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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA

CAMPUS TABASCO

Dirección de Derecho

Materia: Derecho Fiscal I

Experiencia de Aprendizaje del


Segundo Parcial

A S E S O R :
Dr. Franklin Lopez Sanchez

P R E S E N T A N :
Manuel Alejandro Ruiz Campos
Cristhell Adriana Romero García
Claudio Ventre Vargas
Jorge Luis Álvarez Guzmán
Luisa Ángelica Pérez Chan Estrada
Jesús Cadena Cerino

Villahermosa, Tabasco. 15 de Mayo de 2022.


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Contenido

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga al Estado gran


poder y capacidad administrativa y de ejecución a través de las facultades
contributivas que contiene en varios artículos, pero así como faculta al Poder
Público para plantear y exigir contribuciones también crea limitaciones para proteger
a la ciudadanía del abuso de los poderes por parte de los gobernados, siendo ese
el tema guía del presente escrito: Los limites constitucionales de la potestad
tributaria.

Nuestra Carta Magna cuenta con la característica de ser una Ley Suprema en todo
el territorio nacional y por lo tanto todas las demás reglamentaciones deberán
obedecer y no contradecir este ordenamiento federal, en la materia fiscal esto no es
la excepción y los legisladores debieron y aún deben respetar esa inviolabilidad
constitucional mientras moldean la potestad tributaria del Estado pues es incluso
mandatado por la Constitución Política Federal el respeto a los principios limitantes
como lo encuadran sus artículos 73 fracciones VII y XXIX,115 fracción IV, 117
fracciones IV, V, VI y VII, 118 o 124 por poner ejemplos, de los que se desprenden
los siguientes:

1. Principio de legalidad: Establecido en el artículo 16 de la Constitución Política


federal, este principio ayuda a que la autoridad no ejerza su poder de manera
arbitraria ante los contribuyentes, limitando a las autoridades a realizar los actos
que la ley le permita. Consiste en que ninguna autoridad fiscal puede emitir un acto
o resolución, que no sea conforme a una ley expedida con anterioridad; es decir,
que los agentes fiscales sólo pueden hacer lo que la ley les permite.

2. Principio de generalidad: Consiste en que la ley debe abarcar a todas las


personas cuya situación particular se ubique en la hipótesis contenida en ella, es
decir, el hecho imponible, el cual al realizarse provoca el surgimiento de la
obligación fiscal.
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3. Principio de proporcionalidad y equidad: Este principio se refiere a que los


impuestos que debemos pagar para los gastos públicos no resulten desmesurados
en cuanto a las capacidades económicas de los individuos. Se contempla en el
artículo 31 de la CPEUM que a la letra dice:

Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos contribuir a los gastos


públicos, así de la federación, como de los estados, de la Ciudad de México
y del municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que
dispongan las leyes.

4. Principio de irretroactividad de la ley: La irretroactividad es el fenómeno que


produce que las normas no tengan efectos hacia atrás en el tiempo. De esta manera
se asegura que dichos efectos comiencen en el momento de su entrada en vigor,
con la finalidad de dotar al ordenamiento jurídico de seguridad. La irretroactividad
es el fenómeno que produce que las normas no tengan efectos hacia atrás en el
tiempo. De esta manera se asegura que dichos efectos comiencen en el momento
de su entrada en vigor, con la finalidad de dotar al ordenamiento jurídico de
seguridad.

También permite que las personas puedan tener confianza en las leyes vigentes y
celebren sus acuerdos y negocios en base a ellas, eliminando la incertidumbre que
generaría una posible variación de la legislación respecto a hechos ya realizados y
que ya no pueden ser cambiados o eliminados. Existen excepciones a este principio
de irretroactividad, como puede ser la posibilidad de aplicar la retroactividad en los
casos en los que la nueva norma sea más favorable para el interesado, ya que
normalmente solo se garantiza la irretroactividad de las disposiciones
sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales.

5. Principio de no confiscación: Este principio persigue proteger el derecho a la


propiedad privada. No se puede agotar la riqueza del contribuyente. Se trata de un
principio del derecho tributario el cual regula los tributos impuestos a los
contribuyentes. La contribución al sostenimiento del gasto público a través de
gravámenes no puede consistir en privar al contribuyente de todas sus rentas y
propiedades.
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El principio de no confiscación supone la prohibición de establecer una carga


tributaria exorbitante que conlleve una privación casi total de la riqueza del sujeto
tributario. Es decir, este principio significa que no se puede aplicar un gravamen que
implique la apropiación de todos los bienes y rentas del sujeto.

6. Principio de destino al gasto público: El concepto de “gasto público” estriba en


el destino de la recaudación que el Estado debe garantizar en beneficio de la
colectividad. Las cantidades que están obligados a pagar los particulares por
imposición tributaria no deben tener un destino arbitrario, sino que el rendimiento de
los impuestos debe destinarse única y exclusivamente para satisfacer los gastos
para los cuales fueron decretados anualmente por la Cámara de Diputados en el
Presupuesto de Egresos de la Federación.

De modo que una contribución será inconstitucional cuando se destine a cubrir


exclusivamente necesidades individuales, porque es lógico que al aplicarse para
satisfacer necesidades sociales.

7. Principio de anualidad presupuestaria: El principio de anualidad se entiende


que el presupuesto prevé los recursos y los gastos de un año. El principal objetivo
de este es poder mantener un control regular de los recursos. El Presupuesto de
Egresos tiene una vigencia anual, rige del 1 de enero al 31 de diciembre.

8. Principio de igualdad: Se encuadra gracias al constitucionalismo y la aceptación


de los derechos sociales y humanos, este principio plasma la idea de la justicia
plena y permite que en los ámbitos fiscal y administrativo se proporcione un trato
igualitario, lo que permite que la recaudación de impuestos se realice de manera
justa. En los tribunales este principio nos ayuda a que ambas partes cuenten con
los recursos necesarios para que puedan tener la misma capacidad de poder
defenderse.

Respecto a las contribuciones en la Constitución Política Federal no se contempla


una definición explícita, pero se alude a una obligación a cargo de los mexicanos y
que se dividen según el nivel del Estado:
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a) Federal: Son exclusivas, el comercio exterior las demás contribuciones que


sean necesarias para cubrir con el presupuesto anual, aprovechamiento y
explotación de recursos naturales y las contribuciones especiales.
b) Estatal: La constitución no señala que los estados puedan o tengan un
campo específico para imponer contribuciones o recaudarlas, analizando
esto se entenderá que tendrá las mismas obligaciones que la federación
siempre que no sea exclusiva solo de la primera.
c) Municipal: Tendrán contribuciones que tengan que ver con propiedad
inmobiliaria y derechos de servicios municipales, así como los demás
ingresos que la ley estatal señale para los ayuntamientos. El artículo 115 de
la Constitución Política Federal dice que los municipios pueden administrar
libremente su hacienda. Esta se forma por rendimiento de bienes que posea,
también podrán proponer cuotas y tarifas aplicables a impuestos, derechos y
contribuciones, estas deberán ser aprobadas por el estado al que pertenece.

Ahora bien, respecto al sistema de coordinación fiscal y colaboración administrativa


debemos entender las diferentes formas de organización del Estado Mexicano:
Siendo estas por orden jurídico (Federal y local), ámbitos de gobierno (Federal,
estatal y municipal) o división de poderes (Ejecutivo, legislativo y judicial); lo anterior
se encuentra enmarcado en varios artículos constitucionales dependiendo de que
materia se hable: Respecto a las facultades exclusivas de la federación se hayan
en los artículos 73 fracciones X y XXIX y 131, respecto a los limites expresos a las
entidades federativos se hayan en los artículos 117 fracciones IV a VII y 118, y
respecto a las contribuciones expresas de los municipios se encuentran en el
artículo 115 fracción VII inciso a).
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En el organigrama de la coordinación hacendaria explicado en la exposición y que


a continuación se presenta, se hace mención del federalismo hacendario:

Ilustración 1. Organigrama de la Coordinación Hacendaria.

¿Pero que es el federalismo hacendario? Es un modelo donde se busca tener un


manejo eficiente del ingreso, el gasto y la deuda pública, respondiendo a los
principios de igualdad, responsabilidad y transparencia que deben guiar al Estado
mexicano. Esto a través de que los niveles federal, estatal y municipal se organizan
para distribuir funciones y responsabilidad en materia de ingresos, gastos, inversión
y deuda, siendo dividida la responsabilidad del gasto de la siguiente manera:

a) Gobierno Federal: Defensa nacional, Relaciones exteriores, Comercio


internacional. Comercio Exterior, Deuda Pública, Inmigración, etc,
obteniendo los activos a través de recursos federales por convenio.
b) Gobierno Estatal: Salud, Educación, Carreteras Estatales, Medio Ambiente,
Industria, obteniendo los activos a través de participación en los ingresos.
c) Gobierno Municipal: Policía, Recolección de basura, Obras Publicas,
Calles, Mercados, Programas de apoyo a grupos vulnerables, etc,
obteniendo los activos a través de transferencias de gastos.
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Para las recaudaciones en los ingresos federales existe una base para su cálculo
denominada Recaudación Federal Participarle (RFP) y definida como “los ingresos
totales que obtiene la federación por todos sus impuestos federales, así como por
los derechos sobre la extracción de petróleo y de minería, disminuidos con el total
de devoluciones y compensaciones por los mismos conceptos”, y estas
participaciones se componen de ingresos obtenidos por varios fondos: Fondo
general de participaciones, fondo de fomento municipal, Ley Federal de Derechos,
fondo de extracción de hidrocarburos, fondo de fiscalización, tenencias. Impuestos
Sobre Automóviles Nuevos, nuevos impuestos a gasolinas, entre muchos otros.

¿Y cómo reciben los municipios las participaciones provenientes del gobierno


federal? Reciben las participaciones provenientes del gobierno federal a través de
los Estados, y si bien la normativa es diferente para cada Estado por lo general en
la Ley de Coordinación Fiscal de cada Estado o en la Ley de Egresos la formula
previamente mencionada considera elementos municipales como: Habitantes,
recaudación de ingresos propios, eficiencia recaudatoria de ingresos propios,
territorio, marginalidad y una pequeña parte de alrededor del 10% que sea
inversamente proporcional a lo que reciban por medio de otros criterios. Esto pues
cada entidad federativa debe distribuir como mínimo un 20% del fondo general de
participaciones, 20% del impuesto sobre la tenencia y uso de vehículos, 20% del
Impuesto Especial sobre la Producción y Servicio y 100% del fondo municipal.

La federación compensa a las entidades federativas por su aportación a la


economía nacional a través del Ramo General 28 de Participaciones a Entidades
Federativas y Municipios de los ingresos federales, que son los recursos otorgados
por la federación a las entidades federativas pues la primera está obligada a hacer
partícipes a las Entidades en el rendimiento de determinados gravámenes
exclusivos de ella. Otro ejemplo es el Ramo General 33 de los Fondos de
Aportaciones, que son transferencias de gasto canalizadas a los gobiernos
estatales y municipales como aportación para la realización de actividades
descentralizadas a estos órdenes de gobierno, su objetivo es subsidiar los ingresos
de aquellos estados y municipios que tienen mayores niveles de pobreza
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condicionando su gasto a la consecución y cumplimiento de los objetivos que para


cada tipo de aportación establece la Ley de Coordinación Fiscal en su Capítulo V.

Cómo sabemos la contribución es una obligación constitucional para los


gobernados y un derecho constitucional para el Estado, ¿Pero que elementos la
componen? En primer lugar la potestad tributaria radica en el Poder Legislativo y
este contenido normativo tiene que regirse por los principios que se establecen en
el numeral 31 fracción IV de la Constitución Política Federal; aunado a lo anterior la
doctrina divide sus elementos en:

a) Hecho imponible: Conjunto de presupuestos abstractos contenidos en una


ley, que al actualizarse generan consecuencias jurídicas
b) Hecho generador: La autoridad como al gobernado identificar si su proceder
encuadra en lo dispuesto por la norma

Independientemente de que hecho sea, estos deben: Estar en la ley, contar con un
sujeto activo (Federación, los Estados, Municipios y hoy ciudad de Mexico) y un
sujeto pasivo (Personas físicas y/o morales), describir el objeto de la obligación en
el tiempo y el lugar que se genera y expresarse a través de una unidad de medida
(tasa, cuota o tarifa); la falta de alguno de estos elementos causará que el acto o
resolución de la autoridad este viciado y sea nulo.

Para proteger al contribuyente de malos actos u resoluciones del Organismo


Fiscalizador existe la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente que es un
organismo público descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica funcional
y de gestión, especializado en materia tributaria, que proporciona de forma gratuita,
ágil y sencilla servicios de asesoría y consulta, defensoría y representación, así
como da seguimiento a los procedimientos de queja o reclamación contra actos de
las autoridades fiscales federales que vulneren los derechos de los contribuyentes;
encargándose entonces de asuntos como asesorías, representación y defensa
legal, quejas y reclamaciones, acuerdos conclusivos y análisis sistémicos y estudios
normativos.
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Retomando los principios constitucionales que iniciaron el presente ensayo, es


necesario aclarar como el principio de legalidad cuenta con sus excepciones
constitucionales: Cómo se dijo en un inicio la legalidad como principio y en su
acepción jurídica más aceptada, establece que todo acto de los órganos del Estado
debe encontrarse fundado y motivado por el derecho vigente. Dicho de otra forma:
el principio de legalidad demanda la sujeción de todos los órganos estatales al
derecho; más aún, todo acto o procedimiento jurídico llevado a cabo por las
autoridades estatales debe tener su apoyo estricto en una norma legal. Se refiere
entonces a que las contribuciones (impuestos, derechos, aportaciones de seguridad
social y contribuciones de mejoras) deben estar establecidas por autoridad
competente y en Ley, en la que se establezcan todos los elementos de la
contribución; este principio ayuda a que la autoridad no ejerza su poder de manera
arbitraria ante los contribuyentes pues se deben de establecer en Ley los elementos
de la contribución: El objeto, sujeto, base, tasa, cuota o tarifa, así como la forma y
época de pago.

¿Y que es una excepción? Es cuando la ley, más que encontrar una justificación a
la conducta, rompe con una de sus características: la generalidad, y hace un
distingo para cierto tipo de caso. Respecto al principio de legalidad se encuentran
dos excepciones en la Constitución Política Federal:

1. La primera se encuentra en el artículo 29 que contiene el decreto ley y establece


que, en los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier
otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el presidente
de los Estados Unidos Mexicanos, podrá suspender en todo el país o en lugar
determinado las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y
fácilmente a la situación. Pudiendo entonces el titular del ejecutivo federal crear
disposiciones que podrían establecer una contribución o modificar alguno de los
elementos de los ya existentes, actuando en excepción al principio de legalidad en
su aspecto formal, y al de reserva de ley en materia tributaria.

2. La segunda se encuentra en el artículo 131 que establece que el Ejecutivo podrá


ser facultado por el Congreso de la Unión para aumentar, disminuir o suprimir las
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cuotas de las tarifas de exportación e importación, para restringir y para prohibir las
importaciones, las exportaciones y el tránsito de productos, cuando lo estime
urgente, a fin de regular el comercio exterior. El autor De la Garza define que esta
excepción “se refiere al aspecto formal del principio de legalidad”.

En la actualidad, hay dos principales modelos a nivel mundial para celebrar tratados
internacionales en materia tributaria: el de la ONU y el de la OCDE, ambos ofrecen
la posibilidad a los Estados que lo suscriben de gravar impuestos tanto en el país
donde se genera la fuente generadora de la renta como el lugar donde reside el
sujeto que la obtuvo a modo de evitar la doble tributación, aunque en el de Naciones
Unidas se le da prioridad a la fuente. Esta doble tributación ocurre cuando en un
acto comercial celebrado entre sujetos de diferentes países, se gravan dos o más
tributos pertenecientes a las naciones en que residen originalmente esos sujetos, lo
cual es un impedimento para que se desarrollen operaciones mercantiles en el plano
mundial. Por lo que, a través de estos tratados tributarios, los Estados externan su
voluntad mediante cláusulas en las que se estipulan los alcances y límites a nivel
interno o externo relativo a los ingresos generados dentro del espacio estatal. Los
principales beneficiados de estos tratados son tanto los sujetos físicos como
morales que al residir en el extranjero se les aplicará la ley interna del país en que
tengan su residencia fiscal.

Siendo los objetivos más importantes de estos tratados el tener un control universal
del ingreso fiscal a nivel mundial, vigilar la actividad financiera de los sujetos
pasivos, equilibrar las tasas de retención y promover la equidad tributaria; es
entendible por qué los tratados para celebrar la doble tributación son cada vez más
necesarios y aunque México es relativamente nuevo en el tema, ha procurado ganar
terreno entendiendo que activar relaciones comerciales a nivel internacional tiene
un positivo impacto en la economía interna y hace más atractiva a la inversión
extranjera. Como ejemplo podemos imaginar un escenario en el que un habitante
de México podrá beneficiarse de un tratado internacional para evitar la doble
tributación, cuando en otro país que sea parte del convenio tenga el estatus de
residente extranjero y esté generado un ingreso.
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Por último, se abarcará de manera superficial la materia procesal fiscal y los


principios que deben contemplarse durante esta a través de todas sus tres etapas:
La expositiva donde se informa a las partes involucradas sobre la materia del
procedimiento, fijándose la litis si esto se amerita, la probatoria donde se aportan
los elementos de prueba y alegatos y la decisoria donde se pone cierre al asunto.
Es también necesario aclarar que el proceso fiscal, de manera diferente a procesos
de demás materias como la civil o penal, se compone de dos etapas:

1. Etapa oficiosa: Serie de actos jurídicos que realiza el órgano por iniciativa,
a fin de determinar sobre la aplicación de la Ley al caso concreto, y por otro
lado la serie de actos jurídicos que realiza el contribuyente por iniciativa, a fin
de cumplir sus obligaciones fiscales.
2. Etapa contenciosa: Serie de actos jurídicos que realiza el contribuyente
para impugnar un acto administrativo del órgano, finalizando con la sentencia
de la controversia. Puede extenderse al recurso administrativo, juicio de
nulidad y juicio de amparo.

Sin importar en que etapa se esté -oficiosa o contenciosa- las partes y el proceso
deben obedecer los siguientes principios:

1. Principio de legalidad: Todo el accionar de la administración en general, y


en la tramitación del procedimiento administrativo, en particular, debe
encuadrarse en un marco procedimental de respeto absoluto al orden
jurídico, pues en la medida en que la administración se sujete a las normas
legales previamente establecidas en el desempeño de su actividad y el
procedimiento administrativo, por tanto, se ajuste al derecho, el
procedimiento en sí mismo y la resolución que se dicte como consecuencia
del mismo serán eficaces y plenamente valederos.
2. Principio de imparcialidad: Refiere que la autoridad a pesar de ser
resolutora en ciertas etapas del proceso así como parte activa del mismo,
debe actuar con imparcialidad sin crear beneficios particulares o haciendo
actos sin razón ni justicia por simple autoritarismo u beneficio parcial a una
persona, a un grupo de personas o a la autoridad misma.
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3. Principio de verdad material: Implica que el procedimiento administrativo


se desenvuelva en la búsqueda de la verdad material, de la realidad y sus
circunstancias tal cual aquélla y éstas son, independientemente de cómo
hayan sido alegadas y, en su caso, probadas por el particular.
4. Principio de audiencia: Constituye un derecho de los particulares frente a
las autoridades administrativas para que tengan la oportunidad de ser oídos
en defensa de sus derechos antes de que éstos sean afectados por ellas. No
basta, empero, postular la garantía de audiencia descompuesta en los
elementos que acaban de señalarse, sino que es necesario además fijar si,
al igual que en el procedimiento judicial, las pruebas y alegatos deben
producirse en tal forma que quede garantizado que al dictarse la decisión
final dichas pruebas y alegatos habrán sido estudiados y tomados en cuenta,
precisamente por el funcionario responsable de la resolución. Lo anterior se
encuentra soportado por la siguiente jurisprudencia:

AUDIENCIA, REQUISITOS QUE DEBEN SATISFACERSE PARA RESPETAR LA


GARANTÍA DE. No basta que una persona sea llamada a determinado
procedimiento para considerar que con ello se respeta la garantía de audiencia sino
que es necesario que en el mismo se aprecien las pruebas aportadas y se tome en
cuenta lo que haga valer en defensa de sus derechos, aduciendo las razones
concretas por las cuales se desechan, en su caso, esas pruebas o se desestiman
los argumentos hechos valer. Séptima época, Tercera Parte: Vols. 115-120, Pag. 71.
A. R. 1804/77. Óscar Mendívil Osuna y otros. Unanimidad de 4 votos. Vols. 127-132,
Pag. 53. A. R. 4015/78. Pedro Reséndiz Martínez y otros (acumulados). Unanimidad
de 4 votos. Vols. 187-192, A. R. 2125/83 Mario Felipe Arce Leija y otra. 5 votos

5. Principio de contradicción: Supone la existencia de la posibilidad de hacer


valer, dentro del procedimiento, los distintos intereses en juego, así como, en
segundo término, que esos distintos intereses puedan ser adecuadamente
confrontados por sus respectivos titulares antes de adoptarse una decisión
definitiva.
6. Principio de congruencia: Exige la exacta correlación entre la petición o la
pretensión y la resolución final que se dicte en consecuencia, se trate de un
acto administrativo o de una sentencia, significa entonces conformidad de
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extensión, concepto y alcance entre lo resuelto en el procedimiento


administrativo y los antecedentes de hecho y las disposiciones jurídicas
aplicadas.
7. Principio de buena fe: Es la convicción con la que deben conducirse las
partes de ser el titular de un derecho o de que la conducta que se sigue se
ajusta a la ley. Implica, desde luego, confianza; y en el ámbito de los
procedimientos confianza en la conducta leal de quienes intervienen en el
procedimiento, sobre todo si es un procedimiento contradictorio. Ejemplos de
esto es no fingir ignorar lo que se sabe o no realizar actos equívocos para
sacar ventaja de la incierta significación.
8. Principio de actos propios: Consecuencia del principio anterior, evoca que
no es válido ir contra los propios actos cuando éstos reúnen los requisitos y
presupuestos previstos en la ley y con ellos se determina una situación
jurídica; esto pues la facultad que las autoridades administrativas tienen para
reconsiderar sus propias resoluciones, revocándolas, no existe cuando
deciden controversias sobre aplicación de las leyes que rigen en su ramo,
creando derechos a favor de las partes interesadas, que no pueden ser
desconocidos por una resolución dictada en el mismo auto.

Ahora bien, respecto a los principios inherentes a cada etapa, encontramos los
siguientes:

a) Respecto a la etapa oficiosa y dado que esta procura el interés público a


través de la obtención de fondos para que el Estado satisfaga su presupuesto
que beneficiara a la población, se manejan el principio de oficiosidad que
obliga al Estado a actuar en el proceso de oficio para que este proceda y el
principio inquisitivo que faculta al Estado para hacer las acciones necesarios
y legales para cumplir el seguimiento del proceso.
b) Respecto a la etapa contenciosa y dado que el particular rige el proceso pues
es su interés el que pretende satisfacer hasta donde él lo desee o la ley se lo
permita, se maneja el principio dispositivo donde la autoridad solo actuará en
manera reaccionaria a lo que se le presente y el peso de continuar el proceso
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recaerá principalmente en el particular que pretende impugnar el acto u


resolución.

Después de las anteriores etapas el particular puede impugnar lo resuelto u ciertos


actos a través de los siguientes medios, que a su vez se rigen por sus propios
principios:

1. Amparo indirecto, que se promoverá contra leyes que afecten al particular,


actos de autoridad que violen garantías y actos del TFJFA que no sean
sentencias. Se rige por el principio de estricto derecho que impone la
obligación de examinar la resolución impugnada únicamente con las
defensas que alegue el agraviado, sin suplir la queja.
2. Amparo directo, que se promoverá contra sentencias definitivas del TFJFA,
desde la reforma de 1968 a la Ley de Amparo. Se rige por el mismo principio
de estricto derecho que el amparo indirecto.
3. Juicio de nulidad, que se promoverá frente al TFJFA para que resuelva contra
actos o resoluciones definitivas de autoridades fiscales federal (Resolver
sobre un crédito, recursos administrativos o impuestos). Se rige por varios
principios como el principio de estricto derecho, principio de contradicción,
principio de equidad procesal, principio de oficiosidad, etcétera.

Ahora bien, las partes pueden evitar llegar a tales extremos haciendo uso de los
medios alternativos de solución de controversias que se componen de:

1. Mediación: Interviene un tercero denominado mediador, con el objeto de


ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. En este las partes son guiadas por
un tercero que no tiene la obligación de proponer la fórmula para resolver o
evitar la controversia, pues las partes en conflicto serán quienes definan la
forma en que la misma se cumplirá.
2. Arbitraje: Interviene un tercero denominado árbitro, con el objeto de ayudar
a las partes a llegar a un acuerdo utilizando las normas de la materia del
conflicto. En este las partes son guiadas por un tercero que puede sugerir
maneras de solucionar el conflicto según las normas judiciales de la materia
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y donde sus soluciones tienen efectos vinculatorios, es decir, como


sentencia.
3. Conciliación: Interviene un tercero denominado conciliador, con el objeto de
ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. En este las partes son guiadas por
un tercero que puede ofrecer la fórmula para resolver o evitar la controversia,
pero serán las partes en conflicto las que definirán la forma en que la misma
se cumplirá.
4. Acuerdo conclusivo: Contemplado en el artículo 69-C del Código Fiscal de
la Federación consiste en que la parte pasiva procesal haciendo uso de su
autonomía de la voluntad presentará un escrito, dentro de los 20 días
después de emitido el oficio final o la notificación de la auditoría, que se
tramitará a través de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente en un
plazo que no debe exceder de doce meses a partir de la solicitud del acuerdo
para que la Procuraduría requiera a la autoridad revisora para que conteste
a riesgo de multa si no lo hace, para que al final susodicha Procuraduría se
pronuncie sobre la controversia con la facultad de reducir las deudas al 100%
durante la primera solicitud y que no procede recurso en su contra. Lo
anterior se encuentra soportado por la siguiente jurisprudencia:

FACULTAD DE LA AUTORIDAD HACENDARIA PARA VERIFICAR EL


CUMPLIMIENTO DE LAS DISPOSICIONES FISCALES CON BASE EN LA
INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN QUE OBRA EN SU PODER, SIN TENER
QUE DAR NOTICIA DE ELLO AL CONTRIBUYENTE. LOS ARTÍCULOS 42,
FRACCIÓN IX Y 53-B DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN QUE LA
PREVÉN, NO VIOLAN EL DERECHO A LA SEGURIDAD JURÍDICA. Los preceptos
aludidos, al facultar a la autoridad hacendaria para revisar la información y
documentación relacionada con el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los
contribuyentes que obra en su poder, in tener que dar noticia de ello a los sujetos
revisados, no violan el derecho a la seguridad jurídica, reconocido por el primer
párrafo del artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
ya que ese proceder, por sí, no afecta derecho alguno de los contribuyentes,
provisional ni precautoriamente, sino sólo cuando se advierte alguna irregularidad,
ya que en dicho supuesto, de no optar por regularizar su situación fiscal, se les sujeta
a un procedimiento de fiscalización, habida cuenta que durante su tramitación
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pueden solicitar un acuerdo conclusivo, lo que es acorde con el nuevo modelo de


relación cooperativa que tiene como propósito fundamental orientar a los
contribuyentes con oportunidad sobre los términos en que deben cumplir con sus
obligaciones fiscales y resolver diferendos derivados de la interpretación de la ley,
sin necesidad de recurrir a los tribunales, a fin de lograr una mayor recaudación y
reducir los costos de operación de la hacienda.
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Referencias Bibliográficas

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Humberto Delgadillo, Luis. (2014). Principios de Derecho Tributario 5ta Edición.


México: LIMUSA.

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varios. 01 de enero de 1983 (México).

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varios. 18 de julio de 2016 (México).

Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2022 [LIFEF2022].


Artículos varios. 12 de noviembre de 2021 (México).

Ley Orgánica de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente [LOPDC].


Artículos varios. 04 de septiembre de 2006 (México).

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Rodríguez Lobato, Raúl. (2010). Derecho Fiscal 2da Edición. México: Oxford.

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