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Unidad 2 / Escenario 3

Lectura fundamental

Crecimiento físico en la primera


infancia

Contenido

1 Introducción

2 Patrones de índices de crecimiento físico en la primera infancia

3 El crecimiento por etapas

4 Crecimiento físico y cuidado integral en Colombia

5 A manera de conclusión

Palabras clave: crecimiento físico, gestación, embarazo, nacimiento, lactancia, nutrición.


1. Introducción

El crecimiento físico tradicionalmente se refiere a la serie de cambios somáticos que ocurren en


un organismo, que se evidencian a partir del incremento del número o el tamaño de las estructuras
que componen dicho cuerpo. Este es un proceso esencialmente biológico que ocurre a partir de
mecanismos naturales como la reproducción celular, la hiperplasia, la hipertrofia y la agregación, entre
otros, que puede tener momentos de aceleración o desaceleración según factores internos como la
genética, el sexo y la edad (Gómez-Campos et al., 2016).

No obstante, desde una perspectiva más amplia e integrada, es necesario considerar que estos
procesos biofísicos suceden en interacción con las condiciones ambientales que rodean al organismo,
influyendo la manera como estos elementos biológicos toman forma en el cuerpo y la vida de un ser
humano. Así, proponemos comprender el crecimiento físico desde una perspectiva del desarrollo
evolucionista que, como hemos visto en escenarios pasados, implica entender el crecimiento a partir
de la relación entre la biología y el ambiente (Seidl-de-Moura et al., 2009), en el que aspectos como
la nutrición, la crianza, los estilos de vida, las condiciones medioambientales, entre otros, afectan
positiva o negativamente el crecimiento físico de niños y niñas.

Desde este punto de vista, el crecimiento y el desarrollo son dos aspectos estrechamente
relacionados, incluso indivisibles, por su carácter evolutivo, por la interdependencia de ambos
aspectos, pero también por la influencia que tienen del contexto socioambiental como un factor
determinante. Sin embargo, es necesario aclarar diferencias entre ambos conceptos para facilitar su
enseñanza y compresión en el marco pedagógico.

Como ya se mencionó, el crecimiento se refiere estrictamente a los cambios somáticos que son
observables por medio de elementos corporales como, por ejemplo, la talla y el peso; por otro
lado, el desarrollo se refiere a las transformaciones y adquisiciones funcionales con relación a la
maduración evolutiva del organismo como, por ejemplo, el lenguaje, la motricidad, las funciones
cognitivas, entre otras.

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2. Patrones e índices de crecimiento físico en la primera infancia

El crecimiento físico en la primera infancia es susceptible de procesos de medición, comparación y


contraste a partir de “patrones de crecimiento” que dan cuenta de su normalidad con relación a la
edad y el sexo de los demás niños; además, actúan como indicadores fundamentales para la vigilancia
y el seguimiento en salud y nutrición de los niños, la toma de decisiones e intervención poblacional en
salud pública (Unicef et al., 2019).

Estos patrones de crecimiento se refieren a medidas antropométricas estandarizadas, las más


comunes son la talla, el peso y la circunferencia medio braquial (CMB). La talla se refiere al
crecimiento en longitud de un cuerpo. Puede ser un indicador de normalidad o de carencias
prolongadas a nivel nutricional, u otras condiciones orgánico-médicas. El peso es un indicador global
de la masa corporal que, al ser comparada con otras medidas, como la talla y la edad, dan cuenta
de la salud y nutrición del niño. La circunferencia medio braquial o circunferencia del brazo, es una
medida directa del estado nutricional que refleja reservas tanto calóricas como proteicas del niño
(Montesinos-Correa, 2014).

¿Sabía que...?
En Colombia los índices de crecimiento físico varían según la región del
país por factores de etnia, cultura y pobreza.

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Estas medidas son especialmente útiles al ser contrastadas entre sí y configurar índices de
crecimiento, es decir, puntajes que muestran en qué medida y en qué dirección se sitúa la
medición antropométrica de un niño, con respecto al promedio de su sexo y edad, establecido
por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los patrones de crecimiento infantil (Gómez-
Campos et al., 2016). Estos índices de crecimiento físico también son útiles para dar cuenta del
estado nutricional y de salud de las poblaciones, expresados en términos de prevalencia, es decir,
qué porcentaje de la población se encuentra por debajo, en la media o por encima de los estándares
mundiales nutricionales establecidos por la OMS (Montesinos-Correa, 2014). Los índices más
utilizados son la talla para la edad (T/E), peso para la edad (P/E), peso para la talla (P/T), CMB para la
edad e índice de masa corporal para la edad.

De la misma forma, otro patrón de crecimiento importante a considerar en la primera infancia es


la dentición o el proceso de crecimiento de los dientes a través de las encías de la boca en los niños
entre 0 y 6 años. Este aspecto no solo es un indicador de la salud oral propiamente dicha, sino que
guarda relación directa con aspectos del crecimiento físico como el estado nutricional del niño,
especialmente entre los 0 y los 3 años, las condiciones nutricionales de la madre en el momento de
la gestación, las condiciones de lactancia materna y el desarrollo esquelético craneofacial (Armas
et al., 2020). Los parámetros de dentición sana o inadecuada son determinados por profesionales
en odontología o pediatría, en consideración a medidas estandarizadas, antecedentes familiares,
condiciones ambientales y de alimentación.

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3. El crecimiento por etapas

El crecimiento físico es un proceso evolutivo que inicia desde la gestación y continúa posterior al
nacimiento hasta la adultez. A continuación, vamos a hacer una revisión general de cada una de las
etapas de crecimiento que tienen lugar en la primera infancia, es decir, desde la concepción hasta los
5 años, divididas en 4 partes: prenatal, neonatal, 6 meses a 2 años, y 2 años a 5 años.

3.1. Etapa prenatal

Esta etapa corresponde al periodo de gestación o embarazo que ocurre generalmente durante 37 a 42
semanas que, a su vez, se puede dividir en 3 trimestres, que van desde la concepción hasta el nacimiento.

El primer trimestre, compuesto desde la semana 1 a la semana 13, inicia con la concepción o
fertilización, entendida como la unión entre el espermatozoide y el óvulo para producir un cigoto
(Papalia et al., 2012), que enseguida inicia un acelerado proceso de multiplicación celular hasta
formar las estructuras básicas de los sistemas que configuran una vida humana. Entre la semana 1 y
la 8, a esta fase de crecimiento celular se le conoce como etapa embrionaria, durante la cual ocurren
complejos procesos micro celulares en los que el ADN (ácido desoxirribonucleico) de madre y padre
se mezclan y dotan a la nueva vida de un código genético, la cual es la información hereditaria que
posteriormente influirán sobre aspectos como la apariencia física, la personalidad, la salud, entre otros
(Papalia et al., 2012).

Desde la semana 8 se conoce como el periodo fetal, en el que el organismo ya ha comenzado


a formar las estructuras base de los sistemas de órganos que componen el cuerpo. Este primer
trimestre es especialmente importante debido a la vulnerabilidad del embrión ante factores externos
como la nutrición y el estilo de vida en la madre, ya que puede causar daños irreversibles en el
crecimiento embrionario; además, es el periodo de mayor riesgo de aborto o de configuración de
patologías congénitas (Aguirre et al., 2017).

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Cómo mejorar...
El consumo de alcohol, tabaco y otras drogas en el primer trimestre de
embarazo aumentan la posibilidad de malformaciones congénitas.

El segundo trimestre, entre la semana 14 y 27, se conoce como un periodo de crecimiento fetal,
en el que los órganos empiezan a tomar forma y funcionar como lo harían posterior al nacimiento.
Crecen en tamaño y peso. Los diferentes sistemas, como el circulatorio, el respiratorio y el nervioso,
empiezan a funcionar con mayor complejidad, aunque aún no cuentan con la madurez suficiente para
sobrevivir por fuera del vientre (Papalia et al., 2012). En este periodo, especialmente, es esencial la
nutrición y la salud de la madre para un sano crecimiento y desarrollo del organismo en gestación.

El tercer trimestre, compuesto entre la semana 28 hasta el nacimiento, se caracteriza por un


acelerado crecimiento cerebral, en el que las funciones nerviosas hacen del bebé un ser más
consciente y reactivo a los estímulos externos, como la voz de la madre, la música o la luz, ya que sus
sentidos y cerebro empiezan a madurar. Al mismo tiempo que sus órganos crecen y maduran, gana
masa muscular y aumenta aceleradamente de peso y talla, lo que garantiza las reservas nutricionales
suficientes para sobrevivir al nacimiento (Papalia et al., 2012).

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3.2. Periodo neonatal y lactante (0 a 6 meses)

Este periodo está comprendido desde el nacimiento hasta los 6 meses de edad. Inicia, entonces,
con el trabajo de parto, un momento trascendental para la madre y su bebé, que puede comprender
entre 12 y 14 horas. Parte de una serie de cambios hormonales y disposiciones fisiológicas en la mujer
que le van preparando para el nacimiento, el cual ocurre cuando el cuerpo del bebé sale de la madre
por medio de las contracciones. Posteriormente la madre expulsa la placenta y es cortado el cordón
umbilical (Unicef et al., 2019). El parto es considerado un momento de riesgo para la salud de la
madre y el bebé, puesto que puede conllevar múltiples complicaciones como, por ejemplo, la asfixia
perinatal, es decir, el déficit de oxígeno en el cerebro del bebé que, a su vez, puede causar problemas
posteriores en el neurodesarrollo, además de otro tipo de riesgos, como el bajo peso al nacer, la
inmadurez pulmonar, entre otros factores que pueden afectar la salud de la madre y el niño; por ende,
la asistencia médica es fundamental durante todo el trabajo de parto y las horas posteriores (Papalia et
al., 2012).

¿Sabía que...?
Los controles prenatales y la psicoprofilaxis en el embarazo aumenta la
probabilidad de tener un parto saludable.

El neonato, como es llamado el bebé desde su nacimiento hasta las 4 semanas de vida, debe ser
sometido a una serie de tamizajes y revisiones médicas que dan cuenta de la salud de su crecimiento
físico, entre estas, la toma de talla y peso, color de la piel, temperatura, presión arterial, reflejos y
funciones vitales básicas (respiración, circulación entre otras). Una de las escalas más usadas es
la Apgar, aplicada 5 minutos después del nacimiento. Mide apariencia, pulso, gestos, actividad y
respiración (Papalia et al., 2012).

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Posteriormente, se desarrollan otros controles médicos específicos y procedimientos fundamentales
como la vacunación y la primera lactancia materna.

Entre el primer mes de vida y el sexto, el crecimiento físico del bebé afronta una serie de retos
importantes para su salud y su futuro, entre ellos está la recuperación del peso perdido durante el
periodo neonatal (primer mes), el acondicionamiento de su cuerpo al medio ambiente en términos
de temperatura, alimentación y sueño, además del proceso propio que vive la madre frente a la
recuperación del embarazo, la lactancia materna y el cuidado del recién nacido (Unicef et al., 2019).
Este periodo de vida está especialmente amenazado por riesgos en salud derivados de infecciones,
enfermedades y accidentes que generan la mortalidad infantil (primer año de vida), no obstante, la
mayoría de estos riesgos son prevenibles desde los procesos de inmunización, atención en salud y
cuidado integral, para lo cual es fundamental el apoyo institucional en cuanto a acceso a servicios
médicos, educación en salud y acceso a los programas de promoción y detección temprana que serán
tratados posteriormente (Cancino et al., 2013).

¿Sabía que...?
El mayor periodo de riesgo para muerte súbita en lactantes es entre los 2
y 4 meses de edad.

En cuanto al crecimiento físico de los 0 a 6 meses, este se concentra en la ganancia de peso, el cual
se duplica durante este periodo, además de un proceso de maduración de sistemas vitales como el
respiratorio y el digestivo. A nivel muscular y óseo el bebé gana la masa y la fuerza necesaria para
dar paso a los primeros alcances a nivel psicomotriz y de locomoción, como el sostén cefálico, la
sedestación y el arrastre. En general, sus sentidos de tacto, olfato, gusto, audición y visión se maduran
y le permiten al bebé ir percibiendo mejor el ambiente que le rodea (Papalia et al., 2012).

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3.3. Crecimiento físico de 6 a 24 meses

A partir de los 6 meses de edad se espera que el bebé ya haya alcanzado un nivel de crecimiento
suficiente para empezar un reconocimiento del mundo mucho más enriquecido, con sus sistemas
orgánicos más maduros y un sistema inmunológico fortalecido. A los 6 meses se inicia la alimentación
complementaria. Además de la lecha materna puede tener la ingesta de una variedad de alimentos
entre frutas, verduras, cereales y proteínas, que nutricionalmente serán necesarias para continuar
la ganancia de peso y talla esperados para su edad, además de proveer la energía suficiente para
sostener el incremento de la actividad física del niño, puesto que la exploración del mundo conlleva
locomoción y un gasto incrementado de calorías.

¿Sabía que...?
En Colombia el Ministerio de Salud y Protección Social y el ICBF cuentan
con guías y minutas alimentarias de uso público para niños entre 6 y 24 meses.

En este sentido, el crecimiento físico continúa en relación recíproca con la naciente curiosidad por
explorar el mundo, usando para ello todo su cuerpo, sentidos y sistemas corporales. Un ejemplo
bastante concreto es la dentición, en la medida en que el bebé tiene la oportunidad de “morder” y
usar sus encías mientras explora los objetos o consume sus primeros alimentos, los dientes empezarán
a brotar en más o menor tiempo (Armas et al., 2020). Pero, así mismo, el fortalecimiento de su tono
muscular y la estructura ósea se dará en la medida en que el bebé se vea motivado a moverse y usar
su cuerpo para alcanzar objetos o estímulos llamativos, tanto que en esta etapa se logran hitos del
desarrollo motor como el gateo y la marcha. En otras palabras, el crecimiento físico continúa su curso
en sincronía con la exploración del ambiente circundante.

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En cada uno de los sistemas del cuerpo, el organismo gana funcionalidad y resistencia, haciéndose
menos vulnerable a las amenazas del ambiente; por ejemplo, el sistema inmunológico mejora bastante
con relación a los primeros meses de vida, protegiéndolo de gérmenes y bacterias con los que se
encontrará en el proceso de exploración del mundo. Así mismo, la tolerancia digestiva a ciertos
tipos de alimentos, como los lácteos, el huevo, las carnes o los granos, le permiten aumentar sus
alternativas nutricionales. No obstante, al igual que en los primeros seis meses, este seguirá siendo un
periodo que requiere de cuidado integral en aspectos como la vacunación, la educación en salud, la
asistencia médica y la prevención de accidentes (Lamus, 2013).

¿Sabía que...?
En Colombia la principal causa de mortalidad de niños entre 6 y 24 meses son
las infecciones respiratorias y diarreicas.

3.4. Crecimiento físico entre los 2 y 5 años

Este es un periodo bastante amplio de la primera infancia, que coincide con hitos del desarrollo muy
complejos como el lenguaje formal y el aprestamiento prescolar. Sin embargo, a nivel del crecimiento
físico se pueden describir algunas características generales.

En primer lugar, durante este periodo el crecimiento, en términos de talla y peso, se regula y se hace
más lento, pero más consistente que en los primeros dos años de vida; así mismo, se espera que los
hábitos de sueño y alimentación estén regulados y el niño cuente con unas rutinas básicas, similares
a las rutinas de la familia. Es decir, que el niño tenga cinco comidas al día, con horarios y condiciones
establecidas. Su plato será nutricionalmente balanceado, como el de los adultos, pero con porciones
más pequeñas, puesto que se espera que ya consuman alimentos de todos los grupos alimenticios.
Es importante mencionar que a partir de los 2 años la lactancia materna ya no es necesaria ya que se
espera que la ingesta de alimentos sea lo suficientemente variada y nutritiva, aunque no tiene ninguna
contraindicación continuarla.

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En el caso del ciclo sueño-vigilia, a partir de los tres años se espera que el niño duerma solamente
durante la noche, entre 10 y 12 horas, y mantenga una alta capacidad de actividad durante el día. De
esta misma manera, las rutinas, en general, son un aspecto ordenador del sano crecimiento de los
niños entre 2 y 5 años, en elementos como la higiene y el autocuidado.

En términos del crecimiento osteomuscular, el tronco y las extremidades del niño seguirán creciendo,
dando mayor simetría entre el tamaño de su cabeza y el cuerpo, puesto que en los primeros dos años
el crecimiento de la cabeza se daba en mayor proporción que en el cuerpo (Papalia et al., 2012). Este
aspecto posibilita avances significativos del niño en el desarrollo motriz, dando paso a la posibilidad de
aprender destrezas y habilidades físicas complejas como los deportes, la gimnasia, entre otros.

¿Sabía que...?
En Colombia, uno de los principales motivos de ingreso por urgencias de niños
de 2 a 5 años son los accidentes caseros.

En consecuencia, los demás sistemas del organismo siguen madurando y ganando funcionalidad.
Uno de los ejemplos más relevantes es el control de esfínteres, que debe ocurrir entre 2 y 4 años,
entendido como la capacidad para contraer voluntariamente la vejiga y el intestino, permitiendo
al niño avisar o acudir oportunamente al baño. Este no solo es un indicador de salud a nivel de
crecimiento biológico, sino que también coincide con el desarrollo de habilidades de conciencia
corporal asociadas al desarrollo cognitivo y el neurodesarrollo (Maganto y Cruz, 2004).

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4. Crecimiento físico y cuidado integral en Colombia

El cuidado integral del crecimiento físico durante la primera infancia en Colombia se desarrolla a
nivel institucional desde la vigilancia, el seguimiento y la intervención desde ámbitos y aspectos de la
salud pública como la salud nutricional, la salud oral, la lactancia materna y los procesos de atención
primaria en salud, como la inmunización, la prevención de las enfermedades prevalentes de la infancia,
y las consultas de promoción y detección temprana (Unicef et al., 2019). A continuación, revisaremos
brevemente algunos de estos aspectos.

¿Sabía que...?
En Colombia, la vacunación, los controles prenatales, neonatales, las consultas
de prevención y detección temprana, son gratuitos, aunque no se cuente con
afiliación a una EPS

4.1. Nutrición y crecimiento físico

La salud nutricional se refiere al proceso en que el organismo obtiene los nutrientes o sustancias
bioquímicas suficientes para el sano crecimiento y funcionamiento de todos los órganos. Desde
el mismo concepto es explícita la relación directa entre la nutrición y el crecimiento físico, siendo
la salud nutricional una condición sin la cual no es posible un crecimiento adecuado, tanto que los
principales patrones e índices de crecimiento físico son criterios nutricionales, es decir, indicadores de
qué tan bien o mal nutrido se encuentra una persona, es el caso del peso, la talla o el índice de masa
corporal (Gómez-Campos et al., 2016).

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Especialmente, en la primera infancia la nutrición juega un papel fundamental para el crecimiento del
niño desde la etapa intrauterina, el nacimiento y los años posteriores, por ejemplo, aspectos como
una inadecuada alimentación de la madre o la deficiencia específica de nutrientes como el ácido
fólico, el zinc o el hierro, se relacionan directamente con mayor probabilidad de abortos espontáneos,
malformaciones y condiciones patológicas al nacer, y alteraciones en el crecimiento óseo, entre otros
(Unicef, 2019).

En la compresión del estado nutricional de un niño, como indicador del crecimiento físico, es
necesario conocer algunos conceptos básicos relacionados con posibles problemas en la nutrición
infantil: malnutrición, desnutrición y sobrealimentación. La malnutrición ocurre cuando la ingesta
alimentaria no es acorde a las necesidades nutricionales del organismo. Puede darse por deficiencias
(desnutrición) o por excesos (sobrealimentación), considerando que para cada momento del curso
de vida existen diferentes necesidades nutricionales. La desnutrición se refiere a la falta de nutrientes
causada por inadecuada alimentación u otras condiciones médicas. La sobrealimentación es cuando la
cantidad de nutrientes de un cuerpo sobrepasan sus necesidades nutricionales, dando como resultado
el sobrepeso o la obesidad (De La Cruz, 2015).

En este sentido, la salud nutricional no solo influye en el crecimiento físico y la salud del niño,
sino también en otros procesos de desarrollo a nivel cerebral que, a su vez, son la base para el
funcionamiento mental en aspectos como el aprendizaje y el desarrollo cognitivo (De La Cruz, 2015).
Por tanto, la nutrición se considera un eje fundamental en los procesos de crecimiento y desarrollo en
la primera infancia.

4.2. Lactancia materna y crecimiento físico

La lactancia materna es el proceso natural en el que una madre alimenta a su hijo con la leche
materna, la cual se considera la principal y suficiente fuente nutricional para el niño desde el
nacimiento hasta, al menos, los 6 meses de edad, y un complemento nutricional excepcional desde
los 6 meses hasta los 2 años. Por tanto, la promoción de la lactancia materna a nivel mundial es
la estrategia más eficaz para combatir la desnutrición recomendada por la OMS y los principales
referentes institucionales en salud y primera infancia (Unicef et al., 2019).

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¿Sabía que...?
La estimulación de la lactancia no depende de factores como la ingesta de
aromáticas o recetas “milagrosas”. El secreto está en estimulación que genera
la succión del bebé.

En términos de crecimiento físico, la lactancia materna es otro eje fundamental que implica valiosos
beneficios para los niños de 0 a 2 años, puesto que se relaciona con una mejor formación de órganos
y huesos durante los primeros meses, fortalece el sistema inmunológico, favorece el crecimiento
del cerebro, regula el peso del recién nacido y ayuda a prevenir enfermedades. De la misma manera,
conlleva otros beneficios en el plano del desarrollo emocional y afectivo del niño, así como la salud y
recuperación posparto de la madre (Woodhead et al., 2012).

La OMS recomienda brindar lactancia materna exclusiva de los 0 a los 6 meses de edad, es decir,
alimentar al niño únicamente con la leche materna. En este periodo no se requiere el suplemento de
ningún otro alimento. Posterior, se recomienda la lactancia materna complementaria, es decir, brindar
la lecha materna como complemento a otros alimentos en el marco de una dieta nutricional amplia y
diversa hasta los 2 años (Unicef et al., 2019).

4.3. Atención primaria en salud

Un tercer aspecto fundamental del crecimiento físico es la atención primaria en salud; esta se refiere
a los procesos de atención integral e integrada desde la salud pública, la prevención de la enfermedad,
la detección temprana y la gestión de los riesgos en salud (Ley 1438 de 2011). Con respecto a la
primera infancia, esto incluye acciones como la consulta preconcepcional para futuros padres, los
controles prenatales para gestantes, las consultas de crecimiento y desarrollo desde los 0 a los 9 años,
los controles y seguimientos médicos, las acciones de educación en salud para madres y cuidadores,
y la prevención y manejo de las enfermedades prevalentes en la infancia (infección respiratoria aguda
[IRA] y enfermedad diarreica aguda [EDA]) (Lemus et al., 2007).

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¿Sabía que...?
En Colombia, el cuidado integral del crecimiento y desarrollo inicia desde la
consulta preconcepcional para futuros padres.

Cada uno de estos aspectos tiene como objetivo proteger la salud y el crecimiento físico saludable
de los niños desde una perspectiva de la prevención de la enfermedad, la gestión del riesgo y la
promoción de la salud. Un ejemplo muy destacado es el PAI (Plan Ampliado de Inmunización),
que se refiere al esquema de vacunación básico para niños, especialmente entre 0 y 6 años, el cual
ha mostrado un impacto importante en la reducción de la mortalidad y la morbilidad infantil por
enfermedades prevenibles, incluso llegando a la erradicación y eliminación de dichas enfermedades
como, por ejemplo, la poliomielitis, la tuberculosis y el sarampión (Unicef et al., 2019).

5. A manera de conclusión

El crecimiento físico en la primera infancia se refiere a los cambios evolutivos que ocurren en un
organismo desde la concepción hasta los 5 años de vida, pasando por etapas como el crecimiento
intrauterino (gestación) que a su vez se divide en periodo embrionario y fetal, el nacimiento y,
posterior a este, la etapa de 0 a 6 meses, que comprende el periodo neonatal o de recién nacido
(de cero a 7 días) y el periodo de lactante (hasta los 6 meses). Posteriormente, se reconocen las
etapas de 6 a 24 meses y de los 2 a 5 años. En cada una de ellas ocurren cambios específicos en
el organismo, en la estructura osteomuscular, en los sistemas vitales básicos, y en el peso y la talla.
Durante todos los momentos del crecimiento físico, el ambiente y el contexto juegan un papel
determinante, como un factor protector o amenazante del crecimiento. Se destaca la importancia
de la nutrición, la inmunización, la asistencia médica, las condiciones socioculturales y las prácticas de
cuidado integral.

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Referencias
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INFORMACIÓN TÉCNICA

Módulo: Fundamentos del Desarrollo en la Primera Infancia I


Unidad 2: Crecimiento físico y neurodesarrollo en la primera
infancia
Escenario 3: Crecimiento físico en la primera infancia

Autor: Jaime Alberto Castro Martínez

Asesora Pedagógica: Ivon Tatiana Parra Astroz


Diseñador Gráfico: Carlos Enrique Bermúdez Andrade

Este material pertenece al Politécnico Grancolombiano.


Prohibida su reproducción total o parcial.

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