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FLOR DE DALIA
VS.
HERNÁNDEZ
CASTILLO MARTÍN
JUICIO ORAL
FAMILIAR
RECONOCIMIENTO DE PATERNIDAD
ESCRITO INICIAL.
Que por medio del presente escrito y en la vía de Juicio Oral en Materia
Familiar, vengo en este acto a demandar del C. MARTIN HERNANDEZ
CASTILLO, quien puede ser debidamente emplazado y notificado respecto de la
interposición de la presente controversia en su domicilio ubicado en, Calle
Coras, número 191, Colonia Ajusco, Alcaldía Coyoacán, Ciudad de México,
Código Postal 04300, el cumplimiento de todas y cada una de las siguientes:
PRESTACIONES
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C) El pago y aseguramiento de las pensiones alimenticias atrasadas y
acumuladas, mismas que el demandado, sin causa justificada, nunca ha
proporcionado para la acreedora alimentaria desde que nació nuestra menor
hija, es decir, desde el once de Julio del año 2013 (dos mil trece) y hasta la
presente fecha, lo cual será cuantificado en ejecución de sentencia.
HECHOS
1. En el mes de febrero del año dos mil once la suscrita FLOR DE DALIA
ALVAREZ CRUZ, y el hoy demandado MARTÍN HERNÁNDEZ CASTILLO, iniciamos
una relación sentimental.
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niño a obtener, entre otros, su identidad, filiación y origen genético, que finalmente lo
ayudarán a su pleno y armonioso desarrollo intelectual y físico. Cuando es el menor
quien acude (representado) a demandar la investigación sobre el supuesto padre, basta
con que se expongan los hechos que darán motivo a ello, correspondiendo en todo caso
al supuesto progenitor, integrar el desahogo de la prueba pericial en genética, mediante
su participación a efecto de que se recaben las muestras que, en su caso, contradigan el
dicho de ser el padre del niño y en caso de que se negase a la toma de muestras
referida, la sanción será que opere la presunción de los extremos pretendidos. No
obstante, cuando es el presunto padre el que acude a solicitar el reconocimiento de la
paternidad sobre el menor, se debe exigir un principio de prueba, que en su caso
permita la investigación, lo cual conlleva citar al menor a que se le tomen las muestras
respectivas a efecto de desahogarse la pericial en genética. Dicho principio, se exige en
el artículo 4.175, fracción IV, del Código Civil del Estado de México y consiste en que el
presunto padre al acudir a demandar el reconocimiento de paternidad, allegue al
juzgador, concomitantemente con el escrito inicial de demanda, los medios de
convicción a través de los cuales, de manera a priori, se justifique la investigación de la
paternidad, mas no la paternidad como tal, pues ello en todo caso es materia del
periodo de instrucción probatoria.
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presupone que sus exigencias normativas entrarán en conflicto con otras en casos
concretos, supuesto en el que será necesario desarrollar un ejercicio de ponderación
para articular el resultado de su aplicación conjunta. En este sentido, los alcances que se
le otorguen al derecho a la identidad biológica de una persona en un caso específico,
máxime cuando se trata de un menor, tendrán que estar siempre dirigidos a atender su
interés; no podrán desvincularse de las circunstancias particulares y podrán variar en la
medida en la que varíen los principios en conflicto.
Nota: Esta tesis no constituye jurisprudencia, pues no contiene el tema de fondo que se
resolvió en la contradicción de la cual deriva.
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quien se considera es el padre y, de ser así, no sólo podrá acceder a llevar el apellido de
su progenitor como parte del derecho a la identidad que le permite tener un nombre y
una filiación, sino que se verá beneficiado en su derecho a la salud; así, en cumplimiento
del artículo 4o. constitucional, el juzgador está constreñido a atender todas las
circunstancias o hechos que se relacionen con la niñez, ya sea que formen parte de la
litis o surjan durante el procedimiento, de ahí que esté obligado a ordenar la práctica,
repetición o ampliación de cualquier diligencia probatoria que resulte pertinente, entre
ellas la pericial, esto con el fin de dictar una sentencia en la que tenga plena convicción
de que lo decidido en relación con la infancia, no le resultará nocivo ni contrario a su
formación y desarrollo integral. En consecuencia, si en un juicio de reconocimiento de
paternidad se omite ordenar el desahogo, perfección, ampliación o repetición de la
prueba pericial o, en su caso, no impone los apercibimientos respectivos, resulta
inconcuso que no sólo habrá incumplido con la obligación imperiosa de otorgar una
protección legal reforzada al menor, proveyendo lo necesario para el respeto pleno de
sus derechos, sino que, además, dejará de atender el interés superior del menor, en
tanto que habrá dictado una sentencia sin contar con los elementos objetivos
necesarios, lo cual no sólo se traduce en una violación a las formalidades esenciales del
procedimiento, en especial las relacionadas con la oportunidad de ofrecer y desahogar
pruebas, sino que además conlleva una afectación al derecho de acceso efectivo a la
justicia. Por lo anterior, aun si en el referido juicio no se ofrece la prueba idónea o se
hace deficientemente, el juzgador deberá ordenar, incluso de oficio, su desahogo.
Contradicción de tesis 496/2012. Entre las sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado
en Materias Administrativa y Civil del Décimo Noveno Circuito y el Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. 6 de febrero de 2013. La votación se
dividió en dos partes: mayoría de cuatro votos por lo que se refiere a la competencia.
Disidente: José Ramón Cossío Díaz. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo.
Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo. Secretaria: Mercedes Verónica Sánchez Miguez.
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CUANDO LA OBLIGACIÓN DEBA RETROTRAERSE AL MOMENTO DEL
NACIMIENTO DEL MENOR.
En los casos en que se ventile el pago de alimentos derivado del reconocimiento de
paternidad, el juzgador debe valorar y ponderar ciertos elementos a la luz del interés
superior del menor y del principio de igualdad y no discriminación para verificar su
pertinencia y, en caso de que se advierta su actualización, debe considerarlos al dictar su
resolución para modular el monto retroactivo de la pensión alimenticia, de tal forma
que sea razonable y no llegue a ser abusivo, tales como: i) si existió o no conocimiento
previo de su obligación; y, ii) la buena o mala fe del deudor alimentario. Por lo que se
refiere al conocimiento previo, el juzgador debe ponderar si el deudor alimentario tuvo
o no conocimiento del embarazo o del nacimiento del menor, ya que el conocimiento
del hecho generador es una condición esencial al ponderar el quántum, en tanto que si
el padre no tuvo conocimiento de la existencia del menor, y ese desconocimiento no es
atribuible a él, no podrá asumirse que quiso incumplir con las obligaciones alimentarias,
sino que, al desconocer su existencia, no podía cumplir con una obligación que ignoraba.
Dicho de otro modo, el juez debe tomar en cuenta si el embarazo y/o nacimiento del
menor no le fueron ocultados, restringiéndose con ello los derechos tanto del menor
como del padre y así, una vez delimitado si existió o no conocimiento previo, el juzgador
debe considerar la actuación del deudor alimentario en el transcurso del proceso para
determinar la filiación y los alimentos, y si ha actuado con buena o mala fe durante la
tramitación del proceso; si siempre se ha mostrado coadyuvante y con afán de
esclarecer la situación o si, por el contrario, se ha desempeñado negligentemente o se
ha valido de artimañas con el objeto de obstaculizar el conocimiento de la verdad. Como
se advierte, la mala fe alude a la actuación del deudor alimentario, es decir, a la
valoración que se realice del hecho de que por causas imputables a él no puede definirse
la paternidad; o bien, si por el contrario, existe buena fe de su parte y, por ejemplo, se
presta a colaborar en el proceso con la finalidad de esclarecer la paternidad del menor.
En este sentido, el juez debe tomar en cuenta que no le basta al demandado con
adoptar una actitud de simple negación, sino que hay un deber de colaborar dentro del
proceso en atención a su posición privilegiada o destacada en relación con el material
probatorio, pues se encuentra en mejor condición para revelar la verdad y su deber de
colaboración se acentúa al punto de atribuirle una carga probatoria que en principio no
tenía o, mejor dicho, se le atribuyen las consecuencias de la omisión probatoria. Así, no
puede aceptarse que el padre resulte beneficiado como consecuencia de mantener una
conducta disfuncional y opuesta a derecho. De ahí que sea en el padre en quien recae
la carga de probar la existencia de razones justificadas por las que deba relevarse de la
obligación de contribuir al sostenimiento del menor a partir de la fecha de nacimiento
del niño o la niña; es decir, corresponde al padre la prueba de que tuvo como causa un
motivo objetivo y razonable, ajeno a toda discriminación y, por tanto, esos motivos
deben considerarse al determinar el quántum de la obligación alimentaria.
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SERVICIOS DE SALUD PÚBLICA DEL DISTRITO FEDERAL, la cual anexo en
copia simple al presente ocurso para que surta los efectos legales conducentes,
esto lo menciono porque esta discapacidad fue la que me impidió iniciar el
presente procedimiento anteriormente.
MEDIDAS PROVISIONALES
Conforme a lo previsto por el numeral 282 del Código Civil del Distrito
Federal, desde este momento solicito a su Señoría se sirva decretar las
Medidas Provisionales que estime pertinentes para salvaguardar la integridad
y derechos de mi menor hija de nombre, FLOR DE DALIA ALVAREZ CRUZ,
además de las siguientes:
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MEDIOS DE PRUEBA
Esta prueba se relaciona con todos y cada uno de los hechos que se
contienen en la presente demanda, y se ofrece para acreditar que el hoy
demandado es padre de mi menor hija FLOR DE DALIA ALVAREZ CRUZ.
Esta prueba se relaciona con todos y cada uno de los hechos narrados en
la presente demanda, y se ofrece para acreditar todo lo narrado en el presente
ocurso
Esta prueba se relaciona directamente con los hechos marcados con los
números 1, 2 y 3 del presente escrito de demanda, y se ofrece para acreditar
la situación en que me vi inmersa derivada de la relación que tuve con el hoy
demandado, su falta de interés en reconocer a su menor hija, así como la
forma en que he tratado de cubrir las necesidades de mi menor hija debido al
incumplimiento por parte del C. MARTÍN HERNÁNDEZ CASTILLO.
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Registro: 172993
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXV, Marzo de 2007
Materia(s): Civil
Tesis: 1a./J. 101/2006
Página: 111
Tesis de jurisprudencia 101/2006. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha veintidós de noviembre de dos mil seis.
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LAS DOCUMENTAL PÚBLICA, consistentes en la Copia Certificada del
Acta de Nacimiento de mi menor hija, FLOR DE DALIA ALVAREZ CRUZ, quien
actualmente cuenta con la edad de OCHO años la cual se exhibe agregada al
presente escrito.
DERECHO
COMPETENCIA
PERSONALIDAD
Se rige por los artículos 338, 338 bis, 353 bis, 360, 361 y demás
relativos del Código Civil para el Distrito Federal.
EL PROCEDIMIENTO
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su derecho corresponda, con los apercibimientos legales a los que conforme a
derecho haya lugar y para los efectos conducentes.
TERCERO. Solicito de su Señoría, se decreten las correspondientes
MEDIDAS PROVISIONALES a las que he hecho mención a lo largo del
capítulo respectivo del presente escrito, así como los apercibimientos legales a
los que conforme a derecho haya lugar.
CUARTO. Tener por autorizados a los profesionistas designados para los
efectos que se indican, y por señalado el domicilio mencionado para oír y
recibir todo tipo de notificaciones.
PROTESTO LO NECESARIO
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