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El feminismo

Estimables miembros del jurado, profesores y compañeros presentes, muy buenos


días tengan todos ustedes.

Mi nombre es: Vanesa...representando el colegio CESUVER del sector 5 zona 15.

Las mujeres son responsables de dos tercios de los trabajos realizados en todo el mundo
y, sin embargo, ganan solo el 10% de los ingresos totales y solo el 1% de las
propiedades... ¿Hay igualdad? Hasta que la respuesta no sea sí, no podemos dejar de
preguntárnoslo.

¿Consideran que los hombres y las mujeres tienen las mismas oportunidades?

Basta echar una simple mirada atrás para darnos cuenta de que el papel de la
mujer en esta película llamada vida siempre ha sido secundario. Pocas han sido
las protagonistas, y en el caso de haberlo sido, tuvieron que enfrentarse a toda
una sociedad, con los problemas que eso suponía.

La realidad es que esa mirada atrás no es tan lejana. Muchas de nuestras


abuelas, incluso madres, han vivido en una sociedad donde su palabra, sus
sueños y sus deseos estaban opacados por la figura del hombre.

En nuestro país la situación de las mujeres ha cambiado mucho en los últimos


años, aunque queda un largo camino por recorrer.

La lucha feminista y la valentía de muchas mujeres ha conseguido enormes


cambios en nuestra forma de vida, aunque hoy, una vez consolidados, nos
parecen tan normales que no les damos ninguna importancia, como si estas
transformaciones se hubieran producido solas.

Sin embargo, tener en cuenta todo lo conseguido, no significa que la igualdad esté
a la vuelta de la esquina, sino debe servirnos como estímulo en nuestra firme
voluntad de seguir avanzando, sobre todo en estos tiempos en que la "igualdad
legal" dificulta descubrir y expresar los términos de la opresión de las mujeres. En
nuestro mundo radical y antagonista es necesario tener presente no sólo las
relaciones de poder entre las clases sociales, entre poseedores y desposeídos,
sino también las relaciones de poder entre los géneros. Cualquier otro camino sólo
puede conducirnos a rebelarnos contra el capitalismo mientras somos cómplices
de la opresión de las mujeres. La lucha anticapitalista y la lucha feminista deben ir
de la mano.

A pesar de que su nombre "Feminismo" parece aludir exclusivamente a un


tratamiento de este tema en el entorno del mercado laboral, se pretende que la de
perspectiva de género sea una de las cuestiones más importantes que se han
desarrollado en la última década desde la economía feminista.

El feminismo es combatir el poder político, sexual e históricamente ejercido por el


sexo masculino sobre el sexo femenino, el feminismo desea, justamente, liberar a
las mujeres del yugo patriarcal.

El patriarcado, en sentido literal, significa el gobierno de los padres.


Históricamente, el termino ha sido utilizado para designar un tipo de organización
social en el que la autoridad la ejerce el varón, jefe de la familia, dueño del
patrimonio, del que formamos partes los hijos, la esposa y los bienes. Es un
gobierno de fuerza masculina, que desestima todo aquello relacionado a lo
femenino y, por consiguiente, a las mujeres por considerarlas débiles, sumisas,
frágiles y seductoras. Las mujeres son objeto de deseo y de odio. Son
pertenencias a las que hay que cuidar, pero a las que llegan a someter. Y es,
justamente, a partir del orden de lo patriarcal que se establecen relaciones,
funciones y actividades específicas a cada sexo.

Así pues, el feminismo se construye como la contraposición que libera, ya no sólo


a las mujeres, sino también a los hombres, de un orden social que establece
reglas estrictas de lo que cada sexo debe ser y de lo que está prohibido a cada
uno.

Me pregunto si verdaderamente “todas las mujeres del mundo sufrimos la misma y


esencial opresión. ¿Quiénes son todas las mujeres del mundo si no unas mujeres
fantasmales, sin cuerpo, abstractas; en suma: mujeres que no existen? “mujeres”,
en general, no existe. Existen las mujeres concretas: mujeres de carne y hueso.
Cada mujer, inserta en su tradición, su lengua y su cultura, vislumbra y vive
diversos horizontes, distintos sufrimientos y peligros, o bien, a una misma
opresión.

El feminismo quiere hacer algo por las mujeres que dice “liberar”, tiene que
recordar que el poder tiende a repetirse, que se reconfigura siempre de los modos
más insospechados, y que puede ser él mismo, la jaula de la cual muchas mujeres
desean huir. Se trata de aprender a habitar este mundo, de asumir el poder que
ejercemos sobre las y los demás. Porque de no asumirlo, estamos frágilmente
expuestos a detenerlo de las maneras más violentas, crueles e irresponsables.

"Si valoramos lo que hemos heredado de manera gratuita del esfuerzo de


otras mujeres que lucharon antes, sin duda es moralmente ético levantarnos
y decir 'sí, soy feminista'".

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