EL FURO

Abril de 1973
Volumen V No. 1

ROSACRUZ
Una Publicación
Privada Para
Miembros de AMORC

Antiguos Astrónomos
Los restos de un observatorio astronómico maya, en Chichón Itzá, en las junglas de
Yucatán, México, Esta enorme estructura de piedra ayudó a los mayas a crear una de
las más avanvadas civilizaciones antiguas en el mundo occidental, con la preparación de
un notable calendario y un conocimiento del fenómeno celestial.
(Fotografía de AMORC)
 ¡Saludos!
V △
RESPONSABILIDAD DE LA JUVENTUD
Estimados Fratres y Sórores:
Muchos de los grandes pro­
blemas con los cuales nos en­
frentamos hoy, tales como el
crimen, la contaminación del
aire, la corrupción y la pobre­
za, son el resultado de la ne­
gligencia demostrada por la ge­
neración anterior. Las causas
que han contribuido a estas co­
sas en el pasado son aparentes
para cualquier observador inte­
ligente. Una consideración se­
ria de tales causas hubiera re­
velado fácilmente la disputa
que éstas levantarían en el fu­
turo —las mismas circunstan­
cias en las cuales nos vemos
actualmente envueltos.
El hecho de que tales cir­
cunstancias aún no existían en
aquella época ni causaban se­
rias molestias o inconvenientes
resultó en una actitud de indi­
ferencia por parte de la mayo­
ría. En otros casos realmente
se alentaron las causas preva­
lecientes de la turbulencia de
hoy, porque en cierta forma les
traía provecho personal. El
ciudadano típico era egocen-
trista y hasta cierto punto
V
apático. Asumía que los funcio­
narios públicos electos o en
cargos eran responsables por la
protección del interés público.
El incremento de la pobla­
ción y la disminución de los
recursos naturales como, por
ejemplo, las fuentes de combus­
tible y aguas limpias, súbita­
mente han hecho que el hombre
de la calle se sienta inseguro.
El comprende que si no se toman
ahora las medidas restauradoras
por lo menos sus _hijos o sus
nietos, van a experimentar no
solamente un estándar de vida
reducido sino la posibilidad de
no poder sobrevivir.
Hoy la civilización se puede
jactar de la tecnología y de
una ciencia más avanzada en la
experiencia de la humanidad.
Las comunicaciones, transportes
y ayudas para ahorrar tiempo
están en una etapa milagrosa.
Nunca más el ser inteligente
dudará la posibilidad del mismo
sin importar lo que se proponga
como desarrollo científico o
tecnológico para el futuro. Ha­
ce cuatro décadas, por ejemplo,
mencionar la ida del hombre a
la Luna no era ni siquiera bue­ gales que personas y corpora­
na ciencia ficción, sino sim­ ciones los violen para ventaja
plemente una fantasía intere­ propia. Hemos sancionado con
sante . tolerancia una vasta hipocre­
Sin embargo, a pesar de tan­ sía. Hemos permitido que sectas
to progreso, aún somos una so­ religiosas, por razones teoló­
ciedad bastante primitiva. Aun gicas o simplemente para ganar
tenemos guerras, aun mutilamos, números y fuerza política, se
matamos y destruimos como me­ opongan al control de la nata­
dios de reconciliar diferencias lidad. Ahora nos confrontamos
entre naciones. La historia nos con los frutos de tal indife­
relata las inhumanas campañas rencia, entre ellos, la excesi­
militares y guerras, por ejem­ va población en el mundo y la
plo, de la antigua Asiria. Lee­ amenaza de una escasez de ali­
mos las atrocidades cometidas mentos en el futuro.
en las batallas durante el rei­ Todas estas cosas se convir­
no del rey Ashurnasirpal II de tieron en nuestro modelo de vi­
Asiria (Siglo IX AC). Hablamos da, la costumbre aceptada, el
de que tal es conducta de bár­ modo de vida en el pasado. Es­
baros , pero ¿que" se dice de perábase de nuestra juventud
nuestros tiempos, de la prime­ que la respetase, siguiese y
ra y segunda guerras mundiales soportase.. Ahora la generación
y de Vietnam? Encontramos en anterior se aliviará con la
ellos ejemplos de pasiones bes­ muerte de las presagiadas ca­
tiales sin control. tástrofes que han creado..
Hemos permitido la continua­ Hoy la juventud está mejor
ción de tradiciones obsoletas educada, mejor informada. Está
que en muchas maneras han sofo­ completamente consciente de lo
cado la verdad y, aunque falsas que la generación anterior le
aun se enseñan. Hablamos de de­ ha dejado. Está desencantada
mocracia cuando estamos cons­ con el nacionalismo y su causa
cientes de que en la mayor par­ fundamental de rivalidad polí­
te de los casos la llamada li­ tica y económica y las, demandas
bertad está manipulada por in­ que hace sobre la juventud de
tereses especiales. Hemos toma­ preservar su cascarón obsoleto
do poco interés en el pasado y decadente. La juventud ni es
por las discriminaciones ra­ menos valiente o menos lista
ciales o religiosas hasta que para sacrificarse por sus seme­
bajo crecientes presiones ha jantes que aquella de cualquier
explotado con gran violencia en otra generación, pero quiere
nuestro medio. nuevos valores sobre nuestras
Hemos expuesto morales, y costumbres y prácticas. Desea
perpetuado códigos tradiciona­ una reforma drástica. No está
les pero a la vez hemos permi­ inclinada a sostener el orden
tido por medio de maniobras le­ anterior posiblemente al costo

EL FORO ROSACRUZ se publica cuatro veces al año (un número cada tres meses) por el
Departamento de Publicaciones del Consejo Supremo de AMORC, Parque Rosacruz, San José,
California 95191, E.U.A.
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of the U. S. Postal Act of Oct. 3, 1917. Second Class postage paid at San José, California.

PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: $1.75 PARA MIEMBROS SOLAMENTE

de la vida misma.
Estamos de acuerdo que des­
files, lemas, destrucción de
ventanas y cabello largo no van
a arreglar la situación. Romper
o destruir un edificio antes de
tener uno mejor con que reem­
plazarlo, resulta únicamente en
anarquía y en caos. El llamado
radicalismo y pandillerismo de
ciertos elementos de la juven­
tud se apaciguará cuando la ge­
neración anterior muestre un
sincero deseo de corregir mu­
chas de las injusticias que
ahora existen y revise su orden
social.
No todas las presentes su­
gerencias de la juventud son
aceptables por supuesto. La ex­
periencia ha demostrado que mu­
chas no son realizables. Sin
embargo, sus ideales para el
futuro, deben ser considerados,
deben ser pensados seriamente.
La juventud de hoy ha visto a
través de la red de verdades
triviales que la generación an­
terior ha usado para justifi­
car muchas de sus preferencias
y vicios. La juventud quiere
que sus mayores sean francos y
muestren que ellos realmente
admiten los errores pasados y
presentes y que desean rectifi­
carlos .
Si hacemos ésto, podremos de
nuevo contar con la responsabi­
lidad de la juventud. Sus ac­
ciones de hoy son mayormente de
rebelión para forzar a la so­
ciedad a recurrir al análisis
de sí misma y a una catarsis de
su pensar y costumbres. La ju­
ventud quiere un nuevo valor
puesto en la vida.
La juventud de hoy considera
que el viejo ideal de la educa­
ción, principalmente para obte­
ner títulos académicos y poder
más adelante ser empleado en
una corporación gigante y luego
ser absorbido dentro del siste­
ma de la corporación como un
diente en la rueda para sus
propios fines, es una disipa­
ción de la inteligencia y de la
capacidad humana. Lo consideran
una regimentación, como si fue­
sen colocados en un molino so­
cial. Preguntan: ¿Que' nuevos
fines tiene la sociedad para sí
misma? ¿Qué ofrece para el fu­
turo, además de nuevos aparatos
y longevidad a través de medi­
cina adelantada y cirugía? La
juventud no se inspira con las
'promesas de un futuro en el
cual habrá menos labor y más
horas de lujo. Preguntan, ade­
más: "¿Es tal letargo sin dolor
la esperanza y cima de la civi­
lización del mañana?" La juven­
tud pide una respuesta. Ninguna
se ofrece todavía.
Fraternalmente,
Ralph M. Lewis
Imperator
TRATANDO CON LOS ANCIANOS
En algunas sociedades primi­
tivas hay más compasión e inte­
rés por los ancianos que en
nuestros grupos modernos ci­
vilizados. El punto de vista
pragmático y materialista del
hombre moderno a menudo descui­
da los problemas y necesidades
de los ancianos. Un miembro
pregunta: "¿Qué puede uno hacer
tratando con un padre anciano
obsesionado con lástima a sí
mismo? Esta actitud pone un
gran esfuerzo físico y emocio­
nal en la persona relacionada".
Hay muchas circunstancias
atenuantes, por supuesto, pero
por regla general los padres,
han sacrificado y dado mucho
por sus hijos. De esta forma
los hijos están en deuda para
con sus padres y les deben mu­
cha consideración. Debe de es­
perarse que los padres enveje­
cerán, se enfermarán y tal vez
se volverán seniles. En sus in­
mensidades se sentirán insegu­
ros , y a medida que esta inse­
guridad aumenta, pueden caer
en un estado de lástima hacia
sí mismos. El hecho de que esto
trae una tensión física y emo­
cional en los hijos es algo que
no se puede controlar.
Se debe reconocer que el
proceso de la vida se está in­
virtiendo. Esencialmente, lo
que sucedió entre padre e hijo
años atrás está ahora sucedien­
do al hijo y padre. Donde en el
pasado el padre se tenía que
mantener física y emocionalmen­
te por encima de un bebé llo­
rando, ahora es necesario que
el bebé se mantenga emocional y
físicamente por encima de un
padre llorando. En cualquiera
de los casos, lo principal es
que al niño o al anciano se le
haga sentir seguro. Más allá
de este punto, uno debe ocupar­
se de sus propios asuntos. No
malcríe al niño con demasiada
atención. No se perturbe por su
llanto. Si usted sabe en sí
mismo que usted no traicionará
su seguridad, que le proveerá
con amor, alimento, ropa y te­
cho por el resto de su vida,
usted ha llenado su obligación.
Usted tiene su propia vida que
vivir, su propio bienestar de
que ocuparse. Es más, el propio
bienestar del enfermo depende
de la salud mental y física es­
table del otro.
No espere que el enfermo
comprenda. Lo importante es que
usted comprenda, que usted pon­
ga toda la cuestión en su pers­
pectiva propia. No hay necesi­
dad de sentirse atrapado por
una obligación de cuidar al an­
ciano. La implicación emocional
es realmente un problema que lo
puede hacer desaparecer simple­
mente al afrontarlo con un in­
diferente estado mental.-B
EL ALCANCE DE LA LEALTAD
Una Soror se dirige a nues­
tro Foro, preguntando: "¿Cuál
es la naturaleza de la lealtad?
Además, ¿en dónde termina el
lazo de lealtad? ¿Existe un
punto extremo hacia el cual
pueda llevarse?
Podemos definir la lealtad
sucintamente como el apoyo de­
cidido y devoto de una persona
hacia otra. También puede ser a
cosas abstractas, o a una causa
o principio público. La devo­
ción y el apoyo, deben ser ele­
mentos activos para que se pue­
da decir que se muestra leal­
tad. La devoción, como afecto o
amistad hacia alguna persona,
por ejemplo, no puede consti­
tuir lealtad en sí misma. Hay
distintos grados de afecto y
sentimiento que se puede tener
por otros. También puede tener­
se un interés mutuo con otro
en alguna empresa y por consi­
guiente, el placer derivado de
tal compañía engendra un apego
que podría llamarse devoción.
Sin embargo, si surge una cri­
sis, digamos un escándalo pú­
blico que involucre a una de
las personas, la devoción de la
otra puede no ser lo suficien­
temente profunda para zanjar el
incidente, pues el sentido de
seguridad personal e integridad
del uno puede ser más grande
que el afecto que se le tenga
al individuo implicado, y aquel
puede creer necesario, para sus
propios intereses no asociarse
con la persona involucrada.
El mero apoyo a alguna em­
presa o causa aparentemente po­
pular no significa lealtad. Uno
puede ser entusiasta acerca de
algún grupo que le llame la
atención, que le produzca mu­
cha satisfacción participando y
apoyando personalmente sus ob­
jetivos. Quizá la empresa pueda
ser severamente criticada por
su religión, su jefe, o por al­
gún miembro de su familia, pero
es posible que el apoyo conti­
nuado no merezca la ruptura de
las relaciones sostenidas, aun­
que se puede abandonar la cau­
sa. Se puede estar obligado a
ayudar a una persona o activi­
dad política o económicamente,
pero tal apoyo puede estar en­
teramente desprovisto de devo­
ción o afecto, por lo que no
existiría sentido de lealtad.
La lealtad está caracteriza­
da por esa devoción que se ma­
nifiesta en el deseo de apoyar
al que es objeto de ella. La
devoción se tiene por algún
elemento o cualidad del objeto.
Si es una persona, puede ser
porque admiramos su carácter o
ideales, lo que nos hace asumir
una actitud defensiva y conser­
vadora, deseando que continúen
esas cualidades a las cuales
está dedicado, y que pueden ser
ampliadas de alguna manera, lo
que requiere actividad. Es una
inclinación positiva, por la
que es necesario hacer algo,
aún sacrificarse, para mantener
la devoción sentida.
La lealtad se manifiesta
cuando la devoción y afecto por
el objeto es amenazado. Dos
personas pueden mostrar un in­
terés mutuo, sin que ninguna de
ellas haya tenido nunca ocasión
de defenderlo o apoyarlo por
algún acto de sacrificio. Si
tal interés es atacado y se ha­
ce un sincero esfuerzo por con­
servar el lazo, ese apoyo está
demostrando lealtad.
Aunque pensemos en la leal­
tad como si fuera una virtud, o
sea el apoyo de una devoción, a
menudo no es racional ni aun
noble, pues ella puede ser in­
debidamente empleada. Se puede
ser leal a una empresa de la
que subsiguientes circunstan­
cias nos revelen que es innoble
y destructora en su función, y
es que hay un factor psicológi­
co que entra en la lealtad, pe­
ro también, a veces, es perju­
dicial para uno. Nuestra devo­
ción es por aquello que contri­
buye a la satisfacción del ser,
pues nunca se es verdaderamente
impersonal, ya que aún los em­
peños más nobles y espirituales
son placenteros para nuestro
ser moral. Una profunda y fer­
viente devoción que apoya el
objeto que la provoca está ín­
timamente aliada con nuestro
interés, por el que nos sacri­
ficamos y serviremos con leal­
tad porque está contribuyendo a
nuestro propio idealismo.
El apoyo simpático que se
tiene para el objeto que inspi­
ra lealtad, es el mismo que se
tiene para lo que constituyen
las ideas y los impulsos, aso­
ciados con el propio yo. Se lu­
cha por autointerés, por aque­
llas cosas que benefician y lo
mismo que se defienden vigoro­
samente las preferencias perso­
nales y las cualidades de ca­
rácter solo porque son propias,
aunque puedan estar equivoca­
das, del mismo modo se puede
demostrar lealtad indebidamen­
te .
Como la lealtad incluye el
elemento de devoción es, a me­
nudo, más emocional que racio­
nal. Aquello que despierta el
sentimiento de afecto y amistad
puede no tener fundamento lógi­
co, ya que algo dicho o hecho
puede excitar un interés ente­
ramente emocional. Generalmente
se apoya aquello que place por­
que como se ha dicho, queremos
una continuación de la satis­
facción emocional. Por consi­
guiente, hay muchos individuos
que se comportan con una leal­
tad ciega de una manera impul­
siva y emocional que los obliga
a la acción en favor de la per­
sona que no podía ser apoyada
por ningún razonamiento.
Así que, como hemos declara­
do, la devoción es uno de los
requisitos de la lealtad, de la
que la emoción es el primer mó­
vil. La devoción es sentimien­
to, es afecto, y la razón, en
su concatenación de ideas, pue­
de estimular las emociones. Se
podría evaluar razonadamente
una cosa y como consecuencia,
desarrollar por ella esa admi­
ración de la que resultaría la
lealtad, la que evidentemente
sería de la clase preferida,
bien empleada y sin menoscabo
personal. La lealtad a cosas
abstractas es por lo general de
esta naturaleza. Por ejemplo,
la de un hombre a su sistema de
filosofía está fundada sobre su
atracción racional por él. Sin
embargo, como el razonamiento
no es infalible, tampoco lo es
la lealtad que pueda ser basada
en el mismo.
Siempre que la devoción ha­
cia un individuo o hacia alguna
causa exija apoyo hasta conver­
tirse en un acto de lealtad,
ese es el momento para aclarar
cuidadosamente las circunstan­
cias. Uno debe preguntarse a sí
mismo si éstas justifican el
que continúe la devoción y apo­
yo. El enigma del asunto no es­
tá en si se debe hacer un sa­
crificio de la propia comodidad
o seguridad para defender seme­
jante devoción. Muchas lealta­
des valiosas requieren eso. La
satisfacción emocional, más que
compensa, por cualquier sacri­
ficio parecido. Sin embargo, se
debe, si se puede, superar las
emociones con el razonamiento y
ver si la lealtad está a lo me­
jor cometiendo algún delito.
¿Estará constituyendo una
gran injusticia a otro indivi­
duo su lealtad a la persona o
al principio? ¿En la pasión de
su lealtad estará hiriendo a
otros? ¿Está en su despliegue
de lealtad, satisfaciendo mera­
mente su yo a costa de su pro­
pio ser moral? Si con tal auto-
investigación se encuentra que
las contestaciones son afirma­
tivas, entonces ese es el mo­
mento para terminar la lealtad.
Hacer otra cosa es recurrir a
un apoyo impulsivo emocional
que ocasiona lealtad ciega.-- X
¿POR QUE MUERE EL HOMBRE?
Esta pregunta fue hecha por
un miembro durante una reciente
Convención: "¿Por qué debe el
hombre morir? ¿Por qué el hom­
bre, como criatura altamente
desarrollada, especial y privi­
legiada, debe morir? Sin impor­
tar la profundidad de su sabi­
duría, amor, comprensión y de­
más, debe morir. ¿Por qué las
aspiraciones del hombre están
siempre limitadas?"
Uno necesita simplemente mi­
rar a la naturaleza para com­
prender que la vida y la muerte
son modelos de nuestra existen­
cia. El Cósmico es una esencia
enorme, siempre en movimiento,
moviéndose inexorablemente a
través del tiempo. No hay por
qué ni a su esencia ni a su mo­
vimiento. Simplemente es. So­
mos parte de esta esencia, por
supuesto, y así estamos sujetos
a su movimiento, sus presiones,
sus modelos mutando constante­
mente .
El Cósmico, en su movimiento
tiene cimas y valles, períodos
de tranquilidad y períodos de
tormenta. El Cósmico es convul­
sivo. Raramente es una corrien­
te estable. Acumula puntos de
presión y explota. Se contrae y
expande, expresa gran vitalidad
y energía, se marchita y muere.
A todo esto estamos sujetos.
Este es nuestro Cósmico. De­
bemos aprenderlo y ajustarnos
a él, tratar con sabiduría y
fuerza de cabalgar con las al­
tas, prepararnos para las bajas
ajustarnos al cambio, y estar
siempre listos para nuevas ex­
presiones .
Nada realmente muere. Sólo
las formas del Cósmico cambian
de expresión. La esencia vital
del Cósmico mismo nunca muere
—tampoco la Mente, ni el Alma.
Todas estas, en el movimiento
de la marea, solo cambian de
expresión y reaparecen una y
otra vez. En su propia perspec­
tiva el hombre debería mirar la
vida y la muerte como un viaje
sin fin a través del cual tiene
eternas oportunidades de ver el
Cósmico en un sinnúmero de vis­
tas variadas, cada una más be­
lla según avance el crecimiento
del individuo y su sentido de
apreciación y progreso.-B
¿Cuáles temas de EL FORO le interesan
más? Queremos conocer sus opiniones.
Enrielas al Editor de EL FORO, Parque
Rosacruz, San José, California 95191,
E.U.A. Si desea expresarlas anónima­
mente, puede hacerlo en esa forma.
TEORIA DE FANTASMAS
Un frater pregunta a nuestro
Foro: "¿Qué explicación da la
Orden Rosacruz para la aún pre­
dominante creencia en fantas­
mas?"
Este es un tema que está
integrado con las creencias re­
ligiosas de algunos y por con­
siguiente puede convertirse en
bastante polemístico. Como la
mayoría de las religiones están
fundadas en la fe, una discu­
sión que parezca tender a pro­
ducir una sombra de duda sobre
esa fe particular puede parecer
ofensiva a algunos. Sin embar­
go, como Rosacruces, profesando
una mente amplia y un deseo pa­
ra conocer la verdad, estamos
seguros que ellos considerarán
la materia que está presentada
aquí desprovista de pasión.
Corrientemente existe un in­
tercambio entre las palabras
espíritu y fantasma y realmente
hay una distinción específica
entre los dos. Originalmente,
la palabra espíritu vino de la
misma fuente etimológica que
respiro y respirar. Con los an­
tiguos griegos y romanos el
pneuma o aliento, contenían la
fuerza vital, la misma cons­
ciencia que dio autoconocimien-
to al individuo. En realidad
se pensaba que aliento y alma
eran sinónimos. Este concepto
es bien comprensible porque con
la muerte cesaba el aliento, y
con él aquellas cualidades que
producen la vida y la persona­
lidad. Por lo tanto, las carac­
terísticas intangibles e invi­
sibles de la naturaleza del
hombre, con los otros aspectos
de su supuesta dualidad, se re­
lacionaron con el aliento y se
denominaron subsiguientemente
espíritu.
Al pasar el tiempo, el espí­
ritu vino a representar un or­
den más elevado de manifesta­
ción, como la esencia o perso­
nalidad de los dioses, de una
eficacia divina. La palabra
fantasma, por otra parte, en el
sentido vulgar solo tenía refe­
rencia al espíritu del hombre
separado del cuerpo y no quería
decir siempre, necesariamente,
el alma del individuo, sino más
bien el cuerpo psíquico o con­
traparte del físico y separado
de él.
En la terminología psicoló­
gica y en el reino de la inves­
tigación psíquica los fantasmas
se refieren como apariciones y,
corrientemente se piensa que
tales apariciones representan
el espíritu de una persona que
ha partido. Se supone que tales
apariciones son capaces de ob­
jetivarse hasta afectar los
sentidos receptores, en otras
palabras, que se pueden hacer
visibles, oírse o sentirse.
Desde tiempo inmemorial, in­
dividuos o grupos de personas
han contado haber experimentado
apariciones o fantasmas. Tales
reportes, sin embargo, no cons­
tituyen necesariamente eviden­
cia de su existencia. Por toda
la historia han habido muchos
ejemplos de decepciones en masa
de parte de la gente, decepciO’-
nes que fueron descubiertas más
tarde por investigaciones se­
rias y no emocionales. En un
tiempo todas las personas locas
se creía que estaban poseídas
de demonios o diablos. En la
Edad Media, personas testifi­
caron que otros eran licántro-
pos, o sea, personas que se
convertían en lobos y que los
habían visto transformarse de
seres humanos a bestias. Solo
la investigación cuidadosa re­
veló que el histerismo e igno­
rancia daba cuenta de tal tes­
timonio falso.
La persona supersticiosa con
fuertes convicciones acerca de
fantasmas, puede ser engañada
fácilmente por las ilusiones de
una mala iluminación. Ellos no
intentarán' investigar lo que
parece confirmar sus supersti­
ciones. La forma en que la luz
de la luna puede pasar a través
del follaje de los árboles en
un campo hará" que se formen
sombras en el terreno, las que
pueden hacer surgir muchas fi­
guras misteriosas. Lo que ha
sido reportado como los fan­
tasmas de vie j’os hombres , mu­
jeres y monstruos, a menudo se
ha encontrado que son solo las
sombras de la maleza, árboles
o rocas altamente iluminadas
por la luna.
Difícilmente hay una persona
que al despertar por la noche
no se ha asustado por lo que
parecía ser una figura parada o
sentada en la esquina de su
cuarto, o en un marco contra
una puerta o ventana. Adelan­
tándose valientemente a la apa­
rición se encontraría que era
el resultado de ropas echadas
sobre una silla o de muebles
haciendo sombra que afectaban
una forma.
Como ejemplo de estas ilu­
siones, causa de muchas "expe­
riencias" con fantasmas, existe
el cuento clásico del Sr. Wal-
ter Scott, cuando Byron, el fa­
moso poeta, había pasado por la
transición. El Sr. Walter Scott
se despertó para ver lo que pa­
recía ser una clara aparición
de Byron parado frente a él. La
vivacidad y el estrecho pareci­
do con el recientemente falle­
cido Byron era notable. El Sr.
Walter cuenta que él mismo qui­
so aproximarse al fantasma y
descubrió entonces que era una
ilusión causada por "ciertas
mantas y una capa colgadas en
el corredor en Abbotsford".,
¿Qué niño, que haya tenido
que caminar solo a lo largo de
un camino, pasando un cemente­
rio de noche, no ha visto "co­
sas blancas" agitándose o "co­
sas obscuras" moviéndose rápi­
damente entre las tumbas? Una
investigación revelaría papeles
volando alrededor, o las hojas
en movimiento de un árbol for­
mando una sombra que caía in­
termitentemente sobre un blanco
sepulcro. El miedo que él le
tenía al cementerio, un miedo
basado en la creencia de que
allí había fantasmas, harían al
niño susceptible a las ilusio­
nes y a las alucinaciones.
El ver fantasmas es a menudo
el resultado de alucinaciones
que pueden ser causadas patoló­
gicamente. Una condición mórbi­
da del cerebro, del sistema
nervioso y ciertos desórdenes
emocionales pueden causar la
alucinación de percibir algo
que tiene realidad sólo para la
persona en desgracia, la que,
evidentemente no puede estar
convencida de que, él solo tuvo
esa experiencia, porque ella
fue real para él. Muchas de las
así llamadas teofánicas o expe­
riencias religiosas de ver san­
tos y ángeles son definidamente
de naturaleza patológica.
El alcoholismo y las drogas
pueden causar tal disociación
entre la mente subconsciente y
la consciente que las imágenes
vistas, sentidas u oídas tienen
realidad absoluta para la per­
sona afligida. Esta disocia­
ción puede ocurrir del mismo
modo durante el sueño. Cuando
una persona despierta de un
sueño profundo en el primer mo­
mento puede no ser capaz de
distinguir entre las impresio­
nes morosas del sueño y las que
percibe y oye objetivamente.
Un estado alucinatorio tempo­
ral puede establecerse en donde
existía una entremezcla de las
impresiones de un sueño y aque­
llas experimentadas externamen­
te. Una pesadilla puede llevar
sus efectos emocionales hasta
el estado de vigilia de manera
que en un cuarto obscurecido se
puede tener la alucinación de
ver objetos en donde no hay na­
da, o de ver a alguien.
Hay lo que se conoce como
apariciones de los seres vi­
vientes. Este fenómeno ha sido
verificado a menudo por perso­
nas de buena salud y no dados a
supersticiones. Esta experien­
cia consiste, por ejemplo, en
ver el fantasma de una persona
conocida, aún a la plena luz
del día, o caminando o entrando
en un cuarto o casa, de una ma­
nera muy natural. En realidad
el observador en ese tiempo
puede no pensar en ella como si
fuera una aparición, para des­
cubrir más tarde que si lo es.
Individuos han visto a un
pariente vivo caminar a lo lar­
go de un corredor y cerrar una
puerta, saliendo hacia la ca­
lle. Más tarde el observador
interrogaba al pariente dicien­
do que no lo había oído entrar
en la casa pero lo vio salir, y
este pariente contestaba que en
esa ocasión él no había estado
en la casa pero si a alguna
distancia de la misma con otras
personas. Subsiguiente verifi­
cación probó que tal era el
caso.
Los registros de sociedades
de investigaciones psíquicas
están repletos de tales casos
de apariciones de seres vivien­
tes que ellos denominan bilo-
calización. Estas apariciones
son lo que el misticismo llama
proyección psíquica. La cons­
ciencia del individuo, el ser
psíquico, es proyectado de tal
manera que puede afectar obje­
tivamente los sentidos de otras
personas, de modo que ellas
perciban la imagen del mismo.
Esto no es un fenómeno sobrena­
tural sino más bien supernor-
mal. Miremos el asunto desde un
punto de vista enteramente ló­
gico y práctico. Si se va a su­
poner que la telepatía mental
consiste en la transferencia de
una energía, de ondas electro­
magnéticas, que pueden activar
ciertas extensiones del cerebro
de otra persona, impresiones
que componen palabras, ¿por qué
entonces tales ondas no pueden
producir igualmente imágenes
visuales?
Pongamos el tema de esta
manera. Si una efusión de tal
energía mental misteriosa puede
crear palabras en la conscien­
cia de otra persona, entonces
ella debe ser capaz también de
producir imágenes visuales en
una persona hiperestética. Su­
pongamos que una persona hace
inconsciente y mentalmente la
experiencia de caminar por un
corredor familiar en la casa de
un pariente y salir por la
puerta del frente. En vez de
que sus pensamientos crearan el
retrato en la mente de una per­
sona sensitiva, allí habría el
retrato mental del hecho, ha­
bría quizás esa separación mo­
mentánea del estado consciente
del subconsciente del recibidor
para que pudiera experimentar
la imagen como si la estuviera
observando real y objetivamen­
te .
Sabemos que la separación en
casos de fiebre alta, alcoho­
lismo y el uso de drogas, hace
imposible para la persona afli­
gida distinguir entre la reali­
dad y la alucinación. ¿No es
probable que en la transferen­
cia de pensamiento, bajo cier­
tas condiciones, pueda ocurrir
esta separación de modo que la
recepción tenga toda la apa­
riencia de realidad?
La aparición de personas mo­
ribundas han sido notadas y ve­
rificadas las circunstancias de
la muerte, al ser averiguadas.
Un caso reportado declara que
una mujer vio la aparición de
su hermano herido seriamente y
moribundo mientras montaba en
un caballo. Ella se angustió
mucho por la experiencia, pe­
ro otros parientes trataron de
tranquilizarla explicándole que
su lejano hermano estaba, en
realidad, en la infantería y
nunca había estado en la caba­
llería y que, por lo tanto, su
experiencia era una mera alu­
cinación sin realidad. Subsi­
guientemente, se supo que había
habido un motín en el batallón
de infantería en el cual había
estado sirviendo el hermano. El
y otros, desconocidos para la
familia, habían sido traslada­
dos recientemente a la caballe­
ría, y él había sido herido y
muerto mientras servía en aque­
lla capacidad. El suceso ocu­
rrió en el día y tiempo en que
la hermana vio la aparición.
Estas apariciones se expli­
can mejor bajo la premisa de
ser comunicaciones telepáticas.
Se ha encontrado que este fe­
nómeno ocurre a veces cuando
el remitente confronta una gran
crisis de emergencia. El tre­
mendo ímpetu emocional del
evento parece proporcionar el
estímulo para la transmisión de
la energía o fuerza. Esto ocu­
rre, por lo general, cuando
existe un fuerte lazo emocional
entre el recibidor y el remi­
tente .
El asunto dominante aquí es:
¿la personalidad del que ha
partido, la autoconsciencia so­
brevive a la muerte? Además,
¿tiene ella el poder de teleki-
nesis, o sea, la habilidad de
mover objetos materiales, mate­
rializándose también a sí mis­
ma para que sea percibida por
los sentidos materiales? Para
creer en que los espíritus de
los muertos reaparecen, una
persona debe tener dos concep­
tos definidos: a) la creencia
en la inmortalidad del ser, la
supervivencia de la personali­
dad después de la transición.
Se debe pensar que el alma y el
ser o personalidad son sinóni­
mos. Para un concepto como és­
te, se debe pensar que el alma
es antropomorfa.ca o sea que to­
ma la forma y personalidad de
la persona viviente. También se
debe creer que el ser, o perso­
nalidad, no tiene dependencia
directa sobre el organismo fí­
sico, que ella es sólo una*cla­
se de substancia que sostiene
el cuerpo como una cáscara la
cual suelta a la muerte. Sin
embargo, todos los estudiantes
de misticismo y filosofía no
aceptarán tal punto de vista en
su totalidad, b) También es ne­
cesario para una creencia en
apariciones de los muertos que
uno crea que el ser o alma se
manifiesta a voluntad, en for­
mas materiales para que puedan
ser vistas, oídas o sentidas
por los mortales.
Aquellas que no tienen tal
creencia han experimentado, no
obstante, extraños fenómenos
psíquicos, pero no creerán que
tales fenómenos fueran realmen­
te la aparición de una persona
fallecida. Estos disidentes to­
marán la posición de que si es­
te fenómeno fuera una función
natural de la personalidad de­
sencarnada, entonces la expe­
riencia no debía ser rara, por­
que millones de personas, por
el lazo de amor que los une a
aquellos que han partido serían
capaces de experimentar la per­
sonalidad del hermano falleci­
do, esposa, madre, hijo, etc.
Ciertamente podrían discutir
que una proporción mucho más
grande de personas tendrían la
experiencia de ver las apari­
ciones del que ha muerto, que
los relativamente pocos que
profesan haberlo experimentado.
Se puede discutir además,
que si el alma es funcional y
no comprobada, entonces la per­
sonalidad del fallecido no se
puede materializar después de
la muerte. En otras palabras,
presumiendo que la fuerza vital
de vida tiene dentro de ella
una inteligencia Cósmica o uni­
versal la cual dirige su fun­
cionamiento dentro de un orga­
nismo, esta fuerza de vida al
infundirse en la materia hace
surgir consciencia al indivi­
duo. El organismo se desarrolla
gradualmente hasta que adquiere
el conocimiento de sí mismo. Y
adquiere una autoconsciencia.
Esta, a su vez, se ha desarro­
llado tan altamente en los hom­
bres, que se refieren a ella
como el ser interno o alma. El
alma es, entonces, una manifes­
tación, solo una función más
bien que una substancia o cosa
que ha sido inculcada dentro
del individuo. La esencia del
alma, una de sus dos causas, la
fuerza vital de vida, es parte
del espectro entero de energía
Cósmica.
Además, a la transición, es­
ta esencia vital de vida se
va. La energía de la materia y
aquella que causa la vida son
devueltas entonces a las fuer­
zas universales de las cuales
forman parte. La personalidad
individual, la cual es resulta­
do de la composición de estas
dos, desaparece lo mismo que
las notas musicales, (por ana­
logía) , que cesan cuando los
dedos no tocan por más tiempo
las cuerdas de la lira. Repeti­
mos, las fuerzas Cósmicas que
trajeron a expresión al Alma
Personalidad no se pierden nun­
ca cósmicamente, pero el resul­
tado de su unión cesa de ser
como el hombre la conoce cuando
ocurre la transición. Ahora,
este concepto es sostenido por
muchos místicos y pensadores
metafísicos que no creen en las
apariciones de los muertos pues
eso sería como si pensaran que
la música seguía al ser separa­
da del instrumento y del ejecu­
tante .
Además, si se deposita a las
almas dentro de los cuerpos co­
mo substancias separadas y des­
pués de la transición son libe­
radas separándolas de nuevo,
para manifestarse a los seres
vivientes, ¿por qué entonces no
lo hacen así antes del naci­
miento? o, ¿es que el alma des­
pués de la transición, después
de residir dentro del cuerpo,
es diferente a la que entró en
él al nacimiento? Esta cuestión
es una materia de doctrina y
filosofía que muchos creyentes
en fantasmas no intentan con­
testar .
La investigación psíquica,
admitiendo que aún hay mucho
que es un misterio sin resolver
en el reino de lo psíquico, ha
encontrado que la alucinación
juega la parte más eminente en
"ver fantasmas". Personas emo­
cionalmente perturbadas por la
pérdida de un ser amado y la
aflicción pueden proyectar a
menudo de su propio subcons­
ciente una imagen del mismo ha­
cia la mente consciente, y ésta
puede tener el realismo de ex­
perimentarla objetivamente en
masa o influencia hipnótica al
imaginar que ellas también per­
ciben el fantasma.
No se intenta de ninguna ma­
nera que estos comentarios sean
concluyentes en relación con
este tema sino más bien presen­
tan teorías corrientes, doctri­
nas y puntos de vista en pro y
en contra.-X
PUNTO DE VISTA
SOBRE EL KARMA
En respuesta a la frecuente
pregunta sobre el karma, es in­
teresante notar que este tema
se encuentra en la correspon­
dencia de los estudiantes con
bastante regularidad. Comentan­
do la cuestión con Soror Marga-
ret McGowan, Gran Secretaria de
AMORC, ella formuló observacio­
nes y comentarios que son dig­
nos de compartir con los lecto­
res del Foro.
"Karma es la ley de causa.
Por cada acción ejecutada hay
una reacción; por cada causa,
un efecto. Karma se conoce tam­
bién como la ley de la compen­
sación. Esta ley afecta a todas
las personas en forma imperso­
nal pero con tanta seguridad
como la noche y el día se si­
guen el uno al otro.
"Un momento de reflexión
cuidadosa revelará que los fe­
nómenos del mundo están conec­
tados como eslabones en una ca­
dena universal de causa y efec­
to. Es imposible la ocurrencia
de ningún evento sin una causa
definida que lo respalde. To­
do lo que vemos y oímos o todo
lo que percibimos con nues­
tros sentidos es simplemente el
efecto de algunas causas, sean
ellas conocidas o no. La mayor
parte de las autoridades en el
campo de la ciencia y la filo­
sofía están de acuerdo en que
esta ley de causa y efecto es
verdaderamente la más universal
de todas las leyes. A partir de
la energía espíritu de las vi­
braciones a las revoluciones de
la Tierra alrededor del Sol,
desde la ley de gravedad hasta
el extender nuestra mano en sa­
ludo fraternal a través del po­
der de la voluntad, todo esto
es el efecto de alguna fuerza
invisible trabajando en armonía
con la ley de causa.
"Así es, toda acción de men­
te o cuerpo es el resultado de
un poder o fuerza que fue la
causa. Además, aquello que con­
sideramos el efecto de alguna
causa se convierte a su vez, en
la causa de otro mayor resulta­
do y éste produce un aún mayor
efecto mientras los eslabones
de la cadena se multiplican y
extienden sobre un período de
tiempo sin llegar a un resulta­
do final. En tiempos comparati­
vamente recientes han ocurrido
hechos que han afectado lite­
ralmente a millones de personas
en todo el mundo —un evento
que causa una reacción en cade­
na de varios grados, experimen­
tados por muchos que no estaban
remotamente conectados con el
hecho original. Esto, por su­
puesto, sería considerado como
karma universal o colectivo.
"Al discutir este tema debe­
mos considerar el hecho de que
existen varias clases de karma.
Por ejemplo, existe el karma
personal, nacional y universal.
Muchas personas consideradas
ser 'ordinarias' no se intere­
san o simplemente no tienen in­
terés en los asuntos más allá
de su familia inmediata y su
trabajo. Como miembros de una
comunidad, sea cívica, estatal
o nacional, tenemos una respon­
sabilidad por sus asuntos. Como
individuos, formamos esa ciudad
o estado.
"Cuando una línea de acción
particular es tomada por nues­
tros oficiales electos y repre­
sentantes —la que prueba ser
de mal gusto o que consideramos
una desventaja— nosotros somos
responsables. Por nuestra pro­
pia indiferencia, falta de su­
ficiente interés, cada año da­
mos nuestra aprobación y dele­
gamos autoridad a oficiales en
varios niveles del gobierno a
través de las urnas electora­
les. Entonces, cuando la tempe­
ratura económica sube a un pun­
to demasiado delicado para ser
cómodo y el presupuesto de la
familia literalmente nos grita
para que lo protejamos de la
tinta roja que estamos obliga­
dos a usar, simplemente nos re­
signamos quejándonos de nuestra
situación y culpando al karma.
"El hecho es que hemos con­
tribuido de todo corazón y que
somos responsables por nuestros
actos de negligencia. A aque­
llos que entran en el cuadro
anterior, podemos solamente de­
cir que por su indiferencia han
contribuido a crear problemas
para otros y que karmicamente
han engendrado causas colecti­
vas con otros. Por lo tanto,
karmicamente, debemos experi­
mentar en forma colectiva efec­
tos de tales causas, gústenos o
no.
"Debemos también considerar
que por esta actitud de indife­
rencia causamos sufrimiento a
víctimas inocentes; entre ellos
a niños pequeños y a nuestra
creciente población de ancia­
nos. Hasta un punto somos todos
'colectivamente' responsables
de ver que todos nuestros ofi­
ciales, que están actualmente
para servir a la población de
una comunidad dada, están po­
niendo en movimiento las rue­
das legislativas adecuadas para
proveer suficiente cuidado per­
tinente para el muy joven así
como para los de edad más avan­
zada que no lo pueden hacer por
sí mismos. En muchas áreas esta
provisión no es adecuada. En el
punto del karma colectivo, ten­
gamos siempre en cuenta que las
leyes del Cósmico son inmuta­
bles y exactas.
"El karma personal es extre­
madamente importante y de in­
terés vital para casi todo el
mundo, porque nos concierne más
íntimamente. En la ley del kar­
ma no hay lugar para la hipóte­
sis de la predestinación, la
que pretende que el Creador
planea el destino de cada per­
sona antes del nacimiento y en
el futuro. Si lo anterior fuera
cierto, seríamos como títeres o
autómatas actuando y moviéndo­
nos de acuerdo con el decreto
divino. También haría al Crea­
dor doble, injusto y levantaría
preguntas como ¿por qué es la
vida un sendero de felicidad
para unos y para otros un cami­
no de sufrimiento? ¿Por qué al­
gunos estarían destinados a ser
moralmente buenos y otros des­
tinados antes del nacimiento a
una vida de crimen? La teoría
de predestinación np puede dar
respuestas satisfactorias.
"Debemos comprender que el
karma no es retributivo o ven­
gativo. De uno que acepta y vi­
ve por la Ley del Karma se pue­
de decir que es un agente li­
bre. Tal persona comprende que
tiene el derecho y el privile­
gio de hacer decisiones, de es­
coger y seleccionar. También
comprende y está consciente de
que debe asumir completa res­
ponsabilidad por tales decisio­
nes. Así por medio de sus pen­
samientos y acciones, construye
su carácter y crea su propio
destino. Como el viajero en el
Sendero hacia la cima de la
montaña, el gran maestro 'expe­
riencia' lo habilita a compren­
der la razón de ciertos eventos
los cuales no siempre serán de
su gusto, pero que prueban ser
preparación para una experien­
cia futura o trabajo que se le
requerirá desempeñar.
"De acuerdo con la Ley del
Karma venimos a realizar no só­
lo el privilegio, sino también
el serio aspecto de nuestras
elecciones y decisiones, que
nos permitirá evitar posibles
problemas futuros, y también el
tomar las acciones que nos ase­
guren tanto el bien de todos
los interesados como para noso­
tros . Si nos sometemos a todas
las causas nos convertiremos
como un buque al garete en el
mar. Está sujeto a la merced
del viento y las olas, lo que
determina su destino y la di­
rección en que flotará. Ejerci­
tando nuestro poder de pensa­
miento y voluntad podemos con­
vertirnos en causativos y opo­
ner la causa en ciertas situa­
ciones .
"Vivir de acuerdo a la Ley
del Karma libera al indivi­
duo de cualquier sentimiento de
miedo que pueda tener al casti­
go de Dios. Sabe muy bien que
todo mal pensamiento o acción
indebida traerá a su debido
tiempo, la reacción sobre sí
mismo trayendo miseria en pro­
porción al pensamiento o a la
acción. No como castigo, pero
como medios de enseñar una lec­
ción que necesitaba experimen­
tar .
"Buen Karma —Porque la Ley
del Karma es una ley natural,
debe entenderse que esta ley
trabaja en armonía perfecta,
perfecto equilibrio. Donde ha­
ya una condición extrema, está
siempre lo opuesto. El error
desafortunado se comete a menu­
do por muchos que continuamente
asocian con el karma toda si­
tuación y experiencia desagra­
dable y todos los problemas de
trivialidad cotidiana. ¡No ol­
videmos que también existe el
buen karma! Como en la natura­
leza física, toda fuerza traba­
ja por compensación, tanto en
lo mental, intelectual, moral,
como en el plano espiritual, y
esta misma ley se manifiesta
con igual precisión. No hay na­
da que sea una ganga en la vi­
da. Tomamos lo que queremos so­
lo por medio de nuestra actitud
positiva en pensamiento, pala­
bra y obra.
"Imagine, si lo desea, una
sombrilla enorme cubriendo el
universo sobre el cual opera
esta ley que todo lo cubre. Ahí
todas las manifestaciones tie­
nen sus causas naturales, co­
nozcámoslas o no. No podremos
encontrar ninguna obra, hecho
o acción que produzca un mal
efecto total sin causar algún
bien por otra parte. Donde haya
completa tranquilidad, armonía,
paz perfecta y felicidad, en­
contramos los resultados de las
buenas acciones. Donde prevale­
cen el sufrimiento, la discor­
dia y la infelicidad, encontra­
remos una violación a las leyes
morales así como a las leyes de
la salud. Lo que a menudo nos
inclinamos a pensar que son
'recompensas' o 'castigos' no
son más que las reacciones de
nuestras propias acciones men­
tales y físicas*'.
Por estas observaciones se
puede ver que la Orden Rosacruz
está tratando de infundir un
sentido de justicia universal
en las mentes de sus estudian­
tes; que el Cósmico no es una
entidad personal y vengativa
que mide nuestras recompensas y
castigos, sino más bien un sis­
tema de ley y orden que trabaja
impersonalmente en todos y en
todo.-- B
¿EXISTE CONSCIENCIA
DESPUES DE LA MUERTE?
El hombre quiere sobrevivir
a la muerte no solo en esen­
cia, sino en función también.
Cualquier persona inteligente
admitirá fácilmente que aunque
la muerte puede alterar la for­
ma del cuerpo, aún con eso sus
elementos no se pierden. La
materia, de la que está com­
puesto el cuerpo físico, es in­
destructible aunque pueden ser
reducidos sus elementos a pe­
queñas partículas. La supervi­
vencia que quiere el hombre,
sin embargo, es la de esa enti­
dad consciente, la personali­
dad, el ser. El estímulo de su­
pervivencia después de la muer­
te es para la comprensión de la
propia entidad personal. Puede
ser fraseada: "No solo Soy, si­
no que yo sé que Soy".
Este deseo para una conti­
nuación de existencia personal
después de la muerte, data de
los archivos humanos más primi­
tivos de las aspiraciones del
hombre. Aún entonces, se conce­
bía la inmortalidad en términos
de función. Se sostenía que el
ser inmortal era una imagen hu­
mana poseída de todas las ca­
racterísticas somáticas como,
por ejemplo, los apetitos, vi­
sión, oído y locomoción. Se pen­
saba que este ser inmortal es­
taba rodeado de amigos, hechos
similares a los vividos y ar­
tículos atesorados en este mun­
do. La existencia en la próxima
vida se pensaba que era, en
realidad, una extensión elevada
de la vida placentera de ésta.
Existían, desde luego, en la
antigüedad unas pocas excepcio­
nes de este concepto como las
nociones religiosas de los ba­
bilonios, que pensaban que la
muerte era una existencia monó­
tona de casi ninguna experien­
cia.
Lo que la mayoría de los
hombres aspiran verdaderamente
en su anhelo por la inmortali­
dad, es la completa retención
de la consciencia después de la
muerte. Hablan de conservar la
comprensión del ser, sin em­
bargo, investigación adicional
revela que tal cosa, solamen­
te, no los satisface. Continúan
sosteniendo las nociones de es­
pacio y tiempo que identifican
con la realidad. La existencia
futura, para ellos, toma carac­
terísticas dimensionales. Quie­
ren comprender el lugar después
de la muerte. También desean
comprender un período presente
en contraste a una existencia
anterior en la Tierra. Esperan
estar conscientes de formas,
cosas, circunstancias, persona­
lidades, hechos y ser capaces
de recordar incidentes. Perder
tales funciones, para ellos,
significa una verdadera muerte
sin supervivencia. Creen que
estas cosas son de verdadera
importancia. Hablan del alma
como un elemento inmortal, pero
persisten en revestirla con
condiciones materiales y fun­
ciones mundanas.
Aunque el hombre habla de la
universalidad del alma, aun ca­
lifica lo que él llama alma
en términos de separación. La
realidad final es la unidad.
No existen particularidades. No
existen cosas ni personas como
tales. Estas distinciones y de­
finiciones son enteramente pro­
ducto de la consciencia humana.
Por lo tanto, cuando el hombre
piensa en la inmortalidad en
términos de particularidades,
sus nociones son contrarias a
la unidad de la realidad final,
o el Cósmico. Sobre cosas y ex­
periencias humanas, el hombre
confiere nociones, tales como
bueno, malo, inferior o supe­
rior. Si las cosas existieran
después de la muerte de la
manera que el hombre espera,
entonces los valores humanos
que se han atraído permanecerán
también; por consiguiente, des­
pués de la muerte habría valo­
rizaciones similares a las de
la Tierra. Todas las bajas va­
luaciones que salen de la cons­
ciencia de los mortales conti­
nuarían en el ritmo inmortal.
Muchos de los afectos y amo­
res que conoce el hombre aquí
están basados en las relaciones
mortales y mundanas. Nos gusta
una persona más que otra por
muchas razones, algunas de las
cuales no mejoran nuestras me­
jores condiciones. Nos puede
gustar alguien porque desplie­
gue las mismas debilidades que
nosotros. Nos alegra la compa­
ñía de otros, debido quizá a que
defiende nuestras complacencias
en las cuales desea también
participar. Podemos admirar y
pensar de una persona como que
tiene una inteligencia aprecia­
ble, solo porque confirma nues­
tras opiniones aunque sean pre­
juiciadas e intolerantes. ¿Se
exige la creencia en la inmor­
talidad que tenga consciencia
de tales personalidades después
de la muerte? ¿Se quiere la vi­
da después de la muerte para
incluir una amistad continuada
y amor por aquellos afectos de
la carne?
Por otra parte, hablamos de
los planos más elevados de la
consciencia del ser exaltado,
de la personalidad del alma
y su perfección. Recíprocamen­
te, procedemos entonces a atri­
buir a este ser más elevado en
el reino inmortal, muchas expe­
riencias que son enteramente
antropomórficas , o semejantes a
lo humano. ¿Qué es lo que que­
remos realmente? ¿Queremos una
vida como concebimos que es
ella después de la muerte, o
aquel estado como puede existir
en realidad? Las imágenes de
nuestras consciencias, la cade­
na de ideas que tenemos depende
grandemente de las cualidades
de nuestros sentidos. Por lo
tanto, no podemos esperar que
con la mudanza de aquellos sen­
tidos, al momento de la transi­
ción, que estas cualidades per­
manezcan en alguna probable vi­
da futura. ¿Por qué debemos in­
sistir en que creer que una
realización pueda ocurrir en
otro plano de consciencia sea
de la misma naturaleza que en
este? ¿Por qué debemos en nues­
tras creencias y esperanzas,
tratar de mantener al ser, fi­
gurada y literalmente, ligado a
la Tierra, a la misma clase de
preferencias como las había te­
nido en un organismo físico?
Se debe comprender que lo
que llamamos ser, el conoci­
miento de nuestra propia enti­
dad, depende de un organismo
altamente desarrollado que es
el cerebro. En función, ser es
la habilidad de agrupar, sepa­
rada una de otra, las sensacio­
nes de exterioridad y las del
mecanismo de nuestra persona.
Cuando la consciencia tiene co­
nocimiento de ella misma, tene­
mos entonces la noción del ser.
Cuando seamos capaces de com­
prender la voluntad, la facul­
tad de selección como separada
de la que ella escoja, enton­
ces, deduciremos el concepto
del ser. La esencia del ser es
la fuerza de vida, y la inteli­
gencia universal que está en­
cerrada dentro de ella. Esta
esencia del ser, o fuerza de
vida, también se encuentra en
organismos más bajos que el
hombre. Todo lo que manifiesta
la responsividad y la inteli­
gencia de vida, tiene conscien­
cia hasta cierto grado. Todo lo
que necesita es el espejo del
cerebro y la mente del hombre
para que lo comprenda.
La pregunta es: ¿Puede este
reflejo de consciencia, esta
imagen de la inteligencia de
vida, ser retenido cuando el
organismo, por medio del cual
se manifiesta, haya sido di­
suelto? ¿No es posible reconci­
liar las creencias tradiciona­
les religiosas, filosóficas y
místicas de la supervivencia de
la personalidad después de la
muerte con ejemplos de fenó­
menos físicos? Supongamos que
aceptamos la premisa de que la
vida en un organismo es, por lo
menos en parte, una energía
universal que entra a una subs­
tancia siempre que sus propie­
dades estén preparadas para su
adaptación.
Esta energía universal tie­
ne su propia consciencia. Esta
consciencia es su esfuerzo in­
terno para mantener la necesi­
dad de su propia naturaleza
siendo responsiva a lo que lo
hará evolucionar. Esta cons­
ciencia o responsividad de la
energía universal será muy ex­
tensa; mostrará una inteligen­
cia, un poder de selección y
rechazo de propiedades y condi­
ciones que cubrirá un amplio
aspecto de otras fuerzas Cósmi­
cas . Como una onda de radio
transmisor de alta frecuencia,
que ha impuesto sobre ella im­
pulsos de sonido, esta ener­
gía universal puede llevar los
efectos de su contacto con la
consciencia más baja de *la per­
sonalidad humana. Así, la ener­
gía universal que contribuye a
la vida puede ser conservadora
y transmisora de las cualidades
del ser humano. El ser, según
este concepto, no sería, des­
pués de la muerte, la entidad
consciente que comprendemos que
ahora es. Más bien, sería una
serie de impulsos modificados
cerrados dentro del circuito
Cósmico de la fuerza universal
que le da la vida.
¿Cómo podrían los mortales
experimentar esta clase de ser,
del que ha pasado por la tran­
sición? Como todos los seres
están infundidos con esta cons­
ciencia e inteligencia univer­
sal, habría una armonía esta­
blecida entre los impulsos so­
brevivientes del ser, y las
mentes de ciertos mortales que
no podrían armonizar con ellas.
Todo el mundo no tendría ese
grado de introversión y per­
cepción para poder apreciar los
impulsos que vienen de lo que
se podría denominar una cons­
ciencia desencarnada. Muchos
podrían pensar de la experien­
cia como un impulso guiador de
su propio subconsciente.
De esa manera, con cada cre­
cimiento, la consciencia uni­
versal depositaría en el orga­
nismo una combinación de tales
impulsos del ser que ayudarían
a modelar la nueva personalidad
del alma. Además, sin embargo,
la personalidad del alma esta­
ría sujeta a influencia genéti­
ca, o de la herencia. Los im­
pulsos del ser mientras resi­
dían en el flujo de la fuerza
de vida universal, después de
la muerte, podrían estar condi­
cionados por semejantes expe­
riencias. En realidad, muchas
de las raras experiencias lla­
madas psíquicas, sublimadas o
subconscientes, impulsos que
son exhilarantes e inexplica­
bles a ciertas personas, pueden
ser realmente resultado de es­
tas modificaciones adquiridas
de los impulsos del ser, los
cuales fueron adquiridos des­
pués de una primera transición.
Todo esto, desde luego, se
ofrece meramente como una pre­
misa teórica, repetimos, para
tratar de ofrecer algún terreno
de reconciliación para los ade­
lantos en psicología moderna
con los antiguos preceptos de
esta filosofía mística. Los im­
pulsos del ser llevados por la
energía universal después de la
transición no tendrían expe­
riencias de naturaleza cualita­
tiva o cuantitativa. No exis­
tiría comprensión de formas o
cualidades tales como las que
experimentamos aquí. El ser no
se comprendería a sí mismo como
lo hacemos nosotros, porque no
tendría las facultades deter­
minativas de un organismo pa­
ra hacerlo así. Pero, con to­
da probabilidad, estos impulsos
del ser llevados por la energía
universal adquirirían ciertos
cambios, mudanzas, por así de­
cirlo, y se expondrían a cier­
to estímulo al ser librados
del cuerpo. Estos, entonces, se
manifestarían subsiguientemente
como ideas, nociones y aspira­
ciones cuando entraran de nuevo
en un cuerpo y estuvieran re­
vestidos con una mentalidad.
De nuevo solo podremos de­
cir, como tan a menudo ha sido
dicho en las monografías Rosa-
cruces, que la gran experiencia
es la de la vida. Aquí es donde
se va a experimentar el verda­
dero punto focal de la cons­
ciencia del ser. Es aquí donde
podemos apreciar lo que los
hombres llaman finito e infini­
to. Aquí en este plano mortal,
el hombre comprende al Cósmico,
y lo que es más importante, sa­
be que lo hace. Es aquí donde
se traen impulsos y sensaciones
a través del velo del ser y son
transmitidos en nobles realida­
des . No vean la transición como
el gran factor del ciclo huma­
no. Es cierto que es un fenóme­
no maravilloso, pero es esta
vida la que le permite a usted
tender un puente entre lo fini­
to y lo infinito. Es esta vida
la que proporciona los niveles
variables de consciencia que
ustedes pueden aprender a lo­
grar con sus millares de expe­
riencias .
i Qué don tremendo del Cósmi­
co se descarta por aquellos cu­
yos días mortales se dan en su
mayoría a la preparación para
alguna otra existencia origina­
da! La vida es el desenvolvi­
miento del fenómeno de Cons­
ciencia Cósmica en el hombre.
Ella no puede ser comprendida
en su totalidad por algún mor­
tal, sino que todos aquellos
que se esfuercen pueden cono­
cer algunas de sus bendiciones.
Aquellos que se dediquen exclu­
sivamente al lado objetivo de
la vida también la están disi­
pando. Ellos están dejando de
experimentar sus grandes rami­
ficaciones. Ellos solo están
mirando el puente y no con lo
que ese puente conecta.-- X
PENSAR CONSTRUCTIVO
Durante el curso de nuestros
estudios, rápidamente nos damos
cuenta cuán importante es pen­
sar correcta y constructivamen­
te. Nuestra vida generalmente
está formada de esperanzas y
deseos obstaculizados, hasta el
día en que comprendemos que el
pensamiento es la fuerza funda­
mental que manda nuestro desti­
no y dirige nuestra vida. De
hecho, es la razón por nuestro
éxito o fracaso en el plano fí­
sico, así como es responsable
por la buena o mala salud. To­
do, verdaderamente, está condi­
cionado por los pensamientos o
sentimientos que albergamos.
Esto es una verdad que no per­
tenece a un solo individuo o
grupo de personas en particular
sino que a toda la humanidad.
Sin embargo, para mucha gente
esta verdad vital permanece en
el nivel de la discusión inte­
lectual y estéril.
Nunca debemos olvidar que
el presente tiene su origen en
el pasado y que el mañana será
lo que hagamos ahora. Nuestras
condiciones de vida no son cau­
sadas por el destino; se origi­
nan en nuestra mente y en los
pensamientos que albergamos. Es
imposible llevar a cabo una
vida feliz mientras estemos
abiertos a la ansiedad, duda,
envidia o cualquier otro estado
mental negativo. La ley de cau­
sa y efecto es universal. La
existencia y el pensamiento es­
tán tan cercanamente ligados
que probablemente son más apli­
cables a este campo que a cual­
quier otro, con más eficacia y
fuerza.
Esto, por lo tanto, explica
por qué para cambiar su modo de
vida, su medio ambiente, su es­
tado físico, o cualesquiera de
las malas condiciones que usted
encuentre , debe primero y antes
que todo transformar su modo
de pensar. En otras palabras,
usted debe controlar sus pen­
samientos y seleccionar cons­
ciente y severamente los pen­
samientos de su mente. Sus es­
fuerzos en este respecto no de­
ben ser esporádicos; si usted
cede una sola vez,, puede que lo
haga de nuevo. Sin embargo, si
usted lleva a cabo conscienzu-
damente esta selección, que
usted sabe que es vital, la
voluntad no tendrá que interfe­
rir más y el hábito hará el
resto.
Los deseos no son esencia­
les . Solamente cuenta el pen­
samiento solo, y su poder de
atracción es considerable; como
un imán atrae a usted en el
mundo material lo que sea que
corresponde a su naturaleza.
Si usted tiene una actitud men­
tal equivocada, no puede ser ni
saludable ni feliz. Si está de­
primido, es envidioso, celoso,
malvado, se encontrará sumergi­
do en una atmósfera similar.
Usted establecerá en su vida
lo que sea que haya aceptado
dentro suyo como una realidad
—aquello a lo cual sus pen­
samientos han dado vida. Si
rehúsa cultivar una disposición
mejor, su vida será un obscuro
fracaso, una pesada carga para
usted al igual que para otros,
y esto por su propia culpa.
Si, por el contrario, comen­
zando hoy, este mismo minuto,
usted decide reformar sus pen­
samientos (y nunca es demasiado
tarde para hacerlo), se embar­
cará entonces en la aventura
más excitante que exista. Gra­
dualmente verá descender la ar­
monía sobre sí, y todas las
condiciones deplorables a su
alrededor desaparecerán para
dar espacio al equilibrio y al
éxito, mientras que los proble­
mas fisiológicos de todos los
tipos serán reemplazados por
poderosas condiciones armonio­
sas .
Usted podrá descubrir al
principio que este cambio en su
pensar puede atraer todo tipo
de dificultades. Puede hasta
parecer que todo está yendo
mal. No se confíe de las apa­
riencias, pues, por desconcer­
tante que parezca, usted debe
ver en este hecho una señal muy
estimulante que indica que las
cosas están cambiando y tomando
una dirección diferente. Aun si
su mundo entero parece sacudido
hasta sus cimientos a causa de
su nuevo estado mental, i déjelo
sacudirse, y persevere! Se en­
contrará entonces en condicio­
nes mucho más cercanas al esta­
do que desea.
 Usted nunca deberá olvidar
que el temor a las dificultades
es, de por sí, un pensamiento
negativo. Lo que es más, usted
no deberá buscar el negar las
condiciones infelices en las
que ahora se encuentra, sino
que considérelas como aparien­
cias y rehúse aceptarlas como
realidades. Al rehusar prestar­
le atención a estas aparien­
cias, usted saca el problema,
negándole el poder que le dio
existencia: sus pensamientos.
No trate de conquistar las di­
ficultades, pues al querer pe­
lear en contra de algo usted le
atribuye un valor que en reali­
dad no posee. Simplemente pón­
gase por encima del problema,
transmútelo, y le quitará toda
vida de manera que empezará a
desintegrarse inmediatamente.
Es obviamente difícil esta­
blecer una muy precisa clasifi­
cación de pensamientos positi­
vos y negativos. Tal clasifica­
ción es, además, carente de
importancia. Cualquier pensa­
miento que no sea constructivo
es un pensamiento negativo. Es
cierto, por ejemplo, de los
pensamientos de fracaso, críti­
ca, rencor, celos, protesta,
enfermedad, accidente y todas
las ideas pesimistas o restric­
tivas. Sin embargo, su corazón
siempre le dirá si un pensa­
miento es bueno o malo, y aun
si su yo trata de mal dirigirlo
en este asunto su ser interior
lo guiará.
De este momento en adelante,
reaccione enérgicamente y es­
tablezca dentro suyo un nuevo
modo de pensar, una tasa vibra­
toria más alta. Así ya no será
más receptivo a las vibraciones
negativas y cada día cosechará
los frutos de sus pensamientos
buenos, constructivos. Ya no se
preguntará más de qué estará
hecho el mañana, pues profunda­
mente, dentro suyo, tendrá fe
en la vida.—C
SIMBOLISMO ROSACRUZ
¿Por qué usa símbolos la
Orden Rosacruz? ¿Tienen esos
símbolos un lugar esencial en
nuestros tiempos o deben ser
relegados a una edad pasada y
al olvido?
Un símbolo es un retrato de
una idea. Como una palabra es­
crita se intenta que lleve una
inteligencia. En realidad, la
primera clase de escritura con­
sistía en pictografías y jero­
glíficos, o sea, varios retra­
tos de objetos que evoluciona­
ban eventualmente en signos, pa­
labras y, finalmente, se con­
vertían en letras de alfabetos.
Los símbolos, sin embargo, son
mucho más universales en su
aplicación que el lenguaje. Por
ejemplo, la palabra triángulo
en inglés puede no ser compren­
sible para una persona que solo
conoce el idioma arábigo. Sin
embargo, ciertamente esa perso­
na reconocería la forma geomé­
trica del símbolo del triángulo
y, por lo tanto, tendría algún
significado para él.
Los símbolos son de dos cla­
ses generales: naturales y ar­
tificiales. Un símbolo natural
consta de un diseño, compuesto
de líneas rectas o de curvas,
que semejan algún fenómeno o
cosa en la naturaleza. Así los
egipcios dibujaban dos líneas
paralelas ondulantes para re­
presentar el agua. Mucha gente
de la antigüedad, y aborígenes
del presente, dibujan un círcu­
lo con líneas que irradian de
él para representar el Sol. Hoy
usamos un símbolo, una clase de
línea zigzagueante, para repre­
sentar una chispa eléctrica y
el relámpago. Usamos un punto
con cinco puntas extendiéndose
a varios ángulos de él para re­
presentar a una estrella.
Símbolos artificiales son
aquellos que no son representa­
ciones gráficas simuladas o ^e-
tratos de lo que el hombre per­
cibe realmente en la naturale­
za. Más bien, son inventados
por él para transmitir de una
manera sencilla y eficiente una
idea particular. Dos de esos
símbolos corrientes son el sig­
no del dólar y el de la libra
esterlina. Otro ejemplo exce­
lente de un símbolo artificial
es la enseña nacional o bandera
de un país. ¿Por qué son inven­
tados semejantes símbolos? Por­
que ellos confieren gráfica y
efectivamente un significado a
todas las mentes mejor que lo
pueden hacer las palabras. Toda
persona puede no estar capaci­
tada para describir igualmente
su concepto del símbolo que ve,
a pesar de eso, no obstante, el
símbolo tendrá un significado
para ellos.
Se han usado símbolos en el
pasado como un código oculto o
secreto, igualmente. Han si­
do proyectados para que tengan
significado a un grupo especial
de personas y para ocultar su
contenido o significado a todos
los demás. Muchos de los símbo­
los dé los alquimistas medio­
evales eran de esa naturaleza.
Sin embargo, algunos de tales
símbolos son todavía de uso
corriente con pequeño o ningún
cambio de significado en la mo­
derna ciencia de la química.
Los antiguos idearon símbolos
para las constelaciones; algu­
nos de estos fueron símbolos
naturales. Representaban lo que
las constelaciones parecían ser
en los cielos a simple vista.
Estos símbolos son perpetuados
por los astrónomos modernos.
Las órdenes místicas y filo­
sóficas tales como los Rosa-
cruces, los Cabalistas, y los
Martinistas, han usado por si­
glos muchos símbolos. Primero
se usaron como un medio para
expresar sencillamente ideas
profundas. La Cruz Rosacruz es
uno de tales símbolos cuya be­
lla simplicidad revela una ver­
dad inspiradora, mística y filo­
sófica. Explicado sencillamen­
te, la Cruz representa el cuer­
po físico del hombre con los
brazos extendidos en saludo,
estando la persona parada rec­
ta de frente al sol naciente.
En el centro de la Cruz está
montada la Rosa parcialmente
abierta que representa el alma
del hombre, desenvolviéndose al
recibir la Luz de mayor ilumi­
nación, lo mismo que la rosa
física se abre al contacto con
los rayos solares. La leyenda
relata que el hombre primitivo
fue impresionado con la sombra
de la cruz que aparecía en la
tierra detrás de él al permane­
cer en adoración con los brazos
extendidos, de cara al sol na­
ciente , al amanecer de un nuevo
día. La Rosa vino a simbolizar
su respuesta emocional a una
comprensión espiritual que sen­
tía dentro de su pecho.
"Por lo general se le llama
la Rosa Cruz alquímica y hermé­
tica, y es un símbolo místico
Rosacruz muy antiguo. En los
extremos de la Cruz hay tres
símbolos alquímicos: mercurio,
azufre y sal. El mercurio ésta
en el centro, el azufre a la
izquierda y la sal a la dere­
cha.. También en los extremos de
cada brazo de la cruz, pero más
adentro, están cuatro pentagra­
mas. El círculo en la parte de
arriba del pentagrama significa
espíritu; el primer triángulo a
la izquierda, con la punta ha­
cia abajo y una línea paralela
en la base, significa tierra;
el otro triángulo con una línea
paralela a la base, pero con
la punta hacia arriba, a la iz­
quierda, representa aire. El
triángulo a la derecha del pen­
tagrama, con la punta hacia
abajo significa fuego. El pen­
tagrama es muy hondo en signi­
ficado místico, siendo una re­
presentación simbólica de la
misma Rosa Cruz.
"El extremo de los brazos
más largos de la cruz, o el
más bajo, está dividido en cua­
tro secciones. Cada sección
significa los colores de Mal-
kuth del 'Arbol de Vida' Ca­
balista. Estos cuatro colores
son: limón, aceituna, bermejo y
negro. Arriba de estas cuatro
secciones del brazo más abajo,
existe una figura de seis pun­
tas o hexagrama, que tiene seis
planetas en sus puntas: el de
abajo, Luna, después hacia la
derecha, Venus, Júpiter, Satur­
no, Marte, Mercurio y el Sol al
centro. El hexagrama fue consi­
derado una vez el más poderoso
de todos los símbolos. Estos
planetas están arreglados en el
orden de ciertos rituales caba­
lísticos para representarlos.
Los cuatro grandes rayos o pun­
tas proyectándose hacia afuera
desde atrás de la cruz son sim­
bólicos de los rayos de Luz Di­
vina o Cósmica. Estos rayos
tienen las letras INRI, las
cuales, de acuerdo con el Fra-
ter Wittemans, significan las
palabras latinas que quieren
decir: 'La naturaleza es com­
pletamente renovada por el fue­
go' . Los otros rayos más peque­
ños con letras sobre ellos re­
presentan las primeras letras
de nombres resonantes usados
por los griegos y egipcios en
sus antiguas escuelas de miste­
rios .
"Los pétalos de la gran rosa
en la cruz son veintidós en nú­
mero y representan las veinti­
dós letras del alfabeto Caba­
lista Hebreo. Las doce letras
de afuera representan los doce
dignos del Zodíaco. Los siete
pétalos o letras en el centro
de la rosa representan los sie­
te planetas y las siete letras
dobles del alfabeto Cabalista.
Los tres pétalos internos, o
letras-madres, representan ai­
re, fuego y agua. Las cuatro
proyecciones detrás de la pe­
queña Rosa Cruz son los puntos
de la Cruz Maltesa. Esta, tam­
bién, es rica en significado
simbólico. Entonces, desde lue­
go, existe la Rosa Cruz apro­
piada con sus cinco pétalos,
en el mismo centro de la gran
cruz. Esta gran Rosa Cruz sim­
boliza toda la majestad, poder,
belleza y protección que ofrece
la Orden Rosacruz".
El simbolismo Rosacruz se ha
intentado para esclarecer la
mente dando ejemplos concretos
que en forma visual presenten
simplemente una idea abstracta.
Los símbolos no sé han intenta­
do para mistificar o para ins­
pirar temor a nadie. Además,
nunca las enseñanzas denotan
que los símbolos, compuestos de
líneas estrechas y curvas, con­
tienen dentro de ellos potencia
alguna. No contienen dentro de
sus formas propiedad mágica,
solo son figuras, repetimos, de
conceptos relacionados a leyes
y principios y no son animados,
ni tienen un poder vital dentro
de su forma física. El triángu­
lo, para un ejemplo adicional,
no tiene eficacia con excepción
de conferir la idea de una doc­
trina o verdad que sí tiene
significado. Una bandera, por
analogía, no . tiene en sí valor
alguno, es de poco valor in­
trínseco. No es sino un pedazo
de tela de color. Sin embargo,
representa una nación soberana,
un pueblo, un sistema político
y una manera de vivir.-- X
Preguntas
y Respuestas respuestas

Rosacruces
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Este volumen contiene la primera historia

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remotos hasta nuestros días, se haya publicado
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abundan en ella los incidentes pintorescos y fascinadores.
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mente en relación con los estudios místicos y esotéricos se hallan contestadas en él.
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Una Enciclopedia tación de los principios Cósmicos, y, en fin,
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Rosacruz gunas de las personalidades más prominen­
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(dólares) den y su obra.
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DEPARTAMENTO DE SUMINISTROS ROSACRUCES

PARQUE ROSACRUZ —SAN JOSÉ — CALIFORNIA 95191 —E. U. A.