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Los 6 Pasos

Pueblo de Dios en
Misión
El discipulado, primera etapa de
la vida de Jesús.
El mismo Jesús vive antes de la misión, fue
una experiencia de discipulado. ¿Jesús fue
un discípulo? Claro que lo fue, así lo
atestiguan los evangelios al decirnos que
“Jesús crecía en saber, estatura y gracia,
ante Dios y ante los hombres” (Lc 2, 52).
Desde los 12 años sentía ya el deseo intenso
de estar en las cosas de su Padre (Cfr Lc 2,
49) que no es todavía la misión, sino el
deseo de vivir un discipulado más intenso.
José y María y lo encuentran en el Templo
como un discípulo entre los doctores de la
Ley “escuchándolos y haciéndoles
preguntas” (Lc 2, 46).

Esa actitud de Jesús de “escuchar y


hacer preguntas” es la que todo aquel
que desee impulsar el discipulado
misionero permanente debe tomar.
Si queremos que la misión permanente
crezca en estatura (extensión).

En saber (comprensión) y en (gracia)


que sea un nuevo Pentecostés, antes
debemos dedicar tiempo suficiente a
comprender el sentido de la misión en una
actitud de discípulos.
Caminar desde Jesús
Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazaret
nos dice que “el Evangelio no es un
discurso meramente informativo, sino
operativo; no es simple comunicación, sino
acción, fuerza eficaz que penetra el mundo
salvándolo y transformándolo”.
Y agrega: “El centro de esta proclamación
es el anuncio de la proximidad del Reino
de Dios, anuncio que constituye
realmente el centro de las palabras y la
actividad de Jesús”
La Buena Nueva del Reino es que algo va
a cambiar, pero además, nos explica el
Papa que “Jesús anuncia simplemente
a Dios, es decir, al Dios vivo, que es
capaz de actuar en el mundo y en la
historia de un modo concreto, y
precisamente ahora lo está haciendo”.
La llegada del Reino es Buena Nueva,
porque las puertas cerradas por los
fariseos mediante sus estructuras caducas
que no favorecían la transmisión de la fe.
Kerigma en proceso:
o La importancia de los procesos en la
realización del proyecto PDM.
o Concientizarnos en la aplicación del
proceso con tiempos, espacios y proyecto.
o Vivir la conversión pastoral desde la
aplicación de los procesos.
o La garantía de los procesos es la fidelidad
a Cristo como único camino, único
programa.
Pistas
o De Belén a Nazaret
o De Nazaret al Jordán y al Desierto
o La sinagoga de Nazaret
o Por las orillas del lago de Galilea
o Galilea
o De Cafarnaúm a Cesarea de Filipo
1ra Etapa: Inicio del
discipulado
o De Belén a Nazaret

o De Nazaret al Jordán y al Desierto

o La sinagoga de Nazaret

o Por las orillas del lago de Galilea


Objetivo:
Capacitarnos para
que, con la mirada y
actitudes de Jesús,
nos acerquemos en
nuestras parroquias a
la realidad de los
alejados y marginados,
para así poder ubicar
quiénes son, dónde
están y porqué están
en esa situación.
Para Jesús, es el momento de
acercamiento a la realidad humana.

Antes de la misión, Jesús vivió 30 años


mirando la realidad del pueblo alejado
y marginado y las causas reales de su
alejamiento.
Objetivo:
Queremos ponernos en la
fila con los alejados y
marginados, para que desde
la experiencia del Espíritu
que brota de la gracia
bautismal, fortalezcamos
nuestra identidad de hijos
amados y enviados, y así,
caminemos al desierto con
Jesús para discernir desde
el Evangelio, cuáles son las
tentaciones pastorales que
nos impiden responder
misioneramente a la realidad
concreta que hemos visto y
analizado.
La realidad que Jesús ha visto y analizado
durante 30 años le mueve a la misión, pero
antes, en el río Jordán, al ponerse en la fila
con los alejados y marginados, en su
bautismo, será fortalecido en su identidad
de Hijo amado y enviado.

Luego será conducido por el Espíritu al


desierto para discernir las tentaciones que el
mal le ofrece de un método fácil, desde el
éxito, la fama y el poder humanos. Jesús
prefiere la limitación, lo pequeño y la pobreza
como camino misionero que le mantenga en
la mística de la encarnación.
Objetivo:
Diseñar un programa
kerigmático de
DISCIPULADO
MISIONERO que como
Buena Nueva, atraiga y
convoque a las personas
de las opciones
priorizadas al equipo de
los 12 y los 72 para que
se capaciten e impulsen
las actividades misioneras
en los sectores.
En el desierto Jesús ha hecho un
discernimiento y ha decidido no abarcar
todo, su limitación le obliga a optar y a
priorizar cuáles son las situaciones de a
alejamiento y marginación analizadas
que son más urgentes atender.

En la Sinagoga de Nazaret, Jesús ungido


por el Espíritu anuncia sus opciones
pastorales y las actividades que le
llevarán a hacer realidad sus opciones.
Jesús anuncia kerigmáticamente su
programa misionero. Es kerigmático porque
responde a la realidad de alejamiento y
marginación y porque brota y se inspira en la
Palabra de Dios.

En el proceso misionero, es el tiempo de


priorizar la realidad analizada y programar
las actividades de misioneras. En este paso,
ayudados de una herramienta donde
analizamos las actividades del programa
Jesús en Galilea elaboramos, en comunión
con los grupos y áreas de la parroquia, un
programa de actividades misioneras
desde las cuatro dimensiones de la
Objetivo:
Definir el perfil del
equipo de los 12,
integrando a personas
de las opciones y
prioridades elegidas de
entre los alejados y
marginados, para que
sean convocadas a vivir
junto con gente
cercana, el programa
de discípulado
misionero en el 5º paso.
Jesús ha priorizado y programado, pero aún así,
la realidad y necesidad del pueblo es muy grande
y por eso convoca un equipo que le ayude a llevar
a cabo su programa misionero.

En este equipo al que llamamos equipo de los 12,


Jesús incluye no sólo a los que <esperan la
salvación>, sino a gente alejada y marginada
como Mateo y se abre a la participación de más
gente como Magdalena y las otras mujeres que
los acompañaban.

En este paso definimos, inspirados en la


metodología para convocar que nos sugiere el
Evangelio, tanto el perfil del equipo misionero,
como la estrategia para convocar al equipo de los
12
Los primeros cuatro pasos
Nos sirvieron para poner las bases de la
misión: Realidad, identidad, opciones-
programa y equipo que integra alejados.
Pero también nos sirvieron para dar
testimonio como parroquia, con hechos, del
amor de Dios por los alejados y marginados.
Ahora bien, aunque con estos hechos
estamos ya dando un testimonio inicial, nos
enseñó el Papa Pablo VI que “el más
hermoso testimonio se revelará a la larga
impotente, si no es esclarecido,
justificado, explicitado, por un anuncio
claro e inequívoco del Señor Jesús” (EN
232).
2da Etapa: Inicio de la Misión

o Galilea

o De Cafarnaúm a Cesarea de Filipo


Objetivo:
Convocar y capacitar a
personas de los sectores
incluyéndolos en
comisiones sencillas,
para que junto con ellos,
organicemos una misión
intensiva en comunión y
participación.
Jesús al iniciar su misión, nos dice el Evangelio de
Marcos, “se dirigió a Galilea a proclamar la Buena
Noticia” (Mc 1, 14).

Galilea, que era un sector alejado y marginado recibe


una buena nueva desde el momento que Jesús lo
elige como lugar para el INICIO DE LA MISION:
“Galilea de los paganos. El pueblo que habitaba en
tinieblas vio una gran luz” (Mt 4,15).

Su alejamiento del Templo y la cercanía a los pueblos


paganos vecinos, pero además su marginación social
y su conocida violencia, hacían de Galilea, nos dice el
Papa Benedicto XVI, “una región que se
consideraba medio pagana”. De allí elige, de entre
la gente de Galilea a los primeros discípulos.
En nuestro proceso iniciamos también
este paso con una experiencia de
DISCIPULADO.

Se les ofrece una formación kerigmática y


se les capacita mediante una metodología
participativa para que ellos se conviertan
en el sector, en animadores misioneros y
no asuman todas las tareas misioneras.
Objetivo:
Formar y multiplicar, en las
casas del sector de misión,
pequeñas comunidades de
oración y reflexión de la
Palabra de Dios en las que
continúe la misión a través
del anuncio del kerigma del
Reino (en parábolas) y en las
que se ofrezca de manera
permanente a los alejados y
marginados, un espacio de
encuentro y conocimiento
de la Persona de Jesús.
El Evangelio de Marcos nos dice que Jesús
“volvió a Cafarnaún y se corrió la voz de que
estaba en casa” (Mc 2,2) y Mateo nos dice que
una vez Jesús <salió de casa> en Cafarnaún y
se sentó a orillas del lago (13,1) y se juntó mucha
gente a quienes les enseñaba las parábolas de
las semillas. Es el anuncio kerigmático del Reino
que Jesús proclama.

El anuncio público del kerigma atrae a muchos,


pero sólo algunos, se interesan en profundizar la
Palabra en una experiencia de DISCIPULADO:
“Después, despidió a la gente, entró a casa. Se
le acercaron los discípulos y le dijeron:
Explícanos la parábola” (M7 13, 36). En el 6º
paso sin dejar la predicación y actividades para
todos, se abre un nuevo espacio de reflexión en
Conclusiones:
o Si quisiéramos proyectar una misión
kerigmática que parta del kerigma del Reino
inspirados en la misión de Jesús, tendríamos
que tomar en cuenta las cuatro dimensiones
de la pastoral.

o Si tenemos una manera fragmentada de


entender la pastoral, sin una verdadera
comunión, ese programa nos llevaría a
organizar muchas actividades, con mucha
gente, cada quien desde su área, grupo o
movimiento y quizá, hasta compitiendo entre
o Un proyecto misionero que lograra
integrar las cuatro dimensiones de la fe en
una verdadera comunión, lograría una
verdadera transformación de las personas
y de los ambientes y entonces estaría
anunciando en verdad el kerigma del
Reino tal como lo anunció Jesús de
Nazaret de modo actual hoy en la Iglesia,
o El anuncio de la Palabra abre el corazón del alejado
a la fe y al encuentro con Cristo vivo al que se anima
a seguir admirado por su vida, obras y enseñanza
(dimensión profética);

o la fe aceptada se celebra y hace experimentar al


creyente la presencia de Jesús vivo en los
sacramentos, en la oración y en las celebraciones
(dimensión litúrgica);

o esta experiencia de Encuentro intensa vivida en


comunidad, le mueve a perdonar, a tener caridad y
a comprometerse con el prójimo (dimensión social);

o finalmente, esa fe que parte del encuentro con Cristo


llena tanto el corazón que la persona se siente
impulsada a compartir su fe (dimensión
misionera).
• Podemos decir, que el Reino de Dios, que es el
proyecto misionero de Jesús integra las cuatro
dimensiones fundamentales de la fe: Profética,
Litúrgica, Social y Misionera. Nuestros Obispos de
México en el documento ‘Del encuentro con Jesucristo
a la solidaridad con todos’, hablando de la comunión
en la Iglesia particular (diócesis),

• Nos proponen un modelo de comunión, modelo


que “es y será siempre el modelo de vida cristiana
al que estamos llamados todos aquellos que
hemos encontrado a Jesús en el camino de la
vida”

• El kerigma del Reino se hace operativo generando


encuentro con Cristo cuando facilitamos a los alejados
el acceso sencillo a estos lugares de encuentro y para
facilitarlo, hay que integrar nuestros carismas y en
comunión planear una misión desde una nueva
articulación pastoral.

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