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Ana es una mujer de 29 años VIH positiva desde hace 5 años y está con tratamiento
antirretroviral. Acude a su centro de Atención Primaria para hacerse una citología. Su
enfermera está de baja y ese día le atiende una nueva, mucho más mayor a la cuál ha visto
alguna vez por los pasillos del Centro. Cuando se va a sentar en la camilla, la enfermera está
mirando su ficha clínica y pone mala cara al ver que es seropositiva. Acto seguido, se coloca dos
pares de guantes para recoger la muestra. Ana no se da cuenta de nada de esto y cuando
termina de recoger la muestra, le comenta a la enfermera que espera que todo esté correcto
porque la semana que viene le han dado cita para explicarle el procedimiento de fecundación
in vitro. De nuevo la cara de la enfermera cambia totalmente. Esta vez Ana se da cuenta. La
enfermera le dice que eso no está bien, que tener el VIH es muy peligroso para el bebé, que
podría infectarlo y ser por su culpa un niño enfermo para siempre. Además de que si a ella le
pasara algo ¿qué iba a ser de ese niño?
En tercer lugar, la enfermera ha mostrado una actitud negativa hacia la posibilidad de que Ana
tenga un hijo, lo que puede haber generado miedo e incertidumbre en la paciente. Es
importante que los profesionales sanitarios proporcionen información precisa y actualizada
sobre la transmisión del VIH y las opciones reproductivas disponibles para las personas con
VIH, para que puedan tomar decisiones informadas.
El VIH es un virus que ataca al sistema inmunológico del cuerpo, mientras que el SIDA
(Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es el conjunto de síntomas y enfermedades que
aparecen cuando el sistema inmunológico está debilitado por el VIH. No todas las personas que
tienen VIH desarrollarán SIDA, ya que el tratamiento adecuado puede retrasar o evitar el
progreso de la infección a la etapa de SIDA.
El VIH se transmite a través de los fluidos corporales, como la sangre, el semen, las secreciones
vaginales y la leche materna. Las formas más comunes de transmisión son las relaciones
sexuales sin protección y el uso compartido de agujas para inyectarse drogas. También es
posible la transmisión de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia, aunque se
puede reducir significativamente mediante el tratamiento antirretroviral (TAR).
La prevención del VIH/SIDA incluye la realización de pruebas de cribado regulares para detectar
la infección temprana, el uso de tratamiento antirretroviral (TAR) para reducir la carga viral y
prevenir la transmisión, y la profilaxis pre-exposición (PrEP) para las personas en riesgo de
contraer la infección. También es importante promover prácticas sexuales seguras, como el uso
de condones y la reducción del número de parejas sexuales.
El embarazo no debe ser una preocupación para las mujeres VIH positivo si reciben tratamiento
adecuado. Con el uso de TAR, la transmisión del VIH de madre a hijo durante el embarazo, el
parto y la lactancia se puede reducir a menos del 1%.
Hechos:
Estigma y discriminación hacia personas VIH+ persiste en el sistema sanitario: un caso de mala
praxis en la atención primaria
Valores en conflicto:
1ºidentifique los valores del caso en sí.
El derecho de las personas VIH+ a recibir una atención médica sin estigma y con
enfoque de derechos humanos vs. La falta de conciencia o conocimiento por parte de
algunos profesionales sanitarios sobre cómo atender adecuadamente a pacientes VIH+.
En el caso descrito, se pueden identificar varios principios bioéticos que entran en conflicto, y
su orden de preferencia puede variar según el punto de vista de cada persona o situación. A
continuación, se enumeran los principios bioéticos en conflicto en el orden que se considera
que pueden ser más relevantes en el caso, y cómo afectan a los demás principios:
Principio de no discriminación: Este principio establece que todas las personas deben ser
tratadas de manera justa e igual, sin importar su diagnóstico o condición. En el caso descrito, el
principio de no discriminación es violado cuando la enfermera hace gestos y comentarios
despectivos hacia la paciente por ser VIH positiva, lo que puede generar un ambiente de
estigmatización y discriminación. Este principio tiene implicaciones en otros principios, como el
de autonomía y el de justicia.
Principio de autonomía: Este principio reconoce la capacidad de las personas para tomar
decisiones sobre su propia vida, salud y bienestar. En el caso descrito, el principio de
autonomía se ve afectado cuando la enfermera cuestiona la decisión de la paciente de buscar
un embarazo a través de fecundación in vitro y la hace sentir insegura o estigmatizada por ser
VIH positiva. La interferencia en la capacidad de la paciente para tomar decisiones autónomas
puede tener implicaciones en la satisfacción y el bienestar de la paciente, así como en su
calidad de vida.
Principio de beneficencia: Este principio establece que los profesionales sanitarios deben
actuar en beneficio de sus pacientes, buscando su bienestar y su salud. En el caso descrito, el
principio de beneficencia puede verse afectado por la preocupación de la enfermera sobre los
posibles riesgos de transmisión del VIH al feto durante el embarazo. Sin embargo, el enfoque
en este principio no puede ser utilizado para justificar la discriminación o el trato
deshumanizado a los pacientes.
Principio de confidencialidad: Este principio establece que los profesionales sanitarios deben
mantener la privacidad y confidencialidad de la información de los pacientes, y sólo divulgarla
cuando sea necesario para la atención médica o cuando se obtenga el consentimiento del
paciente. En el caso descrito, la enfermera viola este principio al poner en evidencia la
condición VIH de la paciente frente a ella, y realizar una valoración negativa de su situación.
Esta violación afecta a la confianza que la paciente pueda tener en el personal sanitario, y
puede generar un sentimiento de vulnerabilidad e inseguridad en ella.
Los dos cursos extremos de acción en este caso podrían ser los siguientes:
La enfermera puede continuar con su actitud estigmatizante hacia Ana, ignorando sus
necesidades y derechos como paciente. Esto podría incluir negarse a proporcionarle
información y tratamiento adecuados, hacer comentarios despectivos o discriminatorios, y
perpetuar actitudes negativas hacia las personas que viven con VIH. Este enfoque es
claramente injusto y contraviene los principios éticos fundamentales de la atención médica,
como la justicia, la no maleficencia y la autonomía.
La enfermera puede cambiar su actitud hacia Ana, brindarle el apoyo y la atención que
necesita, y trabajar para garantizar que reciba una atención médica adecuada y libre de
discriminación. Esto implicaría proporcionarle información precisa sobre su salud, garantizar
que reciba pruebas y tratamientos adecuados, y trabajar con ella para garantizar que sus
necesidades médicas y emocionales sean atendidas de manera efectiva. Este enfoque es
éticamente preferible ya que respeta los derechos y la dignidad de Ana como paciente,
promueve la justicia y la no maleficencia, y se alinea con los principios éticos fundamentales de
la atención médica.
Cursos intermedios:
Hay varias opciones de cursos intermedios de acción que la enfermera podría considerar en
este caso. Algunos de ellos son:
La enfermera podría reconocer y abordar sus prejuicios y actitudes negativas hacia las personas
que viven con VIH. Podría buscar educación y formación sobre el VIH/SIDA y las necesidades de
las personas que viven con esta condición, y trabajar para desarrollar una comprensión más
empática y compasiva de sus pacientes VIH positivos.
La enfermera podría abordar el estigma y la discriminación hacia las personas que viven con
VIH dentro de la institución de atención médica. Podría trabajar para educar a otros
profesionales de la salud sobre el VIH/SIDA y las necesidades de las personas que viven con
esta condición, y promover una cultura de atención médica libre de discriminación y prejuicios.
Estos son solo algunos ejemplos de cursos intermedios de acción que la enfermera podría
considerar en este caso. En última instancia, cualquier curso de acción debe respetar los
derechos y la dignidad de Ana como paciente, y estar en línea con los principios éticos
fundamentales de la atención médica.
Cursos óptimos de acción:
No existe una respuesta única para definir los cursos óptimos de acción, ya que esto puede
depender de diversos factores, como la percepción de los valores en conflicto y las
circunstancias específicas del caso.
Sin embargo, algunos cursos de acción que podrían considerarse óptimos son:
Que la enfermera se disculpe por su actitud y le explique a Ana de manera clara y empática las
medidas de prevención que se pueden tomar en caso de un embarazo con VIH, así como los
riesgos y beneficios de los diferentes tratamientos disponibles.
Que se establezca un protocolo de atención para pacientes con VIH en el centro de atención
primaria, con el fin de garantizar un trato respetuoso, confidencial y basado en la evidencia
científica. Este protocolo podría incluir capacitación para el personal de salud sobre VIH/SIDA,
el respeto a la confidencialidad de la información y la promoción de la no discriminación.
Que se realice una revisión y actualización del plan de cuidados de Ana, en el que se incluya
una valoración del riesgo de transmisión del VIH durante el embarazo y el parto, así como la
indicación de medidas de prevención y seguimiento clínico y de laboratorio.
Que se realice una evaluación del impacto emocional que ha tenido en Ana la actitud
discriminatoria de la enfermera, y se le brinde apoyo psicológico y social, si así lo requiere.
Es importante destacar que los cursos óptimos de acción pueden variar según el contexto y las
circunstancias específicas del caso, y siempre deben ser valorados a la luz de los principios
éticos y legales que rigen la atención sanitaria.
Marco jurídico:
El marco jurídico aplicable al caso descrito puede incluir las siguientes normas y leyes:
Artículo 10.2: “Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la
Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de
Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias
ratificados por España”.
Artículo 14: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de […] enfermedad o discapacidad”.
Artículo 9: “El tratamiento de los datos de carácter personal que revelen el origen racial o
étnico, las opiniones políticas, las convicciones religiosas o filosóficas, o la afiliación sindical, y
el tratamiento de los datos genéticos, datos biométricos dirigidos a identificar de manera
unívoca a una persona física, datos relativos a la salud o datos relativos a la vida sexual o la
orientación sexual de una persona sólo podrán ser llevados a cabo cuando el interesado haya
prestado su consentimiento explícito para el tratamiento de esos datos”.
Artículo 2.1: “Toda persona tiene derecho a que se respete su autonomía y a recibir
información adecuada sobre su proceso, en términos comprensibles, para poder tomar
decisiones con conocimiento de causa”.
Artículo 6.1: “El paciente tiene derecho a conocer en todo momento el conjunto de sus
documentos y su estado de salud, salvo en los casos previstos por la Ley”.
Artículo 9.3: “El paciente tiene derecho a que se respete su intimidad, dignidad y
confidencialidad en la información y documentación que obre en su expediente clínico”.
Artículo 16.1: “El acceso a la historia clínica o a los documentos que formen parte de la misma
por parte de los profesionales que atiendan al paciente se realizará con pleno respeto a los
derechos y garantías establecidos en la normativa vigente en materia de protección de datos
de carácter personal y de la intimidad del paciente”.
Reflexión final:
En este apartado justificáis vuestro curso óptimo de acción en base a lo que habéis
descrito anteriormente (ppios bioéticos que estén en equilibrio, código deontológico,
derechos universales, derechos y deberes de los pacientes/usuarios, legislación pertinente al
tema…).
El curso óptimo de acción en el caso de Ana, una mujer VIH positiva que acude a un centro de
Atención Primaria para hacerse una citología y se encuentra con una enfermera que discrimina
y estigmatiza a causa de su condición, se basa en la ética de la autonomía y el respeto a los
derechos humanos, la no discriminación, la confidencialidad y la empatía con la paciente.
Por último, es importante actuar con empatía hacia la paciente, poniéndose en su lugar y
tratándola con respeto y comprensión. Es fundamental que la enfermera se comunique de
manera clara y efectiva con la paciente, sin prejuicios ni discriminación, y que le ofrezca la
atención y los recursos necesarios para garantizar su salud y bienestar.
Conclusión