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Introducción
En un mundo cada vez más interconectado, las políticas públicas,
sean originadas en gobiernos, por influencia de grupos empresariales, enti-
dades supranacionales, organizaciones no gubernamentales, actores priva-
dos o alguna combinación entre estos, representan un medio de interven-
ción cada vez más relevante en la sociedad (Wedel et. al., 2005: 31). Ac-
tualmente la formulación de políticas congrega a una red heterogénea de
actores más o menos dispersos, vinculados entre sí por relaciones de poder,
recursos, ideologías e influencias interdependientes. Es en esta articula-
ción donde el Estado ya no se relaciona a una esfera pública amorfa, sino,
y cada vez con más frecuencia, con “actores corporativos que disponen de
sus propias bases de poder” (Willke, 2006: 185). Los distintos colectivos
de la sociedad civil buscan hacerse partícipes del proceso político y jugar
un rol importante –aunque a menudo difuso e indirecto– en la configura-
ción de los asuntos públicos. En este marco han ganado visibilidad nuevos
actores privados. Tales referentes tienden a circular por fuera de las institu-
ciones académicas tradicionales, formando organizacionales de diverso giro,
entre las que se hallan firmas consultoras, entidades internacionales, orga-
nizaciones no gubernamentales, y centros de estudio privados o think tanks.
Con un incremento sostenido durante las últimas cuatro décadas, los
así denominados think tanks se encuentran hoy entre las más activas insti-
tuciones expertas con interés por la política pública; especialmente en paí-
ses como Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, donde representan agen-
tes gravitantes del escenario político (Abelson, 2009; Rich, 2004; Abelson
& Carberry, 1998). Abocados de manera general al ejercicio de asesora-
miento e influencia, su presencia se ha multiplicado alcanzando unos seis
mil cuatrocientos centros repartidos por 120 países (McGann, 2011). Una
de las razones que explican su protagonismo se asocia a la abundancia cre-
ciente de informaciones que deben procesar los tomadores de decisiones,
frente a lo cual se vuelve imprescindible contar con referentes donde obte-
ner consejos oportunos y análisis de controversias públicas (Limoges, 1993).
Frente a esto, el recurso al saber experto se ha tornado recurrente en las
distintas fases del proceso político en regímenes democráticos (Fisher, 2009).
En los intersticios del vínculo entre Estado, partidos políticos y so-
ciedad civil, los think tanks se han destacado como detentadores de deter-
minada expertise. Uno de los ámbitos en los cuales parecen desempeñarse
con relativo éxito dice relación con la tematización y visibilización de te-
mas públicos. ¿Cómo los think tanks locales participan de la definición de
agendas? ¿Es posible hallar particularidades en las intervenciones de las
distintas organizaciones? ¿Qué lugar tiene la expertise gestionada en los
centros y cómo sus expertos logran obtener mejores oportunidades para
colocar temas en el debate político? Son algunas de las cuestiones que guían
el texto.
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Fuente: Pinilla y Godoy (2010). Datos en sitios web y entrevistas de los autores.
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tuto Libertad, Avance y Fundación Jaime Guzmán han logrado una im-
portante experiencia.
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Conclusiones
La proliferación de centros de estudio privados o think tanks, y su
asentamiento en cuanto actor con relativa participación en el proceso polí-
tico, representa una tendencia consolidada en el país. Aunque lejos de la
situación anglosajona, la experiencia chilena parece confirmar la influen-
cia estable que han alcanzado estas organizaciones durante las últimas tres
décadas. Esto se debe, entre otras causas, a la participación que tuvieron
durante el proceso de transición democrática y su apoyo a la consolidación
institucional de gobiernos posteriores.
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Notas
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El artículo fue presentado como ponencia en el 6º Congreso Chileno de Sociología y
Encuentro PreAlAS Chile 2011. Sociología y Sociedad en Chile: Escenarios y Diálogos
Contemporáneos, Universidad de Playa Ancha, Universidad de Valparaíso, Sociored Chile,
Santiago, 13-15 de Abril de 2011. El autor agradece a los asistentes a la exposición, así
como a Francisco Godoy y Marcelo Arnold Cathalifaud por sus inestimables observaciones
durante el proceso de investigación.
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Para una explicación metodológica del esquema, y la discusión entre “criterios ideológi-
cos” y “criterios operativos” de clasificación, consultar Pinilla y Godoy (2010).
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