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1. Introducción
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subgénero narrativo presente en la novela picaresca El Lazarillo de Tormes (1554) como forma
de romper la visión estigmatizada de los géneros discursivos y tener más conocimiento sobre
formas alternativas de trabajar en sala de clase.
Básicamente, los puntos que se llevaron en consideración son, en primer lugar, para
trabajar con El Lazarillo de Tormes es que como es considerada la primera obra moderna es una
razón de peso debido a la posición que le proporciona dentro de la literatura universal, lo que
justifica el hecho de que los alumnos necesitan conocerla A través de esta obra, los alumnos
pueden observar que estructuras como el bildungsroman6 y la forma autobiográfica que habrán
podido observar en otras obras, tienen su origen en la literatura española. La narración, en dicha
novela picaresca, se evidencia perfectamente y, entre los puntos que son importantes para
trabajarse en el salón de clase, como el humor del pícaro, el lenguaje sencillo y las diferentes
interpretaciones - se consigue hacer una mezcla didáctica muy productiva para los alumnos en
todas las habilidades: lectura, gramática, interpretación y producción de texto.
De esta forma, los aspectos anteriormente ejemplificados ahora pueden ser un poco más
desarrollados. Así, con el objetivo de romper la visión estigmatizada de los géneros discursivos,
principalmente la narración como herramienta de enseñanza de LE, este trabajo, con
características de una investigación descriptiva-cualitativa, logra evidenciar perspectivas
didácticas relacionadas a la enseñanza del español en los géneros del discurso, principalmente de
la narración, a través de la novela picaresca El Lazarillo de Tormes, en las clases de los semestre
de los cursos libres de lengua española, nivel B1-B2. El enfoque del trabajo es una unidad
didáctica que fue pensada en mezclar la enseñanza de LE con la narración y la obra del Lazarillo
de Tormes. Los resultados del proyecto, como anteriormente mencionados, demostraron ser
bastante positivos, con contribuciones en las diversas formas del aprendizaje de los alumnos
como, por ejemplo, el léxico y en la formación cultural de los antiguos valores de la literatura
del Siglo de Oro español. Hicimos, además de lo que hemos visto hasta entonces, una
investigación bibliográfica y, a partir de eso, desarrollamos la producción de la unidad. Ahora, es
importante considerar los principales puntos que están relacionados al proceso del aprendizaje de
una lengua extranjera a través de los modos de organización del discurso.
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El bildungsroman es un género narrativo que se caracteriza por presentar una evolución en el
personaje protagonista a lo largo de sus páginas. También es conocido como novela de
formación o novela de aprendizaje. López Gallego, M. (2013). Bildungsroman.
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2. La tipología narrativa y el nivel narrativo en el discurso
Antes de todo, es importante conocer sobre la tipología textual que hemos seleccionado
para nuestro trabajo. Luego, se sabe que la tipología, en términos generales, aborda los tipos de
textos existentes. El tema narrativo aborda el hecho de contar historias, acontecimientos y
acciones de personajes en un espacio de tiempo. De manera general, los acontecimientos pueden
ser lineales, siguiendo una secuencia cronológica o se utiliza una secuencia no lineal que mezcla
presente, pasado y futuro. Los elementos pueden definirse más claramente mediante
características fundamentales del texto narrativo, para que la tipología se realice con éxito.
El primer elemento es la presencia de un narrador, él es quien relata la historia, la voz del
relato, que puede ser parte o no de los personajes del texto. Los principales tipos de narrador son
el narrador en primera persona que engloba el Narrador protagonista (Cuenta su propia
experiencia), Narrador testigo (Relata una historia pero no es la suya, porque está relacionado
con ella de manera indirecta); los narradores en segunda persona (Se dirige aun tú/usted o
vosotros/ustedes); por último el narrador en tercera persona que tiene el Narrador omnisciente
(Conoce todos los detalles de la historia y sabe lo que piensan todos los personajes) y el
Narrador equisciente (Tiene una visión limitada y va revelando la trama de una manera objetiva).
Además, otro elemento es el uso de personajes reales o ficticios. Los personajes son
quienes realizan las acciones a lo largo del relato y pueden ser reales o imaginarios. Podemos
distinguir entre los personajes principales (quienes realizan las acciones más importantes) y los
personajes secundarios (los que complementan las secuencias de hechos). En los textos
narrativos no existe un límite de personajes, por lo que esto varía según el género. Por ejemplo,
los cuentos tienen menor número de personajes que las novelas.
La descripción de las acciones son inseparables del texto narrativo. Las acciones son los
hechos que ocurren a lo largo del relato y forman parte del argumento a exponer. Estos
acontecimientos están relacionados entre sí y tienen un orden en particular, según el tipo de
narración. Aún en la descripción, tenemos las de los espacios de la historia que se desarrollan en
un determinado lugar que es descrito por el narrador. Según el relato, los acontecimientos
pueden suceder en uno o más espacios.
Para el análisis del nivel narrativo, necesitamos entender que, cuando en una narrativa se
da la ocurrencia de más de un acto Narrativo, o sea, de más de una enunciación narrativa emitida
por Narradores que no están en el mismo nivel narrativo, observaremos, entonces, la presencia
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de diferentes niveles narrativos. De este modo, Genette (1980) describió los niveles narrativos,
observando que todo lo que es narrado se sitúa en un nivel, superior a aquel en que se sitúa el
actor productor de esa narrativa. Ese acto, productor de una narrativa es realizado por el
narrador.
El narrador de una novela, él es quien produce el acto narrativo y lo que cuenta estará en
un nivel "superior" a aquel en que se sitúa el propio narrador. Ese narrador, que llamaremos N1,
teniendo o no tomado parte de los acontecimientos de la historia que narra, será. considerado a
nivel extradiegético (primer nivel) en relación con la historia que narra (GENETTE, Gérard.
Discurso da narrativa. Lisboa: Edições 70, 1972.). Si dentro de esta historia observamos la
presencia de un personaje que, circunstancialmente, narra, o sea, aquel al cual por algunos
momentos. es dada la voz narrativa, ese personaje será considerado un narrador. situado en el
nivel intradiegético, es decir, dentro de la historia, y lo llamaremos P1N2. Todo aquello que ese
narrador narre estará situado en un nivel inmediatamente superior al suyo y éste se llamará nivel
metadiegético. (algunos autores lo llaman hipodiegético). El diagrama que representa la.
multiplicación de los niveles narrativos propuesto por Genette (1977) es el siguiente:
2.1 El narrador
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Conoceremos, ahora, las principales manifestaciones y características del narrador. Con
esto, se sabe que dicho elemento se ha mezclado cada vez más con los personajes de una trama,
así que, hoy, en la literatura, es más difícil diferenciar narrador de personaje. Y a veces es difícil
descubrir lo que es verdad o no, lo que es confiable o no, y también, no solo el narrador narra
hechos, sino también discurre de sus sentimientos, de sus imaginaciones, de sus sueños y de sus
deseos. Se han construido diversas teorías que intentan analizar a los procedimientos verbales
que se utilizan para narrar en una determinada lengua; los aspectos sociocognitivos que
posibilitan la producción y la recepción de la narración; la relación entre el objeto de la narración
y la construcción lingüística; los usos sociales de la narración; la narración literaria; la narración
de la vida cotidiana, etc.
Entre los teóricos, es consenso la afirmación de que, en un texto ficticio considerado
narrativo, el narrador es el principal elemento organizador de todos los demás elementos que
constituyen la narrativa. O sea, identificar al narrador constituye un primer paso importante para
analizar una narrativa ficticia, puesto que no existe narrativa sin narrador y él es el elemento
estructurador de todos los demás. En primer lugar, debemos distinguir el concepto de narrador
del concepto de autor. El narrador es una entidad ficticia, mientras que el autor corresponde a
una entidad real y empírica. El narrador es una entidad que enuncia el discurso, él protagonista
de la comunicación narrativa. No debemos confundir narrador con autor; todas las entidades que
forman parte de una narrativa literaria son ficcionales, incluso si a veces recuerdan personas,
lugares o acontecimientos reales.
Como elemento organizador de la narrativa, el narrador tiene varias funciones. En primer
lugar, es poseedor de la voz narrativa: proporcionará información sobre la historia, los
personajes, el ambiente, los lugares, etc., de acuerdo con opciones bien definidas. Siendo el
narrador el protagonista de la narración, su voz es observada al nivel del enunciado y puede
mantener una actitud de mayor o menor distanciamiento de los hechos narrados. El modo en que
el narrador se desempeña en el acto de narración determina los diversos tipos de narrador. Sobre
“el narrador”, su voces y visiones, primeramente tratamos de las teorías de Gérard Genette, un
importante teórico francés, que es uno de los fundadores de la “narratología”. Para identificar
el(los) tipo(s) de narrador de la narrativa que objetivamos analizar, tendremos que observar la
instancia de enunciación del discurso a partir de la cual la(s) voz(es) narrativa(s) se presenta(n).
De acuerdo con esta(s), G. Genette distingue tres tipos de narradores: a) autodiegético, b)
heterodiegético y c) homodiegético.
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Narrador autodiegético relata sus experiencias como protagonista principal de la historia
que está narrando. Un caso de narrador autodiegético es el que se da en el monólogo interior,
técnica narrativa que registra el flujo de conciencia del narrador y en la cual el sujeto de la
enunciación coincide con el sujeto del enunciado, hay una coincidencia temporal entre el
narrador y lo que él protagoniza, pero no, naturalmente, en relación a lo que él evoca.
Frecuentemente, un narrador autodiegético narra los acontecimientos en un tiempo posterior a
aquel en que los hechos ocurrieron, no coincidiendo el pasado de la historia con el presente de la
narración. Hay, entonces, una distancia temporal entre los hechos acontecidos y el momento de
la enunciación.
Encontraremos un ejemplo de narrador autodiegético en la novela La vida breve (1950),
de Juan Carlos Onetti. El narrador, Juan María Brausen, narra hechos de su presente histórico,
intercalándolos con hechos de su vida pasada y, al mismo tiempo, se entrega a la imaginación
creadora de un universo ficcional (la ficción dentro de la ficción), imaginando una ciudad, Santa
María,y los personajes que en ella habitan. La personalidad de Brausen, a lo largo de la
narrativa, se va desplegando en el juego pronominal entre yo y él. Otro ejemplo encontramos en
el cuento de Julio Cortázar, "Después del Almuerzo", con un narrador autodiegético "yo" ("yo")
que nos cuenta la historia y nos introduce en el tiempo y en el espacio del cuento.
Cuando un narrador no participa de los hechos que relata, o sea, no hace ni forma parte
de la historia que narra, estaremos frente a un narrador que G. Genette designó con el nombre de
narrador heterodiegético. Frecuentemente, este tipo de narrador se expresa en tercera persona,
mantiene cierto anonimato y gran autoridad en relación a lo que narra. El narrador
heterodiegético normalmente narra hechos ya acontecidos, colocándose en un tiempo posterior al
tiempo en que los hechos por él narrados ocurrieron.
Cuando un narrador relata hechos que él mismo experimentó como personaje, pero no
como protagonista central, observaremos la ocurrencia de un narrador que G. Genette designó
con el nombre de narrador homodiegético. Ese tipo de narrador se diferencia del heterodiegético
porque saca de su propia experiencia como personaje las informaciones que le permiten contar la
historia, pero se diferencia también del narrador autodiegético porque no es el protagonista
principal de esa historia. Él puede ir de simple observador al personaje secundario, manteniendo,
sin embargo, una relación de solidaridad con el personaje central.
El narrador es uno entre los vários elementos que se articulan en la composición de las
obras. A ver otro teórico importante es Norman Friedman (1946), elegido como teórico principal
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en el libro “El Foco Narrativo” (1985) de Ligia Chiappini Moraes Leite que en sus obras
sintetiza las diversas teorías y sistematiza algunas cuestiones: ¿Quién va a contar la historia? ¿Es
un narrador en primera o tercera persona?, ¿Existe alguien narrando?, ¿Donde se cuenta la
historia? ¿Qué modo el narrador utiliza para comunicar la historia (palabras, pensamientos,
etc)?.
Friedman va a describir otras definiciones de narrador: Autor omnisciente intruso tiene
la libertad de narrar a voluntad, de ponerse por encima o por detrás de hechos, adoptando un
“punto de vista divino”. No está limitado al tiempo y al espacio. Tiene la característica de
intrusión: todo sabe, todo critica y todo analiza. Narrador omnisciente neutro: Este tipo habla en
tercera persona. Es similar al autor omnisciente neutro, distinguiéndose por la ausencia de
comentarios sobre el comportamientos de los personajes, evitando hablar de los sentimientos y
pensamientos de los personajes, así, generando más misterio.
El narrador-testigo o “Yo” como testigo narra en primera persona, pero es un “yo” que
está dentro de la narrativa y vive los acontecimientos como personaje secundario. Está en busca
de la verdad o quiere hacer parecer que lo que cuenta es la verdad. Luego, su visión es
necesariamente más limitada a los acontecimientos. No puede saber los pensamientos de otros
personajes, solamente hacer inferencias. Surge normalmente en los cuentos de suspenso, por
ejemplo, en Sherlock Holmes, en que la historia es narrada por Watson. Y también en algunos
cuentos de Edgar Allan Poe. Normalmente el punto de vista es de un personaje secundario.
En el narrador-protagonista de la misma forma desaparece la omnisciencia. El narrador
no tiene cómo saber los pensamientos de los personajes. Narra de forma limitada sus propios
pensamientos y sentimientos. Este narrador nunca revelará los secretos de la historia. Vamos
descubriendo los secretos de la trama junto al protagonista. Hay otros tipos de narración, como
la omnisciencia selectiva, en que no existe propiamente un narrador. La historia viene de forma
directa a través de la mente de los personajes y sus percepciones.
El concepto de Narración, consiste en el propio acto de narrar acontecimientos ficticios.
La narración es la instancia productiva del discurso, es decir, la instancia de enunciación del
discurso, la que produce el enunciado. También estudiamos una de las entidades más
importantes de la narrativa, el narrador, y los diferentes tipos de narradores, enfatizando que no
se debe confundir narrador con autor. Finalmente, estudiamos que, al darse en una narrativa la
ocurrencia de más de un acto narrativo, o sea, de más de una enunciación narrativa emitida por
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narradores que no están en el mismo nivel narrativo, observamos la presencia de Niveles
Narrativos diferentes.
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historia y hasta de una prehistoria” (Rico, 1982), es decir, el personaje y el mundo narrativo que
existe a su alrededor se necesitan mutuamente para poder inspirar el género en su plenitud.
Partiendo del análisis anterior, pasamos ahora a exponer una serie de ejemplos de una
unidad didáctica, de acuerdo con el Anexo A, inspirada en el primer texto picaresco y que da
inicio al subgénero, El Lazarillo de Tormes. La intención es introducir a los alumnos de los
niveles B1-B2 de de los cursos libres de español en el mundo de los géneros discursivos,
específicamente la narración y, además, de la literatura, a través de la novela picaresca, sus
autores y su contexto histórico y social, a la vez que se avanza en su recorrido de aprendizaje del
español, o sea, la conversación, el aprendizaje de léxico, habilidades gramaticales u otras,
basándonos en material auténtico tanto desde el punto de vista discursivo como audiovisual. Al
ser el picaresco un género tan extenso y variado, el objetivo es que el alumno se haga una
correcta idea general de sus características e importancia en la historia de la literatura española
mientras se trabaja la parte principal: el desarrollo de las habilidades de gramática,
interpretación, audición, escritura y oralidad.
Otro de los objetivos que se persiguen con este compendio de actividades es, por
supuesto, la adquisición y mejora de la competencia lingüística, en tanto que la lectura implica la
habilidad para decodificar e interpretar un discurso en su contexto. En este sentido, si bien el
género picaresco pudiera parecer a priori relativamente complejo en cuanto a vocabulario y
estructuras lingüísticas, teniendo en cuenta que “la dificultad es proporcional a la distancia
espacio-temporal entre los respectivos contextos del emisor y del receptor” Fernández y Sanz
(1997), veremos cómo, sin embargo, es posible sacar provecho a este tipo de textos en el aula y
ejercitarse en las distintas destrezas de manera integrada y exitosa.
Por último, es importante decir que la siguiente propuesta didáctica es una unidad que
aborda las habilidades de aprendizaje en lengua extranjera de la asignatura de “Análisis y
comprensión de texto en lengua española” de la Universidad Federal de Ceará (UFC). A partir
del momento, se pensó en formas alternativas para trabajar con el lazarillo de tormes en las
clases de español. Luego, partiendo de la base de que lo ideal sería la lectura completa del texto
en las clases de los cursos libres de español, el nivel para el que están pensadas las siguientes
propuestas sería un B1 o B2. Por el modo en que están divididas las actividades, puede ocupar
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completamente cuatro o cinco sesiones (depende de la duración de la clase) o incluso adaptarse
como contenido paralelo a la clase troncal y que tenga una duración más larga. Este apartado
didáctico está dividido en cuatro sesiones, en las que se presentará el tema, pasando
posteriormente a trabajar sobre el texto y argumento de Lazarillo.
SESIÓN 01:
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que hayamos escuchado las intervenciones de los alumnos, empezamos a trabajar con la obra,
para, a partir de esta, intentar que los alumnos, en común, deduzcan algunas de las características
del género.
SESIÓN 02:
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ANEXO A - Página 3. Autoría del grupo.
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ANEXO A - Página 4. Autoría del grupo.
3) Finalmente, en la última parte de esta actividad, el profesor puede corregir los errores de
los alumnos siguiendo el solucionario que también está disponible en las últimas partes
de nuestra unidad didáctica. Las respuestas pueden ser dichas oralmente, como forma de,
también, trabajar la oralidad de los alumnos.
SESIÓN 03:
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ANEXO A - Página 5. Autoría del grupo.
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intenta conjugar en tu cuaderno los verbos presentes en las oraciones que has sacado de
la narración.” Los alumnos pueden escribir la pizarra con la ayuda del profesor para que
quede más dinámico. Se hace la corrección y se finaliza esta parte de la unidad.
SESIÓN 04:
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1) En la primera parte de esta actividad, se recomienda que el profesor pida que los alumnos
hagan la lectura de la caja de texto en la primera parte de la actividad donde cuenta lo
que ha pasado con Lázaro en el periodo que estaba como siervo del escudero. En
secuencia, el profesor puede hacerles una complementación de lo que ha pasado con
Lázaro, mientras haz preguntas a sus los estudiantes para que salgan opiniones y
suposiciones de lo que podría pasar si la historia fuera escrita de otro modo o si fueran
ellos los autores.
2) En la última parte de la actividad, hay una propuesta escrita para la producción de texto,
en la que los alumnos pueden hacer lo que hicieron en la actividad anterior, cambiando
algunas escenas de lo que pasó de hecho con Lázaro y proponiendo una nueva versión de
la historia en sus puntos de visita. Además, hay instrucciones de cómo se debe ser escrito
la producción de texto para que no se olviden de lo que se debe tener en una narración,
como la cronología de los hechos, contexto, los tiempos verbales y la cantidad mínima y
máxima de líneas.
3) Se recomienda que el profesor, después de los alumnos ya tengan finalizado la
producción de texto, corrija, individualmente, las respectivas producciones y, al final,
junto al grupo, proponga una nueva historia para que todos puedan hacer sus
contribuciones, poniendo, primeramente, las ideas más creativas de los textos de los
alumnos en la pizarra y finalizando lo que hecho ocurrió en la historia de Lázaro que
cambiaron.
Conclusiones
A lo largo de este trabajo, hemos querido demostrar de manera práctica cómo se puede
aprovechar de manera fructuosa la novela picaresca de El Lazarillo de Tormes, principalmente
en la enseñanza de los géneros discursivos en la clases de los distintos cursos libres de español,
para alumnos entre los niveles (B1-B2). En este caso concreto, en el que nos hemos centrado en
un subgénero narrativos de los siglos XVI y XVII, se puede ver cómo, aun encontrándonos con
un español lejano al actual en cuanto a estructura gramatical y vocabulario, es posible aplicarlo a
la enseñanza del español. Si bien, como decíamos al principio, la “distancia espacio-temporal”
podría provocar un cierto rechazo a este tipo de textos, creemos que en la explicación de las
distintas propuestas didácticas se muestran abundantes ejemplos de cómo afrontar materiales
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priori poco accesibles, amoldándolos a las posibles necesidades del aula de ELE para integrarlos
en el proceso de aprendizaje de la lengua meta.
A través de dicho uso de géneros discursivos en la enseñanza del español, principalmente
la narración, consideramos fundamental ir más allá de la mera comprensión del contenido de
dicho género o del estudio de estilos literarios de la obra que elegimos, como también se muestra
en la unidad didáctica. Con el aprovechamiento de la obra en las clases, ya podemos observar lo
que sería el origen de una mezcla productiva para el aprendizaje de los alumnos, teniendo en
cuenta los aspectos que ya fueran desarrollados como la importancia de la narración para la
actualidad y, principalmente, para la enseñanza del español como lengua extranjera.
Gracias al trabajo a través de textos de este género, podremos afrontar la práctica y el
ejercicio de la competencia comunicativa en sus distintas modalidades: la redacción de textos de
distinto tipo dependiendo de la obra en cada caso y, por supuesto, la expresión e interacción
orales (a través de debates, descripciones, exposiciones, etc.). En definitiva, el Lazarillo de
Tormes es una novela picaresca que puede ser utilizada, positivamente, en las clases de lengua
española y contribuir para el desarrollo de las habilidades necesarias de los futuros hablantes de
la lengua española.
REFERENCIAS
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FERNANDEZ, Claudia y SANZ, Marta, 1997. Principios Metodológicos de los
Enfoques Comunicativos. Madrid, Fundación Antonio de Nebrija. ISBN
9788488957160
LAZAR, G. Literature and Language Teaching. A guide far Teachers and Trainers.
Cambridge. Cambridge University Press, 1993. 267 p.
LEITE, Lígia Chiappini Moraes. El foco narrativo. São Paulo: Ática. 1987.
RICO, Francisco, 1982. La novela picaresca y el punto de vista. Madrid, Seix Barral.
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ANEXOS
ANEXO A - UNIDAD DIDÁCTICA: ROMANCE Y LA PICARESCA