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BLOQUE II.

DERECHO DE SUCESIONES

El derecho de sucesiones es derecho privado, pero viene muy condicionado por la


fiscalidad debido a los cambios de titularidad que se producen.

La sucesión mortis causa evita la situación de vacancia del patrimonio del causante.
Con la finalidad de evitarla siempre tendremos un heredero, ya sea designado
voluntariamente por el causante o designado por la ley. Si es designado
voluntariamente por el causante se realiza mediante el testamento (sucesión
testamentaria) o mediante un pacto sucesorio (sucesión contractual). El CC prohíbe la
sucesión contractual, el CCat la permite. En su defecto, será designado por la ley
(sucesión intestada). El testamento es un acto unilateral del causante por el que éste
ordena su sucesión. La designación de sucesor puede tener origen en un pacto del
causante con otras personas. El causante queda vinculado a este pacto. Y en el caso de
que falte la voluntad del causante, la sucesión se determina por la ley.

La regla general es que el fenómeno sucesorio se regule en el testamento cual va a ser


el destino de su caudal hereditario (para las leyes, la sucesión testada predomina sobre
la intestada). Otro de los principios es que, en caso de no haber testamento o este sea
nulo, es la apertura de la sucesión intestada. Otro de los principios es la llamada
limitación temporal a las vinculaciones: vincular indefinidamente los bienes de la
sucesión o, por contrario, si el heredero puede vender o regalar los bienes cuando le de
la gana. Estudiaremos que las vinculaciones quedan limitadas (no pueden superar, en
principio, las dos generaciones).

LA SUCESIÓN POR CAUSA DE MUERTE.

Lección 10. La sucesión mortis causa.

1. EL CONCEPTO DE “SUCESIÓN” Y LOS NOMBRADOS "PRINCIPIOS


DEL DERECHO SUCESORIO CATALÁN".

La sucesión es la transmisión de una posición jurídica (varía el titular, pero la posición


jurídica se mantiene). Para poder hablar de sucesión nos hace falta la existencia de una
titularidad sobre un bien o un derecho, que pasa de una persona a la otra. La sucesión
puede ser inter vivos (en virtud de un negocio jurídico) o mortis causa.

En la sucesión mortis causa la pérdida de la titularidad viene dada por la muerte de una
persona. Este tipo de sucesión únicamente puede darse respecto a las personas físicas.
Cuando alguien fallece deja vacantes todas las situaciones jurídicas de las que era titular
y, por ello, alguien se subroga en el conjunto de bienes, derechos y titularidades que uno
deja vacante como consecuencia de su muerte. La idea de subrogación implica traspaso.
La sucesión es universal, es decir, referida a todo el patrimonio del causante. Pero eso
no excluye que el causante pueda disponer de determinados bienes a título singular, por
vía de legado.
La sucesión mortis causa evita la situación de vacancia del patrimonio del causante.
Con la finalidad de evitarla siempre tendremos un heredero, ya sea designado
voluntariamente por el causante o designado por la Ley. Si es designado
voluntariamente por el causante se realiza mediante el testamente (sucesión
testamentaria) o mediante un pacto sucesorio (sucesión contractual). En su defecto, será
designado por la ley (sucesión intestada). El testamento es un acto unilateral del
causante por el que éste ordena su sucesión. La designación de sucesor puede tener
origen en un pacto del causante con otras personas. El causante queda vinculado a este
pacto. Y en el caso de que falte la voluntad del causante, la sucesión se determina por la
Ley.

Principios del Derecho sucesorio catalán:

1. Necesidad de institución de heredero para la validez del testamento: es la


regla general, pero hay excepciones (Tortosa y albacea universal). Es posible
que si se ha nombrado a un albacea universal y se agota el caudal relicto por su
disposición por vía de legado, aunque no se haya dispuesto a título singular de
todo el caudal relicto, se excluye la posibilidad de llamamiento al heredero
intestado, aunque queden algunos bienes por disponer, siempre que se den dos
requisitos: que se haya nombrado un albacea universal, y que exista un legatario
que llegue efectivamente a serlo: si no hay legatarios deberá forzosamente
llamarse a los herederos intestados. El testamento revocatorio, aunque no se
designe ningún heredero, podrá reconocerse su eficacia y el testamento anterior
queda revocado. Pero la disposición añade que entonces la sucesión se regirá por
las reglas de la intestada.

2. Universalidad del título de heredero: el título de heredero es en todo el


derecho del causante. No pueden quedar posiciones vacantes. No hace falta
indicar los diferentes derechos o bienes; cuando está, sobre. Si hay más de un
heredero (sucesores universales), habrá una comunidad hereditaria (los
comuneros tendrán cuotas sobre el conjunto del activo hereditario, no sobre cada
bien). En el Derecho catalán, no es posible que una parte de la herencia se
difiera en vía testada y otra por la vía intestada.

Instrumentos al servicio de la universalidad del título de heredero: a) aceptación


del heredero (también sería universal en el sentido que solo hace falta un único
acto de aceptación y no tantos como bienes distintos haya en la herencia); b) la
acción de petición de la herencia: sería como una reivindicatoria universal.

3. La incompatibilidad entre los fundamentos sucesorios: los fundamentos son


las distintas maneras de ordenar una acción, y en una misma sucesión no puede
haber herederos con fundamentos diferentes. Esta incompatibilidad no impide
que cuando la herencia se difiere por un fundamento voluntario, hay
atribuciones sucesorias ordenadas por la ley (ej. legítimas), y que cuando la
herencia se difiere por vía intestada, puedan tener eficacia atribuciones
voluntarias (ej. legados ordenados en codició, que gravarán a los herederos

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intestados). Existe una jerarquía: el último recurso es el legal, en defecto de
heredamiento o testamento válido y eficaz; y entre el heredamiento y el
testamento, hay preferencia del heredamiento (heredamiento posterior o anterior
al testamento).

4. “Semel heres, semper heres”: se tienen por no formuladas en la institución de


heredero la condición resolutoria y los términos suspensivos y resolutorios.

o Se admite la condición suspensiva, porque si se cumple y después se


acepta, hay retroactividad hasta el momento de la muerte. Lo que
equivale a una condición suspensiva es un plazo inicial incierto (ej.
designo a B heredero para después de la muerte de F). Se rechaza el
plazo cierto (ej.
de aquí a 3 años).

o No se admite ni la condición resolutoria (ej. designo heredero a B pero


sometido a la condición resolutoria de tener un hijo).

o Si que se admite el legado bajo condición o plazo, de cualquier tipo.

o Si que se admite el modo sucesorio. A diferencia de la donación modal,


aquí no tiene cabida la revocación del título de herederos.

o La verdadera excepción al principio es la sustitución fideicomisaria. Es


un caso de institución sucesiva del heredero. Puede ser condicional o a
plazo. El fiduciario será heredero, pero no para siempre, el
fideicomisario puede llegar a ser heredero, pero no habrá sido siempre.

2. LOS TÍTULOS SUCESORIOS Y LA SU ATRIBUCIÓN. CLASES DE


TÍTULOS SUCESORIOS.

La misma idea de sucesión implica la existencia de un título sucesorio, un título


adquisitivo que justifica por qué se adquiere, y que explica las líneas básicas de cómo se
adquiere. Existen dos títulos sucesorios: título universal, el de heredero, y uno
particular, el legatario. Los títulos sucesorios derivan de un fundamento sucesorio,
mecanismo por el que se regula o establece el marco inicial de la sucesión de una
persona. Existen tres fundamentos de la vocación sucesoria: testamento, pacto sucesorio
y la ley.

3. EL TÍTULO DE HEREDERO. EL TÍTULO DE LEGATARIO. SU


EFICACIA

EL TÍTULO DEL HEREDERO.

Heredero como sucesor universal: el heredero sucede en todo el derecho de su


causante, lo que implica la adquisición de todos los bienes y derechos transmisibles del

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causante, y la subrogación en las deudas del causante. El sucesor ocupa la misma
posición del causante, tanto en las situaciones activas como en las pasivas. La idea de
universalidad no implica que el heredero deba ser único, puede haber una pluralidad de
herederos, cada uno de los coherederos sucede en una cuota del patrimonio del causante.
La designación de heredero puede hacerse en testamento, en heredamiento, o por la ley.

Cualidad de heredero: el título de heredero no se atribuye con carácter inmediato, sino


que es preciso que el llamado a la herencia lo acepte. El llamado que repudia la herencia
no asume ni el título ni la cualidad de heredero. El heredero puede vender su herencia,
pero no puede vender su cualidad de heredero, lo que tiene como consecuencia
fundamental que seguirá siendo responsable de las deudas hereditarias. La cualidad de
heredero implica la realización de actos que sólo podría realizar el heredero o la persona
llamada a serlo, como la aceptación de la herencia. La simple administración de la
herencia no es suficiente para asumir la cualidad de heredero.
Cuando una persona asume la cualidad personal de heredero sin ostentar el título
sucesorio correspondiente será denominado heredero aparente.

La sucesión universal en el activo: todo el activo que no se extingue con la muerte del
causante se transmite al heredero. En el caso de que sean más de un heredero, los
herederos adquirirán el patrimonio hereditario en proporción a las cuotas respectivas.

La sucesión en las deudas: el hecho de aceptar la herencia y convertirse en heredero,


comporta la adquisición no solo del activo, sino que también del pasivo hereditario, el
heredero sucede al causante en las deudas de las que éste era titular. El heredero se
convierte en el nuevo deudor de la obligación sin que se produzca la novación. Es el
único título que permite la transmisión de las deudas sin necesidad del consentimiento
del acreedor. Si hay una pluralidad de heredero, las deudas se dividen automáticamente
entre ellos, en proporción a sus cuotas respectivas.

La posesión de la herencia: tras la aceptación, el heredero adquiere la titularidad de los


bienes. Toma posesión de la herencia, considerada como universalidad, y no de los
distintos bienes concretos que la integran. Para adquirir la posesión no es preciso
realizar actos adquisitivos de la posesión sobre cada uno de los bienes que la integran,
sino que basta con adquirir la posesión de uno cualquiera de ellos. Mientras que la
herencia está yacente, los herederos pueden tomar posesión de los bienes. Los efectos de
la aceptación se retrotraen al momento de la muerte del causante.

EL TÍTULO DE LEGATARIO.

Los sucesores pueden adquirir bienes a título particular, mediante los legados. El
beneficiario del legado no responderá de las obligaciones del causante, si bien podrá
quedar afectado por ellas (si con los bienes hereditarios no hay suficiente para pagar las
deudas, los legados se podrán reducir e incluso suprimir).

Es un título particular, su objeto es un bien concreto, que está perfectamente


identificado e individualizado. Serán bienes o derechos reales o de crédito

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determinados, o una prestación determinada. En la sucesión de este título, se interpone
otra persona, normalmente el heredero, y la eficacia del título es más restringida, de
manera que, por ej., no se produce la transmisión de las deudas. El título de legatario
tiene una eficacia limitada, ya que para que culmine su eficacia adquisitiva es necesaria
la intervención de un tercero, como el albacea, el heredero gravado por el legado, o el
legatario gravado con un sub-legado.
El legatario tiene acción contra la persona gravada para reclamar la entrega o el
cumplimiento del legado exigible y si procede, contra la persona facultad para cumplir
los legados. El legatario no asume el título fundamentador.

Atribuciones mortis causa no sucesorias

a) Si el causante tiene la voluntad de atribuir al legatario de un bien no propio,


sino un bien ajeno.

b) El causante destina una parte de sus bienes a sufragios y obras pías, o a los
pobres en general. Los bienes que corresponda se venderán, para dar al dinero
obtenido la aplicación señalada por el testador.

c) El causante puede ordenar que la totalidad de su patrimonio se liquide,


para reducirlo a dinero y dar a este dinero la destinación establecida. Se
denominan atribuciones liquidatorias, si la facultad liquidatoria afecta a toda la
herencia, existirá respecto a ésta un beneficiario de la atribución, pero no un
sucesor.

4. CAPACIDAD PARA SUCEDER. INHABILIDAD. INDIGNIDAD.

Supervivencia.

De entrada, hace falta distinguir entre la capacidad para suceder (capacidad para recibir
la delación, como heredero o como legatario) y la capacidad para aceptar o repudiar
(capacidad para ejercer esa delación).

En el momento de la muerte del causante: hace falta haber nacido o, como mínimo, estar
concebido; hace falta sobrevivir. Por lo tanto: si el designado premuere al causante, no
recibirá la delación; la supervivencia hace falta probarla, si el causante y el heredero han
muerto por una misma causa o circunstancia, la supervivencia del heredero o legatario
exige prueba de estar vivo 72h más que el causante.

a) Se puede tener capacidad para suceder (sobrevivir al causante) pero haber


muerto antes del ejercicio de la delación. La delación la recibirán los herederos
del sucesor por ius transmissionis (si el llamado muere sin haber aceptado ni
repudiado la herencia deferida, el derecho a suceder mediante la aceptación de la
herencia y el de repudiar se transmiten siempre a sus herederos).

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b) Puede pasar también que, aunque tenga capacidad para suceder, no se tenga
capacidad para aceptar.

c) O que, para tratarse de una institución de heredero u ordenación de legado


sometidos a condición suspensiva, sea necesario estar vivo en el momento de
cumplirse.

d) El caso de la sustitución fideicomisaria: 1) por el fiduciario, las reglas son las


descritas (supervivencia del causante, a la condición suspensiva…); 2) para el
caso de heredero sucesivo o fideicomisario, hace falta distinguir:

i. Regla general: hace falta estar vivo o concebido en el momento


de cumplirse la resolución resolutoria o el plazo final.

ii. Fideicomiso a plazo: si el fideicomisario estaba vivo en el


momento de la muerte del causante, adquiere el derecho al
fideicomiso, aunque muera antes de la llegada del plazo.

iii. Pasará sus derechos a sus herederos. El fideicomitente o


causante puede excluir esta transmisibilidad. Fideicomiso
condicional: no se altera la regla general. El fideicomitente
puede disponer lo contrario.

Inhabilidad e indignidad para suceder:

La indignidad recoge supuestos de mal comportamiento hacia el causante; la


inhabilidad, de riesgo de captación de voluntad (sospecha). Afecta tanto a los llamados
como a los herederos, sea cual sea el fundamento sucesorio, como a los legatarios. El
régimen de ineficacia de las atribuciones hechas a un inhábil o indigno es idéntico:

– Solo es invocable por las personas que resultarían inmediatamente favorecidas si


se declara la indignidad o inhabilidad.

– La acción declarativa caduca: pasados 4 años desde que el legitimado conoce o


puede conocer la causa de inhabilidad o indignidad y, en cualquier caso, pasados
4 años desde que el indigno o inhábil ha tomado posesión de los bienes.

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Lección 11: El objeto de la sucesión: La herencia.

1. CONCEPTO. LA DESIGNACIÓN DE LA HERENCIA COMO


UNIVERSALIDAD.

El patrimonio del causante, con su muerte, se convierte en herencia: universalidad


integrada por todas las posiciones activas y pasivas que pertenecían al causante y que no
se extinguen con la muerte. Por lo tanto, se excluyen las posiciones y derechos
personalísimos (por ej. potestad parental; derecho de alimentos) o los vitalicios
(usufructo, renta vitalicia…).

Ya se ha visto que se puede hablar de sucesión (y de adquisición en virtud de título


sucesorio) en relación con bienes extrahereditarios (por ej. legado real sobre derecho
constituido ex novo por el causante y legado obligacional de cosa ajena).

Se ha dicho también que la configuración de la herencia como universalidad tiene una


función instrumental: el causante puede designar un sucesor de todo su patrimonio sin
necesidad de relacionar todos y cada uno de los elementos que la integran; solo hace
falta un único acto de aceptación o repudiación… Más allá, regirán las reglas propias de
las universalidades: los frutos y rentas de los bienes hereditarios engordan la herencia y
actuará también el principio de subrogación real (serán bienes que devienen hereditarios
sobrevenidamente).

La composición de la herencia: activo y pasivo: Es la composición ordinaria de todo


patrimonio, aunque a veces da la sensación de que se reserva por el activo; en otros,
esto no pasa. Donde se hace muy evidente la diferencia es en su comunidad hereditaria,
que se proyecta solo sobre el activo, mientras que el pasivo sigue un régimen bien
distinto.

Cuando la transmisión de las deudas (que pide, en caso de hacerse entre vivos, el
consentimiento del acreedor), es realmente un mal menor en caso de muerte del deudor.

2. LA HERENCIA COMO OBJETO DE DERECHO. LA


ENAJENACIÓN DE LA HERENCIA. LA ACCIÓN DE
PETICIÓN DE HERENCIA.

Actuaciones jurídicas que se proyectan sobre la herencia:

a) La venta de herencia: el vendedor solo responde de su calidad de sucesor


universal si no se han enumerado las cosas (y derechos) que la integran. Quiere
decir:

a. En caso de falta de enumeración de los bienes: que si los bienes no


funcionan, se sufre evicción, hay menos bienes de los que se creía… no
se puede exigir responsabilidad al heredero; que si el vendedor resulta
que no es heredero, si que se le podrán exigir responsabilidades, aunque

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ninguno le esté reclamando ningún bien (es un régimen más riguroso que
el de evicción).

b. En caso de enumeración de los bienes: responde como cualquier


vendedor (saneamiento, evicción).

En ningún caso quiere decir que el título de heredero sea objeto de compraventa.

b) La acción de petición de herencia: el heredero tiene la acción de petición de


herencia contra quien la posee, para obtener el reconocimiento de la calidad de
heredero y la restitución de los bienes como universalidad, sin tener que probar
el derecho de su causante sobre los bienes que la constituyen. También procede
contra los sucesores del heredero aparente o del poseedor y contra los
adquirientes de la totalidad de la herencia o de una cuota de esta. El heredero
aparente o poseedor vencido por la acción debe restituir al heredero real los
bienes de la herencia, pero se excluyen los bienes adquiridos por terceros de
buena fe.

No hay necesidad de prueba porque no se discute si el causante era o no el


titular, sino quien tiene derecho a poseerlos por ser el heredero. La acción tiene
carácter imprescriptible. No es posible usucapir el título de heredero ni todo el
patrimonio hereditario en un mismo momento. Es una acción que se atribuye al
heredero por su condición de heredero o título de sucesor universal. No es una
acción que perteneciera al causante y ahora pertenece al heredero, es una acción
nueva. Se puede interponer mas de una acción cuando haya más de una persona
que esté poseyendo diferentes bienes de la herencia.

También es posible que necesite interponer otra acción para hacer evidente la apariencia
del título de aquel que posee los bienes de la herencia y la realidad de su título de
sucesor, como la acción de nulidad del testamento en virtud del cual fue llamada la
persona que está poseyendo los bienes.

Diferencia con la acción declarativa de la condición de heredero, en la que se pide una


sentencia que declare el título o condición de heredero, no se añade ninguna prestación
restitutoria, por eso no es necesario que el demandado esté en posesión de los bienes.
Acción imprescriptible.

Diferencia con acción reivindicatoria: que es acción imprescriptible. Si el heredero usa


esta acción, está usando una acción que ya pertenencia al causante y que ahora le
pertenece. Se deberá probar la titularidad del causante.

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Lección 12: El ejercicio de la delación: aceptación o repudiación de la
herencia.

1. FASES DE ADQUISICIÓN DE LA HERENCIA.

Los distintos momentos (fases jurídicas) que se pueden distinguir entre la muerte del
causante y la adquisición de la herencia (como universalidad o bienes hereditarios en
particular), son:

1. El momento de la muerte o momento de apertura de la sucesión: el


patrimonio del causante deviene herencia; será el momento en el que se
retrotraen los efectos de la aceptación (con la finalidad de evitar la situación de
vacancia del patrimonio).

2. Vocación: temporalmente coincide con el momento de la muerte. Sería la


determinación de todas aquellas personas que puede llegar a ser sucesores (así,
si hay testamento, tanto los sucesores testados como los intestados, tanto los
herederos como los sustitutos vulgares…). Para poder suceder hará falta, como
mínimo y como regla general, tener capacidad sucesoria en ese momento (en el
caso de que se deba cumplir una sucesión suspensiva, la capacidad debe
mantenerse más allá y en el caso de las sustituciones fideicomisarias, el
fideicomisario deberá tener la capacidad en el momento en que llegue el plazo o
en que se cumple la condición).

3. Delación: temporalmente puede coincidir o no con el momento de la muerte del


causante. Se puede entender en dos sentidos:

a. Ofrecimiento de la herencia a alguno de los convocados (según el orden


de preferencia de la vocación: sucesión intestada solo puede tener lugar
en defecto de heredero instituido, y es incompatible con el heredamiento
y con la sucesión testada universal; la sucesión testada universal solo
puede tener lugar en defecto de heredamiento).

b. El derecho que el llamado a la herencia tiene para aceptar o repudiar


libremente.

La delación como derecho o facultad:

I. Lo seria de adquirir o repudiar por medio de los actos de


aceptación o repudiación. Este es el sistema adquisitivo del
heredero. Pero juntamente con este sistema (que es el general),
estaría el sistema de adquisición por delación, que quiere decir
que, producida la delación, se adquiere sin necesidad de

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aceptación, aunque siempre podría repudiarse (salvo que la
adquisición se consolide con una aceptación expresa o tácita que,
realmente, lo que implicaría sería la renuncia a la facultad de
repudiar). Supuestos: a) Legados y b) Delación fideicomisaria.

II. Es un derecho transmisible mortis causa: ius transmissionis a


favor de los herederos.

III. Es un derecho incaducable. A propósito de esta incaducabilidad,


hace falta tener en cuenta:
• El riesgo que, mientras no se ejerce, el poseedor de los
bienes (si es que es alguien distinto al delado) acabe
usucapiendo.
• La interrogatio in iure: es la manera de forzar el ejercicio
de la delación.

4. La herencia yacente: En aquellos ordenamientos en los que, como en el


catalán, la herencia se adquiere mediante la aceptación (art. 411-5 CCCat), se
dice que la herencia está yacente por la existencia de un período de tiempo, entre
la apertura de la sucesión y la aceptación del llamado, en el que los bienes y
relaciones que se imputaban al causante carecen de titular actual. Hace falta
administrarla.

o Legitimados: a) Persona facultada por el causante o albacea; b) El


administrador designado judicialmente a instancia de cualquier heredero
llamado.

o Ámbito y reglas de actuación: Solo tomarán posesión de la herencia,


actos de conservación, defensa y administración. En el caso de haya más
de un llamado: legitimación individual para actos de defensa y
conservación, pero para actos de conservación ordinaria.

o Plazo: Si se trata de un llamado-delado, los actos anteriores no implican


aceptación (tácita) de la herencia salvo que se hagan a título de heredero.
Si hay más de un llamado-delado, no hay suficiente con la aceptación
para poner fin a la situación de herencia yacente. Mientras que los otros
no se acaben de decidir, la administración la tiene (o los que vayan
aceptando, según las reglas de la comunidad ordinaria).

2. LA CONFIGURACIÓN DE LOS ASPECTOS DE LA ACEPTACIÓN Y


REPUDIACIÓN.

La aceptación y repudiación de la herencia son actos jurídicos voluntarios unilaterales y


libres del llamado mediante los que se manifiesta la adhesión o se rechaza la delación
que se le ofrece.

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Presupuesto de la aceptación y de la repudiación es la certeza de la delación, el llamado
a la herencia puede libremente aceptarla o repudiarla a partir del momento en que tiene
conocimiento de que se ha producido la delación a su favor (art. 461-1.1. CCCat).
Previo a la emisión de la voluntad es que se constate que ha tenido lugar la apertura de
la sucesión, que, efectivamente, existe el llamamiento, el título hereditario (que se
ofrece) y que tiene conocimiento de este, no basta según la previsión legal, meramente
con la existencia de la delación.

De la aceptación y repudiación, se predican una serie de datos comunes que contribuyen


a cualificarlas, notas que se encarga de recordar la normativa: Se trata de actos jurídicos
que pertenecen a la categoría de la declaración de voluntad, y, específicamente reciben
la calificación jurídica de ser negocios jurídicos. Son negocios jurídicos de carácter
unilateral, inter vivos y además no recepticios. Son unilaterales porque únicamente se
precisa de la emisión de la voluntad de quien acepta o repudia; inter vivos porque su
eficacia es en vida de la persona (el llamado) pese a que la adquisición se produzca a
raíz de la muerte de una persona, y son no recepticios porque la declaración se
perfecciona con la emisión, no requiere de un acto del destinatario (quien aquí, por
definición, ya ha fallecido), ni que se notifique a quien sea afectado por ella.

Asimismo, son actos jurídicos personales e individuales de manera que en caso de que
exista una pluralidad de llamados a la herencia cada uno de los coherederos puede
aceptarla o repudiarla con independencia de los demás (art. 461-1. 2 CCCat). El carácter
personal no exige que deba intervenir directamente el llamado ya que es posible
efectuarlos a través de representante ya voluntario (con poder) ya legal (padres, tutores,
art. 461-9 CCCat).

Otro dato que cualifica a este negocio es su indivisibilidad.

La aceptación y repudiación una vez hechas válidamente son irrevocables (art. 461-1.3
CCCat). Irrevocabilidad que se deriva de su configuración como acto jurídico unilateral
no recepticio: la declaración de voluntad deviene inamovible desde su emisión.

El último dato que se predica de estos actos jurídicos se refiere a su eficacia, la


retroactividad: los efectos de la aceptación y de la repudiación se retrotraen siempre al
momento de la muerte de la persona a quien se hereda (art. 411-5 CCCat).

3. LA CAPACIDAD PARA ACEPTAR O REPUDIAR.

La regla general acerca de la capacidad se recoge en el art. 461-9.1 CCCat conforme al


que pueden aceptar o repudiar la herencia las personas con capacidad de obrar. Es la
capacidad de obrar que se predica de las personas físicas mayores de edad no
incapacitadas y de las personas jurídicas (asociaciones, fundaciones) que estén
válidamente constituidas. Se trata de la capacidad general, es independiente y no debe
confundirse con la capacidad requerida para suceder.

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La capacidad y los requisitos que se exijan para aceptar o repudiar las herencias
deferidas a su favor, a las personas jurídicas, ya sean de derecho privado como de
derecho público, son las establecidas en las respectivas normas por las que se regulan.
En todo caso, siempre se efectúan mediante la intervención del órgano u órganos a los
que corresponda.

En cuanto a las personas físicas existen una serie de supuestos que deben considerarse
particularmente:

1. Menores de edad: el menor no puede aceptar ni repudiar por sí, son los titulares
de la potestad y de la tutela (representantes legales) los que lo hacen, pero han
de recabar autorización judicial para aceptar sin beneficio de inventario y para
repudiar (art. 461-9.2 y arts. 236-27.1 d) CCCat). El menor emancipado o el
que haya obtenido la habilitación de edad puede aceptar por sí las herencias que
se le hayan deferido y no necesita por lo tanto de complemento de capacidad
alguno cuando la aceptación sea a beneficio de inventario, del que goza de pleno
derecho (art. 461-16 CCCat). Sí que debe contar con el complemento de
capacidad si repudia (arts. 461-9.1 CCCat).

2. Incapacitados judicialmente: para calificar su capacidad ha de estarse a


la sentencia de incapacitación, cuando sea total, ya que es la que fija la extensión
de la misma y si pervive o no la capacidad para aceptar (art. 760 LEC).

4. LA «INTERROGATIO IN IURE».

Los herederos no tienen un plazo para ejercer su derecho a aceptar o repudiar la


herencia (art. 461-12.1 CCCat). Puede haber personas que no siendo herederos, puedan
tener un interés en que el llamado diga si acepta o repudia. La interrogatio in iure
permite a terceros interpelar judicialmente al heredero para que manifieste si acepta o
renuncie.
- Procedimiento: es un acto de jurisdicción voluntaria ante el Juez de 1ª instancia.

- Legitimación: en cuanto a la legitimación activa, cualquier interesado. La pasiva, el


heredero llamado que todavía no ha ejercitado la delación.

- Plazo para la interpelación: tiene que haber pasado un mes desde que el llamado
recibió la delación. Para pronunciarse el interpelado tiene 2 meses desde el
emplazamiento judicial. Si en esos dos meses no se pronuncia, se entiende que ha
repudiado, excepto si es un menor de edad o incapaz, que se entiende que acepta la
herencia a beneficio de inventario. Si el llamado acepta debe hacerlo ante el notario
o ante el juez

Efectos de la interrogatio in iure:

– Si el llamado acepta, debe hacerlo ante Notario o ante el Juez.

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– Si el llamado no se pronuncia dentro del plazo previsto se entiende que repudia
la herencia.

– Excepción: menor de edad o incapaz, se entiende que acepta la herencia a

5. LA REPUDIACIÓN.

La repudiación es el negocio jurídico (declaración de voluntad) mediante el que se


rechaza el ingreso, en el patrimonio, del título hereditario que se ofrece; técnicamente
aunque está próximo a la renuncia no se debe equiparar a ésta ya que mientras se
renuncia a algo que ya se tiene (un derecho, poder, facultad) de forma que siempre hay
una dejación (abdicación) de lo que se tiene, mediante la repudiación se persigue evitar
o paralizar que tenga lugar la adquisición (omissio adquirendi).

La repudiación sólo puede ser expresa y formal. Ha «de hacerse de forma expresa en
documento público o mediante escrito dirigido al juez competente (art. 52.4º. LEC) para
conocer de la testamentaría o del abintestato» (art. 461-6.1 CCCat). Recuérdese que, a
su vez, en el art. 1280, 4° CC se exige la constancia en documento público de la cesión,
la repudiación y la renuncia de los derechos hereditarios. El silencio no tiene ningún
significado especial, es decir no se interpreta como repudiación, de la misma manera
que la simple manifestación de rechazo, sin cumplimentar la forma, no tiene eficacia
alguna.

No existe aceptación tácita sino repudiación cuando el llamado renuncia gratuitamente a


favor de las personas a las que habría de ser deferida la herencia y cumple los requisitos
de forma establecidos para la repudiación de la herencia (art. 461-6.2 CCCat).

Son efectos de la repudiación efectuada en forma:

a) La desaparición de la delación a favor del llamado que da lugar, según el caso, al


incremento sucesorio, a que sean llamados los sucesores con derecho a la parte
de quien repudió, o se llame a los sustitutos vulgares, o a los sucesores
abintestato.

b) Quien repudia la herencia testamentaria si es llamado a la misma a través de la


sucesión intestada puede aceptar ésta pero está sujeto a los legados,
fideicomisos, las condiciones y las demás cargas que haya impuesto el testador
(art. 461-11.1 CCCat). En apariencia este efecto parece estar en contradicción
con el principio nemo pro parte, sin embargo no es así. Se ha de tener en cuenta
que, de una parte, la coexistencia de la voluntad del causante (testada) y la de la
ley tiene carácter de sanción para el llamado que mediante la repudiación
pretende evitar la voluntad, de otra que lo que se mantiene es la voluntad no
como testamento sino como codicilo (art. 422-6.1 CCCat).

13
c) La repudiación de una herencia creyendo que era intestada no perjudica a quien
repudia si ha sido llamado a la sucesión en testamento o pacto sucesorio (art.
46111.2 CCCat).

d) Asimismo, el repudiante conserva las donaciones que hubiere recibido del


causante y el derecho a representar al causante en otra sucesión (arts. 432-1 y
4417.3 CCCat).

Repudiación en perjuicio de acreedores.

Se trata de una acción reconocida a los acreedores del heredero (461-7CCC). Está
basada en la responsabilidad universal del deudor (art. 1911CC). La repudiación hecha
por el heredero en su perjuicio, no tiene efectos frente a ellos, no les es oponible.
Pueden dirigirse contra los bienes que hubiesen correspondido al heredero. La
repudiación en si es válida. La acción tiene como finalidad evitar el perjuicio que se
deriva para los acreedores de la falta de ingreso de unos bienes en el patrimonio del
deudor bienes que podrían perseguir para satisfacer su crédito si aquél aceptara la
herencia.

6. LA ACEPTACIÓN. PURA Y SIMPLE, O A BENEFICIO DE INVENTARIO.

La aceptación es la declaración de voluntad (negocio jurídico unilateral) mediante el


que se asume el título hereditario y se adquiere la herencia, implica el ejercicio del ius
delationis (así lo explicita el título del art. 461-1 CCCat). La aceptación de la herencia
(forma) puede ser expresa o tácita (art. 461-3 CCCat):

a) Aceptación expresa: La aceptación expresa (art. 461-4 CCCat) se ha de hacer en


documento público o privado. Además, en estos documentos ha de contenerse la
voluntad de aceptar la herencia o la de asumir el título hereditario (art. 461-4
CCCat). Aunque sea un acto formal, no es necesario que strictu sensu, la
escritura sea un documento exclusivo de aceptación sino que es suficiente con el
soporte formal, de manera que puede contenerse en otra escritura o documento
que se otorgue con ocasión de otro acto jurídico (capítulos matrimoniales, por
ejemplo).

b) Aceptación tácita: en la declaración tácita no existe, propiamente la


manifestación de voluntad sino su actuación (facta concludentia); dicho de otra
forma, de la conducta de la persona se deduce la voluntad de asumir el título. En
concreto, aquí la voluntad se deduce del ejercicio (puesta en práctica) del
contenido típico del título hereditario (la pro herede gestio); lo que se efectúa a
través de actos que suponen necesariamente la voluntad de aceptar o que no
habría derecho a ejecutar sino con la cualidad de heredero; se trata, por lo tanto,
de actos inequívocos de los que no cabe dudar sobre su significado. La previsión
legal permite distinguir dos grupos de actos que suponen aceptación tácita:

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a. Actos que, aún equívocos porque puede realizarlos quien no es heredero,
se ejecutan con fundamento en el título o la cualidad de heredero, son los
actos posesorios, los de conservación, vigilancia y administración de la
herencia y la promoción de acciones en defensa de los bienes cuando se
ejerciten cómo heredero (art. 411-9. 1 y 2 CCCat).

b. Actos que únicamente se pueden ejercitar a título de heredero, en los que


se tiene en cuenta el dato objetivo y se prescinde de cual sea la voluntad
de la persona. Enumera la norma, entre estos, los que suponen ejercicio
del ius delationis como son (art. 461-5 CCCat): 1. La venta, la donación
o la cesión del derecho a la herencia que el llamado efectúa a favor de
todos los coherederos o de alguno de ellos, o de un tercero; 2. La
renuncia del derecho a suceder si se hace a cambio de una
contraprestación, en cuyo caso no existe renuncia auténtica (la
abdicativa) sino cesión.

La aceptación pura y simple.

Existe esta aceptación en los casos en que el heredero no haya realizado inventario en la
forma y tiempo establecidos (seis meses desde el momento en que conoce o puede
conocer razonablemente la delación, art. 461-15.1 CCCat). La simple manifestación de
que se acepta de manera pura y simple no impide la limitación de responsabilidad (los
efectos del beneficio de inventario) si se hace inventario en tiempo y forma y se cumple
con las reglas de la administración beneficiaria (art. 461-17 CCCat).
La aceptación a beneficio de inventario.

El beneficio de inventario, como se dijo, no es estrictamente una forma de aceptación


sino uno de los modos en que se produce la adquisición hereditaria en orden a la
responsabilidad del heredero, el régimen adquisitivo. Aunque acostumbran a ir unidas,
aceptación y beneficio de inventario, se trata de actos diferentes y pueden producirse en
tiempos distintos. El beneficio de inventario puede describirse como la facultad que se
concede a cualquier heredero que haya aceptado la delación, sea cual sea la modalidad
de la institución y cumpliendo con los requisitos establecidos, que le permite mantener
separado su patrimonio personal del patrimonio heredado y limitar la responsabilidad
por las deudas del causante y cargas hereditarias intra vires hereditatis (art. 461-20
CCCat).

Por tanto, el heredero puede adquirir la herencia a beneficio de inventario, siempre y


cuando tome inventario de la misma, antes o después de la aceptación en el plazo de 6
meses, formalizándolo ante notario, escrito dirigido al juez competente o documento
privado (a efectos del impuesto). Se han de reseñar los bienes relictos, sin necesidad de
valorarlos, y las deudas y cargas hereditarias, con indicación de su importe.

7. IMPUGNACIÓN DE LA ACEPTACIÓN Y REPUDIACIÓN.

15
Indica el art. 461-1.1 CCCat que «el llamado puede libremente aceptarla o repudiarla»,
al carácter voluntario se agrega el de libertad lo que explica que sean aplicables a estos
actos las reglas sobre los vicios que afectan al consentimiento en cuanto a su contenido
(error, dolo) y a la autonomía (violencia, intimidación) y que originan la anulabilidad.
Indica, en este sentido el art. 461-10.1 CCCat que «son nulas la aceptación y la
repudiación hechas sin cumplir los requisitos legales de capacidad o con la voluntad
viciada por error, violencia, intimidación o dolo». El concepto de estos vicios del
consentimiento es el ya conocido de la teoría general del contrato (negocio) a lo que nos
remitimos. A lo que se debe añadir que el error sólo provoca la nulidad si es excusable y
fue determinante de la prestación de la aceptación o repudiación. Se considera un caso
específico de error la aparición posterior a la aceptación o repudiación de un testamento
que se desconocía y que altera sustancialmente el contenido del título sucesorio
aceptado o repudiado.

La acción que corresponde ejercitar cuando concurre una de las causas citadas es la de
impugnación o anulabilidad, y persigue que se declare la nulidad del acto
(aceptaciónrepudiación) viciado y el restablecimiento de la situación; declarada la
nulidad el llamado podrá de nuevo emitir su declaración. La acción de impugnación
tiene marcado el plazo de caducidad, que es de cuatro años que empiezan a computarse
a partir de la realización del acto en el caso del error, de que haya cesado la intimidación
o la violencia, o de que se haya tenido conocimiento del engaño en el caso del dolo (art.
461-10.2 CCCat).

16
Lección 13 : El régimen de adquisición de la herencia.

1. LOS EFECTOS DE LA ACEPTACIÓN PURA Y SIMPLE. CONFUSIÓN DE


PATRIMONIOS Y RESPONSABILIDAD.

La aceptación pura y simple en la actualidad ha dejado de ser la regla general, como


sucedía en el sistema anterior al Código Civil. Existe esta aceptación en los casos en que
el heredero no haya realizado inventario en la forma y tiempo establecidos (seis meses
desde el momento en que conoce o puede conocer razonablemente la delación, art.
46115.1 CCCat). La simple manifestación de que se acepta de manera pura y simple no
impide la limitación de responsabilidad (los efectos del beneficio de inventario) si se
hace inventario en tiempo y forma y se cumple con las reglas de la administración
beneficiaria (art. 461-17 CCCat).

Por lo tanto, la aceptación pura y simple, también la denominamos sin beneficio de


inventario (porque no se ha hecho o no se ha hecho bien el inventario; porque se ha
hecho pero no se quiere gozar del beneficio, o porque se ha perdido el beneficio de
inventario). Efectos:

1. Se produce una confusión de patrimonios, de manera que el heredero


responde de las deudas del causante y de las cargas hereditarias no solo con los
bienes relictos, sino también con los bienes propios, indistintamente.

o Cargas hereditarias: son los gastos de enfermedad, entierro, de toma de


inventario y partición de la herencia, de defensa de los bienes de la
herencia mientras está yacente.

o El beneficio de separación de patrimonios : los acreedores por deudas del


causante y los legatarios pueden solicitar al juez competente que el
patrimonio hereditario sea considerado separado del privativo del
heredero, para salvaguardar su derecho ante los acreedores particulares
del heredero, y también los acreedores del heredero para salvaguardar su
derecho ante los acreedores por deudas del causante. Los acreedores del
causante y los legatarios que obtengan el beneficio de separación de
patrimonios tienen derecho preferente para cobrar los créditos y percibir
los legados respecto a los acreedores particulares del heredero, pero,
mientras no se haya pagado a los acreedores particulares, no podrán
perseguir los bienes privativos del heredero. Este último efecto también
se produce si el beneficio se concede a instancia de algún acreedor del
heredero.

2. Se extinguen, por confusión, los derechos y créditos del heredero contra la


herencia, de los que puede efectuarse pago, y las obligaciones del heredero a
favor de la herencia.

17
Como consecuencia de esta caracterización los acreedores de la herencia pueden
pretender el cobro de sus créditos, indistintamente, con cargo a los bienes hereditarios y
a los bienes del heredero (art. 461-18 CCCat).

2. LOS EFECTOS DE LA ACEPTACIÓN EN BENEFICIO DE INVENTARIO.


SEPARACIÓN DE PATRIMONIOS Y RESPONSABILIDAD LIMITADA.

La aceptación de la herencia a beneficio de inventario produce los efectos siguientes


(art. 461-20 CCCat):

1. La separación del patrimonio hereditario del patrimonio personal del heredero .


La limitación de responsabilidad en la que consiste el efecto propio de la
aceptación beneficiaria se consigue mediante la eliminación del efecto de la
confusión de patrimonios (hereditario y del heredero). Mientras no se paguen las
deudas del causante y las cargas hereditarias no se confunden para ningún efecto
en daño de los acreedores hereditarios ni del heredero, los bienes de la herencia
con los propios o privativos del heredero (art. 461-20 c CCCat). Esto implica:

o Que subsisten, sin extinguirse por confusión (art. 1192 CC), los derechos
y los créditos del heredero contra la herencia y las cargas y las
obligaciones de aquél a favor de ésta. El heredero puede hacerse pago de
dichos créditos (art. 461-20 b CCCat). La paralización de la
consolidación (art. 532-3 CCCat): se mantienen los derechos que el
heredero tuviera en los bienes del causante y, a la inversa, permanecen
los que éste tuviera en los del heredero. De manera que la extinción no
tiene lugar hasta que no se liquide la herencia.

o Que los acreedores particulares del heredero no pueden perseguir los


bienes de la herencia y que tampoco pueden perseguir los bienes del
heredero los acreedores del causante.

Frente al heredero y a acreedores ex lege se crean dos masas patrimoniales


separadas respecto a su afección de responsabilidad: la hereditaria y la particular
del heredero, de modo que la situación se presenta cómo si la muerte no hubiere
provocado la desaparición del titular de un patrimonio (el del causante) que
continúa siendo el único responsable de sus deudas.

2. La limitación de responsabilidad.
El heredero no responde de las obligaciones del causante con sus bienes propios,
sino únicamente con los bienes de la herencia hasta donde alcancen éstos (art.
461-20 a CCCat). Se trata de la responsabilidad intra vires hereditatis. No
significa que el heredero no suceda en las deudas sino que no está obligado a
liquidarlas con su patrimonio. De otra parte puede pagar con los bienes
hereditarios, o con su valor (art. 461-21 CCCat).

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Pese a que el heredero aceptante a beneficio de inventario está vinculado a los
actos propios de su causante, como cualquier heredero (art. 411-1 CCCat), sin
embargo cuando la vinculación comporte deuda hereditaria aquél sólo está
vinculado en los términos de la separación patrimonial y limitación de
responsabilidad (art. 461-20 c CCCat).

Administración de la herencia beneficiaria.

Antes de entregar o cumplir un legado, el heredero ha de pagar a los acreedores


conocidos del causante en la medida que se presenten (antes pagar que heredar), debe
pagar con el dinero que se halle en la herencia o que obtenga de la venta de los bienes
de la propia herencia. Una vez pagados todos o algunos legatarios, si aparecen
acreedores desconocidos y el remanente no es suficiente, los acreedores podrán repetir
contra los legatarios.

3. LA COMUNIDAD HEREDITARIA. RÉGIMEN JURÍDICO Y


CONFIGURACIÓN. LA EXTINCIÓN DE LA COMUNIDAD
HEREDITARIA: LA PARTICIÓN. LA COLACIÓN COMO OPERACIÓN
PARTICIONAL.

Cuando más de un llamado acepta eficazmente. Régimen jurídico:

– Las obligaciones y las cargas hereditarias se dividen entre los coherederos en


proporción a las cuotas respectivas, sin solidaridad entre ellas.

– Adquisición del patrimonio hereditario en proporción a las cuotas.

– Si no existe ninguna persona especialmente legitimada para administrar la


herencia, el juez puede, a instancia de cualquier interesado, adoptar las medidas
que crea oportunas para conservar el caudal hereditario. En defecto de persona
legitimada por el causante o nombrada por el juez, la administración
corresponde a los herederos, y un coheredero podrá llevar a cabo todos los actos
necesarios de conservación y defensa de los bienes.

– Los actos de disposición de bienes de la comunidad hereditaria se acuerdan por


unanimidad.

– Cada heredero puede disponer de su cuota hereditario. En caso de compraventa


o dación en pago a favor de un tercero que no sea coheredero, los demás
coherederos podrán ejercer los derechos de tanteo y retracto.

– Duración de la comunidad: el causante puede ordenar, y los herederos acordar


unánimemente, que no se haga la partición durante un plazo que no puede
exceder de diez años a contar de la apertura de la sucesión.

19
La partición de la herencia

Se llama partición a la separación, división y reparto que se hace de una cosa común
entre las personas a quienes pertenece. Dado que la sucesión, en el caso de ser más de
uno los herederos que aceptan la herencia, genera una forma de indivisión o comunidad
de bienes, en el sentido expresado más arriba, es precisa la partición para que cese esa
comunidad, transformando las cuotas indivisas y abstractas de cada uno de los
coherederos en partes concretas y materiales.

La partición hereditaria supone un conjunto de operaciones por las cuales se determina


el activo y pasivo del caudal hereditario y se distribuye éste entre los coherederos,
adjudicándoles bienes y derechos concretos (art. 464-10: «por la partición, cada
heredero adquiere la propiedad exclusiva de los bienes y derechos adjudicados»).
Realizada la partición, cesa la comunidad hereditaria.

¿Cuándo procede la partición? El principio general es el de la divisibilidad de la


herencia. En este sentido, el art. 464-1 establece que «todo coheredero puede pedir, en
cualquier momento, la partición de la herencia». En conformidad con este principio
general, el art. 121-2 establece la imprescriptibilidad de la acción de partición de
herencia.

Como hemos dicho, todo coheredero puede solicitar la partición de la herencia en


cualquier momento, excepto en los supuestos de indivisión ordenada por el causante o
convenida por los herederos de acuerdo con la ley. La partición la puede llevar a cabo el
causante, el albacea o contador partidor, los propios coherederos o puede darse una
partición arbitral o judicial. Efectos:

Una vez hecha la partición, los coherederos están obligados al saneamiento por vicios
ocultos y evicción de los bienes adjudicados, salvo en algunos casos previstos por la ley.
La partición podrá rescindirse por causa de lesión en más de la mitad del valor del
conjunto de los bienes adjudicados al coheredero, con relación al de su cuota
hereditaria, dado el valor de los bienes en el momento en que se adjudican. La partición
hecha por el causante no puede rescindirse por lesión. La acción de rescisión caduca a
los 4 años desde la partición y debe dirigirse contra todos los herederos.

La colación como operación particional

Se habla de colación para referirse a la agregación que hay que hacer de ciertos bienes o
valores recibidos del causante por uno o varios descendientes que sean herederos, en el
caso de que concurran con otros descendientes, también herederos en la sucesión de un
ascendiente común, para computarlos en la cuenta de la partición.

En general, se precisa la concurrencia de las siguientes condiciones:

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1. Que concurran a la sucesión varios herederos descendientes de un ascendiente
común (art. 464-17.1). Entre los herederos llamados a colacionar están
comprendidos los descendientes de segundo o ulterior grado que hereden por
derecho de representación, que deben colacionar lo que colacionaría su padre si
viviera, siempre y cuando sea también heredero el nieto o descendiente ulterior y
los bienes colacionables hayan llegado en su totalidad o en parte a poder del
representante (art. 464-18).

2. Que alguno de dichos coherederos haya recibido algunos bienes del causante de
la herencia, en vida de éste, en virtud de alguno de los títulos que originan la
obligación de colacionar (art. 464-17.1).

3. Los beneficiarios de la colación son los otros coherederos descendientes del


causante.

LA SUCESIÓN TESTAMENTARIA.

Lección 14: Los negocios mortis causa.

1. LOS TESTAMENTOS. CONCEPTO. CAPACIDAD TESTAMENTARIA.


FORMA. TIPOLOGÍA E INTERPRETACIÓN

Mediante el testamento, el causante ordena su sucesión mediante la institución de uno o


más herederos y puede establecer legados y demás disposiciones para después de su
muerte. Es un negocio jurídico mortis causa y de última voluntad, unilateral, no
recepticio, formal y personalísimo.

– Mortis causa: adquiere eficacia después de la muerte.

– De última voluntad: tiene carácter revocable (pacto sucesorio es irrevocable)

– Unilateral: recoge una sola voluntad.

– Formal: el que no corresponda con ninguno de los testamentos previstos o los


que incumplan los requisitos de forma, serán nulos.

– Personalísimo: no se puede actuar por medio de un representante

Capacidad testamentaria.

El artículo 421-3 CCCat establece que «pueden testar todas las personas que, de acuerdo
con la ley, no sean incapaces para hacerlo»; y el artículo 421-4 CCCat añade que «son
incapaces para testar los menores de catorce años y quienes no tienen capacidad natural
en el momento del otorgamiento». La regla general es, pues, la de la capacidad de testar.

21
En este ámbito, sólo existen dos incapacidades generales reconocidas por la ley: no
tener catorce años cumplidos; y carecer de capacidad natural.

Tipología y formas de testamento.

El testamento es un negocio solemne, que requiere para su validez el cumplimiento de


una forma determinada. El ordenamiento jurídico regula formas particulares para cada
uno de los tipos de testamento que reconoce (arts. 421-1 a 422-13 CCCat). Así, pues, en
la actualidad, las formas testamentarias reguladas en el derecho civil catalán son, las de
los testamentos notariales abierto y cerrado y la del testamento ológrafo.

a) Testamento notarial: el testamento se otorga en un solo acto ante notario. El


notario debe identificar al testador y debe apreciar su capacidad legal. El notario
puede pedir la intervención de dos facultativos para que certifiquen que el
testador tiene en el momento de testar suficiente capacidad y lucidez para
hacerlo. No se precisa la intervención de testigos, salvo que concurran
circunstancias especiales
en el testado (ciego, sordo o si por cualquier causa no puede firmar o declara que
no sabe o no puede leer por sí solo el testamento) o que este o el notario lo
solicite. Puede testarse en la lengua oficial de Cataluña que escoja el otorgante,
también podrá testar en una lengua no oficial con la intervención de un
intérprete designado de común acuerdo por el testador y el notario. Encontramos
dos tipos:

a. Testamento notarial abierto: el testador expresa su voluntad al notario


de palabra o por escrito, y el propio notario redacta el testamento de
acuerdo con la voluntad del testador expresando lugar, fecha y hora del
otorgamiento. Una vez redactado, el testado lo leerá y será firmado por él
o por los testigos si declara que no sabe o no puede firmar.

b. Testamento notarial cerrado: es escrito por el testador o por otra


persona por encargo suyo, con la expresión del lugar y la fecha. El
testador debe firmar en todas las hojas y al final del testamento (o
mediante firma electrónica reconocida). No pueden otorgar testamento
cerrado ni los ciegos ni quienes no saben o no pueden leer. Para la
autorización del testamento cerrado, el testador deberá presentar el sobre
cerrado que lo contiene a un notario. Una vez muerto el testador, el
notario, a instancia de parte, debe abrir el sobre que lo contiene ante dos
testimonios idóneos, debe protocolizarlo y debe autorizar a tal fin una
nueva acta.

b) Testamento ológrafo.
Testamento que el testador formaliza por sí mismo, escribiéndolo y firmándolo
de su puño y letra sin intervención de testigo alguno. Para que sea válido deberá
estar escrito y firmado por el testador con la indicación del lugar y la fecha del

22
otorgamiento. Y debe presentarse ante el juez o funcionario competente a fin de
que sea adverado y se ordene su protocolización. Pueden otorgar un testamento
hológrafo los mayores de edad y los menores emancipados.

Interpretación.

Es preciso atenerse plenamente a la verdadera voluntad del testador. Las cláusulas


ambiguas u oscuras se interpretan en sentido favorable a su eficacia, comparando unas
con las otras, y si existe una contradicción irreductible, no será válida ninguna de ellas.
Las disposiciones ininteligibles se consideran no formuladas. Las disposiciones que
imponen cualquier carga se interpretan restrictivamente.

2. EL CODICILO. CONCEPTO. FUNCIONES Y CONTENIDO.

El codicilo es un acto de disposición por causa de muerte mediante el cual se otorgan


disposiciones con cargo a los herederos testamentarios o abintestatos (legados). Cuando
ya existe testamento, sería un instrumento para completarlo o reformarlo. Cuando no
hay testamento, sirve para establecer disposiciones sucesorias a cargo de los intestados.
También sirve para disponer de los bienes reservados para disponer por vía de
heredamiento.
En codicilo no se puede instituir o excluir ningún heredero, ni revocar la institución
otorgada anteriormente. Tampoco se puede nombrar albacea universal ni ordenar
substituciones o condiciones, salvo que se impongan a los legatarios (art. 421-20.2
CCCat).

Los codicilos deben ser otorgados con las mismas solemnidades externas que los
testamentos (art. 421-20.3 CCCat).

El artículo 421-22 CCCat añade que se aplican a los codicilos, en la medida que lo
permita su naturaleza, las disposiciones de los testamentos, incluidas las relativas a su
nulidad y eficacia.

Con todo, la accesoriedad del codicilo conlleva que la nulidad del testamento implica la
de todos los codicilos otorgados por el testador salvo que sean compatibles con un
testamento anterior que deba subsistir por la nulidad del posterior (art. 422-4 CCCat).

3. LAS MEMORIAS TESTAMENTARIAS. CONCEPTO Y CONTENIDO.

La memoria testamentaria es un acto de disposición por causa de muerte de contenido


limitado y tipificado que complementa un testamento otorgado con anterioridad
respecto del que resulta accesorio.

De acuerdo con el artículo 421-21.2 CCCat, el posible contenido de las memorias


testamentarias se circunscribe a las «disposiciones que no excedan de un diez por ciento
del caudal relicto y que se refieran, entre otros, a dinero, objetos personales, joyas, ropa

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y ajuar doméstico y a obligaciones de importancia moderada a cargo de los herederos o
los legatarios». Se trata, en definitiva, de legados y disposiciones modales de moderada
importancia.

También se puede disponer en la memoria testamentaria sobre la donación de los


propios órganos o del cadáver, la incineración o la forma del sepelio (art. 421-21.3
CCCat).

Las memorias testamentarias deben cumplir básicamente dos requisitos de forma: a)


deben expresarse por escrito y firmarse en todos los folios por el testador; y b) deben
hacer alusión a un testamento anterior. Además, seguirán, en su caso, una forma
determinada cuando haya sido impuesta por el testador como requisito de validez de sus
memorias testamentarias.

Llegado el momento se deberá demostrar la autenticidad de las memorias


testamentarias. Entonces, tienen la virtualidad de completar el testamento. A dicha
validez parece referirse el precepto cuando afirma que «valen como codicilos».

La accesoriedad y dependencia que caracterizan las memorias explican que la nulidad


del testamento implique la de las memorias testamentarias otorgadas por el testador, si
no se dispone otra cosa, y salvo que sean compatibles con un testamento anterior que
deba subsistir por la nulidad del posterior (422-4.2 CCCat).

4. LA INEFICACIA DE LOS NEGOCIOS MORTIS CAUSA. NULIDAD.


REVOCACIÓN. CADUCIDAD.

El Código Civil de Cataluña regula los supuestos de ineficacia de las disposiciones


mortis causa en los arts. 422-1 a 422-13. Desde un principio hay que advertir que la
nulidad de las disposiciones mortis causa tal y como queda regulada en el artículo 422-3
CCCat no se configura como un supuesto de nulidad radical, equiparable a la que puede
predicarse respecto de los contratos.

Hay que distinguir la nulidad del documento que contiene las disposiciones de última
voluntad, de la nulidad de las instituciones, legados o disposiciones que en el mismo se
contienen, pues en ambos casos las consecuencias de la nulidad son distintas. En este
sentido, el artículo 422-4 CCCat establece con relación a la nulidad total del testamento
que «La nulidad del testamento determina que la sucesión se rija por el testamento
anterior válido o, en su defecto, que se abra la sucesión intestada. La nulidad del
testamento implica la de todos los codicilos y las memorias testamentaria otorgados
por el testador, salvo que sean compatibles con un testamento anterior que deba
subsistir por nulidad del posterior…». Respecto a la nulidad de una disposición
concreta, advierte el artículo 422-5 CCCat que «La nulidad de cualquier disposición
testamentaria no determina la nulidad total del testamento en que se ha ordenado,
salvo que se su contexto resulte que el testador no habría ordenado las disposiciones
válidas sin la disposición nula». También varían las causas de nulidad en ambos
supuestos.

24
Por último, debe señalarse que el art. 422-4.3 CCCat advierte que la caducidad del
testamento produce las mismas consecuencias que su nulidad.

La nulidad del testamento y de las disposiciones testamentarias.

De acuerdo con el art. 422-1 CCCat, las causas de nulidad del testamento son:

1. La falta de capacidad del testador: el testador debe contar al menos con


catorce años y tener capacidad natural suficiente en el momento del
otorgamiento, en otro caso el testamento es nulo (art. 421-4 CCCat). Para
otorgar válidamente testamento ológrafo es necesaria la mayoría de edad o
emancipación (art. 42117.1 CCCat).

2. La presencia de vicios en el otorgamiento: el artículo 422-1.1 CCCat establece


que son nulos los testamentos y las disposiciones testamentarias otorgados con
engaño, violencia e intimidación grave.

3. La falta de tipicidad del testamento y la presencia de defectos formales: de


acuerdo con el artículo 422-1.1 son nulos los testamentos que no se
correspondan con alguno de los tipos previstos en la ley —los testamentos
abierto y cerrado notariales y ológrafo— y aquellos en los que no hayan sido
observados los requisitos y formalidades exigidas para cada tipo de testamento
por la ley.

4. La falta de institución de heredero: La institución de heredero es condición


esencial de la validez del testamento en Cataluña (art. 423-1 CCCat). Por ello, si
el testamento la omite es nulo. Se prevén, sin embargo, dos excepciones a esta
regla general: el testamento otorgado por persona sujeta al Derecho de Tortosa;
y el que contiene nombramiento de albacea universal (art. 422-1.3 CCCat).

Son causas de nulidad de las disposiciones testamentarias que se ven afectadas (art.
4222 CCCat):

1. El error en la persona o en el objeto, engaño, violencia e intimidación grave y


error en los motivos, cuando éste ha sido determinante de la atribución.

2. Si el testador ha otorgado un testamento porque creía erróneamente, según


resulta de su contenido, que había muerto el heredero instituido en testamento
anterior, es heredero el instituido anteriormente, pero subsisten los legados y
otras disposiciones a título particular.

La acción de nulidad puede ser ejercida, una vez abierta la sucesión, por las personas a
quien puede beneficiar la declaración de nulidad. Caduca a los 4 años desde que la

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persona legitimada para ejercerla conoce o puede razonablemente conocer la causa de
nulidad. No la podrán interponer las personas legitimadas que, conociendo la posible
causa de nulidad, hayan admitido la validez del testamento después de la muerte del
testador; las personas que renuncien a la acción; y las personas que hayan ejecutado el
testamento. La acción se transmite a los herederos.

Los efectos de la nulidad del testamento son que, si había un testamento anterior
valido, regirá éste. En otro caso: sucesión intestada. La nulidad del testamento comporta
la de todos los codicilos y memorias salvo que sean compatibles con el testamento
anterior.

– La declaración de nulidad de una disposición testamentaria no determina la


nulidad total del testamento, salvo que de su contexto resulte que el testador no
habría ordenado las disposiciones válidas sin la disposición nula.

– El testamento que es nulo o deviene ineficaz por falta de institución de heredero


vale como codicilo si cumple con los requisitos del mismo.

– El testamento cerrado que es nulo por defecto de forma vale como testamento
hológrafo si cumple con los requisitos del mismo.

La revocación de las disposiciones testamentarias.

El artículo 422-8 CCCat dispone que «Las disposiciones testamentarias son


esencialmente revocables» y añade que «En todo caso de revocación subsiste el
reconocimiento de los hijos no matrimoniales». De este modo se configuran el
testamento, el codicilo y las memorias testamentarias como negocios esencialmente
revocables, cosa que significa que después de haber sido otorgados válidamente, el
otorgante puede evitar que lleguen a producir efectos manifestando que es ésta su
voluntad.

En cuanto a las clases de revocación, hay que distinguir la revocación expresa y la


revocación tácita.

La revocación expresa consiste en una manifestación de la voluntad del otorgante


expresada en un testamento posterior que tiende a privar de eficacia el acto mortis causa
anterior. En este sentido, el artículo 422-9.1 CCCat dice que «La revocación es expresa
cuando el testador la ordena en testamento». Entonces, por la revocación expresa, el
testamento posterior puede revocar el testamento anterior y también los codicilos y las
memorias testamentarias anteriores (art. 422-4 CCCat). De otro lado, algunas de las
disposiciones contenidas en el testamento pueden ser revocadas expresamente por un
codicilo posterior (art. 422-11 CCCat).

A la revocación tácita del testamento se refiere el artículo 422-9.2 CCCat en los


siguientes términos: «El otorgamiento de un testamento válido y eficaz revoca de pleno

26
derecho el testamento anterior». De este modo, y aún cuando el testador no manifieste la
voluntad revocatoria, el testamento posterior revoca siempre el anterior, con el que
necesariamente resulta incompatible, dadas las exigencias de validez que ha de reunir.
También el otorgamiento de testamento válido revoca los codicilos y memorias
testamentarias anteriores, si el testador no dispone lo contrario (art. 422-12 CCCat). Por
tanto, no producen efectos revocatorios los testamentos nulos o ineficaces ni los
testamentos caducados. Tampoco tienen eficacia revocatoria los testamentos destruidos
sin posibilidad de reconstrucción (art. 422-9.2 CCCat).

Los codicilos válidos implican la revocación de la parte del testamento anterior que
aparezca modificada o resulte incompatible. Y el otorgamiento del testamento revoca
los codicilos y memorias testamentarias anteriores, salvo que el testador disponga otra
cosa. El codicilo posterior revoca el anterior solo en aquello en que lo modifique o con
lo que resulte incompatible. La revocación expresa de un codicilo puede hacerse en otro
codicilo, y la de una memoria testamentaria puede hacerse en una memoria
testamentaria o en un codicilo posteriores.

La caducidad de los testamentos y codicilos.

La caducidad priva de eficacia a los testamentos y codicilos no notariales que no


cumplen con las formalidades exigidas para después de la muerte del causante, en el
plazo establecido por la ley. Así, se produce solamente respecto del testamento y el
codicilo ológrafo, que para que devenguen efectos deben ser autentificados y
protocolizados tras la muerte del testador (arts. 421-17 y 421- 20 CCCat).

En cuanto al plazo de caducidad, el artículo 421-19 CCCat establece que los


testamentos ológrafos caducan si no se presentan para su adveración en el plazo de
cuatro años contados desde la muerte del testador y no se protocolizan en el de seis
meses contados desde la resolución del expediente. Los mismos plazos valen para la
caducidad de los codicilos (at. 421-20.3 CCCat).

De acuerdo con el art. 422-4.3 CCCat, la caducidad del testamento produce las mismas
consecuencias que su nulidad.

Lección 15: La designación del heredero testamentario.

1. LAS DETERMINACIONES ACCESORIAS DE LA DESIGNACIÓN. EL


PRINCIPIO "SEMEL HERES, SEMPER HERES". LA CONDICIÓN
SUSPENSIVA. EL MODO

Conforme a un principio muy arraigado, que no se ha eliminado en la legislación actual


sine heredis intitutione nihil in testamento scriptum valet, el testamento ha de contener
necesariamente la institución de heredero (art. 423- 1.1. CCCat), de modo que el
testamento en el que no exista es nulo o ineficaz, aunque vale como codicilo si reúne los
requisitos de éste (art. 422-6 CCCat).

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Tanto la utilización del nombre o la calidad de heredero como la disposición a título
universal, aunque no se utilice aquella palabra, implican institución de heredero.

El heredero o herederos instituidos solo en cosa cierta, si concurren con herederos


instituidos sin esta asignación, son simples legatarios de esta. Si todos los herederos
instituidos lo son en cosa cierta, son estimados pre-legatarios de esta y, excluyendo las
cosas ciertas, serán herederos universales por partes iguales.

– Institución vitalicia: el heredero que ha sido instituido vitaliciamente, si para


después de su muerte hay otro heredero instituido, tiene el carácter de heredero
fiduciario, y el heredero posterior, el sustituto del fideicomisario condicional. Si
no hay heredero posterior o el instituido no llega a serlo, el heredero instituido
vitaliciamente será heredero universal.

– Institución de usufructo: el heredero instituido en usufructo se equipara al


heredero en cosa cierta. En consecuencia, si concurre con heredero universal,
será legatario.

Se entiende que los herederos instituidos sin asignación son llamados a partes iguales.
Si a unos se les asigna cuota y a otros no, a los que no les corresponde la parte que no ha
sido atribuido a los que sí. Si han sido instituidos herederos una persona determinada y
sus hijos, se entiende que estos son llamados como sustitutos vulgares, salvo que la
voluntad del testador sea otra.

Modalidades de la institución del heredero son: la condición (suspensiva-


resolutoria), el término (suspensivo-resolutorio) y el modo (carga o gravamen); sus
conceptos, en esta sede son los conocidos de la teoría general de las obligaciones y de
los contratos. Como regla general, la vigencia del principio semel heres semper heres
que enuncia el art. 42312 CCCat. Conforme a aquel «Quien es heredero lo es siempre y,
en consecuencia, se tienen por no formuladas en la institución de heredero la condición
resolutoria y los términos suspensivo y resolutorio». La razón que justifica la
erradicación de estas determinaciones accesorias se halla en que si se admitieran, la
manera en que se produce su efectividad cuando tiene lugar el cumplimiento de lo
previsto como accesorio (la eficacia con la que operan), permitiría que el heredero
testado dejara de ostentar esta cualidad retroactivamente.

Institución de heredero bajo condición.

La condición es un acontecimiento futuro e incierto (art. 1113 CC) del que se hace
depender la eficacia de la institución. Cuando se trata de la condición suspensiva, los
efectos derivados de ésta se hacen depender del cumplimiento/incumplimiento del
acontecimiento en el que consiste la condición (art. 423-12.2 CCCat). El heredero bajo
condición suspensiva, una vez se cumpla, acepta la herencia y la adquiere con efecto
retroactivo desde el momento de la muerte del testador. Si no cumple la condición o
muere antes de cumplirla, no llega a ser heredero.

28
• Facultades heredero bajo condición: mientras que este pendiente de cumplir la
condición podrá tomar posesión provisional de la herencia y administrarla. Si
concurre con otros herederos, y éstos ya la han aceptado y pueden hacer la
partición, el heredero bajo condición podrá intervenir.

• El cumplimiento se tiene que producir después de la muerte del testador;


impedir el cumplimiento equivale a cumplimiento; plazo de cumplimiento: el
que se fije o se deduzca (no puede exceder de 30 años desde la obertura de la
sucesión).

• Las condiciones irrisorias, imposibles, perplejas o ilícitas, y las


captatorias se tienen por no puestas. El testador tampoco puede imponer la
condición de que no se impugne el testamento o de que no se recurra a los
tribunales de justicia con relación a su sucesión. Si la formula, se tendrá por no
formulada.

El modo.

Un modo es un gravamen que se impone al favorecido por un acto de liberalidad. De


acuerdo con el art. 428-1, el modo permite al causante imponer al heredero y al legatario
o a sus sustitutos, una carga, destino o limitación que, por la finalidad a que responde,
no atribuye otros derechos que el de pedir su cumplimiento, sin que redunde en
provecho directo de quien puede pedirlo. Si el causante atribuye cualquier derecho
diferente del de pedir el cumplimiento del modo a favor de una persona o personas
determinadas, se entenderá dispuesto un legado u otra disposición por causa de muerte,
y no un modo, aunque el causante se valga de esta expresión. Para el caso de duda sobre
si el testador ha impuesto una condición o un modo, o una simple recomendación, se
dará preferencia, respectivamente, al modo o a la recomendación, lo cual está en
congruencia con la norma del art. 421-6.3 el cual, con relación a la interpretación del
testamento, dispone que, en los casos de duda, las disposiciones que impongan cualquier
carga al favorecido se interpretarán restrictivamente. Las normas de los legados se
aplican también a los modos si su naturaleza lo permite.
Tres perspectivas:

1. Desde la del heredero: es una carga o modo (el modo obliga, pero no
suspende).

2. Desde la perspectiva del beneficiado: no le atribuye ningún derecho. No hace


falta que tenga capacidad sucesoria. No reciben en virtud un título sucesorio
(sería la diferencia con los legados).

3. En que consiste el modo: carga, destinación o limitación. El modo imposible o


ilícito se tiene por no formulado.

Pueden exigir el cumplimiento de los modos: el albacea; el heredero, respecto al modo


impuesto a otros partícipes en la herencia; el legatario gravado con un legado sujeto a

29
modo; el coheredero o colegatario, respecto a los modos impuestos a todos o a
determinados coherederos y colegatarios; los órganos administrativos correspondientes,
las entidades asistenciales y las fundaciones y asociaciones interesadas, respecto a los
modos con finalidades de interés general; las personas que el testador haya nombrado a
tal fin.

Prohibiciones de disponer.

Las prohibiciones de disponer implican una limitación total o parcial del poder de
disposición que se tiene sobre la cosa, limitación que se impone por el causante de una
forma imperativa y no como una mera recomendación, la cual no tiene como finalidad
que los bienes hagan tránsito a otras personas

2. LAS DISPOSICIONES FIDUCIARIAS. LA DESIGNACIÓN DE


HEREDERO POR FIDUCIARIO. LOS HEREDEROS Y LEGATARIOS DE
CONFIANZA.

La designación del heredero mediante fiduciario.

La intervención de una tercera persona en la designación del heredero no implica la


eliminación de la voluntad del testador. Bajo el título general designación de heredero
por fiduciario de los arts. 424-1 a 424-10 CCCat, se regulan dos situaciones en las que
el testador que tiene hijos o descendientes establece una institución de heredero
incompleta o no distribuye la totalidad de los bienes hereditarios, en cuya determinación
y/o distribución está llamada a intervenir una tercera persona (fiduciario) a la que se
denomina heredero distributario aunque el término no sea exacto pues puede ser sólo
heredero simple de elección.

La institución, que obedece a una larga tradición histórica y de alguna manera


contradice el principio del personalismo de los actos mortis causa se justifica por el fin
práctico que persigue: aplazar ya la determinación definitiva del heredero, ya la
distribución de los bienes, para efectuarla en un momento posterior en el que se
presupone que se tendrán más datos y criterios que permitan designar, entre los hijos al
que sea más idóneo para cumplir con la función de dirigir y mantener el patrimonio
familiar.

En la actual normativa se regulan dos supuestos:

1. El testador instituye heredero a aquel de sus hijos o descendientes comunes que


escoja el cónyuge o el conviviente en unión estable de pareja supervivientes, al
que se le otorga esta facultad o la de distribución de los bienes (art. 424-1.1
CCCat). El cónyuge o conviviente sobreviviente instituya heredero al hijo
común que escoja (o descendientes). El cónyuge decide la distribución igual
o desigual. Mientras no se hace la elección o distribución, la herencia queda
sometida a un régimen de administración por parte de la persona designada por
el causante y, en su defecto, por el cónyuge o pareja. La elección o distribución

30
solo puede hacerse en testamento, heredamiento o escritura pública. Excepto si
el testador ha previsto lo contrario, se permite que el elector pueda imponer
condiciones, sustituciones, etc. Si muere sin hacer la elección o distribución, se
distribuirá a partes iguales

2. El testador instituye heredero a aquel de los hijos que escojan los dos parientes
más próximos (art. 424-5 CCCat). La elección o distribución dejada a los dos
parientes designados por el testador o, si no se designan, al pariente más
próximo, por consanguinidad, a los hijos o descendientes. La elección o
distribución debe hacerse entre los hijos o descendientes de estos. Estos
parientes deberán administrar la herencia. La elección o distribución debe
hacerse en escritura pública. Excepto si el testador lo autoriza no pueden
imponer gravámenes ni limitaciones de ningún tipo. El plazo es el previsto por
el testador, en su defecto, son 4 años desde su muerte. Si no se hace o hay
discrepancia, suceden todos por partes iguales.

Los herederos o legatarios de confianza.

Pueden ser instituidos herederos o legatarios de confianza solamente, personas


individuales, sin mayor calificación (art. 424-11.1 CCCat) para que den los bienes a la
destinación que les haya encomendado confidencialmente, de palabra o por escrito.

Mientras no se revele o cumpla la destinación, los herederos o legatarios tienen la


consideración de heredero o legatarios con facultades dispositivas entre vivos, pero no
pueden hacer definitivamente propios los bienes de la herencia o el legado ni sus
subrogados, que quedan completamente separados de sus bienes propios. Una vez se
revele la confianza, los herederos y legatarios tendrán la condición de albaceas
universales y albaceas particulares (respectivamente).

Los herederos y legatarios de confianza tienen derecho al reembolso de los gastos


causados por el ejercicio de su cometido y a percibir la remuneración que les haya
asignado el testador o, si no les ha asignado ninguna, a percibir entre todos la
correspondiente al 5% del valor hereditario líquido o de legado objeto de confianza y de
los frutos o rentas líquidas, mientras dure su administración.

Caducidad de las instituciones: si mueren sin cumplirla, si no la cumplen como


estableció el testador, si la confianza no se puede cumplir… en caso de heredero de
confianza, la herencia se difiere a quienes en el momento de la muerte del testado
deberían haber sido los herederos; en caso de legatario de confianza, la herencia absorbe
el legado.

Lección 16: Las sustituciones hereditarias.

1. LA SUSTITUCIÓN VULGAR. CONCEPTO Y SUPUESTOS.

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En la sustitución vulgar el testador, en previsión de que el llamado a la herencia o uno
de ellos no llegue a adquirirla, designa a una o varias personas para que ocupen la
posición de aquél. Como toda sustitución es necesario que el testador la establezca de
manera expresa pero no es necesario que emplee la expresión técnica siendo suficiente
con que quede clara la voluntad de sustitución. Se puede designar a cualquiera como
sustituto vulgar de manera expresa o tácita (la sustitución pupilar, fideicomisaria y
preventiva de residuo contienen siempre la vulgar tácita). El sustituto deberá tener
capacidad sucesoria, y solamente heredará si acepta (mismas condiciones heredero
instituido). Excepto que la voluntad del testador sea otra, la sustitución vulgar ordenada
para uno de los casos nombrados vale para el otro.

Preferencia del ius transmissionis: si el llamado muere sin haber aceptado ni


repudiado la herencia deferida, el derecho a suceder mediante la aceptación de la
herencia y el de repudiar se transmiten siempre a sus herederos) que la sustitución
vulgar.

Preferencia de la sustitución vulgar que del derecho a acrecer: si hay dos o más
herederos instituidos en una misma herencia y por cualquier causa alguno de ellos no
llega serlo efectivamente, su cuota o parte acrece la de los coherederos, aunque el
testador lo haya prohibido, salvo que sean procedentes el derecho de transmisión, la
sustitución vulgar o el derecho de representación.

Efectos:
a) La delación de la herencia al sustituto vulgar se entiende producida al mismo
tiempo que al sustituido y, por lo tanto, aunque muera antes de que se frustre
el llamamiento al sustituido, dicho sustituto vulgar transmite su derecho a
sus sucesores.

b) El sustituto sucede al causante con los mismos modos, condiciones, legados,


sustituciones y demás cargas que se habían impuesto al instituido que no ha
llegado a heredero, salvo que sean personalísimos o que el testador haya
dispuesto otra cosa.

Haciendo una reordenación, tal y como hemos dicho, entre los que enumera la norma, la
sustitución opera en los supuestos siguientes:

a) Repudiación: el instituido no acepta la herencia («no quiera») El hecho depende de


la voluntad de la persona.

b) Premoriencia: el heredero designado en primer lugar fallece antes de la apertura de


la sucesión, a lo que se de agregar que el concebido no llegue a nacer.

Se han de incluir, además, la declaración de fallecimiento y la declaración de ausencia


anteriores, también, a la muerte del testador, pero que subsistan una vez producida ésta
(no haya reaparecido el ausente o la persona declarada fallecida).

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2. LA SUSTITUCIÓN PUPILAR Y EJEMPLAR.

De acuerdo con los precedentes del Derecho Romano, los arts. 425-5 a 425-14 CCCat
recogen las denominadas sustituciones pupilar y ejemplar, sustituciones que tenían
como finalidad prevenir la sucesión intestada de los menores e incapacitados.

La sustitución pupilar.

Facultad de testar, de origen legal, que permite al titular de la potestad paterna o


materna que, en nombre propio y en interés del hijo impúber, disponga mortis causa de
su patrimonio. De acuerdo con el artículo 425-5 CCCat pueden ordenar una sustitución
pupilar «los progenitores mientras ejercen la potestad parental sobre su hijo impúber (es
decir, el menor de catorce años) en previsión de que muera antes de llegar a la edad de
testar» (recuérdese que la capacidad para testar se tiene a los 14 años: art. 421-4
CCCat).

Se trata de evitar que el hijo, por no haber llegado a la edad necesaria para poder testar,
muera intestado. El progenitor instituye heredero o legatario al hijo, designando un
sustituto por si muere antes de los 14 años (si muere después de esta edad, decae la
sustitución pupilar: la herencia del hijo se irá a quien sea heredero, testado o intestado).

La sustitución se tiene que prever en el testamento. En el caso de que muera antes de los
14 años, el sustituto pupilar será sustituto respecto a los bienes que proceden de la
herencia del sustituyente y heredero directo del hijo en la herencia relicta de éste. Si
ambos padres ordenan una sustitución pupilar, subsisten ambas respecto a sus propios
bienes, pero respecto a los del hijo instituido vale solo la ordenada por el último que
muera.

La sustitución vulgar expresa incluye la sustitución pupilar pero solo respecto los bienes
del sustituyente. Es decir, el sustituto será llamado no solo si el hijo no puede o no
quiere suceder sino también si muere antes de los 14 años. Todo esto si el testador no lo
ha excluido.

La sustitución ejemplar.

La sustitución ejemplar es la que, originariamente, autorizaba al ascendiente para


nombrar sustituto al descendiente que sufriera enajenación mental y se organizaba,
jurídicamente, ad exemplum pupillaris substitutio, de ahí su denominación.

Se trata de evitar que quien no ha podido testar por razón de falta de capacidad no
debida a la edad, muera intestado. El ascendiente instituye heredero o legatario al
descendiente legitimario, designando un sustituto para el caso de ser incapacidad sin
haber otorgado testamento ni pacto sucesorio (por lo tanto, si el descendiente finalmente
muere sin ser incapaz o habiendo otorgado testamento o pacto sucesorio antes de la

33
incapacitación o en intervalo lúcido, o recupera la capacidad antes de morir, la
sustitución ejemplar deviene ineficaz).

La sustitución se debe prever en el testamento del sustituyente. El sustituto ejemplar


será sustituto respecto los bienes que procedan de la herencia del sustituyente y heredero
respecto del patrimonio relicto del que no ha podido tesar por falta de capacidad.

Los bienes procedentes de cada una de las herencias de los ascendientes que hayan
ordenado la sustitución corresponden, en todo caso, al sustituto ejemplar
respectivamente designado. El patrimonio relicto del incapaz, al no haber norma expresa
sobre eso en la sustitución ejemplar y como se dispone que se aplicarán las normas de la
sustitución pupilar a la sustitución ejemplar en la medida en que se lo permita su
naturaleza, lo heredará el sustituto ordenado por el último que muera.

3. LOS FIDEICOMISOS. CONFIGURACIÓN. EL FIDUCIARIO. EL


FIDEICOMISARIO. LAS MODALIDADES DE RESIDUO.

La sustitución fideicomisaria.

Es aquella en cuya virtud el fideicomitente dispone que el fiduciario adquiera la


herencia o el legado con el gravamen que, una vez vencido el término o cumplida la
condición, hagan tránsito al fideicomisario (art. 426-1.1 CCCat). Los fideicomisarios
suceden siempre al fideicomitente (art. 426.1.2 CCCat). Los fideicomisos se pueden
ordenar en pacto sucesorio, en testamento, en codicilo y en donación por causa de
muerte (art. 4262 CCCat).

Los fideicomisos se pueden ordenar bajo plazo o bajo condición, según que la herencia
o legado fideicomisos, o una cuota de estos, se defieran al fideicomisario al vencer el
plazo fijado o al cumplirse la condición ordenada por el fideicomitente. Los
fideicomisos ordenados para después de la muerte del fiduciario tienen el carácter de
condicionales, salvo que la voluntad del fideicomitente sea otra (art. 426-4 CCCat).

En caso de duda entre si se trata de una sustitución fideicomisaria o vulgar, prevalece la


vulgar. Si es fideicomisaria, se entiende que será para después de la muerte del
fiduciario y para el caso de que éste muera sin tener hijos.

En el fideicomiso a plazo, el fideicomisario que vive o ha sido concebido cuando la


herencia o el legado son deferidos al fiduciario adquiere su derecho al fideicomiso y
este forma parte de la herencia relicta por él, aunque muera antes de deferirse la
herencia o el legado fideicomisos a su favor. El testador puede excluir esta
transmisibilidad.

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En los fideicomisos condicionales, si el fideicomisario muere antes de cumplirse la
condición, aunque sobreviva al fideicomitente, no adquiere ningún derecho al
fideicomiso. El fideicomitente puede disponer lo contrario, en cuyo caso se entiende que
ha ordenado una sustitución vulgar a favor de los herederos del fideicomisario.

La delación del fideicomiso.

El fideicomiso se defiere en el momento en que vence el plazo o se cumple la condición


a favor del fideicomisario inmediatamente llamado que no haya renunciado antes a su
derecho. En el fideicomiso a plazo, la muerte del fiduciario antes del vencimiento del
plazo anticipa la delación de la muerte, salvo que la voluntad del fideicomitente sea
otra. En el fideicomiso a plazo, el fiduciario puede anticipar la delación si renuncia a su
derecho a favor del fideicomisario y puede ceder a un tercero el simple
aprovechamiento de los bienes fideicomisos hasta que venza el plazo. En el fideicomiso
condicional, el fiduciario no puede anticipar la delación del fideicomiso. Si renuncia al
mismo a favor del fideicomisario, se entiende que solo ha cedido el aprovechamiento
del mismo. Pero puede cederlo a favor del fideicomisario o de terceros.

De acuerdo con las normas generales, el testador puede ordenar una sustitución vulgar
para el fiduciario o para el fideicomisario. En caso de sustitución vulgar para el
fiduciario:

a. A falta de sustitución vulgar expresa, opera la tácita a favor del fideicomisario


(que será fiduciario si hay un sustituto fideicomisario posterior o heredero libre
en otro caso).

b. No hay derecho de transmisión, es decir, que si el fiduciario no llega a ser


heredero por cualquier causa (también si muere antes de ejercitar la delación),
regirá siempre la sustitución vulgar.

En los fideicomisos con pluralidad de llamamientos sucesivos, si el fideicomisario no


llega a hacer suyos, por cualquier causa, la herencia o legados fideicomisos, la delación
se reitera a favor del fideicomisario que sigue en orden, sin perjuicio de las sustituciones
vulgares en fideicomiso que haya dispuesto el testador.

Límites de los fideicomisos

Los llamamientos fideicomisarios que superen los límites establecidos por el presente
artículo se consideran no hechos.

• Fideicomisos no familiares: si todos los fideicomisarios están vivos en el


momento de la muerte del fideicomitente, no hay límite de llamamiento. Si los
fideicomisarios no han nacido en el momento de la muerte del fideicomitente,
solo es posible un llamamiento. El llamamiento a fideicomisarios vivos en el

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momento de la muerte excluye las llamadas a los ulteriores fideicomisarios no
nacido ni concebidos en el momento de la muerte del fideicomitente.

• Fideicomisos familiares: El fideicomitente puede llamar sucesivamente al


fideicomiso a personas que no pasen de la segunda generación, sin limitación en
el número de llamamientos. Estén vivos en el momento de la muerte o aun no
hayan nacido. (1ra generación son los hijos y sobrinos del fideicomitente)

• Fiduciario es una persona jurídica: duración máxima del fideicomiso: 30 años.

Efectos mientras está pendiente la delación.

Se entiende que el heredero fiduciario es heredero pero a la vez hay un heredero


sucesivo y, por lo tanto, se han de tomar ciertas medidas con el fin de que la herencia le
llegue.

1. Toma de inventario y prestación de garantías.


El fiduciario ha de tomar inventario en el plazo de 6 meses desde que conoce o
puede razonablemente conocer la delación; se ha de hacer judicial o
notarialmente (el fiduciario que haya tomado inventario en tiempo y forma
gozará del beneficio de inventario). El fiduciario ha de prestar garantía en
seguridad de los bienes muebles fideicomisos (por los inmuebles ya constará el
Registro de la Propiedad, de manera que es más difícil la transmisión eficaz a
terceros). No rige el deber de garantía si los fideicomisarios son hermanos o
hijos del fiduciario; tampoco si el testador lo ha excluido.

2. Facultades y funciones obligadas al fiduciario.


Tiene el uso y la posesión de la herencia; hace suyos los frutos y rendas. Tiene el
deber de conservar y administrar el patrimonio hereditario con la diligencia que
hace falta invertir en los bienes propios (no es diligencia profesional). Protección
del derecho del fideicomisario en caso de que el fiduciario malmeta o ponga en
peligro los bienes: puede exigirle garantía suficiente en seguridad del pago de la
indemnización de los daños y perjuicios causados por sus actuaciones, y si se
trata de un fideicomiso a plazo, el fideicomisario puede optar entre exigir la
prestación de garantía o el tránsito inmediato de los bienes fideicomisos. Si el
fiduciario no presta garantía y el tránsito no es posible, puede pedir a la
autoridad judicial el nombramiento de un administrado. Legitimados en caso de
fideicomisarios no nacidos: ascendientes más próximos

3. Facultad dispositiva o de disponer de los bienes, libres del fideicomiso, con


la aplicación del principio de subrogación real.
Puede disponer cuando haga falta de cara a la conservación y administración de
los bienes (vender los muebles que no se puedan conservar y sustituir los que se
deterioren con el uso). En otro caso, hace falta: autorización del fideicomitente o
de terceras personas; para pagar deudas, cargas hereditarias, legados, legítimas,
gastos extraordinarios de conservación y refacción, mejoras necesarias y útiles,

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hace falta notificación a los fideicomisarios; con autorización judicial pueden
disponer de los bienes para remplazarlos por otros que generen más rendimiento
o utilidad; y podrán disponer libremente de los bienes si tienen el
consentimiento de los fideicomisarios.

4. Cuarta trebeliánica.
Es un incentivo. Opera solo cuando el testador no lo ha prohibido (también
puede alterar el porcentaje). Es el derecho a detraer solo el fiduciario, libre del
fideicomiso, una cuarta parte del patrimonio fideicomiso (considerando valor
neto). Se puede detraer en bienes de la herencia (que no sean ni de la mejor ni de
la peor condición) o en dinero (de la herencia o vía venda, con notificación al
fideicomisario).

Efectos del fideicomiso en el momento de la delación

• Adquisición por delación: la delación a favor del fideicomisario le atribuye la


condición de heredero o legatario. Deberá entregarse al fideicomisario la
herencia o el legado o una cuota de estos, según le corresponda, con aplicación
del principio de subrogación real.

• Responsabilidad intra vires: el heredero fideicomisario responde de las deudas


y cargas hereditarias que no han sido pagadas con bienes de la herencia y de las
deudas legales contraídas por el fiduciario a cargo del fideicomiso.

• La posesión debe ser entregada en el plazo de un mes a contar desde el


requerimiento notarial o judicial; en otro caso, el fiduciario tendrá la
consideración de meros detentadores y dejan de hacer suyos los frutos.

Fideicomiso de residuo y sustitución preventiva de residuo.

Respecto al supuesto ordinario, en estos casos se amplían las facultades dispositivas del
fiduciario.

• Fideicomiso de residuo: el heredero fiduciario está facultado para disponer


entre vivos, libres del fideicomiso, de los bienes fideicomisos y también para
aplicarlos a las necesidades propias y de la familia, de tal manera que el tránsito
se supedita a que haya bienes.

• La disposición puede ser a título oneroso o gratuito (se ha de autorizar de forma


expresa); y siempre entre vivos.

• Sustitución preventiva de residuo: la designación de herederos sucesivos solo


se hace para el caso de que el fiduciario no haya dispuesto ni entre vivos ni
mortis causa. El heredero sucesivo solo heredará en caso de que el heredero
previo muera intestado (o los llamados en testamento o heredamiento no lleguen
a heredar).

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Capacidad para ser fideicomisario

Fiduciario y fideicomisario han de cumplir los requisitos de capacidad necesarios para


suceder al fideicomitente y los herederos sucesivos. Con relación a los requisitos de
capacidad necesarios para ser fideicomisario, el artículo 426-5 CCCat establece con
carácter general que «Para que los fideicomisos sean efectivos, es preciso que el
fideicomisario haya nacido o esté concebido al ser deferido el fideicomiso a su favor».
Y especifica después que «En el fideicomiso a plazo, el fideicomisario que vive o ha
sido concebido cuando la herencia o el legado son deferidos al fiduciario adquiere su
derecho al fideicomiso y éste forma parte de la herencia por él relicta, aunque muera
antes de deferirse la herencia o el legado fideicomisos a su favor. El testador puede
excluir esta transmisibilidad».

Lección 17: Los legados.

1. CONCEPTO DE LEGADOS. EFECTOS.

Como sabemos, se distingue entre el título universal y el título particular. Aquél


comporta la sucesión en el conjunto del patrimonio del causante y éste no siempre
supone sucesión y comporta, en todo caso, la adquisición de alguna o varias relaciones
jurídicas concretas. El sucesor a título particular mortis causa, a diferencia del heredero,
es un mero perceptor de bienes o de relaciones jurídicas concretas ordenadas por el
causante.

No existe una definición de legado en el sistema sucesorio catalán, si bien su concepto


puede deducirse de diferentes disposiciones. Así, puede afirmarse, inicialmente, desde
un punto de vista positivo, que el legado es la sucesión a título particular ordenada en
uno de los títulos sucesorios donde se puede establecer. También, desde un punto de
vista negativo, se puede decir que el legado es aquella atribución por causa de muerte
que no es institución de heredero, lo que se deduce a contrario sensu de los arts. 411-1 y
423-2 CCCat. El legado es una disposición mortis causa de bienes a título particular, en
beneficio del legatario y a cargo del patrimonio hereditario.

Como características del legado pueden establecerse las siguientes:

a) Se trata de una atribución voluntaria.

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b) Es una liberalidad. El enriquecimiento del legatario es algo normal en el legado
pero no indispensable, así puede legarse aquello que se debe o puede quedar
absorbido por las cargas impuestas, como podría pasar en el supuesto del
sublegado (art. 426-3.3).

c) Es una sucesión a título particular.

d) Es una disposición autónoma, es decir, independiente de la institución de


heredero, salvo que se trate de un gravamen impuesto directamente al heredero
(art. 427-8.1). Por eso, el heredero favorecido con un legado puede aceptar la
herencia y repudiar el legado, e inversamente (art. 427-16.6).

e) Es una disposición patrimonial (art. 427-9.1: «Puede ser objeto de legado todo
aquello que pueda atribuir al legatario un beneficio patrimonial y no sea
contrario a la ley»).

f) Es una sucesión mortis causa, por lo que produce sus efectos en el momento de
la muerte del causante.

Objeto: El artículo 427-9.1 dispone que «puede ser objeto de legado todo aquello que
pueda atribuir al legatario un beneficio patrimonial y no sea contrario a la ley». Por
tanto, todo aquello que pueda valorarse económicamente, que no sea extra commercium
o que no consista en un servicio ilícito o imposible podrá ser objeto del legado.
Forma: El art. 427-1 establece que «el causante puede ordenar legados en testamento,
en codicilo o en memoria testamentaria».

El legatario, en el momento de la muerte del causante, automáticamente, es titular de lo


legado. A diferencia de lo que acaece en la herencia, la cual requiere de la aceptación
para ser adquirida, no es necesario que el llamado como legatario acepte. Sin embargo,
el legatario puede repudiar el legado, es decir, renunciar a lo ya adquirido como si nunca
hubiera sido suyo y con efecto retroactivo. El legatario podrá aceptar expresa o
tácitamente el legado, lo que supondrá la confirmación de lo adquirido automáticamente
(art. 427-16.1). Tanto la aceptación como la repudiación son irrevocables.

2. CLASES DE LEGADOS.

Con eficacia real y con eficacia obligacional.

Por la manera de ordenar el legado, éstos se pueden ordenar con eficacia real u
obligacional (art. 427-10.1). La distinción se explica en el art. 427-10.2, el cual dispone
que «el legado tiene eficacia real si por la sola virtualidad del legado el legatario
adquiere bienes o derechos reales o de crédito, determinados y propios del causante, que
no se extingan por su muerte, así como si el legatario adquiere un derecho real que por
razón del mismo legado se constituye sobre una cosa propia del causante».

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De cosas y de derechos.

Otra posible clasificación de los es la que distingue entre los de cosas y los de derechos:

1. Legados de cosas que se subdividen en:


a. De cosas específicas que pueden ser:
i. De cosa propia. ii.
De cosa ajena. iii.
Alternativo.
iv. De cosa gravada.

b. Legado de cosa genérica que se subdivide en:


i. De género.
ii. De cantidad.

c. Legado de prestaciones periódicas que pueden ser:


i. De pensión. ii.
De alimentos.
iii. De educación.

2. Legados de derechos que se dividen en:


a. de crédito.
b. de liberación.
c. de deuda.
d. de derecho real
3. Pueden citarse también como clases de legado, el legado condicional, el
sometido a término y el modal, así como el legado de parte alícuota.

3. LA INEFICACIA DE LOS LEGADOS

Los artículos 427-37 y siguientes establecen los siguientes supuestos de ineficacia:

1. La revocación. Extingue el legado la revocación que en términos generales hace


el causante de todos los que ha dispuesto (la revocación de alimentos exige una
revocación especial –art. 427-37.1–). El art. 427-37.2 establece como supuesto
de revocación presunta el que el causante enajene por título oneroso o gratuito el
bien objeto del legado aunque la enajenación sea ineficaz. Si después de la
enajenación volviese la cosa a dominio del testador, no tendrá fuerza el legado,
salvo que la readquisición se hiciera con la finalidad de rehabilitar el legado o en
virtud del derecho de redimir en venta a carta de gracia. Si la cosa legada se
vende a carta de gracia sin readquirirla el testador, se entiende que ha sido
legado el derecho a redimir (arts. 427- 37.3.a).

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2. Imposibilidad de la prestación, pérdida de la cosa o quedar ésta fuera del
comercio. Estos eventos provocan la extinción del legado si suceden antes de la
delación y sin culpa de la persona gravada (art. 427-38.1). Si la pérdida de la
cosa es parcial, debe entenderse que el legado subsiste parcialmente.

3. Transformación de la cosa legada. El cambio de especie o la transformación


sustancial de la cosa mueble legada que le haga perder la forma o la
denominación se equipara a la pérdida y extingue el legado, salvo que se pueda
deducir que la voluntad del causante era legar el bien recibido en sustitución o la
indemnización que proceda en los casos de accesión (art. 427-38.2).

4. Adquisición de la cosa cierta legada por el legatario . Se extingue el legado de


cosa cierta si, después de ser ordenado, es adquirido por el mismo legatario, pero
si lo adquiere a título oneroso de persona que no sea el causante, se entiende que
ha sido legado el precio pagado como contraprestación (art. 427-38.3).

Al margen de los supuestos contemplados por el Código como causas generales de


ineficacia, pueden citarse también los siguientes: 1. Falta de capacidad del legatario
(arts. 412-3 y 412-5). 2. Vicios de la voluntad (art. 422-2.1). Estos dos supuestos lo son
con la salvedad del art. 422-3.3 y deben ponerse en relación con el art. 422-3.1, que
concede acción para solicitar la nulidad a los que puedan obtener un beneficio de tal
declaración. La acción caduca a los cuatro años a contar desde que la persona legitimada
conoce o puede conocer razonablemente la causa de nulidad (art. 422-3.2). 3.
Inhabilidad del objeto (art. 427-9.1).

Por último, pueden considerarse supuestos que provocan ineficacia de los legados
aquellas causas que obligan a su reducción, sea por inoficiosidad o por razón de su
carácter excesivo, destacando las normas de la cuarta falcidia.

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Lección 18: El albaceazgo.

1. LA EJECUCIÓN DEL TESTAMENTO.

La ejecución del testamento corresponde normalmente al heredero (art. 411-1 CCCat).


No hay que olvidar que el sistema sucesorio catalán gira precisamente en torno al
heredero, quien tiende a desplazar a una posición secundaria en la ejecución del
testamento a cualquier otra persona. No obstante, se admite que el testador pueda
encomendar expresamente a una persona de su confianza —el albacea, que actuará «en
nombre propio y en interés ajeno»—, la ejecución de todas o algunas de las
disposiciones del testamento o heredamiento (art. 429-1 CCCat).

La designación de albacea es potestativa cuando se instituyen uno o varios herederos y


no tiene ninguna trascendencia en orden a la validez del testamento. Por el contrario,
cuando toda la herencia se distribuye en legados, habrá de ser necesariamente el albacea
universal quien se encargue de la ejecución del testamento. En este caso, a falta de
sucesor a título universal, la validez del testamento se admite sólo si se designa albacea
universal (art. 429-7 CCCat). Los artículos 429-1 a 429-15 CCCat regulan la figura del
albacea.

Del cargo del albaceazgo se predican los siguientes caracteres: es un cargo mortis causa
(dirigido a ejecutar la voluntad del testador respecto de su sucesión 429-1 CCCat), de
aceptación voluntaria (el nombrado albacea no está obligado a aceptar el cargo sino
que, al contrario, puede renunciarlo), personalísimo, temporal y retribuido (429-5
CCCat).

2. LAS CLASES DE ALBACEAS.

Tradicionalmente se señalan dos clasificaciones de los albaceas:

Albaceas universales y particulares.

El artículo 429-7 CCCat define los albaceas universales como «las personas que reciben
del testador el encargo de entregar la herencia en su universalidad a personas designadas
por él, o de destinarla a las finalidades expresadas en el testamento o en la confianza
revelada». Mientras que los albaceas particulares son, de acuerdo con el artículo 429-12
CCCat «los que, existiendo heredero, deben cumplir un encargo o más relativos a la
herencia o ejecutar disposiciones testamentarias o del heredamiento».

Respecto el albaceazgo universal se distinguen todavía dos supuestos, según lo ordene


el testador o se infiera del testamento: el que se dirige a la realización dineraria de toda
la herencia o de una parte de la misma, y el de entrega directa del remanente de bienes
hereditarios. La distinción entre una y otra clase de albaceas universales se debe deducir
de la interpretación de la voluntad del causante (art. 429-7.3 CCCat). Cuando esta
voluntad no es clara, esto es, en caso de duda, se entiende que es de libramiento directo
del sobrante (art. 429- 7.4 CCCat)

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Albaceas dativos y legítimos.

El artículo 429-15 CCCat se refiere a las figuras de los albaceas dativos y legítimos en
los siguientes términos: «1. Si no queda ningún albacea ni ningún sustituto en el
ejercicio del cargo y no se haya cumplido aún totalmente la misión o encargo de los
albaceas universales, o los encargos atribuidos a los particulares, cualquiera de los
interesados en la sucesión puede solicitar a la autoridad judicial que, si lo estima
procedente, designe a uno o más albaceas dativos con las mismas funciones y facultades
que los albaceas testamentarios. 2. Sin perjuicio de lo establecido por el apartado 1, si el
albaceazgo finaliza antes de que se haya cumplido el encargo o la misión, el
cumplimiento incumbe al heredero».

3. LA DESIGNACIÓN DEL ALBACEA.

El artículo 429-1 CCCat establece que el causante puede nombrar uno o más albaceas
universales o particulares. El nombramiento del albacea puede efectuarse en el mismo
testamento que se habrá de ejecutar, en un testamento posterior que deje subsistente el
anterior o en un codicilo posterior al testamento. Aunque en codicilo solamente pueden
nombrarse albaceas particulares; en este sentido el art. 421-20 CCCat dice expresamente
que en codicilo no puede designarse albacea universal. El nombramiento de albacea
también puede efectuarse en pacto sucesorio (art. 431-5 CCCat).

El causante puede facultar a los albaceas para que designen sustitutos, de tal modo que
será albacea el nombrado por el designado por el causante, que se subroga en el lugar de
éste. El artículo 429-1.2 CCCat precisa que la designación del sustituto debe hacerse en
escritura pública: si el sustituto concurre al otorgamiento de dicha escritura pública y
acepta el cargo, la designación es irrevocable; mientras que si la sustitución se ordena en
el testamento por el causante, ésta es revocable. También puede ser el propio causante
quien nombre albaceas sustitutos que habrán de asumir el cargo en defecto de los
nombrados preferentemente o después de haber actuado aquellos (art. 429-1.2 CCCat).

El designado en el testamento se convierte en albacea tras su aceptación del cargo,


expresa o tácita (art. 429-4.1 CCCat). A partir de este momento, el albacea queda
obligado a cumplir el encargo y no puede excusarse de continuar en el ejercicio del
cargo sin causa justa apreciada por la autoridad judicial.

4. EL CARGO DEL ALBACEA. TITULARIDAD Y EJERCICIO.

Consecuencia de la aceptación es, pues, que el cargo deja de ser voluntario, aunque
todavía cabe la posibilidad de que el aceptante se excuse del mismo, por causa
justificada (art. 429-3 CCCat). La excusa es una declaración unilateral de voluntad de
carácter recepticia de no poder continuar en el ejercicio del cargo, que ha de dirigirse al
juez. En este caso habrá de seguirse un procedimiento de jurisdicción voluntaria. La ley

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no establece ningún plazo para la aceptación del cargo. Sin embargo, cualquier
interesado en la sucesión puede instar al nombrado para que se acepte mediante un
requerimiento notarial. Pasado un mes de la notificación sin que el albacea acepte el
cargo ante notario, se entiende que renuncia al mismo.
Establece el artículo 429-2 CCCat que si han sido nombrados una pluralidad de
albaceas, salvo que el causante disponga otra cosa, se entiende que han sido nombrados
mancomunadamente y han de actuar por mayoría. Aunque también añade este precepto
que en los casos de urgencia puede actuar uno solo bajo su responsabilidad, dando
cuenta inmediatamente a los demás.

El artículo 429-8 CCCat relaciona una serie de facultades propias del albacea universal,
que pueden verse reducidas, limitadas o ampliadas por el testador. En términos
generales son las siguientes:

1. El albacea universal está facultado para tomar posesión de la herencia.

2. Puede administrar la herencia al igual que todo heredero, es decir, con las
atribuciones de quien administra la herencia propia.

3. Puede disponer de los bienes de la herencia para cumplir con su encargo y las
disposiciones del testamento.

4. Se halla legitimado procesalmente para todos los litigios o las cuestiones que se
susciten sobre los bienes hereditarios, los fines del albaceazgo y la validez del
testamento, codicilo, memoria testamentaria o pacto sucesorio. Todos los gastos
judiciales originados por la actuación de los albaceas son a cargo de la herencia.

5. Está facultado para interpretar los negocios mortis causa otorgados por el
testador.

Además, el artículo 429-8.3 CCCat dispone que los albaceas universales formarán
inventario de la herencia dentro del año siguiente al fallecimiento del testador.

El artículo 429-9 CCCat las facultades que corresponden al albacea en el albaceazgo


universal de realización de herencia. Son: a) Enajenar a título oneroso bienes de la
herencia; b) Cobrar créditos y cancelar garantías; c) Retirar depósitos de todo tipo; d)
Satisfacer deudas y cargas hereditarias e impuestos causados por la sucesión; e) Cumplir
los legados y otras disposiciones testamentarias; f) Pedir el cumplimiento de los modos
g) Pagar las legítimas; y h) En general, efectuar todos los actos que sean necesarios para
la realización dineraria de los bienes de la herencia. Al dinero obtenido le debe dar la
inversión o la destinación ordenadas por el causante.

El art. 429-10 CCCat detalla las facultades del albacea en el albaceazgo universal de
entrega directa del remanente de bienes hereditarios. Son: a) Satisfacer las deudas, las
cargas hereditarias y los impuestos causados por la sucesión; b) Cumplir los legados y
las otras disposiciones testamentarias; c) Pedir el cumplimiento de modos; d) Pagar las

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legítimas y e) Efectuar los actos de realización expresados en el artículo 429-8 en la
medida necesaria para verificar dichos pagos y abonos de gastos correspondientes. La
impugnación de estos actos dispositivos no afectará su validez frente a terceros
adquirentes de buena fe; f) De no haber contador partidor, también deberá realizar la
partición de la herencia.

Con relación a los albaceas particulares, el artículo 429-12.2 CCCat dispone que gozan,
para ejercitar las funciones que se les ha conferido, de las facultades que el causante les
haya otorgado expresamente y, cuando éste nada establezca en cuanto a dichas
facultades, de todas aquellas que sean necesarias para realizar el encargo recibido. Si el
causante ha nombrado albaceas particulares pero no les ha conferido ningún encargo,
estos deben encargarse del entierro, los funerales y sufragios piadosos del causante, de
la destinación de los órganos y de la incineración o forma de entierro, y de pedir el
cumplimiento de los modos que haya ordenado (art. 429-12.3 CCCat).

Respecto la duración del cargo, el artículo 429-13 CCCat dispone que los albaceas
cumplirán su encargo dentro de los plazos y sus prórrogas que se fijen, que podrán ser
ampliados por todos los herederos de común acuerdo. A falta de señalamiento de plazo,
si los albaceas no han cumplido su encargo dentro de un año a contar desde la
aceptación del cargo, cualquiera de los interesados podrá obtener de la autoridad judicial
que sean requeridos para que cumplan dentro del plazo que se les señale. El plazo
máximo para que el albacea cumpla el encargo será de treinta años o, si se fija con
referencia a la vida de determinadas personas, no puede exceder los límites de los
fideicomisos.

5. LA EXTINCIÓN DEL ALBACEAZGO. CONSIDERACIÓN ESPECIAL


POR RAZÓN DE DURACIÓN.

Normalmente la extinción del cargo se produce cuando el albacea ha cumplido


objetivamente, de forma total y definitiva el encargo del testador. Pero también hay
otras causas de extinción.

Según el artículo 429-14 CCCat «Los albaceas cesan en su cargo por muerte,
imposibilidad de ejercerlo, por excusa, incapacidad sobrevenida o por remoción
fundamentada en una conducta dolosa o gravemente negligente. También cesan por
haber cumplido el encargo por haber transcurrido el plazo que tenían para cumplirlo.»

Al extinguirse el cargo, el albacea universal y el particular deben rendir cuentas a los


herederos, a los favorecidos, o si deben destinar los bienes o dinero a finalidades de
interés público o general, a la autoridad judicial, aunque el testador les haya dispensado
de ello (art. 329-13.5 CCCat)

Los albaceas, en este momento, también tienen derecho a percibir la remuneración


establecida por el causante o, en su caso, los honorarios derivados de su actividad
profesional o de administración de los bienes y el reembolso de los gastos ocasionados
por el ejercicio del cargo. Al albacea universal, y al particular que sea también contador

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partidor les corresponde el cinco y el dos por ciento del valor del activo hereditario
líquido o de los bienes objeto de la partición, respectivamente (art 429-5.1 CCCat).
Cuando hay una pluralidad de albaceas, la retribución corresponde por partes iguales a
quienes han ejercido el cargo o, si lo ejercitan sucesivamente, deben ser retribuidos en
proporción a su actividad (art. 429-5.3 CCCat). Al albacea que accede al cargo por
revelación de la confianza y que ya ha percibido retribución en concepto de heredero de
confianza no le corresponde por la condición de albacea (art. 429-5.4 CCCat). Desde
luego que el pago de la retribución es a cargo de los herederos.

LA SUCESIÓN CONTRACTUAL Y LAS DONACIONES POR


CAUSA DE MUERTE.

Lección 19 : Los pactos sucesorios.

1. CONCEPTO Y FINALIDAD. CLASES.

Mediante un pacto sucesorio, dos o más personas pueden convenir la sucesión por
causa de muerte de cualquiera de ellas, mediante la institución de uno o más
herederos y la realización de atribuciones a título particular. Estos pactos pueden
contener disposiciones a favor de los otorgantes, incluso de forma recíproca, o a favor
de terceros. El carácter plural hace que no pueda ser libremente revocado, pero si podrá
modificarse o dejarse sin efecto por acuerdo de todos los otorgantes (y podrán revocarse
disposiciones hechas a favor de una persona que haya incurrido en alguna causa de
indignidad). Será válido el pacto en virtud del cual se disponga que el causante puede
revocar libremente su voluntad.

Los otorgantes de un pacto sucesorio deben ser mayores de edad y tener capacidad de
obrar plena. Pero si un otorgante tiene solo la condición de favorecido y no le es
impuesta ninguna carga, puede consentir en la medida de su capacidad natural o por
medio de sus representantes legales o con la asistencia de su curador. Pueden otorgarse
pactos sucesorios solo con las siguientes personas:

1) Cónyuge o futuro cónyuge.

2) La persona con quien convive en pareja estable.

3) Los parientes en línea directa sin limitación de grado, o en línea colateral dentro
del cuarto grado, en ambos casos tanto por consanguinidad como por afinidad.

4) Los parientes por consanguinidad en línea directa o en línea colateral, dentro del
segundo grado, del otro cónyuge o conviviente.

Las personas no otorgantes en cuyo favor se ha hecho un heredamiento o una atribución


particular no adquieren ningún derecho a la sucesión hasta el momento de la muerte del

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causante. Las disposiciones a favor de terceros devienen ineficaces si el favorecido
premuere al causante, salvo que el pacto sucesorio disponga otra cosa. El contenido de
los pactos sucesorios los menciona a título indicativo: arts. 431-5.1 y 431-6 CCCat.

En un pacto sucesorio se puede ordenar la sucesión por causa de muerte mediante:

- Institución de heredero (heredamiento).

- Atribuciones particulares (una especie de legado pactado).

- De hecho, podrías hacer lo mismo que en un testamento e ir más allá (imponer


cargas a los favorecidos otorgantes, como por ejemplo, el cuidado y atención
de alguno de los otorgantes o de terceros, hacer donaciones de presente a favor
de algunos de los otorgantes…).

Para que los pactos sean válidos se deben otorgar en escritura pública (no es preciso
que sea en capítulos matrimoniales). La escritura de un pacto puede contener
estipulaciones no sucesorias, pero no disposiciones de última voluntad. Los pactos
sucesorios otorgados con carácter preventivo o que contienen reserva para disponer o
dar, debe hacerse constar a la hora del otorgamiento.

Ineficacia

a) Por causa de nulidad.

a. Causas: nulidad del pacto: falta de capacidad, de forma, persona no


legitimada; engaño, violencia o intimidación grave. Nulidad de las
disposiciones: engaño, violencia, intimidación grave, error en la persona,
en el objeto o en los motivos (si es determinante y excusable).

b. Acción de nulidad:
i. Antes de la muerte:
• Solo los otorgantes.
• En caso de vicio de consentimiento o defecto de
capacidad: la persona que lo sufra. Plazo: 4 años desde la
recuperación de la capacidad o de la desaparición del
vicio, en caso de error desde que el otorgamiento del pacto
ii. Después de la muerte:
• Cualquier persona a quien haya podido beneficiar
la nulidad del pacto.
• Plazo de 4 años a contar desde la muerte.

b) Por causa de revocación.

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- Por indignidad sucesoria: la facultad caduca al año de haber conocido o haber
podido conocer la causa de indignidad (si el causante muere sin conocer la
indignidad o antes del termino).

- Por voluntad unilateral:

• Régimen general: Causas: las pactadas; el incumplimiento de cargas


impuestas al favorecido, por imposibilidad de cumplimiento de la
finalidad que fue determinada en el pacto; cambio sustancial,
sobrevenido e imprevisible de las circunstancias que fueran el
fundamento. Plazo: 4 años. Debe determinarse en escritura pública y
notificarse a los otorgantes, con la posibilidad de oposición del
afectado (un mes desde la notificación). En este caso (y también en
el de falta de notificación efectiva), hará falta ejercicio judicial en un
año desde la oposición o la revocación.

• Régimen especial: si el heredamiento (o atribución particular) es


preventivo, será revocable unilateralmente por medio de un
testamento posterior, que ha de ser necesariamente notarial y abierto,
por nuevo pacto sucesorio.

c) Incidencia de las crisis matrimoniales o de pareja.

Heredamientos o pactos de atribución particular devienen ineficaces si los


cónyuges se separan de hecho o judicialmente, o se divorcian, o el matrimonio
es declarado nulo, así como si en el momento de la muerte está pendiente una
demanda de separación, divorcio o nulidad matrimonial, salvo reconciliación
(también se aplica a los parientes que solo lo sean del cónyuge o conviviente, en
línea directa o en línea colateral dentro del cuarto grado, tanto por
consanguinidad como por afinidad); y si los convivientes se separan de hecho,
salvo que reanuden su convivencia, o se extingue la pareja estable por una causa
que no sea la defunción de uno de los miembros de la pareja o el matrimonio
entre ambos.

2. LOS HEREDAMIENTOS. CONCEPTO Y CLASES.

El concepto de heredamiento en general viene dado en el art. 431-18 CCCat, según el


cual: El heredamiento o pacto sucesorio de institución de heredero confiere a la persona
o personas instituidas la cualidad de sucesores universales del heredante con carácter
irrevocable, sin perjuicio de los supuestos que regulan los arts. 431-13, 431-14 y 431-21
CCCat (supuestos de revocación por indignidad, revocación por voluntad unilateral, o
de heredamiento preventivo). La cualidad de heredero conferida en heredamiento es
inalienable e inembargable.

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Clases de heredamientos:

- Heredamiento simple: atribuye a la persona instituida la calidad de heredera


del heredante y no se pierde este carácter aunque el heredante también haga
donación de presente de bienes concretos a la persona instituida.

- Heredamiento cumulativo: además de conferir la calidad de heredero del


heredante, atribuye a la persona instituida todos los bienes presentes del
heredero y no pierde este carácter aunque el heredante excluya bienes concretos
de la atribución de presente. Nunca se presume y debe pactarse de forma
expresa.

- Heredamiento mutual: cuando contiene una institución recíproca de heredero


entre los otorgantes a favor del que sobreviva. Puede pactarse que cuando el
superviviente muera, los bienes heredados hagan tránsito a otras personas. La
elección del heredero o herederos sucesivos puede encomendarse al
superviviente.

- Heredamiento preventivo: si se pacta con carácter preventivo, será revocable


unilateralmente por medio de un testamento posterior o un nuevo pacto
sucesorio. Para que la unificación unilateral deberá notificarse notarialmente a
los demás otorgantes del pacto sucesorio (a menos que hayan pactado que no es
necesario).

Si el heredero premuere al causante, el heredamiento deviene ineficaz, salvo que éste


sea descendiente del causante y premuera dejando descendientes llamados a su herencia,
transmite a estos su calidad de heredero contractual.

Reserva para disponer y asignaciones a las legítimas: El art. 431-22 CCCat, dispone
que el heredante puede reservarse, para disponer libremente en donación, codicilo,
memoria testamentaria u otro pacto sucesorio, los bienes, cantidades de dinero o la parte
alícuota de su patrimonio que establezca en el heredamiento. El heredante puede asignar
el pago de legítimas bienes o dinero, que se excluye del heredamiento. Esta asignación
no atribuye a los legitimarios ningún derecho durante la vida del heredante, pero si este
muere sin haberles atribuido los bienes o cantidades asignadas, los legitimarios los
adquieren íntegramente, aunque excedan del importe que les corresponde por la
legítima.

Eficacia revocatoria: el art. 431-23 CCCat, establece que, el heredamiento válido


revoca: a) el testamento; b) el codicilo; c) la memoria testamentaria; d) las donaciones
por causa de muerte anteriores al otorgamiento del heredamiento, aunque sean
compatibles con el mismo. Las disposiciones por causa de muerte posteriores al
heredamiento solo son eficaces: a) si el heredamiento era preventivo; b) en la medida
que lo permita la reserva para disponer que haya previsto el heredante en el
heredamiento.

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Responsabilidad: solo responde de las deudas del heredante anteriores al heredamiento
con los bienes transmitidos de presente y tan pronto como esté hecha la excusión de los
bienes y derechos que el heredante se haya reservado. En vida del heredante, el heredero
no responde. Una vez ha muerto, el heredero podrá excluir de responsabilidad dichos
bienes si se acoge al beneficio de inventario en el tiempo y la forma establecidos.

3. LOS PACTOS SUCESORIOS DE ATRIBUCIÓN PARTICULAR.

En pacto sucesorio pueden convenirse atribuciones particulares a favor de uno de los


otorgantes o de terceros. Los otorgantes pueden convenir también atribuciones
particulares recíprocas a favor del que sobreviva. Pueden realizarse con carácter
preventivo (de la misma forma que en los heredamientos). Si en el pacto sucesorio de
atribución particular existe transmisión de presente de bienes, el acto se considera
donación.

El art. 431-29 CCCat regula los pactos sucesorios de atribución particular partiendo de
varios criterios: respecto a los sujetos, respecto al tipo de atribución, y, su posible
carácter preventivo.

– Si el causante otorga en pacto sucesorio una atribución particular solo puede


disponer de los bienes que son objetos de la misma con el consentimiento
expreso del favorecido o, si este no es parte del pacto, con el de los demás
otorgantes.

– Si el bien atribuido se pierde o se deteriora por una causa imputable al causante,


o éste lo enajena o grava, el favorecido puede exigir al heredero su valor.

– Si el favorecido premuere al causante, la atribución deviene ineficaz, salvo que


éste sea descendiente del causante y deja descendientes llamados a su herencia,
ya que transmite a estos su calidad de favorecido.

– Al morir el causante, el favorecido con una atribución particular hace suyos los
bienes independientemente de que el heredero acepte la herencia, y puede tomar
posesión de ellos por sí mismo.

– En defecto de lo que se haya convenido, se aplican las normas de los legados (en
lo que sean compatibles por su naturaleza).

– Son compatibles con el heredamiento, testamento o ley.

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Lección 20: Las donaciones por causa de muerte.

1. CONCEPTO Y EFECTOS.

Pueden definirse (ROCA TRÍAS) como unas atribuciones patrimoniales a título


particular, otorgadas en consideración de la muerte del donante, que precisan la
aceptación del donatario y la supervivencia del donatario al donante. En el artículo
5319.3 CCCat se establece que «Son donaciones por causa de muerte las que hacen los
donantes en consideración de su propia muerte. El aplazamiento de la entrega del bien
donado hasta el momento de la muerte de los donantes o la reserva a su favor del
usufructo vitalicio no confieren a la donación el carácter de donación por causa de
muerte». A continuación (art. 531-9.4) se dispone, claramente, que las donaciones
mortis causa se rigen por las reglas del libro IV, el cual las define (art. 432-1.1) como
aquellas disposiciones de bienes que el donante, en consideración a su muerte, otorga en
forma de donación aceptada por el donatario en vida suya, sin que el donante quede
vinculado personalmente por la donación.

El código asimila a estas donaciones las otorgadas bajo la condición suspensiva de


sobrevivir el donatario al donante, por lo que quedarán sometidas al régimen de
aquéllas, sin perjuicio de las disposiciones en materia de pactos sucesorios (art. 432-
1.2).

Podrá otorgar donaciones por causa de muerte quien tenga capacidad para testar, pero,
de no ser otorgadas en escritura pública, sólo serán válidas si el donante es mayor de
edad. Podrá aceptarlas el donatario con capacidad para contratar o sus representantes
legales (art. 432-3).

En cuanto al objeto el art. 432-2 prescribe que no podrán ser universales.

De acuerdo con el art. 432-4, al fallecer el donante, el donatario hará suyos los bienes
donados, independientemente de que el heredero acepte la herencia y de la validez o
subsistencia del testamento del donante o de sus disposiciones. El donatario podrá
posesionarse de dichos bienes sin necesidad de entrega por el heredero o por el albacea.
La transmisión de la propiedad de la cosa donada estará supeditada a que quede
definitivamente firme la donación (lo cual acaece en el momento de la muerte del
donante, siempre que éste premuera al donatario sin haber revocado la donación), a
menos que la voluntad de las partes sea de transmisión inmediata, con reserva de
usufructo por el donante o sin reserva, bajo la condición resolutoria de revocación o
premoriencia del donatario (art. 432-1.3).

2. NORMATIVA APLICABLE.

El código las regula en los artículos 432-1 a 432-5. Estos preceptos se limitan a
establecer unas normas específicas de este peculiar título sucesorio, remitiéndose en lo
demás a las normas de los legados (art. 432-2.1) y a las de las donaciones entre vivos.
Respecto a estas últimas (normas relativas a las donaciones entre vivos), el art. 432-2.2

51
precisa que su aplicación a las donaciones por causa de muerte se producirá en la
medida en que la especial naturaleza de éstas lo permita.

En concreto, en virtud del art. 432-2, las donaciones por causa de muerte se regirán por
las normas de los legados en lo relativo a: la inhabilidad y la indignidad sucesorias del
donatario; el derecho de acrecer entre los donatarios; la posibilidad de sustitución vulgar
del donatario; las condiciones, los modos, las sustituciones, los fideicomisos y demás
cargas impuestos al donatario; la pérdida posterior de los bienes donados; el derecho
preferente de los acreedores hereditarios para el cobro de sus créditos.

En lo demás se regirán por las normas de las donaciones entre vivos, en la medida que
lo permita su especial naturaleza.

3. INEFICACIA.

Según dispone el art. 432-5 las donaciones por causa de muerte quedarán sin efecto si el
donante las revoca expresamente en escritura pública, testamento o codicilo (pese a que
el donatario la hubiese aceptado, la revocación produce sus efectos, puesto que la
donación sólo cobra eficacia con la muerte del donante); si enajena o lega los bienes
donados; si otorga con posterioridad heredamiento, desde el momento en que éste
produce efecto; si el donatario premuere al donante, y si éste no perece con ocasión del
especial peligro determinante de la donación.

52
OTRAS ATRIBUCIONES SUCESORIAS DETERMINADAS POR
LA LEY.

Tema 21: La legítima.

1. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA.

La legítima se trata de un derecho legal que tienen determinadas personas, con


independencia de la voluntad del causante, a obtener en la sucesión del causante un
valor patrimonial a título de institución hereditaria, legado, atribución particular o
donación, o de cualquier otra forma.

Este derecho nace con la muerte del causante. Se entiende que es aceptada mientras no
se renuncie de manera expresa, pura y simple. Y es un derecho que se transmite a los
herederos del legitimario.

Se trata de un derecho de crédito a obtener un valor. Este valor es un porcentaje sobre el


patrimonio relicto más las atribuciones sucesorias en vida. Por lo tanto, la legítima no es
sólo un límite a la facultad de testar, es un límite a la facultad de disponer/atribuir de la
persona.

Este derecho de crédito lo tiene que satisfacer el heredero con el patrimonio hereditario,
no con el personal (aunque no significa que hay un derecho real sobre el patrimonio
hereditario, no hay una afección real de los bienes, simplemente que no se trata de una
deuda del causante ni una carga para éste).

Prescribe al cabo de 10 años desde la muerte.

Como hemos dicho antes, la legitima puede atribuirse a título de institución hereditaria,
legado, atribución particular o donación, o de cualquier otra forma.

– Lo que se reciba en virtud de estos títulos se imputarán a la legítima que


corresponda (si lo que recibe es inferior a lo que le corresponde por legítima se
podrá reclamar lo que falta, y si el valor de estas atribuciones excede el importe
de la legítima, los legitimarios hacen suyo el exceso).

– Si no se hace ninguna atribución, se podrá reclamar lo que por legítima


corresponde (el título adquisitivo será la legítima misma).

– Cuando haya atribución sucesoria voluntaria (heredero o legado): si el


legitimario repudia la herencia o legado se entiende como una renuncia de la
legítima.

– Es posible que por lo que los legitimarios recibieron en vida del causante, el
derecho quede satisfecho.

53
– Si después del pago de la legítima aparecen nuevos bienes del causante, el
legitimario tiene derecho al suplemento que le corresponda.

2. LA CALIDAD PERSONAL DEL LEGITIMARIO.

Los legitimarios son las personas que tiene derecho a obtener la legítima. Estas personas
son:

1) Los descendientes: El art. 451-3,1.2, CCCat dice que son legitimarios todos los
hijos del causante por partes iguales.

o En caso de premoriencia, desheredamiento justo, indignidad y ausencia


son representados por los descendientes por estirpes.

o Estos representantes solo tienen derecho a la legítima, no a las


otras atribuciones que el causante haya ordenado a favor del
representado.

2) Los ascendientes: En el caso en que el causante no tenga descendientes que lo


hayan sobrevivido, son legitimarios los progenitores por mitad (art. 451-4
CCCat):

o En el caso de que el causante tenga hijos, pero éstos hayan sido


desheredados justamente o declarados indignos, no hay legitima de los
progenitores.

o Si sólo hay un progenitor, le corresponde toda la legítima.

o Si uno ha sido declarado indigno o ha sido desheredado justamente, la


legítima solo corresponderá al otro.

o No hay derecho de representación.

3. EL EFECTO PATRIMONIAL DE LA CALIDAD DE LEGITIMARIO: EL


DERECHO A LA LEGÍTIMA. CONFIGURACIÓN DEL DERECHO.
CÁLCULO Y DETERMINACIÓN. SATISFACCIÓN DEL DERECHO.
ATRIBUCIÓN, PAGO Y INOFICIOSIDAD LEGITIMARIA.

Cálculo de la legítima

El cálculo de la legítima es un conjunto de operaciones contables cuyo resultado


determinará en primer lugar si existe legítima, y en caso afirmativo a cuánto asciende.
El art. 451-5 CCCat dice que el importe de la legítima es la cuarta parte de la cantidad
base que resulta de aplicar una serie de reglas que relaciona a continuación.

54
Por tanto, la cuantía de la legítima global es la cuarta parte de la cantidad que resulta
de aplicar las siguientes reglas: 1 + 2:

1 = [El valor que los bienes de la herencia tienen en el momento de la muerte del
causante, las deudas y los gastos de la última enfermedad, entierro o incineración].

2 = [El valor que tienen los bienes dados o enajenador por otro título gratuito, por
el causante, en el momento de morir el causante (en los 10 años precedentes a su
muerte, excepto en el caso de las donaciones imputables a la legítima que se computan
con independencia de la fecha de donación), los gastos útiles sobre los bienes dados
costeados por el donatario y del importe de los gastos extraordinarios de conservación o
reparación, no causados por su culpa, que él haya sufragado + la estimación de los
deterioros originados por culpa del donatario que puedan haber disminuido su valor].

Si el donatario ha enajenado los bienes donados o si los bienes se han perdido por culpa
del donatario, se añade al valor de 1, el valor que tenían los bienes en el momento de su
enajenación o destrucción.

Para determinar el importe de las legítimas individuales, hacen número el legitimario


que sea heredero, el que ha renunciado a la misma, el desheredado justamente y el
declarado indigno de suceder. No hacen número el premuerto y el ausente, salvo que
sean representados por sus descendientes.

Imputación de donaciones y atribuciones particulares:


Son imputables a la legítima las donaciones entre vivos otorgadas por el causante con
pacto expreso de imputación o hecha en pago o a cuenta de la legítima.
Y salvo que el causante disponga otra cosa, serán imputables a la legitima las siguientes
donaciones:

– Donaciones hechas por el causante a favor de los hijos para que puedan adquirir
la primera vivienda o emprender una actividad profesional, industrial o
mercantil que les proporcione independencia personal o económica.

– Atribuciones particulares en pacto sucesorio, las donaciones por causa de muerte


y las asignaciones de bienes al pago de legítimas, hechas también en pacto
sucesorio, cuando se hagan efectivas.

– En la herencia de los abuelos, los bienes recibidos por los progenitores


representados que habrían sido imputables a su legítima en caso de haber sido
legitimarios son imputables a la legítima de los nietos.

El pago de la legítima: Si al legitimario se le atribuye el título de heredero o de


legatario, lo que recibe en virtud de estos títulos se imputará a la legitima que le
corresponda. Si es insuficiente, puede reclamar un suplemento, ya que las personas

55
legitimarias tienen derecho a reclamar la cantidad/valor correspondiente a la totalidad de
la legítima. La repudiación de estos títulos equivale a renuncia de la legítima.
La atribución en concepto o imputable a la legítima no se puede someter a condición,
termino, modo, carga o fideicomiso. Estas limitaciones se consideran no formuladas,
salvo que su valor exceda del que corresponde por legítima; en este caso se puede optar
entre aceptarla en los términos convenidos o reclamar sólo lo que por legítima
corresponde.
En el caso de que se atribuya un título de legado al legitimario hay dos supuestos:

1. Legado simple de la legítima: cuando se utiliza la forma “lo que por legítima
corresponda” u otra forma similar.

2. Legado dispuesto en concepto de legítima o imputable a esta pero no es legado


simple. En este caso la legítima debe ser de dinero o de bienes integrantes del
caudal relicto (los bienes deben ser de propiedad exclusiva).

Los legitimados para realizar el pago son el heredero o, en algunos casos, el albacea.
Para pagar la legítima pueden hacerlo tanto en dinero o bien con los bienes del caudal
relicto. Si el pago se realiza en bienes, el legitimario puede recurrir a la autoridad
judicial competente para que decida con equidad que bienes son los que corresponden
para satisfacer el pago (los bienes se estiman por su valor en el momento en que la
persona legitimada los elige para pagar). Si el causante no especifica lo contrario, la
legitima devenga interés legal desde la muerte del causante.

Preterición: cuando el causante no ha dejado nada a los legitimarios. Es pretérito el


legitimario a quien el causante no ha hecho ninguna atribución en concepto de legítima
o imputable a ésta, y que tampoco ha sido desheredado justamente. Cuando esto ocurre:

– El legitimario puede exigir lo que por legítima le corresponde.

– El legitimario pretérito puede anular (tiene un plazo de 4 años desde la muerte


del causante) el testamente siempre que se trate de un descendiente que nació
después de testar o la existencia del cual el testador ignoraba en el momento de
testar. Excepciones:

1. Que el heredero designado sea cónyuge o pareja.

2. Que el heredero único designado sea un hijo o descendiente y en el


momento de testar había más de un hijo o un hijo y estirpe de un hijo
premuerto.

3. En caso de filiación determinada después de la muerte.

Inoficiosidad legitimaria: tiene como centro de atención al heredero. Considerando el


valor del activo hereditario líquido, si resulta que no le quedan bienes relictos
suficientes para pagar las legítimas, podrá reducir o suprimir legados, donaciones,

56
atribuciones hechas a particulares hechas en pacto sucesorio y las donaciones mortis
causa. La reducción se realiza respetando las preferencias de pago que ha dispuesto el
causante.
La reducción de donaciones y atribuciones particulares en pacto sucesorio comienza por
la más reciente y así sucesivamente, por orden inverso de fecha.

– La acción de inoficiosidad: es la acción dirigida a reducir o suprimir determinadas


atribuciones realizadas por el causante (su ejercicio no hace falta que sea
necesariamente judicial).

o Los legitimados son los legitimarios y sus herederos, y los herederos del
causante.

o El orden a seguir de cara a reducir o suprimir atribuciones es: 1º) los


legados (suprimir o reducir en proporción a su valor); 2º) a las
donaciones mortis causa y las atribuciones en pacto sucesorio se les
aplica el mismo régimen que a los legados (reducción proporcional); 3º)
donaciones (de la más reciente a la más antigua).

o Termino de caducidad: 4 años contando desde la muerte del causante (la


acción puede caducar antes de prescribir el derecho a reclamar la
legitima).

o Facultad de enervar la reducción (o facultad de rescate): se le


reconoce a todos los legatarios, donatarios o adquirientes en virtud de un
pacto sucesorio. Consiste en evitar la pérdida de los bienes pagando a los
legitimarios en dinero el importe de su derecho.

4. LA EXTINCIÓN DE LA LEGÍTIMA. CAUSAS.

El art. 451-25 CCCat trata de la extinción de la legítima y menciona las siguientes


causas: la renuncia pura y simple (el art. 451-26 CCCat trata de la renuncia a la legítima
futura); el desheredamiento justo y la declaración de indignidad para suceder, extinguen
la legítima individual. También debe considerarse como causa de extinción la
prescripción de la acción de reclamación, con todas las reservas que puedan aducirse en
cuanto a prescripción de las acciones.

La legítima de los progenitores se extingue si el acreedor muere sin haberla reclamado


judicialmente o por requerimiento notarial, después de la muerte del causante.

En todos estos casos la legítima se integra en la herencia sin perjuicio de los supuestos
en que corresponda el derecho de representación.

El desheredamiento justo y la declaración de indignidad para suceder, ya estudiados, no


son casos de extinción de la legítima sino que el derecho a la misma no llega a nacer
respecto al que debería ser beneficiario por falta de capacidad para suceder. Sin

57
embargo a efectos del cálculo de la legítima individual hacen número tanto el
desheredado justamente como el declarado indigno.

58
Lección 22: La cuarta viudal.

1. SU CARÁCTER DE EFECTO PATRIMONIAL “POST MORTEM” DEL


MATRIMONIO Y DE LA UNIÓN ESTABLE DE PAREJA.

La cuarta vidual es el derecho que corresponde al cónyuge superviviente o al


superviviente de la pareja estable a obtener en la sucesión del premuerto la cantidad
necesaria para atender sus necesidades hasta un máximo de la cuarta parte del activo
hereditario (art. 452-1 CCCat).

Para determinar estas necesidades debe tenerse en cuenta el nivel de vida del cual
disfrutaba durante la convivencia y el patrimonio relicto, la edad, el estado de salud, los
salarios y las rentas percibidas o las perspectivas económicas previsibles, que son
criterios análogos a los que sirven para fijar la prestación compensatoria en las
situaciones de crisis matrimoniales. Por su parte el art. 452-1.2 CCCat, establece que
para determinar las necesidades deberá tenerse en cuenta también el patrimonio relicto,
aparte del nivel de vida de que gozaba el superviviente durante la convivencia.

2. RECLAMACIÓN DE LA CUARTA VIUDAL.

El art. 452-4.4 CCCat, permite al cónyuge superviviente y al superviviente de la unión


estable de pareja que anote en el Registro de la Propiedad la demanda de reclamación de
la cuarta vidual, de acuerdo con el art. 42.10 LH. La cuarta vidual, devenga intereses
desde que es reclamada judicialmente (art. 452-4.3 CCCat).

3. DETERMINACIÓN DE LA CUARTA. IMPUTACIONES LEGALES.

La cuarta vidual es el límite máximo a que puede ascender el derecho del superviviente
(cónyuge o pareja de hecho) en la sucesión de su causante para satisfacer sus
necesidades. (art. 452-1 CCCat) Por tanto «cuarta vidual» tiene dos acepciones: como
límite del derecho y como el derecho mismo. Para el cálculo del derecho del cónyuge
supérstite o conviviente de la pareja sobreviviente, es necesario tener en cuenta:

Cuarta vidual = (Valor bienes del activo hereditario líquido en el momento de


la muerte – el valor de los bienes de la herencia atribuidos al cónyuge viudo o
conviviente en pareja estable superviviente) + valor bienes dados o enajenados
por el causante por cualquier otro título (excepto las donaciones).

El límite máximo es la cuarta parte del haber hereditario.

4. LA ACCIÓN DE RECLAMACIÓN.

La cuarta vidual no confiere al sobreviviente la cualidad de heredero, ni el derecho de


acrecer en la sucesión de este. La cuarta vidual reconoce al superviviente una acción
personal contra los herederos del causante (art. 452-4.1 CCCat).

59
En consecuencia, el superviviente, cónyuge o pareja de hecho, no tiene un derecho
sobre los bienes del causante, aunque los herederos pueden pagarle con bienes
hereditarios o en dinero (art. 452-4.2 CCCat).

5. EL PAGO.

Según el art. 452-4.1 CCCat la cuarta vidual confiere acción personal contra los
herederos del causante, al cónyuge viudo y al sobreviviente en la unión estable de
pareja. Por su parte el heredero o las personas facultadas para realizar el pago pueden
optar por hacerlo en dinero o en bienes de la herencia, de acuerdo con las normas del
pago de la legítima. Se trata de una obligación del heredero que es alternativa porque le
permite optar entre dos sistemas de pago, y el viudo o conviviente sobreviviente recibe
el mismo valor en ambos.

De esta forma los bienes serán valorados a la muerte del causante, pero si en el
momento del pago dichos bienes han variado su valor, el heredero cumplirá, en caso de
pago en dinero, con entregar al viudo o conviviente superviviente, el valor actual que
tendrían los bienes en el estado en que se encontraban a la muerte del causante. De esta
forma puede que el importe del pago no se corresponda con la valoración de los bienes a
la muerte del causante.

6. LA EXTINCIÓN DE LA CUARTA VIUDAL.

Las causas de extinción de la cuarta vidual están enumeradas en el art. 452- 6 CCCat.
En realidad lo que el artículo establece es con referencia a la extinción de la acción para
reclamar la cuarta. Causas de extinción:

1. Renuncia expresa del sobreviviente después de la muerte del causante. No se


considerará renuncia a la cuarta, la renuncia realizada a la adquisición de los
bienes que el causante haya podido otorgar mortis causa al cónyuge supérstite o
conviviente superviviente en unión estable. Dichos bienes, se computarán en el
patrimonio del beneficiario a los efectos de determinar la existencia del derecho
a la cuarta. Tampoco puede admitirse la renuncia anterior a la muerte del
causante, de acuerdo con la línea mantenida para las legítimas (art. 451-26
CCCat), si bien la cuarta está lejos de las legítimas, ambas tienen en común que
son un derecho de crédito contra el heredero. Por lo anterior la renuncia a la
cuarta, para que sea efectiva debe ser expresa, ni presunta ni tácita, y posterior a
la muerte el causante.

2. Muerte del cónyuge viudo o el conviviente en unión estable de pareja


superviviente sin haber ejercitado la acción.

3. Matrimonio o convivencia marital con otra persona después de la muerte del


causante y antes de haberse ejercitado la acción de reclamación aunque no haya
transcurrido el plazo de los tres años de prescripción de la acción. Se trata de
una acción personal que no se transmite a los herederos, aunque dichos

60
herederos pueden continuar el procedimiento si éste ya se ha iniciado. En
cambio el matrimonio o la convivencia posteriores a la reclamación de la cuarta
no incidirán en su percepción.

4. Suspensión o privación de la potestad del cónyuge viudo o conviviente en


unión estable de pareja superviviente, por causa que le sea imputable, sobre los
hijos comunes habidos con el causante. Sin embargo la pérdida de la potestad no
tendrá ningún efecto si se produce con posterioridad a la reclamación de la
cuarta según se deduce del tenor literal de apartado d) del art. 452-6 CCCat

La pretensión para reclamar la cuarta vidual prescribe a los tres años de la muerte del
causante.

LA SUCESIÓN INTESTADA

Lección 23: La sucesión intestada.

El pacto sucesorio y el testamento son formas voluntarias de las que pueden servirse las
personas para disponer de sus bienes para después de su muerte, e instituir a sus
herederos. Si el causante no ha previsto su sucesión o bien la previsión deviene nula o
ineficaz, la ley llama a la misma a determinadas personas con las que existe un vínculo
con el causante. Este llamamiento a la sucesión recibe el nombre de abintestato o
intestada. La sucesión intestada actúa de manera subsidiaria, ya que sólo será efectiva a
falta de sucesión voluntaria universal (art. 441-1 CCCat).

La función de la sucesión intestada es dotar a los bienes del causante de un titular, que
se subrogará en todas aquellas relaciones jurídicas que no se hayan extinguido con la
muerte. No se trata de suplir una presunta voluntad del causante a la vista de las
personas que la ley llama a su sucesión, que son parientes o personas vinculadas con el
mismo, sino de solventar una cuestión de interés público y evitar situaciones
conflictivas que podrían producirse si quedaran paralizadas las relaciones jurídicas de
las que el causante era titular. De ahí, que en defecto de las personas físicas
mencionadas por la ley, la misma establezca que sucederá la Generalitat

1. LOS SUPUESTOS DE APERTURA DE LA SUCESIÓN INTESTADA. LA


APLICACIÓN DEL PRINCIPIO “NEMO PRO PARTE”.

La sucesión intestada es subsidiaria de la sucesión voluntaria y en este sentido el art.


4411 CCCat indica que «la sucesión intestada se abre cuando una persona muere sin
dejar heredero en testamento o en heredamiento, o cuando el instituido o instituidos no
llegan a serlo». De esta forma se establece un orden de preferencia. En primer lugar la
sucesión voluntaria pactada, luego la testamentaria y en defecto de las anteriores la
sucesión abintestato. Se mantiene el principio «nemo pro parte testatus pro parte
intestatus decedere potest» y el requisito de la institución de heredero como sucesor
universal, ya que la sucesión intestada sólo es incompatible con la sucesión voluntaria

61
universal, pero no con la voluntaria a título particular, de manera que la
incompatibilidad se da entre instituciones de heredero legal y voluntario, pero no con la
sucesión legal y la voluntaria, siempre que esta última no sea universal. Así es como se
ha entendido el principio de «nemo pro parte», que no permite suceder en parte testada
y en parte intestada, a título universal, pero permite que concurran la sucesión voluntaria
a título particular, utilizando las formas de memorias testamentarias o codicilos, y la
sucesión universal a título de heredero abintestato.

En la sucesión intestada, la ley llama como herederos del causante a los parientes por
consanguinidad y por adopción y al cónyuge viudo o al conviviente en pareja estable
superviviente. En su defecto, sucede la Generalidad de Cataluña. El grado más próximo
excluye el grado más remoto, sin perjuicio del derecho de representación (por el caso de
premoriencia, indignidad y ausencia). Representante: no hace falta que sea heredero del
representante.

El primer requisito necesario para la apertura de la sucesión intestada es que el causante


no haya otorgado testamento o heredamiento, o habiéndolo hecho resulten ineficaces.

Son nulos los testamentos que estén afectados por cualquiera de los defectos que
establecen los art. 422-1 (defectos formales) y 422-7 (preterición errónea) CCCat. Los
testamentos que resulten ineficaces por caducidad y los destruidos sin posibilidad de
reconstrucción, se equipararán a los efectos que aquí interesan al testamento nulo (art.
422-1 CCCat).

Son nulos los pactos sucesorios que no corresponden a ninguno de los tipos que
establece el CCCat y los otorgados por personas no legitimadas, o bien sin observar los
requisitos legales de capacidad y forma, y los otorgados con engaño, violencia o
intimidación (art. 431-9.1 CCCat).

A pesar de que el causante haya ordenado su sucesión y que el testamento o pacto


sucesorio sea válido, es posible que el instituido heredero no llegue a serlo, bien porque
no quiere, bien porque no puede. Este es el segundo supuesto para la apertura de la
sucesión intestada.

La normativa sucesoria regula varios supuestos que revisten características especiales.


Así, el art. 423-10 CCCat contempla la posibilidad de que el testador excluya en el
testamento a determinadas personas llamadas a la sucesión intestada. Debemos recordar
que para que un testamento sea válido debe contener institución de heredero (art. 423-
1.1 CCCat) con las excepciones contenidas en el art. 423-1.2 y 3 CCCat. En el caso de
que el testamento se limite a excluir a varios posibles herederos abintestato, la herencia
se defiere a los llamados a suceder de acuerdo con las normas de la sucesión intestada
que no hayan sido excluidos por el testador. De esta manera el testamento es válido y
eficaz ya que el hecho de excluir a algunos posibles herederos implica designar a los
demás tácitamente. La sucesión, en este caso será testamentaria aunque la designación
de los herederos se haya efectuado de acuerdo con las normas de la sucesión intestada.

62
En el caso de que el testador, excluya en su testamento a todos las personas llamadas a
la sucesión intestada del mismo, incluso a la Generalitat, sin instituir heredero (art. 423-
1 CCCat), el testamento será nulo, precisamente por falta de institución de heredero, y
en este caso si no hay testamento anterior, sí que deberá acudirse a la apertura de la
sucesión intestada.

2. LOS HEREDEROS ABINTESTATO. EL ORDEN SUCESORIO. LA


PROXIMIDAD DEL GRADO DE PARENTESCO. EL DERECHO DE
REPRESENTACIÓN.

El proceso sucesorio tiene distintas etapas, algunas de las cuales pueden coincidir en el
tiempo. La muerte del causante determina el momento de la apertura de la sucesión. A
la apertura de la sucesión se produce la vocación o llamada de los posibles sucesores del
causante, en este momento son llamados todos aquellos que puedan tener derecho a
dicha sucesión, tanto si el llamamiento ha sido a través de un título voluntario como si
ha sido por la ley. Se trata del sistema de vocaciones simultáneas que acoge el art. 412-1
CCCat según el cual tienen capacidad para suceder todas aquellas personas nacidas o
concebidas a la apertura de la sucesión y que sobrevivan al causante. También tienen
capacidad para suceder las personas jurídicas que se hallen constituidas legalmente al
momento de la apertura de la sucesión (art. 412-2.1 CCCat.).

El siguiente paso después de la vocación es la delación. La delación consiste en el


ofrecimiento de la posibilidad de aceptar la herencia al heredero llamado
preferentemente. Es posible que vocación y delación coincidan en el tiempo, pero
también pueden darse en momentos distintos, así cuando el primer llamado no puede o
no quiere aceptar la herencia, la vocación al segundo posible heredero es simultánea al
momento de la apertura de la sucesión y en cambio la delación sólo se le ofrece una vez
frustrado el primer llamamiento. En cuanto a los efectos de la delación eficaz el art.
461-1 CCCat, establece que el heredero llamado a la herencia deferida puede aceptarla o
repudiarla libremente.

La ley regula la sucesión abintestato determinando las personas llamadas a la sucesión


del causante y el orden de la delación. El sistema que tradicionalmente ha seguido el
ordenamiento es el denominado «successio graduum et ordinum».

Como regla general, las personas que son llamadas a la sucesión intestada tienen un
vínculo con el causante que es de parentesco por consanguinidad o adopción,
matrimonial o unión estable de pareja. Este ha sido uno de los puntos en el que el
derecho de sucesiones ha evolucionado de forma más importante. En la actualidad la
vinculación con el causante se extiende a otras determinadas situaciones de convivencia
reguladas por la ley. La Generalitat es llamada en último lugar, en defecto de los
anteriores, como sucesora de los ciudadanos a los que les es aplicable el CCCat.

63
Las personas llamadas a la sucesión intestada del causante pertenecen a varias
categorías, clases u órdenes. Según el art. 441-2 CCCat, pueden agruparse en tres clases:

1. Parientes del causante por consanguinidad o por adopción.

2. Cónyuge viudo o conviviente en unión estable de pareja.

3. Generalitat.

Dentro de la clase de los parientes del causante la proximidad del parentesco se


determina por el número de generaciones y cada generación es un grado. Así entre un
padre y un hijo hay una generación y están separados por un grado. Cada serie de grados
forma una línea. Por ejemplo, padre, hijo, nieto, bisnieto. La línea puede ser directa o
colateral. La línea es directa si las personas descienden una de otra y puede ser
descendente o ascendente. La línea directa descendente une al progenitor con las
personas que son sus descendientes. El ejemplo anterior, padre, hijo, nieto, bisnieto, es
una línea directa descendente. En cambio la línea directa ascendente une a una persona
con aquellas de las que desciende, así el nieto con su padre y su abuelo. Cada persona
forma parte de varias líneas directas descendentes y ascendentes. Si la persona tiene
varios hijos es el origen de tantas líneas descendentes como hijos. En la línea recta
ascendente una persona también se halla en varias líneas, la línea paterna y la línea
materna que a su vez seguirá dividiéndose entre los abuelos paternos y maternos, etc.

La línea es colateral si las personas no descienden unas de otras pero tienen un tronco
común. Dos hermanos no descienden uno de otro pero tienen un tronco común que es su
padre o su madre, un sobrino y un tío no descienden uno de otro pero tienen un tronco
común que es el abuelo o la abuela del primero que a la vez es padre o madre del
segundo.

En la línea directa se computan los grados por el número de generaciones. Entre padre e
hijo hay una generación y por tanto les separa un grado. En la línea colateral los grados
se computan sumando las generaciones de cada rama del tronco común. Los hermanos
distan dos grados (hijo-padre-hijo). Tío y sobrino distan tres grados: Un grado entre el
tío y su padre que es el tronco común y dos grados entre el nieto (sobrino) y su abuelo
que es el tronco común (padre del tío).

Los grados determinan en cada línea la proximidad del parentesco y en la sucesión


intestada, el llamado de grado más próximo excluye a los demás, excepto en los
supuestos en que procede el derecho de representación (art. 441-5 CCCat).

Derecho de representación

El art. 441-5 CCCat establece que en la sucesión intestada el llamado de grado más
próximo excluye a los demás, de lo que se deduce que no será llamado el grado
siguiente hasta que no se haya agotado el anterior. Por ejemplo si en primer lugar son
llamados los hijos del causante, solamente se llamará a los nietos si ninguno de los

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primeros puede suceder. Lo anterior estaría de acuerdo con el art. 441-6.2 CCCat que
establece el derecho de acrecer a los parientes del mismo grado, cuando alguno de los
llamados no llega a ser heredero por cualquier causa, o es indigno de suceder al
causante. Sin embargo, tanto en el art. 441-5 CCCat como en el art. 441-6.2 se
contempla como excepción a la aplicación del derecho de acrecer, el derecho de
representación.

El derecho de representación permite que sea llamada una persona de grado ulterior
descendiente del primer llamado, cuando éste haya premuerto, haya sido declarado
ausente o indigno de suceder, ocupando su lugar en la sucesión del causante (art. 441-7
CCCat). El derecho de representación permite la concurrencia en la misma sucesión de
dos grados distintos y a la vez excluye el derecho de acrecer sobre la cuota vacante.

El derecho de representación es una excepción a la norma general de forma que sólo


actúa en los casos en los que esté previsto, así en la sucesión intestada y, como se verá,
en la legítima. No lo hará en cambio en la sucesión voluntaria en la cual existen otros
medios para prevenir la misma situación, en especial la sustitución vulgar.
Por tanto, para que actúe el derecho de representación es necesario:

a. Que se haya frustrado un llamamiento de grado anterior.

b. Que la persona de grado anterior no haya podido adquirir por alguna de


las causas siguientes: premoriencia; haya sido declarada ausente; haya
sido declarada indigna de suceder al causante.

c. Que el llamado de grado posterior sea descendiente del primero.

El derecho de representación sólo se aplica a los descendientes del causante sin


limitación de grado, y a los hijos de hermanos, pero no se extiende a los descendientes
de éstos últimos.

El orden de suceder en el CCCat.

El CCCat establece el orden de suceder en la sucesión intestada regular en los siguientes


términos:

1. La herencia se defiere a los hijos del causante por derecho propio y a sus
descendientes por derecho de representación (art. 442-1.1 CCCat), sin perjuicio
de los derechos que puedan corresponderle al cónyuge viudo o al conviviente en
unión estable de pareja superviviente.

2. Si el causante muere sin hijos ni descendientes sucede el cónyuge superviviente


o el conviviente en unión estable de pareja superviviente (art. 442-3.2 CCCat).

3. Si el causante muere sin hijos ni descendientes, ni cónyuge ni conviviente en


pareja estable, sucederán los progenitores a partes iguales, si sólo sobrevive uno,

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la delación a éste se extenderá a toda la herencia. Si faltan los padres sucederán
los ascendientes de grado más próximo (art. 442-8.2 CCCat).

4. Si el causante muere sin hijos ni descendientes, sin cónyuge o conviviente, y sin


ascendientes, sucederán los parientes colaterales de la siguiente forma (art. 442-
9 CCCat): en primer lugar los hermanos por derecho propio y los hijos de
hermanos por derecho de representación (art. 442-10.1 CCCat), a falta de
hermanos e hijos de hermanos sucederán los otros parientes de grado más
próximo en línea colateral hasta el cuarto grado (art. 442-11 CCCat).

5. Si faltan las personas señaladas mas arriba sucederá la Generalitat de Cataluña


(art. 442-12.1 CCCat).

3. USUFRUCTO UNIVERSAL DEL CÓNYUGE O DEL CONVIVIENTE EN


UNIÓN ESTABLE DE PAREJA. LA FACULTAD DE CONMUTACIÓN.

El art. 442-3 CCCat establece que el cónyuge viudo o el conviviente en pareja estable
superviviente, en caso de concurrir a la sucesión con hijos del causante o descendientes
de estos, tiene derecho al usufructo universal de la herencia, libre de fianza, si bien
puede ejercer la opción de conmutación que le reconoce el art. 442-5 CCCat.

La referida conmutación del usufructo se recoge, por lo tanto, en el art. 442-5 CCCat,
que en su apdo. 1 otorga la posibilidad de que el cónyuge viudo o el conviviente en
pareja estable superviviente pueda optar por conmutar el usufructo universal por la
atribución de una cuarta parte alícuota de la herencia y, además, el usufructo de la
vivienda conyugal o familiar. Esta opción podrá ejercerse en el plazo de un año a contar
de la muerte del causante y se extingue si el cónyuge viudo o el conviviente en pareja
estable superviviente acepta de forma expresa la adjudicación del usufructo universal
(apdo. 2).
Asimismo, precisa el apdo. 3 del mencionado precepto que el cónyuge viudo o el
conviviente en pareja estable superviviente solo puede pedir la atribución del usufructo
de la vivienda conyugal o familiar si este bien forma parte del activo hereditario y el
causante no ha dispuesto del mismo en codicilo o en pacto sucesorio. Si el viudo o el
conviviente superviviente era copropietario de dicho bien junto con el causante, el
usufructo se extiende a la cuota que pertenecía a este, aplicándose a este usufructo lo
estipulado en el apdo. 3 del 442-3 CCCat.

El apdo. 4, por su parte, determina que para proceder al cálculo de la cuarta parte
alícuota de la herencia, se parte del valor de los bienes del activo hereditario líquido en
el momento de la muerte del causante y se descuentan los bienes dispuestos en codicilo
o pacto sucesorio y, si procede, el valor del usufructo de la vivienda que también se
atribuye al cónyuge viudo o al conviviente en pareja estable superviviente, pero no las
legítimas. En cuanto a la forma de pago, la cuarta parte alícuota de la herencia puede
pagarse adjudicando bienes de la herencia o con dinero, a elección de los herederos,
aplicando las reglas del legado de parte alícuota (apdo. 5).

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Por otra parte, y por lo que respecta a la regulación del usufructo universal, se estará a
lo dispuesto en el art. 442-4 CCCat, que en su apdo. 1 determina que el usufructo
universal del cónyuge o del conviviente en pareja estable se extiende a las legítimas,
pero no a los legados ordenados en codicilo, a las atribuciones particulares ordenadas en
pacto sucesorio a favor de otras personas ni a las donaciones por causa de muerte.

4. LA SUCESIÓN INTESTADA DEL CAUSANTE IMPÚBER.

El art. 444-1 CCCat regula la sucesión intestada del causante impúber, es decir, la
sucesión del menor de catorce años para el que no se ha dispuesto una sustitución
pupilar. Se trata de una sucesión irregular o especial, inspirada en la troncalidad según
la fórmula «paterna paternis, materna maternis». Para que sea efectiva esta sucesión se
requiere:

a) que el causante fallezca impúber, sin sucesión.

b) que no se haya dispuesto una sustitución pupilar.

c) que existan bienes procedentes de la línea paterna o de la línea materna que


reúnan los requisitos necesarios.

d) que existan determinados parientes de las líneas de procedencia de los bienes.

El objeto de esta sucesión se limita a los bienes del impúber que haya adquirido de su
padre o madre por naturaleza o por adopción, o de los otros parientes paternos o
maternos hasta el cuarto grado, a título gratuito. Incluye los bienes adquiridos tanto a
título gratuito, inter vivos como mortis causa, con lo cual quedarían excluidos los bienes
adquiridos por el menor a título oneroso aunque procedieran de sus padres o parientes
hasta el cuarto grado.

En los bienes troncales son llamados a la sucesión por orden, los parientes más
próximos al impúber dentro del cuarto grado en la línea de la cual proceden los bienes
(art. 444-1
a) CCCat). El grado más próximo excluye al siguiente. Así para los bienes recibidos por
el impúber de su bisabuelo materno, será llamada en primer lugar su madre (primer
grado) y si ésta falta, los hermanos del causante y el abuelo o abuela maternos de la
línea origen de los bienes (segundo grado), si también faltan serán llamados los
parientes de tercer grado: hermanos de la madre y bisabuelo materno, origen de los
bienes (tercer grado).

Si no existen parientes de la línea materna dentro del cuarto grado habrá que acudir a la
sucesión intestada regular.

5. LA SUCESIÓN A FAVOR DE LA GENERALITAT DE CATALUNYA.

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Según el art. 442-12 CCCat, la última llamada en la sucesión intestada es la que
corresponde a la Generalitat y se produce si faltan todas las personas señaladas con
anterioridad. La Generalitat es llamada a título de heredero abintestato, es un heredero
necesario a los efectos de evitar la falta de titular de los bienes, por este motivo no
puede repudiar la herencia, si bien siempre ha de entenderse que la herencia ha sido
aceptada a beneficio de inventario mediante previa declaración judicial de heredero (art.
442-12.2 CCCat).

El destino que la Generalitat ha de dar a los bienes heredados viene establecido por la
ley. La Generalitat ha de destinar los bienes o su producto o valor a establecimientos de
asistencia social o a instituciones de cultura, preferentemente que se encuentren en la
población de la última residencia habitual del causante en territorio catalán. En defecto
de dichos establecimientos, deberá aplicarse el producto de la venta o el valor de los
bienes, a los establecimientos o instituciones de la comarca, y si faltan, a los de carácter
general que sean a cargo de la Generalitat.

Si en el caudal relicto hay fincas urbanas, la Generalitat las habrá de destinar


preferentemente al cumplimiento de políticas de vivienda social, ya sea directamente o
reinvirtiendo el producto obtenido al enajenarlas, según sus características (art. 442-13.2
CCCat).

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