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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación


Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”
Vice-rectorado académico

CURSO SOBRE:
INTRODUCCIÓN A LAS CIENCIAS DE LA SALUD.
NOCIONES GENERALES SOBRE MORFOFISIOLOGÍA

Facilitador: Dr. Hugo José Chirino Sánchez


Docente de la U.C. Morfofisiología

Santa Ana de Coro, Septiembre de 2021


EMBRIOLOGÍA HUMANA

La embriología se encarga de estudiar todo lo relacionado con el desarrollo del


embrión hasta el momento de su nacimiento. Por lo que se encarga de estudiar el
proceso desde la fertilización del óvulo por el espermatozoide, lo que da lugar a la
formación del cigoto. Una vez que el proceso de fertilización termina, se empiezan a
generar los órganos del embrión. A partir del tercer mes el embrión pasará a llamarse
feto.
Esta disciplina proporciona los diferentes conocimientos sobre el comienzo de la vida
humana y las diferentes etapas y desarrollos que se van produciendo durante el
embarazo. Gracias a los conocimientos de la embriología humana se conoce mucho
mejor todo lo relacionado con el desarrollo normal del embrión, así como las posibles
causas de las malformaciones.

Subespecialidades en la embriología
Muchos de los trastornos y malformaciones que puede sufrir el embrión en las
primeras semanas se recogen en las especialidades de la embriología humana y
biología del desarrollo. Gracias a estos conocimientos se consigue corregir este tipo
de trastornos o malformaciones y permitir el desarrollo normal del embrión. Entre las
patologías que se pueden destacar son hemangiomas capilares y espina bífida,
hernia diafragmática congénita entre otras más.
Son varias las subespecialidades que podemos encontrar dentro de la embriología,
las cuales podemos mencionar:
 Teratología: abarca todo lo relacionado con el desarrollo con anomalías en el feto.
Suele estar relacionada con los factores tanto genéticos como ambientales que son
capaces de alterar el desarrollo normal, provocando esas anomalías o efectos
congénitos en el feto.
 Embriología comparada: es la especialidad que se encarga de comparar los
embriones de los seres vivos para hallar las diferencias y similitudes en cuanto a sus
procesos biológicos.
 Embriología química: se trata de la especialidad que ofrece las bases químicas del
desarrollo del embrión, proporcionando la estructura química y molecular.
 Embriología moderna: es la especialidad que termina complementando otras ramas
como pueden ser la de genética, medicina o bioquímica.
 Biología del desarrollo: estudia todos los cambios morfológicos que se dan en las
células, los tejidos o los órganos. Se trata de una especialidad que estudia más allá
de la etapa prenatal, puesto que recoge la información desde la célula germinal de
los progenitores hasta su sucesor.

Desarrollo del embrión y sus etapas


Por otro lado, dentro de la embriología y desarrollo del embrión se recogen las
diferentes etapas según el crecimiento del embrión, las cuales se diferencian entre
etapa pre-embrionaria, etapa embrionaria y etapa fetal.

Etapa pre-embrionaria
La primera etapa comienza desde la fecundación del óvulo y cuenta con una
duración de unas cuatro semanas. Por lo que la embriología en la segunda semana
de embarazo se concentra en esta etapa.
Durante esta etapa, el cigoto empieza el proceso de reorganización de las células en
la estructura llamada mórula. Tras los días se irá convirtiendo en un blastocisto, una
especie de esfera que cuenta con una cavidad llena de líquido, también conocida
como blastocito.
El blastocito contará con su momento de eclosión y finalmente se implantará en el
útero. Este el momento del desarrollo del sistema nervioso, pues comenzará a
formarse las primeras células óseas y del sistema nervioso. En el momento de la
formación de estas células es cuando ya comienza la siguiente etapa.
Etapa embrionaria
Tras la cuarta semana de embarazo podemos hablar de la etapa embrionaria
recogida en la especialidad de embriología. Suele terminar en torno a la decima
segunda semana de embarazo. Durante estas semanas es cuando empiezan a
formarse las primeras estructuras que empezarán a dar lugar a los órganos, los
huesos, los cartílagos, al tejido circulatorio, las glándulas el cabello o las uñas.
Además, a lo largo de esta etapa el embrión ya comienza a adquirir ciertas formas y
características de la morfología que nos definen como vertebrados.
Etapa fetal
A partir de la decima segunda semana, en torno a finales del primer trimestre de
embarazo, y hasta el momento del parto, el embrión se considera feto y se encuentra
en esta etapa de la embriología.
A partir del segundo trimestre de embarazo es cuando los órganos, tejidos y
sistemas nerviosos ya están formados, pero comienzan a desarrollar las
características que garantizan sus condiciones básicas.
Es por lo que durante el segundo trimestre del embarazo ya puede conocerse el sexo
del bebé. Además, durante esta etapa, el feto comienza a volverse más resistente
como resultado de su desarrollo y maduración, reduciéndose las probabilidades de
sufrir un aborto.
Como ya se ha visto la embriología estudia el proceso del embrión hasta el momento
del nacimiento del bebé. Gracias a esta especialidad se consigue detectar posibles
anomalías en los fetos, pudiendo ofrecer tratamientos para que el embarazo se
desarrolle sin problemas.

ANATOMÍA HUMANA
El cuerpo humano cuenta con aproximadamente 200 huesos, 650 músculos, 79
órganos y suficientes vasos sanguíneos para rodear la Tierra dos veces.
Las facultades de medicina suelen enseñar la anatomía de estas estructuras en
aproximadamente un año académico. Sin embargo, ¿qué implica realmente
la anatomía humana?
Conceptos básicos y terminología anatómica
El término "anatomía" es originario del griego antiguo significando "disección" o
"diseccionar", e implica el estudio de la estructura del cuerpo humano. Esta disciplina
de 2000 años de antigüedad cobró vida en el Antiguo Egipto y se fue desarrollando
cada vez más a lo largo de los siglos por personajes importantes en la historia de la
anatomía como Galeno, Leonardo da Vinci, Vesalio y otros.
El aprendizaje de un tema tan complejo solo se puede lograr dando pasos pequeños y
lógicos. Dominando los conceptos básicos como direcciones, movimientos, planos
corporales y terminología anatómica.
En pocas palabras, tres planos anatómicos principales dividen el cuerpo en
vistas: frontal, lateral y transversal. Estas vistas muestran la posición y las relaciones
entre las estructuras anatómicas. Se describen con términos precisos; por ejemplo,
superior, inferior, lateral y otros. Los movimientos también pueden describirse
mediante términos estándar aceptados, como flexión y extensión.
La anatomía humana consta de dos divisiones principales:
 Anatomía macroscópica
 Anatomía microscópica

Planos Anatómicos y Ejes del Cuerpo Humano


Los planos anatómicos y los ejes son superficies imaginarias que dividen el cuerpo
humano para facilitar tanto la descripción de su estructura como su denominación y
estudio. Los planos son superficies imaginarias bidimensionales, y los ejes son líneas
de corte unidimensionales también imaginarias.
Posición anatómica
Para comprender los planos y ejes anatómicos se debe entender inicialmente qué es
la posición anatómica.
La posición anatómica se trata de la posición corporal de referencia, a la que los
anatomistas llegaron por consenso para usar los mismos términos de posición y
dirección, y comprender las descripciones de la anatomía corporal universalmente.
Esta posición anatómica se describe como cuerpo humano en bipedestación (de pie),
con la vista horizontal, miembros superiores a cada lado y a lo largo del tronco,
palmas de las manos abiertas hacia adelante y los miembros inferiores juntos, con
los dedos de los pies apuntando hacia adelante.
De allí se entiende que el paciente puede encontrarse en cualquier posición:
acostado boca arriba, acostado boca abajo, acostado sobre un lado o sentado. Las
descripciones siempre se referirán a la posición anatómica descrita anteriormente.

Planos anatómicos
La función de los planos anatómicos es servir como referencia espacial para facilitar
la descripción y la ubicación de los órganos y estructuras corporales.
Los planos anatómicos principalmente utilizados para las descripciones anatómicas
son tres: sagital o lateral, coronal o frontal y horizontal, transversal o axial. Sin
embargo, hay bibliografías que admiten un cuarto plano: oblicuo.

Plano sagital o lateral


Está delimitado por las dimensiones: alto y profundo.
Es un plano con dirección vertical y anteroposterior; es decir, atraviesa el eje
longitudinal corporal y, por ende, lo divide en una mitad derecha y una mitad
izquierda. Estas dos mitades son completamente asimétricas.
Plano coronal o frontal
Está delimitado por las dimensiones: alto y ancho.
Es un plano igualmente vertical orientado en sentido transversal; es decir, de
derecha a izquierda. Por ende, divide el cuerpo humano en una mitad anterior y una
mitad posterior.
Plano horizontal, transversal o axial
Es un plano transversal, perpendicular a los dos anteriores, que divide el cuerpo en
una mitad superior y otra mitad inferior.
Plano oblicuo
Está delimitado por las dimensiones: ancho y profundo. Poco utilizado, es un plano
con dirección vertical, anteroposterior y de derecha a izquierda o de izquierda a
derecha, que divide el cuerpo humano en dos mitades oblicuas.

Ejes del cuerpo


En este contexto anatómico de descripción el concepto de eje se refiere al punto
donde se realiza un corte imaginario para establecer la posición y situación de
estructuras corporales.
Tienen como función distinguir la distancia o situación de algún órgano o estructura;
por ejemplo, si alguno esta medial (cerca de la línea media) o más lateral (separado
de la línea media).
Existen 3 tipos de ejes: sagital, longitudinal y transverso.

Sagital
Se refiere al eje anteroposterior ventro-dorsal; es decir, que atraviesa el cuerpo de
adelante hacia atrás, en dirección horizontal, y es perpendicular a los planos
coronales.
Longitudinal
También denominado cráneo-caudal o supero-inferior, es de dirección vertical, como
una flecha que atraviesa el cuerpo desde el punto más alto del cráneo en dirección a
los pies, pasando por el centro de gravedad del cuerpo.

Transverso
También conocido como latero-lateral, tiene dirección horizontal. Va desde un lado
del cuerpo al otro, perpendicular a los planos sagitales.

Posiciones anatómicas
Las posiciones anatómicas básicas que adopta el paciente son dos:
A.- Bipedestación (de pie)

B.- Acostado: en la cama son tres:

Decúbito supino (Dorsal)


Decúbito lateral

Decúbito prono (Ventral)

Términos anatómicos
Una vez establecidos los planos anatómicos, los ejes corporales y posiciones
anatómicas, es importante conocer los términos anatómicos de relación y
comparación. Estos términos utilizan los planos y los ejes para dar sentido a la
descripción anatómica y su situación relativa.
 Anterior: que esta adelante o en una posición precedente.
 Posterior: que está detrás o dorsal.
 Superior: ubicado por arriba.
 Inferior: ubicado por abajo.
 Craneal: más próximo al cráneo, en el extremo superior del tronco.
 Caudal: más próximo a la cola (cauda), extremo inferior del tronco.
 Medial: más próximo al plano sagital mediano.
 Proximal: ubicado más cerca del tronco o del punto de origen.
 Distal: ubicado más lejos del tronco o del punto de origen.
 Superficial: cercano a la superficie.
 Profundo: lejos de la superficie.
 Externo: más alejado del centro de un órgano.
 Interno: cercano al centro de un órgano.
 Axial: ubicado en el eje sagital.
 Ipsilateral: ubicado del mismo lado.
 Contralateral: ubicado en la mitad contraria del cuerpo.
 Flexión: movimiento que consiste en doblar el cuerpo o uno de sus miembros.
 Extensión: es un movimiento de separación entre huesos o partes del cuerpo,
en dirección postero-anterior.
 Aducción: es un movimiento de aproximación que realizan específicamente
dos articulaciones del cuerpo, debido a que estos son las únicas que trabajan
en los tres planos anatómicos. Esas articulaciones son el hombro y la cadera.
 Abducción: movimiento de separación de la línea central del cuerpo. La
articulación permite un movimiento de alejamiento a izquierda o dcha.

Anatomía regional o topográfica


Esta rama de la anatomía se ocupa de grandes estructuras que logran verse a simple
vista. La anatomía regional describe dónde se encuentra cada estructura del cuerpo
humano (su topografía), similar a cómo el mapa de un área muestra todos los puntos
de referencia en un perímetro específico. Y no solo esto; también describe cómo las
estructuras están conectadas entre sí, sus puntos de inicio y fin, sus capas, etc. Hay
dos enfoques fundamentales para el estudio de la anatomía macroscópica: uno
regional y otro sistémico.
La anatomía regional organiza el cuerpo en varias partes o regiones del
cuerpo: miembro superior, miembro inferior, tronco (tórax, abdomen, pelvis, espalda),
cabeza y cuello.
Enfocar el estudio de anatomía de esta manera permite identificar áreas regionales
específicas; cada una de las cuales contiene sus respectivos huesos, articulaciones,
músculos, arterias, venas, nervios, vasos linfáticos y órganos.
Cabeza y cuello

Además de las extremidades, desde el tronco se extienden dos regiones más que
funcionan en perfecta armonía; un cuello fuerte y móvil, y la cabeza, una estructura
de cinco kilos de peso, que contiene al cerebro.
Debido a que el cuello transporta vasos y nervios vitales que viajan entre la cabeza y
el resto del cuerpo, resulta de mucha importancia conocer estas regiones.
Ahora que conocemos algunos conceptos básicos, centrémonos en la cabeza.
Nuestra cabeza contiene varios huesos unidos entre sí que forman la cabeza ósea,
o cráneo. Algunas partes de este encierran el cerebro y otras forman el esqueleto
facial.
Además, la cabeza tiene varias estructuras asociadas, como ojos, nariz, oídos y
boca. Poseen una variedad de funciones como por ejemplo la visión, el olfato, la
audición, poder comer y hablar, por nombrar algunas.
¿Sabes por qué puedes saborear tus gotas nasales o por qué te suenas la nariz
después de llorar? Se debe a que algunas de las estructuras mencionadas
anteriormente se comunican directamente entre ellas mismas.
El cuello sirve como pasaje entre la cabeza y el tórax. Las cavidades nasales y
bucales continúan en la faringe, comúnmente conocida como garganta. Este
conducto muscular facilita el movimiento de líquidos, alimentos y aire hacia el
esófago y la tráquea respectivamente. El cuello también alberga cartílagos,
músculos, órganos, vasos sanguíneos y nervios. Algunas estructuras importantes del
cuello incluyen la laringe, la glándula tiroides, los músculos hioideos, las arterias
carótidas, las venas yugulares y el plexo cervical.

Extremidad superior

Son las estructuras responsables de interactuar con el medio ambiente, las


responsables del movimiento de nuestro cuerpo, el soporte de peso y mucho más.
Nuestro miembro superior consta de cuatro partes principales: hombro,
brazo, antebrazo y mano. A su vez, la movilidad de la extremidad la proporcionan
las articulaciones del hombro, codo y muñeca sobre las cuales actúan
varios músculos. También debemos considerar que su acción depende de la
inervación y su viabilidad de una nutrición y un suministro sanguíneo adecuados.
Extremidad Inferior

El miembro inferior tiene cuatro partes principales; la cadera, el muslo, la pierna y


el pie. La flexibilidad ocurre gracias a las articulaciones de la cadera, la rodilla y
el tobillo que le permiten patear, saltar, ponerse en cuclillas y mover el cuerpo en la
pista de baile. El miembro inferior contiene algunos de los músculos más poderosos
del cuerpo humano, y están organizados en varios compartimentos.
Algunos vasos importantes como la arteria femoral irrigan esta extremidad. El nervio
más largo del cuerpo, el nervio ciático (isquiático), también se encuentra en nuestro
miembro inferior.

Tronco y espalda
Nuestros miembros superiores e inferiores están unidos a una estructura anatómica
llamada tronco, comúnmente conocida como torso. El tronco está compuesto por
varias regiones llamadas tórax, abdomen, pelvis y espalda.
Atravesando verticalmente el centro de la espalda, se encuentra la columna
vertebral que contiene la médula espinal. Los músculos grandes de la espalda como
el trapecio, el dorsal ancho y los romboides; así como los músculos más profundos y
pequeños, están unidos a varios puntos de la columna vertebral. La musculatura de
la espalda te ayuda a mantener tu postura, doblar tu tronco, mover tus brazos,
encogerte de hombros y mucho más.
Tórax

En el mundo de la anatomía, el pecho se llama tórax y se ubica entre el cuello y el


abdomen. Esta región puede considerarse el centro del sistema circulatorio y el actor
principal de la respiración; siendo esta última función controlada principalmente por
el diafragma. La pared torácica protege el contenido interno y también sostiene
las mamas.
El tórax es tan complejo por dentro como por fuera. Internamente está formado por
la cavidad torácica, cuya función principal es proteger algunos órganos internos,
como los pulmones. Estos dos órganos vitales, están envueltos por membranas
llamadas pleura. Estos son responsables de la respiración. Si fuéramos a medir el
área de superficie de los pulmones, estos ocuparían en conjunto una superficie
equivalente al tamaño de una cancha de tenis.
Entre los pulmones se encuentra el mediastino, un espacio que contiene vasos
sanguíneos, nervios, vasos linfáticos y el corazón. Este órgano vital está encerrado
dentro de un saco llamado pericardio y bombea 5 litros de sangre cada minuto.
Abdomen y pelvis

Si continuamos hacia la región inferior del tórax, nos encontramos con el abdomen y
la pelvis. Estas dos regiones a menudo se enseñan por separado, pero sus
contenidos se mezclan en una gran cavidad abdominopélvica. Internamente, está
revestido por una membrana llamada peritoneo que envuelve muchas estructuras,
haciéndolas intraperitoneales. Los que se encuentran fuera de la membrana
peritoneal se denominan estructuras extraperitoneales.
El sistema de órganos más grande ubicado en esta región es el tracto
gastrointestinal. Los intestinos, responsables de la absorción de micro y
macronutrientes, miden un total de 7,5 metros, el equivalente a cuatro seres
humanos apilados uno encima del otro.
En el interior de la cavidad abdominopélvica se encuentran cuatro órganos
accesorios que ayudan al tracto gastrointestinal a realizar sus funciones. Estos son
el hígado, la vesícula biliar, el páncreas y el bazo. Ayudan especialmente en la
digestión de proteínas y grasas, así como en su procesamiento metabólico.
Es fácil pensar que el abdomen y la pelvis están sobrecargados con el tracto
gastrointestinal, ¡pero hay más! Órganos como los riñones, los uréteres, la vejiga
urinaria y las estructuras reproductivas masculinas y femeninas también se
encuentran aquí. Forman sistemas completos que funcionan simultáneamente para
ayudarte a eliminar desechos, permitirte reaccionar frente a situaciones de miedo o
estrés y a reproducirte.
Tu abdomen y pelvis albergan algunos de los vasos sanguíneos más grandes del
cuerpo. Son estructuras de gran calibre que transportan litros de sangre e irrigan
órganos importantes y otras estructuras más distantes. Por ejemplo, si la aorta o
una arteria renal se rompe durante un evento traumático, la persona moriría en
minutos. También se pueden encontrar nervios importantes en estas regiones, que
controlan la actividad de los órganos abdomino-pélvicos y te permiten sentir dolor.

Para concluir, la anatomía humana es un tema muy amplio. Consta de dos divisiones
principales, la anatomía macroscópica y la anatomía microscópica. El primer tipo de
anatomía se ocupa de grandes estructuras que pueden aprenderse según regiones o
sistemas; a su vez, estos pueden contextualizarse mediante el uso de informes de
casos y estudiando cortes transversales. Dominar este tema también requiere una
excelente terminología y vocabulario anatómico, por lo que es importante no pasar
por alto este aspecto.

ANATOMÍA MICROSCÓPICA E HISTOLOGÍA


Hasta ahora, hemos hablado de la anatomía macroscópica, la cual se ocupa de las
estructuras macroscópicas del cuerpo humano. Sin embargo, ¿qué sucede a nivel
microscópico?, donde las estructuras son demasiado pequeñas para ser observadas
a simple vista. La anatomía microscópica, la segunda rama de la anatomía humana,
es el estudio de los tejidos y su organización en órganos y sistemas de órganos.
Dado que esta subdivisión de la anatomía se ocupa de estructuras que apenas son
observables a simple vista, como arterias, venas, capilares y nervios microscópicos,
explota el poder de aumento de los microscopios.
Los términos “anatomía microscópica” e “histología” a menudo se usan
indistintamente, pero son bastante diferentes. La histología tiene un alcance mucho
más amplio, y se ocupa de la estructura y organización de los tejidos en todos los
niveles, desde los componentes intracelulares hasta las células y hasta los órganos.
Por el contrario, la anatomía microscópica tiene un alcance más limitado, y se ocupa
únicamente de las "microestructuras". Usemos el ejemplo de la unidad motora del
músculo esquelético para ponerlo en contexto. La anatomía microscópica describe el
músculo esquelético formado por fascículos y fibras, mientras que
las neuronas están formadas por axones y cuerpos o somas neuronales. Sin
embargo, la histología explica mucho más, incluida la estructura interna de las fibras,
de cada célula muscular, de los axones, así como la apariencia de los núcleos, etc.

Células y tejidos
Las células son la unidad fundamental del cuerpo humano. Estas forman lo que
conocemos como tejidos, el foco principal de la histología. Los animales y las plantas
somos organismos pluricelulares. Y en el caso de nuestra especie, los humanos
somos seres formados por unos 30 billones de células. Pero, ¿basta tener un
número tan elevado para ser complejos? No. La vida es tal y como la conocemos
porque estas células tienen la increíble capacidad de organizarse formando tejidos.
Aunque a menudo se consideran la unidad más pequeña de un organismo vivo,
están constituidas por elementos aún más pequeños, cada uno de ellos dotado de
una función propia. El tamaño de las células humanas varía de unas a otras, pero
todas son muy pequeñas. Incluso la mayor de todas, el óvulo fecundado, es tan
pequeña que no es perceptible a simple vista.
Las células humanas tienen una membrana superficial (denominada membrana
celular) que mantiene unidos los contenidos. Sin embargo, esta membrana no es
una simple envoltura. Posee unos receptores que permiten a las células
identificarse entre sí. Estos receptores reaccionan también ante sustancias
producidas por el organismo y ante fármacos introducidos en el mismo, y permiten
que estas sustancias o fármacos entren o salgan de la célula de forma selectiva.
Las reacciones que se producen en los receptores a menudo alteran o controlan las
funciones celulares. Un ejemplo de ello es la unión de la insulina a los receptores
de la membrana celular para mantener los niveles apropiados de azúcar en sangre
y para permitir que la glucosa entre en las células.
Dentro de la membrana celular existen dos compartimentos principales:
 El citoplasma
 El núcleo
El citoplasma contiene estructuras que consumen y transforman la energía, y que
realizan las funciones de la célula.
El núcleo contiene el material genético de la célula y las estructuras que controlan
su división y reproducción.

Si bien existen distintos tipos de células, la mayoría de ellas poseen los mismos
componentes. Una célula tiene un núcleo y un citoplasma, y está delimitada por
la membrana celular que regula lo que sucede dentro y fuera de ella. El núcleo
contiene los cromosomas que constituyen el material genético de la célula, al igual
que un nucléolo que produce los ribosomas. Los ribosomas producen proteínas,
que el aparato de Golgi compacta de modo que puedan abandonar la célula. El
citoplasma está constituido por un material fluido y por los orgánulos
celulares, que pueden considerarse los órganos de la célula. El retículo
endoplasmático transporta materiales en el interior de la célula.
Las mitocondrias generan la energía necesaria para las actividades celulares.
Los lisosomas contienen enzimas que pueden descomponer las partículas que
entran en la célula. Los centríolos participan en la división de la célula.
Hay 4 tipos básicos de tejido: tejido conectivo, tejido epitelial, tejido muscular
y tejido nervioso. Y existen 14 tejidos diferentes en el cuerpo humano.

1. Tejido epitelial de revestimiento


El tejido epitelial de revestimiento es, como podemos deducir por su nombre, el
conjunto de células que recubren la superficie del cuerpo humano. En este sentido,
distintas capas de células se organizan para formar los epitelios, que son distintos
tejidos con propiedades diferentes (no es lo mismo el epitelio de los labios que el de
las manos o el de los órganos sexuales).
Sea como sea, este tejido reúne células que están unidas estrechamente entre ellas,
impidiendo que las sustancias (y gérmenes) dañinos lleguen a nuestro interior y, de
igual modo, desarrollando funciones de absorción, sudoración, sentido del tacto,
transpiración, etc. La suma de todos los tejidos epiteliales de revestimiento
conforman la piel, el mayor órgano (de largo) del cuerpo humano.
2. Tejido conectivo
El conectivo, también conocido como conjuntivo, es todo aquel tejido en el que las
células que lo componen están diseñadas para mantener unidos a otros tejidos y
órganos. Como su propio nombre indica, los conecta mecánica y fisiológicamente.
Más allá de esto, la variedad de tejidos dentro de este tipo es muy grande.
Y es que de tejidos conectivos tenemos desde la sangre (el principal medio de
transporte dentro de nuestro organismo no deja de ser un tejido constituido por
células sanguíneas y material líquido) hasta fibras de colágeno. Lo importante es que
son un tipo de tejido que “rellena” los espacios entre tejidos, manteniendo los
órganos en su posición y asegurando que el organismo tenga su forma adecuada.
3. Tejido nervioso
El tejido nervioso, como podemos deducir por su nombre, es aquel que conforma las
distintas estructuras y órganos del sistema nervioso, el cual está diseñado para
generar, procesar y transmitir señales nerviosas.
En este sentido, el tejido nervioso nace de la unión entre dos tipos de células. Por un
lado, tenemos las neuronas, que son las verdaderas unidades funcionales del tejido,
pues son células especializadas en generar y transmitir impulsos eléctricos que
permiten desde la experimentación de los sentidos hasta el control de los músculos.
Por otro lado, tenemos las neuroglias o células gliales, que son las células presentes
en este tejido pero que no están especializadas en la conducción de impulsos
nerviosos, sino en servir como soporte estructural para las neuronas. En este
sentido, serían como el tejido conectivo o conjuntivo del sistema nervioso tanto
central (cerebro y médula espinal) como periférico (nervios).

4. Tejido muscular liso


Junto con el epitelial, conectivo (o conjuntivo) y nervioso, el tejido muscular conforma
uno de los cuatro tejidos principales del cuerpo humano. Sea como sea, este puede
dividirse en distintos tipos dependiendo de su estructura y funciones.
El tejido muscular liso es aquel que controla los movimientos involuntarios. En este
sentido, todas las células musculares que rodean los órganos internos (excepto el
corazón), los vasos sanguíneos y los órganos sexuales componen este tipo de tejido.
Su movimiento es autónomo, es decir, no lo controlamos.
5. Tejido muscular estriado
El tejido muscular estriado, por su parte, es aquel conjunto de células musculares
cuya contracción y relajación sí que se controlan voluntariamente. También conocido
como tejido muscular esquelético, es el que se encuentra en el 90% de los músculos
(son los órganos que nacen de la unión de tejidos musculares), de los cuales hay
más de 650 en el cuerpo humano. Su movimiento es voluntario y es el que permite la
locomoción y el desarrollo de todas nuestras funciones motoras.

6. Tejido muscular cardíaco


El tejido muscular cardíaco es aquel que, al igual que el liso, es de contracción y
relajación involuntaria, aunque, como podemos deducir por su nombre, se encuentra
exclusivamente en el corazón. De hecho, este órgano está formado por, junto a
otros, por tejido muscular cardíaco, el cual se conoce también como miocardio.
Gracias a él, el corazón puede bombear sangre.

7. Tejido epitelial glandular


Habiendo analizado el tejido epitelial de revestimiento, el conectivo, el nervioso y el
muscular, ya conocemos los principales tipos de tejidos. Pero lo cierto es que hay
más y es importante analizarlos, pues todos ellos son imprescindibles en nuestro
organismo.
En este sentido, el tejido epitelial glandular es aquel que conforma todos los órganos
destinados a liberar sustancias, ya sean a la sangre (como las hormonas), a otros
órganos internos (como la bilis al intestino delgado) o al exterior (como el sudor). Por
lo tanto, todas las glándulas del cuerpo humano están compuestas por este tipo de
tejido, el cual está formado por células con la importantísima capacidad de sintetizar
y secretar productos químicos.
Encontramos desde la glándula tiroides (secreta hormonas) hasta la hipófisis,
pasando por las glándulas salivales, las productoras de sudor, etc.
8. Tejido epitelial sensorial
El tejido epitelial sensorial es el que conforma, como su propio nombre indica, los
distintos sentidos. Destaca por ser un tipo de epitelio en el que, en su superficie, se
sitúan distintas neuronas receptoras de señales con una fisiología determinada
dependiendo del sentido en cuestión. Los órganos que captan estímulos del exterior
están compuestos por este tejido.
En la lengua tenemos papilas gustativas con neuronas quimiorreceptoras, que
captan la información química de los alimentos y la transforman en señales nerviosas
que viajan al cerebro para su posterior decodificación y permitir la experimentación
del sabor.
En la misma línea, en la nariz tenemos un epitelio sensorial que capta los químicos
volátiles (para el olfato); en la piel, uno que capta los cambios de presión y de
temperatura (para el tacto); en los oídos, uno que capta las variaciones en las
vibraciones del aire (para el oído); y en los ojos, uno que capta las variaciones en la
luz (para la vista).
9. Tejido adiposo
El tejido adiposo es un tipo de tejido compuesto por unas células muy específicas
conocidas como adipocitos, las cuales tienen la propiedad de almacenar lípido
(grasas) en su citoplasma. En este sentido, el tejido adiposo nace de la unión de
adipocitos, por lo que se trata de un tejido que popularmente conocemos como
grasa.
De todos modos, sus funciones son imprescindibles, pues además de servir como un
almacén de lípidos (para tener reservas de energía), evita las pérdidas de
temperatura corporal, protege órganos internos y amortigua golpes. Representan
aproximadamente el 20% del peso de una persona que, en términos de reservas de
grasa, se considera media.
10. Tejido óseo
El tejido óseo es aquel que constituye los 206 huesos de nuestro cuerpo, unos
órganos que, pese a su dureza, están formados por células vivas. Las células óseas
(hay distintos tipos, como los osteocitos o los osteoblastos) conforman un tejido
conectivo con una matriz que presenta un alto nivel de mineralización (el 50% de un
hueso son sales minerales, especialmente calcio).
Sea como sea, los huesos tienen un tejido compacto en su superficie y, en su
interior, un tejido esponjoso, el cual tiene un nivel de mineralización menor (por lo
que es menos denso) y tiene la función de albergar los vasos sanguíneos que irrigan
los huesos y la médula ósea roja, donde se producen las células sanguíneas.

11. Tejido sanguíneo


La sangre es, junto a la linfa, el único tejido líquido de nuestro cuerpo. En este
sentido, el tejido sanguíneo es la unión de un 20% de células sanguíneas (glóbulos
rojos, glóbulos blancos y plaquetas) y otras sustancias (hormonas, minerales, lípidos,
etc) junto a un 80% de agua, que le da la imprescindible fluidez.
En este sentido, la sangre es un tipo de tejido conjuntivo que sirve como sistema de
transporte del oxígeno y de los nutrientes, así como de las sustancias de desecho,
de todo el organismo, circulando por los diferentes vasos sanguíneos. Pese a ser
líquido, es, evidentemente, uno de los tejidos más importantes del cuerpo. Una
persona adulta tiene más de 5 litros de sangre fluyendo por su interior.
12. Tejido hematopoyético
El tejido hematopoyético es aquel constituido por células especializadas en realizar la
hematopoyesis, es decir, la formación de células sanguíneas. En este sentido, siendo
la médula ósea (lo que hemos comentado del tejido esponjoso de los huesos) la
principal estructura de tejido hematopoyético, unas células madres son capaces de
generar glóbulos rojos (transporte de oxígeno), glóbulos blancos (para el sistema
inmune) y plaquetas (para la coagulación sanguínea).
Además de la médula ósea roja, encontramos, si bien en cantidades menores, tejido
hematopoyético en los ganglios linfáticos, el bazo y el timo. Pero es en el interior de
los huesos donde es más importante este proceso.
13. Tejido cartilaginoso
El tejido cartilaginoso es aquel que constituye, como su propio nombre indica, los
cartílagos del cuerpo. Destaca por ser un tejido que, además de estar formado por
unas células llamadas condrógenas, es rico en fibras elásticas y colágenas y por no
disponer ni de irrigación sanguínea ni de nervios, por lo que no sangra ni tiene
sensibilidad.
En este sentido, encontramos tejido cartilaginoso no solo en los extremos de una
articulación para evitar el roce entre huesos y favorecer la lubricación, sino para dar
forma a distintas estructuras del cuerpo, como la tráquea, la nariz o las orejas.

14. Tejido linfático


El tejido linfático es el principal componente del sistema inmunitario. Estando
presente especialmente en órganos como el timo, el bazo, las amígdalas y los
ganglios linfáticos, pero también disperso en otros sistemas, está formado
principalmente por linfocitos, constituye lo que se conoce como linfa.
Esta linfa es un líquido similar a la sangre pero en el que las células mayoritarias son
los linfocitos (en la sangre, el 99% de las células son glóbulos rojos, de ahí el color),
los cuales inician las reacciones de inmunidad ante una infección, producen
anticuerpos y eliminan a los patógenos.
BIOQUÍMICA

La bioquímica es la ciencia que estudia las bases moleculares y los procesos


químicos de los sistemas biológicos tales como células, tejidos, órganos,
compartimientos y aparatos. La bioquímica implica el estudio de los procesos
básicos de la vida, por ejemplo, la forma en la que el ADN se transfiere entre
las células y cómo se puede manipular para resolver problemas. Los
bioquímicos trabajan con todo tipo de organismos, desde microorganismos
hasta plantas y animales.
Durante el segundo tercio del siglo XX, el avance experimentado por la bioquímica
fue espectacular. Utilizando los poderosos métodos recién descubiertos,
ultracentrífuga, microscopio electrónico, espectrofotómetros, polarímetros y los
isótopos radiactivos, se detallaron las vías anabólicas y catabólicas, gracias al
descubrimiento de un sinnúmero de proteínas y enzimas y se localizaron estas vías
en los distintos orgánelos celulares. Además, el descubrimiento de receptores
hormonales, neurotransmisores, bombas y canales iónicos permitió esbozar y, en
algunos casos, delinear las vías de señalización celular. Estos adelantos permitieron
sentar las bases para la profundización en el conocimiento del crecimiento normal y
patológico.
La Biología Molecular ha adquirido, sin lugar a duda, un peso específico dentro de la
Bioquímica. Tras los primeros datos acerca de la doble hélice del ADN, la tecnología
del ADN recombinante ha experimentado una tremenda evolución. Los avances
espectaculares de la ingeniería genética y los nuevos métodos de visualización de
las estructuras moleculares complejas, que aparecieron en este último cuarto de
siglo, han retroalimentado a la química de las proteínas y a la bioquímica estructural
y funcional. Juntas, se han aliado para desvelar los mecanismos moleculares de los
procesos biológicos normales y, por extensión, patológicos.
La bioquímica es una rama de la química que se dedica a estudiar los seres vivos
en su composición química. Es una ciencia experimental que tiene utilidad en el
desarrollo de fertilizantes, medicamentos, cosméticos.
Esta disciplina científica explica cómo el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno,
fósforo y azufre, además de ser imprescindibles para la vida, son
componentes de estructuras como los carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos
nucleicos, las cuales están implicadas en el metabolismo celular.
Según los aspectos tratados, la Bioquímica se puede dividir en tres grandes
apartados:
a) Bioquímica estructural (bioquímica estática): es un área de la bioquímica que
pretende comprender la arquitectura química de las macromoléculas biológicas,
especialmente de las proteínas y de los ácidos nucleicos (DNA y RNA). ... De esta
forma son esenciales conocimientos de enzimología y biología celular. Es decir
estudia la composición, conformación, configuración y estructura de las moléculas de
la materia viva, relacionándolas con su función.
b) Bioquímica metabólica o metabolismo (bioquímica dinámica): es un área de
la bioquímica que pretende conocer los diferentes tipos de rutas metabólicas a nivel
celular, y su contexto orgánico. De esta forma son esenciales conocimientos de
enzimología y biología celular, ósea que estudia las transformaciones, funciones y
reacciones químicas que sufren o llevan a cabo las moléculas de la materia viva, así
como los mecanismos de regu
lación de esas transformaciones.

c) Biología molecular o genética molecular: estudia la química de los procesos y las


estructuras de las moléculas implicadas en el almacenamiento, la transmisión y la
expresión de información genética, así como los mecanismos que los regulan.

Los conocimientos que genera la bioquímica mejoran la comprensión de la química


orgánica, inmunología, endocrinología, neuroquímica, virología, biología molecular,
genética molecular e ingeniería genética, por nombrar algunas. Todas muy
importantes para la vida actual.
La bioquímica se basa en el concepto de que todo ser vivo contiene carbono y en
general las moléculas biológicas están compuestas principalmente de carbono,
hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre.
La célula representa la unidad funcional y estructurada de todo ser vivo, definiéndose
como un sistema abierto isotérmico que se ensambla, ajusta y perpetúa por si
misma. El sistema está constituido por reacciones orgánicas consecutivas y ligadas,
promovidas por catalizadores producidos por la propia célula. La célula representa la
forma avanzada del desarrollo de la materia en el universo. El análisis químico de las
sustancias que integran la población molecular de las células demuestra la presencia
de componentes orgánicos e inorgánicos.
El porcentaje relativo de componentes químicos presentes en la célula viva. Son:
componentes inorgánicos: Agua entre 75-85%, sales e iones minerales en 1% y
componentes orgánicos como: proteínas entre 10-20%, lípidos entre 2-3%
Carbohidratos en 1% y ácidos nucléicos en 1%.
La bioquímica se basa en el concepto de que todo ser vivo precisa de ciertas
reacciones químicas y procesos metabólicos para obtener su equilibrio y funcionar de
la mejor manera posible a todos los niveles. Cuando estos procesos se ven
afectados se desencadenan patologías de diferentes naturalezas y malestar.
En resumen:
• La Bioquímica es una ciencia que surgió a finales del siglo XIX, derivada de la
Química, la Biología y la Medicina, para estudiar a nivel molecular la estructura y
función de los componentes celulares.
• A finales del siglo XIX se realizan las primeras síntesis de compuestos orgánicos
sencillos, otros se extraen de fuentes naturales y se purifican las primeras proteínas.
Durante el comienzo del siglo XX se formularon las teorías celulares, de la herencia y
la evolución.
• A lo largo del primer tercio del siglo XX, gracias al avance de los métodos de
extracción y purificación, así como a la sistematización de los procedimientos, la
Bioquímica estructural y la dinámica experimentan un desarrollo paralelo, apoyado
en gran medida en los adelantos de la enzimología.
• Durante el segundo tercio del siglo XX, contando con la ayuda de la tecnología
científica recién desarrollada, se consigue detallar las vías anabólicas y catabólicas,
gracias al descubrimiento de un sinnúmero de proteínas y enzimas, y se localizan
estas vías en los distintos orgánulos celulares.
• La Biología Molecular surge a partir del descubrimiento de la estructura de la doble
hélice del ADN a mitad del siglo XX. Gracias a ella, se dilucidaron cuáles eran las
estructuras celulares encargadas de la transmisión de la información genética entre
las distintas generaciones, así como cuáles eran los mecanismos de
almacenamiento, transmisión y expresión de la misma. Además, se inicia el período
de la ingeniería genética, tras la obtención de la primera molécula de ADN
recombinante, en la década de los setenta.
• Desde la última década del siglo XX hasta nuestros días, se han secuenciado los
genomas de varios organismos, desde bacterias hasta el ser humano.
Paralelamente, se han obtenido diversos animales transgénicos, para su uso como
herramienta científica, pero también con aplicación directa en campos como la
agroalimentación y la medicina.
• En la transición del milenio, ganan auge disciplinas como la proteómica, ciencia y
métodos encargados del estudio de todas las proteínas de las diferentes células y
especies, así como las interacciones que establecen entre ellas y sus estructuras
tridimensionales. Otras disciplinas asociadas, relacionadas con la exploración a gran
escala de genes y proteínas mediante el uso de métodos robotizados, están
comenzando su andadura.
• Actualmente, la Bioquímica se considera dividida en tres grandes apartados, según
el objeto de estudio: Bioquímica estructural, Bioquímica metabólica y Biología
molecular.
FISIOLOGÍA HUMANA

Sistemas del cuerpo humano


Hasta ahora hemos hablado sobre la anatomía regional; dividiendo nuestro cuerpo
en áreas específicas. Sin embargo, el cuerpo humano consta de sistemas fisiológicos
que abarcan múltiples regiones y están compuestos por muchas estructuras
anatómicas. La anatomía sistémica, la segunda rama de la anatomía humana,
subdivide el cuerpo en sistemas de órganos discretos que trabajan juntos hacia un
objetivo o función común. Los diez sistemas son: el tegumentario,
musculoesquelético (esquelético y muscular), nervioso, endocrino, circulatorio,
respiratorio, digestivo, urinario, reproductivo y linfático.
A diferencia de la anatomía regional, el enfoque sistémico divide el estudio en áreas
que se ocupan de funciones específicas en lugar de ubicaciones o proximidades.
Este enfoque cubre la anatomía desde una perspectiva más fisiológica, estudiando
las estructuras que cumplen una función corporal en conjunto. Por ejemplo, el
sistema nervioso incluye a todos los nervios del cuerpo que abarcan diferentes
regiones desde el cerebro hasta nuestros miembros inferiores.

Sistema tegumentario
El sistema tegumentario está compuesto por la piel y sus estructuras asociadas
(fanéreos); como los folículos pilosos, las uñas, las glándulas sudoríparas y las
glándulas sebáceas. Está involucrado en una gran variedad de funciones; incluida la
protección, la sensación táctil y térmica, así como la regulación de la temperatura a
través del sudor.

Sistema musculo-esquelético

Los 200 huesos del cuerpo humano actúan como un andamio o armazón. Brindan
apoyo, protección, y facilitan el movimiento del cuerpo. Incluso contienen también
diversas células y sustancias. Los huesos actúan como sistemas de poleas sobre los
músculos. Estos últimos son capaces de contraerse y relajarse, como resultado de lo
cual se produce el movimiento. De este modo, los huesos y los músculos forman
el sistema musculo-esquelético.
Sistema nervioso

Los nervios del sistema nervioso son los responsables de transportar impulsos
eléctricos que permiten la comunicación entre el cerebro, la médula espinal, los
órganos de los sentidos y todas las estructuras anatómicas periféricas. Esta
comunicación permite a los humanos interactuar con su entorno, experimentar
sensaciones físicas, sentir emociones, pensar y realizar muchas otras tareas
cognitivas complejas.
Conocer la anatomía de cada región del cuerpo humano es fundamental. Sin
embargo, hay ciertas cosas que pueden no ser tan claras a simple vista; por ejemplo,
¿cómo se comunica el cerebro con otras regiones, por ejemplo, la mano, para
producir un movimiento o palpar objetos? Lo anterior ocurre gracias a los nervios,
concepto explicado por la neuroanatomía. El sistema nervioso controla todas las
funciones del cuerpo humano. Está involucrado en procesos fisiológicos como el
control de la temperatura corporal, los movimientos voluntarios y pensamientos de
orden superior como la conciencia y el comportamiento emocional, entre otros.
El sistema nervioso tiene dos divisiones estructurales: el sistema nervioso central y el
sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central (SNC) está formado por el encéfalo y la médula espinal;
que a su vez están protegidos por membranas llamadas meninges. Tanto el cerebro
como la médula espinal tienen líquido cerebroespinal (cefalorraquídeo).
El encéfalo humano actúa como el sistema operativo del cuerpo y se compone por
cuatro partes principales: el cerebro, las estructuras subcorticales, el tronco
encefálico y el cerebelo.
El cerebro está dividido en cinco lóbulos y constituye la mayor parte del encéfalo
humano. Es el responsable de la cognición. Sin embargo, todas las partes del
cerebro son igualmente importantes. Por ejemplo, el tronco encefálico se encarga de
mantener a un paciente vivo cuando se encuentra en un “estado vegetativo” o de
coma.
La médula espinal es la continuación del tronco encefálico y se ubica en el interior de
la columna vertebral. Consta de cinco regiones: región cervical, torácica, lumbar,
sacra y cóccix.
Los nervios espinales emergen de la médula espinal a través de los espacios entre
las vértebras, transportando impulsos nerviosos hacia la periferia y recibiendo
estímulos desde la periferia. El cerebro y la médula espinal se comunican a través de
vías neurales llamadas tractos corticoespinales. Los tractos ascendentes transportan
información periférica hacia el cerebro, mientras que los tractos descendentes
transportan información desde el cerebro.
El sistema nervioso periférico (SNP) incluye todo el tejido neural ubicado fuera del
SNC. Consta de 12 pares de nervios craneales, los 31 pares de nervios espinales .
El SNP alcanza e inerva cada estructura anatómica del cuerpo humano.
Como puedes ver, las regiones del cuerpo humano son extremadamente complejas.
Comenzando desde arriba, la cabeza permite recopilar información a través de
estructuras sensoriales. Además, el cerebro integra y controla todo a través del
sistema nervioso.
La cabeza descansa sobre el cuello, que proporciona una vía de paso para las
estructuras que viajan hacia y desde el tórax. Bajo el cuello está el tronco, que está
compuesto por las regiones torácica, abdominal, pélvica y dorsal.
El tronco sostiene el cuerpo, permite algunos movimientos y protege diversas
estructuras anatómicas, como órganos internos, vasos sanguíneos y nervios que se
encuentran dentro de las respectivas cavidades. Se encuentran, unidos a él, dos
miembros superiores y dos miembros inferiores que le permiten realizar todas las
funciones de un ser humano, moverse, interactuar con su entorno y muchos más.
Sistema endocrino

El sistema endocrino está formado por glándulas que liberan sustancias llamadas
hormonas al torrente sanguíneo. Estas hormonas permiten la comunicación química
entre estructuras anatómicas induciendo diversos efectos reguladores al alcanzar
sus objetivos.

Sistema circulatorio

El sistema circulatorio es responsable de mantenernos con vida al proporcionar


sangre arterial oxigenada a cada parte de nuestro cuerpo. La estructura clave aquí
es el corazón, un órgano que bombea sangre oxigenada a las arterias. Esta sangre
luego regresa al corazón a través de las venas en forma de sangre desoxigenada.

Sistema respiratorio

La función principal del sistema respiratorio es mantenernos con vida mediante la


inhalación de oxígeno y la eliminación de dióxido de carbono. Los pulmones y los
alvéolos representan el lugar en donde ocurre el intercambio de gases; el cual
involucra una serie de membranas y tortuosos conductos de aire para poder realizar
la tarea del intercambio gaseoso.

Sistema digestivo
El sistema digestivo es esencialmente un sistema cavitado con dos aberturas.
Consta además de varios órganos. Los alimentos se ingieren a través de la boca, se
procesan y absorben dentro del sistema digestivo y los desechos sólidos resultantes
(las heces) se eliminan a través del ano.

Sistema urinario

El sistema urinario (excretor) es la principal unidad de filtrado del cuerpo humano,


siendo responsable de purificar la sangre y eliminar los desechos. Nuestra sangre
fluye continuamente y es filtrada a través de los riñones. Las sustancias no deseadas
o tóxicas resultantes pasan a la vejiga y finalmente se eliminan a través de la uretra
en la orina.

Sistema reproductivo

La principal función del sistema reproductor es la generación de nueva descendencia


y transmitir nuestros genes a estas generaciones. El sistema reproductor
femenino produce óvulos y nutre al feto en desarrollo hasta el nacimiento. Por el otro
lado, el sistema reproductor masculino sintetiza los espermatozoides y lo entrega al
óvulo para la fertilización.

Sistema linfático

El sistema linfático participa en la eliminación del líquido intersticial de los tejidos, el


transporte de las grasas absorbidas después de la digestión y tiene funciones
inmunológicas. Las células y moléculas inmunitarias viajan a través del sistema
linfático; tomando muestras de la linfa en busca de posibles invasores y generando
una respuesta inmune si es necesario.
Podemos resumir lo anteriormente dicho de esta manera: el sistema tegumentario
cubre todo el cuerpo, protegiéndolo de los daños y regulando la temperatura
corporal.
El cuerpo tiene un “andamio”, está compuesto por el sistema esquelético sobre el
que actúan los músculos, facilitando finalmente el movimiento.
Los sistemas nervioso y endocrino son los principales reguladores, controlando
respectivamente la actividad de casi todo a través de los nervios y las hormonas.
Los sistemas respiratorio y circulatorio nos mantienen vivos facilitando la respiración
y bombeando sangre por todo el cuerpo; mientras que el sistema digestivo permite la
alimentación. Los desechos resultantes son eliminados y excretados del cuerpo por
el sistema urinario.
Por último, pero no por esto menos importante, el sistema reproductor evita que la
humanidad se extinga, mientras que el sistema linfático transporta la linfa y juega un
papel en la protección de los microorganismos.
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