Você está na página 1de 26

UNIVERSIDAD DE PANAMÁ

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y CONTABILIDAD


LICENCIATURA EN ADMINISTRACIÓN EN RECURSOS HUMANOS

EXAMEN SEMESTRAL
TEMA: LAS ACTITUDES

MATERIA:
PSICOLOGÍA INDUSTRIAL

INTEGRANTES:
YORLENIS

1
Índice

INTRODUCCIÓN.............................................................................................................................3
...........................................................................................................................................................4
DEFINICIÓN DE ACTITUDES......................................................................................................4
BREVE HISTORIA..........................................................................................................................5
COMPONENTES DE LAS ACTITUDES.....................................................................................6
Componente cognitivo................................................................................................................7
Componente afectivo..................................................................................................................7
Componente conductual.............................................................................................................7
ORGANIZACIÓN DE LAS ACTITUDES.....................................................................................8
TEORÍAS CLÁSICAS DE LA FORMACIÓN DE LAS ACTITUDES......................................11
FUNCIONES DE LAS ACTITUDES...........................................................................................12
Función evaluativa....................................................................................................................13
Función instrumental.................................................................................................................13
Función expresiva de valores..................................................................................................13
Función ideológica....................................................................................................................13
Función de separación.............................................................................................................14
ESTRUCTURA DE LAS ACTITUDES.......................................................................................14
CAMBIO DE ACTITUD.................................................................................................................15
PERSUASIÓN Y CAMBIO DE ACTITUD..................................................................................15
CONCLUSIÓN...............................................................................................................................17
BIBLIOGRAFÍAS..........................................................................................................................18
ANEXOS.........................................................................................................................................19
TRÍPTICO.......................................................................................................................................21

2
INTRODUCCIÓN

En primer lugar, porque


influyen considerablemente
en la forma en que pensamos
sobre la
información social y en cómo
la procesamos. De esta forma,
una misma información puede
ser procesada e interpretada
de dos maneras muy
diferentes, según las actitudes
de la
persona hacia un hecho
concreto. La segunda de las

3
razones por las que son
importantes las
actitudes es por la influencia
que tienen sobre el
comportamiento
En primer lugar, porque
influyen considerablemente
en la forma en que pensamos
sobre la
información social y en cómo
la procesamos. De esta forma,
una misma información puede
ser procesada e interpretada
de dos maneras muy

4
diferentes, según las actitudes
de la
persona hacia un hecho
concreto. La segunda de las
razones por las que son
importantes las
actitudes es por la influencia
que tienen sobre el
comportamiento
En primer lugar, porque
influyen considerablemente
en la forma en que pensamos
sobre la

5
información social y en cómo
la procesamos. De esta forma,
una misma información puede
ser procesada e interpretada
de dos maneras muy
diferentes, según las actitudes
de la
persona hacia un hecho
concreto. La segunda de las
razones por las que son
importantes las
actitudes es por la influencia
que tienen sobre el
comportamiento
Abordar el fenómeno de las actitudes desde una perspectiva psicosocial.
Históricamente, el concepto de actitud ha sido y es uno de los temas centrales de
la Psicología social. La afirmación de G. W. Allport (1935) según la cual “el

6
concepto de actitud es probablemente el más distintivo e indispensable de la
Psicología social” parece seguir vigente hoy en día a juzgar por el ingente número
de publicaciones científicas que tienen como objetivo principal el fenómeno
actitudinal (por ejemplo, Albarracín, Jonhson, y Zanna, 2005; Eagly y Chaiken,
1993; Fazio y Olson, 2003; Haddock y Maio, 2004; Maio y Olson, 2000). Ofrecer
una descripción ordenada de los avances científicos en relación con el fenómeno
de las actitudes. El capítulo se divide en siete partes, la cuales serán expuestas
de acuerdo al orden.

Por último, la investigación sobre las actitudes permite conectar áreas de


investigación tradicionalmente dispersas. Por ejemplo, el estudio del prejuicio
hacia grupos minoritarios puede enfocarse como el estudio de las actitudes,
generalmente negativas, hacia estos grupos. De la misma forma, el estudio de la
autoestima puede definirse como el estudio de las actitudes que mantenemos
hacia nosotros mismo.

7
Esto es lo que Robert Zajonc (1968) denominó efecto de
mera exposición para referirse al aumento de la
preferencia por un estímulo tras la exposición repetida a
dicho estímulo. La simple repetición de un estímulo
puede llevar a evaluaciones más positivas de dicho
estímulo incluso cuando las personas no reconocen
haberlo visto con anterioridad (Kunst-Wilson y Zajonc,
1980).

DEFINICIÓN DE ACTITUDES

La palabra actitud hace referencia a una postura que puede tomar un ser
humano frente a ciertas situaciones. Para el ámbito de la psicología, el término
actitud es la conducta que presenta una persona frente a diferentes experiencias
de la vida cotidiana. Estas actitudes hacen posible que el individuo potencie o
disminuya su carácter frente a otros.

El término actitud proviene del latín actitudo, cuyo significado es la expresión de


un estado de ánimo. La actitud no solo tiene que ver con la forma de hablar de
una persona, sino también que incluye la postura de la misma. La forma en la que
se paran y se manejan en ciertas situaciones pueden demostrar una buena
actitud, una mala o simplemente expresar lo que se está sintiendo en el momento.

El concepto de actitud es muy utilizado en el ámbito de la psicología, en el que las


actitudes no pueden ser consideradas como cuestiones particulares, sino que más
bien deben ser entendidos dentro de un contexto social y temporal.

Las actitudes son adquiridas y aprendidas a lo largo de la vida y adquieren una


dirección hacia un determinado fin. Esto lo diferencia de caracteres biológicos,
como el sueño o el hambre.

8
Definiciones de otros autores:

o C. M. Judd. “Las actitudes son evaluaciones duraderas de diversos


aspectos del mundo social, evaluaciones que se almacenan en
la memoria”.
o R. Jeffress. «La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las
circunstancias de la vida».

Downie, Fyfe y Tannahill (1990) plantean que pueden darse actitudes hacia todo,
incluso hacia otra actitud, y que los objetos sociales hacia las que van dirigidas
pueden ir desde lo más abstracto a lo más específico. En relación con la
predisposición a actuar, las actitudes tienen tres propiedades: dirección,
intensidad y fuerza. Se habla de dirección para determinar si las actitudes son
positivas, negativas o neutras. La intensidad se refiere a su alcance, es decir, al
grado en que la actitud es positiva o negativa. Y por último la fuerza se considera
como el grado de estabilidad o la resistencia al cambio de las actitudes. Según
esta concepción, las actitudes se pueden ubicar en un contínuum en cuyos
extremos se encuentren las predisposiciones más negativas y más positivas a
actuar, ocupando el centro las actitudes neutras o indefinidas.

BREVE HISTORIA

Desde su aparición en la Psicología social, a principios del siglo pasado, y hasta la


actualidad, se han propuesto distintas definiciones de actitud, de mayor o menor

9
complejidad. En la actualidad, la mayoría de los estudiosos del tema estaría de
acuerdo en definir las actitudes de la siguiente forma:

o Evaluaciones globales y relativamente estables que las personas hacen


sobre otras personas, ideas o cosas que, técnicamente, reciben la
denominación de objetos de actitud.

Hasta ahora hemos visto cómo se define el concepto de actitud en Psicología


social, y se han puesto de relieve algunas de sus características más importantes.
Cabe ahora tratar de responder a una pregunta sencilla pero esencial para
comprender el concepto de actitud, ¿por qué tenemos actitudes? o, dicho de otro
modo, ¿por qué la tendencia a responder evaluativamente ante cualquier cosa o
situación es un fenómeno omnipresente en nuestras vidas? La respuesta a este
planteamiento nos lleva directamente al análisis de las funciones que cumplen las
actitudes y de las motivaciones que ayudan a satisfacer. A pesar de que en la
literatura existente podemos encontrar distintas clasificaciones funcionales de las
actitudes, aquí destacaremos tres: organización del conocimiento, utilitaria y de
expresión de valores.

COMPONENTES DE LAS ACTITUDES

Las actitudes son simplemente expresiones de lo mucho que nos gustan o


disgustan diversas cosas. Las actitudes representan nuestras evaluaciones,
preferencias o rechazos basados en la información que recibimos. Es una
tendencia generalizada a pensar o actuar de una determinada manera con
respecto a algún objeto o situación, a menudo acompañada de sentimientos.

Es una predisposición aprendida a responder de manera consistente con respecto


a un objeto determinado. Puede incluir evaluaciones de persona, temas, objetos o
eventos. Dichas evaluaciones suelen ser positivas o negativas, pero también
pueden ser inciertas en ocasiones.

Son la forma de pensar, y conforman como nos relacionamos con el mundo tanto
en el trabajo como fuera de él. Los investigadores también sugieren que hay

10
varios componentes diferentes que conforman las actitudes. Uno puede ver esto
mirando los tres componentes de una actitud la cognición, el afecto y el
comportamiento.

3 componentes de la actitud son:


1. Componente cognitivo.
2. Componente afectivo.
3. Componente conductual.

Componente cognitivo: El componente cognitivo de las actitudes se refiere a


las creencias, pensamientos y atributos que asociaríamos a un objeto. Es el
segmento de opinión o creencia de una actitud. Se refiere a la parte de la actitud
que se relaciona en el conocimiento general de una persona. Típicamente salen a
la luz en generalidades o estereotipos, como todos los bebes son lindos, fumar es
perjudicial para la salud, etc.

Componente afectivo: El componente afectivo es el segmento emocional o de


sentimientos de una actitud. Se relaciona con la afirmación que afecta a otra
persona. Se trata de sentimientos o emociones que afloran sobre algo, como el
miedo o el oído. Usando el ejemplo anterior, alguien podría tener la actitud de que
ama a todos los bebes porque son lindos o que odia fumar es perjudicial para la
salud.

Componente conductual: El componente conductual de una actitud consiste


en las en las tendencias de una persona a comportarse de una manera particular
hacia un objeto. Se refiere a la parte de la actitud que refleja la intención de una
persona a corto o largo plazo. Usando el ejemplo anterior, la actitud conductual
puede ser. No puedo esperar a besar al bebe, o mejor mantengamos a esos
fumadores fuera de la biblioteca, etc.

La actitud esta compuesta por tres componentes, que incluyen un componente


cognitivo, un componente afectivo o emocional y un componente conductual.
Básicamente, el componente cognitivo se basa en la información o el

11
conocimiento, mientras que el componente afectivo se basa en los sentimientos.
El componente conductual refleja como la actitud afecta a la forma de actuar o
comportarse.

Es útil para comprender su complejidad y la posible relación entre las actitudes y


el comportamiento. Pero para mayor claridad, tenga en cuenta que el termino
actitud se refiere esencialmente a la parte afectada de los tres componentes.

En una organización, las actitudes son importantes para que su meta u objetivo
tenga éxito. Cada uno de estos componentes es muy diferente del otro, y pueden
construirse unos sobre otros para formar nuestras actitudes y, por tanto, afectar a
como nos relacionamos con el mundo.

ORGANIZACIÓN DE LAS ACTITUDES

Diferentes aproximaciones cognitivas, la mayoría desde el paradigma del


procesamiento de la información, han intentado ver, ya no cómo se relacionan los
elementos de las actitudes entre sí, sino cómo las mismas actitudes se relacionan
entre sí. Básicamente, propondrán que las actitudes están estructuradas
jerárquicamente, configuran sistemas cognitivos superiores, y determinan el
sistema cognitivo del sujeto.

Además, se relacionarían también con el sistema de valores de las personas, y


construirían configuraciones cognitivas complejas. Intuitivamente, en nuestra vida
cotidiana todos asumimos que esto es así; por ejemplo, si sabemos que una
persona tiene actitudes políticas conservadoras, esperaremos que también elija
opciones conservadoras en otros ámbitos, como el aborto o la pena de muerte, o
su opinión respecto al movimiento ocupa.

Dentro de este sistema, las actitudes se pueden caracterizar por su posición en


distintas dimensiones. La primera sería la dimensión centro periférica: cuanto más
interconectada está con otras actitudes, más central es una actitud. También
encontramos la dimensión independiente-dependiente: cuanto más central es,

12
más independiente se la supone. Estas dos dimensiones (centro periférica e
independiente-dependiente) guardan una estrecha relación con una tercera
dimensión estable-modificable: cuanto más central es una actitud, más estable
permanecerá.

El vínculo de las actitudes entre éstas y con otros factores cognitivos (valores,
creencias...) quiere decir que un cambio en las actitudes implica a menudo una
reestructuración global cognitiva de la persona, y por esto suele ser tan costoso,
como veremos. De todos modos, estas dimensiones no carecen de un cierto
carácter tautológico o circular, ya que las dimensiones se definen por referencia
unas a otras, y de manera independiente.

Las actitudes nos permiten defender del concepto que tenemos de nosotros
mismos, y permiten que nos aceptemos, así las actitudes nos ayudan a
protegernos sea de impulsos propios o inaceptables o de amenazas externas. Las
actitudes proporcionan patrones de referencia para interpretar y entender el
mundo, de esta forma se idealiza un orden.

Medida de actitudes.
El carácter mediador y relacional de las actitudes no permite que las podamos
observar y medir directamente. Por este motivo, como apuntábamos en la breve
revisión histórica del concepto, la aportación de un instrumento de medida por
parte de Thurstone fue tan revolucionaria. Si él consiguió medirlas fue porque
consideró que las opiniones de una persona hacia un objeto podían ser buenos
indicadores de sus actitudes. Y las opiniones, ahora sí, eran susceptibles de ser
medidas, en concreto, a partir de escalas. De entre todas las escalas utilizadas, se
destaca la escala de intervalos aparentemente iguales de Thurstone, la escala de
Likert y el diferencial semántico de Osgood. Aquí explicaremos las dos primeras.
El proceso de construcción de una escalaThurstone sigue los pasos siguientes:
Construcción de ítems: redacción de una serie de frases (alrededor de cien)
relacionadas con el objeto de actitud. Estas frases deben representar todas las
posiciones posibles respecto a este objeto, desde las más favorables a las más
desfavorables. Un conjunto de personas que actúan como jueces, y que son

13
entrenadas como tales, deben determinar, de la manera más objetiva posible, en
qué medida estas afirmaciones son favorables o desfavorables, y las deben situar
en una escala de entre cero y once puntos. Cálculo del valor escalar: a cada frase
(ítem) se le asigna un valor teniendo en cuenta las puntuaciones que le han dado
los jueces. Este valor es la media de sus puntuaciones. Selección de los ítems: se
seleccionan entre veinte y treinta ítems y se siguen estos criterios: a) deben cubrir
el continuo de la actitud; b) se seleccionan los ítems que han reunido más acuerdo
por parte de los jueces, y se evitan los ítems ambiguos; c) se eliminan los ítems
irrelevantes o que son incapaces de distinguir entre las posiciones diferentes de la
gente. Una vez determinados los ítems que componen la escala, ésta se puede
utilizar para medir las actitudes de la gente. Las personas recibirán la puntuación
correspondiente a la suma de los valores escalares de los ítems con los cuales
han estado de acuerdo. La otra escala más utilizada, un poco más fácil de aplicar,
es la escala de Likert, que, de hecho, surgió como un intento de simplificar la
complejidad de los pasos necesarios para construir una escala Thurstone. En
lugar de necesitar las valoraciones de los jueces (es decir, personas que no
responden según su opinión personal, sino según un entrenamiento previo que
supuestamente las cualifica para distribuir las frases en un continuo de manera
objetiva), se valida simplemente a partir de las opiniones personales de los
sujetos. Finalmente, la escala se constituye y se eligen aquellos ítems que
diferencian mejor los diferentes rangos de opinión.

Experiencia directa.
Según algunas posiciones teóricas, la simple exposición a un objeto hace que
obtengamos información sobre éste: esto sólo basta para que desarrollemos una
actitud hacia el objeto (Fazio y Zanna, 1981). De hecho, y según la "hipótesis del
efecto de la simple exposición" o familiaridad (Zajonc, 1968), parece que
encontrarnos con un objeto un cierto número de veces nos predispone ya a tener
una actitud, con frecuencia favorable, hacia el objeto. El efecto de la experiencia
es más fuerte cuanto más larga y repetitiva es la exposición, o más traumática y
decisiva. El ejemplo típico sería el niño que tiene miedo y huye de los perros
después de que uno le haya mordido. O cuando os gusta una canción porque la
14
habéis escuchado muchas veces. Esta posición es un buen ejemplo de hasta qué
punto el estudio de las actitudes ha podido llegar a simplificar su complejidad
inherente.

TEORÍAS CLÁSICAS DE LA FORMACIÓN DE LAS ACTITUDES

Las teorías clásicas de la formación de las actitudes postularon que éstas se


aprendían de la misma forma que otras respuestas aprendidas. Se consideraba
que las respuestas actitudinales se reforzaban por procesos de condicionamiento
clásico e instrumental. El Condicionamiento Clásico de las Actitudes El
condicionamiento clásico plantea que un estímulo neutral no capaz de elicitar una
determinada respuesta, adquiere esta capacidad gracias a la asociación de éste,
de forma repetida, con un estímulo que provoca dicha respuesta. Diferentes
autores han considerado que la formación de las actitudes podía darse por un
proceso de condicionamiento clásico y que éstas podían afectar a posteriores
respuestas comportamentales. Staats y Staats (1958) presentando a estudiantes
el nombre de ciertas nacionalidades acompañadas por adjetivos positivos,
negativos o neutros, encontraron que aquellas que habían sido apareadas con
adjetivos positivos se evaluaban más favorablemente que las apareadas con
adjetivos negativos.

Según el condicionamiento clásico, la respuesta actitudinal es debida a la mera


asociación entre el estímulo condicionado y el incondicionado. Sin embargo, esta
aproximación ha sido criticada ya que no llega a explicar los procesos que median
entre la asociación de las respuestas evaluativas con los estímulos
incondicionados. Igualmente, algunos investigadores (Insko y Oakes, 1966)
criticaron dicha conceptualización aduciendo una explicación en términos de
características de la demanda. Es decir, se sugirió que los sujetos se daban
cuenta de la relación existente entre los nombres de las nacionalidades y las
palabras evaluativas y respondían según a las expectativas del experimentador.
Sin embargo, dicha crítica también ha sido refutada por otra serie de autores

15
(Krosnick, Betz, Jussim y Lynn, 1992) que demostraron a través de una serie de
experimentos que los resultados en la formación actitudinal no podían ser
explicados en los términos anteriormente citados. En definitiva, las investigaciones
desde la perspectiva del condicionamiento clásico sugieren que nuestras actitudes
pueden ser ‘teñidas’ sin querer por el contexto en que un objeto se ha
experimentado, siendo un proceso bastante funcional cuando la relación entre el
estímulo y el contexto es estable (Stroebe y Jonas, 1996). El Condicionamiento
Instrumental de las Actitudes Según el paradigma del condicionamiento
instrumental una respuesta que forma parte del repertorio comportamental del
sujeto puede ser reforzada.

(Hildum y Brown, 1965; Insko, 1965) demostraron que las actitudes podían
modificarse a través del refuerzo diferencial. Por ejemplo, Insko (1965) entrevistó
a una serie estudiantes acerca de un tema de interés. A la mitad de ellos se les
reforzó a través de respuestas verbales actitudinales favorables y a la otra mitad
con respuestas actitudinales desfavorables. Posteriormente, se pasó a los sujetos
un

cuestionario para valorar su actitud acerca del asunto fruto de la entrevista y se


encontró que, una semana más tarde, los grupos -reforzados diferencialmente
diferían en su actitud. Sin embargo, aunque se acepta que el refuerzo verbal
puede suscitar un cambio de actitud, una crítica que se establece a este
paradigma es que no llega a explicar si estos efectos se dan automáticamente o
si, por el contrario, existen diferentes procesos cognitivos que median la relación.
En este sentido, Cialdini e Insko (1969) plantean que el refuerzo verbal presenta
dos funciones: a) es un indicador de la posición actitudinal del entrevistador; y, b)
establece una relación entrevistador entrevistado.

FUNCIONES DE LAS ACTITUDES 

Las actitudes tienen cuatro funciones principales para el individuo: (1) la función
evaluativa, (2) la función instrumental (3) la función ideológica (4) la función
expresiva de valores. En última instancia, estas funciones sirven a la necesidad de

16
las personas de proteger y mejorar la imagen que tienen de sí mismos. En
términos más generales, estas funciones son las bases motivacionales que dan
forma y refuerzan las actitudes positivas hacia los objetos o personas percibidos
como necesidades satisfactorias y / o actitudes negativas hacia otros objetos o
personas percibidos como castigos o amenazas.

Función evaluativa
Fazio: "Poseer una actitud hacia un objeto es más funcional que no poseer
ninguna". Los efectos adaptativos de poseer una actitud son:
 Da una pista clara para orientar la acción.
 Para saber qué hacer de antemano, y evitar tener que entrar en reflexiones y
juicios deliberativos cada vez que se encuentra dicho objeto.
Demostró que las personas con actitudes más accesibles se dejan influir menos
por los aspectos de la situación y atienden más a
las características pertinentes del objeto.

Función instrumental
La función instrumental o adaptativa o utilitaria (Paez): La actitud sirve a la
persona para alcanzar objetivos que le reporten beneficios tangibles o un ajuste a
la situación. Se caracteriza por basarse en el principio de utilidad medios-fines: la
actitud se adquiere, mantiene o expresa porque a través de ella se consigue un
objetivo útil para la persona.

Función expresiva de valores


La función expresiva de valores (Paez): La actitud permite manifestar a la
persona lo que realmente piensa y siente o quiere que los demás sepan acerca de
ella. La diferencia entre esta función y la anterior es que, mientras allí se hablaba
de una racionalidad utilitaria que permitía alcanzar objetivos de corte
individualista, aquí se trata más bien de proyectar una determinada imagen social,
siendo la racionalidad de corte más cultural.

17
Función ideológica
La función ideológica (Echevarría y Villareal): Las actitudes proporcionan una
determinada explicación de las desigualdades existentes en la sociedad. Si tal
explicación se acepta, las desigualdades quedan legitimadas y justificadas. Para
que pueda darse ésta función, tanto la marginación de las personas que
pertenecen al grupo desfavorecido, como las estrategias de mantenimiento del
status quo, deben contar con un apoyo y respaldo institucional. Esta función la
cumplen determinadas actitudes: las prejuiciosas y las etnocéntricas.

Función de separación
La función de separación (Snyder y Miene): Consisten en atribuir a un grupo
dominado características plenamente negativas. Esta función aspira a ejercer
un control sobre la posibilidad de que ese grupo menospreciado pueda salir de su
situación de precariedad. La principal diferencia con la anterior es que depende
más de las condiciones de interacción entre grupos.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad
para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a
un psicólogo para que trate tu caso en particular.
Si deseas leer más artículos parecidos a Funciones de las actitudes - ejemplos y

tipos de actitud, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Psicología


Social y de las Organizaciones.

ESTRUCTURA DE LAS ACTITUDES

Uno de los modelos más utilizados a la hora de entender cómo se organiza


mentalmente una actitud es el modelo tripartito, según el cual las actitudes
están formadas por tres componentes: 

18
Ejemplo: Alguien podría pensar que determinado partido político es mejor que
el resto (componente cognitivo); a su vez, esta persona se sentiría muy bien y
muy orgullosa al identificarse con este partido y con sus propuestas
(componente afectivo), y lo votaría en las elecciones (componente
conductual).

CAMBIO DE ACTITUD
Las actitudes son evaluaciones generales acerca de las cosas, los objetivos, las
ideas y de las personas que uno se encuentra a lo largo de su vida (por ejemplo,
«la pena capital es mala»).

Las actitudes son importantes porque pueden guiar el pensamiento, el


comportamiento y los sentimientos. El cambio de actitud ocurre cada vez que se
modifica una actitud.

Así, el cambio ocurre cuando una


persona pasa de ser positiva a ser
negativa, o viceversa, de ser
ligeramente positiva a ser muy positiva,
o de no tener ninguna actitud pasa a
tener alguna.

19
Debido al valor funcional de las actitudes, los procesos que las cambian han sido
un foco importante de estudio a lo largo de la historia de la psicología social.

PERSUASIÓN Y CAMBIO DE ACTITUD 

Vivimos en un mundo dinámico en el que la comunicación intenta


constantemente persuadir nuestras opiniones, nuestros gustos,
inclinaciones políticas,… Hablar de "cambio de actitud" nos refiere
implícitamente a su proceso de formación y a la consideración de las
características de la relación que se establece entre la actitud y la
conducta.
En tal sentido la Teoría de la Persuasión como orientadora de los
cambios de actitud, bien puede circunscribirse en la tendencia que
otorga a las actitudes y sus componentes cierto nivel de predictibilidad
sobre nuestras acciones y conducta.

Los principios de esta teoría se orientan al estudio y comprensión


de la "dinámica de los mensajes persuasivos" y su fundamento principal
sostiene que "para que un mensaje persuasivo cambie la actitud y la
conducta tiene que cambiar previamente los pensamientos o las
creencias del receptor del mensaje" (Moya en Morales (coord), 1999;
216).

20
CONCLUSIÓN

A lo largo de este trabajo se ha visto con detalle que no todas las actitudes son
iguales a la hora de influir sobre el procesamiento de la información y la conducta.
Unas actitudes, a las que denominamos fuertes, tienen mayor probabilidad de
producir estos resultados que las llamadas actitudes débiles.

21
Las actitudes se pueden medir de muchas formas, desde preguntar directamente
a la persona cuánto le atrae un determinado objeto o propuesta, hasta registrar
sus comportamientos no verbales o la velocidad con la que responden a estímulos
relacionados con el objeto de actitud. Aunque en algunos casos estas medidas
puedan registrar actitudes que se construyen momentáneamente, en la mayoría
de los casos lo que se registra son las evaluaciones asociadas de forma estable al
objeto de actitud, ubicadas en la memoria.

Por último, las actitudes también se pueden adquirir a partir de la observación de


nuestra propia conducta en relación con el objeto de actitud. Nuestra forma de
actuar con el objeto de actitud nos puede informar directamente sobre nuestras
actitudes (autopercepción) o indirectamente, y entonces influye en cómo nos
sentimos (disonancia cognitiva), cómo pensamos (sesgo de búsqueda) o cómo
pensamos sobre lo que estamos pensando (autovalidación).

BIBLIOGRAFÍAS

Fuente: https://concepto.de/actitud/#ixzz86qf4ikxy
https://psicologiasocial2015.blogspot.com/2015/02/actitudes-estructura-y-
funciones.html?m=1

https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/8906/02CapituloParteII.pdf

22
ANEXOS

Ilustración 1Representación grafica de la propuesta de la teoría de la acción razonada

23
Ilustración 2Representacion del sistema de creencias (Rokeach, 1989)

Ilustración 3Teoría de
la Conducta
Planificada
(Fuente: Ajzen,
1985).

24
25
TRÍPTICO

26

Você também pode gostar