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Hacer visible, hacerse visibles: la nación representada

en las colecciones del museo. Colombia, 1880-1912*


Making visible, becoming visible: the nation represented in museum collections. Colombia, 1880-1912
Fazer visível, se fazer visíveis: a nação representada nas coleções do museu. Colômbia, 1880-1912

Amada Carolina Pérez Benavides


Maestra en Historia, El Colegio de México, Este artículo hace parte de la investigación
México D.F. realizada para la tesis doctoral –en proceso de
Profesora asistente del Departamento escritura– titulada “Museo, peregrinaciones
de Historia de la Pontificia Universidad y misiones: tres espacios de representación
Javeriana, Bogotá de los habitantes del territorio nacional.
Correo electrónico: Colombia, 1880-1910”, dirigida por la Dra.
amada.perez@javeriana.edu.co Solange Alberro, y financiada por el Colegio
de México y la Pontificia Universidad
Javeriana.

Resumen Abstract Resumo


En el presente artículo se elabora una This study is a historical approach to the No presente artigo se elabora uma
aproximación histórica al Museo Nacional National Museum of Colombia, in order to aproximação histórica ao Museu Nacional
de Colombia, con el fin de analizar las analyze the representations of the Nation de Colômbia, com o fim de analisar as
representaciones sobre la nación y sus and its inhabitants exhibited between 1880 representações sobre a nação e seus habitantes
habitantes que allí se exhibieron entre 1880 y and 1912. First, it refers to some of the que ali se exibiram entre 1880-1912. Em
1912. En primera instancia se hace referencia features of the Museum, taking into account primeira instância se faz referencia a algumas
a algunas de las características propias del its development during the nineteenth das características próprias do Museu tendo
Museo teniendo en cuenta su desarrollo en century and the social and cultural function it em conta seu desenvolvimento no transcurso
el transcurso del siglo xix y la función social fulfilled; it then studies how collections were do século xix e a função social e cultural que
y cultural que cumplió; en segundo lugar, se established by examining their origin and cumpriu; em segundo lugar, se estuda como
estudia cómo se constituyeron sus colecciones type of object gathered at the time, discussing se constituíram suas coleções examinando a
examinando la procedencia y el tipo de piezas how objects were classified in relation to the procedência e o tipo de peças que ingressaram
que ingresaron en esta etapa; a continuación segment population and the variation of this nesta etapa; a continuação se analisa a
se analiza la manera como se catalogaron classification during this period. Finally, maneira como se catalogaram os objetos
los objetos relacionados con los pobladores it exemplifies how specific segments of the relacionados com os povoadores e a variação
y la variación de dicha clasificación durante population were represented. de dita classificação durante o período, para
el período, para terminar visualizando cómo terminar visualizando como se apresentaram
se representaron segmentos específicos de segmentos específicos de povoação.
población.

Palabras clave Key Words Palavras chave


Nación, museo, coleccionismo, historia, Nation, Museum, Collections, History, Nação, museu, colecionamento, história,
representación. Representation. representação.

Palabras clave descriptor Key Words Plus Palavras chave descritor


Museo Nacional de Colombia, exposiciones, Museo Nacional de Colombia, Exhibitions, Museo Nacional de Colombia, exposições,
1880-1912, colecciones, representaciones 1880-1912, Collections, Social 1880-1912, bibliotecas, representação social,
sociales, identidad nacional. Representations. identidade nacional.

* Este artículo es una versión revisada de la ponencia inédita presentada en la xi Cátedra Anual de Historia: Los colores del mestizaje, del Museo Nacional de
Colombia. Agradezco a Ana María Noguera Díaz Granados y a María Camila Díaz Casas por el apoyo en la investigación documental realizada para este proyecto
y por la revisión del escrito que aquí se presenta, al igual que a Inés Yujnovsky y a Germán Alonso Ramírez por la lectura juiciosa del texto y por sus comentarios
y observaciones.

Mem.soc / Bogotá (Colombia), 14 (28): 85-106 / enero-junio 2010 / 85


Introducción sistematizar la diversidad de recursos y poblacio-
Con la emergencia de los nuevos Estados, a co- nes a las que se enfrentaban los nacientes Esta-
mienzos del siglo xix, las élites hispanoameri- dos, en tanto estaban relacionados con formas de
canas se enfrentaron a la necesidad de ordenar la conocimiento que buscaban establecer paráme-
diversidad de habitantes y territorios que debían tros de clasificación4. Dado el principio de orga-
ser convertidos en una nación; emprendieron en- nización taxonómica que ha guiado la práctica
tonces la labor de organizar (en la medida en que del Museo como institución, lo que en él se hacía
sus escasos recursos lo permitían) expediciones era poner en escena la nación de acuerdo con una
científicas con el fin de explorar los territorios clasificación que articulaba y normalizaba la di-
patrios y recoger muestras y objetos testimonia- ferencia: se trataba de hilvanar objetos variados
les para ser coleccionados y exhibidos. que existían previamente dispersos y que prove-
Inmersos en la tradición cultural occidental, los crio- nían de contextos espaciales, temporales y cultu-
llos se apropiaron de las prácticas de saber y poder rales distintos, para crear una imagen de unidad
que habían empleado los europeos desde el siglo que controlara la fragmentación.
xvi, cuando con la exploración de ultramar apa- Siguiendo esta propuesta interpretativa, en el pre-
recieron gabinetes de curiosidades en los cuales sente artículo se elabora una aproximación histó-
se exponían, tratando de adecuarlas a parámetros rica al Museo Nacional de Colombia, con el fin
de clasificación definidos, las rarezas de los mun- de analizar las representaciones5 sobre la nación y
dos recién descubiertos a su imaginación1. Tales sus habitantes que en él se exhibieron entre 1880
gabinetes se fueron ampliando y diversificando y 19126. En primera instancia se hace referencia
entre los siglos xvii y xviii hasta convertirse en a algunas de las características propias del Mu-
un espacio privilegiado para la experimentación, seo teniendo en cuenta su desarrollo en el trans-
el intercambio científico y el deleite artístico. Du- curso del siglo xix y la función social y cultural
rante las últimas décadas del siglo xviii y en el que cumplió; en segundo lugar, se estudia cómo
transcurso del xix, pasaron de ser recintos priva- se constituyeron sus colecciones examinando la
dos a convertirse en museos que se emplearon para procedencia y el tipo de piezas que ingresaron en
la difusión de la ciencia y las artes y para moldear esta etapa; a continuación se analiza la manera
a los ciudadanos creando una imagen de nación a
través de la historia y la etnografía2.
No es extraño entonces que durante el primer siglo 4 Sobre el papel de los museos en la creación de las naciones en
de vida independiente algunos Estados ameri- América Latina ver: Luis Gerardo Morales, Orígenes de la museolo-
canos hayan considerado importante la creación gía mexicana. Fuentes para el estudio histórico del Museo Nacional,
1780-1940 (México: Universidad Iberoamericana, 1994) y Mónica
de museos para conservar, clasificar, estudiar Quijada, “Ancestros, ciudadanos, piezas de museo. Francisco P. Mo-
y exhibir los objetos que se recolectaban en las reno y la articulación del indígena en la construcción nacional ar-
gentina (siglo xix)”, Estudios interdisciplinarios de América Latina y
ya mencionadas expediciones y los que habían el Caribe 9, no. 2 (1998), http://www.tau.ac.il/eial/IX_2/quijada.html
empezado a coleccionar algunos criollos desde 5 Este concepto se está utilizando para hacer referencia a las formas
finales del período colonial3. En este sentido, de enunciar y visualizar la realidad teniendo en cuenta que en la
representación está presente una doble operación transitiva y re-
los museos americanos del siglo xix son un es- flexiva: la primera consiste en traer como memoria y como idea los
pacio privilegiado para estudiar la manera como objetos ausentes a través de imágenes, palabras o gestos y, la se-
gunda, se trata de exhibir la propia presencia, de autorrepresentar-
se configuró un orden simbólico, que pretendía se. Teniendo en cuenta esta doble operación que está implícita a la
hora de representar, la propuesta analítica apunta no sólo a estudiar
los contenidos que se enuncian o visualizan en las representaciones,
sino también los efectos de sentido que producen las formas, los
1 Roland Schaer, L’invention des musées (París: Gallimard, 1993). medios y los procedimientos que se utilizan a la hora de crear re-
2 Ver: Carol Duncan, “Art Museums and the Ritual of Citizenship”, en presentaciones. Ver: Roger Chartier, “Marin, el discurso y la imagen.
Exhibiting cultures: the poetics and politics of museum display, ed. Poderes y límites de la representación”, en Escribir las prácticas.
Ivan Karp (Washington, D.C.: Smithsonian Institution Press, 1991). Foucault, de Certeau, Marin (Buenos Aires: Manantial, 1996), 73-99.
3 Por ejemplo: el Museo Nacional mexicano fue fundado en 1825; el 6 El Museo Nacional fue fundado en 1823. A partir de sus coleccio-
del Perú, en 1826; el Museo Nacional de Historia Natural de Chile, nes se formaron diferentes museos en el siglo xx, entre los que
en 1830; en Argentina empezó a funcionar el Museo Antropoló- encontramos: el Museo de Arte de la Escuela Nacional de Bellas
gico y Arqueológico de Buenos Aires en 1877 y en 1889 el Museo Artes (1903), la Casa Museo Quinta de Bolívar (1919), el Museo de
Histórico Nacional. Arte Colonial (1942) y el Museo del 20 de Julio (1960).

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como se catalogaron los objetos relacionados tendrían las colecciones del Museo hasta bien
con los pobladores y la variación de dicha cla- entrado el siglo xx: antigüedades indígenas10,
sificación durante el período, para terminar vi- piezas históricas, objetos de historia natural y
sualizando cómo se representaron segmentos muestras representativas de los adelantos del
específicos de población. país. En fin, un escenario donde se exhibían los
rasgos característicos de la nación tanto en lo re-
El Museo como espacio institucional ferente a su pasado, como a sus posibilidades de
progreso hacia el futuro.
El 28 de julio de 1823 se promulgó el decreto de En el período que va desde 1830 hasta 1880 el Mu-
creación de un museo y una escuela de minería seo fue objeto de múltiples reformas y cambios
en Bogotá, con el fin de promover las ciencias. continuos de sede que afectaron notoriamente
La idea era crear un instituto de historia natural sus colecciones. Los diferentes gobiernos del pe-
en el que se reunirían piezas de los tres reinos ríodo en cuestión no mantuvieron una política
naturales recolectadas en expediciones organiza- de largo aliento con respecto al establecimien-
das para tal fin7. Sin embargo, ya en su inaugu- to y aunque, en algunos casos, lo utilizaron para
ración el 4 de julio de 1824, el Museo contaba rendir honores a héroes particulares de la Inde-
con una momia encontrada cerca de Tunja y en pendencia o de alguna de las guerras civiles11 y,
1825 se remitieron otros objetos curiosos como en otros, sirvió como depósito de los objetos que
la medalla realizada por el Congreso colombia- se recogieron en expediciones gubernamentales
no en honor a Bolívar, las banderas españolas de como la Comisión Corográfica, el problema pre-
los cuerpos vencidos en Ayacucho y el estandarte supuestal y la agitada situación pública lo man-
con el que Francisco Pizarro conquistó al Perú tuvieron al borde de la extinción.
en 1533, enviados estos últimos por el General Durante el gobierno de los liberales radicales
Antonio José de Sucre al Gobierno de Colom- (1863-1878) se planteó la necesidad de reorga-
bia, que ordenó colocarlos en el establecimiento nizar el Museo y de elaborar catálogos detallados
en cuestión8. de sus colecciones. Algunos, como Manuel An-
Así, el museo de historia natural se convertía en una cízar, proponían darle “el carácter de etnolójico,
entidad en la que además de las muestras natu- además del histórico que ya tenía, mediante la
rales, se empezaban a albergar los objetos pro- adquisición de cráneos, momias, armas i arte-
venientes de la Campaña Libertadora ya fueran factos de los aboríjenes, clasificados por razas i
éstos antigüedades, como el manto de la esposa tribus con la conveniente leyenda en cada grupo
de Atahualpa, o piezas conmemorativas como la i en el catálogo”12. Ancízar aludía a un tipo de
corona que le presentó el pueblo de Cuzco a Bo- colecciones marcadas por el saber de la etnología
lívar9. Se ponía entonces en escena la gloria de y centradas en el estudio de los tipos físicos de
la nación representada por los trofeos de guerra los indígenas (cráneos y momias) y en sus cos-
que estaban obteniendo las tropas patriotas en su tumbres (armas y artefactos); la estrategia de cla-
campaña. Luego, con la donación de una taza de sificación que formulaba daba cuenta de la idea
loza fabricada por la Compañía de Industria Bo-
gotana, en 1834, se completaría el carácter que
10 Para una reflexión sobre la recolección y el lugar de las antigüe-
dades indígenas en la colección del Museo entre 1823 y 1893, ver:
Clara Isabel Botero, El redescubrimiento del pasado prehispánico
7 Para un estudio detallado del proceso de conformación del Museo en Colombia: viajeros, arqueólogos y coleccionistas, 1820-1845
Nacional ver: María Paola Rodríguez Prada, “Origen de la institu- (Bogotá: icanh - ceso, 2006), 101-138.
ción museal en Colombia: entidad científica para el desarrollo y el 11 Por ejemplo: en 1847, bajo el gobierno de Tomás Cipriano de Mos-
progreso”, Cuadernos de Curaduría, no. 6 (enero-junio del 2008). quera, se ordenó exaltar la memoria de los granadinos que hicie-
http://www.museonacional.gov.co/inbox/files/docs/Aproximacio- ron la Campaña de Venezuela colocando en el Museo Nacional sus
nesalahistoria06.pdf retratos, y en 1854 el General Melo mandó exhibir en el Museo un
8 Martha Segura, Itinerario del Museo Nacional de Colombia 1823- retrato del General Franco, quien había muerto en la guerra civil.
1994 (Bogotá: Museo Nacional de Colombia, 1995), Vol. 1, 52-59. 12 Manuel Ancízar, “Informes de Comisiones”, Anales de la Univer-
9 Estos dos objetos ingresaron a la colección en 1826. Ver: Segura, sidad V, no. 25, (1871): 9. Citado en Segura, Itinerario del Museo
Itinerario del Museo Nacional, 61- 62. Nacional, 126.

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de una representación diferenciada de los habi- económicas de esa localidad, á fin de que los extranje-
tantes del país. Se trataba pues de un sistema de ros que visiten nuestro Museo puedan llevar datos que
tal vez no sean estériles para la posterior explotación
representación que respondía a la necesidad de
industrial de las riquezas de este suelo;
ordenar y jerarquizar lo diferente y que coincidía 4°. Los de historia patria, entendiéndose por tal, no la
con la que se había puesto en juego en la Comi- de nuestras desastradas guerras civiles, sino la del gran
sión Corográfica y en géneros literarios y pictó- período en que, para conquistar independencia i dere-
ricos como el costumbrismo13. cho de Gobierno propio, desplegaron nuestros padres
En el afán por reorganizar el Museo el Secreta- virtudes verdaderamente heroicas. Ojalá podamos re-
unir en el Museo las armas que usaron en la guerra de
rio de Instrucción Pública firmó –en 1880– un
Independencia nuestros más afamados caudillos, así
contrato con Fidel Pombo para dar inicio a la como algunos manuscritos de los sabios i estadistas
catalogación: Pombo se haría cargo de los ob- que, como hombres de ciencia ó como apóstoles i tri-
jetos de historia natural, Genaro Balderrama de bunos, fueron el alma de nuestra revolución14.
la sección botánica y Saturnino Vergara de la de La organización que planteaba Becerra en su co-
historia patria, arqueología y pinturas. El catálo- municado visualiza la manera como se estaba
go fue publicado en 1881 con el nombre de Breve perfilando la clasificación de la colección: anti-
guía del Museo Nacional y su importancia radi- güedades indígenas, objetos coloniales, historia
caba en el carácter público que éste tenía, pues patria y mineralogía. Según tal propuesta, los
así viajeros extranjeros y visitantes nacionales objetos indígenas harían posible aproximarse
podrían conocer las colecciones; el objetivo era a las diferentes razas anteriores a la conquista y
generar un reconocimiento del patrimonio que esclarecerían los problemas de la etnología co-
albergaba el Museo y fomentar el interés de los lombiana; las piezas coloniales permitirían recor-
nacionales por conservarlo y enriquecerlo. Otra dar el espíritu de una época que estaba llegando
de las estrategias para alcanzar tal objetivo fue a su fin; los relacionados con la historia patria
la impulsada por Ricardo Becerra, secretario de conmemorarían la memoria de caudillos, sabios
Instrucción Pública durante el primer mandato y estadistas y los objetos mineralógicos estarían
de Rafael Núñez, quien envió a los gobiernos de encaminados a fomentar la explotación futura de
los Estados un comunicado en el que se solici- las riquezas nacionales.
taba su participación en el enriquecimiento del Lo interesante de la nota de Becerra es que en ella
Museo, aclarando el tipo de objetos que debían está implícita una forma de entender el pasado
privilegiarse: expresada alrededor de la manera como se con-
Ruego á usted que dé la preferencia, entre tales obje- cebían los objetos patrimoniales. A partir de tal
tos, á los siguientes, á saber:
concepción se daba un primer paso hacia el pro-
1°. Los que representen las razas de nuestro país i su
estado de civilización anteriores á la conquista, i muy
ceso de territorialización de la memoria históri-
particularmente aquellos que sirvan para establecer los ca porque, aunque los indígenas se consideraran
problemas aún oscuros de la etnografía colombiana; como otras razas y el espíritu colonial como algo
2°. Los del período colonial, tanto más interesantes que estaba llegando a su fin, lo que denota dicha
cuanto que lo que á él se refiere i da idea del espíri- explicación es que el pasado indígena, el período
tu que en él dominó, está á punto de desaparecer por
colonial, la historia patria e incluso la explotación
completo, remplazándolo, en formas de transición,
aquello que con un mayor transcurso del tiempo re-
de las riquezas en un futuro se hallaban en proce-
presentará genuinamente el movimiento político que so de englobarse en una colección que pretendía
nos hizo nación; dar testimonio de lo nacional. Además, al acla-
3°. Los mineralógicos, con mención de la locali- rar la forma como debía entenderse la historia
dad en que han sido recogidos i de las condiciones

13 Para una reflexión sobre el tipo de imaginario de nación que se 14 Ricardo Becerra, “Enriquecimiento del Museo Nacional (Circular
configuró alrededor de la Comisión Corográfica ver: Olga Restre- los Estados)”, Documentos, Archivo General de la Nación (agn en
po, “Un imaginario de la nación: lectura de las láminas y descrip- adelante), Sección República, Fondo Secretaría de Instrucción
ciones de la comisión corográfica”, Anuario Colombiano de Histo- Pública, 1881, f. 110. Citado en: Segura, Itinerario del Museo Na-
ria Social y de la Cultura 26 (1999): 30-58. cional, 142-143.

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patria, se buscaba dejar de lado aquellas referen- funcionarios estatales, Pombo logró aumentar
cias a las guerras civiles, para conciliar en el pa- y conservar la colección convirtiendo al Museo
sado las facciones que se pretendían acabar en el en una entidad que inspiraba confianza en los
presente. Se querían rescatar las virtudes heroi- donantes y en las dependencias del Estado a las
cas, la valentía y la producción intelectual de los que este director pidió la remisión de objetos17,
prohombres de la Independencia, en la medida convirtiendo la colección del Museo en la más
en que estos valores servían para la formación de importante que tenía el país para la época.
los nuevos ciudadanos. Durante la primera década del siglo xx el Museo
Con la compra hecha a coleccionistas como Perei- se consolidó como una institución cultural. Por
ra Gamba y Alberto Urdaneta15, los objetos que una parte, tuvo una relación estrecha con estable-
empezaron a llegar provenientes de los diferen- cimientos especializados como la recientemente
tes departamentos, los donados por los particu- creada Academia de Historia de Colombia y la
lares y las piezas recolectadas en el ámbito de la Escuela de Bellas Artes, y, por otra, estableció re-
Comisión Científica Permanente (creada por el laciones con entidades afines en Estados Unidos,
Gobierno Nacional en 1881), la colección del Europa y América Latina, las cuales permitieron
Museo creció notablemente y empezó a tener la especialización de sus funciones.
una mayor relevancia en la vida nacional. En- En 1904, el Ministro de Instrucción Pública regla-
tre 1884 y 1901, el conservador del Museo fue mentó la labor de la institución indicando que en
Fidel Pombo, quien se dedicó a promover las ella sólo debían existir los objetos de verdadero
donaciones de particulares utilizando las redes valor histórico y científico18, con lo cual se conso-
familiares y científicas de las cuales hacía parte lidaba la necesidad de seleccionar las piezas que
y encargándose de publicar en el Diario Oficial llegaban y de conservar únicamente las que fue-
dichas donaciones. En las acciones emprendidas ran valiosas para los fines que el establecimiento
por Pombo, así como en sus escritos, se puede perseguía. La idea era que el Museo pasara de ser
observar la configuración de una idea de patri- un gabinete de curiosidades en el que reposaban
monio que apuntaba a preservar los objetos que todo tipo de objetos, a convertirse en un centro
tenían algún valor científico o histórico, para así en el que se conservaran las piezas originales que,
fomentar el estudio de lo propio. desde la percepción de ciertos grupos de letrados,
Si bien el Estado durante este período tuvo una po- eran fundamentales para representar la nación.
lítica vacilante frente al Museo y no fue posible la En 1910 el militar e historiador Ernesto Restrepo
construcción de un edificio que le diera albergue Tirado se posesionó como director, cargo que
a las colecciones ni la asignación de un presu- ocuparía hasta 1920. Con Restrepo se inauguró
puesto considerable para nuevas adquisiciones, una nueva etapa del Museo caracterizada por un
algunos decretos permitieron reglamentar la ins- aumento sostenido y sistemático de las colec-
titución, y en ellos se manifestó la intención de ciones de historia y arqueología. Entre sus pri-
convertirlo en un espacio para la instrucción pú- meras acciones estuvieron la realización de una
blica y de darle el estatuto de garante de la con- convocatoria nacional para enriquecer el acervo
servación del patrimonio16. Así, a pesar de las del Museo a través del envío de mil ejemplares
carencias presupuestales y las disputas con varios de una circular dirigida a varias entidades de la
República en la que se pedía la remisión de pie-
zas valiosas, y de solicitudes hechas a particulares
15 En 1887 el Gobierno decide comprar la colección de Urdaneta
conformada principalmente por objetos de arte y antigüedades
indígenas.
16 En el Decreto 1.238 de 1892 se estipulaba que al Museo se le debía 17 Para algunos ejemplos del tipo de objetos que Pombo pedía se
proveer de un local y un mobiliario apropiado, así como de dos fun- pueden consultar las siguientes cartas de solicitud de remisiones:
cionarios permanentes. De la misma manera, se pensaba activar la Archivo Histórico del Museo Nacional (en adelante ahm), 1888,
recolección de los productos naturales del país y de los objetos Tomo 0, Docs. 19, 20, 27 y 36; y 1893, Tomo 1, Doc. 2.
relativos a la Historia Patria. Ver: “Decreto 1238, orgánico de la 18 “Decreto No. 491 por el cual se reglamenta la Ley 39 de 1903”,
Instrucción pública, secundaria y profesional”, Diario Oficial, no. Diario Oficial, no. 12.123 (1904). Citado en: Segura, Itinerario del
8690 (1892). Citado en Segura, Itinerario del Museo Nacional, 178. Museo Nacional, 200.

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que poseían objetos que podrían ser interesantes parecer el horario de los jueves se mantuvo por
para el Museo, en especial para la sala de gober- algún tiempo; en 1881 el conservador del Museo
nantes de Colombia. En la circular enviada a las –José Caicedo Rojas– declaraba, en el informe
autoridades regionales, Restrepo Tirado pedía: sobre la marcha del establecimiento, que durante
Cuantos objetos puedan conseguir, ya sean referentes á el mes y medio que llevaba en su cargo “los días
las tribus indígenas ó á la Colonia, i especialmente á la de atención al público han vuelto á ser los jueves
época gloriosa de nuestra Independencia; muestras, aún i domingos, por espacios de dos horas, con una
cuando sean aisladas de los variados productos de la asistencia total de 150 á 200 personas24.
fauna, de la flora i del reino mineral, con especificacio-
El mismo Caicedo en una carta publicada en Papel
nes del lugar de su procedencia i nombre del donante19.
Periódico Ilustrado reseñaba la labor pedagógica
Para el final de la década de 1910, y después de va- que cumplía con los visitantes. Para este letrado
rios años de actividad de la Academia Colom- uno de las funciones del Museo era transmitir la
biana de Historia, el proceso de territorialización gloria de los antepasados a través de las piezas que
de la historia patria que se insinuaba ya desde el albergaba; sin embargo creía que la entrada a dicho
final del siglo xix se estaba completando y los recinto debía ser restringida e incluso amenazó
objetos asociados con ésta se privilegiaban sobre con cerrarlo si no se garantizaban el orden y la se-
los que tenían que ver con la historia natural. Por guridad de la colección25. De acuerdo con Caicedo,
otra parte, la función social del Museo estaba en los visitantes por excelencia debían ser los foraste-
un proceso de cambio y aunque seguía siendo un ros, los extranjeros y las personas honorables26. No
instituto de enseñanza pública, para personajes obstante, notificaba que durante los primeros diez
como Pedro María Ibáñez dicho establecimiento meses de 1883 el establecimiento había tenido
debía sobre todo despertar el amor a la patria20. 1.666 visitantes, que él dividía por grupos sociales
de acuerdo con su ilustración y su fisonomía:
Hasta los de ruana y sombrero de
El Museo ha sido visitado (...) por multitud de perso-
jipijapa: el Museo y sus visitantes nas de todas clases, condiciones, sexos i edades: desde
el extranjero ilustrado i el hombre de estudios, hasta
Tenemos noticias de que el Museo estaba abierto los alumnos de los colegios i escuelas primarias; desde
para los visitantes extranjeros gracias a la alusión la matrona, la señorita elegante i el petimetre sahuma-
realizada por el viajero August Le Moyne en do, hasta la ruana i el enorme sombrero de jipijapa del
artesano i del hombre del campo27.
182821. En cuanto al público general, el primer
documento en el que se hace referencia a los días Aunque se le daba privilegio a un grupo reducido
de visita es uno de 1833, en el que se señalaba de personas, la práctica de visita al Museo pa-
que éstos eran los segundos y los últimos domin- rece haberse extendido a sectores como los es-
gos de cada mes entre las once de la mañana y las tudiantes, las mujeres e incluso el artesanado y
dos de la tarde22. los campesinos. No es posible tener una idea de
En las décadas siguientes el Museo estuvo abierto cuál era el porcentaje por grupos sociales del pú-
al público por algunos períodos, pero sólo hasta blico que llegaba al Museo, pero es diciente que
1868 se estipuló que dentro de las funciones de sus pasillos fueran recorridos por representantes
su encargado estaba abrirlo una vez por semana, de extracciones sociales diversas; tal vez el que
todos los jueves, de diez a dos de la tarde23. Al

24 José Caicedo Rojas, “Informe sobre la marcha del establecimien-


19 Citado en Segura, Itinerario del Museo Nacional, 215. to presentado al Secretario de Instrucción Pública”. Citado en:
20 Pedro María Ibáñez, “Prólogo”, en Catálogo del Museo de Bogotá, Segura, Itinerario del Museo Nacional, Vol. 1, 149.
Ernesto Restrepo Tirado (Bogotá: Imprenta Nacional, 1912), I. 25 Así se puede observar en: agn, Fondo Secretaría de Instrucción
21 Ver: Augusto Le Moyne, Viajes y estancias en la América del Sur. Pública, 15 de abril de 1882, Tomo 12, f. 86. Citado en: Segura,
La Nueva Granada, Santiago de Cuba, Jamaica y el Istmo de Pa- Itinerario del Museo Nacional, Vol. 1, 152.
namá, 1828 (Bogotá: Ministerio de Educación Nacional, 1945), 26 José Caicedo Rojas, “Informe del Conservador del Museo Nacio-
118- 119. Citado en: Segura, Itinerario del Museo Nacional, 71. nal al Secretario de Estado en el Despacho de Instrucción Pú-
22 Ver: Gaceta de la Nueva Granada [Bogotá], 1833, no. 80, 344. blica”, Documentos, agn, Sección República, Fondo Secretaría de
23 Anales de la Universidad [Bogotá], 1868, Tomo 1, no. 1, 63. Citado Instrucción Pública, 15 de noviembre de 1883, f. 60.
en: Segura, Itinerario del Museo Nacional, Vol. 1, 113. 27 Caicedo, “Informe del Conservador”, 60.

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su estrategia de comunicación no fuera exclusi- plazas públicas, desfiles y salones privados, o en
vamente letrada, permitía el acercamiento a un impresos.
público más amplio del que tenían otros dispo- Así, durante el período comprendido entre 1880 y
sitivos culturales como los impresos. Si se tiene 1912, algunos de los objetos que conformaban
en cuenta que para la época Bogotá contaba con las colecciones del Museo Nacional eran reco-
unos 84.723 habitantes28, un promedio de casi nocidos como patrimonio por aquellos que re-
2.000 visitantes al año era significativo. corrieron sus salas o que los vieron en fiestas,
Atendiendo a la diversidad de visitantes que tenía conmemoraciones e impresos. Además, la prácti-
el Museo, Fidel Pombo ideó una estrategia de ca de visita al Museo se había consolidado y para
segmentación del público: 1909 se habían ampliado los horarios de aten-
Procurando que la sesión de los jueves se consagre ción al público (todos los días no feriados de 10
principalmente á los estudiantes de los Colegios i a 11 a.m. y de 2 a 4 p.m.).
personas que quieren hacer observaciones con más Para esta última época, se mantenía todavía una
atención i tranquilidad, pues las sesiones del sábado división de los públicos, privilegiando ahora a
son generalmente muy concurridas por toda clase de
un grupo más amplio de personas con intere-
personas, i á penas hay facilidad de atender debida-
mente á todas, sin descuidar la necesaria vigilancia ses científicos o académicos como los profesores
para el orden i el respeto usuales29. y alumnos de las Facultades de Ciencias, Artes e
Historia, los miembros de corporaciones relacio-
Por una parte, Pombo consideraba que uno de los
nadas con dichas áreas, los alumnos de cualquier
grupos a los que se les debía prestar mayor atención
instituto de educación y los viajeros. Por su parte,
era el de los estudiantes, lo cual nos lleva a pensar
el resto del público podía asistir los martes, jue-
en la función pedagógica del Museo como espa-
ves y sábados de 2 a 4 p.m. tal como lo dictaba
cio de conocimiento en el que se ejemplificaban
el decreto 66833. Además, en el mismo decreto se
los contenidos aprendidos en la escuela. Por otra,
estipulaba que una vez el Museo fuera traslada-
reiteraba la afirmación de Caicedo con respecto al
do a un local adecuado se empezaría a cobrar la
tipo de público: el Museo era visitado por toda cla-
entrada exceptuando a las personas con intereses
se de personas y no sólo por notables e ilustrados,
científicos y académicos y dejando un día sema-
entre otras cosas porque la entrada era gratuita.
nal de entrada libre; con esto se creaba un nuevo
Otra de las misiones centrales del Museo era, como
filtro para restringir el acceso de ciertos sectores
ya se había planteado, la glorificación de la his-
sociales, mientras que se privilegiaba a la recien-
toria nacional y de sus prohombres por lo cual
temente ampliada red de letrados.
no es extraño que el Ministerio de Instrucción
Pública solicitara que el establecimiento estuvie-
Hacer visible / Hacerse visibles: la entrada
ra abierto en días patrios como el 20 de julio30 y
de nuevos objetos a la colección
que sus objetos fueran prestados para festivida-
des cívicas y militares31 o para ser reproducidos
La relación de los ciudadanos con el Museo no se
en libros de historia32. A pesar de lo perjudicial
limitaba a la posibilidad de visitarlo o de cono-
que resultaban estas prácticas para la conserva-
cer los objetos que éste conservaba por medio de
ción de las obras, a través de ellas era posible la
festividades públicas e impresos, pues a través
circulación de las piezas pues no era necesario
de las donaciones un número considerable de
asistir al Museo para conocerlas: podían verse en
personas entró en contacto con la institución;
en el archivo histórico de ésta reposan una gran
28 Francisco Javier Vergara y Velasco, Almanaque y guía ilustrada de cantidad de cartas provenientes de habitantes de
Bogotá para el año de 1881 (Bogotá: Imprenta de Ignacio Borda, diferentes regiones del territorio nacional a tra-
1881), 188.
29 Fidel Pombo, “Informe del Director del Museo Nacional al Ministro
vés de las cuales se remitieron un sinnúmero de
de Instrucción Pública”, Documentos, agn, Sección República, Fon- piezas de variada naturaleza. En el apartado que
do Secretaría de Instrucción Pública, 10 de junio de 1890, f. 84.
30 Ver: ahm, 1893, Tomo 1, Doc. 9; y 1896, Tomo 1, Doc. 12.
31 Ver: ahm, 1902, Tomo 2, Doc. 7; 1903, Tomo 2, Doc. 9.
32 Ver: ahm, 1894, Tomo 1, Doc. 21. 33 Ver: ahm, 1910, Tomo 2, Doc. 40.

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 91


se presenta a continuación se estudian los objetos a la colección en este período las secciones que
que ingresaron a la colección entre 1880 y 1912 primaron fueron las de historia natural e histo-
con el fin de analizar la manera como se consti- ria patria, seguidas por la de objetos indígenas,
tuyó una forma particular de representación de mientras que las de curiosidades, publicaciones,
lo nacional, prestando especial atención a lo refe- numismática, artefactos y retratos tuvieron una
rente a los pobladores. importancia menor. En el gráfico 1 se aprecia el
énfasis que se le daba a ciertas secciones no sólo
Las secciones del Museo por parte de los administradores sino desde la
perspectiva de los mismos donantes.
La división en tipos que se ha hecho para esta in- Un 35% de los objetos que ingresaron era de his-
vestigación responde a las estrategias taxonó- toria natural, lo cual permitiría inferir que la
micas que se desarrollaron en la institución –las institución continuó siendo principalmente un
que, cabe anotar, no se mantuvieron estables instituto de ciencias naturales. Sin embargo, al
durante el período estudiado–, y permite elabo- hacer la segmentación de los mismos porcentajes
rar una imagen de lo que fue la colección entre por décadas (1882-1891 / 1892-1901 / 1902-
1880 y 191234. De las 543 piezas que ingresaron 1912)35, tal como aparece en los gráficos 2, 3 y 4,

Adelantos
1% Curiosidades
Curiosidades
4% 2% 8% 8% 3% Historia Natural
Historia Natural 5% 24%
18%
Historia Patria Historia Patria
Numismática Objetos Indígenas
3%
35%
Objetos indígenas
Publicaciones
Publicaciones 37%
29% 23% Retratos, láminas,
Retratos, láminas, grabados y fotografías
grabados y fotografías

Gráfico 1. Objetos por tipo 1880-1912: Gráfico 3. Objetos por tipo 1892-1901:
elaborado por la autora a partir de la información obtenida en elaborado por la autora a partir de la información obtenida en
el Archivo Histórico del Museo Nacional. el Archivo Histórico del Museo Nacional.

Adelantos
1% Curiosidades
Curiosidades
1% Historia Natural
3% 4% 8% 1% 14%
Historia Natural 11%
25% Historia Patria
Historia Patria 15%
4% Numismática
Numismática
Objetos Indígenas
Objetos Indígenas
1%
Publicaciones
51% Publicaciones
14%
47% Retratos y láminas,
Retratos, láminas,
fotografías y grabados
grabados y fotografías

Gráfico 2. Objetos por tipo 1882-1891: Gráfico 4, Objetos por tipo 1902-1912:
elaborado por la autora a partir de la información obtenida en elaborado por la autora a partir de la información obtenida en el
el Archivo Histórico del Museo Nacional. Archivo Histórico del Museo Nacional.

34 Partiendo de la información recogida en el Archivo Histórico del departamentos (Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamar-
Museo se realizó una base de datos conformada por los 543 obje- ca, Magdalena, Panamá, Santander y Tolima), y unas zonas que
tos, cuyo ingreso a la colección en el periodo señalado es posible éstos habían cedido al Gobierno Nacional denominadas territorios
constatar, ya sea por las cartas de donación, las órdenes de re- nacionales (Bolívar cedió San Andrés y Providencia; Boyacá a Ca-
misión o los recibos de adquisición. Dicha base de datos consta sanare; Cundinamarca a los Llanos de San Martín; Magdalena a
de cinco divisiones temáticas: año de ingreso, información sobre la Guajira, la Sierra Nevada y los Motilones, y Santander al Opón).
el objeto, forma como se incorporó a la colección, lugar de origen Además, Bogotá, aunque no era un departamento, se incluyó por
y lugar de envío. La clasificación en tipos se hizo de acuerdo con separado debido a la importancia que tuvo como lugar de envío,
las directrices generales a través de las cuales se organizó el Mu- remisión y adquisición de las piezas.
seo (artefactos nacionales; curiosidades; historia natural; historia 35 Se decidió adoptar esta división por décadas en tanto que en cada
patria; numismática; objetos indígenas; publicaciones; retratos y período los años efectivos de ingreso de objetos que hubieran que-
láminas, grabados y fotografías) aunque dichas clasificaciones dado registrados en el ahm serían aproximadamente siete, a excep-
variaron de una etapa a otra y no fueron sistemáticas. En cuan- ción del último período que tiene nueve. Además, es importante ano-
to a la división por departamentos, se respetó la organización tar que los índices de mayor recepción de objetos se registraron en
política que tenía el país en las décadas que se estudian: nueve la primera década (1882- 1901) y en los años de 1910, 1911 y 1912.

92 / Vol. 14 / Nº 28 / enero - junio de 2010


se aprecia que las piezas de historia natural fue- Colonia 28 18%
ron perdiendo importancia con respecto a las de Conquista 7 4%
otras secciones, en especial a la de historia patria, Independencia 62 39%
lo cual confirma que la institución, hacia el fi- República 36 23%
nal de la década de 1910, estaba en proceso de Simón Bolívar 21 13%
General 4 3%
convertirse en un museo histórico por excelencia.
Total 158 100%
Por su parte, el ingreso de piezas indígenas fue
Tabla 1, Objetos de Historia patria clasificados por subtipos:
bastante irregular; mientras que de 1882 a 1891 elaborada por la autora a partir de la información obtenida en
el Archivo Histórico del Museo Nacional.
representaban el 25% de los objetos que entra-
ron, en el período siguiente (1892-1901) apenas
eran el 5% y en la primera década del xx el 11%, En lo que a los objetos indígenas se refiere, no se
de manera que en relación con tales objetos no hacía una diferenciación entre las piezas arqueo-
es posible establecer una tendencia clara pues su lógicas y las etnográficas. Todas eran clasificadas
llegada al establecimiento dependía, en buena como objetos de tribus del territorio nacional, y
medida, de iniciativas de personajes particulares eran representados como unos otros dentro de la
como el escritor Jorge Isaacs, quien envió la ma- nación, por lo menos por algunos intelectuales
yoría de las piezas correspondientes a esta clasi- regeneradores como Monseñor Carrasquilla,
ficación en la primera etapa36. para quien el pasado indígena no hacía parte de
En cuanto a la clasificación en subtipos, en lo que la memoria de la patria.
se refiere a la sección de historia patria los resul- Dos cosas forman la patria: el suelo en que vivimos i la
tados son interesantes (Tabla 1) pues de las pie- raza á que debemos nuestro origen; i más cerca nos per-
tenece el linaje que el territorio. Más satisfacción nos
zas que ingresaron al Museo predominaron las
causa á nosotros el recuerdo de las glorias españolas que
que aludían a la Independencia (39%) y a la Re- el de las hazañas de cualquiera de los caciques que man-
pública (23%), mientras que las referentes a la daron en estas tierras antes de descubiertas por Colón37.
Conquista y la Colonia sumaban un 22%, que es
Desde esta perspectiva la raza a la que la patria de-
relativamente poco si se tiene en cuenta que los
bía su origen era la española y no la indígena y
objetos relacionados con Bolívar representaban
aunque se compartía el territorio con estos pue-
un 13% del total de los que entraron al estableci-
blos, como la filiación por linaje primaba sobre la
miento en la etapa de estudio. Así, la historia que
idea de territorio, los indígenas del pasado que-
se puso en escena en el Museo fue fundamental-
daban en los márgenes de la nación: al pertene-
mente la de la gesta de Independencia, que era
cer a otro linaje, no hacían parte de la historia
concebida como el mito fundacional de la nación
patria. En este sentido, y dadas las características
y que representaba la idea de un pasado glorioso.
de la clasificación de los objetos que ingresaban
Sin embargo, no se puede perder de vista que los
al Museo, la representación de la historia nacio-
límites entre el período de independencia y el re-
nal que se configuró durante las últimas décadas
publicano no eran del todo claros.
del siglo xix establecía una diferenciación tajante
entre lo indígena y la historia patria: lo indígena
clasificado con el adjetivo de antigüedades (como
lo analizaremos más adelante) y la historia patria
como parte de un episodio de la raza latina, tal
como lo argumentaban Miguel Antonio Caro y
36 Isaacs remitió 60 de los 86 objetos indígenas que llegaron al Mu- algunos de sus contemporáneos38.
seo entre 1882 y 1891 y aunque él formaba parte de la Comisión
Científica Permanente organizada por el Gobierno Nacional en
1881, lo que afirma en el estudio que escribió como producto de su
trabajo en dicha Comisión es que el interés del Estado por la expe- 37 Rafael María Carrasquilla, Sermones de discursos escogidos (Bo-
dición se perdió a menos de un año de iniciada y que buena parte gotá: Kelly, 1953).
de los objetos y los datos registrados por él fueron producto de su 38 Para un análisis del concepto de raza latina ver: Amada Carolina
iniciativa personal. Ver: Jorge Isaacs, Las tribus indígenas del Mag- Pérez, “Los conceptos de raza, civilización e historia en la obra de
dalena (Bogotá: Ediciones Sol y Luna, 1967). Publicado por primera Miguel Antonio Caro: la articulación de un modelo de represen-
vez en la revista Anales de Instrucción Pública (1884), 9-17. tación sobre los habitantes del territorio nacional”, en Biblioteca

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 93


El Museo y su relación con las estaban por fuera del control del Estado. Además
regiones del territorio nacional de Bogotá, las piezas remitidas por entidades ofi-
ciales provenían de Tolima, Boyacá, Cauca, Bolí-
De los 543 objetos que entraron a la colección, 383 var y Santander, y en cuanto a las adquisiciones,
fueron donaciones hechas por particulares, 106 sólo se compraron objetos de Bogotá y sus territo-
remisiones provenientes de instituciones oficiales rios circundantes: Cundinamarca y Boyacá.
y 54 adquisiciones, así que, en buena medida –y a En lo referente específicamente a las donaciones
diferencia de lo que ocurrió en la conformación (Gráfico 6), los territorios nacionales fueron el
de buena parte de los museos nacionales ameri- lugar de origen predominante de los objetos que
canos– el Museo fue conformado por lo que los eran enviados al Museo, seguidos por departamen-
particulares consideraban relevante para ser con- tos como Cundinamarca, Santander y Magdalena,
servado y exhibido en este recinto. Como se había mientras Bogotá ocupaba el quinto puesto, lo cual
señalado, el Gobierno Nacional hizo diferentes nos permite advertir que para los particulares las
llamados a los departamentos y a los ciudadanos piezas que parecían curiosas o relevantes para ser
para que colaboraran en el enriquecimiento de las conservadas en el Museo eran las que provenían de
colecciones y algunos directores, como Pombo y los escasamente integrados territorios nacionales.
Restrepo, no sólo propiciaron que el Estado hicie- La fascinación por lo exótico que había inspirado,
ra este tipo de convocatorias sino que en muchos primero, la creación de los gabinetes de curiosi-
casos se dirigieron expresamente a particulares dades y, más tarde, la configuración de los museos
pidiéndoles objetos que les interesaban puntual- estaba presente en las prácticas del coleccionismo
mente. Sin embargo, aunque el Gobierno y los nacional y constituía el eje de la representación de
funcionarios de la institución trataron de ofrecer los llamados territorios nacionales.
ciertas directrices, lo que es interesante del pro- Al comparar los resultados obtenidos en cuanto al
ceso de ingreso de objetos es que permite obser- departamento de origen de los objetos donados
var el diálogo que se estableció entre diferentes con el lugar desde el cual fueron enviados existe
instancias oficiales y ciertos individuos en el mo- una clara diferencia. En lo referente al departa-
mento de configurar una imagen sobre la nación mento o región de envío, Bogotá tiene un 39%
o sobre la civilización, la ciencia y el progreso. del total de los objetos donados que contrasta
Al revisar los lugares de origen de las piezas que in- con el 9% del gráfico anterior, pero lo más re-
gresaron al Museo, los resultados permiten ob- levante es que regiones periféricas, como los
servar que éstas provenían de regiones diversas e territorios nacionales y Magdalena, tienen unos
incluso de ciudades y territorios apartados. En el resultados contrastantes al comparar el lugar de
anterior gráfico se aprecian los departamentos de origen con el de envío: los territorios nacionales
origen de los objetos que llegaron al Museo desde representaban un 20% del primero y un 1% del
el territorio nacional y la manera como ingresaron segundo, y Magdalena un 9% del primero y un
a la colección. Una buena parte de los objetos de 1% del segundo, mientras que los principales te-
origen nacional (el 19%) provenía de Bogotá, sin rritorios de envío de las donaciones, además de
embargo, tales piezas ingresaban al Museo prin- Bogotá, fueron departamentos andinos: Santan-
cipalmente como remisiones de otras entidades der, Cundinamarca y Antioquia.
estatales, lo cual es lógico si se tiene en cuenta que Los resultados que se visualizan en el gráfico 7 co-
dicha ciudad era la capital donde estaban centrali- rroboran que en la relación entre centro y periferia
zadas las oficinas del Gobierno. Lo que sorprende al interior del país se llevó a cabo algo similar a
del gráfico 5 es que el lugar de origen que ocupa el lo que ocurrió entre las metrópolis y sus colonias
segundo puesto es el de los territorios nacionales, en la conformación de los museos durante el siglo
pues estas regiones eran apartadas y prácticamente xix: las piezas exhibidas en los museos metropo-
litanos fueron recolectadas por los expertos euro-
peos en las colonias para dar presencia y volver
Virtual del pensamiento filosófico en Colombia (Bogotá: Instituto inteligibles –para Europa– a aquellas regiones que
de Estudios Sociales y Culturales pensar, 2008). entraban en la clasificación de lo exótico. En el

94 / Vol. 14 / Nº 28 / enero - junio de 2010


90 45%
Antioquia
80 40%
Remisión Bogotá
70 Donación 35% Bolívar
Adquisición 30% Boyacá
60
Cauca
25%
50 Cundinamarca
20% Desconocido
40
15% Magdalena
30
Panamá
10%
20 Santander
5% Territorios nacionales
10
0% Tolima
0
1
Antioquia

Bogotá

Bolívar

Boyacá

Cauca

Cundinamarca

Desconocido

Magdalena

Panamá

Santander

Territorios nacionales

Tolima
Gráfico 7. Lugar de envío de objetos donados:
elaborado por la autora a partir de la información obtenida en
el Archivo Histórico del Museo Nacional.

90
Gráfico 5. Procedencia de los objetos de origen nacional:
elaborado por la autora a partir de la información obtenida en 80 Retratos y láminas,
grabados y fotografías
el Archivo Histórico del Museo Nacional. 70 Publicaciones
Objetos Indígenas
60 Numismática
Antioquia
25% Historia Patria
Bogotá 50 Historia Natural
Curiosidades
Bolívar Adelantos
20% 40
Boyacá
30
Cauca
15%
Cundinamarca 20

Desconocido 10
10%
Magdalena
0
Panamá

Antioquia

Bogotá

Bolívar

Boyacá

Cauca

Cundinamarca

Desconocido

Magdalena

Panamá

Santander

Territorios nacionales

Tolima
5%
Santander
Territorios nacionales
0%
1 Tolima

Gráfico 6. Lugar de origen de objetos nacionales: Gráfico 8. Tipos de objeto por departamento de origen:
elaborado por la autora a partir de la información obtenida en elaborado por la autora a partir de la información obtenida en
el Archivo Histórico del Museo Nacional. el Archivo Histórico del Museo Nacional.

caso colombiano, los objetos que se consideraban adelantos y que, por lo general, correspondían a
curiosos fueron recolectados en regiones aparta- objetos de la industria nacional, lo cual permitía
das del territorio nacional por personas que pro- representar a sus habitantes como “laboriosos”.
bablemente habitaban en los centros urbanos, y En cuanto a los recursos naturales, las muestras
luego fueron enviados desde allí al Museo, por eso provenían de prácticamente todas las regiones
resulta tan contrastante la comparación entre lu- del territorio nacional. En este aspecto llama la
gar de origen y de envío de las piezas con respec- atención que el único departamento que sólo se
to a las dos regiones que representaban el centro representó por sus recursos naturales era Pana-
(Bogotá) y la periferia (los territorios nacionales). má, de manera que los pobladores de dicho te-
Un análisis del tipo de piezas que llegaron al Museo rritorio no tenían lugar en la escenificación de la
en relación con su lugar de origen, también po- nación llevada a cabo en el Museo.
sibilita visualizar la manera como aparecían re- De otra parte, los objetos indígenas tenían su ori-
presentadas las diferentes regiones del territorio gen en zonas como Territorios Nacionales, Cun-
patrio en la institución, tal como queda reflejado dinamarca, Magdalena, Cauca, Boyacá y Tolima,
en el gráfico 8. Bogotá era el lugar de origen por mientras que los departamentos que habían sido
excelencia de los objetos históricos, seguida de imaginados como de extracción poblacional blanca
Bolívar y Cauca39. Santander, Cauca, Cundina- o mestiza, parecen no tener este tipo de piezas, es el
marca y Bogotá eran los departamentos de los caso de Antioquia, Santander, Bogotá y Bolívar40.
cuales provenían las piezas clasificadas como

40 En este último existía una élite blanca que contrastaba con un


alto porcentaje de población negra o mulata, pero como se verá
39 Estas tres regiones habían sido sede de las ciudades coloniales más adelante este grupo étnico no fue representado dentro de las
más importantes. colecciones del Museo.

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 95


La representación que se hace de cada uno de los (Chocó), Colegio, Coper, El Agrado, Fusagasu-
departamentos es singular pues quizás uno de gá, Garzón, Guaduas, Campoalegre, Carnicerías,
los aspectos más significativos de la investigación Ipiales, La Mesa, Mompox, Pamplona, Pasto,
que aquí se presenta es que tal representación no Plato, Puente Nacional, Quibdó, Turbaná, Vélez,
necesariamente se construyó desde el centro de la Villavicencio, Zapatoca y Zipaquirá.
nación (Bogotá) sino en interacción con las imá- La pregunta que surge entonces es cuáles fueron las
genes que cada una de las regiones tenía de sí mis- razones que animaron a los habitantes de dichas
ma. Un departamento como Antioquia, en el cual poblaciones para mandar piezas al Museo. Al-
los porcentajes de origen y de envío de los objetos gunos de los documentos que se conservan en
coincidían, se autorrepresentó por sus recursos el ahm dan pistas sobre tales motivos, por ejem-
naturales y por las piezas numismáticas (que qui- plo, un aviso publicado en Riohacha en 1887 por
zás hacían referencia al espíritu de comerciantes Carlos Bertarelli los explicaba de la siguiente
con el que se caracterizó a los antioqueños), de- manera:
jando de lado la historia o los objetos indígenas; Con el fin de que todas las personas del Departamen-
mientras que los bolivarenses construyeron una to que se interesan porque éste sea conocido, i apre-
imagen de sí mismos centrada en la historia, los ciadas en lo que valen sus riquezas, puedan satisfacer
recursos naturales y las representaciones visuales. los deseos de S. S. el Ministro de Instrucción Pública
de la Nación, el infrascrito se permite transcribir á
Por el contrario, la manera como se escenificó
continuación parte de la nota que le fué dirigida por
en el Museo a los Territorios nacionales se hizo ese alto funcionario:
desde fuera de estas regiones adjudicándoles una “Como usted posee notables conocimientos referen-
esencia natural por su disponibilidad de recursos tes á minas de mármol, granito &c., por este despacho
y por la presencia de una población indígena; algo se le hace el encargo, adjunto á la comisión oficial que
parecido ocurrió con la región del Magdalena que lleva, de que recoja muestras de aquellos minerales i
las envíe al Museo de esta ciudad”42.
a pesar de tener una ciudad colonial como Santa
Marta, apenas si se le dio un sitio en la historia Al parecer Bertarelli, quien era un escultor de ori-
patria pues se la caracterizó como una región in- gen italiano, había sido comisionado por el Go-
dígena y de recursos naturales. bierno para recoger piezas para el Museo, por lo
cual se dirigía a las personas interesadas en que el
¿Por qué donar objetos al Museo? departamento fuera conocido y en que sus rique-
zas fueran apreciadas, a la vez que resaltaba que
Al revisar el Archivo Histórico del Museo (ahm) esperaba la colaboración de muchos patriotas que
sorprende que entre los lugares desde los cuales recibirían el agradecimiento de la República. En
se enviaban los objetos aparezcan varios munici- este mismo sentido, una carta enviada por José
pios que no eran ciudades importantes o capita- M. Lozano y Manuel Gregorio Salazar en no-
les de provincia. Bogotá era el principal lugar de viembre de 1889, desde San Pablo, Chocó, ma-
envío: de los 543 objetos, 276 llegaron al Mu- nifestaba una inspiración similar:
seo procedentes de dicha ciudad: lo particular es Deseosos por una parte de contribuir con nuestro pe-
que las poblaciones que ocuparon los registros queño contingente al enriquecimiento del Museo de
siguientes son: Curití, con 28; Honda, con 18; Colombia, i ambicionando por otra que el territorio
del Chocó figure de alguna manera en ese interesante
Medellín, con 13; Cartagena, con 8; Pasto, con 7;
Establecimiento, hemos determinado enviar a Usted
Ramiriquí, con 6, y La Peña, con 5. Además, el cuero de una culebra conocida por acá con el nom-
en el largo listado de lugares de envío aparecen bre de “berrugosa” para que forme entre los objetos
otras tantas localidades intermedias y menores41 curiosos del establecimiento en referencia. Esto no
como Carmen de Carupa, Chipaque, San Pablo es más que una muestra, i si Usted cree que objetos
tales pueden aceptarse como obsequios dignos de es-
timación, agradeceríamos á Usted nos lo indicara para

41 Muchos de los donantes se quejaban de las dificultades que


presentaba el enviar objetos al Museo debido a que por sus
poblaciones no pasaba el correo de encomiendas. 42 ahm, 1887, Tomo 0, Doc. sin numeración.

96 / Vol. 14 / Nº 28 / enero - junio de 2010


preocupar nuestra atención en algunos momentos en Muñoz pretendía que sus bosquejos de las batallas
formar colecciones de todo lo que Usted nos indique desarrolladas en Nariño durante la Independen-
como merecedor de ocupar un puesto en el Museo de
cia, al igual que el croquis corográfico de dicha
nuestra cara Patria43.
provincia, fueran exhibidos y dieran testimonio
Para estos donantes los objetivos eran colaborar con de su aporte a la ciencia. De acuerdo con su carta,
el enriquecimiento del Museo y que la región del el motivo de la donación era el amor que le profe-
Chocó figurara en dicho establecimiento. Tanto saba a la patria, y sería posible pensar que también
en el caso del aviso publicado en Riohacha como quería insertar su región dentro de los anales de la
en esta carta de remisión, las razones que incen- historia y dentro de lo que se podría denominar la
tivaron a los donantes eran hacer visibles ante la imaginación geográfica de la nación.
nación las regiones de las cuales provenían los Por otra parte, ciertas familias de la élite también
objetos, a la vez que hacerse visibles a ellos mis- manifestaron un interés por figurar en la historia
mos como individuos ante la red de notables que a través del reconocimiento de sus antepasados
se conformaba alrededor de dicha institución. como héroes o fundadores de la nación. Ante los
Entre los donantes del Museo figuraban escritores llamados efectuados por directores como Pom-
como José Joaquín Ortiz y los ya mencionados bo y Restrepo, los descendientes de aquellos que
Jorge Isaacs y José Caicedo Rojas; académicos aparecían como gestores de la historia general-
como Adolfo León Gómez, Emiliano Isaza y mente accedían a donar objetos personales o re-
Soledad Acosta de Samper; artistas y fotógrafos tratos de sus familiares. Tal es el caso de Rafael
de renombre como Epifanio Garay y Arístides Largacha que frente a la solicitud de Restrepo
Ariza; empresarios como Antonio Echavarría respondía lo siguiente:
y Francisco Groot; políticos liberales y conser- En respuesta á su muy atenta comunicación, número
vadores como Miguel Samper, Ángel y Rufino 386, de fecha 7 de los corrientes, tengo el honor de
Cuervo y Manuel María Marroquín; científicos manifestar á Usted que tendré el mayor placer en ob-
como Carlos Cuervo Márquez, Ernesto Restre- sequiar al Museo Nacional el retrato, que Usted, con
po y Santiago Cortés, y sacerdotes prominentes tanta benevolencia, desea colocar en la galería de re-
tratos de los ciudadanos que han ejercido en el país la
como Juan Nepomuceno Rueda. En este senti-
Presidencia de la República. Tan pronto como obten-
do, para algunos letrados y personajes de secto- ga la copia del retrato al óleo que existe de mi padre,
res medios de provincia, e incluso de la capital, tendré el gusto de enviárselo.
aparecer nombrados en el Diario Oficial al lado Altamente agradecido por la honrosa distinción que
de estas insignes figuras era también ocupar un Usted desea hacer á la memoria de mi padre, tengo
lugar dentro del listado de las notabilidades co- el gusto de suscribirme de Ud. muy atento servidor i
compatriota45.
lombianas. Tal es el caso de Juan Esteban Cai-
cedo, de Honda; Camilo Espinosa, de Curití; Así, figurar en el Museo, ya fuera como constructor
Carlos S. Nieto, de Mompox, e Higinio Muñoz, de la historia o como patriota ilustrado que había
de Pasto. La carta de remisión que envía este úl- colaborado con el enriquecimiento de la colec-
timo es bastante diciente al respecto: ción, era una forma de hacerse visible en el tem-
Dígnese, á nombre de la Patria aceptar esta pequeña plo de la nación, bien como heredero legítimo de
manifestación del amor que á ella le profeso i tenga los fundadores de la patria o como parte de los
Ud. la bondad de recibir esos cinco bosquejos de car- listados de las notabilidades nacionales. Además,
tas, una vez que sean exhibidos i colocados en el Mu- en algunos casos el interés no sólo consistía en
seo de su cargo, donde creo que podrán ser estudiadas
que un individuo o unas familias fueran recono-
para mayor bien de las ciencias, de la Patria i de toda
la humanidad.– Verificado lo cual, sírvase acusarme
cidos, sino en visualizar unas regiones apartadas
recibo44. o poco integradas que necesitaban ser tenidas en
cuenta dentro del ámbito nacional.

43 ahm, 1889, Tomo 1, Doc. 56.


44 ahm, 1894, Tomo 1, Doc. 16. 45 ahm, 1911, Tomo. 3, Doc. 55.

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 97


Las disposiciones taxonómicas de Personajes Eminentes en las Ciencias y de
y sus variaciones: catálogos y otras Celebridades, Retratos de los Reyes y Au-
guías del Museo Nacional toridades de la Colonia, Notabilidades Naciona-
les, Láminas y Estampas, Fotografías, Pinturas al
Durante el período de estudio se publicaron cuatro Óleo de Asuntos Místicos y Las Banderas Me-
catálogos: la Breve Guía del Museo Nacional 46, de morables). La de Historia Natural presentaba los
1881, la Nueva Guía descriptiva del Museo Nacional objetos agrupados en cada uno de los reinos y el
de Bogotá 47, de 1886 –ambas elaboradas por Pom- Apéndice incluía las piezas que habían llegado al
bo–, el Apéndice a la Guía Descriptiva del Museo Museo en los momentos finales de la elaboración
Nacional 48 escrito por Rafael Espinosa Escallón en de la Guía o que no concordaban con la clasifica-
1907, y el Catálogo General del Museo de Bogotá49 ción propuesta por Pombo.
realizado por Restrepo Tirado en 1912. El objetivo De tal clasificación cabe resaltar que en ella esta-
de este tercer apartado es aproximarse a las caracte- ban separados los monumentos históricos y ob-
rísticas de estos textos y analizar a partir de ellos la jetos notables de los objetos indígenas que eran
manera como fue cambiando la organización taxo- categorizados como curiosidades, y pensados al
nómica de los objetos entre 1880 y 1912. margen del tiempo. En la subdivisión de monu-
En 1881 se publicó la primera guía del Museo, ésta mentos históricos y objetos notables se encon-
tenía como objetivo principal hacer de conoci- traban piezas como la cota de malla de Jiménez
miento público las colecciones: de Quesada, la daga de Federmán, el cráneo del
En esta pequeña guía se dá principio á la publicidad Virrey Solís, las llaves del Castillo de San Carlos
de lo que contiene actualmente el Museo. En varias y de los muros de Cartagena obtenidas en la In-
ocasiones se han hecho inventarios de sus colecciones, dependencia, la cama de Bolívar, el cronómetro
pero éstos se han archivado en las respectivas oficinas: que perteneció a la fragata Colombia y luego a
allí existen algunos, no lo dudo; pero es muy probable
la Comisión Corográfica, una cabeza de piedra
que á nadie le hayan servido, por la dificultad que hay
en encontrarlos. Jamás un viajero extranjero, ú otro
antigua que representaba a un obispo, dos grupos
visitante del establecimiento, vió los catálogos de los de tierra culta alusivos a la guerra franco-prusia-
objetos contenidos en él; todos, por el contrario, han na, y un plato de mármol y un vaso de pórfido
lamentado este desideratum50. hallados respectivamente en las ruinas de Pom-
El texto, editado en un formato pequeño y con al- peya y Herculano, entre otros.
gunos grabados, estaba dividido en dos grandes Tan diversas piezas referían a una noción de historia
partes: una en la que se hacía un recuento cro- en la que el proceso de territorialización todavía
nológico de la historia del Museo y otra en la no acababa de consolidarse, por lo cual los mo-
que se presentaban los objetos de la colección or- numentos del pasado que se conservaban en el
ganizados por secciones. Dichas secciones eran Museo podían vincularse tanto a los conquistado-
las siguientes: (i) Historia Patria, Arqueología, res, como a las batallas y los próceres de Indepen-
Curiosidades y Pinturas, (ii) Historia Natural y dencia, a las expediciones organizadas durante la
(iii) un Apéndice. La primera tenía tres grandes República o a aspectos de la historia europea. En
subdivisiones: Monumentos Históricos y Obje- este sentido las piezas históricas del Museo esta-
tos notables, Objetos y Curiosidades Indígenas y ban referidas más a la historia de una civilización
Objetos Varios (organizados a su vez en: Retratos que se consideraba como propia, la occidental,
que a los pueblos indígenas que habían habitado
el territorio patrio, lo cual coincidía con lo plan-
46 Fidel Pombo, Breve Guía del Museo Nacional (Bogotá: Imprenta teado por pensadores como Caro51 y Carrasquilla
de Colunje y Vallarino, 1881).
47 Fidel Pombo, Nueva guía descriptiva del Museo Nacional de Bogo-
tá (Bogotá: Imprenta de La Luz, 1886).
48 Rafael Espinosa Escallón, Apéndice a la Guía del Museo Nacional 51 Para Miguel Antonio Caro, por ejemplo, la historia de la nación co-
(Bogotá: Imprenta Nacional, 1907). lombiana no era más que un episodio de la gloriosa historia de lo
49 Ernesto Restrepo Tirado, Catálogo General del Museo de Bogotá que él denominaba la raza latina, es decir “un conjunto de pueblos
(Bogotá: Imprenta Nacional, 1912). y familias que se estrechan, confunden e identifican a virtud de
50 Pombo, Breve Guía, 9. una idea, y ésta es la idea católica, comprendiendo bajo el nombre

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y que seguramente era compartido por otros le- presentada por entregas y por tanto seguía unos
trados dado el proceso “participativo” que se pro- criterios de publicación por número más que una
dujo en la conformación de la colección. estructura general. Sin embargo, también se ob-
En cuanto a la subdivisión de objetos y curiosida- serva la superposición de pautas de clasificación
des indígenas, las piezas que se agrupaban bajo disímiles pues unas respondían a temáticas, otras
tal etiqueta iban desde el manto de la mujer de a materiales de fabricación, otras al uso, otras
Atahualpa, pasando por collares, peines y armas, eran colecciones dentro de la colección y otras
hasta el cetro de un cacique y un penacho de plu- tenían que ver con la disposición de los salones
mas. En este primer catálogo aparecían sin dis- del Museo. Además, algunos objetos se encontra-
tinción las piezas arqueológicas y etnográficas y ban repetidos en clasificaciones distintas.
no se especificaba a qué grupo pertenecían, pues En la parte general de ‘Historia patria, arqueolo-
a todas se les daba el apelativo general de indíge- gía y curiosidades’ existían objetos que remitían
nas. Incluso se insertaban allí objetos de grupos a la Conquista, la Colonia, la Independencia y la
que no pertenecían propiamente al territorio co- República y permanecían todavía las piezas re-
lombiano como el mencionado manto. lacionadas con la historia europea. La galería de
De esta forma, la representación del pasado y de los retratos, por su parte, cumplía una función muy
pobladores de la nación que se articulaba en este importante dentro de esta versión de la Guía rea-
primer catálogo del Museo concebía a los habitan- lizada por Pombo, pues era a través de ella que el
tes de la nación desde una perspectiva histórica y autor articulaba un relato histórico que, sin se-
cultural escindida: de una parte los monumentos guir la secuencia de un exacto orden cronológico,
históricos –que sugerían una continuidad entre la pasaba por Colón, los Reyes de España y los con-
historia europea y la historia patria– y, de otra, los quistadores, las autoridades y personajes célebres
objetos indígenas que eran separados de los his- de la Colonia y las notabilidades nacionales que
tóricos y agrupados en relación a una pretendida representaban la Independencia y la República.
diferencia cultural de lo indígena. Cuando el Museo no poseía los retratos de algu-
Pasando a la Nueva Guía Descriptiva, ésta fue pre- nos virreyes, próceres o presidentes, Pombo ano-
sentada por entregas durante 1886 en el periódico taba la ausencia e incluía una mención biográfica
oficial Anales de Instrucción Pública y luego se edi- señalando que era fundamental conseguir alguna
tó como un libro de gran formato en la Imprenta pieza que diera cuenta de tales personajes. Así,
de la Luz. Dicha obra, al ser publicada primero en el continuo histórico que el autor proponía los
en un periódico y, después, por una de las im- personajes sobresalientes (en especial las autori-
prentas más importantes de la época, debió tener dades, los héroes militares y los letrados) eran los
una difusión mayor que la Guía del 81. En ella hitos alrededor de los cuales tenía lugar un deve-
se adicionaron los objetos que habían ingresado nir histórico que iniciaba con el Descubrimiento
a la colección del Museo; se elaboró una reseña y llegaba hasta aquel presente.
histórica más completa de la institución; y se le Igualmente, la Guía permite inferir que existía un es-
dio un nuevo orden a la colección dividiéndola pacio simbólico central, denominado Salón princi-
en tres secciones: Historia Patria, Arqueología y pal, reservado para aquellos que se consideraban
Curiosidades; Historia Natural, y una galería de como los más relevantes dentro de las notabilida-
pinturas y objetos de las artes nacionales. des nacionales. En él estaban quienes se iban con-
La sección de ‘Historia Patria, arqueología y curiosi- solidando como héroes de la patria: Caldas, Neira,
dades’ estaba subdividida de una forma minuciosa Padilla, Bolívar y Santander, y algunos políticos y
pero poco sistemática. Tan compleja clasificación letrados como Zea, Restrepo, Vergara y Vergara,
podía responder a que la obra fue en principio Cuervo, Camacho Roldán, y Posada Gutiérrez.
En cuanto al Apéndice a la Guía del Museo Nacional,
realizado por Rafael Espinosa Escallón en 1907,
de idea, dogmas, tradiciones y afectos”. Miguel Antonio Caro, “La se puede decir que éste tenía la estructura de un
raza latina”, Obras Completas (Bogotá: Imprenta Nacional, 1918-
1923), 734- 737. Tomado de: La Unión Católica, I, no. 5 (23 de julio inventario pues la idea de su autor era adicionar
de 1871): 19-20. a la Guía del 86 los objetos nuevos que habían

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 99


ingresado a la colección en el transcurso de los habían participado en la Independencia52. Como
diez años que separaban los dos catálogos. Este lo anotaba Restrepo, esta sección estaba confor-
texto está elaborado como un listado general de mada fundamentalmente por una colección que
objetos en el que no se incluye una descripción o al parecer había sido comprada por el presiden-
un estudio sobre los mismos a menos que se trate te Rafael Núñez en 1886 y que fue elaborada
de piezas nuevas. por Constancio Franco en colaboración con dos
Por último, el Catálogo General del Museo de Bogo- alumnos de la Escuela de Bellas Artes: Eugenio
tá, escrito por Restrepo Tirado, fue publicado Montoya y Julián Rubiano. Tal colección estaba
por la Imprenta Nacional en 1912 en una edi- conformada por 153 retratos y tenía como base
ción oficial cuyo formato se aproximaba más al la investigación realizada por Franco sobre la bio-
de una obra académica, pues estaba prologado grafías de los próceres que había sido publicada
por Pedro María Ibáñez y presentaba un orden en 1880 con el nombre de Rasgos biográficos de
sistemático. Restrepo agrupó la colección en 10 los próceres y mártires de la Independencia53 y cuyo
secciones: Arqueología, Objetos indígenas con- objetivo había sido “contribuir a popularizar la
temporáneos, Antigüedades extranjeras, Objetos memoria de los héroes de la Patria, fundadores de
históricos, Numismática, Salón de Gobernantes la República”54. La presentación en un sólo salón
de Colombia, Galería de Próceres, Mineralogía, de este conjunto de obras permitió construir una
Galería de pinturas y Apéndice. Tal clasificación representación sistemática y extensa de los próce-
visualiza una transformación con respecto a las res de la Independencia, ratificando así la función
anteriores en la medida en que se le dio priori- que el Museo estaba adquiriendo como depósito
dad a la configuración de una historia nacional de aquellos objetos-monumento que constituían
empezando por los objetos históricos y pasando la imagen visual de la memoria nacional.
luego a un salón de Gobernantes y a una galería En síntesis, cada uno de las guías elaboradas entre
de próceres; además, se habían segmentado de 1880 y 1912, junto con las disposiciones taxo-
este continuo histórico las antigüedades extran- nómicas a través de las cuales se organizaba la
jeras (como una estatuica egipcia, los objetos de colección, constituían una forma de representa-
las ruinas de Pompeya y Herculano, un mármol ción de lo nacional, y en particular de la historia
del Panteón de Atenas, una copia de la piedra patria y de los grupos humanos que habitaban
del Calendario Azteca y el manto de la mujer de el territorio, que fue cambiando gradualmente
Atahualpa) en tanto que los objetos de indígenas con el tiempo. Mientras que en la primera pu-
se habían dividido en arqueológicos y contem- blicación el pasado que se representaba era más
poráneos. Por otra parte, la sección de historia el de la civilización occidental y los indígenas
natural se redujo a la mineralogía y la galería de aparecían como parte de otra historia que ni
pinturas estaba separada. siquiera coincidía territorialmente con la actual
Una de las secciones a la que Restrepo le dedicó República, en la Guía del 86 ya se hacía refe-
grandes esfuerzos fue la del Salón de Gobernantes rencia explícita a los aborígenes de Colombia y
de Colombia. En ella se presentaban, siguiendo
un orden cronológico, los reyes de España y las
autoridades coloniales y luego los presidentes de
52 Para un análisis sobre la Galería de Próceres en el Museo Nacional
la República desde 1811 en adelante. Lo que apa- ver: Amada Carolina Pérez, “La memoria convertida en exhibición:
recía aquí era una territorialización de la historia, adecuaciones de la sección de Historia Patria en el Museo Nacio-
desde la Conquista hasta el presente, integrando nal de Colombia, 1880-1912”, en Del dicho al hecho, 200 años de
independencia y ciudadanía en Colombia, eds. Francisco Ortega y
en una sucesión cronológica las autoridades de la Yobenj Chicangana. En prensa.
Colonia y los notables republicanos; no obstante, 53 Constancio Franco Vargas, Rasgos biográficos de los próceres
y mártires de la Independencia (Bogotá: Imprenta de M. Rivas,
aun en este catálogo, la época anterior a la Con- 1880).
quista quedaba por fuera del relato en tanto las 54 Para un análisis de la colección Franco ver: Luisa Fernanda Rivie-
autoridades indígenas no eran contempladas. re Viviescas, “Lo ideal en lo visual: arte y república en la Colección
Franco-Rubiano-Montoya”, Cuadernos de Curaduría, no. 9 (julio de
La otra sección que presentaba interés era la Galería 2009) (http://www.museonacional.gov.co/inbox/files/docs/ccfran-
de próceres en donde se rendía homenaje a quienes co.pdf).

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se estaba construyendo un continuo histórico a encajaban dentro de las clasificaciones propuestas
través de las menciones biográficas de los hom- o eran, por lo menos, sus márgenes de contención.
bres célebres de la Colonia y de las notabilida- Esta imagen de lo nacional no fue trazada única-
des nacionales; un grupo selecto de estas últimas mente por aquellos que formaron parte de los
conformaba el recientemente instituido salón gobiernos regeneradores o conservadores de fi-
principal. En el Apéndice de 1907 se insistía nales del xix y comienzos del siglo xx, pues pre-
en la importancia de los individuos a la hora de cisamente por ser una entidad secundaria en el
configurar una representación sobre la historia y organigrama estatal y por la precariedad de los
además se había desligado el epíteto de nacional recursos de la nación, la colección de objetos que
de las épocas de la Independencia y la República. la conformaban fue integrada principalmente a
Por último, en el catálogo de 1912 el proceso de través de las donaciones que llegaron de los di-
territorialización de la historia se había comple- ferentes territorios que constituían la República.
tado con el Salón de Gobernantes en donde se Mirando desde el presente las piezas que alberga-
mezclaban los Reyes de España, las autoridades ba la institución, las que hacían referencia a los
coloniales y los presidentes de la era republicana; pobladores de la nación eran fundamentalmen-
los objetos indígenas permanecían separados del te aquellas correspondientes a algunas secciones
continuo histórico aunque en esta última publi- como objetos históricos, Reyes de España y auto-
cación ya se hacía una diferenciación clara entre ridades del Nuevo Reino de Granada, Notabi-
piezas arqueológicas y etnográficas. lidades Nacionales, Notabilidades Científicas,
En términos generales, la representación de la his- Retratos y Láminas, Grabados y Fotografías y
toria y de los habitantes de la nación que se fue Objetos indígenas, además de algunos otras que
constituyendo en el período aquí estudiado confi- generalmente aparecían por fuera de la clasifica-
guraba, por una parte, un continuo histórico que ción en las anotaciones o adiciones. Si se agrupan
iniciaba en la Conquista y terminaba en el presen- bajo las categorías generales de historia Patria,
te y, por otra, una representación de lo indígena objetos indígenas y curiosidades, dichas piezas
segmentada del resto de la nación, ya estuviera constituían alrededor de un 55% de los objetos
ésta por fuera del tiempo o dividida en objetos que ingresaron a la colección entre 1880 y 1912;
arqueológicos y etnográficos. Mientras que la his- es decir que más de la mitad de las piezas que
toria era el saber que daba cuenta de lo nacional, llegaron se refería de una u otra forma a los habi-
la arqueología y la etnografía eran las formas de tantes de la nación del pasado y el presente.
conocimiento privilegiadas para acercarse a lo Tales habitantes aparecían dispuestos de diferente
indígena; parecería que no existieran puntos in- forma dentro de la colección: algunos como au-
termedios que articularan estas representaciones toridades, otros como notabilidades, otros como
ubicadas en órdenes distintos. próceres, otros como aborígenes o pertenecien-
tes a unas civilizaciones de las que se tenía poco
Representando pobladores: exaltación, conocimiento y otros como curiosidades, seg-
marginalización y ocultamiento mentados en compartimentos diferentes que no
permitían ver la relación entre ellos: las autori-
En un espacio institucional como el Museo Nacio- dades y notabilidades eran representadas como
nal de Colombia que había surgido por iniciativa los arquetipos de ciudadanos por excelencia, los
estatal y funcionado, aunque precariamente, bajo criminales como la anomalía y los indígenas
el auspicio del Gobierno central, se fue configu- como unos otros cuya historia estaba por fuera
rando lentamente una imagen de la nación co- del pasado nacional.
lombiana, de su grado de civilización y adelanto La forma de representación por excelencia de las
y de sus posibilidades de progreso hacia el futuro autoridades, las notabilidades y los próceres fue el
basadas fundamentalmente en la exposición de retrato y, en algunos casos, los objetos que les ha-
las riquezas naturales, en una interpretación de la bían pertenecido o que estaban asociados con su
historia y en la puesta en escena de aquellos ele- existencia como individuos y que se iban con-
mentos que parecían curiosos y que por tanto no virtiendo en reliquias. Los indígenas, en cambio,

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 101


fueron representados casi exclusivamente por audacia y lealtad; de mandatarios como Jorge Ta-
intermedio de piezas que habían fabricado y deo Lozano, Francisco de Paula Santander, Pe-
que se referían a sus costumbres y rituales como dro Alcántara Herrán, José Ignacio de Márquez,
comunidades, de ellos no existía una imagen fí- Tomás Cipriano de Mosquera y Julián Trujillo se
sica como individuos concretos más allá de las resaltaban su tino político, habilidad y prudencia,
momias y cráneos o de las figuras de oro, arcilla su preocupación por la educación y por las me-
y piedra que los letrados del presente habitual- joras materiales, su elocuencia, su rectitud y su
mente describían por sus aspectos formales. capacidad de mantener el orden y la paz públi-
Las autoridades, los notables y los próceres apare- ca; de funcionarios civiles como José Félix Res-
cían en el Museo, y en los catálogos a través de trepo, Francisco Soto, Miguel Peña y Domingo
los cuales se hacía pública la colección, como ejes Caicedo se exaltaban su cumplimiento del deber,
centrales de la configuración de un relato históri- su laboriosidad, su cultura y su honradez, y de
co que daba cuenta del pasado de la patria, un pa- comerciantes y empresarios como Ignacio Paris
sado que se fue extendiendo cada vez más hacia y José María Arrubla se proyectaban su laborio-
el período de la Conquista y la Colonia, pero que sidad, generosidad y filantropía. En fin, todos es-
tenía como uno de sus hitos principales la In- tos notables del pasado y del presente que eran
dependencia convertida en gesta heroica. Estos distinguidos como patriotas sinceros y hombres
individuos tenían nombre y apellido y ocupaban ilustrados se convirtieron en los modelos de ciu-
un espacio concreto en el tiempo y en la sociedad dadano a seguir, pero en modelos diferenciados a
a la cual habían pertenecido. A través de ellos se los que se les atribuían valores diversos de acuer-
constituía la memoria, pero además eran, en la do con la función social que desempeñaban.
mayoría de los casos, un ejemplo de las virtudes Los indígenas, en cambio, aparecían representados
que debían tener mandatarios, militares, funcio- como colectividades, no se tiene noticia de in-
narios públicos, hombres de ciencia, comercian- dividuos particulares aparte de Atahualpa y de
tes, empresarios y hasta las mujeres de élite. un cacique chimila denominado, de acuerdo con
Los retratos que de ellos se presentaban en el Mu- Isaacs, Marasa. Los objetos a través de los cuales
seo los mostraban generalmente con una fisono- se les daba presencia en el Museo eran concebidos
mía propia de lo que se imaginaba como la raza generalmente como curiosidades y denominados
blanca, con sus mejores galas o con las insignias con diminutivos indicando así su precariedad
que acreditaban su valor o su posición social y los frente a los referentes de comparación que se te-
objetos que se les asociaban, como armas, pren- nían en el imaginario y que eran los de la cultura
das de uso cotidiano o mobiliario, se conservaban occidental: estatuitas, bustitos, ollitas, mucuritas
en el establecimiento porque daban testimonio y figuritas constituían su producción que además
de su existencia y, en algunas ocasiones, de su era frecuentemente caracterizada como tosca y
valor o sus conocimientos, tal es el caso de la rudimentaria o, en caso contrario, como dema-
daga de Federmán, la lanza de Neira, la pistola siado elaborada para pertenecer a este tipo de
de Bolívar, el atril de Mutis, y la reglita de palo de grupos. Isaacs definía así una de las piezas:
Caldas, entre otros. 47. Una cabeza de mujer, tallada en piedra negra, pri-
Además, en las reseñas biográficas que de ellos se morosa figura por la belleza de las facciones i otros
hacían en catálogos, como el elaborado por Pom- detalles: podría suponerse que este trabajo es obra de
bo en el 86, no sólo se presentaban los hechos en un artista europeo; pero no tiene raya en lo alto de la
cabeza para (…) i rostros de ese carácter ó tipo son
los cuales habían participado sino las virtudes que
comunes hoy en las mujeres indígenas de la Sierra
caracterizaron su actuación. De científicos como Nevada i en las tribus guajiras55.
José Celestino Mutis, Francisco José de Caldas,
En cuanto a los apelativos que se usaban para de-
Francisco Antonio Zea y Jerónimo Triana se res-
nominarlos, además del de indígenas –que era el
cataban su cultura, erudición, mérito, laboriosi-
dad y dedicación; de héroes militares como Páez,
Neira, Soublette, Ucrós y Urdaneta se distin-
guían su valentía, heroísmo, intrepidez, pericia, 55 ahm, 1882, Tomo 0, Docs. 6 y 12.

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más común–, también se empleaban los siguien- República que con tanta insistencia se exaltaban
tes: indios, naturales, primitivos, aborígenes y tri- en el Museo. Su lugar, entre tanto, era el de habi-
bus, referidos todos a un origen primigenio o a un tantes de la nación, no el de ciudadanos; con ellos
estadio de civilización más cercano a la naturale- se compartía un mismo espacio territorial pero
za, que era el lado contrario al de la civilización. su civilización era distinta y sólo podrían ser re-
Como se señalaba anteriormente, en buena parte conocidos como nacionales cuando pasaran por
del período estudiado no se realizó una distinción el proceso de adecuación que se había diseñado
entre los indígenas del pasado y del presente pues para ellos por parte del Estado regenerador: su
al esencializarlos como naturales se les sustraía reducción en misiones en las que además de cris-
del tiempo histórico y se les negaba la posibilidad tianizarlos se les inculcaría el amor a la patria y se
de cambio. Tal apreciación fue variando en la pri- les volvería productivos para la sociedad.
mera década del siglo xx, aunque aún entonces se La presencia de otro tipo de pobladores, además de
les seguía pensando a través de cierta unidad de los notables y de los indígenas, apenas si apare-
raza o de cultura que prevalecía con todo y que se cía en el Museo; los campesinos y artesanos eran
empezaban a reconocer algunas diferencias entre representados de manera indirecta por el resul-
las distintas comunidades. tado material de su trabajo: sombreros, textiles
En el período estudiado aun cuando se fue consoli- y productos agrícolas eran remitidos al Museo
dando lentamente el proceso de territorialización con alguna referencia general a las personas que
de la historia, los indígenas del pasado no fueron los habían realizado. Además de ellos encontra-
incluidos dentro de dicho proceso y si bien se les mos muestras de que se empezaban también a
empezó a reconocer como los primitivos habi- representar algunos elementos de la sociedad
tantes del territorio aún seguían representados al que constituían una anomalía, en especial a los
margen del desarrollo evolutivo de la nación cuyo delincuentes. De algunos de ellos se remitieron
origen se había remontado hacia la Conquista. Y al Museo unas fotografías tomadas por García
en lo que respecta a los indígenas del presente lo Hevia y varios de los instrumentos con los cuales
que se puede observar es la existencia de cierto cometieron sus crímenes57.
interés por sus costumbres, pero no se les reco- Por último, es también necesario señalar las ausen-
nocía como ciudadanos. El lugar que ocupaban cias y entre ellas la más notable era la del enorme
en el Museo era el de unos otros distantes a los grupo de individuos y comunidades que desde el
que se les miraba con asombro a través de sus presente se denominan afrodescendientes, pero
objetos de uso cotidiano y ritual. El presbítero que en aquel entonces eran representados como
Juan Nepomuceno Rueda justificaba así la do- negros y mulatos. De las 543 piezas que ingre-
nación que hacía de unas flores de plumas y un saron a la colección entre 1880 y 1912 ninguna
rosario elaborado por los indios que habitaban a hacía referencia a este importante segmento de
las orillas del Curiana: los pobladores de la nación colombiana58. Sus
Sírvase darles colocación en el Museo que tan dig- costumbres, su historia y sus trayectorias indivi-
namente dirige U.: aunque no son objetos valiosos, duales estaban por fuera de la escena, omitidos
pero tienen el mérito de ser hechos por los indios, i incluso a través de una adecuación que tendía
de revelar lo que serán capaces de hacer en las artes a su blanqueamiento como en el caso de José
i en las ciencias luego de que se inicie en ellos la ci-
vilización cristiana que desean i á que se prestan sin
grandes esfuerzos56.
57 Entre los objetos que hacían referencia a delincuentes estaban
La inserción en la civilización cristiana era la vía a dos fotografías que representaban a seis famosos criminales,
el fragmento de la mecha incendiaria que usó Manuel Saturio
través de la cual los indígenas podrían acceder a las Valencia para perpetrar su crimen y la pistola con la que se atentó
artes y a las ciencias y, finalmente, a la ilustración contra la vida de Uribe Uribe.
que los pondría al nivel de aquellos notables de la 58 De acuerdo con el censo de 1912, la distribución porcentual de la
población por razas en Colombia era la siguiente: blancos, 34,4%;
negros, 10%; indios, 6,3% y mezclados 49%. Datos tomados de
Marco Palacios y Frank Safford, Colombia: país fragmentado, so-
ciedad dividida, su historia (Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2002),
56 ahm, 1890, Tomo 1, Doc. 21. 483, cuadro 11.9.

Hacer visible, hacerse visibles / Amada Carolina Pérez Benavides / 103


Franco, Rubiano, Montoya Franco, Rubiano, Montoya
José Prudencio Padilla Leonardo Infante
ca. 1880 Óleo sobre tela. Museo Nacional de Colombia ca. 1880 Óleo sobre tela. Museo Nacional de Colombia

Prudencio Padilla, quien a pesar de su origen La revolución de 1810 operó en aquella alma una
mulato había sido normalizado iconográfica- transfiguración. De repente el salvaje de la llanura se
convirtió en arcánjel de la guerra!59
mente en el contexto de la mencionada colección
de próceres elaborada por Constancio Franco, Infante era representado por su origen como un
Eugenio Montoya y Julián Rubiano. hombre negro de complexión fuerte por la lla-
En cambio, el retrato del Coronel Leonardo Infan- nura en la que se había criado y en un principio
te, quien era un prócer venezolano, sí lo represen- ajeno a la civilización debido a la falta de escuela.
ta claramente como un personaje negro, además Sin embargo, la Independencia le había permiti-
en la obra de Rasgos biográficos de los próceres de do deshacerse de tan áspera corteza dejando de
nuestra independencia escrita por Franco se seña- ser el salvaje de la llanura para convertirse en un
laba claramente su origen: arcángel de la guerra. En el retrato seguía sien-
Este poderoso adalid de la independencia, conocido do visualizado como un hombre negro, pero era
vulgarmente con el nombre de «El negro Infante,» también uno civilizado, vestido con el uniforme
nació en Venezuela, en la antigua provincia de Matu- que acreditaba su rango militar y con el aire su-
rin, hácia el año de 1795. blime de los demás próceres.
Fué descendiente de una pobre familia acostumbrada
Estas formas aparentemente contradictorias de re-
al rigor de la servidumbre, pero él, por una especie de
inspiración sublime, tributó desde su infancia tanto
presentar a un mulato y un negro, el uno colom-
odio a la opresión como amor a la libertad. biano y el otro venezolano, además del ruidoso
Criado en la llanura, gozaba de una complexión sana silencio sobre las comunidades negras abre pre-
i robusta, i, como el árabe del desierto, era esforzado, guntas de investigación sobre el lugar que ocupa-
infatigable i ájil. ban estos pobladores y los motivos que permiten
Para Infante no había estaciones; hacia faena sin que
explicar la manera como se invisibilizó su cultu-
su constitución se alterara, ni bajo los rayos abrasado-
res del sol tropical, ni bajo la lluvia mas inclemente.
ra a pesar de que se reconocieron por lo menos
a dos de los individuos –Infante y Padilla– que
No tuvo nunca escuela, así que, la civilización jamás
eran asociados con estas comunidades. Desde
penetró en su espíritu; pero al salir de la vida nómada
que llevara en su infancia para entrar en otro mundo esta perspectiva la nación que se representaba en
mejor constituido, su ánimo abandonó la cerril cor-
teza que lo cubría, i admirando los grandes hechos,
tributó culto a los grandes hombres. 59 Franco, Rasgos biográficos de los próceres.

104 / Vol. 14 / Nº 28 / enero - junio de 2010


el museo mostraba un continuo de ciudadanos Archivo Histórico del Museo Nacional, 1911,
“blanqueados” o por lo menos adecuados a los Tomo 3, Doc. 55.
estereotipos de la civilización y no la compleja ti- Becerra, Ricardo. “Enriquecimiento del Museo Na-
pología regional que había caracterizado formas cional (Circular los Estados)”, Documentos, Ar-
de representación típicamente decimonónicas chivo General de la Nación, Sección República,
como el costumbrismo. El Museo funcionaba Fondo Secretaría de Instrucción Pública, 1881.
entonces como un dispositivo de representación Caicedo Rojas, José. “Informe del Conservador del
de las élites, por un lado, y de las curiosidades, Museo Nacional al Secretario de Estado en el
por otro, en el que los indígenas de los territorios Despacho de Instrucción Pública”. Documentos,
nacionales aparecían como los únicos pobladores agn, Sección República, Fondo Secretaría de
radicalmente distintos, los demás grupos socia- Instrucción Pública, 15 de noviembre de 1883,
les y culturales estaban ausentes o eran pensados f. 60.
como el público al cual el Museo se dirigía con el Caicedo Rojas, José. “Informe sobre la marcha del
objetivo de presentarles los modelos de virtudes establecimiento presentado al Secretario de Ins-
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