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XXXVII REUNIÓN DE LA SENFC

TÉCNICAS QUIRÚRGICAS ANTIÁLGICAS TÉCNICAS CIRÚRGICAS ANTI-ÁLGICAS


Resumen. Objetivo. Realizar una revisión de todas las técnicas neu- Resumo. Objectivo. Efectuar uma revisão de todas as técnicas neu-
roquirúrgicas que se utilizan actualmente para el alivio del dolor. rocirúrgicas actualmente utilizadas para o alívio da dor. Desenvol-
Desarrollo. Las técnicas descritas van desde las clásicas interven- vimento. As técnicas descritas encontram-se desde as clássicas in-
ciones lesivas como son la neurotomía, rizotomía, cordotomía, me- tervenções invasivas, como a neurotomia, rizotomia, cordotomia,
sencefalotomía, talamotomía, hipotalamotomía, cingulotomía, leu- mesencefalotomia, talamotomia, hipotalamotomia, cingulotomia,
cotomía e hipofisectomía, hasta las más modernas y sofisticadas leucotomia e hipofisectomia, até às mais modernas e sofisticadas,
como son la neuroestimulación medular y cerebral, así como la como a neuro-estimulação medular e cerebral assim como a admi-
administración de morfina espinal mediante bombas de perfusión nistração de morfina espinal por meio de bombas de perfusão con-
continua. Además de la técnica se comentan las indicaciones, resul- tínua. Além da descrição da técnica, são comentadas as indicações,
tados y complicaciones más frecuentes. Conclusión. Puede afirmar- resultados e complicações mais frequentes. Conclusão. Pode-se afir-
se que con este armamentarium la medicina moderna puede contro- mar que com este armamentarium, a medicina moderna pode con-
lar o aliviar más del 90% de los dolores rebeldes al tratamiento trolar ou aliviar mais de 90% das dores resistentes ao tratamento
farmacológico [REV NEUROL 2000; 30: 562-7]. farmacológico [REV NEUROL 2000; 30: 562-7].
Palabras clave. Cirugía. Dolor. Morfina espinal. Neuroestimulación. Palavras chave. Cirurgia. Dor. Morfina espinal. Neuro-estimulação.

Monitorización neurofisiológica en la terapia del dolor


F. Fernández-González, F. Seijo a, C. Valles, R. Fernández-Alonso

NEUROPHYSIOLOGICAL MONITORING IN THE TREATMENT OF PAIN


Summary. Introduction. The concept of transynaptic deafferentation secondary to a lesion is the basis of the therapeutic criteria of
functional neurosurgery. Development. Pain due to deafferentation requires clinical neurophysiological techniques for characteriza-
tion, and when appropriate, for localization of the level of the lesion and the ectopic focus or foci which cause the pain syndrome.
However, monitoring therapeutic interventions in the pain clinic is an ever increasing need, and obliges the clinical neurophysiologist
to master the range of techniques involved in his specialty, so that he can use the most suitable techniques and methods as required
by each condition and/or case. The use of techniques such as micro-recordings of the unitary or multiunitary activity of the nerves or
nuclei, intracerebral evoked potentials, nociceptive evoked potentials, reflexology, polysomnography and topography, together with
techniques such as percutaneous objective localization of deep nerves, allows quantitative evaluation pre-, intra- and postoperative.
Conclusion. The development of neuromodulation, and in particular of acute or long-term neurostimulation by use of percutaneous
techniques, offers an effective therapeutic option in the field of clinical neurophysiology [REV NEUROL 2000; 30: 567-76].
Key words. Cordectomy. Cost-effectiveness. Dorsal root entry zone. Mesencephalotomy. Monitoring. Neurostimulation. Pain.
Thalamotomy.

INTRODUCCIÓN Dentro de este contexto, un ámbito de demanda hacia la Neu-


La contribución en técnicas y metodologías que actualmente provee rofisiología Clínica, con un rápido crecimiento, es el representado
la Neurofisiología Clínica permite valorar, evaluar y presentar de un por la monitorización neurofisiológica de los procedimientos tera-
modo efectivo el compromiso de los componentes o sistemas neura- péuticos, en este caso en concreto, en la clínica del dolor. Sean estos
les involucrados en el dolor [1]. El neurofisiólogo clínico tanto para procedimientos percutáneos, estereotáxicos o con campo abierto
abordar el estudio de un dolor normal (nociceptivo), como para el [9-11], la monitorización neurofisiológica pre, intra y postinterven-
diagnóstico y tratamiento de un dolor anormal (neuropático) [2-5], ción en su conjunto representa un papel muy efectivo. La presente
dispone y ofrece, en la práctica clínica actual, un conjunto de herra- aportación tiene por objeto desarrollar una breve exposición sobre
mientas de bajo o moderado coste. Estas herramientas abarcan desde nuestra modesta experiencia en las demandas actuales de monito-
elregistrodelaactividadneuronalunitariaomultiunitariaenelnervio rización en la clínica del dolor.
periférico o en la profundidad del encéfalo o la médula espinal, hasta
la detección de dipolos bioeléctricos cerebrales relacionados con
MATERIAL Y MÉTODOS
estímulos de un tipo específico de aferente neuronal, y pueden inte-
grar y correlacionar dicha información con la que proveen técnicas El criterio de eficacia en la utilización de recursos nos obliga a disponer de
tales como la tomografía por emisión de positrones (PET) o la reso- equipamientos de doble uso; esto es, empleamos los mismos equipos de
electromiografía, con soporte software para potenciales evocados somesté-
nancia magnética funcional (RMf) [6-8]. sicos (PES), auditivos y visuales, que utilizamos en la práctica clínica habi-
tual. El registro con microelectrodos, que requieren un amplificador de alta
Recibido: 03.11.99. Aceptado: 19.11.99. impedancia de entrada y una óptima relación señal ruido, lo realizamos
mediante un amplificador WPI DAM-80 WPI, como previo de un electro-
Servicio de Neurofisiología Clínica. a Servicio de Neurocirugía. Hospital miógrafo MEDELEC Premier o MEDELEC Zaphiro. En aplicaciones espe-
Central de Asturias. Oviedo, España.
cíficas, utilizamos un BIOLOGIC Brain Atlas III. Los electrodos de registro
Correspondencia: Dr. Fernando Fernández-González. Servicio de Neuro- y/o estimulación empleados suelen corresponderse con los de uso general;
fisiología Clínica. Hospital Central de Asturias. Celestino Villamil, s/n. en algunas aplicaciones, utilizamos los realizados ad hoc por nosotros mis-
E-33006 Oviedo. Fax: +34 98525 6584. E-mail: nfcffg@hca.es mos [12] o bien, en el caso de los semimicroelectrodos del tipo Ohey, usamos
 2000, REVISTA DE NEUROLOGÍA los comercializados por Unique Medical Co. Ltd.

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DOLOR ANORMAL fibras aferentes-aferentes, aferentes-eferentes o viceversa, con la


Para nuestro propósito, el término dolor anormal o neuropático correspondiente repercusión clínica.
indica el dolor causado por una lesión o disfunción del sistema Como ya hemos referido con anterioridad, después de una
nervioso central o periférico. En este sentido, el término dolor neu- lesión periférica se pueden observar cambios en el asta posterior
ropático periférico se aplica al causado por una noxa en el nervio o de la médula espinal, hasta el grado de que las neuronas sensitivas
la raíz, mientras que dolor neuropático central informa sobre el secundarias, después de la desaferentización, desarrollan su pro-
procedente de la médula espinal o áreas más rostrales del sistema pia fisiopatología. En otros términos, las neuronas sensitivas se-
nervioso central. El dolor central tiende a considerarse como expre- cundarias del asta posterior, después de una lesión del nervio
sión de dos tipos básicos: el dolor central espontáneo o generado en periférico, comienzan a desencadenar conductas anómalas tales
el propio sistema nervioso central y el dolor central periféricamente como descargar espontáneamente, aumentar su área receptiva,
inducido. Ambos tipos de dolor central son expresión de la neuro- prolongar sus posdescargas, etc. Se ha constatado que las lesiones
plasticidad [13,14] por la que el sistema nervioso se reorganiza de bulbares de los núcleos gracillis y cuneatus causan desaferentiza-
forma temprana o a largo plazo, como respuesta a las alteraciones ción y modificación en la representación somática de las áreas
producidas por una noxa [15,16]. somatosensoriales del córtex y tálamo [20]. La presencia de estas
Tanto en el caso del dolor neuropático periférico como en el del características fisiopatológicas de neuroplasticidad transináptica,
dolor central, sus formas de presentación como proceso estableci- descarga anormal y/o ectópica, hipersensibilidad ante estímulos,
do, intermitente o evocado [17] expresan la desaferentización resul- transmisión efáptica, prolongadas posdescargas, etc. como resul-
tante de la lesión del sistema nervioso periférico o central. Se trate tado de una lesión, pueden contribuir a hacernos comprender
de un dolor neuropático o dolor por desaferentización o de un dolor cuadros clínicos como la alodinia, intenso dolor como respuesta
nociceptivo, entendido éste bajo el criterio de Sherrington de exce- a un estímulo no doloroso. Además, nos obliga a centrar nuestra
so de nocicepción [18], ambos dolores inducen cambios o reorga- atención sobre los síndromes de doble lesión, bien se correspon-
nizaciones del sistema nervioso que pueden manifestarse en la tria- dan con el más simple y frecuente –indicado anteriormente– de
da: aumento en el tamaño de áreas receptoras, aumento en la exci- respuesta a la compresión del nervio mediano, o el más complejo
tabilidad neuronal y/o pérdida de la capacidad codificadora. de diagnóstico como, por ejemplo, el correspondiente a la presen-
En términos generales, el dolor por desaferentización, central o cia de la triada: trastornos clínicos, neurofisiológicos y urodiná-
periférico, es la consecuencia de un funcionamiento anormal del micos de nivel lumbosacro en pacientes con lesiones espinales a
sistema somatosensorial, se acompañe o no dicha anomalía de sín- nivel cervical o torácico [21].
tomas que reflejen hiperactividad simpática. Este funcionamiento En un listado del dolor neuropático periférico pueden identi-
anormal tiene como base las modificaciones anatomofuncionales ficarse una amplia variedad de cuadros dolorosos: síndrome del
de los componentes gliales y neuronales. En este sentido, la lesión túnel del carpo, miembro fantasma doloroso, neuralgia parestési-
mecánica en un nervio (p. ej., la compresión del nervio mediano en ca, neuralgia postherpética, neuropatía diabética dolorosa, neuro-
el canal del carpo) produce cambios tanto a nivel local como central, patía dolorosa alcohólica o nutricional, radiculopatía aguda o
de tal modo que las prolongaciones protoplasmáticas de las neuro- subaguda cervical (C6 -C7 ) o lumbosacra (L5 -S1), fracaso quirúrgi-
nas pasan a convertirse, desde su condición normal o fisiológica de co del dolor de espalda, neuralgia trigeminal, dolor facial atípico,
conductor pasivo, en generadores ectópicos de potenciales de ac- cefalea occipital, anestesia dolorosa, neuropatía postraumática,
ción y/o de potenciales graduados. Tras la incidencia de la noxa, con neuropatías braquiales, síndrome doloroso posmastectomía, sín-
una temporalidad más o menos mediata, comienzan a desarrollarse drome del dolor regional crónico, síndrome de Guillain-Barré
arborizaciones protoplasmáticas (sprouting), que desde el lugar de doloroso, etc. Lo mismo ocurre con los cuadros de dolor central
la lesión crecen tanto en sentido anterógrado y como retrógrado. No como, por ejemplo, los tics dolorosos de la esclerosis múltiple, el
todas estas regeneraciones tienen un direccionamiento correcto, de síndrome talámico, cuadros siringomiélicos dolorosos, dolor cen-
manera que pueden generar aglomeraciones que, como en el caso tral postraumático, etc. Sin embargo, cuadros dolorosos como el
del nervio periférico, pueden dar lugar a neoformaciones, neuro- síndrome del dolor crónico regional complejo y la fibromialgia
mas, generadoras de dolor. Este tipo de modificaciones no tan sólo representan entidades difícilmente catalogables y enmarcan ver-
acontece en los nervios periféricos, sino en la globalidad de los daderos ‘cajones de sastre’ para la práctica clínica. Por lo general,
componentes del sistema nervioso. en nuestro caso, se nos demanda para abordar cuadros clínico-qui-
Estas arborizaciones protoplasmáticas tienen un umbral de rúrgicos que pueden catalogarse en tres grandes grupos: dolor
excitabilidad muy bajo, tanto como respuesta a los estímulos mecá- neuropático, dolor de columna lumbosacra y el binomio dolor-cán-
nicos como a los estímulos químicos; además, presentan posdescar- cer, los cuales –como tales– presentan aspectos éticos de indica-
gas (after discharges) prolongadas con respecto a la norma. Robers ción (qué se debe o no hacer) y de elección (qué es lo elegible o
[19] evidencia que las fibras amielínicas correspondientes a las qué es lo prescribible) específicos, y que requieren abordajes mul-
arborizaciones de un neuroma pueden dispararse de modo ectópico tidisciplinarios diferentes.
por la actividad fisiológica de las neuronas simpáticas. Este autor
propone dicho mecanismo como fenómeno importante en la com-
prensión de cuadros tales como la distrofia simpática refleja. En la EVALUACIÓN NEUROFISIOLÓGICA
misma línea, como consecuencia del descenso de células gliales, Nuestra experiencia nos indica que en la clínica del dolor toda
células de Schwann en el nervio periférico, tanto en el foco lesivo exploración neurofisiológica requiere su correlato con mediciones
como a lo largo del axón, se incrementan los espacios internodales psicológicas generales y con las específicas de autoevaluación
y se produce una excesiva exposición de la membrana neuronal, con conducta-dolor [22]. Por definición, antes de cualquier interven-
lo que se originan fenómenos efápticos entre fibras nerviosas con- ción terapéutica, es necesaria la detección y valoración de la lesión
tiguas. Esta característica se evidencia como fuente generadora de neuropática subyacente. La adecuada identificación de la lesión
focos ectópicos o descodificaciones por el cruce de mensajes entre periférica o central conforma, además, la base imprescindible para

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poder abordar una adecuada evaluación del efecto terapéutico. libres de fibras nerviosas para la inmediata toma de decisiones por
Ambos aspectos son cruciales si la perspectiva es la evaluación parte del cirujano.
neurofisiológica del dolor. El procedimiento seguido por nosotros cuando se monitoriza
A continuación, realizamos una breve síntesis sobre las pruebas con potenciales evocados somatosensoriales (PESS) estipula dos
neurofisiológicas consideradas bajo este aspecto evaluador, que no fases: una durante la colocación o posicionamiento del paciente y
diagnóstico. La electroencefalografía ha evidenciado su utilidad otra durante la intervención. Durante la primera fase, se colocan
evaluadora en una variedad de cuadros o síndromes dolorosos. Tanto electrodos proximales en el cuero cabelludo y sobre la columna
en la fibromialgia como en la artritis reumatoidea, las multineuro- cervical o lumbosacra, así como en puntos específicos a lo largo del
patías [23-25] o los síndromes fibróticos en general [26], la presen- territorio del nervio que vamos a intervenir. En el caso de una inter-
cia y cuantificación de la intrusión de un ritmo alfa durante el sueño vención sobre el territorio del plexo braquial, se colocarán electro-
no REM de ondas lentas o complejo alfa-delta del sueño, represen- dos de registro en punto de Erb, en columna cervical y sobre cuero
tan una herramienta evaluadora del curso del cuadro patológico y de cabelludo contralateral, así como en músculos dependientes del
su evolución o respuesta terapéutica [27]. Tanto la neurografía como nervio o nervios comprometidos y los adyacentes o dependientes.
los potenciales evocados corticales y troncoencefálicos han demos- Una vez colocados los electrodos de registro generalmente fijados
trado también su utilidad, y resulta prometedora su aplicación sis- con colodión, con independencia de que sean electrodos de placa,
tematizada en la evaluación del dolor. En concreto, los potenciales subcutáneos o de proximidad, se realiza un registro previo de con-
evocados nociceptivos mediante la utilización del láser como estí- trol por estímulo con electrodo superficial sobre el territorio más
mulo constituyen una realidad práctica para la detección de lesiones distal del nervio o nervios sobre los que se intervendrá. Las varia-
de las vías conducentes del dolor y/o la temperatura tanto a nivel bles utilizadas para esta finalidad serán las estandarizadas para los
periférico, como espinal o supraespinal [28]. Sin embargo, la acti- PESS aplicables a la clínica habitual. Obviamente, las característi-
vidad refleja espinal (reflejo RIII), en conjunción con otros méto- cas de la anestesia deberán cumplir el requisito de no bloquear la
dos –como indica García-Larrea–, se ha demostrado que es una actividad muscular o el de no interferencia con la adecuada confor-
herramienta de gran utilidad para la evaluación del dolor. La supre- mación de los PESS corticales. Durante la fase de monitorización
sión del reflejo RIII mediante la aplicación de terapia por neuroes- quirúrgica, se utilizan electrodos de estimulación ad hoc,preferi-
timulación y su significativo correlato con la mejora subjetiva, blemente de dos tipos: uno con dos extremos activos (ánodo y
catalogan esta técnica como apropiada para la evaluación neurofi- cátodo) en forma de ganzúa o anzuelo de los que colgar el nervio
siológica en la clínica del dolor [29]. aislado que vamos a estimular (en España los confecciona bajo
pedido CAESAR), y otro con dos puntas finas de estimulación
rectas, útiles para identificar las estructuras nerviosas antes de dise-
PROCEDIMIENTOS DE MONITORIZACIÓN carlas. El electrodo de ganzúa o anzuelo cumple tanto la faceta de
En una breve descripción, presentamos los métodos sobre los que electrodo de estimulación como la de electrodo de registro. Como
tenemos cierta experiencia y soslayamos otros de especial trascen- mínimo, se dispondrá de dos pares de electrodos de este último tipo
dencia (cingulotomía, actuaciones sobre córtex somatosensorial, que, como norma general, se posicionarán disecando el nervio: un
hipofisectomías, hipotalamotomías, etc.), que, o no utilizamos o par por encima del punto de intervención (electrodo proximal) y el
éticamente no los consideramos. Sin embargo, sí describiremos en otro por debajo del referido punto (electrodo distal). Esta disposi-
un apartado específico la neuroestimulación en el tratamiento del ción de los electrodos nos permite todas las combinaciones de re-
dolor desde su aplicación al nervio periférico hasta la neuromodu- gistro y estimulación. Así, en el caso de un territorio braquial, pri-
lación del córtex motor. mero se estimula en el electrodo distal y se registra al unísono en
músculo, electrodo proximal, punto de Erb, columna cervical y
Neurólisis, neurotomía y bloqueo de nervio cuero cabelludo contralateral, y viceversa, esto es, se estimula en el
En la actualidad, el cirujano, con la ayuda del neurofisiólogo, puede electrodo proximal y se registra en electrodo distal, músculo, punto
actuar sistemáticamente en el quirófano durante sus intervenciones de Erb, cervical y cuero cabelludo.
bajo criterios de minorización de riesgos controlados, para mante- Como indicábamos anteriormente, una de las aplicaciones prác-
ner la integridad selectiva tanto de las fibras motoras como sensi- ticas de la monitorización es en la neurólisis externa e interna. La
tivas del nervio periférico. Este hecho es una realidad en la práctica neurólisis externa se corresponde con la liberación del nervio de los
general [30,31], pero alcanza características especialmente impor- tejidos que le rodean, y suele aplicarse a nervios aislados, lo que
tantes en el caso de las neurotomías o neurólisis para el tratamiento permite instrumentar la estimulación y registro dentro del propio
del dolor. campo operatorio con cierta facilidad. La neurólisis interna se co-
Según las necesidades y características de cada caso en particu- rresponde con lesiones parciales que requieren la separación de los
lar y respecto a los criterios de operabilidad, podemos optar por dos fascículos del nervio del tejido neural no funcionante o del tejido
grandes aproximaciones no excluyentes entre sí: la micromonitori- infiltrativo interfascicular. Las técnicas de estimulación y registro
zación y/o la macromonitorización; en esta última, englobamos la intraoperatorio son muy utilizadas y permiten diferenciar tejido
neurografía y los potenciales evocados intraoperatorios, y utiliza- sano del lesionado. Para ello, se emplean dos electrodos del tipo
mos el término micro o macro según el tamaño de los electrodos de ganzúa o anzuelo, uno a cada lado de la zona interesada, y con un
estimulación/registro empleados, lo que, por sí mismo, determina electrodo recto se estimula en modo monopolar el fascículo o es-
no sólo un equipamiento diferente sino también un criterio distinto tructura que vamos a identificar. Esta técnica de microestimulación
al analizar los datos. Con ambas técnicas podemos identificar las nos permite, durante la monitorización continuada, desbridar los
fibras nerviosas, cualificar los fascículos identificados como predo- fascículos y en todo momento posibilita al neurocirujano o al ciru-
minantemente motores o sensitivos, y, ante una neoformación, rea- jano plástico limpiar, separar o cortar los fascículos o tejidos inde-
lizar una pormenorizada exploración de su superficie, generando un seables (Fig. 1). Estas técnicas de microestimulación también son
mapa virtual o gráfico y tratando así de identificar la zona o áreas útiles para identificar fibras motoras de sensitivas y optimizar la

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realización por parte del cirujano de microcirugía de una efectiva


neurotomía selectiva. Las variables aconsejables son pulsos bifási-
cos de 50-100 µs de duración, a una frecuencia de uno por segundo
y en estimulaciones con miliamperaje (mA) incremental desde 0
hasta no más de 0,5 mA. Si se utiliza un electromiógrafo estándar,
es necesario que el servicio de mantenimiento o la casa comercial
nos garantice una calibración del amperaje de salida del estimula-
dor, con la correspondiente curva de calibración, de tal modo que
el cero se corresponda con estimulación nula. El registro electro-
miográfico de las descargas bizarras o potenciales de acción al tocar
mecánicamente un fascículo motor representa un indicador de ines-
timable utilidad.
Obviamente, en el tratamiento de los neuromas dolorosos pos-
traumáticos estas técnicas tienen una significativa relevancia para
el adecuado éxito de la intervención. Sin embargo, en estos casos,
la neurólisis externa es insatisfactoria y, por el contrario, la neuró-
lisis interna o la neurectomía sí es factible y están indicadas. En
muchos casos, el hecho de que se mantenga el cuadro clínico dolo-
roso con las mismas características que presentaba antes de la neu- Figura 1. Interpretación libre del diagrama original de Kliot y Slimp [27], en
rectomía parece indicar que estamos ante un proceso de dolor por el que se representan como líneas negras los fascículos de un nervio mixto
desaferentización [32]. (cilindro) acodadas por la presencia de una masa (esponja granulosa) en
la monitorización de neurólisis externa. El estímulo sobre la lesión (ST) no
Recientemente, Davies et al [33] comunican, sobre una encuesta determina respuesta distal (R1) ni proximal (R2); por el contrario, el estí-
a 179 consultoresdedicados a la clínica del dolor, gran disparidad mulo sobre el lado opuesto y en proximidad a los fascículos nerviosos (SN)
permite registrar respuestas proximales (R3) y distales (R4) y una evalua-
en los criterios de indicación de las diferentes técnicas posibles ante ción intraoperatoria adecuada.
cuadros tales como causalgia, neuralgia postherpética, neuralgia
trigeminal, etc. El mayor disenso correspondió a los tratamientos
aplicables en la neuralgia del trigémino, el dolor del muñón de
amputación y el miembro fantasma doloroso, de tal forma que la proximal y en otro más distal, valorar el grado de bloqueo, así como
técnica que concentró el menor acuerdo fue la utilización del blo- el tipo de fibras bloqueadas, aún cuando siempre debe considerarse
queo de nervio. Las técnicas neuroablativas contaron con un evi- que la amplitud es una variable muy crítica por diversos factores,
dente consenso con respecto a su aplicación en el caso de dolor por cuyo conocimiento es de ámbito general. Para este procedimiento
compresión o infiltración secundaria al cáncer, pero se desecharon utilizamos electrodos del tipo DISA de bloqueo botulínico o las más
o contaron con escaso consenso para otras condiciones clínicas. estandarizadas agujas de anestesia locorregional Vygon de 0,7 mm
Ahora bien, en el caso del dolor pelviano ha ido ganando prepon- de diámetro. Antes de los procedimientos neuroablativos, el blo-
derancia esta prescripción, tanto en el dolor pelviano cuyo origen se queo anestésico local puede ayudar a que el paciente experimente
encuentra en órganos reproductivos, urológicos o neurológico-mus- la repercusión en el cambio de sensación. Es habitual que algunos
culoesqueléticos, como en los que tienen un origen gastrointestinal pacientes prefieran el dolor antes que la ausencia de sensación.
o miofacial. En todos ellos, la neurotomía presacra es beneficiosa Ahora bien, una buena respuesta al bloqueo con anestésicos locales
sobre todo en los dolores de línea media. Un caso concreto de no implica necesariamente que a largo plazo la neurotomía o la
manifiesta indicación de la neuroablación presacra se corresponde neurólisis den buen resultado, particularmente en los casos con un
con el síndrome doloroso por endometriosis, del que hay descritos claro compromiso neuropático donde se hayan producido trastor-
casos extremadamente agresivos [34,35]. nos irreparables del soma neuronal y efectos de desaferentización
Las neuralgias genitofemorales e ileoinguinales, complicacio- transináptica [39]. En pacientes de cáncer con corta esperanza de
nes de las intervenciones de hernia, constituyen otra de las aplica- vida y dolores localizados, los bloqueos neurolíticos son de gran
ciones de la neurólisis externa en la que está indicada la monitori- ayuda y fácil aplicación, pero, en todo caso, debe dejarse constancia
zación. La meralgia parestésica, por compromiso del nervio femo- por escrito de los criterios de la relación riesgo/beneficio. El fenol
ral lateral cutáneo, es otra de las indicaciones de neurólisis y el alcohol son los neurolíticos de elección, tanto por su efecto
monitorizada, sea dicha desbridación con o sin transposición [36]. desmielinizante como por su efecto degenerativo axonal. En parti-
Una neuropatía cuyo diagnóstico está ganando en importancia es la cular, la infiltración con fenol presenta la ventaja de ser poco dolo-
neuralgia referida a la rodilla, que tienen como sustrato una neuro- rosa y, además, permite actuar de modo gradual y lentamente incre-
patía del nervio safeno. En esta neuropatía, la identificación de la mental, con lo cual la monitorización referida es de gran efectivi-
rama infrapatelar por métodos neurofisiológicos y su posterior sec- dad. Aun así, el bloqueo producido por el fenol suele ser de menor
ción o neurólisis marca un éxito en un tipo de atrapamiento que duración y profundidad que el producido por el alcohol. Un aparta-
suele pasar desapercibido en la clínica habitual [37]. do específico está representado por el bloqueo trigeminal, mandi-
El bloqueo de nervio periférico desempeña una importante fun- bular y maxilar. En estos casos, se aconseja premedicar con anticon-
ción diagnóstica, pronóstica y terapéutica de la terapia del dolor por vulsionantes como la carbamacepina. La monitorización de los po-
cáncer. En nuestra experiencia, la aplicación de la técnica y método tenciales evocados permite evidenciar el gradual bloqueo del nervio
de Buchthal y Rosenfalck [38] permiten la localización y aproxima- generalmente utilizando glicerol, dado que presenta la ventaja de
ción percutánea al nervio que se pretende bloquear. Dicha técnica inducir mínimos cambios en la sensación. En esta línea, el nervio
no sólo la utilizamos para colocarnos en la proximidad inmediata glosofaríngeo y el vago también suelen ser, en pacientes con cáncer,
del nervio sino, además, para, realizando registros en un tramo más puntos de actuación demandados [40].

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otras técnicas se hayan desechado; las indicaciones de este pro-


cedimiento son los tics dolorosos, la anestesia dolorosa, la neu-
ralgia postherpética, etc. Para su monitorización, se han utiliza-
do criterios de microrregistro y de potenciales evocados,
empleando para estos últimos el registro directo del espinogra-
ma sobre las médula con minielectrodos ad hoc. Los registros
multiunitarios con semimicroelectrodos concéntricos han evi-
denciado su utilidad no sólo por permitir la identificación de las
respuestas anómalas, la hiperactividad como descarga manteni-
da frente a la descarga agotable de la zona normal, sino también
porque posibilitan el registro de respuestas evento-relacionadas
en la zona de exploración del semielectrodo como respuesta al
estímulo de las zonas clínicas de referencia. Estas respuestas
pueden ser potenciales evocados, filtrando la señal entre 3 Hz y
1 KHz, o respuestas multiunitarias evocadas, filtrando de 200 Hz
a 10 KHz. De este modo, podemos indicar al cirujano cuándo se
encuentra en sustancia gris y cuándo en cordones posteriores o
posterolaterales, e indicarle el riesgo de lesión sensitiva o de
Figura 2. Esquema representativo de la incorporación segregada de las lesión motora, respectivamente. Para la monitorización neurofi-
fibras en su entrada en el cuerno posterior (dorsal root entry zone o DREZ), siológica, nosotros seguimos, con las variantes indicadas ante-
donde las fibras gruesas lemniscales se disponen más mediales (flechas riormente, el procedimiento protocolizado aconsejado por Jean-
blancas: a); las fibras gruesas correspondientes al reflejo H, en el centro
(flecha gris: b), y las fibras finas portadoras de estímulos nociceptivos, monod et al [42,43] y que puede realizarse con la médula expuesta.
temperatura, etc. (c y d) se localizan lateralmente en el DREZ. La lesión que El método consiste en: 1. Registrar los potenciales presinápti-
se pretende ocupará dicha zona lateral del DREZ. Los potenciales evoca- cos en la raíz dorsal y los potenciales post-sinápticos en el cuer-
dos registrado en diferentes posiciones permiten valorar el posiciona-
miento definitivo del electrodo de lesión. no posterior como método para identificar el segmento medular.
Los potenciales suelen tener un máximo de amplitud en los nive-
les C6 -C7 y C 8 para la estimulación del nervio mediano y/o el
nervio cubital o, respectivamente, L5 -S2 y S2 -S4 para la estimula-
Rizotomía ción del nervio tibial posterior y el nervio dorsal del pene o del
La rizotomía es poco utilizada y, por regla general, se realizan clítoris; 2. Registro de los PESS sobre la superficie medular o
bloqueos previos. La mal denominada rizotomía facetaria tiene por electroespinograma, como ayuda para monitorizar la lesión en sí
finalidad, utilizando métodos percutáneos, la selección de los pe- misma; este espinograma permite identificar claramente que los
queños nervios que suplen las facetas sinoviales de las vértebras. componentes correspondientes a los cordones posteriores y fibras
Con mayor coherencia, la rizotomía percutánea se ha utilizado en gruesas del arco miotático (P9 -N13 cervical o P17 -N20 lumbosacros)
el tratamiento de síndromes dolorosos persistentes como alternati- permanecen sin lesión, en función de la permanencia de los poten-
va a la neurotomía, fundamentalmente dirigida a seccionar las raí- ciales de cuerno posterior indicativos de mantenimiento de la
ces sensitivas. Como método de monitorización, los PESS y el sensibilidad (Fig. 2). El correlato con el electroespinograma sobre
registro electromiográfico son de gran utilidad; para ello, suele ser piel permite evaluar evolutivamente la reorganización y rees-
útil el empleo de la misma aguja de radiofrecuencia como estimu- tructuración del espinograma postintervención.
lador, de manera que nos permita discriminar el posicionamiento
próximo a la raíz anterior o si estamos en continuidad con los cor- Cordotomía
dones posteriores. Su utilización e ha recomendado no sólo en el La cordotomía es una técnica que pretende lesionar de modo selectivo
tratamiento del dolor por cáncer, sino también en el dolor posterior el haz espinotalámico lateral. Para ello, a través de un acceso lateral
a cirugía de hernia discal. y siguiendo una vía paralela e inmediatamente anterior al ligamento
dentado, se accede a la médula espinal y se localiza el haz espinota-
lámico para, posteriormente, introducir un electrodo de lesión que
Dorsal Root Entry Zone (DREZ) seccione o, habitualmente, termocoagule dicha vía aferente.
El término DREZ se mantiene como expresión técnica que indi- El fundamento anatomofisiológico considera la distribución
ca la zona de entrada de la raíz dorsal (dorsal root entry zone). por capas de las fibras portadoras de los diferentes tipos de sensa-
A este nivel, como indica Sindou en su Tesis doctoral, las fibras ción: en la capa más externa la sensación de dolor, en la central la
aferentes se disponen funcional y anatómicamente segregadas temperatura y en la interna el dolor profundo, con una distribución
de acuerdo con su grosor y destino [41]. El objetivo terapéutico somatotópica, donde las aferencias cervicales ocupan una posición
es que las fibras finas reagrupadas lateralmente en la DREZ, y ventral, mientras que las aferencias sacras, perpendiculares al eje
que van a generar la vía extralemniscal, sean destruidas sin por del ligamento dentado, se posicionan dorsales. El electrodo de le-
ello lesionar y preservando las fibras gruesas. Los neurociruja- sión se coloca en un área crítica en la que, rodeando al haz espino-
nos, por generalización, aplican el término DREZ al método talámico, el tracto retículo-espinal, que a nivel cervical porta los
ablativo de dicha zona, pero esta utilización puede inducir a componentes relacionados con el diafragma, se localiza medial al
error, dado que –como informaremos más adelante– la estimu- espinotalámico; las fibras aferentes urogenitoanales, predominan-
lación crónica con electrodos implantados a nivel medular tiene temente relacionadas con la función vesical y que irremediable-
también por objeto influir sobre esta zona anatomofuncional que mente al realizarse un acceso lateral serán atravesadas por el elec-
es la DREZ. La indicación de la ‘DREZtomía’ suele requerir que trodo de exploración y el de lesión, ocupan una posición anterola-

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teral al haz espinotalámico, y, por último, en una disposición dorsal


el haz eferente corticospinal con las fibras eferentes urogenitoana-
les, cuya lesión conlleva alteraciones en la defecación, en posición
dorsomedial (Fig. 3). Como se puede apreciar, una inadecuada lo-
calización del electrodo de lesión puede dejar un área de termocoa-
gulación que comprometa gravemente funciones básicas.
La monitorización neurofisiológica utiliza tres herramientas:
los potenciales evocados, el registro con semimicroelectrodo y
medida de la impedancia, y la micro y macroestimulación. En el
procedimiento habitual, se coloca el electrodo paralelo y anterior al
ligamento dentado utilizando para ello la ayuda de vídeo-Rx. Por
otra parte, la intervención puede realizarse con anestesia local y
sedación o con anestesia general, pero sin comprometer la contrac-
ción muscular.
Con la ayuda de la tomografía axial computarizada (TAC) y
la RM, se calcula el diámetro anteroposterior de la médula que,
como estándar, suele ser del orden de los 10 mm por 14 mm el
diámetro transversal en la región cervical. El semimicroelectrodo
concéntrico de registro y estimulación se introduce con el criterio
de ser referencia-guía del electrodo de lesión definitivo. El paso
del electrodo por la sustancia blanca se corresponde con una es-
casa amplitud de registro multiunitario que rápidamente se incre-
menta en la proximidad de la sustancia gris. Con respecto a este Figura 3. Diagrama que representa un corte de la médula cervical y el
posicionamiento del electrodo (punta moteada) anterior y adyacente al
inicio de referencia, se retrocede paulatinamente el electrodo y, a ligamento dentado (LD), atravesando las aferencias vésico-genito-anales
cada paso de extracción, se monitorizan los potenciales evocados (AV) y posicionada sobre el haz espino-talámico (ET). La vecindad con
a la punta del electrodo, de manera que se obtiene un diferencial estructuras críticas como el haz corticospinal cruzado (CE), las eferencias
vésico-genito-anales (EV) y el haz retículo-espinal portador a este nivel de
máximo cuando el semimicro está posicionado en los fascículos representación diafragmática (RE), evidencian la monitorización como re-
aferentes del área correspondiente a la exploración. La estimula- quisito esencial en la cordotomía.
ción de zonas diferenciadas, por ejemplo, dermatomas del nervio
dorsal del pene (S2 -S4 ), del dedo gordo del pie (L5 ), de los dedos
pulgar y meñique (C6 y C8), nos permite identificar, en función de
la amplitud y conformación del potencial evocado intramedular, mente determina la contracción muscular de extremidad superior o
el posicionamiento anteroposterior. cuello ipsilateral. Si con alta frecuencia hay respuesta sensitiva
En el procedimiento de micro y/o macro estimulación utiliza- contralateral y a baja frecuencia no se producen cambios, excepto
mos dos tipos de frecuencia de estímulo: a 2 Hz (baja frecuencia) que se aumente mucho el voltaje de estimulación, podremos afirmar
para identificar respuestas del componente motor, sea de origen en que estamos centrados en el haz espinotalámico. En nuestra expe-
asta anterior o en el haz corticospinal, y a 100 Hz (alta frecuencia) riencia, poder imbricar que una aproximación micro y macro repre-
para identificar el componente sensitivo. Así, las estimulaciones a senta una mayor identificación de áreas críticas, como las corres-
baja frecuencia y alto voltaje que producen una respuesta evocada pondientes a las funciones respiratorias y urogenitales. En general,
motora pero que, sin embargo, no determinan respuesta motora toda actuación percutánea hace inexcusable la utilización de la
cuando pasamos de 2 Hz a 100 Hz, nos indica que estamos en el monitorización neurofisiológica [44] tanto por criterios de control
tracto espinotalámico. La identificación por tramos con el micro- como de garantía.
electrodo nos va a informar sobre la profundidad límite del macro-
electrodo de lesión, que, a su vez, utilizaremos para medir las varia- Mesencefalotomía
ciones de impedancia y para realizar la macroestimulación. La La cordotomía mesencefálica o mesencefalotomía es una técnica
monitorización de la cordotomía cervical suele ser la más frecuente. con riesgo muy elevado, si no se realiza una adecuada y pormeno-
En este caso, si el electrodo se ha colocado excesivamente anterior rizada monitorización, y que tan sólo se prescribe para casos de
y estamos demasiado próximos a los grupos neuronales del asta cáncer terminal. Actualmente, se ha postulado de nuevo como téc-
anterior, la estimulación a baja frecuencia con muy bajo voltaje nica de preferencia para abordar dolores de otras etiopatogenias
produce contracciones en la musculatura del cuello cuantificables [45], ya que los avances técnicos en otras intervenciones, como el
por el registro electromiográfico sobre trapecio; si, en esa misma acceso a núcleo subtalámico en el tratamiento neuroquirúrgico de
posición, incrementamos la frecuencia de estimulación a 100 Hz, se la enfermedad de Parkinson por neuroestimulación o subtalamoto-
produce una tetanización muscular de la musculatura ipsilateral del mía [46], han optimizado los criterios y posibilitan una identifica-
cuello. Si, por el contrario, nos hemos colocado excesivamente ción inmejorable del punto diana.
dorsales y estamos muy próximos al haz corticospinal, la estimula- En esta técnica, el paciente es instrumentado para un acceso
ción a baja frecuencia determina contracción hemicorporal con neuroquirúrgico estereotáxicos, introduciendo los electrodos a
tetanización a alta frecuencia y ocasionales hemiparestesias ipsila- través de un trépano frontal. El bagaje instrumental que nosotros
terales. Si estamos en el haz espinotalámico, la estimulación a alta disponemos para abordar las estructuras mesencefálicas consiste
frecuencia determina sensaciones hemiparestésicas contralaterales en el registro de PESS, las respuestas auditivas del troncoencéfalo
generalmente de calor o frío y también de malestar y/o dolor; el paso (BAER, del inglés Brain stem Auditory Evoked Responses), el
en el mismo punto a una estimulación de baja frecuencia habitual- registro con semimicroelectrodo y la micro y macroestimulación.

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pero sin que necesariamente se acompañe este cambio emocional


de dolor. Estos cambios emocionales desaparecen inmediatamen-
te con el cese de la estimulación y el paciente no guarda recuerdo
de ello. Cuando la estimulación a este nivel produce alteraciones
oculares, éstas son de visión forzada hacia el lugar de posiciona-
miento del electrodo, generalmente son movimientos conjugados,
aun cuando también pueden presentarse movimientos oscilato-
rios, caídas de párpados, etc. En estos casos, nosotros seguimos el
criterio de Gorecki, según el cual, si la estimulación se realiza con
macroelectrodo y se desencadena la sintomatología a un voltio el
punto está contraindicado. Si la estimulación está próxima al lem-
nisco lateral o al mismo geniculado medial, entonces, en relación
con el encendido y apagado del estímulo, el paciente refiere que
oye cambios de tono y los BAER intramesencefálicos indican un
potencial bruto.
Talamotomía
Se han propuesto diferentes dianas para la lesión o neuroestimula-
ción del tálamo. Estas dianas se localizan tanto en el paleotálamo,
tálamo medial y anterior, como sobre el neotálamo. Nosotros utili-
zamos la terminología de Hassler para el tálamo humano, de manera
que el núcleo ventrocaudal (VC) se corresponde con el núcleo ven-
Figura 4. La parte superior se corresponde con un esquema encuadrado tral-postero-lateral (VPL) utilizado preferentemente por los neu-
que representa un diagrama esquematizado de un corte frontal, 6 mm por
detrás del plano intercomisural, del cerebro en el que se identifican el
roanatomistas americanos. Se han postulado y realizado talamoto-
estriado (Put), la comisura anterior (CA), el pálido medial (Pmi), el núcleo mías para el tratamiento del dolor sobre los núcleos VC, sobre la
subtalámico (nST), el núcleo rojo (nRU), el lemnisco medial (LM) y los región parvo celullaris del mismo VC, el tálamo dorsomedial (cen-
cuerpos geniculados lateral (GL) y medial (GM). En la parte inferior, tres
histogramas diferentes de la actividad multiunitaria integrada en trayectos tro mediano, núcleo parafascicular, núcleos intratalámicos, núcleo
desde córtex a núcleo rojo que, junto a los BAER y PESS, nos permiten centrolateral, núcleos submedianos), el pulvinar, así como sobre
identificar el posicionamiento del electrodo de lesión. núcleos ventrales anteriores.
La técnica general es la básica de la neurocirugía estereotáxica
con el paciente vigil y consiste en, previa identificación de la comi-
Realizamos la monitorización del trayecto por registro multiuni- sura anterior (CA) y de la comisura posterior (CP) y tras el cálculo
tario desde el córtex e identificamos las estructuras que va atrave- del tamaño del III ventrículo por técnicas de neuroimagen, planifi-
sando el electrodo de registro, con la finalidad de obtener el máxi- car el punto teórico al que se pretende acceder según los criterios
mo de información sobre el punto de intersección del electrodo anatómicos. Está bien constatado que las diferencias entre el punto
con el plano cero de la diana teórica. Nuestro criterio es iniciar una teórico anatómico y el punto diana localizado neurofisiológicamente
aproximación al núcleo subtalámico que nos permita realizar re- puede ser de varios milímetros [47,48]. Por ello, la localización de-
gistro en proximidad de este núcleo y descender unos milímetros finitiva se realiza por métodos neurofisiológicos intraoperatorios de
abajo y atrás hasta impactar en el núcleo rojo (Fig. 4). Cuando estimulación y registro, utilizando preferentemente un registro de
alcanzamos este punto, realizamos PESS y BAER cuya morfolo- actividad neuronal multiunitaria y una microestimulaciónbipolar,
gía y amplitud utilizaremos como referencia, para que en un se- confirmada siempre por macroestimulación previa a la lesión el nivel
gundo trayecto corregido su nueva realización nos permita iden- deriesgoporproximidaddelasregionescríticasmásarribaindicadas
tificar el posicionamiento de las aferencias requeridas. Para la [46,49,50]. La localización del VC o del VCpc (VC parvo cellularis)
estimulación eléctrica con baja y alta frecuencia se siguen los requiere la realización de potenciales evocados naturalísticos tanto de
criterios referidos para la cordotomía. La iniciamos a 100 Hz para, estiramiento fásico (tapping) como de roce cutáneo (rhusting) con la
posteriormente, descender la frecuencia de estímulo dependiendo finalidad de identificar dentro del VC la parte propioceptiva, locali-
del tipo de respuesta obtenida. Cuando estamos en el mismo haz zada superficial y anterior en continuidad con el Vim (núcleo ventral
espinotalámico, la estimulación a alta frecuencia con pulsos bifá- intermedio), de la parte cutánea profunda y posterior. Por otra parte,
sicos de 200 ms de duración y a baja intensidad de estimulación los PESS nos permiten identificar la entrada en el VC, por el brusco
produce sensaciones sobre el hemicuerpo contralateral con carac- cambio de polaridad de un bruto potencial negativo, que no requiere
terísticas de calor, frío, corriente eléctrica o dolor. Estas sensacio- promediación, a un potencial positivo, y la posterior salida del VC y
nes presentan somatotopía, de manera que, si estamos colocados acceso al lemnisco medial, por la caída en amplitud y configuración
medialmente en el haz espinotalámico, el paciente referirá las polifásica del mencionado PESS. Obviamente, la microestimula-
sensaciones en el territorio facial y, si estamos más laterales, las ción, junto a las técnicas reseñadas, permiten reproducir diferentes
referirá en miembros inferiores. Si nos hemos desplazado dema- tipos de sensaciones táctiles-sensoriales, identificando el VCpc por
siado mediales y estamos estimulando la sustancia gris periacue- regla general en el cambio de parestesias a calor o frío o malestar con
ductal, el paciente refiere las sensaciones de frío, calor, corriente respecto a la temperatura. Las intervenciones sobre el tálamo anterior
o dolor con un evidente componente importante de desagrado; por para el tratamiento del dolor suelen relacionarse y postularse con
otro lado, es frecuente que el paciente bruscamente y en inmediata criterios similares de indicación de la cingulotomía o de las manipu-
relación con el estímulo indique sensación de miedo, sensación laciones sobre el límbico, y sobre las cuales en la actualidad notene-
depresiva y de sensación de ‘quiero dejarlo’ o ‘esto no marcha’, mos suficiente experiencia. Sin embargo, sí tenemos experiencia

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directa de la monitorización sobre pulvinar llevadas a cabo por el criterio de que la función de las células de las capas más superficia-
grupo de Obrador y Rodríguez-Delgado en el Hospital Ramón y les (superficial en términos anatómicos estrictos; debe leerse como
Cajal de Madrid [51,52], en las que los puntos que mostraron me- más dorsal en la DREZ) funcionan como una verdadera red local
joría del dolor coincidían con puntos de mayor probabilidad de inhibidora que modula las aferencias sensitivas a la metámera
registrar neuronas rítmicas. medular. Este efecto inhibidor se prolonga en el tiempo (p. ej., por
100 ms) debido a la tendencia de las neuronas de la sustancia gela-
Neuroestimulación tinosa a mostrar una posdescarga mantenida. Aun cuando en prin-
Actualmente, existen dos conceptos diferenciados: la neuromodu- cipio se postulaba un efecto metamérico o reducido a las redes
lación y la estimulación eléctrica funcional. La neuromodulación se neurales del segmento medular correspondiente, otras evidencias
refiere a los cambios en la proporción de influjos de excitación o de han venido a demostrar una participación moduladora de la estruc-
inhibición que inciden en una red neuronal y los correspondientes tura troncoencefálica pontina, principalmente en el núcleo pretectal
niveles de neurotransmisores, que cambian la respuesta de la red de anterior [58], con un efecto inhibitorio eferente a través del funículo
una situación disfuncionante a una fisiológica. Por el contrario, la dorsolateral. Debido a la heterogeneidad de la entrada de la médula
estimulación eléctrica funcional se refiere a las características de dorsal y a sus dimensiones, muy frecuentemente no sólo se estimula
suplemento de función para las que puede utilizarse un campo elec- la DREZ sino su correspondiente raíz dorsal y la columna dorsal a
tromagnético; el ejemplo más sencillo es la utilización de la estimu- los niveles metaméricos en los que se implanta el tetraelectrodo.
lación eléctrica del nervio peroneal para sincronizar la contracción Los potenciales evocados por estimulación dermatosomal son un
del músculo tibial anterior en una marcha posterior a hemiplejía. El medio adecuado de monitorizar y evaluar la disposición del tetrae-
término neuromodulación, por tanto, no sólo se refiere a la estimu- lectrodo terapéutico, sobre todo cuando el neurocirujano opta por la
lación eléctrica sino también a la estimulación por productos bio- colocación percutánea de los electrodos. Estos niveles suelen ser
químicos. En el presente trabajo, sólo nos referiremos a la neuromo- T12 -L1 o L1 -L2 para los problemas crurales y T2 -T3 o T3 -T4 para los
dulación neuroeléctrica sin ahondar en los cambios funcionales y braquiales. La neuroestimulación medular se indica para los síndro-
neuroquímicos que ésta induce, ni referirnos a las microbombas mes de dolor de espalda, en la distrofia simpática refleja, el miem-
implantables para la administración de fármacos. bro fantasma, las neuralgias postherpéticas, en las lesiones medu-
La estimulación eléctrica de los nervios periféricos para el tra- lares y en las vasculopatías.
tamiento del dolor neuropático constituye un tipo específico de La estimulación cerebral profunda crónica para el tratamiento
neuromodulación. Esta aplicación se basa en la teoría de la gate del dolor persistente sigue los criterios de monitorización que se han
control propuesta por Melzack y Wall [53], según la cual, la acti- expuesto para la localización de la diana real en las talamotomías.
vación de las fibras aferentes gruesas tiene a nivel metamérico El criterio en el que se basa la neuroestimulación cerebral es la
medular un efecto inhibidor sobre las fibras aferentes de calibre modificación o modificaciones operadas por la desaferentización.
pequeño y puede, por tanto, reducir la transmisión de mensajes de Además de los referidos núcleos talámicos VC, VCpc, DM, CM,
dolor hacia estructuras supramedulares. En función de la experien- etc., [59] se ha utilizado la estimulación de la sustancia gris periven-
cia de que la estimulación del nervio periférico disminuye de ma- tricular [60] aun cuando esta disposición, de modo similar a cuando
nera más o menos subaguda el dolor, se ha procedido desde hace se está monitorizando durante la localización e implante, la estimu-
varios años a implantar estimuladores crónicos con el objetivo de lación puede producir náuseas, alteraciones visuales, oscilopsia
mejorar el dolor con origen en el territorio de un nervio lesionado persistente, alteraciones de la memoria, etc. Se estudia, previo al
[54,55]. La técnica –fundamentada en algunos criterios expuestos implante, el efecto a las estimulaciones en un intervalo entre 100 Hz
en el apartado ‘Neurólisis, neurotomía y bloqueo de nervio’ de este y 400 Hz, con un ancho de pulso entre 50 y 200 µs.
trabajo– suele realizarse en dos tiempos. Un primer tiempo previo La neuromodulación del córtex motor para el tratamiento del
al implante definitivo y considerado como test, durante el cual pre- dolor fue planteada por Tsubokawa et al, al inicio de la década de
via localización del nervio mediante el método de Buchtal y Rosen- los 90 [61,62]. Estos autores basan su aportación en la evidencia de
falck, colocamos percutáneamente y adyacentes al nervio objetivo que las neuronas nociceptivas, entre ellas las aferentes por la vía
de la actuación el electrodo de estimulación. Este electrodo tempo- neo-espinotalámica, están sujetas a influencias inhibidoras media-
ralmente fijado a la piel se conecta por medio de un cable externo das por los sistemas somatosensoriales no-nociceptivos, como ya
al neuroestimulador, por lo general colocado en la cintura. Durante habíamos indicado con anterioridad [53,54]. El criterio básico para
este período el paciente de modo ambulatorio puede autoestimular- la aplicación terapéutica de la neuroestimulación es que este siste-
se regulando la intensidad y la frecuencia. Se trata de estimulacio- ma inhibitorio no funciona adecuadamente en los cuadros de des-
nes con trenes de alrededor de 100 Hz de frecuencia que se ajusta aferentización [63]. Por otra parte, los cuadros de desaferentización
para minimizar los efectos motores y optimizar los resultados sen- secundarios a lesiones del sistema nervioso central son los más
soriales. En un segundo tiempo, y una vez probada la aceptación por difícilmente controlables, por lo que se postula una posible actua-
el paciente y conseguida la efectividad deseada, se procede al im- ción cortical. Se puso en evidencia que la estimulación de las áreas
plante subcutáneo del sistema, que a partir de entonces suele ajus- corticales correspondientes al girus precentral producía una inhibi-
tarse por radiofrecuencia. ción importante del dolor en los humanos. Lo realmente relevante
La neuroestimulación de la DREZ sigue los mismos criterios es que el umbral de estimulación necesario para producir inhibición
que la teoría de la gate control, de manera que se ha pasado del del dolor es inferior a la necesaria para ocasionar una contracción
término estimulación de la columna dorsal al más amplio pero es- motora, hecho que permite su localización. Se postula que este
pecífico de estimulación de la médula espinal. Los mecanismos efecto inhibidor se consigue por la estimulación antidrómica y or-
neurofisiológicos postulados [56,57] indican que la estimulación todrómica de las neuronas de cuarto orden, las cuales producirían
sobre la columna dorsal produce una excitación predominante de una inhibición de la hiperactividad por desaferentización de las
las células de la sustancia gelatinosa, mientras inhibe la red neuro- células nociceptivas [64].
nal más profunda de la DREZ; ello está en concordancia con el La técnica de implante de los electrodos consiste en realizar una

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pequeña craneotomía o un trépano, a través del cual se introduce el trado antes del inicio de la neuroestimulación desaparece durante la
electrodo tetrapolar que se dejará implantado. Este mismo electro- estimulación y los períodos subsiguientes.
do tetrapolar se utiliza como electrodo de registro para localizar los
gyri precentral y poscentral confirmado por la inversión en la pola-
ridad del potencial N20 evocado, de manera que cuando el electrodo CONCLUSIÓN
se desplaza de la región poscentral a la precentral la onda se posi- La monitorización neurofisiológica constituye una demanda impor-
tiviza [65,66]. Debe tenerse en cuenta que, al estar tratando con tante de los Servicios de Neurofisiología Clínica por parte, tanto de
pacientes que padecen dolor por desaferentización, pueden detec- los traumatólogos, neurocirujanos o cirujanos plásticos, como de los
tarse diferencias en la conformación del potencial evocado y en urólogos, otorrinos, especialistas en maxilofacial, en enfermedades
concreto de la N20. Acto seguido, se procede a estimular con los vasculares, etc. En la actualidad, el neurofisiólogo clínico dispone de
mismos electrodos para detectar las correspondientes contraccio- instrumentación eficaz en términos de coste/efectividad, y ello en
nes musculares. Suele ser aconsejable realizar una curva de dura- función de su capacidad disciplinaria de utilizar herramientas de bajo
ción de la intensidad para determinar la reobase y cronaxia, aun o medio coste sobre las que desarrollar un amplio bagaje de metodo-
cuando por regla general se estimula con pulsos de 200 µs (acomo- logías. En concreto, dentro de la clínica multidisciplinar del dolor, su
dar el estímulo entre 50 a 500 µs), en modo monopolar o alternati- intervención y presencia se corresponde con un continuo en los pe-
vamente bipolar. ríodos pre, intra y posquirúrgico. Ahora bien, se abre una relevante
Por su incidencia, la neuroestimulación crónica en el dolor tri- puerta para el neurofisiólogo clínico con el perfeccionamiento de las
geminal conforma un área concreta de aplicación de la monitoriza- técnicas percutáneas que le posibilitan un protagonismo intervencio-
ción neurofisiológica. Como en otros casos, el procedimiento suele nista en su buen quehacer profesional. Las técnicas y metodologías,
realizarse en dos tiempos quirúrgicos, el test percutáneo y el defi- que durante el período de monitorización ofrece el neurofisiólogo en
nitivo implante de los dispositivos. El electrodo se introduce a tra- el ámbito clínico-quirúrgico del síndrome de dolor, abarcan desde la
vés del agujero oval y se utilizan los potenciales evocados trigemi- electromiografía estándar, la qEEG, los potenciales evocados, etc.,
nales para localizar el posicionamiento del electrodo con respecto hasta el registro y análisis de la hiperactividad neuronal unitaria y/o
a las diferentes ramas. Por otra parte, los potenciales evocados multiunitaria en nervios periféricos o en regiones y núcleos en la
también son una herramienta excelente para evaluar el efecto de la profundidad del sistema nervioso central; pero además, en especial
neuroestimulación [67]. Se sigue el procedimiento de estimular la medida, contribuye y aporta técnicas que permiten una evaluación
pulpa dental y se registra el potencial evocado correspondiente a las cuantitativa y objetiva, tanto durante el período de diagnosis, como
fibras Αδy C. Se puede comprobar que el potencial evocado regis- durante el terapéutico y en la posterior fase evaluativo/evolutiva.

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MONITORIZACIÓN NEUROFISIOLÓGICA MONITORIZAÇÃO NEURO-FISIOLÓGICA


EN LA TERAPIA DEL DOLOR NA TERAPIA DA DOR
Resumen. Introducción. El concepto de desaferentización transináptica Resumo. Introdução. O conceito de ‘desaferenciação’ transsináptica
secundaria a una lesión es la base del criterio terapéutico de la neuro- secundária a uma lesão é a base do critério terapêutico da neurocirur-
cirugía funcional. Desarrollo. El dolor por desaferentización requiere gia funcional. Desenvolvimento. A dor por ‘desaferenciação’ requer
de las técnicas de la neurofisiología clínica para su caracterización y, a utilização das técnicas da neurofisiologia clínica para a sua carac-
en su caso, para la localización del nivel lesivo y del foco o focos ectó- terização e, se for o caso, para a localização do nível lesado e do foco
picos que pueden estar generando el síndrome de dolor. Sin embargo, ou focos ectópicos que podem gerar o síndrome da dor. No entanto,
la monitorización de las intervenciones terapéuticas en la clínica del a monitorização das intervenções terapêuticas na clínica da dor, cons-
dolor constituye una demanda cada vez mayor, que obliga al titui uma necessidade cada vez maior, que obriga o neurofisiologista
neurofisiólogo clínico a dominar la globalidad de técnicas que confor- clínico a dominar a generalidade das técnicas que compõem a sua
man su especialidad, con la finalidad de implementar ante cada proceso especialidade, com o fim de aplicar perante cada processo e/ou cada
y/o cada caso en particular las técnicas y metodologías apropiadas y caso particular as técnicas e métodos próprios e adequados. O empre-
adecuadas. La implementación de técnicas como el microrregistro de la go de técnicas como o microrregisto da actividade unitária e multi-
actividad unitaria o multiunitaria de nervios o núcleos, los potenciales unitária de nervos ou núcleos, os potenciais evocados intracerebrais,
evocados intracerebrales, los potenciales evocados nociceptivos, la os potenciais evocados nociceptivos, a reflexologia, a polisonografia
reflexología, la polisomnografía y topografía, junto a técnicas como la e topografia juntamente com técnicas como a localização objectiva
localización objetiva percutánea de nervios en profundidad, permiten la percutânea de nervos profundos, permitem a avaliação quantitativa
valoración cuantitativa pre, intra y postintervención. Conclusión. La pré, intra e pós-intervenção. Conclusão. A evolução da neuromodula-
evolución de la neuromodulación y, en particular, la neuroestimulación ção e, particularmente, da neuro-estimulação subaguda ou crónica
subaguda o crónica, mediante la utilización de técnicas percutáneas, por meio da utilização de técnicas percutâneas, abrem um caminho
abren un camino de impacto para el ejercicio profesional del neurofisió- relevante para o exercício profissional do neuro-fisiologista clínico no
logo clínico en el ámbito terapéutico [REV NEUROL 2000; 30: 567-76]. âmbito terapêutico [REV NEUROL 2000; 30: 567-76].
Palabras clave. Cordotomía. Coste/efectividad. Dolor. Mesencefalo- Palavras chave. Cordotomia. Custo/efectividade. Dor. Emergência
tomía. Monitorización. Neuroestimulación. Talamotomía. Zona de radicular dorsal. Mesencefalotomia. Monitorização. Neuro-estimu-
entrada a la raíz dorsal. lação. Talamotomia.

576 REV NEUROL 2000; 30 (6): 567-576

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