La naturaleza humana se caracteriza por esa necesidad de conocer el mundo
que lo rodea, esa exigencia por comprender e intervenir las realidades con el fin de generar una mayor adaptabilidad y facilitar el modo de habitar y existir ese mundo. Es así, como desde sus inicios el hombre de forma perentoria ha estudiado los diferentes fenómenos con los que cohabita el mundo, hasta el punto de representar y dar sentido a la naturaleza a través del conocimiento. Este proceso de entendimiento ha sido influenciado por diferentes paradigmas filosóficos que han impactado los procesos históricos y, por ende, son elementos que fundamentaron la construcción de sociedad que hoy conocemos.
En ese sentido, muchos filósofos se han planteado la siguiente pregunta ¿Es
posible la existencia del objeto con independencia del sujeto? y la han resuelto en diferentes sentidos, dependiendo de sus intereses ontológicos, de la facultad o facultades que usen para tal efecto y del o los supuestos filosóficos en los que se ubiquen, es así que se plantean las siguientes posibles soluciones.
Soluciones pre-metafísicas: Solución que trata de describir quien determina
a quien, en relación al conocimiento sin adentrarnos a fondo de sus propiedades, características (ontológico). Subjetivismo: No existen objetos independientes de la conciencia, sino que todos los objetos son engendros de ésta, productos del pensamiento. El sujeto determina el objeto. Objetivismo: El objeto determina al sujeto; el sujeto asume de cierta manera las propiedades del objeto, reproduciéndolas en sí mismo. Existe una realidad fuera de nuestros de pensamientos. Soluciones metafísicas: Solución que retoma los caracteres ontológicos del objeto, es decir, existen objetos que poseen un ser ideal pero además de los objetos ideales hay objetos reales, independientes del pensamiento. Idealismo: Postura epistemológica que afirma que no existen cosas reales, independientes de la conciencia. El ser de las cosas equivale a “ser percibidas”. Realismo: Postura epistemológica que afirma que existen cosas reales, independientes de la conciencia. Fenomenalismo: Conocemos las cosas como realmente son, en sí mismas, sino como se nos aparecen. Según esta postura no podemos conocer la esencia de las cosas, pero reconoce que hay cosas reales, las cosas tienen ser pero no sabemos lo que son. Soluciones teológicas: Solución que describe la relación entre el pensamiento y el ser. Monista y panteísta: Sólo existe una aparente dualidad entre el sujeto y el objeto, el pensamiento y el ser, la conciencia y las cosas, en realidad se trata de una unidad. Teísta y dualista: Finalmente el objeto y el sujeto, el pensamiento y el ser desembocan en un último principio que les es común y que reside en la divinidad (ejemplo dios). Parte II: tipos de conocimiento. Como ya se ha mencionado, existen dos facultades de conocimiento que dan lugar a que distingamos dos tipos de conocimiento según su origen o fuente: la experiencia y la razón. Conocimiento racional: conocimiento inteligible o racional es aquel que obtenemos mediante la razón o intelecto y que toma como punto de partida el conocimiento que transmiten los sentidos, es un conocimiento indirecto y mediado: la razón no funciona con imágenes, sino con sentidos o significados. Es adquirido a través de la deducción, el análisis y la reflexión. Se fundamenta en principios universales y busca la objetividad e incluye: conceptos, juicios y razonamientos. Conocimiento intuitivo: aparece de manera automática, sin necesidad de análisis, reflexión o experiencia directa. Debido a que no puede ser obtenido de ninguna de estas formas, se considera que proviene de una fuente independiente, que generalmente se asocia con la mente subconsciente (intuición). La característica más importante del conocimiento intuitivo es que se trata de un fenómeno que no está relacionado con nuestra mente racional. Por el contrario, sus productos son creados por nuestra mente inconsciente. Somos capaces de acceder voluntariamente a los resultados de este proceso, pero no comprendemos cómo se han formado. Parte III: La verdad. Verdad idealista: la verdad es la concordancia del pensamiento consigo mismo y es coincidente con la corrección lógica. Verdad realista: la verdad es la concordancia del pensamiento con los objetos.