Explorar E-books
Categorias
Explorar Audiolivros
Categorias
Explorar Revistas
Categorias
Explorar Documentos
Categorias
net/publication/250373818
CITATIONS READS
32 2,359
1 author:
SEE PROFILE
All content following this page was uploaded by José EDUARDO Siqueira on 16 October 2014.
EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
DE HANS JONAS
Resumen: Este trabajo es una reflexión sobre la principal obra del filósofo alemán contemporáneo, Hans Jonas. Muestra la trayectoria
intelectual de Jonas hasta llegar al rescate de la ética de la responsabilidad, que Max Weber sugiere en obras de comienzos del siglo.
El Principio de la Responsabilidad de Jonas es una evaluación sumamente crítica de la ciencia moderna y de su “brazo armado”, la
tecnología. El filósofo muestra la necesidad que el ser humano tiene de actuar con cautela y humildad frente al enorme poder transfor-
mador de la tecnociencia.
Palabras clave: Bioética, Ciencia y Ética, Tecnología y Ética
Abstract :This paper is a reflection on the main work of the german philosopher Hans Jonas. It shows his intellectual trajectory till the
point of the rescueing of the ethics of responsibility, suggested in Max Weber’s works of the beginning of this century. Jonas’ principle
of responsibility is an extremely critical analysis of modern science and its principal “armed arm”, technology. The philosopher
expounds the need all human beings have to act with caution and humility in face of the tremendous transforming power technoscience
posseses.
keywords: bioethics, science and ethics, technology and ethics
Resumo: Este trabalho é uma reflexão sobre a principal obra do filósofo alemão contemporâneo, Hans Jonas. Apresenta a trajetória
intelectual de Jonas até o resgate da ética da responsabilidade que Max Weber sugere em obras do começo do século XX. O Princípio
da Responsabilidade de Jonas é uma apreciação extremamente crítica da ciência moderna e de seu “braço armado”, a tecnologia. O
filósofo mostra que é necessário o ser humano agir com cautela e humildade ante o enorme poder transformador da tecnociência.
Palavras chaves: Bioética, Ciência e Ética, Tecnologia e Ética.
*
Doctor en Medicina; Magíster en Bioética en la Universidad de Chile; Profesor de Clínica Médica y Bioética en la Universidad
Estadual de Londrina. Vice-Presidente de la Sociedad Brasileña de Bioética.
Correspondencia: jtsique@sercomtel.com.br
277
El Principio de Responsabilidad... J. de Siqueira
“El desafío de la futura bioética es que, más vuelve a colocar la vida en una posición
que nunca, poseemos conocimiento científico privilegiada y lejos de los extremos del
y capacidad tecnológica, sin embargo no te- idealismo irreal y del limitado materialismo.
nemos la mínima noción de cómo utilizarlos, Presenta el equívoco de aislar al hombre de la
siendo que la crisis de nuestra era es la de naturaleza, imaginándolo desvinculado de las
haber adquirido un poder inesperado que otras formas de vida. En el epílogo de la obra
debemos usar en medio del caos de un mundo plantea una idea general de su proyecto, cuando
postradicional, postcristiano y escribe que “con la continuidad de la mente
postmoderno”. con el organismo, del organismo con la
naturaleza, la ética se vuelve parte de la
H.T. Engelhardt filosofía de la naturaleza (...) Solamente una
ética fundada en la amplitud del ser puede tener
significado” (1).
Hans Jonas nació en 1903 en No es difícil reconocer la relación de
Mönchenglandback, Alemania. De origen ju- esa etapa con el tercer y último momento de su
dío, recibió una formación humanística a tra- vida intelectual. La búsqueda de una nueva éti-
vés de la atenta lectura de los profetas hebreos. ca desde las bases. Una ética de la responsabi-
Su intensa vida intelectual fue relatada por él lidad, se vuelve la meta de Jonas. En 1979 pu-
mismo en una conferencia dada en octubre de blica Das Prinzip Verantwortung- Versuchi
1986 en la Universidad de Heidelberg, cuando einer Ethic für die Tecnologische Zivilisation,
se cumplieron 600 años de su fundación. Seña- traducido al inglés sólo en 1984.
la tres momentos marcantes en su formación Desde la juventud fue partidario del
filosófica. El primero comenzó en 1921 cuan- sionismo y al salir de Alemania va a Israel,
do, recién graduado, asiste a las clases de un donde se integra a una brigada judaica de
maestro hasta entonces poco conocido, Martin autodefensa, permaneciendo como oficial de
Heidegger, en la Universidad de Freiburg. Se- artillería hasta 1949. En la Segunda Guerra
gún Jonas, él fue durante mucho tiempo su Mundial se alista en el ejército británico que
mentor intelectual. Cuando Heidegger se tras- lucha contra el nazismo. De esa época es la si-
lada a la Universidad de Marburg, Jonas lo guiente declaración: “Cinco años como solda-
acompaña. Allí conoce a Rudolf Bultmann, bajo do del ejército británico en la guerra contra
cuya orientación elabora una tesis sobre la Hitler (...) Alejado de los libros y de todo lo
gnosis en el cristianismo primitivo, presentada que hace parte de la investigación (...) Es que
en 1931. Como resultado de ese trabajo inicial, estaba comprometido algo más esencial. El
en 1934, publica el célebre Gnosis und estado apocalíptico de las cosas, la caída ame-
spätantiker Geist, considerado por él mismo nazadora del mundo (...) la proximidad de la
como el primer gran momento de su trayecto- muerte (...) todo eso fue terreno suficiente para
ria como filósofo. Ese mismo año Jonas se ve propiciar una nueva reflexión sobre los funda-
obligado a abandonar Alemania, debido a la mentos de nuestro ser y para volver a ver los
ascensión del nazismo al poder. principios por los cuales se guían nuestros pen-
El segundo gran momento en la vida samientos sobre aquéllos. Así volviendo a mis
intelectual de Jonas ocurre en 1966, con la orígenes, fui lanzado de nuevo a la misión bá-
publicación de Phenomenon of Life, Toward a sica del filósofo y de su acción nata, que es
Philosophical Biology, obra en la que establece pensar” (2).
los parámetros para una filosofía de la biología. Fue entonces la proximidad con la rea-
Abre un nuevo camino de reflexión sobre la lidad de la muerte la que le hizo crecer la pre-
precariedad de la vida y muestra el gran alcance ocupación por la vida y ésa fue la meta que
filosófico de ese abordaje de la biología, pues persiguió con gran determinación. Con ello lle-
278
Acta Bioethica 2001; año VII, nº 2
279
El Principio de Responsabilidad... J. de Siqueira
control de la conducta humana: ¿ Debemos in- sustentan el poder. Existe un verdadero asom-
ducir sentimientos de felicidad o placer en la bro cognitivo, no solamente entre los ciudada-
vida de las personas a través de estímulos quí- nos, sino tambien entre los científicos, ellos
micos? En relación a la manipulación genética, mismos ultraespecializados y sin el dominio de
donde el hombre toma en sus manos su propia todo el saber producido (5).
evolución: ¿ Estaremos capacitados para el pa- La investigación, por otro lado, es con-
pel de creadores? ¿ Quiénes serán los esculto- ducida por instituciones tecnoburocráticas. La
res de la nueva imagen del hombre? ¿Se-gún tecnociencia va produciendo conocimientos
qué criterios y en base a qué modelos? ¿El que, sin ser objeto de reflexión crítica, se trans-
hombre tendrá el derecho de cambiar el patri- forman en reglas impuestas a la sociedad, la
monio genético del propio hombre? Y advier- cual, obediente a esa máquina ciega del saber,
te: se proyecta tambaleante a lo largo de un oscu-
“Ante un potencial casi escatológico ro túnel. En una famosa conferencia sobre la
de nuestra tecnología, la ignorancia sobre las crisis de la ciencia europea, Husserl ya había
últimas consecuencias será, por sí sola, razón identificado un agujero negro en el objetivismo
suficiente para una moderación responsable científico. Era la ausencia de la conciencia de
(...) Hay otro aspecto digno de mencionarse, sí mismo. A partir del momento en que, de un
los no nacidos carecen de poder (...) ¿ Qué fuer- lado, ocurrió el divorcio de la subjetividad hu-
za debe representar el futuro en el presente?” mana, reservada a la filosofía, y la objetividad
(4). del saber que es propio de la ciencia, el conoci-
Delante de un poder tan extraordinario miento científico desarrolló las tecnologías más
de transformaciones estamos desprovistos de refinadas para conocer todos los objetivos po-
reglas que ordenen las acciones humanas. Ese sibles, pero quedó totalmente ajeno a la subje-
enorme desajuste sólo podrá repararse, de tividad humana. Se volvió ciego a la marcha
acuerdo con Jonas, mediante la formulación de de la propia ciencia, pues la ciencia no puede
una nueva Ética. conocerse, no puede autoanalizarse, con los
métodos que dispone hoy en día. Es lo que
El imperativo tecnológico y las dimensiones Morin denomina “ignorancia de la ecología de
de la responsabilidad la acción”; o sea, toda acción humana, a partir
del momento que tiene inicio, escapa de las
Al formular su imperativo de respon- manos del iniciante y entran en juego las múl-
sabilidad, Jonas está pensando no tanto en el tiples interacciones propias de la sociedad, que
peligro de la pura y simple destrucción física la desvían de su objetivo y a veces le dan un
de la humanidad, sino en su muerte esencial, destino opuesto al buscado al principio (6).
aquélla que adviene de la desconstrucción y la Para que haya responsabilidad, es preciso que
aleatoria reconstrucción tecnológica del hom- exista un sujeto consciente. Lo que ocurre es
bre y del medio ambiente. que el imperativo tecnológico elimina la con-
Hay una interacción entre la investigación y el ciencia, elimina al sujeto, elimina la libertad
poder. Esa nueva ciencia lleva a un conocimien- en provecho de un determinismo. La
to anónimo, que ya no es hecho para obedecer superespecialización de las ciencias mutila y
la verdadera función del saber durante toda la distorsiona la noción del hombre.
historia de la humanidad, la de ser incorporada En varios países latinoamericanos, por
a las conciencias en la búsqueda meditada y ejemplo, la economía oficial menosprecia la
ponderada de la calidad de vida humana. noción de ciudadanía cuando elabora planes
El nuevo saber es depositado en los bancos de macroestructurales orientándose de acuerdo con
datos y empleado de acuerdo con los medios criterios propuestos por los sectores financie-
disponibles y según las decisiones de los que ros de los países centrales. La idea de hombre
280
Acta Bioethica 2001; año VII, nº 2
281
El Principio de Responsabilidad... J. de Siqueira
por misión providencial salvar a la humanidad, co, se hace acompañar por un extraordinario
no obstante posee poderes ambivalentes sobre poder de transformación careciendo, sin em-
el desarrollo futuro de la humanidad. bargo, de una reflexión ética que ejerza mode-
Es indiscutible que hubo un avance ración sobre el imperial poder de la
extraordinario cuando la ciencia, en el siglo tecnociencia.
XVII se desvinculó de la religión y del Estado, Los científicos, siendo humanos, no
creando desde entonces su propio imperativo: siempre admiten sus errores y limitaciones, lo
“conocer por conocer” sin respetar límites y que hace que la adopción de un nuevo paradig-
gozando de total libertad. Hoy vivimos un mo- ma sea un proceso de progresiva conversión que
mento de autocrítica. En las palabras de un pen- no implica la fuerza, sino el convencimiento
sador francés contemporáneo, para quien la lento y gradual. La ciencia tiene el compromi-
guerra es un hecho demasiado complejo para so primordial de una comprensión cada vez
que lo dejemos exclusivamente en manos de más detallada y refinada de la naturaleza. Es
los generales, diríamos que la tecnociencia es menester reconocer que los paradigmas rara-
demasiado poderosa para que la dejemos ex- mente poseen todos los elementos convincen-
clusivamente en manos de los científicos. tes de los antecesores, los cuales con no muy
Munford, en Técnica y civilización considera poca frecuencia prevalecen durante siglos, aun-
que hay que tener en cuenta el error que come- que contengan el germen de respuestas más
temos al subestimar nuestra capacidad de inte- adecuadas para los problemas que apuntan ha-
grar tecnología y sociedad. Según el autor men- cia el futuro. Así es el imperativo de Jonas, que
cionado los nuevos inventos y tecnologías no aún no cumplió veinte años y se ofrece para
están acompañados por una reflexión filosófi- sustituir el imperativo kantiano que ya conme-
ca, porque se cree que es innecesario introdu- moró los doscientos.
cir juicios de valor entre máquinas y pensamien- Conservando todavía la perspectiva de
tos (8). considerar la responsabilidad de las acciones
En resumen, es de imaginar que los humanas, resulta innecesaria la afirmación de
males que afligen a la sociedad humana pue- que el hombre, y solamente él en el reino ani-
dan tener siempre una solución proporcionada mal, es capaz de cambiar el curso de la historia
por la ciencia. Se deduce la creencia de que con de la vida con sus intervenciones. En una ruta
la ciencia se puede prescindir de los valores, lo que se bifurca es el caminante quien tiene la
que entonces pasa a ser, paradójicamente, el opción de elegir. Los rumbos son diferentes,
nuevo sistema de valores. La sociedad se olvi- así como el destino final. Un camino puede ter-
dó de considerar que la técnica es autónoma minar en un precipicio, mientras el otro en fuen-
con relación a la moral, a la cual no sólo no le tes de aguas puras. Así parece ocurrir con la
debe atención, sino que no soporta ningún tipo tecnología moderna que nos va presentando
de juicio moral. La técnica es completamente bifurcaciones cada vez más numerosas. Justa-
ajena a un juicio de esa naturaleza y evolucio- mente en esos puntos de bifurcación se impone
na según una norma totalmente casual. El hom- la cuestión de la elección que, casi siempre,
bre no puede erigir su destino basado en un cie- presenta contornos apropiados a través de una
go orden de gran poder de transformación y decisión ética. Delante de las bifurcaciones que
destituído de valores éticos. En consecuencia, se presentan, cualquier cosa que hagamos, cual-
se hace imperiosa una nueva filosofía de la cien- quiera que sean los criterios utilizados para
cia, lo que significa un cambio de paradigma. nuestra opción, tenemos la percepción de que
La cultura griega disponía de un saber de gran el producto final obtenido depende exclusiva-
alcance, pero que no llevaba a ningún poder mente de nuestra decisión.
significativo de transformación. Al contrario, La responsabilidad del ser humano con-
el saber moderno, de fuerte predominio técni- sigo mismo es indisociable de la que debe te-
282
Acta Bioethica 2001; año VII, nº 2
nerse en relación con todos los demás. Se trata te intervención del hombre? (9). Así se com-
de una solidaridad que lo conecta a todos los prende mejor la idea de vida que se presenta en
hombres y a la naturaleza que lo rodea. Por tan- la formulación del imperativo de Jonas. Ante
to, resulta innegable que la dedución final de la posibilidad escatológica de que la muerte
esa reflexión busque atender también lo uni- sustituya a la vida, se comprende por qué el
versal. Concluimos con Jonas que el ser huma- lejano futuro es el lugar de un temor específi-
no requiere contestar con su propio ser a una co, para el cual Jonas introduce la figura de la
noción más amplia y radical de la responsabili- “heurística del temor”. Un temor cuyos objeti-
dad, la referente a la naturaleza humana y vos son los posibles peligros que amenazan a
extrahumana, ya que la tecnología moderna la humanidad en el plano de su permanencia,
permite acciones transformadoras en un espec- de su supervivencia. Son emblemáticos los pe-
tro que va desde el genoma humano hasta el ligros que afectan el ecosistema, dentro del cual
plan cósmico. se desarrollan las actividades humanas, o los
La antigua idea de naturaleza se some- que resultan de la manipulación biológica apli-
tía al inalcanzable orden natural que señalaba cada a la reproducción humana, o a la identi-
los contornos de las normas éticas. Hoy traba- dad genética de la especie humana, o todavía a
jamos con una concepción totalmente distinta la intervención química o quirúrgica sobre el
de la naturaleza. El curso de la naturaleza no comportamiento del hombre. En suma, debido
depende más de una ley superior, que reserva a la técnica, el hombre se volvió peligroso para
al ser humano la condición de espectador. Muy el hombre, en la medida que pone en peligro
al contrario, hoy él es el agente de las transfor- los grandes equilibrios cósmicos y biológicos
maciones y tiene a su merced toda la existen- que constituyen los cimientos vitales de la hu-
cia, y en ella interviene cuando se le ocurre. La manidad.
idea de naturaleza debe, por lo tanto, La amenaza que el hombre hace pesar
entendérsela como propiedad, dominio del sobre el hombre toma, de algún modo, el lugar
hombre. Tal vez, ni siquiera el mismo Bacon de las amenazas a las cuales los otros seres vi-
hubiera podido concebir un poder tan extraor- vos ya están sometidos debido a las acciones
dinario, un dominio tan absoluto de la natura- humanas. A la vulnerabilidad de la vida, el hom-
leza. Ante esa realidad, es imposible no inter- bre de la era tecnológica añade un factor
poner a la actitud científica exigencias de una desintegrador suplementario, el de su propia
nueva responsabilidad ética. obra. La vida en el planeta tuvo sus reglamen-
Lo que caracteriza el imperativo de tos durante mucho tiempo, pues la naturaleza
Jonas es su orientación hacia el futuro, más se constituía en un cerco infranqueable para la
exactamente hacia un futuro que ultrapase el actuación humana. Sin embargo, la acción del
horizonte cerrado, en el interior del cual el agen- hombre, al dejar de ser regida por fines natura-
te transformador pueda reparar daños causados les, se transforma en el centro de un desequili-
por él, o sufrir la condena de los eventuales brio específico. Por su dimensión cósmica, por
delitos que él haya perpetrado. Según Paul sus efectos acumulativos e irreversibles, las téc-
Ricoeur, el vínculo entre la responsabilidad y nicas introducen distorsiones tan definitivas que
el peligro para la humanidad, impone que al crean una dimensión de peligro sin preceden-
concepto de responsabilidad se adicione un as- tes en la historia de la vida. La preservación de
pecto que lo distinga definitivamente de la la vida siempre tuvo un costo, pero con el hom-
imputabilidad. Se considera responsable, se bre moderno ese costo, puede ser el de la des-
siente afectivamente responsable aquél a quien trucción total. En proporción al aumento del
le es confiada la guarda de algo perecedero. ¿Y grado de peligro del hombre crece en impor-
qué hay más perecedero que observar a la vida tancia su responsabilidad como tutor de todas
marcharse hacia la muerte por la inconsecuen- las formas de vida.
283
El Principio de Responsabilidad... J. de Siqueira
284
Acta Bioethica 2001; año VII, nº 2
que sin embargo, expone su testimonio en el como realidad visible, sino como un llamado
presente como caracterización de una desdicha, sensato que pide calma, prudencia y equilibrio.
como imagen de lo no querido y, sobre todo, A este nuevo orden Jonas le da el nombre de
presentando enfáticamente la necesidad de ins- Principio de Responsabilidad.
tituir un nuevo estatuto de responsabilidad de
los hombres que tenga por objetivo el sustento
de la vida humana y extrahumana. Así se com-
prende la tesis de Jonas, como una ética orien-
tada hacia el futuro.
Por lo tanto, la responsabilidad en la ética es la
articulación entre dos realidades, una subjetiva
y otra objetiva. Es forjada por esa fusión entre
el sujeto y la acción. Al mismo tiempo, hay tam-
bién un aspecto de descubrimiento que se re-
vela en la acción propiamente dicha y sus con-
secuencias. El orden ético está presente, no
Referencias
1. Jonas H. The phenomenon of life: toward a philosophical biology. New York: Harper and Row; 1966.
2. Bernstein RJ. Rethiking responsibility. Hastings Center Report 1995; 25 (7 Special Issue): 13-20.
3. Greisch J. De la gnose au Principe de Responsabilité (un entretien avec Hans Jonas). Esprit 1991; (171): 5-21.
4. Jonas H. El Principio de Responsabilidad: ensayo de una ética para la civilización tecnológica. Barcelona:
Herder; 1995.
10. Eco U. De la responsabilidad moral como producto tecnológico: diario mínimo. Barcelona: Península; 1973.
11. Siqueira JE. Ética e tecnociencia: uma abordagem segundo o princípio da responsabilidade de Hans Jonas.
Londrina: Ed. UEL; 1998.
285