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SER DOCENTE: ¿VOCACIÓN O EMPLEO?

Nos encontramos en una nación capitalista en la cual el gobierno permite que


cada persona regule, obtenga sus propios recursos y además no debe de
compartirlos con el resto de la población como ocurre en el comunismo o
socialismo, es por eso que hoy en día encontramos una competencia constante en
los mismos integrantes del país por querer obtener la mayor cantidad de recursos
sin importar dejar de lado las relaciones humanas, los valores y denigrando la
dignidad humana.

Debido a lo anterior se han arraigado cierta cantidad de problemáticas, los cuales


se ven influenciadas en todos los ambientes; dentro del campo educativo una de
las principales es que la mayoría de las personas que ejercen la profesión docente
en su mayor parte lo hacen por los ingresos que genera como también por no
estar desempleado, dejando de lado el profesionalismo, la ética profesional y no
desempeñando un buen trabajo como lo haría una persona con vocación.

La docencia es una de las profesiones que más empleo genera puesto que se
necesitan en todo el territorio colombiano, para ejercer este cargo se debe de
presentar a un concurso el cual es la evaluación que decide si está en capacidad o
no para ejercer esta labor, lastimosamente a este concurso son admitidos
personas que han sido formadas para otras profesiones (administradores de
empresas, ingenieros de sistemas, arquitectos, entre otros), los cuales no han
recibido una adecuada formación que le permita desenvolverse en este empleo
como lo es esencialmente en pedagogía, psicología, etnoeducacion, etc.

Día a día encontramos en el país personas que se inclinan por acceder a un


rápido empleo u opción de trabajo solo por obtener una mensualidad que permita
suplir sus necesidades básicas; o mejor dicho por sobrevivir y sustentarse de
alguna manera, comprendemos que la profesionalidad se ve subestimada por el
mismo sujeto que la tiene, entonces ya no hay vocación, hay es un deseo
insaciable de empleo y necesidad de trabajo; en nuestro contexto observamos
administradores de empresas orientando matemáticas, ingenieros de sistemas
orientando informática, técnicos agropecuarios orientando ciencias naturales,
entre otros profesionales guiando lo desconocido, pero no solo ocurre esto
entristece que hay muchas personas que se preparan para ser docentes
únicamente por ser la que más genera empleo, están ejerciendo esta labor, pero
desde el fondo quisieran haber sido preparados para otra profesión de su agrado y
trabajar en ella demostrando así su verdadera vocación . La pregunta que
cotidianamente yo y quizás otros más respecto a esta situación nos hacemos es:
¿nuestros docentes ejercen su labor por vocación y amor a la profesión o
únicamente por ser empleados?

Ya vemos que todo está girando frente a la competitividad y a un elevado número


de desempleados que buscan incansablemente la manera de ocuparse en un
cargo, que le genere al menos lo mínimo con que pueda suplir sus necesidades.
Así entre muchos otros casos, la educación se ve inmersa en esta emblemática
situación que a diario entra en una creciente: más empleados y menos
desempeños por vocación; y es aquí donde el papel del docente se ve suelto en
las relaciones interpersonales con estudiantes y comunidad, perdiendo la
autonomía, la apropiación y generando desinterés por el aprendizaje.

Cuando un docente trabaja únicamente por el ingreso afecta no solo al contexto


educativo sino que además al mismo debido a que no se está desempeñando en
lo que verdaderamente es apto y ama, demostrando así su inconformismo e ira,
donde realiza los trabajos por obligación y lo hace no tan bien, solo por cumplir a
unas normas, en cambio cuando una persona ejerce la profesión por vocación lo
hace de la mejor manera posible, es feliz haciendo sus labores, con aptitudes y
actitudes positivas que se ven reflejadas en el contexto escolar.

Entonces no se puede decir que el país está apuntando a una educación con
calidad cuando se presentan estos casos donde los llamados “docentes” no
quieren trabajar, no quieren participar, no quieren asumir con autonomía y
dedicación el gran cargo que decidieron elegir, por esto aclaro que la docencia no
es una opción, ni un segundo plano, o una manera de subsistir económicamente,
la educación debe entenderse como la forma de educar a personas que son el
futuro de sociedad, para transformarla y para ello se requiere de sujetos activos y
comprometidos con el acto de educar, de formar y no de reproducir múltiples
conocimientos, es educar y educar es pensar, amar y actuar.

En conclusión cabe resaltar que cada uno de nosotros somos un

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