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4 DE JUNIO 2023

TEMA: LA VIDA DE JESUS


OBJETIVO: APLICAR A LA VIDA DIARIA LAS ENSEÑANZAS Y LOS HÁBITOS
DE JESÚS.

La vida, ministerio, parábolas, enseñanzas, la última cena y crucifixión de


Jesús son una base fundamental para el crecimiento de un creyente y para la
fortalecer la relación con Jesús también podemos seguir su ejemplo de amor,
compasión y servicio a los demás.

NACIMIENTO MATEO 2:1-12

Jesús nació en Belén, donde


acudieron José y María para
inscribirle en el censo. Entonces
reinaba Herodes el Grande, años
antes de nuestra era.

HUIDA A EGIPTO MATEO 2. 13-15

La familia viajó a Egipto para huir de


la persecución del rey de los judíos,
que ordenó la degollación de los
niños menores de dos años.

PRIMEROS AÑOS Lucas 2:21: 21


Para cumplir con los requisitos de la
ley judía, Jesús había sido
circuncidado y presentado en el
templo, un lugar al que volvió ya
siendo joven, durante la fiesta de la
Pascua.
BAUTISMO MATEO 3.13-17
Juan Bautista bautiza a Jesús en el río Jordán, que
luego se retira al borde del desierto durante 40 días
de ayuno y meditación, en los que sufre las
tentaciones de Satanás. Después vuelve a Galilea,
visita su hogar en Nazaret y se traslada a
Capernaum.

DONDE VIVIÓ
Después de recibir el bautismo a
orillas del río Jordán, Jesús comenzó
su predicación en Galilea y pasó sus
últimos momentos en Jerusalén. Para
entonces, el Imperio Romano ya había
sometido esta región de Oriente Medio
(64-63 a.C.).

LA ÚLTIMA CENA
Tras estos acontecimientos, Jesús
celebra la cena de Pascua con sus
discípulos. Después de esta Última
Cena se retiró al huerto de
Getsemaní, donde fue arrestado. El
consejo supremo de los judíos, el
Sanedrín, le condenó a muerte por
blasfemia, una pena ratificada por el
procurador romano Poncio Pilatos.
MUERTE Y RESURRECCIÓN
Jesucristo fue llevado al
Gólgota, donde se le crucificó
y se le llevó a una tumba,
aunque no se encontró el
cuerpo. Los apóstoles,
después de verle y
escucharle en Jerusalén y
sus proximidades,
proclamaron su resurrección.
Sus discípulos también vieron
su posterior ascensión a los
cielos.

PREDICACIÓN Y MILAGROS
Jesucristo comienza a predicar en compañía de sus discípulos y sufre
la incomprensión de fariseos y saduceos. Durante esta época realiza
milagros que hacen aumentar el número de sus seguidores. En sus
últimos días, viaja a Jerusalén, donde expulsa a los mercaderes y
cambistas del templo, y los sacerdotes y escribas conspiran contra él.
FARISEOS SADUCEOS
CREENCIAS Creían en la inmortalidad del Rechazaban la idea de la
alma, la resurrección de los inmortalidad del alma, la
muertos y la existencia de resurrección de los muertos y
ángeles y demonios. la existencia de ángeles y
demonios.
CLASES Eran más populares entre el Sacerdotes y aristócratas.
SOCIALES pueblo común y provenían de Descendientes de los
diversos estratos sociales. antiguos sacerdotes del
Templo de Jerusalén
PRACTICAS Enfatizaban la importancia de Se centraban en la
RELIGIOSAS la observancia de los observancia del culto y los
mandamientos en la vida rituales del templo.
cotidiana, tanto en lo ritual Conservadores de la Ley.
como en lo ético.
Otro datos Buscaban mantener la pureza Tenían poder político y
ritual y moral, y se esforzaban colaboraban con la ocupación
por vivir una vida piadosa y romana.
justa. Durante el periodo del
Enfatizaban los rituales de Segundo Templo, tenían
purificación, la observancia influencia en la administración
del sábado, la oración, el del Templo de Jerusalén y en
diezmo. Mientras los asuntos del Sanedrín, el
descuidaban los asuntos del tribunal religioso y político
corazón y la justicia. judío.
-Nicodemo y José de
Arimatea

El contexto histórico en el que Jesús realizó los milagros se encuentra en el primer


siglo d.C., que en ese momento estaba bajo el dominio del Imperio Romano. Esta
región experimentaba tensiones políticas, sociales y religiosas.
En este contexto, el pueblo judío vivía bajo la ocupación romana y había una gran
expectativa y anhelo de liberación y redención. Los milagros de Jesús abarcaron
una amplia gama, incluyendo curaciones de enfermedades, liberación de
posesiones demoníacas, multiplicación de alimentos, caminar sobre el agua y
resurrección de los muertos. Para muchos, los milagros fueron señales evidentes
de que Jesús era el enviado de Dios, el Hijo de Dios y el Salvador del mundo. A
través de ellos, Jesús revelaba el amor, la compasión y el poder transformador de
Dios, y ofrecía una invitación a las personas a experimentar una relación personal
con Dios y participar en la llegada del Reino.
Milagros sobre las personas
Jesús convierte el agua en vino (Juan 2:1-11)
Sanó la oreja de un hombre (Lucas 22:50-51).
Sanó al siervo de un centurión (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10).
Sanó a dos ciegos (Mateo 9:27-31).

La sociedad de esa época a menudo asociaba la ceguera con un castigo divino o


una maldición, lo que llevaba a la estigmatización y la exclusión social de las
personas ciegas. Podían ser consideradas impuras, pecadoras o desfavorecidas
por Dios. Esto significaba que muchas personas ciegas eran marginadas y tenían
dificultades para encontrar trabajo, ser aceptadas en la comunidad o recibir apoyo
y comprensión. Las personas ciegas dependían en gran medida de la caridad de
otros para sobrevivir. Algunos podían recurrir a la mendicidad como medio de
subsistencia, solicitando limosnas en lugares concurridos como puertas de
templos o calles transitadas.

Sanó a un paralítico (Juan 5:1-9).


Sanó al hombre de la mano seca (Mateo 12:10-13).
Sanó un hombre endemoniando que estaba ciego y mudo (Mateo 12:22; Marcos
3:20-30; Lucas 11:14-23).
Sanó a la hija endemoniada de una mujer cananea (Mateo 15:22-28).
Sanó a un muchacho lunático (Mateo 17:14-21; Marcos 9:14-29; Lucas 9.37-43).
Sanó a un ciego de nacimiento (Juan 9:1-38).
Expulsó a los demonios (Mateo 8:28-34).
Sanó a un paralítico (Mateo 9:1-8).
Sanó a una mujer que sufría de hemorragias (Mateo 9:18-26; Lucas 8:43-48).
Según los relatos, esta mujer había estado sufriendo de hemorragias durante doce
años y había gastado todos sus recursos en tratamientos médicos sin obtener
mejoría. Además de los desafíos físicos que implicaba su condición, también
enfrentaba desafíos sociales y religiosos. La Ley judía consideraba que una
persona con hemorragias era impura y, por lo tanto, se le prohibía participar en
actividades religiosas y estar en contacto con otras personas. A través de este
encuentro, Jesús no solo sanó la enfermedad física de la mujer, sino que también
la restauró emocionalmente y la liberó del estigma social y religioso que la había
afectado durante años.

Sanó a un leproso (Marcos 1:40-45; Mateo 8:1-4; Lucas 5:12-16).

Las personas con lepra eran consideradas impuras y contagiosas según las leyes
y creencias religiosas de la época. Como resultado, se les obligaba a vivir
apartados de la comunidad en lugares designados, leproserías o en las afueras de
los pueblos y ciudades. Estaban excluidas de la vida social y religiosa, y se les
prohibía el contacto con personas sanas. Los leprosos eran separados de sus
familias y amigos, ya que se les obligaba a abandonar sus hogares para evitar la
propagación de la enfermedad. Esto significaba una pérdida de relaciones
personales y un sentimiento de aislamiento y soledad.
Sanó a un sordomudo (Marcos 7:31-37).
Alimentó a cuatro mil (Mateo 15:32-39; Marcos 8:1-10).
Sanó a un hidrópico (Lucas 14:1-4).
Sanó a diez leprosos (Lucas 17:11-19).
Calmó la tempestad (Mateo 8:23-27).
Hizo que una higuera se secara (Mateo 21:18-22).
Caminó sobre el agua: Mateo 14:22-33 (Pedro también caminó); Marcos 6:45-52;
Juan 6:15-21
Multiplicó cinco panes y dos peces y alimentó a más de cinco mil personas (Mateo
14:15-21).
Resurrecciones
En los tiempos de Jesús, la creencia en la resurrección tenía diferentes
interpretaciones dentro de la tradición judía. Mientras que algunos grupos como
los fariseos creían en la resurrección de los muertos, otros como los saduceos la
rechazaban. Las creencias individuales y las comprensiones populares también
podían variar.
Resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17).
Resucitó a Lázaro (Juan 11:1-46).
El milagro de la resurrección de Lázaro provocó la ira y la oposición de los líderes
religiosos judíos, como los fariseos y los principales sacerdotes. Su influencia y
prestigio se veían amenazados por los crecientes seguidores de Jesús, y
comenzaron a planear su arresto y posterior crucifixión.
Resucitó a la hija Jairo (Mateo 9:18-26)
la resurrección de la hija de Jairo por Jesús causó asombro, admiración,
fortalecimiento de la fe, esperanza y consuelo entre aquellos que presenciaron
este milagro. Además, este evento contribuyó a la difusión de la fama de Jesús
como un obrador de milagros y generó un mayor interés en su mensaje y
enseñanzas.

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