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de
A rq u eo lo g ia e Etn olo g ia
N s 11 2001
REVISTA DO MUSEU DE ARQUEOLOGIA E ETNOLOGIA
Comissão Editorial
Editora Responsável
Conselho Editorial
Pede-se permuta
We ask fo r exchange
R ev ista do M useu
de
A rq u eo lo g ia e Etn o lo g ia
U n iv e r s id a d e de S ão Pau lo
publicação anual
N 2 11
2001
S ão P a u l o , B rasil
Capa: p ele de onça bororo coletad a por Natterer. In Kann, P.; Dorn, R. D ie
oesterreichische Brasilien-E xpedition 1817-1836. W. Seipel (Ed.) D ie E n tdeck
ung d e r Welt, D ie Welt d e r E ntdeckung: O esterreich isch e Forscher, Sammler,
Abenteurer. Viena, KHM: 217-255. 2001.
Sumário
ARTIGOS
ESTUDOS DE CURADORIA
ESTUDOS BIBLIOGRÁFICOS
NOTAS
ARTICLES
125 Astolfo Gomes de Mello Araújo - Archaeology from Rio Claro region: a
synthesis
CURATORSHIP STUDIES
283 Alessandra Cristina Monteiro de Castro - Sirian and Iranian feminine figurines in
Trigo the collections of MAE/USP
BIBLIOGRAPHICAL STUDIES
NOTES
NACIONALISMO Y ARQUEOLOGIA:
EL CONTEXTO POLITICO DE NUESTRA DISCIPLINA
Margarita Díaz-Andreu*
Toda disciplina científica tiene una historia En un plano más concreto, para la historio
tras de sí que determinados miembros dentro grafía de cada país existen obras más específi
de la comunidad científica se han dedicado a cas de carácter general o particular como las
investigar y describir. Quien se interesa por el de Alessandro Guidi (Guidi 1988) o Marcelo
pasado de la arqueología puede acudir a las Barbanera (Barbanera 1998) en Italia, Emst
magníficas obras de carácter general produ Wahle en Alemania (Wahle 1950, 1951), Pedro
cidas por Glyn Daniel (Daniel 1975), Amaldo Funari (Funari 1992) en Brasil, Ignacio Bemal
Momigliano (Momigliano 1955 (1950), Bruce (Bemal 1979) y Luis Vázquez León en México
Trigger (Trigger 1989), o Alain Schnapp (Vázquez León 1996); Chakrabarti (Chakrabarti
(Schnapp 1993) por citar a los más conocidos. 1988) en India, etc. Todas estas historias de la
arqueología, sin embargo, adoptan una óptica
internalista, es decir, que fundamentalmente
(*) Departament o f A rchaeology, U niversity o f discuten qué autor dijo qué cosa en qué época
Durham, South Road, Durham DH1 3LE, Reino y lo que sus ideas supusieron para el progreso
U nido. de la ciencia. La visión que estos autores
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recolectores (Layton 1989b). Pero pese a caso que aquél otro adoptado por los movi
reconocer esta trascendencia del conocimiento mientos pre-románticos que también se desar
sobre el pasado y a veces incluso de los rollaron en aquel siglo (Smith 1976). La racio
restos de cultura material provenientes de él, nalidad adquirió un puesto fundamental en este
lo cierto es que solamente a partir de los siglos siglo. Ideas como ‘utilidad’, ‘ciudadanía’,
XIV y XV fue cuando por primera vez a ‘nación’, etc. comenzaron emplearse con cada
determinados individuos de la sociedad se les vez mayor frecuencia (Mora 1998).
permitió especializarse de una manera más A partir del último tercio del siglo XVIII en
definitiva y continuada en el estudio del el plano político las ideas de la ilustración
pasado y de sus restos materiales. Fue en este comenzaron a dar fruto en una serie de revolu
momento cuando se produjo una transforma ciones: la de 1776 que dió paso a la indepen
ción radical en este interés que serán las dencia de los Estados Unidos de América, la
primeras raices que al cabo de tres siglos de 1783 en Holanda, la de 1789 en Francia, las
terminarán llevando a la definitiva aceptación posteriores en diversos paises europeos y en
de la arqueología como diciplina científica. toda Latinoamérica que se saldaron con la
En los siglos XIV y XV se produjo en independencia de prácticamente todo el
Europa un cambio de tipo social y político que continente americano en las primeras décadas
llevaría a la larga a la aparición del estado del siglo XIX. En todos estos países, la
moderno. En esta Europa en transformación las racionalidad ilustrada llevada a su conse
élites comenzaron a interesarse por los objetos cuencia lógica, empujaría a las clases medias a
antiguos de una manera nunca conocida antes, rechazar a los gobernantes que no resultaran
ni siquiera durante el periodo romano, momento útiles para la nación. Es decir, por primera vez
en el que las estatuas griegas habían atraído se hacía posible contestar la legitimidad
gran atención. Lo que las élites renacentistas política del sistema que había reinado en la
buscaban en las antigüedades era simbolizar su práctica totalidad del mundo occidental desde
poder con metáforas diferentes a las que se la caida del imperio romano: la monarquía y el
habían empleado en época medieval. En su sistema social al que éste iba a asociada en el
lucha contra el poder eclesiástico el lenguaje de que la cada vez mayor clase media tenía poca
la antigüedad - sobre todo de la antigüedad cabida. Pero si la monarquía había sido hasta
clásica - cobró una importancia nunca antes aquel momento la base del estado, a partir de
experimentada. De esta forma dejó de ser ahora un nuevo concepto debía ponerse en su
ocasional que un individuo poderoso acudiera lugar y este fue el de nación.
al pasado como forma de mostrar su posición ‘Nación’ era una palabra de origen latino
en la sociedad, como había pasado en Babilo que se había empleado tanto en latín como en
nia, Grecia o Roma (Schnapp 1993). A partir del las lengua romances derivadas del mismo
siglo XIV y XV en primer lugar en Italia, este desde la época romana. Significaba lugar de
tipo de argumentación empezó a ser por así origen, tanto el pueblo, la región, comarca o el
decirlo un requerimiento y por ello las élites país. Este uso tan amplio quedó restringido a
políticas comenzaron a emplear a su servicio a partir de finales del siglo XVIII, cuando el
anticuarios que les proporcionaran el prestigio término empezó a emplearse fundamentalmente
que ellos necesitaban (Rosenberg 1990). Esta para referir al territorio estatal. Es necesario
moda que se inició en Italia fue más tarde aclarar en este punto, sin embargo, que los
copiada por el resto de los países europeos a especialistas en el estudio de nacionalismo
partir de los siglos XV y XVI (Schnapp 1993), distinguen dos tipos fundamentales de
pues la nueva expresión de autoridad permitía a definición de nación que se relacionan con los
las élites de todos ellos reivindicar el poder dos tipos principales de nacionalismo: nacio
secular y dejar definitivamente atrás el código nalismo cívico o político por una parte y por la
político medieval. Tras los problemas religiosos otra nacionalismo cultural o étnico.
del siglo XVII, durante la ilustración del siglo El nacionalismo que surgió en la revolu
XVIII el lenguaje basado en lo clásico adquirió ción francesa de 1789 (por escoger a la más
de nuevo una gran importancia, mayor en todo famosa de todas las revoluciones mencionadas
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anteriormente) fue el nacionalismo cívico o ca, donde los nuevos estado-nación claramen
político. En realidad somos nosotros los que te incluso superaron en tamaño a los euro
ahora lo denominamos así, pues en aquel peos. Salvo excepciones - y el caso de
momento el término nacionalismo ni siquiera Dinamarca es el único que se me ocurre y de él
estaba en uso, ya que sólo se tiene documen me ocuparé más adelante - sólo será en estos
tado a partir de 1812 en Francia y 1836 en países donde veamos surgir la arqueología
Inglaterra (Huizinga 1972: 14). Lo que sí que se profesional, una arqueología en un principio
empleaba en aquel momento con gran énfasis centrada en el estudio de lo clásico, lo que
era el concepto de ‘nación’. Para el nacionalis dificultará su éxito en América.
mo cívico o político el término ‘nación’ estaba Este criterio de tamaño es el que permitiría a
unido a los conceptos heredados de la ilustra la larga el éxito de las ideas nacionalistas de tipo
ción neoclásica que ahora se asociaron unificador tanto en Italia como en Alemania.
íntimamente con la nación: ciudadanía, territo Pero la creación de estados nuevos a partir de
rio, derechos y deberes iguales para todos los naciones supuso un cambio radical en el
ciudadanos, educación universal e ideología nacionalismo. Hasta entonces era el estado el
cívica (Smith 1991: 9-10). La importancia de la que había dado lugar a la nación. A partir de la
historia antigua como modelo donde aprender unificación de ambos países, cabía la posibi
sobre la sabiduría del pasado que ya habíamos lidad de que fuera la nación la que diera lugar al
visto que empezó en el siglo XVIII se afianzó estado. Las unificaciones de Italia y Alemania
ahora. Pero además la nueva consideración en 1870 y 1871 evidenciarían un cambio radical
dada a la educación implicó la apertura de en el nacionalismo, puesto que el nacionalismo
museos donde exponer objetos provenientes de cívico o político daría paso al nacionalismo
la antigüedad clásica y esto llevó a la necesidad cultural o étnico. Este provenía de las ideas pre-
de tener profesionales que se ocuparan de ellos románticas del siglo XVIII (Smith 1976) en las
y por tanto a la de incluir la arqueología entre que ‘nación’ se asoció con ideas en principio
los saberes impartidos en la universidad o en muy diferentes. La justificación para la unión de
las escuelas de educación superior. Es decir, el países como Italia o Alemania no podía ser otra
nacionalismo cívico llevó a la instituciona- que la existencia de unas características comunes
lización de la arqueología. Ya no eran los pocos que fusionaban de forma natural a una serie de
anticuarios de siglos anteriores pagados por pueblos de manera que hacían legítima la defensa
reyes, nobles o personas con medios econó de su existencia como nación y por tanto su
micos. Ahora era el estado el que se ocupó de derecho a exigir la independencia política.
subvencionar a un cuerpo profesional de Los rasgos comunes que unían a la nación
arqueólogos. La arqueología pasó de ser una étnica o cultural podían ser de variados tipos:
actividad que sólo unos pocos con medios o en primer lugar una cultura similar demostrada
apoyados por personas con ellos se podían en costumbres semejantes y/o idioma compar
permitir a ser considerada como una disciplina tido, además de en algunos casos una misma
científica dotada con cada vez un mayor religión o misma etnia o raza; y en segundo
número de profesionales. una descendencia común. Para todo ello la
Pero como la nueva nación política tenía historia propia de cada nación tenía un papel
que ser coherente con los principios de fundamental legitimador. Si hasta entonces la
utilidad ilustrados, en un primer momento sólo subvención del estado había estado volcada
los estados de gran tamaño lograron ser fundamentalmente a la arqueología clásica, a
aceptados como naciones; las unidades partir de ahora en Europa habría otras épocas
políticas de pequeña dimensión eran juzgadas - la prehistórica y la medieval - que empeza
como contrarias al buen hacer político y por rían a cobrar un papel central. La situación en
tanto se les denegaba el carácter de nación. America, sin embargo, no podía ser sino
Estas ideas, por tanto, restringieron el número diferente. Las poblaciones anteriores a la
de naciones posibles a unas pocas localizadas conquista no tenían nada que ver con las
fundamentalmente en Europa occidental - élites que gobernaban los países, que eran de
Francia, Gran Bretaña, España... - y en Améri origen europeo. Ante esto la respuesta
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mayoritaria sería la de ignorar este tipo de nes particulares también darían lugar a mu
arqueología, negando un pasado histórico a seos. Una de las que fue a parar a manos
las poblaciones indígenas y restringir el relato particulares fue la adquirida por Sir Hans
histórico nacionalista a la época a partir de la Sloane, quien compró al estado de la Toscana
colonización realizada por sus antepasados la colección de obras clásicas amasada
europeos. En América - como luego en durante tres siglos por la familia italiana
Australia - la arqueología se confinaría como Medici (Pomian 1990: 42). Sloane dejó la
una rama dentro de la antropología, es decir, colección en manos del estado británico, quien
no incluida dentro de los estudios históricos. en 1753 decidió abrir un museo, resultando
La excepción a esta actitud se encontraría en todo ello en la apertura del Museo Británico en
México, donde el discurso nacionalista desde 1759. Estas tendencias neo-clásicas ilustradas
un principio se apropió del indigenismo. Así fueron continuadas y agrandadas por el primer
que tras un primer momento fracasado por las nacionalismo cívico. Es así como en plena
turbulencias políticas del país durante gran revolución francesa en 1793 el estado francés
parte del siglo XIX, principalmente en el XX decidió la apertura del Museo del Louvre
las élites políticas comenzarán la subvención (Gran-Aymerich 1998). He de señalar aquí que
sistemática del estudio de cierto pasado el otro tipo de nacionalismo, el étnico o
precolombino, el de las grandes civilizaciones cultural, pese a que ya he apuntado antes sólo
del valle de México y del Yucatán. tuvo éxito a partir de 1870, estuvo presente
desde un principio y llevó también a la crea
ción de museos. Un ejemplo fue el Museo de
La institucionalización de la Monumentos Nacionales abierto igualmente
Arqueología y los problemas de la Prehistoria en París, donde se exhibían monumentos
góticos y renacentistas. La comparación entre
Como he explicado en la sección anterior el el devenir de éste y el del Louvre, sin embargo,
surgimiento del nacionalismo - en un primer es significativa. Mientras que para el último no
momento del nacionalismo de tipo cívico - dejaron de llegar obras, entre otras circuns
como teoría política llevó a la instituciona tancias por las campañas de Napoleón Bona-
lización de la arqueología. La primera prueba parte, los encargados del Museo de Monu
de que esto ocurrió fue la creación de museos, mentos Nacionales no hacían más que lamen
aunque como siempre podemos buscar tarse por la falta de una sede adecuada y por el
precedentes anteriores. El ímpetu adquirido desinterés general que la institución provo
por el estudio de la antigüedad clásica y la caba (Gran-Aymerich 1998: 38). En otros
importancia conferida a los objetos provenien países, sin embargo, sí que estos museos
tes de la misma habían llevado ya en el siglo dedicados a las antigüedades del país tuvieron
XVIII a la aparición de un preocupante merca más éxito. Este fue el caso de Dinamarca,
do de antigüedades centrado en la ciudad de donde el Museo Nacional se creó en 1807 o en
Roma. La desaparición de obras iba contra el México donde el Museo Nacional abrió sus
bien común, contra la educación del ciudada puertas en 1825 (para cerrarlas al poco tiempo,
no, y así en aquella centuria, en fecha tan pero esa es otra historia) (Florescano 1993).
temprana como 1733, se crearía el primer A la creación de museos siguió la profe-
museo de arqueología abierto al público, el sionalización de los arqueólogos - que
Museo Capitolino (al que más tarde se unió significativamente a lo largo del siglo XIX
también en Roma en Pió Clementino en 1771) dejan de llamarse anticuarios - y la creación de
(Arata 1998).2 Por otra parte ciertas coleccio instituciones que justificaban su labor. Así en
1821 se creó en Francia la École de Chartes
donde se enseñaría arqueología - o más bien
una de sus ramas, la paleografía (Schnapp
(2) En realidad otro m useo abierto al público en fecha
más temprana, el Ashm olean de Oxford de 1683,
1996: 53). Esta institución se copiaría en otros
parece que incluía en sus colecciones algunas antigüe países como en España, donde la Escuela de
dades (Sim ock 1984). Diplomática abriría sus puertas en 1856 (Peiró
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Martín & Pasamar Alzuría 1996). En Francia el vivían entre las antigüedades de un pasado
Comité de Estudios Históricos, que se dedi supuestamente glorioso. La esencia de la
caría a la protección y restauración de los nación quedaba simbolizada en este pasado de
monumentos históricos vió la luz en 1834 piedras con inscripciones rúnicas y de túmu
(Schnapp 1996: 54). La creación de Comisiones los prehistóricos. Fue esta situación la que
de Monumentos en Francia en 1830 tuvo llevaría a Dinamarca a crear el primer Museo
igualmente su reflejo en España aunque años Nacional en el que las antigüedades propias -
más tarde, en 1844 (Díaz-Andreu 1994). En este y no las clásicas - cobraron una importancia
último país sólo sería en 1868 cuando el no conocida en otro país. Para el museo se
Cuerpo Facultativo de Archiveros y Biblio contrataron a expertos que intentarían ordenar
tecarios incluyó en su nombre el de los las colecciones, con el resultado por todos
anticuarios (que sólo a partir de 1900 se conocidos de la elaboración del sistema de las
denominarían oficialmente como arqueólogos). tres edades establecido por Thomsen (Gráslund
Toda esta institucionalización aludida 1981), que posteriormente se exportaría a otros
hasta ahora se refiere fundamentalmente a los países (Bóhner 1981, Rodden 1981, Sórensen
estudios clásicos y acaso - pero con menor 1998, etc.). También fue en Dinamarca donde
éxito - los medievales. La prehistoria, sin se crearía la primera cátedra universitaria para
embargo, tuvo dificultades para conseguir el la enseñanza de la prehistoria en 1855, ocupa
mismo nivel que el de sus por entonces da por Worsaae en la Universidad de Copen
hermanas mayores. Hay diversas razones que hague (Sórensen 1996: 34).
impidieron la rápida institucionalización de la La prehistoria, además, tenía otros proble
prehistoria (Schnapp 1993: 321). En primer mas que impidieron su pronta instituciona
lugar se daba una prioridad absoluta a las lización. Uno de ellos fue la conexión estable
fuentes escritas y éstas lógicamente sólo cida entre la arqueología y el arte, que prove
valían a partir de la época protohistórica. Esto nía de la importancia de los objetos artísticos -
se debía principalmente a la poca sofisticación las estatuas y los monumentos - en la época
que los estudios sobre cultura material habían premoderna. Si para enorgullecerse de sí
adquirido a excepción, quizá, del estudio de misma la nación tenía que tener un pasado
monedas y obras de arte antiguas, ninguna de glorioso, éste se simbolizaba mejor en objetos
las dos de carácter prehistórico. Para que la de arte y no en pequeños fragmentos rodados
prehistoria se aceptara hubo que desarrollar de cerámica de ininteligible significado para el
los métodos tipológico, tecnológico e imponer no especialista. Es significativo que en la
el criterio estratigráfico como forma de ordenar creación de la Escuela de Diplomática en 1856
el material. Esto sólo se fue logrando a lo largo referida más arriba la arqueología se definiera
del siglo XIX. No es casualidad que uno de los como aquella ciencia que estudiaba las obras
países donde se dieron varios de los pasos de arte y de la industria bajo el exclusivo
más importantes para ello fue Dinamarca. Una aspecto de su antigüedad (Peiró Martín &
serie de derrotas militares provocaron a Pasamar Alzuría 1996: 146). Los intereses
principios de la centuria no sólo la pérdida creados a lo largo del siglo XIX impedirían de
definitiva de la flota que hasta entonces había alguna manera el desarrollo de los estudios
sido el orgullo del país sino además de gran prehistóricos. Esta importancia dada a los
parte de su territorio. Esto haría que las monumentos explica también que en toda
desmoralizadas élites políticas y las clases América sólo en aquéllos países donde
medias buscaran justificar la existencia de existían grandes edificaciones precolombinas
Dinamarca en otro tipo de razones. Se acudió es donde se produjera un primer desarrollo de
entonces a la arqueología, a la que tanta la arqueología propiamente americana. Es decir,
importancia se le había dado en el memorable esto ocurrió fundamentalmente en México
siglo XVII (Klindt-Jensen 1975, Randsborg (Bernal 1979), en el sur de los Estados Unidos
1994, Schnapp 1993). En contraste con aquel, (Welsh 1998) y en cierta manera en Perú, país
lo único que le quedaba a Dinamarca era el donde se promulgó - aunque sin demasiado
solar patrio, la tierra, donde los campesinos éxito - una primera legislación relacionada con
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de Paleontología Humana al que antes me he arqueología italiana (Guidi 1996: 112-5; Torelli
referido. El otro catedrático que de forma extra 1991), seguiría al término de la misma.
oficial había estado enseñando prehistoria era En cuanto al empleo de un nombre colecti
Pere Bosch Gimpera en Barcelona, y su cátedra vo la arqueología ayudó a buscar un pasado a
se encontraba en la sección de Historia dado determinados etnias, llamadas ahora culturas o
que oficialmente se llamaba de Historia civilizaciones en arqueología, que formaban
Antigua y Media hasta 1933 en la que el parte o la práctica totalidad de la nación. En
nombre cambió al de Prehistoria. Pero lo que ocasiones los datos arqueológicos actuaron
me interesa resaltar de Bosch Gimpera es que como una proyección aparentemente nada
éste se había recibido su educación en arqueo problemática de lo actual hacia épocas anterio
logía en Alemania (Díaz-Andreu 1995a) y su res, impresión ofrecida por la práctica de llamar
admiración por la arqueología de aquel país a los grupos desaparecidos con el mismo
perduró toda su vida (Bosch Gimpera 1980). La nombre que los modernos. Esto pasó en el
influencia de la arqueología alemana en países caso de los alemanes (Wiwjorra 1996), y los
como Canadá (Trigger 1981) o Estados Unidos eslavos (Raczkowski 1996: 207, Shnirelman
(véase los apellidos de Kroeber y Kluckhohn 1996). En la mayoría de las ocasiones, sin
(Kroeber & Kluckhohn 1952)) indica esta embargo, las etnias actuales se basaron en
misma influencia al otro lado del Atlántico. culturas o civilizaciones pasadas conocidas
La adopción de una nueva teoría, la del con nombres diferentes al grupo contempo
historicismo cultural, estuvo también apareja ráneo. Un ejemplo de esto se dió en la recién
da a un aumento significativo en la utilización creada república de Turquía en 1923, para cuya
de la arqueología para fines políticos. Esta se base histórica su dirigente, Kemal Atatürk,
produjo en naciones con independencia quiso ver la civilización sumeria e hitita, de tal
política - ahora interesadas en crear un manera subrayando que desde un pasado
nacionalismo de masas - y en otras en las que remoto Turquía había estado caracterizada por
ésta era reclamada y cuyo futuro indepen una variada composición étnica (Ózdogan
diente se había hecho posible al aceptarse el 1998: 116-7). También se emplearon culturas
nacionalismo definitivamente como argumento prehistóricas de forma semejante. Así en
al fin de la I Guerra Mundial. Como el concepto Portugal el catedrático de arqueología y
de nación cultural o étnica estaba basado, conservador del Museo Nacional de Arqueo
lógicamente, en el de comunidad étnica logía, Manuel Heleno (1894-1970), en una
seguiré los criterios de Anthony Smith (1991: conferencia de prensa dada en 1932 y que tuvo
21) para definirla para explicar este punto. gran impacto posterior reclamaba la cultura
Estos son: la existencia de un nombre colecti megalítica como el origen de la nación portu
vo; de un mito de origen común; de memorias guesa, creencia todavía muy extendida entre
históricas compartidas; de uno o más elemen gran número de intelectuales (Fabiáo 1996: 96-
tos diferenciadores de cultura común; una 97). En cuanto al periodo medieval cristiano,
asociación con un lugar de origen específico; éste fue el que más éxito tuvo por lo general en
y finalmente un sentimiento de solidaridad todas las naciones europeas (Olmo Enciso
entre sectores significativos de la población. 1991; Pohl 1997), pero ver (Díaz-Andreu
Siguiendo estos puntos intentaré aclarar de 1996b).
qué forma la arqueología se implicó en el Todo lo explicado en el párrafo anterior
nacionalismo de tipo étnico o cultural tanto lleva al segundo atributo, el del mito de origen
antes pero sobre todo después de la primera común para el que la historia en lo referente a
Guerra mundial, tendencia que, pese a la los momentos más recientes y para los anterio
terrible complicidad de la arqueología alemana res la arqueología proveyeron de datos. En
durante la segunda gran confrontación Polonia, basta ver los títulos de los artículos
(Amold 1990, Amold & Hassmann 1995, publicados por von Richthofen y por Kostrzewski
Bollmus 1970, Kater 1974, Losemann 1977), para inferir su contenido nacionalista (Raczkowski
aunque ver Junker (Junker 1998a, Junker 1996: 205-6). Pero además de artículos acadé
1998b), y en cierta manera también de la micos - y de otros múltiples publicados en
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periódicos de gran tirada cuyo estudio todavía símbolos materiales políticamente efectivos y
no se ha realizado en la mayoría de los no es casualidad que en este periodo de
países en esta época los arqueólogos se entreguerras se viera por primera vez una
lanzan a publicar obras de tipo más general inversión estatal importante para la excavación
pensadas para llegar a un público más amplio. sobre todo de sitios señalados para el discur
En México, por ejemplo, aparece en 1916 el so nacionalista. Lo que pretendía el estado-
libro Forjando Patria publicado por el arqueó nación era crear un paisaje nacional propio,
logo mexicano Manuel Gamio. Si acudo al caso fijar una memoria histórica compartida por
de España, que es el que más conozco, son de todos los miembros de la nación. Así determi
este momento la Prehistoria Universal y nados yacimientos claves en el discurso
Especial de España del Padre Carballo de nacionalista que en algunos casos ya habían
1924; la más importante Etnologia de la llamado una cierta atención hacia las últimas
Península Ibérica de Pere Bosch Gimpera décadas del siglo XIX pero sin tener gran
originalmente publicada en catalán en 1932, y repercusión a largo plazo como Alésia en
que pese a su nombre significativamente Francia o Numancia en España, ahora volverán
trataba de prehistoria, o la conferencia sobre a ser el centro de atención. La historia de las
“España” dada por el mismo autor en plena excavaciones en este último yacimiento es
Guerra Civil española; o las enciclopedias que buen ejemplo. Tras algún intento anterior que
empezaron a hacerse populares en estos acabó en monumentos a medio construir o de
momentos, como la del tomo producido por el tamaño claramente deficiente, en 1905 un
discípulo del último, Luis Pericot, sobre potentado de la ciudad más cercana decide
Historia de España. Geografía histórica costear la erección de uno a la altura de las
general de los pueblos hispanos. Tomo I. circunstancias en memoria de los caídos en
Epocas primitiva y romana en 1934. Numancia. Significativamente se logra que sea
Estas publicaciones de carácter general y el rey quien lo inaugure, pero cuando éste
de las más concretas derivadas de los trabajos acude se encuentra con que apenas unos
arqueológicos tuvieron un impacto mayor que pocos días antes un arqueólogo alemán, Adolf
el puramente académico, pues su contenido Schulten, ha comenzado la primera excavación
llegó a un público más general, reforzando por seria del sitio. Aquello constituyó tal escán
tanto la creación de la memoria histórica dalo que terminó en la prohibición al alemán de
compartida de la que hablaré en el próximo realizar sus investigaciones en el cerro tras lo
párrafo. Las ideas expresadas por la arqueo que éste revierte su esfuerzo a la búsqueda de
logía se recogieron, como varios autores han los campamentos romanos que habían sitiado
estudiado (Podgomy 1994, Ruiz Zapatero & la ciudad. Para los trabajos sobre el yacimiento
Alvarez-Sanchís 1997) en los manuales se crea una comisión dirigida por el prestigio
escolares. Además el trabajo de los artistas so arqueólogo José Ramón Mélida, quien de
hará que el eco del trabajo arqueológico llegue forma reveladora calificará su labor como un
mucho más lejos. Así la influencia ejercida por “deber nacional” (Díaz-Andreu 1995b: 44-5,
las obras ibéricas de la Edad del Hierro y Jimeno & Torre 1997). Numancia será uno de
etnográficas principalmente africanas en los yacimientos que más dinero reciba desde
cuadros como Las señoritas de Aviñón de entonces hasta la guerra civil (Díaz-Andreu
Pablo Picasso (Walther 1993: 37-40), o la del 1997b). Otros dos ejemplos de excavaciones
arte precolombino en los frescos producidos con claras connotaciones nacionalistas
por Diego Rivera en México (Kettenmann bastarán para dejar clara la utilización de la
1997), producirán un efecto mucho mayor y arqueología en la fijación de la memoria
más duradero que el que los arqueólogos histórica. En México fue igualmente en este
habrían podido tener por sí mismos. periodo es cuando comienza la exploración
El trabajo de los arqueólogos - y de las sistemática de yacimientos como Teotihuacán
primeras arqueólogas que empiezan a encon por Manuel Gamio (Brading 1988) y en Polonia
trar trabajo por estos años (Díaz-Andreu & el yacimiento de Biskupin encontrado en 1933
Sprensen 1998) - ofrecía al nacionalismo comenzaría a tener una importancia inmensa a
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D IA Z-A N D R EU , M. Nacionalism o y Arqueologia: el contexto político de nuestra disciplina. Rev. do Museu de
A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 3-20, 2001.
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D IA Z -A N D R E U , M. N acionalism o y Arqueologia: el contexto p olítico de nuestra disciplina. Rev. do M useu de
A rqu eologia e E tn o lo g ia, São Paulo, 11: 3-20, 2001.
globalización, en este caso referente a la forma resolver, pero cuya confrontación es inevi
de expresar la identidad, en concreto la étnica table, como así parecen demostralo la creciente
y nacional (pero también otras como explicaré politización de congresos internacionales de
en el próximo párrafo) de la forma tal y como la arqueología como el World Archaeological
sociedad occidental lo ha estado haciendo Congress (Colley 1995, Funari & Podgorny
estos dos últimos siglos, buscando y definien 1998, Ucko 1987).
do una o varias Edades de Oro que funda Terminaré haciendo una reflexión sobre si
mentan el presente. Lo que estamos presenci los arqueólogos y arqueólogas son conscien
ando, a mi entender, es un movimiento por tes de la implicación política de su quehacer
parte de los indígenas hacia la elaboración de científico y sobre la importancia, en todo caso,
la historia de sus comunidades con una que tiene el que lo sean. La gran mayoría se
finalidad que nos es conocida, la de establecer resiste a admitir tal relación entre una discipli
un pasado que las legitimice. Del éxito que les na que consideran - correctamente - científica
ha supuesto la adopción del discurso naciona y la política, aunque en la literatura publicada
lista son prueba las nuevas legislaciones en en lengua inglesa (como bien se puede ver en
países como Estados Unidos o Australia que la bibliografía que cito en este artículo) hay
han limitado en gran manera el trabajo arqueo cada vez una mayor apertura hacia estos
lógico (Hubert 1989). Es decir, sólo cuando temas. Las alusiones al patriotismo tan fre
estas comunidades han abandonado su propio cuentes en el siglo XIX y que hacían tan
lenguaje para adoptar el nuestro nacionalista evidente el carácter nacionalista de la arqueo
es cuando sus reivindicaciones han podido ser logía desaparecieron hace ya bastante de las
entendidas por el mundo occidental. Este publicaciones, aunque ciertas reminiscencias
ahora ya no les reconoce un carácter simple se pueden encontrar todavía en los prólogos
mente tribal sin más, como así se hacía en el de volúmenes cuyo contenido parece clamar a
pasado, sino más bien uno propiamente étnico la más pura objetividad. Es decir, es verdad
al nivel de cualquier otra etnia occidental y que ya no es tan explícita tal relación, pero
como tal, por tanto, se hace obvio el derecho esto no significa que no exista. Por otra parte
que tienen a reclamar un territorio propio y el cabe preguntarse si la arqueología que hoy en
control sobre el mismo - incluyendo la gestión día está defendiendo las muchas veces justas
de los restos arqueológicos. reivindicaciones de las poblaciones indígenas
El problema, sin embargo, no es tan fácil sabe distinguir entre el uso político de la
puesto que tiene implicaciones mucho mayo arqueología durante estos dos últimos siglos y
res. Las comunidades indígenas no son las la retórica elegida para tales reclamaciones. No
únicas que están exigiendo el derecho a la estoy defendiendo la necesaria priorización de
historia y a los restos materiales del pasado, la lectura arqueológica o la de los intereses de
ya que existen otros grupos que también lo grupos económicos frente a otras lecturas de
hacen: los New Age travellers (Finn 1997), los comunidades indígenas o de otros. Pero lo que
druidas (Chippindale et al. 1990), o las ecofe- está en juego es la validez del discurso
ministas que quieren ver en £atal Hóyük u arqueológico - y, siguiendo a Eco (Eco 1990)
otros yacimientos como símbolos de un poder todavía pienso que ésta la tiene - y tal validez
femenino perdido (Conkey & Tringham 1995, dependerá en parte de lo conscientes que
Hodder 1998, Meskell 1998). Por las mismas seamos de las condiciones que han hecho y
razones que la arqueología profesional tiene siguen haciendo posible la arqueología
derechos o que ahora se empieza a aceptar que profesionar y esto no sólo pasa por una
las comunidades indígenas también los tienen, revisión historiográfica, sino también por su
estas otras comunidades unidas por otro tipo contraposición con voces alternativas. No es
de identidades que no la académica, étnica y/o posible hacer arqueología sin hacer política, y
nacional, también los deberían tener. Los aceptarlo y actuar éticamente en consecuencia
conflictos de intereses que todo esto está nos pondrá en una situación a mi entender más
suponiendo representan actualmente un reto ventajosa para afrontar el desafío que esto
muy gravera la arqueología que no será fácil supone.
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D IA Z-A N D R EU . M. N acionalism o y Arqueologia: el contexto político de nuestra disciplina. Rev. do M useu de
A rqu eologia e E tnologia, São Paulo, 11: 3-20, 2001.
Referencias bibliográficas
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20
Rev. d o M useu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
Lúcio M. Ferreira**
Há uma rarefação de estudos sobre a 2001; Pinõn 2000).1 Com este artigo gostaria de
História das Ciências Humanas e das Idéias no contribuir para o debate. Valendo-me das
Brasil. Tome-se, por exemplo, a exigüidade de Revistas do Instituto Histórico e Geográfico
análises sobre a História da Arqueologia brasilei Brasileiro (IHGB), pretendo analisar a Arqueolo
ra (Cf. Barreto 1992, 1999; Meggers 1985; gia conforme ela foi praticada em sua articulação
Souza 1991; Prous 1992; Funari 1989, 1991, com o projeto político Imperial e o evolucio
1994, 1995, 2000; Pinõn 2000). Nem mesmo as nismo. Por outra, tento entender os usos políti
obras de referência sobre a História das Ciências cos da Arqueologia num contexto em que a
no Brasil abordam a disciplina (Cf. Azevedo estabilização do sistema monárquico de domina
1956, Ferri e Motoyama 1979-81, Miceli 1989). ção começava a apresentar suas primeiras
Nesta seara de evidente carência faltam pesqui fissuras.
sas mais amplas sobre a Arqueologia oito-
centista, momento de constituição institucional e
epistêmico da disciplina (Ferreira 1999, 2000, (1) Durante o século XIX, a Arqueologia foi praticada
por diferentes instituições situadas em diferentes
contextos regionais: o Instituto Histórico e Geográfico
Brasileiro (1838), O Museu Nacional (1808), o Instituto
(*) À memória de meu primo, mais amigo do que primo, Arqueológico, Histórico e Geográfico Pernambucano
Fabrício Ronaldo Menezes. (1868), o Museu Paraense Em ílio G oeldi (1866), o
(**) M estre em História pela UNICAMP. Professor Instituto Arqueológico, Histórico e Geográfico Alagoano
de História do C olégio Dom B osco, Americana, SP. (1869) e o Museu Paulista (1895).
21
FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
Etnologia, São Paulo, 11\ 21-33, 2001.
Assim, na primeira parte deste artigo, que se detecta nas páginas da Revista, na
procuro demonstrar como a disciplina foi verdade, é a produção de um saber sobre o
justaposta r um campo de saber e de poder, Brasil. O Instituto foi um fórum privilegiado de
integrando a. rede de conhecimentos tecida pelo onde se falava e se olhava o país. Lançando mão
IHGB. Na segunda, intenciono dissecar o de uma série de disciplinas, o IHGB visava
conjunto discursivo específico em que esteve legitimar “cientificamente” a manutenção do
inserida a Arqueologia, direcionando o escalpelo projeto político centralizador da Monarquia,
no sentido de examinar as condições de apareci confeccionando uma rede de informações sobre
mento de seu objeto (Foucault 1986, 1995). A as diversas províncias e encaminhando propostas
perspectiva é a de analisar a disciplina enquanto que visavam viabilizar a exploração econômica
positividade, enquanto uma prática que, ao do território nacional. Tal assertiva clarifica-se
imbricar-se com outros saberes, estipulou ao se rastrear o cenário social, político e econô
critérios classificatórios sobre o teor civiliza- mico da quadra histórica em questão.
cional das sociedades indígenas, postulou para Em primeiro lugar, apresentavam-se os
elas um lugar social na identidade da Nação e problemas advindos com a Guerra do Paraguai
forneceu elementos para a definição de uma (1864-1870). É bastante provável que este
política indigenista de integração. conflito tenha acirrado as tensões geopolíticas
nas áreas de fronteiras. O que pediria, muito
mais do que nas décadas de consolidação e
A produção de um saber sobre o Brasil estabilização do regime Monárquico, um maior
conhecimento destas regiões, das instituições
Como se sabe, o evolucionismo, juntamente provinciais que as resguardavam e das popula
com o positivismo, foi arma de justificação ções que as habitavam. Nesse âmbito, deve-se
intelectual e científica - como então se pretendia lembrar que, historicamente, as áreas circunscri
- para a implantação da República. De acordo tas ao Rio Prata foram palco de diversos confli
com Silvio Romero (1986: 23), o “bando de tos entre a Monarquia e as Repúblicas latino-
idéias novas”, ambientadas no Brasil a partir de americanas (1825-28; 1850-52). O domínio
1870, mostrou o sofisma do Império em toda a geopolítico destas regiões era crucial para o
sua nudez. Não se deve supor, porém, que o Império, pois possibilitaria sua exploração
Estado Imperial não se valeu da “arma republica comercial por meio do monopólio da navegação
na” como tática para continuar “sofismando”, no Rio Prata, ponto de contato com as Provínci
como estratégia para os embates políticos que as do Sul. Em segundo, a inadiabilidade da
então se travavam. O Museu Nacional,2 por abolição da escravatura ameaçava solapar o
exemplo, um dos bastiões da Monarquia, regime produtivo assentado na grande proprieda
reconhecidamente comungou com o evolu de, organizado juridicamente com a Lei de
cionismo (Schwarcz 1989, 1993; Lopes 1997). Terras de 1850. Como conseqüência, prenuncia
Quanto ao IHGB, pelo menos no campo da va desatar um dos laços do sistema de domina
Arqueologia, o uso do modelo efetuou-se a partir ção nacional, a aliança Coroa-Grande Lavoura
de 1873. Contudo, é preciso filtrá-lo no discurso de Exportação. A lei do Ventre Livre (1871),
arqueológico, demarcando-o no interior de um medida estratégica que visava protelar a defla
diálogo “interdisciplinar” em que o IHGB gração deste impasse político, foi decretada num
intercruzou dados e métodos. momento em que as lavrouras agroexportadoras
Com efeito, não se pode considerar os textos se expandiam para as novas áreas de fronteiras.
arqueológicos dissociando-os dos outros Urgia, p irtanto, definir uma política indigenista
conjuntos discursivos articulados pelo IHGB. O capaz tanto de assegurar uma mão-de-obra
alternativa aos braços africanos, quanto de
desobstruir as áreas agricultáveis do domínio das
populações indígenas (Ferreira 1999, 2000;
(2) Notar que no frontispicio do primeiro volume dos
Arquivos do Museu Nacional figura como sócio
Pinõn 2000). Capaz de sanear os caminhos para
correspondente o naturalista Charles Darwin. Cf. o progresso da civilização Imperial. Por último, e
Arquivos do Museu Nacional, Vol I, 1876. não menos importante, o ■■•'«cava-se o problema
22
FERREIRA, L.M . “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (187 0 -1 8 7 7 ). Rev. do Museu de A rqu eologia e
Etnologia, São Paulo, 77: 21-33, 2001.
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FERREIRA, L.M . “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
E tnologia, São Paulo, II: 21-33, 2001.
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FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (187 0 -1 8 7 7 ). Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn ologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
sociedade que fabricou as cerâmicas. Tenta De fato, ainda que representem um pequeno
responder às seguintes perguntas: “Que povo foi conjunto, tais textos merecem ser estudados, até
este? A que grau de civilização chegou? Qual foi porque a recepção da Arqueologia ao evolucio
a sua maneira de viver? Qual a sua origem?” nismo permanece como uma análise ainda a ser
(RIHGB, 39: 51, 1876). Em seu segundo ensaio, feita pelos estudiosos da História da disciplina
Manoel Gonçalves efetua uma análise filológica no país. Sob este aspecto, tanto em José Vieira
e antropológica sobre a Tribo Munducuru Couto, quanto em Manoel Gonçalves Tocantis,
(RIHGB, 40: 10-161, 1877). Descreve as notam-se os enunciados da teoria. O primeiro,
pinturas rupestres dos ancestrais da “tribo”, as em seu Ensaio de Antropologia (1873: 408 -
quais ele compara com as “tradições” ainda grifos meus), assevera:
vivas. Investiga também os primeiros contatos
“(...) a anthropologia demonstra que o homem
culturais realizados entre os Munducurus e os physico passou sempre d ’um período mais atrazado
colonizadores quinhentistas, objetivando extrair p a ra um mais adiantado (...)”
exemplos para a formulação de uma política O segundo, em Relíquias de uma Grande
indigenista destinada às regiões de Belém (PA) e Tribo Extinta (1876: 52 - grifos meus), afirma,
“(...) alguns artefactos cerâm icos que aqui
adjacências.
tem sido descobertos, e outros que ainda existem
Poder-se-ia objetar que estes textos seriam enterrados, são, por assim dizer, as únicas
insuficientes para caracterizar a disciplina, que reliquias que restam d ’esta tribo, hoje totalmente
o seu diminuto conjunto teria sido um aconteci extincta. Porém, con siderações de alto valor
mento fugaz no interior da trajetória da Arqueo prendem os produ tos cerâm icos ao estudo dos
povos primitivos e aos das diversas phases de sua
logia brasileira, reles acontecimento fadado a
civilisação (...)”
permanecer em silêncio na memória deste
saber. Contudo, deve-se considerar, em primei Ora, a partir destas citações, e dos comen
ro lugar, que o IHGB já praticava pesquisas tários já feitos sobre estes textos, pode-se
arqueológicas desde 1839, conforme se pode averiguar a configuração específica em que a
aquilatar no primeiro tomo de sua Revista (Cf. Arqueologia evolucionista do IHGB esteve
Ferreira 1999). De maneira que, tais textos, disposta. Com efeito, a disciplina inseriu-se
analisados como parte integrante da produção num espaço de interpositividades que a articu
arqueológica da instituição, configuram uma lou com a Geologia, a Antropologia, a Filologia
reordenação epistemológica, pois, antes de e a Historiografia. Constituindo-se no espaço
1873, o evolucionismo não fundamentava a definido por estes saberes que lhe foram
positividade da Arqueologia (Cf. Ferreira 2000, coetáneos, a Arqueologia pôde formular
2001). Em segundo lugar, as obras de Vieira hipóteses sobre a origem dos indígenas e
Couto e Gonçalves Tocantis inscrevem-se no criterizar sobre o teor civilizacional de seus
mesmo solo espistêmico que orientou as variados grupos.
pesquisas dirigidas por outras instituições. O Integrando-se com a Geologia, a Arqueolo
exame destes textos, portanto, oferece a gia evolucionista instituiu uma intermediação
oportunidade de se cotejá-los com outros com dois conceitos. O primeiro é o de artefato.
conjuntos discursivos, notadamente, no que se Conceito nuançado que engloba duas facetas
refere ao período em questão, com os do Museu indissociáveis: ele é uma materialidade física, é
Nacional. Em terceiro lugar, após 1870, um composto por uma matéria-prima que diz do
evento demonstra que a Arqueologia praticada que ele é feito - portanto, um problema a ser
pelo IHGB gozava de um certo prestígio no deslindado pela Geologia; é ao mesmo tempo
quadro das pesquisas arqueológicas internacio uma atividade humana de transformação, o
nais. Trata-se do Congresso Internacional dos trabalho de confecção de uma matéria-prima
Americanistas (Cf. RIHGB, 39: 369, 1876), que o materializa, é uma tecnologia que permite
realizado em Luxemburgo, em 1877. O IHGB a exploração do meio-ambiente - portanto, um
foi convidado para participar da Comissão de problema a ser pesquisado também pela
Organização, cabendo-lhe versar sobre a Antropologia. Para se ter uma idéia de como os
Antigüidade do Homem Americano (Cf. artefatos passam a ser um dos focos de análise
RIHGB, 39: 403, 1876). da Arqueologia, veja-se como o Museu Nacio-
25
FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
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E tn ologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
arqueológicos embasaram a fixação de uma portanto, para deixá-los viverem nos extensos
cronologia sobre o povoamento do Brasil. Ora, territórios do Norte e Centro-Oeste sem colo
os artefatos estão agora encravados num nizá-los. O Estado Imperial deveria, assim,
depósito sedimentar, instalados num tempo tomar para si a tarefa de salvá-los de sua
geológico. Os artefatos, agora, estampam um subjugação brutal à natureza, deveria incluí-
calendário. Podia-se, portanto, determinar a los no plano da civilização, deveria ensiná-los
antigüidade da tribo tomando-se por base a a plantar e a colher os frutos da terra, os frutos
camada geológica em que eles se encontravam. do trabalho agrícola. As amplas fronteiras
Assim, Wiener (1876) calculou que os samba- teriam que ceder ao ímpeto do progesso,
quis tinham dois ou três séculos. Domingos teriam que render-se à monocultura do café ou
Soares Ferreira Pena (1876: 86) resolveu não de outros gêneros. Era preciso, portanto,
fixar uma cronologia, pois, segundo ele, os integrar os indígenas e suas terras aos interes
sambaquis estavam extremamente erodidos ses administrativos e econômicos do Império.
devido à ação eólica e do relevo. Vieira Couto Era preciso formular uma política indige
(1873: 409), por sua vez, datou a primeira nista que encaminhasse o “processo civilizador”
imigração para o Brasil no período da “Pedra (Elias 1993, 1994). Até porque alguns povos
Polida”, mais especificamente no “Paleolítico detinham costumes abjetos. Seus ancestrais, por
Superior”, de acordo com os instrumentos meio da tradição oral, haviam-lhes irremediavel
localizados “nos mais antigos sedimentos da mente transmitido por herança. Wiener (1876: 17
época quaternária”. Deste modo, esta imigra e segs.), por exemplo, a partir do exame das
ção situar-se-ia “mais ou menos a cem mil anos evidências ósseas fornecidas pelos esqueletos
atrás” (1873: 409). Sendo os selvagens filhos humanos, mostra como alguns deles estavam
da imigração, efetuada depois que transpuse friáveis, calcinados e incompletos. Só poderiam
ram, em outro continente, o primeiro estágio da ser então restos de refeições, pois a carne
civilização, Vieira Couto lamenta a ausência de humana era muito apreciada pelos índios dos
coleções de artefatos no Brasil. Estas, se sambaquis, eram eles um povo “que via em seu
ligadas a suas devidas estruturas geológicas, semelhante somente um objecto de alimenta
se não coletadas erradamente, permitiriam o ção”. Seus banquetes, cujo prato principal era a
estabelecimento de uma cronologia mais carne dos inimigos, satisfaziam o apetite do ódio
segura da imigração originária. e a extradiordinária fome de vingança de que
As análises empírico-descritivas dos eram possuidores (Pena 1876: 88). Mas há
artefatos seguiam princípios similares aos feitos outros costumes “repugnantes”. Os índios dos
no campo da História Natural e da Geologia. sambaquis enterram os seus mortos no mesmo
Tentava-se isolar, por meio do pormenor descriti solo onde dormem, entre vestígios alimentares
vo, as identidades e diferenças dos artefatos - (espinhas de peixes e conchas), no meio do lixo
assim como se procedia com a natureza das e o mais perto possível do pai, irmão, mãe, filho
plantas e dos animais (Cf. Netto: 1876a), com as e mulher do falecido. Se o Império quer cons
formações geológicas e geográficas (Cf. Derby: truir sua identidade nacional sob o signo do
1877). Feita esta tarefa, podia-se avaliar o grau progresso e da civilização, se quer realmente
de civilização dos indígenas. Já se viu como confeccionar uma auto-imagem digna de ser
Domingos Soares Ferreira Pena (1876), combi exibida para suas elites e para as Nações euro
nando determinismo geográfico e análise dos péias, deve integrar os índios à civilização.
artefatos, classificou os indígenas como selva Deve, fazendo-os conviver com os brancos,
gens, povos ignorantes do saber agrícola. Neste incutir-lhes costumes nobres. Contudo, nem tudo
ponto, as análises de Ferreira Pena convergem está perdido. Manoel Gonçalves Tocantins
com as de Vieira Couto (1873: 407). Também (1876), estudando o cotidiano da sociedade que
este autor, após longa descrição dos vestígios, produziu as “relíquias” da “cultura marajoara”,
percebeu que alguns deles indicavam a existên analisando-as meticulosamente, enfatizou que o
cia de populações que não passaram por nenhum povo que as fabricou era “bastante adiantado na
período de civilização, que não conheceram nem indústria cerâmica” (p. 60). Pode-se levá-las para
ao menos a agricultura. Não haveria razões, as grandes Exposições Universais, festas do
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FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
Etnologia, São Paulo, 77: 21-33, 2001.
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FERREIRA, L.M . “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1 8 70-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
E tn ologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
dos sobre a Tribo Munducuru (1876), argu os vestígios arqueológicos e a “atual” organi
menta sobre a especificidade da Língua e dos zação social de uma tribo, elas deveriam
traços anatômicos do grupo. Daí ter ele desanuviar sua origem nebulosa e a sua phase
levantado a hipótese poligenista para explicar civilizacional. Deveriam interpretar os eixos de
o surgimento das sociedades indígenas. Se contato com os remanescentes da “tradição”,
seus grupos são a prova empírica dos diferen os elos de continuidade entre o presente e o
tes centros de criação da humanidade, trata-se passado. A Historiografia, dispondo destes
de determinar seu teor civilizacional. Neste dados, tentaria enredá-los num discurso
sentido, também em Gonçalves Tocantins, os universal e indiviso que apagaria todas as
dialetos têm o mesmo valor documental que os diferenças e descontinuidades. Procuraria
artefatos. Se a indústria cerâmica da população construir um sujeito coletivo coroado, se
de um sambaqui do Pará representa um estágio possível, por uma sociedade evoluída, ante
avançado de civilização, não é o que se passados da nobreza Imperial, da elite ilustra
depreende da linguagem dos Munducuru. da que impulsionava a marcha civilizatória da
Seus mitos, se comparados com os registros Monarquia brasileira.
rupestres de seus ancestrais - ou por outra, se Entretanto, a Arqueologia evolucionista -
comparados com os testemunhos arqueológicos e a Antropologia - do IHGB não conseguiu
-, mostram toda a primitividade e insipiência de comprovar traços de cultura indígena elabora
suas concepções sobre o mundo, revelam uma da. Nas palavras de Vieira Couto, que soaram
humanidade na infância, em seus primeiros como um desabafo, ou como um lamento, a
passos em direção à civilização. Também em Pré-História brasileira, ao contrário da das
Gonçalves Tocantins, a Arqueologia e a Antro vizinhas Repúblicas latinas, não revelou
pologia se regulam num mesmo jogo de relações nenhum grande monumento, nenhuma sobran
discursivas. Assim é que, a partir das evidências ceira pirâmide erguida no seu vasto território.
arqueológicas, ou seja, valendo-se dos fragmen Pelo contrário, a Antropologia e a Arqueologia
tos cerâmicos, ele procurou reconstituir a evolucionista demonstraram empiricamente -
organização social da tribo semi-avançada, como se pretendia - que os indígenas são
remontar o seu cotidiano. Suas próprias pergun selvagens. Frustraram a tentativa de repre
tas indicam este objetivo: “Como viveram eles? sentá-los na imagem de uma Nação que se
A que grau de civilização chegaram?”. queria civilizada. Os grupos indígenas, deste
Embora os indígenas tenham sido defini modo, foram excluídos do discurso histo
dos como pertencentes a uma tribo, a um riográfico. Só interessavam, agora, como
grupo arraigado a um tronco filológico- elemento de riqueza, como possível mão-de-
cultural, simultaneamente foram incorporados obra sucedânea aos braços escravos. Eles
num discurso teleologico que os reuniu num agora são definitivamente selvagens, primiti
mesmo bloco histórico. E aqui se destaca a vos. Suas sociedades, como que refletidas
articulação da Arqueologia e da Antropologia num gradiente, no máximo possibilitariam a
com o projeto historiográfico do IHGB. Projeto apreensão de uma maior ou menor evolução
que supunha a existência de um telos que cultural. Quiçá algumas estariam numa fase
guiava o processo histórico de uma Nação mais avançada do processo histórico-evo-
destinada ao progresso e à civilização; que lutivo da humanidade. Os selvagens, deste
primava por uma ontologia da profundidade, modo, deveriam ser integrados à Nação pelas
uma leitura que realçasse na História da Nação mãos benfazejas do Estado Imperial, represen
um reecontro do presente com o passado, tantes da civilização nos trópicos. Neste
representado, quem sabe, por uma cultura sentido, talvez se possa entender a radica
elaborada, perdida em algum período longín lização de alguns pronunciamentos de intelec
quo, em algum momento civilizacional das tuais ligados ao IHGB. Roberto Armiño, por
sociedades indígenas. Nesta tarefa, a função exemplo, via na introdução das máquinas a
da Arqueologia e da Antropologia não seria vapor uma forma de “libertar as raças de cor”
tanto a de atentar para a singularidade cultural (Cf. RIHGB (37): 390, 1874). As raças de cor
de cada grupo indígena. Tomando como vetor (obviamente aqui se incluem os negros)
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FERREIRA. L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1870-1877). Rev. do Museu de A rqu eologia e
E tnologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
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FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1 870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
Etnologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
Referências bibliográficas
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FERREIRA, L.M. “Um Bando de Idéias N ovas na Arqueologia” (1870-1877). Rev. do M useu de A rqu eologia e
E tnologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
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FERREIRA, L.M . “U m Bando de Idéias N ovas na A rqueologia” (1 870-1877). Rev. do Museu de A rqu eologia e
E tnologia, São Paulo, 11: 21-33, 2001.
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Rev. do Museu d e A rqu eologia e Etnologia, S. Paulo, 11: 35-53, 2001.
Johnni Langer**
De todos esses monumentos sepulcrais não há arqueológicos, que receberam seu primeiro
mais vestígio. Mas, sem dúvida alguma, poderíamos debate ainda no Setecentos, prosseguindo
reencontrá-los através de escavações. Heinrich
suas discussões por todo o século seguinte. A
Schliem ann, ftaca, o P eloponeso e Tróia, 1869.
principal polêmica levantada inicialmente a
respeito dos sambaquis foi se tinham sido
Um dos aspectos mais pitorescos da
construídos pelo homem ou acidentalmente
Arqueologia é sua característica de estudar,
pela natureza.
muitas vezes, o entulho de uma cultura. No
O frei Gaspar de Madre de Deus, em seu
Brasil, esse papel também não seria diferente.
livro Memórias para a história da capitania
Nosso imenso litoral brasileiro foi habitado por
de São Vicente (1797), descreveu o processo
diversas populações indígenas em seu passa
do pré-cabralino. No período de colonização
portuguesa, essas mesmas regiões foram alvo
de interesses econômicos, como a exploração
Tupi-guarani: Tambá, conchas e Qui, monte.
da cal de sambaquis.1 Interessantes sítios Testemunha de bandos recoletores e pescadores do
litoral. Apresenta-se com o uma pequena colina
arredondada, constituída quase que exclusivam ente
por carapaças de m oluscos. Os sambaquis podem
(*) Este artigo é a m odificação do capítulo “O lixo de chegar a 30m de altura e provavelm ente filiam -se a
nossos antepassados”, de nossa tese de doutorado em várias fases, ainda que indubitavelm ente constituam
História: M ito e ruína, a arqu eologia no B rasil uma única tradição. Sinônimos: Sernambi, casqueiro,
im pério. Curitiba, Universidade Federal do Paraná, concheiro, ostreiro (Souza 1997: 115). Os sambaquis
novem bro de 2000. são incomuns, se comparados a outros sítios indíge
(**) Universidade Federal do Paraná. Pós-Graduação nas, por três m otivos principais: primeiro, porque
em H istória, Doutoram ento. possuem m uitos vestígios de alimentação; em
(1) Sam baqui - Acum ulação artificial de conchas de segundo, porque existia uma convivência entre vivos
m oluscos, tradicionalmente considerados vestígios da e mortos muito grande - os mortos eram sepultados
alim entação de grupos humanos (Prous 1992, p. no m esm o espaço cotidiano do sítio; e terceiro,
204), mas que atualmente são considerados edifica porque “foram o grupo que deixou a maior quantidade
ções intencionais. Sítio arqueológico cuja com posição e diversidade de testemunhos de sua permanência no
seja predominante de conchas. A origem da palavra é território b rasileiro.” (Gaspar 1999: 160).
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
g ia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de Arqueolo-
gia e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 35-53, 2001.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
gia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
o ministro. Infelizmente esse material foi colonização européia, realizados por uma
perdido. Segundo Barroso, La Hure pron mesma raça e com os mesmos padrões alimen
tificou-se a explorar qualquer ponto do tares.
Império, caso fosse julgado conveniente. 2. Os sambaquis brasileiros são análogos
Findando janeiro, desta vez o conde enviou da aos da Dinamarca, ilhas Canárias e Antilhas,
própria capital uma carta para Fernandes seja pela maneira como foram formados
Pinheiro (então secretário do Instituto). O teor (sobreposição de conchas), como pelos
da missiva foi muito obscuro, em parte devido vestígios encontrados: ossos de peixes e de
ao nosso desconhecimento da carta anterior. animais terrestres, cinzas e carvão de madeira,
No mês seguinte, o ministro imperial recebeu cerâmica espessa, utensílios de pedra. Na
outro relatório, este com 30 páginas, tratando análise das diversas camadas5 dos sambaquis
das pesquisas do conde. investigados é que percebemos todo o
pioneirismo do conde. Para ele, as camadas
seriam sucessivas e distintas umas das outras,
A origem das ostreiras apresentando uniformidade e separadas por
cinzas, carvão e pequenas conchas. Mas no
Com o sugestivo título de Considérations limite entre as camadas, o pesquisador perce
sommaires sur VOrigine des amas de coquil- beu uma diferenciação, apresentando um maior
lages de la côte du Brésil, o pesquisador número de cinzas e restos de peixes. Sua
francês inaugurou as modernas pesquisas dos interpretação para esse fato seria de que no
vestígios litorâneos em nosso país. O prefácio período em que os moluscos apresentavam-se
do trabalho procurou demonstrar a extensão escassos, as populações litorâneas dedicaram
geográfica dos sambaquis, desde o Pará até a maior tempo para a pesca. Ainda em relação à
extremidade do Rio Grande do Sul. A importân dieta alimentar dos sambaquieiros, observou a
cia principal no estudo destes locais seria a presença de um pequeno número de ossos de
possibilidade de resgate da “plus ancienne animais silvestres no sambaqui, interpretados
race d ’hommes du Brésil.” (Hure 1865: 1). Em como simples passatempos, sem maiores
seguida, o trabalho foi dividido em três partes. preocupações de subsistência.6
A primeira era referente aos resultados obtidos Outra fonte de alimentação destes povos,
empiricamente em Santa Catarina, que para segundo Hure, seria a carne de prisioneiros de
Hure foram muito positivos e que poderiam guerra. Nas camadas centrais de um sambaqui
enunciar inicialmente algumas conclusões: da lagoa de Saguaçu (SC), encontrou ossos
1. Os sambaquis foram originados pela humanos espalhados e partidos, misturados a
mão humana. Colocando-se entre os partidári ossos de peixe. As fraturas dos ossos indicari
os da origem artificial destes montes conchí am a finalidade de extrair o tutano. Também
feros, Hure contestou aqueles que atribuíam
os mesmos aos índios Guarani. Outras etnias
proto-históricas, como os Carijó de Santa (5) C am adas - Superposição de estratos, de com posi
Catarina, foram também excluídas da possibili ção natural ou artificial. Estrato, horizontal ou não,
dade de terem sido as originadoras dos com características próprias, numa estratificação.
montes.4 Apresentando-se completamente Leito ou estrato de rocha maciça, em depósito
natural. Estrato - Camada geológica ou cultural. É
recobertos por vegetação, arbustos e outros
com posto por sedim entos minerais e evidências
detritos, os sambaquis seriam anteriores à culturais. O mesmo que capa, nível, depósito. Cf.
Souza 1997: 32, 52.
(6) Até pouco tempo, a coleta de m oluscos era
considerada a maior fonte de subsistência dos
(4) Atualmente consideram-se dois períodos de sambaquieiros. Porém, pesquisadores acreditam que a
formação dos sambaquis sul-brasileiros: os realizados principal fonte de alimentação do grupo era a pesca,
pelos sam baqu ieiros (de 5.000 a 1.000 anos atrás) e mesmo no início da ocupação dos sítios. As numero
as aldeias e acampamentos dos grupos Tupi-guarani sas conchas parecem estar mais associadas à uma
(1000 anos atrás até a chegada dos portugueses). Cf. estratégia de construção do aterro do que a uma dieta
Figuti 1999: 198. alimentar (Gaspar 1999: 165, Figuti 1999: 201).
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
gia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
uma mesma mandíbula apresentava-se partida velhos debates difusionistas, como por
em dois fragmentos. Estes esqueletos diferen- exemplo a colonização dos escandinavos na
ciavam-se dos outros ossos humanos encon América. Mas sem necessariamente identificar
trados, sem características de sepultamento. a origem dos ameríndios no Velho Mundo,
Para o francês, só poderiam ter sido descarna atentou para as conexões filológicas entre os
dos e expelidos após a refeição. A questão do dois continentes, citando Hugo Groetius e seu
canibalismo é um tema complexo. As crônicas livro De Origine gentium Americanarum
e a bibliografia apontam para uma antropofagia (1642). Grotius foi um dos iniciadores da
americana com propósitos sempre ritualísticos, hipótese de que a América foi colonizada
seja com caráter familiar (endocanibalismo, pelos nórdicos, popularizada no Oitocentos
ingestão tradicional das cinzas) ou dos por Rafn. Do mesmo modo, Hure não deixou de
inimigos (exocanibalismo, digestão da carne). elaborar alguns comentários favoráveis às
Mas alguns registros modernos em sambaquis analogias entre as palavras, costumes e
também parecem confirmar as mesmas conclu hábitos dos povos intercontinentais desenvol
sões de Hure e, apesar de raros e isolados, não vidas por Grotius.
podem ser descartados.7 Apesar desta conexão lingüística, era
3. O povo que construiu os sambaquis do muito claro para este arqueólogo a origem
Brasil habitou em sua superfície. Além dos migratória do índio brasileiro: seria provenien
vestígios encontrados na escavação, Hure te da Ásia, berço da Humanidade. Em uma
recorreu à etimologia para comprovar essa extensa nota ao texto, Hure enumerou os
afirmativa. Sambaqui seria uma derivação da autores que constataram as similitudes entre
palavra taba, aldeia em tupi, originando çaba os indígenas da América do Norte e do Sul.
quig. Uma conclusão errônea, pois a proce Desta maneira, a filologia tornou-se um
dência correta é: tamba, marisco e qui, amon instrumento precioso no auxílio do resgate
toado. De qualquer maneira, suas teorias da histórico. É uma importante aliada do difusio-
formação geológica dos sambaquis e de sua nismo, desde autores setecentistas até intelec
utilização como habitação estavam corretas: tuais como Emile Âdet, Varnhagen, Warden,
sedimentos de terra e areia acumularam-se em entre outros. Essa conexão entre as descober
volta dos restos conchíferos com o passar do tas empíricas e sua interpretação dentro de
tempo, originando as elevações dos samba modelos clássicos tornou-se um procedimento
quis. Hure acreditava que a povoação indígena semelhante ao realizado desde o início da
no Brasil foi originada pelo norte - hipótese arqueologia moderna. Hure não fugiu a esse
muito aceita pelos acadêmicos brasileiros comportamento. Mas o que o diferenciou de
nesta época - e se estabeleceu aos poucos antiquários como Porto Alegre foi a importân
pelo litoral, criando e habitando os montes de cia concedida aos vestígios materiais, em
lixo marinho. relação às similitudes filológicas.
Neste ponto, novamente recorreu às A principal preocupação de Hure, seguin
semelhanças existentes entre nossos samba do seu texto, foi procurar mostrar as evidências
quis e os da Dinamarca, uma idéia sobre a qual que os sambaquis foram habitações indígenas.
o arqueólogo Worsae já havia se pronunciado. O costume de viver em regiões aquáticas,
Essas similitudes seriam independentes ou preservando-se do ataque de animais ferozes e
teriam alguma relação cultural direta? O conde de outros agrupamentos humanos, seria uma
francês não teve dúvida, recorrendo aos prática observada também na antigüidade
européia. Mas nos sítios brasileiros, com
vestígios de madeira praticamente escassos,
(7) A rqueólogos m odernos encontraram evidências saber qual a estrutura de habitação utilizada
muito similares às de Hure: crânios isolados, ossos deve ter intrigado muito nosso pertinaz investi
quebrados e raspados, misturados com numerosos
gador. Segundo suas observações empíricas, os
ossos de peixe e cinzas de fogueira, o que comprova a
existência de antropofagia entre os sambaquieiros do sambaquieiros não utilizavam cabanas de
nosso litoral (Prous 1992: 218). Sobre a com plexa madeira, mas somente habitações provisórias
questão do canibalism o brasileiro ver Ram inelli 1996. semelhantes a choupanas, para o abrigo do sol
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
gia e E tn ologia , São Paulo, 11: 35-53, 2001.
e chuva/ Com relação ao uso de grandes conjuntamente com uma proposta de continui
fogueiras e de canoas talhadas ao fogo, mostrou- dade das suas pesquisas. Finalmente, após dez
se também muito correto. Um outro detalhe meses do primeiro contato, foi emitido um
curioso, que preocupou La Hure, foi a questão do parecer pelo engenheiro Guilherme Such de
odor exalado pelos sambaquis. Afinal, os indíge Capanema,10 que não concordou com diversos
nas habitavam em cima de verdadeiros lixos pontos da memória. A etimologia da palavra
orgânicos. Para o sábio francês, os moradores sambaqui foi a primeira questão contestada.
deste locais deveriam utilizar muito a fumaça das Quanto à idade desses vestígios, o parecerista
fogueiras para atenuar as condições odoríferas.9 acreditava que seriam proto-históricos, ou
A segunda parte da memória tentou determi seja, fabricados no período colonial ou mesmo
nar a época em que teriam sido realizados os ainda em uso. A analogia com os vestígios
sambaquis, baseados em estudos de Arte, dinamarqueses do mesmo modo recebeu
Filologia, Geologia, Etnografía e História. Apesar críticas negativas. Capanema explicou a origem
de não mencionar objetivamente uma datação, dos sambaquis por motivos geológicos,
Hure calculou corretamente que os sambaquiei- desprezando sua origem humana, pois não
ros deveriam ser mais antigos que os povos acreditava em uma grande antigüidade para
megalíticos europeus, ou seja, mais de três mil eles. E também citou semelhanças entre
anos atrás. A origem asiática dos povos america morfologia craniana das culturas açorianas
nos foi apresentada como a mais provável, mas o com os ameríndios e mesmo com o mito da
conde também mencionou a possível inclusão de Atlântida. Apesar de todas as suas pondera
elementos brancos (semíticos) no Novo Mundo, ções, julgou que o Instituto deveria aceitar os
entre os séculos VIH e IX d.C. objetos encontrados pelo conde. Percebemos
A parte final do relatório consistiu na uma nítida desatualização do barão de Capa
descrição pormenorizada de cada objeto nema, pois o assunto não era novidade - ao
encontrado, identificados por suas respectivas menos na Revista do IHGB, a exemplo das
camadas estatigráficas. Esse certamente foi o antigas opiniões de Vamhagen, que já relata
momento mais significativo de toda a investi mos.
gação de Hure, que realizou um processo O conde francês enviou diversos outros
descritivo muito complexo para os padrões livros, documentos e manuscritos de sua
brasileiros de sua época. autoria para o Instituto. Três memórias merece
ram pareceres especiais, respectivamente
tratando sobre Geografia, Arqueologia e
A resposta do Instituto Geologia. Em setembro de 1865, Giacomo
Rabaglia e Manoel Oliveira efetuaram uma
La Hure insistia que seu relatório sobre análise sobre o trabalho Exploration du Rio
sambaquis fosse examinado pelo IHGB, Parahyba. A maior questão apresentada por
Hure era referente às denominadas pedras à
écuelles, que considerava formações naturais
originadas pela erosão aquática. Na realidade,
(8) Apesar de raras, foram observadas estruturas de
cabanas com fundos e delimitações por estacas,
chegando inclusive algumas habitações a possuir sete
metros de diâmetro. La Hure deve ter observado (10) G uilherm e Schuch de Capanem a, barão de
sedim entos de cor escura e compactados, comuns nos Capanem a - engenheiro e físico brasileiro (Minas
sambaquis catarinenses, que indicam também a Gerais 1824 - Rio de Janeiro 1908). Formado na
utilização de choupanas sem apoio de postes cavados Escola Politécnica de Viena, foi professor da Escola
(Prous 1992: 211). Politécnica do Rio de Janeiro e do Museu Nacional.
(9) “Pode-se imaginar o cheiro que exalava desse Participou da Com issão científica de exploração
material, mas a percepção do que é um cheiro (1856), e da Carta Itinerária do Império (1871).
agradável ou desagradável varia de cultura para cultura. Chefiou a Comissão de Introdução do Sistema
Um grupo que vivia da exploração do mar, pescando e M étrico, e instalou as primeiras estações m eteoro
catando m oluscos rotineiramente, certamente deveria lógicas no Brasil. Foi o fundador da Sociedade
ter o olfato bastante acostumado aos odores que Brasileira de Estatística e do Instituto P olitécnico
exalam desses animais.” (Gaspar 1999: 163). Brasileiro. Cf. Grande Larousse 1998: 1135.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
g ia e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 35-53, 2001.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqu eolo
gia e E tn ologia, São Paulo, 77: 35-53, 2001.
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gia e E tn ologia, São Paulo, 77: 35-53, 2001.
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gia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
Pelas terminologias empregadas, o investiga que levou o geólogo a afirmar que seriam
dor demonstrou ser um naturalista particular vestígios de canibalismo: “a carne humana era
mente familiarizado com Geologia e Paleon provavelmente mais apreciada do que qualquer
tologia. E justamente nesta parte foi o momen outro alimento.” (1876b: 17).
to em que citou os anteriores trabalhos de O investigador germânico não soube
Rath e Hure. Do primeiro, criticou dados de examinar atentamente os vestígios que encon
localização litorânea dos montículos, e do trou, faltando experiência arqueológica para
segundo, detalhes sobre vegetação cobrindo escavar os diversos montículos. Muitas vezes,
os sambaquis. Wiener ainda classificou os sepultamentos primários16 podem ter sido
sítios morfológicamente em trincheiras, colinas fragmentados com a erosão ou deslocamento
e montes regulares; e segundo suas disposi das camadas geológicas. A falta de outros
ções internas, em irregulares, túmulos e os tipos de ossos animais pode ter sido ocasiona
destituídos de divisão interna. da pela ausência de mais escavações por parte
Na seção dedicada aos objetos humanos de Wiener. Um arqueólogo mais preparado,
recuperados pela expedição, percebemos as como foi o caso de La Hure, percebeu que os
limitações deste autor nas questões arqueoló sambaquieiros alimentavam-se de peixes,
gicas. Wiener descreveu cada objeto encontra moluscos, pequenos mamíferos e aves,
do, mas sem fornecer sua localização nas conforme a época de escassez de alimentos -
respectivas camadas e sítios, um procedimento um dado obtido pelo exame estratigráfico.
que o conde de La Hure havia feito de maneira Quando o conde francês encontrou ossos com
bem competente. Sem os dados espaciais dos indícios de canibalismo, estes estavam além de
artefatos, o registro, a Arqueologia é destituí despedaçados, quebrados e com cortes
da de seu principal método de trabalho, que transversais, indicando seu descarnamento,
diferencia os cientistas de qualquer escavador misturados com cinzas e ossos de outros
comum. animais. Além disso, Hure diferenciou clara
Na síntese final, o artigo estabeleceu mente sepultamentos de vestígios antropofá-
algumas conclusões divergentes com as gicos no mesmo sítio, estes últimos apontados
opiniões reinantes até então, e, em outros por ele como indícios de exocanibalismo.17
aspectos, conservou algumas especulações.
Sobre a época em que foram levantados esses
montes conchíferos, Wiener foi totalmente (16) Sepultam ento prim ário - Aquele em que o
contrário a uma remota datação, considerando- morto foi sepultado sem receber qualquer tratamento
prévio de descarne ou cremação e também não foi
os com poucos séculos. Nesse momento, o
exumado e reenterrado algum tempo depois da morte
geólogo contrariou Lund, Rath e Hure (defen (W esolosky 1999: 193). Enterram ento direto - se o
sores de umn data pré-diluviana para os corpo é colocado diretamente de encontro à terra,
sambaquis), aaseando-se em considerações do sem uso de urnas ou receptáculos (Souza 1997: 49).
astrônomo e naturalista Emmanuel Liais sobre (17) Tradicionalm ente, os historiadores e antropólo
gos sempre consideram os vestígios de antropofagia
calcificação das conchas. Ora, sabemos muito
com o ritu alísticos, seja para a ingestão de mortos da
bem que tanto Wiener, quanto Liais e Capa- mesma tribo, com o para inim igos externos. Mas,
nema, estavam estreitamente ligados ao atualmente, algumas pesquisas m eticulosas apontam a
Museu Nacional e ao IHGB, e ambos conside ocorrência de canibalism o com o dieta alim en tar em
ravam que os montículos eram recentes. casos extremos - com o a falta de outras alternativas
de alimento, ocasionadas por secas ou catástrofes
Existiria alguma relação entre os resultados
naturais. O melhor exem plo é com a antiga tribo dos
destas pesquisas com pressupostos ideológi Anasazi, no sul dos EUA. Sem nenhuma tradição
cos da elite imperial? Mais adiante surgem religiosa ou social contendo esta prática, foram
algumas pistas que esclarecem essa questão. encontrados restos de ossos quebrados, descarnados e
Como já afirmamos, Wiener classificou os misturados a cinzas - exatamente com o Hure
descreveu os vestígios nos sambaquis catarinenses.
sambaquis em diversos tipos, encontrando em
Além disso, exam es de laboratório em excrem entos
alguns destes - os irregulares - mais ossadas provaram a ingestão de carne humana. A estratigrafia
humanas do que de animais. Todos esses deste sítio Anazazi apontou um grande período de
corpos ficaram depositados em fragmentos, o seca, relacionado a conflitos violentos e ao colapso
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqu eolo
g ia e E tn o lo g ia , São Paulo, IV. 35-53, 2001.
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gia e E tnologia. São Paulo, 77: 35-53, 2001.
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g ia e E tnologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
os antigos indígenas da Amazônia seriam mais ou mesmo outros tipos de resquícios. Com um
que simples bárbaros, produtores de cerâmica cérebro tão pequeno e inferior, o habitante dos
e utensílios de pedra - do mesmo modo que os sambaquis não poderia ter feito nada de
povos nórdicos. Uma idéia bem diferente de grandioso, muito menos monumentos arqueo
praticamente todos os outros pesquisadores lógicos - a exemplo do que pensavam Wiener
do assunto. Mas uma questão intrigava o e Neto. A configuração dos montículos foi um
naturalista. O que seriam os ossos humanos mero acidente de acúmulo alimentar.21 Essas
dos montículos? Rodrigues não podia acreditar idéias de Lacerda foram ainda mais acentuadas
no canibalismo, nem mesmo nos sepultamentos em outro trabalho, surgido anteriormente na
primários. Afinal, um povo civilizado não iria Revista da Exposição (1882). Sem nenhuma
enterrar seus mortos no meio de lixo orgânico, e indústria e uma arte imperfeita, os samba-
muito menos devorá-los. Os corpos seriam quieiros teriam constituído a raça mais selva
simples acidentes, pessoas que morreram e por gem, bruta e imperfeita que habitou o Brasil,
coincidência acabaram sedimentadas com os mais inferiores até do que os Botocudos.
restos de comida. Esta interpretação do natura Neste momento, percebemos uma idéia
lista nos permite verificar a quantidade de totalmente oposta à enunciada por Hartt.
especulações em tomo deste tipo de relíquia. Ao menos para os intelectuais, os restos
Em relação ao pensamento do período, o artigo conchíferos eram muito importantes para se
de Rodrigues foi praticamente ignorado, até entender nosso panorama indígena. Durante a
mesmo por seu colega Capanema. Os grandes Exposição Antropológica, realizada na sala
debates ainda giravam em tomo da revista do Lund, foi representada uma planta detalhada
Museu Nacional. de um sambaqui catarinense, ao lado de
conchas, fragmentos de carvão, mariscos,
ossos de animais e peixes. Além é claro, de
Os sambaquis nos anos 80 crânios humanos. Imaginar como teria sido a
vida nesses locais era muito instigante para
Em 1885, no sexto volume do Archivos, qualquer arqueólogo, e o diretor do Museu
foram publicados os resultados das pesquisas Nacional não seria indiferente a isso. Em seu
do então falecido Charles Frederic Hartt, que único trabalho a respeito do assunto - A
não foram muito diferentes das de Ferreira origem dos sambaquis, Revista da Exposição
Pena. Tendo como objetivo maior o registro de - , Ladislau Neto tentou criar uma imagem
alguns sítios, estudos mais detalhados e baseada em dados mais empíricos. A antiga
meticulosos foram deixados em segundo questão monumental foi deixada de lado,
plano. Este investigador encontrou ossos mesmo porque não havia indícios que apon
humanos e de mamíferos nos sambaquis do tassem positivamente para isso. Também já
Pará, praticamente, os mesmos vestígios que não importavam detalhes como o estado
os sítios de outros locais do Brasil. Mas um civilizatório desses povos, devido ao consen
detalhe em especial chamou a atenção do so em considerá-los aborígenes selvagens.
geólogo Hartt. Ao deparar com fragmentos de Baseado em suas viagens ao Rio Grande do
louça, considerou que estes indígenas haviam Sul, Neto acreditava que os depósitos litorâne
dado um grande passo para a civilização, e no os foram criados durante o inverno por tribos
caso, seriam muito mais adiantados que os do interior. Ao fugir do frio, os indígenas
atuais Botocudos. viviam da pesca e da coleta de moluscos, no
Neste mesmo número do Archivos apare espaço de quatro meses, rendendo grandes
ceu outro artigo, O homem dos sambaquis, de provisões para o seu regresso ao interior. Ao
João Lacerda. As principais preocupações
deste médico-antropólogo foram um pouco
diferentes de seus predecessores. Em primeiro
(21) O arqueólogo Alfredo Mendonça de Souza
lugar, Lacerda considerava muito mais impor com eteu um equívoco ao citar João Lacerda com o
tantes os vestígios craniológicos dos samba- representante da corrente naturalista dos sambaquis
quieiros do que restos de sua manufatura lítica (1991: 69).
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
gia e E tn ologia, São Paulo, 77: 35-53, 2001.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqu eolo
g ia e E tnologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
tarde reunidos em alguns opúsculos. Particu erudito estrangeiro, residindo no sul do Brasil
larmente, um desses estudos foi reimpresso ao final do Império, que apostava no sucesso
pela Revista do IHGB em 1884. das colônias, nos ideais de superioridade
Koseritz dedicou-se ao estudo dos samba européia, no triunfo do homem moderno, enfim,
quis da Conceição do Arroio, que na realidade na evolução darwiniana.24 Um ideal não muito
foram investigados por sua equipe, composta distante das metas pretendidas pela elite
por Bischoff, Kehl e Helm. À medida que carioca, mantendo inclusive alguns mitos em
diversos objetos foram sendo encontrados nas comum.
camadas de conchas, o erudito alemão acredita
va que seus fabricantes seriam de tribos
diversas das que então povoavam esta provín Entulho indígena, civilização e barbárie
cia. Um nítido contraste foi assim estabelecido.
De um lado, os autores prováveis dos samba “Devenir archéologue est, au niveau de
quis, e de outro os indígenas então contempo l’imaginaire des vocations, en projet ou en
râneos, sem vínculos com os montículos de regret, infiniment plus chargé que devenir
conchas, e a que era positivamente favorável. À ingénieur, életronicien ou médecin.” Jean-Paul
medida que as pesquisas de campo prossegui Demoulle, La préhistoire et ses mythes, 1982.
ram, foram encontrados vestígios pertubadores, Alguns intelectuais que tratamos concebe
todos no interior de igaçabas sambaquieiras:22 ram os sambaquieiros como uma cultura
pérolas de vidro, chapas de cobre e de prata. bárbara, eminentemente selvagem e canibal.
Como bem sabemos, as populações indígenas Afinal, não poderia haver outra interpretação
não fabricavam o vidro nem metais antes dos para povos que habitavam e viviam sobre lixo
europeus. Isso demonstrava, para Koseritz, que orgânico. Mesmo dentro destes parâmetros
teria existido alguma espécie de vínculo entre o etnocêntricos, podemos perceber claramente
ocidente e nosso passado, bem antes do uma relação direta entre observação e inter
tradicionalmente concebido. Assim, apelou para pretação da cultura material, que sobrevive
a hipótese de que navegantes fenicios estabele até hoje. Dados fósseis e vestígios materiais
ceram antigos contatos comerciais com os interpretados incorretamente ou parcialmente,
selvagens (1884b: 35). Em nosso século não foi muitas vezes ocasionando o surgimento de
realizado qualquer estudo sobre a instigante mitos arqueológicos.
questão da ocorrência dos mencionados Um exemplo muito conveniente foi com o
objetos. O diretor do Museu Paulista, Hermán mito das cidades lacustres na Europa. A partir
von Ihering, alegou que tais indícios seriam de 1853-1854, na borda de lagos suíços, foram
provas de um contato entre culturas andinas descobertos diversos fragmentos de madeira,
com as do Rio Grande do Sul (1895: 98). De cerâmica e utensílios, logo explicados como
qualquer maneira, é uma questão ainda sem restos de antigas palafitas neolíticas montadas
maiores aprofundamentos, e conseqüentemen sobre lagoas. Dentro do vigente esquema
te, sem solução.23 Koseritz foi um caso típico de evolucionista, não poderia ocorrer descoberta
mais oportuna. As réplicas de palafitas
expostas em museus, exposições e colégios
(22) Igaçabas - (do Tupi iga saba, lugar onde a água oitocentistas, passaram a simbolizar a vitória
cai). Pote de barro ou talha grande para a água, que humana sobre a barbárie, o triunfo da razão
serve para guardar outros gêneros. Urna funerária sobre as limitações da animalidade. Durante
indígena. Conf. Grande Larousse, 1998: 3069.
(23) André Prous m enciona a existência de instru
m entos lítico s retocados (pontas de projéteis com
pedúnculos e aletas) em alguns sambaquis. Como a (24) Relação de alguns intelectuais de origem
presença de quartzo é difícil no litoral, existe a germânica, com residência permanente, que in vesti
possibilidade de um antigo intercâmbio entre as tribos garam a pré-história sul brasileira durante o segundo
do litoral e do interior do Brasil (1992: 221). A Império: Herman Bruno Otto Blum enau, O. Tischler,
ocorrência de m etais também pode indicar um antigo A. Schnupp, H.J. M ueller, Theodoro B ischoff, R.
contato dos sambaquieiros com os Andes, mas as Hensel, A. von Eye, G. M uller-Schiess, Pedro Kehl,
d iferenças cronológicas tornam o assunto com plexo. Helm.
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gia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
muito tempo habitando em escuras e tenebro de parâmetro para suas considerações sobre
sas cavernas, o moderno homem neolítico civilização ou barbárie. Assim, voltamos à
passou a construir casas expostas diretamente nossa comparação com o mito das cidades
a céu aberto e sobre as águas - um triunfo lacustres, onde os vestígios também funciona
também do Homem sobre a natureza física. Já ram como mediadores de esquemas sociais,
em nosso século, o arqueólogo nazista principalmente a metáfora da escalada evolu
Reinerth utilizou este mito para atrações tiva, separando o ser animal do homem em vias
turísticas no lago Constance (entre a Alema de progresso racional: “Aqueles objetos
nha, Suíça e Áustria) repletas de referências reintegrados pelo arqueólogo passam a
racistas: “la métaphore de 1’ascenseur appli- possuir novas funções e a exercer mediações
quée à la théorie des stades.” (Demoulle 1982: no interior das relações sociais em que foram
751). Em 1948, o especialista O. Paret demons inseridos.” (Funari 1988: 24). Um objeto
trou que estas palafitas ou casas lacustres escavado e interpretado pelo cientista não
jamais existiram. Na realidade, foram restos de tem, necessariamente, as funções originais a
habitações construídas diretamente sobre o ele atribuídas. Ao procurar o índice25 de um
solo, encobertos pela subida do nível das artefato, freqüentemente o pesquisador
águas nos tempos modernos. submete-se às condições sociais de seu
Resguardadas as devidas proporções, próprio tempo, afetando suas análises teóri
este mito possui muita similaridade com nosso cas: “Là encore, on peut voir que 1’objectivité
presente tema. Os sambaquis brasileiros, de 1’observation, là oü 1’archéologie déploie la
razoavelmente explorados durante o Império, technique la plus convaincante, c ’est-à-dire
serviram de apoio a idéias divergentes entre si, sur le terrain de fouille, n’est pas le départ de
mas todas relacionadas com algum tipo de toute interprétation” (Demoulle 1982: 752).
imagem acerca do indígena, gerando dois Sendo sítios incomuns, os sambaquis
grupos principais de repercussão, o nacional e receberam conotações que os desvincularam
o internacional. O primeiro divide-se claramen de seus primitivos usos por parte dos indíge
te em dois eixos interpretativos: os que nas (exceção paras as pesquisas do conde de
entendiam os sambaquis como monumentos, e La Hure). Adquiriram funções específicas,
outro que identificou os sítios como resquíci servindo para recuperação de um passado
os selvagens. Wiener foi representante dos idealizado pelos eruditos nacionalistas. Um
dois casos, pois acreditava que teriam existido dado que à primeira vista pode parecer insigni
montículos com restos canibais, e os que ficante - a datação dos montes conchíferos
serviram para mausoléus. Esta última uma idéia para os tempos modernos - revela que a
seguida por Neto. Restos com algum indício de maioria dos investigadores preocupou-se em
civilização, portanto, essa monumentalidade desvincular esses sítios de uma pré-história
apontaria para outros povos interferindo na remota, resguardando as raízes brasileiras para
construção do lixo indígena. Aqui entram em outros tipos de vestígios. E necessariamente,
cena as considerações de Barboza Rodrigues, estabeleceram vínculos diretos com as recen
apostando no contato viking, e as teorias de tes tribos oitocentistas. A relação entre
Karl Koseritz, perpetuando o mito fenicio. contexto arqueológico (artefatos, estratigrafía,
Quem radicalizou uma interpretação oposta foi escavação) e sua reconstituição foi afetada
o médico Lacerda, para quem os sambaquieiros
foram um povo inferior, imperfeito e canibal.
Para a academia internacional, as idéias de (25) ín dice - O artefato em sua materialidade indica
selvageria foram preponderantes, publicando (“dá indício de”) determinadas relações sociais, tanto
estereótipos genéricos sobre o indígena na sua produção com o no seu consumo: uma ponta de
brasileiro, principalmente como antropófago. flecha (esfera material) é índice de um domínio de
técnicas de lascamento e de uma prática social de
Sempre baseados nas pesquisas nacionais caça (contexto cultural). Ao m esm o tem po, os
sobre o assunto. artefatos medeiam, direcionam as relações humanas,
Ambos os eixos interpretativos cometeram impulsionando os agentes sociais a tomarem determ i
erros na análise dos dados de campo, servindo nadas atitudes entre si (Funari 1988: 80).
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqu eolo
g ia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
pelas relações sociais em que estava inserido mento. Curiosamente, tanto esse estereótipo
o cientista: “A arqueologia nada mais é que seria identificado nos sambaquis, quanto
uma leitura, um tipo particular de leitura, na conotações típicas de grandes sociedades. Um
medida em que seu texto não é composto de caso único, onde a arqueologia brasileira
palavras mas de objetos concretos, em geral identificou em meio a entulhos, os dois lados da
mutilados e deslocados do seu local de balança do mundo ocidental: a civilização e a
utilização original.” (Funari 1988: 22). barbárie. Em ambos os casos, o imaginário estava
Identificado em muitos locais e em épocas ocultando a verdadeira identidade do aborígene,
diferentes, o bárbaro podia ser um negro africa criando novos valores, mais condizentes com a
no, australiano, ou um ameríndio. Sua natureza proposta máxima deste momento - o avanço
bestial e inferior serviu para propósitos colonia triunfal do europeu, máximo representante da,
listas e evangelizadores, durante o Renasci escala evolutiva.
LANGER, J. The shellmounds and the Empire: excavations, theories and contro
versies, 1840-1889. R evista do M useu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo,
11: 35-53, 2001.
Referências bibliográficas
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g ia e E tnologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
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LANGER, J. Os sambaquis e o Império: escavações, teorias e polêmicas, 1840-1889. Revista do Museu de A rqueolo
gia e E tn ologia, São Paulo, 11: 35-53, 2001.
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Rev. d o M useu d e A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 55-75, 2001.
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OLIVEIRA, M .S.C.; HORN FILHO, N.O. De Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo ló g ico -ev o lu tiv a ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e E tnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
Lessa 1997, Martin et al. 1998, Lessa & paleogeográfico então proposto possui sobre
Angulo 1998). a interpretação de deslocamentos de samba
Bigarella (1954) e Martin et al. (1984) quianos no litoral norte catarinense.
consideraram que quando associados a Geomorfologicamente, o litoral norte
estudos paleogeográficos, a determinação do catarinense insere-se no “setor sudeste -
substrato pode contribuir para a estimativa costões rochosos, laguna/barreira, man-
aproximada de um intervalo de tempo onde guezais” segundo a classificação de Silveira
teria sido construído o sambaqui. Como (1964); no “macrocompartimento litoral
exemplo, Martin et al. (1984) citaram samba- sudeste - litoral das planícies costeiras e
quis sobre depósitos eólicos, que somente estuários” segundo a classificação de Muehe
poderiam ter sido construídos após o NRM (1998) e no “compartimento I - litoral seten
máximo holocênico para aquela região. Obvia trional” segundo a proposta para compar-
mente tal dedução possui uma resolução timentação do litoral de Santa Catarina de
temporal limitada, já que em termos de datação D iehl& H om Filho (1996).
absoluta “sambaquis situados em um só e A área de estudo ocupa aproximadamente
mesmo tipo de unidade morfológica ou 230km2, tendo como paralelos extremos
espacial, podem ter idades muito diversas” 26°06’47” e 26°20’48” e meridianos extremos
(Ab’Saber 1984). 48°50’46” e 48°43’34”, conforme Figura 1. A
Este trabalho apresenta resumidamente altitude máxima de 229m é verificada no Morro
alguns resultados obtidos em recente disserta do Boa Vista. Nesta área, Oliveira & Hoenicke
ção de mestrado (Oliveira 2000) cujo objetivo (1994) indicaram o então registro de 27 sítios
foi o de caracterizar os sambaquis da planície arqueológicos do tipo sambaqui.
costeira de Joinville segundo uma perspectiva A metodologia do trabalho incluiu proce
geológico-evolutiva e uma abordagem conser dimentos específicos da pesquisa em planície
vacionista dos sítios. Especificamente, o costeira. A fotointerpretação foi direcionada à
trabalho refere-se às implicações que o modelo determinação das características gerais das
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OLIVEIRA, M .S.C .; HORN FILHO, N.O . D e Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo ló g ico -ev o lu tiv a ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
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OLIVEIRA, M .S.C.; HORN FILHO, N.O. De Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo lógico-evolu tiva ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 77: 55-75, 2001.
situados na Ilha do Gado em Joinville, tendo do Município, com fins de subsidiar a preser
os outros sambaquis do município recebido a vação do patrimônio. Este inventário básico é
classificação de Fase Acaraí. posteriormente utilizado para análises da
Em balanço sobre a produção científica da morfometria e distribuição dos sítios em
Arqueologia Pré-Colonial no litoral norte Joinville (Oliveira & Hoenicke 1994, Oliveira
catarinense, Bandeira (1997) informa que 1996a, 1996b).
Piazza, com a colaboração de Afonso Imhof, Hom Filho (1997) defendeu tese de
pesquisou em 1970 o Sambaqui Rio Comprido doutoramento sobre os aspectos geológicos,
(inédito). No final da década de 60, as Profa. ambientais e evolutivos da Ilha de São Fran
Anamaria Beck, Gerusa Maria Duarte e Maria cisco do Sul e arredores. Sambaquis de
José Reis elaboraram pesquisas no Sambaqui Joinville são incluídos sob uma perspectiva
Morro do Ouro (Beck et al. 1969). geoevolutiva.
O Sambaqui Morro do Ouro foi novamente A Figura 2 apresenta a distribuição
escavado em 1979 pelos Profs. Marilandi espacial dos 42 sambaquis mapeados por
Goulart, Margarida Andreatta, Afonso Imhof e Oliveira (2000) na planície costeira de Joinville.
Guilherme Naue, no Projeto “Tecnologia e Quase 60% dos sambaquis possuem altura
Padrões de Subsistência de Grupos Pescado- igual ou inferior a 4m (Tabela 1) e mais de 70%
res-Coletores Pré-Históricos”, com financia possuem volume igual ou inferior a 7.992,80m3
mento da Prefeitura Municipal, que na época (Tabela 2).
construía a Ponte de Trabalhador (Goulart Quanto à composição malacológica dos
1980). sítios, verificou-se que Anomalocardia
De 1980 a 1989, o próprio MASJ, então por brasiliana não foi identificada tão somente na
iniciativa de seu diretor, Arqueólogo Afonso amostra coletada no Sambaqui Ponta das
Imhof, desenvolveu o Projeto “A Pré-História Palmas, enquanto Crassostrea rhizophorae
de Joinville: Coletores e Pescadores” (inédito), esteve ausente somente nas amostras coleta
com escavações no Sambaqui Ilha dos Espi- " das nos sambaquis Espinheiros II, Morro do
nheiros II e Guanabara I (Alves 1997). Amaral III e Morro do Amaral IV. A distribui
O DNPM publicou em 1988 o mapa ção espacial das espécies predominantes
Geológico do Quaternário Costeiro dos indicou que cerca de 64% dos sambaquis
Estados do Paraná e Santa Catarina, realizados apresentam amostras principalmente constituí
pelos Prof. Louis Martin, Kenitiro Suguio, das por Anomalocardia brasiliana, enquanto
Jean-Marie Flexor e Antonio E.G. de Azevedo. que cerca de 34% apresentam amostras com
Na metodologia desenvolvida pelos autores, predominância de Crassostrea rhizophorae.
os sambaquis possuem importância como Cerâmica foi observada ou é citada em
indicadores das oscilações do NRM, sendo bibliografia nos sambaquis Rio Sambaqui,
que 18 sambaquis de Joinville foram por eles Cubatão I, Cubatãozinho, Ilha do Gado II, Ilha
estudados sob a perspectiva geológica dos Espinheiros III, Lagoa do Saguaçu, Ilha do
(Martin et al. 1988). Mel II e Rio Velho II. Esculturas (’’zoólitos”)
Entre 1991 e 1992, a Fundação Cultural de são citadas em bibliografia para os sambaquis
Joinville financiou o Projeto “Pesquisa de Cubatãozinho, Rio Comprido, Rio Velho I e
Salvamento no Sambaqui Espinheiros II”, Morro do Ouro. No Sambaqui Espinheiros II,
coordenados pelos Profs. Marisa Coutinho há registro de fibras vegetais trançadas que
Afonso, Paulo De Blasis e Levy Figuti, tendo também foram observadas no Sambaqui
subsidiado várias publicações (Afonso & De Cubatão I. Este último ainda apresenta “esta
Blasis 1994, Afonso 1999, Figuti 1993, Figuti & cas” de madeira ao longo do perfil do sítio e ao
Klõkler 1996). longo da margem do rio, paralelo ao sítio.
Em 1994, o MASJ em parceria com o Para a compreensão da inserção fisio-
Instituto de Pesquisa e Planejamento de gráfica dos sambaquis, a planície costeira de
Joinville - IPPUJ promoveu o recadastramento Joinville foi classificada por Oliveira (2000)
e divulgação das informações sobre os sítios como costa sedimentar do tipo estuarina.
arqueológicos aos órgãos de gestão pública Identificaramu-se nove unidades geológicas
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estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e E tn ologia,
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São Paulo, 11: 55-75, 2001.
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São Paulo, 11: 55-75, 2001.
__________QUADRO 1__________
Coluna Estratigráfica Simplificada
Era Período/ Época Unidade G eológica Caracterização Lito-Sedim entológica
Depósito paludial Lamas ricas em matéria orgânica. Correspondem, de maneira geral,
estuarino às áreas ocupadas pelos manguezais.
Areias finas, bem selecionadas, de coloração esbranquiçada. Ocorrem
D epósito eólico na forma de lençóis de reduzida espessura, recobrindo principalmente
depósitos paleoestuarinos.
Sedimentos síltico-arenosos, pobremente selecionados, normalmente
D ep ósito
apresentando matéria orgânica. Apresentam-se na forma de terraços
flúvio-lagunar
com altitudes normalmente inferiores a 3m.
H o lo cen o
Q A reias e sedim en tos síltico -a rg ilo so s, com cores tendendo ao
c U D ep ósito cinzento-am arelado. Am pla ocorrência de bancos con ch íferos
E A paleoestuarino naturais. O b servam -se recorrentes afloram en tos de d ep ósitos
paleoestuarinos e bancos conchíferos naturais sotopostos por outras
N T
unidades geológicas superficiais.
O E
D epósito fluvial Sedimentos variando de argila à cascalhos, predominando lamas.
z R
Areias finas soltas ou semi-consolidadas (eventualmente formando
ó N
P leisto cen o piçarras), de coloração bruno-amarelada, normalmente apresentando
I Á Superior
D epósito eólico
minerais pesados. Afloramento na forma de terraços, com altitudes
c R normalmente superiores a 4,5m .
A I Areias e lamas resultantes de ação de processos gravitacionais de encosta
Quaternário D ep ósito
O Indiferenciado de leque aluvial e retrabalhamento fluvial. Os leques apresentam-se coalescidos.
Depósitos incoerentes (normalmente síltico-argilosos) que sofreram
D epósito coluvial deslocamento na vertente por efeito da gravidade. Inclui eventuais
depósitos de tálus.
Gnaisse granulítico com intercalações de rocha meta-ultramáfica e
Embasam ento anfibolito;
PRÉ-CENOZÓICA Gnaisse bandado com intercalações de quartzitos, formação ferrífera,
cristalino
rocha meta-ultramáfica e anfibolito;
Diques de diabásio.
ros. A datação (TL) de 20.950 ± 2.000 anos AP de 10.200 ±100 anos AP, a partir de fragmentos
para o depósito da Ilha dos Espinheiros é de madeira imersos em lentes de cascalho e
significativa na medida em que confirma o areia (camada 2), pouco abaixo de inconformi-.
caráter remanescente daqueles sedimentos, dade erosiva que separava uma seqüência
retrabalhados, em fase terminal de um longo inferior rudácea-arenácea (camada 3) de uma
período de clima mais seco e de denudação superior constituída por camadas síltico-
intensa. argilosas (camada 1). Bigarella et al. (1975)
A partir de 17.500 anos AP, a elevação do consideraram que aquela madeira representaria
NRM variou a taxas de 0,6 a 2,0cm/ano, a idade de transição entre o regime de drena
influenciado por alterações abruptas de gem semi-árido e o úmido, e que a parte
temperatura, principalmente entre 13.000 e superior da camada 3 corresponderia ao limite
10.000 anos AP, período conhecido como entre o Pleistoceno e o Holoceno.
Última Deglaciação e que poderia demarcar a De maneira geral, esta transição entre as
transição do Pleistoceno para o Holoceno épocas do Quaternário foi marcada por um
(Ab’Saber 1980, Roberts 1998, Suguio 1999). evento paleoclimático denominado de Ótimo
Aproximadamente 20 km ao norte do Climático (Idade Hipsitérmica), quando a
centro de Joinville (fora da área de estudo), temperatura média no planeta teria sido de 1 a
Bigarella (1971) descreveu um terraço no rio 2 °C superior a atual, e que Suguio et al. (1985)
Pirabeiraba, onde obteve a idade radiométrica e Suguio (1999) associam à glacioeustasia cujo
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OLIVEIRA, M .S.C.; HORN FILHO, N.O. De Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo lógico-evolu tiva ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 77: 55-75, 2001.
principal efeito na maior parte do litoral distais dos depósitos de leques aluviais
brasileiro teria sido uma elevação do NRM com (incluindo depósitos fluviais dos cursos
ápice há aproximadamente 5.100 anos AP. inferiores das bacias dos rios Cubatão,
Para Bigarella (1954), a construção dos Cachoeira, Pirabeiraba e Canela), encontravam-
sambaquis está estreitamente ligada à fase final se submersos. A Figura 3 constitui uma
da máxima transgressão holocênica, já que tentativa de representar esta espacialidade.
grandes áreas foram inundadas permanecendo, Deve-se salientar que aproximadamente há
contudo, uma condição batimétrica favorável ao 500m ao sul do Sambaqui Rio Riacho fotointer-
desenvolvimento da população malacológica pretou-se uma sucessão de tênues alinhamen
nos extensos baixios em formação. Ab’Saber tos W-E. Embora o reconhecimento em campo
(1980) afirmou que o “páleo-índio terminar do seja dificultado pelo uso atual do solo (reflo-
litoral paulista já estava “associado a uma restamento por pinus), tais feições são passí
geografia costeira em que havia restingas e veis de corresponderem a cristas praiais
campos de dunas, muitas barras livres e muitas indicativas das prováveis linhas costeiras da
águas livres marinhas, mas não existia man paleobaía em sucessão regressiva a partir do
guezal”. Mais tarde, (Ab’Saber 1984) refere-se a máximo pós-glacial.
esta paisagem “como reflexos da Transgressão Considerando-se unicamente a altitude da
Flandriana e ou uma pequena fase de regres base dos sítios (excluindo-se a possibilidade
são pós-Flandriana". de movimentos verticais crustais neotectô-
Segundo a curva proposta para o litoral nicos), é possível afirmar que há 5.100 anos
catarinense por Martin et al. (1988), o NRM AP todos os sambaquis mapeados na área de
ultrapassou o nível atual pela primeira vez no estudo que eventualmente existissem, cuja
Holoceno há cerca de 6.500 anos AP, elevan- base se assentasse em altitudes inferiores a
do-se até o máximo pós-glacial de 3,5m (há 3,5m, teriam sido afogados total ou parcialmen
5.100 anos AP). Este máximo da Transgressão te, implicando provável abandono temporário
Santos (anteriormente denominada Transgres ou definitivo dos sítios (Figura 4).
são Flandriana) invadiu o Canal do Palmital, Na planície costeira de Joinville, 6 samba
que ainda mantém herança paisagística na quis (Rio das Ostras, Tiburtius, Ponta das
forma de ria. Palmas, Rua Guaira, Lagoa do Saguaçu e
Ainda sobre o Canal do Palmital, mencio- Morro do Ouro) edificados sobre embasa
na-se a possibilidade apresentada por Angulo mento cristalino poderiam, em tese, ter sido
(1992) de que ainda no Quaternário este braço iniciados antes de 5.100 anos AP sem terem
norte da Baía da Babitonga fosse o curso sido posteriormente submetidos aos efeitos
médio/inferior do rio São João (PR). Com erosivos da transgressão marinha pós-glacial.
orientação inicial NW-SE na Serra do Mar, o Além destes seis sítios, somente dois outros
rio São João executa uma radical mudança de (Ribeirão do Cubatão e Guanabara I) tiveram
quase 90° (SW-NE) para desaguar no litoral seus substratos atribuídos a altitudes superio
paranaense, na Baía de Guaratuba. Para res a 3,5m e somente três sítios (Ilha dos
Angulo (1992) o desvio do curso original do Espinheiros II e Ilha do Mel I e III) apresentam
rio São João pode ter sido ocasionado por altitudes com possível implantação sob condi
sobreposição dos depósitos de encostas da ções especiais anteriores há 5.100 anos AP.
Serra do Quiriri, que interromperam sua Tais avaliações não significam necessaria
possível drenagem para a Baía da Babitonga. mente que os sítios citados sejam contemporâ
Quanto ao máximo da Transgressão neos ou constituam-se nos mais antigos de
Santos em Joinville, é possível ainda inferir Joinville, já que poderiam também ter sido
submersão e retrabalhamento da maior parte edificados em outros momentos após o máximo
dos depósitos pleistocênicos então remanes transgressivo pós-glacial (desde que as
centes da fase regressiva anterior. As áreas condições ambientais permitissem acesso a
hoje ocupadas por depósitos paludiais fontes de subsistência e de material construti
estuarinos, eólicos holocênicos, paleoes- vo), então em fase de emersão da planície
tuarinos, flúvio-lagunares e as partes mais como conseqüência da regressão marinha.
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OLIVEIRA, M .S.C .; HORN FILHO, N.O . D e Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo ló g ico -ev o lu tiv a ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
Esta fase seguinte é descrita por Suguio et 4.000 - 3.800 e entre 3.000 - 2.700 anos AP.
al. (1985), Martin et al. (1988) e Hom Filho Para Angulo & Lessa (1997) e Lessa et al.
(1997) a partir de uma descida do NRM com (2000) o declínio do NRM a partir do máximo
duas oscilações secundárias de alta freqüência pós-glacial deu-se de maneira suave e gradual,
(Martin et al. 1999) aproximadamente entre sem tais oscilações de alta freqüência.
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O LIVEIRA, M .S.C .; HORN FILHO, N.O. De Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo lógico-evolu tiva ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense Rev do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
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OLIVEIRA, M .S.C.; HORN FILHO, N.O. D e Guaratuba a Babitonga: uma contribuição geo ló g ico -ev o lu tiv a ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
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OLIVEIRA, M .S.C.; HORN FILHO, N.O. D e Guaratuba a Babitonga: uma contribuição g eo lógico-evolu tiva ao
estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo. 11: 55-75, 2001.
tempo, não se descarta que estes “fundos associados, sugerem uma “paleo-ilha” de
rasos” tenham deltas em sua origem, comuns sedimentos continentais ou fluviais onde
em estuário de micro e mesmo de meso marés inclusive poderiam ter sido edificados os
(Petchik 1984). sambaquis Espinheiros I e II (Piazza 1966),
Em uma primeira aproximação, é possível posteriormente dissecada por depósitos
conceber nesta fase de regressão marinha do paludiais estuarinos holocênicos, a exemplo
Holoceno Médio/Superior, a emersão gradual do que ocorre na região do Palmital.
de tais ilhas pela descida do NRM em proces A construção de sambaquis nesta fase
so de sedimentação acelerado pela influência estaria favorecida, embora haja dificuldade em
do embasamento cristalino, o qual funcionava especificar tal momento já que o mapeamento
como armadilha para os sedimentos elásticos do substrato dos sítios não incluiu técnicas
terrígenos alimentados pelo sistema de adequadas para excluir a possibilidade de que
drenagem Velho/Cachoeira/Comprido/Iririú, e nesta área os sambaquis tivessem sido
os provindos por ação eólica dos depósitos construídos diretamente sobre depósitos
pleistocênicos remanescentes das ilhas dos paleoestuarinos. Parece recorrente, no entan
Espinheiros e do Mel, os quais não foram to, que a base inicial tenha se processado sob
afogados pelo último máximo pós-glacial há depósitos eólicos mais interiorizados e tendo
5.100 anos AP, embora submetidos a intensos havido posterior avanço dos sítios em direção
processos erosivos. aos depósitos paleoestuarinos herdados da
Neste sentido, menciona-se o modelo paleobaía.
evolutivo regional proposto por Horn Filho A distribuição dos sítios nestas áreas de
(1997), uma vez que mesmo havendo alteração maior influência marinha remete à concepção
na litologia e cronologia dos depósitos das de Bigarella (1954) sobre a evolução da
ilhas de Joinville em relação aos mapeamentos paisagem e a situação dos sambaquis sobre os
anteriores, a paleogeografia ora proposta bancos de sedimentos. Estes sambaquis
confirma a ausência de retrobarreira lagunar de edificados sobre depósitos eólicos possuem
idade pleistocênica na área de estudo. como principal característica paleogeográfica
A granulometria dos depósitos mapeados uma espacialidade controlada pela morfologia
nas ilhas indica retrabalhamento eólico dos dos depósitos em relação aos paleoníveis da
sedimentos disponibilizados pelo sistema preamar e da baixa-mar, onde há época prolife
regressivo (em cujas fontes devem ser incluí ravam bancos de moluscos. A configuração
dos os terraços pleistocênicos ao sul da área atual da distribuição dos sítios no limite entre
de estudo, no município de Araquari). Nesta depósitos eólicos e depósitos paludiais
condição de progradação da planície, barras, estuarinos, à época de edificação inicial dos
tômbolos e esporões orientados pela deriva sítios representaria (grosso modo) o limite
(possivelmente de sul para norte) devem ter entre os terraços arenosos e prováveis dunas
permitido ligações físicas (efêmeras ou não) incipientes com bancos areno-argilosos e
entre as ilhas. baixios síltico-argilosos da zona inter-marés da
As atuais “lagoas” do Saguaçu e do paleobaía.
Varador poderiam funcionar como estuários A altitude (3,5m) da provável base inicial
“cegos”, similarmente ao que ocorre com a sobre a qual teria sido construído o Sambaqui
Lagoinha do Leste, na Ilha de Santa Catarina Ilha dos Espinheiros II (próxima a depósitos
(Horn Filho et al. 1999). Entre estas ilhas e o pleistocênicos), bem como a datação mais
“continente” joinvilense, em pelo menos duas antiga disponível para o sítio (3.015+130 anos
áreas possíveis conexões estariam favoreci AP), sugerem que o mesmo represente a fase
das: a principal delas na região dos morrotes e inicial de ocupação da Ilha dos Espinheiros,
leques aluviais associados ao sistema de embora por critérios exclusivamente topográfi
drenagem Santinho/Velho (ao sul da Lagoa do cos todos os sambaquis da ilha teriam condi
Saguaçu), e uma possível ligação na região ções de serem construídos a partir de 3.600
dos Espinheiros, onde a presença de aflora anos AP, quando o NRM permitiria que suas
mentos do embasamento cristalino e depósitos bases inferidas pudessem estar emersas.
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estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia,
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estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
Figura 6 - Direção hipotética regressiva preferencial da linha de costa após o máximo transgressivo pós-glacial na
planície costeira de Joinville (Oliveira 2000).
A Figura 7 apresenta esta rota “facilitado- OceanoAtlântico, sendo que o vale do rio Saí
ra de troca gênica”, denominada aqui de Eixo Guaçu (embora com alteração de curso médio e
São João / Palmital, o qual é sugerido comple- inferior durante o Holoceno), poderia ter
mentarmente à mais óbvia rota ao longo do servido de elo entre os dois eixos principais.
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estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do M useu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 55-75, 2001.
Figura 7 - Mapa geológico sim plificado da planície costeira entre a Baía de Guaratuba (PR) e o norte da Baía da
Babitonga (SC ), com ênfase a uma possível rota (Eixo São João / Palmital) para deslocamento de populações
sambaquianas entre estes dois com plexos estuarinos do litoral sul-brasileiro. O percurso “foz do rio São João (PR),
Garuva, foz do rio Cubatão (SC )”, é inferior a 40km. Figura produzida a partir da sobreposição dos mapas em
escala 1:200.000 produzidos por Martin et. al. (7988) e informações de ROHR (1984), os quais subsidiaram a
indicação dos sambaquis, com exceção àqueles em território joinvilense.
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estudo da espacialidade dos sambaquianos no litoral norte catarinense. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia,
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2 Conforme cópia de resultado de análise radiomètrica elaborada por iniciativa de Afonso Imhof
e de Walter Alves Neves.
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Andrea Lessa*
João Cabral de M edeiros**
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— ^ 7 93 2 0 0 ? ° S SltK CabeÇUda (SC) C AraPuan (RJ)- R ev• do Museu de A rqueologia e Etnologia, São
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de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC ) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
Os sistemas de construção dos sambaquis formando uma unidade geral que seria o
resultam na criação de um espaço tridimen reflexo não somente de um mesmo contexto
sional onde o volume que estes sítios podem ecológico, mas provavelmente também de um
alcançar é um aspecto marcante e intencional: mesmo tipo de organização social.
não poderiam jamais representar, simplesmen
te, restos de lixo casualmente acumulados.
Teorias mais recentes propõem que os samba Sambaqui de Cabeçuda/SC:
quis constituem verdadeiros marcos espaciais litoral meridional do Brasil
e/ou territoriais - certamente imbuídos de uma
carga simbólica significativa - com grande O litoral meridional do Brasil é constituído
visibilidade e destaque na paisagem. Sua por extensas planícies litorâneas, cortadas
implantação, distribuição e os materiais que o ocasionalmente por prolongamentos da serra
compõem teriam sido deliberadamente ali do mar, estuários de rios que deságuam no
depositados como resultado de ações perti Oceano Atlântico, manguezais e lagunas
nentes ao sistema sócio-cultural em questão represadas pelos espigões das restingas, o
(Gaspar & De Blasis 1992, Gaspar et al. 1994). que torna essa região extremamente abundante
Esses grupos litorâneos apresentam uma em alimentos (Prous 1992).
certa unidade em razão da adaptação a um O sambaqui de Cabeçuda foi um dos
meio ambiente muito particular e do aparente maiores do Brasil, com 53.000 m2, localizándo
isolamento em relação às terras interioranas, se entre as lagunas de Santo Antonio dos
das quais são separados por uma barreira Anjos e Imaruí, no município de Laguna,
montanhosa quase contínua, formada pela Estado de Santa Catarina. Até 1928, este sítio
Serra do Mar. Em conseqüência de uma encontrava-se praticamente intacto, mas a
geologia e de uma ecologia homogêneas, a posterior e contínua exploração do seu
economia e a tecnologia básicas evidenciam material conchífero para fabricação de cal e
numerosos pontos de convergência, o que não como material de aterro, ocasionou uma grande
impede que fácies culturais diversas tenham se destruição. Apenas a sua porção central,
desenvolvido no espaço e no tempo (Prous medindo 20 metros de altura, permanecia
1992). intacta no momento em que se iniciou sua
São marcantes, entretanto, os indícios de escavação, em 1951 (Castro Faria 1955, 1999).
uma unidade ideológica simbolizada pela Uma datação radiocarbônica obtida entre
presença peculiar de zoolitos bastante elabora dois e três metros de profundidade, coincidindo
das. Prous (1972) realizou um estudo minucio com a primeira concentração de esqueletos,
so sobre 166 esculturas, representando quase forneceu idade de 4.120 ± 220 AP (Putzer 1957).
o total de peças recuperadas. Essas peças A sua estrutura estratigráfica mostrava
foram encontradas em sambaquis localizados conchas limpas de bivalves (Anomalocardia
desde o Estado de São Paulo até o Rio Grande brasiliensis), lentes contendo ossos de peixe,
do Sul, e foram confeccionadas em rocha dura principalmente bagres e miraguaias, ossos de
e local, mostrando que os zoolitos foram aves e de pequenos mamíferos, carvões e
fabricados na mesma região em que foram pequenos blocos de granito e diabásio. Além
encontrados. Sua morfología, além da repre das fogueiras há, também, fogões bem cons
sentação zoomorfa, apresenta outra caracterís truídos, com pedras, mostrando espessas
tica uniforme: a presença de uma cavidade com lentes de carvão, que indicam o uso daquele
aparência de recipiente. sítio como habitação e com uma ocupação
O autor conclui que, apesar de se tratar do prolongada. A relação de objetos encontrados
primeiro estudo sobre o tema, tudo indica que inclui partes de artefatos para pesca e caça,
os zoolitos estudados não tinham uma função tais como pontas em osso, arpões e anzóis;
utilitária, mas possivelmente, uma razão social. objetos para moagem, quebra ou trituração
Apesar de serem percebidas variações regio como quebra-cocos, almofarizes e batedores;
nais, destaca-se a grande extensão (mais de além de grandes blocos de pedra cortados em
1300 Km) do litoral onde são encontrados, diabásio (Castro Faria 1955).
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de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia, São
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de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia, São
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Apenas indivíduos adultos foram analisa possível estimar a idade e sexo dos indivíduos,
dos, admitindo-se que a expressão da violên uma vez que se apresentavam incompletos e
cia sobre crianças e adolescentes só seria muito fragmentados. Apesar de o seu estado
observada em casos muito específicos de de conservação não ser considerado ideal para
violência doméstica contra estes segmentos, análise, esta amostra foi incluída porque
ou em caso de guerra ou massacre. nenhum estudo paleopatológico havia sido
A observação de outros tipos de traumas realizado sobre a sua totalidade, e porque o
agudos foi realizada porque, além dos sinais caráter preliminar deste estudo permite a
típicos, algumas fraturas primariamente associa utilização de dados cujo significado deve ser
das a acidentes também podem ser, eventualmen relativizado, conforme discutido mais adiante.
te, consideradas como sinalizadores de episódios A identificação das lesões foi feita a partir
de violência. As fraturas na região do tórax são da observação de neoformação, ausência e/ou
as mais sugestivas, já que podem ser o resultado destruição ósseas, e de solução de continuida
de golpes diretos ocorridos durante confrontos de nas estruturas anatômicas, além de suas
corpo-a-corpo. Para que a associação entre conseqüências morfológicas, como anomalias
fraturas primariamente consideradas acidentais e de textura, forma e/ou tamanho (Lessal999).
episódios de agressão possa ser feita, no entanto, Além da técnica de observação visual
é necessário, em primeiro lugar, o suporte da macroscópica, foi utilizada a radiologia (inci
existência de uma expressão epidemiológica dência Antero-posterior e perfil) como técnica
significativa dos típicos traumas violentos, além complementar para o estabelecimento de um
de uma contextualização e de uma análise diagnóstico seguro.
biomecánica que permita associar as armas As lesões localizadas no crânio foram
utilizadas e as táticas de luta com essas fraturas. medidas com paquímetro manual com precisão
A análise dos traumas agudos já havia de até 0,5mm, e sua localização tomou como
sido realizada anteriormente na amostra do referência as suturas cranianas.
sambaqui de Cabeçuda (Ferigolo 1987, Men
donça de Souza 1995), sem que tivesse sido
dada, no entanto, atenção especial aos sinais Revisão bibliográfica
de violência, e sem que houvesse sido aplica
da uma metodologia mais refinada para a sua Traumas agudos nas populações construtoras
identificação, onde são consideradas peque de sambaquis: possíveis sinais de violência
nas depressões totalmente remodeladas no
crânio, provavelmente causadas por um golpe Os estudos de paleopatologia óssea em
desferido com pouca intensidade ou que tenha grupos construtores de sambaquis ainda são
atingido a vítima de raspão. pouquíssimos apesar do grande número de
Por este motivo, foram revistos os 62 sítios escavados, sendo inexistentes os
crânios desta amostra que se encontravam em estudos voltados especificamente para a
bom estado de preservação. Os esqueletos violência. Na bibliografia existente, as amos
pós-cranianos destes indivíduos não foram tras analisadas apresentam poucos casos de
revistos neste estudo, sendo utilizados os traumatismos agudos associados ou não
dados já existentes (Ferigolo 1987, Mendonça diretamente a agressões. Ocorre, no entanto,
de Souza 1995). A estimativa de sexo dos um registro de uma ponta de flecha encravada
indivíduos foi realizada em trabalho anterior no esqueleto, sinal mais evidente de violência,
por Mendonça de Souza (1990). sem que estudos paleopatológicos tivessem
Na série proveniente do sambaqui de sido realizados no material.
Arapuan, foram analisados os ossos cranianos Dentre os estudos paleopatológicos
e pós-cranianos de todos os indivíduos realizados, podemos citar o sambaqui de
adultos recuperados. O trabalho foi iniciado Cabeçuda (SC), onde Ferigolo (1987) observou
individualizando-se cada esqueleto nos as seguintes fraturas em dois esqueletos: um
sepultamentos múltiplos. Foram identificados deles apresentava mandíbula com alteração
11 adultos, duas crianças e dois fetos. Não foi pós-traumática, verticalização do ramo e calo
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LESSA , A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do M useu de A rqu eologia e E tnologia, São
P aulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
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LESSA, A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sític Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de Arqueologia e E tn ologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
Fig.l - Crânio n° 1704, Sambaqui de Cabeçu Fig.2 - Crânio n° 1825, Sambaqui de Cabeçu
da. Indivíduo masculino apresentando fratura da. Indivíduo masculino apresentando fratura
em depressão associada à violência. em depressão associada à violência.
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LESSA , A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
das para essas lesões em cada uma das amos grupos, constituindo-se eventos esporádicos, o
tras, ou a sua ausência, no entanto, constituem- que confirma a hipótese proposta (Quadro 1).
se um dado muito mais informativo, indicando Apenas a título de comparação entre as
que os episódios de violência provavelmente prevalências observadas, podem ser citados
não ocorriam de forma recorrente entre esses como exemplos dois estudos específicos sobre
violência, um em ambiente semelhante e outro
em ambiente totalmente distinto ao dos grupos
construtores de sambaquis:
Em um estudo diacrônico realizado por
Lambert (1997), foram analisados esqueletos
provenientes de 30 cemitérios de grupos
caçadores-coletores que viveram no litoral,
junto ao canal de Santa Bárbara, no Estado da
Califórnia (EUA), durante um período que
S A M B A Q U I DE C A B E Q U D A
C R À N IO N° 183 7
M U S E U N A C IO N A L - RJ
■■■ lini a i a mji iw s i x m :iI.jl.-ji"
Fig. 3 - Crânio n° 1837, Sambaqui de Cabeçu Fig. 3a - Crânio n° 1837, Sambaqui de Cabe
da. Indivíduo masculino apresentando fratura çuda. Detalhe da lesão.
em depressão associada à violência.
QUADRO 1
Prevalência de traum as agudos associados à violência nos sambaquis citados neste estudo
Número de indivíduos
Sítio adultos analisados Número de % Referências
ou recuperados indivíduos com lesão bibliográficas
Arapuan 11 0 0 Bezerra 1995, São Pedro 1999
T otal 200 6 3
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LESSA. A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São
Paulo, 11: 77-9 3 , 2001.
variou entre 6.000 a.C. até 1800 A.D. Dos 753 Com relação às lesões no crânio acima
crânios analisados, 17% , na maioria pertencen citadas, sua morfologia (pequenas depressões
tes a indivíduos do sexo masculino, apresenta ovais) e grau de letalidade (lesões superficiais,
vam lesões provocadas por golpes. O estudo sem comprometimento da tábua interna e com
demonstrou que nos cinco períodos cronológi total recuperação) permitem associá-las a
cos considerados, o número de lesões foi golpes que tenham atingido a vítima apenas de
constante, apontando a violência como um raspão, ou que tenham sido desferidos com
comportamento normal entre aqueles grupos. instrumentos rombudos pouco pesados, como
O mesmo não foi observado em um estudo bastões de madeira ou osso, ou com pequenas
realisado por Lessa (1999) em esqueletos pedras. No entanto, bastões de osso são raros
recuperados no cemitério Solcor-3, localizado no nos registros arqueológicos, com alguns
deserto de Atacama, Chile. Foram estudados exemplares encontrados em sítios de Joinville
dois períodos culturais distintos: o primeiro como Conquista, Morro do Ouro e Rio Velho, e
anterior à influência do estado altiplânico interpretados como propulsores (Prous 1992).
Tiwanaku sobre os grupos atacamenhos; e o Os artefatos próprios para o arremesso de
segundo coincidente com esta influência. Foi pedras a longa distância, por outro lado, são
observado um significativo aumento de lesões desconhecidos para as populações litorâneas.
associadas à violência entre os homens jovens De qualquer forma, faz-se necessário nestas
durante o período de interação entre os dois reflexões iniciais, observar que o registro
povos - 47% -, contra apenas 5,8% observado arqueológico de bastões de madeira deve ser
no período anterior. Os resultados foram inter relativizado em função dos problemas de
pretados como o resultado da emergência de preservação, especialmente acentuados nos
tensão social na população de São Pedro de sambaquis. Como bem afirma Prous (1992),
Atacama, em virtude do notório processo de raramente são encontrados artefatos que
hierarquização, e do rearranjo das relações sociais tivessem sido confeccionados sobre pedra ou
intragrupais e entre os grupos atacamenhos e os osso. As pedras, por sua vez, podem ser arre
grupos que integravam a secular rede de trocas messadas manualmente, desde que a uma curta
entre o deserto, a costa e outras regiões. distância do seu alvo, o que estaria mais compa
As baixas prevalências observadas neste tível com as brigas domésticas ou intragrupais.
estudo, além da total ausência de informações Por outro lado, as agressões físicas que resulta
etnográficas para grupos construtores de ram nestas lesões podem ter sido provocadas
sambaquis, que poderiam fornecer dados por outros grupos, com aparato bélico distinto
referentes às táticas e armas empregadas em daquele observado para grupos sambaquianos.
confrontos ou castigos, invalidam qualquer Já as pontas de projétil, universalmente
tentativa de associação direta entre as demais reconhecidas pelos arqueólogos como parte
fraturas observadas nestas amostras e possí integrante de uma arma e abundantemente
veis episódios de agressão. encontradas em sambaquis, foram sem dúvida
Apenas três indivíduos foram contabi utilizadas por esses grupos com finalidade
lizados como portadores de leões associadas à bélica, como bem atestam os dois esqueletos
violência na amostra de Cabeçuda: um indiví observados por Kneip (1987, 1994).
duo apresentando fratura de “parry” observada E interessante notar que os dois indivíduos
por Ferigolo (1987) e Mendonça de Souza afetados eram do sexo feminino, sugerindo que
(1995); e dois indivíduos apresentando lesões os ataques ocorreram dentro ou perto dos
em depressão no crânio, observadas neste limites do núcleo habitacional, considerando-se
estudo. O indivíduo que apresenta lesão na a teoria tradicional de que os homens explora
mandíbula, observada pelos autores supra vam áreas mais distantes em busca da caça.
citados, não foi incluído, apesar de as lesões na Segundo Chagnon (1992), baseado em estudos
face constituírem um indicador específico de etnográficos, a violência proveniente do uso de
violência, uma vez que ele apresenta também arco e flecha é mais freqüentemente observada
fraturas em outros ossos, compatíveis com em confrontos ou guerras entre grupos com
episódio de acidente. parentesco distante, sugerindo, neste caso,
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LESSA , A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
uma rixa intergrupal. Por outro lado, uma vez oferecia alimentos cuja estabilidade poderia
que as duas pontas foram confeccionadas influenciar de maneira decisiva na mobilidade e
sobre material marinho, é bastante provável que na densidade populacional dos grupos huma
os ataques tenham partido de outros grupos nos. A coleta acrescida de produtos marinhos
litorâneos, ficando praticamente descartada a garantiria um alto grau de previsibilidade do
possibilidade de ataques por parte de grupos alimento, com recursos altamente concentrados,
do interior. facilmente coletáveis por todos os segmentos
Os resultados observados neste estudo humanos com um mínimo de gasto energético.
podem ser interpretados a partir de fatores Além disso, os locais escolhidos para assenta
sócio-culturais, econômicos e ambientais, ou mento tendem a ser próximos a correntes
ainda de fatores extrínsecos de ordem meto ascendentes ou estuários, os quais são alta
dológica. O caráter preliminar deste trabalho, no mente produtivos em termos de pesca.
entanto, dificulta a justificativa de concessão de Hassan (1881), ao comparar a forma de
um peso maior a qualquer um destes aspectos, subsistência entre agricultores e caçadores-
sendo possível, inclusive, que tenham atuado coletores, enfatizou que os últimos são capazes
de forma conjugada, em diferentes níveis, de de formar grupos sedentários e com alta
acordo com as diversas fácies culturais que densidade populacional somente em condições
compõem o sistema sambaquiano. excepcionais, quando são ocupadas regiões
Dentre os aspectos acima citados, no onde os recursos são abundantes e concentra
entanto, a questão da complexidade do sistema dos, citando como exemplo a costa noroeste da
sócio-cultural destes grupos vem ganhando América do Norte. Este autor refere-se também
destaque nas discussões mais recentes, onde ao fato de a disponibilidade de proteína animal,
não há mais espaço para as antigas perspecti abundante nos recursos marinhos, ser o mais
vas teóricas onde os construtores de samba acentuado fator limitante para o aumento da
quis eram vistos como pequenos grupos densidade populacional humana.
coletores-caçadores que ocupavam estes Analisando a questão sob outra perspecti
sítios apenas sazonalmente. va, em um trabalho realizado por Neves (1988)
Tenório (1995) argumenta que a maior sobre paleogenética dos grupos pré-históricos
dificuldade em se aceitar a postulação de uma do litoral sul do Brasil, os resultados demons
ocupação sazonal para os grupos litorâneos tram um alto grau de similaridade biológica
reside na ausência de adornos ou elementos de entre homens e mulheres, concluindo que as
importância ritual, elaborados a partir de unidades exogâmicas de matrimônio encon-
matéria-prima marinha, em sítios de mesma tram-se representadas numa mesma aldeia,
antiguidade localizados no interior. Pois, parece favorecendo o desenvolvimento de um
pouco provável que grupos viessem ao litoral conúbio interno.
em determinadas épocas do ano, sem levarem O autor argumenta que a relação entre
de volta quaisquer elementos litorâneos. Ao exogamia intra-sítio e exogamia interaldeia está
mesmo tempo seria incompreensível que sítios atrelada à demografia. Para haver a possibilida
litorâneos não apresentassem objetos elabora de, portanto, de a estrutura social dos grupos
dos a partir de materiais encontrados no interior. locais dos construtores de sambaquis ter
A autora afirma ainda que, embora Prous desenvolvido um sistema de metades, clãs ou
(1992) cite a presença de raros artefatos líricos linhagens exogâmicas complementares dentro
relacionados ao interior em sítios litorâneos, da própria aldeia, é necessário que a demografia
este autor aceita que estes indícios represen desses grupos tenha ultrapassado os limites
tam apenas contatos esporádicos e não podem convencionalmente aceitos para bandos de
ser interpretados como sítios complementares caçadores-coletores, sem o que, a articulação
de pesca e coleta. de todo esse sistema não seria viável.
Por outro lado, estudos ecológicos como Este alto grau de densidade populacional
os de Yesner (1983, 1986 apud Tenório 1995), teria fornecido a base para a emergência de um
revelaram que o litoral não só era extremamente sistema sócio-cultural e ideológico bastante
rico em recursos protéicos, como também complexo.
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LESSA, A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões prkíiVninares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de Arqueologia e E tnologia, São
Paulo, 11: 77-9 3 , 2001.
Gaspar (1992), em um estudo realizado para sobre o trabalho. Essas construções monu
sítios na região do Rio de Janeiro, relacionou as mentais não teriam sido feitas de forma
diferentes classes de tamanho observadas com aleatória, mas obedeceram, com certeza, a um
as características ambientais consideradas projeto ideologicamente determinado.
significativas para a estratégia de implantação Mais uma vez argumentando a favor da
(altura, visibilidade, distância de água potável, emergência de uma complexidade sócio-
proteção contra o vento), constatando a existên cultural e ideológica entre os grupos samba
cia de dois conjuntos de sítios bem definidos. quianos, Lima (1999/2000, 2000) refere-se aos
Segundo a autora, essa ordenação dos zoolitos, artefatos altamente elaborados, que
sítios em classes de tamanho evidencia uma exigem grande talento para a sua produção e
dimensão sociológica ordenadora do sistema configuram trabalho especializado, cuja
sócio-cultural, que aponta para a existência de organização transcende a unidade doméstica,
uma hierarquia entre sítios. assim como sinaliza o surgimento de indivídu
Lima (1999/2000, 2000) refere-se à expansão os com funções e status diferenciados,
populacional dos grupos sambaquianos, a qual exercendo maior poder e controle.
teria se traduzido na diminuição da distância Diante deste quadro que sugere a existên
entre os assentamentos, determinando uma alta cia de lideranças institucionalizadas, faz-se
densidade de sítios nas áreas lagunares, e que necessário supor que um sistema sócio-
decerto esta distribuição no ambiente atendeu a cultural e ideológico pode ter atuado como
hierarquias1 intra e intergrupais, cabendo regulador das diferenças e dos conflitos inter-
àqueles com maior prestígio e poder as implan populacionais, sem que os indivíduos tives
tações mais estratégicas para fins de controle sem que, ou quisessem, recorrer ao uso da
territorial, bem como os locais mais favorecidos violência física sistematicamente.
em recursos alimentares, hídricos e minerais. Uma outra tentativa de interpretação
Referindo-se aos monumentais sambaquis poderia passar por questões econômicas, mais
localizados na região de Santa Catarina, com pragmáticas, que não devem, no entanto, ser
dezenas de metros de altura, a mesma autora avaliadas isoladamente, mas como parte de um
afirma que as motivações em geral aventadas produto multifatorial.
para a sua construção, como a procura por Uma vez que os sambaquis encontram-se
lugares mais arejados e protegidos contra concentrados em ambientes altamente produti
insetos, são evidentemente simplistas, ou vos e que permitem a exploração simultânea de
mesmo ingênuas. A magnitude do fenômeno vários nichos ecológicos, dificilmente a aquisi
envolveria, inequivocadamente, hierarquia, ção de recursos, fator muitas vezes discutido nas
prestígio e não-igualitarismo, demostrando o interpretações sobre violência em populações
controle de uma elite sobre os recursos e pré-históricas (ver, por exemplo, Carneiro 1992,
Larsen, 1999), seria um motivo para intensos e
freqüentes combates entre os grupos litorâneos.
(1) Ressaltamos que o termo “hierarquia” deve ser Por outro lado, as disputas por território e
visto com cautela quando empregado para populações recursos entre grupos construtores de samba
construtoras de sambaquis, uma vez que não dispo quis e grupos interioranos parece pouco
mos, até o momento, de dados arqueológicos que provável em função da limitação geográfica
comprovem a existência de uma estratificação social
imposta pela Serra do Mar, com relevo escar
bem definida, além de um sistema político centraliza
do, tal com o nas “chefias” e nos “estados”.
pado e coberta por uma vegetação tropical
Os processos de estratificação social e centralização exuberante, a qual teria atuado como uma
política, inclusive, são apontados na literatura barreira poderosa para o deslocamento desses
especializada com o um dos fatores que promovem grupos em sentido transversal à costa.
conflitos e guerras entre populações pré-históricas. Em apenas três pontos uma topografia
Não pretendemos, com esta observação, classificar os
grupos sambaquianos dentro de qualquer categoria
mais suave ao longo de vales facilita a trans
sócio-política. Apenas, admitimos a existência de posição dessa barreira, e eles certamente
uma organização com plexa, com posições de funcionaram como vias de comunicação entre
ascendência e liderança dentro do grupo. o litoral e o interior: os vales dos rios Jacuí,
LESSA , A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
Itajaí e Ribeira. As evidências disponíveis, no excede a dois metros, não devendo representar,
entanto, parecem sugerir muito mais estratégi portanto, um ponto de observação estratégico.
as oportunistas de penetração nesses vales Não devem ser descartadas, por outro
por parte de grupos que já estavam bem lado, as rixas intragrupais, de ordem pessoal,
estabelecidos e com um sistema de subsistên ou ainda os conflitos domésticos, comuns em
cia consolidado em ambientes costeiros, que qualquer sociedade. No caso dos grupos aqui
propriamente deslocamentos sistemáticos estudados, questões relacionadas a aspectos
ligando diferentes zonas ecológicas para fins ideológicos, de caráter êmico, podem ter
de exploração sazonal (Lima 2000). forjado um comportamento pouco agressivo, já
O mesmo raciocínio parece correto no que esses grupos poderiam ter desenvolvido
sentido inverso, sendo pouco prováveis as outros mecanismos para resolução dos seus
investidas dos grupos interioranos até o litoral conflitos internos, como as competições e as
para a exploração sazonal de recursos marinhos. lutas rituais. Essas inferências, neste caso,
Quanto às investidas para ocupação constituem-se especialmente especulativas
permanente de território, os dados arqueológi devido à total ausência de dados etnográficos
cos disponíveis não apontam para a penetração para esses grupos.
de sistemas sócio-culturais totalmente distintos De qualquer forma, aponta-se mais uma vez
nas camadas de ocupação. Gaspar (1995) afirma para a possibilidade de que padrões sócio-
que alguns sambaquis apresentam cerâmica nos culturais e ideológicos específicos, mais
últimos níveis de ocupação, sendo, no entanto, complexos e sofisticados do que inicialmente
pouco provável que a presença deste material propostos para os grupos construtores de
indique a ocupação do sítio por outro grupo sambaquis, possam ter mantido o seu funciona
cultural, já que a cerâmica é acrescentada à mento e o equilíbrio interno e externo, mesmo
totalidade dos materiais encontrados sem que na ausência de coerção ou violência física.
ocorram modificações significativas. Segundo a Fatores de ordem metodológica, como o
autora, dificilmente grupos ceramistas relegari mau estado de preservação de algumas
am ao segundo plano todos os seus costumes amostras, além de a maior parte delas consti
- vida em aldeia sem acumulação de restos tuir-se numericamente pouco representativas,
alimentares, eventualmente horticultura, aparato podem ter subestimado os resultados encon
tecnológico distinto etc. - para se adequarem trados. Apenas mediante a análise futura de
totalmente aos hábitos dos grupos litorâneos, outras coleções, além de uma revisão nas
mantendo apenas a sua cerâmica. amostras já estudadas, buscando-se específica
Ainda que muitas interpretações possam e minuciosamente os sinais de violência,
ser aventadas para o fato de os grupos poderemos confirmar a situação de equilíbrio
sambaquianos terem construído grandes que parece apontar para esses grupos.
montes, alguns deles chegando à incrível Convém reiterar que este trabalho não
dimensão de 20 ou 30 metros de altura, é pretende caracterizar os grupos construtores
pertinente expor a proposição de Tenório de sambaquis como “povos pacíficos”, que
(1995), que acredita na possibilidade de esses viviam em permanente estado amistoso entre si
assentamentos terem uma função estratégica e com os demais grupos. Apesar de a violência
defensiva, pois o sítio localizado numa eleva física não parecer ser parte inerente a este
ção, além de possibilitar que o inimigo seja sistema, estudos futuros podem apontar para
visualizado, permitiria uma melhor defesa. eventos violentos pontuais, que assinalem
Os resultados iniciais aqui observados, no processos temporários e específicos.
entanto, não apóiam esta proposição, uma vez Ainda que os grupos em questão tenham
que, para que os montes tivessem sido cons sido contextualizados de forma abrangente, e
truídos com uma finalidade defensiva, seria ainda que esta hipótese preliminar tenha sido
necessário que os ataques ocorressem com formulada sem nenhum recorte espacial ou
certa freqüência, constituindo-se uma ameaça temporal específicos, não se pretende aqui
real ou potencial para o grupo. Por outro lado, ignorar deliberadamente as possíveis varia
muitos sambaquis apresentam altura que pouco ções inerentes aos sub-sistemas que compõem
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LESSA, A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São
Paulo, 11: 77-9 3 , 2001.
LESSA, A.; MEDEIROS, J.C. de. Preliminary thoughts about the occurence of violence
among the Brazilian shellmound builders: analysis of the skeletons from Cabeçuda
(Santa Catarina) and Arapuan (Rio de Janeiro) sites. Rev. do Museu de Arqueo
logia e Etnologìa, São Paulo, 11: 77-93, 2001.
ABSTRACT: This research was to test the initial hypothesis that shellmound
builders of brasilian seashore were not usually involved in physical violence. Sixty
two skulls from the Cabeçuda site (Santa Catarina) and eleven skeletons from the
Arapuan site (Rio de Janeiro) were analysed in order to search for typical lesions
that could be associated to episodes of violence. A revision about this topic in
the littérature was also performed, including the post-cranial traumatic lesions data
observed for the Cabeçuda Site. Low prevalence (4.8 %) for the Cabeçuda
skeletons, and the absence of violent trauma for the Arapuan skeletons, confirm
the proposed hypotesis. Socio-cultural, economic and environmental factors
could explain this behaviour, although methodological factors cannot be excluded.
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LE SSA , A.; MEDEIROS, J.C. de. R eflexões preliminares sobre a questão da violência em populações construtoras
de sambaquis: análise dos sítios Cabeçuda (SC) e Arapuan (RJ). Rev. do Museu de A rqu eologia e E tnologia, São
Paulo, 11: 7 7 -9 3 , 2001.
Referências bibliográficas
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estudo das indústrias líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 95-108, 2001.
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líticas. do sul do Brasil. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
como um meio a partir do qual os homens sobre as técnicas corporais foi, segundo
viabilizam sua existência frente ao meio Lemonnier (1992:1), o inspirador desta que se
natural. Neste sentido, a investigação volta-se poderia chamar de “antropologia dos sistemas
para o entendimento das inter-relações entre tecnológicos”. Neste trabalho, Mauss reflete
os sistemas tecnológicos e aspectos como sobre a arbitrariedade cultural de nossos
disponibilidade ou escassez de matérias- comportamentos mais casuais, definindo o
primas, características físicas dos materiais, corpo como o “primeiro e mais natural objeto
atribuições funcionais a que se destinam os técnico e, ao mesmo tempo, meio técnico do
objetos, e organização e eficiência das popula homem” ([1935] 1974: 217). Depois dele, os
ções na ação e exploração do meio natural. trabalhos descritivos e comparativos de Leroi-
Trabalhos como os de Meillassoux ([1967] Gourhan ([1943] 1984, [1945] 1984) e as refle
1978), Godelier (1971) e Rappaport (1968) são xões de Lévi-Strauss (1976, 1986) sobre o
exemplos deste enfoque teórico, a partir do caráter sistêmico das técnicas constituíram-se
qual os sistemas tecnológicos são analisados em referência obrigatória nestes estudos.
como o resultado de coerções que se originam Em nosso trabalho, pretendemos discutir
do meio natural e do tipo de organização da um aspecto dos sistemas tecnológicos que
produção e que afetam, por sua vez, os demais vem sendo desenvolvido, principalmente,
aspectos da vida social como o ciclo ritual, as pelos pesquisadores vinculados a esta
relações políticas e de parentesco, entre segunda vertente teórica por nós destacada
outros (Lemonnier 1992: 14-17). acima. Ou seja, trata-se da idéia de que os
Quanto à segunda perspectiva, os siste sistemas tecnológicos estão relacionados com
mas tecnológicos são analisados, em contra os sistemas de representação social e se
posição, como um produto e um recurso de constituem como um local de manifestação
criação e manutenção de um ambiente natural e estilística. Neste caso, a noção de estilo
social, simbolicamente constituídos. A investi tecnológico torna-se um conceito fundamental
gação está voltada para o entendimento da para o entendimento dos conjuntos tecnoló
relação destes sistemas com os demais gicos de diferentes grupos culturais, podendo
sistemas de representação social. Neste ser definido como o “modo como as pessoas
sentido, a tecnologia é entendida como signo realizam o seu trabalho, incluindo as escolhas
e, portanto, carregada de significados e pode feitas por eles no que se refere aos materiais e
ser definida como o corpus de artefatos, às técnicas de produção” (Reedy & Reedy
comportamentos e conhecimentos transmiti 1994: 304) . A noção de estilo tecnológico
dos de geração a geração e utilizado nos permite compreender o estilo não apenas como
processos de transformação e utilização do um padrão material que se manifesta na
mundo material.1 Em outras palavras, a tecno morfología e decoração dos artefatos, mas,
logia passa a ser definida como um “fato social também, como algo que é inerente e subjacente
total” que não tem apenas uma dimensão aos processos de produção a partir dos quais
material ligada à esfera tecno-econômica, mas estes aspectos visuais são uma resultante.
que está simultaneamente vinculada a aspec Cabe ressaltar que este conceito deriva de
tos da organização social (por exemplo, um debate mais amplo sobre os fenômenos
relações de gênero, idade ou étnicas) e estilísticos que vem sendo travado entre
interrelacionada com as esferas da mitologia, vários pesquisadores de diferentes filiações
cosmología e religião (Pfaffenberger 1988). teóricas. As discussões estão longe de
Esta concepção de tecnologia está profunda alcançar um consenso, podendo-se constatar
mente enraizada na tradição desenvolvida por que o estilo não é um fenômeno unidimen
autores como Mauss, Leroi-Gourhan e Lévi- sional, integrando várias concepções e, ao
Strauss. O artigo seminal de Mareei Mauss mesmo tempo, apresentando uma multi-
funcionalidade nos diferentes contextos sócio-
culturais. Há pesquisadores que investigam
(1) Adaptado de Schiffer & Skibo (1987:595) e como o estilo pode estar relacionado a proces
L em onnier (1 9 9 2 :1 ). sos de difusão a partir de estudos comparati
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D IA S, A .S.; SILVA, F.A. Sistem a tecnológico e estilo: as im plicações desta interrelação no estudo das indústrias
líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
vos, com uma dimensão histórica e regional nestes padrões são explicadas, principalmente,
(Davis 1983, Stahl 1991). Outros, estão interes em termos dos processos de difusão e migra
sados em compreender a relação dos aspectos ção. O estilo, entre os arqueólogos tradicio
estilísticos com a organização social (Amold nais, pode ser lido na forma do artefato e
1983), com a identidade social e individual variações morfológicas nos conjuntos artefa-
(Wiessner 1983), com os valores sociais e tuais são interpretadas como resultantes da
religiosos (David et al. 1988), com os contex ação de grupos étnicos diferentes. A ordena
tos de ensino-aprendizagem (Roe 1995), com a ção de artefatos em tradições, fases ou
cosmología (Layton 1987), com as estruturas indústrias passa pela noção de que quanto
cognitivas (Washburn 1983) e com as estraté maior a proximidade cultural, maior será a sua
gias de poder (Pauketat & Emerson 1991). semelhança estilística. Também a funcionalida
Finalmente, alguns autores voltam-se a de dos artefatos é definida a partir da forma,
investigar como o estilo pode estar subjacente mas não é levada em consideração na interpre
ou inserir-se nos processos de produção da tação das semelhanças e diferenças dos
cultura material (Gosselain 1992, Dietler & conjuntos. Neste sentido, estilo e função são
Herbich 1989). esferas dicotômicas sendo que a primeira é
Estas diferentes perspectivas analíticas e sempre explicada em termos do contexto
explicativas sobre a categoria estilo comparti histórico-cultural e/ou etnicidade e a segunda
lham, no entanto, alguns princípios básicos: 1) em termos de ação física.
que o estilo refere-se a um determinado modo A discussão sobre a relação entre estilo e
de fazer algo ou alguma coisa; 2) que este função adquiriu novas conotações a partir do
modo de fazer implica em escolhas dentre enfoque processualista, sendo ilustrada no
possibilidades alternativas; e 3) que é próprio debate desenvolvido entre Sackett (1977, 1982,
de um determinado tempo e lugar (Hegmon 1986, 1993) e Binford (1986, 1989) quanto à
1992). variabilidade das indústrias líticas e a sua
Nosso interesse reside na discussão sobre relação com o conceito de estilo. Suas pers
a inter-relação entre sistema tecnológico e pectivas originaram-se a partir da reflexão
estilo, mais precisamente, como esta discussão crítica de ambos os autores quanto à variabili
tem sido levada a cabo no que se refere às dade dos conjuntos líticos do Paleolítico
indústrias líticas e como ela pode ser incorpo Médio e Superior europeu, interpretados
rada para problematizar o estudo das Tradi tradicionalmente dentro de uma perspectiva
ções líticas do sul do Brasil. taxonômica-classificatória, a partir dos traba
lhos de François Bordes (1988, 1992).
Para Binford (1962), a variabilidade dos
Estilo e indústrias líticas conjuntos de artefatos deve ser compreendida
tendo em vista a função contextual primária
O debate em tomo da aplicabilidade do destes, a partir de uma concepção sistêmica de
conceito de estilo para o estudo de indústrias cultura. Sua variabilidade diz respeito ao seu
líticas é de longa data na Arqueologia e não papel nos subsistemas tecnológico, social e
encontrou consenso até o presente. As ideológico que compõem o sistema cultural
divergências derivam de orientações teóricas total. Dentro desta perspectiva, os artefatos
diferenciadas e centram-se, principalmente, na podem ser classificados em três grupos pela
questão da variabilidade dos conjuntos líticos sua relação com a função: tecno-econômicos,
em sua relação com estilo, função e etnicidade. sócio-técnicos e ideo-técnicos. Os artefatos
Para a arqueologia tradicional, o estilo é tecno-econômicos têm sua função primária
sempre um código diagnóstico de tempo, lugar relacionada ao ambiente físico, sendo sua
e etnicidade. A interpretação das semelhanças variabilidade explicável em termos adaptativos.
e diferenças nos padrões morfológicos de Os artefatos sócio-técnicos correspondem a
artefatos costuma ser feita em termos de elementos materiais, cujo contexto funcional
unidades histórico-culturais com conotações principal é o subsistema social, funcionando
étnicas e as mudanças ao longo do tempo como um meio extra-somático de articulação
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DIA S, A.S.; SILVA, F.A. Sistem a tecnológico e estilo: as im plicações desta interrelação no estudo das indústrias
líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
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líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
surge (Sackett 1977:75). O autor argumenta e natural) na qual vive (Binford 1989: 55-60).
que quando analisamos um artefato em termos Porém, a variabilidade funcional tem sempre
funcionais salientamos sua “voz ativa” e a implicações seletivas e o contexto desta
dimensão estilística seria a sua “voz passiva”, seleção pode variar independente das identi
como um código que sinaliza a “arena em que dades sociais. O conceito de variação isocrés-
os papéis são performados” (Sackett 1977:370). trica seria, portanto, improdutivo, pois não
Se considerarmos a noção de variação permitiria reconhecer a diferença de conjuntos
isocréstica de Sackett (1982), podemos perceber produzidos por membros de um mesmo grupo
que, em parte, este está de acordo com uma étnico e conjuntos análogos produzidos por
visão tradicional de que os estilos refletem membros de diferentes grupos (Binford 1989:
etnicidade, na medida em que as escolhas 62-65).
isocrésticas são para ele contextualmente Refletindo sobre as críticas de Binford,
determinadas. No entanto, diferencia-se deste Sackett (1993: 38) aponta que a possibilidade
enfoque ao dissociar forma de função, pois, de diferenciação de conjuntos produzidos,
segundo Sackett, o estilo não é simplesmente similares ou não, seriam ditadas pelo contexto
um padrão que se manifesta na forma, mas trata- de deposição dos artefatos. No caso dos
se de uma propriedade da forma em si, na artefatos líticos também deve ser considerado
medida em que esta é o resultado de escolhas e que os padrões de variabilidade podem derivar
é nelas que precisamente reside o estilo. de variações étnicas no contexto tecnológico,
Binford (1986), por sua vez, ressalta que a dotadas por diferenças territoriais em sua
relação entre estilo e função, por si só não relação com diferentes recursos, aspectos da
basta para dar conta explicativamente dos demografia, do sistema de assentamento, da
fenômenos que determinam a variabilidade dos densidade dos artefatos e da maneira como
conjuntos de artefatos. Baseado em estudos estes se agrupam nas superfícies ocupadas
etnoarqueológicos, critica a associação da dos sítios. Compreender estilo e função como
variabilidade de formas dos conjuntos dos aspectos indissociáveis nas escolhas isocrés
artefatos à noção de estilo enquanto correlato ticas permite observar os contextos dos sítios
de etnicidade. Para o autor, a variabilidade dos de uma área de forma mais ampla da que a
conjuntos de artefatos é funcional, devendo sugerida por Binford. Assim, uma técnica
esta ser entendida a partir da relação entre específica de descarne pode transmitir melho
classes de restos materiais diferencialmente res informações etnicamente significativas do
estruturados pela organização interna de um que a tipologia dos artefatos com o qual o
sistema cultural (Binford 1986: 558-559). descarne foi feito (Sackett 1993: 35).
Binford defende que a função é uma concep Jelinek (1976: 21-22) adverte ainda que o
ção mais ampla do que uso real de um item no maior problema na análise e na interpretação
sistema socio-cultural, relacionada às condi estilístico-funcional de materiais provenientes
ções interativas em um sistema. Condições de sítios puramente líticos reside na natureza
situacionais diferenciadas podem condicionar das coleções. Deve-se levar em consideração
o uso de diferentes formas de artefatos no que a maior parte do material lítico presente
desenvolvimento de tarefas análogas ou a nos sítios provavelmente representa o que não
produção de restos arqueológicos altamente é mais desejado por seus habitantes quando
variáveis por um mesmo grupo nos diferentes estes abandonaram o local. Da mesma forma, o
sítios que ocupam. O autor ressalta que a potencial das coleções para estudos estilís
variabilidade de conjuntos artefatuais pode ticos pode variar em função das técnicas de
caracterizar certos lugares e períodos de escavação e amostragem empregadas no
tempo, porém não implica que seja diagnostica trabalho de campo, dos contextos de deposi
de identidade étnica. Para Binford, as escolhas ção natural, do sistema de assentamento do
isocrésticas correspondem à essência da grupo estudado e da natureza dos recursos a
variabilidade organizacional em um grupo sua disposição.
étnico, promovendo-lhe flexibilidade adapta- Um aprofundamento do debate sobre a
tiva para lidar com a dinâmica ambiental (social relação entre estilo, função e etnicidade foi
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líticas do sul do Brasil. Rev. do M useu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
desenvolvido por Sackett (1985, 1993) e indivíduos entre si. Neste caso, na variação
Wiessner (1985, 1993) a partir do trabalho da nas pontas San não se trata de uma variação
autora sobre a variabilidade das pontas de isocréstica, mas sim de um comportamento
projétil dos San do Kalahari, no qual procura estilístico, pois não corresponde a uma
demonstrar que a variação estilística é utilizada equivalência em uso, mas em uma demarcação
como um instrumento para transmitir mensa de fronteiras. Em última instância, a discussão
gens a respeito da identidade social e indivi entre eles gira em torno de onde reside o estilo
dual daqueles que as produzem (Wiessner e do questionamento da intencionalidade ou
1983). Segundo Wiessner, quanto maior o nível não do estilo como um código de etnicidade.
de interação social, mais sutil é a diferença No desenvolvimento deste debate, ambos
entre as pontas de projétil, porém num contex os autores relativizam suas posições. Sackett
to social mais amplo, elas servem como (1993) passa a aceitar a idéia de que as varia
demarcadoras dos grupos de linguagem San. ções isocrésticas podem, em alguns casos,
São um instrumento fundamental nas estratégi resultar de escolhas conscientes por parte dos
as de sobrevivência destes grupos, sendo artesãos e servir como um código para trans
constantemente distribuídas nas redes de mitir mensagens. Wiessner (1993), por outro
reciprocidade o que implica no acesso dos lado, admite que o estilo relaciona-se também
indivíduos pertencentes aos diferentes grupos com a variação isocréstica, pois as diferentes
de linguagem aos recursos existentes nos pontas San são equivalentes em uso. Neste
vários territórios ocupados pelos San. Para a sentido, ambos concordam que a dicotomia
autora, o estilo é um elemento ativo na trans entre estilo e função não é pertinente na
missão de mensagens e, no caso dos San, é análise dos conjuntos artefatuais. Wiessner
empregado conscientemente nos processos de insiste, porém, que alguns atributos dos
identificação social e individual. artefatos podem ser utilizados, mais do que
A crítica de Sackett (1985) a este trabalho outros, como instrumentos ativos de comuni
fundamentou-se sobre a noção de que estilo cação de etnicidade e identidade social e
simboliza etnicidade a partir de uma auto individual. Na mesma direção das críticas de
determinação consciente dos indivíduos. Para Wiessner ao modelo de Sackett encontra-se
ele, a variação que ocorre nos conjuntos de Lemonnier (1992), segundo o qual a noção de
pontas de projétil dos San é uma variação variação isocréstica é insuficiente para o
isocréstica inconsciente que surge em função estudo dos sistemas tecnológicos, pois é
das diferentes tradições artesanais em que os necessário que se investiguem as bases
indivíduos de variados grupos de linguagem sociais das escolhas tecnológicas das quais
se inserem. Além disso, para Sackett, a inter esta é resultante e que se verifique como estas
pretação de Wiessner também incorre na escolhas se inserem em um sistema de signifi
separação entre estilo e função, na medida em cados.
que ela aponta que apenas alguns elementos Acrescentando outra perspectiva ao
da morfología das pontas são atributos debate em questão, Schiffer e Skibo (1997)
estilísticos, empregados para transmitir defendem que a compreensão da variabilidade
mensagens. Segundo Sackett, o estilo é dos conjuntos artefatuais relaciona-se à
subjacente a todas as características dos natureza das escolhas tecnológicas, sendo os
artefatos e reside nas escolhas isocrésticas conceitos de estilo e função não explicativos
feitas dentre alternativas variadas durante para se entender os processos que geram e
todo o processo produtivo, sendo a morfo motivam as escolhas feitas pelo artesão. Para
logía uma decorrência destas escolhas. os autores, a variabilidade artefatual é definida
Por sua vez, Wiessner (1985) destaca que pelo conhecimento e experiência do artesão e
existe uma diferença comportamental que gera por aspectos situacionais. O primeiro estaria
as escolhas isocrésticas, produto de um relacionado com as diferenças individuais, as
comportamento repetitivo e de imitação, e as estruturas de aprendizagem, a percepção e
escolhas estilísticas, geradas a partir de um decisão de fazer, a transmissão de conheci
processo dinâmico de comparação dos mento e a tradição tecnológica. O segundo
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líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
vincula-se a aspectos como a procura do mesma região que podemos antever a possibi
material, a manufatura, o transporte, a distri lidade de distinção entre identidades sociais
buição, o uso, a estocagem, a manutenção e ou culturais no registro arqueológico de
reparo, a reutilização e a deposição. Portanto, caçadores-coletores. Contudo, esta percepção
não haveria sentido questionar se a causa da nunca pode estar dissociada de uma análise
variabilidade é estilística ou funcional, mas contextual, na medida em que um estilo
investigar sistematicamente os processos de tecnológico só adquire sentido quando
ordem comportamental, social e ambiental dos compreendido como parte de um sistema
quais ela resulta. Embora Schiffer e Skibo tecnológico e este, por sua vez, de um sistema
neguem a relevância destes conceitos para o cultural mais amplo. Assim, no resgate das
entendimento da variabilidade, suas premissas cadeias operatórias de uma determinada
sobre a inter-relação entre performance, indústria lítica, estas devem ser compreendi
escolhas técnicas e propriedade formal do das em conjunto e associadas ao contexto
artefato correspondem, de fato, à idéia da situacional da região estudada para possibili
inter-relação entre estilo e função revisitada. tar a interpretação da variabilidade artefatual.
Fazendo um balanço dos pontos de vista No caso do estudo das indústrias líticas
analisados, poderíamos destacar alguns do sul do Brasil, estas discussões sobre a
aspectos que nos parecem centrais para o natureza dos sistemas tecnológicos e a
estudo da variabilidade de indústrias líticas: dimensão estilística das tecnologias são
a) que a variabilidade dos conjuntos de fundamentais, pois nos obrigam a tornar mais
artefatos líticos é resultado de escolhas complexos os nossos parâmetros de análise
tecnológicas, culturalmente determinadas, e sobre as mesmas.
que estas escolhas são indissociáveis da
função, na medida em que os artefatos são
idealizados para alcançar determinados fins; As indústrias líticas das
b) que estas escolhas tecnológicas Tradições Umbu e Humaitá
refletem estilos tecnológicos que, por sua vez,
residem na seleção dos materiais, técnicas e As reflexões desenvolvidas sobre os
seqüências de produção e nos resultados conceitos de sistema tecnológico e estilo
materiais destas escolhas; tecnológico em suas implicações para o estudo
c) que os estilos tecnológicos, sendo o de indústrias líticas abrem a possibilidade para
produto de uma tradição cultural, podem servir se repensar as Tradições arqueológicas pré-
como indicadores de identidades sociais e cerâmicas do sul do Brasil. Neste item objeti
culturais. vamos levantar alguns tópicos neste sentido,
No entanto, o estabelecimento da diferen avaliando as lacunas existentes quanto aos
ciação de grupos culturais a partir de sistemas dados atualmente disponíveis nessa área e
tecnológicos distintos depende da compara destacando dois estudos de caso, cujos
ção contextual dos seguintes tipos de informa resultados permitem levantar propostas
ções: interpretativas associadas à questão do estilo.
a) análise comparativa de conjuntos As pesquisas arqueológicas desenvolvi
tecnológicos líticos associados a diferentes das na região sul brasileira, entre as décadas
contextos arqueológicos de uma dada região; de 1960 e 1970,3 identificaram centenas de
b) identificação do estilo tecnológico
subjacente às escolhas técnicas que origina
ram diferentes categorias de artefatos;
c) interpretação da funcionalidade dos (3) Estas pesquisas associavam -se ou seguiam as
contextos de deposição destes conjuntos de orientações teórico-m etod ológicas do Programa
Nacional de Pesquisas Arqueológicas (PRONAPA),
artefatos, pois forma e função são aspectos
coordenado por Betty M eggers e Cliford Evans. Para
indissociáveis no estudo do estilo. uma análise de seu processo de implementação e das
É da comparação entre estilos tecnoló orientações seguidas pelo Programa ver Dias (1994
gicos de indústrias líticas dos sítios de uma 1 9 9 5 ).
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líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
sítios líticos classificados como pertencentes a pontas de projétil líticas foram associadas a
duas tradições tecnológicas em função da uma unidade histórico-cultural e, em oposição a
presença de determinados tipos de artefatos esta, aquelas nas quais as pontas estavam
diagnósticos: as pontas de projétil líticas, ausentes foram relacionados à outra unidade,
demarcando a Tradição Umbu, e os grandes subentendendo a existência de dois grupos
bifaces e talhadores que representam a caçadores-coletores distintos.
Tradição Humaitá (Meggers & Evans 1977). Os Em segundo lugar, a metodologia de
trabalhos de síntese, posteriormente elabora campo utilizada nas pesquisas que definiram
dos, apontaram uma dispersão espacial e as Tradições Umbu e Humaitá contribuiu para
temporal correlata,4 estando suas principais este quadro (Evans & Meggers 1965). Na
diferenças marcadas em termos ecológicos. medida em que o objetivo que orientou estes
Assim, a Tradição Umbu estaria centrada em trabalhos iniciais era identificar a distribuição
áreas abertas e de ecótone, entre floresta e espaço-temporal dos conjuntos pré-históricos
campo, e a Tradição Humaitá associada à sul brasileiros, os métodos de campo emprega
exploração de ambientes florestais do planalto dos foram a seleção de áreas amplas (princi
(Kem 1981,1983; Ribeiro 1979; Schmitz 1981, pais vales de rios) que, em sua maioria,
1984,1987). apresentavam contextos arqueológicos e
Uma revisão destes trabalhos, no entanto, ecológicos extremamente diversificados. Por
aponta uma série de lacunas que comprometem outro lado, os trabalhos de campo conduzidos
as interpretações sobre o significado da através de estratégias oportunísticas, privilegi
variabilidade lítica entre ambas as Tradições. aram coletas assistemáticas de superfícies e
Em primeiro lugar, deve-se destacar o enfoque sondagens em níveis artificiais (através de um
teórico-metodológico empregado em sua ou dois poços testes por sítios) oferecendo
definição. Seguindo uma perspectiva histórico- uma amostragem dispare no que se refere aos
cultural, o fator presença/ausência de artefatos sítios líticos. Igualmente, os sítios arqueológi
guia foi fundamental para a definição das fases cos foram considerados como unidades não
arqueológicas destas Tradições que, em última relacionadas entre si nas áreas pesquisadas e
instância, subentenderiam unidades sociais. De os sítios líticos foram tratados de forma
acordo com Meggers e Evans (1985: 5), embora homogênea, não se considerando a dinâmica
fases arqueológicas correspondam a abstra de ocupação do espaço de comunidades
ções, sem base etnográfica, “as tradições caçadoras-coletoras.
definidas em termos de fases que compartilham Um terceiro aspecto diz respeito à metodo
um conjunto de elementos (...) [comuns] logia de análise das coleções líticas. A maioria
provavelmente representam entidades tribais ou dos trabalhos publicados centra sua atenção
lingüísticas”. No caso dos conjuntos líticos nos artefatos, desprezando os resíduos de
aqui analisados, as similaridades morfológicas lascamento. Também não há padronização no
dos artefatos guia foram utilizadas como tratamento dos dados, caracterizando-se
principal fator para estabelecer unidades alguns relatórios pela utilização da metodolo
culturalmente significativas em termos de fases gia francesa (Laming-Emperaire 1967) e outros
e tradições. Deste modo, todas as fases pré- na elaboração de listas de artefatos definidos
cerâmicas do sul do Brasil que apresentavam por sua morfologia, muitas vezes não apresen
tando dados quantitativos associados a estas
categorias, dificultando comparações. Nestas
(4) Ambas Tradições abrangem os Estados do Rio análises destaca-se a busca do artefato guia,
Grande do Sul, Santa Catarina e Paraná. Para a centrada na tentativa de filiação cultural dos
Tradição Umbu as datações radiocarbônicas apontam conjuntos líticos analisados a qualquer uma
uma dispersão temporal entre 10.500 anos A.P. (fase das duas tradições. Por outro lado, alguns
Uruguai) ao início da Era Cristã (fases Lagoa, Patos e
autores buscaram estabelecer cronologias
Chuí). A Tradição Humaitá apresenta datações entre
6.500 A. P. (fase Antas) e 1.100 A.P. (fase Canhem-
relativas, com base no método Ford (Ford
borá), embora a maioria de suas fases apresentem 1962), a partir da seriação de pontas de projétil
apenas estim ativas cronológicas de ordem relativa. líticas, obtendo resultados questionáveis.
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Fazendo um balanço destes trabalhos fica derivam de uma distinção cultural e/ou crono
a questão: o que realmente diferencia em lógica. Procurando refletir sobre estas ques
termos culturais as tradições Umbu e Humaitá? tões destacamos dois estudos de caso para o
A nosso ver, a variabilidade entre os conjun Rio Grande do Sul onde a metodologia de
tos líticos observada para estas Tradições análise das coleções líticas permite sugerir
pode ser compreendida a partir de questões problemáticas associadas às questões levanta
não apenas de ordem adaptativa, mas também das.
de ordem funcional e estilística, subentendem Em primeiro lugar, destacamos o trabalho
escolhas tecnológicas que refletiriam, em de Hoeltz (1995, 1997) que procurou investigar
última instância, identidades culturais. Portan quais características tecnológicas distinguiri-
to, o problema em questão ultrapassa os am as Tradições Umbu e Humaitá. Para tanto, a
limites teórico-metodológicos das pesquisas autora desenvolveu pesquisas que objetiva
levadas a cabo até o presente, demandando ram, através de trabalhos comparativos entre
novas orientações analíticas em campo e coleções, estabelecer padrões relativos à
laboratório. organização tecnológica das Tradições em
Podemos exemplificar esta idéia através da questão. Tendo por base as coleções líticas de
análise dos resultados das prospecções 10 sítios a céu aberto localizados no vale do
realizadas por Miller no nordeste do Rio rio Pardo, Hoeltz buscou estabelecer critérios
Grande do Sul, abrangendo os vales dos rios de diferenciação entre os conjuntos líticos dos
dos Sinos, Maquiné, Três Forquilhas e sítios que transcendessem os tradicionais
Mampituba (Miller 1967, 1974). Nesta região artefatos guia, utilizados em trabalhos anterio
foram identificados mais de 200 sítios líticos res para classificar a afiliação cultural das
distribuídos cronologicamente ao longo de ocupações da área (Ribeiro 1991). A autora
4.000 anos de ocupação da área. A associação trabalhou com critérios tecno-tipológicos,
destes sítios à Tradição Umbu está relaciona reconstituindo as cadeias operatorias e
da aos abrigos sob rocha (105 sítios), sendo comparando estatisticamente as categorias de
apenas 5 sítios a céu aberto associados à artefatos associadas aos resíduos de lasca-
mesma pela presença de pontas de projétil. mento em cada sítio. Como estes se distribuí
Todos os demais sítios líticos que não apre am em diferentes áreas geomorfológicas que
sentaram pontas de projétil foram vinculados à caracterizam a região (planície, encosta e
Tradição Humaitá, embora a região também planalto), foi possível estabelecer um critério
apresente uma ampla ocupação ceramista pré- de comparação entre as indústrias quanto à
histórica relacionada à Tradição Guarani, nos disponibilidade de matéria-prima e estratégias
vales, e à Tradição Taquara, no planalto. de confecção de artefatos. O conjunto de
Partindo das discussões levantadas neste sítios apresentou uma homogeneidade grande
trabalho, podemos sugerir que a ausência de quanto à organização da tecnologia de produ
pontas de projétil líticas nos sítios arqueológi ção de artefatos, com marcada preferência pela
cos associados à Tradição Humaitá poderia utilização da matéria-prima disponível local
marcar uma funcionalidade diferenciada mente. As estratégias de redução e produção
destes, tanto associada a sítios de atividade de artefatos também seguem um padrão
específica da Tradição Umbu quanto das homogêneo, estando presentes nos sítios
Tradições ceramistas. Tais questões não apenas os resíduos de lascamento associados
podem ser compreendidas com clareza somen à redução primária e secundária de artefatos
te com base nos relatórios de pesquisa e bifaciais e ausentes ou sub-representados
devem ser levadas em consideração para a aqueles associados a atividades de preparação
reavaliação dos estudos na área. de núcleos. A única exceção é representada
O problema de pesquisa por nós destaca por um sítio localizado no planalto, onde se
do coloca em pauta a relação entre variabilida observa um padrão de resíduos, uso de
de e variação para os conjuntos líticos identifi matéria-prima e artefatos que foge aos demais.
cados como pertencentes às Tradições Umbu Com base nas diferenças na produção de
e Humaitá, buscando observar em que medida peças bifaciais, Hoeltz propõe que a Tradição
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Umbu seria caracterizada na área por apresen para as fases da Tradição Umbu (Miller 1969c,
tar artefatos de morfologia variada (incluindo Ribeiro & Hentschke 1976). As críticas a este
as pontas de projétil), elaborados sobre seixos enfoque partem do princípio de que a morfo
e lascas unipolares, com dimensões pequenas logia desta categoria de artefatos não se
ou médias e com 1/3 ou menos de sua superfí constitui enquanto marcador temporal eficien
cie coberta por córtex. A Tradição Humaitá, te, pois sua variabilidade formal pode respon
representada em um único sítio do planalto, der a razões alheias à cronologia, dependentes
caracterizar-se-ia por bifaces elaborados sobre de características tecnológicas e funcionais.
bloco, com dimensões que variam entre médio Igualmente, estabelecer distinções cronológi
a extra-grande e superfície coberta em até 2/3 cas baseadas em diferenciações morfológicas
por córtex. de uma única categoria de artefatos torna-se
Embora ressalte a importância de compre problemático, particularmente em situações
ender os sítios em conjunto, as interpretações arqueológicas como coletas de superfície e
de Hoeltz limitam-se em função das estratégias sítios analisados isoladamente ou relaciona
de campo utilizadas que, por não se realizarem dos entre si, mas sem controle estratigráfico
através de coletas controladas ou escavações adequado, caso recorrente às metodologias de
em áreas amplas, impedem inferências quanto à campo empregadas no estudo de sítios
funcionalidade dos sítios. Contudo, os dados arqueológicos da Tradição Umbu até o
levantados abrem margem para o questio presente (Flenniken & Raymond 1986).
namento de uma efetiva coexistência de dois Partindo das premissas acima expostas, a
grupos contemporâneos na área. autora estudou a coleção de 404 pontas de
Um primeiro fator que deve ser considera projétil líticas associadas a um abrigo sob
do diz respeito à possibilidade de haver uma rocha, situado no vale do rio Caí,5 tendo em
variação de funcionalidade entre estes artefa vista as tendências tecnológicas gerais dos
tos. Embora os bifaces de grande porte conjuntos de artefatos em sua relação com os
associados aos sítios do planalto pudessem resíduos de lascamento. Os resultados permiti
estar relacionados à exploração de recursos ram observar dois grandes grupos: pontas de
ecológicos mais diversificados do que os da projétil de morfologia lanceolada, derivadas de
planície, isto não indicaria grupos necessaria redução primária de lascas bipolares em
mente distintos em termos étnicos. Além calcedonia; e pontas de projétil pedunculadas
disso, o fato de o sítio do planalto apresentar produzidas a partir da redução primária de
peças de maior porte e cobertura cortical lascas unipolares em arenito silicificado. A
extensa pode referir-se a um local de produção distribuição estratigráfica das pontas de
e abandono de peças inacabadas, associado projétil demonstrou que as freqüências dos
aos grupos assentados na planície. Destaca-se diferentes tipos apresentavam correspondên
o fato de que na planície os talhadores bifa- cia entre si e com a distribuição dos resíduos
ciais, de menor porte não estão ausentes. Este de lascamento e demais artefatos. Portanto,
não parece ser um dado isolado para o Rio variações na freqüência de determinados tipos
Grande do Sul, pois algumas das fases da morfológicos de pontas de projétil não corres
tradição Umbu apresentam em seus conjuntos ponderiam a um indicador de mudança tempo
líticos talhadores que tipicamente seriam ral associado ao conceito de fase, mas em um
associados à tradição Humaitá, como é o caso reflexo dos padrões de descarte ao longo da
da fase Itaqui, no vale do médio rio Uruguai ocupação do sítio (Dias 1996).
(Miller 1969b), da fase Amandaú, no vale do Embora este estudo tenha demonstrado
alto rio Uruguai (Miller 1969a), e da fase que a representatividade das pontas de projétil
Araponga, no vale do rio das Antas (Miller enquanto marcadores temporais deve ser
1971). relativizada, por ser um trabalho pontual não
O segundo estudo de caso diz respeito às
pesquisas de Dias (1994, 1996) quanto à
variação morfológica entre pontas de projétil, (5) Sítio RS-C-43: Picada Capivara, localizado no
entendidas como marcadores cronológicos município de São Sebastião do Caí, Rio Grande do Sul.
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D IA S, A.S.; SILVA, F.A. Sistem a tecnológico e estilo: as im plicações desta interrelação no estudo das indústrias
líticas do sul do Brasil. Rev. do Museu de Arqueologia e'E tnologia, São Paulo, 11: 95-108, 2001.
permite avaliar as causas de variação entre arqueólogos. Como podemos observar a partir
conjuntos líticos da Tradição Umbu para do debate apresentado, a forma dos artefatos e
diferentes cronologias e áreas. Uma possibili a sua distribuição espacial e temporal são as
dade de interpretação alternativa é levantada variáveis básicas sobre as quais os conceitos
pelo conceito de estilo tecnológico, ao sugerir de estilo e função são utilizados para alcançar
que a variação dos conjuntos de pontas esta compreensão.
líticas, funcionalmente equivalentes, seria Nossa atenção no debate sobre o proble
resultante de escolhas técnicas refletidas na ma do estudo estilístico das indústrias líticas
seleção dos materiais, nas seqüências de traz subjacente a nossa preocupação em
produção e nos resultados materiais destas compreender de uma maneira mais aprofun
escolhas. Portanto, a noção de estilo tecno dada as causas da variabilidade (entre os
lógico, entendido enquanto produto de uma conjuntos artefatuais) e da variação (nos
tradição cultural, pode servir como indicador conjuntos artefatuais) que se observa nas
de identidades sociais e culturais para a indústrias líticas do sul dó Brasil.
Tradição Umbu, demarcadas regional ou Quando distinguimos variabilidade de
temporalmente. Contudo, tal abordagem só variação estamos seguindo a proposta de
torna-se possível através de estudos regionais Schiffer (1992: 18-21) que associa o conceito
que estabeleçam padrões comparativos de variabilidade aos padrões materiais dos
uniformes em termos intra e inter-sítio, basea conjuntos arqueológicos que se estendem por
dos em cronologias sólidas. longos períodos de tempo e cobrem extensas
A incorporação da noção de estilo tecno áreas geográficas. Em outras palavras, o autor
lógico a esta reflexão contribui para ampliar o relaciona o conceito de variabilidade à idéia de
referencial interpretativo quanto à variação cultura arqueológica, em alusão às propostas
dos conjuntos de pontas de projétil líticas da de Willey e Phillips (1958). Segundo Schiffer, é
Tradição Umbu, além do referencial cronológi sobre esta base de padrões materiais de
co. A partir deste enfoque abre-se a discussão grande extensão espaço-temporal que os
para a possibilidade de estarmos diante de arqueólogos criam seqüências que são
uma variação tecnológica ligada a escolhas definidas a partir das variações observadas.
culturais que derivam de processos de intera Estas variações consistem, portanto, nas
ção entre indivíduos pertencentes a uma diferenças nos conjuntos de artefatos que
mesma tradição, sendo, portanto, funcionais e ocorrem espaço-temporalmente no interior de
estilísticas. O problema das variações regio uma dada tradição.
nais representadas pelas fases da Tradição Sendo assim, a nossa preocupação é
Umbu pode sugerir que alguns dos padrões entender quais aspectos, além do artefato
tecnológicos observados entre coleções de guia, justificariam a distinção entre dois
sítios contemporâneos em áreas distintas, conjuntos líticos originalmente definidos em
englobando a variação morfológica das pontas termos de tradições arqueológicas e divididos
de projétil, poderiam representar identidades em diferentes fases arqueológicas para o sul
regionais. No entanto, isto requer uma revisão do Brasil. Nossa proposta é que se tomem
crítica dos critérios de definição destas fases, mais complexos os parâmetros definidores de
associado à complexificação da idéia de sua variabilidade, bem como, que se procure
interpretação contextual dos vestígios arqueo apreender contextualmente as causas de suas
lógicos para o estabelecimento de uma tradi variações internas.
ção ou fase. Ao reconhecermos a importância da noção
de estilo tecnológico pretendemos ressaltar
que o processo produtivo é um campo de
Conclusão análise complexo, no qual diferentes fenôme
nos (comportamentais, sociais, culturais e
Compreender o significado e as causas da físicos) podem atuar e contribuir na configura
variabilidade e da variação da cultura material ção dos itens materiais. Neste sentido, torna-
é uma das principais preocupações dos se central para esta reflexão a noção de que a
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DIAS, A.S.; SILVA, F.A. Sistem a tecnológico e estilo: as im plicações desta interrelação no estudo das indústrias
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POSSIBILIDADES DE INTERPRETAÇÃO DA
CADEIA OPERATÓRIA DE PRODUÇÃO DE
INSTRUMENTOS LÍTICOS - SÍTIO PEDREIRA (MT)
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MELLO, P.J.C.; V IA N A , S.A. Possibilidades de interpretação da cadeia operatória de produção de instrumentos
líticos - Sítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
hoje a uma melhor precisão do que essa No total, foram coletadas 376 peças
indústria testemunha (cotidiano - tempo de líticas,2 havendo o predomínio do arenito (338
curta duração) (Karlin; Bodu & Pelegrin 1991). peças), aparecendo, ainda, o sílex (34 peças),
É possível perceber, portanto, que o calcedonia (duas peças) e o quartzo (duas
conjunto lítico resulta de uma série complexa peças).3
de inter-relações envolvendo seleção de O material aparece desde a superfície até
matéria-prima, economia de debitagem, técnica os 40 cm de profundidade, sendo que a grande
de lascamento, função de sítio e sistema de maioria das peças, 335, correspondendo a
assentamento/subsistência. Assim, se se 90,8%, foi recolhida até os primeiros 10 cm.
deseja obter dados significativos sobre o Em relação ao peso geral4 desse material, é
comportamento humano, deve-se analisar o possível ver também o predomínio do arenito
conjunto inteiro de relações (Thacker 1996). sobre as demais matérias-primas: 50.955 g de
Foi essa a abordagem utilizada para a arenito, representando 83,86% do geral de
análise do material lítico da área afetada pela material do sítio, 9.765 g de sílex, representando
construção da UHE Manso (MT).1 Pretende 16,07% e 45 g de quartzo, representando 0,07%.
mos, nesse artigo, mostrar o início dessa Foram identificadas duas técnicas de
análise, com a cadeia operatória de um dos lascamento - a unipolar e a bipolar, nos três
sítios escavados. tipos de matéria-prima.
1 1n
MELLO, P.J.C.; V IA N A , S.A . P ossibilidades de interpretação da cadeia operatòria de produção de instrumentos
líticos - S ítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
LEGENDA
□ SONDAGEM SEM MATERIAL
■ SONDAGEM COM MATERIAL LÍTICO
B COLETA DE SUPERFÍCIE
J CÓRREGO
«GROTA
OBS AS ÁREAS DAS SONDAGENS ESTÃO 3
VEZES MAIORES. PARA EFEITO DE VISUALIZAÇÃO
PRANCHA 1
m
MELLO. P.J.C.; VIANA. S.A. Possibilidades de interpretação da cadeia operatória de produção de instrumentos
líticos - Sítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo, 11: 109-124, 20,01.
A análise tecno-morfológica dos oito apresentar face superior lisa ou com uma ou
núcleos da coleção demonstrou que esses duas nervuras.
suportes eram obtidos a partir de seixos
grandes, medindo de 54 a 98 mm e média de 2.2. Instrumentos modificados por retoques
72,35 mm de comprimento; de 86,4 a 164,4 mm e
média de 109,33 mm de largura e 57,8 a 144,7 Foram classificados sete instrumentos,
mm e média de 87, 95 mm de espessura. Acerca compostos por retoques que não formam um
da intensidade de exploração dos núcleos, padrão específico, não apresentando, portan
ressalte-se que nenhum deles se encontra to, forma definida (Prancha 2). Instrumentos
totalmente esgotado. Sobre a qualidade da tecnológicamente semelhantes foram descritos
matéria-prima, observou-se que os núcleos por Fogaça; Sampaio e Molina (1997).
apresentam-se com matéria-prima homogênea, Todos os instrumentos são espessos e
com ausência de intrusões, assim como de pouco elaborados. São raras as peças que
grandes negativos refletidos na superfície. apresentam marcas de façonnage, caracteri
Essas informações, associadas ao contexto zando-se por terem formas grosseiras e
ambiental onde o sítio esteve instalado, com preliminares. As atividades de moldagem,
abundância de matéria-prima de boa qualidade executadas em poucos instrumentos do sítio
à sua disposição, levam a supor que não Pedreira, não se assemelham à definição
houve uma economia de matéria-prima; em proposta por Tixier; Inizan & Roche (1980) que
outras palavras não houve uma preocupação as caracterizam como uma sucessão de
em exploração total do suporte, já que no seu operações de lascamento cujo objetivo é
entorno havia grande disponibilidade. moldar o instrumento pretendido. Os retoques
O fato de todos apresentarem forma localizados nos instrumentos também são
globular leva a pensar em métodos semelhan pouco elaborados e pouco representativos nas
tes de gestos de exploração desses núcleos. A peças, ou seja, estão dispostos em áreas
presença de uma lasca de refrescamento aleatórias, não formando um padrão específico
indica, por sua vez, prolongamento de explora e, portanto, não se caracterizando como
ção do núcleo, recuperando os ângulos aptos atividades finais que, conforme definição dos
para debitage. autores acima mencionados, teria como finalida
Pela análise dos negativos dos núcleos, de dar o acabamento final ou reavivar a peça.
pode-se inferir que as lascas debitadas se - Instrumento sobre suporte indetermi
classificam em dois tipos: uma maior - resul nado, com dimensões 42 mm x 31 mm x 17 mm.
tante da produção de lascas tanto na fase Apresenta retoques curtos e longos, paralelos,
inicial, de descorticagem, como de debitagem sobre nervura, delineando um gume côncavo,
- e outra menor, que pode estar relacionada ao com ângulo de cerca de 60° e peso de 20
reforço das arestas do núcleo ou produção de gramas. O instrumento não apresenta negati
lascas pequenas. vos de lascas de façonnage', apenas negativos
As lascas maiores resultantes teriam saído das lascas de retoques abruptas (ângulo talão/
com formas quadrangulares, semi-circulares ou face interna de 120° a 125°), com uma forma
triangulares, com talões lisos, dimensões semi-circular, com talão liso, com apenas uma
aproximadas de 20 a 87 mm de comprimento e ou sem nenhuma nervura na face externa e
31 a 60 mm de largura, ângulo da face interna dimensões aproximadas de 7 mm x 10 mm;
do talão de 100° a 120° e face externa cortical, - Instrumento sobre núcleo, com dimen
semicortical ou sem córtex, apresentando uma sões de 121 mm x 70 mm x 56 mm, apresentando
ou duas nervuras na face superior. As lascas retoques longos, alternantes, paralelos,
menores, por sua vez, teriam saído com formas delineando um gume convexo, com ângulo de
quadrangulares, semicirculares ou triangula cerca de 50° e peso de 460 gramas. O instru
res, com talões lisos e lineares, dimensões mento apresenta negativos de lascas retoques,
aproximadas de 10 a 33 mm de comprimento e 7 que se apresentariam com inclinação semi-
a 32 mm de largura, ângulo da face interna do abrupta (ângulo talão/face interna de 105°),
talão de 95° a 110° e face externa lisa, podendo com forma triangular, talão liso, uma ou duas
MELLO, P.J.C.; V IA N A , S.A . Possibilidades de interpretação da cadeia operatória de produção de instrumentos
líticos - Sítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
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líticos - Sítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
nervuras na face externa e dimensões aproxi teriam inclinação semi-abruptas (ângulo talão/
madas de 9 mm x 9 mm; face interna de 120°), apresentando forma
- Instrumento sobre lasca, com dimensões triangular, talão liso, face superior com uma
de 164 mm x 118 mm x 63 mm, apresentando nervura e dimensões de 32 mm x 39mm;
retoques longos, diretos, paralelos, no bordo - Instrumento sobre suporte indetermina
direito e nas partes mesial e distai, formando do, com dimensões de 104 mm x 56 mm x 42 mm,
duas coches, com ângulo de cerca de 70° e apresentando retoques diretos curtos, parale
peso de 1.090 gramas. O instrumento apresenta los, formando uma coche, com ângulo de cerca
negativos de lascas de façonnage e de lascas de 70° e peso de 155 gramas. O instrumento
de retoque. As lascas de façonnage seriam apresenta negativos de lascas de façonnage e
semi-abruptas (ângulo talão/face interna de de lascas de retoque. As lascas de façonnage
105°), apresentando formas triangulares ou seriam semi-abruptas (ângulo talão/face
quadrangulares, talão liso, com uma ou interna de 110°), apresentando formas triangu
nenhuma nervura na face externa e dimensões lares ou quadrangulares, talão liso, com uma
de 71 mm x 61 mm. As lascas de retoques ou nenhuma nervura na face externa e dimen
resultantes seriam também semi-abruptas sões de 39 mm x 26 mm. As lascas de retoques
(ângulo talão/face interna de 105°, aproximada resultantes seriam semi-abruptas (ângulo
mente), quadrangulares e com talão liso talão/face interna de 105°), com forma triangu
relativamente espesso, apresentando uma lar ou quadrangular, talão liso, apenas uma
nervura na face externa e dimensões aproxima nervura na face externa e dimensões aproxima
das de 18 mm x 45 mm; das de 9 mm x 13 mm.
- Instrumento sobre lasca de seixo frag Tendo em vista que não foi verificada uma
mentado, com dimensões de 120 mm x 98 mm x diferença em termos tecnológicos entre esses
45 mm; apresentando retoques longos, diretos, instrumentos, mesmo entre aqueles com
escamosos, delineando um gume convexo, com evidências de negativos de façonnage,
ângulo de cerca de 70° e peso de 520 gramas. O dividiram-se esses materiais em duas categori
instrumento apresenta negativos de lascas de as de instrumentos, tomando por base seu
retoque as quais teriam inclinação semi-abrupta aspecto morfológico:
e abrupta (ângulo talão/face interna de 110°, 1 - composta por peças espessas, sobre
aproximadamente), triangulares e quadran lascas ou massa central, sendo a maioria com
gulares com talão liso, apresentando uma ou matéria-prima recuperada sob forma de seixo. Os
duas nervuras na face externa e dimensões instrumentos dessa categoria medem de 164 a
131 mm de comprimento e 117 a 170 mm de
aproximadas de 19 a 30mm x 14 a 26 mm; largura e espessura de 62 a 45 mm. Apresentam
- Instrumento sobre lasca fragmentada, uma seqüência de retoques, os quais estão
com dimensões de 132 mm x 117 mm x 52 mm, representados nas posições diretas ou alternan
apresentando uma seqüência de retoques tes, em formas paralelas, sub-paralelas ou
localizada na porção direita da peça: apresenta escamosas, longas ou curtas, formando gumes em
coches, com ângulos que variam de 50° a 80°.
retoques longos, diretos, delineando um gume
Somente um instrumento apresentou marcas,
côncavo, com ângulo de cerca de 60° e peso de embora grosseiras, de tentativa de façon n age.
755 gramas. O instrumento apresenta negativos Pela análise dos negativos, observou-se que essas
de lascas, as quais seriam semi-abruptas lascas teriam formas triangulares e quadrangu
(ângulo talão/face interna de 120°, aproximada lares, com talões lisos e inclinação sempre semi-
abrupta (ângulo da face. interna/talão de 105° a
mente), com forma triangular e quadrangular,
120°). Os comprimentos são de cerca de 61 e 71 mm
talão liso, uma nervura na face externa e e face superior lisa ou com uma nervura,
dimensões aproximadas de 36 mm x 30 mm; enquanto as lascas de retoques resultantes teriam
- Instrumento sobre suporte indetermina formas triangulares e quadrangulares, de talões
do, com dimensões de 79 mm x 55 mm x 39 mm, lisos e inclinação semi-abrupta, sendo que
somente uma apresentou-se abrupta (ângulo da
apresentando retoques diretos, longos,
face interna/talão de 100° a 130°). Os com pri
formando uma coche, com ângulo de cerca de mentos variam de 9 a 36 mm e de largura de 9 a
55° e peso de 150 gramas. O instrumento 45 mm, apresentando face superior com uma ou
apresenta negativos de lascas de retoque que duas nervuras;
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MELLO, P.J.C.; V IA N A , S.A. P ossibilidades de interpretação da cadeia operatória de produção de instrumentos
líticos - Sítio Pedreira (M T). Rev. do M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
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líticos - Sítio Pedreira (MT). Rev. do Museu de Arqueologia e E tnologia, São Paulo, 11: 109-124, 2001.
O primeiro teste, no qual foram utilizados a preparação de núcleo (sendo que 14 lascas
largura e o comprimento das lascas, mostra um podem pertencer a qualquer um dos grupos)
continuum, não podendo perceber-se nenhu (Fig. 2).
ma divisão entre os diferentes tipos de lascas Quanto ao grupo de lascas maiores, no
(retoque, preparação de núcleo, descortica- qual estariam representadas as lascas de
gem, façonnage, debitagem para obtenção de descorticagem, façonnage e que serviriam para
suporte para instrumento) em relação a esses suportes de instrumentos, essas últimas
atributos (Fig. 1). podem ser diferenciadas das demais pelas suas
A partir da observação dos negativos grandes dimensões (comprimento maior que
existentes nos núcleos e instrumentos, no 100 mm, largura maior que 80 mm e espessura
entanto, nota-se que as lascas referentes às
atividades de retoque e preparação de núcleo
apresentam dimensões menores (não ultrapas
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Fig. 5.
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rKANCHA 5
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ABSTRACT: This article presents the operational sequence for the stone
tool confection in one of the sites excavated in the course of the ‘Project of
Archaeological Rescue in the Manso Dam (MT)’.
Referências bibliográficas
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A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 125-140, 2001.
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uma densa rede de drenagem, tendo como rios como representativas de possíveis episódios
principais o Corumbataí e o Piracicaba, afluentes de queimada natural. Deste modo, os autores
do Tietê pela margem direita. (Mapa) correlacionam o carvão encontrado nos solos
O clima atual na região poderia ser classifi às fases climáticas mais secas. Isto pode ser
cado como Cwa (Kõppen), ou subtropical com verdadeiro, salvo os casos onde a existência
temperaturas médias anuais entre 20 e 21°C e de carvões seja relacionada à ocupação
acentuada amplitude térmica anual devido à humana. Um maior intercâmbio entre arqueólo
circulação atmosférica. No entanto, a incidên gos e quaternaristas seria bastante proveitoso
cia de massas de ar promove um regime de para ambas as áreas de conhecimento.
chuvas cujo máximo da precipitação coincide De qualquer modo, os resultados obtidos
com os meses de verão, e o mínimo com os por Melo (1995) para datações de fragmentos
meses de inverno, o que coloca a região nas de carvão em solos coluviais da região de Rio
características de clima tropical. (Feltran Filho Claro são bastante interessantes. Segundo o
1981, Scheel et al. 1995). autor, “(•••) nota-se que as idades aparente
A vegetação original, atualmente quase mente distribuem-se aleatoriamente com
completamente destruída, seria caracterizada relação à profundidade da coleta, às coordena
por uma área de fronteira ecológica entre o das geográficas e níveis planálticos, mas
cerrado/cerradão (savana) e mata (floresta parece haver tendência de concentração de
estacionai semidecidual). Segundo o Projeto idades compreendidas no intervalo entre 6.500
Radambrasil (1983), a Região da Savana e 8.500 anos AR” (Melo 1995:76). Correlacio
(cerrado) na área apresenta-se como uma nando esta possível idade para um clima mais
disjunção da ocorrência principal no Planalto seco com datações realizadas em outras
Central. Dentre as formações remanescentes localidades do país, o autor sugere que as
da savana, a Arbórea Densa (cerradão) mesmas estejam indicando uma variação
apresenta características xeromorfas, com dois paleoclimática significativa.
estratos bem definidos. A formação Arbórea Outro dado de possível correlação paleo
Aberta (campo-cerrado) apresenta composição climática para a região foi obtido por Scheel et
florística semelhante à anterior, mas sua al. (1995), que dataram carvões do solo no
estrutura é mais simples. A Região da Floresta Município de São Pedro (SP), não muito
Estacionai Semidecidual ocorre em regiões com distante de Rio Claro, e obtiveram datas de
dupla estacionalidade climática, com mais de 2.250±40 AP e 5.540 ±40 AP. Estas duas
60 dias secos, ou com seca fisiológica provo datações foram provenientes de fragmentos de
cada pelo frio. Na área em questão, ocorrem as carvão soltos. Uma terceira datação, de 1.220
formações Submontana e Montana, definidas ±40 AP, foi realizada em uma estrutura de
de acordo com a altitude e a latitude (IBGE, combustão que os autores consideraram de
1992). provável origem antrópica. Apesar de uma
possível correlação entre a idade dos carvões
Dados paleoambientais e episódios de clima mais seco, somente um
recentes para a região maior número de datações, preferencialmente
realizadas fora de sítios arqueológicos, poderia
Desde meados da década de 70, qvando lançar mais luz sobre esta questão.
os últimos estudos de Arqueologia com
caráter regional foram realizados na área, até
os dias de hoje, não se pode dizer que os Os levantamentos arqueológicos na
conhecimentos a respeito dos paleoambientes região de Rio Claro
da região de Rio Claro tenham sofrido um
avanço muito significativo. Algumas datações Segundo Altenfelder Silva (1967, 1968), a
de C 14, feitas a partir de fragmentos de carvão região que compreende Rio Claro e adjacências
encontrados imersos em solos coluviais, há muito interessou pesquisadores e colecio
começaram a ser realizadas a partir da década nadores devido à abundância de material
de 80. Tais datações estão sendo encaradas arqueológico, principalmente material lítico
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lascado. Peças provenientes da região engros região, inserido dentro da Depressão Periféri
saram coleções de particulares e atraíram ca, apresenta colinas suaves com desníveis
arqueólogos amadores, sendo, inclusive, a que não ultrapassam 40 a 60 m, formando um
falsificação de peças uma “atividade lateral verdadeiro corredor no sentido N-S. No
compensatória”. A prospecção mais sistemáti sentido E-W, o “caminho natural” seria o eixo
ca teria sido iniciada por Altenfelder em 1959, fluvial representado pela bacia do Rio Tietê,
pela Cadeira de Antropologia, Etnologia e localmente reforçado pela presença do Rio
Arqueologia da Faculdade de Filosofia, Piracicaba.
Ciências e Letras de Rio Claro. Em 1965, Maria O panorama inicial traçado por Altenfelder
C. Beltrão iniciou um projeto de levantamento dá conta de basicamente duas classes de
arqueológico paralelo na região. No ano de vestígios arqueológicos na região: sítios
1966, Altenfelder Silva insere-se formalmente líticos, caracterizados por serem amplos e
dentro do Programa Nacional de Pesquisas numerosos, e sítios cerâmicos, em número mais
Arqueológicas (PRONAPA), sob a coordena reduzido. Dada a maior facilidade com que
ção dos arqueólogos norte-americanos Betty geralmente são identificados sítios cerâmicos,
Meggers e Clifford Evans. Posteriormente, o é de se supor que a estimativa do autor seja
projeto de levantamento desvinculou-se do válida no que concerne ao tipo e à intensidade
PRONAPA. O responsável pelos trabalhos da ocupação pré-colonial na área.
seria Tom O. Miller Jr., então professor assis Apesar do reconhecimento da existência
tente da Faculdade de Filosofia, Ciências e de sítios líticos bastante amplos, Altenfelder
Letras de Rio Claro. As etapas de prospecção sugere que os mesmos seriam representativos
realizadas por Miller Jr. entre os anos de 1965 e de ocupações rápidas, “(...) sugerindo em
1967 abrangeram os municípios de Rio Claro, alguns casos tratar-se mais de campo de
Ipeúna, Charqueada, Itirapina, Cordeirópolis e pouso para sortidas de caça que habitações
Piracicaba, resultando na detecção de 97 sítios permanentes.” (Altenfelder Silva 1968:160).
arqueológicos. Um dos fatores que levou o autor a esta
Seguindo uma linha de pesquisa que pode conclusão foi a pequena espessura das
ser considerada bastante atual, e que infeliz camadas arqueológicas, que não ultrapassari
mente não foi muito aplicada na Arqueologia am trinta centímetros. Trabalhos subseqüentes
brasileira de um modo geral, Altenfelder realizados por Miller Jr, publicados original
justifica a inexistência de escavações sistemá mente na Tese de Doutoramento do autor
ticas por parte da equipe da FFCL de Rio Claro (Miller Jr. 1967) e posteriormente em outras
pelo fato de ser necessário primeiramente o publicações (Miller Jr. 1969a, 1969b, 1969c,
entendimento do panorama arqueológico da 1972), não favorecem a hipótese de os sítios
região, o que só seria feito por meio de um líticos da região de Rio Claro representarem
amplo trabalho de prospecção, uma vez que o ocupações tão rápidas, ou que fossem produto
“(...) trabalho de escavação implica na de populações que estavam “de passagem”:
destruição (...) e somente deve ser realizado
(...) para salvá-lo [o sítio] de uma destruição “O número de sítios nos horizontes
já iniciada ou inevitável, ou para responder líticos não tem que significar migrações;
um problema específico que não poderá ser pode, antes, significar ocupação intensiva da
resolvido de outra form a.” (Altenfelder Silva região por um povo, durante muito tempo.”
1968:158). (Miller Jr. 1968:40).
Alguns sítios apresentaram materiais
O panorama arqueológico inicial líticos em abundância; além disso, sabe-se
hoje que a espessura de uma camada arqueoló
Os primeiros trabalhos de síntese e de gica é mais relacionada a processos de forma
tentativa de correlação foram publicados por ção de sítio do que à duração da ocupação
Altenfelder (1967, 1968), que entendia a região propriamente dita (não tomando exemplos
como área de passagem e confluência de extremos como Tróia ou Jericó, bem entendi
caminhos naturais. Com efeito, o relevo da do). Pode-se aventar, quando muito, a hipóte
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pontas de projétil. Posteriormente, o autor Monjolo Velho (Miller Jr. 1972:73), caracteriza
admitiu que existem problemas de interpretação da pela predominância quase exclusiva de uma
no tocante à chamada técnica bipolar; as “lascas tecnologia de aproveitamento de seixos,
côncavas” e os respectivos “núcleos globu plaquetas e cristais em estado natural, fendi
lares” ou “bolas” resultantes poderiam não ser dos ou com retoques marginais. Espatifamento
produtos de lascamento bipolar, e sim de e lascamento seriam raros. Os artefatos
alteração térmica. Outrossim, experiências de apresentariam tamanhos reduzidos.
lascamento com o núcleo parcialmente enterrado Um outro grupo de sítios apresentaria uma
no solo e aplicação tangencial do golpe de indústria ainda menos elaborada, com a utiliza
percussão podem resultar em lascas côncavas ção de seixos, plaquetas e blocos naturais de
semelhantes às encontradas na região (Miller Jr., vários tamanhos, com um inventário tecno
comunicação verbal).3 lógico ainda mais restrito do que o da Fase
A fase arqueológica seguinte, denominada Monjolo Velho.
Fase Santo Antônio, seria tecnológicamente O autor realizou também vistorias em sítios
embasada no espatifamento, mas apresentaria arqueológicos nos municípios de Conchas,
ênfase considerável na percussão direta com Anhembi e Laranjal Paulista, encontrando
percutor duro. Implementos de tamanho médio material lítico que “mostra essencialmente a
a grande, com grande freqüência de facas e mesma situação que observamos no norte do
raspadores, apresentando também chopping Rio Tietê” (Miller Jr. 1972:60), o que represen
tools, plainas etc.. Pontas de projétil possivel taria uma extensão de pelo menos 100 quilôme
mente fariam parte desta fase, embora não tros, na direção sul, das tradições e fases
tivessem sido encontradas in situ. reconhecidas para a região de Rio Claro.5
Posteriormente, teríamos a Fase Marchiori, Posteriormente, segundo Prous (1992), a
caracterizada por predominância da percussão chamada Tradição Rio Claro foi englobada no
direta com percutor duro, com baixa freqüência que se define atualmente como “Tradição
de espatifamento. Presença de pontas de Umbu”,6 sendo mantidos, porém, os nomes
projétil e machados de pedra polida.4 Maior das fases. Já a Tradição Ipeúna foi incluída na
freqüência de facas do que a fase anterior, e denominação genérica das “indústrias de
menor freqüência de raspadores. lascas sem pontas de projétil”, sendo mantida
Finalmente, a última fase da Tradição Rio a Fase Monjolo Velho.
Claro seria a Fase Pitanga, apresentando
variedade de técnicas de lascamento, com C ronologia
predomínio de percussão direta com percutor
duro e macio, incluindo percussão indireta. Os Conforme dito anteriormente, a cronologia
artefatos desta fase apresentariam característi das ocupações pré-coloniais para a região de
cas mais formais, com retoques ao longo dos Rio Claro foi feita principalmente levando em
bordos, peças trabalhadas bifacialmente, conta o posicionamento estratigráfico dos
incluindo formas foliáceas, ovoides e pontas níveis arqueológicos. Esta abordagem foi
de projétil, estas últimas em freqüência superi possível devido ao avançado estágio dos
or à fase anterior. Continua a presença de estudos de geologia e geomorfologia da região
artefatos de pedra polida. e, sobretudo ao caráter de multidisciplinari-
Para a Tradição Ipeúna, foi definida pelo dade adotado pelos pesquisadores envolvi
autor apenas uma fase, denominada Fase dos, que transparece nos artigos escritos na
época.
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percutores duros (pedra), e, posteriormente, sas, o que não foi inteiramente possível. Porém,
percutores moles (Miller Jr. 1972:75). ainda a tempo de serem publicadas no último
No caso da Tradição Ipeúna, o contexto artigo-síntese (Miller Jr. 1972), o autor apresen
seria menos claro, dada a própria característica tou algumas datações de C-14 feitas para o
pouco sofisticada dos artefatos. Em verdade, componente Santa Rosa III (portanto, Tradição
foi observada uma certa interrupção na Rio Claro, Fase Santo Antonio). Das datas
evolução proposta para a indústria lítica. A obtidas, apenas a mais antiga foi aceita pelo
Fase Santa Rosa, anterior a Monjolo Velho, autor, que considerou as outras inconsistentes e
apresentaria grande semelhança à Fase Santo provavelmente sujeitas a contaminação. Este
Antonio, posterior a esta última, colocada em argumento foi baseado em uma correlação que,
outro nível estratigráfico. Ao quadro de se com os conhecimentos da época poderia ser
evolução técnica, o autor acrescentou um viável, hoje parece um tanto frágil: o componente
quadro paleoambiental e propôs um modelo Santa Rosa IH estaria dentro da Fase Santo
hipotético para ser testado e orientar os Antonio, que, por sua vez, seria correlacionável
trabalhos de campo. Assim teríamos, resumida ao paleopavimento (linha de seixos) superior,
mente, a seguinte seqüência de eventos que, por sua vez, teria a mesma faixa de idade do
(Miller Jr., 1969b): terraço de várzea. Dado o fato de que um terraço
de várzea teria sido datado no Paraná em 2.500
1) Am biente de estepe ou savana, tempera
tura alta, favorável à caça. Tradição “e co lo g ica a.C., a única data plausível para Santa Rosa III
mente livre” (segundo Haury 1956, apu d M iller seria a data mais antiga, de 4.530±290 AP (3.330/
Jr. 1969b), representada no n ível (com ponente) 3140 a.C.).7 Na verdade, as datações para Santa
Santa Rosa I. Rosa III parecem coerentes, uma vez que as
2) M udança clim ática, aumento da
idades radiocarbônicas vão aumentando com a
umidade, expansão da floresta, dim inuição da
biom assa, especialm en te caça de grande porte.
profundidade (vide Tabela). Outro fator a ser
Tradição de caçadores torna-se incom patível levado em consideração é que não existe uma
com as con d içõ es am bientais, torna-se “e c o lo correspondência direta entre as linhas de seixos
gicam ente presa”, resultando em uma adaptação (“paleopavimentos”) e fases climáticas mais
à vida florestal e em pobrecim ento do inventá
secas. Sabe-se hoje que processos distintos
rio lítico , resultando em uma “tradição em
redução” (Haury op. c it.), representada pela
podem levar à formação de tais linhas.
Tradição Ipeúna. Parte da população teria saído No tocante à organização da tecnologia,
da região. hoje sabemos que é muito problemático dividir
3) Volta às condições clim áticas mais secas, sítios arqueológicos em classes cronológicas
condições de erosão formadoras da linha de
com base em atributos tecnológicos, como o
seixos inferior, onde foram depositados os
artefatos da Tradição Ipeúna (Fase M onjolo
tipo de lascamento (se por percussão direta,
Velho). N estas condições, M onjolo Velho seria por espatifamento etc.), ângulos de gume ou
uma tradição “ecologicam ente presa”, que tamanhos de artefatos. Sítios de atividades
encontrou situação am biental incom patível e específicas podem apresentar um inventário
desapareceu da região. Descendentes da popula bastante distinto de sítios habitação, mesmo em
ção que abandonou a área no estágio anterior,
se tratando de uma mesma população. Outros-
representada em Santa Rosa I, voltam à região
formando a Tradição Rio Claro. sim, pode ser que em longo prazo tais tendênci
4) Continuidade da Tradição Rio Claro, as de variação na freqüência de atributos sejam
passando por mudanças representadas pelas fases realmente significativas. Independente de tudo,
descritas anteriorm ente, até aproxim adam ente o mérito de Miller Jr. residiu em organizar,
2.500 anos AP, quando o clim a volta a se tornar
publicar e justificar suas observações, além de
úmido, resultando na redução da tradição. Depois
disso, os agricultores teriam adentrado a região, montar bancos de dados com vista a uma
portando uma tecn ologia mais com patível com posterior informatização, novamente demons-
os recursos disponíveis.
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Paulo, 11: 12 5 -1 4 0, 2001.
TABELA
D atas o b tid as p ara sítio s da região de R io C laro
Sítio Idade Data calibrada* Referência
2.490 ± 325 A P(30 cm prof.) 760 a 550 a.C. Miller Jr. 1972
4 .530 ±290 AP(55 cm prof.) 3.330 a 3.140 a.C. Miller Jr. 1972
Faz. Pau D ’Alho 4.140 ±345 AP 2.860 a 2.630 a.C. Uchôa 1988
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Informações adicionais -
abrigos rochosos e arte rupestre
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Figs. 2 e 3 - Abrigo do Alvo - Analândia, SP. Croquis de gravuras rupestres, sem escala
exata. Medida aproximada 1,00 x 1,30 m. Modificado de Collet 1981.
que se encontrava extremamente friável, com um (Collet 1986), obtendo resultados aparentemente
produto químico à base de acetato de vinila satisfatórios, mesmo após um período de doze
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Fig. 4 - Abrigo do Alvo - Analândia, SP. Croqui de gravura rupestre, sem escala exata.
Medida aproximada 1,00 x 1,30 m. Modificado de Collet 1981.
anos. Segundo o autor, o abrigo está localizado profundidade temporal da ocupação humana na
no sopé de um morro arenítico, voltado para região parece ser considerável. Sítios arqueológi
leste, nas coordenadas geográficas 22° 07’03”S cos apresentando pontas de projétil foram
e 47° 39’05”W. As gravuras recobririam uma datados na faixa de 4.200 a 5.000 anos a.C., e uma
área de 12 metros quadrados, com motivos antigüidade maior pode ser pleiteada para os
geométricos, linhas e pontos. níveis arqueológicos estratigraficamente mais
Além das ocorrências mencionadas acima, antigos. Ocorre, porém, que apesar de um início
há ainda referências a outros quatro abrigos com promissor e metodológicamente bem embasado,
material arqueológico e/ou arte rupestre (Collet a arqueologia da região passou por um período
1981 e 1982): Abrigo Roncador, Abrigo da Santa, de total abandono desde meados da década de
Abrigo Bocaina (todos localizados em Ana 70, culminando com a dispersão da coleção
lândia, os dois últimos bastante próximos um ao arqueológica sob guarda da antiga Faculdade de
outro) e Abrigo Santo Urbano (Corumbataí). Filosofia, Ciências e Letras de Rio Claro. Após a
saída de Miller Jr. dos quadros da FFCL, o
material arqueológico, segundo testemunhos de
Considerações finais mais de um informante, foi acondicionado de
maneira insatisfatória, em caixas de papelão
A região centro-leste do Estado de São sobre o chão, e “pilhado” por alunos de gradua
Paulo, e principalmente a área que compreende o ção. Pontas de flecha e machados de pedra
Município de Rio Claro e adjacências, apresenta teriam servido como elementos decorativos nas
um panorama bastante instigante no contexto da repúblicas estudantis. A preocupação de Miller
Arqueologia brasileira. A área foi objeto de Jr. com a documentação de suas pesquisas é o
estudos arqueológicos já há bastante tempo, e a que nos dá alguma esperança de resgate da
despeito da polêmica suscitada por algumas arqueologia da região. Um dossiê preparado pelo
datações bastante recuadas, é fato que a autor (Miller Jr. 1969c), por exemplo, lista todos
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os 86 sítios encontrados até então, com as Este (des)caso poderia servir como ponto de
respectivas descrições e croquis de localização. partida para uma reflexão a respeito da efeme-
Suas outras publicações apresentam tabelas de ridade do que julgamos eterno (as coleções
classificação do material lítico, indo além da arqueológicas, os artefatos inter-relacionados
tradicional listagem de tipos e freqüências. É compondo um conjunto), da necessidade de se
possível que esta documentação cuidadosa publicar algo além de notas prévias e descrições
tenha sido tudo o que restou do patrimônio sucintas, e de nossa própria impermanência
arqueológico recuperado ao longo de quase uma como guardiões de um patrimônio que, se não
década de trabalhos na região de Rio Claro, uma for inculcado no imaginário popular como algo
vez que não se sabe quantos dos sítios identifi importante, dificilmente escapará incólume à
cados podem ainda existir. ignorância de administradores despreparados.
ARAUJO. A.G.M. Archaeology from Rio Claro region: a synthesis. Rev. do Museu de
A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 125-140, 2001.
Referências bibliográficas
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Marajó, pois, após as pesquisas de Meggers uma prospecção arqueológica na região dos
& Evans nos anos de 1948-49, houve somente rios Goiapi e Camará, Ilha de Marajó” (Atas do
a pesquisa realizada por uma expedição do Simpósio sobre a Biota Amazônica) e “The
Museu Paulista, nos primeiros meses do ano Castanheira Site: New evidence on the anti-
de 1950, da qual participou Peter Paul Hilbert quity and history of the Ananatuba Phase,
como representante do Museu Goeldi.1 Dados Marajó Island, Brazil” (.American Antiquity).
os antecedentes, o objetivo do Projeto Marajó Cerca de trinta e cinco anos depois, revendo
era o de: as anotações de laboratório, os relatórios e as
fichas dos sítios estudados naquela época,
“comprovar a seqüência local estabele
descobrimos que vários dos dados que surgiram
cida por Meggers & Evans (1957) (...) e obter
através da análise do material cerâmico coletado
amostras de carvão para datação por C l4 ”
pelo Projeto Marajó continuam inéditos. Algu
(Simões 1981:155-6).
mas ocorrências importantes jamais foram
O carvão coletado em dois sítios permitiu mencionadas, como a contemporaneidade das
datar o período de contato entre as Fases fases Mangueiras e Marajoara nos sítios PA-JO-
Ananatuba e Mangueiras (sítio PA-JO-26: 23: Ilha da Ponta e PA-JO-28: Ilha do Fogo, ou a
Castanheira) e forneceu uma data antiga para a existência de cerâmica, em alguns sítios, que não
Fase Marajoara (sítio PA-JO-36: Frei Luís).2 pôde ser enquadrada em nenhuma das fases,
Do Projeto Marajó resultaram quatro pois não se encaixava em nenhum dos tipos
relatórios de viagem com mapas e croquis, cerca descritos, por apresentar diferentes colorações
de quarenta mil fragmentos de cerâmica, de núcleo ou antiplástico constituído por ossos,
algumas poucas peças inteiras ou fraturadas areia ou cariapé.3 Além disso, o material proveni
como urnas, vasos, banquinhos e tangas, além ente do sítio-cemitério de Ilha Pauxis nunca foi
de fragmentos de ossos e alguns artefatos estudado e o sítio não foi registrado. A rigidez de
líticos. A cerâmica foi classificada nos laborató princípios teóricos prévia à coleta de dados pode
rios da Área de Arqueologia do Museu Goeldi ter influenciado decisivamente na avaliação dos
segundo a metodologia utilizada na época, resultados das pesquisas:
separando-se os fragmentos segundo os tipos
já definidos por Meggers & Evans (1957), e “Como a seqüência regional já era conhe
quantificando-os para a realização de seriações. cida, seria necessário apenas efetuarmos
O estabelecimento de cronologias relativas rápidas prospecções de reconhecimento ( “spot
entre os sítios partia da comparação entre as surveys”), isto é, a localização extensiva dos
freqüências relativas de dois dos tipos simples sítios e a respectiva coleta de material de
(não decorados) de cada fase. Os relatos das superfície para identificação e seriação
etapas de campo e os resultados das análises posteriores. Entretanto, pelo desconhecimento
do material foram publicados parcialmente em arqueológico da área em prospecção e a
três artigos: o primeiro em 1963, na Revista do necessidade de dados relevantes, como amos
Museu Paulista, intitulado “Contribuição à tras de carvão para datação por C-14, padrões
arqueologia da Fase Marajoara”, assinado por de sepultamento e outros - somente obtidos
Figueiredo e Simões, e os posteriores, em 1967 através de escavações -, preferimos proceder
e 1969, de autoria individual de Simões, em todos os sítios cortes-estratigráficos para
respectivamente: “Resultados Preliminares de extrair destes o maior número possível de
informações” (Simões 1967:213).
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(4) A região pesquisada é muito plana e os sítios vindo daí o nome de muitos deles. Os sítios da fase
sobressaem-se por serem elevados e cobertos de vegeta Formiga pesquisados em 1965, por exemplo, apresenta
ção. Principalmente na época das chuvas, quando os vam cerca de 0,50m de altura acima do nível do campo e
campos são inundados, os sítios surgem como “ilhas”, somente PA-JO-33: São Leão, chegava a atingir 0,95m.
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QUADRO 1
Ilha Pauxis
Informações constantes no Livro de Tom bo/Acervo arqueológico MPEG
(procedência Pauxis/Faz. Santa Maria, coletor José Carlos Cardoso). As observações são nossas
933 Frag fase Marajoara Sitio A 53 frag. de cerâmica decorada, a maioria com engobo
vermelho e 54 frag. de cerámica-decorada.
934 Vaso fase não-identificada Sitio A Cerâmica leve, temperada com caco moído, muito porosa,
formato irregular, provavelmente devido à queima.
935 Vaso fase não-identificada Sitio A Tigela restaurada (cf. fig.2)
936 Vaso fase não-identificada Sitio A Tigela restaurada (cf. fig.2)
940 Frag. fase não-identificada Sitio A Vasilha restaurada em 1999. Pasta sem elhante ao tipo
Catarina sim ples (fase Formiga); engobo verm elho (cf.
fig.2)
941 Urna fase não-identificada Sitio A Uma sem decoração, restaurada (cf. fig.2)
942 Vaso fase não-identificada + 2 Sitio A Vaso com borda entalhada (cf. fig.2)
frag. Fase Marajoara
943 Frag. fase não-identificada Sitio B 9 fragmentos de cerâmica decorada e 12 de cerâmica não
decorada
944 Urna fase n ão-id en tificad a + Sitio B Vestígios de pintura marrom avermelhada (cf. fig.2)
ossos
945 Urna fase n ão-id en tificad a + Sitio B Não localizada
ossos
946 Frag. fase Marajoara ???? Sitio B Peça restaurada em 1999. Diâmetro 54cm, não foi possível
enquadrar em nenhuma das fases. Formato semelhante à
peça n° 940
947 Frag. fase Marajoara + fase não- Sitio C 97 fragmentos de cerâmica decorados e 150 fragmentos de
identificada cerâmica não decorada. Os fragmentos que não puderam
ser c la ssific a d o s na fase M arajoara apresentam pasta
sem elhante à fase M angueiras, mas também aos tipos
Camutins simples e Formiga Simples. A decoração inclui
u n gu lad os, d ig ita d o s, pintura p o licrô m ica , en gob o
vermelho, escovados e incisos
937 Lâmina de machado pequena Sem inform.
948 Lasca lítica Sem inform.
938 Pigm ento para pintura Sem inform.
939 Fragmentos de ossos humanos Sem inform.
decoração mas também definem tipos de pasta decorados, Saúba escovado (com pasta Coroca
cerâmica que podem - e devem - ser identi pimples), Mucajá corrugado (com pasta Embaú
ficadas nos tipos decorados. Na fase Manguei ba simples) etc.. Essa classificação permitiu,
ras, por exemplo, existem dois tipos simples: principalmente para os autores, caracterizar
Mangueiras simples e Anjos simples, e, entre' mudanças cronológicas, criando uma seqüência
os tipos decorados, Bacuri escovado (com qüe resultou em uma sucessão diacrônica entre
pasta Anjos simples), Croari escovado (com as fases e uma cronologia relativa entre os
pasta Mangueiras simples), Pocoató raspado sítios de uma mesma fase, com o objetivo de
(com pasta Mangueiras simples) etc.. Na Fase mostrar que os sítios eram apenas parcialmente
Formiga, por exemplo, há quatro tipos simples: contemporâneos e, portanto, com grau de
Formiga simples, Coroca simples, Embaúba sedentarização compatível com o esperado para
simples e Catarina simples, e, dentre os tipos culturas de floresta tropical.
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São Paulo, 11: 141-164, 2001.
como mostra a Tabela 2. Na publicação de pesquisado Ilha da Ponta, em 1965, uma vez
1967, no entanto, Simões considera somente que são próximos um do outro. O aterro de Ilha
uma parte dos fragmentos coletados (tipos do Fogo é banhado a sul e sudeste pelo
Inajá simples e Camutins simples, da fase igarapé Ilha do Fogo, e media, à época,
Marajoara) para a realização da seqüência 98mx45m, possuindo 1,15m de altura acima do
seriada: 203 fragmentos Inajá simples e 84 nível do campo e distando cerca de 500m da
fragmentos Camutins simples (Simões 1967: fazenda Ilha do Fogo. Na parte oriental do teso
220), enquanto, somente no nível 0-20cm, havia um cemitério e o terreno estava bastante
havia 199 fragmentos Inajá simples e 113 perturbado e por essa razão escolheram a parte
Camutins simples! oeste para trabalhar, onde foram feitos dois
Simões realizou ainda uma coleta superfici cortes-estratigráficos e coleta de superfície.
al que produziu um total de 187 fragmentos, Ambos os cortes (lx lm ) foram escavados em
sendo 69 de cerâmica decorada e 118 de níveis de lOcm, mostrando evidências até o
cerâmica não decorada (cf. Livro de Tombo, n° nível 140cm, constituídas de fragmentos de
962). Não há registro da análise desse material cerâmica, barro queimado, pequenos fragmen
nas fichas. tos de ossos e vestígios de carvão (Simões
Segundo a classificação realizada na 1965). No livro de tombo constam os números:
época, do total de 667 fragmentos tombados T. 967 - fragmentos das fases Marajoara e
provenientes da escavação de 1965, 10,64% Formiga, corte 1-A e T. 968 - fragmentos da
são da fase Mangueiras, 4,35% não puderam fase Marajoara e Formiga, corte 2-B. No
ser classificados dentro de nenhum tipo entanto, duas outras fontes de informações na
cerâmico e 85,01% são da fase Marajoara. Reserva Técnica da Área de Arqueologia do
Dessa fase, a porcentagem de decorados Museu Goeldi mostram dados diferentes.
atinge 41,23%, um valor bastante elevado, As fichas do sítio, feitas em seguida à
mesmo para sítios-cerimoniais.7 chegada de campo e onde eram colocadas as
Se, por um lado, os fragmentos coletados informações sobre a análise dos fragmentos
por Figueiredo e Cardoso em 1963 foram, mostram que, em relação à coleta de superfície,
infelizmente, guardados por tipo-variedade, dos 189 fragmentos coletados, 52 fragmentos,
perdendo-se a informação sobre sua proce classificados como pertencentes à fase
dência estratigráfica, por outro lado, o material Mangueiras e 9 fragmentos, classificados
coletado por Simões foi guardado segundo os como cerâmica cabocla, são tidos como: “não
níveis estratigráficos de onde provieram, Computados”. No canto da ficha consta:
divididos dentro dos níveis segundo os tipos “Marajoara - 72,5%; Mangueiras (?) - 27,5%”.
cerâmicos, o que tornou possível reexaminar Já na relação de fragmentos tombados na
parte do material e confrontar os dados com as Reserva Técnica (Tabelas 4, 5 e 6) tem-se 51
análises feitas à época. fragmentos como “provável Formiga”. Em
relação aos dois cortes feitos, os fragmentos
foram classificados em parte entre os tipos
PA-JO-28: Ilha do Fogo cerâmicos da fase Marajoara e parte permane
ceu como pertencente à fase Mangueiras,' sem
A prospecção no sítio Ilha do Fogo foi a classificação nos tipos dessa última fase e
feita na mesma oportunidade em que foi com constantes pontos de interrogação ao
lado da expressão “fase Mangueiras”, com
relação a todos os níveis.
(7) Sim ões (1967: 219) classificou Ilha da Ponta É interessante notar que, na relação de
com o aterro-cerim onial, uma terceira categoria de quantificação de fragmentos existente na
sítio, que não é o sítio-cem itério (por não conter Reserva Técnica para todos os fragmentos
enterramentos), mas que apresenta mais de 8% da tombados, no corte 1-A, entre os níveis 0 e
cerâm ica coletada com decoração. N o entanto,
m esm o segundo esses critérios, Ilha da Ponta seria
80cm, os fragmentos Mangueiras aparecem
sítio-cem itério, pois Figueiredo, em 1963, localizou como “provável Formiga”, e para todos os
en terram en tos. demais níveis como “não-Marajoara”. Já no
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areia. Os primeiros se limitam à superfície e níveis, mas no total do corte atinge somente
níveis superiores e se relacionam à ocupação 1,11% (cf. Tabela 8).
cabocla recente do sítio "(Simões 1969: 404). Em PA-JO-33: São Leão, a cerâmica
Outros sítios, como os da fase Formiga temperada com osso está presente nos três
pesquisados durante o Projeto Marajó, níveis superiores, atingindo 3,14% do número
apresentaram também quantidades variáveis total de fragmentos (cf. Tabela 9).
de cerâmica temperada com osso. No sítio PA- Em alguns fragmentos decorados da fase
JO-31: Aterro Pelado, aparece uma porcenta Marajoara também temos constatado ocasio
gem significativa de cerâmica temperada com nalmente a utilização de ossos triturados como
osso no 2° nível, perfazendo 31,74% dos antiplástico.
fragmentos do nível, enquanto, por exemplo, o
tipo não-decorado predominante do nível,
Formiga simples, alcança somente 26,7%. O A seqüência cronológica
número total de fragmentos do nível é estatis
ticamente significativo: 397. No terceiro nível A partir das pesquisas realizadas no final
também há a presença da cerâmica temperada dos anos 40, Meggers & Evans identificaram a
com osso, em menor quantidade. No total do existência de contato entre as fases Anana-
corte ela alcança 11,91% (cf. Tabela 7). tuba e Mangueiras, a segunda substituindo a
No sítio PA-JO-32: Cavalo Morto, também primeira em dois sítios (J-7 e J-10), na costa
ocorre cerâmica temperada com osso no 2° e 3o Norte, e contato entre as fases Formiga e
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São Paulo, 11: 141-164, 2001.
TABELA5
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Fase Marajoara
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10-20 cm 103 31,79 131 4 0 ,4 3 15 4,63 14 4,32 14 4,32 21 6 ,4 8 17 5,25 - 0 9 2 ,7 8 324 1 0 0 ,0
20-30 cm 115 27,38 168 4 0 ,0 17 4,05 14 3,33 36 8,57 16 3,81 44 10,48 - 0 10 2 ,3 8 420 1 0 0 ,0
30-40 cm 63 19,15 102 3 1 ,0 6 1,82 11 3,34 58 17,63 17 5 ,1 7 62 18,84 - 0 10 3 ,0 4 329 1 0 0 ,0
40-50 cm 35 12,28 84 2 9 ,4 7 2 0,7 7 2,46 41 14,39 18 6 ,3 2 82 28,77 - 0 16 5,61 285 1 0 0 ,0
50-60 cm 15 6,94 36 16,67 0 6 2,78 39 18,06 7 3 ,2 4 108 50,0 - 0 5 2,31 216 1 0 0 ,0
60-70 cm 30 12,55 56 2 3 ,4 3 0 5 2,09 20 8,37 2 0 ,8 4 121 50,63 0 5 2,1 239 1 0 0 ,0
70-80 cm 69 14,97 96 2 0 ,8 2 0 - 0 - 0 9 1,95 268 58,13 - 0 19 4 ,1 2 461 1 0 0 ,0
80-90 cm 61 14,59 40 9 ,5 7 0 4 0,96 6 1,44 1 0 ,2 4 0 275 65,79 31 7 ,4 2 418 1 0 0 ,0
90-100 cm 86 18,74 22 4 ,7 9 0 - 0 6 1,31 - 0 - 0 310 67,54 35 7 ,6 3 459 1 0 0 ,0
1 0 0 - 1 10cm 30 18,63 20 1 2,42 0 - 0 - 0 1 0 ,6 2 0 103 63,98 7 4 ,3 5 161 1 0 0 ,0
1 10-120cm 11 17,46 8 12,7 5 7,94 2 3,17 - 0 - 0 0 36 57,14 1 1,59 63 1 0 0 ,0
1 2 0 -1 30cm 7 16,67 4 9 ,5 2 0 -, 0 0 - 0 0 26 61,9 5 11,9 42 1 0 0 ,0
Total 892 21,7 1107 2 6 ,9 3 64 1,56 74 1,8 221 5,38 120 2 ,9 2 728 17,71 750 18,25 154 3 ,7 5 4110 1 0 0 ,0
Outras ocorrências - Nível 0-10cm: 3 fragmentos de tangas, 1 aplique; nível 10-20cm: 1 fragmentos de tanga; nível 30-40cm: ossos.
SCH AAN, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). Revista do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
TABELA6
PA-JO-28: ILHA DO FOGO - Corte 2-B (Simões 1965) - MPEG Tombo 968
Fase Marajoara
Tipos não decorados Tipos decorados Outras cerâmicas
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
Camutins Inajá Joanes Carmelo Goiapi Outros tipos Tempero de Não N ão TOTAL
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10-20 cm 67 15,58 11 1 25,81 6 1,4 25 5,81 28 6,51 6 1,4 0 173 40,23 14 3 ,2 5 430 1 0 0 ,0
20-30 cm 42 10,1 71 17,1 2 0,48 5 1,2 34 8,17 5 1,2 0 243 58,41 14 3 ,3 6 416 1 0 0 ,0
30-40 cm 39 8,04 68 14 ,02 2 0,41 10 2,06 33 6,8 7 1,44 0 311 64,12 15 3,1 485 1 0 0 ,0
40-50 cm 19 5,35 30 8 ,4 5 1 0,28 9 2,53 19 5,35 1 0 ,2 8 0 260 73,24 16 4 ,5 1 355 1 0 0 ,0
50-60 cm II 5,76 14 7 ,3 3 2 1,05 9 4,71 6 3,14 - 0 0 139 72,8 10 5 ,2 4 191 1 0 0 ,0
60-70 cm 30 12,5 29 12,1 0 9 3,75 6 2,5 1 0 ,4 2 18 7,5 130 54,17 17 7 ,0 8 240 1 0 0 ,0
70-80 cm 33 11,54 25 8 ,7 4 0 10 3,5 15 5,24 - 0 0 190 66,43 13 4 ,5 4 286 1 0 0 ,0
80-90 cm 28 10,14 11 3 ,9 8 0 1 0,36 - 0 - 0 9 3,26 210 76,1 17 6 ,1 6 276 1 0 0 ,0
90-100 cm 22 9,91 12 5 ,4 0 - 0 2 0,9 - 0 10 4,5 152 68,47 24 10,81 222 1 0 0 ,0
100-1 10cm 4 3,51 1 0 ,8 8 0 2 1,75 1 0,88 - 0 13 1 1,4 78 68,42 15 1 3 ,1 6 114 1 0 0 ,0
1 10-1 2 0cm 4 10,81 - 0 2 5,4 - 0 - 0 - 0 0 22 59,46 9 2 4 ,3 2 37 1 0 0 ,0
1 2 0 -1 3 0 cm 7 35,0 1 5 ,0 0 2 10,0 - 0 - 0 0 10 50,0 - 0 20 1 0 0 ,0
Total 423 11,53 568 15,49 50 1,36 90 2,45 172 4,7 29 0 ,7 9 50 1,36 2112 57,59 173 4 ,7 2 3667 1 0 0 ,0
Outras ocorrências - Nível 0-1 Ocm: 4 fragmentos de tanga; nível 20-30cm: 1 fragmento de tanga; nível 30-40cm: 6 fragmentos de tanga; nível 60-70cm : 2
fragmentos de tanga.
SCH AA N, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). R evista do Museu de A rqu eologia e E tn ologia ,
SCH A AN , D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). Revista do Museu de A rqueologia e E tnologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
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SCH AA N, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). R evista do Museu de A rqu eologia e E tn ologia ,
155
i°Vd164S2001ltOS d° Pr0jet° MafajÓ (1962'1%5)- Revista d° Museu de Arqueologia e Etnologia ,
Marajoara, essa última também tomando os uma das fases (cf. Quadro 2). Segundo esses
locais ocupados pela anterior. Nenhuma dados combinados, observa-se, então, a
“conecção estratigráfica" (Meggers & Evans existência de um hiato entre o final da fase
1957: 408) foi encontrada pelos autores entre Mangueiras e o início da fase Formiga (ante
as fases Formiga e Mangueiras ou entre cessora da Marajoara), que pode chegar a 800
Marajoara e Mangueiras. Mesmo assim, anos (Meggers & Danon, 1988:249). Durante
segundo as primeiras estimativas dos autores esse período, segundo os autores, que
na época, baseados na cronologia relativa adicionam dados climáticos e palinológicos ao
construída entre os sítios através da análise quadro, teria havido um período de aridez
cerâmica, o final da Fase Mangueiras estaria onde os recursos disponíveis à subsistência
próximo ao início da Fase Formiga e, portanto, teriam diminuído drasticamente, o que poderia
também ao da Marajoara (Meggers & Evans ter levado ao abandono da Ilha ou ao desmem
1957: 590, fig.205). A partir de hipóteses bramento das comunidades que subsistiram
construídas sobre a duração do período de em pequenos grupos de caçadores-coletores
ocupação dos sítios, a construção da cronolo nômades, pelo menos em determinadas épocas
gia relativa e o fato de a Fase Aruã ser consi do ano (op.cit:251-2).
derada proto-histórica, os autores concluíram
que a ocupação da Ilha por todas as fases -
Ananatuba, Mangueiras, Formiga, Marajoara e Entendendo a “linguagem da cerâmica”
Aruã - teria durado cerca de 800 anos, com
início de Ananatuba em 700 d.C. A pesquisa que resultou no presente
Entretanto, após terem sido processadas artigo iniciou-se ao acaso, enquanto fazíamos
as primeiras datações absolutas, a partir das um levantamento nos registros das coleções
amostras de carvão coletadas durante o de cerâmica da fase Marajoara que haviam
Projeto Marajó, ampliou-se cronologicamente procedido de escavações, na Reserva Técnica
o período de ocupação pré-histórica na Ilha. A Arqueológica do Museu Paraense Emílio
pesquisa no sítio Castanheira, além de esten Goeldi. A constatação de que no sítio PA-JO-
der a área de dispersão das fases Ananatuba e 23: Ilha da Ponta, havia cerâmica das fases
Mangueiras para a região sudeste da Ilha, Mangueiras e Marajoara coexistindo nos
proporcionou a primeira e única datação mesmos níveis, nos levou do Livro de Tombo
absoluta para o momento de contato entre às fichas de sítios, relatórios e artigos publica
essas duas fases - 980 ± 200 a.C. (SI-386), dos, que revelaram a existência de dados
através do carvão recolhido no corte A, nível discordantes entre as fontes e nunca reporta
50-60cm (Simões 1969: 403). Além disso, dos à comunidade científica. Como resultado,
Simões obteve datas antigas para o que ficamos frente à tarefa a qual Simões se furtou
poderia ser o início Fase Marajoara: 480 ± 200 há 35 anos: explicar a contemporaneidade entre
d.C. (SI-386) e 580 ± 200 d.C. (SI-387) no sítio as fases Mangueiras e Marajoara, identi
PA-JO-36: Frei Luiz. Como a fase Mangueiras ficadas em dois sítios da região pesquisada
teria tido uma curta duração e, além disso, era pelo Projeto Marajó.9
parcialmente contemporânea com Ananatuba, Examinamos uma amostra do material dos
sua distância diacrônica com relação à Fase sítios Ilha da Ponta e Ilha do Fogo, que atingiu
Marajoara poderia chegar a ser de 1.000 anos. cerca de 10% dos fragmentos de todos os
Na década de 80, Meggers & Danon (1988)
dataram vários fragmentos de cerâmica,
representando todas as fases de Marajó, pelo (9) O projeto Marajó não teve o mérito de, pela
processo de termoluminescência da cerâmica. primeira vez, ter identificado contem poraneidade
A combinação entre as datas produzidas pela entre as fases Mangueiras e Marajoara. M eggers e
Evans identificaram a presença de fragmentos de
cerâmica e as datações de radiocarbono
tangas vermelhas da fase Marajoara em “níveis
obtidas em escavações (dados de Simões e perturbados” no sítio PA-JO-17: Flor do Anajás (fase
Roosevelt) desenhou um quadro cronológico Mangueiras), mas essa ocorrência não foi considerada
bem mais preciso para o início e final de cada indicação de contato.
156
SC H A A N , D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). R evista do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
______________________________ QUADRO_2_____________________________
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FASES ARQUEOLÓGICAS
70 AC (C 14/SI-202)* J-21
10 DC (T L -125) J-32
88 DC (T L -127) J-32
97 DC (T L -132) J-33 (J-33)
220 DC (T L -161) J-36
245 DC (T L -126) J-32
2 90 DC (T L -117) J-29
3 20 DC (T L -130) J-33
380 DC (T L -131) J-33
4 0 0 DC (T L -120) J-30
4 80 DC (C 14/SI-386)* J-36
580 DC (C 14/SI-387)* J-36
610 DC (TL) J-6
615 DC (C 14/G X -16061) J-14
690 DC (C 14/SI-199)* J-21
695 DC (C 14/G X -16075) J-21
750 DC (TL) J-6
837 DC (TL) J-6
890 DC (C 14/G X -16063) J-14
1150 DC (T L -88) ?
1195 DC (C 14/G X -16066) J-21
1275 DC (C 14/G X -16061) J-14
1320 DC (T L -48) J-21
1350 DC (TL) ?
Fonte: As datas TL são de M eggers & Danon (1988:248); as datas de C14* são de Sim ões
(1969:402 e em R oosevelt 1991:313-314); as dem ais são de R oosevelt (op.cit.).
“?” foi usado por não haver informação sobre o sítio a que pertencia a amostra cerâmica.
157
SCH AAN, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). Revista do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
níveis, apenas paia confirmar a análise feita em então era conhecido para a região, principal
laboratório na época do projeto Marajó. O mente considerando-se as formas e o tipo de
material de Ilha do Fogo e de Ilha da Ponta de decoração pintada (identificada em apenas
1965 foi guardado separadamente por nível e uma vasilha). Além disso, esse sítio apresenta
por tipo cerâmico e nossa análise confirma a enterramento secundário em urnas, que até
classificação feita: de acordo com a classifica então não tinha sido identificado para as fases
ção tipológica construída por Meggers & Ananatuba, Mangueiras e Formiga.
Evans (1957) para a cerâmica das fases Man Aparentemente, os dados acima expostos
gueiras e Marajoara, há coexistência das duas significam que a fase Mangueiras, sendo
fases nos níveis 20-40cm e 40-60cm em Ilha da parcialmente contemporânea às fases Anana
Ponta, com um total de 27,10% de fragmentos tuba e. Marajoara, possui uma duração superior
da fase Mangueiras em todo o corte (cf. Tab.3). a 1.000 anos, sendo, portanto, provável que se
Quanto à Ilha do Fogo, a situação é um pouco encontrem sítios dessa fase que venham a
diferente. O material é muito fragmentado e a preencher o “hiato” (baseado em evidências
análise depende basicamente do exame da pasta negativas) que é mostrado no Quadro 2. Ilha
cerâmica, onde identificam-se em geral fragmen Pauxis, por outro lado, seria uma sexta fase,
tos que seriam da fase Mangueiras e em menor pelo menos parcialmente contemporânea à fase
freqüência fragmentos que pertenceriam à fase Marajoara, ainda não estudada, e à espera de
Formiga. A cerâmica, em geral, não-Marajoara datação.
atinge um total de 35,96% no corte A-l e Vale relembrar que a metodologia de
57,59% no corte B-2 (cf. Tabs. 5 e 6). pesquisa utilizada por Meggers & Evans
Nas fichas do sítio Ilha do Fogo, onde baseava-se em duas hipóteses nunca compro
foram anotados os resultados das análises de vadas: 1) de que os sítios encontrados na Ilha
laboratório, os fragmentos “não-Marajoara” seriam típicos das “culturas de floresta tropical”
aparecem claramente como Mangueiras. Nas (Meggers & Evans 1957: 18), portanto com
outras fontes de registros aparecem como agricultura pouco eficiente, dependentes dos
“provável Formiga”, “não-Marajoara” ou recursos florestais e aquáticos, de estilo de vida
“Formiga”. Isso se deve ao fato de que a semi-sedentário, e com organização social
contemporaneidade da fase Formiga com simples (sem concentração de poder, divisão do
Marajoara era possível segundo o modelo de trabalho ou desigualdade social) e 2) de que
sucessão diacrônica das fases da floresta não havia sentido em estudar a estratigrafía já
tropical e, portanto, era considerado mais que os sítios seriam “tipicamente pequenos e
provável que uma fase não-Marajoara, encon pouco profundos... com estratigrafía natural
trada juntamente com cerâmica Marajoara, limitada e sem restos arquitetônicos sobrevi
fosse pertencente à fase Formiga. ventes, como paredes ou pisos” e os artefatos,
O fato de o sítio Ilha Pauxis ter sido sendo constituídos quase que exclusivamente
totalmente ignorado nas publicações não pode de cacos de cerâmica, não compensavam o
ser explicado pelo fato de esse sítio ter sido esforço de uma “escavação intensiva” (Evans
escavado por José Carlos Cardoso. Afinal, o & Meggers 1965: viii).
sítio PA-JO-26: Castanheira, que forneceu a As poucas referências sobre camadas
única data radiocarbônica para a fase Anana- estratigráficas nos registros do Projeto Marajó
tuba também foi escavado por Cardoso, sem a atestam a existência de camadas distintas, que
participação dos pesquisadores do Museu deveriam ter sido consideradas quando da
Goelui e da Universidade Federal do Pará. A coleta de fragmentos para as seriações,
cerâmica de Ilha Pauxis possui formas diferen proporcionando maior confiabilidade ao
tes das demais fases, mas é temperada com método. Além disso, o fato de na maioria dos
caco moído e possui pasta que, em algumas casos não ter sido feito nenhum comentário
peças (T.940, T.947) pode ser considerada sobre a estratigrafía, levanta dúvidas a respei
semelhante à da fase Formiga. No entanto, no to da confiabilidade dos depósitos trabalha
conjunto, a cerâmica de Ilha Pauxis aparece dos. Podemos, a partir de nossa própria
como algo totalmente diferente do que até experiência de pesquisa na Ilha de Marajó -
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escavamos sete sítios recentemente no rio sítio Ananatuba escavado pelo projeto
Anajás10 (Schaan 1999) - afirmar que é possí Marajó (PA-JO-26: Castanheira) localiza-se
vel identificar camadas arqueológicas distintas no campo, junto ao médio rio Camará, que
relacionadas a diferentes intensidades de deságua na Baía de Marajó e é navegável.
ocupação e uso diferencial do espaço; que Por outro lado, um dos sítios escavados
diferentes áreas escavadas dentro de um por nós, PA-JO-50: Rio Branco, localiza-se
mesmo sítio mostram diferenças importantes no em zona de floresta, à margem esquerda do
tipo e quantidade de artefatos encontrados; e rio Anajás, um dos maiores rios do centro
que é possível distinguir claramente depósitos da Ilha, navegável em todo seu curso. O
bem preservados de depósitos onde as cama sítio Rio Branco fica a mais de 20km de
das sofreram distúrbios, antrópicos ou naturais. distância do campo e, enquanto em nenhum
Um rápido exame da literatura arqueológica dos sítios Ananatuba pesquisados anteri
brasileira da década de 1990 permite observar ormente foram encontrados enterramentos,
que a “crença” na impossibilidade de distin- no sítio Rio Branco encontramos dois
guir-se camadas estratigráficas acabou enterramentos em umas.
juntamente com o Programa Nacional de 2) Os sítios da fase Marajoara escava
Pesquisas Arqueológicas/PRONAPA e sua dos por Meggers e Evans (1957): PA-JO-
versão amazônica, o Programa Nacional de 14: Monte Carmelo e PA-JO-15: Camutins;
Pesquisas Arqueológicas da Bacia Amazônica/ e por Roosevelt (1991): Guajará (aterro de
PRONAPABA. A utilização das seriações dos PA-JO-14: Monte Carmelo) e PA-JO-21:
tipos cerâmicos como forma de inferir duração, Teso dos Bichos, foram considerados
tamanho, contemporaneidade e reocupação em como sítios típicos da fase Marajoara. Os
sítios nas terras baixas amazônicas tem sido autores basearam suas conclusões (sem
seriamente criticada (Raymond 1995; DeBoer, entrar no mérito das diferenças radicais
Kintigh e Rostoker 1996) e à medida que novas entre as duas abordagens) também nas
pesquisas arqueológicas desenvolvem-se na evidências disponíveis para outros sítios
Amazônia, os modelos generalizantes come da fase, a grande maioria deles, aterros
çam a ser postos em cheque (ver Hecken- construídos artificialmente, localizados na
berger, Petersen e Neves 1999). região dos campos, contendo cerâmica
Vimos somar aos dados aqui apresentados cerimonial e funerária. No entanto, os
aqueles coletados durante nossas pesquisas, aterros são apenas parte - ainda que
atualmente em andamento. Basicamente o que fundamental - da história da fase Mara
pretendemos demonstrar é que há uma variabi joara. Quatro sítios dessa fase, recente
lidade de formas de ocupação do espaço mente escavados, localizam-se às margens
fisiográfico e organização social na pré- do rio Anajás, dentro de um trecho de 5km,
história da Ilha de Marajó da qual o modelo no centro da Ilha, em zona de floresta,
anteriormente utilizado não pode dar conta. sobre elevações naturais do terreno. Não
Citamos como exemplo: há indício de construção artificial nem de
relação clara entre os sítios, que mostram
1) Meggers & Evans (1957: 246)
diferenças marcantes na cultura material e
concluem que a fase Ananatuba caracteri-
nas formas de ocupação do espaço
za-se por ocupar região de floresta prefe intrasítio (Schaan 1998, 1999).
rencialmente, e que a proximidade do campo
é mais importante do que a proximidade a As fases arqueológicas identificadas por
um curso d’água navegável. No entanto, o Meggers e Evans foram concebidas como
demarcadoras de culturas distintas. Enquanto
Ananatuba foi incluída na tradição hachurado-
(10) PA-JO-49: Cacoal, PA-JO-51: Saparará, PA-JO- zonada, Mangueiras na borda-incisa e Mara
52: Casinha e PA-JO-55: Leal, da fase Marajoara;
joara na policrômica, a fase Formiga não foi
PA-JO-50: Rio Branco, da fase Ananatuba; PA-JO-53:
Vista A legre, PA-JO-54: São Benedito, até agora não relacionada a nenhuma tradição maior. Funda
classificados em nenhuma das fases previamente mentalmente, percebe-se que o método de
definidas. classificação considerou as fases como não-
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típicos desses tipos, examinados à lupa, são co dessa maneira e que a provável grande
caracteristicamente distintos. No entanto, duração da fase Mangueiras (ou a menor
examinamos muitos fragmentos de cerâmica distância entre as fases Ananatuba e Marajoa
Marajoara decorada (bastante elaborada) com ra) não pode ser explicada dentro do antigo
pasta tipicamente... Anjos simples! paradigma. Por outro lado, os dados estritos
Entendemos que as diferenças na queima produzidos pelas pesquisas anteriores não
da cerâmica indicam diferentes procedimentos permitem interpretações diferentes, pois estão
técnicos, cujos efeitos não são totalmente amarrados a hipóteses de pesquisa que não se
controlados pelo ceramista, e não definem sustentam frente às novas evidências.
obrigatoriamente diferentes culturas ou grupos Entendemos que os novos dados aqui
sociais na acepção dada por Meggers & Evans. apresentados e as questões levantadas, ainda
O problema é que a coleta dos fragmentos de que de maneira preliminar, não apenas questio
cerâmica durante o projeto Marajó foi feita nam a validade da seqüência cultural apresenta
seguindo um procedimento que não admite da por Meggers & Evans para a Ilha de Marajó
outras leituras. Por isso, dificilmente um mas demonstram a fragilidade da construção
reestudo da cerâmica proveniente das pesqui tipológica cerâmica até então utilizada para a
sas anteriores poderia dar um bom resultado ou identificação e caracterização de culturas pré-
esclarecer os muitos pontos obscuros. Além históricas distintas na área. A partir desse novo
dos problemas assinalados relativos aos quadro fica claro que as pesquisas relativas à
métodos de escavação, a cerâmica proveniente ocupação pré-histórica da Ilha de Marajó
de campo é, em geral, muito fragmentada e, em deverão orientar-se no sentido de questionar a
alguns casos, não foi guardada obedecendo validade do modelo de sucessão diacrônica das
aos critérios de sua procedência, mas segundo Fases da Floresta Tropical, não só em função
sua classificação em tipos cerâmicos, o que de sua relação espaço-temporal mas inclusive
para alguns sítios toma inviável aplicar uma questionando as bases teóricas sobre as quais
metodologia diferente de análise. ele constituiu-se.
Não pretendemos afirmar que não existem
diferenças entre as supostas fases. Com base
nas evidências que se possui até o momento, Considerações finais
pode-se considerar cada fase como diferentes
estilos de fazer cerâmica. A coexistência A fase de pesquisas arqueológicas na Ilha
parcial ou total de algumas destas populações que se encerra com o projeto Marajó ilustra
com seu estilo próprio de fazer cerâmica levou uma abordagem do registro arqueológico em
ao compartilhamento de procedimentos que toda a explicação derivava simplesmente
técnicos e à ocorrência de influências mútuas do estudo de fragmentos cerâmicos, tidos
entre elas. As poucas datações absolutas que como demarcadores culturais e temporais que
se possuem para as três primeiras fases podiam ser lidos do ponto de vista de algumas
cerâmicas da Ilha não são conclusivas sobre de suas características técnicas e suas quanti
sua duração, início e fim, pois baseiam-se em dades. Essas características não eram relacio
material coletado em alguns poucos sítios. Os nadas com nenhuma outra evidência material
dados disponíveis constituem-se basicamente ou feição arqueológica dentro dos sítios
na descrição de tipos cerâmicos e seriações, pesquisados. Considerava-se, desta maneira:
além de estimativas sobre o tamanho dos 1) o sítio arqueológico como um espaço
sítios. A aplicação dessas técnicas buscou homogéneamente ocupado, por onde os itens
produzir dados comparáveis de tal maneira que componentes da cultura material (cerâmica)
uniformizou o registro arqueológico fechando espalhavam-se indistintamente; 2) que todos
os olhos para especificidades e variações que os sítios que exibiam os mesmos tipos cerâmi
não estivessem previstas no modelo. Ou seja, cos básicos, agrupados sob a denominação de
a metodologia de trabalho trazia implícitas as “fase cerâmica”, faziam parte de uma mesma
conclusões da pesquisa. Consideramos que etnia/cultura e, conseqüentemente, indicavam
não é possível entender o registro arqueológi a existência de populações que possuíam as
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SCH AAN, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). Revista do Museu de A rqueologia e E tnologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
mesmas estratégias de subsistência; 3) que a onde for encontrado o mesmo tipo de cerâmica
mudança de características tecnológicas encontrar-se-ão também todas as demais
através do tempo obedecia uma razão constan características relacionadas a ela nos sítios
te e homogênea para todos os sítios; 4) que os previamente pesquisados. Disso decorre que,
sítios não eram totalmente contemporâneos e se antes, a abertura de um ou dois poços-teste
que representavam episódios de reocupação em uma meia dúzia de sítios fornecia material
dada a mobilidade dos grupos sociais em para o entendimento do processo de ocupação
função dos recursos naturais. humana de uma grande área geográfica, hoje a
Nossa crítica a esse modelo de pesquisa escavação da mesma quantidade de depósitos
não se refere simplesmente à sua abordagem em um só sítio nos fala ainda pouco sobre o
no estudo da cerâmica, mas à concepção sítio e menos ainda sobre sua inserção em um
subjacente a ele a respeito do significado da contexto regional.
cerâmica enquanto fonte de dados sobre as Ao lado do estudo meticuloso de sítios
sociedades e culturas arqueológicas. A arqueológicos, os levantamentos e estudos
cerâmica é uma das mais importantes fontes de regionais são extremamente importantes e são
dados para os sítios amazônicos dadas suas cada vez mais reconhecidos como necessários
características de perenidade dentro do na medida em que fica claro que complexas
ambiente úmido da floresta tropical, mas não redes de trocas e intercâmbios culturais
pode ser entendida fora do seu contexto de regionais ligavam as sociedades humanas pré-
deposição. Isso significa dizer que deve ser históricas. Esses estudos requerem planeja
relacionada com feições arqueológicas e com mento da pesquisa e metodologias específicas
as diferentes áreas de atividade e organização - prospecções regionais que combinem
do espaço intrasítio, dados estes que somente técnicas de amostragem probabilística adequa
podem ser obtidos através de uma escavação das às perguntas da pesquisa, construções de
que envolva: estudo de camadas estratigrá- tipologias de sítios e artefatos, estudos de
ficas - seu processo de formação, sua compo variabilidade e dispersão de feições arqueoló
sição e sua distribuição diferencial diacrônica gicas, levantamento de informações sobre a
e sincrónica no sítio - , estudos de composição distribuição espacial dos sítios e monitora
química e mineralógica do solo, estudos de mento e análise dos dados em um sistema de
remanescentes de fauna e flora, plotagem e informação geográfica. Nesse sentido, os
registro gráfico da distribuição de objetos da artefatos constituem-se em um dos segmentos
cultura material através do sítio, estudo e geradores de informação, que devem ser
registro gráfico horizontal e vertical de feições estudados dentro do contexto particular de
arqueológicas etc.. sua ocorrência e em uma perspectiva regional.
Afirmamos que os fragmentos cerâmicos Por todos os motivos acima expostos,
não têm distribuição homogênea, mas diferen consideramos que, ainda que os estudos com
cial sobre o sítio. Dada a existência de diferen material proveniente de antigas pesquisas
tes áreas, relacionadas a atividades específicas possa ser importante, as novas questões que
- descarte, preparação de alimentos, manufa ora se colocam para a arqueologia da Ilha de
tura de artefatos, circulação, performances Marajó, e por extensão a toda a arqueologia
rituais etc. - os contextos deposicionais amazônica, certamente só poderão ser respon
devem ser estudados para a reconstituição das didas a partir do desenvolvimento de novas
áreas de produção, uso e descarte dos obje pesquisas, orientadas segundo um enfoque
tos. teórico-metodológico que seja consistente
Além disso, que a presença de determina com os problemas colocados.
do tipo de cerâmica não é o reflexo direto da
existência de determinado tipo de organização
social e utilização do espaço físico. O que Agradecimentos
significa dizer que o estudo de um único sítio
ou pequeno número deles não autoriza o Gostaríamos de agradecer ao CNPq pela
arqueólogo a concluir que em todos os sítios concessão da Bolsa de Desenvolvimento
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SCH AAN, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). R evista do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
SCHAAN, D.P. The unpublished data o f the Marajo project (1962-1965). R evista do
Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 141-164, 2001.
ABSTRACT: During the 1960’s, the Marajo project recorded and studied
nineteen new archaeological sites on the southeastern portion of Marajo
Island, aiming to increase, by employing the PRONAPABA’s methodology,
the data that supported the basis for the Tropical Forest Phases model
proposed by Meggers and Evans (1957). Nevertheless, not all the results
conformed to the researches’ expectations and as a result, some important
data was never published. In this article, I compare the published material to
the field and laboratory reports (site files and records of artifacts at the Museu
Paraense Emilio Goeldi), discussing the validity of the model used for the
definition of ceramic cultures on Marajo Island.
Referências bibliográficas
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SCH AA N, D.P. Os dados inéditos do Projeto Marajó (1962-1965). R evista do Museu de A rqueologia e E tn ologia,
São Paulo, 11: 141-164, 2001.
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Rev. d o Museu de A rqu eologia e Etnologia, S. Paulo, 77: 165-187, 2001.
RESUMO: Este artigo tem como objetivo apresentar alguns dos resultados
obtidos na dissertação de mestrado “A escravidão esquecida: a administração
indígena em Jundiaí durante o século XVIII”. Em especial, aqueles que se
referem às possibilidades interpretativas oferecidas pela chamada cerâmica
“neo-brasileira” no contexto das terras Paulistas do período colonial.
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MORALES, W.F. A ceramica neo-brasileira nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eologia e
E tn o lo g ia, São Paulo; 11: 165-187, 2001.
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MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 165-187, 2001.
pegadores, alças e gargalos.10 Esta sobre certo segmento da cultura material, produzida
posição de estilos indica a permanência, nas no período colonial.
fazendas, de pessoas que manufaturavam Resultado de um somatório de elementos
vasilhas cerâmicas conforme padrões tradicio provenientes do contato de três segmentos
nais indígenas e que, somados aos novos distintos - indígena, africano e europeu o
elementos, deram origem a uma cerâmica material cerâmico analisado reflete a interação
cabocla, genericamente denominada como cultural que a situação de cativeiro, imposta
“tradição neo-brasileira”11 (Chymz 1976: 145). pelos europeus aos indígenas e africanos,
O estudo integrado dos aspectos tecno acabou por produzir. A identificação das
lógicos, decorativos e morfológicos12 desse alterações sofridas pela cerâmica neste
material, com a possibilidade de análise período e as informações presentes no conjun
estrutural dos elementos que compõem os to de dados históricos, demonstram a existên
artefatos cerâmicos (Shepard 1976, Deane cia de uma rede de sociabilidade e miscigena
1985, Rye 1988, Rice 1988, Price 1988, Arnold ção que, a partir de meados do século XVIII,
1989, Sinopoli 1991), aliado à mediação de descaracteriza os segmentos indígenas como
parâmetros temporais, culturais e demo mão-de-obra escrava. Os trabalhos forçados
gráficos que as fontes históricas proporcio passam a ser cada vez mais atribuídos aos
nam (Marcflio 1977, Henry 1977), serviram indivíduos de origem e ascendência africana e
como uma excelente oportunidade para os indígenas e seus descendentes passam a
diagnosticar as alterações sofridas, em um ocupar os estratos mais baixos, porém livres,
da sociedade paulista colonial.
167
MORALES, W.F. A cerâmica neo-brasileira’ nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos v estígios m ateriais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rqu eologia e
E tn ologia, São Paulo, 11: 165-187, 2001.
e três para os africanos - os da Guiné, Congo “peça” - como era mais comumente chamado,
e Benguela. Estas definições costumam ser que deveria ser capturada e vendida para quem
genéricas e por isso escondem sua especi oferecesse melhor preço (Schwarcz 1996).
ficidade étnica, porque costumam ser nomes Desta forma, algumas das designações
dados por outros grupos e/ou pessoas encontradas nos registros documentais, como
externos a eles, dificilmente tratando-se de “peça do gentio da guiné” ou “preto da nação
autodenominações. banguela”, somente fazem referência ao porto
Os chamados Carijó, termo amplo que de saída na costa africana (Ramos 1943) - e
englobava uma série de grupos falantes de esse é o indicador aproximado da origem de
línguas Tupi-Guarani, eram os cativos prefe alguns dos indivíduos africanos trazidos
renciais dos colonos paulistas desde os durante os mais de 300 anos que o tráfico
primeiros tempos do século XVII (Schaden negreiro foi praticado no Brasil (Schwartz
1954). Essa preferência se dava por vários 1995).
fatores: moravam em aldeias numerosas, Segundo Nina Rodrigues (1932) e Artur
falavam a mesma língua, estavam acostumados Ramos (1934), dentre os vários milhares de
aos trabalhos agrícolas e ocupavam territórios escravos importados, dois grupos destaca
relativamente próximos e de fácil acesso a vam-se numericamente: aqueles de língua
incursões de aprisionamento - o interior banto e os sudaneses. No século XVI, os
paulista e as porções mais ao sul da província escravos vinham predominantemente da região
de São Paulo, em áreas conhecidas como da Senegâmbia, também conhecida como
“sertão dos carijós” e “sertão dos patos” Guiné, e das feitorias de São Tomé e Cabo
(Monteiro 1994). Verde, e eram os grupos sudaneses Manjaca,
Da mesma forma que os Carijó, os Kayapó Balanta, Bijago, Mandinga e Jalofo. No século
trazidos para a vila de Jundiaí não representam XVII, expande-se a oferta de negros ao tráfico
um grupo específico e sim, um termo geral para nas porções equatorial e central do continente
os falantes da família lingüística Jê. Estes africano, no porto de Mpinga, e na região ao
grupos ocupavam uma vasta região que vai do sul do rio Dande (Angola), sem, contudo,
noroeste de São Paulo até o norte de Goiás cessar o comércio com outras áreas. Durante o
(Turner 1992), e não eram vistos como bons século XVIII, ocorre uma retomada na captura
trabalhadores devido a sua belicosidade e a dos escravos sudaneses na costa da Guiné e
dificuldade em adaptá-los ao trabalho agrícola na costa da Mina e inicia-se a captura de
(Neme 1969). Eram considerados por isso um escravos em direção à baía de Benin, de onde
obstáculo e acabaram sendo envolvidos nas vieram os Iorubá, Jeje, Nagô, Tapa e Haussá
chamadas guerras justas e combatidos impie (Verger 1987). Posteriormente, entrando no
dosamente (Ataídes 1998). século XIX, esta captura estende-se até
As duas únicas referências isoladas ao Moçambique, na costa oriental da África (Law
apresamento dos Pareci e Bororo, habitantes 1991).
de territórios mais afastados, em áreas dos Os africanos trazidos para a região de São
chapadões de Mato Grosso, no planalto Paulo no final do século XVIII e início do XIX
central, são indicativas das grandes distâncias eram, em sua grande maioria, Banto de “Ango
que as incursões percorriam em busca de um la” saídos dos portos de Luanda e Benguela
fluxo contínuo de cativos para mover a (Sienes 1991-1992). Os Banto, ou Bantu,
economia paulista e, neste caso, parecem estar correspondem às populações que ocupam a
mais relacionadas aos grupos étnicos de parte meridional da África, possuindo uma
origem dessas pessoas. origem lingüística comum (Oliver 1966), mas
Quanto à identificação dos africanos apresentando uma grande diversidade de
capturados, a questão é ainda mais difícil de valores e costumes (Lopes 1988).
resolver, pois esbarra na falta, de registros nos Enfim, havia uma variedade de grupos
documentos de época que, quando muito, têm étnicos dessas terras e de outras que compu
apenas a sua procedência, já que um escravo nham uma complexa multiplicidade de históri
não passava de uma mercadoria ou uma as, culturas e condições sociais e jurídicas que
168
MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos v estígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eo lo g ia e
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cultural através dos vestígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rqu eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 165-187, 2001.
grupos étnicos, que têm o poder de definir colônia. Escravos (africanos), administrados13
quem está dentro ou fora dele. Mas não basta (indígenas) ou seus descendentes, poderiam
somente a auto-identificação dos seus compo ascender a uma melhor condição jurídica como
nentes (Drummond 1981). É necessário que alforriados ou libertos. Sua ascensão social era,
outros grupos aceitem essas diferenças, no entanto, ainda mais difícil que a jurídica,
definindo categorias relacionais, dicoto- havendo outras categorias qualitativas e bem
mizadas, onde “Nós” contrapõe-se a “Outros” mais sutis para classificar os estratos mais baixos
(Todorov 1988, Novaes 1993). Dessa relação da população colonial (Mattos 1998). Dentro da
nascem e são construídas as diferenças, quer escravaria conviviam, por exemplo, os “crioulos”
sejam elas reais, imaginárias ou até impostas (filhos de africanos nascidos no Brasil), “mula
(Balibar & Wallerstein 1988, León 1992, tos” (filhos de branco e negra), africanos recém-
Brandão 1986). chegados e que ainda falavam apenas sua
Era assim que se davam as relações sociais língua nativa (“boçais”), “ladinos”, que eram os
nas terras Paulistas. Havia uma classe econômi escravos trazidos há mais tempo, os “cayapó
ca e política dominante que tinha o poder de vindo do sertão”14 e até índios aldeados.15
nomear e dividir a população em função da sua Todas essas macro-divisões eram exóge-
origem racial - branca, negra ou indígena - e, a nas, isto é, impostas de fora para dentro. Para
partir daí, definir sua condição de homens um viajante europeu recém-chegado das
livres, libertos, alforriados, administrados ou metrópoles, estas categorias seriam claras e
escravizados. funcionais para definir e identificar a situação,
As etnias africanas foram reduzidas a pelo menos a grosso modo, de qualquer
escravos, com condição jurídica e social bem componente da colônia de imediato.
definidas dentro da colônia (Mattoso 1990). Os componentes dessas categorias
Esta redução também foi feita às etnias também sabiam seu lugar e porque faziam parte
indígenas, mas, apesar de estabelecida, sua delas. Um africano ou indígena, por força da
condição não era tão clara juridicamente. dominação, sabia a que grupo social pertencia,
Primeiro, devido às flutuações da legislação mesmo que à sua revelia, porque estava
indigenista (Thomas 1981; Cunha 1992a, compulsoriamente inserido nele. Só que
1992b; Perrone-Moisés 1992; Hansen 1998) e, também se reconheciam enquanto grupo
segundo, socialmente, devido à dificuldade de étnico e criavam suas próprias diferenças
reconhecer quem era ou não branco, já que as internas. Um negro da “nação” Benguela sabia
características fenotípicas indígenas estavam das suas diferenças culturais e lingüísticas
bastante misturadas às dos “brancos”. Essa com os negros da Guiné, tanto quanto um
situação correspondia a um interesse da coroa índio Bororo em relação ao Pareci.
em integrar esses segmentos à sociedade, Esse contato entre padrões culturais,
como pode-se perceber pelo alvará de 4 de étnicos e condições sociais e/ou jurídicas
abril de 1775, no qual o rei de Portugal declara diversas presenciou ações de dominação,
(citado de Souza Filho 1994:158): resistência e assimilação diferenciadas, que
“Eu El-Rei, sou servido declarar que os meus acabaram por gerar articulações e soluções
vassalos deste reino e da América que casarem novas para lidar com as necessidades impos-
com as índias dela não ficam com infâmia
alguma, antes se farão dignos de real atenção.
Outrossim proíbo que os ditos meus vassalos
casados com índias ou seus descendentes, sejam
tratados com o nome de caboclos ou outro
(13) Como os indígenas, pelas leis da Coroa somente
semelhante que possa ser injurioso. O mesmo se
podiam ser escravizados em situações específicas
praticará com portuguesas que se casarem com
(com o as guerras justas), evitava-se utilizar na
ín d ios”. documentação de época a palavra “escravo”,
em pregando-se o termo “administrado” para registrar
Esse quadro propiciava aos indígenas
os indivíduos de origem indígena.
uma maior mobilidade social que aos africanos, (14) Livro de Óbitos - 28/4/1767.
em bora fosse possível a ambos os grupos (15) O Livro de Óbitos revela o falecim ento em
ascender social e juridicam ente dentro da Jundiaí de índios aldeados de Barueri e São Miguel.
170
MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
tas (Sienes 1991-1992). Nada mais natural, já solução para isso ocorrer seria apropriar-se de
que as pessoas, quer individualmente ou em sinais e elementos daqueles que eram conside
grupos, são agentes ativos na elaboração da rados “brancos” pela sociedade.
ordem social e não apenas reprodutores dessa As possibilidades de ascensão eram ainda
situação. mais difíceis e limitadas para os negros
A estratégia dos segmentos indígenas africanos, já que a cor da sua pele representa
incorporados à sociedade colonial para buscar va um entrave de difícil superação (Chalholb
melhores condições jurídicas e/ou sociais 1990). A situação de escravidão legal em que
passava ora pela afirmação de sua origem estavam inseridos era indiscutível e, por mais
étnica, ora pela sua negação. Em alguns que quisessem ou de fato estivessem incorpo
momentos, era oportuno reivindicar uma rados à sociedade colonial, seus traços físicos
origem indígena para garantir sua liberdade, permitiam a identificação da sua origem de
empregando inclusive a justiça para assegurar imediato e, conseqüentemente, de sua condi
esse direito, como revela John Monteiro (1994: ção de escravo ou descendente de escravo
214). Entre os vários exemplos documentais (Reis & Silva 1989). Assim, as estratégias de
arrolados por este autor, temos um processo resistência tomavam percursos além do modelo
na própria vila de Jundiaí, em que Rosa Dias clássico de submissão, fuga e revolta (Carnei
Moreira vai contra seu proprietário, Francisco ro 1947, Moura 1981), como, por exemplo, o
Xavier de Almeida, declarando que seu relacionamento afetivo que havia entre as
cativeiro não poderia ocorrer devido a ser ela mulheres negras e seus senhores, para que
“descendente de carijós”. estas conseguissem a alforria de si e dos filhos
Por outro lado, alguns descendentes de mestiços que resultassem dessas uniões
grupos indígenas procuravam desvincular-se (Paiva 1995, Mattos 1998).
de sua origem indígena, aproveitando-se da Contudo, independentemente das necessi
dificuldade existente em caracterizar quem era dades, transformações e estratégias adotadas,
ou não índio. Essa possibilidade acontecia uma série de hábitos, costumes e outros
porque existiam pessoas encarregadas de atributos culturais de origem indígena ou
decidir quem poderia ou não ser considerado africana, de forma consciente ou não, continu
administrado diante de instituições como a aram atrelados ao passado desses indivíduos.
Igreja ou o Estado e que realizavam avaliação As diferentes tecnologias, morfologías e
ancorada em critérios na maior parte das vezes estilos presentes na indústria cerâmica do sítio
subjetivos, como traços fenotípicos e caracte Russo refletem esta situação. Da mesma forma
rísticas culturais. As características físicas que que apresentam a manutenção de certas
influenciavam este julgamento não podiam ser características, trazem grandes transforma
determinantes, já que, até o início do século ções, resultado do contato entre os vários
XIX, boa parte dos paulistas possuía fortes grupos e/ou pessoas de diferentes origens
traços fenotípicos indígenas, resultado de étnicas na sociedade colonial do período.
mais de 200 anos de contato. Uma vez incorpo Não é, no entanto, possível para a Arque
radas aos estratos livres da sociedade coloni ologia resgatar toda a complexidade cultural
al, mesmo que sua condição jurídica ainda as que produziu a cultura material estudada. A
determinasse administradas, essas pessoas análise arqueológica não pode ultrapassar os
deixariam de ser vistas exclusivamente por seus dados e estes não nos permitem fazer
suas características raciais, embora ainda identificações étnicas. Mesmo que através das
fossem classificadas por parâmetros socioe fontes históricas tenha sido possível resgatar
conómicos. Desta forma, se alguns dos filhos parte da diversidade cultural presente entre as
dos inúmeros Carijó trazidos do sertão, pardos diferentes etnias que formaram a sociedade
ou bastardos, quisessem melhorar sua condi colonial jundiaiense, enriquecendo o seu
ção social, deveriam fazer o possível para quadro de ocupação, a identidade étnica é uma
negar, pelo menos em certos aspectos e diante questão essencialmente política e suas
de determinadas pessoas, traços que os fronteiras podem aparecer, desaparecer ou se
relacionassem à sua ascendência indígena. A modificar, dependendo do momento (Jones
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MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira" nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos v estígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rqu eologia e
E tn ologia, São Paulo. / / : 165-187, 2001.
1997). Não existe, necessariamente, correspon que outros atributos. Comparado às caracterís
dência direta entre etnia e cultura material ticas de visibilidade presentes na forma ou
(Dietler & Herbich 1994). Várias etnias podem decoração, o antiplástico caco moído é
produzir e/ou utilizar tipos cerâmicos seme “invisível” e, enquanto tal, não é um bom
lhantes, da mesma forma que uma única etnia vetor de significados. A necessidade de
pode produzir e/ou utilizar diferentes tipos de externalização de padrões tradicionais ou de
artefatos. Então, preferimos falar da existência suas mudanças encontra-se relacionada a
de identidade cultural através de uma série de atributos mais visíveis como forma e decora
elementos tradicionalmente indígenas presen ção. Conseqüentemente, entendemos sua
tes nos artefatos cerâmicos. Neste caso, mais presença como parte de um sistema tecnoló
especificamente, naqueles relacionados aos gico tradicional, herdado e utilizado em função
grupos portadores de cerâmica Tupiguarani. de um processo de observação/imitação/
A presença de indivíduos relacionados a repetição (Parga 1988) e que, por isso, remete
estes grupos foi percebida durante a análise aos grupos portadores de cerâmica Tupigua
técno-tipológica, quando foi efetuado o rani, ou seja, indivíduos provenientes de
cruzamento do tipo de antiplástico empregado grupos falantes de línguas do tronco Tupi-
na composição da pasta com a decoração Guarani.
aplicada à parede da vasilha. Indicador O cruzamento entre esse tempero e os tipos
tecnológico comumente relacionado aos de decoração existentes nas paredes das
grupos portadores da cerâmica Tupiguarani vasilhas demonstram que, entre as peças
pré-contato (La Salvia & Brochado 1989), o escovadas, corrugadas e roletadas, os índices
uso de caco moído como antiplástico sintoma de freqüência de antiplástico caco moído são
ticamente aparece em maiores proporções nas superiores às demais categorias: 35,4%, 41,2%,
peças corrugadas, escovadas e roletadas, e 44,8%, respectivamente. Quando contabili
decorações também associadas a esses zamos todas as peças da indústria, independen
grupos16 (Morales 2000). temente da decoração, que têm esse elemento
Consideramos que o antiplástico caco agregado à sua composição, percebemos que
moído proporciona uma maior confiabilidade sua presença se dá em 24,8% dos casos.
como fonte de informação porque é um dos A presença de elementos relacionados aos
poucos tipos de antiplástico cujo emprego grupos portadores de cerâmica Tupiguarani foi
intencional pode ser confirmado, possibilitan ainda evidenciada pela correlação entre o
do uma identificação cultural mais segura. antiplástico caco moído, decoração corrugada
Acreditamos que a presença de caco moído na e forma das vasilhas (Prancha 1). Dentre as
indústria cerâmica do sítio Russo sugere que, seis reconstituições com Forma 4, três possu
em uma situação de mudança e transformação em decoração corrugada associada a antiplás-
cultural intensa, é mais fácil sobreviverem tico caco moído. Entre as outras três, uma está
técnicas eficientes na forma de se manufaturar decorada com o motivo corrugado e duas com
a cerâmica do que os atributos relacionados à engobo vermelho aplicado interna e externa
sua decoração ou morfologia, geralmente mente. Apesar de esta forma ser bastante
associados a contextos culturais e ideológicos comum, não permitindo uma correspondência
muito mais específicos. cultural mais direta, ela também pode ser
O caco moído, por ser um componente de encontrada entre os ceramistas Tupiguarani e
baixa visibilidade e difícil percepção na sua associação à decoração corrugada e
composição da pasta, neste caso, parece estar antiplástico caco moído permite-nos atribuir-
mais dissociado de aspectos simbólicos do lhe tal identificação.
Quanto aos demais padrões decorativos,
entre as peças engobadas, a freqüência do
antiplástico caco moído é um pouco menor,
(16) As análises e descrições tecnotipológicas,
m orfológicas e decorativas com pletas da indústria do
com 25,5% do total. Naquelas sem decoração
sítio Russo podem ser encontradas no capítulo IV, este antiplástico aparece em 20,4% das vezes,
“As evidências m ateriais”, pp. 48-105. nas incisas em 20,3% e nas unguladas, 16,7%.
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MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios m ateriais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
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E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
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E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
(Brochado 1974) quanto africana. Outra associ trabalhos publicados em que se buscava
ação bastante usual que deve ser evitada é perceber influências africanas e/ou indígenas
relacionar a confecção de potes pela técnica de na cerâmica do período colonial, apenas
roletes como um indicador da procedência/ poucos preocupavam-se em contextualizar a
influência indígena. A produção de vasilhas cerâmica coletada através da mediação dos
com essa mesma técnica ou associada à parâmetros temporais, culturais e demográficos
modelagem é, ainda nos dias de hoje, encontra que as fontes históricas podiam proporcionar,
da em várias regiões da África, como entre os e, ao mesmo tempo, poucos apresentavam
Maconde de Moçambique (Dias & Dias 1964) e análises e descrições tecnotipológicas siste
os Luo, do Quênia (Dietler e Herbich 1989). máticas que servissem para caracterizar e
Procuramos também durante a pesquisa comparar essas indústrias. Entre esses traba
fazer comparações entre o material analisado e lhos citam-se os desenvolvidos nas missões
o de outras indústrias. Contudo, dentre os (Kem 1994) e no posto da guarda de Viamão
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(Jacobus 1996a), sendo que apenas o último se padrões decorativos comumente presentes
assemelha a este em contexto (presença dos entre os grupos pré-coloniais, é plausivel
segmentos indígenas, africanos e europeus) e imaginar que sua origem remeta a influências
cronologia (século XVIII). africanas.
Em sua dissertação de mestrado, André Todas essas informações obtidas com a
Jacobus (1996a) examina a cerâmica “neo- pesquisa bibliográfica e as comparações entre
brasileira” encontrada no Registro de Viamão, coleções são testemunhos das influências
um posto de guarda do sul do Brasil, e apre tecnológicas e estilísticas de diferentes
senta algumas peças de acervo sem identifica matizes na cerâmica “neo-brasileira”, apontan
ção existentes no MARSUL. Segundo o autor, do a diversidade dos contextos culturais nela
este acervo faz parte do material da região de presentes e confirmando, através da cultura
Torres, onde haveria posto de guarda - o material, principalmente como a sociedade
Registro de Torres. Sua decoração cerâmica paulista contou com a forte presença indígena
oferece algumas semelhanças significativas e de seus descendentes, até pelo menos o final
com peças decoradas presentes no sítio do século XVIII. Todavia, esse fato não é
Russo. Os fragmentos mais parecidos podem admitido historicamente de forma fácil. Pelo
ser vistos nas páginas 53 (Figura 3(g) e (j)) e contrário, ele é escamoteado por motivos
54 (Figura 4 (d)) de um artigo de Jacobus ideológicos e sociais (Hodder 1986; Shanks &
(1996b) sobre sua dissertação e foram aqui Tilley 1987a, 1987b; Leone & Potter Jr. 1988;
reproduzidos nos Quadros 1 e 2 e comparados Paynter & McGuire 1991) interessados em
com a Foto 4 desse trabalho. Podemos perce negar a participação e influência indígena na
ber que a aplicação de incisões lineares formação da sociedade brasileira como um
formando arranjos triangulares sobre os todo. No caso dos paulistas do período
roletes e o uso de uma espátula alisando-os colonial, além das fontes documentais, o
transversalmente são praticamente idênticos. tempo preservou vários outros testemunhos
Diante a uma semelhança tão grande entre dessa ativa participação - são restos de
esses fragmentos, permite-se supor que seria pratos, vasilhas cerâmicas e cachimbos
difícil, e também uma grande coincidência, que utilizados cotidianamente nas residências -,
um indivíduo viesse a elaborar uma vasilha que servem como elo para entender as relações
com decoração nova, original, de estilo mais interétnicas e as transformações pelas quais
complexo, exatamente igual a uma produzida passaram as diferentes etnias indígenas em
por outra pessoa a centenas de quilômetros contato com seus senhores e os escravos
dali. Como a distância entre estas regiões é africanos.
considerável, fica complicado imaginar a vinda
de vasilhas rústicas de barro por comércio. O
mais provável é que esses recipientes tenham A cerâmica como fonte de informação:
sido produzidos nos respectivos locais e com possibilidades de identificação
dispersão limitada. Isso leva à conclusão que cultural através dos vestígios materiais
os recipientes foram elaborados por oleiros
distintos, sem qualquer tipo de interação Como foi brevemente esboçado acima, uma
sociocultural que pudesse ter criado uma das características do processo de formação
articulação, ou uma identificação comum, sociocultural paulista e brasileiro é a complexa
expressa em uma cerâmica com elementos rede de contextos, situações históricas e
decorativos iguais. Como seria improvável a interações entre grupos étnicos diferenciados,
criação de duas decorações originais e idênti que as fontes documentais e os registros
cas, é possível supor que ambos os ceramistas históricos disponíveis conseguem delinear. A
tenham repetido padrões já conhecidos e/ou aplicação de uma perspectiva arqueológica
observados dentro do seu escopo cultural. procura aumentar o alcance da análise desse
Como estes padrões decorativos não têm processo ao revelar articulações e influências,
correspondência, até o presente momento e continuidades e mudanças, presentes nos
dentro do nosso conhecimento, com os restos de cultura material da sociedade colonial.
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E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
Foto 4.
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cerâmica “neo-brasileira” uma “tradição colonial teve conseqüências sobre sua produção
arqueológica”, que segundo Chmys (1976:145), material. A maioria da população estava inserida
representa “um grupo de elementos ou em um estado de grande pobreza que pode ser
técnicas, com persistência temporal”, compac percebido pela leitura dos testamentos e inventá
ta características tecnológicas, estilísticas e rios da época. Estas fontes revelam que os bens
morfológicas, misturando tempo, espaço e herdados muitas vezes não passavam, além das
contextos culturais distintos. terras e dos cativos, de alguns instrumentos de
A análise que propomos para esta cerâmica trabalho de ferro, móveis e até roupas usadas.
deve partir de detalhadas descrições morfoló Esta situação proporcionou, durante longo
gicas, tecnotipológicas e estilísticas que tempo, papel de destaque para os recipientes
possibilitem a percepção tanto das semelhanças rústicos de barro queimado, potes, pratos e
quanto das diferenças. Grandes generalizações vasilhas utilizados cotidianamente para o
diluem sua complexidade, enquanto as diferen preparo, cozimento, consumo e armazenagem de
ças nos permitem relacioná-las a períodos, áreas alimentos e líquidos.
e contextos culturais específicos. Ou seja, além A grande heterogeneidade de técnicas,
das particularidades sociais e econômicas de formas e estilos encontrados na cerâmica
ocupação de cada região, deve-se levar em produzida durante os séculos XVII e XVIII,
conta o processo de formação, composição e como é exemplo a indústria do sítio Russo,
articulação dos pequenos povoados e até indica que a produção e o uso dessas peças
mesmo de cada fazenda, já que nelas ocorreram eram locais, geralmente restritos aos limites
os desdobramentos sociais que o trabalho das propriedades rurais, com algumas pessoas
arqueológico busca detalhar. confeccionando os objetos tanto para si
Em áreas ou períodos em que as atividades quanto para seus senhores (Chmyz 1976).
econômicas ofereciam a possibilidade de uma Como cada unidade doméstica produzia as
concentração maior de cativos por proprieda peças de acordo com a necessidade, as
de, como a Bahia do século XVII (Schwartz variações poderiam ocorrer em decorrência da
1995), as Minas Gerais no XVIII (Souza 1999) e grande quantidade de produtores relacionados
São Paulo durante o século XIX (Marcílio a contextos culturais bastante diversos; do
1974), por exemplo, o encontro entre grupos de isolamento da produção, não implicando na
mesma origem étnica ou cultural poderia troca ou homogeneização de padrões tecnoló
propiciar articulações sociais mais intensas, gicos, morfológicos e estilísticos; e da incor
com reflexos em uma cultura material mais poração de novos padrões, principalmente
homogênea. Contudo, não é este o caso de morfológicos e estilísticos, da louça européia e
São Paulo até o final do século XVIII. Na maior da cerâmica africana.
parte das vezes, os plantéis eram pouco O resultado final dessa confluência de
expressivos - no máximo 20 cativos para cada padrões cerâmicos provenientes de diversos
proprietário. Essa baixa densidade por unidade locais convivendo em uma mesma comunidade
de produção e os limites impostos para a reflete a situação de contato e transformação
circulação da escravaria restringia, em variadas cultural a que estas pessoas e/ou grupos
medidas, a comunicação entre os cativos estavam sujeitos. Em outras palavras, cada
(Mattoso 1990). As trocas simbólicas e as oleiro confeccionava vasos conforme novos
redes de solidariedade e sociabilidade esta- padrões, muitos dos quais diferentes daqueles
vam, então, limitadas ao local de residência e utilizados em sua terra de origem (seja ela o
seu entorno imediato. “sertão” ou a África) e que seguia padrões
culturais tradicionais. Este quadro propiciou
uma grande expansão nas formas, desenhos e
A cerâmica no contexto colonial paulista: elementos agregados às peças, como as alças,
a formulação de uma hipótese asas e pedestais, elementos que as populações
indígenas pouco ou nada utilizavam.
O papel econômico secundário ocupado Com o transcorrer das décadas, o período
pela província de São Paulo durante o período de pobreza de uma economia voltada basica
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MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasileira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios m ateriais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
mente para subsistência que afligiu as terras “fazer loiça de cujos productos se sustenido”,17
paulistas até as últimos anos do século XVIII ou, como Saint-Hilaire (1976: 160) anotou:
começa a ser superado (Machado 1930, “Em 1823, consum ou-se a ruína total dos
Queiroz 1967). A província inicia uma fase de indígenas de Pinheiros, a qual provavelm ente já
crescimento populacional e desenvolvimento tinha com eçado havia muito tempo, e os
econômico. As vilas tornam-se mais numero intrusos ocuparam todas as terras que tinham
pertencido a esses infelizes. Os homens ganha
sas e algumas passam a cidades. A economia
vam a vida fazendo jornadas de trabalho e as
volta-se para as unidades de produção de
mulheres fabricavam vasilham es de barro”.
cana-de-açúcar em larga escala (Petrone
1968). Aumenta a demanda nos aglomerados É fato que alguns dos termos do tipo
urbanos e cria-se a necessidade crescente por “criolos índios” pouco ajudam para identificar,
cerâmica utilitária nas vilas e cidades. Surgem esses artesãos do barro e, como já havia
pequenos núcleos de produção e venda diagnosticado Pasquale Petrone (1995: 289-
desse produto. 293), existe uma grande dificuldade em traçar a
Relatos de cronistas e viajantes evidenciam origem étnica dos índios aldeados devido à
a existência de intensa produção de recipientes pouca documentação. Contudo, apesar de
cerâmicos por uma população indígena, ou grandes variações em sua composição, eram
mestiça, que vivia nos arredores de São Paulo os grupos Tupi os mais numerosos e os que
no início do século XIX. Vendida a preços deixaram os traços culturais mais presentes.
baixos, esta cerâmica estava direcionada para a Além disso, sempre segundo esse autor, um
população de menor poder aquisitivo: dos motivos para essa variedade étnica estava
“Ao registrar em 1800 o sucesso favorável
relacionado ao interesse das autoridades em
das feiras que instituirá no campo da Luz, as transformar os aldeamentos em vilas e bairros
celebres feiras de Pilatos, escrevia o governador rurais, enviando índios e “pessoas vadias”
(...): ‘os m esm os índios, que são os que fazem a para aumentar seu contingente demográfico.
louça ordinária, repetiram três e quatro vezes as
Como resultado deste quadro que se iniciou de
suas conduções. É minimo o valor de taes
productos na época de que nos occupamos.
maneira mais forte no final do século XVIII e
D elles se utiliza a arraia meuda, quando não dá início do XIX:
preferencia ás gamelas e copos de madeira’”
“As populações aldeadas passaram a
(M achado 1930:62). com por-se, sem pre em proporções maiores, p o r
m estiços de todos os tipos. Num processo cujas
John Mawe (1978:64) relatou em 1807 que,
fases não são sim ples de definir, os contingentes
na vizinhança da cidade de São Paulo, eram am eríndios foram se tornando gradativam ente
produzidas m ais mamelucos, foram caboclizando-se, até
“(...) louças para cozinha, grandes jarros adquirirem as características mais típicas de uma
para água e uma variedade de outros utensílios, população caipira que, ainda na atualidade,
marca com sua presença alguns ângulos dos
ornamentados com algum gosto”.
arredores de São Paulo (Petrone 1995: 135).
Gustavo Beyer (1908: 288) em 1813, escreveu:
Com isso, começa a surgir uma diferencia
“Nos arrabaldes (de São Paulo) moram
ção entre a cerâmica comprada dos aldeamentos
muitos criolos índios que fabricam potes de barro
de grande consumo, porque é uso geral preparar
e aquela produzida nas propriedades rurais.
nelles a comida e carregar água. Muitos outros Como a produção dos aldeamentos teve de
objectos são fabricados de barro e não sem gosto.” adaptar-se a uma demanda maior e aos gostos e
necessidades da clientela, suas formas, decora
É bem provável que os relatos transcritos
ções e apêndices passam a ser cada vez mais
estejam se referindo à população residente em
padronizados, acabando por se distanciar dos
alguns dos aldeamentos indígenas que ainda
elementos mais diagnósticos de origem indíge
teimavam em sobreviver no começo do século
na. A padronização de formas e decoração
XIX perto de São Paulo. Outras fontes documen
tais indicam que as poucas atividades econômi
cas desenvolvidas nestes decadentes locais se (17) Boletim - Aldeam entos de índios (1 7 2 1 -1 8 0 4 ),
restringiam ao plantio para a subsistência e a vol. 8, pp. 156, 1948.
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cultural através dos v estígios materiais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rq u eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 165-187, 2001.
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MORALES, W.F. A cerâmica “neo-brasiieira” nas terras paulistas: um estudo sobre as possibilidades de identificação
cultural através dos vestígios i ateriais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rqu eologia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165 87, 2001.
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cultural através dos v estígios m ateriais na vila de Jundiaí do século XVIII. R evista do M useu de A rqu eologia
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 165-187, 2001.
ABSTRACT: This article presents some of the results collected by the thesis
“The forgotten slavery: the administration of indian people in Jundiaí in 18th
Century” Here we focus on the “neo-Brazilian” ceramics and its interpretative
possibilities within the “Paulistas” territories context in the colonial period.
Bibliografía
Referências bibliográficas
183
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paleoetnobotânica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 77: 189-200, 2001.
dos novelos não eram folhas desfiadas, como se perfuração simples. As pontoações são grandes,
pensava a princípio, e sim partes do caule de areoladas, alternas, circulares, elípticas até
plantas lenhosas, seguramente lianas (cipós). alongadas (2f). As fibras xilemáticas podem ser
Isso é evidenciado pela presença de uma estru septadas ou não septadas, com pontoações
tura típica de caule em crescimento secundário areoladas distintas. Traqueídes estão presentes. O
(lenho), composto por vasos e fibras de xilema parênquima axial é raro, paratraqueal escasso e
dispostos em cunhas no caule. Cada fibra do difuso. Cristais prismáticos e drusas foram
novelo, ou simplesmente fibra, corresponde a encontrados nos raios parenquimáticos de células
uma cunha do xilema do caule. Adicionalmente, eretas (Figs. 2d, 2e).
a estrutura observada apresenta diferenciação A estrutura anatômica observada coincide
endarca, evidenciando que se trata de caule com a estrutura típica de Aristolochia sp. Confor
(Figs. 2c e 2d). Essa conclusão modificou a me o estudo de Carlquist (1993: 341-357) e a
maneira com a qual esse material estava sendo análise das espécies que ocorrem MT, há grande
entendido: o que parecia inicialmente se tratar de variação da estrutura entre as espécies de
material fibroso meramente enovelado, que até Aristolochia, e essa variação inclui as caracterís
poderia ser resultante da atividade de pássaros, ticas do material arqueológico de Santa Elina. As
na verdade consistia de um material desagregado espécies Aristolochia usadas para comparação
intencionalmente já que somente cunhas forma sempre apresentam porosidade difusa, vasos
das de fibras de xilema e vasos foram observa geralmente solitários (Figs. 3a, 3b, 3e, 3f) e
das, havendo apenas resíduos de raios paren- placas de perfuração simples. As pontoações são
quimáticos entre eles. Esses raios parenqui- areoladas, circulares a alongadas, alternas e
máticos não aparecem inteiros, mas podem ser grandes (Figs. 3d, 3h). Apresentam fibras
evidenciados em algumas seções transversais e septadas e não septadas, com pontoações
longitudinais (Figs. 2d, 2e). Deduz-se que se areoladas distintas e traqueídes. Apresentam
tratava de raios bastante espessos e frágeis, o que raios multisseriados largos (>4 células de
explicaria a sua ocorrência vestigial e presença espessura), formados por células eretas, geral
de cunhas isoladas formadas apenas por fibras e mente contendo cristais prismáticos e/ou drusas
vasos de xilema. (Figs. 3c e 3g). O parênquima axial é difuso.
Pode-se imaginar como os caules teriam São poucas as características anatômicas
sido preparados para se apresentarem com a disponíveis para a distinção entre as espécies de
forma final de novelos. Podem ter sido prepara Aristolochia por caules de diâmetro muito
dos por meio de esmagamento com algum tipo pequeno (< 5 mm). Algumas das características
de raspador (talvez lítico) que macerasse os que se revelaram úteis são o número de pólos de
raios, que são tecidos frágeis, com paredes protoxilema e de feixes vasculares, bem como a
celulares finas e pouco lignificadas. Poderiam ter forma desses feixes quando vistos em corte
sido esmagados por raspagem do caule movi transversal (Figs. 3a, 3b, 3e, 3f). O material
mentando-o longitudinalmente sobre uma arqueológico assemelha-se a duas espécies do
superfície dura. Há cortes histológicos com gênero, A. ridicula N. E. Brown e A. esperanzae
vasos deformados (Fig. 2c), que evidenciam que O. Kuntze, mas as características anatômicas
houve esmagamento. Centenas de artefatos observadas assemelham-se de forma mais clara à
líticos foram encontrados no sítio, e diversos estrutura de A. esperanzae O. Kuntze (Fig. 4).
deles poderiam ser adequados para esse tipo de Essa última espécie ocorre no Estado e foi encon
preparo. Também poderia ter sido empregado trada em área de floresta decídua próxima ao sítio
algum tipo de objeto, como um pente, ou arqueológico, sendo a espécie mais provável para o
espinho, que perfurasse os caules e ajudasse a material arqueológico (Ceccantini, no prelo (a);
desfiá-los. Entretanto, nenhum artefato assim foi Dubs 1998: 26-27).
encontrado no sítio. As plantas da família Aristolochiaceae são
Todos os novelos estudados apresentam o lianas herbáceas ou lenhosas, sendo agrupadas
mesmo padrão anatômico e consistem no mesmo em sete gêneros, com cerca de 600 espécies,
material botânico, apresentando porosidade distribuídas principalmente em florestas de
difusa, vasos exclusivamente solitários, placas de regiões tropicais, subtropicais e temperadas de
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CECCANTINI, G.C.T. Os novelos de fibras do abrigo rupestre Santa Elina (Jangada, MT, Brasil): anatomia vegetal e
paleoetnobotânica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
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paleoetnobotânica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
quase todo o mundo (Barroso 1978: 47-49, antidiabético e antidiarréico pela culturas Créole,
Mabberley 1997: 55-56, Capellari Jr. 2001: 1- Palikur e Wayãpi da Guiana Francesa.
34). O gênero Aristolochia possui cerca de 500 Além de referências como plantas medici
espécies, sendo que cerca de 60 ocorrem no nais, existem citações de espécies tóxicas ou
Brasil (Barroso 1978: 47-49) e 14 são citadas mesmo usadas como veneno para pontas de
para o Estado de Mato Grosso (Dubs 1998: 26- flechas (Pio Corrêa, 1975; Garavito, 1990;
27). As diversas espécies podem ser conhecidas Mabberley 1997: 55-56).
popularmente por diversos nomes no Brasil: A literatura não só aponta usos medicinais e
papo-de-peru, jarrinha, mil-homens, milhome, de caráter tóxico, mas também significados
cipó-milome, flor-de-cachimbo, patito, buta, rituais principalmente associados a cultura
anhangá-puturi, angelicó, calunga, urubu-caá Iorubá e ao culto afro-brasileiro do Candomblé
(Cointe 1947: 377-488, Pio Corrêa 1975, Braga (Camargo, 1985: 99-101; Verger, 1995: 635).
1976: 39-40 e 392, Lima et al. 2000: 33-55, Os efeitos farmacológicos citados se justifi
Capellari Jr. 2001: 1-34). cam pela presença de diversos metabólitos
secundários, especialmente ácido aristolóquico e
alcalóides aporfínicos. Além desses podem ocorrer
Aspectos etnobotânicos de terpenóides, flavanas, saponinas (Hoehne 1939:
Aristolochia 104-108, Hoehne 1942, Grenand et al., 1987,
Robinson 1991: 322-323, Cronquist 1988: 283).
A plantas da família Aristolochiaceae são Um ponto em comum às diversas descri
conhecidas como espécies medicinais desde a ções de Aristolochia é a presença de odor forte
antiguidade, sendo reportados seus efeitos e desagradável, principalmente nas flores.
terapêuticos por Dioscorides. A palavra Aristolo Esses odores têm caráter picante, aliáceo e
chia significa em grego “bom parto” (“aristos” = canforado (Braga 1976: 39-40, Pio Corrêa
excelente; “lochios” = parto) (Hoehnel942). 1975). Provavelmente, estão relacionados à
Esse significado pode ser originado de relações presença de óleos essenciais voláteis, deriva
simbólicas com a genitália feminina. Por um dos de fenilpropanóides (asarona, elemicina,
lado, há o aspecto das suas flores que lembram a safrol, eugenol) monoterpenos e sesqui-
posição do feto humano no corpo feminino, por terpenos (Grenand et al. 1987). Esse dado
outro, o efeito que possui na motilidade uterina, pode ser importante para interpretar o uso
que pode tanto estimular a menstruação ou desse material.
partos, como levar a abortos (Hoehne 1942,
Uphof 1959, Pio Corrêa 1975, Braga 1976,
Interpretação dos materiais fibrosos:
Garavito 1990, Mabberley 1997: 55-56).
uso e ecologia
Há numerosas referências sobre uso medici
nal de Aristolochia. Para suas espécies são
apontados muitos efeitos, sendo que, no Brasil, O Abrigo Santa Elina apresenta grande
os mais comuns são como estimulante, sedativo, riqueza de materiais fibrosos conservados, sendo
emenagogo, diurético, febrífugo, anti-séptico, que aqueles derivados de palmeiras, como
sudorífico, antibiótico (Braga 1976: 39-40, cestaria, sandália, estojos penianos, apresentam
Cointe 1947: 377-488, Pio Corrêa 1975, Simões detalhado estudo etnográfico no qual são
et al. 1989: 50-51). Para a América do Norte, descritos usos, técnica de preparações e afinida
também são referidos muitos usos medicinais, des culturais (Taveira 2000). Esses materiais
incluindo ação analgésica, anticonvulsiva, anti- foram relacionados à cultura Umutina, de grupos
reumática, vermífuga, especialmente para A. indígenas Bororo, que habitam a região, entre
serpentaria L. (Moerman 1998). Além dos usos tanto não foi possível para a autora interpretar o
apontados, Garavito (1990) apresenta dezenas de significado e uso dos novelos, que nesse traba
referências sobre outros usos medicinais para lho são referidos como “maranhas” ou “fibras
espécies da Colômbia, por exemplo, como vegetais intrincadas”. A identificação botânica
convulsionante e purgante. Já Grenand et al. precisa do material pode sugerir alguma interpre
(1987: 1-569) aponta usos como febrífugo, tação.
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paleoetnobotânica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
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paleoetnobotânica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
ANEXO
Material examinado em herbários
CECCANTINI, G.C.T. Plant anatomy and palaeoethnobotany at Santa Elina shelter (Jangada,
MT, Brazil). Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
Referências bibliográficas
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CECCANTINI, G.C.T. Os novelos de fibras do abrigo rupestre Santa Elina (Jangada, MT, Brasil): anatomia vegetal e
paleoetnobotânica. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 189-200, 2001.
FLORENZANO, M.B.B. Fontes sobre a origem da moeda: apresentação crítica. Rev. do Museu
de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 201-211, 2001.
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São Paulo, 11: 201-211, 2001.
fundações do templo arcaico de Ártemis, foram colunas para o templo de Ártemis em Éfeso
encontradas, entranhadas na construção, noventa (Heródoto, I, 92).
e três moedas de electrum (liga de ouro e prata), Em um artigo em 1951, Jacobsthal (JHS:
de tipos monetários variados e pesos variados. 86-95) datou o material não monetário da Base
Fato importante é que neste conjunto havia Central do Artemísion ao século VII a.C. em
discos de metal sem qualquer figuração no geral, com exceção de quatro estatuetas femini
anverso ou no reverso, discos apenas estriados nas minúsculas de electrum que deveriam ser
em uma das faces e com punções na outra e datadas do final do VII e início do VI a.C.,
discos com carimbo de figuras (leão, pata de oferecendo assim a data final de fechamento do
leão, galos, bode, besouro, foca, grifo, veado, depósito. As escavações austríacas revelaram
touro, cabeça masculina) em uma das faces e estatuetas do mesmo tipo em versões maiores e
punções na outra. A impressão causada nos portanto com traços mais visíveis e associadas a
arqueólogos responsáveis pelas escavações e outras estatuetas femininas de marfim do tipo
transmitida por Head é que este conjunto de ‘hawk goddess’. De acordo com as análises
peças refletia as fases da própria invenção da estilísticas comparativas e com outros contextos
moeda: primeiro apenas discos sem nada, depois arqueológicos datados no Mediterrâneo todas
com estrias e finalmente com representações estas estatuetas são nitidamente pós-dedálicas e
figuradas. Parecia também que por serem de portanto não mais antigas do que 600 a.C..
tipos variados, estas moedas teriam sido oferen Algumas datas fixas portanto podem ser
das de cidades variadas para o grande centro de assim destacadas. O depósito da base central
culto de Ártemis da Ásia Menor, em Éfeso. (Base A) do Artemísion em Éfeso possui
Entretanto, estudos técnicos identificaram que os material datado de todo o século VII, a sua data
mesmos cunhos foram empregados para a de fechamento deve ser situada ao redor de 600
realização dos punções das diferentes moedas, a.C.; a Base B é, com toda probabilidade, a
mesmo das estriadas (Weidauer 1975). Portanto, fundação da estrutura para a qual Creso contri
elas foram fabricadas em uma mesma oficina, e buiu nos anos 550 a.C. É portanto correto
concomitantemente ou pelo menos em um afirmar que todas essas moedas encontradas na
espaço de tempo reduzido. Base A e na Base B, reputadas como as primei
Esse depósito na Base Central do Artemí- ras moedas jamais cunhadas, foram fabricadas
sion, incluía também outros objetos como uma em uma época anterior a 550 a.C. e com muita
grande variedade de jóias, artefatos de âmbar e probabilidade anterior a 600 a.C..
pequeníssimas estatuetas de marfim e de De acordo com Stanley Robinson estas
electrum. Os arqueólogos ingleses encontraram moedas devem remontar no máximo a 630 a.C.
também uma segunda base mais recente do que a se considerarmos pelo menos uma geração para a
Base Central, batizada de Base B. Em um muro sua fabricação (Robinson 1951). Não é mais
entre a Base A e a Base B foi encontrado um possível afirmar hoje, no entanto, que estas
pote de cerâmica bastante simples com mais 17 peças mostram fases diferentes e progressivas da
moedas de electrum dos mesmos modelos invenção das moedas já que, como viemos de
daquelas encontradas na Base A (Holloway dizer, é segura a conclusão de que várias delas
1984:17). De acordo com Head, o contexto foram fabricadas com as mesmas ferramentas
arqueológico permitia datar este pote ao final do (Weidauer 1975). Outros autores tentaram subir
período A. Hoje, do ponto de vista dos estudos mais estas datas partindo de estudos estilísticos
de cerâmica, este mesmo modelo de vasilha é das representações nas próprias moedas. Entre
encontrado em contextos variados que datam de tanto, estes estudos são inconclusivos pois estas
todo o século VII a.C. As escavações austríacas primeiras moedas parecem ter sido fabricadas
recentes, permitiram uma datação mais precisa sem muita técnica e portanto possuem um estilo
da Base B à época de maior difusão da cerâmica de difícil definição na arte arcaica. Concreta
protocoríntia e coríntia transicional e recente, mente, as representações gravadas em várias
qual seja 620-580 a.C. (Bammer 1991). A delas podem tanto datar de fins do século VI
tradição escrita registra igualmente que Creso, a.C. quanto da época micênica! (Holloway
rei lídio (c. 560-546 a.C.) teria contribuído com 1984:6) Não é impossível que novas escavações
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sejam realizadas e tragam à luz estas mesmas tocante ao metal empregado é também considera
moedas em contexto anterior aos anos 630 a.C. da como um grande passo na concepção e no
Entretanto, de acordo com a documentação estabelecimento de uma cunhagem regular,
existente hoje não há qualquer fundamento para controlada pelo Estado. O electrum, era de fato
se afirmar que as moedas tenham sido criadas na um metal de avaliação muito complicada uma vez
Ásia Menor anteriormente a essa data. que era provavelmente uma liga natural de ouro e
A respeito destas emissões deve-se concluir prata e, portanto, a proporção entre um metal e
igualmente, de acordo com as evidências que outro fugia do controle de quem fabricava estas
possuímos, que elas foram emitidas por indiví peças. A prata, ao contrário, era encontrada em
duos. Com efeito, várias trazem inscrições estado muito mais puro, o que facilitava tanto ao
nominais, como ‘sou o sema (insígnia) de Fanes’ emissor quanto ao usuário o controle do valor de
ou então o que podemos transcrever como cada peça. Por esses motivos, aceita-se normal
RKALIL, ou ainda VALVEL. Não possuímos mente a precedência das moedas de electrum da
concretamente nenhuma evidência de que estas Ásia Menor, com relação às mais antigas moedas
fossem peças batidas por algum dos Estados da do continente grego.
Ásia Menor, ainda que esta seja uma hipótese Partindo destes pressupostos, de que modo
possível no tocante às peças que não possuem podemos definir a cronologia e o significado da
inscrição, hipótese que tem atraído os especialis adoção das moedas em época arcaica na Grécia?
tas (Kraay 1976:23-25). E possível, por exemplo, Os numismatas tem levado a sério a definição de
que a moeda com a representação de uma foca cronologia por meio da análise específica e
seja de Focéia, cujos tipos posteriores eram de técnica do documento material. Deixando as
fato imagens de focas. fontes escritas de lado - que de resto como se
Com relação à adoção da cunhagem de percebe pelos textos arrolados ao final deste
moedas na Grécia propriamente dita é ‘universal capítulo, são contraditórias e posteriores aos
mente’ aceito pelos especialistas - numismatas e acontecimentos e portanto eventualmente
historiadores - que esta tenha ocorrido na interpretativas - as análises de séries monetárias
seqüência da criação das moedas na Ásia Menor e conhecidas e o estudo dos tesouros monetários
que não tenha sido uma adoção imediata mas têm oferecido algumas chaves de interpretação
antes que tenha transcorrido algum tempo entre a bastante interessantes. De modo geral, tem-se
criação da moeda na Ásia Menor e sua adoção na trabalhado do ponto de vista cronológico,
Grécia. Os argumentos que fundamentam essa reconstruindo-se as séries monetárias das
posição são de várias ordens. Inicialmente, primeiras cidades a bater moedas - Egina,
costuma-se levar em conta o fato de Heródoto Atenas e Corinto - , da época mais recente para a
mencionar os lídios como os criadores da moeda. mais antiga; avançando-se no tempo, de trás para
Mas, são consideradas também outras tradições frente, poderíamos dizer. Nesse sentido, os
escritas como o fragmento de Aristóteles que estudos caracteróscopicos têm se revelado de
menciona Hermodice, mulher do rei da Frigia extrema valia, apontando para conclusões
como criadora das moedas (doc. 9 abaixo) e bastante consistentes.1
também a tradição conservada em Póllux que
situa, entre vários lugares, a origem das primeiras
moedas em algum lugar na Ásia Menor (dr>c.5 (1) A caracteroscopia é uma técnica de análise numis-
abaixo). O estudo do material monetário é, nesse mática inicialmente sistematizada por J.B.Colbert de
Beaulieu em Traité de Numismatique Celtique, vol 1,
contexto, também de fundamental importância.
M éthodologie,1972. Implica um estudo aprofundado das
De fato, quando se observa detalhadamente as imagens monetárias no maior número possível de
moedas mais antigas de Egina, Corinto ou Atenas exemplares de sorte a permitir a identificação dos cunhos
é visível a semelhança com as moedas da Ásia (os carimbos) que gravaram as imagens em cada moeda.
Menor no tocante ao reverso incuso, mas também A identificação dos cunhos permite estabelecer uma
associação entre os diferentes reversos e anversos ligando
é sensível o aperfeiçoamento técnico ocorrido umas séries a outras Os estudos caracteroscópicos
nesse mesmo tipo de reverso: a regularidade dos permitem estabelecer com bastante segurança a seqüên
punções, o emprego de um único punção para cia relativa das várias séries monetárias, o volume de
cada tipo e assim por diante. A mudança no cada emissão e, em última análise, o ritmo de cunhagem
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FLORENZANO, M.B.B. Fontes sobre a origem da moeda: apresentação crítica. Re v. do Museu de Arqueologia e E tnologia,
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Por outro lado, os estudos da composiçã» tirano da cidade, or uparam Zancle do outro lado
dos tesouros de moedas arcaicas também têm do estreito entre a Itália e a Sicília, mas então,
revelado associações entre moedas que permitem traíram Anaxilas, fazendo uma aliança com
o traçado de uma certa contemporaneidade entre Hipócrates tirano de Gela, e assenhoraram-se
várias emissões. As evidências apresentadas por sozinhos de Zancle. Em 488 a.C. foram expulsos
alguns destes tesouros foram bastante valoriza por Anaxilas. Nos anos que controlaram Zancle,
das tendo em vista a presença de moedas para as os sâmios bateram moedas com tipos caracterís
quais possuímos datação mais segura. Há, com ticos de sua terra natal. Estas séries são, portan
efeito, algumas datas muito precisas e definitivas to, datadas de 493 a 488 a.C. (Kraay 1976:213).
para a Numismática grega do período arcaico. A Essas datas servem para a definição de
primeira refere-se a dois depósitos votivos cronologias para vários tesouros monetários de
encontrados selados nas fundações da Apadana época arcaica. É natural concluir-se que moedas
de Dario I em Persépolis. Uma inscrição encon sistematicamente encontradas associadas com
trada no mesmo contexto registra a realização essas peças datadas devem ter uma data de
dos depósitos entre 517-514 a.C. Entre outros fabricação e/ou circulação próxima destas.
objetos, algumas moedas fazem parte desse Tomando cada uma das três cidades que
depósito: uma peça de Abdera, cidade fundada inicialmente emitiram moedas na Grécia,
em 544 a.C. (a moeda é, portanto, posterior); vejamos como a documentação pode ser articula
moedas emitidas por Creso (como já dissemos da para se criar um quadro referencial mais
devem ser datadas de 560 a 546 a.C.) e também amplo a respeito da adoção da cunhagem.
uma moeda de Egina que os estudos caracteros-
cópicos situam não entre as primeiríssimas
moedas de Egina, mas entre aquelas que fazem Atenas
parte das primeiras séries mais volumosas (série
‘iia’; cf. Holloway 1971). Os estudos de associações de cunhos
A segunda data também muito precisa é a realizados nas emissões mais antigas de Atenas
data da destruição de Síbaris, colônia grega do permitiram estabelecer, com clareza, toda a
sul da Itália, por sua rival política Crotona, em seqüência das primeiras moedas, as Wappen-
510 a.C.(Heródoto, V, 44). Ainda que colônias münzen (moedas heráldicas) e a passagem desta
de Síbaris que provavelmente receberam os categoria de moeda para aquela das moedas que
refugiados depois da derrota, tenham emitido se tomariam típicas de Atenas com a representa
moedas em nome dos exilados, é bastante seguro ção da deusa Atena e de sua coruja, as assim
datar as emissões da cidade propriamente dita ao chamadas ‘corujas’. Sobre as Wappenmünzen é
período anterior à sua destruição em 510 a.C.. preciso inicialmente chamar a atenção para o
Finalmente a terceira data considerada fato que estudos físicos da prata empregada em
segura refere-se à data das emissões monetárias sua fabricação, atestaram que o metal não é
dos sâmios que se refugiaram em Régio, na proveniente das minas do Láurion na Ática como
Sicília, depois da revolta jônica contra os persas é o caso da prata empregada para a fabricação
(494 a.C.). Estes sâmios, instados por Anaxilas, das ‘corujas’. Outro fato de interesse é que estas
moedas não possuem qualquer identificação que
permita atribuí-las a Atenas. Por terem tipos tão
variados poderiam inclusive pertencer a vários
de moedas de oficinas específicas. Trata-se de uma
centros emissores diferentes. O fato de terem
m etodologia capital para o conhecimento das moedas da
Antigüidade, uma vez que contorna a dificuldade sido encontradas, mormente, na Ática é que leva
imposta pela possível refundição de peças. Nesse sentido os especialistas a vê-las como produtos de
associa-se com proveito aos estudos de numismática Atenas. Mas, resta a dúvida: quais foram as
experimental, que concluem que um cunho de anverso (o autoridades emissoras? O Estado ou as diferen
cunho fixo, na bigorna) fabricado de acordo com a
tes famílias aristocráticas como o nome Wappen
tecnologia antiga, pode bater até 10 000 exemplares e o
cunho de reverso (o cunho móvel que recebe o golpe do
münzen parece implicar e como quer a interpre
martelo) pode emitir até 16 000 exemplares. Cf também tação tradicional? Uma das Wappenmünzen,
Kraay 1976: 18-19. situada pelo estudo caracteroscópico no final da
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FLORENZANO, M.B.B. Fontes sobre a origem da moeda: apresentação crítica. Re v. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
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linha das associações de cunho, é justamente a esse contexto. Quem, afinal introduziu a cunha
moeda que traz uma cabeça de Atena de um dos gem em Atenas? Pisístrato foi o primeiro a bater
lados e a coruja do outro. Esta moeda seria, as Wappenmünzen no meio do século? Foram os
portanto, a última das Wappenmünzen , começan aristocratas antes da tomada do poder por
do-se em seguida a emissão das ‘corujas’. Estas Pisístrato que emitiram estas moedas e em
primeiras ‘corujas’ são tecnicamente relacionada seguida Pisístrato implantou a cunhagem de
às Wappenmünzen, através do modelo de disco ‘corujas’? Foi Hípias que adotou a emissão de
monetário empregado e do modelo do quadrado ‘corujas’ mais para o final do século? Ou terá
incuso do reverso. Com a ajuda dos tesouros sido Clístenes, que em 508/7 iniciou a emissão
monetários, e a constatação do volume das de ‘corujas’ como medida complementar de suas
emissões tem-se tentado datar todas essas séries, reformas democráticas? Finalmente, a moeda é
relacionando-se ao que conhecemos a respeito da produto da tirania ou da democracia?
história de Atenas no século VI a.C. O primeiro A última proposição a esse respeito é feita
fato a ser fixado é que o primeiro grupo de por R. Ross Holloway que retoma algumas
‘corujas’, é datado por suas associações em conclusões anteriores de Seltman e Kraay. Para
tesouros, do último quartel do século VI a.C. Com este autor (1999), a adoção de moedas em
efeito, vários são os tesouros que permitem esta Atenas foi promovida por uma aristocracia rural
datação; o principal, no entanto, é o tesouro de da Ática que escolheu, de acordo com cada
Asyut cujo enterramento é datado de 480-475 a.C. família o emblema a aparecer em suas moedas
e que continha 162 ‘corujas’ de Atenas dos tipos (Wappenmünzen). A falta de um poder centrali
subseqüentes às Wappenmünzen. Este tesouro zado mais forte favoreceu este tipo de comporta
está composto predominantemente por moedas mento. A evidência nova apresentada por
gregas (867 moedas de prata) datáveis da segunda Holloway é o achado de um cunho de bronze
metade do século VI a.C. Se então pudermos provavelmente de Wappenmünzen, em um
situar aproximadamente o início da emissão de depósito votivo datado dos séculos VII e VI a.C.,
‘corujas’ em tomo de 530-525 a.C. as Wappen no Sounion, localidade da Ática. Para o autor, o
münzen devem distribuir-se pelas décadas fato de esta ferramenta própria da fabricação de
anteriores possivelmente até 560-550 a.C. moedas ter sido dedicada em uma área rural é
Mas, a datação por meio dos tesouros não é um forte indicativo de que a fabricação de
exata e permite uma certa flexibilidade, fazendo Wappenmünzen dava-se no campo e não em
com que os estudiosos deslizem ligeiramente Atenas (Holloway 1999:12).Ainda de acordo
suas datas entre os anos 570/60 a.C. e as guerras com Holloway, quando Pisístrato retomou de
médicas em 480 a.C. Alguns cuidados, entretan seus dois exílios e estabeleceu um govemo mais
to, têm sido tomados: não é aceitável, por duradouro nos anos 540 a.C., introduziu uma
exemplo, comprimir muitas emissões em poucos cunhagem centralizada representada pelas
anos nem deixar enormes vazios sem emissões. primeiras emissões de ‘corujas’ que são emis
Assim, se de um modo geral as primeiras sões pouco volumosas (três séries), mas que
‘corujas’ podem ser datadas do último quartel do teriam durado durante todo o período da tirania e
século VI a.C., não é aceitável propor uma data início da democracia de Clístenes. O início do
para as Wappenmünzen logo no início do século século V teria presenciado um aumento conside
VI, ou no século VII a.C., pois isto implú aria rável de emissões, aproveitando o crescimento
em longos espaços de tempo sem qualquer da produção de prata nas minas do Láurion e em
moeda e também dissolveria o relacionamento vista de preparativos para o enfrentamento dos
que existe do ponto de vista técnico entre as persas (Holloway 1999:13). Esta interpretação
últimas Wappenmünzen e as primeiras ‘corujas’. do Prof. Holloway é um exemplo de como a
No nosso entender a implicação mais exigüidade das fontes obriga o arqueólogo/
importante da cronologia da adoção da cunha numismata a trabalhar. É sem dúvida uma
gem por Atenas é o estabelecimento de um interpretação engenhosa, mas, no nosso enten
contexto histórico que explique esta adoção. der, necessita de mais evidências confirmatorias.
Infelizmente, com os dados que possuímos é Com relação a Atenas é indispensável ainda
ainda impraticável dizer com exatidão qual foi uma avaliação a respeito dos testemunhos de
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São Paulo, / / : 201-211, 2001.
Aristóteles (AP, X) e de Andrócion (Plutarco, Jones 1993:27, n.39). Nesse contexto, como
Sólon, 15- doc. 12 abaixo). De acordo com estas entender que estes autores estejam referindo-se a
fontes, Sólon teria promovido várias mudanças uma mudança exclusiva no peso das moedas?
nas medidas de capacidade de peso e nas moedas Nómisma, com efeito, significa também, aquilo
como parte das reformas efetuadas para contor que é corrente, convencionalmente aceito. E
nar as crises sociais do início do século VI a.C.. certo que antes da introdução da moeda existia
Argumenta-se que se Sólon pode realizar um sistema de pesos metálicos convencional
mudanças na cunhagem de Atenas, é porque esta mente aceitos, segundo os quais se calculavam
já existia há algum tempo, talvez até no século muitos dos valores e é deste sistema que decorre
VII a.C. As mudanças, de acordo com as duas a palavra nómisma empregada pelos autores do
passagens, se referiam à alteração de peso da século IV a.C.. Assim, Sólon, muito provavel
moeda, sem uma correspondente alteração do mente, procedeu a uma reforma dos pesos
valor facial. Entretanto, é fato, que a análise convencionalmente aceitos como medidas de
ponderal das séries iniciais de moedas atenienses valoração de bens e não necessariamente a uma
não apresenta qualquer mudança de peso. Ao reforma monetária.
contrário, o peso é constante demonstrando
bastante controle técnico (Kroll e Waggoner
1984:327). Assim, alguns autores pensam que Egina
Atenas utilizava as moedas eginéticas, mais
pesadas, e que por obra de Sólon foi introduzida O caso da cunhagem das moedas eginéticas
a nova cunhagem de moedas propriamente é muito semelhante ao das moedas de Atenas. As
ateniense. Entretanto, como vimos, a reconsti evidências dos tesouros monetários e dos
tuição das séries monetárias e o estudo dos estudos caracteroscópicos apontam para uma
tesouros não nos autoriza a subir tanto assim a cronologia do início dessas emissões no segundo
data da adoção de moedas em Atenas. quartel do século VI a.C. Em um dos depósitos
Temos, portanto, um problema de concor votivos da Apadana de Persépolis (517-514
dância entre fontes escritas e materiais que a.C.), foi encontrada uma moeda de Egina do
merece ser tratado. Não se pode simplesmente tipo ‘iia \ que de acordo com as associações de
descartar o testemunho de Aristóteles e de cunho representa as primeiras emissões mais
Andrócion como mera invenção, pois, são volumosas da cidade. O tipo ‘i’ é pouco denso já
considerados testemunhos sérios e, além disso, que para a sua cunhagem foram utilizados menos
com toda probabilidade, as leis de Sólon cunhos. O posicionamento relativo dessas
estavam acessíveis aos autores que escreveram emissões e a data oferecida pelo depósito em
no século IV a.C. (Kroll e Waggoner 1984:332). Persépolis autorizam uma data em tomo de 560
No meu entender, a dúvida é resolvida através da para a emissão das primeiras moedas eginéticas.
compreensão dos termos empregados por estes Esta data é corroborada pela composição de
textos. Ora, tanto um quanto outro menciona outros tesouros monetários como os de Mit
reformas no nómisma. Ora, vimos já anterior Rahineh e Demanhur, achados no Egito. Nestes,
mente como este termo custou a ser empregado moedas eginéticas da categoria 4iia’ estão
para denominar explicitamente a moeda cunha associadas às moedas da ocupação sâmia de
da. Com efeito, este é um termo que apenas a Zancle, datadas de 493-488 a.C.. Evidentemente,
partir de meados do século V a.C. é entendido se for considerado que os tesouros podem ter sido
como moeda cunhada. Mencionamos também formados ao longo de anos, e estarem compostos
como as moedas adotaram em sua origem os por partes mais antigas, e outras mais recentes,
nomes de pesos como estater, dracma, óbolo. essas moedas de Egina poderiam ter sido deposi
Também as contas e os inventários dos bens dos tadas antes de outras consideradas mais recentes.
templos e dos santuários, registram dracmas e Mas, como existe uma recorrência de associações
estateres mencionados indiferentemente ao lado em vários tesouros (ver o quadro de tesouros mais
de objetos, artefatos, de ouro e prata fazendo abaixo) é possível - como no caso das moedas de
com que nós não tenhamos uma noção clara se Atenas - chegar a datas aproximativas para o
são de fato moedas ou pesos metálicos (Melville início da cunhagem em Egina.
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FLORENZANO, M .B.B. Fontes sobre a origem da moeda: apresentação crítica. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
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interpretação possível das fontes textuais seguida da Frigia., ou Erictônio e Lico pelos Atenienses,
por Atenas e por Corinto, que inauguraram suas ou os Lídios como diz Xenofonte ou os naxianos
emissões em tomo de 560-550 a.C. segundo a opinião de Aglostenes.” Póllux, IX,
Podemos também afirmar com certeza que a 83; século II d.C.
introdução da moeda nas cidades-estado gregas 6. “...os eginetas foram os primeiros a cunhar
está relacionada à constituição de um Estado moeda, conhecida como eginética depois deles.”
característico, à definição dos contornos da Eliano, Varia Historia, XII, 10; século II-III d.C.
pólis, e ao poder exercido neste contexto. É 7. “...pois que Fídon, rei de Argos, foi o
sintomático, que seja o século VI - século das primeiro a cunhar moedas de ouro, em um lugar
tiranias - a época da introdução da cunhagem. É da Argólida chamado Eubéia” (Etymologicum
importante notar como, também na Sicília, o Magnum, s.v. Euboikon nomisma; século X-IX
período de introdução e de maior volume da d.C.)
cunhagem e de maior cuidado artístico com a 8. “íon, que governava a terra da Tessália,
gravação dos cunhos monetários é o período de foi o primeiro...a fazer do ouro moeda.” Lucano,
florescimento das tiranias (entre o último quartel VI, 401-405. Século I a.C.
do século VI e a primeira metade do século V 9. “...e dizem que Hermodice, mulher de
a.C.). Como bem assinala Holloway (2000, Midas, rei da Frigia, foi de rara beleza, mas
inédito) a emissão de moedas tem a ver com o também sábia e hábil e que foi a primeira a
controle, com o poder instituído muito mais do cunhar moeda em Cyme.” Aristóteles, fr. 611, 37
que com qualquer aspecto econômico, de Rose; século IV a.C.
crescimento comercial ou de aprofundamento de 10. “Os lídios foram os primeiros entre os
relações de mercado. A moeda é fruto da pólis homens, até onde vai o nosso conhecimento, a
grega, é resultado de transformações profundas cunhar e a usar moedas de ouro e prata, e também
no pensamento grego e na maneira de se medir e foram os primeiros a vender mercadorias a varejo.”
de se avaliar coisas e serviços. A moeda é um Heródoto, I, 94, 1; meados do século V a.C.
instrumento de poder e de manipulação do 11. “Ao que tudo indica, tais foram, então, as
poder; como elemento constitutivo da pólis disposições populares de sua legislação. Efetuou o
grega servia à tirania e ao poder democrático. cancelamento das dívidas anteriormente à legisla
ção, mas o aumento dos pesos e medidas e das
moedas foi depois. 2. Na sua época, com efeito, as
Documentos escritos medidas tomaram-se maiores do que as fidonianas,
sobre a origem da moeda na Grécia como também a mina, pesando anteriormente
setenta dracmas, foi completada em cem. A
1. “...e ele inventou as medidas que são primitiva unidade monetária era a didracma. Fixou
conhecidas como de Fídon e também os pesos e também pesos relacionados às moedas, de modo
a moeda, esta última de prata e em alguns outros que sessenta e três minas, tinham o peso do talento,
metais.” Éforo, frag. 115; século IV a.C. com as três minas distribuídas pelo estáter e pelos
2. “...e Éforo diz que a moeda de prata foi demais pesos.” Aristóteles, Constituição de Atenas,
cunhada pela primeira vez em Egina, por Fídon.” capítulo X; século IV a.C.; referindo-se às reformas
Éforo, frag. 176; século IV a.C. de Sólon em 594 a.C.
3. “... e Fídon de Argos fixou as medidas 12. “...o aumento das medidas e do poder de
oficiais, idealizou os pesos e cunhou moeda de compra do nómisma. Porque ele fez com que a
prata em Egina.” Marmor Parium, 30, derivado mina correspondesse a cem dracmas, e antes
de Éforo; datas de 1580 a 260 a.C. eram apenas setenta dracmas; assim, pagando-se
4. “...e Fídon de Argos foi o primeiro a a mesma quantidade mas de um valor inferior,
cunhar moeda em Egina; depois de ter emitido aqueles que tinham dívidas saíram-se amplamen
moeda, ele recolheu os espetos e os dedicou a te beneficiados e os que aceitaram esses paga
Hera de Argos.” Orion, Etymologicum, s.v. mentos também não perderam.” Plutarco, Vida
obelós; século V d.C. de Sólon, 15; citando o testemunho de Andró-
5. “...se Fídon de Argos foi o primeiro a cion, (político ateniense, 410-340 a.C.) referin-
cunhar moeda, ou Demodice, consorte de Midas do-se às reformas de Sólon em 594 a.C.
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Sakha (Egito) 1639 c.500-490 2+
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Tarento (Itália) 1874 c.500-490
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Benha (Egito) 1640 c.490-485
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Asyut (Egito) 1644 C.475 155 63 53
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São Paulo, 11: 201-211, 2001.
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Gela (Sicilia) 2066 2+
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Anatolia - Sul 1177 c.480-475
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Acróp. - Atenas 480 30
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Zagazig (Egito) 1645 dep.470 3+ 4+
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Apadana 1 /8 9 517-514
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Ciclades c. final s.VI
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Rahineh (Egito) 1636 c.500
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Istmia c.475
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Líbano Holl, 1999 C.480
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Decadracma Holl, 1999 C.460+C4
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Ásia Menor 1165
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Eubéia 530-10
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Eleusis 520-500
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FLORENZANO, M.B.B. Fontes sobre a origem da moeda: apresentação crítica. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia,
São Paulo, 77 : 201-211, 2001.
FLORENZANO, M.B.B. The origins of coinage: archaeological and literary sources. Rev. do
Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 77: 201-211, 2001.
ABSTRACT: The goal of this article is to present all the sources - material
and literary - concerning the invention of coinage by the ancient Greeks. The
documents are presented systematically with the intention of pointing out all
possible interpretations.
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213
HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do M useu de A rqu eologia e E tnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
mente pelos jarros globulares encontrados no sicismo no século V a.C.: ‘de uma ances-
sítio de Dímini. tralidade híbrida, o povo grego de época
Que a Grécia tivesse recebido uma série de clássica chegou a estar constituído de tipos
ondas de migrantes não era àquela época muito próximos, quase de puro sangue’.
nenhuma novidade. Palavras e elementos não Myres estava interessado apenas em
indo-europeus no idioma grego eram tipicamen fatores supostamente objetivos que podiam
te explicados como sobreviventes de um ser observados externamente. Com efeito,
substrato lingüístico sobre o qual os invasores debruçou-se sobre a evidência do que ele
indo-europeus impuseram sua própria lingua chamou de ‘memória folclórica’, considerando
gem. Apenas um ano depois das Sather tais tradições como genuínas reminiscências
Lectures de Myres, o arqueólogo norte- históricas. Se o mito narrava estórias a respei
americano Cari Blegen e o filólogo J.B. Haley to de heróis com nomes aparentemente não
publicaram um artigo no American Journal o f gregos como Pélops ou Arquésio que supos
Archaeology no qual argumentavam que os tamente haviam chegado à Grécia três gera
recém chegados indo-europeus haviam trazido ções antes da Guerra de Tróia, então, isto
com eles novos itens culturais tais como casas devia indicar uma época de imigração vinda do
em forma absidal, enterramentos em cista leste nos anos ao redor de 1260 a.C. E as
realizados em túmulos individuais e uma lendas a respeito de Cadmo que chegara em
cerâmica diferente, cinza encerada ‘miniana’. uma data anterior ainda, vindo da Fenicia a fim
Ainda que demorasse uma outra década até que de fundar a cidade de Tebas e aquelas a
Georges Dumézil elaborasse a sua teoria sobre a respeito de Dânao chegando do Egito para
estrutura tripartite dos mitos e da religião indo- assumir o reino em Argos, deveriam, similar
européia, acreditava-se comumente, àquela mente, ser entendidas como referências a um
época, que as divindades olímpicas representa período ainda mais antigo de imigração ao
vam um estrato mais recente na história religio redor de 1400 a.C. Myres engenhosamente -
sa dos gregos, que haviam sido sobrepostas a ainda que equivocadamente - havia classifica
uma base rígida de espíritos e de deusas-mãe. do os heróis do mito de acordo com gerações
Mas, Myres pensava de forma diferente de seus de trinta anos e até mesmo utilizou este
contemporâneos a respeito de um item bastante sistema para criar datas na cronologia ainda
importante. Para estes últimos, os gregos eram mal compreendida da cultura material da Idade
aqueles novos invasores que vinham de fora e do Bronze. Hoje, nossa tendência é ver os
que haviam trazido o discurso e as crenças mitos como tentativas das populações de
indo-européias e novos artefatos e formas tempos históricos de legitimação e de explica
culturais à Península grega. Para Myres, por ção das circunstâncias do presente por meio
outro lado, os gregos tinham surgido no solo de uma referência ao passado; passado que
grego e isto era o resultado de seleção natural. poderia ou não ser fictício. E, como o que tem
Os gregos, diz ele, “conseguiram a unidade que de ser explicado ou legitimado no presente é
usufruíram em sua grande época, graças a sempre uma realidade em mutação, tradições
controles regionais bastante austeros que diferentes e novas acabam entrando no
eliminavam, selecionavam, favoreciam qualida vocabulário mítico, co-existindo - por vezes
des, faculdades e aspirações em uma população até em contradição com - as variantes anterio
diversificada e heterogênea....na última crise, foi res. De fato, não há razão para supor que a
esta mesma diversidade e mistura caótica que figura de Pélops tenha se desenvolvido em
se tomou o mais potente estímulo na luta para qualquer outro lugar da Grécia a não ser no
‘bem viver’”. Assim, enquanto os outros próprio Peloponeso, que toma o seu nome.
historiadores falavam na ‘chegada’ dos gregos, Aliás, suspeita-se, ainda hoje, com bastante
Myres argumentava que os gregos estiveram freqüência, que Dânao e Cadmo não tenham
sempre no processo de se ‘tomarem’ gregos, sido vistos pelos habitantes da Grécia como
ainda que ele acreditasse que isto tivesse sido imigrantes do Leste até o século V a.C.
conseguido durante os séculos que imediata O que falta em todas estas análises e
mente precederam a época do ápice do clas- interpretações é a perspectiva de quem está
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
dentro do grupo. Com efeito, considera-se um Argos ou Acaia. O nome Helas é encontrado na
princípio cardinal do pensamento antropológi Ilíada, mas a área à qual este nome se refere é
co desde pelo menos os anos 1960, que o extremamente limitada. No livro IX, o velho
conceito de etnicidade envolve muito mais a Fênix relembra as proezas de sua juventude e
percepção interna de cada membro de um reconta como havia fugido da casa de seus pais
grupo. O grupo étnico é, assim, definido não em Helas e havia se dirigido para a corte do rei
pela soma de diferenças objetivamente obser Peleu na vizinha Ftiótida. Esta e outras passa
váveis mas por apenas aquelas diferenças que gens tomam claro que Helas aqui define uma
os membros do grupo, eles próprios, percebem área relativamente pequena, ao redor do vale do
como diferenças significantes. E esta idéia não rio Espérquio na Grécia central (Fig. 1). Na
é uma invenção da era pós ‘melting pot’: já em Odisséia, entretanto, Helas parece ter sido
1912, o grande sociólogo alemão Max Weber imaginada como uma área já muito maior.
definira os grupos étnicos como ‘os grupos Menelau deplora o destino do filho de Ulisses,
humanos que mantêm uma crença subjetiva em Telêmaco, enquanto este viaja ‘através da
sua descendência comum .... sem importar se Hélade e do coração das terras argivas’.
uma relação objetiva de sangue existe ou não”. Enquanto isso, Penélope orgulha-se que a fama
Assim, minha preocupação hoje, não é com o de seu marido, Ulisses, espalha-se também
que nós pensamos que os gregos eram mas ‘através da Hélade e do coração das terras
com o que eles pensavam que eram. Ao mesmo argivas’. Mas o destino de Telêmaco não seria
tempo que concordo com a conclusão de tão terrível se ele tivesse tido intenção de visitar
Myres de que os gregos estavam ‘sempre no somente o vale do Espérquio e a cidade de
processo de vir a ser’ eu proponho que este Argos. Da mesma forma, o elogio de Penélope,
processo não havia sido concluído antes do se tomado no sentido literal, poderia ser uma
período clássico e que os critérios em que os forma de gabar-se da reputação do marido. Ao
gregos fundamentavam sua auto-identificação contrário, parece claro que esta fórmula foi
transformaram-se de acordo com a época. empregada para abranger a Grécia em geral,
Aparentemente, há poucos grupos étnicos onde Hélade é a Grécia central, ao norte do
através da História que não tenham expressado istmo de Corinto e o coração das terras argivas
sua auto-consciência comum por meio de um é o Peloponeso, uso atestado ainda muito
nome coletivo. A razão disto não é difícil de posteriormente em Demóstenes e em Plínio, o
determinar. A etnicidade depende de catego- Velho (Fig. 2). Uma ampliação da abrangência
rização, ou seja, da habilidade em dividir o geográfica de ‘Helas’ aparece ao final do século
mundo entre ‘nós’ e ‘eles’. E a categorização é VII a.C. quando o poeta espartano Alemão
muito melhor operacionalizada quando há descreve o troiano Paris como ‘um mal para
nomes. É, portanto, surpreendente que os Helas, produtora de homens’. Mas, mesmo
nomes que os gregos utilizaram para designa- então, outros fragmentos poéticos do período
rem-se a si mesmos - Helenos - e a terra que sugerem que Helas pode ter indicado apenas
habitavam - Helas - aparecem relativamente uma porção principal da Grécia, com exclusão
tarde nas fontes textuais. As nossas mais de muitas das ilhas do Egeu (Fig. 3). Teremos
antigas obras sobreviventes são provavelmente que esperar pela poesia de Xenófanes em
os poemas épicos homéricos: a Ilíada que se meados do século VI a.C., para encontrar o
acredita tenha adquirido mais ou menos a forma primeiro emprego do termo Helas significando
que conhecemos hoje ao final do século VIII sem ambigüidades o que chamaríamos de Grécia
a.C. ou talvez no transcorrer do início do século - ou então para ser mais precisos - o Mundo
VII a.C. e a Odisséia cuja composição é prova grego. Encontraremos o mesmo padrão com
velmente de uma geração mais tarde. Nos dois relação ao termo ‘helenos’ que não é empregado
poemas os gregos que sitiam a cidade de Tróia para designar os gregos em um sentido abran
são coletivamente denominados aqueus, gente e coletivo antes do século VI a.C.. Na
argivos, dânaos - aparentemente de modo poesia pós-homérica mais antiga, os gregos são
intercambiável - mas não helenos. E sua terra chamados de pan-helenos; termo que implica em
de origem é referida não como Helas mas como pluralidade muito mais do que em unidade.
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HALL, J, Quem eram os gregos. Rev. do M useu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
Fig. 3.
Que o século VI a.C. tenha sido um helenos, representados por um herói epônimo
período crucial para a cristalização da identida chamado Heleno que, por sua vez, era visto
de grega é também sugerido pela tradição como o pai ou como o avô destes grupos
genealógica encontrada em um poema frag constitutivos.
mentário denominado Catálogo de Mulheres Há duas razões pelas quais pode-se supor
que, se acredita, foi composto na primeira que Heleno não havia sido concebido original
metade do século VI a.C.. O poema registra mente como o ancestral de Éolo, Doro, íon e
que o herói Heleno teve três filhos, Doro, Xuto Aqueu. Em primeiro lugar, enquanto o termo
e Éolo, e que Xuto teve como filhos, Aqueu e ‘helenes’ não indicava, como vimos, o povo
íon. Esta árvore familiar funciona para fazer a que chamamos de gregos até pelo menos o
relação dos principais grupos populacionais século VI a.C., a literatura mais antiga reconhe
da Grécia entre si e para criar uma identidade ce a existência dos outros grupos: os dórios e
helénica mais abrangente. Os eólios, represen os jônios aparecem uma única vez nos poemas
tados pela figura epônima de Éolo eram as homéricos e o poeta Hesíodo que escreveu no
populações que habitavam as regiões da início do século VII a.C. registra que o seu pai
Grécia central, a Tessália e a Beócia juntamente havia migrado para a Grécia central vindo da
com a faixa norte do litoral da Anatólia. Os cidade eólia de Cime na Ásia Menor. Em
dórios, representados metaforicamente por segundo lugar, há uma intrusão na genealogia
Doro, habitavam partes do Peloponeso, as da figura de Xuto, filho de Heleno e pai de íon
ilhas do sul do Egeu, incluindo Creta e o e de Aqueu. Por que deveriam íon e Aqueu ser
sudoeste da Ásia Menor. Os jônios, simboliza vistos como os netos e não como os filhos de
dos pela figura de íon, ocuparam Atenas e a Heleno e por que não há uma população ‘xutia’
Ática, a ilha de Eubéia, as ilhas Cíclades e a na Grécia que fosse representada por Xuto? A
costa central da Anatólia. Por fim, Aqueu melhor explicação é que os jônios e os aqueus
representava os aqueus que haviam se estavam ansiosos para estabelecer laços de
estabelecido - pensava-se - ao longo da costa parentesco entre si por meio da figura comum
sul do Golfo de Corinto. Juntos, eólios, dórios, de Xuto antes que tivessem percebido ou
jônios e aqueus podiam ser vistos como sentido qualquer afinidade maior com eólios
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
ou dórios. Isto, por sua vez, sugeriria que a santuário oracular de Apoio em Delfos. Além
genealogia apresentada no Catálogo de disso, pode não ser acidental que as elites
Mulheres constitui o produto final de um tessálias começaram a obter muitas vitórias
processo gradual por meio do qual populações nos Jogos Olímpicos em tomo da metade do
originalmente independentes procuraram século VI a.C.. No início do século V a.C ./a•
estabelecer laços étnicos entre si acrescentan participação nos jogos Olímpicos estava »
do os nomes de seus ancestrais à mesma restrita àqueles que podiam alegar descendên
árvore familiar e eventualmente traçando uma cia helénica e é, portanto, totalmente possível
descendência comum até Heleno. A identidade que foi na órbita trans-regional dos jogos que
helénica foi construída de forma agregativa a identidade helénica surgiu, na medida em
por meio da percepção de similaridades com que as elites dórias, jônias e aquéias começa
grupos de pares. ram a forjar relações de parentesco fictícias
As evidências fragmentárias que possuí com os eólios da Tessália. Este tipo de registro
mos a respeito deste período provavelmente agregativo, não podia ser nunca inteiramente
nunca revelarão com qualquer certeza os inclusivo: a associação em um clube apenas
motivos e os agentes que estiveram por trás assume significância e kudos se para outros a
da criação da auto-consciência grega no entrada for negada. Uma outra razão para
século VI a.C., mas os tessálios do centro- suspeitar o envolvimento dos tessálios é que
oeste da Grécia são sem dúvida os suspeitos alguns de seus vizinhos - como, por exemplo,
mais óbvios. Em primeiro lugar, a tradição os parrásios e os magnésios que parecem ter
derivava a descendência de Heleno do herói tido um relacionamento de dependência com
tessálio Deucalião. Em segundo lugar, os relação aos tessálios - não eram considerados
tessálios que se viam como eólios originais helenos porque seus ancestrais epônimos não
podiam derivar sua própria descendência do estavam em uma linha direta de descendência
filho mais velho de Heleno. Os tessálios de Heleno e, de fato, não há nenhum registro
tinham desde o século VII a.C. sido o poder de vencedor nos Jogos Olímpicos nesse período
dominante no Conselho que administrava o que fosse parrásio ou magnésio (Fig. 4). Há,
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, II: 213-225, 2001.
entretanto, outros grupos que hoje considera muitas das práticas das elites - gerou uma
ríamos como gregos, aos quais não se atribuía visão negativa dessa região. A palavra
- no século VI a.C. - uma descendência ‘bárbaros’ - tanto o adjetivo quanto o subs
helénica, entre eles, os etólios da Grécia tantivo - registrada apenas ocasionalmente
ocidental e os arcádios do Peloponeso central. antes da invasão, entra agora no uso comum
Mais recentemente, os especialistas têm para designar não apenas os persas mas todos
sugerido com freqüência que um sentimento os outros grupos de não-gregos, sem qualquer
de auto-consciência verdadeira, de helenidade, diferenciação. Na tragédia e na comédia grega,
surgiu apenas depois da invasão dos persas e os personagens bárbaros assumem um papel
a sua derrota na Grécia nos anos 480-479. A mais central e são em geral representados
evidência examinada até o momento parece como cruéis, sem moderação, covardes, servis
refutar esta hipótese. Muitos gregos, ainda e afeminados.
que nem todos, procuraram uma unidade Na Ática, os pintores de vasos também
comum em termos de parentesco compartilha mostram uma nova fascinação em pintar guerrei
do, pelo menos duas gerações antes da ros bárbaros, e adaptam esquemas iconográficos
invasão dos persas. Entretanto, é verdade que anteriormente empregados para representar
a invasão persa teve um efeito na forma como grupos não gregos como as Amazonas, adicio
os gregos se enxergavam. Tendo incorporado nando traços característicos gregos.
as cidades gregas da Ásia Menor em seu Diante dos estereótipos no teatro e nas
Império em meados do século VI a.C., no início artes, os gregos começam a especular mais a
do V a.C., os persas voltaram a sua atenção respeito de sua própria identidade. Começam a
para a Grécia. O golpe na Ática, em 490 a.C., foi perguntar-se o que, afinal, torna os bárbaros
revertido por Atenas na Planície de Maratona, tão estranhos. O que quero dizer é que se a
mas em apenas seis anos o Rei persa Xerxes já identidade grega foi construída de forma
estava realizando preparativos para uma agregativa por meio das similaridades entre
invasão em larga escala da Grécia tanto por grupos de pares, ela era agora definida em
terra quanto por mar. Conquistando a Trácia termos das diferenças percebidas e em oposi
aos poucos e em seguida a Macedônia, Xerxes ção a grupos externos de bárbaros. Esta
chegou à Tessália em 480 a.C.; depois de mudança no mecanismo definidor da auto-
superar a resistência espartana no desfiladeiro consciência grega permitiu uma maior inclusão
das Termopilas, avançou para capturar a que agora podia abranger grupos como os
própria Atenas a qual os atenienses haviam arcádios ou os etólios, mas também requeria
optado por abandonar. O esforço de defesa, que a especificidade grega fosse imaginada em
estruturado por uma coalizão de apenas uma termos mais concretos que uma simples
meia dúzia de cidades sob a liderança de afinidade genealógica.
Esparta, ofereceu pouca esperança ou qual Diferentemente dos autores de peças, seus
quer otimismo. Entretanto, a habilidade em contemporâneos, Heródoto não tinha idéias
escolher as táticas a serem empregadas e uma negativas em relação aos não-gregos - muito
boa dose de sorte permitiram que a marinha mais tarde, o próprio Plutarco viria a acusá-lo
grega obtivesse uma vitória decisiva sobre os de ser amigo dos bárbaros - ao contrário, suas
persas em Salamina e, na primavera seguinte, Histórias são muito mais do que uma simples
as forças gregas venceram o enorme exército narrativa a respeito das causas e dos eventos
persa em Platéia. A libertação da ameaça de ligados à invasão persa. Na verdade, é possí
invasão persa parece ter desencadeado uma vel afirmar que esta obra é uma meditação a
atitude completamente nova dos gregos em respeito da natureza da própria identidade
relação ao Oriente. Nos século VII e VI a.C., o grega e por isso talvez valha a pena retomar à
Oriente era um objeto de fascinação exótica definição de identidade grega que Heródoto
para os gregos, ou pelo menos nas elites coloca na boca dos atenienses e com a qual
gregas, mas a invasão persa e a ascensão dei início a esta palestra. Esta definição que
concomitante da democracia em várias cidades tem quatro aspectos - descendência, língua,
gregas - prática que servia à marginalização de religião e costumes - é ainda aceita como a
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do M useu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, l l \ 213-225, 2001.
principal (ou pelo menos a mais válida) as informações oferecidas pelas inscrições
definição grega de helenidade. Entretanto, eu oficiais e por alguns grafites eventuais.
concordaria com Myres que nenhum destes Conhecemos, por isso, as variadas formas em
traços teria sido identificável por si só para os que eram escritos os diferentes dialetos. Mas,
gregos do século V a.C. e que esta definição é, como os sinais do alfabeto são muito menos
portanto, uma parte de um projeto intencional numerosos do que a quantidade de sons
de Heródoto mais do que uma simples reflexão vocálicos que podem ser produzidos oralmen
a respeito das atitudes suas contemporâneas. te, é muito possível que os dialetos fossem
Vejamos o que nos revela em primeiro muito mais diferentes em suas formas orais do
lugar a descendência. Como vimos, a idéia de que podemos imaginar a partir de suas formas
que os gregos poderiam ser unificados por um escritas. Certamente, a evidência comparativa
mesmo parentesco já tinha trânsito corrente no não nos autoriza a considerar, com segurança,
século VI a.C. quando era expressa de forma o fato de que todos os que falavam dialetos
figurada por meio da genealogia no Catálogo gregos poderiam compreender-se mutuamente
das Mulheres. Notamos também, por outro e, portanto, assumir uma afinidade étnica.
lado, que a ligação dos heróis epônimos Éolo, Mesmo em nossos dias, os que falam dialetos
Doro, Ion e Aqueu era uma invenção relativa na Itália são, com freqüência, incapazes de
mente recente e que estes grupos constituti compreender uns aos outros: alguns milaneses
vos tinham tido uma existência anterior mais afirmam que compreendem melhor o espanhol
ou menos independente talvez por um par de do que o dialeto siciliano. E, portanto, prová
séculos. Além disso, lembramos que apesar de vel que um residente de Atenas, uma cidade
Heródoto narrar episódios do início do século cosmopolita que abrigava muitos residentes
V a.C., ele está fazendo o seu relato mais ou estrangeiros, possuísse uma facilidade maior
menos meio século depois. Com efeito, não apenas para compreender a fala dos outros. Mas, um
Heródoto viveu por todo o período em que as fazendeiro que vivia isolado em algum cantão
hostilidades entre Atenas e E sparta chega da Arcádia pode ter tido muita dificuldade em
ram ao ápice logo depois do final da guerra reconhecer uma similaridade lingüística entre o
contra os persas, como também ele sobreviveu seu dialeto e os demais. O que é interessante é
em pelo menos dois anos à deflagração da que até onde vai o meu conhecimento, Heródoto
Guerra do Peloponeso, conflito entre as duas é o primeiro autor a fazer referência a uma
cidades e seus respectivos aliados. Tanto única língua ‘grega’, sugerindo que, anterior
antes quanto durante a guerra, Atenas procu mente a ele, nem todos os gregos pertences
rou galvanizar o apoio entre suas aliadas sem a uma única comunidade lingüística.
apelando a uma descendência jónica comum Agora, com relação à religião. Tendemos
enquanto Esparta chegava a resultados nos dias de hoje a considerar as crenças e as
similares promovendo sua herança dórica. Esta práticas religiosas dos gregos a partir de uma
retórica bipolar entre jônios e dórios militava perspectiva comparativa, por meio da qual a
contra a crença da filiação a uma única família sua estrutura e o seu conteúdo são contrasta
grega. dos com as tradições judaico-cristãs e com a
Em segundo lugar, vejamos a questão da teologia islâmica. Entretanto, tal como no caso
língua. Do mesmo modo que os italianos não da linguagem, a religião no mundo grego
falavam italiano antes do ‘Risorgimento’, os operava essencialmente no nível da cidade-
gregos do século V a.C. também não falavam estado, o que implica que crenças e práticas
‘grego’. Ao contrário, cada região e cada podiam variar de região para região. Na
cidade-estado tinha o seu próprio dialeto do planície argiva, na Grécia do sul, por exemplo,
grego. Considera-se normalmente que esses a deusa Hera, que é para nós tão conhecida da
dialetos eram inteligíveis entre si, mas, na epopéia homérica como a esposa sofrida de um
ausência de registro literário de como os Zeus bastante namorador, era cultuada como
gregos se com unicavam com os que não uma virgem que presidia os ritos da agricultura
falavam o grego - e muito menos com os que e da fertilidade, enquanto na própria cidade de
falavam dialetos - tudo o que possuímos são Argos, o culto de Afrodite, praticado em um
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia. São Paulo, 11. 213-225, 2001.
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e E tnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
mente, constituem um único grupo de descen Grécia ocidental os quais, apesar de original
dência e esta é a razão pela qual sempre se mente bárbaros, haviam se helenizado por meio
sugere que Heródoto está de alguma maneira do contato com os gregos da vizinha Ambrácia.
‘indeferindo’ as verdadeiras credenciais Se pensarmos que bárbaros podiam tornar-se
gregas dos jônios. O desprezo que Heródoto gregos ao adotar os costumes gregos, então
tem pelos jônios da Ásia Menor é bastante alguns gregos poderiam ser considerados
evidente em sua obra, entretanto, não são ‘mais bárbaros’ por conta de seu modo de vida
estes os únicos a terem a pureza de sua mais atrasado. Tucídides nos fala que mesmo
descendência questionada por este autor. em seus dias, os habitantes de Locris Ozólia,
Heródoto nos diz que os atenienses - que da Etólia e da Acamânia na Grécia ocidental
também se consideravam jônios quando lhes ainda carregavam as armas em público, prática
interessava - eram originalmente uma popula que havia sido comum entre todos os gregos,
ção não grega de pelasgos que ‘aprenderam o mas, que naquela época era encontrada apenas
grego quando se tornaram helenos’. Conside entre as populações bárbaras.
rando que, com toda a probabilidade, Históri Resta-nos perguntar porque os gregos
as foi uma obra dirigida a uma audiência de começaram a ver-se mais em termos de costu
atenienses, esta afirmativa dificilmente pode mes e de cultura do que em termos de paren
implicar um insulto étnico. Com efeito, a crença tesco. Até um certo ponto, as antigas explana
de que os atenienses eram pelasgos antes de ções genealógicas de helenidade tinham
serem gregos combina perfeitamente com sobrevivido à sua utilidade funcional. Por um
outro mito de origens que os atenienses lado, elas não eram suficientemente inclusivas:
professavam - quando não se faziam passar os gregos sem dúvida haviam percebido que
por jônios - de que eram autóctones, de que os arcádios que lutaram tão bravamente pela
nunca haviam deixado o seu território e que liberdade da Grécia na invasão persa não
eram descendentes de Erecteu, aquele que podiam reivindicar qualquer descendência de
havia nascido da terra. Para os atenienses, o Heleno. Por outro lado, não havia nada que
mito de autoctonia era mais uma fonte de garantisse a exclusividade destas explanações
orgulho do que um motivo para vergonha: este genealógicas. Os cidadãos de Argos no
mito os marcava como uma das populações Peloponeso mantiveram uma neutralidade
mais antigas da Grécia e privilegiava a crença bastante rigorosa durante o conflito com os
em uma igualdade primordial fazendo derivar a persas e Heródoto nos diz que isto se deveu a
descendência mais do próprio território ático uma missão diplomática que os persas envia
do que de progenitores humanos diferencia ram a Argos na qual eles pleiteavam uma
dos. As conclusões parecem, então, muito descendência comum já que Perses, o ances
claras: para Heródoto, era a cultura comum que tral epônimo dos persas, era filho do herói
definia o que era ser grego, muito mais do que argivo Perseus. A reivindicação pode nos
a descendência compartilhada. parecer hoje ridícula, mas a verdade é que, na
Sendo ou não Heródoto o primeiro a Grécia antiga, o parentesco fictício servia
formular essa definição de helenidade mais tipicamente como a linguagem da diplomacia.
voltada para o lado cultural, trata-se de uma Também a crescente polarização do mundo
concepção atestada com cada vez maior grego - que resultou em última instância na
freqüência em outras obras do final do século guerra do Peloponeso - facilitou a crença em
V e do século IV. a.C.. Tucídides, por exemplo, uma única comunidade de parentela. Há razões
questiona se os gregos estavam originalmente suficientes, no entanto, para se acreditar que
relacionados uns aos outros: segundo este Atenas tenha contribuído de maneira decisiva
autor, foram tribos originalmente independen à formulação desta nova definição de heleni
tes que assumiram o nome de helenos por meio dade que se fundamentava em um critério mais
de contatos com os filhos de Heleno e não por cultural.
descendência destes. Tucídides também Em primeiro lugar, o século V a.C. presen
apresenta um paralelo para o caso ateniense ciou a ascensão da democracia radical em
em sua descrição dos argivos anfílocos da Atenas. Mais do que uma simples extensão
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11'. 213-225, 2001.
dos privilégios e das obrigações políticas a reunido uma imensa quantidade de riqueza
uma camada masculina mais abrangente, a devido à sua hegemonia sobre aliados que
democracia - que significa literalmente o poder pagavam um alto tributo e a sua força econô
das pessoas comuns - representava a vitória mica atuava como um imã poderoso sobre
do cidadão comum sobre as elites que eram, intelectuais e artistas bem como sobre merca
como vimos, elites fascinadas com o Oriente a dores e artesãos. Na oração fúnebre para os
ponto de ter importado e imitado produtos e primeiros tombados na Guerra do Peloponeso,
práticas orientais. Profissão de afinidades Péricles enfatizou os valores e as característi
genealógicas são difíceis de discernir, mas cas que faziam de Atenas uma cidade única e
transgressões orientalizantes por parte das proclamou que ela provia uma paideusis para o
elites podiam ser verificadas de forma melhor resto da Grécia. A palavra paideusis é freqüen
na esfera cultural, assegurando à cultura o temente traduzida por ‘educação’, mas o seu
papel de fronteira de controle entre helenismo sentido verdadeiro inclui as tradições e os
e barbárie. Antes das guerras persas, importa valores culturais que são transmitidos de
ção ou imitação direta de artefatos orientais geração em geração por meio da educação.
criavam itens de prestígio cuja dificuldade de Atenas emerge como a escola da Grécia - uma
aquisição marcava seus proprietários atenien ascendência intelectual comemorada no
ses como membros de uma elite trans-regional. famoso afresco de Rafael intitulado ‘A escola
Depois das guerras persas, no entanto, tais de Atenas’ de 1510-1511. O uso do critério de
itens foram adaptados nas mãos dos artesãos cultura no lugar do critério de descendência
atenienses. Artefatos de cerâmica, de metal ou para a definição de helenidade permitiu aos
mesmo vestimentas foram transformados nas atenienses suplantarem Esparta como a cidade
mãos de hábeis artífices. Assim, sem uma elite paradigmática por excelência. Platão chamaria
que os utilizasse com exclusividade, sem os Atenas de ‘prefeitura’ da Grécia e no túmulo
traços orientais por demais marcantes, esses de Eurípides, Atenas era descrita como a
itens foram simultaneamente democratizados ‘Helas da Hélade’. Entretanto, a formulação
ao mesmo tempo em que foram helenizados. mais explícita desta hegemonia cultural
Em segundo lugar, ainda que o mito da ateniense foi feita por Isócrates em um de seus
autoctonía conferisse uma antiguidade discursos - o Panegírico - escrito em torno
prestigiosa aos atenienses e justificassem o de 380 a.C.: “A nossa cidade ultrapassou de
seu sistema democrático, era incompatível com tanto os outros homens, no que diz respeito à
a genealogia grega mais antiga que colocava sabedoria e à expressão, que seus alunos
os atenienses no interior de um grupo jónico tornaram-se professores de outros. O resulta
mais abrangente. De fato, se os atenienses do é que o nome de helenos não mais indica
eram descendentes da terra, não podiam então uma afiliação étnica mas sim uma disposição.
ser jônios e, portanto, não podiam ser original Com efeito, aqueles que se chamam helenos
mente helenos, como deixa bem claro o relato são aqueles que compartilham nossa cultura
de Heródoto a respeito das origens pelasgas (paideusis) mais do que uma herança biológica
dos atenienses. Assim, os atenienses não comum.” Em outro discurso, escrito nos anos
podiam afirmar com certeza que eles eram da 350 a.C., Isócrates descreveu Atenas como a
mais pura origem helénica como talvez os única cidade verdadeira da Grécia, enquanto
espartanos acreditavam ser nesse período. Tebas, Esparta e Corinto aparecem como meras
Mas os espartanos não podiam competir no aldeias.
domínio cultural. Esparta, ainda que poderosa Como freqüentemente acontece, quase
militarmente, tinha adotado conscientemente toda a nossa documentação escrita vem de
uma ideologia arcaizante que isolava os Atenas e, portanto, não podemos considerar
cidadãos do mundo exterior tanto quanto que esta definição cultural de helenidade
possível. A prata cunhada era proibida, a fosse necessariamente aceita por todos os
adoção de práticas não espartanas era mal demais não-atenienses. Com efeito, para a
vista e estrangeiros eram com regularidade maioria da população das cidades fora de
deportados. Atenas, em contraste, tinha Atenas, outros imperativos mais mundanos
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HALL, J. Quem eram os gregos. Rev. do Museu de A rqu eologia e E tnologia. São Paulo, 11: 213-225, 2001.
tais como a subsistência e a defesa eram, ancestrais. Os papiros dos séculos III, II e I a.C.
provavelmente, muito mais importantes do parecem indicar que os trácios foram gradual
que a preocupação em definir um sentido de mente absorvidos à população grega do Egito
identidade grega que, com freqüência, tinha ptolemaico e Diodoro, historiador do século I
pouca relevância prática no cotidiano. Entre a.C., observa que, em seus dias, a população
as elites não atenienses, entretanto, suspeita- indígena da Sicilia aprendeu o grego, adotou os
se que a definição de helenidade não era costumes gregos e tomou-se praticamente
fundamentalmente questionada. A potência indistinguível do restante da população grega
das capitais culturais é que em um período da ilha. O seu contemporâneo mais jovem,
relativamente curto a sua propaganda consci Dionisio de Halicamasso, definia a helenidade
ente torna-se auto-sustentada. Tais ‘centros como o falar a língua grega, praticar o modo de
culturais’ servem, assim, como protetores da vida grego, reconhecer os deuses gregos e
autenticidade cultural cuja contestação é, por empregar leis razoáveis. O que é notável nesta
definição, não autêntica. definição é não apenas a similaridade em
Certamente, no mundo multi-cultural relação à caracterização criada por Heródoto,
inaugurado pelas conquistas de Alexandre, o mas também a omissão pouco discreta da lista
Grande, a descendência era um critério de da descendência. Sir John Myres estava certo:
helenidade sem sentido. Os gregos do período os gregos estavam sempre no processo de
helenístico, eram aqueles que haviam se tornarem-se gregos, mas os estágios cruciais
beneficiado de uma educação grega, que nesta evolução ocorreram não nas brumas
falavam o dialeto de Atenas (pelo menos no escuras da proto-história, mas no próprio
contexto formal) e participavam da vida do período que, para nós, define a glória da
Ginásio, independentemente da origem de seus Grécia.
HALL, J. Who were the Greeks. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia. São
Paulo, 11: 213-225, 2001.
ABSTRACT: The main goal of this article is to trace the ways followed by
the Greeks in building up their own identity. The Author assumes that ethnicity
is very much a matter of internal perceptions and that the ethnic group is
defined not by the sum of objectively observable differences but only by
those differences that members themselves regard as significant. The role of
Herodotus in this construct is stressed by the Author.
225
Rev. d o M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 227-242, 2001.
227
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: siglos X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de A rq u eo lo g ia e
E tnologia, São Paulo, 11: 227-242, 2001.
228
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo R ím ac, Peru. Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 2 2 7-242, 2001.
LTA.
229
ALTAMIRANO. A.J.E.; MOREIRA. J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de A rq u eo lo g ia e
E tn ologia. São Paulo. 11: 227-242, 2001.
agricultores desde
períodos remotos.
Material y Métodos
Existen dos
conjuntos de material
óseo. El primero está
constituido de 130
pacientes confirmados
de LTA de forma
mucosa y estudiados
en el Centro de Pesqui
sa Hospital Evandro
Chagas (CPq-HEC),
Fiocruz, Rio de Janeiro.
Realizamos el estudio
endoscópico de las
vias aéreas digestivas
superiores y seleccio
namos 7 casos de LM
con lesiones liticas del
macizo facial. Se
tomaron examenes
radiológicos para-
nasales y placas
radiográficas y tomo-
grafía axial computa-
Fig. 2 - Representación sugestiva de LTA de form a mucosa en la rizada con intervalos
cerámica Mochica, siglos I-VII después de Cristo. Su antigüedad es de medio centímetro en
casi 1,000 años antes del imperio Inca. 2 normas: anterior y
basal (oral), para cada
arqueológico, únicos documentos de carácter caso. En el exámen otorrinolaringológico
autóctono y “sui generis” para estudiar la (ORL) se utilizó el espejo de García, espéculo
presencia de focos endémicos de enferme nasal, ópticas tópicas de 0 y 90 grados y
dades, permitiendo su reconstrucción paleoe- espátulas descartables para la observación
pidemiológica en este segmento del proceso directa del revestimento mucoso de las
histórico y regional andino. A partir de la cavidades nasal y oral (Moreira 1994). Esta
década de 80 surge la Nueva Paleoepide- muestra representa el 5,38% y se compone de 6
miologia que se sustenta de 3 pilares: el hombres y 1 mujer adulta, mayores de 35 años
contexto arqueológico o biocultural, la incor de edad, de condición humilde y estaban
poración de técnicas biomédicas modernas y el ligados a actividades agrícolas durante su
contraste analítico del diagnóstico diferencial infancia y adolescencia. Este estudio duró
(Mendonça de Souza 1995; Buikstra & Cook aproximadamente 24 meses, entre 1998-99
1992, 1980; Ortner 1992; Weiss 1984; Ubelaker (Altamirano et al. 1999).
1982; Ortner & Putschar 1985; Zimmerman & El segundo grupo es el material arqueológi
Kelley 1982). Asimismo, la cerámica Mochica, co. En esta etapa, nos concentramos en los
elaborada casi 1,000 años antes del desarrollo cráneos del Laboratorio de Antropología Física
de los Incas, refuerza la hipótesis epidemio del MNAAH, Lima, entre enero y marzo de
lógica de su presencia basicamente entre 1999. Así, fue elegido la muestra de Makat-
230
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 2 2 7-242, 2001.
231
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: siglos X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de A rq u eo lo g ia e
Etnologia. São Paulo, / / : 227-242, 2001.
232
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M .C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo R im ac, Peru. Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 2 27-242, 2001.
TABLA 1
Relación de cráneos patológicos del sitio Makat-tampu, Lima
C em en terio M akat-T am pu
Sexo Edad P atologías
(C la v e M T )
A F -1 7 2 , MT M 30-40 a. No es patología
233
ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Ad
tampu durante el im perio inca: siglos X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do M useu de A rqu eólo i
E tnologia. São Paulo, 11: 227-242, 2001.
esta parte carece de reacción periosteal. El ondulante y reabsorción ósea periosteal que
borde de la lesión es “redondeado”, recto y se extienden por el borde destruido. Esta
fino (Vide Fig. 4). lesión viene de adentro hacia fuerta y afectó a
3) El caso 10 es otro masculino de ± 50 los cornetes nasales. Presenta fractura nasal y
años de edad. Exhibe lesión osteolitica del destrucción total del vómer post-mortem con
palatino izquierdo con reborde redondeado, reborde fino y recto. Muestra, además, fuerte
desgaste de los segundos premolares
y total obliteración de los alveolos
molares.
4) El caso 16 es masculino >50
años de edad. Este cráneo presenta
lesión litica del palato que erosionó la
espina nasal posterior premortem.
Muestra reborde suave, ondulante y
redondeado con leve reacción ósea
periosteal. Destrucción del seno
maxilar derecho con reacción ósea
periosteal que perforó la base de la
orbita derecha y alveolos de molares
y premolares obliterados. Los incisi
vos cayeron post-mortem. El arco
zigomàtico izquierdo y mastoides
derecha están fracturados post
mortem. Coloración verde en la
superficie alveolar de molares dere
chos obliterados. El borde es “redon
deado” y ondulante.
5) El caso 18 es un masculino de
40-50 años de edad. Expone lesión
litica extensa abarcando los senos
maxilares y destrucción parcial del
palatino con reabsorción periosteal
de borde ondulante y redondeado;
obliteración alveolar de molares por
periodontitis. Presenta una apófisis
mastoides izquierda fracturada
postmortem de borde fino y recto,
espina nasal izquierdo y cóndilos
fracturados postmortem y ambos
cóndilos también fracturados post
mortem.
6) El caso 28 es femenino de 25-
30 años de edad. El cráneo exhibe una
lesión litica en forma de “U” abierta
localizado en el borde posterior del
palatino con reabsorción ósea, este
Fig. 4 - Lesión litica localizada atribuida a LTA en borde es ondulante, redondeado y la
cráneo masculino mayor de 50 años de edad procedente lesión emerge de adentro hacia
de Makat-tampu, caso C-16, AF-2083, MT/13760. La afuera, afectando los cornetes
lesión ósea se inicia desde el borde posterior del palato nasales. Los cornetes se han perdido
y posee vascularización de los rebordes. postmortem. Sólo existen los raigones
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rím ac, Peru. Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 2 2 7-242, 2001.
de los 2 primeros molares por fractura post techos de caña o quincha. Este valle era el más
mortem. rico de la costa central debido a la cantidad de
7) Tales procesos osteoliticos, localizados restos arquitectónicos de barro, canales y
entre las suturas interpalatina y maxilo- campos de cultivo descritos por Middendorf
palatina, formando um arco de bordes sinuo (1894).
sos con vascularización que partió desde los En el siglo XVI, la ecología humana del
cometes nasales inferior y medio posterior valle del Bajo Rímac comprendía un extenso
hacia afuera, serían evidencias de quistes bosque de algarrobos, caña-bravas, chilcos,
metastáticos y de una enfermedad infecciosa huarangos, lúcumos, molles, paltos y pacaes,
que comprometió seriamente el revestimiento entre otros, que llegaba hasta las estribaciones
mucoso compatible a LTA. de los cerros de Ate, Vitarte, Huachipa,
8) Esta casuística representa el 2,07% del Lurigancho y Comas que permitía la vida de
conjunto, distribuidos en 4 hombres y 1 mujer. venados (Odocoileus virginianus), camélidos
Estos son adultos mayores de 30 años de edad {Lama glama), perros (Canis fam iliaris),
con problemas dentarios, manifestando princi zorros {Pseudolopex sechurae), monos,
palmente perdida de molares, caries y perio tigrillos, fauna volátil, batracios, roedores,
dontitis que alcanzaron hasta la cavidad pulpar. serpientes y lagartijas, entre otros. Además,
Un caso fue dudoso C-17 (Vide Tabla 2). los hombres vivían de la agricultura, artesanía,
pesca y mantenían una compleja red de
canales de irrigación, hechos de cantos
TABLA 2 rodados y barro, y en sus margenes crecían
Representación sexual de la serie
Makat-tampu con destrucción copiosamente plantas de caña o carrizo y
ósea sugestiva a LTA quincha (Rostworowski 1978). Asimismo, este
valle mantenía diversas zonas fangosas y
Sexo M u e str a LTA %
lagunas en el litoral donde puede haber vivido
M asculino 169 4 1,65 una abundante cantidad de mosquitos y
F em en in o 72 1 0,41 flebotomíneos que atormetarían cotidianamen
te la vida de los agricultores. Actualmente, el
D udoso - 1 -
bosque de Lima se ha fragmentado formando
TOTAL 241 5 2 ,0 7 relictos principalmente en las zonas de Ñaña,
Chosica y Matucana, donde pululan tales
insectos hematófagos.
Com entario
Los incas, al mando de Tupac Yupanqui,
conquistaron a los valles del Rímac, Chillón y
Según la revisión de literatura no existían Lurín hacia 1470 aproximadamente, incorporan
trabajos de paleopatología ósea concerniente do al dios Pachacamac en el panteón Tawan-
a LTA en la prehistoria peruana (Lombardi tinsuyo. Para el control del valle, instalaron 4
1994, Verano 1992, Cockbum 1988, Allison tambos, siendo Makat-Tampu uno de aquellos
1984). Su antigüedad estuvo refrendada por la centros administrativos. Consecuentemente,
copiosa iconografía de la cultura Mochica, miles de hombres y sus familias fueron transía-
siglos I-VII D.C. Mas esta evidencia indirecta dados al valle de Lima y convertidos en
no era suficiente. Así, nuestro estudio paleo- esclavos o mitmaq para la ejecución de
patológico sugiere la posibilidad de LTA de labores agrícolas. La craneometría efectuada
forma mucosa en una población agrícola que por Ericksen (1951) señaló que estos grupos
vivió en el valle bajo del Rímac durante la procedían de la región chaupiyunga del valle
instalación administrativa del imperio Inca, Chillón (Macas y Zapán). No obstante, en la
siglos XV-XVI. En aquellos tiempos, este mayoría de los sitios de pescadores y agricul
territorio albergaba unos 150,000 habitantes tores del Rímac aparece un tipo de cerámica
(Rowe 1946). Tales pueblos indígenas estaban ampliamente difusa denominado Huancho
asentados en la vera de los ríos y canales (Iriarte 1960). Las poblaciones humanas
donde construyeron sus casas de adobón con ligadas con esta cerámica procedían de la
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA. J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: siglos X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do M useu de Arqueologia e
E tn ologia, São Paulo, 11: 227-242. 2001.
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do M useu de A rq u eo lo g ia e
E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 2 2 7-242, 2001.
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu -jurante el im perio inca: siglos X V -X V I, valle del Bajo Rím ac, Peru. Rev. do Museu de Arqueologia e
Etnologia . São Paulo, 11: 227-242. 2001.
seno maxilar por efectos secundarios con mas, otitis, periodontitis y traumatismo, y
reacción ósea periosteal que en casos severos posiblemente tuberculosis y paracocci-
perforó la base de una de las órbitas. dioidomicosis.
2) Los resultados sugieren que la preva-
lencia de LM era alta en el valle bajo del Rímac.
Agradecimientos
El antiguo hombre peruano podría haber
adquirido el mal durante su desplazamiento a
la región yunga (Huarochiri y/o Canta) y la Este trabajo no hubiera sido posible sin la
floresta amazónica (Huánuco, Pasco y/o valiosa colaboración de la Dra. Sheila Men
Junín). Este modelo continúa ocurriendo en la donça de Souza, por la amabilidad y sugeren
actualidad. Sobre las infecciones cutánea y cias puntuales en la corrección del texto final y
muco-cutánea solamente tenemos las referen Dra. Keyla F. Marzochi, por su cariño, apoyo
cias iconográficas del arte mochica, la etnohis- logístico y emotivo en el Centro de Pesquisa
toria y la investigación filológica, reforzando el Hospital Evandró Chagas, Fiocruz, Rio de
presente estudio. Janeiro. Asimismo, a la Escola Nacional de
3) Alternativamente, la ausencia de una Saúde Pública de la Fiocruz que fue el alma
correlación positiva entre el traumatismo facial mater durante mis estudios de doctorado. En
(mutilación) y las lesiones sugestivas con LTA Lima, tuvimos la asesoría de los Drs. Gino
forma mucosa permite plantear dos hipótesis: Lombardi y Uriel García. Asimismo, de la Dra.
Hilda Vidal, jefe del Departamento de Antropo
- Si hubiera mutilación en el rostro de los logía Fisica y de la arqueóloga Elba Manrique
enfermos de MT, no quedaron marcas de corte
del MNAAH, Perú, quienes permitieron el
en el tejido óseo, a diferencia de las trepana
ciones craneanas. acceso al material paleopatológico.
- La alta frecuencia de traumatismos Finalmente, este estudio es consecuencia
encefalo-craneano de los MT debía ser conse del proyecto “Estudio de Leishmaniasis en
cuencia de la fuerte tensión social causada por el Poblaciones Humanas del Antiguo Perú y su
dominio Inca en el valle del Rímac, produciendo
Influencia en el Proceso Cultural Andino” (SG-
una alta violencia por conflictos inter-cam-
p91.134). Se inició en 1992, tuvo apoyo del Dr.
pesinos por el control del agua y la tierra.
Roberto Briceño-León y soporte financiero del
4) La patocenosis de Makat-tampu, Programa Especial de Investigaciones y
además de lesiones sugestivas a LM, com Entrenamiento en Enfermedades Tropicales
prendía otras como: abscesos dentarios, UNPD/Banco Mundial/OMS, CONCYTEC
caries, criba orbitalia, “goela-de-lobo”, osteo- (Perú) y CNPq (Brasil).
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tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de Arqueologia e
Etnologia, São Paulo, 11: 22 7 -2 4 2 , 2001.
Referencias bibliográficas
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M .C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rím ac, Peru. Rev. do Museu de Arqueologia e
Etnologia , São Paulo, 11: 227-242, 2001.
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M .C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de Arqueologia e
Etnologia, São Paulo, 77: 2 27-242, 2001.
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ALTAMIRANO, A.J.E.; MOREIRA, J.S.; MARZOCHI, M.C.A. Lesión litica craniana por Leishmaniasis en Makat-
tampu durante el im perio inca: sig lo s X V -X V I, valle del Bajo Rim ac, Peru. Rev. do Museu de Arqueologia e
Etnologia , São Paulo, 11: 2 2 7-242, 2001.
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Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 2 4 3-260, 2001.
Gordon Brotherston*
The Mostra organized in São Paulo in 2000 American vertebrates, notably mammals and
to mark the most recent 500 years of Brazilian birds, their behaviour and anatomy (1893).
history had the fortunate effect of bringing He was helped in his work by an expert
together and repatriating (if only temporarily) skinner of animals later employed by Wallace
exquisite artifacts that are otherwise housed ( ‘N atterer’s hunter Luiz’; Wallace 1889:77).
today in museums in Coimbra, Copenhagen, In the case of the jaguar skin acquired from
Vienna, Dresden, Berlin and other European the Bororo, we may assume that the skinning
cities. Prominent among* these artifacts was a had already been done by them since its
jaguar skin, 130 cm in length, acquired by inside surface is intricately decorated with
Johann Natterer during his sojourn in the native designs in red and black, being of
interior of Brazil (1817-35), which is reported to the kind known in their language as Adugo
have reached Vienna before 1823 (Fig. 1; Kann biri.1
2000). It was obtained from the eastern Bororo, Bom not long after Natterer returned to
centrally placed as they are in Matto Grosso, Europe, the Bororo chief Ukeiwaguuo, of the
between the Paraguay and Amazon river
systems. Already then, these people were being
harried by badly-behaved prospectors of (1) Within the last few decades, a further skin of this
European extraction. kind has been donated by the Bororo to the Museu
A forerunner of Darwin and Wallace, Rondon at the UFMT, Cuiaba (catalogue number 89/
N atterer pioneered research into South 002.526). The triangle/losange shape o f its units and its
name (Ikuie adugo - face/eye/star painting) connect it
with the night sky; and in introducing a characteristic
assymetry (9 9 9, 9 9 9; 9 9 9, 9 10 10) it correlates
(*) U niversity o f E ssex, Inglaterra; Stanford synodic and sidereal moons with the night sky number
U n iversity, EUA . eleven, in the formula; (27 x 3) + 29 = 110.
243
IT. 2 4 3 -2 6 0 , 2 0 0 1 .
Fig. 1 - The Natterer jaguar skin (after Kann & Riedl Dorn 2001: 246-7). Thanks to Johannes Newath for his help in tracking down this source.
BROTHERSTON, G. 'M eaning in a Bororo jaguar skin’. Rev. do Museu de A rqueologia e E tn ologia, São Paulo,
BROTHERSTON, G. ‘M eaning in a Bororo jaguar skin’. Rev. do Museu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo,
11: 2 4 3 -2 6 0 , 2 0 0 1 .
Pawoe clan, decided to collaborate with the volume Le Cru et le cuit (1964), it is a Bororo
Salesian missionaries, who began to arrive in his narrative (WS 198-209) that provides the basic
territory towards the end the 19th century, in reference and foundation myth as M 1. Indeed,
order to record native knowledge ever more many have wished to link the binary preference
threatened by invaders from outside. A funda of L évi-Strauss’s whole Structuralist
mental corpus of Bororo narratives recounted by philosophy to his understanding of Bororo
Ukeiwaguuo, many of which focus on the figure logic and social practice. At any event, the
of the jaguar, was published by Colbacchini in effects of this interpretation are overwhelming
1925, along with an Italian translation.2 in such cases as Maybury-Lewis’s Dialectical
Ukeiwaguiio’s scholarly impulse was continued Societies, and play a key role in the detecting of
by Akirio Bororo Kejewu,3 better known to many ‘dialectical’ opposition between notions of wild
as the resistance leader Tiago Marques and social, lower and higher, instinct and soul,
Aipoburéu, who before his death in 1958 guided random and reasoned, and so on in Crocker
Colbacchini’s Salesian successors Albisetti and (1985:280), Viertler (1991) and others. In Maira
Venturelli in compiling the monumental Enciclo (1976), the Brazilian writer-anthropologist Darcy
pédia bororo (1962-1976. = EB). Volume 2 Ribeiro extended the Bororo binary model to
contains his narratives, which differ intricately cover the Tupi, among whom Akirio comes to
from Ukeiwaguiio’s; and a good selection of be numbered; indeed, Ribeiro went so far as to
those published here and previously appears in say that Akirio was the true author of the book:
English in Wilbert and Simoneau (1983; = WS). “Tiago Marques Aipoburéu...é quem o escre
Besides Akirio’s narratives (vol.2), the Enciclo veu” (Sá 1993:84; see also Sá 1997).
pédia reproduces painted jaguar skins - Adugo Over the last two decades, important work
biri - of the kind found by Natterer, describing in on Bororo astronomy and concepts of space
detail their significance and the circumstances of time has been done by Stephen Fabian (1982,
their production (vol.l, pp. 356ff; 229ff). 1992, 1998). Living in Garças and Meruri, Fabian
As for readings of this evidence, narrative has been able to show how exactly the Bororo
and visual, by outsiders, the Bororo are perhaps continue to observe the sky and how intricately
second to none in native America, in terms of its movements are correlated with social practice.
the systemic considerations they have Going beyond the bounds of Structuralism, he
provoked. In Tristes tropiques (1955), Claude has been concerned with the validity of astrono
Lévi-Strauss made quite clear the profound mical observation in its own right, and something
effect that living among and conversing with not necessarily reducible to mentalistic patterning.
the Bororo had had upon him, an effect then Yet only in the Enciclopédia - the work of
transmitted through his book on to large areas the Bororo themselves in the person of Akirio
of western thinking, in the first instance - do we find concerted attention paid not just
particularly with regard to the intellectual to the conceptual structures and mentalité of
capacity of peoples whom Montaigne had the Bororo but to the visible language manifest
famously characterized as having yet to be in and on their artifacts, and to its wider
taught the A.B.C. (Essais 1.31). Lévi-Strauss’s relevance and significance. When not ignored
subsequent four-volum e m asterw ork by the Structuralists as ‘non-oral’, this langua
Mythologiques (1964-71) sets off from and ge has been read according to that philoso
insistently returns to the Bororo. In the first phy’s principles of non-referentiality.4 It is
(2) The variants in the 1942 Portuguese version of (4) See, for exam ple, Lévi-Strauss 1964:246-7. I am
these texts are com mented on by Baldus. Later thinking here o f his analyses of designs made by
versions are also found in ‘Bôe bacarô. Algumas other members o f the G e-Bororo fam ily, the
lendas e notas etnográficas da mesma tribo [Bororo]’, Caduveo, w hose sites o f occurence (e.g. face-
in Rondon 1948; and in Fabian 1992. painting) are comparable with those o f the Bororo
(3) Akirio contributed w idely to preserving Bororo discussed here. O f particular interest is his apprecia
know ledge: see his contributions to toponym y in tion o f their formal logic and intricate asym m etries:
Drum m ond 1965. see Ribeiro 1980.
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epitomized in the kind of framed and hence The skins prepared for this ceremony are
textual statement found on the Natterer skin. the Adugo biri, a term which means both
Considering it in the detail its formal com ‘jaguar skin’ and ‘painted skin’; the one
plexity demands suggests other epistemo- collected by Natterer is an especially fine
logical approaches, helps to neutralize the example. The designs on the inner surface are
constraint of imported western paradigms, and normally drawn, with the aid of a ruler, in two
in turn points to little-considered areas of colours, red and black, obtained from urucu or
tropical American logic and philosophy. At the achiote dye (nonogo) and charcoal (irogodu).
same time, placing it in context allows for its This pair of colours, red and black, is used to
highly condensed numerical and formal logic - distinguish between the Bororo subclans and
its ‘truth’ in this sense - to be drawn out into is said to have adorned the skin, when new
the larger field of cosmogony and society. born, of Adugo’s twin sons, the Bakororo-
doge, who guard the west and east entrances
of the settlement. The format characteristic of
Jaguar and its skin the Adugo biri designs is a central column
with glyph-like units arrayed to either side,
As the material source of the Natterer skin, which, physically highlighted in the Barege
the jaguar Adugo plays multiple roles in Ekedodu parading of the skin, effectively
Bororo cosmogony and society. A figure of correlates vertebrate anatomy with the east-
fun that can be fooled even by a grasshopper west layout of the Bororo settlement. In so
(WS 166), he is also the founding father of the doing, it comes brilliantly to exemplify Bororo
people. Before the arrival of the ‘Brazilians’, he notions of bodily and social reconstitution,
was the most feared predator and enemy, and likewise available in the Portuguese term for
yet can be lover and kin. Intensely telluric, he the feast (refeição; cf. Plitek 1978; Viertler
travels through the sky, and has an undeniable 1991).
astronomical dimension (Fabian 1992). Invol The corpus of Adugo biri designs to
ved with all eight clans, he has a special which the Natterer skin belongs may be read
relationship with the ‘first’ of them, whose as a small yet highly resonant compendium of
name Badajebage Xebeguiuigue is glossed Bororo and Amazonian culture more generally.
‘constructors of the village’ (Fabian 1982:298). Since they are found elsewhere in the daily life
The logic embodied in the Bororos’ of the Bororo, the designs are as it were
relationship with Adugo underlies many of framed and re-represented here in the Barege
their rituals and ceremonies, most of all the Ekedodu ceremony, as in a reflexive intellectual
celebration known as Barege Ekedodu. statement anticipated in the double meaning of
Described at length in the Enciclopédia (EB Adugo biri (jaguar/painted skin).5 For the
1:229ff), this ‘feast of the wild’ is staged to Adugo biri lexicon draws on images that adorn
honour the hunter who kills a jaguar single- musical instruments (akodo), textiles (aroia),
handed, as a way of compensating the rela penis sheaths (ba era), palm-fibre fans (ba-
tives of a Bororo who has recently died (‘como kureu), and body and face painting in general
retribuição aos parentes de algum finado, por (iaroe e-tawujedu, boe e-ejiwu)', and these
ocasião da morte do mesmo’). It involves images in turn are explicitly acknowledged to
feasting, women and men dancing in pairs, have been derived from the markings on the
songs sung in honour of the jaguar, and the skin, scales and feathers of other species,
elaborate decorating of the inner surface of its primarily the jaguar. Hence, the Adugo biri
skin. Held at a 45 degree angle, the painted
skin is then paraded along the east-west path
that separates the moities of the settlement,
(5) The term has now com e to mean writing as such,
and kicked from behind. It becomes the focus
an analogy also seen in B orges’s remarkable story ‘La
of the song ‘Animal skin that speaks’ (Barogo escritura del d ios’, in which a Maya priests ‘reads’ a
biri batarureu) which plays on the multiple jaguar skin. For other tropical American exam ples o f
significance of the jaguar adugo. the painted jaguar, see Schultz 1962.
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Fig.6 - Double triangle or ‘X ’ units: a) Iwara arege; b) Kogae kogae; c) variant o f b); d) variant o f b).
similarity to the Iwara arege design), the cross- emphasizes the bargain made with the sky
hatching typical of it is found on other Ko- spirits that there be more jaguars to hunt, the
gaekogae objects that are illustrated, for beast feared yet desired as anagnorisis. Fully
example the wind instrument wari (p. 51). Of in line with Bororo ideas of reconstitution, the
all the Adugo biri known, or that have been aroe version points rather to the material skin
reproduced, this Kogaekogae example is that will clothe and protect the soul on its
perhaps the most magnificent. journey beyond death, that will indeed re-
According to the Enciclopedia, the embody and re-articulate that soul, complete
Bororo have mutually non-exclusive expla- with teeth and claws, necklace and crown. In
nations of what the Barege Ekedodu ceremony the ceremony, the one who hangs the skin
means, and of the particular significance of the from his neck also wears the jaguar's teeth and
Adugo biri within it (EB 1:235). These expla- claws. Hence the visual and numerical interest
nations belong to shamanic modes of thought. evinced by the Adugo biri corpus, in the
or philosophical traditions, identified in that longer story of the vertebrate body and its
source by the terms bari and aroe. The former coverings. Likewise, the central column and
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anatomical format recall the body-frame thanks Numerically, and set in pairs as they are,
to which Meri the sun was able physically to the caves or holes explored by Adugo’s bride
reconstitute his brother the moon Ari, after the correspond to the head orifices - the sites of
latter had been torn apart by Adugo. the senses (ears, eyes, nostrils) that she
Further insight into just these Bororo needs fully to identify her future husband,
notions of precedent, numerical and con the ‘speaker’ and owner of the singular
ceptual, is offered in the accounts of how the mouth (commemorated in the Barege ekedodu
jaguar became the forefather of the tribe, and song of the ‘onça falador’). Moreover, in the
how he put the sun and moon to flight. For in classic proportion 7/9, the orifices of the
his foundational role, Adugo both engenders whole body might be insinuated in the
the hero Twins known as the Bakororo-doge, penetration of Adugo’s bride that goes on in
who clear for the Bororo their space on earth, the caves, first thanks to his predecessors,
and matches himself against the celestial bodies who do not inseminate, and then to him, who
of the sun-moon (Meri-doge), and the stars. does.
These stories are told in two sequences, which The other narrative about the jaguar
belong respectively to the terrestrial and celestial Adugo (WS 55-6) casts him as the first of
registers, and intricately cross-reference. eleven creatures, rather than the last of seven,
The first narrative (WS 174-86) concerns again all vertebrates, who encounter the
the role of Adugo as father of the hero twins powerful figures of sun (Meri) and moon (Ari),
Bakororo-doge (Bakororo and Itubore), who known jointly as the Meri-doge. These two,
rid the world of excessively dangerous beasts. sun and moon, have many dealings with
Installed as the western and eastern guardians j'aguars, and each is owner of a decorated
of the Bororo settlement, these two effectively jaguar skin made by the other, kept in the areas
initiate the system of eightfold clans arranged reserved for the clans Badajebage Xebe
in moieties: Xera to north, Tugarege to south guiugue and Badajebage Cobuguiugue (WS
at the perimeter, and the inverse at the center, 42). Around the village perimeter, these clans
in the men’s house. Adugo’s wife is the occupy the Xera side of the west and east
daughter of the Bororo hunter Akaruio doorways, guarded by Adugo’s twin sons
Bokodori, of the ^adajebage Xebeguiugue Bakororo and Itubore; the finer jaguar skin
clan, who instituted the feasts held in honour belongs to the senior twin, Bakororo of the
of jaguars (WS 110-1). As we saw, when new west and the Badajebage Xebeguiugue clan.
born, their twin sons - half jaguar and half This clan also has the exclusive right to use
human - have fine red and black stripes proper names based on the words for sun and
imprinted on their skin; they also display the moon.
double triangle markings of the sky people. In the story of the eleven creatures, Adugo is
In marrying Adugo, Akaruio’s daughter attacked by the Meri-doge luminaries for having
inverts Bororo matrilocal custom by travelling to once devoured the moon, an act which obliged
her husband’s home. This home is named by him the moon’s brother, the sun, to reconstruct his
as the last of a series of seven caves, and she body from the remains laid out on a framework
takes seven nights to get there, sleeping with the anatomy (WS 24-7). The restitutive powers
occupants of each of the previous caves along displayed by Meri in this regard enable him
the way. Feline (note the ai element discussed elsewhere to endow humans and other creatures
above) and wolverine, each occupant has with body parts, including teeth and digits.
progressively less black in his skin, the jaguar In being attacked and put to flight, the
having the finest and most variegated skin of all: jaguar Adugo is specifically identified as the
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highest and most populated Number Group, teeth, and their decimal sets of fingers (WS
11, exactly equals that of all the other numbers 155). Thanks largely to the Bororo, binary
put together: logic became the basis for Levi-Strauss’s
Structuralism; as for decimals, digits form the
2] base of Bororo counting nomenclature (Fabian
(7 x 2 )+ (8+ 2)+ (9 x 3 )+ (10x2) = 77 = 1 1 x 7 1992:232)
Just as the even numbers correspond to
Second, the grand total is the product of projections of the human body, so the odd
the lowest total on any one rib (left F or G) number 9 corresponds to its orifices and
multiplied by the highest total on any pair of stands in a special ratio to the 7 of the head
ribs (C): orifices. Indeed, just as in the Iwara arege
design examined above (1), 9 and 7 here
3] multiply to produce the sum of the inter
7x22=154 mediary divisible numbers:
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The next stage means distinguishing between The association between the two types of
the two types of unit it uses, those whose X unit, on the one hand, and the primes 7 and
hatching points upwards to either left (= X\) or 11, on the other, is in fact developed in the
right (= X/; Fig.6b). From the start, we may actual totals of these units found in the upper
confirm that, although they are intricately and lower areas, diagonally to left and right.
distributed between the Number Groups and to For the totals of X\ units to upper left and
left and right in the upper and lower areas (as lower right relate to both the square and the
we shall see), each of the two types of hatched sigma count of the smaller main prime, 7.
X unit totals 77, in an exquisite complement to Completing the pattern, the X/ totals to upper
the Number-Group formula established above right and lower left give the sigma count of the
(see 2): larger main prime, 11, reaching that total again
via squares, and multiples to the power, of all
5] the smaller primes (2,3, 5), as well as the sigma
X/: 7 + 8 + 9 + 10+ 10 + 11 + 11 + 11=77 count of the intervening 9. Always adding
X\: 7 + 8 + 9 + 9 + 11 + 11+ 11 + 11=77 only like with like, strictly within the four areas
of the grid this produces:
Overall, the general direction of the
hatching in the units (on the exceptions, see 6] X\
below) corresponds to their respective posi left right
tions on the ribs to right and left in the upper
and lower areas, in the diagonal cross that upper: 28 = 17
echoes that of the X unit itself.
lower: 7 42 = 7 + 42 = 49 = 72
all: Z7 + 72 = 77 = 7 x 11
left right
upper X\ X/ i.e. \1 X/
lower X/ X\ 1\ left right
upper: 32 = 25
Introducing a subtle variation, the hat lower: 25 = 52 11
ching in one of the five ribs in each of the ±9 = 32
lower areas fails, however, to cross-match with =34 11 = 34 + 11 = 45 = 19
that of the three in the respective upper area,
right to left and left to right, in the pattern all: 34 + 32 = 66 = 111 + 11 = 7 7 = 11 x7
established by the X design. The exceptional
fifth ribs (left G, right D) highlight the primes 7 In other words, the disposition of the two
and 11, again, and in so doing implicitly types of X units complements the Number-Group
associate the X\ unit with seven and the X/ disposition at every stage. What it adds is the
unit with eleven. notion of cross matching, explicit in the hatching
in the two types of units themselves, and which
Reichel-Dolmatoff has convincingly related, at
r ib s to ta ls o f X units one level, to tropical American notions of gender
left right relations between male and female, and human
\ / procreation (1981:22). In social terms, it may be
upper A
o
*
*
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Of the identifiable constellations, the pair lived).8 For their part, the phases of the
of turtles is of especial interest. Initially synodic moon have a rhythm of just over 29
identified with Corvus, the turtle Jeriguigui nights; yet in sidereal time it takes the moon
was later linked to Orion, in the opposite half nearer 27 nights to regain its position relative
of the sky, a transposition discussed by Lévi- to a given constellation. The distinction is
Strauss when relating this story to the foun clearly registered in tropical American texts,
dation myth (Mj) of his Mythologiques strikingly in the Barasana sky chart which
(1964:51,235). Since then, in a brilliant piece of pairs the steps the moon makes along the two
field work and detection, Fabian (1992:147-8) respective paths, 29 in that of its synodic
has been able to show that each of the turtles phases - a crescent and full moon - and 27 in
(Jeriguigui, Upe) names two constellations in a that of the stars - a star inset into a crescent
gamut which stretches over just less than half moon - (Hugh-Jones 1983:187).
the sky, from Orion (Right Ascension 5) to The difference in kinds of time corres
Scorpio (Right Ascension 16). This arran ponds to an inversion in celestial movement.
gement in halves that hinge on Scorpio echoes For while sun and moon move regularly, day
that found in other tropical American systems, and night, from east to west horizon, their
for example in the Rio Negro and among the apparent movement with respect to the stars,
Kogi, and even in Mesoamerica. In all these over lunations and years, is in the other
cases, the other hinge is effectively the direction, from west to east. For this reason, it
Pleiades, the Akiri-doge whose heliacal rising is of major importance to note the direction
after their disappearance in May is commemo that sun and moon are said to be travelling in
rated in the June solstice ceremony, during the when they encounter the sky jaguar’s eleven.
dry season, when fires are lit in order to slow The text specifically states that they are
the progress of the constellation through the moving from west to east, rather than the
sky. expected east to west (WS 55-56). In other
The correlation of the Pleiades with the words, their path across the sky is not from
June solstice is widely understood as the the horizon of their risings to that of their
marrying of two orders of time, solar and settings, but through the stars; that is, they
stellar, synodic and sidereal. Bororo nar journey back along the ecliptic, or zodiac,
ratives make the distinction as such between pointed to by Fabian. In the case of the moon,
these two orders of celestial time, saliently in the regressive motion, night by night, is very
the bargain that Meri the sun made with the clear, certainly to the Bororo.9
heron, the Night Lord who is a constellation In astronomical terms, the story of the sun
(WS 38-40). There, sun and star is each and moon’s involvement with the eleven
shown to have owned its own time, synodic creatures led by the jaguar, who include
and sidereal, a ‘diachrony’ according to known constellations, must, then, refer to their
Crocker (1985:347). Fabian speaks of them as sidereal rather than their more obvious syno-
successive ‘layers’ of time (1992:145), and
takes the idea further when observing that
the Akiri-doge ceremony ‘synchronizes ( 8 ) Since Natterer went to Brazil, the rising o f the
astronomical, ecological, and social time, Pleiades has advanced nearly three days in the
calendar year; since the Bororo links with the Inca
links the realms of nature, society, and the
postulated elsewhere by Fabian (1998), it has
spirit world, and highlights the significance advanced no less than ten days. Known as the
of astronomical observations in Bororo Precession o f the equinoxes and detectable in other
culture’ (1992:133). tropical Am erican system s (Brotherston 2 0 0 0 ), this
The solar year of the solstice is in fact slippage may arguably be what the Akiri-doge fires
are meant to counter-act, in ‘slow ing d ow n ’ the
slightly shorter than the stellar year of the
advance o f the Pleiades.
Akiri-doge’s heliacal rising, a difference which (9) ‘Há várias explicações dadas pelos xamãs dos
over time produces a steady slippage of the espíritos, acerca do caminho seguido pela lua para
one against the other (so that the synchroni- voltar ao ponto inicial de sua viagem i.e. ao oriente’
city noted by Fabian can never be very long (EB 1:9).
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die phases. In this regard it is also worth cycles that amount to exactly half the cipher
recalling that of the jaguar’s twin sons, the eleven:
senior one Bakororo guards the west, not the
east. In just this sidereal context, the design of 9]
the X units on the Kogaekogae skin is best 14 + 54 + 82 = nights of V2 plus two plus three
understood as its two constituent triangles. moons = 5V2 or n/2 sidereal moons
For the Kogaekogae spirits who hiss the
names of the constellations, as they rise over Finally, the other prime number con
the eastern horizon, are said to do so having secrated on the Kogaekogae skin, 11, is
the two types of hatched ‘triangles’ painted suggestive of a sidereal cycle com ple
on their faces. In the case of the Kogaekogae mentary to the m oon’s, that of Mercury.
skin, the totals produced by these triangles The identity of the ‘M oon’s follow er’ (Ari
appear to correspond to the nights of sidereal reaiwu) is uncertain though there is no
time, just as the totals of X units (or double reason why it should not be M ercury
triangles) correspond to theyears of solar (Fabian 1982:286; 1992:144). In terms of
time, above all when we take into account the astronomical orbit, the kind of body best
variant X\ units at the ends of rows A and G qualified to be a lunar companion is a
(where the hatching in the upper triangle goes planet, and of the planets the inner ones,
in the opposite direction to that in the lower Venus and Mercury, which (like the moon
triangle: see Fig. 6c). and unlike the outer planets) pass between
The layout of the 77 X\ units in question is earth and -sun. And of the two, M ercury is
as follows: the more likely, since Venus is typically
named and celebrated in its own right for its
upper: 28 brilliance and size, and because M ercury’s
lower: 7 42 phases approximate those of the moon far
more closely. In synodic time, Mercury
In terms of constituent triangle units, these Xs takes just under four moons (118 nights) to
yield: complete a cycle (116 nights), and in
sidereal time, at <88 nights, it takes just
8] over three moons (82 nights); Venus’s
all triangles triangle \ variant triangle / cycles are many times longer and less
coincident.
7x2 7x2=14 One way of accounting for the second
28x2 27x2=54 2 type of irregularity in the count of X units on
42x2 41x2=82 2 the Kogaekogae skin - the incipient extra unit
150 innermost in rib right A (Fig. 6d) - would be
to see in it a reflection of this other sidereal
As we saw, the X\ unit is to 7 what the period, a complement to that of the moon. If
X/ unit is to 11, and an implicit link between so, the cycle is expressed via the principle of
7 and the moon is made in ‘Adugo’s bride’ Number Group and the upper prime eleven,
insofar as its absence, night after night, rather than via the principle of hatched
prevented her from seeing the occupants of triangles within the X\ unit and the lower
the seven caves. That the reference here prime 7, used for the moon. For the extra unit
becomes in fact the nights of the sidereal in rib right A potentially raises the group
moon is borne out by the fact that each of total of the elevens from 77 to just under 88,
the three totals of \ triangles matches its <44 plus 44, upper and lower. When doubled
cycle, especially the final 82. For it is pre as triangles, in the fashion of the sidereal
cisely after 3 cycles that the sidereal moon, moon units, this almost-88 would produce
of 27.3 nights, fully occupies an extra night. something between 175 and 176, an upper <88
The three instalments of \ triangles cor and a lower 88, a good approximation of two
respond, then, to totals of sidereal moon sidereal Mercury periods.
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Triangles in Number Group 11: prompt the desire to understand and decode.
That it might be just random as a numerical
left right statement is rendered impossible by the
upper < 22 series of interlocking equations involving
22 Number Groups and the two types of X unit
22 22
(2, 3, 4).
lower 22 The ‘decoding’ is best done in the terms it
22 itself proposes initially, as the skin of an
22 animal which plays a foundational role in the
terrestrial and celestial registers of Bororo
22 cosmogony, and which features pre-eminently
in the Barege Ekedodu ceremony during which
In proposing this last reading, however, such painted skins are made, paraded and
we should stress that, in contrast to every worn. In this way, meaning inherent in the
thing suggested hitherto, it is not directly actual performance of the ceremony can be
supported by a known corresponding Bororo correlated with the key jaguar narratives. This
narrative or perception. correlation highlights the significance of a
logic which is in part but by no means exclu
* sively binary, and of an order of numeracy not
normally associated with lowland South
At the very least, the Bororo jaguar skin America. Pertinent to the attempt to unders
brought to Vienna by Natterer demands more tand human cultural history, this Bororo
recognition as a visual text than it has statement raises questions of epistemology, of
received hitherto. Deploying and correlating how best to read. It is a configuration where
numbers with considerable sophistication, it relevance is the valency of its numbers and
embodies paradigms of Bororo culture, while where ‘truth’ exists insofar as it is embodied
its very format and patterning of variables and lived.
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BROTHERSTON, G. Meaning in a Bororo jaguar skin’. Rev. do Museu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo,
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References
260
Estudos de Curadoria
Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 263-274, 2001.
The pioneers of modem museums - the Marked, among other things, by the
so-called curiosity offices - gathered since the expansion of nationalism and by discussions
16th century all sorts of objects that called to surrounding the issues of human evolution,
people’s attention, motivated by interests in 19th century witnessed - mainly in Europe -
the Renascence of Greco-Roman antiquities. the emergence of museums with a clear
Being incessantly visited between the second anthropologic character (Stocking Jr. 1985).
half of the 18th century and the late 19th century, The practice of collecting served nationalistic
the Americas, were truly bams of exotic Durposes - mainly from 1880 - , when market
objects for collectors from all over Europe and colony disputes, the decline of evolutio
(Ribeiro 1986). nist ideas, and the diminishment of the belief
in technology, stimulated the search for ethnic
identity.
That century saw the emergence of
(*) Researcher /Departm ent o f Anthropology Museu
sciences like anthropology, ethnology, socio
Nacional do Rio de Janeiro USP/CNPq. Doutoranda
da Área Interdepartamental de Arqueologia do Museu logy, linguistics, and chemistry. According to
de Arqueologia e Etnologia da Universidade de São Ribeiro (1986: 104), the collecting practices of
Paulo. the late 19th century attempted to “avoid the
263
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Museum o f Rio de Janeiro, Brazil: reviewing function. R evista do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo,
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loss not only of the culture of native peoples task as archaeologists, we are constantly
who they thought were condemned to extinc making use of analogies, otherwise, according
tion, but also of what we could find in these to Hodder (1982), how is it that we would be
artifacts regarding the origin and evolution of able to promptly identify some artifacts as
mankind.” stone axes, and arrow points? The problem,
The interest of anthropology in object still according to Hodder, is to believe that
collections secured in museums was left aside objects and past and present societies, similar
for a long period. Cantwell and Rothschild in some aspects, are similar in others. We need
(1981) believe there are two reasons accoun to be cautious not to fall in a “deterministic
ting for that. First, the moving of anthropology uniformitarianism” (p. 26).
to the academic realm would have separated The establishment of ethnographic
anthropologists from collections, and second, parallelisms however, widens the researchers’
the considerable emphasis given to fieldwork. horizons. To Gould (1978), ethnographic
They quote Fenton when asserting that models can furnish verifying hypotheses
“anthropology was nurtured in museums and relatively free of ethnocentric biases. It is
matured in universities”. To Laurie (Stocking necessary to choose the ways of making those
Jr. 1985), museums came to have such an models operational. Discontinuos models, for
irrelevance to anthropologists that many of instance, presuppose analogies between areas
them were formed without ever have entered a which environment and adaptation of human
museum. The work with collections was seen societies are similar, though distant in space or
as a lesser activity, considered “woman’s time. Continuous models refer to areas where
work” or “armchair anthropology” (Cantwell & continuity between prehistoric and contem
Rothschild, op. cit: 580). Thus, it was up to porary populations can be evidenced. To
archaeologists and curators to take on the task Schiffer (1987: 363), ethnoarchaeology, as
of studying the material culture accumulated in other sub-disciplines, has been furnishing
museums. general principles extremely interesting for the
Lately however, symbolic anthropology has understanding of the ambiguities of the
been developing an interest on the variety of archaeological record . On the other hand,
possibilities of study retained by material Hodder believes ethnoarchaeology became
culture. Besides anthropologists, archaeolo more related to anthropology and ethnohis-
gists have also begun to research ethnographic tory, and this can end up making the former
collections willing to test hypotheses about lose its independence. According to him, “as
historic and prehistoric artifacts (Kaplan 1981 ). ethnoarchaeology becomes more like anthro
As asserted by Deetz, “material culture is pology and ethnohistory, and as it needs to
that segment of man’s physical environment, incorporate the methods of these adjacent
which is purposely shaped by him according disciplines more fully, its independent exis
to a culturally dictated” (1977: 7). This material tence comes under threat - at least in its
realm is by excellence archaeology’s object of present form. In its place we are likely to find
study, which long ago invests in ways that material culture studies sitting astride many
would permit a wider understanding of socie disciplines, and a different ethnoarchaeology
ties through this physical dimension. of ethnic groups and with an archaeological
From the 70’s on, several of. these ways dimension to ethnohistory.” (Hodder 1987:
were proposed and have been successfully 117).
applied. In this manner, the main purposes of In his most recent publication “Archaeo
experimental archaeology, middle-range theory, logical Process - An Introduction” (1999),
ethnographic analogy, and ethnoarchaeology Hodder asks if two contexts can be really
are to make a link, a “bridge”, between the compared against each other, mainly when
archaeological record in the present and the dealing with formal analogies. The solution
past system that produced it. would be the identification of the context and
Amongst those, analogy is the reasoning its boundaries - interpreted by the archaeo
form most used by archaeology. In our daily logist - and the recognition of similarities and
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differences within the contexts (Hodder 1999: important descriptions not only regarding the
48). Gould (1990) believes that ethnoarchaeo- fauna, but also concerning the relationship
logy must explore the relations between etic between observed populations and the
and emic interpretations, saying that “one of environment. Because it deals with this
the most important roles of ethnoarchaeology relationship in present populations, ethnozoo-
in the development of acceptable ideas about logy (Bezerra de Almeida 1998a) has also
human past is to inform archaeologists about contributed to our work, allowing us to re
kinds of ideas that are not possible through its orient some questions, but, above all, furni
evaluation in relation to such conditions in the shing a data base to the construction of
real world” (p. 15). According to him, it is models to be tested by archaeology.
necessary to order variables that he divides in The ethnographic collections of the
the ones tied to ecology, economy, and ethnology sector of the National Museum
technology, and those relating to the symbolic represent a rich source of information for
domain. ethnoarchaeology. Assembling, among others,
Ethnographic collections allow compa artifacts and adornments made out of animal
risons with archaeological material in relation bones by populations of several parts of the
to the first variables, and the ones dealing with world, this collection has allowed us to
the symbolic character of material culture. improve our studies.
Nevertheless, we should accentuate that such Altogether, there are 28.000 pieces of
aspects can be linked between each other. “In native origin, of which an expressive part is
small societies technology is inseparable from from the Amazonic region. Our purpose is to
spiritual or ancestral involvement in the establish a functionalist analysis, since we
process of production.” (Tilley 1999: 59). agree with Leach when he says that “functio
The data resultant from studies, under nalism as a social theory is now something of
ethnoarchaeology’s view serve as base to the a fossil in the history of ideas, but as an
formulation of hypotheses and also as empiri analytical approach it retains its importance in
cal material against which hypotheses elabora the understanding of objects” (Leach 1996:
ted from other reasoning can be tested (Koby- 41). In the first stage of our work we analyzed
linski 1991). around 200 artifacts, all elaborated from animal
As Hodder (1982) affirms, our dependence bones. For this brief presentation, we are
in other societies, behaviors, and forms of going to concentrate on some of the ones
thought is extremely vast ( p. 27). Thus, related to Amazonic groups.
ethnographic collections are potentially useful Extensively found in Brazilian archaeolo
to the archaeologist. Such collections, even gical sites, rodents - as agoutis (Dasyprocta
though badly documented in many cases, spp) and capybaras (Hydrochoerus hydro-
constitute a valuable physical support for the chaeris) - are animals still consumed in Brazil
archaeological research, contributing to the re (Bezerra de Almeida 1998a). Ethnobiological
dimensioning and reorientation of our working studies (Posey 1986) showed their inclusion in
hypotheses. the diet of contemporary populations of the
Our choice for studying the ethnographic Amazonic region as well as the hunting
collections of the National Museum of Rio de techniques for their capture - that include the
Janeiro arose from the necessity of widening so-called “garden hunting” (Linares 1971).
the horizons of our studies of faunal remains Horticulturist groups utilize their own fields to
found in Brazilian prehistoric sites. We are attract and capture small and medium sized
looking for investigating all the possibilities rodents.
that could furnish us with more information for Regarding their skeletons, the most
a better understanding of the interaction frequent elements in the archaeological samples
between prehistoric populations and zoo- are mandibles and teeth, mainly incisors,
cultural systems. usually found separated from their mandibles.
Ethnohistorical sources, for instance, have Our zooarchaeological research does not
been largely utilized. The narratives offer us register, so far, the usage of these elements
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outside the alimentary and adornment (as The chisel is a kind of plane used for
necklaces, for instance) contexts. Ethnographic scraping, smoothing, and drilling shell, wood,
collections allow us to see that teeth, as well as and bone. A tooth of agouti, capybara, paca
mandibles, were utilized basically in three forms: (Cuniculus paca) or peccary (Tayassu
as scarificators, as chisels, and as earrings. pecary) is attached in the extremity of a
Scarificators are instruments for bleeding the wooden staff. It can be simple, with a single
skin, strengthening this way, the body. They are capybara tooth (Photo 1 - piece n. 1) as the
formed by a small wooden staff in whose extremity ones made by the Bororo, or double, with
it was attached the animal teeth (Ribeiro 1988). I teeth on both extremities of the staff. It
selected six examples: one made out of an agouti resembles, in its form, to the Txikao scarifi
tooth by the Txikao group, also used as a chisel cator, previously described. Another kind of
(Photo 1 - piece n. 2); two fish mandibles used as chisel is utilized by the Mura-Piraha, that
escarificator by Ipurina and Kayapo groups simply use a peccary or agouti mandible as
(Photo 3); and a gourd slab with encmsted fish they are, for smoothing wood used to make
tooth, from the Bororo group (Photo 4). bows and arrows (Photo 2).
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The Kayabi earrings are used in the Photo 4 - Gourd slab with encrustred fish
earlobes. They are made of a wooden staff tooth used as chisel - Bororo.
with two agouti teeth attached to one extremi
ty, between which they put wax, giving it a
chisel-like appearance (Photo 1 - piece n. 3). ting variety. Out of a group of 38 pieces, 19 are
Its form is similar to that of the Bororo chisel double points attached to bamboo stems
and the Txikao scarificator (Photo 1). (Photo 6); 10 are double points made in such a
The arrow points (Photos 5 and 6), also way that the distal extremity remains pronoun
made out of animal bones, display an interes- ced, they are called “flecha fisga” (fishing
Photo 5 - 1 and 2 = arrow point = attachment bones. See the n. 2 with the epiphyses
- Meinaku; 3 = arrow point = fishing spear - Bororo.
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spear), and are used for hunting and fishing generally the radius, is cut in both extremities,
among the Bororo (Photo 1 - piece n. 3); and 7 then wax is applied as a diaphragm in the
are of bone attachments (Photo 5 - pieces n. 1 interior of the tube. In the Tukano example
and 2). These ones are constituted of mammal (Photo n. 7 - piece n. 1), they are decorated
or bird epiphyses cut in one of their extremities with beetle wings. There are at least 10 different
and sharpened in the other for the attachment types of flute described in Amazonia.
of a bamboo stick. They are used for hunting A different ensemble includes three
bigger animals. In one of them, we still have artifacts manufactured out of long mammal
the diaphysis, which allowed us to identify it. bones. They are sharpened at their distal
It is a right mammal tibia made by the Meinaku extremity. The functions attributed to them are
group (Photo 1 - piece n. 2). They are from different, despite the similarity of their physi
distinct origins within Amazonia. cal characteristics. The first one, from an
Another ensemble of bone made artifacts occidental Amazonic group, is described as an
constitutes of flutes from the groups Tukano awl (Photo 10 - piece n. 1), and is used among
and Maku (Photo 7 - pieces n. 1 and 2), Bacairi, other things, to perforate the lower lip, earlo
Arawete, and Erigpatsa (Photo 8 - pieces n. 1, bes, and nasal membrane. Another one, made
2, and 3), and Karaja (Photo 9). They are made out of a long monkey bone by the Bororo, is
basically the same way. A long bird bone, described as an implement for scratching the
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11\ 2 6 3 -2 7 4 , 2 0 0 1 .
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Museum o f Rio de Janeiro, Brazil: review ing function. R evista do Museu de A rqueologia e E tnologia, São Paulo,
11: 2 6 3 -2 7 4 , 2 0 0 1 .
Amphorae were an important form of vessel was in use in the Minoan and My
trade-packaging in the ancient world. They cenaean periods but Greece did not adopt the
were used for transporting liquid commodities, typical amphora shape until the seventh
usually wine, olive-oil and fish sauces. They century B.C.. Amphorae from different cities
were used first and foremost as containers for developed their own distinctive forms, per
long distance commerce and supply. Ampho mitting the easy recognition of their contents
rae provide us a direct witness of the move in the market (cf. Funari 1985a).
ment of foodstuffs, important for both econo The handles of Greek amphorae were often
mic and cultural reasons. The study of these stamped, referring to producing estates, names
vessels is also made easier by the existence of of ephors and months, being certificates of
a substantial body of epigraphic information, capacity, guarantee of weight of contents for
as many bear stamps impressed in the clay both taxation and consumer information (Grace
before firing and/or painted inscriptions 1949). The evidence of the stamps indicates
written after firing (Peacock and Williams 1986: that amphorae from Rhodes and Knidos were
2). Amphora, in Greek “a vessel for transport exported from the homeland to the colonies
with two handles” (Funari 1987), was first in and settlements around the Mediterranean
use in the Palestine in the fifteenth century basin. Greek settlement and trade in southern
B.C. The Canaanite jar travelled extensively Italy and Sicily led to the development, around
outside the Palestine region, soon reaching the later fourth and early third centuries B.C.
Greece. The biconical form of the Canaanite of the so-called Greco-Italic amphorae (Will
1982). The fabric of most amphorae is coarse
and mineral and rock inclusions are rife. Large
(*) Departamento de História do Instituto de vessels were usually built up in stages, smaller
F ilosofia e Ciências Humanas da Universidade ones were produced as ordinary pottery. All
Estadual de Campinas. the amphorae required to have its mouth
275
FUNARI, P.RA. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 2 7 5 -2 8 2, 2001.
sealed, being usual different stoppers, like Knidos are ubiquitous (more than 60%) and
cork or fired clay closures. those from Rhodes are not negligible (more than
Amphora studies has been developing 20%) (Grace 1952:517). They also reached Italian
since the nineteenth century, most notably markets in large numbers. Most amphorae were
since the 1970s (Funari 1985b). The main probably unstamped and it is hard to know the
specialised areas are classification and typo proportion of stamped to unstamped amphorae.
logy, petrography and epigraphy, usually of Usually, Rhodian and Knidian stamps bear two
particular amphora types. The study of names, one referring to the owner and the other
amphorae has been important for the economic to an eponymous magistrate, dating the amphora
and social interpretation of the ancient world, and the wine. Rhodian amphorae usually bear
as they provide a plethora of data on the two stamps, on the top of each handle, with the
ancient economy, society, habits and culture. following data: a date given by the name of the
Amphorae provide unique information on such eponymous magistrate (epi+ name in the geniti
subjects as commodities movements and ve), name of the Rhodian month (after 275 B.C.),
cultural habits, being directly linked to iden another name in the genitive, probably referring
tity. Amphora studies have contributed to a to the authorised manufacturer. The stamp is
better understanding of the ancient world circular, with the symbol of the city, a rose, in its
(Garlan 1986:7), particularly through the core, although sometimes it is rectangular, other
publication of gazetteers of potteries (Empe- images being also possibly present (Grace 1961:
reur and Picon 1986), catalogues of inscrip 12; Grace and Savvatianou -Petropoulakou 1970:
tions (Empereur 1982, Empereur and Guimier- 279,293; Van der Werff 1977: 34; Debibour 1979:
Sorbets 1986, cf. Funari 1997: 85-86) and other 271). Stamps from Knidos bear the name of a
efforts to publish and study corpora (Funari magistrate and of the authorised manufacturer
1994). This way, it is possible to produce an (Grace 1961: 12). Stamps from the two cities
informed analysis of ancient society: w ir ts change after 146 B.C., when the Romans intro
chaftliche Prozesse sind nicht selten in eine duce the names of two controlling officials
nahezu naturgestzlische Rhetorik gekleidet (Grace 1961:20).
worden. Was im Grunde erforderlich ist, ist
eine soziale Geschichte der ökonomischen Catalogue of stamps
Sphäre, wie es die soziale Geschichte des l .E A
‘sozialen’ gibt (Wellkopp 1998: 182). AAAIO Y
The aim of this paper is to produce a
Size o f the stamp: 5.0 x 1.8 cm.
catalogue of amphorae and amphora stamps in Shape o f the stamp: rectangular.
the stores of the Museu de Arqueologia e Fabric: buff.
Etnologia da Universidade de São Paulo. This Dating: after 275 B.C.
Museum stores two Greco-Italic amphorae and Number: M AE-USP 64/11.18, donated by the Italian
governm ent.
a Greek one, as well as five stamps, four from
Producing area: Rhodes.
Rhodes and one from Knidos. Find place: Italy.
Description o f the shard: handle o f a Rhodian
amphora, the diameter o f the rim is calculated to be
Stamps from Rhodes and Knidos 12.8 cm and the angle o f the stamp in relation to the
neck is 21degrees (Fig. 1).
The reference to the Rhodian month
Wine was an important commodity exchan
SaAiocr in the genitive indicates that the stamp
ged during the Hellenistic period (Grace 1961: 14)
was prouuce after 275 B.C., when months were
and Rhodian and Knidian wine were widely
introduced in the Rhodian amphorae.
exported, as they were cheap. Wines from
Rhodes and Knidos were important in several 2 [A ]P II[T O ]K A A E Y I
markets, being Knidian some 65% of the more Second mark: P (1 x 1 cm)
than 40,000 amphora stamps found at Athens Size o f the stamp: 3.2 cm.
and Rhodian more than 85% of the 90,000 stamps Shape o f the stamp: circular.
found at Alexandria. At Delos, stamps from Fabric: grey.
276
FUNARI, P.RA. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 2 7 5 -2 8 2, 2001.
Dating: beginning o f the second century B.C. 11.6 cm and the angle o f the handle in relation to
Number: M A E -U SP 6 4 /11.32., donated by the Italian the neck is 21 degrees (Fig. 2).
govern m en t. The stamp refers to a Rhodian manu
Producing area: Rhodes.
Find place: Italy.
facturer called Aristokles, who was active in
Description o f the shard: handle o f a Rhodian the last fifty years before Roman rule, from 146
amphora, the diameter o f the rim is calculated to be B.C., enabling us to date it in the first half of
Fig. 1.
Fig. 2.
277
FUNARI, RRA. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 77: 2 7 5 -282, 2001.
the second century B.C. (Grace 1952: 526; Dating: between 220 and 180 B.C.
Number: M AE-USP 75/1.42, donated by U.T.B.
Grace and Savvatianou-Petropulakou
M eneses.
1970:327). Producing area: Rhodes.
Find place: Delos.
3. [X]0[K P]A TEY X Description o f the shard: handle o f a Rhodian
amphora, the angle o f the handle in relation to the
S ize o f the stamp: 3.4 cm.
Shape o f the stamp: circular. neck being 11 degrees (Fig. 4).
Fabric: grey, whitened surface, reddish in core. A Rhodian manufacturer called Prato-
Dating: betw een 275 and 180 B.C. phanes is well known to be active between 220
N um ber: M A E -U S P 7 5 /1 .4 1 , d on ated by U .T .B . and 180 B.C. (Grace 1952: 529; Grace and
M en eses. Savvatianou-Petropoulakou 1970: 294).
Producing area: Rhodes.
Find place: D elos. 5. A T A 0IN O Y
Description o f the shard: handle o f a Rhodian KNIAIN
amphora, the diameter o f the rim is calculated to be am phora
13.4 cm and the angle o f the handle in relation to Size of the stamp: 5.6 x 1.6 cm.
the neck is 15 degrees (Fig. 3). Shape o f the stamp: rectangular, with a depiction o f a
We know two different Rhodian manu Knidian amphora.
facturers called Sokrates, one active in the Fabric: red.
Dating: mid second century B.C.
period between 275 and 180 B.C. and another
Number: M AE-USP 75/1.43, donated by U.T.B.
one between 146 and the end of the second M eneses.
century B.C. Considering the angle of the Producing area: Knidos.
handle, an earlier date is proposed (Grace 1952: Find place: Delos.
530; Grace and Savvatianou-Patropoulakou Description of the shard: handle of a Knidian
1970: 302). amphora, the angle o f the handle in relation to the
neck being 10 degrees (Fig. 5).
4. E n inP A T O O A N A manufacturer Agathinos is known to
riA N A M O Y be active sometime before and after the
Size o f the stamp: 3.9 x 1.9 cm. Roman intervention in 146 B.C. (Grace 1952:
Shape o f the stamp: rectangular. 530; Grace and Savvatianou-Patropoulakou
Fabric: grey, whitened surface, reddish in core. 1970:294).
Fig. 3.
278
FUNARI, P.P.A. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 2 7 5 -2 8 2 , 2001.
Fig. 5.
279
FUNARI, P.RA. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11\ 2 7 5 -2 82, 2001.
Conclusions
280
FUNARI, P.P.A. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 77: 2 7 5 -2 8 2, 2001 .
Fig. 7. Fig. 8.
continuing im portance of city state institu changes in the M editerranean and by their
tions until the Roman intervention in 146 materiality these amphorae are odd eviden
B.C. The Greek style amphora in a Punic ce of the social life in the ancient world.
context is an indication that despite rival
ries, wine trade was, since earlier times,
putting in contact different peoples. The Acknowledgments
so-called pan-M editerranean G raeco-Italic
amphorae represent a new phase in the I owe thanks to the following colleagues:
developm ent o f trade and m anufacture, as Jean-Yves Empereur, Haiganuch Sarian, J.A.
they were produced in several areas scatte Van der Werff, Elizabeth Lyding Will, David
red around the large M editerranean basin, Williams, as well as to Célia Maria Cristina de
containing standardised volum es of suppo Martini. The ideas presented here are my own
sedly sim ilar quality wines. They bear and for which I alone am therefore res
witness to econom ic, social and cultural ponsible.
281
FUNARI, P.RA. M AE-USP amphora collection: vessels and inscriptions. Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia,
São Paulo, 11: 2 7 5 -2 82, 2001.
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e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
vários momentos. Inicialmente, foi feito um escavada pelo geólogo e pesquisador britâni
depósito pelo Sr. Edgardo Pires Ferreira, em co William Kennett Loftus. Em seguida, entre
1971, do qual constavam cinco peças, 1884-86, o casal francês Mareei e Jane Dieulafoy
catalogadas na coleção número cinco trabalhou na região. Em 1894, o ministro da
daquele ano: 71/5.1; 71//5.2; 71/5.3; 71/5.4; e França, na Pérsia, elaborou um acordo inter-
71/5.5.3 govemamental que garantia ao seu país a
No ano seguinte, um outro depósito de exclusividade da pesquisa arqueológica do
três peças foi realizado pelo mesmo Edgardo local. Disto resultou a criação da Missão
Pires Ferreira, peças que juntamente com Francesa na Pérsia que recebeu vários nomes,
outras constituíram a coleção número quatro: entre eles o de Delegação Arqueológica do Irã
72/4.1; 72/4.2; e 72/4.3.4 Ainda neste mesmo (Mecquenem 1980: 2-4). Durante as duas
ano, o Professor Marianno Carneiro da Cunha grandes guerras mundiais, as pesquisas
realizou a doação de mais uma peça desta arqueológicas foram suspensas e somente em
mesma proveniência que integrou a coleção 1946, sob a direção de Roman Ghirshman,
número oito: 72/8.3.5 As peças 71/5.1; 72/4.1 e foram retomadas (http://www.iranica.com/
72/4.3 também estão expostas no setor articles/v7f313.html).
Mediterrâneo e as outras encontram-se O Museu do Louvre é o maior depositá
conservadas na Reserva Técnica do MAE/ rio dos resultados de mais de trinta anos de
USP. pesquisas realizadas nessa região, possuin
As fichas catalográficas referentes às do um grande acervo desses “pequenos
peças procedentes do primeiro depósito do monumentos” de material comum, de caráter
Sr. Pires Ferreira forneceram dados relativos à popular e, quase sempre fragmentado, o
sua proveniência, ao local de origem, ao tipo que vem desencorajando as publicações
de peça e à sua cronologia. As provenientes sistem áticas. Entretanto, segundo o pesqui
do segundo depósito também abordam os sador Pierre Amiet, este material está
mesmos tipos de dados. A exceção é a peça conservado e disponível para estudo
72/8.3, doada pelo Professor Marianno. A (Spycket 1992: IX).
obtenção de seus dados descritivos exigiu Com a coordenação de Roman Ghirshman,
pesquisa no livro de tombo do acervo do foi empreendida uma pesquisa rigorosa de
MAE/USP. escavação do grande canteiro estratigráfico A,
A confirmação dos dados das fichas aberto ao norte da Ville Royale. A abertura
catalográficas relativas a cada figurinha desse canteiro permitiu identificar a cronologia
feminina exigiu demorada pesquisa, tendo a partir do final do III milênio até a época
em vista a escassa bibliografia especializada Sassânida, século VII da nossa era. À exceção
disponível em nosso país. Não obstante, de alguns curtos períodos de submissão a
contatos realizados com instituições interna Sumer e à Babilônia, a originalidade da produ
cionais via e-mail e diretamente com a ção susiana é visível e merece um estudo de
Universidade de Tel-Aviv (Israel), con longa duração.
substanciaram as informações aqui ofereci Segundo os dados de fichas cata
das. lográficas inicialmente conservadas no
Serviço de Documentação do MAE/USP, as
figurinhas femininas são provenientes de
Breve histórico das escavações em Susa Susa, escavadas por Ghirshman, na década
de 1960, no sítio denominado Ville Royale.
Na segunda metade do século passado, de Sabe-se que este pesquisador trabalhou
maneira assistemática, a região de Susa foi principalmente com os níveis datados do II
milênio antes da era cristã.
A Ville Royale é uma das quatro partes
definidas pela equipe de Dieulafoy. As
(3) Idem.
(4) Idem. outras três são a Apadana, a Acrópole e o
(5) Idem. Donjon (Mecquenem 1980: 3). Nesta área
284
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 283-299, 2001.
escavada encontram -se os vestígios de uma franceses e próxima de Susa). Note-se que a
cidade. Durante os trabalhos na Ville partir deste nível, apesar de as estatuetas
Royale, Ghirshman, além do canteiro A, serem ainda encontradas dispersas pelas ruas,
abriu outro canteiro de escavação denomina tem início alguma concentração em locais
do B. Aberto posteriormente ao A e de sagrados, especialmente das estatuetas
dimensão muito inferior, o canteiro B corres femininas segurando crianças.
ponde no nível VII, o mais antigo deles, à De acordo com Spycket (1992: 233), as
época do início da Dinastia Shimashki. Nos figurinhas mais avantajadas nos quadris
níveis VI e V, que apresentam uma produção encontradas nos níveis A X e A IX devem ser
homogênea, encontram-se paralelos com o classificadas como puramente elamitas (e não
poço oito da Acrópole (Spycket 1992: 36 - neo-elamitas como os pesquisadores conside
37,237). raram) ou seja, que as mudanças de estilo
Ghirshman definiu com bastante seguran identificadas não implicam em descontinuidade
ça a estratigrafía do canteiro B que vai da III da tradição elamita.
Dinastia de Ur, Isin-Larsa/ Shimashkki/ fim do Apresentamos a seguir a tabela cronoló
III e início do II milênio, separando-se do gica elaborada por Spycket (1992: 232) com
canteiro A que corresponde à I Dinastia as diferentes datações propostas pelos
Babilónica, Shakkanakku/séculos XIX - XVI. especialistas. Observamos, entretanto, que
Esta classificação, porém, ainda exige, segun em nosso catálogo, adotamos a cronologia
do Spycket, novas investigações de campo de Spycket.
(Spycket 1992: 36).
As escavações estratigráficas dos cantei
ros A e B apresentam os elementos mais
importantes para a datação das nossas Tabela comparativa das diversas cronologias
figurinhas de terracota, pois estas foram (Spycket 1992) das camadas estratigráficas da
encontradas em grande número nesses locais Ville Royale
(Spycket 1992: 230). Steve - Gasche - Stolper - Carter Spycket
De Meyer (1980) (1984) (1992)
Problemas com a cronologia 1000
A IX A IX A IX
1100
A Ville Royale de Susa apresenta uma
X
estratigrafía complexa, cuja cronologia - X X
assim como indicada pela bibliografia consul 1200
tada - é ainda motivo de debate. As esta XI
tuetas femininas de terracota foram encontra 1300
285
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tnologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
CATÁLOGO
1. MAE/USP, 72/8.5
P rocedên cia: Hamã, Síria.
Dim ensões: 14,0 x 4,5 x 2,8 cm.
2. MAE/USP, 72/8.6
P rocedên cia: Hamã, Síria.
D im ensões: 13,3 x 3,3 x 2,3 cm.
286
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev ido Museu de A rqueologia
e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
3. MAE/USP, 72/8.7
P rocedên cia: Hamã, Síria.
Dim ensões: 9,0 x 2,8 x 1,6 cm.
287
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USR Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
4. M A E /U SP, 72/8.3
P rocedên cia: Susa, Irã.
Dim ensões: 11,0 x 2,9 x 2,2 cm.
288
TRIGO, A.C.M .C . Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do M useu de A rqueologia
e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
5. MAE/USP, 71/5.3
P rocedên cia: Susa, Irã.
D im ensões: 5,1 x 3 ,0 x 1,8 cm.
789
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 283-299, 2001.
290
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia, São Paulo, 77: 283-299, 2001.
6. MAE/USP, 71/5.4
P rocedên cia: Susa, Irã.
D im ensões: 8,7 x 5,8 x 2,6 cm.
(6) A peça número 980 é uma das poucas que foi encontrada
inteira. Sua localização estratigráfica se dá no nível arqueoló
gico A XIII. Esta figurinha faz parte de uma longa série de
estatuetas femininas nuas com o quadril delgado, sustentando
os seios e apresentando os quatro dedos bem definidos
(Sp yck et 1992: 157). Fonte: Spycket, A., 1992 (981).
291
TRIGO, A.C.M.C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 283-299, 2001.
7. MAE/USP, 72/4.3
P rocedên cia: Susa, Irã.
Dim ensões: 6,2 x 4,5 x 2,3 cm.
292
Ar, \/i A F /T IS P Rev do Museu de A rqueologia
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do M A E / U br. Ke .
e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 283-299, 2001.
8. MAE/USP, 71/5.1
P rocedên cia: Susa, Irã.
D im ensões: 9,2 x 7,0 x 2,5 cm.
293
TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
9. MAE/USP, 71/5.5
P rocedên cia: Susa, Irã.
Dim ensões: 4 ,7 x 3 ,7 x 2,5 cm.
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TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 77: 283-299, 2001.
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TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do M useu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 283-299, 2001.
12. M A E /U SP 72/4.2
P rocedên cia: Susa, Irã.
D im ensões: 9,0 x 5,1 x 2,4 cm.
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TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
As peças número 72/4.1 e 72/4.2 apresen Função das figurinhas femininas susianas
tam problemas de identificação, pois não
encontramos correspondência exata em nenhu
ma das obras consultadas. Na primeira peça, a De acordo com Contenau (apud Ghirsh-
combinação da posição dos braços e pernas man 1968: 11-13) as figurinhas babilónicas que
não corresponde a nenhum modelo pesquisado. representam a deusa com as mãos cruzadas
Na segunda peça, o corte na argila entre as sob os seios são mais antigas que as que os
pernas e os orifícios nos braços (provavelmente estão sustentando. Mais ainda, este pesquisa
operados na argila ainda mole, mas depois da dor não acredita que esta seja a imagem de
moldagem) são detalhes que também não foram Ishtar e nem mesmo de nenhuma deusa do
registrados em nenhum catálogo consultado. panteão babilónico. Sobre representar uma
A classificação exata da peça 72/4.1 deverá mulher nua, ele vê, com razão, uma função
aguardar mais dados bibliográficos já que este talismànica e convida a ver nessas figurinhas
modelo talvez possa ser datado do I milênio, o ídolo-símbolo da fecundidade e da reprodu
época para a qual não está disponível o catálo ção.
go correspondente em nossas bibliotecas. No As escavações de Susa, por serem tão
segundo caso (72/4.2) os detalhes diferen- longas e abrangerem os quinze níveis estrati-
ciadores podem eventualmente ser atribuídos a gráficos do sítio, possibilitam uma nova
uma idiossincrasia do artesão. Em nosso material interpretação para essas figurinhas. Pode ser
comparativo, a peça que mais se aproxima desta ampliado o conhe^'mento dos nomes de várias
última é a de número 877 de Spycket (1992: 148) divindades do panteão elamita, ainda que se
datada da segunda metade do II milênio, época continue igonorando as respectivas atribui
Médio-Elamita. Essa peça foi encontrada em ções. Em Tchoga Zanbil, por exemplo, foi
1921 pela equipe de Mecquenem. identificado o templo da deusa Pinikir, graças
ao achado de tijolos com inscrições com o
nome dessa deusa. Neste local foram também
achadas figurinhas femininas de terracota que
representam uma deusa-mãe segurando uma
criança nos braços. Assim, admitiu-se ser essa
uma deusa da Procriação e da Fecundidade.
Num outro templo vizinho, foram encontrados
tijolos com inscrições com os nomes Shimut e
NIN-ali que formam um casal de deuses.
Juntamente com eles foram encontradas
figurinhas femininas da deusa nua sustentan
do os seios.
De acordo com os achados das escava
ções da Ville Royale, com datação com início
após 2000 a.C. até final da realeza elamita no
século VII a.C., as peças mais antigas são da
primeira metade do II milênio, e em sua maioria
são figuras femininas que se apresentam com
as mãos cruzadas abaixo dos seios. Parece ser,
pelas informações das escavações, que estas
peças mais antigas vão sendo progressiva
mente substituídas pelas figurinhas femininas
sustentando os seios.
A maioria das peças encontradas está
fragmentada. São raros os momentos em que
se encontram estes fragmentos dentro de
Fonte: Spycket, A., 1992 (877). residências ou em outras unidades do gênero e
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TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn ologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
nem mesmo em tumbas. A grande massa gravidez no mundo elamita, como no mundo
dessas peças, para não dizer a totalidade, são babilônico, está profundamente ligada à vontade
provenientes das ruas, ruelas e lugares da divina. A figurinha des„a deusa-mãe é muito
antiga vila. As figurinhas estão sempre encontrada nos templos da deusa Pinikir, que
quebradas (Ghirshman 1968: 12). parece ser a responsável pela realização da
A associação dessas figurinhas com o vontade de uma mulher ter uma criança e talvez
nome da deusa NIN-ali levou os estudiosos a recebesse essa imagem como oferenda votiva. Se
concluir que esta fosse, provavelmente, a esta hipótese for a correta, é exato que este
deusa de proteção da mulher durante a último grupo de figurinhas tinha um destino
gravidez. Na ocasião de uma gravidez, a muito preciso e que as que foram encontradas,
mulher manteria a imagem da deusa consigo e sejam provenientes de templos. Diferente seria,
depois do nascimento, como esta proteção pelo contrário, a variedade daquelas que repre
passaria a ser supérflua, a imagem seria sentam as deusas sustentando os seios: elas
quebrada ou descartada. Isso justifica o &tío estariam nas casa das mulheres para assisti-las
de este ídolo sempre evocar o corpo de forma durante o período de gestação, sendo quebradas
muitas vezes acentuada, indicando o estado de depois do nascimento da criança.
maturidade (Ghirshman 1968: 12). A natalidade dentro da sociedade
A identificação da deusa sustentando os elamita, como na assírio-babilônica, foi certa
seios convida a reconhecer uma diferença de mente muito elevada. Este fato pode explicar o
atribuição entre ela e uma outra imagem: a da grande número de fragmentos de figurinhas da
deusa com uma criança. Nas sucessivas camadas deusa nua sem a criança recolhidas pelas
estratigráficas, raramente foram encontrados missões francesas na superfície recente da
fragmentos de peças desta última personagem. A antiga vila de Susa.
TRIGO, A.C.M.C. Sirian and Iranian feminine figurines in the collections o f MAE/
USR Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 283-299, 2001.
Referências bibliográficas
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TRIGO, A.C.M .C. Figurinhas femininas sírias e iranianas no acervo do MAE/USP. Rev. do Museu de A rqueologia
e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 283-299, 2001.
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Estudos Bibliográficos
Rev. do Museu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo, 11\ 303-310, 2001.
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Estudos B ibliográficos - Ensaios. R evista do Museu de A rqueologia e E tnologia. São Paulo, 11\ 303-310, 2001.
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Estudos B ibliográficos - Ensaios. R evista do M useu de A rqu eologia e E tn ologia. São Paulo, 11'. 303-310, 2001.
sivamente inviabilizaram a ação bandeirante de rota seguida d esde A ra rita g u a b a vai assum indo,
apresamento nos padrões da economia colonial. cada vez mais, o caráter de via de trânsito
regular. O que estim ulava agora essa s ex p ed i
Desse período histórico é muito improvável
ções, j á não era tanto o ânim o aventureiro, mas
a presença de vestígios arqueológicos na área a o lucro certo que p ro m e tia o com ércio com
ser impactada pelo gasoduto, sobretudo no esses rem otos sertões, distan ciados de qu alqu er
segmento abrangido por este estudo. As recurso, onde os p re ço s atin gidos p o r todos os
características dessa modalidade colonizadora artigos, a té m esmo de uso indispensável,
faziam com que não houvesse assentamentos p a re cem d estin a d o s a co m pen sar a b u n d a n te
permanentes, seu caráter era mais destrutivo m ente todos os riscos da viagem ".
que construtivo. Os bandeirantes não aspira O tráfego fluvial regular entre São Paulo e .
vam ao povoamento nem à fixação nas áreas Cuiabá foi definindo-se paulatinamente. As
desbravadas. Sua relação com o espaço era de antigas rotas seiscentistas que seguiam
permanente movimentação, acompanhando preferencialmente pelos caminhos Paraná/
sempre o deslocamento estratégico dos indíge Ivinhema ou Tietê/Pardo/Aquidauana, tinham
nas em retirada para o interior. Acrescente-se vários inconvenientes para a nova modalidade
ainda o fato de que a cultura material bandeiran de trânsito que exigia mais segurança. Por volta
te, nos padrões do modelo europeu, é descrita de 1720, uma nova rota foi descoberta pelos
pelos historiadores como sendo elementar. irmãos Leme, segundo Holanda (1945: 97):
A crise do bandeirismo de apresamento, no
“D esejosos, talvez, de procurar passagem
fim do século XVII, não foi um fato isolado, ela mais breve para as minas, deliberaram aqueles
estava inserida na primeira crise geral no sistema sertanistas continuar em águas do Pardo, subindo
colonial português. A economia mercantilista a parte encachoeirada que fica além da barra do
lusa saiu profundamente enfraquecida da União Anhanduí, e chegaram, assim, ao ribeirão
Sanguesuga. Neste ponto, o divisor das bacias do
Ibérica. As guerras pela restauração, a forte
Paraguai e Paraná abrange apenas cerca de duas
concorrência estrangeira e o anacronismo do
léguas e meia de extensão e parece adm iravel
modelo econômico, em resumo, provocaram o mente apropriado à varação das canoas".
esvaziamento monetário do Império português.
Em função disso, a dinastia bragantina promove A tradicional rota fluvial Pardo/Anhanduí/
e estimula a prospecção de metais preciosos no Aquidauana tinha o seu varadouro terrestre no
interior do Brasil. O setor bandeirante, estru atual município de Terenos, por onde passa o
turado para o sertanismo, facilmente adaptou-se traçado do Gasbol. Esta não foi totalmente
à nova realidade. Em 1693, os paulistas descobri abandonada, em 1726, por exemplo, foi a
ram ouro em Minas Gerais. Expulsos daí, em 1709, escolhida pelo governador da Capitania de São
no episódio da Guerra dos Emboabas, dez anos Paulo para ir a Cuiabá.
depois estavam inaugurando o garimpo cuiabano. Com a implantação da Fazenda Camapuã,
A expansão territorial e demográfica ainda na década de vinte do século XVIII, no
provocada pela mineração em Mato Grosso varadouro entre o rio Pardo e o rio Camapuã,
transformou essa região em um promissor oferecendo mais segurança e recursos aos
mercado colonial. Passadas as dificuldades viajantes, a nova rota passou a ser o caminho
dos primeiros anos de desbravamento, o oficial das monções por mais de um século.
processo de urbanização e administração foi Outros caminhos, menos usuais, existiam, entre
organizado com a visita de Rodrigo Cezar de esses podemos citar o do rio Verde, do Sucuriú
Menezes, Capitão-General e Governador da e alguns terrestres. Holanda (1945: 138) obser
Capitania de São Paulo, em 1726, a Cuiabá. vou que:
A realidade anteriormente narrada estabele “E p re ciso acresce n ta r que numa n a veg a
ceu nova função histórica para o espaço sul- ção longa e sem p o rto seguro, era n ecessidade
mato-grossense. Essa região passou a ser a re strin g ir ao m ínimo qu alqu er con tacto com a
“espinha dorsal” do sistema viário fluvial para terra firm e. O breve varadouro de Cam apuã
correspon dia bem a essa n ecessidade. Um
Cuiabá. Podemos entendê-la a partir da seguinte
estabelecim en to perm an en te, em ta l situ ação,
análise de Sérgio Buarque de Holanda (1945: 93): perm itira evitar, ou ao m esm o diminuir, o risco
"G raças a tais circunstâncias, a n avegação de a ssaltos do gen tio C aiapó, que vagava nas
d o s rios continua a fa zer-se sem interrupções e a com arcas a leste do Pardo. ”
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Estudos Bibliográficos - Ensaios. R evista do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 303-310, 2001.
Taunay (1981: 209) publicou o relato que D. O “Ciclo do Ouro” esgotou-se no final do
Antônio Rolim de Moura, Io Governador da século XVIII. A crise atingiu também o comér
Capitania de Mato Grosso, fez de sua viagem de cio cuiabano e afetou intensamente o movi
São Paulo para a Vila de Cuiabá, em 1751. Desse mento monçoeiro, reduzindo-se assim, drasti
texto é interessante destacar a referência feita camente, o número de comboios fluviais. O
aos índios kaiapós no roteiro das monções: núcleo rural de Camapuã enfrentou forte
recessão. A região em foco neste estudo
“Três são as nações que costumam perseguir
aos viajantes deste caminho; a prim eira é a dos
refluiu ao semi-isolamento, ficando, portanto
caiapós; são forçosos e ligeiros, usam p o r armas entregue ao povoamento quase que exclusivo
de arco e flecha, e de porretes. Estes são uns paus, de índios kaiapós e, talvez, de alguns peque
do tamanho de um covado, pou co mais ou menos, nos grupos de índios ofaiés-xavantes e
de uma parte redondos, p or onde lhe pegam; pela guaranis.
outra espalhados, como os paus de remos; enfeitam-
Na primeira década do século XIX, a
nos cobrindo-os com seus tecidos feitos de cascas
de árvore, de várias cores, à imitação de esteiras; economia mercantilista portuguesa ruiu. As
porém muito ajustados, e unidos aos paus: o seu atividades econômicas coloniais entraram em
m odo de p eleja r é atraiçoadam ente; tomando profunda recessão. Em Mato Grosso produzia-
sentido onde alguma tropa se arrancha, e parecen se para a subsistência. A inexistência quase
do-lhes que três partido, a vêm atacar quando
total, na região nordeste do estado, de estabe
acham descuidada; porém, se a tropa tem algum
poder, se não resolvem a isso. O mais comum é
lecimentos agropastoris, em mais de trezentos
esperar o que saem do campo para caçar, esconden anos de colonização, foi propícia à preserva
do-se de modo que não é fácil vê-los, p o r se ção da originalidade da paisagem vegetal. Em
pintarem de modo que ficam da cor do mato, e de 1826, uma expedição naturalista, comandada
repente darem sobre os que vão passando, pelo Barão de Langsdorf, navegou pelo antigo
atirando-lhes prim eiro com as flechas, e depois caminho das monções. O desenhista francês,
quebrando-lhes as cabeças com os porretes; o que
Hércules Florence, integrante da expedição,
feito, fogem logo, deixando a arma com que
fizeram a morte. Contra esses basta um pouco de iconografou diversas cenas da viagem e assim
cautela dos ranchos, e também que não saiam descreveu o estado de conservação das
menos de dois ou tres a caçar, e que estes se margens do Pardo (Florence 1977: 58).
recolham juntos, pois na retirada é que eles
“A tingim os a em bocadura do rio Pardo,
costumam mais dar os seus a ssaltos”.
célebre entre os paulistas, de um lado, pelos
As abordagens acima são claras ao perigos e canseiras que a í esperavam o viajante
mostrar que, apesar da intensa movimentação ao querer vencer a força de suas correntezas e
transpor numerosas cachoeiras e suas quedas: de
colonial, durante o século XVIII, na região de outro, afam ado p ela beleza das cam pinas em
intersecção do traçado do Gasbol sobre as que corre e que, oferecendo à vista, j á fa rta da
extintas rotas das monções, é improvável a m onotonia de ininterrom pidos m atos, vastas
existência de vestígios arqueológicos relacio perspectivas cortadas de outeiros, riachos e
capões (...).
nados a esse fenômeno histórico na área
impactada por esse gasoduto. Em toda a região No meio desses campos ao caçador
nordeste de Mato Grosso do Sul não houve facilmente se deparam veados, perdizes e
estabelecimentos fixos, exceto a Fazenda outros animais, cuja carne lhe enriquece a
Camapuã.1 A presença colonial, na área, mesa, aumentando destarte o prazer de
definia-se pela transitoriedade. atravessar tão bela região.”
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Estudos B ibliográficos - Ensaios. Revista do M useu de A rqueologia e E tnologia. São Paulo, 11: 303-310, 2001.
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Estudos Bibliográficos - Ensaios. Revista do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 303-310, 2001.
Três Barras, Samambaia e outros, inclusive a partir da ocupação dessa região por fazendas,
montante do rio Pardo. As aldeias maiores após a Guerra do Paraguai (1864/70), esses
tinham casas em forma de cúpula, configuran índios foram paulatinamente obrigados a
do, assim, amplo círculo composto por cerca procurar refúgios em outras áreas ainda não
de 20 casas, com área central de terra batida impactadas pela expansão da fronteira agro
para danças e disputas, caminhos para o rio e pastoril. Foi por isso que, então, eles migraram
para a roça; o sepultamento era efetuado em para os pantanais da margem direita do rio
local distante da aldeia (Ribeiro 1951). Paraná, entre os municípios de Anaurilândia e
O passado e o modo de ser dos índios Três Lagoas ou para os pantanais dos rios
ofaiés-xavantes, antes do contato com o Tabôco e Negro, no município de Aquidauana.
colonizador europeu é desconhecido. Não há No que diz respeito aos grupos que migraram
pesquisas arqueológicas e etno-históricas que para as margens do rio Paraná, os principais
revelem esse panorama. As primeiras informa roteiros obedeciam às bacias hidrográficas dos
ções concretas sobre a etnografía desses rios Anhanduí/Pardo, rio Verde e rio Ivinhema.
índios surgem em meados do século XIX, Entre outras conseqüências desse proces
quando a expansão da fronteira agropastoril so pode-se destacar a instabilidade dos
brasileira em terras do então sul de Mato assentamentos, seja no tempo e/ou no espaço,
Grosso já era uma realidade irreversível. evidenciada, na primeira metade do século XX,
Assim, pressupõe-se que, no período citado principalmente, pela mobilidade permanente em
no parágrafo anterior, a fricção interétnica já busca de refúgios ambientais provisórios, na
deveria ter acarretado significativas alterações margem direita do rio Paraná, na região entre o
no modo de ser dos índios ofaiés-xavantes, baixo curso do rio Ivinhema e o rio Sucuriu, em
sobretudo no que diz respeito à questão da Mato Grosso do Sul.
cultura material desse povo. No entanto, é necessário considerar que
Somente no começo do século XX, com a as circunstâncias históricas impuseram a esses
ação de Rondon e de técnicos do SPI - índios a meta de territorializar uma nova área
Serviço de Proteção ao índio -, especialmente para a reprodução física e cultural do grupo.
de Curt Nimuendaju, é que surgiram os Entre outras localidades, na margem direita do
primeiros testemunhos confiáveis sobre as alto curso do rio Paraná, esse fenômeno
características etnográficas dos índios ofaiés- migratório/cultural ocorreu no interior da
xavantes. Nessa época, devido aos contatos imensa gleba de terra abrangida pela Fazenda
conflituosos, cada vez mais constantes com Boa Esperança, no século passado (XX).
elementos da sociedade envolvente, esse Nas últimas décadas, com a degradação
grupo indígena encontrava-se em franco ambiental acentuada pelo modelo econômico em
processo de desintegração tribal. vigor, a oferta ambiental de produtos naturais
Por inferência etnográfica baseada nos (caça, pesca e coleta) foi drasticamente reduzida,
relatos dos primeiros contatos entre índios o que obrigou os índios ofaiés-xavantes a
ofaiés-xavantes e “brancos”, esses índios, substituírem seu padrão tradicional de subsistên
antes do contato, poderiam ser classificados cia por formas típicas da sociedade envolvente,
como uma sociedade integrante do tronco ou seja, sobretudo por pequena agricultura e por
lingüístico Macro-Jê, portadores de um modelo trabalho assalariado em fazendas da região.
econômico baseado quase que exclusivamente Atualmente, a população da Terra indígena
na caça, pesca e coleta de vegetais silvestres, Ofaié-xavante, ocupante de uma área adquirida
daí terem um comportamento espacial sobretu pela CESP-Companhia Energética de São Paulo,
do ambulante, obedecendo este à sazonalidade no município de Brasilândia/MS, lindeira com a
dos recursos naturais disponíveis. área citada na Portaria Demarcatória 264, de 28
De uma forma sintética, com os dados de maio de 1992, do Ministério da Justiça/
disponíveis, pode-se deduzir que antes da FUNAI, é composta por aproximadamente 60
segunda metade do século XIX, os índios pessoas, sendo que dessas, aproximadamente,
ofaiés-xavantes viviam na região hoje compre vinte índios são da etnia Ofaié-Xavante, e os
endida entre os municípios sul-mato-gros- demais da etnia Guarani ou mestiços de índios
senses de Rio Brilhante e Campo Grande. A ofaiés-xavantes com trabalhadores rurais.
308
Estudos B ibliográficos - Ensaios. R evista do Museu de A rqu eologia e E tn ologia. São Paulo, 11: 303-310, 2001.
Referências bibliográficas
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Estudos B ibliográficos - Ensaios. R evista do Museu de A rqueologia e Etnologia. São Paulo, 11: 303-310, 2001.
310
Estudos Bibliográficos: Resenhas - Rev. do Museu de Arqueologia e Etnologia, São Paulo, 11: 311, 2001.
GASPAR, M. Sambaqui: arqueologia do litoral brasileiro. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor,
2000. 89 p.
A vida cotidiana e a história dos povos que dominou a arqueologia dos sambaquis.
sambaquieiros finalmente receberam uma Junto com as novas abordagens de campo, um
síntese de divulgação devotada a “entender os de seus avanços mais importantes é a inversão
processos de manutenção- de um longevo do modo de conceber os povos samba
sistema sócio cultural” (p.79), que perdurou quieiros, a partir de “uma certa ruptura com o
por mais de 5 mil anos. Trata-se da síntese das esquema de análise adotado desde os primei
novas perspectivas que vêm ocupando alguns ros estudos de sambaquis”. Isto é, colocou de
pesquisadores brasileiros desde o final da lado o velho esquema de imaginar os constru
década de 1980, quando o estudo dos samba- tores dos sambaquis como pessoas rudimenta
quis passou por uma renovação teórica e res à mercê das ofertas dos ecossistemas e das
metodológica derivada da incorporação dos mudanças climáticas, procurando conceber a
principais avanços da Arqueologia internacio exploração dos recursos naturais baseada no
nal. A pequena obra é brilhante e essencial conhecimento profundo das peculiaridades
mente didática, onde Madu Gaspar dá uma dos nichos aquáticos e terrestres que formam
lição sobre a interpretação dos dados arqueo as paisagens costeiras do sul do Brasil.
lógicos, servindo como exemplo aos seus Também abandona a imagem estática e ideali
pares, que ainda devem trabalhos similares zada sem uma adequada base de dados,
para outras regiões brasileiras. substituindo-a por uma imagem dinâmica.
Com um texto leve, livre de jargões e Madu considera que “traços culturais podem
antropológicamente orientado, a autora variar no tempo e no espaço, como de fato
conseguiu expor com riqueza de detalhes variam, sem que isso afete a identidade social
aspectos diversos sobre as pesquisas, a do grupo. Essa perspectiva percebe a cultura
ocupação do litoral brasileiro, as tecnologias como algo essencialmente dinâmico e perpetua
para elaborar artefatos, a arte, os rituais mente reelaborado”.
funerários, o domínio do mar, o tempo de A perspectiva desse livro inaugura um
ocupação e atividades diversas, além de novo patamar para perceber aspectos da
levantar questões sobre territorialidade, história e da vida cotidiana, contribuindo
demografía, organização social, rituais e tipos definitivamente para estabelecer novos
diferentes de ocupação dos sambaquis. Essa parâmetros de pesquisa, a partir da perspecti
leveza resulta da reflexão e da interpretação va que procura a diversidade dentro da
inteligente sobre uma vasta e detalhada gama estrutura que embasa a tradição cultural dos
de informações levantadas pela própria autora construtores dos sambaquis. Felizmente, esse
e por muitos outros arqueólogos que pesqui livro, que coroa uma etapa da produção
sam a ocupação humana do litoral centro-sul científica de Madu Gaspar, impõe um padrão
do Brasil (entre o Rio de Janeiro e o Rio científico mais elevado, mais sistemático,
Grande do Sul). mais detalhista e mais preocupado em apro
A perspectiva adotada abandonou de vez fundar o conhecimento sobre a vida samba-
o formato etnocêntrico e meramente descritivo quieira.
311
Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 313-314, 2001.
Paulo De Blasis*
313
Estudos Bibliográficos: Resenha - Rev. do Museu de A rqueologia e Etnologia, São Paulo, 11:-313-314, 2001.
“homem antigo” de Kennewick, datado entre No Brasil, por enquanto, tais questões não
9.000 e 11.000 anos atrás, são particularmente têm vindo a público, exceto de maneira ocasio
interessantes e ilustram bem como os arqueó nal e pontual. Entretanto, não há dúvidas de
logos fundamentam seus argumentos quanto à que a situação pode mudar no futuro. Levanta
inexistência de correlação entre esses vestígios mentos arqueológicos de caráter regional,
e os povos aborígenes, embora lendas, paisa como, por exemplo, aqueles realizados para
gem “significante” e territorialidade, entre fins de mitigação de impacto ambiental em
outras referências, sejam usadas para estabele obras de grande envergadura que atingem
cer a conexão. territórios ocupados, hoje e no passado, por
E o que tem a ver tudo isso com o conheci diversas sociedades indígenas, podem ser
mento indígena? De fato, tudo. Ainda que a utilizados, desde que corretamente instru
maior parte das discussões atinentes ao mentados, para fins de negociação política. O
conhecimento indígena focalizem questões patrimônio arqueológico, mais do que apenas
tecnológicas e culturais relacionadas a políti um “recurso cultural recuperado”, pode se
cas desenvolvimentistas, os recursos arqueo converter em uma arma a mais, por exemplo,
lógicos são parte integrante da herança contra a habitual espoliação econômica e
cultural de uma nação. Com frequência, esses cultural das tradicionais populações ribeiri
recursos compõem mitos e lendas, fazem parte nhas profundamente afetadas pela construção
da “história do povo daquele lugar”, e incluem dos grandes empreendimentos hidrelétricos.
soluções tecnológicas, ambientais e também Resta, no entanto, muita pesquisa a ser
adaptativas. Enquanto prática científica, a feita para estabelecer com mais consistência os
arqueologia conecta o conhecimento local aos ainda tênues laços entre as culturas arqueológi
métodos tecnológicos e científicos. Exemplos cas do período imediatamente anterior à
do mundo todo vêm demonstrando que a chegada dos europeus e as sociedades indíge
prática arqueológica tem um poder extraordiná nas contemporâneas. Sabe-se que, naquele
rio para estimular a experimentação e a integra período e também ao longo da época colonial,
ção cultural entre as tecnologias pretéritas e grandes movimentações populacionais tiveram
tradicionais e as modernas. lugar na maior parte do território brasileiro, e
Recomendo este livro bastante abrangente que os territórios hoje ocupados por determina
às pessoas interessadas em tais assuntos ou dos grupos foram, no passado, ocupados por
em descrições pontuais da situação nos outras sociedades não diretamente relacionadas
Estados Unidos (e algumas breves observa com aquele grupo. Isto significa que a utilização
ções sobre o repatriação de vestígios arqueo política da informação arqueológica não deve
lógicos no Canadá, Austrália, Nova Zelândia e ser rasteira ou mesmo ingênua, e que um grande
Escandinávia). Ele pode ser encontrado na esforço de pesquisa é ainda necessário na
biblioteca do Museu de Arqueologia e Etnologia consolidação do que poderíamos chamar de
da Universidade de São Paulo (MAE-USP). história indígena.
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Notas
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(1) A equipe da EE “Gracinda Maria Ferreira” inclui: Guimarães, Iracema Elaine de Oliveira, Lilian
Marli Marques de Freitas Rodrigues (Diretora), G onçalves de Oliveira (Coordenadora do grupo de
Luciana Rosa Bertaglinoli (Vice-Diretora) e os professores), Liliane Dias dos Anjos, Maria C eleste de
professores Andréa Rodrigues Candeia, Andréa Jesus Mendes, Maria de Fátima L. Pereira Miziard e
Losada Santamaria Sim ões, Carmen Lúcia Dantas Vladimir Coelho.
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projeto tenha seu raio de aplicação muito No momento, o projeto está envolvendo
ampliado. Também neste caso, a equipe do diretamente sete classes do ensino fundamen
MAE vem discutindo com os professores a tal e médio e os professores responsáveis -
forma ideal para este material didático. nove, incluindo a área de Humanas (História,
Geografia), Exatas (Matemática, Física) e
Biológicas (Ciências) - vêm implementando as
Síntese final atividades e participam de reuniões mensais de
acompanhamento e avaliação com a equipe do
MAE.
Nos primeiros dias de aula, em fevereiro,
está programada uma fase preparatória, O conteúdo curricular da escola incorpo
rou os temas a serem tratados no projeto com
voltada para a visitação das ruínas por todas
as classes da escola, por pais de alunos e a concordância da dirigente escolar da região;
interessados da comunidade vizinha. Busca-se por outro lado, está sendo definida uma sala
despertar a atenção para o monumento e da escola para sediar o projeto.
propiciar o contato direto com as ruínas que Este projeto foi apresentado na III Semana
são uma referência importante no imaginário de Museus, realizada pela Pró-Reitoria de
da população dos arredores. Os alunos Cultura e Extensão da Universidade de São
deverão registrar as informações e impressões Paulo em agosto de 2001.
que possuem sobre o Engenho até então e
reunirão novos dados decorrentes do reconhe
cimento do local; depois da visita, os dois Elaine F. Veloso Hirata**
registros deverão ser discutidos e analisados Judith Mader Elazari***
juntamente com os professores. Jussara M oritz****
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Europa - foi uma estratégia que garantiu a que sejam também restaurados a memória e o
posse das novas terras para a constituição da interesse pela História junto à população.
própria colônia, pois exigiu o estabelecimento
de uma população permanente de colonos,
vivendo em vilas fundadas sob as determina
ções régias, usufruindo um território dividido
em grandes latifúndios, cultivados pelas mãos
do índio e do negro escravizados.
O Engenho dos Erasmos teve sua origem
na iniciativa de Martim Afonso de Souza: por
volta de 1534, o donatário da Capitania de S.
Vicente, além de organizar o povoamento,
funda uma empresa junto a seu irmão Pero
Lopes e outros - os Armadores do Trato.
Entre eles, estava o flamengo Johan Van
Hielst, representante em Lisboa da casa
comercial da família Schetz, de Antuérpia. Fig. 3 - Frame extraído do material gravado
O Engenho do Governador, ou dos durante a oficina de vídeo realizada no
Armadores do Trato, cerca de 1540 - pouco Engenho dos Erasmos com alunos da EEPSG
tempo depois da ida de Martim Afonso para a Profa. Gracinda Maria Ferreira.
índia - é comprado pelo mercador flamengo
Erasmos Schetz e passa a ser conhecido como
Neste aspecto, cabe resgatar o que
Engenho S. Jorge dos Erasmos.
Trata-se, portanto, de um importante assinala Pierre Bourdieu acerca da história
inscrita nos objetos, “objetivada”, e a história
testemunho do período da própria instalação da
feita o corpo, “atuante”.
colônia. Seu estudo poderá contribuir para a
melhor compreensão dos diversos aspectos Do mesmo m odo que o escrito só escapa
ao estado da letra m orta p elo ato de leitura, o
envolvidos no início da colonização do Brasil,
qual supõe uma atitu de e uma a ptidão p a ra ler
entre eles - talvez o de maior alcance até os e para decifrar o sentido nele inscrito, também a
nossos dias - o esforço de um povo em história objetivada, instituída, só se transform a
conquistar terras distantes, mobilizando em ação histórica, isto é, em h istória “a tu a d a ”
duramente outras gentes, pelo trabalho que e atuante, se fo r assum ida p o r agentes cuja
história a isso os predispõe e que, p elo s seus
aqui engendrou a formação do Povo Brasileiro.
“in vestim en tos” anteriores, são dados a
in teressar-se p elo seu funcionam ento e dotados
das aptidões n ecessárias p a ra a p ô r a funcionar.
Um testemunho vivo: o processo Bourdieu (1989:83)
participativo de criação do documentário
A questão que se coloca é de que manei
ras as próprias pessoas, antes mesmo das
O sítio arqueológico histórico do Engenho instituições, podem construir relações com o
dos Erasmos já foi tombado em todas as ins objeto-monumento no tempo. Estas relações
tâncias (IPHAN, CONDEPHAAT, CONDEPASA). estão sempre mudando e deixando suas
Nos últimos anos, a restrição das visitações marcas. O aspecto atual das ruínas representa
para atender aos requisitos da conservação muito do abandono do sítio, mesmo num
reforçou a distância das ruínas do dia-a-dia da momento em que se reconhecia seu valor na
população do local, restando somente entre os nossa História. Por pouco os vestígios não
mais velhos algumas lembranças e histórias desapareceram. O desafio é discutir as manei
que relacionam o cotidiano da comunidade ras pelas quais a comunidade pode apropriar-
com a área (Fig. 3). se dele de fato, tornando-o um testemunho
É sabido, no entanto, que o estudo, a vivo, reconhecendo no objeto uma história
restauração e a preservação do monumento que se faz ainda contínua e não engessada no
como patrimônio histórico não se realizam sem passado.
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Nesse sentido é que se insere a proposta dos diversos vestígios, materiais e imateriais.
de participação dos jovens alunos na Oficina Através das imagens, no processo de constru
de Vídeo, estimulando-os para uma redes- ção lúdica deste documentário, desenvolve-se
coberta das ruínas e sua apropriação através uma redescoberta.
de um olhar videográfico. Esse contato com a
linguagem audiovisual vem permitindo traba
lhar ludicamente com aspectos da arqueologia,
da história e da arquitetura, bem como discutir
as questões relativas à conservação e o
usufruto pelas gerações do nosso patrimônio
cultural (Fig. 4).
As diversas atividades com os jovens vêm
se realizando no próprio sítio arqueológico: uma
Oficina de Vídeo entre as ruínas, provocándo
se a percepção deste espaço, um mergulho. O
mote para o desenvolvimento das atividades no
processo participativo de criação do docu
mentário foi a sugestão de uma metáfora com o
trabalho arqueológico: a escavação do sítio,
atrás de possíveis vestígios, é como a escava Fig. 4 - Frarne extraído do material gravado
ção da memória, atrás das lembranças da durante a oficina de vídeo realizada no
história da presença humana no lugar. Uma Engenho dos Erasmos com alunos da EEPSG
metáfora estimulando a percepção do contexto Profa. Gracinda Maria Ferreira.
Referências bibliográficas
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André Costa*
Silvio Cordeiro*
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Rev. d o M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 327-329, 2001.
(1) Não estam os utilizando o termo arqueologia (2) Uma referência iconográfica é a planta da aldeia
urbana, mas reconhecem os a especificidade do meio de Carapicuíba feita de acordo com o levantamento
urbano, bem com o o envolvim ento da pesquisa feito em 1937, onde o autor reproduz a planta de
arqueológica realizada na cidade e a relação com a uma Aldeia Jesuítica projetada de acordo com as Leis
com unidade. das índias.
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Centuries B.C.: Monetary Images From the Berber Kings. PhD Dissertation.
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SILVEIRA, Maura Imázio da - “You Are What You Eat”: Subsistence Aspects at the
Sambaqui o f Moa-Saquarema/RJ. PhD Dissertation.
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AGUILAR SANTOS, Ruben - Notion of Value in the Patriarchal Period. PhD Dissertation.
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ABSTRACT: Our research has as its goal the analysis of the formation
processes of a large shellmound located at the Jaguaruna region, State of
Santa Catarina-Brazil. We assume that the construction habit is part of the
sambaqui cultural identity and from this hypothesis we are looking for
evidences of an intentional building process of an elevated structure based
on the faunal remains which are the basis of the site matrix. The results allow a
characterization of the accumulation process of e fferent strata occurring
simultaneously to the mortuary ritual with covering sheets of organic layers
representing ritual feastings in honor of the dead and successive deposition
of layers of mollusk valves.
We consider the Jabuticabeira II site a shellmound with funerary
function which most probably served as a site of ritual feastings in honor
of the deceased community members that inhabited the Camacho area at
that time.
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N otas - Rev. do M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
TEIXEIRA, Ivana Lopes - The Narrative on the Roman Imperial R eliefs: Trajan’s
Column. Master Thesis.
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N otas - Rev. do M useu de A rqu eologia e E tn ologia , São Paulo, 11: 331-346, 2001.
MONZANI, Juliana Caldeira - The Transition from the Bronze to the Iron Agein Greece:
a N ew Perspective o f Study. Master Thesis.
ABSTRACT: The aim of this work is to analyze the results obtained from
an extended archaeological project on the protohistory of Greece - The
University of Minnesota Messenia Expedition (UMME) - with the intent of
verifying the pertinence and range of the adopted methodology to the study
of societies with no written records. UMME selected the region of Messenia
and the site of Nichoria for a complete excavation, in a study which chrono
logical parameters extend from the Neolithic to the present. The project aims at
associating the extensive study of a region to the intensive excavation of a
site. In order to do this, it was necessary to adopt new methodologies:
interdisciplinarity, and the search for new technologies to identify vestiges.
The approach used by the University of Minnesota combines the surface
survey, the interdisciplinarity in archaeology, the intensive excavation, and
the complete publishing of the research. This approach proposes new me
thods for Greek archaeology and makes available a cèrtain type of knowledge
that allows the development of other trends of archaeological study and, in
the future, the comparison between several regions of Greece at any time in its
history.
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N otas — Rev. do M useu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo, 77: 331-346, 2001.
GUIM ARÃES, Márcia Barbosa da Costa - Space and Social Organization Among the
Sambaqui Builders at the Ibv4 Site, Cabo Frio/RJ. Master Thesis.
339
N otas - Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
SANTOS, Maria do Carmo Mattos Monteiro dos - The Question o f the Archaeological
Survey on Environmental Impact Assessm ent. Master Thesis.
BAR BO SA, Paula Nishida - Estudo Zooarqueológico do Sítio Mar Virado Ubatuba-SP.
Dissertação de Mestrado.
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N otas - Rev. do M useu de A rqu eologia e E tnologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
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N otas - Rev. d o M useu de A rqu eologia e E tn o lo g ia , São Paulo, 11: 331-346, 2001.
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N otas - Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
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N otas - Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
SILVA, Sergio Francisco Serafim Monteiro da - A Glance Upon Death: Archaeology and
Human Burial Imagery from Two Sites - Tenório and Mar Virado, Ubatuba, SP.
Master Thesis.
344
Notas - Rev. do Museu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 11: 331-346, 2001.
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N otas - Rev. do M useu de A rqu eologia e E tn ologia, São Paulo, 77: 331-346, 2001.
Data obtained in this inland site was compared with information from the
Aratu-Sapucai Tradition. This comparison is very important, since there is an
increase in inquiries on the use of the tradition concept in Brazilian archaeo
logy, stimulated by the growth of research in the southeast.
Traditions were established after years of extensive research throughout
Brazil with the goal of identifying archaeological sites and finding common
material culture traits among them. The questioning of these data is a task for
the younger generation of Brazilian archaeologists in an attempt to propose
innovative ways to understand old cultural configurations.
PORTO, Vagner Carvalheiro - The Study of Herakles’ Cult in Sicily: The Contribution of
M onetary Iconography. Master Thesis.
ABSTRACT: The main goal of this thesis is to study the image of Herakles
on Siciliot coinage in order to contribute to the knowledge of the cults of this
Greek hero in Ancient Sicily. Our intention is also to throw more light on
Ancient Sicily society and culture. Our research will focus mainly the coina
ges produced by Syracuse, Selinus, Akragas, Himera and Gela between the
Vth and the Illrd centuries B.C. The coins shall be approached in view of their
contexts of production and use.
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R e v ist a d o M u s e u d e A r q u eo l o g ia e E tn o l o g ia d a
U n iv e r s id a d e d e S ã o P a u l o
Examples:
Instructions to the authors
BOCQUET, A.
The originals should be sent to the editor, in 1979 Lake bottom archaeology. Scientific Am eri
MS - DOS formatted diskettes, before May 31 of can, 240 (2): 56-75.
the publication year, preferably as files of MS - FOLEY, R. A.
Word, in standard equipm ent IBM - PC, or 1981 O ff site archaeology: an alternative approach
for the short sites. I. Hodder, G; Isaac and
compatible. A second file should contain name,
N. H am m ond (E d s.) P a tte rn o f the P a st
address, e-mails, telephone and/or fax number, as S tu d ie s in H o n o r o f D a v id L. C la rk e.
well as information about the word processor Cam bridge, Cam bridge U n iversity Press:
employed. This material will should contain one 1 5 7 -1 8 3 .
printed copy and will be not sent back to the SANOJA, M.; VARGAS, I.
1978 Antigas form aciones y modos de producción
authors.
venezolanos. Caracas: Monte Avila Editores.
Editoração Eletrônica:
F ábio B a tista d o s S an tos
Pró-Reitoria de Pesquisa
Pró-Reitor: Prof. Dr. Luiz Nunes de Oliveira
M u se u d e A r q u e o l o g ia e E tn o lo g ia
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Vice-Diretor: Prof. Dr. José Luiz de Morais