El documento describe las funciones principales de los músculos del core. Estos músculos profundos del abdomen proporcionan estabilidad a la columna vertebral, transmiten fuerzas entre la parte superior e inferior del cuerpo, y protegen los órganos internos. Las principales funciones del core incluyen estabilizar el tronco, mantener el equilibrio, transferir fuerzas y movimiento, mejorar la propiocepción, y servir de protección para la región abdominal.
El documento describe las funciones principales de los músculos del core. Estos músculos profundos del abdomen proporcionan estabilidad a la columna vertebral, transmiten fuerzas entre la parte superior e inferior del cuerpo, y protegen los órganos internos. Las principales funciones del core incluyen estabilizar el tronco, mantener el equilibrio, transferir fuerzas y movimiento, mejorar la propiocepción, y servir de protección para la región abdominal.
El documento describe las funciones principales de los músculos del core. Estos músculos profundos del abdomen proporcionan estabilidad a la columna vertebral, transmiten fuerzas entre la parte superior e inferior del cuerpo, y protegen los órganos internos. Las principales funciones del core incluyen estabilizar el tronco, mantener el equilibrio, transferir fuerzas y movimiento, mejorar la propiocepción, y servir de protección para la región abdominal.
Los músculos del tronco, denominados tradicionalmente como “abdominales”, están formados por un complejo entramado de músculos dispuestos a modo de capas superpuestas, cada uno con una función específica pero funcionalmente asociadas entre ellos. Estos músculos profundos del abdomen forman lo que mecánicamente se conoce como “core”. Se trata de un bloque funcional que proporciona estabilidad y protección a la columna, al tiempo que transmite con mejor eficacia las fuerzas entre el tren superior y el inferior. De este grupo de músculos obtienes la mayor parte de la fuerza de tu cuerpo: los utilizas, por ejemplo, para patear una pelota, levantar un objeto pesado, mantenerte de pie, etc. Entre estas funciones destacan:
Estabilización del tronco y mejora de la postura
corporal. Mantener el equilibrio. Transmisión de fuerzas y de movimientos. Mejora de la propiocepción. Servir de protección para la región abdominal. Estabilizar el tronco y mejorar la postura corporal
El core es el principal responsable de
mantener erguido nuestro cuerpo cuando estamos de pie o sentados, además de mantener su postura cuando estamos en otras posiciones. Nuestra postura corporal depende en gran medida del buen estado de la musculatura del core, ya que las descompensaciones o la falta de entrenamiento de la misma se podrán traducir en la adopción involuntaria de una mala postura corporal. Y como el cuerpo humano es una cadena, la adopción continuada de una mala postura terminará derivando en la aparición de dolores y de otro tipo de problemas físicos. Mantener el equilibrio
Directamente relacionado con la estabilización del tronco,
encontramos que el core es también responsable de mantener nuestro equilibrio. Cuando practicamos un deporte podemos saltar, tirarnos al suelo y levantarnos, inclinarnos hacia los lados… en definitiva, hacer cualquier tipo de movimiento. Para poder mantener el equilibro en todas estas situaciones es necesaria la actuación del core. Esta mejora en el mantenimiento del equilibrio supondrá una mejora en cualquier acción que realicemos a lo largo de nuestro día. Transferir las fuerzas y el movimiento Algo que también hemos nombrado anteriormente es que el core es el nexo a través del cual se transmiten la mayor parte de los movimientos corporales y de la fuerza que realizan las articulaciones. En los casos en los cuales el core no se encuentra en un estado óptimo de forma, esta transferencia no se va a realizar de manera efectiva y, por lo tanto, va a repercutir de manera negativa en los movimientos realizados. Si el core no se encuentra entrenado, estos movimientos no serán fluidos, su potencia no será la adecuada, y un mayor número de músculos se verán obligados a realizar esfuerzos mayores de lo que les corresponde. Mejorar la propiocepción La propiocepción es un sentido que se encarga de hacer sentir a nuestro cuerpo la posición en la cual están situados los músculos, o dicho de otro modo, tener conciencia de nuestra posición corporal en el espacio. La actividad propioceptiva beneficiada por el entrenamiento del core se verá potenciada cuando nos encontremos sobre superficies inestables (algo que podremos aplicar a una gran cantidad de deportes). Actúa a modo de protección de nuestro torso Los músculos son la capa externa y visible de nuestro cuerpo, y ello les convierte en la primera barrera de protección con la que cuentan los órganos internos. Entre estos órganos encontramos el estómago, los intestinos o los riñones, entre otros. Ante la ausencia de huesos que los protejan, la musculatura del core va a ser la encargada de realizar esta función en caso del golpes, caídas, punzadas… Cuanto más fuerte sean los músculos del core, mayor protección ofrecerán a estos órganos, siempre dentro de sus posibilidades. Como puedes ver sus funciones van mucho más allá de lucir un buen abdomen en una foto.
Hablamos de estabilidad, hablamos de fuerza,
hablamos de corregir la postura y hablamos de evitar lesiones y dolores tan comunes como la lumbalgia. Rutinas CORE