Você está na página 1de 33

UNIDAD I: La sucesión

Consideraciones previas: Antes de abordar específicamente el tema de la sucesión por causa de muerte,
resulta imprescindible elaborar distintos conceptos para poder comprenderlo y, estos son:

a.- Transmisibilidad de los derechos que posee una persona: (art. 398 C.C.C.N.) “Todos los derechos son
transmisibles excepto estipulación válida de las partes o que ello resulte de una prohibición legal o que importe
trasgresión a la buena fe, a la moral o a las buenas costumbres”.
De esta norma surgen dos consideraciones importantes a tener en cuenta:
 Por una parte, es preciso remarcar que la transmisión de los derechos de una persona puede producirse por
actos jurídicos entre vivos (ej. por un contrato de compraventa), o como consecuencia de un hecho jurídico
como es el fallecimiento de su titular (transmisión de derechos por causa de muerte).
 La otra cuestión se relaciona con el contenido de los derechos transmisibles, ya que no todo derecho puede
ser traspasado a otra persona (ej. los denominados personalísimos).

b.- Otra de las reglas esenciales en cuanto a transmisión de los derechos es el art. 399 C.C.C.N. “Nadie
puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que tiene, sin perjuicio de las excepciones
legalmente dispuestas”. Así, el derecho que se transmite conserva los contenidos y alcances de los que gozaba su
titular.
c- De estas normas transcriptas surgen entonces las distintas clases de sucesores definidos, en general, en el
art. 400 C.C.C.N. “Sucesor universal es el que recibe todo o una parte indivisa del patrimonio de otro; sucesor
singular el que recibe un derecho en particular”. Cabe aclarar aquí que, en la transmisión por causa de muerte
puede haber sucesores universales, sucesores de cuota y también sucesores particulares, tal como veremos más
adelante.

SUCESIÓN
1.- Concepto: Es la sustitución de un sujeto por otro en la titularidad del derecho sobre el objeto de una relación
jurídica.
En otras palabras, hay sucesión en sentido técnico cuando la relación jurídica permanece con sustitución de
sujeto. Provoca una modificación subjetiva: una persona pasa a ocupar el lugar de otra en virtud de haber existido
una transferencia. En el estudio de esta materia, la transferencia que se produce es la de la herencia, es decir, la
parte transmisible del patrimonio que puede tener lugar como universalidad o singularmente cuando la herencia se
consume en legados.
No se debe confundir el concepto de patrimonio con el de herencia, que tiene un contenido menor. Pues, lo
que se transmite por causa de muerte es la herencia, es decir, todos aquellos derechos y obligaciones transferibles.
Con la muerte de una persona se produce la extinción de ciertas relaciones jurídicas, mientras que otras subsisten,
constituyendo el contenido de la herencia.

1
La regla general es la transmisibilidad, la excepción es la imposibilidad de transmisión a los herederos de
ciertos derechos y obligaciones como, por ejemplo, las relaciones relativas al estado de las personas que cesan con
la muerte del sujeto (ej. la ciudadanía, la nacionalidad), las relaciones de familia (la muerte de uno de los cónyuges
ocasiona la disolución del matrimonio, el usufructo, el uso, la habitación y las servidumbres personales).
No se extinguen las relaciones contractuales cuando sea posible su ejecución, tal la previsión del art. 1259
del C.C.C.M. “la muerte del comitente no extingue el contrato, excepto que haga imposible o inútil la ejecución.”

Especies de adquisición: * Originaria: cuando el adquiriente no refiere el contenido de su derecho sobre la


cosa (jurídico, cualidad y extensión) al contenido que tenía para su antecesor;
* Derivada Traslativa: cuando coinciden el derecho transmitido con el derecho
adquirido;
* Derivada Constitutiva: cuando sobre la base de un derecho preexistente, se crea o
constituye un derecho nuevo en cabeza de accipiens (constitución de usufructo,
servidumbres, etc.).

* Sucesión entre vivos: Es la transmisión de los derechos patrimoniales que se produce


mediante un acto jurídico bilateral manifestado en un negocio jurídico válido. La fuente
de transmisión es un acto jurídico realizado por el titular del derecho.
* Sucesión mortis causa: Se toma como presupuesto necesario y determinante la muerte
del sujeto a quien se habrá de suceder. El hecho jurídico generador de la transferencia de
los derechos es la muerte de su titular.

SUCESIÓN MORTIS CAUSA


Podemos definir como la transmisión de la herencia de una persona muerta a las personas llamadas a sucederle
por el testamento o por la ley (ref. art. 2277 C.C.C.N.).
Para completar, decimos que las personas llamadas a suceder (aquellas que poseen llamamiento) son las
que tienen vocación sucesoria. Dicho llamamiento puede provenir de la ley o de la voluntad del causante
expresada en un testamento.

Clases:
El llamamiento puede ser:
* por vocación hereditaria  al todo
* por vocación sucesoria no hereditaria  es la que le corresponde a los legatarios.

El llamamiento por ley puede ser:


* Imperativo  le corresponde a los descendientes y ascendientes sin limitación de grado y
al cónyuge. La doctrina nacional ha justificado el llamamiento legal en el
afecto que se presume según datos de matrimonio, consanguinidad y grado.

2
* Supletorio  es el llamamiento de colaterales hasta el cuarto grado y se produce cuando
los herederos forzosos (descendientes, ascendientes o cónyuge) no asisten al
llamado y el causante no ha agotado la herencia en legados.
Si el causante hubiere instituido heredero queda excluido el llamamiento supletorio,
justamente por tener tal carácter.
En el caso de que el testador hubiere hecho legados, el llamamiento supletorio opera
en aquella parte de la sucesión que no esté deferida por el testamento.

2.- Sucesores (concepto y clases): Si bien ya hemos visto y analizado la disposición del art. 400 del C.C.C.N., aquí
corresponde diferenciar esa clasificación general de la que corresponde hacer sobre quienes son sucesores en
cuanto a la herencia; por ello, en el presente punto debemos remitirnos a lo dispuesto en el art. 2278 del C.C.C.N.
“Se denomina heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o una parte indivisa de la herencia;
legatario, al que recibe un bien particular o un conjunto de ellos.”
El artículo citado distingue al heredero con llamamiento al todo, de aquel cuya vocación se limita a una
parte indivisa de la herencia y que nuestro derecho actual denomina heredero de cuota. Se establece también la
existencia del legatario particular, que sólo puede ser llamado por el testamento en el cual será establecido cómo se
determinará el bien o conjunto de bienes con los que se lo beneficiará.
A los límites del heredero de cuota, refiere también la norma contenida en el art. 2488 del C.C.C.N. “Los
herederos instituidos en una fracción de la herencia no tienen vocación a todos los bienes de esta.”; excepto, que
se hubiera dispuesto en forma expresa el derecho de acrecer entre ellos (art. 2489 del C.C.C.N.), o inferirse del
testamento que esa fue la intención del testador, lo que equivaldría al llamamiento universal.

Personas que pueden suceder: (art. 2279 del C.C.C.N.)


a) Las personas humanas existentes al momento de su muerte, que podrán recibir una herencia o bienes
determinados, a través del llamamiento que proviene de la ley o de la voluntad del testador, o de ambos a la
vez.
b) Las concebidas en ese momento que nazcan con vida. Las personas humanas concebidas al momento de la
apertura de la sucesión condicionan su carácter de sucesores a que se produzca su nacimiento con vida.
c) Las nacidas después de su muerte mediante técnicas de reproducción humana asistida, con los requisitos
previstos en el art. 561. Por excepción pueden ser sucesores personas humanas no existentes al tiempo en
que la ley determina que se produce la transmisión (momento de la muerte del causante), tal lo reglado en
el art. 561, el que refiere solo a la forma de prestar el consentimiento en las técnicas de reproducción
humana asistida. Por lo tanto, debe entenderse que se le atribuye la paternidad o maternidad, según el caso,
al causante que prestó ese consentimiento con las formalidades impuestas por ley, y el hijo nacido lo
hereda si ha sido concebido antes de su muerte. En relación al alcance de la voz “concepción”, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entiende que la persona humana comienza, en las Técnicas
de Reproducción Humana Asistida (TRHA), cuando el embrión se implanta o transfiere a la persona.- En

3
definitiva, para la CIDH la existencia de la persona humana comienza con la implantación del embrión y,
por ende, el embrión no implantado no es persona humana.
d) Las personas jurídicas existentes al tiempo de su muerte y las fundaciones creadas por su testamento. Las
personas jurídicas pueden suceder admitiendo sólo el llamamiento testamentario. El art. 141 define quiénes
son personas jurídicas “todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación”.
El principio general consiste en que, al igual que la persona humana, la persona jurídica debe tener
existencia al momento de la apertura de la sucesión. Tratándose de persona jurídica privada, la existencia
comienza desde su constitución, sin necesidad de autorización legal para funcionar, excepto disposición
legal en contrario. En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona jurídica no puede
funcionar antes de obtenerla (art. 142).
Sin embargo, la norma también contempla el supuesto de aquellas personas jurídicas privadas que no
existan al producirse el fallecimiento del de cujus, como es el caso de las fundaciones creadas por el
testamento del causante. El instrumento público que crea la fundación debe ser otorgado por el autorizado
por el juez que entienda en el juicio sucesorio (art. 195).

3.- Apertura de la sucesión: Se produce en el mismo momento de la muerte del causante y tiene como
consecuencia la transmisión instantánea de la herencia a los herederos.
Art. 2277 C.C.C.N. “La muerte real o presunta de una persona causa la apertura de su sucesión y la
transmisión de su herencia a las personas llamadas a sucederle por el testamento o por la ley.”
Hechos que la producen: La muerte real: (art. 23, ley 24.193, act. por ley 25.281) “El fallecimiento de una
persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir
ininterrumpidamente seis horas después de su constatación conjunta: a) Ausencia irreversible de respuesta
cerebral, con pérdida absoluta de conciencia. b) Ausencia de respiración espontánea. c) Ausencia de reflejos
encefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas. d) Inactividad encefálica comprobada por medios
técnicos (esto no será necesario en caso de paro cardiorespiratorio total e irreversible)”. Se prueba con la partida
de defunción que otorga el Registro Civil (art. 96).
La muerte presunta: a) Por la ausencia de una persona de su domicilio sin que se tengan noticias durante
tres años (art. 85 C.C.C.N.); b) o cuando se encontraba en el lugar de un incendio, terremoto, acción de guerra u
otro hecho semejante susceptible de ocasionar la muerte o participó de una actividad que implique el mismo riesgo
y no se tiene noticias de él por el término de dos años; y c) si se encontraba en un buque o aeronave naufragado o
perdido y no se tuviera noticias de existencia por el término de seis meses (art. 86, incs. a y b C.C.C.N.). Se debe
declarar en juicio y se fija como día presuntivo del fallecimiento, en el caso a) el último día del primer año y
medio de ausencia; b) el día del suceso o el día del término medio de la época en que ocurrió y c) el último día que
se tuvo noticias del buque o aeronave (art. 90 C.C.C.N.).

4.- Transmisión: Como regla general decimos que los derechos extrapatrimoniales se extinguen con la muerte de
su titular y los derechos patrimoniales se transmiten a los herederos.

4
Art. 2280 C.C.C.N. Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos y acciones de
aquél de manera indivisa, con excepción de los que no son transmisibles por sucesión, y continúan en la posesión
de lo que el causante era poseedor.
Si están instituidos bajo condición suspensiva, están en esa situación a partir del cumplimiento de la
condición, sin perjuicio de las medidas conservatorias que corresponden.
En principio, responden por las deudas del causante con los bienes que reciben, o con su valor en caso de
haber sido enajenados.

El límite o excepción de aquellos derechos y acciones que no son transmisibles por sucesión, es consecuencia de
que el causante no transmite su patrimonio, sino algo que posee un contenido más restringido llamado herencia.
En síntesis, la muerte de una persona provoca la extinción de algunas relaciones jurídicas, mientras que otras
subsisten y se transmiten, integrando el contenido de la herencia.
Así, las relaciones relativas al “estado de las personas” en general cesan con la muerte del sujeto, tal el caso
de la ciudadanía y la nacionalidad; las relaciones de familia también se extinguen (ej. la muerte del progenitor o
del hijo extingue la responsabilidad parental).
Si bien la regla general es la transmisibilidad de los derechos y obligaciones patrimoniales del causante,
hay ciertos derechos y obligaciones reputados por la ley intuitu personae, es decir, inherentes a la persona del
sujeto que goza del derecho o está sometido a la obligación, que no se transmiten.
Los derechos reales de usufructo, uso y habitación, por ser considerados desmembraciones del dominio,
son inherentes a la persona del usufructuario, usuario o habitador, en la medida en que están establecidos en miras
a la satisfacción de las necesidades directas del titular de los mismos. El Código Civil y Comercial establece
expresamente esta intransmisibilidad hereditaria (arts. 2140 –usufructo-; 2160 –derecho de habitación-; 2155 –
uso-); sin perjuicio de lo dispuesto para la servidumbre a favor de varias personas con derecho de acrecer (art.
2172, 2° párr.).
Entre los extrapatrimoniales figuran los derechos de familia, la responsabilidad parental, conyugales, etc.,
los atributos de la personalidad, los derechos humanos como el derecho a la vida, a la integridad corporal, a la
libertad corporal, etc.

5.- Ley aplicable: La sucesión universal importa la adquisición del todo o parte alícuota del patrimonio del
causante, sin consideración especial a su contenido ni al objeto de los derechos que constituyen la herencia. Esta
adquisición está jurídicamente regida por la ley. El problema que nos ocupa a continuación es la determinación de
la ley aplicable al derecho de sucesión (éste involucra sólo lo relativo a este modo de adquirir: la vocación
hereditaria, llamamiento ab intestato, regulación de las legítimas, colación, formas de partición, etc.). Lo que
ocurre es que para hacer efectiva la adquisición de la herencia se requiere someter el contenido particular de las
titularidades transmisibles a una ley. El problema se plantea cuando esas relaciones, tomadas singularmente, están
o deben estar, conforme a los principios generales del derecho internacional privado, sometidas a una ley distinta
de la que rige el derecho de sucesión.

5
A partir de este planteo, se conocen tres sistemas para resolver los conflictos de leyes que pudieren presentarse en
caso de que el causante haya dejado bienes sometidos a diversas leyes:
a) Sistema de la unidad sucesoria: Una sola ley debe regir lo atinente a la transmisión sucesoria por causa
de muerte y esa ley determinará, quiénes son los herederos del causante, la existencia de vocación hereditaria,
cuantía de la legítima, forma de concurrir, modos de colacionar entre herederos, validez sustancial y formal del
testamento, etc. Esa única ley puede ser, según el ordenamiento jurídico de que se trate, la de la nacionalidad o la
del último domicilio del causante.
b) Sistema de la pluralidad sucesoria: Este postula que a cada bien singularmente considerado, debe
aplicarse la ley del lugar en donde se encuentra situado -lex rei sitae-, de modo que su transmisión mortis causa
operará conforme a esa ley. Y si existen bienes situados en distintos países, es decir sometidos a distintas leyes,
existirán en consecuencia tantos juicios sucesorios como países en que se encuentren bienes a nombre del
causante.
c) Sistema mixto: Según este sistema, los inmuebles del causante quedan siempre regidos por la lex rei
sitae, pero no así los demás bienes cuya transmisión se regirá por la ley del último domicilio o por la de la
nacionalidad del causante. Este sistema mixto conjuga la unidad y la pluralidad, excluyendo de la primera a los
bienes inmuebles, respondiendo a la máxima de los posglosadores: mobilia sequuntur personam, inmobilia vero
territorium.

Tratados de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889 y 1940: Respecto de los países signatarios
del Tratado de Montevideo de 1889 y, posteriormente, el de 1940 (este último ratificado por Argentina -decreto
ley 7771/56-), la ley del lugar de situación de los bienes hereditarios, al tiempo de la muerte de la persona de cuya
sucesión se trate, rige la forma del testamento -aunque se admiten las formalidades solemnes con que dicho
testamento se hubiese otorgado de acuerdo con la legislación de cualquiera de los Estados signatarios (aplicando
la regla de Derecho Internacional Privado “locus regit actum”)-, la capacidad del heredero o legatario para
suceder, la validez y efectos del testamento, los títulos y derechos hereditarios, la existencia y proporción de las
legítimas, la existencia y montos de los bienes disponibles y, en suma, todo lo relativo a la sucesión legítima y
testamentaria (arts. 44 y 45, incs. “a” a “f”, Tratado de 1940).
Destaco que el Tratado de 1940 sigue el sistema territorialista ya establecido por el de 1889, que fue entonces
defendido por el delegado argentino Manuel Quintana, sobre la base de que el poder de la ley local debe ser el
mismo sobre todos los muebles e inmuebles existentes dentro del territorio sujeto a su imperio. La única supresión
que acusa el Tratado de 1940 sobre el de 1889 es en lo referido a la aplicación de la ley territorial respecto de la
capacidad para testar (art. 45, inc. a, Trat. de 1889), de acuerdo con lo resuelto en el Congreso de Jurisconsultos de
1939, para concordar lo dispuesto en lo que establece el art. 1° en cuanto “la existencia, el estado y la capacidad de
las personas físicas se rigen por la ley de su domicilio”.

La jurisprudencia argentina y el C.C.C.M.: La jurisprudencia de nuestro país se orientó a favor de la


aceptación de un sistema mixto, procurando la armonización entre los arts. 10 y 3283 del Código Civil. Es decir,

6
se llega a concluir que Vélez Sársfield sometió todo el patrimonio del causante a una única ley: la de su último
domicilio, salvo respecto a los inmuebles situados en el país, que los sometió al derecho argentino.
El nuevo Código Civil y Comercial, en el art. 2644 sigue los mismos lineamientos. Tal como se desprende de los
Fundamentos del Anteproyecto, “el tratamiento del derecho de las Sucesiones con elementos extranjeros ha
respetado las líneas de la jurisprudencia mayoritaria de nuestro país, tanto en cuanto al juez competente como al
derecho aplicable. Se aplica, pues, la ley del último domicilio del causante como regla general, con excepción del
supuesto de bienes inmuebles situados en la República, a los que se aplica la ley argentina”.
Así las cosas, se adopta un sistema mixto, que diferencia entre bienes muebles del causante que quedan regulados
por la ley del último domicilio del difunto, y los bienes inmuebles situados en la República que quedan sometidos
al derecho local.

6.- Proceso sucesorio: Este proceso se define como el proceso judicial cuyo fin es asegurar que la transmisión (o
adquisición) hereditaria se opera a la persona o personas cuya vocación resulta de la ley o del testamento válido
del causante o testador.
Naturaleza: Es un proceso, como tradicionalmente se lo ha definido, de jurisdicción voluntaria, ya que en
principio no se trata de un proceso para dirimir un conflicto litigioso, sino para legitimar, determinar o constituir
ciertas relaciones jurídicas de acuerdo con la ley.
Ello no significa que, abierta la instancia judicial del proceso sucesorio, no puedan presentarse controversias o
litigios tales como por ej.: invocación de derechos, hijos extramatrimoniales no reconocidos por el causante,
demandas de colación entre coherederos, reclamos de acreedores por deudas del causante, etc.- En todos esos
casos será el juez que entiende en el proceso sucesorio (por efecto del fuero de atracción) el que deberá dirimir el
conflicto de intereses planteado para poder, en definitiva, asegurar la legitimidad de la relación sucesoria. Pero
estos litigios tramitarán por procesos autónomos.
Juez competente: (art. 2643 C.C.C.M.) La jurisdicción sobre la sucesión corresponde a los jueces del lugar
del último domicilio del difunto. Si bien en principio les corresponde entender a los jueces civiles de la justicia
ordinaria, en nuestra provincia se extendió esa competencia a los jueces de paz letrados cuando el último domicilio
del causante se sitúa en departamentos fuera del Gran San Juan.
Normas que lo rigen: Si bien el C.C.C.M. contiene algunas normas de carácter procesal en el Libro V en
cuanto a la sucesión mortis causa, estas no serán de aplicación ya que el juez aplicará las normas pertinentes del
Código de Procedimiento Civil de la Provincia de San Juan (ley provincial N° 988-O, arts. 682 a 729).

A continuación, se expone como ejemplo el desarrollo de un proceso sucesorio ab intestato en el orden establecido
por el C.P.C. de San Juan.

Los requisitos para iniciar el proceso sucesorio ab intestato surgen del artículo 682 del Código Procesal
Civil de San Juan (en adelante “C.P.C.”), correspondiendo a quien lo inicie, justificar su carácter de parte legítima
(heredero), acompañando la partida de defunción del causante, certificación del Registro de Juicios Universales de

7
la inexistencia de un sucesorio anterior del mismo causante y las partidas que acrediten el vínculo que invoca, así
como las de todos los herederos conocidos que deberá denunciar.
En caso que el causante hubiere hecho testamento y el iniciador conociere su existencia, deberá presentarlo
cuando estuviese en su poder, o indicar el lugar donde se encuentra, si lo supiere.

PROMUEVE JUICIO SUCESORIO.


Señor Juez:
MARIA DEL CARMEN MOLINA, por derecho propio y con patrocinio letrado, domiciliada en calle
Tucumán 1367 (norte), Chimbas y constituyendo domicilio legal a los efectos del presente proceso en calle Jujuy
N° 138 (sur), Ciudad, en forma conjunta con mi letrado patrocinante, ante V.S. me presento y digo:
I.- En el carácter invocado vengo a iniciar Juicio Sucesorio por el fallecimiento de mi cónyuge, el
Sr. CLEMENTE GARCIA, fallecido el día 11 de julio de 2010, lo que acredito con el correspondiente Acta de
defunción N° 66, T° 141, Año 2010.
II.- El causante se hallaba unido en primeras nupcias desde el 13/12/78 con la Sra. MARIA DEL
CARMEN MOLINA, Acta N° 175, F° 48, T° 86 del Registro Civil del Dpto. Rawson, San Juan.
III.- De dicha unión matrimonial nacieron: LAURA GARCIA MOLINA, el 7/7/80 (Acta 1910, F° 43,
T° 271, Año 1980, Reg. Civil Capital 1° Zona); RAUL GARCIA MOLINA, el 25/4/84 (Acta 896, F° 56, T° 343, Año
1984, Reg. Civil Capital 1° Zona); y DANIEL GARCIA MOLINA, el 26/11/87 (Acta 711, T° 132, Año 1987, Reg.
Civil Deleg. Chimbas). Todos mantienen el domicilio real denunciado.
IV.- Que VS. resulta competente para entender en el presente proceso sucesorio, en razón de que
el fallecimiento del causante y el último domicilio del mismo coinciden en la Provincia de San Juan, tal como
surge del certificado de defunción que se acompaña.
V.- Fundo la presente acción en los arts. 2426, 2433, 2337, sgts. y cts. de Código Civil, así como
los arts. 682, 692, sgts. y cts. del Código Proc. Civil.
VI.- PETICION: Por lo expuesto, a VS. solicito:
a) Me tenga por presentada, parte y domiciliada;
b) por iniciado el presente proceso sucesorio;
c) ordene su inscripción en Registro de Juicios Universales y su posterior publicación de edictos;
d) oportunamente, dicte sentencia declarativa de herederos.
Provea de conformidad, SERA JUSTICIA.-

El artículo 683 del C.P.C. dice, que el Juez hará lugar o denegará la apertura del proceso, previo examen de
su competencia. Al disponer la apertura, ordenará la inscripción del proceso en el Registro de Juicios Universales.

San Juan, 20 de febrero de 2017.- Por consentida la intervención del suscripto. Por presentado, por parte en el
carácter invocado y domiciliado.- Por iniciado el presente sucesorio. Publíquese edictos por el término de tres
días en el Boletín Oficial y tres días en un diario local.- Dése oportuna intervención al Ministerio Fiscal.- Previo,
inscríbase en el Registro de Juicios Universales a cuyo fin remítanse las actuaciones.- Asimismo ofíciese al
Registro de Testamentos y al Colegio Notarial de la Provincia de San Juan a efectos de que informen sobre la

8
existencia o inexistencia de testamentos otorgados por el causante (Ley 4077/75, art. 12).- Notifíquese a los
herederos denunciados conforme lo prescripto en el art. 692 del C.P.C.- Firmado Juez.-

Certifico: que el día de la fecha remito los autos al Registro de Juicios Universales.- 21 de febrero de 2017.-
Firmado Secretario.-
-------------------

Ahora bien, en los Juzgados Civiles advertimos que se ha optado recientemente por una nueva forma de proveer

en esta instancia del proceso y que es la siguiente: “SAN JUAN, 8 de Julio de 2017.- Por consentido el Juzgado.-

Téngase al Sr. .... por presentado, por parte y domiciliado, con el patrocinio letrado del Dr. .... .- En razón de

estar “prima facie” acreditada la legitimación del presentante y por resultar que el Juzgado es competente para

entender en el proceso en merito a la partida de defunción acompañada, declárese abierto el juicio sucesorio

intestado del Sr. ....., D.N.I. N° ...... .- Remítase el expediente al Registro de Juicios Universales a fin de que

proceda a su inscripción con radicación por ante este Séptimo Juzgado Civil. De igual forma se ordena la

remisión al Registro de Testamentos a efectos de que informe sobre la existencia o inexistencia de testamento

otorgado por el causante (ley 4077/75, art. 12).- Fecho, publíquese edictos por el término de tres días en el

Boletín Oficial y en un diario local y cítese a todos aquellos que se consideren con derecho a los bienes dejados

por el mismo para que dentro de treinta días lo acrediten y se presenten en este proceso. Aclárase en el edicto,

que el plazo previamente fijado comenzará a correr desde el día siguiente al de la última publicación y se

computará en días corridos, salvo los que correspondieren a ferias judiciales –conf. Art. 692 in fine del C.P.C./ley

7942 y sus modificatorias-.- Notifíquese por cédula, oficio o exhorto a los herederos denunciados con

domicilio conocido, haciéndoles saber que deberán comparecer personalmente o por apoderado (art. 692

inc. 1° del C.P.C.), y solo serán declarados como tales, aquellos que hayan concurrido manifestando su

voluntad de ser declarados herederos (cfr. Exma. Cámara Civil de Apelaciones, Sala II, sentencia del día

16/11/2011, autos N° 121.942 “AUBONE, ALBERTO CESAR S/ Sucesorio” – L.A., año 2011 f° 89/90.- Dése

oportuna intervención a la Sra. Agente Fiscal.- Se hace saber desde ahora que el impuesto de sellos

correspondiente al proceso (0,6% del activo) deberá ser repuesto dentro de los cinco días de aprobado el avalúo

de los bienes que se inventaríen o denuncien.- Hágase saber que los oficios dirigidos a bancos, oficinas públicas

o entidades privadas que tuvieren por único objeto acreditar el haber del juicio sucesorio, deberán ser

presentados y diligenciados directamente por el abogado patrocinante/apoderado, sin necesidad de previa

petición judicial, por lo que deberá abstenerse de presentar tales diligencias para su confrontación. Hágase

9
saber a las entidades oficiadas que las contestaciones deberán remitirse directamente a la Secretaría del

Juzgado con transcripción o copia del oficio (art. 363 del C.P.C./LEY 8037).- Asimismo, y atento a que los

seguros no integran el acervo hereditario, se hace saber al presentante que no se admitirá el pedido de oficiar a

la Caja Mutual de Seguros ni a otras entidades con la misma finalidad, a fin de que depositen suma alguna. Se

hace saber que –en tal caso- deberán realizarse las gestiones para el cobro en sede administrativa o particular,

sin perjuicio de expedir –en caso de requerirlo- certificación de las presentes actuaciones, previa reposición del

sellado de certificación (79 U.T.).- Se hace saber que previo a efectuar la denuncia de bienes/inventario, deberá

inscribirse la sentencia declaratoria de herederos en el Registro de Declaratoria de Herederos (dependiente del

Registro General Inmobiliario), a cuyo fin deberá girarse la ficha respectiva (que se adquiere en el Registro del

cual depende).- Póngase en conocimiento de los herederos que, para el caso de presentar denuncia de bienes,

deberán ratificarse de la misma la totalidad de los herederos declarados por ante el actuario, y en caso de que

en el mismo estén incluidos bienes inmuebles y/o muebles registrables, deberán conjuntamente acompañarse

los informes de dominio correspondientes, cuya obtención mediante oficio se deja desde ya autorizada”.- Fdo.

Juez.-

En caso que dicho Registro informara que se han iniciado dos juicios sucesorios del mismo causante, para
su acumulación prevalecerá en principio el primero que se hubiere iniciado, observando lo reglado por el artículo
689 del C.P.C.

PODER JUDICIAL DE SAN JUAN


REGISTRO DE JUICIOS UNIVERSALES

Certifico que en el día de la fecha se ha inscripto en este Registro de Juicios Universales el juicio sucesorio
correspondiente a:
Apellido y Nombre: GARCIA, CLEMENTE
Tipo y N° de Documento: D.N.I. N° 11.727.243
Estado Civil: CASADO
Nacionalidad: ARGENTINO
Fecha de nacimiento: 11/7/10
Partida de defunción: 66
Libro: 141 Folio:
Fecha Fallecimiento: 11/7/10
Departamento: CAPITAL, 4° ZONA
Fecha Partida Defunción: 11/7/10
Mesa de Entradas Unica: 120.000
Número Expediente: 120.000

10
Caratulado: GARCIA, CLEMENTE – SUCESORIO
Patrocinante: Nombre del abogado (N° matrícula)
Testamento: NO POSEE TESTAMENTO
Observaciones:
SAN JUAN, 26/2/17
Firma Encargado

De acuerdo al artículo 692 del C.P.C., una vez que el proceso ha sido registrado y agregada su constancia,
el Juez proveerá la apertura del proceso sucesorio y dispondrá la citación de todos aquellos que se consideraren
con derecho a los bienes dejados por el causante, ordenando la notificación por cédula, oficio o exhorto a los
herederos denunciados en el expediente que tuvieren domicilio conocido en el país, y la publicación de edictos por
tres días en el Boletín Oficial y en un diario del lugar del juicio.

EDICTO
El Primer Juzgado Civil de San Juan cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores del Sr. Clemente
García, para que se presenten y hagan valer sus derechos en autos N° 120.000, caratulados “GARCÍA,
CLEMENTE – SUCESORIO”. Publíquense edictos por el término de tres días en el Boletín Oficial y diario local.-
Firmado Juez.-

Publicado el edicto y transcurrido el plazo, se acreditará en el expediente con los correspondientes recibos
de publicación y ejemplares del boletín oficial y diario local.

“San Juan,22/7/17.- Agréguese ejemplares de Boletín Oficial, diarios y recibos acompañados. Por acreditada
publicación de edictos en tiempo y forma. Córrase vista al señor Agente Fiscal”. Fdo. Juez.

Expediente N° 120.000 – “GARCIA, CLEMENTE S/SUCESORIO”


1° JUZGADO CIVIL
Señor Juez:
I.- Contestando la vista conferida, estimo que V.S. puede dictar declaratoria de herederos, por cuanto con
la documentación acompañada los presuntos herederos han acreditado sus vínculos con el causante conforme a
derecho.-
II.- Solicito que por Secretaría se verifique, el pago del sellado correspondiente a la tasa de justicia y la
alícuota proporcional sobre el avalúo fiscal o pericial en la etapa procesal oportuna. No efectuado el mismo,
cúmplase con lo previsto por el art. 260 del Código Tributario.-
III.- Asimismo, solicito se notifique por cédula la declaratoria de herederos a los sucesores instituidos,
conforme arts. 135 y 140 del C.P.C.
FISCALIA – SAN JUAN, 12 AGOSTO 2017

11
Firmado Agente Fiscal.

“San Juan, 11 de septiembre de 2017.- Por contestada la vista conferida en tiempo y forma, téngase presente lo
dictaminado. AUTOS”.- firmado Juez.

San Juan, ........ de ................................... de dos mil diecisiete.-

AUTOS y VISTOS : Para resolver este proceso Nº 120.000, caratulados “GARCIA, CLEMENTE -

SUCESORIO”, en el que se presentan la Sra. María del Carmen Molina, y los Sres. Laura García Molina, Raúl

García Molina y Daniel García Molina, promoviendo el sucesorio del Sr. Clemente García.- - - - - - - - - - - - - - - -

---------------------

Y CONSIDERANDO : Que con el instrumento público de la Partida agregada a fs. 01, se acredita el

fallecimiento del Sr. Clemente García, ocurrido en la provincia de San Juan el día 10/03/2000, tal como surge del

certificado de defunción : Tº. 264 ; Acta Nº. 215 ; Registro Civil, Delegación Capital 1° Zona. - - - - - - - - - - - - - -

--------------

Que el causante se encontraba casado en primeras nupcias con la Sra. María del Carmen Molina,

acompañándose su partida de casamiento a fs. 02/03, (acta Nº 481, Fº 31, Registro Civil, Distrito Médano de Oro,

Rawson.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Que de la citada unión matrimonial nacieron Laura García Molina (Acta N° 2296, T° 16, F° 70, Año 1972,

Registro Civil, Distrito Médano de Oro, Rawson, fs. 04), Raúl García Molina (Acta N° 1774, Tomo N° 193, Año

1975, Registro Civil Capital 1° Zona, fs. 05) y Daniel García Molina (Acta N° 94, Tomo N° 155, Año 1982, Reg.

Civil Deleg. Villa Krause, Rawson, fs. 07), lo que se acredita con la agregación de las partidas correspondientes.- -

-------------------------------------------------

Que inscripto el proceso en el Registro de Juicios Universales bajo el número del expediente N° 120.000

del 26/02/12 (fs. 11), se publicaron los edictos citatorios en el Boletín Oficial y el Diario de Cuyo (fs. 14 a 19 y

22), sin que se haya efectuado en término reclamo alguno, por parte de otras personas pretendientes a la sucesión.-

------------- Que corrida la vista de ley al Sr. Agente Fiscal, éste a fs. 25 estima que por la

documentación agregada a los autos, los presuntos herederos han acreditado el vínculo con el causante conforme a

12
derecho, pudiendo dictarse declaratoria de herederos.- - - - - - - - - - POR ELLO, y conforme lo establece el

art. 2278, 2426, 2433, 2337 y sgts. del Código Civil ; 692, 693 y sgts. del Código Procesal Civil, RESUELVO :

Declarar en cuanto a Derecho ha lugar y sin perjuicio de terceros, que por el fallecimiento de Clemente García,

D.N.I. N° ........... son sus únicos y universales herederos, su cónyuge Sra. María del Carmen Molina, D.N.I.

N° .......... y sus hijos, Sres. Laura García Molina, D.N.I. N° ................., Raúl García Molina, D.N.I. N° ............ y

Daniel García Molina, D.N.I. N° ................., confiriéndoles la posesión de la herencia, haciéndose entrega a los

nombrados de los bienes que no estuvieran poseídos por terceros y cese la intervención del Sr. Agente Fiscal si por

otra causa no fuera necesario.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Inscríbase en el registro respectivo. Protocolícese, copia a los autos e interesados que así lo requieran, y hágase

saber. Firmado Juez.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

La sentencia declaratoria de herederos debe ser notificada a los mismos por cédula o mediante notificación
personal de cada uno de ellos en el expediente. Asimismo, con posterioridad a la notificación el Juez ordenará la
inscripción de la declaratoria en el Registro de declaratorias de herederos (el que funciona en el Registro General
Inmobiliario).-

“San Juan, 19 de septiembre de 2017.- Téngase presente la notificación efectuada. Suscríbase ficha
acompañada”. Fdo. Juez.

PODER JUDICIAL
SAN JUAN
San Juan 26 de septiembre de 2017.
Señor Juez del 1° Juzgado Civil
Pcia. de San Juan
S./D.
Comunico a Ud. que en la fecha y bajo el N° 30690 se ha dado entrada al oficio por el que en autos N°
120000 “García, Clemente –Sucesorio.” dictó Auto de DECLARATORIA DE HEREDEROS de Clemente García.
La anotación se hace bajo el N° y F° 24, T° 210, del Registro de declaratoria de Herederos el 26 de septiembre de
2011.
Saludo a Ud. atentamente

13
Fdo. Directora de Departamento.
Registro General Inmobiliario

ACREDITAN INSCRIPCION DE DECLARATORIA – DENUNCIA DE BIENES Y AVALUO.

Señor Juez:

MARÍA DEL CARMEN MOLINA, LAURA GARCIA MOLINA, RAÚL GARCIA MOLINA y DANIEL

GARCIA MOLINA, todos por derecho propio y con patrocinio letrado, en autos Nº 120.000, caratulados

“GARCIA, CLEMENTE - SUCESORIO”, ante V.S. nos presentamos y decimos:

Que de acuerdo lo dispuesto por el art. 709, último párrafo, del C.P.C. venimos a dar

cumplimiento con la denuncia de bienes y avalúo de los que componen el acervo hereditario del

causante.

INMUEBLES: 1.- El 50% de una casa habitación que constituyó el hogar conyugal y se

encuentra inscripto en condominio con la Sra. María del Carmen Molina, sito en calle sito en calle

Tucumán N° 1367 (norte), Dpto. Chimbas, San Juan, N.C. 08-42-910110-00-000 , cuyo avalúo fiscal es de $

41.080,28.

AUTOMOTORES: 1.- Automóvil marca Peugeot modelo 504, dominio AFM921, Año 1995,

cuyo avalúo fiscal es de $ 16.000.

2.- Automóvil marca Fiat modelo 147, dominio AGK709, Año 1995, cuyo avalúo fiscal es

de $ 11.000.

3.- Automóvil marca Renault modelo 4L, dominio VFB529, el cual de acuerdo a modelo no

tributa en la DGR, por lo que denunciamos su valor en $ 4.000.

PETICION: Tenga presente y por cumplida la denuncia de bienes y avalúo efectuada por

todos los herederos, solicitando se apruebe la misma.

Provea de conformidad, SERA JUSTICIA.-

San Juan, 10 de octubre de 2017.- Agréguese constancia de inscripción acompañada. Por efectuada
denuncia de bienes y avalúo. Apruébase la misma en cuanto a lugar en derecho corresponde. Firmado.
Juez.-

14
CAPITULO IV
PARTICION y ADJUDICACION

a) PARTICION PRIVADA Y DE COMUN ACUERDO: Tal como lo dispone el artículo 719, primer
párrafo, del C.P.C., una vez aprobadas las operaciones de inventario y avalúo, si todos los herederos están
presentes y son capaces, podrán formular la partición y presentarla al Juez competente.

PRESENTAN PARTICIÓN PRIVADA.


Señor Juez:
MARÍA DEL CARMEN MOLINA, LAURA GARCIA MOLINA, RAÚL GARCIA MOLINA y DANIEL
GARCIA MOLINA, todos por derecho propio y con patrocinio letrado, en autos Nº 120.000, caratulados
“GARCIA, CLEMENTE - SUCESORIO”, que tramitan por ante este Primer Juzgado Civil, ante V.S. nos
presentamos y decimos:
Que atento lo dispuesto por el artículo 719 del C.P.C. formulamos la partición de los bienes
denunciados de la siguiente forma.
1.- Para la cónyuge supérstite y heredera, María del Carmen Molina, se le adjudica el 50% que
correspondía al causante sobre el inmueble denunciado, inscripto en condominio con la misma, sito en calle
Tucumán N° 1367 (norte), Dpto. Chimbas, San Juan, N.C. 08-42-910110-00-000.
2.- Para la heredera Laura García Molina, se le adjudican los automotores, uno marca Fiat 147,
modelo 1996, dominio ABU 009 y otro marca Renault R6, modelo 1975, dominio VFC 122.
3.- Para el heredero Raúl García Molina, se le adjudica el automotor marca Peugeot 504, modelo
1998, dominio BAF 192.
4.- El heredero Daniel García Molina, manifiesta en este acto que ha recibido en vida del causante
y en concepto de adelanto de herencia, sumas de dinero en efectivo que se compensan con los valores de los
bienes que se adjudican al resto de los herederos.
Por lo expuesto, solicitamos a VS. apruebe la partición presentada,
SERA JUSTICIA.

El artículo 663 del C.P.C., prevé para cualquier hipótesis de división extrajudicial como la del ejemplo
anterior que, si se pidiere la aprobación de una división de bienes hecha extrajudicialmente, aunque hubiese
incapaces, el Juez, previas las ratificaciones que correspondieren y las citaciones necesarias en su caso, resolverá
aprobándola o rechazándola, sin recurso alguno.

San Juan, 8 de agosto de 2017.- Atento a la partición privada presentada con la conformidad de los herederos
declarados en autos, apruébese la misma en cuanto a derecho ha lugar y sin perjuicio de terceros. Firmado
Juez.

15
b) PARTICION JUDICIAL: En caso que no se lograra acuerdo entre la totalidad de los herederos
declarados para presentar una partición privada, una vez puesta la situación en conocimiento del Juez, este
designará en una audiencia que se notificará por cédula a los herederos y legatarios de parte alícuota, en su caso, y
a los funcionarios que correspondiere con el objeto de designar Perito Partidor.
El artículo 720 del C.P.C. dispone: El partidor, que deberá tener título de Abogado, será nombrado en la
forma y oportunidad dispuesta para el inventariador. En cuanto a la forma de la designación, la disposición
transcripta refiere al artículo 690 del mismo cuerpo normativo.
El Partidor deberá presentar la partición dentro del plazo que el Juez fije, bajo apercibimiento de remoción.
Tal plazo solo podrá ser prorrogado por el Juez y ante un pedido fundado. (artículo 721 C.P.C.)
Para hacer las adjudicaciones, el Partidor podrá oír a los interesados a fin de obrar de conformidad con
ellos en todo lo que acordaren, o de conciliar en lo posible sus pretensiones. (artículo 722 C.P.C.)
PERITO PRESENTA CUENTA PARTICIONARIA
Señor Juez:
JUAN PEREZ, abogado, matrícula profesional N° 121 del foro local, designado Perito Partidor en
autos Nº 120.000, caratulados “GARCIA, CLEMENTE - SUCESORIO”, que tramitan por ante este Primer
Juzgado Civil, con domicilio constituido en calle Caseros N° 25 norte, Ciudad, ante V.S. me presento y digo:
Que en este acto vengo a presentar el informe de partición solicitado a fs. 70 de autos, el que se
ajusta al siguiente detalle:
I.- De la compulsa del expediente surge que, a fs. 55 el heredero Sr. Daniel García Molina, cede y
transfiere todos los derechos y acciones hereditarios que posee a favor del resto de los herederos, Sres. María
del Carmen Molina, Laura García Molina y Raúl García Molina, acto realizado mediante escritura pública cuya
copia se encuentra agregada a los autos. Este acto produce una variación en la partición que se ha
encomendado a este Perito.
Por lo tanto, cabe aclarar que al realizar la presente cuenta particionaria se ha tenido en cuenta el
monto de los bienes que ha asignado a cada uno de ellos el Perito Tasador Inventariador a fs. 62 y 63, como así
también la mejor y equitativa distribución de los bienes, teniendo en cuenta la naturaleza, utilidad y el interés que
sobre los mismos me han manifestado los herederos, sin desvalorizarlos o destruirlos en una desmembración
excesiva.
También este Perito, considerando las facultades que otorga el art. 722 del C.P.C., citó a todos los
herederos declarados en autos los que respondieron a la misma, lo que tuvo por finalidad el intento de arribar a
un acuerdo en la partición, y a su vez para que me fueran exhibidas las escrituras y títulos de los bienes a fin de
poder tomar conocimiento sobre el origen de los mismos (en cuanto a su carácter de propios o gananciales),
situación esta que no se infiere de las presentes actuaciones.
II.- Realizadas las aclaraciones previas y planteados los puntos tenidos en consideración, este
perito entiende conveniente realizar la partición solicitada en la siguiente forma:
a.- Parte 1: Se asigna a la heredera María del Carmen Molina, cónyuge supérstite: a criterio de
este Perito, considerando los valores expresados en el inventario y tasación de fs. 62, y además que el bien
tiene carácter de ganancial y se encuentra inscripto en condominio con el causante, se le adjudica el 50% que
correspondía al causante sobre el inmueble denunciado, sito en calle Tucumán N° 1367 (norte), Dpto. Chimbas,

16
San Juan, N.C. 08-42-910110-00-000, cuyo monto asignado es de $ 45.500, por lo que esta heredera deberá
entregar en efectivo, una diferencia de $ 14.550 para ser asignada y dividida entre las otras partes.

b.- Parte 2: Asignada a la heredera Laura García Molina, se le adjudican los automotores
propiedad del causante e inscriptos en los registros respectivos como bienes propios, uno marca Fiat 147,
modelo 1996, dominio ABU 009, tasado en $ 15.000, y otro marca Renault R6, modelo 1975, dominio VFC 122,
tasado por un valor de $ 7.000; y se le asignará de la parte en efectivo dispuesta en la Parte 1, la suma de $
8.000 que deberá entregársele.
c.- Parte 3: Se asigna al heredero Raúl García Molina, al que se le adjudica el automotor
propiedad del causante e inscripto en el registro respectivo como bien propio, marca Peugeot 504, modelo 1998,
dominio BAF 192, el que fue tasado por un valor de $ 24.500; y además se le asigna la suma en efectivo de $
6.000 que deberá pagarse del la parte en efectivo dispuesta en la Parte 1.
III.- Este Perito entiende que la aquí presentada resulta la mejor y más equitativa forma de repartir
los bienes que componen el acervo del causante, considerando la parte que le corresponde a cada uno de los
herederos, la cesión de derechos hereditarios realizada y la naturaleza de los bienes, dejando a criterio de V.S.
la aprobación o cualquier variación que pueda disponer.
IV.- Petitorio:
1.- Tenga por presentado en tiempo y forma el informe de la cuenta particionaria solicitada.
2.- Se corra vista a las partes por el término de ley (art. 724 C.P.C.).
3.- Tenga por cumplida y finalizada la tarea de este Perito en la presente causa.
4.- Se proceda a la regulación de los honorarios correspondientes.
Provea de conformidad, SERA JUSTICIA.

El artículo 724 del C.P.C. establece: Presentada la partición, el Juez la pondrá de manifiesto en la
secretaría por diez días. Los interesados serán notificados por cédula. Una vez vencido el plazo, el Juez aprobará
la cuenta particionaria. La providencia que la apruebe solo será objeto de recurso si violare normas sobre división
de la herencia o hubiere incapaces que pudieren resultar perjudicados. Pero sí será apelable la resolución que
rechace la cuenta.

San Juan, 16 de agosto de 2017.- Del informe de partición presentado, vista a las partes por el término de ley.
Notifíquese por cédula a los interesados. Firmado Juez.

El artículo 725 del C.P.C. dispone el trámite en caso de oposición de parte interesada, en el que el Juez
citará a audiencia a las partes, al ministerio pupilar si correspondiere y al perito partidor, en la que procurará un
acuerdo sobre las diferencias planteadas. En caso de que el impugnante no asista a la audiencia, se lo tendrá por
desistido de la impugnación, con costas; y en caso de inasistencia del perito partidor, este perderá su derecho a los
honorarios.
Finalmente, en caso que no se lograre un acuerdo, el Juez resolverá dentro de los diez días de celebrada la
audiencia.

17
Unidad 2: Capacidad para suceder

1.- Concepto: La capacidad para suceder a título universal o mortis causa se define como la aptitud para ser titular
de los derechos activos y pasivos que contiene la herencia a cuya adquisición se es llamado en el todo, en una
parte alícuota o en un objeto determinado, en carácter de heredero o legatario.
Nuestro derecho no exige cualidades personales o atributos diversos inherentes a la personalidad para que el
sujeto-persona pueda asumir relaciones jurídicas por causa de muerte. Así, no puede hablarse de incapaces
absolutos o incapacidades absolutas para suceder. Toda incapacidad de derecho en esta materia se traduce en
prohibiciones, y no existen prohibiciones generales en materia sucesoria.
Ya analizamos en la unidad anterior la disposición del art. 2279 en cuanto hace una enumeración de los sucesores,
ahora bien, analizado desde la capacidad, advertimos la amplitud del mismo sin olvidar la concordancia de este
artículo con el art. 3288 del anterior Código Civil que establecía: Toda persona visible o jurídica, a menos de una
disposición contraria a la ley, goza de la capacidad de suceder o recibir una sucesión.
Sí advertimos algunos casos de incapacidad para suceder cuando analizamos la sucesión testamentaria, dándose en
todos los casos en los que la ley anula el testamento, fundamentalmente con el fin de evitar que se consumen
propósitos de captación de la herencia o del legado ejerciendo influencia en el ánimo o voluntad del testador para

18
que haga determinadas instituciones en su testamento: cuando se nombra como beneficiarios a los tutores,
confesores, parientes de los confesores, iglesias de las fueren empleados, comunidades a las pertenecieren, etc.

2.- Vocación sucesoria: constituye el llamamiento legal o testamentario de un sucesor a adquirir la herencia, la que
se dará en función de:
a. Parentesco
b. Vínculo conyugal
c. Llamamiento del causante a través del testamento.
Condiciones de eficacia de la vocación: Denominamos condiciones de eficacia de la vocación hereditaria a los
requisitos impuestos por la ley para que el llamamiento produzca, en plenitud, sus efectos propios. Tales requisitos
son básicamente dos:
Que el titular de la vocación no sea incapaz para adquirir. Es decir que el llamamiento no esté en
contradicción con una norma legal imperativa que prohíba a esa persona la adquisición del todo o una parte de la
herencia o legado.
Que la vocación no esté sujeta a resolución por disposición de la ley o del causante. En tal supuesto, la
ineficacia de la vocación proviene de los efectos de la resolución del llamamiento sometido a una condicio iuris o
a una condición resolutoria por voluntad del testador.
Tanto la incapacidad como la resolución provocan la ineficacia de la vocación, diferenciándose entre ellas en lo
siguiente: Que el incapaz no adquiere válidamente, en tanto que el titular de una vocación resoluble, adquiere
válidamente, pero su adquisición puede ser resuelta.
Causas de exclusión de la vocación:
a. (art. 2436) Matrimonio “in extremis”. La sucesión del cónyuge no tiene lugar si el causante muere dentro
de los treinta días de contraído el matrimonio a consecuencia de enfermedad existente al momento de la
celebración, conocida por el supérstite, y de desenlace fatal previsible, excepto que el matrimonio sea precedido de
una unión convivencial.
En tal caso existe un límite que es la existencia de una unión convivencial con los requisitos de vida en común de
más de dos años y la falta de causas que la impiden mencionadas en el art. 510, para que el cónyuge supérstite
conserve la vocación hereditaria.
b. (art. 2437) Divorcio, separación de hecho y cese de la convivencia mediante una decisión judicial. El
divorcio, la separación de hecho sin voluntad de unirse y la decisión judicial de cualquier tipo que implica cese de
la convivencia, excluyen el derecho hereditario entre cónyuges.
Nos encontramos en esta norma con una reforma de suma importancia respecto a lo que establecía el Código Civil.
Se han eliminado los casos de vocación hereditaria cuando había una separación personal porque en el nuevo
C.C.C.N. no se ha legislado sobre esta institución habiendo quedado suprimida. El divorcio continúa siendo una
causa de pérdida de la vocación hereditaria entre cónyuges, así como la separación de hecho sin voluntad de
unirse. Esto significa que la sola voluntad de uno de los cónyuges al separarse hace que ambos pierdan la vocación
hereditaria, lo que resulta criticable. Tampoco parece atinada la pérdida de la vocación en caso de la decisión
judicial de cualquier tipo que implica el cese de la convivencia, ya que esa falta de vida en común avalada por una

19
sentencia puede deberse a la violencia física o psíquica que pudo haber sufrido uno de los cónyuges y a pesar de
que en tal caso se justificó el fin de la vida en común para preservar la persona del cónyuge, éste pierde la
vocación hereditaria.

3.- Indignidad: La indignidad es la exclusión de la sucesión de quien ha sido culpable de faltas graves contra el
difunto y su memoria, que configuran ofensas contra el causante y como tales son pasibles de una sanción civil
que priva de la herencia al heredero que ha incurrido en ellas.
Hay, en la noción de indignidad, un evidente juicio de reproche que la ley hace al llamado a suceder en
función de actos que han agraviado a la persona del causante recurriendo como fundamento a la “voluntad
presunta” de este. La ley se funda en circunstancias que afectan a sujetos de derecho con aptitud general para ser
instituidos herederos o legatarios. En las causas de indignidad, tal como veremos, domina la idea de acto ilícito
concreto al que se responde con la sanción civil de la pérdida de la herencia.
Debe quedar claro que el estado potencial de indignidad no constituye ninguna anomalía de la vocación
hereditaria, pues mientras no sea declarada judicialmente no surte ningún efecto jurídico. Así entonces, las causas
de indignidad que establece la ley solo operan a través de invocación y prueba.
Causales: Enumeración y análisis.
(art. 2281) “Causas de indignidad”. Son indignos de suceder:
a. Los autores, cómplices o partícipes de delito doloso contra la persona, el honor, la integridad sexual la
libertad o la propiedad del causante, o de sus descendientes, ascendientes, cónyuge, conviviente o hermanos. Esta
causa de indignidad no se cubre por la extinción de la acción penal ni por la de la pena;
Se amplía la causal respecto al código derogado a los delitos efectuados contra el honor, la integridad
sexual, la libertad o la propiedad. También debe atenderse que la redacción de la norma vigente provoca no solo
que la extinción de la acción penal o de la pena no hace cesar la indignidad, por cuanto las consecuencias que
puedan derivarse en el ámbito punitivo no obstan a la aplicación de la sanción civil en la que basta la existencia de
la conducta reprochable imputable al heredero contra el autor de la sucesión o de otras personas vinculadas con él,
de modo tal que pueda causar su ofensa.
b. los que hayan maltratado gravemente al causante, u ofendido gravemente su memoria;
La fórmula amplia y genérica de este inciso genera al jurista un problema, ya que se le impone la necesidad
de conciliar dos imperativos opuestos, el de justicia y el de seguridad. La generalización del criterio trae el riesgo
de imprevisibilidad y, por ende, de inseguridad.
Desde el punto de vista gramatical, “maltrato” significa menoscabo, echar a perder, y “ofensa”, humillar,
herir la dignidad de alguien. Pero debe agregarse a ello que las ofensas en el derecho argentino han tenido un
tratamiento legislativo específico y en el Código actual el art. 1097, al referirse al trato digno establece que la
dignidad de la persona debe ser respetada conforme los criterios generales que surgen de los tratados de derechos
humanos.
c. los que hayan acusado o denunciado al causante por un delito penado con prisión o reclusión, excepto
que la víctima del delito sea el acusador, su cónyuge o conviviente, su descendiente, ascendiente o hermano, o
haya obrado en cumplimiento de un deber legal;

20
No constituye solución de justicia que la víctima del delito, además de cargar con tal consecuencia, pueda
ser sancionada con la indignidad por haber ejercido regularmente un derecho que le corresponde.
La disposición del inciso alude a una denuncia voluntaria que exterioriza animosidad con el causante y que
es incompatible con el afecto que debe existir entre el éste y el sucesor.
d. los que omiten la denuncia de la muerte dolosa del causante, dentro de un mes de ocurrida, excepto que
antes de ese término la justicia proceda en razón de otra denuncia o de oficio. Esta causa de indignidad no
alcanza a las personas incapaces ni con capacidad restringida, ni a los descendientes, ascendientes, cónyuge y
hermanos del homicida o de su cómplice;
La muerte del causante debe ser violenta y dolosa, y no por causas naturales. Se trata de la simple
percepción de quien, aun sin poseer conocimiento técnico específico, pueda determinar si el deceso se debió a una
causa de acción dolosa u otra. La interpretación debe ser restrictiva y fundada en un análisis estricto; si el sucesor
no tenía forma de determinar que la muerte fue dolosa, no se le puede imputar la conducta.
e. los parientes o el cónyuge que no hayan suministrado al causante los alimentos debidos, o no lo hayan
recogido en establecimiento adecuado si no podía valerse por sí mismo;
El inciso refiere a los alimentos que resulten de fuente convencional o legal. No puede tratarse de cualquier
incumplimiento. Un atraso temporal que no haya puesto en peligro al causante no tiene la entidad suficiente como
para habilitar la sanción y se tendrá en consideración la totalidad de las diversidades en que la legislación atiende
este deber asistencial (ej.: alimentos de padres a hijos, de mayores a sus ascendientes, de colaterales, etc.).
Por su parte, la imposición de establecimiento adecuado se relaciona con el incumplimiento de los deberes
de asistencia que deben cumplirse en la ecuación resultante entre las necesidades de quien va a ser auxiliado y las
posibilidades de quien auxilia. También es requisito que el pariente conozca que es heredero del que se encuentra
en tal estado de necesidad.
f. el padre extramatrimonial que no haya reconocido voluntariamente al causante durante su menor edad;
Comprende todas las formas del reconocimiento establecidas en el art. 571 del Código. La falta de
reconocimiento tiene que provenir de una acción voluntaria o ser consecuencia de una actitud negligente por parte
de aquel que tiene el deber de reconocer, caso contrario no le es imputable.
g. el padre o la madre del causante que haya sido privado de la responsabilidad parental;
La sentencia que declara tal privación o aquella que la acarrea son la causa constitutiva de la causal. Tal
privación se funda en los supuestos establecidos en el art. 700 del Código. La rehabilitación importa dejar sin
efecto las consecuencias de la privación y por lo tanto no resulta obstáculo al llamamiento hereditario.
h. los que hayan inducido o coartado la voluntad del causante para que otorgue testamento o deje de
hacerlo, o lo modifique, así como los que falsifiquen, alteren, sustraigan, oculten o sustituyan el testamento;
Refiere a actos que atentan contra la libertad de testar. El propósito es el de proteger la libre manifestación
de la voluntad del testador y de evitar que se incumpla esa voluntad.
i. los que hayan incurrido en las demás causales de ingratitud que permiten revocar las donaciones.
Por remisión legal al art. 1571 -atentado contra la vida, injuria al honor, privación injusta de bienes del
patrimonio, rehusa alimentos-.

21
En todos los supuestos enunciados, basta la prueba de que al indigno le es imputable el hecho lesivo, sin
necesidad de condena penal.
La prueba de la conducta observada por el indigno, que la ley considera hábil para privarlo de la vocación
sucesoria, es suficiente para la declaración de indignidad si el ilícito le es imputable.

Las causales enumeradas son taxativas y no pueden invocarse otras por interpretación analógica, aún
cuando la conducta resultare ser más grave que las establecidas legalmente.

Acción de indignidad: El art. 2283 determina el ejercicio de la acción de indignidad. La exclusión del indigno sólo
puede ser demandada después de abierta la sucesión, a instancia de quien pretende los derechos atribuidos al
indigno. También puede oponerla como excepción el demandado por reducción, colación o petición de herencia.
La acción puede ser dirigida contra los sucesores a título gratuito del indigno y contra sus sucesores particulares
a título oneroso de mala fe. Se considera de mala fe a quien conoce la existencia de la causa de indignidad.
.-Desde cuando puede interponerse la acción: Debido que hasta el instante mismo de la muerte del causante
éste puede hacer cesar las consecuencias de los actos constitutivos de causales de indignidad a través del perdón en
cualquiera de las formas previstas en el art. 2282, es que sólo a partir de su fallecimiento nace la acción específica
mediante la cual quien pretende los derechos atribuidos al indigno acciona por su desplazamiento.
No en todos los casos la acción de indignidad nace al mismo tiempo de la muerte del autor de la sucesión,
ya que si las causales son haber ofendido gravemente su memoria, omitir la denuncia de la muerte dolosa del
causante, o modificar, falsificar, alterar, sustraer, ocultar o sustituir el testamento post mortem, la acción nace a
partir del hecho que constituye la causal y éste es posterior a la muerte.
.-Legitimación activa: el resultado de la acción no solo apunta a que el indigno no reciba los bienes, sino
también a que éste carezca de legitimación para exigir que a otro se le produzca una reducción como consecuencia
de la colación (art. 2385), o de reducción de donaciones (art. 2453), legados (2452) o efectos de un vencimiento en
acción de petición de herencia (art.2310).
Tener en cuenta además, que más allá del consecuente contenido económico de la acción, también se
involucran intereses extrapatrimoniales propios de las relaciones de familia, ya que al legitimado en la acción se
faculta a decidir por la contienda judicial en la que se ventilará un mal proceder que se imputa al demandado y en
que la solidaridad familiar puede afectarse e incluso provocar la trascendencia de actos vergonzantes ocurridos en
ámbitos generalmente reservados a la intimidad.
Destaco también aquí la falta de legitimación de los acreedores de la sucesión, éstos no poseen un interés
legítimo en la acción ya que sus derechos se encuentran inalterados cualquiera sea el resultado de ésta. Ellos tienen
garantizado su derecho con los bienes de la herencia. Tampoco la tienen los acreedores del heredero por cuanto, si
bien tienen un interés patrimonial en la declaración de indignidad, el interés económico no puede anteponerse a
uno que merece mayor protección que es el familiar.
.-Legitimación pasiva: Le ley prevé la acción no sólo contra el indigno, sino también contra aquellas
personas a las cuales éste les haya transferido a título singular y gratuito derechos provenientes de la herencia.
También se admite la acción contra el tercer adquiriente a título oneroso pero sólo si es de mala fe.

22
.-Derecho de representación de los descendientes del indigno: Si el indigno fue excluido, y se dan los
presupuestos del derecho de representación, los representantes adquirirán la herencia y podrán oponerse a quienes
la reclamen, fundados en que el indigno no debió recibir.
.-Caducidad: (art. 2284) por el transcurso de tres años desde la apertura de la sucesión -desde la muerte del
causante-. Pasado ese tiempo su derecho adquiere firmeza.
Para el legatario indigno, por igual plazo contado desde la entrega del legado.
Sin embargo, el demandado por el indigno por reducción, colación o petición de herencia, puede invocar la
indignidad en todo tiempo.
.- Efectos de la exclusión del declarado indigno: (art. 2285) El indigno debe restituir los bienes recibidos y
también los frutos percibidos y los que por su culpa no hayan sido percibidos. Debe también restituir los productos
que haya obtenido de los bienes correspondientes a la herencia. Responde por la destrucción total o parcial de la
cosa, salvo que esa destrucción se hubiera producido igualmente en poder de los sucesores que se beneficien con
su desplazamiento.
Debe satisfacer el pago total de todos los impuestos, tasas y contribuciones correspondientes al período de
su posesión.
También está obligado a satisfacer los intereses que correspondan a todas las sumas de dinero que hubiere
recibido, pertenecientes a la herencia, aun en el caso en que efectivamente no se haya beneficiado con intereses.
Ello porque su posesión ha privado a quien lo desplaza de haber obtenido lo que la capacidad productiva del
dinero posee, que es renta propia y potencial.
El indigno tiene derecho a retirar, si al hacerlo no daña la cosa, las mejoras hechas sobre los bienes de la
herencia. Puede reclamar el costo de las mejoras necesarias, excepto que la necesidad resulte de su culpa. Puede
también reclamar el pago de las mejoras útiles hasta el mayor valor adquirido por la cosa.
Los derechos y obligaciones entre el indigno y el causante renacen, así como las garantías que los
aseguraban (se extingue la confusión de créditos y deudas entre heredero -indigno- y causante).

23
Unidad 3: Aceptación y renuncia de la herencia

1.- Derecho de opción del heredero: desde el anterior Código Civil no existía la figura del heredero necesario o
forzoso que indefectiblemente debía recibir la herencia que le había sido deferida. Esta situación, en realidad,
implica un imperativo para el causante, pero no para el heredero quien siempre puede pronunciarse sobre la
herencia aceptándola o renunciando a la misma.
El CCCN mantiene esta situación dando al llamado a suceder la posibilidad de expedirse acerca de la
herencia, (art. 2287) “Todo heredero pude aceptar la herencia que le es deferida o renunciarla...”
Concepto: el derecho de opción es la facultad que tiene el sucesible de elegir entre la aceptación o la renuncia de
una herencia determinada.
Pero también el llamado a suceder puede derivar en una tercera situación, que es la de guardar silencio.
En el caso que el heredero no se expida sobre la aceptación o renuncia de la herencia en forma expresa, el
Código lo resuelve de la siguiente manera (art. 2288) “El derecho de aceptar la herencia caduca a los diez años
de la apertura de la sucesión. El heredero que no la haya aceptado en ese plazo es tenido por renunciante.
El plazo para las personas llamadas a suceder en defecto de un heredero preferente que acepta la
herencia y luego es excluido de ésta, corre a partir de la exclusión.” –Es el mismo plazo de diez años que se
cuenta desde que se produjo el apartamiento-.
Aquí no se trata del derecho a elegir entre la aceptación o la renuncia de la herencia, sino del derecho a
aceptarla. El derecho de aceptar caduca a los diez años de la apertura de la sucesión.
Transmisibilidad: el derecho de opción es transmisible por causa de muerte (ante el fallecimiento de una persona,
si muere su sucesible sin que se haya expedido, los herederos de éste tendrán el derecho de optar respecto de la
primera herencia).
(art. 2290) “Si el heredero fallece sin haber aceptado ni renunciado la herencia, el derecho de hacerlo se
transmite a sus herederos.
Si éstos no se ponen de acuerdo en aceptar o renunciar la herencia deferida a su causante, los que la
aceptan adquieren la totalidad de los derechos y obligaciones que corresponden a éste.
La renuncia de la herencia del causante fallecido sin aceptar ni renunciar una herencia a él deferida,
implica también la renuncia a ésta.”
En este caso, el plazo continúa corriendo desde la muerte del causante original ya que no es posible que
quede suspendido por la muerte del sucesible sin haberse expedido.
Además, la norma concluye con una solución lógica, ya que si se renuncia a la herencia del causante no se
puede aceptar la herencia que se le había transmitido a éste.

24
Cuando se ha aceptado la herencia o cuando han transcurrido los diez años de la muerte sin haberse
expedido, se considera que ha sido aceptante o renunciante –según el caso- desde el día de la apertura de la
sucesión (art. 2291).
Derecho de terceros interesados: puede haber interesados en conocer si el llamado a suceder va a aceptar o
renunciar a la herencia, por lo que el plazo de diez años resulta excesivo; entre estos deben considerarse incluidos
los acreedores del causante porque deben saber a quién reclamarle su crédito; también los legatarios porque
tienen el derecho a requerir al heredero que se cumpla con su legado; los coherederos porque su situación frente a
la herencia depende de la aceptación o renuncia de los otros llamados en igual grado y los acreedores del heredero
porque podrían subrogarse en su derecho cuando se trata de una herencia solvente.
Estos interesados deberán presentarse judicialmente para que se proceda a realizar la intimación, de esta
forma ha quedado modificada la regulación anterior que permitía hacerlo por medio fehaciente (carta documento o
notarial).
La norma que contempla el caso es la del art. 2289: “Cualquier interesado puede solicitar judicialmente
que el heredero sea intimado a aceptar o renunciar la herencia en un plazo no menor de un mes ni mayor de tres
meses, renovable una sola vez por justa causa. Transcurrido el plazo sin haber respondido la intimación, se lo
tiene por aceptante.
La intimación no puede ser hecha hasta pasados nueve días de la muerte del causante, sin perjuicio de que
los interesados soliciten las medidas necesarias para resguardar sus derechos.
Si el heredero ha sido instituido bajo condición suspensiva, la intimación solo puede hacerse una vez
cumplida la condición.”
El plazo será fijado por el Juez, así como su renovación.
La falta de expresión o silencio por parte del heredero intimado, debe interpretarse como que desea
mantener la herencia.

2.- Aceptación de la herencia. Concepto: La aceptación de la herencia es el acto voluntario lícito por el cual una
persona llamada a suceder asume de manera irrevocable los derechos y obligaciones que corresponden a la calidad
de heredero.
Caracteres: es un acto voluntario por es realizado con discernimiento, intención y libertad y del cual resulta la
adquisición de un derecho (arts. 260 y 258), aunque no siempre será un acto jurídico porque puede no tener el fin
inmediato de generar dicha adquisición (art. 259). Así los casos de aceptación tácita serán simplemente un acto
lícito con efecto jurídico, mientras que los casos de aceptación expresa serán concretamente actos jurídicos.
En ambos supuestos son actos unilaterales, porque se perfeccionan con la sola voluntad del aceptante (con
excepción de los casos de aceptación forzada en la que la calidad de aceptante es impuesta como sanción. Art.
2295 “El heredero que oculta o sustrae bienes de la herencia es considerado aceptante con responsabilidad
ilimitada, pierde el derecho de renunciar, y no tiene parte alguna en aquello que ha sido objeto de su
ocultamiento o sustracción...”).

25
La calidad de heredero debe ser total, ya que esta situación es indivisible. No se admite que pueda ser
aceptante respecto de unos bienes y renunciante de otros. (art. 2287) “...La aceptación parcial implica la del
todo...”.
Lo que se produce con la aceptación es la consolidación de la calidad de heredero de la persona que es
llamada a suceder.
Capacidad: Aunque en el nuevo CCCN no hay una norma específica que lo establezca, la capacidad que se
requiere para aceptar por sí es la capacidad de hecho general que prevé el derecho civil para realizar actos
jurídicos, porque la aceptación de la herencia implica un acto de disposición y de él resultará una modificación en
el patrimonio del heredero.
Pero también se da el caso que las personas que tienen derecho a la herencia puedan ser incapaces de hecho
y que deberán actuar a través de su representante legal, al que la ley le ha impuesto límites. (art. 2297)
“Aceptación por una persona incapaz o con capacidad restringida. La aceptación de la herencia por el
representante legal de una persona incapaz nunca puede obligar a éste al pago de las deudas de la sucesión más
allá del valor de los bienes que le sean atribuidos. Igual regla se aplica a la aceptación de la herencia por una
persona con capacidad restringida, aunque haya actuado con asistencia, o por su representante legal o
convencional.”
Por lo tanto, la persona capaz podrá aceptar la herencia por sí o por medio de un mandatario con facultades
expresas para realizar dicho acto conforme lo exige el art. 375, inc. d) del CCCN, mientras que el incapaz deberá
hacerlo a través de su representante legal.
Las personas con capacidad restringida y los inhabilitados por prodigalidad podrán aceptar la herencia en la
medida en que en la resolución judicial se haya previsto expresamente esa posibilidad y su voluntad deberá ser
complementada con la intervención de los apoyos que se le han impuesto (CCCN arts. 32 –adictos, alterados
mentales-, 43 –función y designación del apoyo- y 48 –pródigos-).
Especies: en el régimen del Código Civil anterior la aceptación de la herencia podía ser simple o bajo beneficio de
inventario.
La reforma se refiere sólo a la aceptación sin efectuar diferenciaciones y se ha eliminado la mención de la
aceptación beneficiaria.
Sin perjuicio de ello, en el Título referido a la responsabilidad de los herederos y los legatarios, así como
en el Título del proceso sucesorio, en particular cuando se alude a la realización del inventario y al pago de deudas
y legados, se han regulado estos casos de manera semejante, no igual, al beneficio de inventario. Por lo que
tendrían, al menos en principio, efectos similares.
Formas: se definen en el art. 2293: “La aceptación de la herencia puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando
el heredero toma la calidad de tal en un acto otorgado por instrumento público o privado; es tácita si otorga un
acto que supone necesariamente su intención de aceptar y que no puede haber realizado sino en calidad de
heredero”.
Es evidente que para poder ejecutar un acto jurídico respecto de un bien hereditario, la persona tiene que
ostentar el carácter de heredero y por ello, cuando lo realiza, surge como consecuencia que ha aceptado la
herencia.

26
Además, es posible que se produzca la aceptación tácita ante la realización de un simple acto lícito como
resulta de la enunciación del art. 2294.
No obstante ello, desde hace un tiempo, los juzgados de nuestra provincia en los procesos sucesorios, como
trámite previo al dictado de sentencia la declaratoria de herederos, exigen que los herederos manifiesten de forma
expresa (por escrito que se agrega al expediente) la aceptación de la herencia.
Art. 2294: “Actos que implican aceptación de la herencia:
a) la iniciación del juicio sucesorio del causante o la presentación en juicio en el cual se pretende la calidad
de heredero o derechos derivados de tal calidad;
b) la disposición a título oneroso o gratuito de un bien o el ejercicio de actos posesorios sobre él;
c) la ocupación o habitación de inmuebles de los que el causante era dueño o condómino después de
transcurrido un año del deceso;
d) el hecho de no oponer la falta de aceptación de la herencia en caso de haber sido demandado en calidad
de heredero;
e) la cesión de los derechos hereditarios, sea a título oneroso o gratuito;
f) la renuncia de la herencia en favor de alguno o algunos de sus herederos, aunque sea gratuita;
g) la renuncia de la herencia por un precio, aunque sea a favor de todos sus coherederos.”
El artículo hace un enunciado de actos que importan la aceptación de la herencia. Todos ellos implican haber
realizado actos que no podrían haber otorgado sino en la calidad de heredero encuadrando por tal motivo en el
concepto de aceptación tácita y por ello resulta superflua la enumeración.
En el nuevo CCCN se han eliminado como actos de aceptación tácita los llamados actos de adición de la
herencia también denominados actos de administración definitiva, que se contemplaban en las normas del Código
Civil derogado, por lo que debemos entender que la enumeración del artículo no es taxativa, pudiendo presentarse
algún otro acto para el que sea pertinente su interpretación y valoración judicial.
Actos que no implican aceptación: no todo acto que guarde relación con los bienes hereditarios tiene por efecto la
aceptación tácita de la herencia, así el art. 2296 menciona distintos supuestos que no tren aparejada la aceptación.
Art. 2296: “No implican aceptación de la herencia: a) los actos puramente conservatorios, de supervisión
o de administración provisional, así como los que resultan necesarios por circunstancias excepcionales y son
ejecutados en interés de la sucesión;
b) el pago de gastos funerarios y de última enfermedad, los impuestos adeudados por el difunto, los
alquileres y otras deudas cuyo pago es urgente;
c) el reparto de ropas, documentos personales, condecoraciones y diplomas del difunto, o recuerdos de
familia, hecho con el acuerdo de todos los herederos;
d) el cobro de las rentas de los bienes de la herencia, si se emplean en los pagos a que se refiere el inc. b)
o se depositan en poder de un escribano;
e) la venta de bienes perecederos efectuados antes de la designación del administrador, si se da al precio
el destino dispuesto en el inc. d) de este artículo; en caso de no poderse hallar comprador en tiempo útil, su
donación a entidades de asistencia social o su reparto entre todos los herederos;

27
f) la venta de bienes cuya conservación es dispendiosa o son susceptibles de desvalorizarse rápidamente, si
se da al precio dispuesto en el inc. d).
En los tres últimos casos, el que ha percibido las rentas o el precio de las ventas queda sujeto a las
obligaciones y responsabilidad del administrador de bienes ajenos”.
Tal como surge de la lectura del artículo (el que tiene carácter enunciativo, no taxativo), los actos
realizados por el heredero no fueron hechos con la intención de apropiarse de los bienes. Los actos que solo
resguardan la integridad de los bienes no traen aparejada la aceptación tácita de la herencia. Lo mismo sucede con
los pagos urgentes.

3.- Renuncia de la herencia: Concepto: es el acto expreso mediante el cual una persona llamada a suceder
manifiesta su voluntad de no ser heredera, en tanto no haya mediado acto de aceptación (art. 2298).
Caracteres: es un acto jurídico porque tiene por fin extinguir derechos, así se encuadra en el concepto expresado
por el art. 259.
Es un acto unilateral ya que se perfecciona con la sola voluntad del renunciante, sin que se requiera que esa
renuncia sea aceptada. También puede entenderse que existe la posibilidad de una renuncia tácita, si el sucesible
guarda silencio durante diez años sobre la herencia que le ha sido deferida (art. 2287).
La renuncia no puede ser parcial, y tampoco puede ser sometida a modalidades.
Debe ser gratuita, porque si recibiera una contraprestación habría aceptación tácita y cesión de derechos
hereditarios.
Es un acto formal, ya que la ley exige que se instrumente en escritura pública, o por acta judicial que se
incorpora al expediente (art. 2299).
Luego de la renuncia se considera que el renunciante nunca tuvo llamamiento a la herencia y tiene efecto
retroactivo a la fecha de apertura de la sucesión.
Forma: ya se mencionó en el punto anterior su carácter formal, tal como determina el art. 2299 “La renuncia de la
herencia debe ser expresada en escritura pública; también puede ser hecha en acta judicial incorporada al
expediente judicial, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento”.
Retractación de la renuncia: a diferencia de lo que sucede con la aceptación, la renuncia puede ser dejada sin
efecto por la sola voluntad del renunciante, convirtiéndose en aceptante, siempre y cuando se cumplan las
condiciones que ha establecido la ley.
Art. 2300.- “El heredero renunciante puede retractar su renuncia en tanto no haya caducado su derecho
de opción, si la herencia no ha sido aceptada por otros herederos, ni se ha puesto al Estado en posesión de los
bienes. La retractación no afecta los derechos adquiridos por terceros sobre los bienes de la herencia”.
La norma deja en claro que, lo que impide la retractación es la aceptación de la herencia por otros
herederos, por lo que hay una limitación temporal para retractarse de la renuncia, la que deberá se hecha antes de
esa aceptación.
Obviamente, los herederos que deben aceptar la herencia para impedir la retractación son aquellos que
concurren con el renunciante, o bien, los llamados en su lugar a la herencia.

28
Tampoco tiene importancia si la aceptación de la herencia por parte de un heredero es anterior o posterior a
la renuncia, siempre que haya sido previo a la retractación.
Así entonces, si se diera el caso en que todos los herederos renunciaren a la herencia, la retractación de uno
de ellos (con la consiguiente aceptación), impide que los restantes renunciantes puedan retractarse.
También, cuando la renuncia tiene por efecto dejar vacante la herencia, el límite de la retractación estará
dado por la entrega en posesión de los bienes al Estado.
Es importante destacar que se dejan a salvo los derechos adquiridos por terceros sobre los bienes de la
herencia durante el tiempo en que se mantuvo vigente la renuncia (prescripción adquisitiva; o, actos válidos
celebrados con el curador de la herencia vacante, etc.).
Efectos de la renuncia: los señala el art. 2301 “El heredero renunciante es considerado como si nunca hubiese
sido llamado a la herencia, sin perjuicio de la apertura del derecho de representación en los casos en que por este
Código tiene lugar”.
Esto significa que si hay coherederos del renunciante, estos acrecerán su porción hereditaria y si fueran
llamados herederos de un grado posterior, verán actualizado su derecho a la herencia. Cuando son llamados
descendientes o descendientes de los hermanos (arts. 2427, 2428 y 2439) funciona el derecho de representación
debido a la renuncia del representado.
Finalmente sobre los efectos de la renuncia, particular atención merece el caso del heredero renunciante
que ha recibido una donación del causante; este podrá conservar la donación recibida o el legado hecho, hasta el
límite de la porción disponible, tal como establece el art. 2387, y como consecuencia de ser considerado como si
nunca hubiera sido heredero. Si la donación o el legado excediera el límite establecido, podrá ser sujeto de la
acción de reducción.
Acción de los acreedores del heredero renunciante: cuando el heredero es insolvente y renuncia a una herencia de
la que puede resultar un incremento patrimonial, se produce un evidente perjuicio a sus acreedores personales.
Dentro del derecho de opción, nos encontramos con el art. 2292 que concede la acción que en el Código
Civil se denominaba revocación de la renuncia y dispone que: “Si el heredero renuncia a la herencia en perjuicio
de sus acreedores, éstos pueden hacerse autorizar judicialmente para aceptarla en su nombre.
En tal caso, la aceptación solo tiene lugar a favor de los acreedores que la formulan y hasta la
concurrencia del monto de sus créditos”.
Corresponde aclarar que los acreedores no serán aceptantes como cualquier heredero, ya que no adquieren
todos los derechos y deberes emergentes de la herencia. Su derecho se limita a subrogarse en los derechos del
renunciante hasta la concurrencia de su crédito, situación que encuadra en la definición de acción subrogatoria
prevista en el art. 739.
Aunque la norma no lo especifica, es indudable que tiene que tratarse de un acreedor anterior a la renuncia,
ya que si es posterior no ha sufrido un perjuicio por ese acto.
Además se trata de un caso específico, pero que podría haber quedado encuadrado en el concepto de fraude
a los acreedores previsto en el art. 338 que dice: “Todo acreedor puede solicitar la declaración de inoponibilidad
de los actos celebrados por su deudor en fraude de sus derechos, y de las renuncias a ejercicio de derechos o
facultades con los que hubiese podido mejorar o evitado empeorar su estado de fortuna”.

29
Es indispensable que el heredero renunciante no tenga capacidad patrimonial para afrontar el pago de esa
deuda, de lo contrario el tercero carecería de interés para cuestionar la renuncia.
También la herencia debe ser solvente; es decir que los bienes hereditarios superen las deudas del causante
y cargas de la sucesión quedando un beneficio para los herederos.
La acción se concede al acreedor del renunciante beneficiando sólo a quienes la intentan y en la medida de
su interés. El derecho del acreedor se materializa dividiendo la herencia como si el renunciante mantuviera la
condición de heredero para que, luego de pagadas las deudas del causante y cumplidos los legados, se determine el
remanente líquido que le hubiera correspondido. Sobre esos bienes actuarán los acreedores del renunciante que
accionaron para cobrar sus créditos y el resto de los bienes de su porción hereditaria se distribuirán entre los
coherederos del renunciante o entre los que han venido a ocupar su lugar por derecho de representación.
Nulidad de la renuncia: en el CCCN ya no hay normas específicas sobre la nulidad de la renuncia,
correspondiendo la aplicación de las disposiciones generales referidas a la nulidad de los actos jurídicos.
En consecuencia habrá nulidad de la renuncia cuando esta no se haya instrumentado por escritura pública,
o cuando (art. 2299) no se haya instrumentado en el expediente judicial.
Podrá haber nulidad por incapacidad del renunciante y también si existieron vicios del consentimiento.
La nulidad de la renuncia tiene por efecto el colocar al sucesible en condiciones de expedirse nuevamente
sobre la herencia que le ha sido deferida.

Unidad IV: Aceptación – Responsabilidad de herederos y legatarios

1.- Aceptación: Como ya advertimos en la unidad anterior, en el nuevo CCCN se dejó de lado la diferenciación
conceptual del anterior Código Civil entre aceptación simple y bajo beneficio de inventario.
Así entonces es válido reiterar aquí que, en la reforma se refiere sólo a la aceptación sin efectuar
diferenciaciones y se ha eliminado la mención de la aceptación beneficiaria.

30
Sin perjuicio de ello, en el Título referido a la responsabilidad de los herederos y los legatarios, así como
en el Título del proceso sucesorio, en particular cuando se alude a la realización del inventario y al pago de deudas
y legados, se han regulado estos casos de manera semejante, no igual, al beneficio de inventario. Por lo que
tendrían, al menos en principio, efectos similares.
2.- Preferencia de los acreedores del causante y legatarios: Abordamos aquí la situación en la que se encuentran los
herederos y legatarios frente a las deudas que dejó el causante y las posibilidades de accionar que tiene el acreedor
de la persona fallecida respecto de esos herederos y legatarios.
Lo que el Código Civil derogado denominaba separación de patrimonios, se regula ahora bajo el nombre de
la preferencia que existe de los acreedores del causante y legatarios, para cobrarse sobre los bienes de la herencia,
antes que los acreedores de los herederos.
Lo establece el art. 2316 “Los acreedores por las deudas del causante y por cargas de la sucesión y los
legatarios tiene derecho al cobro de sus créditos y legados sobre los bienes de la herencia, con preferencia sobre
los acreedores de los herederos”.
Fundamento: la preferencia surge del hecho que el acreedor que contrató con el causante (cuando aún vivía) tuvo
en cuenta su solvencia para concederle el crédito y esta situación no puede resultar agravada por la muerte del
deudor cuando su heredero es insolvente y los acreedores de éste pretenden ejecutar bienes hereditarios.
Si bien esta preferencia se da entre acreedores del causante frente a acreedores personales del heredero, no
se trata de un privilegio porque éste es la calidad que corresponde a un crédito y resultan exclusivamente de la ley
(arts. 2573 y 2574 CCCN, por ello, el acreedor que goza de un crédito privilegiado no debe realizar ninguna
gestión en ese sentido).
Pero, por el contrario, la preferencia exige una acción del acreedor del causante tendiente a hacer valer su
cobro, pero su crédito en sí mismo no goza de privilegio alguno. Esta preferencia puede ser requerida por los
acreedores del causante, por los acreedores por cargas de la sucesión y por legatarios (art. 2316).
Se ha eliminado el requisito que exigía la legislación anterior de que el crédito debía estar documentado,
aunque en la actualidad para hacer valer este derecho preferente, debemos demostrar la existencia del crédito.
Las cargas de la sucesión son deudas que se han originado como consecuencia del fallecimiento del
causante, como los gastos funerarios y los que corresponden a la conservación, liquidación y división de los
derechos respectivos, inventarios, tasaciones, etc., tal como se los individualizaba en la nota al art. 3474 del
Código Civil derogado. Particularmente sobre los gastos funerarios el CCCN contempla la situación de un caso de
empleo útil (art. 1793, inc. b), cuando fueron afrontados por un tercero y los herederos están obligados a
reembolsarlos.
También deben agregarse los gastos que se devenguen por la tramitación del juicio sucesorio (gastos de
justicia, inscripciones registrales y honorarios), que serán a cargo de la sucesión.
Preferencia de los legatarios: los legatarios gozan del derecho de cobro preferente frente a los acreedores del
heredero, sin que tenga importancia la naturaleza de su legado.
No tiene trascendencia alguna si los acreedores del heredero gozan de un crédito privilegiado o no, porque
esa situación no los coloca en mejor situación con relación a los bienes de la herencia.

31
No se ha establecido un procedimiento especial para esta situación, por lo que, cuando un acreedor del
heredero pretenda cobrar su crédito con algún bien de la herencia, el acreedor del causante, el acreedor por cargas
o el legatario, podrán presentar una tercería de mejor derecho sobre dicho bien para hacer efectiva la preferencia.
Asimismo podrá requerir la adopción de medidas cautelares a fin de asegurar su derecho de cobro preferente.
La preferencia recae sobre los bienes que componen la herencia del causante. Pero si el heredero ha
enajenado bienes y adquirido otros en su reemplazo, la preferencia podrá demandarse sobre éstos, siempre que
pueda demostrar su origen. También podrá actuar sobre el saldo del precio cuando todavía es debido por el
comprador, al tratarse de una contraprestación debida por un bien hereditario.
Límites: no podrá ejercerse la preferencia sobre bienes que no se encontraban en el patrimonio del causante al
tiempo de su muerte, como ocurre con lo donado a un legitimario cuyo valor debe ser colacionado, porque se
colacionan valores y no los bienes en sí mismos.
Si el bien fue donado a un tercero y es objeto de acción de reducción reingresando a la herencia, podrá
requerirse sobre él la preferencia.
Este derecho no podrá ejercerse en la medida en que se hubieran confundido los bienes hereditarios con los
bienes personales del heredero, ya que esta imposibilidad de identificar su origen extingue la posibilidad de ejercer
la preferencia.
Efectos: la preferencia solo se otorga a favor de quien la ha solicitado, pues no se transforma en un procedimiento
colectivo de cobro, sino que se mantiene como un derecho que cada beneficiario deberá ejercer en forma
individual.
Una vez satisfechos los créditos contra el causante, los que correspondan a cargas de la sucesión y los
legados, el resto de los bienes se incorpora al patrimonio de los herederos.
3.- Limitación de la responsabilidad de los herederos: se establece como regla la limitación de la responsabilidad
del heredero por las deudas del causante y por el cumplimiento de los legados.
Se trata de una responsabilidad intra vires hereditatis, de la que sólo es posible apartarse en casos de
excepción taxativamente mencionados en la ley.
Dispone el art. 2317 que “El heredero queda obligado por las dudas y legados de la sucesión sólo hasta la
concurrencia del valor de los bienes hereditarios recibidos. En caso de pluralidad de herederos, éstos responden
con la masa hereditaria indivisa”.
Esta limitación de responsabilidad se refiere a que los acreedores y legatarios de la sucesión no podrán
ejecutar los bienes personales del heredero para el cobro de sus créditos o el cumplimiento de sus legados.
Sus derechos recaen no sólo sobre los bienes hereditarios sino también hasta la concurrencia de su valor, lo
que significa que si un bien de la herencia ha sido dispuesto, la contraprestación debida también resultará afectada
al pago de los créditos y los legados.
Con lo dicho hasta aquí se advierte la importancia que tiene la individualización de los bienes de la
herencia. Esto se logra a través de un inventario que deberá llevarse a cabo en el plazo de tres meses desde que los
herederos son intimados judicialmente a realizarlo por los acreedores o legatarios (art. 2341). La responsabilidad
recae sobre toda la masa indivisa de la herencia, ya que no hay responsabilidad individual de los herederos por el
todo.

32
Así, si uno de los herederos o legatarios paga una porción de las deudas o de los legados superior a su
parte, tendrá acción contra sus coherederos o colegatarios por lo que pagó de más y hasta el límite de la parte que
cada uno de ellos debía soportar personalmente, incluso en caso de subrogación en los derechos del que recibe el
pago (art. 2320).
4.- Efectos: artículos 2317 al 2320.- Pérdida del beneficio (efectos) artículos 2321 y 2322.
5.- Administración beneficiaria: artículos 2323 al 2329. Distinguir cuáles son actos puramente conservatorios del
acervo, actos de administración ordinaria y actos de disposición (requisitos para efectuar válidamente estos
últimos).

33

Você também pode gostar