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La metáfora o asimilación semántica es un proceso similar por el cual algunos de los rasgos
semánticos se pierden extendiendo así el uso de una forma léxica a nuevos contextos.
Un ejemplo de asimilación puede ser la palabra juzgar, evolucionada desde judgar, de más difícil
pronunciación, o hasta desde hadta o hatta. Un proceso relacionado es la coarticulación, en la cual
un segmento influye al otro y le produce una variación alófona, como las vocales que adquieren el
timbre nasal (nasalización) ante consonantes de este tipo cuando el velo del paladar se abre antes,
o la labialización, velarización, etc., de ciertas consonantes. Este artículo describirá ambos
procesos englobándolos en el término general de asimilación.
Este tipo de asimilación es el tipo más común de asimilación y afecta al primero de dos fonemas
en contacto directo. Tiene el carácter típico de cambio condicionado en la pronunciación, y se
aplica a todos los vocablos con el problema. Así, en latín los prefijos acabados en nasal (com-
"con", "junto con"; in- "en" (también marca el comienzo de la acción); in- (forma adjetivos
privativos)) muestran sin excepción los siguientes procesos asimilatorios relativos al sonido
posterior:
Se convierten en /m/ ante /p/, /b/, y /m/: impendeō' "amenazar", imbibō "embeber", immēnsus
"inmenso" Se convierten en /n/ ante /t/, /d/, y /n/ (en este último caso, el prefijo con- puede
convertirse en cō-): contāminō "contaminar", connīveō o cōnīveō "cerrar los ojos; disimular",
condōnō "regalar" Se convierten en /l/ o /r/ ante /l/ y /r/, respectivamente: corrumpō "destruir",
irrētiō "coger en una red", illūdō "jugar", illītterātus "iliterado", colloquor "conversar", collūdō
"jugar con otro". La asimilación a [ŋ] ante /k/ o /ɡ/ no se mostraba en la escritura.
También en latín, una sorda seguida de nasal se asimila a ésta: el protoindoeuropeo *swepnos
"sueño" > lat. somnus [los cambios vocálicos también son regulares], *supmos "en mayor grado" >
summus, *ad-nec- > annectō "atar" (cf. anexo), sub-moenium "barrio oriental" (lit. "bajo los
muros") > summoenium. (Este ejemplo también indica el sinsentido de las división entre
asimilaciones "parciales" y "completas": esta es sencillamente una única ley fonética de sorda-se
convierte en-sonora y si la asimilación producida es de un tipo u otro no depende de las
características fonéticas iniciales)
En italiano, las sordas sin vocal intermedia se asimilan a la siguiente /t/: Protorromance *oktọ
"ocho" > It. otto, Prom. lęktu "cama" > letto, *suptu "bajo" > sotto.
Este tipo de asimilación no-contigua o asimilación a distancia, es menos frecuente que el anterior.
A veces es un accidente ideosincrático de la palabra que no se presenta sistemáticamente en otras
palabras similares. Por ejemplo en francés antiguo cercher 'perseguir, buscar' /ser.ʧer/ > fr.
moderno chercher /ʃɛʁ.ʃe/ (compárese el catalán cercar 'buscar').
En castellano antiguo, la yod, esto es, el sonido palatal del moderno mayor, ejercía una influencia
importante en las vocales y consonantes inmediatas. Así, latín basium > cast. beso, mientras que
sin ella, casum > caso. Un fenómeno parecido era provocado por la semivocal u, o waw.
Otro ejemplo de cambio regular es la asimilación a la sibilante del sánscrito, en la cual si había dos
sibilantes diferentes al comienzo de sílabas sucesivas, la /s/ simple se reemplazaba siempre por
la /ɕ/ palatal: PIE *smeḱru- "barba" > Sns. śmaśru-; *ḱoso- "gris" > Sns. śaśa- "conejo"; PIE
*sweḱru- "suegra" > Sns. śvaśrū-.
Este tipo de asimilación es bastante común y sistemática, por lo que a menudo puede formularse
como una ley fonética regular.
PIE *-ln- > -ll- en las familias germánica e itálica. Así, *ḱļnis "colina" > lat. ant. *kolnis > lat. collis; >
protogerm. *hulniz, *hulliz > anglosaj. hyll /hyl/ > inglés hill.
La armonía vocálica de los sufijos de algunas lenguas altaicas, es en cierto modo opuesta al
umlaut, a saber, la fonética de una vocal se ve afectada por la de la precedente. Así, por ejemplo,
la mayoría de los marcadores de caso en el finés se hacen según los gustos /a/ o /æ/ (escrito ä)
dependiendo de si la vocal precedente es posterior o frontal. Sin embargo, es difícil conocer dónde
y cómo se dio en la historia de este idioma un cambio asimilatorio. El reparto de los posibles
finales en finés es sólo eso, ni mucho menos el cambio operado por una asimilación (aunque
probablemente sí el reflejo de una innovación anterior).
Armonía vocálica
La sinarmonía o armonía fonémica es un tipo de asimilación de «larga distancia» que afecta a los
fonemas de un cierto tipo, haciendo que entre ellos deba existir algún rasgo común o armónico,
estando prohibidas o restringidas combinaciones de esos fonemas que no sean armónicos.
La (sin)armonía vocálica por la cual dos o más de los vocales de una palabra deben compartir
cierto rasgo es un fenómeno de gran difusión mundial; por el contrario, otros tipos de sinarmonía
como la de consonantes es más restringida, aunque puede ser común en el desarrollo infantil.
Idiomas túrquicos
Turco
La armonía vocálica es un fenómeno asimilatorio por el cual todos o algunos de los rasgos de una
vocal se extienden a otras vocales, situadas normalmente en las sílabas adyacentes. En fonología,
armonía de las vocales, sinarmonía o armonía fonémica es un proceso de asimilación en el que las
vocales de un dominio dado, típicamente una palabra fonológica, tienen que ser miembros de la
misma clase natural (por lo tanto, "en armonía"). La armonía de las vocales suele ser de larga
distancia, lo que significa que las vocales afectadas no necesitan estar inmediatamente
adyacentes, y puede haber segmentos intermedios entre las vocales afectadas. Generalmente,
una vocal desencadenará un cambio en otras vocales, ya sea progresiva o regresivamente, dentro
del dominio, de modo que las vocales afectadas coincidan con la característica relevante de la
vocal desencadenante. Las características fonológicas comunes que definen las clases naturales de
vocales involucradas en la armonía de las vocales incluyen el reverso de las vocales, la altura de las
vocales, la nasalización, la redondez y la raíz de la lengua adelantada y retraída.
"Larga distancia"
Los procesos de armonía son de "larga distancia" en el sentido de que la asimilación involucra
sonidos que están separados por segmentos intermedios (generalmente segmentos
consonánticos). En otras palabras, la armonía se refiere a la asimilación de sonidos que no son
adyacentes entre sí. Por ejemplo, una vocal al comienzo de una palabra puede desencadenar la
asimilación en una vocal al final de una palabra. La asimilación se produce en toda la palabra en
muchos idiomas. La vocal que provoca la asimilación de vocales se denomina frecuentemente
desencadenante, mientras que las vocales que asimilan (o armonizan) se denominan objetivos.
Cuando los desencadenantes de las vocales se encuentran dentro de la raíz o la raíz de una palabra
y los afijos contienen los objetivos, esto se denomina armonía vocálica controlada por la raíz (la
situación opuesta se denomina dominante). Esto es bastante común entre los idiomas con
armonía de vocales y se puede ver en el sufijo dativo húngaro:
El sufijo dativo tiene dos formas diferentes -nak/-nek. La forma -nak aparece después de la raíz
con vocales posteriores (o y a son vocales posteriores). La forma -nek aparece después de la raíz
con vocales anteriores (ö y e son vocales anteriores).
En muchos idiomas, se puede decir que las vocales pertenecen a conjuntos o clases particulares,
como las vocales posteriores o las vocales redondeadas. Algunos idiomas tienen más de un
sistema de armonía. Por ejemplo, se propone que las lenguas altaicas tengan una armonía de
redondeo superpuesta a una armonía de fondo.
Incluso entre idiomas con armonía de vocales, no todas las vocales necesitan participar en las
conversiones de vocales; estas vocales se denominan neutras. Las vocales neutras pueden ser
opacas y bloquear los procesos armónicos o pueden ser transparentes y no afectarlos. Las
consonantes intermedias también suelen ser transparentes.
Finalmente, los idiomas que tienen armonía de vocales a menudo permiten la falta de armonía
léxica, o palabras con conjuntos mixtos de vocales, incluso cuando no se trata de una vocal neutra
opaca. Van der Hulst y van de Weijer (1995) señalan dos situaciones de este tipo: los morfemas
desencadenantes polisilábicos pueden contener vocales no neutras de conjuntos armónicos
opuestos y ciertos morfemas objetivo simplemente no logran armonizar. Muchos préstamos
exhiben falta de armonía. Por ejemplo, turco vakit, ('tiempo' [del árabe waqt ]); * vak ı t hubiera
sido esperado.
Es el cambio de timbre que las vocales de una palabra, o solo la vocal tónica, sufren por influjo de
la vocal final o de un sonido vecino. Es un cambio fonético, debido a la asimilación, con
consecuencias fonológicas que consisten en la elevación o cierre de una vocal por influjo de una
/i/, /ī/, /j/, /u/, /ū/, /w/ situadas en una sílaba siguiente de la palabra. Este cambio se estudió
primero en alemán y otras lenguas germánicas. Puede considerarse un caso particular de la
armonía vocálica.
En las lenguas germánicas, no todas las vocales son metafonizables y, además, existen
combinaciones consonánticas que impiden la implementación de la metafonía; en estas lenguas,
por tanto, la metafonía es un fenómeno de asimilación. La metafonía no tiene por qué ser
provocada exclusivamente por una vocal: en las lenguas escandinavas, por ejemplo, también
existe la metafonía por /ř/: así, la palabra *kaz ('recipiente'); se transforma, por rotacismo, en
*kař. Esta /ř/ provoca la metafonización de la vocal con la que está en contacto, dando,
finalmente, ⟨ker⟩.
En germánico, la forma reconstruida para huéspedes debía de sonar *ɣastijiz (un masculino de
tema en -i). Esta forma se contrajo posteriormente en *ɣastīz. La /ī/ de esta última forma provocó
que la /a/ tónica se convirtiera en una e cerrada en alemán antiguo, escrita <ė>: *ɣastīz → <gėsti>
→ alemán moderno <Gäste> (para el alto alemán antiguo diremos que la vocal ė es el resultado de
la metafonización de una a por j, i o ī posteriores). También, la forma reconstruida para 'batalla'
debía de sonar *baðwō (un femenino de tema en -wō). La -w- provocó la metafonización de la a
tónica en nórdico occidental antiguo, dando bǫð (para el nórdico occidental antiguo diremos que
la vocal ǫ es el resultado de la metafonización de una a por w, u o ū posteriores).
En muchas de las lenguas germánicas, la metafonía (ya sea palatal o labial) acabó generando un
fuerte incremento de sus respectivos sistemas vocálicos.
El sistema metafónico del asturiano se resuelve con el cierre de la vocal tónica ante -i y -u final:
- e > i: ad heri > ayeri > ayiri 'ayer', iste > esti > isti 'este', lacte > llechi > llichi 'leche'
- a > e: tarde > tardi > terdi 'tarde', en balde > en baldri > en beldri en balde
- o > u: dorme > dormi > durmi 'duerme tu', come > comi > cumi 'come tu'
- ue > ui: nueche > nuechi > nuichi 'noche', longine > lloñe > llueñi > lluiñi 'lejos'
La metafonía es el cierre vocálico provocado por la asimilación causada por una vocal cerrada final.
No es tan frecuente como la inflexión.
La inflexión es el cierre vocálico producido por una deslizante. Puede ocurrir dentro de la misma
sílaba o entre sílabas diferentes.
A causa de la inflexión, por ejemplo, actualmente decimos «leche» en lugar de latte como en
italiano. Aunque las vocales del español son, por lo general, muy estables en su timbre,
ocasionalmente encontramos cierres vocálicos, especialmente en el habla rápida o descuidada
cuando se eliminan hiatos, como en «pelear» pronunciado [peˈli̯aɾ].