DE LOS TRES CAMINOS QUE SEÑALA LA COMISIÓN DE BASES PARA LA REFORMA CONSTITUCIONALES, EXHORTADOS POR EL TC AL CONGRESO PARA DEFINIR LA SITUACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1993
DE LOS TRES CAMINOS QUE SEÑALA LA COMISIÓN DE BASES PARA LA REFORMA CONSTITUCIONALES, EXHORTADOS POR EL TC AL CONGRESO PARA DEFINIR LA SITUACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1993
DE LOS TRES CAMINOS QUE SEÑALA LA COMISIÓN DE BASES PARA LA REFORMA CONSTITUCIONALES, EXHORTADOS POR EL TC AL CONGRESO PARA DEFINIR LA SITUACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1993
DE LOS TRES CAMINOS QUE SEÑALA LA COMISIÓN DE BASES PARA LA
REFORMA CONSTITUCIONALES, EXHORTADOS POR EL TC AL CONGRESO PARA DEFINIR LA SITUACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN DE 1993, ¿CUÁL CONSIDERA USTED QUE HOY EN DÍA RESULTA LA MÁS VIABLE?
Primera: Que el Congreso de la República, de ser posible en el mes de agosto de
2001, declare la nulidad de la Constitución de 1993, aprobada por un Congreso Constituyente Democrático producto de un golpe de Estado y subordinado a un Tercera: Aprobar una ley de referéndum para que el pueblo decida si se aprueba una nueva Constitución que recoja lo mejor de la tradición histórica del Perú. De ser el caso, sería convocada una Asamblea Constituyente expresamente para ello.
La Constitución, así, termina convirtiéndose en el fundamento de validez de todo el
ordenamiento instituido por ella. De manera que una vez que entra en vigencia, cualquier producción normativa de los poderes públicos e, inclusive, los actos y comportamientos de los particulares, deben guardarle lealtad y fidelidad. La Constitución no está sujeta a una evaluación de validez formal, dado que no existe un precepto (superior) que haga las veces de una norma sobre su producción jurídica, en virtud de ser ella misma el fundamento y cúspide de todo el ordenamiento jurídico de un Estado. Uno de los criterios para medir el grado de legitimidad de una institución, tiene que ver con lo que el mismo Karl Deutsch denomina “legitimidad por procedimiento”. Mediante éste, por ejemplo, se analiza la forma cómo alguien llega al poder, se hace del poder (o, agregamos nosotros), se crea una institución. Este usufructo del poder (o el proceso de creación de una institución) “se dice a menudo legítima, cuando se llega al mismo mediante un procedimiento ´legítimo´, es decir, un procedimiento que los gobernados consideran compatible con la configuración de sus propios valores. En esa perspectiva, el Tribunal Constitucional comparte el alegato de los recurrentes según el cual, quien impulsó la creación de la Constitución de 1993, carecía de legitimidad de origen o legitimidad por el procedimiento. Como se ha sostenido en la demanda, el 5 de abril de 1992, el entonces Presidente Constitucional de la República, contando con el apoyo de civiles y militares, perpetró un golpe de Estado e instauró una dictadura, la cual para disfrazar su propósito de mantenerse en el poder por tiempo indefinido y revestir de legalidad al ejercicio del poder, convocó a un Congreso
Alumna: Jessica Maribel Zapata Chapilliquen.
Constituyente Democrático, al que atribuyó competencia para dictar la Constitución Política del Perú de 1993.
Es cierto que, se podría complementar la pregunta, proponiendo, si quiere
retornar adicionalmente a la Constitución de 1979 para que se reforme (como es el caso parcialmente de la tercera alternativa de reforma constitucional, que propuso la Comisión de Bases de Estudios de la Reforma Constitucional, 2001, p 103). El Congreso, entonces, podría llevar a cabo la reforma constitucional total en dos legislaturas ordinarias, dado que el artículo 306° de la Constitución de 1979 no preveía el referendum constitucional.
Pero, se abren eventuales costos políticos y jurídicos no previsibles en toda su
magnitud con una restauración absoluta, como los indicados en los puntos 1 y 2. Supuesto en el cual, la consulta adicional sobre el retorno a la Constitución de 1979, debería quedar solamente circunscrita, para que su reforma se haga conforme a como ella lo había previsto, según los artículos 306° y corroborado por el 307°de la Constitución de 1979.
B. Si la mayoria del pueblo votara por la reforma parcial de la Constitución, el
Congreso tendría el camino allanado, con la sentencia del Tribunal Constitucional y la opinión directa del poder constituyente, a fin de relanzar el proceso de reforma constitucional. Pero, para reformar parcialmente la Constitución de 1993, exclusivamente los artículos que sean así aprobados por el Congreso; sobre la base del texto de reforma constitucional que se ha venido votando. Ello, con los ajustes de difusión pública y debate parlamentario ralentizado del caso.
El proyecto final de ley de reforma parcial de la Constitución, debatido
públicamente, no pasaría a referéndum constitucional, sino a ser aprobado en una siguiente legislatura ordinaria. En la medida que la sentencia del Tribunal Constitucional ha establecido la obligación constitucional de someter a referéndum sólo la reforma total de la Constitución, quedando como potestad facultativa del Congreso convocar al pueblo para aprobar una reforma parcial de la misma (fundamento 86).
A lo mucho, las fuerzas conservadoras y defensoras del status quo neoliberal
predominantes en el actual parlamento, podría hacer una reforma parcial de la actual Constitución; sobre todo en lo relacionado con el establecimiento de la bicameralidad dentro de la estructura del propio Congreso de la República. Considero que la tercera alternativa que plantea aprobar una ley de referéndum para que el pueblo decida es la que resulta más viable en la actualidad. Si se aprueba una nueva Constitución, considero que se trata de una propuesta viable, pero en la medida que utilizando el mecanismo establecido en el artículo 32, se proponga un proyecto de ley de reforma del artículo 206 de la Constitución, para que se pueda convocar a una Asamblea Constituyente, tal como ha ocurrido en Chile. Si el Congreso se negara a aprobar la reforma, el
Alumna: Jessica Maribel Zapata Chapilliquen.
Poder Ejecutivo podría hacer cuestión de confianza, toda vez que la ley que interpreta la Constitución en lo relativo a la cuestión de confianza que pretende aprobar el Congreso sería inconstitucional; ello teniendo en cuenta el pronunciamiento del Tribunal Constitucional respecto a la ley de interpretación auténtica, efectuada anteriormente por el Congreso para la reelección de Alberto Fujimori. La imperiosa necesidad de efectuar en el Perú una reforma constitucional que, partiendo de un amplio consenso social, y con una clara vocación integradora, sirva de fundamento para la conformación de un verdadero Estado Democrático y Social de Derecho en el que, sobre la base del respeto a la diversidad, la dignidad, la libertad, la igualdad, la justicia, se promueva el desarrollo tanto personal como social, económico, cultural, y esté al servicio de los ciudadanos para garantizarles el pleno disfrute de sus derechos fundamentales. Este Tribunal considera que, al Congreso de la República, cuya autoridad ha sido delegada por el Pueblo como fuente originaria del poder, le corresponde ineludiblemente y en el plazo más breve, la responsabilidad de terminar de consolidar de manera definitiva el proceso de reinstitucionalización democrática. Y dentro de él, la decisión de optar políticamente por el marco constitucional más conveniente, deviene en prioritaria e insoslayable. Por ello, invoca a este poder del Estado para que adopte las medidas políticas y legislativas concretas tendientes a lograr dicho fin, y lo exhorta para que, con anterioridad al vencimiento del mandato representativo de los actuales congresistas, opte por alguna de las posiciones planteadas o la que, en ejercicio de sus atribuciones, considere conveniente al interés de la Nación.
Finalmente, como no hay democracia sin derecho, ni derecho sin democracia; la
legalidad del actual proceso de reforma constitucional debe afirmarse directamente en la legitimidad popular, tanto en su reinicio como al término, si es el caso. Ciertamente que hay decisiones político-jurídicas, que son necesarias, otras posibles y otras urgentes. Considero que la adecuada combinación de estas, deben ofrecérselas al soberano, mediante un referéndum. Con lo cual el referéndum constitucional quedaría liderado pluralistamente y ordenada democráticamente por el Congreso. Creo que la importancia que tendría la creación de una nueva Constitución, especialmente por la aún próxima vecindad con un periodo aciago para el imperio de la legalidad y la vigencia de los derechos fundamentales, adquiere cotas de trascendencia fundacional, aún más si se trata de la redacción de un texto que represente la simbólica liquidación de un pasado nefasto para la convivencia democrática, y que se estatuya como la plataforma institucional de una sociedad cuya autopercepción sea la de una Nación libre y justa, y cuya vocación sea la del progreso y bienestar.