Você está na página 1de 18

Frustración y conductas sociales

Frustration and Social Behavior


Frustração e condutas sociais

Alba Elisabeth Mustaca*


Universidad Abierta Interamericana

Doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/apl/a.4643

Resumen From a theoretical point of view, frustration is defined


as the body response that is triggered when a subject
A lo largo de la vida ocurren hechos que no son tal co- experiences a surprising omission or devaluation in
mo lo esperábamos: algunas veces son mejores, otras the quality or quantity of an appetitive reinforcer in
peores; las neurociencias, incluida la psicología, estudia the presence of signals previously associated with a
ampliamente los mecanismos y efectos que ellos pro- reinforcer of greater magnitude (Amsel, 1992). In this
vocan. Desde el punto de vista teórico, la frustración article, I will present only the main theories of frustration
se define como la respuesta del organismo desenca- and examples of the relationship between it and social
denada cuando un sujeto experimenta una omisión o responses in animal and human models.
devaluación sorpresiva en la calidad o cantidad de un Keywords: Frustration, agonistic responses, social ex-
reforzador apetitivo, en presencia de señales previa- clusion, animal and human models.
mente asociadas con un reforzador de mayor magnitud
(Amsel, 1992). Este artículo se limitará a presentar las Resumo
teorías principales sobre la frustración y ejemplos de
las relaciones que existen entre ella y las respuestas Ao longo da vida ocorrem fatos que não são tal como
sociales, en modelos animales y humanos. o esperávamos: algumas vezes são melhores, outras
Palabras clave: frustración, respuestas agonísticas, piores; as neurociências, incluída a psicologia, estuda
exclusión social, modelos animales y humanos. amplamente os mecanismos e efeitos que eles pro-
vocam. Desde o ponto de vista teórico, a frustração
Abstract define-se como a resposta do organismo desencadeada
quando um sujeito experimenta uma omissão ou des-
Throughout life, events play out in unexpected ways: valorização supressiva na qualidade ou quantidade de
sometimes they are better than expected and sometimes um reforçador apetitivo, em presença de sinais previa-
they are worse. The neurosciences, including psycho- mente associadas a um reforçador de maior magnitude
logy, widely study these mechanisms and their effects. (Amsel, 1992). Neste artigo me limitarei a apresentar

* Centro de Altos Estudios de Ciencias Humanas y de la Salud (caecihs), Facultad de Psicología y Ciencias Humanas, Universidad
Abierta Interamericana. Correspondencia. Correo electrónico: albamustaca@gmail.com

Cómo citar este artículo: Mustaca, A. E. (2018). Frustración y conductas sociales. Avances en Psicología Latinoamericana,
36(1), 65-81. doi: http://dx.doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/apl/a.4643

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 65
Alba Elisabeth Mustaca

as teorias ­principais sobre a frustração e exemplos das e­ stímulos aversivos que implican dolor proveniente
relações que existem entre ela e as respostas sociais, de estímulos sensoriales, como una golpiza entre
em modelos animais e humanos. rivales. Esto se ve reflejado en numerosas inves-
Palavras-chave: frustração, respostas agonísticas, ex- tigaciones. La escala de valoración de reajuste
clusão social, modelos animais e humanos. social (srrs, sigla en inglés) es uno de los instru-
mentos de medición más citados en la bibliografía
sobre el estrés desde hace más de 50 años. Los
Una persona que busca un trabajo esperando un srrs constan de 43 ítems identificados a partir de
sueldo de $10 000 queda decepcionada si le ofrecen experiencias clínicas psicológicas que requieren
$5000; otra, en cambio, si esperaba $3000, puede un reajuste emocional o que deben tratarse para
sentirse eufórica con el mismo ofrecimiento; y un prevenir efectos sobre la salud (Holmes & Rahe,
tercero, que esperaba $5000, quedaría simplemente 1967). Esta escala, al igual que Scully, Tosi y
conforme. Con este ejemplo, se evidencia que las Banning (2000), determina que los 5 principales
reacciones ante los hechos dependen, entre otros eventos que una amplia población evaluó como
factores, de dos cuestiones: el valor del suceso estresantes fueron la pérdida de un ser querido,
en sí mismo, que es el tangible o absoluto (en el divorcio, separación, encarcelamiento y muerte
ejemplo, $5000) y otro relativo o subjetivo, que es de un familiar cercano. Las investigaciones clí-
aquel que se espera recibir o tener (expectativa). nicas muestran que la pérdida de un ser querido,
La comparación entre lo esperado y lo recibi- del trabajo o problemas económicos pueden traer
do puede desencadenar respuestas emocionales, como consecuencia alteraciones en el área social,
cognitivas y neurobiológicas de distinta índole: si como mayor irritabilidad, depresión, agresividad o
se recibe más de lo esperado, se estará contento, tendencia a volver a conductas no adaptativas del
eufórico y alegre; si es menor, se estará frustrado, pasado, como alcoholismo o drogadicción (Bar-
enojado o triste; si es igual, se seguirá tranquilo trop, Luckhurst, Lazarus, Kiloh & Peny, 1977; Hall
y, se diría, “es lo que esperaba”. En este artículo & Irwin, 2001; Rando, 1993; Stein & Trestman,
se hará referencia a las respuestas de los sujetos 1990). También suelen provocar una disminución
ante situaciones en las cuales reciben eventos más inmunológica transitoria considerable, por lo cual
negativos a los esperados, que se conocen como la persona está más vulnerable y puede aumentar
frustración o violación de expectativas positivas. la probabilidad de adquirir enfermedades infeccio-
La intensidad y duración de las reacciones a estos sas, o para que se activen otras de origen genético
eventos depende, entre otros factores, de la discre- (Kielcolt-Glaser et al., 1988; Mustaca, 2001; Mus-
pancia existente entre lo que se espera (por historias taca & Bentosela, 1995). La pérdida de reforza-
de aprendizajes previos, diferencias individuales, dores económicos también puede provocar serias
etc.), y lo que se recibe. Las decepciones, si son alteraciones. Liprandi et al. (2012), por ejemplo,
muy intensas, pueden dejar profundas huellas en mostraron una estrecha relación temporal entre el
la conducta e inclusive en la salud, o fortalecer a aumento relativo de la mortalidad cardiovascular
la persona por contar con herramientas y capaci- y el descenso del Producto Bruto Interno (pbi) en
dades para enfrentarlas. Argentina. Estas investigaciones correlacionales y
Las situaciones que provocan estrés en la vi- clínicas son sugerentes, pero sus resultados no pue-
da diaria contienen, en la mayoría de los casos, den determinar relaciones de causalidad. La muerte
elementos que incluyen violación de expectati- de un ser querido o la falta de trabajo, por ejemplo,
vas positivas, como pérdidas, totales o parciales, pueden desencadenar estados o hábitos que en sí
de incentivos o reforzadores apetitivos, y no de mismos provocan alteraciones ­psicofisiológicas,

66 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

como no alimentarse bien, padecer insomnio, fu- del organismo (conductual, fisiológica y neural)
mar mucho o estar distraídos y tener accidentes. desencadenada cuando un sujeto experimenta
En ese sentido, los diseños experimentales con una devaluación sorpresiva en la calidad o cantidad
humanos, manteniendo los códigos éticos, y los de un reforzador apetitivo, en presencia de señales
realizados con animales no humanos, como ratas contextuales o temporales previamente asociadas
o ratones, proveen más información básica sobre con un reforzador de mayor magnitud. Los proce-
los efectos y mecanismos de la pérdida total o dimientos para estudiarlos son variados, aunque
parcial de incentivos, ya que poseen un mayor todos ellos tienen en común la violación de una
control experimental, aunque no pueden explicar expectativa positiva que se adquirió mediante la
completamente la complejidad de la conducta hu- historia de aprendizajes previos. En los modelos
mana. Es la interacción entre las investigaciones animales, la omisión de un estímulo apetitivo pue-
con humanos y con otros animales lo que traerá de involucrar la eliminación total del reforzador
una mayor comprensión de las relaciones causales apetitivo (extinción), la reducción parcial de su
del comportamiento complejo y, por consecuencia, magnitud o calidad (contraste cuantitativo y cua-
si esas conductas son perjudiciales, hallar formas litativo), la reducción en la tasa del reforzamiento
de tratarlas o prevenirlas. (contraste conductual), un cambio de un reforza-
Los estudios sobre frustración comenzaron alre- dor preferido a otro menos preferido (contraste
dedor de 1930 (Tinklepaugh, 1928) y actualmente anticipatorio), o la interpolación de una barrera
siguen siendo foco de interés. En sus comienzos, entre el sujeto y el reforzador cuando antes no lo
los investigadores buscaban realizar preparaciones estaba. Para evaluar los efectos de la disminución
de laboratorio que mostraran evidencia de algunas o ausencia de reforzadores sociales, se aíslan a los
hipótesis, tales como que la frustración genera sujetos, en la mayoría de los casos en etapas de
agresión, fijación, regresión y conflicto (Yates, la infancia o adolescencia y se miden parámetros
1975). Esta tendencia sigue existiendo, con el conductuales y psicofisiológicos en la adultez. Los
agregado de investigaciones neurobiológicas que instrumentos utilizados, en general, son los mis-
desentrañan las bases neurales de la frustración. mos que se usan para el estudio del aprendizaje:
La frustración es una palabra muy usada en la corredores lineales, laberintos, cajas de condicio-
vida cotidiana. En psicología tiene al menos dos namiento, campo abierto, privación social, entre
acepciones (Berkowitz, 1989). Dollard, Doob, Mi- otros no tan convencionales. Como incentivos
ller, Mowrer y Sears (1939) la consideraron como se utilizan en la mayoría de los casos alimentos
un estímulo (una interferencia) entre una secuencia sólidos o líquidos de distinta calidad y cantidad.
de respuestas que se dirigen hacia una meta. Amsel Las variables dependientes que se miden son la
(1958, 1992), en cambio, la define en función de velocidad de recorrido y otras respuestas del sujeto
las repuestas que tiene el organismo ante estímulos que varían en función del cambio del reforzador,
que implican un decremento, omisión o interferen- comparado con controles que no son expuestos a
cias de reforzadores y desarrolla una teoría de la ellos. Además, se evalúan respuestas fisiológicas y
frustración, fundada en mecanismos asociativos. neurales. En preparaciones consumatorias se mide
En este artículo se tendrá en cuenta el concepto el consumo, lameteos o tiempo de permanencia
de Amsel. La frustración o efectos paradójicos del en el bebedero de soluciones apetitivas (e. g. agua
reforzamiento (Amsel, 1992), contraste negativo azucarada en distintas concentraciones). En todas
o relatividad de los refuerzos (Flaherty, 1996) u estas preparaciones predominan los procesos emo-
omisión sorpresiva de reforzadores (Papini, 1997, cionales, a excepción del contraste anticipatorio y
2003) se define en ese contexto como la respuesta el conductual, en los cuales sobresalen los procesos

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 67
Alba Elisabeth Mustaca

cognitivos (Flaherty & Rowan, 1985; Pérez, Díaz situaciones de frustración. De esto se deduce que
& Pulido, 2009). la frustración primaria y la secundaria pueden te-
En los estudios experimentales con humanos ner mecanismos distintos, como se evidenció en
se utilizan como incentivos juguetes, alimentos, algunas investigaciones. Por otra parte, suelen ser
restricción de movimientos o interrupción de tareas reacciones transitorias. Sin embargo, esto no impli-
placenteras si son bebés o niños (Kobre & Lipsitt, ca que situaciones de frustraciones muy intensas,
1972; Miller & Karniol, 1976); y exclusión social, como, por ejemplo, la pérdida de un trabajo o de
realización de tareas difíciles o irresolubles, cam- un ser querido, no desencadenen en el organismo
bio de imágenes placenteras a neutras, perder en cambios duraderos. La teoría de Amsel sobre la
un juego, noticias de empeoramiento económico, frustración sigue siendo la más general y la que ha
entre otras, si son adultos (Cuenya, Kamenetzky, sido puesta a prueba en numerosos procedimien-
Fosacheca, & Mustaca, 2013; Kamenetzky, Cuen- tos experimentales. Más adelante, Gray (1987)
ya, Elgier, López Seal, Fosacheca, et al., 2009). se abocó a establecer las bases neurobiológicas
La mayoría de las teorías consideran que la del miedo y la frustración guiado por las teorías
frustración se asocia con respuestas conductuales, de Amsel y de Konorsky (1967) que afirman la
emocionales, psicofisiológicas y neurales similares existencia de una equivalencia funcional y neu-
o idénticas a la presentación de estímulos aversivos robiológica entre la omisión de reforzadores ape-
o su anticipación, por lo que se la considera un titivos y la presentación de estímulos aversivos.
modelo de estrés y dolor psicológico (Amsel, 1958; Para validar esta hipótesis se utilizan métodos que
Gray, 1987; Gray & McNaughton, 2000; Konors- se pueden sintetizar en evaluar si las respuestas
ky, 1964, 1967; Mustaca, 2013; Papini, Fuchs & conductuales, fisiológicas y neurales entre ambos
Torres, 2015). Según Amsel (1992), la omisión o eventos se solapan o son análogas. Estos métodos
disminución sorpresiva de un reforzador positivo se pueden combinar entre sí y, aunque aún no hay
provoca activación o potenciación de cualquier una respuesta definitiva, los resultados apoyan la
comportamiento que le sigue inmediatamente al hipótesis propuesta (Mustaca et al., 2005; Mustaca,
evento frustrante, llamado efecto de frustración 2013; Papini, Fuchs & Torres, 2015).
(ef). Se trata de una reacción incondicionada, El objetivo de este artículo es presentar inves-
aversiva, llamada frustración primaria, que ejerce tigaciones que mostrarán cómo la violación de
un efecto motivacional parecido al drive o arousal. expectativas positivas influye sobre las respuestas
Es este estado lo que lleva a los animales a reco- sociales. Además, se mencionarán experimentos
rrer el laberinto más rápido (Amsel & Roussel, que utilizan estímulos aversivos con el objeto
1952), ambular más, pararse en dos patas, escapar, de comparar sus resultados y validar la teoría de
etc., cuando se omite o disminuye un reforzador y equivalencia psicofisioneurobiólogica entre las dos
respuestas neurales semejantes al dolor y estrés. clases de eventos. En la mayoría de las investiga-
Después de esta primera reacción, se produce un ciones sobre el tema, los sujetos son sometidos a
proceso de condicionamiento de las respuestas estados de frustración en contextos que comparten
anticipatorias de la frustración primaria, llamada con otros congéneres y se miden las respuestas
frustración secundaria o condicionada. Las res- sociales que desencadenan, comparándolas con
puestas que provoca son de conflicto y ansiedad, grupos controles no frustrados. En estudios con
debido a que los estímulos están asociados con dos humanos suelen administrarse diferentes pruebas
tipos de respuestas: apetitivas y aversivas. Final- psicométricas que dan cuenta de otros factores
mente, los animales suelen adaptarse y responder, individuales que pueden influir en los resultados
como los sujetos, con controles no expuestos a y no siempre miden las respuestas sociales ante

68 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

congéneres, sino que utilizan otros métodos, como otras (asociado con el condicionamiento aversivo
cuestionarios, vocabulario utilizado o toma de deci- y la pérdida de reforzadores apetitivos). A la vez,
siones que indirectamente implican alteraciones en distinguió dos grandes movimientos sociales. El
la conducta social, que se suele llamar agresividad fascismo, que establece un capitalismo de estado
implícita. En este artículo, por razones de espacio, totalitario, una economía dirigista y un naciona-
se presentarán, principalmente, los cambios com- lismo con componentes revanchistas que condu-
portamentales provocados por la frustración, sin cen a la violencia y corporaciones de seguridad
mencionar sus correlatos neurales o fisiológicos. del régimen contra los que el estado define como
Además, el artículo se restringirá, por las mismas enemigos, utilizando un eficaz aparato de propa-
razones, a los efectos de la frustración sobre la ganda y alto control. Sus líderes son personalistas
conducta agonística y a los de la privación social y su función es mantener el orden con discursos
(frustración por pérdida de reforzadores sociales) agresivos, en el cual hay enemigos y amigos, lo
sobre diferentes respuestas. que genera fanatismo, violencia y miedo. Afirmó
que esta organización social se basa en mecanis-
Frustración y conducta agonística mos psicológicos relacionados con la motivación
provocada por la frustración por la falta de libertad
Investigaciones con animales no humanos y discriminaciones, y por el miedo provocado por
las amenazas y castigos por conductas opuestas
La conducta agonística se refiere a las respues- al régimen. El segundo movimiento social que
tas sociales relacionada con la lucha. Incluye la consideró es el de las democracias. Este sistema
agresión, el apaciguamiento, el escape, la evitación está formado por grupos organizados en torno a
y patrones de amenaza inter o intraespecíficas. objetivos comunes y atractivos que variarán en
La hipótesis según la cual la frustración causa distintos individuos. Sus líderes representan al
agresión, al igual que la presentación de estímulos grupo, están cerca de toda la sociedad y atentos a
aversivos, tiene una larga tradición. Fue desa- sus necesidades. En este movimiento predomina
rrollada inicialmente por Dollard, Dobb, Miller, la motivación hacia metas y hacia la satisfacción
Mower y Sears (1939) y más adelante por Ber- de necesidades, existe mayor libertad y respeto
kowitz (1989), inspirados en el psicoanálisis. Para por los individuos, más que a tener en cuenta ideas
la teoría de Amsel (1992), la presencia de agresión dogmáticas. Si bien esta extrapolación parece un
después de la frustración primaria sería producto de tanto exagerada y es difícil ponerla a prueba de
la activación generalizada; emerge porque puede modo concluyente, son sugerentes y muestra que
llegar a ser la primera en la jerarquía de respues- los investigadores de laboratorio, en la mayoría
tas posibles. La teoría sobre frustración-agresión de los casos, no pierden la perspectiva de aplicar
tuvo tanta repercusión que Maier (1942), en pleno sus conocimientos para entender las situaciones
periodo de la segunda guerra mundial, asoció los cotidianas de las sociedades complejas. De todos
estudios de laboratorio sobre el tema con la con- modos, como se verá más adelante, algunas inves-
ducta social en la época del nazismo y con todas tigaciones apoyan la idea de que acontecimientos
las sociedades autoritarias donde existe restricción sociales relacionados con pérdidas o violación de
de la libertad. Su teoría afirmaba la existencia de al expectativas pueden inducir, entre otros compor-
menos dos clases de motivación: la dirigida hacia tamientos, a la violencia.
metas (relacionado con condicionamiento apetiti- Si bien, se mostró que no necesariamente la
vo) y la instigada por la frustración, que conlleva presentación de estímulos aversivos y la omisión
conductas de agresión, miedo y conflicto, entre de incentivos produce agresión, hay evidencia

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 69
Alba Elisabeth Mustaca

de que, bajo ciertas condiciones, la hipótesis se condicionados que predicen ausencia de reforzado-
valida. Cuando se administran choques eléctricos res, los animales despliegan respuestas agresivas
en las patas de dos ratas enjauladas, inmediata- a sus congéneres (Vindas et al., 2012). Por otra
mente empiezan a pelearse entre ellas (Dunlap, parte, cuando los monos Rhesus fueron aislados
Gentry & Zeigler, 1939). Estos resultados se re- de su grupo social y se los entrenó posteriormen-
plicaron en situaciones de frustración en una gran te en un programa de reforzamiento y extinción,
variedad de especies, como palomas, primates y manifestaron conductas transitorias de autoagre-
peces (Azrin, Hutchinson & Hake, 1966). Bajo sión en las etapas de extinción. Esta conducta fue
programas de extinción apetitiva, los animales transitoria, apareció en las primeras transiciones
suelen desplegar respuestas agresivas si hay con- de condicionamiento apetitivo-extinción, y luego
géneres cerca (O’Kelly & Steckle, 1939; Ulrich desapareció (Gluck & Sackett, 1974). Es posible
& Azrin, 1962). Por ejemplo, Azrin et al. (1966) que la disminución de la autoagresión se podría
expusieron a unas palomas a periodos sucesivos haber reducido por contracondicionamiento de
de adquisición y extinción, mientras en la mis- la activación generalizada (el concepto de con-
ma caja de condicionamiento había un congénere tracondicionamiento se describirá en el apartado
atado e inactivo. Cuando comenzaba el periodo resumen y conclusiones).
de extinción, las palomas atacaban a su par. Los Aunque en la mayoría de los casos se halló que
ataques ocurrían en la primera porción de la etapa el miedo y la frustración genera agresión, también
de extinción, aumentaban monotónicamente en se obtuvieron resultados opuestos. En las prepara-
función del número de reforzamientos previos y ciones de indefensión aprendida (Overmier & Se-
se reducían cuando las palomas tenían libre acceso ligman,1967) es donde más se ha mostrado que los
al alimento. Con ratas ocurrió lo mismo en un co- animales expuestos a choques eléctricos incontro-
rredor lineal (Gallup, 1965), con palomas y ratas lables e impredecibles mostraban conductas de so-
en la caja de Skinner (Davis & Donenfeld, 1967) metimiento más que de agresión. Williams (1987)
y, en chanchitos de Guinea, se observó además y Williams y Lierle (1986) hallaron que las ratas
que la agresión estaba asociada con un aumen- dominantes expresaban patrones de sumisión des-
to de corticosterona en su plasma sanguíneo, lo pués de recibir choques eléctricos incontrolables.
que indica un estado de estrés (Dantzer, Arnone Además, el efecto desaparecía si previamente a la
& Mormone, 1980). Davis y Donenfeld (1967) presentación de choques inevitables, los animales
mostraron que, cuando a las ratas se les sacaba el eran expuestos a un entrenamiento de condiciona-
refuerzo en una caja de Skinner, aumentaban las miento apetitivo instrumental. Los resultados de
agresiones a otras en función de la extinción de disminución de la agresividad se replicaron en dos
cada par, exhibían desde posiciones de amenazas preparaciones de frustración, el contraste sucesivo
hasta la expulsión de la caja. negativo consumatorio (csnc) y la extinción consu-
La respuesta agresiva se extiende a señales que matoria (ec). En el csnc los animales expuestos a la
predicen ausencia de refuerzo. Por ejemplo, To- devaluación de una solución azucarada (e. g., 32 %
mie, Carelli y Wagner (1993) mostraron, en ratas a 4 %) tienen una disminución abrupta del consumo
sedientas, que una correlación negativa entre un respecto de controles que siempre consumieron la
tono y agua aumentaba las mordidas a un objeto solución al 4 %, que se torna igual a los del grupo
durante la presencia del tono si previamente el control después de unos 3-4 ensayos (Flaherty,
tono se había presentado inmediatamente antes 1996). Esta respuesta viene acompañada con mayor
del agua. Del mismo modo, en salmones del At- ambulación y elevamientos de las patas delante-
lántico, se halló que ante la presencia de estímulos ras (ver en Youtube contraste sucesivo ­negativo

70 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

consumatorio), y otras repuestas conductuales y una plataforma que requería hacer una fuerza mí-
neurofisiológicas similares a las de dolor y miedo nima de 25 libras (11,34 kg). Se halló que cuando
(Mustaca, 2013; Papini & Dudley, 1997; Papini, recibían recompensa por la tarea, los sujetos, para
Fuchs & Torres, 2015). En la ec, el reforzador se escapar del ruido, pulsaban el botón; en cambio,
omite completamente (Mustaca, Freidín & Papini, cuando no se los reforzaban (extinción), golpeaban
2002). Respecto de la respuesta social, se halló en la plataforma que requería mayor energía. Esta
varios experimentos que, cuando inmediatamen- elección después de la omisión de la recompensa
te después de la devaluación del reforzador o de se interpretó como una expresión de agresión; sin
la ec, los animales se exponen a otro congénere, embargo, no se puede descartar que refleje sim-
expresan patrones comportamentales de sumisión plemente una conducta más enérgica, típica de la
y de pérdida de la dominancia (Mustaca & Martí- reacción de activación provocada por la extinción.
nez, 2000; Mustaca, Martínez, & Papini, 2000), un Los impactos de la observación de videojuegos
resultado similar a los obtenidos cuando reciben sobre la agresividad, que comenzaron con Bandu-
choques eléctricos incontrolables y opuesto a los ra (1974), son fuente de controversia, ya que no
encontrados anteriormente cuando se utilizaron hay resultados concluyentes sobre el tema (De la
procedimientos instrumentales. Torre-Luque & Valero-Aguayo, 2013). Algunos
estudios recientes se concentran también en evaluar
Investigaciones con humanos la hipótesis frustración-agresión mediante diseños
experimentales con videojuegos. Por ejemplo,
En humanos, al igual que en los otros animales, Breuer, Scharkow y Thorsten (2015), con estudian-
si bien los resultados tendieron a mostrar que la tes, manipularon las condiciones experimentales
frustración genera agresión, las medidas depen- de modo que haya perdedores y ganadores en un
dientes utilizadas pueden dar lugar a interpreta- juego de futbol en línea. A continuación de la termi-
ciones ambiguas, en otros casos no desencadena nación del juego, se les decía que iban a competir
respuestas agresivas. Existen razones éticas para en otro tipo de tareas con los equipos ganadores,
evitar diseños que implique daño físico en los en el cual, cuando los sujetos fallaban, los podían
sujetos. Los investigadores, conscientes de esta castigar con un ruido de distintos volúmenes. Ha-
dificultad, suelen utilizar medidas de agresiones llaron que los sujetos que perdieron en el juego
implícitas, como uso de malas palabras, escalas anterior, cuando tenían oportunidad de castigar,
de agresividad y castigos verbales o punitorios. elegían hacerlo con el mayor volumen posible, a
Además, los experimentos no pueden controlar la diferencia de los que habían ganado, que presiona-
historia de aprendizaje ni las diferencias individua- ban a un volumen más bajo. Además, esa respuesta
les por razones genéticas, que pueden modular las se halló mediatizada por los puntajes obtenidos en
respuestas. Como contrapartida a estas limitaciones una escala de afectividad negativa que llenaban
para evaluar relaciones causales entre frustración después de terminar con el juego de fútbol: cuanto
y conducta social, se pueden medir factores de mayor puntuaban en afectividad negativa, mayor
personalidad u otros rasgos que modulen estas era el volumen que utilizaban para el castigo. Por
relaciones (Frederiksen & Peterson, 1977). otra parte, esa respuesta no estuvo influida por los
Nation y Cooney (1982) proporcionaron a un comentarios neutros o irónicos del experimentador
conjunto de estudiantes dos formas de escapar de cuando los sujetos perdían en el primer juego, ni
ruidos intensos y azarosos mientras hacían una tampoco por el género de los participantes. Este
tarea manual que se recompensaba con fichas: diseño es muy interesante, aunque faltaría la com-
presionando suavemente un botón o golpeando paración con un grupo experimental “empate”, ya

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 71
Alba Elisabeth Mustaca

que, al comparar la mayor agresividad implícita que el vocabulario agresivo se manifestó solamente
en los perdedores, no se puede descartar que los en los sujetos frustrados con baja resiliencia. Los
resultados no hayan sido producto de la afecti- autores relacionaron este efecto como un indi-
vidad positiva de los ganadores, más que por la cador de que las personas con baja capacidad de
frustración de los perdedores. recuperación cuando tienen sucesos frustrantes
Relacionado con la investigación previa, son son más proclives a tener vocabularios agresivos
frecuentes las noticias sobre la violencia que des- que aquellos con alta capacidad de recuperación.
encadena el fútbol y otros deportes, casi siempre Otros estudios hallaron correlaciones positi-
realizada por grupos de fanáticos de los equipos vas entre cambios económicos negativos (que se
que perdieron. Gantz, Bradley y Wang (2006), pueden considerar pérdidas o disminuciones de
Rees y Schnepel (2009), Priks (2010) y Card y incentivos) y mayor cantidad de actos violentos
Dahl (2011) encontraron mayores índices de vio- y delincuencia. Catalano, Novaco y McConnell
lencia relacionado con el deporte. En el mismo (2002), Catalano, Snowden, Shumway y Kesse-
sentido, Munyo y Rossi (2013) idearon un estudio ll (2007) y Yoon y Joo (2005) mostraron que el
de campo en Uruguay con alta validez ecológica aumento de la tasa de desempleo estaba positiva-
que indirectamente apoya la hipótesis de la aso- mente relacionado con indicadores de violencia y
ciación entre frustración y agresión. Compararon Landau (1997) mostró una relación negativa entre
las denuncias de delitos antes, durante y después la percepción subjetiva de la situación económica
de partidos de fútbol de los dos equipos favoritos de la población (los puntajes altos indicaban per-
en Uruguay: Peñarol y Nacional, durante 8 años. cepción más positiva) y las tasas de homicidios
Para conocer cuál era el equipo favorito en cada de hombres y mujeres. Barlett y Anderson (2014)
partido (expectativa de éxito), se definía como el hicieron completar, por estudiantes universitarios
que recibía más apuestas en cada partido. Hallaron escalas y medidas de agresividad, rasgos de hos-
que en los partidos que perdía el favorito (viola- tilidad y percepción de estrés por crisis económi-
ción de la expectativa) aumentaban los delitos cas. Encontraron correlaciones positivas entre la
durante una hora después de terminado el partido, mayor percepción del estrés por cambios negati-
comparado con los denunciados una hora antes del vos en la sociedad y los puntajes en las escalas de
partido. Estos hechos violentos se registraron en agresión, mediatizadas por rasgos de hostilidad.
toda la región, no solo en las cercanías del lugar Para evaluar si la percepción de crisis social era la
donde se realizaba el encuentro. La contrapartida causa del aumento de los puntajes de agresividad
fue que, si ganaba el equipo favorito, los delitos y hostilidad, idearon un diseño experimental en
disminuían. el cual dividieron al azar a los estudiantes para
Los diseños experimentales con humanos per- que observaran, alrededor de 5 min, dos clases de
miten evaluar si ciertas características personales situaciones: videos con noticias que indicaban la
interactúan con la relación entre la frustración y la presencia de una economía pobre y en crisis (grupo
violencia. En ese sentido, Wang y Zhong (2015) 1), o videos con informaciones neutras (grupo 2).
presentaron un experimento con estudiantes de Inmediatamente después llenaban cuestionarios
pregrado donde eran o no sometidos a una situación de rasgos de agresividad, percepción de estrés,
de frustración a sujetos a los cuales previamente arousal y hostilidad. Los resultados mostraron que
los evaluaron con una prueba de resiliencia. La el estrés correlacionó negativamente con percep-
medida de agresividad implícita la medían por el ción de arousal y positivamente con la hostilidad;
vocabulario que usaban cuando eran frustrados a la vez, esta última correlacionó positivamente
(número de palabras neutras o agresivas). Hallaron con rasgos de agresividad. También se hallaron

72 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

diferencias entre varones y mujeres: los primeros la deducción, según los paradigmas “la pobreza
tuvieron puntajes más altos de agresividad y per- induce a la frustración” “la frustración conduce a
cepción de arousal que las segundas. En cuanto a la violencia”, de que la pobreza induce a la vio-
la comparación entre los dos grupos, se halló que lencia es un mito:
aquellos estudiantes que vieron el video sobre cri-
sis económica, puntuaron significativamente más […] se deriva que, en la medida en que ven
en hostilidad, agresividad y niveles de estrés que parcialmente satisfechas sus necesidades socio-eco-
los expuestos al video neutro. Este experimento nómicas, los grupos más acomodados (en particular
muestra que breves observaciones de situaciones las clases medias) tenderían a rechazar el uso de
de pobreza económica causan un aumento de estrés la violencia; la predisposición hacia la violencia
y rasgos de agresividad que pueden llegar a pro- sería por tanto un atributo peculiar de los grupos
vocar estados de hostilidad y conductas agresivas, más pobres (p. 9).
aunque ello no necesariamente la determina. Con
base en estos y otros estudios, Anderson y Bush- Además, presenta una investigación realizada
man (2002) postularon un modelo de agresividad en Chile, en la cual utiliza un cuestionario con esca-
general (gam). El modelo afirma que la perso- las tipo Likert, que mide actitudes de la orientación
nalidad y las variables situacionales interactúan hacia la violencia, índice de frustración, adapta-
para generar estados afectivos, cognitivos y de ción/resignación, individualismo, politización,
excitación fisiológica que pueden conducir a que autoagresividad y coerción en sujetos que viven en
se desencadenen procesos de evaluación y toma de zonas marginales, a los que llama pobladores y de
decisiones que pueden llevar a comportamientos clase media. Sintéticamente, halló que los pobla-
reflexivos o impulsivos, por lo que los sujetos pue- dores no se caracterizaron por índices elevados de
den ser agresivos o no. Este modelo de agresividad orientación a la violencia ni de frustración; entre
estaría relacionado con lo propuesto en la teoría estos y la clase media no hubo un patrón netamente
de la frustración de Amsel (1992) y de Berkowitz diferenciado respecto a la violencia; y mientras
(1989); la frustración sería uno de los tantos even- que la frustración se incrementó levemente con
tos que pueden provocar activación generalizada. la pobreza, la predisposición a la violencia tendió
Los estudios descritos anteriormente apoyan más bien a disminuir. Además, se observó un índice
indirectamente la teoría de Maier (1944). Sin em- de adaptación /resignación más alto en el grupo
bargo, hay que tener en cuenta que estos diseños de pobladores que en los de clase media y menor
son algunos correlacionales, otros miden respues- frustración, menor tendencia a la violencia, mayor
tas relacionadas con la violencia, y la mayoría las individualización y menor politización. Aunque
evalúan inmediatamente después de la frustración. este estudio es metodológicamente limitado, ya
Además, la variable de interés de esta investigación que es descriptivo, el cuestionario no está validado
(frustración) se infiere de las observaciones que y en sus tablas muestra porcentajes de respuestas
realizan los sujetos sobre situaciones negativas, sin utilizar estadísticas inferenciales, se presenta
que podrían desencadenar respuestas de estrés en esta revisión. Se presenta en esta investigación
pero no de violación de expectativas. debido a que tiene un valor heurístico, sugiere que
Relacionado con lo anterior, otros resultados hay que diferenciar y delimitar mejor el concepto
no siempre hallaron asociaciones entre eventos de de frustración cuando se analizan situaciones so-
crisis o pobreza con la violencia, sino de adaptación ciales más complejas. De hecho, la pobreza o las
o resignación. Tironi (1989), en un largo estudio situaciones crónicas a­ versivas pueden relacionarse
descriptivo de psicología política, menciona que más con los ­protocolos de estrés crónicos o de

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 73
Alba Elisabeth Mustaca

i­ ndefensión aprendida que con los de frustración. de aprendizaje (Cuenya, K ­ amenetzky & Mustaca,
Se debe recordar que el fenómeno de la indefen- 2014). Ruetti, Justel, Mustaca, Torrecilla y Gon-
sión aprendida se manifiesta por medio de tres zález Jatúff (2010) evaluaron el efecto de csnc y
déficits: (i) motivacional: retraso en la iniciación de ec en ratas adultas sometidas a un protocolo
de respuestas voluntarias; (ii) cognitivo: dificul- de estrés crónico neonatal, donde se incluía aisla-
tad en aprender posteriormente que una respuesta miento social. Hallaron que los animales expues-
controla una consecuencia, cuando previamente tos a estrés neonatal presentaron una respuesta
no la ha controlado, y (iii) emocional, desórdenes atenuada de frustración y, en la ec, una extinción
conductuales y fisiológicos característicos de un más acelerada, en relación con sus controles sin
estado de ansiedad y miedo seguido de depresión. tratamiento neonatal. Estos resultados fueron simi-
Otra posibilidad, quizá más plausible, es que si- lares a los hallados con el mismo protocolo cuando
tuaciones crónicas de pobreza conduzcan a un se aplicaron pruebas que implicaban presentación
proceso de habituación que hace que los individuos de estímulos aversivos.
se adapten a esas situaciones adversas. Entre los cambios producidos por el aislamiento
en la adolescencia en ratas, aplicado desde el primer
Efectos del aislamiento social día de destete (a los 21 días de su nacimiento) hasta
y exclusión social el día 30, se encuentra en la adultez una reducción
de interacciones sociales, deterioro de mecanismos
Estudios con animales no humanos inhibitorios, expresados en menor inhibición la-
tente e inhibición prepulso, hiperreactividad ante
Se hizo referencia en la introducción cómo las ambientes novedosos, inflexibilidad cognitiva,
pérdidas de reforzadores sociales provocan ansie- hiperactividad dopaminérgica en núcleo acumbens
dad, estrés y mayor vulnerabilidad a contraer en- (nac) y estriado ventral e hipoactividad glutama-
fermedades. El aislamiento social temprano, como térgica y dopaminérgica en la corteza prefrontal
así también aplicaciones de estímulos aversivos, (Fone & Porkess, 2008). Respecto de la frustración,
en animales, y sus efectos sobre la adultez es otro Cuenya, Fosacheca, Mustaca y Kamenetzky (2011)
de los protocolos que ha sido estudiado intensa- y Cuenya, Fosacheca, Mustaca & Kamenetzky
mente. En un principio, se mostró que el estrés en (2012) evaluaron ratas aisladas en la adolescencia
la infancia producía alteraciones conductuales y y hallaron que en la adultez no hubo diferencias
neurofisiológicas de mayor ansiedad y estrés ante en el efecto de csnc. Sin embargo, exhibieron un
situaciones específicas. Los clásicos experimentos aumento del efecto de contraste sucesivo positivo
de Harlow de la década de los cincuenta mostra- consumatorio (cspc, Flaherty, 1996), comparado
ron las dramáticas consecuencias que exhibieron con los controles que permanecieron agrupados.
los monos adultos criados en aislamiento (Har- En este procedimiento los animales que reciben
low, 1958). Sin embargo, los resultados hallados dos ensayos sucesivos de 32 % o 4 % de solucio-
más recientemente mostraron que los efectos son nes azucarada consumen transitoriamente (en dos
variados. Los sujetos que recibieron estímulos ensayos) más soluciones al 32 % que aquellos que
aversivos y de aislamiento social en la infancia, en siempre consumen 32 %. Se lo considera un efecto
la adultez pueden ser más ansiosos e inestables o opuesto a la violación de expectativas positivas,
más resilientes que los sujetos controles criados en o sea un modelo de euforia (Flaherty, 1996). Los
condiciones normales. El resultado depende de una animales aislados en la adolescencia exhiben un
compleja interacción entre factores que incluyen efecto de contraste positivo durante 7 ensayos,
tipos de estimulación, genéticos, e­ pigenéticos y

74 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

mientras que sus controles, solamente en dos en- Además de las respuestas mencionadas an-
sayos (Cuenya, Kamenetzky, & Mustaca, 2015). teriormente, se ha mostrado que los sujetos ex-
cluidos pueden aumentar conductas que tienen a
Estudios con humanos conectarse con los demás, como forma de volver
a sentirse incluidos. Maner, DeWall, Baumeister
Más recientemente, se realizaron experimen- y Schaller (2007) mostraron que las personas so-
tos con humanos que estudiaron las respuestas cialmente excluidas realizan conductas que les da
comportamentales, psicofisiológicas y neurales oportunidad de relacionarse con otras personas,
cuando los sujetos se exponían a condiciones de por ejemplo, hacer nuevas amistades, trabajar con
exclusión social o de rechazo social (Kamenetzky otras personas, etc. Además, Mead, Baumeister,
et al., 2009, Zadro & Gonsalkorale, 2014). Las Stillman, Rawn et al. (2011) mostraron que suje-
personas socialmente excluidas presentan reac- tos que habían sido excluidos en una tarea pueden
ciones de depresión, ansiedad, sentimientos de afectar sus respuestas como consumidores. Ellos
soledad y desamparo (Williams, Cheung & Choi, son más propensos a comprar un producto simbó-
2000; Eisemberger, Jarcho, Lieberman & Nalebuff, lico que pertenece a un grupo específico, aunque
2006). Respecto a los efectos sobre respuestas in- no sean prácticos ni para un regalo, a adaptar sus
terpersonales, la exclusión social puede provocar preferencias de compra a las de otro asociado con
disminución de respuestas prosociales, altruistas, él, a gastar dinero en un poco atractivo influen-
aumenta la probabilidad de que los sujetos apliquen ciado por un compañero y a informar que estaría
multas o castigos a personas que comenten delitos dispuesto a probar una droga ilegal, si solo al ha-
mucho más intensos que los sujetos no excluidos cerlo aumentara sus posibilidades de iniciar las
y la hostilidad hacia otras personas. Por ejemplo, conexiones sociales. Estos resultados sugieren que
Twenge, Baumeister, De Wall, Ciarocco y Bartels las personas socialmente excluidas pueden llegar
(2007) realizaron 7 experimentos en los cuales a sacrificar su bienestar personal y financiero por
manipulaban la exclusión social diciéndoles a el deseo de sentirse incluido.
los estudiantes que, por unos test que le tomaban
previamente, predecían que iban a pasar toda la Resumen y conclusiones
vida solos y aislados o que otros participantes
lo rechazaban (grupos exclusión). A otros estu- No es sorprendente que los estados emocionales
diantes les decían lo contrario (grupo control). influyan sobre las conductas. En este artículo se
Los estudiantes que recibieron predicciones de presentaron algunas evidencias relacionadas con
exclusión donaron menos dinero a un fondo para la interacción entre la frustración y algunas con-
estudiantes con pocos recursos, no estaban dis- ductas sociales. Desde el punto de vista teórico, los
puestos a ser voluntarios para otros experimen- datos corroboran la hipótesis general que afirma
tos de laboratorio, fueron menos útiles después que la presentación de estímulos aversivos y su
de un accidente y cooperaron menos en un juego anticipación y la omisión o pérdida de reforzado-
posterior donde participaban otros estudiantes. res apetitivos y su anticipación activan respuestas
Aunque en este diseño faltaría un grupo control conductuales que implican mecanismos psicofisio-
en el cual a los sujetos no se les diera ninguna pre- lógicos y neurales análogos. Estos procesos están
dicción acerca de su futuro a nivel social, muestra relacionados con el dolor, el miedo y la ansiedad.
el impacto que tiene una noticia negativa sobre Respecto de la conducta agonística, tanto la
una futura pérdida de reforzadores sociales sobre presentación de estímulos aversivos como la
respuestas prosociales. frustración provoca activación generalizada, que

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 75
Alba Elisabeth Mustaca

conduce, en la mayoría de los casos, a respues- transitorios, se podría suponer que también las
tas violentas, de agresividad u otras relacionadas consecuencias sobre la interacción social sean
con ellas. Sin embargo, la regla que la frustración momentáneas, aunque deberían ponerse a prueba.
siempre provoca agresividad, desarrollada por Otra cuestión que se exploró muy poco es có-
Dollard et al., (1939), no es correcta (Berkowitz, mo influye la historia de aprendizajes previos,
1987). Incluso en los diseños con modelos anima- las diferencias individuales y variables genéticas
les, relativamente más sencillos, se han encontrado sobre las relaciones entre la interacción social
resultados opuestos. Por ejemplo, en casi todos y la frustración. Ya se mostró que los paradig-
esos estudios se halló que los animales respondían mas de los efectos del aislamiento social o de
con mayor agresividad cuando eran expuestos a la estímulos aversivos en la infancia provocan en
omisión o decremento de reforzadores, utilizando la adultez resultados que dependen de la interac-
procedimientos instrumentales. En cambio, en los ción entre factores ambientales y biológicos. En
procedimientos consumatorios, como en el csnc y cuanto a las diferencias individuales, se mostró
la ec, las ratas exhibieron respuestas de sumisión que, en parte, las respuestas a la frustración están
ante congéneres. Estas disociaciones entre los reguladas por los genes (Flaherty, 1994; Cuenya,
procedimientos instrumentales y consumatorios Sabariego, Donaire, Fernandez-Teruel, Torres,
se observó en otros fenómenos paradójicos del & Papini, 2015). Aunque no se evaluaron si las
reforzamiento (Mustaca, Bentosela, Ruetti, Ka- reacciones diferenciales en ratas endocriadas se
menetzky, Cuenya et al., 2009). Aún se desconoce extienden a los efectos de la frustración sobre
cuáles son las condiciones necesarias y suficientes las respuestas sociales, es posible conjeturar que
para la inducción de violencia o de sumisión ante ellas deberían influir: otro vacío en la información
la violación de expectativas; se deberá explorar que debiera llenarse.
en futuras investigaciones. Sin embargo, hay evi- Respecto de los factores ambientales, se estudió
dencias que, tanto la frustración como los eventos extensamente, en modelos animales, cómo los pro-
aversivos, pueden crear inclinaciones hacia la vio- gramas de reforzamiento intermitente, donde una
lencia, mediatizada por la activación generalizada o respuesta se adquiere recibiendo de modo azaroso
una afectividad negativa, pero que puede inhibirse 50 % reforzamiento positivo y 50 % choques eléc-
por cuestiones culturales, de personalidad, situacio- tricos suaves, retraso en el refuerzo o no refuerzo,
nales, del contexto o de aprendizajes previos. Por produce a posteriori una mayor resistencia a la
lo cual, la hipótesis frustración —> agresividad, extinción (Amsel, 1992; Brown & Wagner, 1964),
si bien fue confirmada en muchas investigaciones, en comparación con el reforzamiento continuo.
como se presentó en el apartado de este artículo, Según la teoría de Amsel (1992), los sujetos so-
tienen una vigencia relativa, no solo con diseños metidos a reforzamiento intermitente aprenden por
experimentales, sino también cuando se extrapola contracondicionamiento a que, tanto la presencia
a contextos sociales o políticos. (respuesta de acercamiento) como la ausencia o
La mayoría de los experimentos sobre frus- disminución del reforzador apetitivo (respuesta
tración y sus relaciones con respuestas sociales de alejamiento y estado interno de estrés) están
mostraron las consecuencias inmediatas de los señalados por los mismos estímulos condicionados.
sujetos ante la violación de expectativas; no se El conflicto se resuelve a favor de responder, de
encontraron datos que muestren si ellas perduran modo que la conducta persiste cuando se introduce
en el tiempo. Dado que las investigaciones de la extinción, ya que la respuesta se ha condicionado
laboratorio indican que los efectos de la frustra- a la expectativa de ausencia o disminución de la de
ción, en especial en la frustración primaria, son recompensa. En cambio, en los sujetos ­reforzados

76 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

continuamente no hay nada que los motive a res- c­ ampo para realizar estudios interdisciplinarios
ponder en ausencia de recompensa. Es así que los que, a largo plazo, desarrollen una teoría integrada
programas de reforzamiento intermitente generan de los componentes conductuales y neurofisioló-
persistencia, valentía y mayor tolerancia al dolor gicos implicados en la violación de expectativas.
psicológico o sensorial que perduran, pueden re-
petirse en distintos contextos, situaciones y res- Referencias
puestas que Amsel (1992) denominó aprendizaje
y memoria disposicional. Desde el punto de vista Amsel, A. (1958). The role of frustrative nonreward
teórico se puede predecir que los procesos asocia- in noncontinuous reward situation. Psycholo-
tivos de contracondicionamiento deberían producir gical Bulletin, 55, 102-119.
un decremento en la activación generalizada, que Amsel, A. (1992). Frustration theory. Cambridge,
provocaría una reducción de todas las reacciones UK: Cambridge University Press. Appleton.
a la frustración. Esta hipótesis fue confirmada en Traducción al castellano en Madrid: Alianza,
numerosos procedimientos de frustración (Pelle- 1984.
grini, Muzio, Mustaca & Papini, 2004) y es usado Armetz, B. B., Wasserman, J., Petrini, B., Brenner, S.
en la práctica clínica y educacional para generar. O., Levy, L., Eneroth, P. et al. (1987). Immune
Sin embargo, de lo relevado en la bibliografía, no function unemployed women. Psychosomatic
se evaluó si el efecto de reforzamiento intermitente Medicine, 49, 3-12.
podría modificar las respuestas ante situaciones Azrin, N. H., Hutchinson, R. R., & Hake, D. F. (1966).
sociales. Sería de interés, tanto básico como apli- Extinction induced aggression. Journal of the
cado, averiguar si el reforzamiento intermitente Experimental Analysis of Behavior, 9, 191-204.
puede modular las consecuencias de la frustración Barlett, C. P., & Anderson, C. A. (2014). Bad News,
sobre la interacción social. Algunos trabajos que Bad Times, and Violence: The Link Between
se mencionaron en esta recopilación apoyan estas Economic Distress and Aggression. Psychology
ideas de modo indirecto (Wang & Zhong, 2015). of Violence, 4, 309-321.
En resumen, las investigaciones sobre las inte- Bartels, J. M. (2007). Social Exclusion Decreases
rrelaciones entre la conducta social y la frustración Prosocial Behavior. Journal of Personality and
siguen apoyando la equivalencia funcional entre la Social Psychology, 92, 56-66.
presentación de estímulos aversivos y la omisión Batrop, R. Lazarus, L., Luckhurst, E., Kiloh, L. G.,
de reforzadores. Ambas condiciones provocan & Penny, R. (1977). Depressed lymphocyte
cambios en respuestas sociales, aunque ellas son function after bereavement. Lancet, 1, 834-836.
diversas, dependiendo de múltiples factores, lo Berkowitz, L. (1989). Frustration-aggression hypo-
que impide realizar predicciones precisas. Los thesis: Examination and reformulation. Psycho-
experimentos futuros deberían ahondar más en el logical Bulletin, 106, 59-73.
estudio de la duración de las alteraciones halladas, Breuer, J., Scharkow, M., & Thorsten, Q. (2015).
así como la influencia de la historia de aprendi- Sore Losers? A Reexamination of the Frustra-
zajes previos, de las diferencias individuales y tion-Aggression Hypothesis for Colocated Vi-
sus bases neurofisiológicas. La posibilidad que se deo Game Play. Psychology of Popular Media
tiene actualmente de acceder no solo a estudiar las Culture, 4, 126-137.
consecuencias comportamentales de la frustración, Brown, R. T., & Wagner, A. R. (1964).Resistance to
sino también las estructuras cerebrales y neurales, punishment and extinction following training
y hasta de medir la actividad de neuronas especí- with shock or nonreinforcement. Journal of
ficas asociadas con ellas, está abriendo un amplio Experimental Psychology, 68, 503-507.

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 77
Alba Elisabeth Mustaca

Card, D., & Dalg, G. (2011). Family violence and corticoesteroid levels in pigs. Physiology and
football: the effect of unexpected emotional Behavior, 24, 1-4.
cues on violent behavior. Quarterly Journal Davis, H. & Donenfeld. I. (1967). Extintion induced
of Economics, 126, 103-143. social interaction in rats. Psychonomic Science,
Catalano, R., Novaco, R. W., & McConnell, W. 7, 85-86.
(2002). Layoffs and violence revisited. Ag- De la Torre-Luque, A., & Valero-Aguayo (2013).
gressive Behavior, 28, 233-247. Factores moduladores de la respuesta agresi-
Catalano, R., Snowden, L., Shumway, M., & Kes- va tras la exposición a videojuegos violentos.
sell, E. (2007). Unemployment and civil com- Anales de psicología, 29, 311-318.
mitment: A test of the intolerance hypothesis. Dollard, J., Dobb, L. W., Miller, N. E., Mower, O. H.,
Aggressive Behavior, 33, 272-280. & Sears, R. R. (1939). Frustration and agres-
Cuenya, L., Fosacheca, S., Mustaca, A., & Kame- sion. New Haven, CN: Yale University Press.
netzky, G. (2011). Efectos del aislamiento en Doob, A. N., & Kirshenbaum, H. M. (1973). The
la adultez sobre el dolor y la frustración. Psi- effects of arousal of frustration and aggressive
cológica, 32, 49-63. films. Journal of Experimental Social Psycho-
Cuenya, L., Fosacheca, S., Mustaca, A., & Kame- logy, 9, 57-654.
netzky, G. (2012). Effects of isolation in adul- Dunlap, K., Gentry, E., & Zeigler, T. (1931). The
thood on frustration and anxiety. Behavioural behavior of white rats under food and electric
Processes, 90, 155-60. shock stimulation. Journal of Comparative Psy-
Cuenya, L., Kamenetzky, G., & Mustaca, A.E. (2014). chology, 12, 371-378.
Early experience and incentive relativity in Eisemberger, N., Jarcho, J., Lieberman, M., & Na-
adulthood. International Journal of Compa- lebuff, B. (2006). An experimental study of
rative psychology, 27, 459-473. shared sensitivity to physical pain and social
Cuenya, L., Kamenetzky, G., Fosacheca, S., & Mus- rejection. Pain, 126, 132-138.
taca, A. (2013). Efecto del contraste sucesivo Flaherty, C. F. (1996). Incentive relativity. Cambri-
negativo en la valoración emocional de imáge- dge, UK: Cambridge University Press.
nes. Anales de psicología, 2, 944-952. Flaherty, C. F., Becker, H. C., & Pohorecky, L. (1985).
Cuenya, L., Mustaca, A., & Kamenetzky, G. (2015). Correlation of corticosterone elevation and ne-
Postweaning isolation affects responses to in- gative contrast varies as a function of posts-
centive contrast in adulthood. Developmental hift day. Animal Learning and Behavior, 13,
Psychobiology, 27, 1-12. 309-314.
Cuenya, L., Sabariego, M., Donaire, R., Fernán- Flaherty, C. F., Krauss, K. L., Rowan, G. A., & Grig-
dez-Teruel, A., Torres, C., & Papini, M. R. son, P. S. (1994). Selective Breeding for Ne-
(2015). Transfer across reward devaluation gative Contrast in Consummatory Behavior.
tasks in inbred Roman rat strains. Learning & Journal of Experimental Psychology. Animal
Motivation, 52, 22-31. Behavior Processes, 20(1), 3-19.
D’Aquila, P. S., Brain, P., & Willner, P. (1994). Effects Fone, K. C. F., & Porkess, M. P. (2008). Behaviou-
of chronic mild stress on performance in beha- ral and neurochemical effects of post-weaning
vioural tests relevant to anxiety and depression. social isolation in Rodents-Relevance to de-
Physiology & Behavior, 56, 861-867. velopmental neuropsychiatric disorders. Neu-
Dantzer, R. Arnone, M., & Mormone, P. (1980). roscience and Biobehavioral Reviews, 32(6),
Effects of frustration on behavior and plasma 1087-1102.

78 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

Frederiksen, L. W., & Peterson, G. L. (1977). Sche- zodiazepine-sensitive analgesia in white-footed


dule-induced aggression in humans and animal: mice. Physiology and Behavior, 43, 187-193.
A comparative parametric review. Aggressive Kielcolt-Glaser, J. K., Kennedy, S., Malcoff, S., Fi-
Behavior, 3, 57-75. sher, L., Speicher, C. E., & Glaser, R. (1988).
Gallup, G. G. (1965). Aggression in rats as a func- Marital discord and immunity in males. Psy-
tion of frustrative nonreward in a straight alley. chosomatic Medicine, 50, 213-229.
Psychonomic Science, 3, 99-100. Kobre, K. R., & Lipsitt, L.P. (1972). A negative
Gantz, W., Wang, Z., & Bradley, S.D. (2006). Te- contrast effect in newborns. Journal of Expe-
levised NFL games, the family, and domestic rimental Child Psychology, 14, 81-91
violence, En A. Raney and J. Bryant (Eds.). Konorsky, J. (1967). Integrative activity of the brain.
Handbook of Sports and Media, (pp. 365-382). Chicago: University of Chicago Press.
Mahwah, NJ: Erlbaum. Landau, S. F. (1997). Crime patterns and their relation
Gluck, J. P., & Sackett, G. P. (1974). Frustration and to subjective social stress and support indica-
self-aggression in social isolate rhesus monkeys. tors: The role of gender. Journal of Quantitative
Journal of Abnormal Psychology, 83, 331-334. Criminology, 13, 29-56.
Gray, J. A., & McNaughton, N. (2000). The Neu- Maier, N. R. F. (1942). The role of frustration in so-
ropsychology of Anxiety: An Enquiry into the cial movements. Psychological Review, (49)6,
Functions of the Septo-Hippocampal System (2 586-599.
ed.) Oxford Psychology Series No. 33. Oxford: Maner, J. K., DeWall, C. N., Baumeister, R. F., &
Oxford University Press. Schaller, M. (2007). Does social exclusion mo-
Gray, J. A. (1987). The Psychology of fear and stress. tivate interpersonal reconnection? Resolving the
Cambridge, UK: Cambridge University Press. “porcupine problem”. Journal of Personality
Gutiérrez-Cuesta, J. Martín-García, E., & Maldo- and Social Psychology, 92, 42-55.
nado, R. (2012): Operant model of frustrated Mead, N. L., Baumeister, R. F., Stillman, T. F., Rawn,
expected reward in mice. Addiction Biology, C., & Vohs, K. (2011). Social Exclusion Causes
17, 770-782. People to Spend and Consume Strategically in
Hall, M., & Irwin, M. (2001). Physiological indices the Service of Affiliation. Journal of Consumer
of functioning in bereavement. In M. S. Stroebe Research, 37, 902-919. 
& R. O. Hansson (Eds.), Handbook of berea- Miller, D., & Karniol, R. (1976). Coping strategies
vement research: Consequences, coping, and and attentional mechanisms in self-imposed
care (pp. 473-492). Washington, DC: American and externally imponed delay situations. Jour-
Psychological Association. nal of Personality and Social Psychology, 34,
Harlow, H. F. (1958). The Nature of Love. American 310-316.
Psychologist, 13, 673-685. Munyo, I., & Rossi, M. (2013). Frustration, Eupho-
Holmes, T. H., & Rahe, R. H. (1967). The social ria, and Violent Crime. Journal of Economic
re-adjustment rating scale. Journal of Psycho- Behavior and Organization, 89, 136-142.
somatic Research, 11, 213-218. Mustaca, A. (2001). Emociones e Inmunidad. Revista
Kamenetzky, G. V., Cuenya, L., Elgier, A. M, López Colombiana de Psicología, 10, 5-14.
Seal, F., Fosacheca, S., Martin, L., & M ­ ustaca, Mustaca, A. (2013). “Siento un dolor en el alma”:
A. E. (2009). Respuestas de frustración en hu- ¿metáfora o realidad? Revista Argentina de
manos. Terapia Psicológica, 27, 2, 191-201. Ciencias del comportamiento, 5, 2, 47-60.
Kavaliers, M. (1988). Brief exposure to a natural Mustaca, A., Bentosela, M., Pellegrini, S., Ruetti, E,
predator, the shot-tailed weasel, induces ben- Kamenensky, G., & Cuello, M. (2005). Aportes

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 79
Alba Elisabeth Mustaca

para la comprensión de la frustración. En J. Vi- Papini, M. R., Fuchs, P. N., & Torres, C. (2015).
vas (Comp.), Las Ciencias del Comportamiento Behavioral neuroscience of psychological pain.
en los albores del Siglo XXI (pp. 313-322). Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 48,
Argentina: Editorial Universidad Nacional de 53-69.
Mar del Plata. Pellegrini, S., Muzio, R. N., Mustaca, A. E., & Papi-
Mustaca, A., & Bentosela, M. (1995). Estados psico- ni, M. R. (2004). Successive negative contrast
lógicos, salud y enfermedad. Avances en Psico- after partial reinforcement in the consummatory
logía Clínica Latinoamericana, 13, 1, 53-57. behavior of rats. Learning and Motivation, 35,
Mustaca, A. E., Bentosela, M., Ruetti, E., Kamenet- 303-321.
zky, G., Cuenya, L. et al. (2009). Similitudes y Pérez Manrique, T., Díaz Barbosa, J. H., Pulido Ve-
discrepancias en dos modelos animales de frus- ga, J. C.(2009). Contraste conductual en ope-
tración. En M. C. Richaud de Minzi y Eduardo rantes relacionales con participantes humanos.
Moreno (Eds.) nombre del libro. (Tomo II, pp. Acta Colombiana de Psicología, 12(2), 115-126.
921-940). Ediciones CIIPME-CONICET Priks, M. (2010). Does frustration lead to violence?
Mustaca, A., Freidín, E., & Papini, M. (2002). Ex- Evidence from the Swedish hooligan scene.
tinction of Consummatory Behavior in Rats. Kyklos, 63, 450-460.
International Journal of Comparative Psycho- Purgert, R. J., Wheeler, D. S., McDannald, M. A., &
logy, 15, 1-10. Holland, P. C. (2012). Role of Amygdala Cen-
Mustaca, A., & Martínez, C. (2000). Respuestas ago- tral Nucleus in Aversive Learning Produced by
nísticas en ratas sometidas a frustración. Revista Shock or by Unexpected Omission of Food. The
Latinoamericana de Psicología, 32, 485-504. Journal of Neuroscience, 32(7), 2461-2472.
Mustaca, A. Martínez, C., & Papini, M. R. (2000). Rando, T. A. (1993). An investigation of grief and
Surprising nonreward reduces aggressive be- adaptation in parents whose children have died
havior in rats. International Journal of Com- from cancer. In M. C. Roberts & G. P. Koocher
parative Psychology, 13(1), 91-100. (Ed.), Readings in pediatric psychology, (pp.
Nation, J. R., & Cooney, J. B. (1982). The time cour- 127-144). New York: Plenum Press.
se of extinction-induced aggressive behavior Rees, D., & Schnepel, K. (2009). College football
in humans: evidence for a stage model of ex- games and crime. Journal of Sports Economics,
tinction. Learning and Motivation, 13, 95-112. 10, 68-86.
O’Kelly, L. E., & Steckle, G. C. (1939). A note on Retana-Márquez, S., Bonilla-Jaime, H., & Veláz-
long-enduring emotional responses in the rat. quez-Moctezuma. (1998). Lack of effect of
Journal of Psychology, 8, 125-131. corticosterone administration on male sexual
Overmier, J. B., & Seligman, M. E. P. (1967). Effect behavior of rats. Physiology & Behavior, 63,
of inescapable shock upon subsequent escape 367-370.
and avoidance learning. Journal of Compara- Retana-Márquez, S., Salazar, E. D., & Veláz-
tive and Physiological Psychology, 63, 23-33. quez-Moctezuma, J. (1996). Effect of acute and
Papini, M. R. (2003). Comparative psychology of chronic stress on masculine sexual behavior in
surprising nonreward. Brain, Behavior and the rat. Psychoneuroendocrinology, 21, 39-50.
Evolution, 62, 83-95. Richard, J., & Knutson, J. F. (1983) Effects of reac-
Papini, M. R., & Dudley, R. T. (1997). Consequen- tivity to dorsal stimulation and social role on
ces of surprising reward omissions. Review of aggressive behavior in laboratory rats. Aggres-
General Psychology, 1, 175-197. sive Behavior, 9, 287-301.

80 Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515
Frustración y conductas sociales

Ruetti, E., Justel, N., Mustaca, A., Torrecilla, M., & vert aggressive responses to stress. Aggressive
Gonzalez Jatúff, A. (2010). Estrés neonatal y Behavior, 33, 261-271.
frustración. Revista Latinoamericana de Psi- Vindas, M. A., Ole F., Kristiansen, T. S., Stien, L.
cología, 42, 2, 279-288. H., Braastad, B., Mayer, I, & Øverli, Ø. (2012).
Scully, J., A., Tosi, H., & Banning, K. (2000). Life Omission of expected reward agitates Atlantic
events checklists. Revisiting the social readjust- salmon (Sal.O.mo salar). Animal Cognition,
ment rating scale after 30 years. Educational 15, 903-911.
and Psychological Measurement, 60, 864-876. Wang, Y., & Zhong, Z. (2015). Effects of frustra-
Sosa, M. T., Racki, M. Khoury, M.,Vvillarreal, R., tion situation and resilience on implicit aggres-
Cestari,G., Melemt, E., & Sosa Liprandi, A. sion. Chinese Journal of Clinical Psychology,
S. (2012). Crisis económico-financieras en la 23(2), 209-212.
Argentina: ¿un nuevo factor de riesgo de mor- Wann, D. L., Culver, Z., Akanda, R., Daglar, M.,
talidad cardiovascular? Revista Argentina de De Divitiis, C., et al. (2005). The Effects of
Cardiología, 80, 137-144. Team Identification and Game Outcome on
Stein, M., & Trestman, R. L. (1990). Anxiety and Willingness to Consider Anonymous Acts of
the immune system. In J. C. Ballenger (Ed.), Hostile Aggression. Journal of Sport Behavior,
Neurobiology of panic disorder (pp. 333-348). 28, 282-294.
New York: Wiley-Liss. Williams, J. L. (1984). Influence of postpartum shock
Tinklepaugh, O. L. (1928). An experimental study controllability on subsequent maternal beha-
of representative factors in monkeys. Journal vior in rats. Animal Learning and Behavior,
of Comparative Psychology, 8, 197-236. 12, 209-216.
Tironi, E. (1989). ¿Pobreza=frustración=violencia? Williams, J. L., & Lierle, D. M. (1986). Effects of
Crítica empírica a un mito recurrente. Working stress controllability, immunization and therapy
paper. Recuperado de https://kellogg.nd.edu/ on the subsequent defeat of colony intruders.
publications/workingpapers/WPS/123.pdf Animal Learning and Behavior, 14(3), 305-314.
Twenge, J. M., Roy F. Baumeister, R. F., DeWall, Williams, K. D., Cheung, C. K. T., & Choi, W. (2000).
C. N., Ciarocco, N. J., & Bartels, M. (2007). Cyberostracism: Effects of being ignored over
Social Exclusion Decreases Prosocial Behavior. the internet. Journal of Personality and Social
Journal of Personality and Social Psychology, Psychology, 79, 748-762.
92, 1, 56-66. Yates, A. J. (1975). Frustración y conflicto. Ed. Jo-
Ulrich, R. E., & Azrin, N. H. (1962). Reflexive figh- sefina Betancor, Madrid, España.
ting in response to aversive stimulation. Jour- Yoon, O. K., & Joo, H. J. (2005). A contextual analysis
nal of the Experimental Analysis of Behavior, of crime rates: The Korean case. Crime, Law,
5, 511-520. and Social Change, 43, 31-55.
Verona, E., Reed, A., Curtin, J. J., & Pole, M. (2007). Zadro, L., & Gonsalkorale, K. (2014). Sources of
Gender differences in emotional and overt/co- Ostracism: The Nature and Consequences of
Excluding and Ignoring Others. Current Direc-
tions in Psychological Science, 23(2), 93-97.
Recibido: febrero 24, 2016
Aprobado: febrero 20, 2017

Avances en Psicología Latinoamericana / Bogotá (Colombia) / Vol. 36(1) / pp. 65-81 / 2018 / ISSNe2145-4515 81

Você também pode gostar