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EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD DE HANS JONAS

Article  in  Acta Bioethica · January 2001


DOI: 10.4067/S1726-569X2001000200009

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José EDUARDO Siqueira


Pontifícia Universidade Católica do Paraná (PUC-PR)
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Acta Bioethica 2001; año VII, nº 2

EL PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD
DE HANS JONAS

José Eduardo de Siqueira*

Resumen: Este trabajo es una reflexión sobre la principal obra del filósofo alemán contemporáneo, Hans Jonas. Muestra la trayectoria
intelectual de Jonas hasta llegar al rescate de la ética de la responsabilidad, que Max Weber sugiere en obras de comienzos del siglo.
El Principio de la Responsabilidad de Jonas es una evaluación sumamente crítica de la ciencia moderna y de su “brazo armado”, la
tecnología. El filósofo muestra la necesidad que el ser humano tiene de actuar con cautela y humildad frente al enorme poder transfor-
mador de la tecnociencia.
Palabras clave: Bioética, Ciencia y Ética, Tecnología y Ética

HANS JONAS’ PRINCIPLE OF RESPONSIBILITY

Abstract :This paper is a reflection on the main work of the german philosopher Hans Jonas. It shows his intellectual trajectory till the
point of the rescueing of the ethics of responsibility, suggested in Max Weber’s works of the beginning of this century. Jonas’ principle
of responsibility is an extremely critical analysis of modern science and its principal “armed arm”, technology. The philosopher
expounds the need all human beings have to act with caution and humility in face of the tremendous transforming power technoscience
posseses.
keywords: bioethics, science and ethics, technology and ethics

O PRINCÍPIO DE RESPONSABILIDADE DE HANS JONAS

Resumo: Este trabalho é uma reflexão sobre a principal obra do filósofo alemão contemporâneo, Hans Jonas. Apresenta a trajetória
intelectual de Jonas até o resgate da ética da responsabilidade que Max Weber sugere em obras do começo do século XX. O Princípio
da Responsabilidade de Jonas é uma apreciação extremamente crítica da ciência moderna e de seu “braço armado”, a tecnologia. O
filósofo mostra que é necessário o ser humano agir com cautela e humildade ante o enorme poder transformador da tecnociência.
Palavras chaves: Bioética, Ciência e Ética, Tecnologia e Ética.

*
Doctor en Medicina; Magíster en Bioética en la Universidad de Chile; Profesor de Clínica Médica y Bioética en la Universidad
Estadual de Londrina. Vice-Presidente de la Sociedad Brasileña de Bioética.
Correspondencia: jtsique@sercomtel.com.br

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“El desafío de la futura bioética es que, más vuelve a colocar la vida en una posición
que nunca, poseemos conocimiento científico privilegiada y lejos de los extremos del
y capacidad tecnológica, sin embargo no te- idealismo irreal y del limitado materialismo.
nemos la mínima noción de cómo utilizarlos, Presenta el equívoco de aislar al hombre de la
siendo que la crisis de nuestra era es la de naturaleza, imaginándolo desvinculado de las
haber adquirido un poder inesperado que otras formas de vida. En el epílogo de la obra
debemos usar en medio del caos de un mundo plantea una idea general de su proyecto, cuando
postradicional, postcristiano y escribe que “con la continuidad de la mente
postmoderno”. con el organismo, del organismo con la
naturaleza, la ética se vuelve parte de la
H.T. Engelhardt filosofía de la naturaleza (...) Solamente una
ética fundada en la amplitud del ser puede tener
significado” (1).
Hans Jonas nació en 1903 en No es difícil reconocer la relación de
Mönchenglandback, Alemania. De origen ju- esa etapa con el tercer y último momento de su
dío, recibió una formación humanística a tra- vida intelectual. La búsqueda de una nueva éti-
vés de la atenta lectura de los profetas hebreos. ca desde las bases. Una ética de la responsabi-
Su intensa vida intelectual fue relatada por él lidad, se vuelve la meta de Jonas. En 1979 pu-
mismo en una conferencia dada en octubre de blica Das Prinzip Verantwortung- Versuchi
1986 en la Universidad de Heidelberg, cuando einer Ethic für die Tecnologische Zivilisation,
se cumplieron 600 años de su fundación. Seña- traducido al inglés sólo en 1984.
la tres momentos marcantes en su formación Desde la juventud fue partidario del
filosófica. El primero comenzó en 1921 cuan- sionismo y al salir de Alemania va a Israel,
do, recién graduado, asiste a las clases de un donde se integra a una brigada judaica de
maestro hasta entonces poco conocido, Martin autodefensa, permaneciendo como oficial de
Heidegger, en la Universidad de Freiburg. Se- artillería hasta 1949. En la Segunda Guerra
gún Jonas, él fue durante mucho tiempo su Mundial se alista en el ejército británico que
mentor intelectual. Cuando Heidegger se tras- lucha contra el nazismo. De esa época es la si-
lada a la Universidad de Marburg, Jonas lo guiente declaración: “Cinco años como solda-
acompaña. Allí conoce a Rudolf Bultmann, bajo do del ejército británico en la guerra contra
cuya orientación elabora una tesis sobre la Hitler (...) Alejado de los libros y de todo lo
gnosis en el cristianismo primitivo, presentada que hace parte de la investigación (...) Es que
en 1931. Como resultado de ese trabajo inicial, estaba comprometido algo más esencial. El
en 1934, publica el célebre Gnosis und estado apocalíptico de las cosas, la caída ame-
spätantiker Geist, considerado por él mismo nazadora del mundo (...) la proximidad de la
como el primer gran momento de su trayecto- muerte (...) todo eso fue terreno suficiente para
ria como filósofo. Ese mismo año Jonas se ve propiciar una nueva reflexión sobre los funda-
obligado a abandonar Alemania, debido a la mentos de nuestro ser y para volver a ver los
ascensión del nazismo al poder. principios por los cuales se guían nuestros pen-
El segundo gran momento en la vida samientos sobre aquéllos. Así volviendo a mis
intelectual de Jonas ocurre en 1966, con la orígenes, fui lanzado de nuevo a la misión bá-
publicación de Phenomenon of Life, Toward a sica del filósofo y de su acción nata, que es
Philosophical Biology, obra en la que establece pensar” (2).
los parámetros para una filosofía de la biología. Fue entonces la proximidad con la rea-
Abre un nuevo camino de reflexión sobre la lidad de la muerte la que le hizo crecer la pre-
precariedad de la vida y muestra el gran alcance ocupación por la vida y ésa fue la meta que
filosófico de ese abordaje de la biología, pues persiguió con gran determinación. Con ello lle-

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gó a desafiar la línea dominante, la filosofía del ética.


idealismo de la conciencia en la cual se había Todas las éticas tradicionales obedecían
formado, al constatar que era la herencia del a premisas que se interrelacionaban mutuamen-
dualismo cartesiano y que mucho de la filoso- te y que son las siguientes:
fía moderna se había estancado en la dicoto- 1) La condición humana, resultante de la natu-
mía mente-cuerpo. Era necesario volver a pen- raleza del hombre y de las cosas, permanecía
sar la ética. fundamentalmente inmutable para siempre.
2) Con base en ese presupuesto, se podía deter-
La nueva ética propuesta por Jonas minar con claridad y sin dificultad el bien hu-
mano.
Hans Jonas señala como marco inicial 3) El alcance de la acción humana y de su con-
del abuso del dominio del hombre sobre la na- secuente responsabilidad estaba perfectamen-
turaleza –causando su destrucción– el choque te delimitado.
provocado por las bombas de Hiroshima y Todo bien o mal que su capacidad in-
Nagasaki. En una entrevista publicada en el ventiva pudiera proporcionar, se encontraba
número 171 de la revista Esprit, del mes de siempre dentro de los límites de la acción del
mayo de 1991, dice textualmente: “Ello puso ser humano, sin afectar la naturaleza de las co-
en marcha el pensamiento hacia un nuevo tipo sas extrahumanas. La naturaleza no era objeto
de cuestionamiento, que maduró debido al pe- de responsabilidad humana, pues cuidaba de sí
ligro que representa para nosotros mismos misma. La ética tenía que ver con el aquí y aho-
nuestro poder, el poder del hombre sobre la ra. A cambio de los antiguos imperativos éti-
naturaleza” (3). Sin embargo, más que la con- cos, entre los cuales el imperativo kantiano
ciencia de un brusco apocalipsis, él tuvo el sen- constituye el parámetro ejemplar “Actúa de tal
timiento de un posible apocalipsis gradual, re- modo que el principio de tu acción se transfor-
sultante del creciente peligro presentado por los me en una ley universal”, Jonas propone un
riesgos del progreso técnico global y su utili- nuevo imperativo: “Actúa de tal modo que los
zación inadecuada. Hasta ese entonces, el al- efectos de tu acción sean compatibles con la
cance de las prescripciones éticas estaba res- permanencia de una vida humana auténtica”,
tringido al ámbito de la relación con el prójimo o expresándolo de modo negativo: “No pon-
en el momento presente. Era una ética gas en peligro la continuidad indefinida de la
antropocéntrica y dirigida a la contemporanei- humanidad en la Tierra”.
dad. La moderna intervención tecnológica cam- La tremenda vulnerabilidad de la na-
bió drásticamente esa plácida realidad al poner turaleza sometida a la intervención tecnológi-
la naturaleza al servicio del hombre y suscepti- ca del hombre muestra una situación inusitada,
ble de ser alterada radicalmente. De ese modo, pues nada menos que toda la biósfera del pla-
el hombre pasó a tener una relación de respon- neta está expuesta a posibles alteraciones, lo
sabilidad con la naturaleza, puesto que la mis- cual hace imprescindible considerar que no sólo
ma se encuentra bajo su poder. Además de la debe anhelarse el bien común, sino también el
intervención en la naturaleza extrahumana, es de toda la naturaleza extrahumana.
grave la manipulación del patrimonio genético Otras posibles intervenciones en la na-
del ser humano, que podrá introducir alteracio- turaleza del ser humano revelan las proporcio-
nes duraderas de consecuencias futuras impre- nes del desafío para el pensamiento ético, con
visibles. Concluye diciendo que es preciso una respecto a la condición humana propiamente
nueva propuesta ética, que contemple no sólo dicha. Jonas plantea una serie de interrogantes
la persona humana, sino la naturaleza también. críticas. Con respecto a la prolongación de la
Ese nuevo poder de la acción humana impone vida humana se pregunta:
modificaciones en la propia naturaleza de la ¿ Hasta qué punto esto es deseable? Sobre el

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control de la conducta humana: ¿ Debemos in- sustentan el poder. Existe un verdadero asom-
ducir sentimientos de felicidad o placer en la bro cognitivo, no solamente entre los ciudada-
vida de las personas a través de estímulos quí- nos, sino tambien entre los científicos, ellos
micos? En relación a la manipulación genética, mismos ultraespecializados y sin el dominio de
donde el hombre toma en sus manos su propia todo el saber producido (5).
evolución: ¿ Estaremos capacitados para el pa- La investigación, por otro lado, es con-
pel de creadores? ¿ Quiénes serán los esculto- ducida por instituciones tecnoburocráticas. La
res de la nueva imagen del hombre? ¿Se-gún tecnociencia va produciendo conocimientos
qué criterios y en base a qué modelos? ¿El que, sin ser objeto de reflexión crítica, se trans-
hombre tendrá el derecho de cambiar el patri- forman en reglas impuestas a la sociedad, la
monio genético del propio hombre? Y advier- cual, obediente a esa máquina ciega del saber,
te: se proyecta tambaleante a lo largo de un oscu-
“Ante un potencial casi escatológico ro túnel. En una famosa conferencia sobre la
de nuestra tecnología, la ignorancia sobre las crisis de la ciencia europea, Husserl ya había
últimas consecuencias será, por sí sola, razón identificado un agujero negro en el objetivismo
suficiente para una moderación responsable científico. Era la ausencia de la conciencia de
(...) Hay otro aspecto digno de mencionarse, sí mismo. A partir del momento en que, de un
los no nacidos carecen de poder (...) ¿ Qué fuer- lado, ocurrió el divorcio de la subjetividad hu-
za debe representar el futuro en el presente?” mana, reservada a la filosofía, y la objetividad
(4). del saber que es propio de la ciencia, el conoci-
Delante de un poder tan extraordinario miento científico desarrolló las tecnologías más
de transformaciones estamos desprovistos de refinadas para conocer todos los objetivos po-
reglas que ordenen las acciones humanas. Ese sibles, pero quedó totalmente ajeno a la subje-
enorme desajuste sólo podrá repararse, de tividad humana. Se volvió ciego a la marcha
acuerdo con Jonas, mediante la formulación de de la propia ciencia, pues la ciencia no puede
una nueva Ética. conocerse, no puede autoanalizarse, con los
métodos que dispone hoy en día. Es lo que
El imperativo tecnológico y las dimensiones Morin denomina “ignorancia de la ecología de
de la responsabilidad la acción”; o sea, toda acción humana, a partir
del momento que tiene inicio, escapa de las
Al formular su imperativo de respon- manos del iniciante y entran en juego las múl-
sabilidad, Jonas está pensando no tanto en el tiples interacciones propias de la sociedad, que
peligro de la pura y simple destrucción física la desvían de su objetivo y a veces le dan un
de la humanidad, sino en su muerte esencial, destino opuesto al buscado al principio (6).
aquélla que adviene de la desconstrucción y la Para que haya responsabilidad, es preciso que
aleatoria reconstrucción tecnológica del hom- exista un sujeto consciente. Lo que ocurre es
bre y del medio ambiente. que el imperativo tecnológico elimina la con-
Hay una interacción entre la investigación y el ciencia, elimina al sujeto, elimina la libertad
poder. Esa nueva ciencia lleva a un conocimien- en provecho de un determinismo. La
to anónimo, que ya no es hecho para obedecer superespecialización de las ciencias mutila y
la verdadera función del saber durante toda la distorsiona la noción del hombre.
historia de la humanidad, la de ser incorporada En varios países latinoamericanos, por
a las conciencias en la búsqueda meditada y ejemplo, la economía oficial menosprecia la
ponderada de la calidad de vida humana. noción de ciudadanía cuando elabora planes
El nuevo saber es depositado en los bancos de macroestructurales orientándose de acuerdo con
datos y empleado de acuerdo con los medios criterios propuestos por los sectores financie-
disponibles y según las decisiones de los que ros de los países centrales. La idea de hombre

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fue desintegrada. Las subespecialidades de la mente al hacer y al poder. En un contexto con-


biología descartan la idea de vida humana inte- temporáneo la pregunta kantiana “¿ Qué pue-
gral, dejando en su lugar la concepción de mo- do hacer?” debe contener otra: ¿ Qué puedo
léculas, de genes, del A.D.N. La idea del hom- hacer y qué puedo fabricar? El cuestionamiento
bre total no se contempla más en esa ciencia ético, por lo tanto, ocurre en todos los instantes
navegante de lo minúsculo. Ese divorcio entre de la producción del conocimiento científico.
los avances científicos y la reflexión ética hi- La pregunta que Jonas formula es: ¿Qué po-
cieron que Jonas propusiera nuevas dimensio- dría satisfacer más en la búsqueda consciente
nes para la responsabilidad, pues “la técnica de la verdad?”. Recuerda las palabras de
moderna ha introducido acciones de magnitu- Oppenheimer que, después de años de trabajo
des tan diferentes, con objetivos y consecuen- en un laboratorio en busca de la fisión nuclear
cias tan imprevisibles, que los marcos de la éti- y al observar su aplicación en Hiroshima ha-
ca anterior ya no pueden contenerlos”. bría señalado que en aquel momento el cientí-
Las conquistas de la ciencia se expresan por la fico puro tomó conocimiento del pecado. Des-
tecnología. La experiencia de la guerra, poste- de entonces la paz de conciencia de los cientí-
riormente, las investigaciones espaciales y los ficos quedó estremecida en todos los campos
grandes laboratorios industriales ponen en evi- de investigación. Siempre estaba presente la
dencia que el desarrollo técnico depende estre- duda: ¿Qué puedo hacer? Cuando hoy algunos
chamente de la ciencia y el progreso de la cien- científicos preocupados con sus quehaceres di-
cia depende fundamentalmente de la técnica. cen enojados: “¡Estamos perdiendo tiempo con
La ciencia crea nuevos modelos tecnológicos esas reflexiones filosóficas que no conducen a
y la técnica crea nuevas líneas de objetivos cien- nada y nos impiden que nos inclinemos sobre
tíficos. La frontera es tan tenue que no se pue- nuestros microscopios!”, reciben la siguiente
de identificar dónde está el espíritu de la cien- respuesta de Gadamer: “¡No es verdad! Las
cia y la acción de la tecnología. Ciencia y tec- ideas generales son vitales; la necesidad que
nología, alma y cuerpo del nuevo imperativo hay de integrar nuestro saber es mucho más
que comanda los pasos de las investigaciones universal que la universalidad de las ciencias!”
básicas, así como de la biología, de la física, de Ojalá Popper tuviera razón cuando afir-
la neurología, de la genética, en fin de aquellos ma que “la historia de las ciencias, como la de
que consideramos los tan necesarios avances todas las ideas humanas, es una historia de
del conocimiento. Básica o aplicada, la inves- sueños irresponsables, de caprichos y de erro-
tigación es siempre tecnocientífica, y por la sim- res. Sin embargo, la ciencia es una de las ra-
ple observación de lo que sucede en un labora- ras actividades humanas, tal vez la única, en
torio de investigación no es posible distinguir la cual los errores son señalados
si son procedimientos aplicados o no. Siempre sistemáticamente y, con el tiempo, constante-
y en todo lugar, el aparato tecnológico está pre- mente corregidos” (7). Frente a tal afirmación,
sente y tiene un peso decisivo. se impone indagar sobre cómo considerar, en-
La técnica se convierte en la esencia tonces, a las víctimas fatales de la tecnociencia.
del poder y pasa a ser la manifestación natural ¿Qué decir, por ejemplo, de las víctimas de
de las verdades contenidas en la ciencia. Si la Hiroshima y Nagasaki? Por lo tanto, hoy no se
ciencia teórica podía considerarse como pura e concibe una ciencia cuyos fundamentos no sean
inocente, la tecnociencia, al ser intervencionista una sólida conciencia ética del investigador,
y modificadora, no lo es. La praxis siempre debe principalmente tomando en cuenta que él ya no
ser objeto de una reflexión ética. Exactamente suele ocupar el puesto de mando, sino que está
por eso, las cuestiones éticas se colocan hoy en al servicio de los que poseen el poder y no sue-
el plano de las investigaciones llamadas bási- len cultivar preocupaciones de esa naturaleza.
cas, pues el proyecto de saber lleva inevitable- Es preciso considerar que la ciencia no tiene

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por misión providencial salvar a la humanidad, co, se hace acompañar por un extraordinario
no obstante posee poderes ambivalentes sobre poder de transformación careciendo, sin em-
el desarrollo futuro de la humanidad. bargo, de una reflexión ética que ejerza mode-
Es indiscutible que hubo un avance ración sobre el imperial poder de la
extraordinario cuando la ciencia, en el siglo tecnociencia.
XVII se desvinculó de la religión y del Estado, Los científicos, siendo humanos, no
creando desde entonces su propio imperativo: siempre admiten sus errores y limitaciones, lo
“conocer por conocer” sin respetar límites y que hace que la adopción de un nuevo paradig-
gozando de total libertad. Hoy vivimos un mo- ma sea un proceso de progresiva conversión que
mento de autocrítica. En las palabras de un pen- no implica la fuerza, sino el convencimiento
sador francés contemporáneo, para quien la lento y gradual. La ciencia tiene el compromi-
guerra es un hecho demasiado complejo para so primordial de una comprensión cada vez
que lo dejemos exclusivamente en manos de más detallada y refinada de la naturaleza. Es
los generales, diríamos que la tecnociencia es menester reconocer que los paradigmas rara-
demasiado poderosa para que la dejemos ex- mente poseen todos los elementos convincen-
clusivamente en manos de los científicos. tes de los antecesores, los cuales con no muy
Munford, en Técnica y civilización considera poca frecuencia prevalecen durante siglos, aun-
que hay que tener en cuenta el error que come- que contengan el germen de respuestas más
temos al subestimar nuestra capacidad de inte- adecuadas para los problemas que apuntan ha-
grar tecnología y sociedad. Según el autor men- cia el futuro. Así es el imperativo de Jonas, que
cionado los nuevos inventos y tecnologías no aún no cumplió veinte años y se ofrece para
están acompañados por una reflexión filosófi- sustituir el imperativo kantiano que ya conme-
ca, porque se cree que es innecesario introdu- moró los doscientos.
cir juicios de valor entre máquinas y pensamien- Conservando todavía la perspectiva de
tos (8). considerar la responsabilidad de las acciones
En resumen, es de imaginar que los humanas, resulta innecesaria la afirmación de
males que afligen a la sociedad humana pue- que el hombre, y solamente él en el reino ani-
dan tener siempre una solución proporcionada mal, es capaz de cambiar el curso de la historia
por la ciencia. Se deduce la creencia de que con de la vida con sus intervenciones. En una ruta
la ciencia se puede prescindir de los valores, lo que se bifurca es el caminante quien tiene la
que entonces pasa a ser, paradójicamente, el opción de elegir. Los rumbos son diferentes,
nuevo sistema de valores. La sociedad se olvi- así como el destino final. Un camino puede ter-
dó de considerar que la técnica es autónoma minar en un precipicio, mientras el otro en fuen-
con relación a la moral, a la cual no sólo no le tes de aguas puras. Así parece ocurrir con la
debe atención, sino que no soporta ningún tipo tecnología moderna que nos va presentando
de juicio moral. La técnica es completamente bifurcaciones cada vez más numerosas. Justa-
ajena a un juicio de esa naturaleza y evolucio- mente en esos puntos de bifurcación se impone
na según una norma totalmente casual. El hom- la cuestión de la elección que, casi siempre,
bre no puede erigir su destino basado en un cie- presenta contornos apropiados a través de una
go orden de gran poder de transformación y decisión ética. Delante de las bifurcaciones que
destituído de valores éticos. En consecuencia, se presentan, cualquier cosa que hagamos, cual-
se hace imperiosa una nueva filosofía de la cien- quiera que sean los criterios utilizados para
cia, lo que significa un cambio de paradigma. nuestra opción, tenemos la percepción de que
La cultura griega disponía de un saber de gran el producto final obtenido depende exclusiva-
alcance, pero que no llevaba a ningún poder mente de nuestra decisión.
significativo de transformación. Al contrario, La responsabilidad del ser humano con-
el saber moderno, de fuerte predominio técni- sigo mismo es indisociable de la que debe te-

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nerse en relación con todos los demás. Se trata te intervención del hombre? (9). Así se com-
de una solidaridad que lo conecta a todos los prende mejor la idea de vida que se presenta en
hombres y a la naturaleza que lo rodea. Por tan- la formulación del imperativo de Jonas. Ante
to, resulta innegable que la dedución final de la posibilidad escatológica de que la muerte
esa reflexión busque atender también lo uni- sustituya a la vida, se comprende por qué el
versal. Concluimos con Jonas que el ser huma- lejano futuro es el lugar de un temor específi-
no requiere contestar con su propio ser a una co, para el cual Jonas introduce la figura de la
noción más amplia y radical de la responsabili- “heurística del temor”. Un temor cuyos objeti-
dad, la referente a la naturaleza humana y vos son los posibles peligros que amenazan a
extrahumana, ya que la tecnología moderna la humanidad en el plano de su permanencia,
permite acciones transformadoras en un espec- de su supervivencia. Son emblemáticos los pe-
tro que va desde el genoma humano hasta el ligros que afectan el ecosistema, dentro del cual
plan cósmico. se desarrollan las actividades humanas, o los
La antigua idea de naturaleza se some- que resultan de la manipulación biológica apli-
tía al inalcanzable orden natural que señalaba cada a la reproducción humana, o a la identi-
los contornos de las normas éticas. Hoy traba- dad genética de la especie humana, o todavía a
jamos con una concepción totalmente distinta la intervención química o quirúrgica sobre el
de la naturaleza. El curso de la naturaleza no comportamiento del hombre. En suma, debido
depende más de una ley superior, que reserva a la técnica, el hombre se volvió peligroso para
al ser humano la condición de espectador. Muy el hombre, en la medida que pone en peligro
al contrario, hoy él es el agente de las transfor- los grandes equilibrios cósmicos y biológicos
maciones y tiene a su merced toda la existen- que constituyen los cimientos vitales de la hu-
cia, y en ella interviene cuando se le ocurre. La manidad.
idea de naturaleza debe, por lo tanto, La amenaza que el hombre hace pesar
entendérsela como propiedad, dominio del sobre el hombre toma, de algún modo, el lugar
hombre. Tal vez, ni siquiera el mismo Bacon de las amenazas a las cuales los otros seres vi-
hubiera podido concebir un poder tan extraor- vos ya están sometidos debido a las acciones
dinario, un dominio tan absoluto de la natura- humanas. A la vulnerabilidad de la vida, el hom-
leza. Ante esa realidad, es imposible no inter- bre de la era tecnológica añade un factor
poner a la actitud científica exigencias de una desintegrador suplementario, el de su propia
nueva responsabilidad ética. obra. La vida en el planeta tuvo sus reglamen-
Lo que caracteriza el imperativo de tos durante mucho tiempo, pues la naturaleza
Jonas es su orientación hacia el futuro, más se constituía en un cerco infranqueable para la
exactamente hacia un futuro que ultrapase el actuación humana. Sin embargo, la acción del
horizonte cerrado, en el interior del cual el agen- hombre, al dejar de ser regida por fines natura-
te transformador pueda reparar daños causados les, se transforma en el centro de un desequili-
por él, o sufrir la condena de los eventuales brio específico. Por su dimensión cósmica, por
delitos que él haya perpetrado. Según Paul sus efectos acumulativos e irreversibles, las téc-
Ricoeur, el vínculo entre la responsabilidad y nicas introducen distorsiones tan definitivas que
el peligro para la humanidad, impone que al crean una dimensión de peligro sin preceden-
concepto de responsabilidad se adicione un as- tes en la historia de la vida. La preservación de
pecto que lo distinga definitivamente de la la vida siempre tuvo un costo, pero con el hom-
imputabilidad. Se considera responsable, se bre moderno ese costo, puede ser el de la des-
siente afectivamente responsable aquél a quien trucción total. En proporción al aumento del
le es confiada la guarda de algo perecedero. ¿Y grado de peligro del hombre crece en impor-
qué hay más perecedero que observar a la vida tancia su responsabilidad como tutor de todas
marcharse hacia la muerte por la inconsecuen- las formas de vida.

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Umberto Eco presenta una apreciación remordimiento. Es el sentimiento de lo irreme-


que viene al caso sobre las preocupaciones del diable, pues se trata del sufrimiento moral que
hombre moderno por la responsabilidad, expre- sobreviene de la impotencia para revocar los
sándose de la siguiente manera: “El progreso efectos de una catástrofe generada por una ac-
material del mundo agudizó mi sensibilidad ción pretérita. Un ejemplo paradigmático de esa
moral, amplió mi responsabilidad, aumentó mis situación lo encontramos en la apreciación de
posibilidades, dramatizó mi impotencia. Al Oppenheimer sobre los efectos desvastadores
hacerme más difícil ser moral, hace con que de la bomba atómica que nació de la búsqueda
yo, más responsable que mis antepasados y más inicial pura e imparcial del conocimiento de la
consciente, sea más inmoral que ellos y mi fisión nuclear. Los daños observables que se
moralidad consiste precisamente en la concien- presentan para la reflexión del agente intelec-
cia de mi incapacidad” (10). tual de la transformación movilizan en él senti-
El principio de responsabilidad pide mientos de angustia y sufrimiento. La prescrip-
que se preserve la condición de existencia de ción ética no se impone como coerción, sino
la humanidad, muestra la vulnerabilidad que la como una fuerte exhortación dirigida a la li-
acción humana suscita a partir del momento en bertad del agente de transformación. Y es jus-
que él se presenta ante la fragilidad natural de tamente como una exhortación singular que la
la vida. El interés del hombre debe identificar- responsabilidad ética se convierte en sentimien-
se con el de otros miembros vivos de la Natu- to. Es en ese campo del comportamiento que
raleza, pues ella es nuestra morada común. Jonas pretende legislar. Es en ese momento que
Nuestra obligación se hace incomparablemen- la existencia se vuelve vulnerable y su esencia
te mayor en función de nuestro poder de trans- puesta en juego. Reflexionemos, por ejemplo,
formación y la conciencia que tenemos de to- sobre la responsabilidad ética relativa al otro,
dos los eventuales daños causados por nues- al ser humano presente, real y objeto de accio-
tras acciones, como bien observó Eco. La ma- nes transformadoras de la ciencia. El otro, en
nutención de la naturaleza es la condición de la calidad de ser humano, guarda en su existen-
sobrevivencia del hombre y en el ámbito de ese cia una exigencia radical de respeto pues detenta
destino solidario Jonas habla de dignidad pro- un mandato de vida que, por sí solo, habla
pia de la naturaleza. Preservar la naturaleza elocuentemente de la necesidad de manuten-
significa preservar al ser humano. No se puede ción de su integridad. Es inimaginable, por
decir que el hombre es sin que se diga que la ejemplo, el Proyecto Genoma Humano sin la
naturaleza también es. Así, por supuesto, el sí a presencia de la reflexión ética como principio,
la naturaleza se volvió una obligación del ser medio y fin de todas sus posibles intervencio-
humano. Lo que el imperativo de Jonas esta- nes (11).
blece, en efecto, no es sólo que existan hom- Lo mismo puede decirse de las accio-
bres después de nosotros, sino precisamente que nes sobre la naturaleza extrahumana. Es ele-
sean hombres de acuerdo con la idea vigente mental el conocimiento de las repercusiones
de humanidad y que habiten este planeta con sobre la salud humana, producidas por el dete-
todo el medio ambiente preservado. rioro del medio ambiente. Todos, aunque de
Otro aspecto que merece atención es el lado modo superficial, conocen los posibles cataclis-
subjetivo de la responsabilidad, o sea, de qué mos que ocurrirán como consecuencia del
manera el promotor de la acción asume su in- supercalentamiento del planeta, o de la progre-
tervención, sea en un momento pasado o en siva destrucción de la capa de ozono, o aun, de
acciones futuras. En el caso de las acciones la incontrolable destrucción de la vegetación
pasadas que culminaron en perjuicios, el senti- de las ya escasas reservas forestales del plane-
miento de responsabilidad se encuentra muy ta. En el momento actual hay una representa-
estrechamente relacionado con la sensación de ción de un futuro que tal vez no se realice, pero

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que sin embargo, expone su testimonio en el como realidad visible, sino como un llamado
presente como caracterización de una desdicha, sensato que pide calma, prudencia y equilibrio.
como imagen de lo no querido y, sobre todo, A este nuevo orden Jonas le da el nombre de
presentando enfáticamente la necesidad de ins- Principio de Responsabilidad.
tituir un nuevo estatuto de responsabilidad de
los hombres que tenga por objetivo el sustento
de la vida humana y extrahumana. Así se com-
prende la tesis de Jonas, como una ética orien-
tada hacia el futuro.
Por lo tanto, la responsabilidad en la ética es la
articulación entre dos realidades, una subjetiva
y otra objetiva. Es forjada por esa fusión entre
el sujeto y la acción. Al mismo tiempo, hay tam-
bién un aspecto de descubrimiento que se re-
vela en la acción propiamente dicha y sus con-
secuencias. El orden ético está presente, no

Referencias

1. Jonas H. The phenomenon of life: toward a philosophical biology. New York: Harper and Row; 1966.

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