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Clases de Argumentos.
Deductivo.
La validez es una propiedad exclusiva del argumento deductivo y consiste en que, si suponemos que las
premisas son verdaderas, la verdad de la conclusión se infiere necesariamente de ellas. Esto ocurre porque en
un argumento deductivo no obtenemos en la conclusión más información que la que ya está contenida en las
premisas, de tal forma que la conclusión sólo hace explícito algo que ya está dicho en las premisas de manera
implícita. Así, pues, si suponemos la verdad de las premisas, no hay manera de que nuestra conclusión sea
falsa.
La validez tiene que ver con la estructura del argumento y no con su contenido, es decir, para determinar si un
argumento deductivo es válido no nos interesa corroborar si el contenido de las oraciones en que se expresan
las premisas es de hecho verdadero, sino simplemente lo suponemos y de ahí observamos si se sigue la
conclusión necesariamente.
En un argumento deductivo siempre suponemos que las premisas son verdaderas y, si esto es así, no hay
manera de que la conclusión sea falsa, pues está sacada de esas premisas. Por eso se dice que, si el argumento
es válido, la verdad de la conclusión se sigue necesariamente de las premisas.
Ejemplo de Razonamiento:
Los planetas son redondos – Premisa 1
La tierra es un planeta - Premisa 2
Inductivo.
A diferencia de los argumentos deductivos, cuya conclusión no ofrece información nueva y por esto sus
conclusiones son necesarias, los argumentos inductivos en su conclusión nos ofrecen información nueva, es
decir, información no incluida en las premisas, y por ello su conclusión es probable. ¿Cuál es esa información
nueva? La que se refiere a los casos no observados, pero de los cuales inferimos poseen también la propiedad
atribuida a los casos observados; de esta forma generalizamos las propiedades observadas en todos los
miembros de esa clase, incluyendo los casos no observados. Ésta es la información no incluida en las premisas y
la que nos obliga a anteponer la palabra “probablemente” a nuestra conclusión, pues cabe la posibilidad que, al
revisar los casos no incluidos en las premisas, éstos no cumplan con la propiedad atribuida y entonces la
conclusión no sea verdadera; por eso sólo presumimos que la conclusión es probable y no necesaria.
Veamos un ejemplo:
1) Juan es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
2) Óscar es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
3) Silvia es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
4) Diana es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
5) Tomás es un recién nacido y llora cuando tiene hambre.
∴ Probablemente todos los recién nacidos lloran cuando tiene hambre.
Análogo
El argumento analógico es aquél en el que a partir de la semejanza establecida en las premisas entre dos o más
objetos en uno o más aspectos, se concluye la similitud de otro u otros objetos (sin pretender abarcar la
totalidad) en algún otro aspecto, sobre la base de que todos los objetos comparados poseen algo en común.
Como podemos observar en el ejemplo, a partir de mis experiencias pasadas con las películas de Lars von Trier
infiero que si veo alguna nueva de este mismo director tendrá un guión interesante, sobre la base de que las
otras que he visto y que son del mismo director han tenido un guión muy interesante.
Algo que no debes olvidar es que, al igual que en el argumento inductivo, la conclusión de un argumento
analógico es siempre probable. El que los objetos comparados tengan características relevantes en común es
importante para afirmar la verdad de la conclusión, pero es lógicamente posible que el objeto nuevo no cumpla
con la propiedad que le adjudicamos. Es decir, es posible que vea la película “Melancolía” y resulte no tener un
guión interesante.