modestas, que
habitualmente ejercían una actividad profesional o tenían un empleo público.

8.2. LOS TRABAJADORES DEL CAMPO


Su modo de vida no cambió sustancialmente en el XIX. Según la relación con la tierra se distinguían
propietarios (numerosos, pero de pequeños minifundios, abundantes en el Norte), arrendatarios o
aparceros (la mayoría con contratos de corta duración) y jornaleros, trabajadores estacionales, muy
numerosos en la mitad sur y suroeste (75% de los trabajadores), ocupados en los grandes latifundios.
La mayoría no se organizaron políticamente a lo largo del XIX. Los cambios a favor de la propiedad
privada disminuyeron su seguridad y los perjudicaron: arriendos más elevados, se cercaron tierras de labor,
pastos y bosques comunales y municipales; el Estado implantó figuras “intrusas” para gran parte del campo
español: recaudadores de impuestos, policías, militares, jueces y políticos.

8.3. LOS TRABAJADORES DE LA CIUDAD


En los núcleos urbanos las capas populares estaban compuestas por
 Artesanos y Tenderos. Comparten el sentido de propiedad de las clases medias, pero su nivel
de renta les acerca más a los trabajadores asalariados
 Trabajadores asalariados. En los escasos núcleos industriales representan la clase obrera en
proceso de definición, en el que anidará el movimiento obrero: obreros fabriles, ferroviarios,
mineros, trabajadores de la construcción, del comercio y de la Administración.

9. LA APARICIÓN DEL MOVIMIENTO OBRERO EN ESPAÑA

Durante el XIX surgen algunos problemas para los trabajadores del campo y la ciudad, que
compartían una situación precaria y motivos de malestar: inseguridad laboral, jornales reducidos, deficientes
condiciones laborales, cambios en la producción (nuevas tecnologías y sistemas de gestión); hábitat
inadecuado). Esta situación dio pie a los inicios del movimiento obrero en España, pasando de las
protestas tradicionales del Antiguo Régimen (bandolerismo rural, motines) a las primeras protestas en el
marco del movimiento obrero mundial:
 protestas luditas en Galicia y Alcoy, incendio de la fábrica Bonaplata (1835);
 creación de agrupaciones, como la Asociación de Protección Mutua de Tejedores de Algodón
(1840) o las sociedades de socorro mutuo;
 primeras huelgas (18558 y 1856);
 acción política, sobre todo a partir de la creación de la A.I.T. En 1870 los seguidores de Bakunin
crearon la Federación Regional Española (FRE), con unos 40.000 afiliados, prohibida en 1874.
 Creación de partidos y sindicatos obreros:
- Anarquistas. Muy influyentes en Cataluña y Andalucía. Crean la Federación de Trabajadores
de la Región Española (FTRE).
- Marxistas: liderados por Pablo Iglesias, fundan el PSOE (1879) y la UGT (1888), con gran
implantación en Madrid y en el norte (Vizcaya y Asturias).
- Círculos obreros católicos, que favorecían la cooperación entre patronos y obreros para
crear juntos un movimiento confesional fundamentado en la doctrina social de la Iglesia 9

8
Convocada por la intención de los progresistas de ilegalizar las sociedades obreras. Esta protesta puso de manifiesto el desengaño de los
trabajadores ante la gestión de los gobiernos de la izquierda liberal. A partir de entonces los obreros se inclinarán por los demócratas y
republicanos, que reivindicaban la libertad de asociación y la aprobación de medidas de protección para los trabajadores.
9
Formulada por vez primera por el papa León XIII en la encíclica Rerum Novarum (1891), en la que denunciaba los excesos del capitalismo.
10

10. LOS PRIMEROS INTENTOS DE SOCIALIZAR EL SABER Y LA CULTURA

Los liberales consideraban que en saber debía socializarse para crear una auténtica cultura
nacional. La difusión de la educación y la lectura contribuirían a logar un cambio efectivo. Por ello,
impulsaron un sistema de enseñanza pública, universal, gratuita y libre e impartida en castellano.
En 1857 se promulgó la Ley Moyano: se dividía la enseñanza en tres niveles (primaria, secundaria
o media y superior o universitaria). El sistema educativo era dual: en parte estatal o público (el Estado
solo tenía monopolio en enseñanza universitaria, donde invertía la mayor parte del presupuesto, y que
estaba destinada a las élites) y privado, que controlaban la primaria (obligatoria, dividida en elemental,
entre 6-9 años, y superior; era financiada por los ayuntamientos) y la secundaria (a la que solo accedían los
que tuvieran recursos económicos).
Los profesores universitarios carecían de libertad de cátedra, y fueron apartados de la enseñanza
superior aquellos profesores que no comulgaban con la monarquía o el catolicismo (Julián Sanz del Río y
los krausistas10); otros, que se habían destacado en el Sexenio Democrático (Castelar, Salmerón, Montero
Ríos y Azcárate), fueron apartados de sus cátedras con el inicio de la Restauración. En la universidad se
frenaba la introducción y difusión de nuevas teorías, como el evolucionismo o el positivismo.
Francisco Giner de los Ríos, fundará en 1876 la Institución Libre de Enseñanza, centro donde
primaba el librepensamiento, el debate científico y la formación integral del individuo.
Pero la cultura se difundió también por otros medios:
 Medios oficiales o estatales, como las academias (Real Conservatorio de Música de Madrid,
1830), museos (Museo del Prado, 1819; Museo Arqueológico Nacional, 1867).
 Instituciones privadas, como el Ateneo de Madrid (1820), centro de debate.
 El desarrollo del mundo editorial y de la prensa escrita.
 El desarrollo de las “sociedades de hablar” (sociedades patrióticas, liceos, cafés literarios)
Pese a que se redujo el analfabetismo, a finales de siglo el 50% de la población aún lo era, en
especial las mujeres (mucho menos escolarizadas; hasta 1883 no pudieron matricularse en secundaria) y
sobre todo en regiones como Galicia, Valencia, Baleares, Canarias y todo el sur del país.

España irrumpirá en el siglo XX de manos de un sistema de turno de partidos, la Restauración,


dominado por las élites conservadoras y marginando a las opciones políticas de izquierda y al incipiente
movimiento obrero; lento crecimiento y transformación económica, tras un siglo de inestabilidad
política que ha ido perfilando las “dos Españas”; con un descrédito internacional total tras las pérdida de
las últimas colonias; y en un ambiente de creciente conflictividad social, más virulenta a partir de ahora.

10
Corriente de pensamiento que recibe su nombre del filósofo alemán Friedrich Krause, que profesaba una doctrina racionalista, una ética
humanista, una ideología liberal y democrática y una religiosidad personal que conducía a la reconciliación del hombre con la naturaleza. Esta
corriente impulsó la renovación pedagógica, intelectual y científica en España a través de la Institución Libre de Enseñanza.

Você também pode gostar