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PROTOCOLO DE

TDAH

EVITANDO
COMORBILIDADES

Aproximadamente el 10% de
los niños diagnosticados con
TDAH tienen tres o más
comorbilidades.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad
(TDAH) se caracteriza por dificultad para mantener la
concentración en las actividades y un comportamiento
inquieto e impulsivo, que puede interferir con el
desarrollo académico y las interacciones sociales.
Alrededor del 70% de las personas diagnosticadas con
TDAH también tienen comorbilidades asociadas, que
pueden aumentar el nivel de deterioro funcional y
perjudicar la calidad de vida.

Según la Asociación Brasileña de Déficit de Atención


(ABDA), aproximadamente el 10% de los niños
diagnosticados con TDAH tienen tres o más
comorbilidades. Además, el informe de
recomendaciones del Ministerio de Sanidad sobre el
TDAH señala que alrededor del 85% de los adultos con
el trastorno presentan comorbilidades. La alta
prevalencia de enfermedades coexistentes aumenta la
complejidad del diagnóstico y tratamiento, requiriendo
abordajes específicos para cada caso.

Las comorbilidades más comunes asociadas con el


TDAH son los trastornos de ansiedad, los trastornos del
estado de ánimo, los trastornos del aprendizaje, los
trastornos de conducta y los trastornos del espectro
autista. Es importante que los profesionales sanitarios
sean conscientes de estas posibles comorbilidades y
realicen una valoración completa de los síntomas que
presentan los pacientes.
El tratamiento del TDAH en pacientes con
comorbilidades requiere un abordaje multidisciplinar,
involucrando a diferentes profesionales de la salud,
como psicólogos, psiquiatras, logopedas y terapeutas
ocupacionales. El tratamiento puede incluir terapia
conductual, terapia cognitivo-conductual, medicación y
otras intervenciones específicas para cada comorbilidad
identificada.

La terapia conductual y la terapia cognitivo-conductual


ayudan a desarrollar habilidades sociales y emocionales,
además de promover estrategias para afrontar el TDAH y
las comorbilidades asociadas. Los medicamentos, como
el metilfenidato y la atomoxetina, se utilizan
habitualmente para tratar el TDAH, pero deben ser
recetados y controlados por un médico especializado.

Además, es fundamental que los pacientes con TDAH y


comorbilidades sigan una rutina diaria saludable, que
incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y sueño
adecuado. Practicar actividades físicas y pasatiempos
que proporcionen placer y relajación también puede
ayudar a controlar los síntomas del TDAH y gestionar las
comorbilidades asociadas.

En resumen, el TDAH a menudo se asocia con


comorbilidades que pueden interferir con la calidad de
vida.
de pacientes. El tratamiento adecuado debe ser
personalizado y multidisciplinar, implicando a
diferentes profesionales sanitarios e intervenciones
específicas para cada caso. Gestionar las
comorbilidades asociadas al TDAH también implica la
adopción de hábitos saludables, la práctica de
actividades físicas y pasatiempos agradables y un
seguimiento médico periódico.
¿Cuáles son las comorbilidades más
comunes del TDAH?

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad


(TDAH) suele ir acompañado de otras afecciones de
salud mental. Una de las comorbilidades más comunes
en niños con TDAH es el Trastorno de Oposición
Desafiante (TOD), una condición conductual
caracterizada por arrebatos de ira, agresión,
provocación y desobediencia. Los estudios muestran
que el ODD está presente hasta en el 41% de los casos
de TDAH.

Otros trastornos comunes que a menudo se asocian con


el TDAH incluyen el trastorno de ansiedad (25 % a 35
%), el trastorno de conducta (25 %), la depresión (10 %
a 30 %) y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) (10 %
a 17 % ).

Cuando se trata de adultos con TDAH, los principales


problemas de salud coexistentes son problemas de
ansiedad (47,1% a 19,5%), trastornos del estado de
ánimo (38,3% a 11,1%), abuso de sustancias (15,2% a
5,6%) y trastorno explosivo intermitente ( 19,6%).

Además, los estudios demuestran que las personas con


TDAH tienen mayor riesgo de desarrollar obesidad, con
una prevalencia del 70% en adultos y del 40% en niños.
¿Cómo afectan las comorbilidades
a los síntomas del TDAH?

Las comorbilidades tienen la capacidad de intensificar


algunos de los síntomas del TDAH, resultando en daños
aún mayores para el desarrollo de los niños y la vida de
los adultos, tanto en sus relaciones personales como
profesionales. En este sentido, podemos mencionar el
empeoramiento de:

Problemas de aprendizaje: aproximadamente una


cuarta parte de los niños diagnosticados con TDAH
también tienen dislexia, lo que dificulta aún más el
estudio, especialmente la lectura.

Ansiedad - la combinación de ansiedad y síntomas de


TDAH hace que el paciente tenga mayor dificultad
para interactuar con otras personas, y en casos de
adultos, puede comprometer su desempeño
profesional.

Cambios de humor: niños con TDAH y


Los trastornos del estado de ánimo presentan mayor
inestabilidad emocional, problemas sociales y
dificultades de conducta, que interfieren en su desarrollo
debido a periodos de depresión y apatía total, así como
irritabilidad extrema.
¿Cómo influyen las comorbilidades
en el tratamiento del TDAH?

En general, el tratamiento del TDAH combina el uso de


medicación, sesiones de psicoterapia y la implicación de
otros profesionales de la salud, como logopedas,
terapeutas ocupacionales, pedagogos, fisioterapeutas y
otros. También se orienta a padres y educadores para
que desarrollen técnicas específicas en el hogar y en la
escuela.

Sin embargo, cuando existen comorbilidades, el


tratamiento debe ajustarse según la condición específica
del paciente. Por ejemplo, si un niño con TDAH también
tiene dislexia, el tratamiento debe incluir actividades
específicas para mejorar su capacidad de lectura. En el
caso de la ansiedad, las sesiones de psicoterapia deben
adaptarse para abordar este aspecto.

Por tanto, es fundamental que el tratamiento sea


personalizado para cada individuo, teniendo en cuenta la
presencia de otras afecciones médicas que puedan
influir en el TDAH.

La presencia de comorbilidades hace más complejo el


tratamiento del TDAH, ya que es necesario considerar la
trastorno asociado y tratar el síntoma que más perjudica
la vida del paciente. En caso de ansiedad es común el
apoyo psicológico con terapia cognitivo-conductual y
medicamentos específicos para aliviar los síntomas. Para
los síntomas depresivos derivados del TDAH, los
medicamentos indicados para el trastorno pueden
reducir estos síntomas; en caso contrario, se
recomiendan medicamentos específicos para la
depresión. En el caso del Trastorno de Oposición
Desafiante (TND), los medicamentos indicados para
controlar los síntomas del TDAH son capaces de aliviar el
TND. Además, se recomienda capacitar a los padres con
asistencia psicológica para que puedan monitorear y
afrontar situaciones.

Es importante que las familias de niños con


comorbilidades de TDAH y adultos diagnosticados con el
trastorno comprendan que es posible vivir con el
trastorno y tener calidad de vida con un diagnóstico y
tratamiento adecuados. Esto requiere un seguimiento
constante por parte de un equipo multidisciplinario, que
incluya consultas con un psicólogo, logopeda y un
equipo de profesionales que colaboren en el desarrollo
del paciente, consultas periódicas para controlar el
tratamiento farmacológico y la evolución del paciente, y
la implicación de la escuela para intercambiar
información con padres sobre las dificultades y logros
del niño con TDAH.
También es importante aclarar que los niños con TDAH
no presentan un déficit de inteligencia, sino conductas y
mecanismos de aprendizaje que dificultan el avance en
sus estudios. Un tratamiento adecuado puede ayudar
con las dificultades en las relaciones, permitiendo que
los pacientes con TDAH sean incluidos en cualquier
entorno, desde la escuela hasta el lugar de trabajo.
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