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DIEGO VEGA.

TP 2 ECONOMIA:
1_ El crecimiento económico es la evolución positiva de los estándares de vida de un
territorio, habitualmente países, medidos en términos de la capacidad productiva de su
economía y de su renta dentro de un periodo de tiempo concreto. La definición más estricta
de crecimiento económico es la que indica que se produce un aumento en términos de renta
o de los bienes y servicios que la economía de un territorio produce en un tiempo
determinado generalmente medido en años.
Factores de crecimiento económico: En siglos de estudio de la economía se han
desarrollado diferentes modelos sobre el crecimiento económico y sus causas. Estos son
simplificaciones de la realidad útiles para buscar explicaciones sobre cómo las economías
crecen y la razón de sus cambios. La idea general que puede extraerse de ellos identifica
ciertos factores como claves en el crecimiento económico:
La inversión en capital: Clave para que los trabajadores realicen su labor productiva en
mejores condiciones y con la ayuda de más herramientas.
La educación: O lo que es lo mismo, la inversión en capital humano que dota a los
participantes en el proceso productivo de una preparación que les ayuda a aumentar su
producción con los mismos recursos y ser más efectivos.
La tecnología: Importante en el sentido de que facilita la evolución en los modelos de
trabajo, las herramientas y medios de producción y la investigación.
2_ El equilibrio a largo plazo del modelo neoclásico de crecimiento muestra a las claras que
si el crecimiento económico consiste únicamente en la acumulación de capital basada en la
reproducción de las fábricas con los métodos de producción existentes, el nivel de vida
finalmente dejará de aumentar.
La acumulación del capital constituye la clave del modelo neoclásico del crecimiento. En
ausencia de cambios tecnológicos y de innovaciones, un aumento del capital por trabajador
no va acompañado de un aumento proporcional de la producción por trabajador debido a
los rendimientos decrecientes del capital.
3_ Diferencia entre crecimiento y desarrollo
El crecimiento económico es entendido como la evolución positiva de los estándares de vida
de un territorio, habitualmente países, medidos en términos de la capacidad productiva de
su economía y de su renta dentro de un periodo de tiempo concreto. En otras palabras, la
evolución positiva de una serie de indicadores, como el PIB, que muestran que la producción
y, por tanto, los ingresos de la población crecen con el paso del tiempo. Por otro lado, y, el
desarrollo económico es un concepto que se refiere a la capacidad que tiene un país de
generar riqueza. Sin embargo, este crecimiento debe reflejarse en la calidad de vida de los
habitantes. En otras palabras, el desarrollo debe percibirse con una mayor esperanza de vida,
una menor desigualdad económica, una reducción total de la pobreza, así como el favorable
comportamiento de otra serie de variables que el crecimiento no tiene en cuenta.
Por tanto, como puede observarse en ambas definiciones, hablamos de dos conceptos muy
ligados, pero que presentan claras diferencias que deben subrayarse. En cierta forma, a
modo de conclusión, podemos decir que el crecimiento económico forma parte del
desarrollo, pero que el crecimiento económico, por sí solo, no es desarrollo.
4_ Elementos condicionantes del subdesarrollo: Si se pasa del análisis de la sintomatología
del subdesarrollo al estudio de los elementos determinantes de tal situación (que
condicionan la posibilidad de superarla), se destacan los siguientes factores: la asignación de
los recursos, el equilibrio macroeconómico, el capital físico, el capital humano y las
relaciones comerciales entre países.
A) La asignación de los recursos: Los países en vías de desarrollo poseen distorsiones en sus
economías que impiden una buena asignación de los escasos recursos productivos. Existe un
desaprovechamiento de factores, como ocurre cuando hay desempleo y capacidad ociosa de
plantas y equipos. Asi mismo, la implementación de políticas que significan reprimir el
desenvolvimiento del mercado financiero ocasiona un bajo nivel de ahorro doméstico y hace
que este se destine a financiar proyectos de inversión que no son los más rentables.
También ocurre que la inversión pública no responde a criterios de rentabilidad económica y
social. Otro factor distorsionador común aparece cuando no se permite que el mercado
opere libremente para asignar los recursos. A sí, las políticas de control de precios en
mercados no monopolísticos impiden que se emitan las señales adecuadas para orientar las
conductas de consumidores y productores. En los países en vías de desarrollo, suele existir
una presencia importante de empresas estatales y un gran volumen de gasto público, que
obliga a tener una carga tributaria significativa. Esto dificulta una buena asignación de
recursos, ya que las empresas estatales son utilizadas para fines que no son los de eficiencia,
y el gasto fiscal se asigna sin criterios de efectividad económica.
B) Desequilibrios: (macroeconómicos recurrentes): La existencia frecuente de déficits
fiscales o de políticas monetarias expansivas que se traducen en inflación e inestabilidad de
precios disminuyen las posibilidades de crecimiento en los países en desarrollo. A su vez,
altas y variables tasas de inflación dificultan el rol de proveedores de información que los
precios poseen. Además, desalientan la inversión y producen conflictos entre trabajadores y
empresarios, impidiendo que los agentes económicos concentren su actuación en ampliar
las posibilidades de desarrollo. Los mencionados desequilibrios también producen
frecuentes problemas en la balanza de pagos e inestabilidad en el tipo de cambio. Así,
algunos países deben recurrir a fuertes endeudamientos externos o a bruscos cambios de
sus paridades, alterando significativamente las condiciones para exportar. Ello suele
desalentar la inversión extranjera y el ahorro e inversión doméstica. Además, la debilidad de
las instituciones, la existencia de poderosos grupos de presión y la falta de perspectivas a
largo plazo son algunos de los factores que contribuyen a la inestabilidad macroeconómica
de las economías en vías de desarrollo.
C) Escasez de capital físico: Los países en vías de desarrollo se caracterizan por la falta de
fábricas y maquinarias modernas y por la debilidad de sus equipamientos e infraestructuras
de todo tipo. Estas carencias de capital no se pueden remediar fácilmente. Dado que al
capital han de proveerlo los propios habitantes de los países en vías de desarrollo, estos
deberán ahorrar, esto es, sacrificar consumo presente; pero, como se ha señalado, ello no es
fácil cuando el nivel de ingresos es bajo. Infortunadamente, las políticas seguidas durante
largos períodos en los países en desarrollo han desalentado el ahorro y la inversión. Así ha
ocurrido con la fijación de las tasas de interés, de tal forma que éstas fueron negativas en
términos reales. Ello se ha traducido en un castigo al ahorro dentro del país y un estímulo al
ahorro en el exterior. La escasez de capital físico limita el desarrollo económico. Ha
contribuido también a la escasez de capital en los países en vías de desarrollo una actitud de
rechazo a la inversión extranjera. Asi mismo, la falta de integración de los mercados
financieros ha impedido atraer mayores volúmenes de ahorro externo. Ello ha sido
especialmente grave, ya que en estos países el factor más escaso es el capital.
D) El factor humano: Se señaló que el crecimiento de la producción se debe en buena
medida a las inversiones en educación, formación profesional y capacitación, salud y
movilidad laboral. Las inversiones en capital humano elevan la productividad del trabajo y
son un factor clave del desarrollo económico. Resulta, sin embargo, que en los países en vías
de desarrollo, a pesar de contar con una escasa dotación inicial de capital físico y humano,
no se aplican las políticas adecuadas para incrementar el capital humano. En efecto, suele
suceder que una serie de regulaciones estatales limitan las posibilidades de que el sector
privado provea servicios educacionales, de capacitación y de salud. Además, ios recursos
públicos para estas áreas son escasos o se destinan a proveer servicios gratuitos o
subsidiados a sectores de la población que no los necesitan. Asi mismo, ocurre con mucha
frecuencia que los aportes fiscales se orientan a programas de alto costo y bajo retorno
desde el punto de vista social. El otro problema en la formación de capital humano en los
países en desarrollo es la falta de institucionalidad y de diseño adecuado en los programas
sociales. Así, por ejemplo, la falta de focalización de los programas educacionales y de salud
en los sectores más pobres lleva a un enorme desperdicio de recursos.
E) El tipo de relaciones comerciales: Los países en desarrollo se caracterizan por su escasez
del factor capital y mayor abundancia del factor trabajo y de recursos naturales. De acuerdo
con la teoría de las ventajas comparativas, estos países deberían especializarse en la
producción de bienes que utilizaran más intensivamente en el trabajo y los recursos
naturales. Ello ocurriría si adoptaran políticas de comercio exterior que se caracterizaran por
la integración y el libre comercio. Sin embargo, al observar los países que en el mundo
poseen más barreras arancelarias y no arancelarias, especialmente en una perspectiva
histórica, se destacan los países en vías de desarrollo. En efecto, por décadas, estos países
siguieron la errónea estrategia de la industrialización forzada sustituyendo importaciones en
aquellos productos en los cuales no poseen ventajas para producirlos. Para ello elevaron sus
aranceles aduaneros y establecieron un sin número de restricciones al comercio
internacional.
El resultado inicial fue un importante dinamismo de la economía, el cual se fue agotando con
el tiempo. Al no aprovechar las ventajas del libre comercio orientaron los recursos a la
producción de bienes más intensivos en capital, los que resultaron, en general, más caros y
de menor calidad. A demás, el limitado tamaño de los mercados domésticos no permitió el
aprovechamiento de las economías de escala y promovió estructuras de mercado poco
competitivas. A lo anterior se sumó el desincentivo a las exportaciones que producían los
elevados impuestos que al reducir la demanda de divisas generaban un menor tipo de
cambio. Así, sectores como la agricultura, la industria de exportación y otros resultaron
castigados. El resultado ha sido un menor crecimiento y la generación de efectos sociales,
como la aceleración de los procesos migratorios desde el campo a la ciudad, que han
supuesto mayores requerimientos a los gobiernos de estos países. A partir de la experiencia
de los países del Este asiático y, especialm ente a partir de la década de los ochenta, el
referido fenómeno se ha comenzado a revertir. Un creciente número de países en vías de
desarrollo, especialmente en Latinoamérica, ha abierto sus economías desarrollando
crecientes relaciones comerciales con otras naciones. Infortunadamente, los países
desarrollados mantienen un conjunto importante de barreras al libre comercio. Las grandes
economías utilizan políticas proteccionistas para sus sectores agrícolas y castigan con
aranceles crecientes a las importaciones con mayor valor agregado. Con ello dificultan las
posibilidades de ias economías en desarrollo y desalientan la aplicación de políticas de libre
comercio.
5_ Estado y mercado: Una de las enseñanzas más valiosas de la experiencia adquirida
guarda relación con la interacción del Estado y el mercado. Nos demuestra que el éxito en la
promoción del crecimiento económico y la reducción de la pobreza es más probable cuando
los gobiernos promueven el funcionamiento de los mercados, concentrando sus
intervenciones en áreas muy precisas que presentan im perfecciones o revisten un carácter
estratégico. Un aspecto central en el desarrollo es la interacción entre los gobiernos y los
mercados. Este no es un problema de intervención versus laissezfciire, dos alternativas
extremas pero falsas. La experiencia negativa de los países socialistas de Europa del Este
demuestra que la clave radica en utilizar al mercado y al Estado en aquello en lo que cada
uno posee ventajas comparativas. El fracaso del neoliberalismo aplicado en los años noventa
en muchos países de América Latina, indica que tampoco los mercados por sí solos
resuelven todos los problemas económicos. El capitalismo no sujeto a regulación tarde o
temprano se torna socialmente inviable. La mejor forma de lograr un sistema eficiente de
producción y distribución de bienes y servicios es promover la competencia interna y
externa, otorgando incentivos que liberen las fuerzas del emprendimiento y del progreso
tecnológico. Esa es la razón por la cual los gobiernos deben invertir o promover la inversión
en infraestructura y asegurar el acceso a los servicios esenciales a los sectores más pobres.
Esta no es una cuestión de Estado o mercado: cada uno tiene su importante e
irreemplazable papel. El clima, la cultura, los recursos naturales fueron entendidos alguna
vez como los aspectos clave del desarrollo económico. Después de la gran depresión, y
durante los años sesenta, muchos diseñadores de políticas favorecieron, especialmente en
Latinoamérica, la sustitución de importaciones combinada con una aceleración del
desarrollo industrial promovido por el Gobierno. En aquellos días, esta visión fue sostenida
estratégicamente por la ayuda externa y las agencias financieras internacionales. Sin
embargo, esa forma de concebir el desarrollo no soportó la prueba del tiempo. Ahora
existen evidencias claras de que, tanto para los países en desarrollo como para los
industrializados, un ágil funcionamiento de los mercados y una ponderada intervención del
Estado parece seria combinación adecuada. La definición y protección de los derechos de
propiedad, y la provisión de un marco legal y judicial efectivo permiten que el mercado
opere con eficiencia mientras el sector público cumple un rol subsidiario pero fundamental.
En varios aspectos, la participación del Gobierno es esencial para el desarrollo.
Límites al papel del Gobierno: En ausencia de fallas dei mercado, dejar que los mercados
funcionen sin intervención permite alcanzar resultados satisfactorios. Por otra parte, las
acciones que involucran bienes públicos y corrección de imperfecciones requieren del
Estado (debido a que el sector privado no intervendría en esos casos), por ejemplo, el gasto
en educación básica, la superación de la pobreza extrema, la lucha contra el desempleo y la
protección ambiental.
Una actuación transparente y no discriminatoria: Consiste en hacer las intervenciones
estatales simples, transparentes y sujetas a reglas, más que a la discrecionalidad oficial. La
complementariedad de políticas adecuadas e intervenciones del Estado limitadas a casos
específicos es una de las lecciones más valederas de la experiencia del desarrollo. Los hechos
recientes nos dicen que, entre los países en vías de desarrollo, las tasas de crecimiento más
elevadas se han alcanzado en aquellos países donde las reglas del juego estaban más
claramente definidas.
Inversión en capital humano: La rentabilidad de la inversión en capital humano, tanto
pública como privada, es a menudo extremadamente alta. Los mercados en los países en
desarrollo por lo general no son suficientes para proveer a las personas de una educación
adecuada (en particular, educación básica), atención de salud y nutrición. A demás de
aumentar las cantidades de inversión en desarrollo humano, es preciso promover la calidad
de dicha inversión. Muy a menudo, las inversiones de capital humano se elevan
indiscriminadamente, lo que da como resultado una subutilización y desperdicio. Los gastos
son frecuentemente mal focalizados e implican una serie de fallas. Es necesario asegurarse
cuidadosamente de que los programas públicos alcancen a la población objetivo. Ejemplos
de programas de gasto social bien diseñados y focalizados se han extendido en los últimos
años, en todos los continentes.
El clima propicio para las empresas nacionales y multinacionales: La competencia interna y
externa ha incentivado muy a menudo la innovación, la difusión de la tecnología y el uso
más eficiente de los recursos. Japón, Corea, Estados Unidos y las economías más exitosas de
Europa han establecido ventajas competitivas globales dentro del rigor de la competencia.
Inversamente, las restricciones a la entrada y salida de los mercados, legislación laboral
inadecuada y plagada de restricciones, derechos de propiedad no suficientemente claros ni
respetados y los controles de precios han retrasado el cambio tecnológico y postergado los
aumentos de la productividad. Una economía interna eficiente requiere bienes de una
calidad adecuada. Esto incluye, fundamentalmente, un marco regulador para asegurar la
competencia, y derechos legales y de propiedad que estén claramente definidos y
conscientemente protegidos. También demanda inversión en infraestructura, investigación y
desarrollo, y un sistema judicial que resuelva eficientemente los conflictos.
La globalización de la economía: El flujo internacional de bienes, servicios, capital, trabajo y
tecnología se ha globalizado. En muchos países, la apertura ai comercio, inversión e ideas ha
sido fundamental para asegurar la disminución de costos por parte de los productores
internos, ya sea introduciendo nuevas tecnologías o desarrollando nuevos y mejores
productos. Sin embargo, para muchos países, las políticas de apertura económica han
arrojado resultados opuestos a los vaticinados. Así, los cambios producidos en materia de
distribución de ingresos han acentuado la desigualdad e inequidad. En general, los hechos
no han corroborado el argumento teórico según el cual, al ser el trabajo el factor más
abundante en los países de menor desarrollo, la apertura económica favorecería las
exportaciones intensivas en trabajo y elevaría la demanda de este factor y sus niveles de
retribución
Equilibrios macroeconómicos: Las bases macroeconómicas estables constituyen uno de los
bienes públicos que los gobiernos pueden proveer. La experiencia muestra que, cuando los
gobiernos expandieron fuertemente su gasto, los resultados se tradujeron en grandes
déficits, excesivo endeudamiento fiscal y expansión monetaria y problemas en el sector
financiero que fueron seguidos rápidamente por inflación, sobrevaluación crónica de la
moneda y pérdida de competitividad de las exportaciones. El endeudamiento fiscal excesivo
conduce también a problemas de desplazamiento de la inversión privada. Restaurar la
confianza del sector privado es un aspecto básico en los esfuerzos para incentivar un
renovado crecimiento y generar empleo en muchos países con una historia de inestabilidad
macroeeonómica. Los gobiernos deben mantener una política fiscal prudente, observando
cuidadosamente la división de tareas económicas entre el Gobierno y ei sector privado. En la
reformulación de sus prioridades de gasto y en la implementación de reformas tributarias,
los gobiernos pueden lograr al mismo tiempo las metas de la eficiencia microeconómica y la
estabilidad macroeeonómica. Como ya señalamos, la estrategia de desarrollo, que ha
demostrado ser la más confiable y que parece ofrecer mayores promesas para erradicar la
pobreza y alcanzar el desarrollo, sugiere buscar el equilibrio en los roles asignados al
mercado y al Estado. En términos simples, los gobiernos deben hacer menos en aquellas
áreas donde los mercados trabajan bien, favorecer el crecimiento de la competencia interna
y externa y corregir las fallas del mercado. Los gobiernos deben hacer más en aquellas áreas
donde los mercados por sí solos no son confiables. Esto último significa invertir en educación,
salud y nutrición; aliviar la pobreza; construir infraestructura legal, administrativa, social y
física de calidad; movilizar los recursos necesarios para el financiamiento del gasto público y
proveer bases macroeconómicas estables, sin las cuales poco se puede hacer.

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