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2.

1 Antecedentes

Hace algunos años, el mundo laboral se centraba más que todo en lo que conocer
como conocimiento técnico o habilidades duras para llevar a cabo grandes trabajos y
proyectos. No interesaba el hecho de una mala comunicación entre el equipo o un pobre
manejo de liderazgo por parte d los jefes fuera muy evidente. Y es que las habilidades
blandas al ser un conjunto de aptitudes que a lo largo de la historia de la humanidad han
estado presentes de una manera tal vez no tan notoria como lo es a día de hoy. Empresas
donde siempre hubo una comunicación fluida, formación por parte de los líderes de
proyecto en la resolución de problemas, las gestión de tiempo y la del trabajo en equipo
y demás características, estas habilidades siempre estuvieron ahí presentes, tal vez no
siendo parte del currículo de un trabajador o que tuvieran una denominación como tal.

A día de hoy, hay una fuerte demanda por el talento de los nuevos profesionales que
llegan al mundo laboral. Las empresas más grandes se hacen con los servicios de los
mejores profesionales, para de este modo mantener su nombre y estatus. Ahora bien, al
hablar de habilidades blandas en el área laboral se da por entendido que son necesarias,
no son una opción, no son alguna habilidad dura que se pueda aprender y desarrollar
más adelante, son básicas para la supervivencia en el mundo laboral. Nadie con
conocimiento y talento soporta un liderazgo mediocre, que no tenga nada de sentido ni
lógica y que inclusive que pareciera hasta perdido. El talento espera trabajo en equipo,
transparencia, líderes que sirven a su equipo y responsabilidad en todas las áreas.

Pero el concepto de la idea de lo que es una habilidad blanda como tal no se debe a una
persona en específico, sino más bien a grupo como tal. El nacimiento del termino se
remonta a 1972, cuando el ejército de los Estados Unidos habían detectado que las
mejores tropas no eran las que usaban de mejor manera la maquinaria o cualquier tipo
de dispositivo en el campo, sino más bien eran los grupos con habilidades transversales
mejor desarrolladas, según (Gamelearn Team, s.f.) entre las cuales están:

1. Comunicación
2. Trabajo en equipo
3. Resolución de conflictos
4. Liderazgo
5. Responsabilidad
A este conjunto de habilidades se le conocía como habilidades blandas o soft
skills, esto para diferenciarlas de las ya conocidas hard skills o habilidades duras, que
eran relacionadas al uso de maquinaria y cualquier otro tipo de dispositivo.

En los manuales de entrenamiento del ejército se definen las habilidades blandas como:

“Importante conocimiento relacionado con el trabajo que implica escasa o nula


interacción con una máquina o equipo, pero requiere una interacción muy alta
con otras personas, en un entorno incierto con los recursos disponibles.”

En otras palabras, habilidades duras eran aquellas que permitían al operador de un


tanque identificar el objetivo, mientras que habilidades blandas suponían determinar si
el objetivo identificado era el más importante, si se trataba del momento más adecuado
para atacar o si las posibles consecuencias eran oportunas.

Para el mismo año de 1972 en la conferencia sobre habilidades duras de la


Comandancia Continental (CONARC por su acrónimo norteamericano) el doctor
Whitmore presentó un informe que mostraba cómo se entendía el término "habilidades
blandas" (aplicado a las áreas de mando, supervisión, asesoría y liderazgo) en diferentes
escuelas de la CONARC. Tras diseñar y procesar un cuestionario, se formuló la
siguiente definición tentativa: «Las habilidades blandas son importantes habilidades
relacionadas con el trabajo que suponen poco o ningún contacto con máquinas y cuya
aplicación está bastante generalizada. (Whitmore, 1972).

Para el ejército era importante el desarrollo de estas habilidades blandas, porque


en determinados momentos diferenciaban a un equipo exitoso de otro cualquiera. Pero
el principal problema que ellos encontraban era que este tipo de habilidades no se
enseñan y casi todo el peso del currículo de una persona se enfocaba más que nada en
las habilidades duras que estos manejaban. Muy raramente se enseñaba a trabajar en
equipo, a comunicar de manera segura al resto del equipo, a resolver problemas u otras
habilidades importantes para asegurar el éxito del equipo.
Desde entonces se ha intentado darle más y más importancia a este conjunto de
habilidades. El Banco Interamericano de Desarrollo en su informe (BID, 2017)
considera que actualmente durante la Cuarta Revolución Industrial, esta se encuentra
marcada por la convergencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas que
cambiarán al mundo tal como lo conocemos y que impondrá cambios permanentes y
rápidos que traerán consigo nuevos retos se hace necesario contar en las empresas con
empleados que dominen los conocimientos duros, que den soluciones a problemas
técnicos y científicos, pero también deben enfrentar crisis e imprevistos que se
presentan en el día a día y que se resuelven con la suma de habilidades blandas (soft
skills) aquellas que están relacionadas a las emociones, identificando como uno de los
principales retos es el preparar a los trabajadores de hoy para los empleos de mañana.
Entendiendo también que “En el marcador global, la región será competitiva si se libera
talento. Y la clave para liberar ese talento es un mejor aprendizaje”.

2.1.1 Antecedentes en la educación

Actualmente en el mundo se vive un constante cambio, los profesionales deben


convivir y comunicarse con sus iguales, lo que a larga lleva a un desarrollo personal por
parte del profesional, por lo cual las habilidades blandas según Espinoza y Gallegos
(2020) “son capacidades comunicativas, de trabajo en equipo, adaptabilidad, empatía,
pro-actividad, autocritica y flexibilidad”.
La educación como tal ha ido evolucionando a través de las épocas, y ahora más
allá de enfocarse en que el estudiante aprenda conceptos académicos que serán
utilizados durante todos los niveles de formación, desde primaria hasta educación
superior. Esta ha tomado un grado de conciencia en la importancia del desarrollo de
habilidades blandas, más allá para uso laboral y profesional, sino como una herramienta
vital como persona en un ambiente cotidiano, por ello es de sumo interés el desarrollo
de valores transversales y alcanzar el conocimiento.

Según Gómez-Gamero (2019) en su boletín “el reto actual se encuentra en


preparar los trabajadores para seguir actualizando sus habilidades que serán la piedra
angular de conocimientos posteriores y la acumulación de habilidades a lo largo de la
vida”. El desarrollo de las habilidades blandas se comienza en el área educativa pero
inicialmente es un proceso gradual que comienza en los hogares, este aprendizaje no se
da simplemente de la nada, sino que existen figuras que cumplen un rol fundamental en
desarrollo temprano durante los primero años de vida y estos son los padres de familia,
luego la escuela es el lugar de aprendizaje tanto para niños y adolescentes pero el
entorno de trabajo es vital para el desarrollo tanto personal como profesional, y es que
“en este se encontraran insertos aproximadamente dos terceras partes de la vida y en la
que tendrán que sortear dificultades, tanto técnicas como emocionales y estas últimas tal
vez en las escuelas no se han adquirido”.

A su vez Gómez-Gamero (2019) asegura que:

Los retos de las instituciones educativas ahora se encuentran en preparar a los


estudiantes en competencias blandas que serán necesarias para el momento en el
que se insertarán al campo laboral considerando que los empleos cada vez se
presentan en escenarios con más retos debido a los cambios en la velocidad, el
alcance y el impacto en los sistemas, considerando que la velocidad de los
avances no tienen precedente en la historia, pero que están interfiriendo como
una realidad en casi todas las industrias de todos los países. Es por tanto
importante apoyar a los numerosos trabajadores de la fuerza laboral a encontrar
buenos empleos y seguir actualizando sus habilidades lo más tempranamente
posible.

Para Cunha y Heckman (2007) quiénes presentan un modelo simple de la


evolución de las habilidades a lo largo de la vida, señalan que en cada etapa de la vida
se cuenta mucho con los antecedentes de los padres, las inversiones que los padres
puedan realizar en la formación de sus hijos, así como habilidades o competencias
individuales o innatas que los seres humanos traen consigo y las que se van acumulado
hasta ese momento poseen serán habilidades necesarias en las próximas etapas, la
inversión en tiempo y en desarrollo de habilidades que los padres realicen en y para los
estudios formales e informales de sus hijos, serán determinantes para alcanzar un puesto
cualificado en el ámbito laboral, sin dejar de lado también que los adolescentes y
jóvenes invierten sus propios recursos y tiempo en la formación de habilidades (por
ejemplo, al decidir cuánto esfuerzo dedicarán a los estudios). En la actualidad los
jóvenes estudiantes reconocen esta condición, pero también consideran que al llegar a la
adultez se abandona el sistema formal de educación y la acumulación de habilidades se
produce en un ambiente real de trabajo, a través de la capacitación formal que ofrece su
empleo o “aprender haciendo” en su empresa, ocupación o industria.

Ahora bien, la inteligencia emocional es parte importante de todo este desarrollo


en la vida de los estudiantes, y esto es tan importante que se ha convertido en tarea
necesaria en todas las áreas del ámbito educativo.
Y es que actualmente la mayoría de los docentes consideran de manera
primordial el dominio de estas habilidades para el desarrollo evolutivo y socio-
emocional de los estudiantes.

Según Arrabal (2018) “la inteligencia emocional es la capacidad de la aceptación


y la gestión consciente de las emociones teniendo en cuenta la importancia que tienen
en todas las decisiones y pasos que damos durante nuestra vida, aunque no seamos
conscientes de ellos”.

Por formación integral se entiende:

La forma de brindar la educación, un estilo educativo que pretende,


no solo instruir a los estudiantes en su aspecto mental, memorístico, repetitivo,
con los saberes específicos (aspecto cognitivo) de las ciencias; sino, también,
ofrecerles los elementos necesarios para que crezcan como personas,
buscando desarrollar todas sus características, condiciones y potencialidades
(Guerra, Mórtigo, Berdugo (2013, p. 52)

Entonces la formación integral sirve para orientar todos los procesos que tienen
como idea fundamental la realización plena tanto para hombre como para mujeres, se
busca que tengan un desarrollo ético, que estén felices, satisfechos y que sean
socialmente responsables. Esta a su vez contribuye a mejorar su calidad de vida en su
entorno social, puesto que según Sánchez, Amar y Triadú (2018) “ningún ser humano se
forma para sí mismo, sino que hace en un contexto sociocultural determinado, con el
objeto igualmente de mejorarlo”.

La educación superior tiene la responsabilidad académica diferente a la tradicional de


construir un proyecto novedoso que se enfoque en el desarrollo teorico, la integración
de las funciones sustantivas, los planteamientos curriculares, el énfasis en la formación
del docente y los aspectos didácticos. Según Sánchez, Amar y Triadú (2018) la
formación integral precisas desarrollar por lo menos los siguientes aspectos:
Ideológicos: solidaridad, conciencia personal y colectiva. Epistemológicos: teoría del
conocimiento, relación sujeto conocimiento. Funciones sustantivas: docencia,
investigación y extensión. Curriculares: plan de estudios, programas. Formación
docente: actualización. Didácticos: proceso de enseñanza y aprendizaje. Extensión,
Vinculación y Difusión.

El aprendizaje de las profesiones implica no sólo la adquisición de los conocimientos


específicos y las técnicas adecuadas para el ejercicio profesional, sino también requiere
la internalización de valores, actitudes y formas de comportamiento que contribuyan a
que el estudiante participe en la transformación y el mejoramiento de las condiciones
sociales. (Sánchez, Amar y Triadú, 2018)

Habitualmente el docente se enfrenta a situaciones a las que debe hacer frente con
opciones limitadas. Sus emociones pueden influenciar su motivación y funcionamiento
cognitivo, por lo cual, estudiantes con mala conducta dentro del salón de clases pueden
activar emociones en éste, que evidentemente repercuten en el proceso de enseñanza–
aprendizaje.

Actualmente, al docente se le demandan mayores habilidades socioemocionales que


coadyuven al desarrollo de iguales habilidades en sus estudiantes. Un docente social y
emocionalmente competente goza de las siguientes características según recomendadas
por Sánchez, Amar y Triadú (2018):

1. Tiene alta conciencia de sí mismo.


2. Reconoce sus emociones, patrones emocionales y tendencias y sabe cómo
generar y utilizar emociones como la alegría y el entusiasmo para motivar el
aprendizaje en él/ella mismo(a) y en otros.
3. Tiene un entendimiento realista de sus capacidades y reconoce sus fortalezas y
habilidades emocionales.
4. Goza de una alta conciencia social.
5. Sabe cómo sus expresiones emocionales afectan su interacción con otros.
Reconoce y entiende las emociones de otros.
6. Es capaz de construir relaciones sólidas y de apoyo a través de la comprensión
mutua y la cooperación y puede negociar de manera efectiva soluciones a
situaciones conflictivas.
7. Es culturalmente sensible.
8. Entiende que otros pueden tener diferentes perspectivas a las de él/ella y toma
esto en cuenta en sus relaciones con estudiantes, padres y colegas.
9. Respeta a los demás y asume la responsabilidad de sus decisiones y actos.
10. Sabe cómo manejar sus emociones, su conducta y su relación con otros.
11. Puede controlar su conducta incluso cuando está emocionalmente afectado por
situaciones difíciles.
12. Puede regular sus emociones sanamente de manera que facilita resultados
positivos en el aula sin comprometer su salud.
13. Si el docente cumple con la mayoría de estas características, entonces va por
buen camino. Le será más fácil identificar las necesidades de sus estudiantes y
tomar las acciones pertinentes para satisfacerlas.

2.2 Bases Teóricas

2.2.1 Importancia de las habilidades blandas en la Ingeniería en Sistemas

A día de hoy es muy importante que los profesionales de Ingeniería en Sistemas


tengan un conjunto de habilidades que funcionen como completo a sus conocimientos,
tales como la comprensión en temas sociales, éticos y legales referentes a lo profesional.
Esto da paso a un mejor desarrollo de habilidades que son útiles para el reconocimiento
de problemas y situaciones estresantes a la que se pueden llegar a enfrentar en su
entorno, acotando que “con esfuerzo pueden crecer, cambiar y aprender nuevas
habilidades y comportamientos” (Murillo, 2018).

Una investigación realizada por la Universidad de Harvard, concluye que casi el


85% del éxito laboral de un ingeniero, depende de sus habilidades blandas; mientras que
las habilidades duras obtenidas durante su periodo académico sólo representan el 15%
restante, por esa razón las habilidades blandas son fundamentales para cumplir con el
perfil solicitado actualmente (Gabel et al., 2020).

El mercado laboral en el área de la Ingeniería en Sistemas se vuelve más y más


competitivo, y es por eso que es de vital importancia capacitar a los empleados y dar
una formación sólida para diversas situaciones laborales. Por su parte Gómez et al.
(2015) asegura que la importancia de las habilidades blandas en la práctica profesional
de los ingenieros de sistemas ha llevado a la aparición de estrategias destinadas a
incorporarlas en el proceso de enseñanza. Estas estrategias están diseñadas para crear un
entorno de colaboración en el que los estudiantes puedan desarrollar la creatividad y las
habilidades sociales, como la comunicación efectiva, las habilidades de liderazgo, las
habilidades de negociación y el trabajo en equipo.

2.2.2 Principales habilidades blandas en la formación integral de los


profesionales de Ingeniería en Sistemas

Para la formación integral de un ingeniero en sistemas no basta solo con el


conocimiento técnico que uno pueda aprender, es también necesario como complemento
un conjunto de habilidades blandas que le permitan la comunicación con iguales, tener
autocontrol y la confianza en sí mismo.

La Comunicación asertiva. Florencia & Fontán (2015) define comunicación asertiva


como la capacidad de avanzar apropiadamente su punto de vista, de contribuir
objetivamente a discusiones y de dar y recibir retroalimentación. Por su parte Daniels
(2016) menciona que es un estilo de comunicación abierta, para recibir con la misma
importancia, tanto las opiniones ajenas, como las propias; además también forma parte
de la tolerancia, ya que evita conflictos y es una manera honesta y directa en la que un
ingeniero de sistemas se debe formar.

Trabajo en equipo. Hernández, Víquez y Gómez. (2019) definen el trabajo en equipo


como la capacidad para realizar un trabajo colaborativo con los demás. Del mismo
modo Murillo (2018) asegura que esta habilidad permitirá actuar proactivamente y
mostrar iniciativa en todos los proyectos y bases de trabajo donde se desempeñe
cualquier profesional de ingeniería de sistemas. De acuerdo a la ACM/IEEE (citado por
Vidal et al., 2020) los graduados en ingeniería de sistemas deben ser capaces de trabajar
tanto individualmente, como parte de un equipo para desarrollar y entregar proyectos de
calidad. Asimismo cabe recalcar que la ingeniería de sistemas requiere de esta habilidad
para tener un proceso de colaboración en la mayoría de proyectos diseñados por equipo
de trabajo a mediano y largo plazo (Gasca-Hurtado et al., 2015)

Autogestión e iniciativa. Amini (citado por Neri & Herrera, 2019) afirma que los
ingenieros de sistemas deben saber cómo desarrollar métodos y aplicar técnicas que les
permitan desempeñar con eficiencia su trabajo y conocer procesos de resolución de
problemas complejos, desarrollando así estrategias que permitan entender los cambios y
adaptarse a ellos. Las competencias claves son: la automotivación, la eficiencia, la
responsabilidad, tener actitud positiva, análisis crítico de normas sociales y resiliencia
(Marrero et al., 2018). Además, permite desarrollar el liderazgo en todo el trayecto
académico hasta egresar, mediante el establecimiento de metas y estrategias de reacción
en cada uno de los estudiantes de ingeniería de sistemas (Santana et al., 2017).

Pensamiento crítico. Permite trabajar diversa información, sacar conclusiones y tomar


buenas decisiones (Hernández et al., 2019). También sirve como un mecanismo de
alerta frente a los estímulos, conscientemente evaluada, puede guiar la acción y la toma
de decisiones básicas frente a la resolución de problemas (Marrero et al., 2018). Del
mismo modo Mejía (2004) afirma que el pensamiento crítico es la aplicación creativa de
principios para diseñar procesos de manufactura o trabajos, utilizándolos tanto
individual como grupal; todo esto en función a algo predeterminado, como: la economía
de la operación y la seguridad para la vida y la propiedad en la ingeniería de sistemas.
El objetivo de esta habilidad es desarrollar capacidades como: análisis y resolución de
problemas, para formar un investigador competente (Reupo, 2015).

Organización. Butkovic (citado por Neri & Herrera, 2019) menciona que un ingeniero
de sistemas debe poseer la capacidad de controlar, manejar, analizar y comunicar todo
aquello que se planee, negociando dentro de la organización.

Negociación. Esta habilidad permite disminuir la agresión y facilita la interacción con


los demás, buscando establecer un mutuo acuerdo y disminuyendo posibles
consecuencias negativas producto de algunas discrepancias ante un evento o situación,
en las que pueden llegar a encontrarse como profesionales de ingeniería de sistemas
(Guerra-Báez, 2018). Por su parte Gómez et al. (2015) define negociación como una
manera en la que un ingeniero de sistemas pueda generar soluciones que satisfagan las
necesidades de los interesados e incrementen la eficiencia en los procesos de negocios.
Adicionalmente González et al. (2019) asegura que la negociación es un proceso que
consistirá en establecer cuáles son los recursos con los que va a colaborar el nodo con el
sistema y cuáles tendrá derecho a utilizar una vez haga parte del mismo.

Inteligencia emocional. Es aquella habilidad que nos permitiré controlar nuestras


emociones y permite entender a los demás; aumentando la capacidad para captar las
emociones de todo un grupo trabajo y conducirlas a tener un resultado positivo.
Asimismo, considera que esta habilidad se puede aprender y promover como una
herramienta para comprender la productividad laboral de las personas y el éxito de las
empresas (Camayo, 2016).
Aceptación de críticas. Es una forma en la que un ingeniero se desarrolle
adecuadamente en los distintos ámbitos de acción, como trabajar duro bajo presión,
tener flexibilidad y posibilidad de adaptarse a los distintos escenarios; teniendo
autoconfianza y formando la capacidad de ser confiable (Hernández et al., 2019).

Toma de decisiones. Según la Organización Mundial de la Salud División de Salud


Mental (citada por Guerra-Báez, 2018) la toma de decisiones es una habilidad que da la
posibilidad de elegir de manera eficaz y constructiva las acciones a realizar ante
distintas situaciones y contextos de la vida cotidiana. Por su parte González et al.,
(2019) asegura que la toma de decisiones es un proceso, donde se realiza la elección de
una opción entre varias, utilizando un método para resaltar unas opciones de otras, de
manera que se puedan organizar óptimamente; buscando de esa manera que un
ingeniero de sistemas pueda tomar decisiones basadas en la razón y no por impulso.
Además él que toma decisiones está capacitado para dar soluciones factibles frente a
diversas situaciones donde se llegue a encontrar (Romero et al., 2018).

Actitud positiva. Schipper, Van der Stappen, Holguín, Tavera y López (citados por
Neri & Herrera, 2019) ponen énfasis en esta habilidad como elemento principal de las
habilidades blandas, debido a que es el factor más importante al fomentar el aprendizaje
de sus demás componentes, puesto que esta actitud, influye directamente en la
personalidad de cada uno de los individuos y, además, permite complementar el
aprendizaje obtenido. Mientras que Jorge, (2016) la define como una actitud que impide
caer en la apatía, la desesperación y la depresión frente a las diversas adversidades en
las que se pueda encontrar un ingeniero de sistemas.

Sociabilidad. Neri & Herrera (2019) señala que el trabajo de un ingeniero en cualquier
puesto requiere de habilidades sociales y emocionales, que promuevan la coordinación,
la proactividad y las relaciones centradas en los clientes. Mientras que Guerra-Báez
(2018) afirma que las interacciones sociales efectivas son un factor indispensable para
que un profesional en la ingeniería de sistemas pueda relacionarse exitosamente tanto en
la familia, como en la universidad y el campo laboral. Aprendizaje y desarrollo de
habilidades blandas en la ingeniería de sistemas Un primer paso para mejorar las
habilidades blandas de los estudiantes es aumentar su conciencia acerca de la
importancia y consecuencias de las deficiencias en este tema; además se debe alentar a
los estudiantes a mejorar sus habilidades blandas aplicando diferentes métodos, como
por ejemplo, leer libros referentes a esto, asistir a cursos y unirse en sociedades para
ampliar su curiosidad y conocimientos (Hernández et al., 2019).
Referencias

Libros

Arrabal, E. M. (2018). Inteligencia Emocional. España. Editorial ELEARNING

S.L. ISB: 978-84-17446-86-4. 1a Edición.

Banco Interamericano de Desarrollo, BID 2017, Aprender Mejor, Políticas

públicas para el desarrollo de habilidades. 2017.1-117.

Cunha, F. y J. Heckman. 2007. “The Technology of Skill Formation”. American


Economic Review 97(2) mayo: 31–47

Revistas

Espinoza, M. y Gallegos, D. (2020). Habilidades blandas en la educación y la

Empresa: Mapeo Sistemático. UISRAEL; Revista Científica. Volumen 7


(No.2). Páginas 47-48. DOI: https://doi.org/10.35290/rcui.v7n2.2020.245

Gómez-Gamero, M. (2019). Las habilidades blandas competencias para el nuevo

mileno. DIVULGARE; Boletín Científico de la Escuela Superior de


Actopan. Volumen Semestral (No. 11). Páginas 2-3.

Gómez, M., Manrique-Losada, B., & Gasca-Hurtado, G. (2015). Propuesta de

evaluación de habilidades blandas en ingeniería de software a través de


proyectos universidad -empresa. Revista Educación En Ingeniería,
Volumen 10 (No 19), Páginas 131–140. DOI:
https://doi.org/10.26507/rei.v10n19.549

Guerra, Y; Mórtigo, A; Berdugo, S, N. (2013). Formación integral,

importancia de formar pensando en todas las dimensiones del ser. Revista


Educación y Desarrollo Social. Volumen 8 (No. 1), ISSN 2011 –5318.
Páginas 46-69.

Sánchez, O., Amar, R. y Triadú, J. (2018). Habilidades Blandas: Necesarias para


la formación integral del estudiante universitario. Revista Científica
ECOCIENCIA. Volumen 5 (Edición Especial). Páginas 8-10. DOI:
https://doi.org/10.21855/ecociencia.50.144

Web

Gamelearn Team. (s.f.). El origen de las soft skills, las habilidades que

determinan el éxito. Gamelearn. Recuperado el 14 de julio de 2023 de


https://www.game-learn.com/en/resources/blog/el-origen-de-las-soft-
skills-las-habilidades-que-determinan-el-exito/

Diarios

Gabel, R., Leguía, G., Pera, C., y Mintzberg, H. (2020, Julio 6). Lit: El

Liderazgo que Transforma. Gestión. Recuperado de


https://especial.gestion.pe/lit/?
utm_source=ElComercio&utm_medium=InternasMobile&utm_campaig
n=upacifico-lit-widget#liderazgo-laboral

Documentos

Murillo, P. (2018). Estudio de las competencias genéricas de los Ingenieros de

Sistemas y Computación de la Universidad Nacional de Colombia


egresados del 2000 al 2010. Universidad Nacional de Colombia

Otros

Whitmore, P. G. (1972). What are soft skills?, Presentado en CONARC Soft

Skills Conference. Texas, Estados Unidos

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