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Skinner
Para comenzar
En general y como se verá en los prácticos se distingue entre dos tipos de conductismo:
En lo que sigue, en este teórico, veremos algunas ideas centrales del conductismo psicológico,
y en especial las ideas desarrolladas por B. F. Skinner
Se debe tener en cuenta que existen dos formas posibles de conductismo psicológico
Como veremos Skinner propuso versión del conductismo en la que se asevera la realidad de
los fenómenos internos e incluso el acceso introspectivo a ellos, aunque tal realidad de los
fenómenos mentales no es no-física sino fisiológica y además la introspección tiene un carácter
limitado y poco fiable.
Para el conductismo por estímulo puede considerarse el conjunto de las excitaciones que
actúan sobre el organismo en un momento dado, el ambiente del organismo constituye un
complejo de estímulos para él, complejo que determina la conducta. Por su parte la conducta
es básicamente un conjunto de respuestas, de tal modo que, aunque el esquema concreto
conductista es el par estímulo- respuesta, el esquema general es el par ambiente-conducta.
Introducción
Una de las mejores formas de entender lo que se llamó “Conductismo”, como corriente
psicológica, es acercarse a ciertas ideas básicas de B. F. Skinner (1904-1990), uno de sus
mejores y mayores defensores.
Para Skinner "la especie humana ha salido triunfadora en una larga competencia con otras
especies. Sus miembros pueden adquirir repertorios conductuales de complejidad única y
extraordinaria. Quizá su mayor logro haya sido la conducta verbal, y ésta condujo a los medios
ambientes sociales que han producido el arte, la literatura, la religión, la ley y la ciencia."
Skinner se dió cuenta muy tempranamente que "parece que algo anda mal en la propia
conducta del hombre, la cual genera muchas cosas que parecen irracionales, insanas y carecen
de sentido". Esta afirmación no se hacía pensado en la conducta individual, sino en la social de
los seres humanos, como veremos más adelante.
¿Cuándo tendremos la ciencia y tecnología conductual que necesitamos para resolver nuestros
problemas?
¿Por qué no usamos los conocimientos que nos brinda la ciencia de la conducta que ya
tenemos?
Quizás aquí tengamos que hacer la primera distinción terminológica importante para Skinner
entre lo que denomina "ciencia de la conducta o del comportamiento" y lo que denomina
"conductismo".
Y agrega,
¿Conducirá hacia una tecnología y, en tal caso, qué papel desempeñará en los asuntos
humanos?"
"Las variables de las cuales la conducta humana es una función", señala Skinner, "se
encuentran en el medio ambiente".
Los que hacen psicología cognitiva, "estudian estas relaciones entre organismo y medio
ambiente, pero rara vez las tratan directamente. En lugar de eso inventan sustitutos
internos que se vuelve materia de estudio de su ciencia."
Por el contrario plantea Skinner "el medio ambiente ha producido la dotación genética de la
especie a través de la selección natural, y moldea y mantiene el repertorio del individuo por
medio de otro proceso selectivo el condicionamiento operante. Al analizar estos dos papeles
del medio ambiente podemos empezar a comprender la conducta, y al cambiar el medio
ambiente podemos empezar a modificarla"
Para Skinner la ciencia de la conducta entonces debe buscar en otra parte. Desde un punto de
vista general la ciencia de la conducta es una parte de la Biología. El organismo que manifiesta
una conducta es el organismo que respira, digiere, procrea.
Desde la biología el organismo que presenta una conducta será descrito y explicado
anatómica- y fisiológicamente. En relación a la propia conducta nos dará una descripción de
la dotación genética de la especie, y nos dirán cómo cambia esa dotación durante la vida del
individuo, y por qué, en consecuencia, el individuo responde de cierta manera en determinada
ocasión
No obstante aclara Skinner todavía estamos lejos de una descripción satisfactoria en tales
términos. Los eventos que realmente son la base de un tipo de conducta están aún muy fuera
de nuestro alcance desde estos puntos de vista.
A pesar de ello podemos analizar cierto tipo de conducta en su relación con la situación del
momento, y con los eventos antecedentes en la historia de la especie y del individuo.
Ni necesitamos considerar la anatomía o la fisiología para ver cómo cambia la conducta del
individuo al ser expuesto a contingencias de reforzamiento durante su vida y cómo,
consecuentemente, se comporta de cierta manera en cierta ocasión.
Como inconveniente aparece el hecho de que "contamos con una clase de información interna
acerca de nuestra conducta."
Puede ser verdad, dirá Skinner "que el medio ambiente moldee y controle nuestra conducta en
la misma forma en que moldea y controla la conducta de otras especies; pero nosotros
tenemos sentimientos con respecto a eso."
¿No tienen los sentimientos alguna relación con nuestra formulación de una ciencia de la
conducta? ¿No deben nuestros sentimientos agregarse a los eventos antecedentes de los
cuales la conducta es una función?
Pero lo que sentimos, sostiene Skinner "son condiciones de nuestro cuerpo, la mayor parte de
las cuales están estrechamente relacionadas con la conducta y con las circunstancias en la que
ésta sucede." En otras palabras "las condiciones corporales que sentimos son productos
colaterales de nuestra historia genética y ambiental."
Carecen de "fuerza explicativa; simplemente son hechos adicionales que deben tomarse en
cuenta."
Los sentimientos para Skinner gozan de enormes ventaja respecto de la historia genética y
ambiental. Apremian, dominan, exigen, mientras que los hechos acerca del medio ambiente
pasan inadvertidos con facilidad. Además los sentimientos se relacionan inmediatamente con
la conducta a pesar de ser productos colaterales, por lo cual exigen más atención que las
causas mismas, que a menudo son mucho más remotas.
El medio ambiente actúa sobre un organismo en la superficie de su cuerpo; pero cuando ese
cuerpo es el nuestro (humano), parece que vemos cómo el mundo real se vuelve experiencia.
Lo que es importante puede no ser el mundo físico del otro lado de la piel, sino lo que ese
mundo significa para nosotros dentro de ella.
Y agrega Skinner pero no solamente parece que vemos al medio ambiente en el proceso de
entrada, sino que también vemos la conducta en el proceso de salida. Observemos ciertas
etapas tempranas –deseos, intenciones, actos volitivos – antes de que hayan encontrado
expresión en la conducta.
Por último nuestra historia ambiental, también puede ser vista y revisada dentro de la piel,
porque la hemos guardado en el almacén de nuestra memoria
Valor y Límites de la Introspección
Si bién Skinner acepta la opinión de que aquello que observamos por medio de la
introspección, así como lo que sentimos, son estados de nuestro cuerpo. Y reconoce que esta
opinión está ganando claramente el favor de psicólogos, fisiólogos y filósofos por igual, no
está dispuesto, de cualquier manera, a dar mucho apoyo a la introspección.
Dos son las razones por las cuales no diferenciamos con precisión nuestros sentimientos y
nuestros propios estados mentales.
El primer lugar, el mundo dentro de la piel es privado. Solo la persona poseedora de la piel
puede hacer ciertas clases de contactos con él. Podría esperarse que la intimidad resultante
contribuiría con una mayor claridad, pero hay un obstáculo: La privacidad se interpone en el
proceso del conocimiento porque la comunidad verbal, que nos enseña a hacer distinciones
entre las cosas del mundo que nos rodea, carece de la información relevante que necesita para
enseñarnos a distinguir los eventos de nuestro mundo privado.
Hay dice Skinner otro problema relacionado con la naturaleza y la ubicación de quien conoce.
El organismo está, por así decirlo, entre el medio ambiente que actúa sobre él y el medio
ambiente sobre el cual él mismo actúa.
Surgen las preguntas ¿qué hay entre las etapas internas; por ejemplo, entre la experiencia y la
voluntad? ¿Desde qué posición ventajosa observamos los estímulos cuando entran al almacén
de la memoria, o la conducta cuando sale hacia la expresión física?
El agente observador, el conocedor, concluirá Skinner parece reducirse a algo muy pequeño en
medio de todo esto.
Puede ser llevado a responder sobre algunas de sus propias actividades por un medio
ambiente verbal
Los eventos observados como vida mental (por ejemplo, los sentimientos), son
productos colaterales y han sido base de muchas metáforas elaboradas.
No fue necesario contar con información interna para inducir a la gente a dirigir su
atención hacia lo que sucede dentro del organismo que manifiesta la conducta.
Casi instintivamente vemos el interior de un sistema para ver cómo funciona.
Para Skinner la observación desde el interior de un sistema que presenta una conducta
empezó en serio con el descubrimiento de los reflejos.
Si bien es cierto gran parte de la biología busca dentro de un ser vivo la explicación de cómo
funciona, para Skinner esto no es válido para la totalidad de la biología. Claramente Skinner se
está refiriendo a la Teoría de la Evolución: Darwin buscó el principio de selección natural más
allá de la estructura. La relación del organismo con el medio ambiente era lo importante en la
evolución. Y esa relación con el medio ambiente es de la misma primordial importancia en el
análisis de la conducta.
Además dice Skinner aun cuando fuera útil, un determinador interno, real o hipotético, no
sería una explicación de la conducta, sino hasta el momento en que él mismo fuese explicado.
Para decirlo nuevamente: Puesto que muchos de los eventos que deben tomarse en cuenta
para explicar la conducta están asociados con estados corporales que pueden sentirse, lo que
se siente puede servir como clave para las contingencias. Pero los sentimientos no son las
contingencias y no pueden reemplazarlas como causas.
Si el crédito al que una persona se ha hecho acreedora, se ve disminuido por evidencias de las
condiciones de las cuales su conducta es una función, entonces el análisis científico parece ser
un ataque a la dignidad o al valor humano.
Desgraciadamente, uno de sus productos colaterales de dicha lucha ha sido el lema: “Todo
control de la conducta es indebido y debe repelerse”.
En las circunstancias bajo las cuales el hombre ha luchado por la libertad, dirá Skinner, no hay
nada que justifique la extensión de este ataque a las medidas de control; y tendríamos que
abandonar todas las ventajas de una cultura bien desarrollada si renunciáramos a todas las
prácticas que entrañan control de la conducta humana.
El problema práctico para continuar con la lucha por la libertad no es destruir las fuerzas de
control, sino cambiarlas para construir un mundo en el cual la gente se siente más libre que
nunca, pues no estaría bajo el tipo de control aversivo.
No debe olvidarse, afirma Skinner, que el engrandecimiento del individuo pone en peligro el
futuro de la especie y la cultura.
En realidad, viola los llamados derechos de miles de millones de personas por nacer. Estamos
empezando a comprender la magnitud del problema de llevar la conducta de la humanidad al
control de un futuro planeado, y ya estamos sufriendo por el hecho de haber tardado tanto en
reconocer que la humanidad tendrá futuro solamente si diseña un tipo de vida viable.
Los problemas que afrontamos no se van a encontrar en hombres y mujeres, sino en el mundo
en que viven; especialmente en los medios ambientes sociales que llamamos culturas. Ese es un
importante y prometedor cambio en el énfasis porque el medio ambiente está al alcance y
estamos aprendiendo a cambiarlo.