Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
net/publication/261358718
CITATION READS
1 6,763
1 author:
Fumikazu Saito
Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP)
112 PUBLICATIONS 689 CITATIONS
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
Tecnologias e educação matemática: investigações sobre a fluência em dispositivos, ferramentas, artefatos e interfaces View project
Construção de Interface entre História da Matemática e Ensino na Perspectiva do lógico-histórico View project
All content following this page was uploaded by Fumikazu Saito on 04 April 2014.
Editor-in-Chief:
Sergio Nobre (UNESP - Brasil)
Managing Editor:
Fábio Maia Bertato (UNICAMP - Brasil)
ÍNDICE
Fontes Históricas nas salas de aula de Matemática: o que dizem os Estudos Internacionais
Bernadete Morey 73 - 83
História da Matemática: Uma Visão Crítica, desfazendo Mitos e Lendas (Resenha crítica)
Fumikazu Saito 85 - 94
Resumen
En este trabajo presentamos y analizamos en detalle el primer tomo de las Cartas Físico-
Matemáticas de Teodosio a Eugenio. Un texto de geometría poco conocido, escrito en
formato epistolar por el portugués Teodoro de Almeida a finales del XVIII.
Abstract
In this work we present and analyze in detail the first book of the Cartas Físico-
Matemáticas de Teodosio a Eugenio. A little-known geometry text written epistolary form
by the Portuguese Teodoro de Almeida at the ending of XVIII century.
1. Introducción.
En este trabajo vamos a centrar nuestra atención en el primero de los tres tomos
que forman las Cartas, cuya temática única es la Geometría y que, de hecho, es el único
texto de contenido matemático escrito por este autor.
Como hemos dicho, justo antes del prólogo del traductor, se incluye un listado con
los suscriptores de la obra. Constituye éste un curioso y heterogéneo grupo de 183
personas, que ilustra el interés que debía suscitar la lectura de la obra. Algunos de ellos
estaban suscritos por más de un ejemplar, siendo el caso más extremo el de alguien llamado
Francisco Antonio Miravete; suscrito por 140 ejemplares.
Entre estos 183 suscriptores encontramos militares como el Brigadier D. Antonio
Angosto o el Coronel D. Alfonso Tabares, eclesiásticos (siendo el más notorio el Ilmo. Sr.
D. Joseph Constancio de Andino, Obispo de Albarracín), nobles como el Marqués de
Astorga o el Conde de Clavijo o profesionales liberales como D. Manuel Mota, que figura
como cirujano de Villa-Pozuelo. No obstante la mayor parte de los suscriptores aparecen
tan sólo con su nombre sin indicación alguna de cargo u ocupación.
Esta primera carta hace las veces de prólogo del autor. En ella da contexto a todo
aquello que vamos a leer e informa sobre aspectos relativos a su motivación a la hora de
escribir el texto así como al método elegido para presentar los contenidos.
El maestro Teodosio escribe en respuesta a una carta de su discípulo Eugenio en la
que este último se lamenta porque el maestro dejó temas sin tratar en sus conversaciones
anteriores (las que se relatan en la Recreación Filosófica). El maestro se congratula por el
ansia de conocimiento mostrada por el discípulo y justifica las omisiones:
1
Posiblemente Antoine Arnauld, quien publicó en 1667 sus Nouveaux élémens de Geométrie.
2
Se trata de Bernard Lamy, autor en 1685 de Les Élémens de Géometrie.
3
Alexis Clairaut. En 1741 publicó su texto Élémens de Géometrie.
4
Jean-Baptiste de la Chapelle. Su obra Institutions de Géometrie apareció en 1756.
5
Étienne Bézout. Autor de importantes textos, como el Cours de mathématiques à l'usage des Gardes du Pavillon
et de la Marine, aparecido ente 1764 y 1767 ó el Cours complet de mathématiques à l'usage de la marine et de
l'artillerie que vio la luz entre 1770 y 1782.
“La libertad de pensar como mejor los parece, que todos tienen
en lo que no sea materia de Fe o de costumbres da a cada cual
el derecho de exponer sus pensamientos […] Esta libertad ha
sido utilísima, así en todas las Ciencias Naturales, como en las
Matemáticas. Aunque no se concede en las verdades
sustanciales, sobre las que todos están acordes, jamás se negó
en el modo de enlazarlas, y deducir unas de otras, o en el de
manifestarlas al entendimiento…”
4.3. La Carta I.
Esta primera carta se titula “Sobre las líneas y los ángulos” y se organiza en torno
a las once secciones siguientes:
4.4. La Carta II
Tras una primera carta dedicada a conceptos básicos, en esta segunda el maestro
entra ya a tratar aspectos algo más complejos e interesantes.
Se comienza estudiando el resultado clásico sobre la relación entre el ángulo
inscrito en una circunferencia y su ángulo central correspondiente, dando como aplicación
el método para construir una perpendicular por el extremo de un segmento dado y para
trazar la tangente a una circunferencia por un punto exterior a ella. Por su parte, la siguiente
sección se dedica al estudio de la relación entre ángulos interiores y exteriores a una
circunferencia y sus correspondientes ángulos centrales, resultados igualmente clásicos.
Estos resultados se demuestran sin recurrir (pues son ideas que no se han
introducido todavía en este punto) a la definición de triángulo isósceles ni a resultados
relacionados con los ángulos interiores o exteriores de un triángulo, que es el enfoque que
se suele adoptar hoy en día (S.M., 2009).
A continuación, el maestro se dedica a probar que los tres ángulos de un triángulo
suman un total de dos rectos, extiende ese resultado a polígonos arbitrarios y termina
presentando los criterios de igualdad de triángulos.
La carta se cierra con una advertencia respecto a la siguiente, dedicada a las
razones y proporciones. Teodosio pone sobre aviso a su discípulo de que va a utilizar
lenguaje algebraico:
1. De la razón en general.
2. De la proporción en común.
3. De la razón aritmética.
4. Proporción aritmética
5. De la razón geométrica.
6. Propiedades de la razón geométrica.
7. De la proporción geométrica.
8. De las mutaciones que se pueden hacer en los términos, conservando la
proporción.
9. De la razón compuesta.
10. De la proporción recíproca.
Se inicia la carta introduciendo la idea de razón como comparación (ya sea por
diferencia o por cociente) y la proporción como la igualdad de dos razones del mismo tipo.
A continuación se aborda un tratamiento detenido de los dos tipos de razones y
proporciones: las aritméticas y las geométricas. Ambas nociones reciben un tratamiento
bastante similar, aunque como es de esperar, el desarrollo es más extenso en el caso de las
razones y proporciones geométricas.
Se definen los conceptos de razón y proporción y se estudian manipulaciones que
dejan invariante la razón o que permiten obtener nuevas proporciones a partir de una dada.
En el caso de las proporciones geométricas, al estudiar las posibles manipulaciones de una
proporción que llevan a una nueva proporción, se presentan tanto en abstracto (utilizando
letras) como ejemplos concretos que clarifiquen la idea. Por ejemplo,
4.6. La Carta IV
Esta carta, que bajo el título de “De las líneas proporcionales” vuelve a retomar
contenidos más propiamente geométricos, se articula según las siguientes ocho 6 secciones:
6
Debido seguramente a un error de imprenta, de la sección 7 se salta directamente a la 10. Esta errata aparece
tanto en la edición de 1787 como en la de 1792. No hemos consultado otras posteriores.
4.7. La Carta V
Esta carta se titula “De las superficies” y sus contenidos se organizan de acuerdo a
doce secciones:
Vemos cómo se mezclan las ideas filosóficas con las matemáticas y cómo
aparecen concepciones respecto a la suma de cantidades infinitamente pequeñas que
supusieron (y suponen) obstáculos (Brousseau, 1983) a la hora de comprender conceptos
relacionados con el Análisis Matemático.
Además de lo que llamaríamos fórmulas para el cálculo de áreas, se presentan
métodos para construir figuras equivalentes y resultados relativos a la comparación entre
las áreas de diversas figuras semejantes o no. Se cierra esta parte probando que “los
círculos son entre sí como los cuadrados de los diámetros”.
Tras el estudio de un caso particular en la sección 8, se presenta el Teorema de
Pitágoras; del que se dan hasta tres demostraciones (incluyendo la que aparece en los
Elementos de Euclides). Sigue una serie de aplicaciones de este resultado que incluyen, por
ejemplo, la duplicación de un cuadrado o la construcción de un círculo de igual área que
una corona circular dada.
La carta, y con ella los contenidos relativos a áreas y superficies, se cierra con
diversos resultados que relacionan la razón entre los lados de dos cuadrados o los radios de
dos círculos y la razón entre sus áreas.
4.8. La Carta VI
Esta última carta, la más extensa, se titula “Sobre los sólidos” y está estructurada
en torno a las diecisiete secciones siguientes:
Los contenidos de esta carta se inician con una primera parte, formada por las
secciones 2, 3 y 4, dedicada al estudio de las superficies de los sólidos presentados (prisma,
pirámide, cono y esfera). Se dan métodos para calcular lo que hoy llamaríamos el área
lateral y total de prismas, pirámides y conos, así como para el área de la esfera.
El resto de la carta sigue una estructura similar a la anterior, dedicada a las áreas
de superficies, pero en este caso respecto a volúmenes de sólidos: se dan “fórmulas” para el
cálculo de volúmenes, se compara el volumen de figuras del mismo tipo rectas y oblicuas,
se estudia la razón entre los volúmenes de figuras semejantes o la razón entre los
volúmenes de figuras no semejantes pero del mismo tipo.
La sección final, que supone prácticamente el cierre de la obra (aunque como
veremos se incluye un epílogo) está dedicada a la clasificación de los sólidos regulares. El
maestro Teodosio justifica la no existencia de más poliedros regulares que los conocidos y
da métodos para su construcción. Por lo curioso de sus términos, indicamos aquí el
correspondiente al dodecaedro:
Resulta de interés señalar que la esfera es considerada por el autor como un sólido
regular “por ser en todas partes semejante a sí mismo: de suerte que de cualquiera modo
que se la tome siempre ofrece la misma superficie igualmente convexa”.
4.9. El Epílogo
5. Conclusión.
Desde el punto de vista de los contenidos que trata, el primer tomo de las Cartas
Físico-Matemáticas de Teodosio a Eugenio no es un texto especialmente interesante. De
hecho, el propio autor ya señala en la Carta Preliminar que su aportación personal se centra
más bien en el modo de presentarlos.
En ese sentido, y dejando de lado el estilo epistolar originalísimo, pensamos que el
modo en que se presentan ciertos contenidos es ciertamente interesante y, si se nos permite,
moderno. Se observa claramente la influencia en el Padre Almeida de los autores citados en
la Carta Preliminar (ver notas 1 a 5).
Es reseñable el abandono (aunque sea parcial) del método axiomático y el recurso
a la intuición y a la visualización (apoyado en el gran número de figuras). Virtudes que no
siempre se consideran tales7.
Aún hoy es poco habitual, por citar algunos ejemplos, encontrar una presentación
dinámica (basada en el movimiento) del concepto de línea o el tratamiento de problemas
topográficos relativamente complejos de manera práctica y efectiva sin recurrir a la
Trigonometría.
En cuanto a la extensión de los contenidos, el autor no pretende ser exhaustivo. La
obra se cierra con las palabras siguientes, que refuerzan opiniones ya expresadas al
comenzar la obra:
6. Referencias.
7
Recuérdese, sin ir más lejos, cómo Lagrange se vanagloriaba en el prefacio de su Mecánica Analítica de 1788 de
no haber incluido figura alguna en la obra.
Resumo
Abstract
Inserted into the research on the trajectory of Drawing as a school discipline in Brazil, this
article aims to present an analysis of five Drawing textbooks published in the mid-twentieth
century in the country. Taking the textbooks as sources of historical research, we intend to
show which knowledge they mobilized. The assumption is that these books constitute an
effective speech about the drawing, arranging and selecting content, designing didactic
programs and propagating ideological values and goals. The study of these textbooks
should provide therefore a wider horizon to the understanding of the school trajectory of
this discipline.
Lugar de memória
1
Trecho de depoimento oral concedido em outubro de 2010 pelo Prof. Ailton João da Silva, conhecido como Prof.
Bana, professor de Desenho do Colégio de Aplicação da UFSC no período de 1969 a 1972.
2
Trecho de depoimento oral concedido em outubro de 2010 pelo Prof. Milton Luiz Valente, professor de Desenho
do Colégio de Aplicação da UFSC no período de 1972 a 1973.
Estes depoimentos foram concedidos para o desenvolvimento da pesquisa:
MACHADO, R. B. Entre Vida e Morte: Cenas de um Ensino de Desenho. 254f. Dissertação (Mestrado em
Educação Científica e Tecnológica), Universidade Federal de Santa Catarina, Florianópolis, SC, Brasil, 2012.
3
Argumento presente em diversas pesquisas que tratam da história da disciplina de desenho no Brasil, tais como
Nascimento (1994 e 1999), Zuin (2001), Trinchão (2008), Machado (2012).
4
Esta Reforma buscou organizar e uniformizar os conteúdos e métodos de ensino nas escolas oficiais em todo o
país. O curso secundário foi então dividido em um ciclo fundamental (5 séries) e um ciclo complementar (2
séries). O primeiro visava à formação básica geral, e o segundo era considerado como preparatório ao ensino
superior.
5
Entre 1942 e 1946, foram decretadas as Leis Orgânicas de Ensino, que ficaram conhecidas por eforma
Capanema. Essa reforma, consolidada em seis decretos-leis, organi ou o ensino prim rio, secund rio, bem como o
ensino industrial, comercial, normal e agrícola. O ensino secund rio continuou dividido em dois ciclos, mas
ganhou uma configuração diferente: o 1 ciclo, ou curso ginasial, teve a duração alterada de cinco para quatro anos
e o 2 ciclo, ou curso colegial, de dois para tr s anos, sendo que este foi subdividido em duas modalidades
distintas, o cl ssico e o científico.
6
Cabe destacar que tais questionamentos e as análises realizadas no presente artigo são decorrentes de
investigação em nível de mestrado, concluida em 2012 no Programa de Pós-Graduação em Educação Científica e
a uma análise dessa natureza, é preciso conferir ao livro didático o status de fonte de
pesquisa histórica, partindo do pressuposto de que foram “essenciais para a circulação dos
saberes do desenho pelo país, operando em múltiplas direções e situam-se na fronteira
movediça; de encontro e tensão; entre práticas e discursos” (DO IA, 2004, p.32).
Tomamos os livros didáticos, portanto, como lugares de memória. Produtos de uma
época, eles se constituem em vestígios intermediadores entre as práticas e os discursos
concernentes a determinada disciplina, veiculados em um período histórico específico. Sua
análise, assim, desloca-nos ao limiar entre o prescritivo e o efetivo, podendo auxiliar no
entendimento da complexa trama do sistema escolar. Chervel (1990) argumenta que “dos
diversos componentes de uma disciplina escolar, o primeiro na ordem cronológica, senão
na ordem de importância, é a exposição pelo professor ou pelo manual de um conteúdo de
conhecimentos” (p. 202, grifo nosso), sendo tarefa primordial da história de uma disciplina
escolar estudar os conteúdos explícitos dessa disciplina:
Por outro lado, para além dos conteúdos, Choppin (2000) defende que o livro
didático apresenta-se como o depositário de conhecimentos e de técnicas que em dado
momento a sociedade acredita serem importantes à juventude para a perpetuação de seus
valores. Isso explica porque em numerosos países o poder político aplique sobre eles uma
regulação particular, a fim de garantir o controle do conteúdo ideológico que transmitem.
Dessa forma, para o pesquisador que se interesse pela educação, ciências, cultura ou
inclusive pela mentalidade, os livros didáticos representam também uma fonte privilegiada.
Feitas essas considerações, é necessário ainda operar um recorte de análise: Dentre o
corpus disponível, que livros didáticos de desenho investigar?
De acordo com Choppin (2002), frente impossibilidade de se locali ar
determinados exemplares, e ao grande n mero de publicações e edições, é preciso definir
uma amostra para an lise de acordo com critérios que justifiquem tal seleção. Assim sendo,
serão analisadas as seguintes obras: Desenho Para o Curso Ginasial - 3ª série e Desenho
Para o Curso Ginasial - 4ª série, de José Sennem Bandeira; Curso de Desenho – 3ª e 4ª
séries ginasiais e Comunicação e Expressão Visual – 2º volume, de José de Arruda
Penteado; e Desenho Geométrico, de Benjamim de Araújo Carvalho.
Tal escolha justifica-se, primeiramente, porque os autores José de Arruda Penteado
e Benjamim de Carvalho são citados como referências nas falas dos professores
entrevistados, referenciadas no início deste texto. Além disso, Dagmar (2004, p. 52) afirma
Tecnológica da Universidade Federal de Santa Catarina, de autoria de Rosilene Beatriz Machado, sob orientação
da Profª Drª Cláudia Regina Flores.
que esses autores tiveram notável sucesso editorial, verificado pelo número de exemplares
vendidos em determinados períodos e pelo número de edições publicadas, de maneira que
suas obras parecem ter-se constituido referências para o ensino de desenho no Brasil. E,
finalmente, porque, conforme Machado (2012), esses livros constaram nas bibliografias dos
programas de desenho do Colégio de Aplicação da Universidade Federal de Santa Catarina
por mais de vinte anos.
Convém ressaltar que esta análise não constituirá uma história dos livros
didáticos7, mas sim, “a história de um tema, de uma noção, de um personagem, de uma
disciplina, ou de como a literatura escolar foi apresentada por meio de uma mídia
particular” (CHOPPIN, 2004, p. 4), de forma que os livros did ticos serão tomados como
apenas uma das fontes s quais recorremos. O objetivo é colocar em evid ncia as principais
características dos livros selecionados, buscando perceber como e quais conteúdos
específicos de desenho foram apresentados nessas obras. Analisar, pois, os conteúdos, de
acordo com uma perspectiva epistemológica ou propriamente didática, colocando aos livros
didáticos questões tais como,
7
Choppin (2004, p. 4) destaca que a história dos livros did ticos dirige sua atencão diretamente para os livros
did ticos, recolocando-os no ambiente em que foram concebidos, produ idos, distribuídos, utilizados e
“recebidos”, independentemente dos conte dos dos quais eles são portadores.
8
Todas as informações sobre os autores constam nas páginas iniciais dos livros consultados.
1 —— Desenho Geométrico
Construções elementares gráficas relativas ao traçado de perpendiculares - Manejo dos
esquadros, seu emprego no traçado dos ângulos. Mediatriz de um segmento de reta.
Divisão de segmento de reta em partes iguais. Ângulos - Transportes e operações -
Bissetrizes. Triângulos e quadriláteros - problemas fundamentais. Divisão de
circunferências em partes iguais - Polígonos inscritos. Polígonos circunscritos - polígonos
estrelados. Emprego da faixa para entrelaçamentos. Tangentes à circunferência - Tangentes
comuns a duas circunferências.
2 —— Desenho Decorativo
Letras e algarismos padronizados tipo bastão - Emprego dos esquadros.
Emprego dos instrumentos para o lançamento de formas decorativas em faixa - Triângulo
quadrado e retângulo. Colorido.
3 —— Desenho do Natural
Objeto de revolução e a mesa - Observação das deformações das linhas e dos ângulos.
Relações entre as dimensões do sólido e da mesa.
Objetos de forma prismática e a mesa. Relações dimensionais.
Quarta série
1 — Desenho Geométrico
Segmentos proporcionais - 3ª, 4ª e média proporcional. Divisão do segmento de reta em
média e extrema razão. Construção do segmento áureo. Construção do polígono em função
do lado. Problemas fundamentais de concordância. Concordância entre arcos de
circunferência e retas, e entre arcos e arcos. Traçados das ovais regulares e irregulares.
Arcos abatidos e arcos esconsos – Falsas espirais policêntricas. Escalas numéricas e
gráficas - Escalas triangulares. Equivalência de áreas - Equivalência de triângulos a
polígonos quaisquer.
2 — Desenho Decorativo
Letras e algarismos padronizados do tipo bastão. Ensaios com tipos ornamentais.
Composição decorativa elementar no interior de formas geométricas definidas - sistema
ornamental em disposições radiadas poligonais e circulares.
3 — Desenho do Natural
Representação pela perspectiva de observação de dois e três pequenos objetos.
Representação do suporte. Representação pela perspectiva de observação de móveis de
formas simples ou de instrumentos de trabalho.
Assim como observado no livro para a terceira série, este destinado à quarta série
tem uma ênfase igualmente acentuada na modalidade de desenho geométrico, reservando
poucas páginas às modalidades do desenho decorativo e do natural.
Lugar de memória III: Curso de Desenho para terceira e quarta séries ginasiais
natural. Das 218 páginas, há um número maior destinado ao desenho geométrico (163
páginas), e um número muito menor ao desenho decorativo e desenho do natural (16 e 9
páginas, respectivamente).
No que seria um prefácio, mas que o autor chama de Nota Preliminar, destaca que
os assuntos serão desenvolvidos segundo uma orientação pedagógica que vai dos aspectos
mais simples aos mais amplos e complexos. Ainda, que o desenho geométrico, que parece
receber maior aceitação por parte de alunos e professores nessas últimas séries, por força de
uma exigência lógica mais rigorosa nas soluções geométricas, deveria proporcionar maior
integração do desenvolvimento do atual programa de matemática.
O livro está divido em lições, assim distribuídas: Desenho Geométrico: Material
de Desenho; Perpendiculares; Paralelas; Ângulos planos. Transporte e operações;
Triângulos: problemas fundamentais; Quadriláteros: problemas fundamentais;
Circunferência: problemas gerais; Polígonos estrelados: construção e problemas;
Tangentes; Segmentos proporcionais; Figuras semelhantes; Construção de polígonos
regulares convexos em função do lado; Problemas fundamentais de concordância; Escalas
numéricas e gráficas; Escalas gráficas de transversais e escalas triangulares; Equivalência
de áreas; equivalência de triângulos e polígonos quaisquer. Desenho Decorativo: Letras e
Algarismos padronizados tipo bastão; Emprego de esquadros; Formas decorativas;
Triângulo; Quadrado e Retângulo; Aplicações decorativas no interior de formas
geométricas. Desenho do Natural: Introdução; Gravuras.
O autor inicia o programa de desenho geométrico com uma primeira lição, onde
são reservadas 22 páginas para considerações sobre o manuseio e conservação de materiais
como cadernos, lápis, régua, transferidor, esquadro, compasso, tinta nanquim, tira-linhas,
além de instruções quanto às linhas convencionais empregadas no desenho geométrico e de
preparação das páginas.
Feito isto, segue o conteúdo de desenho geométrico que é organizado na forma de
problemas acompanhados de suas respectivas soluções. A título de ilustração vejamos
como é apresentada a construção de uma mediatriz na pág. 38:
Problema 1: - Traçar uma perpendicular ao meio de uma reta dada, (fig. 33-I).
Através desse exemplo vê-se claramente que Penteado utiliza figuras que mostram
passo a passo a construção geométrica das soluções dos problemas apresentados. De fato, o
uso de figuras é verificável em todo o seu texto, bem como é possível encontrar
justificativas de algumas construções baseadas nos teoremas da geometria plana.
mesmo raio façamos centro em A e cortemos os arcos acima referidos, obtendo os pontos 1
e 2 que unidos darão origem à perpendicular pedida pelo centro de AB (Núm. 262).
No tear de memórias
As obras analisadas foram publicadas nos anos de 1958, 1960, 1962, 1969 e 1979.
A partir de tais análises podemos perceber que os conteúdos de desenho destinados ao
ensino ginasial mantiveram-se semelhantes, se não idênticos, por cerca de vinte anos. Há
que se levar em conta que temos aqui uma amostra pequena, e que, se talvez nos
dispuséssemos a analisar obras de outros autores o panorama poderia ser diferente. No
entanto, Bandeira, Carvalho e Penteado foram autores de renome no cenário educacional
brasileiro, sendo que seus livros didáticos atingiram números de vendas consideráveis em
todo o país. Logo, as análises realizadas podem bem ser consideradas parâmetros para
avaliar como os conteúdos de desenho foram veiculados pelos livros escolares ao longo dos
anos.
Ainda, como salienta Chervel (1990), esta semelhança verificada entre os livros
analisados condi com o fenômeno de “vulgata”, comum às diferentes disciplinas
Note-se que a legislação educacional sob a qual estes livros foram formulados
contemplava três modalidades de desenho. Se nos detivéssemos em uma análise
estritamente apoiada sobre documentos oficiais, não teríamos condições de perceber em
que medida tais modalidades estiveram presentes nas práticas escolares. Panorama diferente
quando nos reportamos aos livros didáticos. Ao que parece, as modalidades do desenho
decorativo e desenho do natural constavam nesses livros apenas como referência à Portaria
1.045 de 1951, de forma que o desenho geométrico é que, de fato, dava corpo à disciplina
de desenho.
Portanto, os livros didáticos não são meros receptáculos de prescrições oficiais.
Constituiram, pois, um efetivo discurso sobre o desenho, organizando e selecionando
conteúdos, estruturando programas e propagando objetivos didáticos e valores ideológicos.
Claro que, inversamente, não é possível a partir dos livros didáticos perceber a real
apropriação que deles foram feitas nas práticas escolares. Mas, estando na fronteira entre as
práticas e os discursos, a análise desses textos nos possibilita um horizonte mais amplo para
a compreensão da trajetória escolar da disciplina de desenho e suas ligações com a
matemática.
Bibliografia
CHOPPIN, A. História dos livros e das edições didáticas: sobre o estado da arte. Educação
e Pesquisa-FEUSP, São Paulo, v. 30, n. 3, p. 549- 566, set./dez. 2004.
DAGMAR, M. G. S. Os livros didáticos de Desenho nos ginásios oficiais de São Paulo
entre 1951 e 1961. 2004. 142f. Dissertação (Mestrado em Educação), Pontifícia
Universidade Católica, São Paulo, SP, Brasil.
DÓRIA, R. P. Entre o Belo e o Útil: manuais e práticas do ensino do desenho no Brasil do
século XIX. 2004. 237f. Tese (Doutorado em Estruturas Ambientais Urbanas),
Universidade de São Paulo, São Paulo, SP, Brasil.
MACHADO, R. B. Entre Vida e Morte: Cenas de um Ensino de Desenho. 254f.
Dissertação (Mestrado em Educação Científica e Tecnológica), Universidade Federal de
Santa Catarina, Florianópolis, SC, Brasil, 2012.
NASCIMENTO, R. A. O Ensino do Desenho na Educação Brasileira: apogeu e decadência
de uma disciplina escolar. 1994. 120f. Dissertação (Mestrado em Educação) – Faculdade de
Filosofia e Ciências, Universidade Estadual Paulista, Marília, SP, Brasil, 1994.
NASCIMENTO, R. A. A função do desenho na educação. 1999. 216f. Tese (Doutorado em
Educação) – Faculdade de Filosofia e Ciências, Universidade de São Paulo, Marília, SP,
Brasil, 1999.
PENTEADO, J. A. Curso de Desenho para a terceira e quarta séries ginasiais. São Paulo:
Companhia Editora Nacional, 2ª edição, 1960.
PENTEADO, J. A. Comunicação Visual e Expressão - 2º volume: Artes Plásticas e
Desenho. São Paulo: Companhia Editora Nacional, 2ª edição, 1979.
TRINCHÃO, G. M. C. O desenho como objeto de ensino: história de uma disciplina a
partir dos livros didáticos luso-brasileiros oitocentistas. 2008. 496f. Tese (Doutorado em
Educação), Universidade do Vale do Rio Sinos, São Leopoldo, RS, Brasil.
ZUIN, E. S. L. Da régua e do compasso: as construções geométricas como um saber
escolar no Brasil. 2001. 211f. Dissertação (Mestrado em Educação) – Faculdade de
Educação, Universidade Federal de Minas Gerais, Belo Horizonte, MG, Brasil, 2001.
Figuras
Figura 1- PENTEADO, 1960, p. 39.
Figura 2- PENTEADO, 1960, p. 40.
Figura 3- PENTEADO, 1960, p. 40.
Figura 4- CARVALHO, 1969, p. 95
Rosilene Beatriz Machado
Programa de Pós-Graduação em Educação Científica e
Tecnológica- PPGECT – UFSC – Florianópolis – SC-
Brasil.
E-mail: rosibmachado@gmail.com
Cláudia Regina Flores
Departamento de Metodologia de Ensino e Programa de
Pós-Graduação em Educação Científica e Tecnológica-
PPGECT – UFSC – Florianópolis – SC- Brasil.
E-mail: crf@mbox1.ufsc.br
John A. Fossa
Universidade Federal do Rio Grande no Norte – UFRN – Brasil
Abstract
An analysis of the first three postulates of Euclid’s Elements indicates that the Elements
may be a theorizing of surveying, an activity understood as being involved in the creation
of the cosmos, and, thus, mathematics may be understood as mimesis of the divine.
Resumo
Uma análise dos primeiros três postulados dos Elementos de Euclides indica que os
próprios Elementos poderão ser uma teorização da atividade de agrimensura, sendo isto
entendido como envolvido com a criação do cosmos, e, assim, a matemática pode ser
entendida como uma mimese do divino.
Introduction
It is well known that the first three of Euclid’s postulates are supposed to stipulate that
geometric constructions using the ruler (that is, an unmarked straightedge) and the
It may be recalled, however, that the ancient Greeks also used other methods in
specifying geometrical objects. Thus, alongside of the “point construction” of a segment
(equilateral triangle, tetrahedron) by the specification of endpoints (vertices), there also
existed a “fluxion construction” of a segment (square, cube) by the motion of a point
(segment, square)2. Further, a few curves, such as the quadratrix of Hippias and the spiral of
Archimedes, were specified by composite motions. Hence, the question that immediately
comes to mind is this: Wherefore ruler and compass?
One answer to this question is that it was a restriction imposed by Plato on
geometers in order to guarantee that their arguments would not be tainted by empirical
considerations and, thus, lose their mathematical rigor. This was the answer proposed by
Hermann Hankel (1874), based on some comments by Pappus. Another, proposed by Heath
(1981) and subscribed to by Walter Burkert (1972) makes the 4th century geometer
Oenopides of Chios the originator of the stipulation.
Nonetheless, whatever the origin of the ruler and compass restriction may be, it is
not explicitly given in Euclid’s postulates. These, in fact, only require that geometric
constructions be built up from line segments and circular arcs. Hence, the use of ruler and
compass is best seen as one way of implementing the restriction to line segments and
circles. Another way of doing the same thing is by using pegs and cords, since a cord
stretched between two pegs delineates the line segment between the pegs and swinging one
of the pegs about the other, while maintaining the cord taut 3, describes the circle whose
center is at the fixed peg and whose radius is the length of the cord. This possibility was
noticed by A. Seidenberg (1959)4.
Thesis
Considering, therefore, that a very common 5 way in which surveying was carried
out in ancient cultures was by the use of stretched ropes, it would seem that Euclid’s
Elements may be considered as a theorizing of the ancient activity of surveying. Naturally,
the activity of surveying, itself, was an approximate science based on rough and ready
1
Heath’s translation contains, in his notes on the text, the Greek version of the postulates. For a newer translation,
see Euclides (2009).
2
See Erickson and Fossa (1996).
3
It is also necessary to swing the cord in such a way that is does not wrap itself about the fixed peg.
4
See also, Seidenberg (1961).
5
See, for example, Joseph W. Dauben (1992).
methods, but the mathematical model of this activity was seen as an exact science which
furnishes absolute truth. Surveying would merit this theoretical treatment because, as the
determination of limits, it would be part of the divine creation of the kósmos (beautiful
construction) out of the primeval chaos, as discussed, for example, by Plato in the Timaeus.
This knowledge is accessible to man because the divine demiurge is a rational being who
acts in a rational manner. In fact, by doing the theoretical activity of geometry, man is
engaging in a mimesis of the divine.
Considerations
The thesis set forth in the previous paragraph links mathematics, surveying and
theological cosmogony in a way that, although typical of ancient thought, is not entirely
congenial to the modern mind. I will, therefore, in what follows, make a series of numbered
remarks that will hopefully clarify the proposed thesis.
The ancient Egyptians used cords to reform the property lines that were obliterated
by the annual floodwaters of the Nile. The correct determination of these properties was of
immense importance to the State, since they were involved in their taxation schemes and,
consequently, they were invested with divine authority. But measurements using stretched
cords (or, alternatively, measuring rods) were used in virtually all ancient cultures, not only
to determine property rights, but also in town planning, the design of public spaces and the
construction of both public and private buildings (architecture). Many of these activities
were connected with sacred mathematics in a very intimate way. The classical architect
Vitruvius (fl. c. 14 B.C.), for example, was interested in constructions having proportions
6
In light of the thesis of the present note, the immediate suggestion would be that each of the mathematical
sciences is a theorizing of its respective application. I believe that this is entirely correct, but, herein, will limit
myself to the case of geometry, though I will return to this in the conclusion.
that would embody the analogy between the macrocosm and the microcosm, an idea found,
in non-architectural contexts, in the Republic of Plato.
In contrast to the Christian God who creates the universe ab nihilo, the Greek
demiurge, epitomized in Plato’s Timaeus, puts the universe together by constructing order
out of chaos. As mentioned above, the word “cosmos” apparently indicated “jewelry” (see
Cornford, 1957) and was used by ancient Greek philosophers to express the “beautiful
order” of the universe. In the Timaeus, the demiurge is pictured as ordering the universe
according to certain proportions and constructing the Material Elements from regular
solids. Thus, the demiurge is indeed a surveyor, in the wide sense of surveyor/architect
indicated in §2, since he delimits the universe by measuring out and apportioning limits.
More than this, however, he creates beauty by constructing in accordance with
mathematical theory.
But, perhaps more can be said than is contained in Proclus’s vague account. In fact,
according to the general view espoused in Plato’s Republic, mankind’s activities are
structured by at least three distinct kinds of investigation, to wit, those of mathematics,
philosophy and myth. Mathematics is concerned with pure and certain knowledge, whereas
philosophy furnishes the hermeneutic principles which make science (applied mathematics)
possible; finally, myth presents the result of science in a poetic or dramatic form in order to
compel assent from the great majority who have little or no access to mathematics. Plato’s
own Doctrine of the Divided Line in the Republic conforms to this pattern. The
mathematical doctrine itself, being part of his esoteric or “unwritten” doctrine, is only
hinted at in the Republic, but an attempt to reconstruct it can be found in Erickson and
Fossa (2006). Some of the hermeneutic principles relating to the application of this doctrine
to the regulation of the commonweal are presented in his discussion of the divided line and
a mythic account of this same result is proposed in the Myth of the Cave. Consequently, as
a theoretical treatise, The Elements could not contain reference to applications which are
always a posteriori and, therefore, uncertain.
Conclusion
The present note, by taking a fresh look at the first three postulates of Euclid’s
Elements, opens new possibilities for understanding the role that not only geometry, but, as
was mentioned in footnote 6, all of mathematics, played in the intellectual milieu of ancient
Greek culture. Mathematics, as theorizing, contemplates the absolutely certain and eternal
truths that allow mankind to construct his imperfect, although fairly effective sciences,
7
We may observe that the lusty and querulous Homeric gods are not to be identified with the gods of the
philosophers. Plato’s demiurge, for example, has virtually nothing, other than immortality, in common with his
Homeric counterparts.
when these truths are applied to the material world. This, in turn, implies that, while there
was indeed a hierarchy regarding theory and practice, both in terms of the reliability of the
mode of apprehension appropriate to each of them and the reality of the objects that each
treated of, it was not a hierarchy of polar opposites; rather, it was more like an organic
whole, in which each has its part to play in the correct ordering of human activities. 8
References
BURKERT, Walter. Lore and Science in Ancient Pythagoreanism. (Edwin L. Minar, Jr.,
Trad.) Cambridge (MA): Harvard UP, 1972.
CORNFORD, F. M. From Religion to Philosophy. New York: Harper Torchbooks, 1957.
DAUBEN, Joseph W. The “Pythagorean Theorem” and Chinese Mathematics. In Sergei
Demidov, David Rowe, Meno Folkerts & Christoph Scriba (Eds.). Amphora: Festschrift für
Hans Wussing zu seeinem 65. Geburtstag. Basel: Birkhäuser, 1992. P. 133-156.
ERICKSON, Glenn W., & John A. FOSSA. A Linha Dividida: Uma Abordagem
Matemática à Filosofia Platônica. Rio de Janeiro: Relume Dumará, 2006.
ERICKSON, Glenn W., & John A. FOSSA. A Pirâmide Platônica. João Pessoa: Editora da
UFPb, 1996.
EUCLID. The Thirteen Books of the Elements. (T. L. Heath, Trad.) New York: Dover,
1956.
EUCLIDES. Os Elementos. (Irineu Bicudo, Trad.) São Paulo: Editora UNESP, 2009.
FOSSA, John A. Cabelos Negros, Olhos Azuis e Outras Feições das Matemáticas Puras e
Aplicadas. Natal: Editora da UFRN, 2008.
HANKEL, Hermann. Zur Geschichte der Mathematic in Alterthum und Mittelalter.
Leipzig: B. G. Teubner, 1874.
HEATH, T. L. A History of Greek Mathematics. New York: Dover, 1981.
PROCLUS. A Commentary on the First Book of Euclid’s Elements. (Glenn R. Morrow,
Trad.) Princeton: Princeton UP, 1992.
SEIDENBERG, A. The Ritual Origin of Geometry. Archive for the History of Exact
Sciences, v. 1, n. 5, p. 488-527, 1961.
SEIDENBERG, A. Peg and Cord in Ancient Greek Geometry. Scripta Mathematica, v. 24,
p. 107-122, 1959.
John A. Fossa
Depto. de Matemática
UFRN – Natal, RN
E-mail: jfossa@oi.com.br
8
I wish to acknowledge and thank two anonymous reviewers whose comments on an earlier version of this paper
were extremely helpful for the preparation of the final version.
Martina Bečvářová
Czech Technical University – República Tcheca
Ivan Netuka
Charles University – República Tcheca
Abstract
Among the artifacts deposited in the Archive of the Academy of Sciences of the Czech
Republic are fourteen notebooks containing the lectures given by Karl Grandjot, Pavel
Sergeevich Aleksandrov, Bartel Leendert van der Waerden and Emmy Amalie Noether in
Göttingen in the 1920s. These unique and valuable notebooks were kept by Vojtěch Jarník,
the future Czech university professor of mathematics, during his studies at the University in
Göttingen. In this article, we attempt to give a basic characterization of Jarník’s notebooks,
to describe the historical background of their “birth” and to show their mathematical
contents.
Resumo
After the First World War, the University in Göttingen reached its academic peak:
a high level of work prevailed not only in mathematics, but also in physics, chemistry,
biology as well as in the social sciences and humanities. There was, in Göttingen, a vibrant
scientific atmosphere owing to a large and revitalized academic community, which
included gifted students, distinguished visitors from all over the world, and guest professors
who came to present papers, give seminars or hold regular lectures.
In the second decade of the 20th century, the Göttingen mathematical community
consisted of four ordinary professors, three or more extraordinary professors, some guest
professors, several private docents, lecturers, senior and junior assistants, about two
hundred undergraduate and graduate students and visitors. Among the members of the
university staff we can find many outstanding mathematicians as for example: Felix
Bernstein (1878–1956), Paul Bernays (1888–1977), Richard Courant (1888–1972), Gustav
Herglotz (1881–1953), David Hilbert (1862–1943), Edmund Landau (1877–1938),
Hermann Minkowski (1864–1909), Otto Neugebauer (1899–1990), Emmy Amalie Noether
(1882–1935) and Hermann Weyl (1885–1955).
During the 1920s and at the beginning of 1930s many visiting professors spent
some time in Göttingen in order to lecture or to collaborate with others there (for example
Emil Artin (from Hamburg), Reinhold Baer (from Freiburg), Ruth Moufang (from
Frankfurt), Richard von Mises (from Berlin), John von Neumann (from Berlin), George
Polya (from Zurich), Oswald Veblen (from Princeton)). At the same time, many future
outstanding mathematicians studied in Göttingen or worked there as Courant’s, Hilbert’s or
Landau’s assistants (for example Herbert Busemann, Max Deuring, Saunders MacLane,
Gerhard Gentzen, Olga Taussky), in addition, a number of mathematicians obtained their
Habilitation in mathematics, applied mathematics or mathematical physics at the
University in Göttingen. Some of them continued their careers as Privatdozenten,
extraordinary professors or ordinary professors there; others lectured at German universities
as well as at European mathematical institutions or later moved on to positions in the USA.1
From the 1870s onwards, the most talented and outstanding mathematicians and
physicists from the Czech lands went abroad, enabled by government scholarships and
funding, in order to extend and deepen their mathematical knowledge and skills. They
travelled mainly to Germany, France or Italy and studied at the most prestigious
mathematical centers of the period, in Berlin, Göttingen, Hamburg, Leipzig, Munich, Paris,
Strasbourg, Milano, and Rome. There, they hoped to be more closely involved in the latest
mathematical trends and methods and to become acquainted with the newest ideas in the
field; they also hoped to be able to have their first papers accepted in respected journals and
their first monographs issued by internationally known publishing houses; and finally, they
1
For information about the academic staff in Göttingen see [BN], [Nu] and [S].
sought out the most advanced education methods which they could bring back on their
return to universities and polytechnics in the Czech lands. We will discuss the case of
a young Czech mathematician Vojtěch Jarník (1897–1970).
Jarník after completing his studies at Charles University in Prague (1915–1919)
started working as an assistant at the Czech Technical University in Brno. In 1921, he
returned to Prague and became an assistant to Karel Petr (1868–1950), professor of
mathematics at Charles University, under whose supervision he successfully defended his
dissertation (1921, devoted to Bessel functions). In the 1920s, he spent three academic
years in Göttingen, where he collaborated with E. Landau and E. Noether. From the 1920s,
Jarník was continuously, except for the period of Nazi occupation when Czech institutions
of higher education were forcibly closed, a member of the staff of Charles University. In
1925, he defended his Habilitation thesis (devoted to lattice points) and became an
associate professor. In 1929, he was appointed an extraordinary professor and six years
later he was appointed a full professor of Charles University. Jarník was interested in
problems of lattice points, Diophantine approximations, geometry of numbers, set theory,
topology, measure theory and the theory of integral. He was probably the first Czech
mathematicians whose scientific results received a wide and lasting international response
and continue to be cited to the present day.2
In 1923, Jarník left Prague and travelled to Göttingen where he studied and
worked until February 1925. He was apparently most influenced by Landau, a distinguished
specialist in mathematical analysis and number theory. (It should be mentioned that Jarník
had studied analytic number theory and Landau’s well-known works before his visit to
Göttingen.) Once there, he regularly attended the lectures of Landau and Noether, which
were well received by and inspiring for younger mathematicians. He also took part in their
seminars and was in close touch with their students.
In the academic year 1927/1928 Jarník paid his second long-term visit to
Göttingen and continued his collaboration with Landau. 3 He also regularly attended the
lectures of K. Grandjot (1900–1979), P. S. Aleksandrov (1896–1982), B. L. van der
Waerden Waerden (1903–1996) and E. Landau.4 It should be noted that Landau deeply
influenced Jarník’s professional career and without any doubt he was Jarník’s second
important “mentor”. Throughout Landau’s life, they were in the close touch and often
collaborated together.5 It should be mentioned that Jarník had a bound collection of most of
Landau’s reprints.
From the second half of the twenties, Jarník was interested in number theory (especially
in problems of lattice points) and theory of real functions. He wrote his articles in the
Czech, German and French languages and published them mainly in Czech or German
2
More detailed information about Jarník’s life and his mathematical achievements can be found in [BeNe1] and
[No].
3
Jarník’s second stay was supported by the International Education Board from which he received a scholarship to
spend one academic year in Göttingen to work on number theory with Landau. Jarník was strongly recommended
and supported by Petr. For more information see [SS], pp. 293.
4
Jarník chose Landau’s lecture on higher analysis (summer semester 1927/1928).
5
For more information about their collaboration see [BeNe1] and [No].
journals.
Among the most special archival materials from this period deposited in the
Archive of the Academy of Sciences of the Czech Republic are fourteen “notebooks” which
contain the lectures of E. Noether, K. Grandjot, P. S. Aleksandrov and B. L. van der
Waerden. These notebooks were kept by V. Jarník during his studies at Göttingen in the
academic years 1923/1924, 1924/1925 and 1927/1928.
The notebooks were discovered by Jindřich Bečvář in 2004 when he was preparing
an extensive monograph on the life and work of Vladimír Kořínek (1899–1981), a leading
Czech algebraist of the 20th century. 8 Kořínek’s unusually vast archival collection
containing his personal, pedagogical and professional materials as well as some materials of
his friends and colleagues from Charles University and the Czechoslovak Academy of
Sciences is of special interest as it allows us to trace the development of mathematics in the
Czech lands.
Although Jarník and Kořínek were good friends and colleagues, we are not able to
explain how Jarník’s notebooks came to be deposited in Kořínek’s archival collection.
Specifically, at Göttingen, Jarník studied modern structural algebra under Noether
in the academic year 1923/1924 and 1924/1925: the notebooks contain her lectures titled
Körpertheorie (winter semester 1923/1924), Invariantentheorie (summer semester
1923/1924), Gruppentheorie II (winter semester 1924/1925), Hyperkomplexe Zahlen
und Gruppencharaktere (winter semester 1927/1928); he studied the theory of numbers
and modern structural algebra under van der Waerden in the academic year 1927/1928: the
notebooks contain his lectures titled Allgemeine Idealtheorie (winter semester 1927/1928)
and Algebraische Zahlen (summer semester 1927/1928); he also studied modern algebra
under Grandjot in the winter semester in 1927/1928: the notebooks contain his lectures
titled Algebra II (Galoissche Theorie); and finally he studied analysis under Aleksandrov
in the summer semester 1927/1928: the notebook contains his lectures titled Punktmengen
und reelle Funktionen. It is not without interest that Jarník attended lectures
predominantly on modern algebra and very rarely those on number theory and analysis,
6
For more information about Jarník’s publication activities see [BeNe1] and [No].
7
For more information see the bibliography of Jarník’s scientific works published in [No].
8
Kohoutová Z., Bečvář J.: Vladimír Kořínek (1899–1981) (in Czech), Edition History of Mathematics, Volume
27, Research Center for the History of Sciences and Humanities, Prague, 2005.
Jarník’s notes were kept in rectangular exercise books (16,4 × 20,6 cm) each with
a hard black cover; they have been preserved in an amazingly good condition. His German
notes are carefully written in blue ink; almost everything is legible. They have few
grammatical and syntactic mistakes, almost no corrections and contain very few
inaccuracies.9 Each notebook has 120 pages, usually completely filled with notes. On the
interior page of the cover, Jarník’s Göttingen address is written (in the academic year
1927/1928 – Dr. V. Jarník, Göttingen, Bühlstrasse 28).
Jarník’s notebooks give us a record of Göttingen’s mathematical lectures and
seminars, which were famous in the Czech lands before the Second World War due to the
high professional level. They also provide information on mathematics and teaching in
Göttingen, information not generally known even in Germany. Most importantly, they were
written by an excellent Czech mathematician who possessed an acute understanding of the
material being presented. Since similar documents from that time are rare, they are a unique
contribution to our understanding of this period, and should be interesting not only for
mathematicians, but also for historians, linguists and anyone wanting to learn something
about mathematics in the first half of the 20th century. 10
9
Only the records of Noether’s lectures are not quite so clear.
10
For more information see [BeNe1].
11
The paragraphs are titled: I. Körper und Integritätsbereiche, II. Teilbarkeit und Zerlegungssätze,
III. Grundbegriffe der Gruppentheorie, IV. Restklassenringe. Charakteristik, V. Nullstellen von
Polynomen, VI. Endliche algebraische Erweiterungen.
12
The last part of the paragraph VI. Endliche algebraische Erweiterungen, VII. Normalteiler und
Faktorgruppen, VIII. Der Hauptsatz der Galoisschen Theorie, IX. Endlicher Körper, X. Der Satz vom
primitiven Element. Theorie der Gleichungen, XI. Ergänzung zum Hauptsatz, XII. Aufslösbare Körper.
13
The last part of the paragraph XII. Aufslösbare Körper, XIII. Entscheidung über Irreduzibilität und
Galoissche Gruppen, XIV. Irreduzible Gleichungen von Primzahlgrad, XV. Körper von reellem Bau.
14
The January 24, 1928, is the last date written down in the notebook.
fourth notebook contain one paragraph of Grandjot’s lectures. 15 The remaining 67 pages are
blank. In this notebook Jarník did not note the date of the lectures. We suppose that
Grandjot lectured to the end of the winter semester 1927/1928, that is, to the end of
February 1928. The two-hours lectures were given twice a week.16
Jarník’s notes are divided into fifteen parts which include the standard facts
presented today in a basic university course on algebra for mathematicians. The definitions
of basic terms, theorems with their complete proofs as well as remarks, comments and
exercises are added. Almost no bibliographical comments are given. 17
15
The last part of the paragraph XV. Körper von reellem Bau.
16
The “University calendar” for the winter semester 1927/1928, p. 23, provides the following information:
Algebra II (Galoissche Theorie), Di. Fr. 4–6. Dr. Grandjot.
17
K. Grandjot was not a specialist in algebra, resp. Galois theory. His lectures Algebra II were not the top at the
University in Göttingen and we will not analyze them.
18
For more information see [BeNe1] and Aleksandrov’s letters to F. Hausdorff which are available in Nachlass
Hausdorff, Kapsel 61, Universitäts und Landesbibliothek Bonn, Handschriftenabteilung.
19
See [BeNe1], pp. 91–110.
– is very modern in the sense that practically all the results presented were less than
thirty years old, the majority were less than ten years old, and some had not yet
been published
– includes principal results and concepts that today have become the standard facts
taught in basic university courses for mathematicians
– has a strong topological flavour even though it provides results in the context of the
real line, Euclidean spaces and metric spaces; the notion of a topological space is
not even mentioned; this reflects the fact that Aleksandrov was one of the leading
architects in the construction of topology as a mathematical subject
20
The transcription of Jarník’s notebook can be found in [BeNe1], pp. 51–90.
(the set of continuity points of an arbitrary function, the importance for measure theory).
Next, extension properties of continuous (or homeomorphic) mappings are discussed and
topological completeness, based on important results of Aleksandrov and Hausdorff, is
studied. It is shown, using Hausdorff’s approach, that G δ-sets are nothing else than
topologically complete spaces. Baire functions and Borel sets, as well as their interplay, are
treated. In particular, the existence of α-th class Baire functions not belonging to any lower
class is proved. Special attention is paid to the notion of analytically representable functions
extensively studied by Baire and Lebesgue during the first decade of the 20th century. The
last section is devoted to analytic (or Suslin) sets, discovered ten years before the lecture
course was delivered. Analytic sets, as a result of the A-operation, are introduced and their
set-theoretic properties are established. Their relation to Borel sets is especially analyzed;
specifically, Borel sets are characterized as those analytic sets having an analytic
complement. The Continuum Hypothesis for uncountable analytic sets is proved. This
generalizes Aleksandrov’s famous result for Borel sets from 1916. 21 Finally, a short survey
of some, at that time, new results from descriptive set theory is given.
Jarník’s sixth notebook contains 116 pages of van der Waerden’s lectures titled
Allgemeine Idealtheorie, the last 4 pages are blank. The first 54 pages of the seventh
notebook contain van der Waerden’s lectures titled Allgemeine Idealtheorie, a scheme
with the “classification of rings” was then added to the notebook (it was not written by
Jarník); the 2 following pages are blank and the next 60 pages of the notebook contain
a part of van der Waerden’s lectures titled Algebraische Zahlen which continues in
Jarník’s fifth, eighth and ninth notebooks. 22 In the first half of the sixth notebook Jarník
wrote down the dates of the lectures,23 in the second half of the sixth notebook and in the
seventh notebook he did not write any date of the lectures. From his inscription we know
that he attended van der Waerden’s lectures titled Allgemeine Idealtheorie in Göttingen in
the winter semester 1927/1928. We conjecture that the period in which the course was
delivered was from the beginning of November 1927 to the end of February 1928. The one-
hour lectures were given twice a week. 24
Jarník’s notes can be naturally divided into five parts: Kapitel I (64 pages, 8 para-
graphs),25 Kapitel II – Körpertheorie (46 pages, 9 paragraphs),26 Kapitel III – Idealtheo-
21
Alexandroff P.: Sur la puissance des ensembles mesurables B, Comptes Rendus Hebdomadaires des Séances
de l’Académie des Sciences, Série Mathématiques, Paris 162(1916), pp. 323–325. This is the first paper by
Aleksandrov and a germ of the A-operation, which opened the way to Suslin sets, is presented there.
22
Two remaining pages of the seventh book are blank.
23
November 4, 1927 is the first recorded date (written on the first page), December 12, 1927 is the last one
(written on the page 93).
24
The “University calendar” for the winter semester 1927/1928, p. 23, provides the following information:
Allgemeine Idealtheorie, Mo. Fr. 6–7. Dr. van der Waerden.
25
The paragraphs are titled: Einleitung, Gruppen, Ringe, Quotientenkörper, Polynomring, Restklassenring,
Weiteres über Polynomringe Divisionsalgorithmus, Idealtheorie der Euklidischen Ringe.
26
The paragraphs are titled: Primkörper, Einfache Körpererweiterungen, Lineare Abhängigkeit, Endliche
und algebraische Körpererweiterungen, Galoissche Erweiterungen, Algebraisch abgeschlossene Körper,
Jarník’s seventh and eighth notebooks, as well as the part of the ninth and sixth notebooks
contain the lecture course titled Algebraische Zahlen delivered by van der Waerden during
the summer semester 1927/1928.34 The last 60 pages of the seventh notebook contain 8
paragraphs of van der Waerden’s lectures; 35 the first lecture was delivered on April 30,
1928. The lectures following this are not dated. We assume that van der Waerden lectured
to the end of the summer semester 1927/1928, that is, to the end of July 1928. Van den
Waerden’s lectures continue in Jarník’s eighth notebook. There are 7 paragraphs (61
pages),36 2 pages are blank, followed by two other paragraphs (24 pages) 37 and again 2
blank pages.38 The first 21 pages of Jarník’s nineth notebook contain two paragraphs of van
der Waerden’s lectures.39 Two blank pages follow and then, there are 73 pages which are
devoted to mathematical analysis: first, 3 paragraphs on Phragmén-Lindelöf theorem (the
paragraphs have the numbers 7, 8, and 9),40 then, chapter IV. titled Wachstum und
34
Probably the lectures were inspired by the books of H. M. Weber: Lehrbuch der Algebra. Band II, F. Vieweg
und Sohn, Braunschweig, 1896, XIV + 796 pages, and Elliptische Funktionen und algebraische Zahlen,
F. Vieweg und Sohn, Braunschweig, 1891, XIII + 504 pages. The second volume contains four paragraphs:
Gruppen (pp. 1–160), Lineare Gruppen (pp. 161–347), Anwendungen der Gruppentheorie (pp. 349–550) and
Algebraische Zahlen (pp. 551–844). The third volume contains six paragraphs: Analytischer Teil (pp. 1–317),
Quadratische Körper (pp. 319–410), Komplexe Multiplikation (pp. 411–560), Klassenkörper (pp. 561–620),
Algebraische Funktionen (pp. 621–707) and Tabellen (pp. 709–726). Weber’s textbook was the last major
algebra textbook that summarizes the results of algebra at the end of the 19th century. It brought new concepts of
nascent structural algebra and it became for more than 30 years the standard text for algebraic studies. It inspired
new generations of mathematicians to study structural algebra and also contributed to the development and
consolidation of modern algebraic terminology. It was finally replaced by van der Waerden’s Moderne Algebra
(Volume I. and II., 1930 and 1931). The other source of van der Waerden’s inspiration could be R. K. E. Fricke:
Lehrbuch der Algebra verfaßt mit Benutzung von Heinrich Webers gleichnamigen Buche. Band III,
Algebraische Zahlen, F. Vieweg und Sohn, Braunschweig, 1928, VIII + 506 pages. The volume contains two
chapters: Allgemeine Theorie der Zahlkörper (pp. 2–189) and Ausführungen über besondere Zahlkörper
(pp. 190–502). In the introduction to the first volume of Moderne Algebra, van der Waerden wrote that
E. Artin’s, W. Blaschke’s and O. Schreier’s seminar on the theory of ideals (Hamburg, 1926) and E. Nother’s
lectures on theory of group and hypercomplex numbers (Göttingen, 1924/1925 and 1927/1928) were the main
headspring of his ideas.
35
The paragraphs are titled: 1. Algebraische und ganze algebraische Zahlen, 2. Zahlkörper, 3. Die
Hauptordnung eines Zahlkörpers, 4. Einheiten, Faktorzerlegung, 5. Einfachste Eigenschaften der Ideale,
Gebrochene Ideale und Faktorzerlegung, Die Gruppe der gebrochenen Ideale, 8. Normen der Ideale.
36
The paragraphs are titled: 9. Struktur des Restklassenringes, 10. Quadratische Körper, 9a . Galoissche
Körper, 11. Der kubische Körper (Γ3√q), 12. Der Diskriminantensatz, 13. Kreiskörper der lh-ten
Einheitswurzeln, 14. Beziehungen zwischen Idealen verschiedener Körper.
37
The paragraphs are titled: 15. Zerlegungs- und Trägheitsgruppe, 16. Zusammenhang zwischen Zerlegungen
der Ideale im Ober- und Unterkörper.
38
At the end of the eighth Jarník’s notebook, there are two paragraphs titled 1. Komplexe (4 pages) and
2. Orientierung (3 pages) of an unnamed lecture. We do not know precisely the period in which they were
delivered nor by whom.
39
The paragraphs are titled: 17. Die Klassenzahl, 18. Der Einheitensatz.
40
The first six paragraphs are missing.
Phragmén-Lindelöf principle is a form of the maximum-modulus theorem for holomorphic functions that
permits weaker hypotheses compensated with extra conditions. The original version is due to Lars Edvard
Phragmén (1863–1937) and Ernst Leonard Lindelöf (1870–1946) (see L. E. Phragmén, E. L. Lindelöf: Sur une
extension d’un principe classique de l’analyse et sur quelques propriétés des fonctions monogènes dans le
From 1920 to 1926, Emmy Noether devoted herself to developing the theory of
mathematical rings, ideals and modules, the theory of group representations, the invariant
theory of finite groups, the elimination theory. From 1927 to 1935, she focused on
hypercomplex numbers, the representation theory of groups and algebras, the theory of
central simple algebras, the structure theory of associative algebras, the single arithmetic
theory of modules and ideals in rings satisfying ascending chain conditions.
Noether delivered the lecture course titled Gruppen Theorie II in the winter
semester 1924/1925, that is, from the beginning of November 1924 to the end of February
1925.44 These lectures are recorded in Jarník’s tenth notebook which contains 56 pages of
notes (the other pages are blank) and includes no date of any of the lectures, no indication
of chapters, subchapters, sections and subsections. The notes show that Noether’s lectures
were difficult to follow, understand and record, but they must have been very inspiring as
they contained Noether’s latest results and the ideas that she had just worked out. 45
Jarník’s eleventh notebook contains Noether’s lectures titled Hyperkomplexe
Zahlen und Gruppencharaktere.46 The first lecture was delivered on November 11, 1927;
the last one on January 14, 1928.47 Jarník’s records contain three parts: Historischer
Uberblick (5 pages), Gruppen (66 pages) and Modul- und Darstellungstheorie (12
pages). The remaining pages are blank. As a curiosity we note that in the notebook, there is
a pink blotter paper with a caricature of the lecturer.
Jarník’s twelfth notebook contains the lectures titled Invariantentheorie delivered
by Noether in the summer semester 1923/1924.48 Jarník’s records are divided into four
parts: Einführung (11 pages), Formale Processe zur Bildung der Invarianten (12
pages), Symbolische Darstellung (3 pages) and Der Endlichkeitssatz (47 pages).49 Jarník
did not note the date of any of the lectures delivered and his records are not easy to read.
The 43 pages of Jarník’s twelfth notebook contain the lectures titled
Körpertheorie.50 We do not know the name of the lecturer, the period in which the course
was delivered and how many lectures it consisted of because Jarník did not include any
dates. From the style of Jarník’s notes and its mathematical content, we suppose that the
44
The “University calendar” for the winter semester 1924/1925, p. 20, provides the following information:
Gruppentheorie, Mi. So. 9–11. Prof. Noether.
45
See for exemple E. Noether (N. Jacobson (ed.)): Gesammelte Abhandlungen, Springer-Verlag, Berlin, New
York, 1983, VIII + 777 pages.
46
Noether developed her most important ideas on hypercomplex numbers and groups of characters in her articles
Hyperkomplexe Größen und Darstellungstheorie, Mathematische Zeitschrift 30(1929), pp. 641–692;
Hyperkomplexe Grössen und Darstellungstheorie in arithmetischer Auffassung, Atti Congresso Bologna,
Volume 2, Bologna, 1930, pp. 71–73; Hyperkomplexe Systeme in ihren Beziehungen zur kommutativen
Algebra und Zahlentheorie, Verhandlungen Kongress Zürich, Volume 1, Zürich, 1932, pp. 189–194; Der
Endlichkeitssatz der Invarianten endlicher linearer Gruppen der Charakteristik p, Nachrichten von der
Gesellschaft der Wissenschaften zu Göttingen, Mathematisch-Physikalische Klasse, 1926, pp. 28–35; etc. See also
E. Noether (N. Jacobson (ed.)): Gesammelte Abhandlungen, Springer-Verlag, Berlin, New York, 1983, VIII +
777 pages. For a detailed analysis of the historical context and comments on the development of hypercomplex
numbers and representation theory see T. Hawkins: Hypercomplex numbers, Lie groups, and the creation of
group representation theory, Archive for History of Exact Sciences 8(1972), pp. 243–287.
47
The “University calendar” for the winter semester 1927/1928, p. 23, provides the following information:
Hyperkomplexe Größen und Gruppencharaktere, So. 11–1. Prof. Emmy Noether.
48
The “University calendar” for the summer semester 1923/1924, p. 20, provides the following information:
Invariantentheorie, Mi. So. 11–1. Prof. Emmy Noether.
49
It is likely that some of lectures were based on Noether’s results published in her papers Zur
Invariantentheorie der Formen von n Variabeln, Jahresbericht der Deutschen Mathematiker-Vereinigung
19(1910), pp. 101–104; Der Endlichkeitssatz der Invarianten endlicher Gruppen, Mathematische Annalen
77(1915), pp. 89–92; Über ganze rationale Darstellung der Invarianten eines Systems von beliebig vielen
Grundformen, Mathematische Annalen 77(1915), pp. 93–102; Invarianten beliebiger Differentialausdrücke,
Nachrichten von der Gesellschaft der Wissenschaften zu Göttingen, Mathematisch-Physikalische Klasse, 1918,
pp. 37–44; Invariante Variationsprobleme, Nachrichten von der Gesellschaft der Wissenschaften zu Göttingen,
Mathematisch-Physikalische Klasse, 1918, pp. 235–257. See also E. Noether (N. Jacobson (ed.)): Gesammelte
Abhandlungen, Springer-Verlag, Berlin, New York, 1983, VIII + 777 pages.
50
The last two pages of the notebook are blank.
lectures could have been delivered by Noether in the winter semester 1923/1924. 51
Unfortunately, Jarník’s records are difficult to read; they are incomplete and disorganized. 52
Janík’s notebooks of Noether’s lectures are difficult to read, contain many crossed out,
corrections, inaccuracies and omissions. They are more than terrible to read and to analyze.
Only native German mathematician specialised in modern algebra and number theory could
analyze them and find some new or interesting moments showing the development of
Noether’s mathematical ideas and the style of her lecturing.
Conclusion
Jarník’s mathematical notebooks could be interesting for anyone who wants to
understand how modern mathematics grow out of, nourish, diffuse over the world and give
inspirations for the creation of new disciplines and futher development of mathematics.
References
Martina Bečvářová
Department of Applied Mathematics, Faculty of
Transportation Sciences, Czech Technical University
Na Florenci 25
110 00 Prague 1, Czech Republic
E-mail: nemcova@fd.cvut.cz
Ivan Netuka
Mathematical Institute
Faculty of Mathematics and Physics Charles University
Sokolovská 83
186 75 Prague 8, Czech Republic
E-mail: netuka@karlin.mff.cuni.cz
Resumo
Las relaciones entre creencias religiosas y matemáticas han tenido algunos puntos de
fricción. Uno de ellos es el conflicto histórico por las discrepancias en las medidas del
llamado Mar de Salomón descritas en el Antiguo Testamento. En este trabajo se analizan
diferentes soluciones a este problema, pero especialmente las propuestas por el matemático
sefardí Abraham bar-Hiyya (s. XII), que intentó conciliar el rigor matemático con los
preceptos religiosos emanados de los textos sagrados y también con las reglas de cálculo
práctico recomendadas por los rabinos de su época. Del análisis de las soluciones
propuestas obtenemos información sobre las estrategias desarrolladas por este y otros
autores para intentar armonizar matemáticas y creencias religiosas.
Abstract
The relationship between mathematics and religion have had their points of friction. One
was the historical discrepancies in the measures of the so-called Sea of Solomon described
in the Old Testament. This paper discusses various solutions to this problem, but especially
those proposed by the mathematician Abraham bar Hiyya (s.XII), who tried to reconcile the
mathematical rigor with the religious precepts emanating from the sacred texts and also the
rules of practical calculation recommended by the rabbis. From the analysis of the solutions
proposed we obtain information on the strategies developed by this author and others to try
to bring mathematics and religious beliefs.
Este trabajo pretende ser una modesta reflexión sobre las relaciones entre
matemática y creencia religiosa a través del análisis de una situación histórica concreta.
Observemos que, muy a grosso modo, tanto la matemática como la religión tienen un rasgo
común: son sistemas creados por el hombre que se basan, en última instancia, en un
conjunto más o menos amplio de postulados o creencias incuestionables, que acepta la
comunidad de “creyentes”, a partir de los cuales se desarrolla el corpus doctrinal. Pero, se
diferencian en el modo de desarrollarse y en sus objetivos. En el caso de la matemática, la
comunidad es prácticamente universal, se parte de un conjunto de axiomas o postulados
rigurosamente definidos y a través de una metodología también perfectamente establecida,
se genera un extenso sistema de proposiciones que suelen contrastarse con el mundo real
para obtener una mayor constatación de su utilidad social, que es el "leit motiv",
generalmente admitido, de su existencia. Las religiones, por el contrario, se desarrollan en
comunidades más restringidas, formadas por los grupos humanos que las practican, y sus
corpus doctrinales suelen tener su inicio en un texto emanado directamente de una
divinidad o dictado por un portavoz de ella y, por tanto, incuestionable e inalterable, al que
se le añaden las aportaciones difusas de la "tradición" o las intervenciones puntuales de
personajes especialmente infundidos por la divinidad para aclarar el mensaje inicial, pero
que, en ningún caso, lleguen a plantear una contradicción con él; no es imprescindible para
su pervivencia la confrontación de la doctrina con los hechos reales, aunque todas ellas
pretenden erigirse en guías de referencia para el comportamiento humano. De lo dicho se
desprende que los puntos de contacto entre matemática y religión no suelen abundar, pues
sus respectivos ámbitos se desarrollan usualmente en planos de realidades y objetivos
diferentes.
No voy a seguir analizando los puntos de encuentro y desencuentro entre
matemática y religión, por más que éste es, sin duda, un tema apasionante, sino un caso
concreto en el que una “creencia” religiosa entra en aparente conflicto con una "creencia"
matemática. Advirtamos que, aunque el ejemplo que presentamos pertenece básicamente al
ámbito de una creencia religiosa concreta, la judía, no es difícil encontrar casos semejantes
en otras religiones.
La situación que voy a comentar gira en torno al conjunto de soluciones que
propuso el matemático sefardí Abraham bar-Hiyya a una serie de cuestiones referidas a la
exactitud de las medidas del llamado "Mar de Salomón”, descritas en algunos pasajes de la
Biblia y que habían provocado un conflicto de interpretación entre los rabinos y los
"geómetras". Pero, antes de entrar en el problema propiamente dicho, comentaremos
brevemente, algunos aspectos del contexto en el que se plantea.
Sobre Abraham bar-Hiyya, notable sabio sefardí, tenemos muy pocas noticias
(MILLÁS, 1949). Se suele situar su nacimiento ente los años 1065 y 1070 y su muerte en el
1136. No sabemos el lugar donde vio la luz, ni tampoco donde tuvieron lugar sus años de
aprendizaje, pero por sus amplios conocimientos de la matemática y astronomía árabes,
éstos sólo pudieron desarrollarse en el ámbito de alguna ciudad, importante culturalmente,
del área de dominio musulmán en la Península Ibérica. Tenemos documentada su estancia
en la corte del rey aragonés Alfonso I y su posterior paso al servicio de los condes de
Barcelona. En esta ciudad transcurrió la mayor parte de su vida activa y fue donde escribió
sus obras más conocidas. Desempeñó el cargo de savasorda (latinización del término árabe
sahib-al-shurta) relacionado con la vigilancia del buen hacer en el comercio de la ciudad y
que le valió el sobrenombre con el que fue conocido en tierras cristianas (BENSCH, 2002:
71).
Abraham bar-Hiyya escribió varias obras importantes de carácter científico.
Citemos el texto astronómico, Séller ha-Ibbur, que constituyó el primer libro en lengua
hebrea dedicado exclusivamente al estudio del calendario; la extensa enciclopedia de
matemáticas, astronomía, música, etc, Yesod ha-Tebunah we-Migdal ha-Emunah, también
la primera en ese idioma; y, especialmente, un manual de matemáticas para agrimensores,
Hibbur ha-Meshihah we-ha-Tishboret, sobre el que va a recaer en seguida nuestro interés.
Debemos recordar que, nuestro autor, junto con otro sefardí bien conocido, Abraham ibn
Ezra, fueron los iniciadores de los estudios escolares de matemáticas en lengua hebrea
(LÉVY, 2001). Hasta ese momento los niños judíos realizaban su aprendizaje leyendo la
Biblia y, también, el Talmud, texto que ofrece un conjunto de comentarios rabínicos en
torno a la exégesis bíblica, que comprenden no sólo cuestiones teológicas, sino también
otras de muy diferente índole, incluyendo incluso la matemática aplicada (LÉVY, 1997).
Precisamente las iniciativas de eruditos como Abraham bar-Hiyya o Abraham ibn-Ezra van
en el sentido de fundamentar más rigurosamente estos comentarios de carácter matemático
para evitar errores graves en su aplicación a la vida cotidiana. Pero no debemos entrever,
tras estas propuestas innovadoras de Abraham bar-Hiyya, una actitud heterodoxa respecto a
la religión, todo lo contrario, su propósito es el conciliar el saber científico y matemático
con la revelación divina, de modo que ésta prevalezca siempre en todo momento. En este
sentido, debemos recordar que también fue un notable autor de obras filosóficas y
teológicas, como el Hegyon ha-Nafesh ha-Azuva, estudio sobre la naturaleza del bien y del
mal, o la célebre Megillat ha-Megalleh, que contempla la historia del pueblo judío desde la
revelación y constituyó un referente para los rabinos de los siglos posteriores (ASHTOR).
Hemos dicho que la obra de Abraham bar-Hiyya que nos va a interesar es el
Hibbur ha-Meshihah we-ha-Tishboret, título que podría traducirse por Tratado de medición
y cálculo, pues trata de ser un manual práctico dirigido a los agrimensores y a todas
aquellas personas encargadas de llevar a cabo mediciones y cálculos de valoración de
tierras para herencias, compraventas, arriendos, etc. De este texto, del que no sabemos la
fecha exacta en que fue escrito, aunque probablemente la podríamos situar en torno a la
segunda década del siglo XII, se conservan algunas pocas copias manuscritas repartidas en
archivos y bibliotecas europeas. Hubiera quedado circunscrito al ámbito de la cultura
hebraica, si Platón de Tívoli, el fundador de una dinastía de traductores judíos que
contribuyeron en gran medida, a través de sus versiones, a la difusión del legado científico
árabe, no hubiera realizado una traducción, algo abreviada, al latín. Esta versión conocida
como Liber Embadorum vio la luz en 1245 y constituyó uno de los primeros libros de
álgebra escritos en latín y, juntamente con la versión del álgebra de al-Kharizmi de Roberto
de Chester, aparecida también en el mismo año, las dos primeras obras que mostraban en
esta lengua un procedimiento para determinar la solución general de la ecuación de segundo
grado (GLICK, 1979: 304).
En su versión latina, Platón de Tívoli, suprimió algunos pasajes del original
(CURTZE, 1902). El más extenso y significativo es el apéndice que sigue al capítulo
por Moisés y aparecen recogidos en el Libro del Éxodo. El precepto que a nosotros nos va a
interesar se refiere a la movilidad y el texto bíblico dice respecto a esta cuestión: "Quédese
cada uno en su sitio [tienda] y que nadie se mueva de su lugar el día séptimo." (Ex. 16, 29)
(Las referencias a la Biblia las hemos tomado de la versión castellana de la Biblia de
Jerusalén). Esta prohibición fue pronto considerada como excesiva, pues impedía cumplir
con otros deberes religiosos, como era, por ejemplo, la vigilancia del tabernáculo. Por ello,
y basándose en otra referencia bíblica: "Pero que haya entre vosotros y el arca [de la
alianza] una distancia de unos dos mil codos" (Jos. 3,4) la tradición rabínica estableció
como distancia máxima que podía recorrerse en sabbath los 2000 codos (algo menos de un
kilómetro). Tan estricta fue esta limitación que esta distancia sirvió para construir o
delimitar los poblados y las zonas próximas de cultivos, llegando a constituir una verdadera
unidad de longitud, la jornada sabática: "Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte
llamado de los Olivos, que dista poco de Jerusalén, el espacio de una jornada sabática"
(Hch. 1,12).
Por lo tanto, lo que Abraham bar-Hiyya pretende decirnos con su ejemplo, es que
los rabinos exigen aproximar la √2 con 1 + 2/5, no por ignorancia de que existen mejores
estimaciones, sino para que al utilizar esta aproximación grosera, pero sencilla, en la
medida de terrenos, sus límites sirvan para orientar a los fieles en el cumplimiento del
precepto sabático, pues al proporcionar una estimación inferior al valor real, no se corre
peligro de transgredirlo, aunque sea de un modo involuntario. Sus palabras son bien
elocuentes: "Entre nuestros rabinos y los geómetras no hay, por consiguiente, ninguna
discrepancia en lo referente al cálculo, sino que aquellos añaden algo a las medidas, con el
propósito de dar más margen a las cosas materia de precepto, y así salvaguardarlas"
(Párrafo 192). Por ejemplo, si un agrónomo al trazar los límites de un asentamiento
cuadrado, da como longitud del lado 1428 codos, obtiene, al aplicar la regla de los rabinos,
una diagonal de longitud muy ligeramente superior a 1999 codos, pero utilizando una mejor
aproximación de la √2, como la propuesta por el sefardí, el resultado sería de algo más de
2019, distancia que recorrida en sábado supondría un claro incumplimiento del precepto.
Nuestro autor comenta, a continuación, otro vicio muy frecuente en los cálculos de
los agrónomos de su época y es el referente a la estimación del valor de : "Lo mismo
diríamos de otro principio o regla, relativa a la proporción de 3 a 1, entre la
circunferencia y el diámetro" (Párrafo 193). El recomienda tomar, en lugar del valor 3, el
de 3 + 1/7, conocido ya en la antigüedad y que proporciona una aproximación de hasta las
centésimas, para evitar así cometer errores importantes en los cálculos donde aparece este
número. Aunque Abraham bar-Hiyya, afirma, como había hecho al comentar la anterior,
que esta regla sólo la aplican los rabinos en materia de precepto grave, es consciente de que
la cuestión es mucho más delicada por aparecer en la Biblia una cita textual que hace
referencia indirecta a ella: "Puede objetarse [a mi argumento] diciendo que en el pasaje
bíblico relativo al mar de Salomón se desprende que la proporción de la circunferencia al
diámetro es de 3 a 1" (Párrafo 193).
Antes de seguir con el razonamiento de Abraham bar-Hiyya debemos hacer aquí
también otro pequeño paréntesis para situar adecuadamente el problema en su contexto. Por
la Biblia sabemos que David fue el primer rey de los hebreos y que entre sus proyectos
estaba el de erigir un templo en homenaje a Yahvé, pero también que no tuvo medios ni
personas suficientes para realizar obras de envergadura, por que los tuvo que dedicar a
guerrear con los pueblos vecinos. Sin embargo, su hijo, Salomón, libre de conflictos
armados, dispuso de los medios y de las personas para llevar a cabo la construcción de un
gran templo en Jerusalén. Aunque ya no se conserva, muy probablemente se erigió en el
solar que hoy ocupa la mezquita de Omar. El grandioso edificio, así como sus dependencias
y mobiliario aparecen descritos en el Libro Primero de los Reyes y en el de Libro Segundo
de las Crónicas. Podemos encontrar una reconstrucción, así como datos históricos y
sociales relacionados con este edificio en muchas obras, por ejemplo, y en lengua española,
en la clásica descripción de Delpho o la más moderna y con aparato crítico de la
Enciclopedia del Mundo Bíblico (1970: 479-488).
En el patio sudeste del Templo el monarca mandó construir un gran recipiente de
bronce para contener las aguas lustrales. Este depósito, por la gran cantidad de agua que
podía almacenar, se le ha denominado tradicionalmente "Mar de Salomón". Seguiremos la
descripción que aparece en el Libro Primero de los Reyes:
"Hizo [Salomón] el Mar de metal fundido que tenía 10 codos de borde a
borde; era enteramente redondo, y de cinco codos de altura; un cordón
de treinta codos medía su contorno. Debajo del borde había calabazas
todo en derredor; había dos filas de calabazas fundidas en una sola
pieza. Se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando al Norte, tres
mirando al Oeste, tres mirando al Sur y tres mirando al Este; el Mar
estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior. Su
espesor era de un palmo y su borde era como el borde del cáliz de la flor
de la azucena." (1 R. 7,23-25).
La relación que encontramos en el Libro Segundo de las Crónicas es casi idéntica:
"Hizo [Salomón] el Mar de metal fundido, de diez codos de borde a
borde. Era enteramente redondo y de cinco codos de alto. Un cordón de
treinta codos medía su contorno. Debajo del borde había en todo el
contorno unas como figuras de bronce, diez por cada lado, colocadas en
dos órdenes, fundidas en una sola masa. Se apoyaba sobre doce bueyes;
tres mirando al Norte, tres mirando al Oeste, tres mirando al Sur y tres
mirando al Este. El Mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras
hacia el interior. Su espesor era de un palmo, y su borde como el borde
del cáliz de la flor de lirio." (2 Cro. 4, 2-4).
Aunque obviamente no existen imágenes del Mar de Salomón, se conservan
algunos antiguos recipientes, la mayoría de pequeñas dimensiones, que se suponen
inspirados en su forma. También se ha creído ver una posible influencia en el diseño de la
famosa fuente del Patio de los Leones en la Alhambra de Granada, basándose en el
panegírico que Salomón Ibn-Gabirol (1021-1058) dedicó a Yusûf Negrela, donde compara
el Mar con una fuente donde los bueyes del modelo original han sido substituidos por
leones: "Hay un estanque rebosante, parecido al Mar de Salomón, aunque no descansa
sobre toros. La actitud de los leones en su orilla es como los cachorros rugiendo a la
presa, derraman sus entrañas como manantiales..." (REINA, 2007: 244).
Llegado a este punto es necesario que hagamos una observación con referencia a
las unidades de medida que aparecen en los textos bíblicos citados. Los hebreos utilizaron
como sistemas de medidas los que eran habituales en los pueblos con los que habían tenido
contacto, como mesopotámicos o egipcios. Y como ellos, tomaron el cuerpo o las
actividades humanas de referente. Las equivalencias no fueron siempre las mismas, por
ejemplo, antes y después del éxodo, o en el Antiguo y en el Nuevo Testamento. Entre las
medidas de longitud menores estaban el codo o ammá, que era la distancia entre la
extremidad del codo y la del dedo corazón; el palmo o zéret, distancia entre el extremo del
dedo pulgar y el del meñique en la mano extendida, que era aproximadamente igual a
medio codo; la mano, palma o tofaj, la separación existente entre los cuatro dedos,
considerada igual a un sexto y, en ocasiones, a un quinto de codo; y el dedo o esbá,
considerado habitualmente como un cuarto de mano. Aunque he reproducido fielmente
ambos textos bíblicos (en la versión citada) la alusión a "palmos" que se hace en ambos, y
que coincide con otras versiones españolas que he consultado, creo que debería traducirse
mejor por "palmas" o "manos", pues son estas unidades las que aparecen en las citas de
Abraham bar-Hiyya, el cual las toma directamente de la versión hebrea de la Biblia y
también aparecen así en las referencias talmúdicas que acompañan a su razonamiento.
Además, parece más realista, dadas las dimensiones del Mar, suponer que su grosor era de
una palma, que no de un palmo.
Los partidarios de las reglas de los rabinos tenían un argumento de peso, pues
ambos textos bíblicos describen al Mar de Salomón como un recipiente de forma circular
con un diámetro de 10 codos y un perímetro de 30, asignando, por consiguiente, al número
la grosera aproximación de 3. Pero una ingeniosa argumentación de Abraham bar-Hiyya
permite compaginar la palabra divina con los cálculos matemáticos. El razonamiento es el
siguiente: nos hace observar que si el perímetro (interior) del Mar mide 30 codos, entonces,
considerando el valor de con la aproximación que él recomienda, es decir, 3 + 1/7 = 22/7,
se obtiene como medida del diámetro (interior): 210/22 codos. Pero, como el texto bíblico
dice que el recipiente tenía un grosor de una mano y "cinco manos es un codo, del modo
como computaban nuestros rabinos" (Párrafo 193), entonces para obtener la longitud del
diámetro (exterior) del Mar hay que añadir dos manos: 210/22 + 2/5 = 1099/110, es decir,
su medida resulta ser muy aproximadamente igual a 10 codos. En resumen, la aparente
divergencia se debería a tener o no tener en cuenta el grosor del recipiente, así, cuando en el
texto bíblico se indica el valor del perímetro del Mar de Salomón se está refiriendo
implícitamente al interior del borde y cuando alude al diámetro se está refiriendo, también
implícitamente, al exterior del borde; con esta matización, los datos de las crónicas serían
perfectamente coherentes con los principios matemáticos.
Si bien la interpretación que nos propone Abraham bar-Hiyya resulta creíble y
aceptable, caben todavía otras posibles interpretaciones, aunque quizás más difíciles de
armonizar con la literalidad de los textos. Así, por ejemplo, podríamos sugerir otra donde se
destacaría más el carácter simbólico del monumento. Advirtamos que ese factor está muy
presente en el diseño, basta fijarse en la presencia de los doce bueyes distribuidos de forma
centrípeta, que, sin duda, es una alegoría a la expansión de las doce tribus de Israel. Al
fijarnos en las citas bíblicas observaremos que, al final del fragmento, se dice: "su borde
era como el borde del cáliz de la flor de la azucena" o "su borde [era] como el borde del
cáliz de la flor de lirio". Si optamos por la azucena, pues también nuestro autor alude a esta
flor y, además, en apoyo de esta hipótesis está la abundancia con la se encuentra esta planta,
la Lilium candidum, en tierras palestinas, entonces, la flor acampanada de la azucena, con
las pétalos abiertos, frecuentemente en número de seis y con una distribución regular, nos
recuerda la disposición de un hexágono regular. De suponer que ésta era la forma del borde
del Mar de Salomón, entonces las medidas serían absolutamente exactas, pues si diez codos
era el diámetro o distancia máxima entre dos vértices del hexágono regular de bronce, el
perímetro de su borde sería de 30 codos. Además, esta forma del borde no sería
descabellada para el recipiente, pues permitiría imaginar, uniendo los vértices alternos, una
estrella de David, el escudo ideado por el padre del constructor del Mar. Lamentablemente,
aunque esta interpretación podría gustar a los amantes de los simbolismos, los pasajes
bíblicos son contundentes en este punto y afirman que la forma del borde era "enteramente
redonda". Tampoco Abraham bar-Hiyya duda en ningún momento de esta forma y los
recipientes que se conservan inspirados en el Mar de Salomón tienen todos bordes
redondos. Así pues, las referencias a las flores se ha de interpretar, no como una
explicación sobre la forma del borde del Mar, que ha quedado explicitada, si no sobre la
forma del depósito que lo asemejaba al cáliz de una flor.
A continuación Abraham bar-Hiyya se plantea una tarea más difícil: calcular la
capacidad del Mar de Salomón. Comienza por determinar la superficie del mismo,
multiplicando "la mitad de la circunferencia por la mitad del diámetro" (Párrafo 193),
producto que resulta ser igual a 72 y 2/9 codos cuadrados. Recuerda que, en ambos textos
bíblicos, se especifica que su altura era de 5 codos y, para poder calcular con exactitud el
volumen del recipiente, debe proponer la reconstrucción de su forma espacial.
Reproduzcamos sus palabras:
"El Mar de Salomón tenía 5 codos de altura; los dos superiores eran de
forma circular, y los tres inferiores eran de forma cuadrada, tal como lo
dijeron los rabinos. Y lo mismo se desprende del texto: "Había como
unas caras debajo del borde, de 10 codos, a todo el contorno del mar".
Se desprende que la parte inferior del Mar era cuadrada y que cada
lado medía 10 codos... Si ahora multiplicamos el área de la parte
circular, 72 y 2/9, por su altura de 2 codos, tendremos 144 y 4/9 de codos
cúbicos, y sumados con los 300 codos cúbicos de la parte cuadrada
inferior (10 x 10 x 3), obtendremos que el volumen del Mar de Salomón
era de 444 y 4/9 codos cúbicos"(Párrafo 193).
El paso siguiente del razonamiento del sefardí es hallar la equivalencia del valor
del volumen determinado en codos cúbicos a otras unidades usuales en época bíblica.
Como las de longitud, las unidades de volumen hebreas, fueron tomadas de otros pueblos y
adaptadas a sus necesidades. También el cuerpo humano o las actividades humanas servían
de modelo. Así, las unidades de capacidad menores eran el puñado o komes, dado por lo
que cabía en un puño cerrado y el puñado abierto o jofen, cantidad que podían contener las
dos manos juntas. Las de tipo medio dependían de la capacidad de los utensilios del
agricultor, como la gavilla o omer y el cántaro o kad nevel, muy difíciles de equiparar con
las unidades modernas. En la Biblia aparecen citadas bastantes unidades de capacidad de
orden superior, algunas sólo en una ocasión, pero las más frecuentemente nombradas son:
el jomer, prestada de los mesopotámicos, representaba la carga máxima que podía llevar un
asno; el efá, de origen egipcio, equivalía a una décima parte de un jomer y se aplicaba a
líquidos; y el bat, medida equivalente a un efá, que, si bien se empleaba más en sólidos,
también hay varias referencias utilizado para medir líquidos. Sobre la equivalencia moderna
de estas unidades existían opiniones dispares hasta que Albright descubrió, en una de sus
excavaciones en tierras palestinas, en Laquis, un fragmento de jarra que lleva grabada la
inscripción bt lmlk, que podría traducirse como "bat real", y que permitió a su descubridor
estimar la capacidad de un bat en unos 22 litros (SCOTT, 1958).
Nos dice Abraham bar-Hiyya: "Si multiplicamos dicha cantidad [444 + 4/9] por 4
+ 1/2, o sea los 2000 bat que dice el texto bíblico, de manera que 1 codo cúbico contiene 4
+ 1/2 bat". Es decir, aplicando la equivalencia 1 codo cúbico = 4 + 1/2 bat, se obtiene para
el volumen del Mar de Salomón la cantidad de 2000 bat. Este valor es exactamente el que
aparece en el Libro Primero de los Reyes, al concluir la descripción del Mar de Salomón:
"Contenía dos mil batos" (1 R. 7,26). Pero, si fijamos ahora nuestra atención en el Libro
Segundo de las Crónicas, también, tras la descripción del depósito, encontramos el
siguiente valor sobre su capacidad: "Cabían en él tres mil batos" (2 Cro. 4,5). La diferencia
entre ambos textos es evidente y demasiado importante como para pasar desapercibida a los
estudiosos del texto bíblico. El sefardí dedicará el párrafo 195 de su obra a intentar
explicarla: "Ya que hemos hablado del Mar de Salomón y de sus medidas, vamos ahora a
explicar las discrepancias respecto a su capacidad que se encuentran en los textos bíblicos,
puesto que en el pasaje del libro de los Reyes se dice que contenía 2000 bat y en el pasaje
de las Crónicas se dice que contenía 3000 bat".
Comienza por afirmar que la diferencia no puede deberse a un error del cronista,
pues éste se limita a transcribir las palabras de Jehová: "Lejos de nosotros el creer una cosa
semejante, tratándose de las palabras de Dios vivo". Tampoco la explicación estará en que
se trata de unidades diferentes, pues ambos textos son absolutamente explícitos al
mencionar la misma unidad, el bat; ni en suponer un distinto valor, pues el bat no sufrió
modificaciones de valor apreciables en el Antiguo Testamento.
Su argumentación se va a inspirar en una creencia generalizada en las escuelas
rabínicas, según la cual "la capacidad aludida en el pasaje de los Reyes se refiere a
líquidos, mientras que la capacidad aludida en las Crónicas se refiere a sólidos o áridos".
Pero, la explicación ofrecida en estas escuelas no va más lejos, y así la mayoría de fieles
creen que la diferencia radica únicamente en este hecho, cuando, como muy bien razona
Abraham bar-Hiyya, la diferencia entre medir capacidades iguales de líquidos y de sólidos,
puede afectar a su peso, en función de la densidad del producto, pero no a su volumen, que
sigue siendo el mismo. Otros creían que la medida del bat no era fija: cuando se refería a
líquidos el valor era mayor que cuando se aplicaba a sólidos. También está interpretación es
rechazada con ironía por el sefardí: "¿Por qué motivo el bat medida de líquidos ha de ser
mayor que el bat que mide los áridos? ¿Por qué no viceversa?".
"De manera que en el pasaje visto del libro de los Reyes, el texto nos
informa del volumen del mar de Salomón en el cual los dos codos
superiores son de forma circular, mientras que en el pasaje de las
Crónicas el texto informa del volumen que contendría el mar de Salomón
si todo el recipiente tuviera la forma cuadrada de la base, sumándole,
además, el volumen correspondiente a la pirámide que podría
amontonarse encima".
Refuerza su tesis haciéndonos ver una sutileza semántica: en la cita del Libro de
los Reyes se dice "contenía", dándose por supuesta su alusión a un líquido (agua lustral) y
en la del Libro de las Crónicas el verbo utilizado es "caben", que se referiría al material
sólido que podría amontonarse dentro del recipiente.
La posibilidad que abre Abraham bar-Hiyya al aceptar formas geométricas
diferentes para el Mar de Salomón, siempre que se respeten las dimensiones básicas
conocidas, constituye una vía sugerente para proponer otras soluciones del problema
distintas de las del sefardí. Pero caben también otras posibilidades diferentes a la del
cambio de forma. Un buen ejemplo es la solución propuesta por Conrad Schick (1896: 118-
119), arquitecto alemán que estuvo durante muchos años colaborando en los trabajos de
excavación y limpieza en los lugares santos de Jerusalén, y que escribió, a finales del siglo
XIX, una extraordinaria monografía sobre el templo de Salomón y las reconstrucciones
posteriores. En el apartado dedicado al “mar de bronce” (das eherne Meer) discrepa de las
interpretaciones rabínicas basadas en cambios de formas no descritas en el texto bíblico y
cree que la solución debe buscarse en otra concepción del monumento. Afirma que los
bueyes estaban huecos y por su interior pasaban tubos. Estos tubos permitían que por la
boca de los bueyes saliera agua que se recogía en unos pequeños recipientes situados a sus
pies. De este modo los fieles podían hacer sus abluciones más cómodamente. Además este
modelo se asemeja a las fuentes árabes construidas bajo la inspiración del Mar de Salomón,
como la de la Alhambra, en la que la boca de los leones vierte continuamente agua. Calcula,
por las dimensiones del recipiente mayor, que el diámetro de estos pequeños depósitos bajo
la boca de los bueyes debería ser de 12 o 13 codos y la profundidad de 3/4 de codo. Estos
datos le permitían estimar la capacidad de todos ellos en unos 1000 bats, lo que explicaría
la diferencia entre los dos textos del Antiguo Testamento, uno habla de la capacidad de
únicamente el recipiente mayor y el otro de toda la fuente. Pero la interpretación de Schick,
aunque es altamente sugerente, tampoco se apoya en las referencias bíblicas estrictas.
Hemos expuesto un ejemplo de como pueden compaginarse las creencias
religiosas con los conocimientos matemáticos. Abraham bar-Hiyya debe acomodar el texto
bíblico, es decir, la palabra inspirada por Dios, a los principios matemáticos que él conoce y
enseña en su texto. Por encima de los aspectos anecdóticos se vislumbran los recursos y las
distintas estrategias a las que debe recurrir para alcanzar sus objetivos. Ante la primera
situación, la determinación demasiado imprecisa de la diagonal de un cuadrado, opta por
aceptar la incorrección de unas reglas (las excesivamente groseras aproximaciones que
imponían los rabinos en algunos cálculos) por interpretar que iban dirigidas a un público no
preparado y aplicadas, exclusivamente, con la intención de evitar la posible trasgresión de
una norma religiosa. Diferente estrategia desarrolla cuando aborda la cuestión de la relación
entre el perímetro y el diámetro del borde del Mar de Salomón; aquí juega con la
ambigüedad del texto, que no distingue entre medida interior y exterior, para resolver
hábilmente el problema. Pero el escollo más difícil se le presenta ante la discrepancia
explícita entre dos pasajes bíblicos: en esta ocasión sigue apoyándose en la ambigüedad de
los textos y, al mismo tiempo, debe tener en cuenta, para no contradecirlos, los
razonamientos de los rabinos sobre esta cuestión expuestos en los comentarios talmúdicos.
Consigue también salir airoso recurriendo a todo su saber matemático y a su ingenio.
Al margen de las hábiles interpretaciones de Abraham bar-Hiyya caben, como
hemos visto, otras soluciones, acordes con el simbolismo religioso o con el sentido
práctico, más libres respecto a la fidelidad a los textos sagrados, pero sin llegar a
Bibliografia
ASHTOR, E. 1984. The Jews of Moslem Spain. Vol. 3. Jewish Publication Society,
Philadelphia.
BAR-CHIJA, A. 1912. Chibbur ha-Meschicha veha-Tischborelt. Lehrbuch der Geometrie.
(Herausgegeben und mit Anmerkungen versehen von M. Guttmann),Verein Mekize
Nirdamim, Berlin.
BAR-HIIA, A. 1931. Llibre de geometria. Hibbur hamesxiha uehatixboret (Versió del
hebreu per J. Millás i Vallicrosa). Ed. Alpha, Barcelona.
BENSCH, S. 2002. Barcelona and its Rulers, 1096-1291. Cambridge University Press,
Cambridge.
BIBLIA DE JERUSALÉN. 1967. Desclée de Brouwer, Bilbao.
CURTZE, M. 1902. “Der Liber Embadorum des Abraham bar Chija Savasorda in der
Übersetzung des Plato von Tivoli” en Abhandlungen zur Geschichte der mathematischen
Wissenschaften mit Einschluss ihrer Anwendungen, vol. 12, pp.121–183. Teubner, Leipzig.
DELPHO, C.A. 1890. Breve descripción y plano de la ciudad de Jerusalén y lugares
circunvecinos (Como estaba en tiempo de Ntro. Señor Jesucristo compuesta en latín por
Cristiano Adricomio Delpho en 1584 y traducida al castellano por el P. Vicente Gómez),
Clemente Padró y Pou, Barcelona.
ENCICLOPEDIA DEL MUNDO BÍBLICO. 1970. Vol. 2. Plaza & Janés, Barcelona.
GLICK T. 1979. Islamic and Christian Spain in the early Middle Ages. Princeton
University Press, Princeton.
LÉVY, T. 1997. "The Establishment of the Mathematical Bookshelf of the Medieval
Hebrew Scholar: Translations and Translators" en Science in Context, núm.10, pp. 431-451.
LÉVY, T. 2001. “Les débuts de la littérature mathématique hébraïque: la géométrie
d’Abraham bar Hiyya (XIe-XIIe s.)” en Micrologus, núm. IX, pp. 35-64.
MILLÀS I VALLICROSA, J. 1949. “La obra enciclopédica de R. Abraham bar Hiyya” en
Estudios sobre historia de la ciencia española. C.S.I.C. , Barcelona, pp. 219-262.
REINA, M.F. 2007. Poesía andalusí, Editorial Edaf, Madrid.
SCHICK, C. 1896. Die Stiftshütte, der Tempel in Jerusalem in der Tempelplatz der
Jetztzeit. Weidmannsche Buchhandlung, Berlin.
SCOTT, R.B.Y. 1958. “The Hebrew Cubit” en Journal of Biblical Literature, vol 77, núm
3, pp. 205-214.
José Mª Núñez Espallargas
Departamento de Didáctica de la Matemática.
Universidad de Barcelona. Espanha
E-mail: jmnunez@ub.edu
72 RBHM, Vol. 13, no 26, p. 61-72, 2013
FontesRevista
Históricas nas salas
Brasileira de aula
de História de Matemática:
da Matemática - Vol. o13que dizem
no 26 - pág.os73-83
Estudos Internacionais
Publicação Oficial da Sociedade Brasileira de História da Matemática
ISSN 1519-955X
Bernadete Morey
Universidade Federal do Rio Grande no Norte – UFRN – Brasil
Resumo
O uso de fontes históricas nas salas de aula de matemática é reconhecidamente uma tarefa
complexa. Mesmo assim, é um dos modos que a comunidade internacional de educadores
matemáticos tem lançado mão ao introduzir a história da matemática no ensino e na
aprendizagem de matemática. Diante disso surgem duas questões: O que tem sido feito para
viabilizar o uso de fontes históricas em sala de aula? Quais argumentos têm sido usados
para justificar tal uso? No presente artigo apresentamos alguns dos aspectos relevantes da
produção em artigos de periódicos e anais de eventos da última década na temática em
discussão.
Abstract
The use of historical sources in mathematics classrooms is admittedly a complex task. Still,
it's one of the ways that the international community of mathematics educators has availed
itself of in order to introduce the history of mathematics in the teaching and learning
mathematics. Thus two questions arise: What has been done to facilitate the use of
historical sources in the classroom? What arguments have been used to justify such use? In
this paper we present some of the relevant aspects of production in journal articles and
conference proceedings of the last decade in the theme under discussion.
Introdução
Os modos de introduzir a história da matemática no ensino de matemática são
bastante variados tanto em sua forma como em seus objetivos. Existem, inclusive,
publicações que procuram organizar a literatura proveniente deste tema. Podemos citar, por
exemplo (JANKVIST, U. T., 2009) e (TZANAKIS, C. e THOMAIDIS, Y., 2011).
Nosso estudo partiu de uma varredura nos artigos de periódicos e anais de eventos
internacionais1 publicados a partir de 2001 e que relacionam educação matemática e
história da matemática, focando nossa atenção mais especificamente nos trabalhos que têm
como proposta o uso da história da matemática em sala de aula. Fizemos uma busca relativa
ao período 2001-2013 que incluiu as publicações:
O periódico Educational Studies in Mathematics;
Os anais dos eventos European Summer University on the History and
Epistemology in Mathematics Education (ESU) 2;
Os anais dos HPM’s - History and Pedagogy of Mathematics, satellite meeting of
the ICME3;
Os anais do CERME – Congress of European Research in Mathematics
Education4.
Um dos resultados apontados neste primeiro estudo foi que os autores quando
falam sobre o uso da história da matemática nas salas de aula de matemática já
subentendem que tal uso se faz por meio da introdução de fontes originais na sala de aula
(BARONI, R. e MOREY, B., a aparecer). Cabe aqui dizer que o termo fontes originais é
usado por muitos autores educadores matemáticos para se referir a textos saídos da mão do
matemático profissional. Não importa se está na língua original ou se foi traduzido. Como
veremos no decorrer do presente artigo, traduções para a língua vernácula feita com
finalidades educativas, são chamadas pelos autores de fontes originais (original sources).
No ano 2000 publicou-se, editado por John Fauvel e Jan van Maanen, um livro que
se tornou referência para aqueles que se interessam pelos temas que relacionam a história
da matemática à educação matemática. A obra foi uma produção coletiva de autores de
diversos países que reuniu o que havia de mais recente até aquela época (Ver FAUVEL &
1
Atualmente, a maioria dos trabalhos produzidos sobre o uso da história da matemática em sala de aula são
publicados na Europa.
2
O ESU-6 realizou-se em Viena em julho de 2010 e o ESU-7 está previsto para se realizar em Aarhus, Dinamarca,
em julho de 2014.
3
O HPM 2012 realizou na Corea em Daejeon como satellite meeting do ICME-12. O ICME-13 é previsto para
2016 em Hamburgo na Alemanha. O HPM que lhe é atrelado ainda não tem cidade definida.
4
O CERME acontece todos os anos ímpares no mês de fevereiro em algum país da comunidade europeia.
5
No original: The majority of these studies discuss the importance and the role of the History of Mathematics in
the process of the teaching and learning of Mathematics. However, few studies discuss whether the History of
Mathematics in fact leads to the learning of Mathematics.
No artigo em questão o autor focou sua atenção no uso ou não uso da história da
matemática como recurso didático e, em caso de uso, qual o melhor caminho para se fazê-
lo. Desenvolveu então um estudo comparativo na forma de experimento pedagógico sobre o
ensino e aprendizado do tópico A equação do segundo grau e a fórmula quadrática cujo
objetivo era verificar a eficácia no aprendizado do tópico acima anunciado em relação ao
método de ensino adotado. O aprendizado do tópico incluiu aprender as principais
propriedades, dominar os métodos de resolução e aplicar o aprendido na resolução de
problemas do dia a dia.
Os dados obtidos no experimento pedagógico foram coletados a partir de três
grupos de alunos que passaram pelo processo de ensino e aprendizagem do mesmo tópico
(A equação do segundo grau e a fórmula quadrática) mas com distintas abordagens de
ensino:
Com um grupo de alunos adotou-se o método convencional de ensino, ou seja,
foram ministradas aulas expositivas seguidas de exercícios de fixação e aplicação,
sem participação alguma da história da matemática.
6
No original: This article describes the theoretical framework and empirical results of a threefold comparative
study in which original sources were used in the ordinary mathematics classroom according to a genetic,
hermeneutic and conventional approach.
7
No original: but a collection of work from the past that is related to quadratic equations and highlights some
important stages.
8
No artigo diz apenas que os textos históricos utilizados foram: um papiro egípcio do qual se estudou o método da
falsa posição, tabletes babilônios de onde se estudou o métodos de completar quadrado e matemática árabe de
onde se estudou as equações tipo 1, tipo 2, tipo 3 e prefácio do autor. A informação vem em forma de tabela sem
mais detalhes.
Neste segundo módulo, o objetivo também era chegar no terceiro artigo. Nele
Hamming discute a efetividade não razoável da matemática (grifo do autor) do ponto de
vista da engenharia e da ciência da computação e se pergunta como é que uma matemática
tão comparativamente simples pode ser suficiente para predizer tantas coisas, nisto
consistindo o aspecto ‘não razoável’. Para que os estudantes pudessem conhecer um
possível exemplo concreto disto, eles foram primeiramente introduzidos à álgebra binária
no contexto concebido por Boole em 1854 quando ele tentava descrever a linguagem (e o
pensamento) de um ponto de vista lógico. A seguir os estudantes viram como Shannon, em
1938, apoiando-se no conjunto de postulados da álgebra booleana (0.0 = 0; 1+1 = 1; 1+0 =
0+1 = 1; 0.1 = 1.0 = 0; 0+0 = 0; 1.1 =1) e, interpretando-os em termos de circuitos, foi
capaz de deduzir teoremas que podem ser aplicados na simplificação de circuitos elétricos.
Ao final dos módulos os estudantes responderam um questionário com três
perguntas e depois foram entrevistados individualmente com base no questionário
respondido. As perguntas eram:
1. Os dois módulos deram a você uma visão diferente do que é a matemática; como
ela vem a acontecer; e para o que ela é usada? Se sim, explique como e em que
sentido. Se não, então, por que não?
2. Os dois módulos encorajaram você a estudar ou se envolver de alguma forma com
a matemática (e/ou ciências naturais) depois da escola secundária? Se sim,
explique como e por que. Se não, por que não?
3. Tenha você respondido ‘sim’ ou não à questão 2 acima, você considera que os dois
módulos deram a você elementos mais esclarecedores baseados nos quais você
pudesse tomar a decisão de deixar ou não a matemática (e/ou ciências) fazer parte
de sua educação futura?
No artigo Jankvist tece várias considerações a título de conclusão sobre:
os dados obtidos nas entrevistas e como eles foram obtidos;
o resultado obtido e já esperado (por não se constituir uma novidade) de que o
trabalho com fontes originais pode, sim, despertar um alguns alunos o interesse
pela carreira em ciências e/ou matemática;
e, principalmente,
o que o autor considera um viés novo, confirmado pela correlação positiva entre as
perguntas 1 e 3, ou seja: o que ele considera resultado novo é a constatação que
um trabalho com fontes originais (nestes moldes) permite ao aluno do ensino
médio uma escolha mais consciente de seguir ou não a carreira em matemática ou
ciências exatas, o que vai trazer consequências positivas para a educação
matemática no ensino superior. Alguns dos entrevistados gostaram do trabalho
porque mostrou a eles que definitivamente não é isto que querem fazer. O autor
considera que uma escolha mais consciente vai ter reflexos no problema de
retenção (repetência) dos alunos.
No entanto, para os objetivos de nosso presente artigo, convém observar que os
textos históricos lidos e discutidos no experimento relatado foram traduzidos para o
dinamarquês e refletir um pouco sobre esta observação. O artigo não dá pistas para saber se
estava ou não na pauta de discussão com os alunos se e em que medida uma tradução pode
ou não interferir no pensamento do autor original. A relevância da observação aqui
levantada se deve ao fato de que muitas respostas dos alunos às questões da entrevista se
reportavam ao fato de, na metodologia de estudo adotada, podia-se “acompanhar de perto o
pensamento do autor/matemático”. Nossa suposição é que o autor Jankvist priorizou o fato
de estar realizando um trabalho com alunos do ensino médio, um trabalho mais centrado no
conteúdo matemático dos artigos originais, e, portanto, o material de leitura apenas foi
traduzido para o dinamarquês e colocado à disposição dos alunos. O autor reconhece as
fontes usadas como originais uma vez que dá ao artigo o título de The Use of Original
Sources and its Possible Relation to the Recruitment Problem. Tendo em vista ao público a
que se destina e o objetivo do experimento relatado, não vemos nisto um problema, isto não
desmerece o trabalho realizado.
Notemos que no artigo que estamos analisando foram usados seis textos
agrupados de três em três: no primeiro grupo temos Euler (1736), Dijkstra (1959) e Hilbert
(1900) e no segundo grupo, Boole (1854), Shannon (1938) e Hamming (1980). É difícil,
para qualquer um que tente, encontrar textos históricos que sejam encadeados, que possam
ser interpretados como sendo uma continuidade do mesmo veio do pensamento matemático
e que, além disso, sejam acessíveis aos alunos no secundário 9. Um conjunto tal de textos
não se obtém momentaneamente e quando se obtém, é coisa para se tornar pública e
divulgada.
Mas há outro aspecto que consideramos ainda mais notável no artigo de Jankvist
que é o modo de usar fontes históricas no processo de ensino e aprendizagem: faz-se a
leitura de várias fontes, que são, de certo modo e em certa medida, relacionadas; uma dá
continuidade à outra, mas o que se quer discutir mesmo não está ali em cada um dos textos.
O que se quer discutir são relações e ideias que saem do conjunto de textos. Um trabalho
como este tem, na verdade, várias camadas de compreensão. Tantas que, para que ele seja
compreendido em toda a sua extensão e profundidade, deveria ser replicado 10 por alguns de
nós educadores que trabalhamos com história da matemática nas licenciatura. Fica aqui
nossa recomendação.
9
O que implica que a matemática tem de ser compreensível para um grande publico e não apenas para
matemáticos profissionais.
10
Pelo menos um dos três textos do primeiro módulo já se encontra traduzido para o português. É o texto de
Hilbert e foi traduzido por Sergio Nobre. Pode ser encontrado na Revista Brasileira de História da Matemática
Vol. 3 N.5, de abril de 2003.
4. decidir em que aspectos o ensino pode integrar produtivamente ideias dos alunos.
Os autores Arcavi e Isoda propõem então uma abordagem para desenvolver e
fomentar a capacidade de descentrar-se, despir-se de si mesmo, a fim de ouvir as
perspectivas e ideias do outro. A abordagem consiste numa maneira especial de trabalho
destinado a apoiar a compreensão de determinado tipo de fontes primárias da história da
matemática. Os pressupostos básicos são os seguintes:
(a) A fim de compreender plenamente as ideias por trás de uma fonte histórica
(matemática), é necessário um tipo semelhante de descentramento para ouvir os alunos;
(b) Tal descentramento pode ser aprendido e
(c) O ambiente de aprendizagem para apoiar esse aprendizado pode e deve ser
projetado.
O argumento usado por Arcavi e Isoda para sustentar sua proposta é que a história
da matemática pode proporcionar abordagens para solucionar problemas que são muito
diferentes das comumente usadas hoje em dia. Tais processos de solução, isto é, os usados
nos textos históricos, pode esconder o raciocínio por trás deles. Assim, o leitor do texto tem
de se envolver em um exercício de "decifração", a fim de entender o que foi feito, qual
poderia ter sido o raciocínio por trás dele e qual é o substrato matemático que pode fazer
com que uma abordagem ou método incomum seja considerado válido, e, possivelmente,
geral. Engajar-se em tal exercício, segundo os autores Arcavi e Isoda, tem algumas
semelhanças com o processo de compreender o que está por trás do pensamento e as ações
dos nossos alunos. Eles não reivindicam um paralelismo entre a matemática subjacente nas
fontes primárias e a de nossos alunos. O que alegam é que experimentar o processo de
compreensão da abordagem matemática de uma fonte histórica primária pode ser uma boa
preparação para ouvir os alunos. Para sustentar seu argumento detalham dois pontos:
Primeiro. As respostas dos alunos, quando diferem do esperado, muitas vezes são
facilmente descartadas. Ao se deparar com uma fonte histórica, com uma abordagem de
solução estranha (para nós), sabemos que as melhores mentes do seu tempo e cultura estão
por trás daquela solução. Portanto, um texto histórico não pode ser tão facilmente
descartado em função da dicotomia certo-errado, como é geralmente o caso com as
respostas dos alunos. A fonte histórica tem que ser examinada em todas as suas
particularidades, e muitas vezes nossos próprios entendimentos não podem ser
imediatamente projetados sobre ela; nesse caso, é preciso que se mergulhe na própria
natureza do texto e, ao fazer isto, um primeiro obstáculo na difícil tarefa de descentramento
é removido. A repetição deste exercício pode apoiar tanto o desenvolvimento do hábito de
não dispensar de imediato qualquer solução apresentada pelo aluno quanto o da busca de
sua abordagem matemática idiossincrática.
Segundo. Ao se deparar com uma fonte histórica, inicialmente enigmática, temos
de desenvolver ferramentas para fazê-la tomar sentido. As principais ferramentas podem
consistir em: análise da fonte, colocar a nós mesmos questões sobre o texto, parafrasear
partes do texto em nossas palavras e anotações, resumir os entendimentos parciais, localizar
e verbalizar o que ainda está para ser esclarecido, e contrastar diferentes partes com a
finalidade de obter coerência. Em certo sentido, isso implica em algum tipo de prática
"hermenêutica" (interpretativa). Por outro lado, mesmo sem se referir a fontes históricas,
quando usamos deliberada ou inconscientemente nossa própria matemática para dar sentido
a um texto matemático, podemos não avançar ou mesmo cair em contradição. Neste ponto
nós começamos a fazer perguntas: o que está escrito? Por que o autor escreveu desse modo?
Quais são as suposições aqui escondidas? Se o texto diz A e A implica em B – onde está B
no texto? Tal questionamento pode nos levar a adotar a perspectiva do autor. Tal prática
pode ajudar a desenvolver uma compreensão do texto que então precisa ser reconfirmada
por meio de um processo recursivo de algum modo (por exemplo, aplicando nossa
compreensão a textos similares, exemplos ou problemas). Propõe-se então que tais
processos e ferramentas hermenêuticas, normalmente destinadas à compreensão de textos
históricos, podem muito bem servir ao professor na tentativa de compreender as ideias de
seus alunos.
Em suma, para os autores, ler e compreender certas fontes primárias pode resultar
na aquisição de habilidades e ferramentas necessárias para aprender a ouvir os alunos. O
workshop referente a este trabalho foi realizado com 17 professores de escola da secundária
no Japão, 15 deles recém graduados e 2 outros já professores experientes. O texto histórico
usado foi parte do Papiro de Rhind (problemas 74, 52, 24 e 25).
O relato minucioso dos vários aspectos do workshop levado a cabo não cabe no
escopo de nosso presente artigo, pois, o leitor interessado pode consultar o original
ARCAVI e ISODA (2006). Queremos então chamar a atenção para o seguinte fato: a
leitura, a interpretação, o trabalho feito com o texto histórico tinha o objetivo de
desenvolver certa habilidade pedagógica nos professores, a habilidade de ouvir.
Observações finais
Algumas observações e reflexões finais devem ser feitas para finalizar este artigo.
A primeira delas é sobre a riqueza de objetivos que podem se traçados pelo educador
matemático que se dispõe a inserir fontes originais no processo de ensino e aprendizado de
matemática. No presente artigo, das três publicações analisadas, cada uma delas constituiu-
se num estudo no qual fontes originais foram usadas para atingir objetivos educacionais
distintos.
De modo geral, uma das muitas dificuldades de se trabalhar com fontes originais é
a barreira linguística. Tal dificuldade surge em todos os lugares sem exceção variando
apenas na sua intensidade, em alguns lugares a dificuldade é maior, em outros é menor e
noutros é maior ainda. Mas, via de regra, o texto histórico original está escrito numa língua
que não é a mesma do estudante. No entanto, os educadores matemáticos têm encontrado
meios de contornar esta dificuldade muito paulatinamente, seja por meio de traduções,
muitas vezes feitas pelo próprio educador matemático, ou ainda, criando, aos poucos, um
acervo de obras em sua língua materna, na língua falada pelos seus alunos.
Nenhuma publicação, nenhum autor dos analisados até agora deixou transparecer
que a inserção de fontes originais no processo de ensino e aprendizado de matemática é
uma coisa simples ou fácil de se fazer. Pelo contrário, exige um grande preparo e enorme
cuidado. Por outro lado, o que se ganha em troca tem valor educacional ímpar,
insubstituível.
Referências
ARCAVI, Abraham; ISODA, Masami (2007). Learning to listen: from Historical
sources to classroom practice. Educational Studies in Mathematics, 66 pp. 111-129.
GLAUBITZ, Michael (2011). The Use of Original Sources in the classroom: Empirical
Research Findings. In: History and Epistemology in Mathematics Education - Proceedings
of the Sixth European Summer University - ESU 6. Evelyne Barbin, Manfred Kronfellner,
Constantinos Tzanakis (Eds.). Wien, Austria. 19 - 23 July 2010, pp. 351-362
JANKVIST, Uffe Thomas (2013). The use of original sources and its possible relation to
the recruitment problem. CERME 8, WG12, 6 -10 February 2013, Manavgat-Side,
Antalya - Turkey. http://cerme8.metu.edu.tr/wgpapers/wg_papers.html, acesso em
15/02/2013.
JANKVIST, Uffe Thomas. A categorization of the “whys” and “hows” of using history in
math education. Educational Mathematical Studies, 71 pp. 235-261.
TZANAKIS, Constatinos; THOMAINIDIS, Yannis (2011). Classifying the arguments
and methods to integrate history in mathematics education: an example. In: History and
Epistemology in Mathematics Education - Proceedings of the Sixth European Summer
University - ESU 6. Evelyne Barbin, Manfred Kronfellner, Constantinos Tzanakis (Eds.).
Wien, Austria. 19 - 23 July 2010, pp. 1-14.
FAUVEL, John; VAN MAANEN, Jan (Eds.). 2000. History in Mathematics Education.
Kluwer Academic Publishers.
SIU, Man-Keung (2004). In.: Proceedings HPM2004 & ESU4 (pp. 268-277). Fulvia
Furinghetti, Kaijser, Constantinos Tzanakis Stein (eds.) Uppsala: Uppsala University
Bernadete Morey
Departamento de Matemática – UFRN –
Campus Natal – Brasil
E-mail: bernadetemorey@terra.com.br
Fumikazu Saito
Pontifícia Universidade Católica de São Paulo – PUCSP – Brasil
Resumo
Este artigo é uma resenha crítica do livro recém-publicado de Tatiana Roque intitulado
História da Matemática: uma visão crítica, desfazendo mitos e lendas (Rio de Janeiro:
Zahar, 2012. 511 pp. ISBN 978-85-378-0888-7). O autor tece algumas considerações sobre
a abordagem historiográfica dando especial atenção à narrativa histórica presente na obra.
Abstract
This essay is a book review of the newly published work entitled História da Matemática:
uma visão crítica, desfazendo mitos e lendas (Rio de Janeiro: Zahar, 2012. 511 pp. ISBN
978-85-378-0888-7) by Tatiana Roque. The author makes some remarks about the
historiographical approach giving special attention to the historical narrative in this work.
Apresentação
1
Em recente estudo, Mendes (2012) identificou cerca de 200 dissertações de mestrado (acadêmico e profissional)
e 100 teses de doutorado que tiveram por tema objetos de estudo em história da matemática, defendidas entre 1990
e 2010.
2
Sobre as novas tendências historiográficas da história da ciência, vide: Alfonso-Goldfarb (2008, 1994); Alfonso-
Goldfarb e Beltran (2004); sobre tendências historiográficas da história da matemática, vide: Mann (2011); Gray
(2011); Alexander (2006, 2002); Nobre (2004); Fowler (1994).
Além disso, embora siga uma sequência cronológica, a narrativa no livro não é
linear. Para dar conta das “idas e vindas” das ideias matemáticas, Roque procurou organizar
sua narrativa de forma a privilegiar o movimento das ideias matemáticas, considerando uma
rede de relações. A cada capítulo, somos conduzidos para o passado, assim como para o
futuro, de ideias e de concepções matemáticas de diferentes épocas. Esse movimento, que
se traduz na não-linearidade do desenvolvimento de conceitos, ideias, fórmulas, regras, e da
própria matemática, apresenta ao leitor as continuidades e as descontinuidades de ideias
matemáticas no processo da construção do conhecimento matemático 3.
Desse modo, podemos dizer que o livro de Roque, de um lado, problematiza a
história da matemática de vertente tradicional e, de outro, procura descontruir certos mitos
que se arraigaram nessa tradição historiográfica. A obra é dividida em sete capítulos e cada
um deles inicia-se com um relato tradicional da história da matemática. Por meio deste
relato, Roque sugere que as análises históricas tradicionais tenderam a minimizar aspectos
epistemológicos e históricos. Baseando-se em recentes estudos de história e historiografia
da ciência, a autora busca então desconstruir as narrativas “presentistas” que subjazem às
muitas histórias da matemática. Além disso, aponta para as diferentes facetas do
conhecimento do passado, sem restringir tal conhecimento à matemática, mas sugerindo
que há diferentes “práticas matemáticas” que estabelecem relações com outros domínios do
conhecimento que não são matemáticos em essência4.
Dos sete capítulos que compõem o livro, restringimo-nos aqui a comentar apenas o
quinto, intitulado “Revolução científica e a nova geometria do século XVII” (ROQUE,
2012, p. 278-341). No relato tradicional que introduz este capítulo, Roque observa que a
revolução científica geralmente é entendida como período de brusca mudança no modo de
fazer ciência, especialmente na astronomia, física e matemática. Figuram entre os
protagonistas do “novo” fazer científico Nicolau Copérnico (1473-1543), Johannes Kepler
(1571-1630), Galileu Galilei (1564-1642) e Isaac Newton (1643-1727). Dentre as diversas
tendências filosóficas importantes naquela época, geralmente faz-se referência à filosofia
mecânica e, dentre as muitas mudanças no campo da ciência, é comum referir-se à
matematização da natureza e ao advento da ciência experimental.
Podemos dizer que a descrição feita nestes termos não está incorreta embora seja
muito simplificada. Mas no que diz respeito à história da matemática, esse período é
geralmente conhecido como o “alvorecer da matemática moderna”, visto que foi a partir
dos séculos XVI e XVII que a matemática ganhara impulso em direção à especialização
moderna (SAITO, 2012; BROMBERG, SAITO, 2010). Contudo, como bem observa
Roque, precisamos ter cautela e não identificar os desenvolvimentos da matemática desse
período como essencialmente matemáticos, tal como definiríamos nos dias de hoje. Assim,
ao discorrer sobre as transformações ocorridas na geometria no século XVII, Roque parece
3
Discussões sobre continuidades e descontinuidades no desenvolvimento do conhecimento científico e
matemático, vide: Golinski (2005); Alfonso-Goldfarb et al (2004); Gillies (1992).
4
A esse respeito, vide: SAITO (2012); Roux (2010).
chamar a nossa atenção para os cuidados que devemos ter ao definirmos o que era
matemática naquele período. Isso é notório no seguinte trecho que aqui reproduzimos:
Com efeito, estudos recentes em história da ciência têm apontado para os cuidados
que devemos ter ao referirmo-nos às divisões e classificações do conhecimento no passado
(SAITO, 2011a, 2011b; BROMBERG, 2011; GOLINSKI, 2005). Em outros termos, da
mesma forma que “filosofia natural” não é “física”, o que entendemos hoje por Matemática
ofusca a compreensão do que foram as “matemáticas” no passado. E é aqui, neste ponto,
que as atuais tendências historiográficas da história da ciência têm incidido suas críticas, ou
seja, ao anacronismo decorrente do fato de se referir às “matemáticas” anteriores ao século
XIX sob a perspectiva da matemática moderna (BROMBERG, SAITO, 2010; ROUX,
2010; BESSE, 2009; AXWORTHY, 2009; POPPER, 2006).
Cabe observar que a exposição matemática de um assunto não pode ser reduzida
completamente ao seu conteúdo disciplinar antes do século XIX (SAITO, 2012). Isso
porque os “matemáticos” no século XVII possuíam diversos atributos que não são
essencialmente “matemáticos”. Eles foram astrônomos, médicos, juristas, geógrafos,
cartógrafos, cosmógrafos, agrimensores, e até mesmo filósofos naturais. As matemáticas,
portanto, afiguravam-se de forma multifacetada, mantendo relações e estabelecendo
interfaces com diferentes domínios de saber (KUSUKAWA; MACLEAN, 2006; CUOMO,
2001; TAYLOR, 1954). Assim, os novos desdobramentos das matemáticas no século XVII
(e também anteriores ao XVI) devem ser vistos em sua complexidade, o que se torna
notório se contextualizarmos a matemática do século XVII no processo histórico.
É importante temos em conta que o conhecimento matemático não se perpetuou
desde priscas eras até o presente num processo contínuo. Sem dúvida, as matemáticas no
século XVII são herdeiras de uma matemática mais antiga. Mas isso não porque as antigas
ideias matemáticas perpetuaram-se e desenvolveram-se em direção à matemática moderna.
Pelo contrário, foram os estudiosos de matemáticas dos séculos XVI e XVII que se
apropriaram de antigos conhecimentos matemáticos e deram-lhes uma nova interpretação e
lugar. Roque parece ilustrar bem esse ponto, ao referir-se, por exemplo, às traduções das
obras de Pappus (c.290-c.350) em 1588 e a Arithmetica de Diofanto (c.200-c. 284) em
1575, sugerindo que não haveria continuidade destes trabalhos desde sua origem em
A esse respeito, entretanto, queremos aqui chamar a atenção para dois pontos:
primeiro, que não é natural fazer essa pergunta, como Roque supõe. E, de fato, não é feita
no âmbito da história da matemática de vertente historiográfica tradicional. Comumente, a
relação entre matemática e outras áreas de conhecimento são deixadas à margem. Segundo,
embora os dois eventos fizessem parte de um mesmo movimento, isso não significa que o
pensador da época não estava mais preocupado em desvendar as causas dos fenômenos,
mas apenas em descrevê-lo.
Roque tem razão ao afirmar que Galileu, por exemplo, buscou descrever os
fenômenos matematicamente. Contudo, isso não significa que ele e grande parte dos
estudiosos naquela época não estavam mais preocupados com as causas dos fenômenos
naturais. Newton, por exemplo, buscou não só descrever matematicamente as leis do
movimento, como também especulou sobre as causas 5. E outros estudiosos da natureza
naquele período, tais como Robert Boyle (1627-1691), Blaise Pascal (1623-1663) e René
Descartes (1596-1650) somente para citar alguns, estiveram no centro do debate sobre esse
tema6.
Contudo, devemos concordar com Roque que o desenvolvimento da matemática
esteve associado ao pensamento mecanicista e, devemos também acrescentar, aos diferentes
desdobramentos das artes mecânicas, especialmente aqueles relacionados à medida e ao
cálculo (CONNER, 2005; COHEN, 2005; ROSSI, 1989, 1970; WATERS, 1983; HALL,
1983). Não entraremos aqui em detalhes a esse respeito, visto exceder o objetivo desta
resenha. Queremos, entretanto, observar que, a partir do século XVI, houve uma crescente
interação entre dois domínios de conhecimentos: filosofia natural e matemáticas-mistas
(GABBEY, 1997; DEAR, 1995; WARNER, 1994, 1990). Como é de conhecimento dos
historiadores da ciência, sempre houve, desde há muito tempo, “matemáticas-mistas”. Estas
eram disciplinas que não eram nem matemáticas, nem físicas (physis) em essência7.
Disciplinas como astronomia, música, óptica e mecânica, por exemplo, foram consideradas
desde há muito tempo disciplinas matemáticas. O interesse de estudiosos por essas áreas de
conhecimento a partir do século XVI conduziu a novos desdobramentos não só na filosofia
natural, mas também nas matemáticas (SAITO, 2012). Com efeito, a partir daquela época, é
notório um rápido crescimento da atividade matemática e da produção de pesquisa em
matemática. No desenrolar do século XVII em direção ao XIX, a matemática começou a
adquirir contornos mais definidos e a produzir conhecimentos exclusivamente matemáticos.
Como bem ilustra Roque em seu livro, nos capítulos que se seguem, a matemática começou
a especializar-se e áreas de conhecimentos antes “matemáticos”, tais como a astronomia, a
música e a óptica, por exemplo, migraram para outras áreas do saber.
Enfim, podemos dizer que este livro é um convite para renovarmos as nossas
propostas e abordagens de pesquisa em história da matemática. Este livro contribui como
5
Vide, por exemplo, Newton (1980).
6
Vide estudos de: Cohen e Westfall (2002); Sargent (1995); Garber (1992); Shapin e Schaffer (1985), Westfall
(1977).
7
Vide: Roux (2010); Nascimento (2009, 1998); Dear (1995); Vescovini (1969); Gagné (1969).
importante material de consulta não só para estudantes e pesquisadores, mas também como
excelente introdução à história da matemática para um público mais amplo.
Para finalizar, queremos dar atenção especial ao anexo, intitulado “História da
matemática e sua própria história” (ROQUE, 2012, p. 477-483). Nele a autora apresenta
sucintamente ao leitor uma história que poucos se atêm ao referir-se à história da
matemática, ou seja, à própria história da história da matemática. Embora não incidam
análises historiográficas da história da ciência (e da matemática) neste anexo, a autora
apresenta um rico terreno de investigação ainda pouco explorado pelos historiadores. Para
os leitores em geral, este anexo vem mostrar que a história da matemática não se encontra
pronta e acabada. Além disso, vem a reforçar um ponto importante, isto é, que a história
não é um monólito ou um mero repositório de informações sobre o passado. Na medida em
que interpreta o passado e, dessa maneira, explica o presente, a história da matemática
abarca o processo da construção do conhecimento matemático e é constantemente
reformulada e renovada.
Bibliografia
ALEXANDER, A. R. 2006. Introduction: Mathematical Stories. In: Isis. vol. 97. 678-682
_____. 2002. Geometrical Landscape: The Voyages of Discovery and the Transformation
of Mathematical Practice, Stanford, Stanford University Press.
ALFONSO-GOLDFARB, A. M. 1994. O que é História da Ciência, São Paulo,
Brasiliense.
_____. 2008. Simão Mathias Centennial: Documents, Methods and Identity of History of
Science. In: Circumscribere: International Journal for the History of Science, vol. 4. 1-4.
ALFONSO-GOLDFARB; A. M.; BELTRAN, M. H. R. 2004. (orgs.). Escrevendo a
História da Ciência: tendências, propostas e discussões, São Paulo, Educ; Editora Livraria
da Física; FAPESP.
ALFONSO-GOLDFARB; A. M.; FERRAZ, M. H. M.; BELTRAN, M. H. R. A
historiografia contemporânea e as ciências da matéria: uma longa rota cheia de percalços.
In: ALFONSO-GOLDFARB; A. M.; BELTRAN, M. H. R. 2004. (orgs.). Escrevendo a
História da Ciência: tendências, propostas e discussões, São Paulo, Educ; Editora Livraria
da Física; FAPESP. 49-73.
AXWORTHY, A. 2009. The Epistemological Foundations of the Propaedeutic Status of
Mathematics according to the Epistolary and Pefratory Writings of Oronce Fine. In:
MARR, A. (org.). The Worlds of Oronce Fine: Mathematics, Instruments and Print in
Renaissance France, Donington, Shaun Tyas. 31-51.
BESSE, J.-M. 2009. Cosmography in the Sixteenth Century: the Position of Oronce Fine
between Mathematics and History. In: MARR, A. (org.). The Worlds of Oronce Fine:
Mathematics, Instruments and Print in Renaissance France, Donington, Shaun Tyas. 100-
113.
BOYER, C. B. 1996. (2ª Ed.) História da Matemática, São Paulo, Editora Edgard Blücher.
WATERS, D. W. 1983. Nautical Astronomy and the Problem of Longitude. In: BURKE, J.
G. (org.). The Uses of Science in the Age of Newton, Berkeley; Los Angeles; London,
University of California Press. 143-169.
WESTFALL, R. S. 1977. The Construction of Modern Science: Mechanism and mechanics,
Cambridge, Cambridge University Press.
Fumikazu Saito
Departamento de Matemática – PUCSP – campus
Marquês de Paranaguá - Brasil
E-mail: fsaito@pucsp.br